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CARTA ABIERTA DE LAS MADRES A SUS HIJOS EN EL DÍA DE

LA PAZ

Queridos hijos:
Nos unimos a vosotros en este acto por la PAZ. Con mucho cariño,
queremos deciros algo:
Lo que vale la pena siempre exige esfuerzo, y la PAZ vale mucho.

Por eso, esta carta es una invitación a la responsabilidad, en el estudio, en


el trabajo, en la diversión.

Valoramos de vosotros vuestras iniciativas, las ocasiones en que tratáis


de crear un ambiente agradable en el hogar, en el colegio, con vuestros
amigos.

Vivís en un entorno privilegiado: en el eje de los países del NORTE,


frente al SUR pobre. Sois dichosos y aquí gozáis de la PAZ. Esa PAZ que
tenéis que manifestar en la cercanía: siendo educados con los
compañeros, con tu hermano y hermana, con los vecinos, en la escucha, en
el perdón…

Aquí empieza todo:

- Nos comprometemos no sólo a oír, sino también a escuchar todo lo


que decís.
Debéis estar animados y dejar atrás vuestro temor al ridículo, para ser
justos y valientes, pues la justicia conduce a la PAZ.

Tenéis que poner de moda la bondad, la calma, el defender el bien de


todos por encima del egoísmo de uno o de unos pocos gallitos.

- Nos comprometemos a hacer lo que os pedimos.


Aunque vivamos en una sociedad llena de vértigo, de velocidad, de ruido,
en el infierno que está aquí, también encontramos el cielo, construyendo
la PAZ con nuestra calma y amor.
Sed fuertes y constantes ante las dificultades. De las iniciativas surgen
los errores, pero también los aciertos.

- Esperamos de vosotros un futuro mejor.

Despertad vuestro sentido crítico. No aceptéis todo como válido,


aprended a discernir.

Sois valiosos y tenéis que valorar a todos los compañeros. No os burléis


del otro. Acoged y ayudad para crear un clima de PAZ en el colegio, en
vuestra casa, en el barrio, en la sociedad.

Ayudad a la naturaleza, ayudad al mundo, ayudad al otro para construir la


PAZ.

Tenemos que ser capaces de despertar la sensibilidad de cuidar de los


demás y, en especial, proteger a los más débiles: marginados, excluidos,
en nuestro entorno cercano, en nuestra familia, en nuestra clase.

La PAZ la construimos entre todos. Cada uno con una pieza del puzzle, sin
machacar al otro sino apoyándole e impulsando su desarrollo, hacia la
PAZ.

Los padres hacemos las cosas con el mayor amor, aunque a veces nos
equivoquemos o estemos desfasados o fuera de onda.

Aquél que está a tu lado, o en el otro extremo del país, o al otro lado del
mar es una persona y merece tu máximo respecto y dedicación, mucho
más que cualquier otro animal o planta creados por Dios.
Tenemos que lograr que desaparezcan todas las desigualdades entre las
personas: que todos tengamos acceso a la comida, a un hogar confortable,
a la educación, a una buena sanidad, y a lograr la tranquilidad y la PAZ.

PONEMOS EN VOSOTROS NUESTRA CONFIANZA PARA JUNTOS


CONSTRUIR LA PAZ.

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