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Tú eres mi refugio
(1) Instrucción y oración de David, cuando estaba en la cueva.
142 (2) Con fuerte voz clamo al Señor,
con fuerte voz le pido misericordia.
2 (3) En su presencia expongo mi queja,
en su presencia doy a conocer mi angustia
3 (4) cuando me encuentro totalmente deprimido.
En ti he puesto mi confianza
(1a) Salmo de David.
143 (1b) Señor, escucha mi oración;
pon atención a mi súplica.
¡Respóndeme, pues tú eres justo y fiel!
2 No llames a cuentas a tu siervo,
porque ante ti nadie es inocente.
3 Señor,
¿qué es el hombre, para que pienses en él?
¿Qué es el ser humano, para que tanto lo estimes?
4 El hombre es como un suspiro;
su vida pasa como una sombra.
5 Señor,
descorre la cortina de los cielos, y baja;
toca los montes para que echen humo;
6 lanza tus flechas, los relámpagos,
y haz huir en desorden a tus enemigos.
7 Extiende tu mano desde lo alto,
y líbrame del mar inmenso;
líbrame del poder de gente extraña,
8 de los que dicen mentiras
y levantan su derecha para jurar en falso.
9 Señor,
voy a cantarte una canción nueva;
voy a cantarte himnos con el salterio.
10-11 Tú, que das la victoria a los reyes;
tú, que libraste a tu siervo David,
líbrame de la espada mortal;
líbrame del poder de gente extraña,
de los que dicen mentiras
y levantan su derecha para jurar en falso.
Sin embargo, son realmente pocas las personas que conocen el verdadero alcance que
pueden tener estas oraciones y que saben que esta es una herramienta que puede ser
capaz de conectar a la tierra con el cielo.
En el caso del Salmo 56, se caracteriza por ser un salmo que no se rige por un ritual en
específico, es por esta razón que puede ser rezado hasta que se vean los resultados y se
recomienda que mientras se realicen las oraciones con más fe y más continuamente
seguramente podremos recibir pronto lo que queremos.
SALMO 56
1 Oh Dios, ten piedad de mí, que me hostilizan; me acosan asaltantes todo el día.
2 Me hostigan todo el día y me miran cómo me debato. ¡Qué numerosos son mis
adversarios!
4 Renuevo mi fe en las palabras de Dios, confío en Dios y no temo más: ¿qué me puede
hacer un ser de carne?
5 Oigo todo el día palabras hirientes, no piensan más que en hacerme daño.
7 Después de tanta maldad, que no se escapen, que sobre ellos recaiga, oh Dios, la furia
de los paganos.
9 Retrocederán mis enemigos el día que te invoque. Sé muy bien que Dios está conmigo.
eavivados Por Su Palabra, lee y comparte hoy Salmo 55 – Plegaria pidiendo la destrucción
de enemigos traicioneros – #RPSP
17 Dios mío,
mira que te estoy llamando;
no me dejes pasar vergüenza.
¡Que pasen vergüenza los malvados!
¡Échalos a la tumba!
18 ¡Calla a esos mentirosos,
que me desprecian y me humillan!