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BASE ARGUMENTAL
(Fig. 01)
₂Los paisajes tienen y siguen sus compas, pero, para conocerlo, hay que estar
preparado y, ante todo, atento. Como en la planta, que enlaza tierra y aire, y
se nutren de ambos, que con frecuencia está reconfigurada geográficamente
por el hombre, que sigue el ciclo de las estaciones con rigor, la relación del
paisaje globalmente con estos fundamentos vendría a ser como la de un
organismo que evoluciona, fecunda, se perpetúa y muere. Toda acción del
hombre sobre el territorio es una manipulación de algún tipo de materia, que se
asienta sobre otra materia. Utiliza energía o potencial de un lugar para genera
otra condición de energía y potencial. La tradicional diferencia entre urbano y
rural, entre ciudad y campo, entre natural y artificial no existe. Por lo tanto,
entendido el mundo como un continuo de energías e información que
interactúan en diversos tipos de ecosistemas, el paisaje, la topografía y los
territorios no construidos, ya no son un fondo sobre el que crear un evento, sino
que son el proyecto en si mismo. Podríamos imaginar que, tras milenios de
expansión de lo artificial sobre lo natural, los elementos básicos de un territorio
(su geología, su topografía, su botánica, su clima) son ahora un material pre
formativo, capaz de desarrollarse en sentido inverso y actuar tanto
transformando los ecosistemas artificiales construidos históricamente (ciudades
y redes), como creando nuevas naturalezas hibridas que emerjan según una
lógica natural.
(Ver Fig.09)
El paisaje entonces será valorado por su calidad visual ya que se definen como
un conjunto de rasgos que se caracterizan visualmente por sus componentes
como son: el color, su forma, la línea, su textura, escala o dimensiones, teniendo
de este un carácter espacial propio.
Es una perspectiva que, sin duda, tendrá mucho que ver con el “hilo conductor
del cuerpo” es lo único que confiere unidad a toda la combinación de fuerzas
vivientes del entorno hacia el movimiento. Este invitara y deberá procurar los
ritmos y los pliegues, trabaja sobre los accidentes del terreno, y los hallazgos,
ordena y crea una multiplicidad de encuentros. Interpretar es sentir relación,
sentirse afectado por algo. Es un sujeto hecho de espacios.
H. D. Thoreau sostenía que podía percibirse a través de una caminata y la
totalidad de la vida humana, justamente en el hecho de que nunca se acaba
de conocerlos.
(Ver Fig.02)
Así, Nancy Holt, una artista del land art, se interesa esencialmente por los
problemas de la percepción y concede un valor particular al punto de vista del
espectador. La luz, la forma de las nubes, las temperaturas cambian y aunque
la mirada sea idéntica para cada uno. Del mismo modo que se dice que un
concepto gana en comprensión lo que pierde en extensión, que puede decir
que estas percepciones, su profundidad es inmersamente proporcional a su
amplitud. Mary Miss, una artista americana reflexiona sobra la distancia que nos
separa del límite del paisaje para hacer sensibles lo que se puede denotar
horizontes interiores produciendo una experiencia telescópica, la mirada.
También hay que darse cuenta de que las obras, no se refieren necesariamente
y en primer lugar al paisaje. Sino que el lugar supone que la obra no se percibida
de manera aislada, sino en reciproca relación con lo que la rodea, de tal
manera que el lugar aclara la obra.
(Ver Fig.03)
(Ver Fig.04)
(Fig. 06)
(Fig.07)
Los espacios públicos deben generar al menos parte de la energía que asumen,
además de albergar huecos urbanos que permitan obtener frutos y hortalizas en
la proximidad de viviendas. Equilibrando el trabajo y el ocio. De esta manera se
logra el doble objetivo de ahorrar energía.
(Fig.08)
Para romper la dicotomía ciudad – campo hay que generar lugares de
transición entre ambos crear territorios “reurbanos” con el fin de imbricar la
cultura de la huerta en la ciudad, garantizando que ciertos valores de la misma
son asumidos como propios de nuestra cultura y tiempo.
En Valencia del siglo XXI, en un momento en los que las ciudades y los territorios
buscan afirmar sus características diferenciales frente a las globalizaciones,
disponer de un paisaje y una cultura de huerta en nuestra ciudad, puede ser un
factor diferencial clave para el proceso urbano y cultural. Pues, tras la era
industrial emerge una nueva sociedad tecno – agrícola en la que como
ciudadanos del planeta participamos de su cultura y economía a través de las
tecnologías de la información, nos desplazamos a lugares lejanos a través de
sistemas de transporte de alta velocidad, pero al mismo tiempo afirmamos la
calidad de lo local, del entorno habitable inmediato, de un NUEVO EQUILIBRIO
inteligente entre lo que generamos y lo que consumimos.
Geologic
Arquitectura del paisaje – Angeles Ruiz Sanchez – Universidad Rey Juan Carlos
FOTOGRAFIAS
FIG 01.
ESCALA
MUTABLE PAISAJE RE-NATURALIZAR
OPERATIVO
PERCEPCION DUALIDAD RECONECTAR
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