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“LA GRAN ABOGADA”

1. ¿Qué rasgos de la personalidad son los que hacen a un abogado un buen


abogado?

La personalidad como conjunto de dinámicas, tiene características que responden a las

distintas situaciones del individuo. Por ello el contexto es importante, ya que, determina los

pensamientos, actitudes a lo largo de la vida que permite, en un determinado grado, un

estándar de predicción en el modo de ser, distinguiendo a la persona de los demás; la cual,

puede ser modificada por los diferentes tiempos y experiencias vividas.

Los rasgos de la personalidad van concadenados con todos aquellos valores universales

que se adoptan en el tiempo (niñez, adolescencia, adultez) y que hacen parte del desarrollo

de los individuos que se convierten en profesionales; debido a esto, los valores como

responsabilidad, honestidad, respeto, discreción; entre otros, son esenciales para los fines

sociales que tienen las distintas profesiones.

Un buen profesional es aquel que desarrolla en gran medida el sentido de la

responsabilidad y confianza, ya que, son elementos esenciales que la sociedad reconoce por

la forma de actuar de cada persona. Toda profesión lleva consigo un fin, y quien la ejerce

debe tener unos lineamientos que le permitan desarrollar la función social, en este caso en

concreto, el derecho.

Ser un buen abogado lleva consigo esfuerzos personales y profesionales, que solo serán

respaldados por la vocación, que encamina al fin de la “excelencia”, que construye de manera

efectiva las habilidades como la confianza, la capacidad de persuasión, equivalencia, análisis,

y la negociación, que es uno de los fines esenciales del Derecho.


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Tal y como expone en la conferencia, Adela Cortina: “Para ser un buen profesional se
necesita vocación y excelencia”.

“Un buen profesional tiene que tener cualidades para su profesión, una oportunidad para
ponerlas en práctica y proporcionar un bien a la sociedad compitiendo consigo mismo para
sacar el máximo que pueda”.

2. ¿Son los mismos que hacen a una persona una buena persona?

La concepción de una buena persona depende así de dos momentos, primeramente de la

reflexión interna del individuo en su actuar en sociedad, y, secundariamente, cómo estos

actos implican una reflexión externa de quien lo percibe, pues, como se refleja en el caso,

ciertas actitudes dependen de una apreciación social diferente a las características propias de

la profesión legal, pues, el entendido externo reflexiona frente al individuo connotaciones que

separan de su actuar personal.

El acto de un individuo puede verse calificado en la esfera personal de forma

indiscriminada cuando se separa del profesional, pues la categorización social, permite, o

nubla la unidad personal, los reproches sociales ante lo bueno y lo malo, lo correcto y lo

incorrecto, permiten que ciertos comportamientos se exijan en mayor medida de unos actores

sociales que otros.

Depende de la sociedad en que se desarrolle en individuo y los estándares que expongan

como un deber ser, para que el individuo sea reconocido en un comportamiento correcto,

aunque estos choquen con las percepciones internas del mismo.

El respeto, amabilidad, entre otros valores, se ven ligeramente distorsionados a la

percepción del individuo a las situaciones que le rodean, pues, la respuesta que esté de, será

levemente cuestionada a los cánones de máxima conducta universal que el entorno observe,

pues siempre se busca un mínimo de empatía a estos calificativos si desea ser parte de esa
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sociedad, gracias a que, no hay una unanimidad de respuesta de lo que se busca en una

“buena persona”.

3. ¿Qué se plantearía desde la ética de la virtud sobre Madison y su actuar?

Analizando a la doctora Madison desde la ética de la virtud, podemos observar que; en lo

que respecta a la virtud de la justicia, su comportamiento se sale del término medio, yendo al

exceso, pasando a estar en la injusticia sobre otros, esto en razón de que en sus hábitos dentro

de la compañía, no permite que las personas en la agencia tengan un desarrollo de las

capacidades profesionales que tienen las subordinadas; puesto que, una de las características

de un buen profesional es la vocación y la excelencia, pues estas están permeadas con los

valores más sensibles que existen en la sociedad, entre ellos el cooperativismo, gracias a que

todos necesitan llegar al fin social de las diferentes profesiones.

En el caso expuesto, se puede notar que la profesional Madison es la única socia de la

agencia, impidiendo, solo contratar personal es femenino, usando el poder como medio para

suprimir el desarrollo integral de los distintos profesionales; evitando el vivir armónicamente

en sociedad con otros, por los comportamientos autónomos no la hace digna de ser feliz y que

los otros sean feliz.

REFERENCIA:
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Autor, A. A. [Adela Cortina]. (2014,mayo,27 ). Conferencia ética

profesional Adela Cortina. Recuperado dehttps://www.youtube.com/watch?

v=2eYtiv5lijo

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