Está en la página 1de 38

Fernando Castro Flórez

NOTAS DE RODAPÉ ACERCA DA OBRA DE PEDRO BARATEIRO

NOTAS A PIE DE PÁGINA SOBRE


LA OBRA DE PEDRO BARATEIRO
FOOTNOTES ON THE WORK OF PEDRO BARATEIRO

“How goes the world? –It wears, sir, as it grows”. dad sin réplica y el perpetuo presente, la pintura
(Shakespeare: Timón de Atenas). no pasaría de ser una actividad “vergonzante”,
un entretenimiento de baja intensidad, una for-
La incertidumbre rodea a la pintura: su final ma de la complicidad cultural que la inercia o,
(desanimado o escatológico) carece de fin. Ha mejor, la rutina ha permitido que no desaparez-
necesitado expandirse[1] para no devenir fósil, de ca; en cualquier caso, la atención que se presta
tanta obsesión moderna por la “autonomía”. a esas superficies manchadas de colores o, en
No se trata tanto de que el destino del imagi- algunos casos, arañada como un muro es mí-
nario sea lo informe o que lo abyecto sea nuestra nima, los escándalos que allí se sembraron se
principal experiencia expresiva, ni siquiera de han transformado en “criaderos de polvo”, eso
que el colapso se haya producido al intentar sí tratados con toda la higiene museográfica que
dar respuesta a la pregunta sobre las condicio- requiere el último siglo de la glaciación.
nes que hacen que una pintura sea vista como Zizek ha señalado que entre los antagonis-
tal, algo señalado acertadamente por Douglas mos que caracterizan nuestra época, tal vez le
Crimp[2]. El problema que articula es el de la corresponda un sitio clave al antagonismo entre
aplicación de la pintura, esto es, la decisión sobre la abstracción, que es cada vez más determi-
la posición efectiva que le corresponde. La posición nante en nuestras vidas, y la inundación de imá-
crítico-política o el sociologismo no son las úni- genes pseudoconcretas. Si podemos entender la
cas vías de salida de un laberinto en el que se abstracción como el progresivo autodescubri-
han neutralizado muchos afectos e indudable- miento de las bases materiales del arte, en un
mente muchas provocaciones han sido retoriza- proceso de singular despictorialización[4], también
das o legitimadas desde la pose irónica3. En la tendríamos que comprender que en ese proceso
sociedad del espectáculo, en la que según Guy De- se encuentra en núcleo duro de lo moderno. Hay,
bord se instaura el secreto generalizado, la false- no cabe duda, una fractura considerable entre
MAKING SENSE OR MAKING SOMETHING, 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)
el modernismo épico (ejemplificado en el caso aceptar que lo que la mentalidad “urbanizante”
de la pintura por el expresionismo abstracto impone es un sistema de poder desagregador en
americano) y el gestualismo existencial nihilista el que lo que crece es, más que nada, la tierra
(en el que podrían situarse algunos momentos baldía, los no lugares por los que únicamente po-
del informalismo europeo) y las nuevas formas demos transitar con una “tarjeta de embarque”.
de la abstracción surgidas tras la desmaterializa- La fascinación (inconsciente o, mejor, obsesiva)
ción conceptual, la datidad fenomenológica del de Barateiro por los territorios inquietantes tiene
mínimal y, por supuesto, la crisis de los Gran- puntos de contacto con lo que Robert Smithson
des Relatos acontecida en el seno de la condición llamara paisaje entrópico. Los paseos y los diques de
postmoderna. Sabemos que una de las mutacio- este artista, sus story-boards e incluso su muerte
nes decisivas de la práctica contemporánea de tienen como “emplazamiento” la dialéctica de
la pintura ha sido la ofensiva contra el canon site y non-site, el “entropólogo” no buscaba una
modernista, sostenido titánicamente por Cle- naturaleza virginal sino que mostraba la su-
ment Greenberg, de la pureza y autonomía[5]. perficie de la tierra como algo inevitablemente
La excavación arqueológica que emprende Pedro contaminado. Tal vez, la obra de Barateiro sea
Barateiro[6] le lleva a deconstruir las pretensiones un lúcido aprovechamiento de la estrategia de
de pureza del modernismo, tomando como la photograghy en abyme que comenzara en The
fondo o pre-texto el espacio museal o monumen- Monuments of Passaic[14].
tal[7], tanto como la arquitectura funcionalista La práctica de la apropiación imágenes desple-
o la dinámica propia de la mancha que exacer- gada por Barateiro[15] le acerca a las propuestas
bara el gestualismo. Este artista sabe que hay que se desarrollaron en los años ochenta en una
que afrontar, en la obra, tanto los desafíos del estética que supuso una definición potente de
despliegue técnico cuanto la crisis del significa- lo postmoderno. “Las descripciones formales del
do[8]. El retorno de la pintura o su mutación en arte modero eran topográficas, organizaban la
la década de los noventa está marcado por una superficie de las obras de arte en orden a de-
serie de perversiones ideológicas[9] en una fase que terminar sus estructuras, mientras que ahora se
algunos han llamado poscrítica[10]; en tanto que hace necesario pensar en la descripción como
híbrido (superación pictórica del borde moder- una actividad estratigráfica. Esos procedimien-
no), está en tierra de nadie, sin localización en tos de cita, extracto, encuadre y escenificación,
términos identitarios. Vale decir que no es un constitutivos de las estrategias que utilizan las
lugar de la memoria, sino más bien un no-lugar de obras de las que he hablado antes, exigen el des-
los flujos[11] que responde, como lo cibernético cubrimiento de estratos de representación. No
(el cumplimiento, en términos de Heidegger, de hace falta decir que no buscamos fuentes u orí-
la disponibilidad total que se cimienta en el dis- genes, sino estructuras de significación: debajo
curso de la metafísica), a la dé-spécification. de cada imagen hay siempre otra imagen”[16].
Pedro Barateiro dirigiendo la mirada al espa- Tanto el signo pictórico cuanto el arquitectó-
cio arquitectónico en construcción o abandonado[12]; nico, en las obras de Barateiro, se desintegran[17].
si bien Perniola ha considerado, en su singular Tenemos que tener en cuenta que la descripción,
“cartografía” del sex appeal de lo inorgánico, entendida en la situación contemporánea, su-
que la arquitectura es un arrastramiento incontro- pone un copiar lo que ya está copiado[18], una
lado[13], desde una vivencia cotidiana habría que travesía entre los simulacros y la vertiginosa ex-

d 166
pansión de una cartografía fotográfica del mun- nos confronta con nuestra propia arqueología
do, en ese impulso a “captar el momento”. Las personal”[23]. Puede ser una precondición del
arquitecturas pictórica y dibujísticamente trastocadas de narcisismo o una fisura cuando se distiende la
Pedro Barateiro tiene una mezcla de presencia represión. Pienso en una obra como A frame,
y, al mismo tiempo, de una procesualidad que la Judd and Sontag Quote (2006) en la que “conviven”
socava. Derrida sostiene que sólo porque no hay o, mejor, se erosionan unos esquemas geométri-
presencia plena es posible la experiencia, entre cos para-minimalistas con la cita de Susan Son-
otras cosas, de la obra de arte[19]. Hay una diso- tag de la que no podemos leer más que palabras
lución consciente de la lógica, todavía moderna, rotas: something, that, perhaps o “art is a false”;
del original[20], en beneficio de una estética híbri- una mancha blanca descendente podría cubrir-
da en la que la referencia no es dogmática. “Si lo todo, no tanto en un velamiento del sentido
el arte posmoderno es referencial, lo cierto es cuanto en una cruda manifestación de los lími-
que sólo hace referencia “a la problematización tes de la interpretación.
de la actividad de la referencia”. Por ejemplo, Lacan recuerda en su análisis sobre la sig-
puede “robar” tipos e imágenes para desarrollar nificación del delirio, un artículo de 1908 de
una “apropiación” de cariz crítico –tanto res- Abraham en el que describe el comportamiento
pecto a una cultura en la que las imágenes son de un demente precoz y de su desafectividad,
mercancías, como a una práctica estética que a partir de su relación con los objetos: amon-
permanece (nostálgicamente) apegada a un arte tona durante meses piedra sobre piedra, guija-
de originalidad”[21]. rros vulgares que tienen para él el valor de un
Conviene tener presente que cuando el sujeto importante bien. A fuerza de amontonar tantas
se aproxima demasiado a la fantasía se produce piedras sobre una tabla, ésta se quiebra con gran
el (auto)borramiento. Queda, manifiestamente estrépito, barren todo y el personaje que parecía
en el imaginario de Barateiro, la obra de arte conceder tanta importancia a su tarea acumulati-
como aphánisis[22]: el dibujo como delirio oníri- va no presta atención a lo que pasa ni protesta
co de todo lo que (no) podría pasar, la pintura ante la evacuación completa de los objetos de
como borrón o mancha, la arquitectura como su deseo. Sencillamente, vuelve a empezar y
“cimiento” extrañado. Importa el hallazgo, ese acumular una tras otra las piedras: “darían ga-
azar que desestabiliza todos los planes. Kris- nas de hacer con este apólogo una fábula para
teva sostiene que, en el límite de la represión mostrar que eso hacemos todo el tiempo. Diría
primaria la conciencia no cesa de extraviarse al aún más: acumular multitud de cosas sin valor,
intentar transformar en significaciones las de- tener que pasarlas de un día al otro por pérdidas
marcaciones fluidas de los territorios inestables y beneficios, y volver a empezar, es muy buena
por los que desplaza. Lo sublime (que suceda señal. Porque cuando el sujeto permanece ape-
algo y no más bien la nada) bordea a lo abyecto, gado a lo que pierde, no puede soportar su frus-
siendo ambos extremos de la no posesión o de la tración, es cuando podemos hablar realmente
carencia de objeto, en un caso por la memoria de sobrevaloración de los objetos”[24]. Acaso lo
sin fondo en un resplandor que es pérdida para único que podamos defender sea aquello por lo
el ser y en el otro al ser síntoma de un lenguaje que la pasión se ha derramado, especialmente
que al retirarse estructura el cuerpo como algo las obsesiones son la materia sobre la que el
anómalo, extranjero o monstruoso. “Lo abyecto artista trabaja. Deleuze ha señalado que la re-

d 167
A FRAME, JUDD AND SONTAG QUOTE, 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)

petición es la potencia del lenguaje, implicando a ella y arrancarle la pequeña diferencia que ac-
una idea de creación siempre excesiva. Acaso túa en otra parte y simultáneamente entre otros
la tarea esencial del arte sea hacer funcionar a niveles de repetición, e incluso hace resonar los
la vez todas las repeticiones, con su diferencia dos extremos de las series habituales de consu-
de naturaleza y de ritmo, su divergencia y su mo con las series instintivas de destrucción y de
descentramiento: “pues no hay otro problema muerte, juntando así el retablo de la crueldad
estético que el de la inserción del arte en la vida con el de la imbecilidad”[25]. Pedro Barateiro, no
cotidiana. Cuanto más estandarizada aparece cabe duda, acumula, de forma (deliberadamente)
nuestra vida cotidiana, cuanto más estereotipa- delirante, cosas: la fotografía, el dibujo, la pintu-
da, sometida a una reproducción acelerada de ra, la referencia arquitectónica y la presentación
objetos de consumo, más debe el arte apegarse cruda del “trabajo”. Su forma de apilar queda

d 168
alegorizada en la fijación que tiene por los palés. acaso tenga alguna semejanza con aquel viento
Así los encontramos, entre otras piezas, en O que que arrastraba al ángel benjaminiano incapaz
é que passa aquí? (2006), en Easy Love (2006), en de otra cosa que volver la vista hacia atrás para
One place after another (2006) o en Um dia como outro contemplar como las ruinas crecían hasta tocar
qualquer (2006). el cielo. No podemos, ciertamente, aspirar a una
La estética de Pedro Barateiro guarda rela- salida mesiánica de nuestra crisis, ni esperar que
ción con aquella causalidad acrónica que Sarduy el pretendido “arte político” (aquella respuesta
llamó retombée (causa y consecuencia sin sucesión vanguardista a la estetización fascista de la polí-
temporal, sino en estricta coexistencia o bien tica) pueda superar lo obvio o salir, tirándose de
precediendo, de forma extraña, la segunda a la los pelos, del pantano de la propaganda, el verda-
primera, para llegar a la imagen de que ambas dero lenguaje de las masas[29]. En buena medida
pueden barajarse como en un juego de naipes): Estrutura Social de Pedro Barateiro es un detourme-
“Retombée es también una similaridad o un pare- nent de la propaganda “arquitectónica”[30].
cido en lo discontinuo: dos objetos distantes y sin La hibridación estética de Barateiro es un
comunicación o interferencia pueden revelarse lúcido ejercicio de conexión entre una multipli-
análogos; uno puede funcionar como doble -la cidad, un juego de intensidades[31] en el que la
palabra también toda en el sentido teatral del pintura revela su capacidad para enmascarar el
término- del otro: no hay ninguna jerarquía de espacio. “Y qué es –pregunta Slavoj Zizek– el
valores entre modelo y copia”[26]. Esa causalidad arte (el acto de pintar) sino un intento de déposer,
acrónica en lo que llamaré, acercándome a los “establecer” en la pintura esta dimensión trau-
planteamientos de Jacques Derrida, el pensamiento mática, de exorcizarla al externarla en la obra
de la huella[27], algo que se revela y oculta al mismo de arte”[32]. Aquel regreso a lo real propuesto
tiempo. El horror de la huella es un tema esencial por las instalaciones[33] es asumido por la pintu-
en el seno de lo moderno (desde la anatemati- ra, entendida por algunos como un generic art[34].
zación del ornamento que realiza Loos hasta el Barateiro propone, en la galería Pedro Cera de
miedo sartreano a estar marcado por un destino Lisboa, Ensaios para uma Pintura Sonora (2003), in-
irrevocable). Pero el artista es el que resiste a la tenta que algo diferente suceda en un “espacio
pulsión de no dejar rastros, ese que, a partir de lo domesticado”. En buena medida estaría plan-
mismo (las obsesiones) genera lo diferente, el que teándose la siguiente cuestión: ¿qué es un lugar?.
deja por todas partes huellas: “virus, lapsus, gér- Como Michel Serres advirtiera en su libro Atlas,
menes, catástrofes, signos de la imperfección que tenemos que hallar una nueva definición de un
son como la firma del hombre en el corazón de lugar-tránsito, donde se superponen el mapa
ese mundo artificial”[28]. Con un fino sentido del real y el virtual, en un plegamiento incesante[35].
humor y una voluntad desacralizante, Barateiro Pedro Barateiro convierte la galería en un espa-
muestra que tras las frágiles fachadas de la cultu- cio de trabajo, rompe los límites entre el estudio
ra se encuentra el miedo a la “contaminación” a y el lugar de exhibición glacial de las obras[36].
la impureza del afuera, como puede advertirse en Desde A Historia Como Qualquer Coisa de Provisório
la magnífica serie titulada Trabalhar de noite/Dormir (2003), cuando usó el espacio del edificio Inter-
de día (2004). Ricardo Nicolau dice, en su texto press durante un mes como atelier, este artista ha
“Ocupacao do Solo”, que los espacio de Bara- dejado claro que no está dispuesto a asumir los
teiro están atravesados por un “vendaval” que ideales “higienizadores” de la museística, vale

d 169
decir, que no va a borrar las huellas, antes al En este (des)tiempo la pintura que hemos lla-
contrario, él quiere que se vea que ahí, donde mado híbrida es, aunque suene banal, un objeto
se produce la sublimación estética, (también) se no identificado. En definitiva podemos pensar en
ha trabajado[37]. Barateiro descentra y abisma el es- la pintura como aquello que no necesitamos, una
pacio “neutral” del arte que no está, ni mucho completa inutilidad[44], una disciplina sin lu-
menos, vacío aun cuando no aparezca, propia- gar[45] que Barateiro “despliega” sobre la “so-
mente, nada[38]. lidez” arquitectónica. Este artista va más allá
A pesar de la proliferación “imperial” del de la abstracción, lo sumamente aberrante[46],
Museo en la contemporaneidad[39], estamos hacia lo concreto. Su particular retórica carto-
completamente sumidos en la amnesia. “Sólo gráfica o, mejor, la deriva psicogeográfica[47] es
desde cierta lejanía respecto al mundo real es po- una combinación del deseo de proponer sitios y
sible abrirse a una comprensión lúcida del mis- del placer nómada. El arte nómada está definido,
mo; sólo desprendiéndose de un mundo que se según Deleuze y Guattari, por la visión próxi-
origina del derrumbamiento del mundo mismo ma y el espacio háptico que oponen, respecti-
vamente, a la visión alejada y al espacio óptico,
en el que habitan cosas y abriéndose a la reve-
característicos del territorio estriado. En sus mo-
lación del vacío y a la conciencia de la ausencia
vimientos el nómada tiene que atenerse a la hue-
que sustenta este mundo en el cual vivimos. Pero
llas, descartar las suyas, si las reconoce, evitar el
esa lejanía debe ser contrarrestada con una con-
camino circular: en el desierto el camino cambia
ciencia viva con ese mundo sin cosas, toda vez
constantemente de dirección. Pero los ojos tienen
que es sólo en él donde pueden brillar indicios
una cualidad táctil, “es una animalidad que no
y vestigios de lo que huyó o de lo que está acaso
se puede ver sin tocarla espiritualmente, sin que
por venir. La experiencia filosófica de hoy tiene,
el espíritu no devenga dedo, incluso a través del
pues, en la falta de las cosas, y en la memoria y
ojo”[48]. La rebelión (moderna) de la materia obli-
esperanza que esa falta, sentida dolorosamente,
ga al artista al nomadismo. Los viajes no se dis-
desencadena, su apoyatura mundana”[40]. Aque-
tinguen ni por la cualidad objetiva de los lugares
lla “agorafobia espiritual” de la que hablara Wo-
ni por la cantidad mensurable del movimiento,
rringer en su libro Abstracción y naturaleza[41], queda sino por el modo de espacialización, por la manera de
corregida en esta visión de nuestro tiempo como relacionase con los lugares. Toynbee sugiere que
crisis de la memoria, como una ausencia de lo con- los nómadas lo son a fuerza de no moverse, de
creto que lleva a una visión totalizadora. Kra- no migrar, de mantenerse en el espacio liso que
cauer señaló que nunca ha habido una época se niegan a abandonar. Barateiro, que ha sentido
tan informada sobre sí misma, gracias a la foto- la atracción del laberinto y del espacio vacío[49],
grafía, aunque propiamente ese aluvión de fotos convierte las fracturas del territorio o la ausencia
derrumba los diques de la memoria y así nunca de coordenadas en rizoma, huella de una inten-
ha habido un periodo que supiera tan poco de sidad inesperada. Detrás del mapa se encuentra
sí mismo[42]. Aunque metamos todos los fetiches el terreno salvaje de las pulsiones. A través de los
en las vitrinas perfectas, la experiencia, poco a escombros de lo moderno se produce una suerte
poco, se irá pudriendo; ese desgaste, propio de un de katábasis del imaginario nómada[50].
tiempo desquiciado[43], anima a la mirada de los En la obra titulada I Have No Words (2006) se
entropólogos. imponen unas marcas pictóricas sobre una foto-

d 170
grafía en la que se ve un edificio y unas ruinas. algo de cadáver revivido[57]. Podríamos aceptar, con
Lejos de lo sublime, Barateiro apuntala las demo- Kracauer, que la planetarización de los medios
liciones. Si en los dibujos de 2004 y 2005 surgía de comunicación y la conversión de la mirada
la memoria del museo en ruinas[51], en sus “cua- en “dispositivo fotográfico” abrieron una ten-
dros” recientes se produce la deconstrucción del dencia a la destrucción de los procesos cogni-
legado modernista[52]. El paisaje entrópico es, ine- tivos y mnemónicos. Frente a la amnesia de la
vitablemente, ruinoso. La ruina no es, aunque lo modernidad o la complacencia en los escánda-
parezca, el “objeto del siglo”, el espacio de una los pactados a los que llegó la rutinarización de
memoria que intenta superar la represión. Por- la estrategia del shock, surgen tipologías seriales
que lo peor de todo no son esos escombros que que tienen carácter paratáctico, en las que se
pueden ser considerados, tal y como pensara enfatiza la relativa homogeneización de fuentes
Heráclito, como “el mundo más bello”, sino la y materiales, “y su ostentosa desdramatización
ausencia de algo con lo que iniciar la labor del y desespacialización de la dinámica del collage,
duelo: “Para un tiempo que inventó la destruc- el collage en cuanto archivo se define como una
ción sin ruina, hay que pensar de otra manera, mera colección de imágenes-citas, ordenadas de
otra cosa, concebir otro objeto. El objeto de una acuerdo con el principio de la alineación archi-
época en la que algo puede tener lugar más allá vística, con su colación lapidaria y monótona,
de la memoria y del olvido. ¿Qué puede hacer con una cosa situada al lado, o después, de la
Simónides, en efecto, ante un lugar vacío?¿Qué otra”[58]. El archivo necesita de una domiciliación,
puede hacer si, además de la muerte, también esto es, de una asignación de residencia; se trata
las ruinas están muertas?¿Cuándo no queda de consignar reuniendo los signos, formas un
huella de la más mínima huella?¿Cómo recor- concepto en general, capturar todos los sujetos en
dar lo que no dejó resto? La memoria misma sus formas de habitar, hacer fotografías para
está muerta. Simónides el poeta es reducido al apartar la pulsión de pérdida[59]. Podemos aceptar
silencio. Podría postularse que allí no hubo ja- que el archivo es una invocación, tiene lugar en
más nada, ni temblor de tierra, ni nadie. Aque- el desfallecimiento originario y estructural de la
llo no se habrá vuelto impensable, inimagina- memoria.
ble. Más que de las ruinas, habría que hacer Un artista como Pedro Barateiro que medita,
caso de su ausencia”[53]. Tardaremos en salir del dibuja o emborrona la ciudad, obsesionado por la
estupor ante la gran demolición y, por supuesto, to- circulación y la inestabilidad, sabe que la comu-
davía tendremos que acompañar al pensamiento y nidad está desobrada[60]. Demasiado tarde para el
a la esperanza en su caída en el oscuro agujero, en ese (neo)clasicismo si no es en la forma de un cinis-
solar desnudo, donde los cimientos son ya espec- mo violento[61]. Estamos oscilando en el espacio
trales[54]. No tenemos palabras ni siquiera para intermedio entre seducción y pornografía, esto
sublimar el desastre. es, entre apariencia y simulación[62]. Vamos, por
La obsesión cartográfica le lleva a Pedro Bara- emplear términos queridos por Beckett, rumbo
teiro a investigar nuevas posibilidades espaciales, a peor, hacia una catástrofe interminable[63] en
manteniendo siempre una cuestión candente: un planeta enfermo[64]. La pregunta del principio
“¿de qué modo existe un espacio?”[55]. Sufrimos sigue siendo, inevitablemente, la del final: “O
una amnesia topográfica, eso que se ha denomi- que estamos aquí a fazer?”[65]. Seguramente lo
nado el síndrome de Elpenor[56], y el propio arte tiene que aun seguimos buscando es una clase distinta

d 171
de acción[66]. ¿Qué es lo que late en Late painting documentos fotográficos de una realidad vidrio-
(2006)? Un campo con una vallas efímeras, un sa y tremenda en la que, de forma inhóspitas,
árbol solitario cerca y, al fondo, un bosque; en valga la paradoja, vivimos. Eso (no) está fuera de
el borde de la pintura sobre la que se escribe late nuestro alcance[68]. Todo, incluso lo desgastado,
modernism junto al esquema de una escalera, en- retorna[69]. A lo mejor el latido o el presentimien-

SEM TITULO (ANTROPOLOGIA ABSTRACTA), 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)

contramos una palabra crucial: capital. El final to de Pedro Barateiro es que ahí, en ese urbanis-
del modernismo quedó materializado por una mo (in)decoroso, tiene que pasar algo[70]. Pero eso
lata. La sopa Campbell entrega la esencia del es otra historia
pensamiento pop, algo no sólo indigesto sino, lite-
1 En el sentido de Rosalind Krauss, esto es, de una “lógica
ralmente, venenoso. Cuando lo que tenemos son expandida” que hace que la pintura se vuelva tridimensional
restos acaso nos quede (o reste) tan sólo echar, o que asuma la contaminación de lo fotográfico o incluso que
busque la “vitamina” (valga el guiño a los productos Phaidon)
como suele decirse, el resto[67]. Con manchas, de lo dibujístico.
dibujos, pinturas que llegan cuando parece que 2 Cfr. Douglas Crimp: “The End of Painting” en On the
Museum´s Ruins, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts,
es, demasiado tarde, pero también rescatando 1995, pp. 84-105.

d 172
3 “[...] también la ironía ha quedado subsumida. Enfrentarse do quase sempre a fotografar edifícios, lugares em construção ou
al mundo de forma vagamente irónica, un tanto sarcástica, se ha abandonados?” (Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidade
convertido en un cliché claramente irreflexivo” (Thomas Law- em construção – O artista enquanto espectador)” texto para Es-
son: “Última salida: la pintura” en Brian Wallis (ed.): Arte después trutura Social. Pedro Barateiro, Musu Nacional de História Natural,
de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Sala do Veado, 2006).
Akal, Madrid, 2001, p. 164). 13 “La experiencia arquitectónica es una deriva, un arrastra-
4 “A veces me parece que la historia de la pintura moderna se miento incontrolado que a través de la continua mudanza del
puede leer como la historia de la pintura tradicional puesta del cuadro perceptivo cambia continuamente lo que se ve: carece
revés, como una película proyectada hacia atrás: un desmante- de marco o, mejor dicho, tiene un marco que se ensancha por
lamiento regresivo y sistemático de los mecanismos inventados todos lados. Es por definición incompleta, pero no fragmentaria,
a lo largo de siglos para hacer convincentes las representaciones porque consiente, por el contrario, experimentar la continuidad
pictóricas del doloroso triunfo de la cristiandad y de las historias del espacio, la mezcolanza y la intersección de todas las cosas
de la gloria nacional. Así, las superficies transparentes se llenaron entre sí, la porosidad y tangencia de lo real” (Mario Perniola: El
de grumos de pintura, los espacios se aplanaron, la perspecti- sex appeal de lo inorgánico, Ed. Trama, Madrid, 1998, p. 111).
va se hizo arbitraria, el dibujo se despreocupó de que hubiese 14 Craig Owens tomó del libro El relato especular de Lucien
correspondencia con los esquemas reales de las figuras, el som- Dallenbach la noción de mise en abyme, que Derrida describirá
breado fue eliminado a favor de áreas de tonos saturados que no como fundamental operación del texto, aplicándola a lo foto-
preocupaban de los bordes de las formas, y las formas mismas gráfico: una reduplicación especular que produce lo diferente a
dejaron de ser representativas de lo que el ojo realmente capta partir de lo mismo. Al final de un ensayo crucial, Owens habla de
de la realidad perceptual. El lienzo monócromo es el estadio final Smithson como el artista que, ejemplarmente en The Monuments
de este procedimiento colectivo de despictorialización hasta que of Passaic o en los desplazmientos de espejos en Yucatán, revela
a alguien se le ocurra atacar físicamente el propio lienzo acu- la experiencia abismal de la ausencia. Cfr. Craig Owens: “Pho-
chillándolo” (Arthur C. Danto: “Abstracción” en La Madonna del tography en abyme” en Beyond Recognition. Representation, Power, and
futuro. Ensayos en un mundo del arte plural, Ed. Paidós, Barcelona, Culture, University of California Press, 1992, pp. 16-30.
2003, p. 235). 15 “A exposição que aqui se apresenta [Estrutura Social] é um
5 Cfr. Arthur C. Danto: Después del fin del arte. El arte contemporá- exercício que se desdobra a partir da ideia de construção de
neo y el linde de la historia, Ed. Paidós, Barcelona, 1999, pp. 79-95. identidade social feito através de documentos e imagens “em-
6 Pedro Barateiro dispone como cita de entrada de su texto prestadas”, numa leitura e apropriação dessas para uma base de
para la muestra “Estrutura Social” una meta-cita de Crary que pensamento” (Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidade
remite a Virilio: “O campo de visão sempre me pareceu compa- em construção – O artista enquanto espectador)” texto en Es-
rável a um campo de escavação arqueológica”. trutura Social. Pedro Barateiro, Museu Nacional de História Natural,
7 “Nestes desenhos destacam-se as alusões a museus, monu- Sala do Veado, 2006).
mentos, demarcação de propriedade, (im)possibilidades de circu- 16 Douglas Crimp: “Imágenes” en Arte después de la modernidad.
lação” (Ricardo Nicolau: “Ocupacao do Solo”). Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal, Madrid,
8 “A veces da la impresión de que el problema al que se en- 2001, p. 186.
frentan los pintores es la competencia por parte de las nuevas 17 “La desintegración del signo –que parece ser el gran asun-
tecnologías, pero pienso cada vez más que con lo que realmen- to de la modernidad- está ciertamente presente en la empresa
te se las tienen que ver es con una crisis de significado” (Barry realista, pero de una manera en cierto modo regresiva, ya que
Schwabsky: “Pintar ahora” en ExitExpress, n° 6, Madrid, Octubre se hace en nombre de una plenitud referencial, mientras que,
del 2004, p. 11). hoy en día, se trata de lo contrario, de vaciar el signo y de hacer
9 Cfr. Thomas McEvilley: The Exike´s Return. Toward a Redefini- retroceder infinitamente su objeto hasta poner en cuestión, de
tion of Painting for the Post-Modern Era, Cambridge University Press, una manera radical, la estética secular de la “representación””
1993. (Roland Barthes: “El efecto de realidad” en El susurro del lenguaje,
10 “La pintura, por tanto, desprovista del contorno que le per- Ed. Paidós, Barcelona, 1987, p. 187).
mitía dibujarse contrastiva y jerárquicamente, pasa de un estado 18 “Describir [dépeindre] es [...] remitir de un código a otro y
de “limitación” a otro de “i-limitación”, en lo que supone de no de un lenguaje a un referente. Así, el realismo no consiste en
inauguración de una fase poscrítica, caracterizada por su condi- copiar lo real sino en copiar una copia (pintada) [...] Por obra de
ción distendida y expandida” (Pedro A. Cruz Sánchez y Miguel una mimesis secundaria (el realismo) copia de lo ya está copiado”
Ángel Hernández-Navarro: Impurezas: el híbrido pintura-fotografía, (Roland Barthes: S/Z, Ed. Siglo XXI, México, 1980, p. 46.
Ed. Consejería de Educación y Cultura de la Región de Murcia, 19 “La presencia significaría la muerte. Si la presencia fuera
2004, p. 95). posible, en el sentido pleno en el que un ser que es ahí donde
11 Cfr. Marc Augé: Los “no lugares”. Espacios del anonimato. Una está, que se aparece pleno ahí donde está, si esto fuera posible no
antropología de la sobremodernidad, Ed. Gedisa, Madrid, 1993, p. 83. existiría ni Van Gogh ni la obra de Van Gogh, ni la experiencia
12 “Encontrei-me a reflectir sobre a forma como temos tratado que nosotros tenemos de esa obra” (Jacques Derrida entrevistado
o nosso espaço físico e mental. Isto levou-me a pensar numa cer- por Peter Brunette y David Wallis: “Las artes espaciales” en Ac-
ta identidade que inscrevemos nos lugares que escolhemos para ción Paralela, n° 1, Madrid, Mayo 1995, p. 19).
viver e como esta construção, que de certa forma começa como 20 Comentando una obra de Sherrie Levine de 1978 en la que
um gesto de violência contra a natureza e contra os outros seres el perfil de Kennedy está ocupado por una madre con su hija en
vivos, transforma a nossa identidade e a identidade do espaço. brazos, señala Douglas Crimp que no se puede, ahí, localizar la
Quando é que o espaço das ideais e dos pensamentos começa obra de arte original: “era precisamente este tipo de abandono del
a agir no espaço físico das acções? Estarão os nossos corpos a medio en cuanto tal lo que nos permitía hablar de una ruptura con
reagir a impulsos ou apenas a repetir os mesmos movimentos? la modernidad o, más exactamente, con lo que Michel Fried con-
Enquanto olhava para as fotografias apercebi-me que tenho esta- sideraba moderno” (Douglas Crimp: “Imágenes” en Arte después

d 173
de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. 34 Cfr. Barry Schwabsky: “Painting in the Interrogative Mode”
Akal, Madrid, 2001, p. 185). en AA.VV.: New Perspectives in Painting, Phaidon Press, Nueva
21 Hal Foster: “Asunto : Post” en Arte después de la modernidad. York, 2003, p. 5.
Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal, Madrid, 35 “¿Dónde estoy?¿Quién soy?¿Se trata de una misma pregun-
2001, p. 197. ta que sólo exige una respuesta sobre el ahí? Sólo habito en los
22 “Hay una brecha que separará eternamente el núcleo fan- pliegues, sólo soy pliegues. ¡Es extraño que la embriología haya
tasmático del ser del sujeto de las formas más “superficiales” de tomado tan poco de la topología, su ciencia madre o hermana!
sus identificaciones simbólicas y/o imaginarias –no me es nunca Desde las fases precoces de mi formación embrionaria, morula,
posible el asumir totalmente (en el sentido de integración simbó- blástula, gastrulla, gérmenes vagos y precisos de hombrecillo, lo
lica) el núcleo fantasmático de mi ser: cuando me acerco dema- que se llama con razón tejido, se pliega, efectivamente, una vez,
siado, lo que ocurre es la aphánisis del sujeto: el sujeto pierde su cien veces, un millón de veces, esas veces que en otros idiomas
consistencia simbólica, se desintegra. Y, quizás, la actualización nuestros vecinos siguen llamando pliegues, se conecta, se desga-
forzada en la sociedad real misma del núcleo fantasmático de rra, se perfora, se invagina, como manipulado por un topólogo,
mi ser es la por y más humillante forma de violencia, una vio- para acabar formando el volumen y la masa, lleno y vacío, el
lencia que mina la base misma de mi identidad (mi “imagen de intervalo de carne entre la célula minúscula y el entorno mun-
mí mismo”)” (Slavoj Zizek: El acoso de las fantasías, Ed. Siglo XXI, dial, al que se le da mi nombre y cuya mano en este momento,
México, 1999, p. 197). replegada sobre sí misma, dibuja sobre la página volutas y bucles,
23 Julia Kristeva. Poderes de la perversión, Ed. Siglo XXI, México, nudos o pliegues que significan” (Michel Serres: Atlas, Ed. Cáte-
1988, p. 21. dra, Madrid, 1995, p. 47).
24 Jacques Lacan: “La significación del delirio” en Las Psicosis, 36 “Não é por acaso que na maioria das suas apresentações
Ed. Paidós, Buenos Aires, 1992, p. 34. Pedro Barateiro insiste em confundir local de produção e de
25 Gilles Deleuze. Diferencia y repetición, Ed. Jucar, Barcelona, recepção, tornando idênticos atelier e galeria, sublinhando as
1988, p. 461. categorias que determinam ideologicamente a sua separação e
26 Severo Sarduy. “Nueva estabilidad” en Ensayos generales sobre apontando para determinados protocolos institucionais do mun-
el Barroco, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1987, p. da da arte” (Ricardo Nicolau: “Ocupação do Solo”).
35. 37 Miguel Amado ha señalado que Barateiro deja en la galería,
27 Cfr. Jacques Derrida: Dar (el) tiempo, Ed. Paidós, Barcelona, entre otras cosas, botellas de vino y de cerveza vacías, “todo uma
1995, p. 26. panoplia de elementos que evocam nao o lugar da exhibicao mas
28 Jean Baudrillard: “La escritura automática del mundo” en da criacao artística. A contaminacao entre o estúdio o espaco
La ilusión y la desilusión estéticas, Ed. Monte Ávila, Caracas, 1997, expositivo define a prática de Pedro Barateiro desde o início do
p. 85. seu percurso e a exposicao “What are we doing here?” assume-se
29 Cfr. Paul Virilio: La máquina de visión, Ed. Cátedra, Madrid, como o expoente máxio desta área de interesses” (Miguel Ama-
1989, pp. 23-25. do: “Pedro Barateiro: “A funcao do estúdio””).
30 “O video Estrutura Social é uma metáfora para a constru- 38 “Descentramiento designa así primero la ambigüedad, la osci-
ção de um outro mundo, feito das mesmas imagens, sem o tom lación entre identificación simbólica e imaginaria –la indecisión
impositivo e panfletário que domina os filmes de propaganda, e con respecto a dónde está mi verdadera clave, en mi yo “real” o
sem a dimensão política que o capitalismo exerceu sobre o desen- en mi máscara externa, con las posibles implicaciones de que mi
volvimento das civilizações ocidentais em relação a si próprias e, máscara simbólica pueda ser “más real” que lo que oculta, que el
como consequência, ao resto do mundo” (Pedro Barateiro: “Es- “rostro verdadero” tras ella” (Slavoj Zizek: El acoso de las fantasías,
trutura Social. (Identidade em construção – O artista enquanto Ed. Siglo XXI, México, 1999, p. 161). El descentramiento (en
espectador)” texto en Estrutura Social. Pedro Barateiro, Museu Na- vez de la pantalla cartesiana de la conciencia central que consti-
cional de História Natural, Sala do Veado, 2006). tuye el foco de la subjetividad), en el cierto sentido, un medio de
31 “Es necesario aceptar con alegría que el destino de toda identificación del vacío.
situación sea la infinita multiplicidad de los conjuntos, que ningu- 39 “El mundo como museo, el Estado como administración del
na profundidad pueda nunca establecerse, que la homogeneidad museo, los ciudadanos como vigilantes del museo, para que no
del múltiple lo lleve ontológicamente sobre el juego de las intensi- se olvide la omnipresente “protección de instalaciones”: precios
dades” (Alain Badiou: Court traité d´ontologie transitoire, Ed. du Seuil, de entrada en lugar de impuestos. Ya ahora se puede reconocer
París, 1998, p. 22). cómo se cumplen las funciones de la memoria y la amonestación:
32 Slavoj Zizek: El acoso de las fantasias, Ed. Siglo XXI, México, se pretende que determinadas instituciones, ruinas o construc-
1999, p. 33. ciones no sean visitadas. De hecho, porque no hay prácticamente
33 “La instalación [...] constituye la operación última mediante nada para lo que no se pudiera fundar una sociedad protectora.
la que el arte escapa a las evidencias desprovistas de realidad de Nos ejercitamos protegiendo. Y esto a su vez es tan merecedor de
lo cotidiano (evidencia de las palabras, evidencia de la arquitec- protección que debería ser protegido de cualquier tipo de epílogo
tura, evidencia de las imágenes...) para convertirlas en su materia (Nachrede) que se le intente poner, en especial del difamatorio”
prima. Dicho de otra manera, se sitúa en el lugar opuesto no (Hans Blumenberg: “Un futuro (a: 1990)” en La posibilidad de com-
sólo a cualquier operación de ficción, sino también a cualquier prenderse, Ed. Síntesis, Madrid, 2002, pp. 148-149).
operación de desciframiento, de elucidación del misterio: es más 40 Eugenio Trías: La memoria perdida de las cosas, Ed. Mondadori,
bien una especie de regreso a lo real (penoso y difícil regreso si Madrid, 1988, p. 81.
nos fijamos en los artificios y en las complejidades de nuestro 41 W. Worringer. Abstracción y naturaleza, Ed. Fondo de Cultura
entorno actual, esta mezcla de ciberespacio y de estereotipos, de Económica, Madrid, 1997, p. 135.
palabras obligadas y de fórmulas convenidas)” (Marc Augé: “Del 42 Cfr. Siegfried Kracauer: “La fotografía” en Estética sin territo-
espacio a la mirada: ¿qué es un objeto de arte?” en Ficciones de fin rio, Colección Arquilectura, Murcia, 2006, p. 291.
de siglo, Ed. Gedisa, Barcelona, 2001, p. 126).

d 174
43 “The time is out of joint. El mundo va mal. Está desgastado una oportuna katabasis eis antron, un descenso al infierno de la
pero su desgaste ya no cuenta. Vejez o juventud –ya no se cuenta iniciación y del conocimiento secreto. El viaje por la historia de
con él. El mundo tiene más edad que una edad. La medida de la humanidad tiene como fin restaurar al hombre como un todo
su medida nos falta. [...] Contra-tiempo. The time is out of joint. al despertar el recuerdo de la sangre” (Carl G. Jung: “Picasso”
Habla teatral, habla de Hamlet ante el teatro del mundo, de la en Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia. Obra completa.
historia y de la política. La época está fuera de quicio. Todo, Volumen 15, Ed. Trotta, Madrid, 1999, p. 129).
empezando por el tiempo desarreglado, injusto o desajustado. El 51 “Os desenhos, realizados entre 2004 e 2005 e mostrados
mundo va muy mal, se desgasta medida que envejece, como dice em diversas exposições colectivas, constituem representações de
también el Pintor en la apertura de Timón de Atenas (tan del gusto museus ou monumentos imaginários, construções destrocadas,
de Marx, por cierto). Ya que se trata del discurso de un pintor, por vezes em ruína, sem coordenadas espacio-temporais que as
como si hablara de un espectáculo o ante una pintura: “How goes identifiquem, gizadas com um risco de natureza ambivalente na
the world? –It wears, sir, as it grows”” (Jacques Derrida: “Desgastes. medida em que balança entre uma gestualidade de carácter im-
(Pintura de un mundo sin edad)” en Espectros de Marx. El estado pulsivo, plena de espontaneidade, e a quase precisão do traçado
de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional, Ed. Trotta, geométrico, necessariamente ciente de si mesmo” (Miguel Ama-
Madrid, 1995, p. 91). do: “Pedro Barateiro: “A função do estúdio”).
44 Lyotard señalaba que la imposibilidad de la pintura surge 52 Ese es, también el título, de una de sus obras: Deconstrucao do
de la mayor necesidad de que el mundo industrial y postindus- legado Modernista – Variacao sobre duas esculturas de A. Calder (2006).
trial tecno-científico, ha tenido de la fotografía, “al igual que este 53 Gérard Wajcman: El objeto del siglo, Ed. Amorrortu, Buenos
mundo necesita más al periodismo que a la literatura” (Jean- Aires, 2001, p. 21.
Francois Lyotard: “Presenting the unrepresentable: the sublime” 54 Fue, aparentemente sencillo, anatematizar a Stockhausen
en Artforum, Nueva York, abril de 1982, p. 67). por proclamar que la destrucción de las Torres Gemelas era la
45 “En la actualidad, la pintura es una disciplina sin lugar, un “tra- obra de arte total, lo más grande que jamás se hubiera visto:
yecto” sin dirección y sin ningún tipo de “subrayado ontológico” “The world [is going] to ruin” warned Karl Kraus, and “man´s
que le permitiera contrastarse con el “fondo de polución” inte- feeling of superiority triumphs in the expectation of an spectacle
grado por el resto de los medios. Su conmutación en la interfaz to which only contemporaries are admitted”. Like Stockhausen,
hace que, al igual que sucede con otros lenguajes condenados al the grand old master of electronic music, flying into raptures
desarraigo, la totalidad de sus especificidades se hayan disuelto over the spectacle of the New York attacks which killed four
en un gran e inestable ámbito: el de la imagen” (Pedro A. Cruz thousand people in September 2001: “What we have witnessed is
Sánchez y Miguel Ángel Hernández-Navarro: Impurezas: el híbri- the greatest work of art there has ever been!” (Paul Virilio: Ground
do pintura-fotografía, Ed. Consejería de Educación y Cultura de la Zero, Ed. Verso, Londres, 2002, p. 45). Cuando la realidad se ha
Región de Murcia, 2003, p. 110). vuelto apariencia de sí misma, ese atentado colosal nos obliga a
46 “El paso de la abstracción es un acontecimiento considera- recorrer (con los placeres y miedos más extraños) el espacio de
ble, el fin de un sistema de representaciones; seguramente no el la precariedad.
fin del arte, muy por el contrario, pero, con todo, veo en la abs- 55 João Pinharanda ha considerado que esa es la pregunta
tracción una renovación total de las cosas y a la vez una aberra- fundamental de Pedro Barateiro: “A saber. De que modo existe
ción, potencialmente peligrosa en la medida en que su finalidad um espaço? E para quem? Em que momento nele distinguimos
(como la de toda la modernidad, por lo demás) es avanzar hacia o que é da ordem do saber e do parecer? Da ordem do ser o
una exploración analítica del objeto” (Jean Baudrillard: “El arte da do estar? Ou, finalmente, ordem do bidimensional e da or-
entre utopía y anticipación. Entrevista con Ruth Scheps” en El dem do tridimensional? Onde é que o espaço pictórico começa
complot del arte. Ilusión y desilusión estéticas, Ed. Amorrortu, Buenos a ser tomado pela vontade da arquitectura ou donde é que a
Aires, 2006, p. 112). arquitectura e deixa prender na armadilha do desenho-pintura?
47 “A utilização de uma retórica da cartografia nas artes plásti- Onde é que o desenho-pintura nos engana acerca das qualidades
cas tem uma história concreta, agudizando-se depois da Segunda prioperceptivas do espaço e onde é que serve para que melhor
Grande Guerra quando os artistas se empenharam numa critica entendamos a linhas, os volumes, os espaços da arquitectura?”
aos novos planeamentos urbanísticos do pós-guerra, racionais e (Joao Pinharanda: “Pedro Barateiro” en Premio EDP Nous Artistas,
funcionalistas – lembramo-nos, é claro, dos Situacionistas e da Electricidade de Portugal, 2003, p. 68).
sua particular utilização de mapas ligada a obtenção de guias psi- 56 “Sin duda porque los arquitectos y los urbanistas contem-
cogeográficos das grandes cidades, numa utópica tentativa de abo- poráneos no han escapado más que los demás a esos desarreglos
lição das coerções, a circulação e das tradicionais utilizações do psicotrópicos, a esta amnesia topográfica, calificada por los neo-
tempo, que consideravam promover a estupidez no emprego da ropatólogos de síndrome de Elpenor o sueño incompleto [El Síndrome
vida” (Ricardo Nicolau: “Ocupação do Solo”). de Elpenor, del nombre del héroe de la Odisea que cae de la te-
48 Gilles Deleuze y Félix Guattari: Mil Mesetas, Ed. Pre-textos, rraza del templo de Circe. Ejerciendo los automatismos motores
Valencia, 1988, p. 500. ordinarios del despertar en un lugar no habitual, el sujeto era
49 Pienso en la serie The Opening Stages de 2002 en torno a la víctima de una amnesia topográfica... el hecho se repite a me-
que Pedro Barateiro apunta: “No ecrá o espaco que contempla- nudo a bordo de medios de transporte rápido], se podrá decir
mos é vazio. A verticalidade do plano que se ergue perante nós pronto como Agnés Varda que las ciudades más específicas llevan en
conduz a um estado primário do cohecimento”. llas la facultad de estar siempre en ninguna parte... el decorado soñado
50 “Y ¿qué descubre en su delirante peregrinar por los mile- del olvido” (Paul Virilio: La máquina de visión, Ed. Cátedra, Ma-
nios de la humanidad?¿Qué quintaesencia destilará de la acu- drid, 1989, p. 21).
mulación de escombros, decadencia y posibilidades abortadas o 57 Hay una continuidad, cadavérica o mejor póstuma, del arte.
precozmente muertas de forma y color?¿Qué símbolo aparecerá Hal Foster ha señalado cuatro formas de ese “venir después”:
como causa última y sentido de toda disolución? [...] La nekyia una experiencia traumática, en la que se mezcla temor y deseo,
no es una caída inútil, meramente destructiva, titánica, sino lo real y lo errático del acontecimiento; un cierto ensombreci-

d 175
miento espectral que implica unas “reapariciones, el retorno de la transformación del segundo modernismo en una “ética” que
lo desaparecido: “Tras el fin de la historia, el espíritu viene como no es siquiera una versión suavizada y socializada de la promesa
reaparecido [revenant]”, escribe Derrida a propósito de la “fantolo- estética de emancipación, sino su pura y simple reversión, que
gía”, que él considera “la influencia dominante sobre el discurso vincula lo propio del arte ya no a una emancipación por venir,
de hoy en día”; “configura tanto a un muerto que regresa como a sino a una catástrofe inmemorial e interminable” (Jacques Ran-
un fantasma cuyo esperado retorno se produce una y otra vez”” ciere: El viraje ético de la estética y la política, Ed. Palinodia, Santiago
(Hal Foster: “Este funeral es por el cadáver equivocado” en Diseño de Chile, 2005, p. 48).
y delito, Ed. Akal, Madrid, 2004, p. 135). Las modalidades princi- 64 “Una sociedad cada vez más enferma pero cada vez más
pales de esa “reaparición” serían: el montaje de formas asincro- poderosa ha recreado en todas partes el mundo concretamente
nas, la recuperación de géneros o estrategias visuales pasadas de como entorno y decorado de su enfermedad, como planeta en-
moda y la tendencia incongruente, que, consiste, entre otras cosas, fermo” (Guy Debord: Planeta enfermo, Ed. Anagrama, Barcelona,
en yuxtaponer huellas de diferentes espacios. En cierta medida, 2006, p. 79).
la estética híbrida de Barateiro tiene que ver con esta última forma 65 Pedro Barateiro asume, plenamente la pregunta que daba
de manifestación artística. título a una exposición colectiva en Spike Island (Bristol) a la que
58 Benjamin H. D. Buchloh: “Fotografiar, olvidar, recordar: fue invitado: “What are We Doing Here?”: “Revestindo-se da
fotografiar en el arte alemán de postguerra” en El nuevo espectador, especificidade conferida pela exposição em si, esta pergunta pos-
Ed. Fundación Argentaria, Madrid, 1998, p. 77. sui igualmente contornos genéricos na prática de Barateiro, po-
59 Cfr. Jacques Derrida: Mal de archivo. Una impresión freudiana, dendo mesmo afirmar-se que sintetiza as suas preocupações. De
Ed. Trotta, Madrid, 1997, p. 17. ipso, decorrendo da tomada de consciência dos processos sim-
60 “La comunidad no ha tenido lugar. [...] La sociedad no se ha he- bólicos de valorização económica e cultural da arte, toda a sua
cho sobre la ruina de una comunidad. [...] Nada se ha perdido trajectória se pautou pela reflexão acerca da posição do artista no
por tanto, por esta razón nada está perdido. Sólo somos nosotros sistema artístico em particular e na sociedade em geral” (Miguel
los que estamos perdidos, nosotros sobre quienes el “vínculo so- Amado: “Pedro Barateiro: “A função do estúdio””).
cial” (las relaciones, la comunicación), nuestra invención, recae 66 Si, como he indicado, al comienzo de su texto para Estrutura
pesadamente como la red de una trampa económica, técnica, Social, Barateiro se apropia de Crary, cierra su escritura con una
política, cultural. Enredados en sus mallas, nos hemos forjado el declaración de Yvonne Rainer: “No seu Statement de 1972 Yvo-
fantasma de la comunidad perdida” (Jean-Luc Nancy: La comuni- nne Rainer diz: “The condition of making my stuff lies in the
dad desobrada, Ed. Arena, Madrid, 2001, pp. 29-30). continuation of my interest and energy. Just as ideological issues
61 Gordillo ha lanzado un acertado diagnóstico al respecto: have no bearing on the nature of my work, neither does the tenor
“Actualmente, en las artes plásticas se habla mucho de eclecticis- of current political and social conditions have no bearing on its
mo, y algunos osados incluso de nuevo clasicismo. En cuanto al execution. The world disintegrates around me. My connection
primero estoy de acuerdo: si se encierran muchas ratas en un es- to the world-in-crisis remain tenuous and remote. I can foresee a
pacio pequeño, si se ponen muy nerviosas y si se mueven mucho, time when this remoteness must necessarily end, though I cannot
termina por producirse una papilla de ratas: es el eclecticismo foresee exactly when or how the relationship will change, or what
por obstrucción de futuro, por carencia utópica. En cuanto al circumstances will incite me to a different kind of action” (Citado
clasicismo, no creo que vivamos una época que pueda destilar en Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidades em constru-
tan delicado licor; para ello haría falta una cierta serenidad, una cao – O artista enquanto espectador)” texto en Estrutura Social,
manera lineal y prolongada de concebir el mundo, valores creí- Museu Nacional de História Natural, Sala do Veado, 2006).
bles y creídos por una mayoría. Quizá pueda aflorar, tan sólo, un 67 “Vindicación y reivindicación de lo excluido; de lo expul-
nuevo neoclasicismo decimonónico envarado y de cartón piedra. sado. De los residuos; del resto; de lo que falta... “Es en los resi-
Yo llegaría a pensar, paradójicamente, que nuestro cínico posible duos”, ha escrito Ernst Jünger, “donde hoy en día se encuentran
clasicismo ha sido ese mundo épico de los ismos, violentos, en- las cosas más provechosas”. Allí, seguramente, encontraremos lo
trecruzados, chocando con ruido a latas” (Luis Gordillo: “Una que falta: el resto, que por serlo, es parte maldita, parte excluida. A
hermosa época para pintar un cuadro” (1983) en Luis Gordillo. los críticos les toca buscar entre las basuras; los residuos, los res-
Superyo congelado, Museu D´Art Contemporani de Barcelona, tos. Lo que nadie quiere ni siquiera para construirse una dudosa
1999, p. 155). reputación de maldito” (Ángel González García: “El resto” en El
62 “La distinción crucial entre simulacro (superposición con lo resto. Una historia invisible del arte contemporáneo, Ed. Museo de Bellas
real) y la apariencia es particularmente reconocible en el campo Artes de Bilbao y Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
de la sexualidad, como, por ejemplo, en la distinción entre por- de Madrid, 2000, p. 50).
nografía y seducción: la pornografía “lo enseña todo”, “es sexo 68 “La fotografía nos muestra una realidad anterior y aunque
real”, y por este mismo motivo produce un mero simulacro de da la impresión de idealidad, no se la recibe nunca como algo
sexualidad, mientras que el proceso de la seducción consiste en- puramente ilusorio: es el documento de una “realidad de la que
teramente en un juego de apariencias, insinuaciones y promesas, nos hallamos fuera de alcance”” (Julia Kristeva: El lenguaje, ese
y evoca por ello mismo el dominio elusivo de la Cosa sublime desconocido. Introducción a la lingüística, Ed. Fundamentos, Madrid,
suprasensible” (Slavoj Zizek: Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine 1999, p. 320).
moderno y ciberespacio, Ed. Debate, Barcelona, 2006, p. 264). “El 69 Guy Debord cita en el fragmento 51 de La sociedad del espec-
simulacro es un objeto hecho, “un artefacto”, que si bien puede táculo a Freud: “Todo lo que es consciente se desgasta. Lo que es
producir un efecto de semejanza, al mismo tiempo enmascara la inconsciente permanece inalterable, pero una vez liberado, ¿no
ausencia de modelo con la exageración de su “hiperrealidad”” cae a su vez en ruinas?”.
(Víctor I. Stoichita: Simulacros. El efecto Pigmalión: de Ovidio a Hit- 70 “Las “nuevas ciudades” del pseudocampesinado tecnoló-
chcock, Ed. Siruela, Madrid, 2006, p. 12). gico inscriben claramente en el terreno la ruptura con el tiempo
63 “El carnaval postmoderno a lo mejor no ha sido sino la histórico sobre el cual fueron construidas, su divisa bien podría
pantalla de humo que oculta un fenómeno más severo: a saber, ser: “Aquí jamás ocurrirá nada ni ha ocurrido jamás nada”. Es muy

d 176
evidente que las fuerzas de la ausencia histórica comienzan a com- A incerteza rodeia a pintura: o seu fim (desani-
poner su propio paisaje exclusivo, porque la historia que debe ser
liberada en las ciudades no lo ha sido todavía” (Guy Debord: La mado ou escatológico) carece de fim. Há neces-
sociedad del espectáculo, Ed. La Marca, Buenos Aires, 1995, frag-
sidade de se expandir[1] para não se tornar fóssil,
mento 177).
de tanta obsessão moderna pela “autonomia”.
Não se trata tanto de que o destino do imaginário
seja o informe ou que o abjecto seja a nossa prin-
Notas de rodapé acerca da obra de cipal experiência expressiva, nem sequer que o
Pedro Barateiro colapso se tenha produzido ao tentar dar resposta
à pergunta sobre as condições que fazem com
“How goes the world? –It wears, sir, as it grows”.
que uma pintura seja vista como tal, algo assina-
(Shakespeare: Timón de Atenas).
lado muito acertadamente por Douglas Crimp[2].

EASY LOVE, 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Ceras)

d 177
O problema que se articula é o da aplicação da Grandes Relatos acontecida no seio da condição
pintura, isto é, a decisão sobre a posição efectiva post-moderna. Sabemos que uma das mutações
que lhe corresponde. A posição crítico-política decisivas da prática contemporânea da pintura
ou o sociologismo não são as únicas vias para foi a ofensiva contra o cânone modernista, sus-
sair de um labirinto onde se neutralizaram muitos tentado titanicamente por Clement Greenberg,
afectos e, indubitavelmente, muitas provocações da pureza e autonomia[5]. A escavação arqueo-
foram rectorizadas ou legitimadas desde a pose lógica empreendida por Pedro Barateiro[6] leva-o
irónica . Na sociedade do espectáculo, onde
[3]
a desconstruir as pretensões de pureza do mo-
segundo Guy Debord se instaura o segredo ge- dernismo, tomando como fundo ou pre-texto o
neralizado, a falsidade sem réplica e o perpétuo espaço museal ou monumental[7], tanto quanto a
presente, a pintura não seria mais que uma activi- arquitectura funcionalista ou a dinâmica própria
dade “vergonhosa”, um entretenimento de baixa da mancha que o gestualismo exacerbara. Este
intensidade, uma forma de cumplicidade cultu- artista sabe que há que afrontar, na obra, tanto os
ral que a inércia ou, melhor, a rotina, permitiu desafios do despliegue técnico quanto a crise do
que não desaparecesse; num caso ou em outro, significado[8]. O retorno da pintura e a sua mu-
a atenção prestada a essas superfícies manchadas tação na década dos noventa está marcado por
de cores ou, nalguns casos, raiada como um muro uma série de perversões ideológicas[9] numa fase
é mínima, os escândalos que ali foram semeados, que alguns apelidaram de pós-crítica[10]; enquan-
transformaram-se “geradores de polvo”, isso sim, to híbrido (superação pictórica do limite moder-
tratados com toda a higiene museográfica que re- no), está em terra de ninguém, sem localização
quer o último século da glaciação. em termos identitários. Diga-se que não é um lu-
Zizek assinalou que entre os antagonismos gar da memória, antes um não-lugar dos fluxos[11]
que caracterizam a nossa época, talvez lhe cor- que responde, como o cibernético (o cumprir, em
responda um lugar de charneira quanto ao anta- termos de Heidegger, da disponibilidade total que
gonismo entre a abstracção, que é cada vez mais é sedimentada no discurso da metafísica), à dé-
determinante nas nossas vidas, e a inundação de spécification.
imagens pseudo-concretas. Se podemos entender Pedro Barateiro, dirigindo o olhar para o espaço
a abstracção como o progressivo auto-descober- arquitectónico em construção ou abandonado[12];
ta das bases materiais da arte, num processo de ainda que Perniola tenha considerado, na sua sin-
singular despicturalização[4], também teríamos de gular “cartografia” do sex appeal do inorgânico,
compreender que, nesse processo, reside um nú- que a arquitectura é um arrastamento incontrola-
cleo duro do moderno. Existe, não existe dúvida, do[13], desde uma vivência quotidiana haveria que
uma fractura considerável entre o modernismo aceitar que o que a mentalidade “urbanizante”
épico (exemplificado, no caso da pintura, pelo impõe é um sistema de poder desagregador onde
expressionismo abstracto americano) e o gestua- o que cresce é, mais do que nada, a terra baldia,
lismo existencial niilista (onde se poderiam situar os não lugares pelos quais, unicamente, pode-
alguns momentos do informalismo europeu) e as mos transitar com um “cartão de embarque”. A
novas formas da abstracção surgidas depois da fascinação (inconsciente ou, melhor, obsessiva)
desmaterialização conceptual, a datação feno- de Barateiro pelos territórios inquietantes possui
menológica do minimal e, portanto, a crise dos pontos de contacto com o que Robert Smithson

d 178
chamara paisagem entrópico. Os passeios e os di- na, do original[20], em benefício de uma estética
ques deste artista, as suas story-boards e inclusive híbrida na qual a referência não é dogmática. “Se
a sua morte têm como “colocação” a dialéctica a arte pós-moderna é referencial, certo é que ape-
de site e non-site, o “entropólogo” não procurava nas faz referência “à problematização da activi-
uma natureza virginal, antes mostrava a superfície dade da referência”. Por exemplo, pode “roubar”
da terra como algo inevitavelmente contaminado. tipos e imagens para desenvolver uma “apropria-
Talvez a obra de Barateiro seja um aproveitamen- ção” de cariz crítico “ tanto relativamente a uma
to lúcido da estratégia da photograghy en abyme cultura onde as imagens são mercadorias, como a
iniciada em The Monuments of Passaic [14]
. uma prática estética que permanece (nostalgica-
A prática da apropriação de imagens desen- mente) apegada a uma arte de originalidade”[21].
volvida por Barateiro[15] aproxima-o das propos- Convém ter-se presente que quando o sujeito
tas que se desencadearam nos anos oitenta numa se aproxima demasiado da fantasia se produz o
estética que supõe uma definição potente do (auto)apagamento. Permanece, manifestamente
pós-moderno. “As descrições formais da arte mo- no imaginário de Barateiro, a obra de arte como
derna eram topográficas, organizavam a superfí- aphánisis[22]: o desenho como delírio onírico de
cie das obras de arte, com intuito de determinar tudo o que (não) poderia acontecer, a pintura como
as suas estruturas, enquanto que agora se torna borrão ou mancha, a arquitectura como “cimen-
necessário pensar na descrição como actividade to” surpreendido. Importa a descoberta, esse acaso
estratigráfica. Esses procedimentos de referência, que desestabiliza todos os planos. Kristeva sustenta
extracto, enquadramento e encenação, constituti- que, no limite da repressão primária, a consciência
vos das estratégias que utilizam as obras anterior- não cessa de se extraviar, na tentativa de transfor-
mente referidas, exigem a descoberta de estratos mar em significações as demarcações fluidas dos
de representação. Não faz falta dizer-se que não territórios não estáveis, pois os desloca. O sublime
procuramos fontes ou origens, antes estruturas de (que suceda algo e não antes o nada) bordeja o ab-
significação: sob cada imagem existe sempre ou- jecto, sendo ambos extremos da não possessão ou
tra imagem”[16]. Tanto o signo pictórico quanto o da carência de objecto, num caso pela memória
arquitectónico se desintegram nas obras de Ba- sem fundo num resplendor que é perda para o ser
rateiro[17]. Temos que considerar que a descrição, e, no outro, ao ser sintoma de uma linguagem que,
entendida na situação contemporânea, supõe um ao retirar-se estrutura o corpo como algo anómalo,
copiar o que já está copiado[18], uma travessia en- estrangeiro ou monstruoso. “O abjecto confronta-
tre os simulacros a expansão vertiginosa de uma nos com a nossa própria arqueologia pessoal”[23].
cartografia fotográfica do mundo, nesse impulso Pode ser uma pré-condição do narcisismo ou uma
de “captar o momento”. As arquitecturas, pictóri- fisura quando se distende a repressão. Penso numa
ca e desenhisticamente, desordenadas de Pedro obra como A frame, Judd and Sontag Quote (2006)
Barateiro possuem uma mescla de presença e, si- na qual “convivem” ou, melhor, se tornam erosão,
multaneamente, de uma processualidade que as uns esquemas geométricos para-minimalistas com
debilitava. Derrida sustenta que apenas por não a citação de Susan Sontag da mais não podemos do
haver presença plena é possível a experiência, que ler palavras esparsas: something, that, perhaps
entre outras coisas, da obra de arte . Há uma
[19]
o “art is a false”; uma mancha branca descendente
dissolução consciente da lógica, todavia moder- poderia cobrir tudo, não tanto numa ocultação do

d 179
O QUE É QUE SE PASA AQUI?, 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)

sentido quanto numa cru manifestação dos limites quebra-se com um grande estrepido, varrem tudo e
da interpretação. o personagem, que parecia conceder tanta impor-
Lacan recorda, na sua análise sobre a significa- tância à sua tarefa acumulativa, não presta atenção
ção do delírio, um artigo, de 1908 de Abraham no ao que acontece nem protesta perante a evacuação
qual descreve o comportamento de um demente completa dos objectos do seu desejo. Simplesmen-
precoce e de sua desafectividade, a partir da sua te, torna a começar e a acumular uma pedra atrás
relação com os objectos: amontoa durante meses de outra: “daria vontade de fazer deste apólogo
pedra sobre pedra, cascalhos vulgares que, para uma fábula para mostrar que estamos sempre a
ele, têm o valor de um importante bem. À força fazer isso. Diria ainda mais: acumular uma multi-
de amontoar tantas pedras sobre uma tábua, esta plicidade de coisas sem valor, ter de as aceitar, de

d 180
um dia para o outro, como perdas e benefícios, e gunda à primeira, para chegar à imagem de que
voltar a começar, é muito bom sinal. Porque, quan- ambas se podem baralhar como num jogo de
do o sujeito permanece apegado ao que perde, não naipes): “Retombée é também uma similaridade
pode suportar a sua frustração, é quando podemos ou um parecido com o descontínuo: os objectos
falar, realmente, de sobrevalorização dos objec- distantes e sem comunicação ou interferência
tos”[24]. Acaso o único que podemos defender seja podem revelar-se análogos; um pode funcionar
aquilo pelo que a paixão foi derramada, especial- como duplo -a palavra também toda no sentido
mente as obsessões são a matéria sobre a qual o ar- teatral do termo - do outro: não há nenhuma hie-
tista trabalha. Deleuze assinalou que a repetição é rarquia de valores entre modelo e cópia”[26]. Essa
a potência da linguagem, implicando uma ideia de causalidade acrónica aquilo que chamarei, apro-
criação sempre excessiva. Acaso a tarefa essencial ximando-me das explanações de Jacques Derrida,
da arte seja fazer funcionar, cada uma por sua vez, de pensamento do vestígio[27], algo que se revela e
todas as repetições, com a sua diferença de natu- oculta simultaneamente. O horror do vestígio é
reza e de ritmo, sua divergência e seu descentra- um tema essencial no seio do moderno (desde a
mento: “pois não há outro problema estético senão anatematização do ornamento que realiza Loos
o da inserção da arte na vida quotidiana. Quanto até ao medo sartreano a estar marcado por um
mais estandardizada surge a nossa vida quotidiana, destino irrevogável). Mas o artista é aquele que
quanto mais estereotipada, submetida a uma repro- resiste à pulsão de não deixar rastos, esse que, a
dução acelerada de objectos de consumo, mais a partir do mesmo (as obsessões) gera o diferente,
arte se deve apegar a ela, e arrancar-lhe a pequena o que deixa por todos os lados, marcas: “vírus,
diferença que actua noutra parte e, simultanea- lapsus, germens, catástrofes, signos da imperfei-
mente, entre outros níveis de repetição, e inclusive ção que são como que a assinatura do homem no
fazer ressoar os dois extremos das séries habituais coração desse mundo artificial”[28]. Com um fino
de consumo com séries instintivas de destruição e sentido de humor e uma vontade desacralizante,
de morte, juntando assim o retábulo da crueldade Barateiro mostra que, por detrás das fachadas da
com o da imbecilidade”[25]. Pedro Barateiro, não cultura, se encontra o medo da “contaminação”
haja dúvida, acumula, de forma (deliberadamente) à impureza do exterior, como se pode advertir na
delirante, coisas: a fotografia, o desenho, a pintura, magnífica série intitulada Trabalhar de noite/Dor-
a referência arquitectónica e a apresentação crua mir de día (2004). Ricardo Nicolau diz, no seu
do “trabalho”. A sua forma de empilhar fica alego- texto “Ocupação do Solo”, que os espaços de
rizada na fixação que tem pelos palés. Assim, en- Barateiro estão atravessados por um “vendaval”
contramo-los, entre outras peças, em O que é que que talvez tenha alguma semelhança com aquele
passa aquí? (2006), em Easy Love (2006), em One vento que arrastava o anjo benjaminiano, incapaz
place after another (2006) ou em Um dia como ou- de outra coisa senão voltar o olhar para trás, para
tro qualquer (2006). contemplar como as ruínas cresciam até tocar o
A estética de Pedro Barateiro mantém relação céu. Não podemos, certamente, aspirar a uma sa-
com aquela causalidade acrónica que Sarduy ída messiânica da nossa crise, nem esperar que
denominou por retombée (causa e consequência a pretensa “arte política” (aquela resposta van-
sem sucessão temporal, antes em estrita coexis- guardista à estetização fascista da política) possa
tência ou precedendo, de forma estranha, a se- superar o óbvio ou sair, arrancando-se pelo cabe-

d 181
los, do pântano da propaganda, a verdadeira lin- relativamente ao mundo real é possível a abertu-
guagem das massas[29]. Em boa medida Estrutura ra a uma lúcida compreensão do próprio; apenas
Social de Pedro Barateiro é um detourmenent da desprendendo-se de um mundo originado no der-
propaganda “arquitectónica”[30]. rube do próprio mundo, onde habitam coisas e
A hibridação estética de Barateiro é um lúcido abrindo-se à revelação do vazio e à consciência
exercício de conexão entre uma multiplicidade, da ausência que sustenta este mundo em que vi-
um jogo de intensidades [31]
em que a pintura re- vemos. Mas, deve resistir-se a essa distância com
vela a sua capacidade para mascarar o espaço. uma consciência viva com esse mundo sem coi-
”É que “ pergunta Slavoj Zizek- a arte (o acto de sas, pois somente nele é lugar onde podem brilhar
pintar) seja antes uma tentativa de déposer, “es- indícios e vestígios do que foi ou do que está para
tabelecer” na pintura esta dimensão traumática, vir. A experiência filosófica de hoje tem, pois, em
de exorcizar, ao externalizá-la na obra de arte”[32]. falta das coisas, e em memória e esperança que
Aquele regresso ao real proposto pelas instala- essa falta, sentida dolorosamente, desencadeia, a
ções[33] é assumido pela pintura, entendida por al- sua sustentação mundana.[40] A “agorafobia espi-
guns como uma generic art[34]. Barateiro propõe, ritual , de que falara Worringer no seu livro Abs-
na galeria Pedro Cera de Lisboa, Ensaios para uma tracção e natureza[41], fica corrigida nesta visão do
Pintura Sonora (2003), tenta que algo diferente su- nosso tempo como crise da memória, como uma
ceda num “espaço domesticado”. Em boa medida ausência do concreto que conduz a uma visão
estaria a colocar a seguinte questão: o que é um totalizadora. Kracauer assinalou que nunca tinha
lugar?. Como Michel Serres advertira no seu livro havido uma época tão informada sobre si mesma,
Atlas, temos de encontrar uma nova definição de graças à fotografia, ainda que, propriamente, esse
um lugar-tránsito, onde se sobreponham o mapa aluvião de fotos derrube os diques da memória e,
real e o virtual, num desdobramento incessante .
[35]
assim, nunca houvera um período que soubesse
Pedro Barateiro converte a galeria num espaço de tão pouco de si[42]. Ainda que coloquemos todos
trabalho, rompe os limites entre el estúdio e o lu- os fetiches nas vitrinas perfeitas, a experiência,
gar de exibição glacial das obras[36]. Desde A His- pouco a pouco, irá apodrecendo; esse desgaste,
toria Como Qualquer Coisa de Provisório (2003), próprio de um tempo transtornado[43], anima o
quando usou o espaço do edifício Interpress du- olhar dos entropólogos.
rante um mês como atelier, este artista deixou cla- Neste (des)tempo a pintura que apelidamos de
ro que não está disposto a assumir os ideais “hi- híbrida é, ainda que possa soar banal, um objecto
gienizadores” da museística, quer dizer, que não não identificado. Definitivamente, podemos pen-
vai apagar as marcas, pelo contrário, quer que se sar na pintura como aquilo que não necessitamos,
veja que ali, onde se produz a sublimação estéti- uma completa inutilidade[44], uma disciplina sem
ca, (também) se trabalhou [37]
. Barateiro descentra lugar[45] que Barateiro “estende” sobre a “solidez”
e abisma o espaço “neutral” da arte que não está, arquitectónica. Este artista vai além da abstrac-
nem muito menos, vazio mesmo quando não ção, o sumamente aberrante[46], em direcção ao
apareça, propriamente, nada[38]. concreto. A sua particular retórica cartográfica
Apesar da proliferação “imperial” do Museu na ou, melhor, a deriva psico-geográfica[47] é uma
contemporaneidade[39], estamos completamente cominação do desejo de propor sítios e do prazer
sumidos na amnésia. “Apenas com certa distância nómada. A arte nómada está definida, segundo

d 182
Deleuze e Guattari, pela visão próxima e o es- mundo mais belo”, antes a ausência de algo com
paço háptico que se opõem, respectivamente, à que iniciar o labor do duelo: “Para um tempo que
visão distanciada e ao espaço óptico, caracterís- invento a destruição sem ruína, há que pensar de
ticos do território estriado. Nos seus movimentos, outra maneira, outra coisa, conceber outro objec-
o nómada tem de atender aos rastos, descartar- to. O objecto de uma época em que algo pode ter
se dos seus, se os reconhecer, evitar o caminho lugar além da memória e do esquecimento. Que
circular: no deserto, o caminho muda constante- pode fazer Simónides, efectivamente, perante um
mente de direcção. Mas os olhos possuem uma lugar vazio? Que pode haver se, além da morte,
qualidade táctil, “é uma animalidade que não se também as ruínas estão mortas? Quando não res-
pode ver sem a tocar espiritualmente, sem que o ta mais marca do que a marca mínima? Como re-
espírito não advenha dedo, inclusive através do cordar o que não deixou resto? A própria memó-
olho”[48]. A rebelião (moderna) da matéria obriga ria está morta. Simónides, o poeta, é reduzido ao
o artista ao nomadismo. As viagens não se distin- silêncio. Poderia postular-se que ali não houve,
guem nem pela qualidade objectiva dos lugares, jamais, nada, nem tremor de terra, nem ninguém.
nem pela quantidade mensurável do movimento, Aquilo não se tornado impensável, inimaginá-
antes pelo modo de espacialização, pela maneira vel. Mais do que ruínas, haveria de atender à sua
de se relacionar com os lugares. Toynbee suge- ausência.”[53] Demoraremos a sair do estupor pe-
re que os nómadas o são pela compulsão de se rante a grande demolição e, certamente, todavia
não mover, de não migrar, de se manterem no es- teremos de acompanhar o pensamento e a espe-
paço liso que se negam a abandonar. Barateiro, rança na sua queda no buraco negro, nesse solar
que sentiu a atracção do labirinto e do espaço desnudo, onde os cimentos já são espectrais[54].
vazio , converte as fracturas do território ou a
[49]
Não temos palavras, nem sequer para sublimar o
ausência de coordenadas em rizoma, marca de desastre.
uma intensidade inesperada. Por detrás do mapa, A obsessão cartográfica leva Pedro Barateiro
encontra-se o terreno selvagem das pulsões. Atra- a investigar novas possibilidades, mantendo sem-
vés dos destroços do moderno produz-se uma es- pre uma questão candente: “de que modo existe
pécie de katábasis do imaginário nómada .
[50]
um espaço?”[55]. Sofremos uma amnésia topo-
Na obra intitulada I Have No Words (2006) im- gráfica, isso que se denominou por síndrome de
põem-se marcas pictóricas sobre uma fotografia Elpenor[56], e a própria arte tem algo de cadáver
onde se vê um edifício e umas ruínas. Longe do revivido[57]. Poderíamos aceitar, com Kracauer,
sublime, Barateiro afirmas as demolições. Se, nos que a planetarização dos meios de comunicação
desenhos de 2004 e 2005 surgia a memória do e a conversão do olhar em “dispositivo fotográfi-
museu em ruínas , nos seus “quadros” recentes
[51]
co” abriram uma tendência para a destruição dos
produz-se a desconstrução do legado modernis- processos cognitivos e mnemónicos. Perante a
ta[52]
. A paisagem entrópica é, inevitavelmente, amnésia da modernidade ou a complacência nos
ruinosa. A ruína não é, ainda que pareça, o “ob- escândalos pactuados aos quais chegou a rotina
jecto do século”, o espaço de uma memória que da estratégia do shock, surgem tipologias seriais
tenta superar a repressão. Porque o pior de tudo que têm carácter paratáctico, onde se enfatiza a
não são esses escombros que podem ser consi- relativa homogeneização de fontes e materiais,
derados, tal e como pensara Heráclito, como “o “e a sua ostensiva desdramatização da dinâmica

d 183
do collage, o collage enquanto arquivo define-se bém resgatando documentos fotográficos de uma
como uma mera colecção de imagens-citações, realidade vidracenta e tremenda em que, de for-
ordenadas de acordo com o princípio da aliena- ma inóspitas, valha-nos o paradoxo, vivemos. Isso
ção arquivística, com o refrigério lapidar e monó- (não) está fora do nosso alcance[68]. Tudo, inclusi-
tono, com uma coisa situada ao lado, ou depois, ve o desgastado, retorna[69]. Talvez, o latido ou o
da outra”[58]. O arquivo necessita de um domicílio, pressentimento de Pedro Barateiro seja que aqui,
isto é, de uma consignação de residência; trata-se nesse urbanismo (in)decoroso, tem de acontecer
de consignar reunindo os signos, formar um con- algo[70]. Mas isso é outra história
ceito em geral, capturar todos os sujeitos nas suas
1 No sentido de Rosalind Krauss, isto é, de uma “lógica expan-
formas de habitar, fazer fotografias para afastar a dida” que faz com que a pintura se torne tridimensional ou que
pulsão de perda[59]. Podemos aceitar que o arqui- assuma a contaminação do fotográfico ou inclusive que procure
a “vitamina” (valha a advertência aos produtos Phaidon) do des-
vo é uma invocação, tem lugar no desfalecimento enhístico.
2 Cfr. Douglas Crimp: “The End of Painting” in On the
originário e estrutural da memória.
Museum´s Ruins, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts,
Um artista como Pedro Barateiro que medi- 1995, pp. 84-105.
3 “[...] também a ironia ficou subsumida. Enfrentar-se ao
ta, desenha ou mancha a cidade, obcecado pela mundo de forma vagamente irónica, um tanto sarcástica, con-
circulação e instabilidade, sabe que a comuni- verteu-se num cliché claramente irreflexivo” (Thomas Lawson:
“Última salida: la pintura” en Brian Wallis (ed.): Arte después de la
dade está des-obrada[60]. Demasiado tarde para modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal,
o (neo)classicismo se não é na forma de um ci- Madrid, 2001, p. 164).
4 “Às vezes, parece-me que a história da pintura moderna se
nismo violento[61]. Estamos oscilando no espaço pode ler como a história da pintura tradicional colocada ao in-
verso, como um filme projectado para trás: um desmantelamento
intermédio entre sedução e pornografia, isto é,
regressivo e sistemático dos mecanismos inventados ao longo de
entre aparência e simulação[62]. Vamos, para em- séculos para tornar convincentes as representações pictóricas do
doloroso triunfo da cristandade e das histórias da glória nacio-
pregar termos queridos por Beckett, rumo a pior, nal. Assim, as superfícies transparentes encheram-se de grumos
para uma catástrofe interminável[63] nu plane- de pintura, os espaços planificaram-se, a perspectiva tornou-se
arbitrária, o desenho despreocupou-se de que houvesse corres-
ta enfermo[64]. A pergunta inicial continua a ser, pondência aos esquemas reais das figuras, o sombreado foi eli-
minado a favor de áreas de tons saturados que não preocupavam
inevitavelmente, a do final: " que estamos aqui a
os contornos das formas e as próprias formas deixaram de ser
fazer? [65]. Seguramente, o que ainda continuamos representativas daquilo que o olhar realmente capta da realidade
perceptiva. A tela monocromática é o estádio final deste procedi-
a procurar é uma classe diferente de acção[66]. O mento colectivo de despicturalização até que a alguém lhe oco-
que late em Late painting (2006)? Um campo com rra atacar fisicamente a própria tela apunhalando-a.” (Arthur C.
Danto: “Abstracción” en La Madonna del futuro. Ensayos en un mundo
umas valas efémeras, uma árvore solitária próxi- del arte plural, Ed. Paidós, Barcelona, 2003, p. 235).
ma e, ao fundo, um bosque; no limite da pintura 5 Cfr. Arthur C. Danto: Después del fin del arte. El arte contemporá-
neo y el linde de la historia, Ed. Paidós, Barcelona, 1999, pp. 79-95.
sobre a qual se escreve late modernism junto ao 6 Pedro Barateiro dispõe como epígrafe do seu texto para a
exposição “Estrutura Social” uma meta-citação de Crary que re-
esquema de uma escada, encontramos uma pala-
mete para Virilio: “O campo de visão sempre me pareceu com-
vra crucial: capital. O final do modernismo ficou parável a um campo de escavação arqueológica”.
7 “Nestes desenhos destacam-se as alusões a museus, monu-
materializado numa lata. A sopa Campbell entrega mentos, demarcação de propriedade, (im)possibilidades de circu-
a essência do pensamento pop, algo não apenas lação” (Ricardo Nicolau: “Ocupação do Solo”).
8 “Às vezes dá a impressão de que o problema com que se en-
indigesto mas, literalmente, venenoso. Quando o frentam os pintores é a competência por parte das novas tecnolo-
que temos são restos, acaso nos fica (ou resta) tão gias, mas penso cada vez mais que com o que realmente a temos
de ver é com uma crise de significado” (Barry Schwabsky: “Pintar
somente deitar, como se costuma dizer, o resto[67]. ahora” in ExitExpress, n° 6, Madrid, Octubre del 2004, p. 11).
9 Cfr. Thomas McEvilley: The Exike´s Return. Toward a Rede-
Com manchas, desenhos, pinturas que chegam
finition of Painting for the Post-Modern Era, Cambridge University
quando parece que é, demasiado tarde, mas tam- Press, 1993.

d 184
10 “A pintura, por tanto, desprovida do contorno que lhe per- Barthes: “El efecto de realidad” en El susurro del lenguaje, Ed. Pai-
mitia desenhar-se contrastante e hierarquicamente, passa de um dós, Barcelona, 1987, p. 187).
estado de “limitação” a outro de “i-limitação”, no que supõe de 18 “Descrever [dépeindre] é [...] remeter de um código para ou-
inauguração de uma fase pós-crítica, caracterizada pela sua con- tro e não de uma linguagem a um referente. Assim, o realismo
dição distendida e expandida” (Pedro A. Cruz Sánchez y Miguel não consiste em copiar o real antes em copiar uma cópia (pinta-
Ángel Hernández-Navarro: Impurezas: el híbrido pintura-fotografía, da) [...] Por acção de uma mimesis secundária (o realismo) copia
Ed. Consejería de Educación y Cultura de la Región de Murcia, do que já está copiado” (Roland Barthes: S/Z, Ed. Siglo XXI,
2004, p. 95). México, 1980, p. 46.
11 Cfr. Marc Augé: Los “no lugares”. Espacios del anonimato. Una 19 “A presença significará a morte. Se a presença fosse possí-
antropología de la sobremodernidad, Ed. Gedisa, Madrid, 1993, p. 83. vel, no sentido pleno em que um ser que é, aí onde está, que se
12 “Encontrei-me a reflectir sobre a forma como temos tratado aparece pleno aí onde está, se isto fosse possível não existiria nem
o nosso espaço físico e mental. Isto levou-me a pensar numa cer- Van Gogh nem a obra de Van Gogh, nem a experiência que
ta identidade que inscrevemos nos lugares que escolhemos para nós temos dessa obra” (Jacques Derrida entrevistado por Peter
viver e como esta construção, que de certa forma começa como Brunette e David Wallis: “Las artes espaciales” in Acción Paralela,
um gesto de violência contra a natureza e contra os outros seres n° 1, Madrid, Mayo 1995, p. 19).
vivos, transforma a nossa identidade e a identidade do espaço. 20 Comentando uma obra de Sherrie Levine de 1978 em que
Quando é que o espaço das ideais e dos pensamentos começa o perfil de Kennedy está ocupado por uma mãe com a sua filha
a agir no espaço físico das acções? Estarão os nossos corpos a em braços, assinala Douglas Crimp que não se pode, aí, localizar
reagir a impulsos ou apenas a repetir os mesmos movimentos? a obra de arte original: “era precisamente este tipo de abandono
Enquanto olhava para as fotografias apercebi-me que tenho esta- do meio enquanto tal o que nos permitia falar de uma ruptura com
do quase sempre a fotografar edifícios, lugares em construção ou a modernidade ou, mais exactamente, com o que Michel Fried
abandonados?” (Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidade considerava moderno” (Douglas Crimp: “Imágenes” en Arte des-
em construção – O artista enquanto espectador)” texto para Es- pués de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación,
trutura Social. Pedro Barateiro, Museu Nacional de História Natural, Ed. Akal, Madrid, 2001, p. 185).
Sala do Veado, 2006). 21 Hal Foster: “Asunto : Post” in Arte después de la modernidad.
13 “A experiência arquitectónica é uma deriva, um arrasta- Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal, Madrid,
mento incontrolado que através da contínua mudança do quadro 2001, p. 197.
perceptivo muda continuamente o que se vê: carece de enqua- 22 “Há uma brecha que separará eternamente o núcleo fan-
dramento ou, melhor dizendo, tem um enquadramento que se tasmático do ser do sujeito das formas mais “superficiais” de suas
amplia por todos lados. É, por definição incompleta, mas não identificações simbólicas e/ou imaginárias – não me é nunca
fragmentária, porque consente, pelo contrário, em experimentar possível assumir totalmente (no sentido de integração simbólica)
a continuidade do espaço, a confusão e a intersecção de todas as o núcleo fantasmático do meu ser: quando me aproximo dema-
coisas entre si, a porosidade e tangência do real” (Mario Perniola: siado, o que ocorre é a aphánisis do sujeito: o sujeito perde a sua
El sex appeal de lo inorgánico, Ed. Trama, Madrid, 1998, p. 111). consistência simbólica, desintegra-se. E, talvez, a actualização
14 Craig Owens tomou do livro El relato especular de Lucien Da- forçada na sociedade real do próprio núcleo fantasmático do
llenbach a noção de mise en abyme, que Derrida descreveu como meu ser é a mais humilhante forma de violência, una violência
operação fundamental do texto, aplicando-a ao fotográfico: uma que mina a base mesma da minha identidade (minha “imagem
reduplicação especular que roduz o diferente a partir do mesmo. de mim mesmo”)” (Slavoj Zizek: El acoso de las fantasías, Ed. Siglo
No final de um ensaio crucial, Owens fala de Smithson como o XXI, México, 1999, p. 197).
artista que, exemplarmente em The Monuments of Passaic ou nos 23 Julia Kristeva. Poderes de la perversión, Ed. Siglo XXI, México,
deslocamentos de espelhos no Yucatán, revela a experiência abis- 1988, p. 21.
mal da ausência. Cfr. Craig Owens: “Photography en abyme” in 24 Jacques Lacan: “La significación del delirio” in Las Psicosis,
Beyond Recognition. Representation, Power, and Culture, University of Ed. Paidós, Buenos Aires, 1992, p. 34.
California Press, 1992, pp. 16-30. 25 Gilles Deleuze. Diferencia y repetición, Ed. Jucar, Barcelona,
15 “A exposição que aqui se apresenta [Estrutura Social] é um 1988, p. 461.
exercício que se desdobra a partir da ideia de construção de 26 Severo Sarduy. “Nueva estabilidad” in Ensayos generales sobre
identidade social feito através de documentos e imagens “em- el Barroco, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1987, p.
prestadas”, numa leitura e apropriação dessas para uma base de 35.
pensamento” (Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidade 27 Cfr. Jacques Derrida: Dar (el) tiempo, Ed. Paidós, Barcelona,
em construção – O artista enquanto espectador)” texto in Estru- 1995, p. 26.
tura Social. Pedro Barateiro, Museu Nacional de História Natural, 28 Jean Baudrillard: “La escritura automática del mundo” in
Sala do Veado, 2006). La ilusión y la desilusión estéticas, Ed. Monte Ávila, Caracas, 1997,
16 Douglas Crimp: “Imágenes” in Arte después de la modernidad. p. 85.
Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal, Madrid, 29 Cfr. Paul Virilio: La máquina de visión, Ed. Cátedra, Madrid,
2001, p. 186. 1989, pp. 23-25.
17 “A desintegração do signo –que parece ser o grande assunto 30 “O video Estrutura Social é uma metáfora para a constru-
da modernidade - está certamente presente na empresa realis- ção de um outro mundo, feito das mesmas imagens, sem o tom
ta, mas de uma maneira de certo modo regressiva, já que se faz impositivo e panfletário que domina os filmes de propaganda, e
em nome de uma plenitude referencial, enquanto que, hoje em sem a dimensão política que o capitalismo exerceu sobre o desen-
dia, se trata do contrário, de esvaziar o signo e de fazer retroce- volvimento das civilizações ocidentais em relação a si próprias e,
der infinitamente o seu objecto até colocar em questão, de uma como consequência, ao resto do mundo” (Pedro Barateiro: “Es-
maneira radical, a estética secular da “representação”” (Roland trutura Social. (Identidade em construção – O artista enquanto

d 185
espectador)” texto in Estrutura Social. Pedro Barateiro, Museu Nacio- 34 Cfr. Barry Schwabsky: “Painting in the Interrogative Mode”
nal de História Natural, Sala do Veado, 2006). en AA.VV.: New Perspectives in Painting, Phaidon Press, Nueva
31 “É necessário aceitar com alegria que o destino de toda York, 2003, p. 5.
situação seja a infinita multiplicidade dos conjuntos, que nenhu- 35 “Onde estou?Quem sou? Trata-se de uma mesma pergunta
ma profundidade nunca se possa estabelecer-se, que a homoge- que exige apenas uma resposta sobre o ali? Só habito nas dobras,
neidade do múltiplo o leve, ontologicamente, sobre o jogo das só sou dobras. É estranho que a embriologia tenha tomado tão
intensidades” (Alain Badiou: Court traité d´ontologie transitoire, Ed. pouco da topologia, sua ciência mãe ou irmã! Desde as fases pre-
du Seuil, París, 1998, p. 22). coces da minha formação embrionária, morula, blástula, gastrulla,
gérmenes vagos e precisos de jovem, o que se chama com razão
32 Slavoj Zizek: El acoso de las fantasias, Ed. Siglo XXI, México,
tecido, dobra-se, efectivamente, uma vez, cem vezes, um milhão
1999, p. 33.
de vezes, essas vezes que, em outros idiomas, os nossos vizinhos
33 “A instalação [...] constitui a última operação, mediante a
continuam a chamar dobras, conecta-se, desgarra-se, perfura-se,
qual a arte escapa às evidências desprovidas da realidade do quo-
invagina-se, como manipulado por um topólogo, para acabar
tidiano (evidência das palavras, evidência da arquitectura, evi-
formando o volume e a massa, cheio e vazio, o intervalo de carne
dência das imagens...) para as converter na sua matéria-prima.
entre a célula minúscula e o entorno mundial, a que se dá o meu
Dito de outra maneira, situa-se no lugar oposto, não apenas a
nome e cuja mão neste momento, dobrada sobre si mesma, des-
qualquer operação de ficção, mas também a qualquer operação enha sobre a página volutas e caracóis, nós ou dobras que signifi-
de decifração, de elucidação do mistério: é antes uma espécie cam” (Michel Serres: Atlas, Ed. Cátedra, Madrid, 1995, p. 47).
de regresso ao real (penoso e difícil regresso se atendermos aos 36 “Não é por acaso que na maioria das suas apresentações
artifícios e às complexidades do nosso entorno actual, esta mescla Pedro Barateiro insiste em confundir local de produção e de
de ciberespaço e de estereótipos, de palavras obrigadas e de fór- recepção, tornando idênticos atelier e galeria, sublinhando as
mulas convencionadas)” (Marc Augé: “Del espacio a la mirada: categorias que determinam ideologicamente a sua separação e
¿qué es un objeto de arte?” en Ficciones de fin de siglo, Ed. Gedisa, apontando para determinados protocolos institucionais do mun-
Barcelona, 2001, p. 126). da da arte” (Ricardo Nicolau: “Ocupação do Solo”).

SEEING-FROM ABOVE, 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)

d 186
37 Miguel Amado assinalou que Barateiro deixa na galeria, en- nadas ao desterro, à totalidade de suas especificidades se tenham
tre outras coisas, garrafas de vinho e de cerveja vazias, “toda uma dissolvido num grande e instável âmbito: o da imagem” (Pedro
panóplia de elementos que evocam não o lugar da exibição mas A. Cruz Sánchez y Miguel Ángel Hernández-Navarro: Impurezas:
da criação artística. A contaminação entre o estúdio o espaço el híbrido pintura-fotografía, Ed. Consejería de Educación y Cultura
expositivo define a prática de Pedro Barateiro desde o início do de la Región de Murcia, 2003, p. 110).
seu percurso e a exposição “What are we doing here?” assume- 46 “A passagem da abstracção é um acontecimento conside-
se como o expoente máximo desta área de interesses” (Miguel rável, no final de um sistema de representações; seguramente
Amado: “Pedro Barateiro: “A função do estúdio””). não o fim da arte, muito pelo contrário, mas, contudo, vejo na
38 “Descentramento designa assim primeiro a ambiguidade,a os- abstracção uma renovação total das coisas e, por sua vez uma
cilação entre simbólica e imaginária – a indecisão com respeito aberração, potencialmente perigosa na medida em que sua fina-
a onde está a minha verdadeira chave, no meu eu “real” ou na lidade (como a de toda modernidade, efectivamente) é avançar
minha máscara externa, com as possíveis implicações de que a para uma exploração analítica do objecto” (Jean Baudrillard: “El
minha máscara simbólica possa ser “mais real” que o que ocul- arte entre utopía y anticipación. Entrevista con Ruth Scheps”
ta, que o “rosto verdadeiro” por detrás dela” (Slavoj Zizek: El en El complot del arte. Ilusión y desilusión estéticas, Ed. Amorrortu,
acoso de las fantasías, Ed. Siglo XXI, México, 1999, p. 161). O Buenos Aires, 2006, p. 112).
descentramento (em vez da pantalha cartesiana da consciência 47 “A utilização de uma retórica da cartografia nas artes plásti-
central que constitui o foco da subjectividade), em certo sentido, cas tem uma história concreta, agudizando-se depois da Segunda
um meio de identificação do vazio. Grande Guerra quando os artistas se empenharam numa critica
39 “O mundo como museu, o Estado como administração do aos novos planeamentos urbanísticos do pós-guerra, racionais e
museu, os cidadãos como vigilantes do museu, para que não se funcionalistas – lembramo-nos, é claro, dos Situacionistas e da
esqueça a omnipresente “protecção de instalações”: preços de en- sua particular utilização de mapas ligada a obtenção de guias psi-
trada em lugar de impostos. Já agora se pode reconhecer como se cogeográficos das grandes cidades, numa utópica tentativa de abo-
cumprem as funções da memória e a admoestação: pretende-se lição das coerções, a circulação e das tradicionais utilizações do
que determinadas instituições, ruínas ou construções não sejam tempo, que consideravam promover a estupidez no emprego da
visitadas. De facto, porque não há praticamente nada para o que vida” (Ricardo Nicolau: “Ocupação do Solo”).
não se possa fundar uma sociedade protectora. Exercitamo-nos 48 Gilles Deleuze y Félix Guattari: Mil Mesetas, Ed. Pre-textos,
protegendo. E isto, por sua vez, é tão merecedor de protecção Valencia, 1988, p. 500.
que deveria ser protegido de qualquer tipo de epílogo (Nachrede) 49 Penso na série The Opening Stages de 2002 em torno da qual
que se lhe tente colocar, em especial do difamatório” (Hans Blu- Pedro Barateiro aponta: “No ecrá o espaço que contemplamos é
menberg: “Un futuro (a: 1990)” in La posibilidad de comprenderse, vazio. A verticalidade do plano que se ergue perante nós conduz
Ed. Síntesis, Madrid, 2002, pp. 148-149). a um estado primário do conhecimento”.
40 Eugenio Trías: La memoria perdida de las cosas, Ed. Mondadori, 50 “E que descobre no seu delirante peregrinar pelos milénios
Madrid, 1988, p. 81. da humanidade? Que quinta-essência destilará da acumulação
41 W. Worringer. Abstracción y naturaleza, Ed. Fondo de Cultura de escombros, decadência e possibilidades abortadas ou precoce-
Económica, Madrid, 1997, p. 135. mente mortas de forma e cor? Que símbolo aparecerá como cau-
42 Cfr. Siegfried Kracauer: “La fotografía” en Estética sin territo- sa última e sentido de toda dissolução? [...] A nekyia não é uma
rio, Colección Arquilectura, Murcia, 2006, p. 291. queda inútil, meramente destrutiva, titânica, antes uma oportu-
43 “The time is out of joint. O mundo vai mal. Está desgastado na katabasis eis antron, uma descida ao inferno da iniciação e do
pelo seu desgaste já não conta. Velhice ou juventude – já não se conhecimento secreto. A viagem pela história da humanidade
conta com ele. O mundo tem mais idade que uma idade. A me- tem como fim restaurar o homem como um todo ao despertar a
dida de sua medida falta-nos. [...] Contra-tempo. The time is out of recordação do sangue” (Carl G. Jung: “Picasso” in Sobre el fenóme-
joint. Fala teatral, fala de Hamlet perante o teatro do mundo, da no del espíritu en el arte y en la ciencia. Obra completa. Volumen 15, Ed.
história e da política. A época está fora de lugar. Tudo, começan- Trotta, Madrid, 1999, p. 129).
do pelo tempo desarranjado, injusto ou desajustado. O mundo 51 “Os desenhos, realizados entre 2004 e 2005 e mostrados
vai muito mal, desgasta-se à medida que envelhece, como diz em diversas exposições colectivas, constituem representações de
também o Pintor na abertura de Timón de Atenas (tão ao gosto de museus ou monumentos imaginários, construções destrocadas,
Marx, por certo). Já que se trata do discurso de um pintor, como por vezes em ruína, sem coordenadas espacio-temporais que as
se falasse de um espectáculo ou perante uma pintura: “How goes identifiquem, gizadas com um risco de natureza ambivalente na
the world? –It wears, sir, as it grows”” (Jacques Derrida: “Desgastes. medida em que balança entre uma gestualidade de carácter im-
(Pintura de un mundo sin edad)” in Espectros de Marx. El estado pulsivo, plena de espontaneidade, e a quase precisão do traçado
de la deuda, el trabajo del duelo y la nueva internacional, Ed. Trotta, geométrico, necessariamente ciente de si mesmo” (Miguel Ama-
Madrid, 1995, p. 91). do: “Pedro Barateiro: “A função do estúdio”).
44 Lyotard assinala que a impossibilidade da pintura surge da 52 Esse é, também, o título, de uma de suas obras: Decons-
maior necessidade de que o mundo industrial e pós-industrial trução do legado Modernista – Variação sobre duas esculturas de A. Calder
tecno-científico, teve da fotografia, “assim como este mundo ne- (2006).
cessita mais do jornalismo que da literatura” (Jean-Francois Lyo- 53 Gérard Wajcman: El objeto del siglo, Ed. Amorrortu, Buenos
tard: “Presenting the unrepresentable: the sublime” in Artforum, Aires, 2001, p. 21.
Nueva York, abril de 1982, p. 67). 54 Foi, aparentemente simples, anatematizar Stockhausen
45 “Na actualidade, a pintura é uma disciplina sem lugar, um “tra- por proclamar que a destruição das Torres Gémeas era a obra
jecto” sem direcção e sem nenhum tipo de “sublinhado ontoló- de arte total, a maior que jamais se tivesse visto: “The world [is
gico” que lhe permita contrastar-se com o “fundo de poluição” going] to ruin” warned Karl Kraus, and “man´s feeling of supe-
integrado pelo resto dos meios. A sua comutação em interface riority triumphs in the expectation of an spectacle to which only
faz com que, assim como sucede com outras linguagens conde- contemporaries are admitted”. Like Stockhausen, the grand old

d 187
master of electronic music, flying into raptures over the spectacle (Jean-Luc Nancy: La comunidad desobrada, Ed. Arena, Madrid,
of the New York attacks which killed four thousand people in 2001, pp. 29-30).
September 2001: “What we have witnessed is the greatest work 61 Gordillo lançou um acertado diagnóstico ao respeito: “Ac-
of art there has ever been!” (Paul Virilio: Ground Zero, Ed. Verso, tualmente, nas artes plásticas fala-se muito de ecletismo, e alguns
Londres, 2002, p. 45). Quando a realidade se tornou apariência ousados inclusive de novo classicismo. Quanto ao primeiro estou
de si mesma, esse atentado colossal obriga-nos a recorrer (com os de acordo: se se encerram muitos ratos num espaço pequeno,
prazeres e medos mais estranhos) o espaço da precariedade. ficam muito nervosas e movem-se muito, acaba por se produzir
55 João Pinharanda considerou que essa é a pergunta funda- uma amálgama de ratos: é o eclectismo por obstrução de futuro,
mental de Pedro Barateiro: “A saber. De que modo existe um por carência utópica. Quanto ao classicismo, não creio que viva-
espaço? E para quem? Em que momento nele distinguimos o mos uma época que possa destilar tão delicado licor; para tal fa-
que é da ordem do saber e do parecer? Da ordem do ser o da ria falta uma certa serenidade, uma maneira linear e prolongada
do estar? Ou, finalmente, ordem do bidimensional e da ordem de conceber o mundo, valores credíveis e acreditados por uma
do tridimensional? Onde é que o espaço pictórico começa a maioria. Talvez possa aflorar, tão somente, um novo neoclassi-
ser tomado pela vontade da arquitectura ou donde é que a ar- cismo oitocentista entumecido e de cartão pedra. Eu chegaria a
quitectura e deixa prender na armadilha do desenho-pintura? pensar, paradoxalmente, que o nosso cínico possível classicismo
Onde é que o desenho-pintura nos engana acerca das qualidades foi esse mundo épico dos ismos, violentos, entrecruzados, cho-
prioperceptivas do espaço e onde é que serve para que melhor cando com ruído latas” (Luis Gordillo: “Una hermosa época
entendamos a linhas, os volumes, os espaços da arquitectura?” para pintar un cuadro” (1983) in Luis Gordillo. Superyo congelado,
(João Pinharanda: “Pedro Barateiro” in Premio EDP Nous Artistas, Museu D´Art Contemporani de Barcelona, 1999, p. 155).
Electricidade de Portugal, 2003, p. 68). 62 “A distinção crucial entre simulacro (sobreposição com o
56 “Sem dúvida porque os arquitectos e os urbanistas contem- real) e a apariência é particularmente reconhecível no campo
porâneos não escaparam mais que os outros desses desarranjos da sexualidade, como, por exemplo, na distinção entre porno-
psicotrópicos, a esta amnésia topográfica, qualificada pelos neo- grafia e sedução: a pornografía “ensina tudo”, “é sexo real”, e
ropatólogos de síndrome de Elpenor ou sonho incompleto [o Síndrome por este preciso motivo produz um mero simulacro de sexuali-
de Elpenor, de nome do héroi da Odisea que cai do terraço do dade, enquanto que o processo de sedução consiste inteiramente
templo de Circe. Exercendo os automatismos motores ordiná- num jogo de aparências, insinuações e promessas e evoca, por
rios do despertar num lugar não habitual, o sujeito era víctima isso mesmo, o domínio ilusório da Coisa sublime supra-sensível”
de uma amnésia topográfica... o facto repete-se frequentemente (Slavoj Zizek: Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberes-
a bordo de meios de transporte rápido], poder-se-á dizer como pacio, Ed. Debate, Barcelona, 2006, p. 264). “O simulacro é um
Agnés Varda que as cidades mais específicas levam em si a faculdade de objecto feito, “um artefacto”, que se pode produzir um efeito de
estar sempre em nenhuma parte... o cenário sonhado do olvido” (Paul semelhança, ao mesmo tempo mascara a ausência de modelo
Virilio: La máquina de visión, Ed. Cátedra, Madrid, 1989, p. 21). com o exagero de sua “hiperrealidade”” (Víctor I. Stoichita:
57 Há uma continuidade, cada cadavérica ou melhor póstuma, Simulacros. El efecto Pigmalión: de Ovidio a Hitchcock, Ed. Siruela,
da arte. Hal Foster assinalou quatro formas desse “vir depois”: Madrid, 2006, p. 12).
uma experiência traumática, em que se mistura temor e desejo, 63 “O Carnaval pós-moderno, terá sido o ecrã de fumo que
o real e o errático do acontecimento; um certo ensombramento oculta um fenómeno mais severo: a saber, a transformação do
espectral que implica umas “reaparições, o retorno do desapa- segundo modernismo numa “ética” que não é sequer uma versão
recido: ““Depois do fim da história, o espírito vem como reapa- suavizada e socializada da promessa estética da emancipação,
recido [revenant]”, escreve Derrida a propósito da “fantología”, antes a sua pura e simples reversão, que vincula o próprio da
que ele considera “a influência dominante sobre o discurso de arte, já não a uma emancipação por chegar, antes catástrofe ime-
hoje em dia”; “configura tanto um morto que regressa como um morial e interminável” (Jacques Ranciere: El viraje ético de la estética
fantasma cujo esperado retorno se produz uma e outra vez”” y la política, Ed. Palinodia, Santiago de Chile, 2005, p. 48).
(Hal Foster: “Este funeral é pelo cadáver equivocado” in Diseño y 64 “Uma sociedade cada vez mais doente, mas cada vez mais
delito, Ed. Akal, Madrid, 2004, p. 135). As modalidades principais poderosa, recriou em todas as partes o mundo concretamente
dessa “reaparição” seriam: a montagem de formas asincronas, a como entorno e decorado pela sua doença, como planeta doente”
recuperação de géneros ou estratégias visuais passadas de moda (Guy Debord: Planeta enfermo, Ed. Anagrama, Barcelona, 2006,
e a tendência ao incongruente, que, consiste, entre outras coisas, p. 79).
em justapor marcas de diferentes espaços. Em certa medida, a 65 Pedro Barateiro assume, plenamente a pergunta que dava
estética híbrida de Barateiro relaciona-se com esta última forma de título a uma exposição colectiva em Spike Island (Bristol) para a
manifestação artística. qual foi convidado: “What are We Doing Here?”: “Revestindo-se
58 Benjamín H. D. Buchloh: “Fotografiar, olvidar, recordar: da especificidade conferida pela exposição em si, esta pergunta
fotografiar en el arte alemán de postguerra” en El nuevo espectador, possui igualmente contornos genéricos na prática de Barateiro,
Ed. Fundación Argentaria, Madrid, 1998, p. 77. podendo mesmo afirmar-se que sintetiza as suas preocupações.
59 Cfr. Jacques Derrida: Mal de archivo. Una impresión freudiana, De ipso, decorrendo da tomada de consciência dos processos
Ed. Trotta, Madrid, 1997, p. 17. simbólicos de valorização económica e cultural da arte, toda a
60 “La comunidad no ha tenido lugar. [...] A sociedade não se fez sua trajectória se pautou pela reflexão acerca da posição do ar-
sobre a ruína de uma comunidade. [...] Nada se perdeu portan- tista no sistema artístico em particular e na sociedade em geral”
to, por esta razão nada está perdido. Só somos nós que estamos (Miguel Amado: “Pedro Barateiro: “A função do estúdio””).
perdidos, nós sobre quem e o “vínculo social” (as relações, a co- 66 Se, como indiquei, no começo de seu texto para Estrutura
municação), nossa invenção, recai pesadamente como a rede de Social, Barateiro se apropria de Crary, fecha a sua escrita com
uma armadilha económica, técnica, política, cultural. Enredados uma declaração de Yvonne Rainer: “No seu Statement de 1972
nas suas malhas, forjamos o fantasma da comunidade perdida” Yvonne Rainer diz: “The condition of making my stuff lies in the
continuation of my interest and energy. Just as ideological issues

d 188
have no bearing on the nature of my work, neither does the tenor duced in trying to respond to the question as to
of current political and social conditions have no bearing on its
execution. The world disintegrates around me. My connection the conditions that make a painting be seen as such,
to the world-in-crisis remain tenuous and remote. I can foresee a something rightly pointed out by Douglas Crimp[2].
time when this remoteness must necessarily end, though I cannot
foresee exactly when or how the relationship will change, or what The problem that it articulates is that of the applica-
circumstances will incite me to a different kind of action” (Citado
tion of painting; that is, decision about the effective
en Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidades em constru-
cao – O artista enquanto espectador)” texto in Estrutura Social, position that corresponds to it. The critical-political
Museu Nacional de História Natural, Sala do Veado, 2006).
67 “Vingança e reivindicação do excluído; do expulso. Dos re-
position or the sociologism are not the only ways
síduos; do resto; do que falta... “É nos resíduos”, escreveu Ernst out from a labyrinth in which there has been the
Jünger, “onde, hoje em dia se encontram as coisas mais proveito-
sas”. Ali, seguramente, encontraremos o que falta: o resto, que por neutralising of many affections and no doubt many
o ser, é parte maldita, parte excluída. Aos críticos, toca-lhes buscar provocations have been rhetoricised or legitimised
entre o lixo; os resíduos, os restos. O que ninguém quer nem se-
quer para se construir uma duvidosa reputação de maldito” (Án- since the ironic pose[3]. In the society of the spec-
gel González García: “El resto” in El resto. Una historia invisible del tacle, in which according to Guy Debord there is
arte contemporáneo, Ed. Museo de Bellas Artes de Bilbao y Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, 2000, p. 50). the setting up of the generalised secret, falsehood
68 “A fotografia mostra-nos uma realidade e ainda que dê a
without comeback and the perpetual present, the
impressão de idealidade, não se recebe nunca como algo pu-
ramente ilusório: é o documento de uma “realidade da qual nos painting would be no more than a shamefaced ac-
encontramos fora de alcances”” (Julia Kristeva: El lenguaje, ese
desconocido. Introducción a la lingüística, Ed. Fundamentos, Madrid,
tivity, a low-intensity entertainment, a form of cul-
1999, p. 320). tural complicity that inertia, or rather, routine has
69 Guy Debord cita, no fragmento 51 de La sociedad del espec-
táculo, Freud: “Todo o que é consciente se desgasta. O que é in- allowed not to disappear; in any case, the atten-
consciente permanece inalterável mas, uma vez liberto, não cairá tion granted to these surfaces filled with colours,
por sua vez em ruínas?”
70 “As “novas cidades” do pseudo-campesinato tecnológico or, in some cases, scratched like a wall is small, the
inscrevem, claramente, no terreno a ruptura com o tempo histó- scandals that were sown there have become trans-
rico sobre o qual foram construídas, sua divisa bem poderia ser:
“Aqui nunca ocorrerá nada, nem nada jamais aconteceu”. É muito formed into “dust nurseries”, thus treated with all
evidente que as forças da ausência histórica começam a compor a
the museographical hygiene that is required by the
sua própria paisagem exclusiva, porque a história que deve ser
libertada nas cidades ainda no o foi.” (Guy Debord: La sociedad del last century of glaciation.
espectáculo, Ed. La Marca, Buenos Aires, 1995, fragmento 177).
Zizek has pointed out that among the antago-
nisms that characterise our period, perhaps there
is a correspondence with a key place in relation
Footnotes on the work of Pedro
to the antagonism between abstraction, which is
Barateiro
more and more determining in our lives, and the
“How goes the world? –It wears, sir, as it grows”. flooding of pseudo-concrete images. If we can see
(Shakespeare: Timon of Athens). abstraction as the progressive self-discovery of the
material bases of art, within a process of unique
Uncertainty surrounds the painting: its (inanimate de-picturalisation[4], we would also have to under-
or scatological) endgame needs an end. It has been stand that in such a process there is a hard core of
necessary to be expanded [1]
in order not to be- the modern. Without doubt there is a considerable
come a fossile, through so much modern obsession breach between epic modernism (exemplified in
for “autonomy”. This is not so much of the factt hat the case of painting through American abstract ex-
the destiny of the imaginary being the shapeless or pressionism) and the nihilist existential gesturalism
that the abject might be our main expressive ex- (in which some moments of European informalism
perience, nor even that the collapse has been pro- might be placed) and the new forms of abstraction

d 189
emerging after conceptual dematerialisation, the leads him to deconstruct the intentions of purity
phenomenological given-ness of the minimal and held by modernism, taking as its backdrop or pre-
thus the crisis of the Major Reports taking place text the museum or monumental space[7], as much
within the post-modern condition. We know that as functionalist architecture or the dynamic suited

CAPA DE CAHIERS DU CINEMA Nº 286, 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)

one of the decisive mutations of the contemporary to the stain that exacerbated gesturalism. This art-
practice of painting has been an offensive against the ist knows that in one’s work it is necessary to face
modernist canon, titanically supported by Clement up to both the challenges of technical development
Greenberg, of purity and autonomy[5]. The archaeo- and the crisis of meaning[8].The return to painting or
logical excavation undertaken by Pedro Barateiro [6]
its mutation in the nineties is marked out by a series

d 190
of ideological perversions[9] in a phase in which some tive elements of the strategies used in the works of
people have called post-critical ; as a hybrid (a pic-
[10]
those of whom I have already spoken, demand the
torial overcoming of the modern border), it is in no discovering of strata of representation. There is no
man’s land, with no location in identitary terms. It is need to state that we are not seeking sources or
worth stating that it is not a place of memory, but origins, but structures of meaning: beneath each im-
rather a non-place of the fluxes [11]
that responds, age there is always another image”[16]. Both the pic-
like the cybernetic (the complement, in Heidegger’s torial and the architectural sign in Barateiro’s works
terms, of the total availability that is cemented in the are disintegrated[17]. We have to take into account
discourse of metaphysics), to the dé-spécification. that description, seen in the contemporary situa-
Pedro Barateiro directing his gaze at the archi- tion, supposes a copying of what has already been
tectural space under construction or abandoned[12]; copied[18], a crossing between the simulacra and the
although Perniola has considered, in his unique dizzying expansion of a photographic cartography
“cartography” of the sex appeal of the inorganic, of the world, in that impulse “capturing the mo-
that architecture is an uncontrolled dragging , from [13]
ment”. Pedro Barateiro’s pictorially and draughtsman-
daily experience one would have to accept that like disturbed architectures has a mixture of presence
what “urbanising” mentality imposes is a system of and, at the same time, of a procedural nature that
segregating power in that what grows is increasingly undermines it. Derrida defends that just because
wasteland, the non-sites through which we can only there is no full presence it is possible for there to
travel with a “boarding card”. Barateiro’s (uncon- be experience, among other things, of the work of
scious, or rather, obsessive) fascination for disturb- art[19]. There is a conscious dissolution of the, albeit
ing territories has points of contact with that which modern, logic of the original[20], in favour of a hybrid
Robert Smithson called entropic landscape. This art- aesthetic in which the reference is not dogmatic. “If
ist’s walkways and dikes, his story-boards and even post-modern art is referential, what is certain is that
his death find their “placement” in the dialectic of it only refers “to the problematising of the activity
the site and non-site, the “entropologist” was not of the reference”. For example, it may “steal” types
seeking a virginal nature but rather one that showed and images in order to develop an “appropriation”
the surface of the land as something inevitably con- with a critical nature – both in relation to a culture
taminated. Perhaps Barateiro’s work is a lucid use of in which the images are merchandise and in relation
the strategy of the photography en abyme that he to an aesthetic practice that (nostalgically) remains
started in The Monuments of Passaic . [14]
linked to an art of originality”[21].
The practice of appropriation of images revealed It should be remembered that when the sub-
by Barateiro [15]
brings him close to the proposals ject comes too close to fantasy then (self) erasing
developed in the eighties in an aesthetic that sup- takes place. What remains, manifestly in Barateiro’s
posed a potent definition of the post-modern. “The imaginary, is the work of art as aphanasis[22]: Draw-
formal descriptions of modern art were topograph- ing as oneiric delirium of everything that can (not)
ical; they organised the surface of the works of art go on, painting as a smudge or stain, architecture
in order to determine their structures, yet today as estranged “cement”. What matters is discovery,
it has become necessary to think about descrip- that chance event that destabilises all plans. Kristeva
tion as a stratigraphical activity. Those proceedings defends that on the edge of primary repression
of quoting, extracting, setting and staging, constitu- consciousness does not stop wandering in trying to

d 191
make meanings out of the fluid marks of the unsta- through losses and gains, and starting over again,
ble territories by those which it displaces. The sub- is a very good sign. Because when the subject re-
lime (with something happening rather than noth- mains connected to what he loses and he cannot
ing) borders on the abject, with both of them being bear his frustration, that is when we can really speak
extremes of lack of possession or the lack of an ob- of an overvaluing of objects”[24]. Perhaps the only
ject, in one case through the bottomless memory one we can defend is that when the passion has
within a splendour that is lost to the being and in spilled over; obsessions are particularly the matter
the other case in being the symptom of a language on which artists work. Deleuze pointed out that
that in being taken away structures the body as repetition is the power of language, implying an idea
something anomalous, foreign or monstrous. “The of creation that is always excessive. Perhaps the es-
abject confronts us with our own personal archae- sential task of art is to make all repetitions work at
ology” . This may be a pre-condition of narcissism
[23]
the same time, with their differences of nature and
or a fissure when repression is stretched out. I am of rhythm, their divergences and their decentring:
thinking about a work like A frame, Judd and Sontag “as there is no other aesthetic problem than that of
Quote (2006) in which “come together”, or rather, the inserting of art into daily life. The more stand-
there is the eroding of some para-minimalist geo- ardised and more stereotyped our daily lives appear
metric schemes with the quotation by Susan Sontag to be, subjected to an accelerated reproduction of
that we can no longer read anything except broken consumer objects, the more art should approach
words: something, that, perhaps or “art is a false”; a it and pull out the small difference that takes place
descending white stain might cover all this, not so somewhere else and simultaneously on other levels
much a veiling of the meaning as a crude manifesta- of repetition, and even make the two extremes of
tion of the limits of interpretation. the habitual series of consumption resound with in-
Lacan recalls his analysis on the meaning of de- stinctive series of destruction and death, thus linking
lirium, an article from 1908 by Abraham in which the retable of cruelty to that of imbecility”[25]. Pedro
he describes the behaviour of a early lunatic and his Barateiro, without doubt, accumulates things in a
disaffectedness, starting from his relationship with (deliberately) delirious manner: the photograph,
objects: for months he stacks up stone on stone, the drawing, the painting, the architectural refer-
ordinary pebbles that for him have the value of ence and the crude presentation of the “work”.
an important item. With the weight of piling up so His manner of piling up is allegorised in the fixation
many stones on it, the board breaks with a loud he has for pallets. Thus we find them, among other
noise, everything is swept away and the personality works, in O que é que passa aquí? (2006), in Easy
that seemed to grant such great importance to his Love (2006), in One place after another (2006) or in
accumulative task pays no attention to what is going Um dia como outro qualquer (2006).
on, nor protests about the complete evacuation of Pedro Barateiro’s aesthetic has a relationship
the objects of his desire. He simply starts again and with that achronic causality that Sarduy called re-
piles up the stones one after the other: “it might tombée (cause and consequence without temporal
make one feel like making a fable out of this apo- succession but rather in strict co-existence or with
logue in order to show that we do this all the time. the second preceding the first in a strange manner,
I would go even further: accumulating multitudes of in order to reach the image that the two can be
worthless things, having to go with them day by day shuffled like a deck of cards): “Retombée is also a

d 192
similarity or a similitude in the discontinuous: two Barateiro’s aesthetic hybridation is a lucid exer-
distant objects without communication or interfer- cise of connection between a multiplicity, a game
ence on each other may be analogous; one may of intensities[31] in which the painting reveals its ca-
function as a double – the word used also in the pacity to mask the space. “And what is,” asks Sla-
theatrical sense of the term – of the other: there voj Zizek, “art (the act of painting) other than an
is no hierarchy of values between the model and intention to déposer, “to establish” in painting this
the copy”[26]. That achronic causality which I will call, traumatic dimension, to exorcise it by bringing it out
coming close to Jacques Derrida’s propositions, the in the work of art”[32]. That return to the real pro-
thought of the footprint[27], something that is shown posed by the installations[33] is taken on by painting,
and hidden at the same time. The horror of the seen by some as a generic art[34]. Barateiro proposes,
footprint is an essential theme within the mod- in the Pedro Cera gallery in Lisbon, essays towards
ern (from the anathematisation of the ornament a Sound Painting (2003), trying to make something
that Loos carries out to the Sartrean fear of being different take place in a “domesticated space”. To a
marked out by an irrevocable destiny). But the art- large extent he is proposing the following question
ist is one who resists the pulsing of leaving no trace, to himself: What is a place? As Michel Serres noted
the one who from the same thing (the obsessions) in his book Atlas, we have to find a new definition of
generates the different, the one who leaves prints a place of transit, where there is the superimposing
everywhere: “virus, lapsus, germs, catastrophes, signs of the real map and the virtual map, in an unending
of imperfection that are like man’s signature on the folding[35]. Pedro Barateiro turns the gallery into a
heart of that artificial world” .With a refined sense
[28]
working space, he breaks down the limits between
of humour and a desacralising will, Barateiro shows the studio and the place of cold exhibiting of the
that behind the fragile façades of culture there is works[36]. Since A Historia Como Qualquer Coisa de
the fear of the “contamination” of the impurity of Provisório (2003), when he used the space of the
the abroad, as can be seen in his magnificent series Interpress building as a studio for a month, this art-
entitled Trabalhar de noite/Dormir de día [Work by ist has made it clear that he is not prepared to ac-
Night/Sleep by Day] (2004). Ricardo Nicolau states cept the “hygienising” ideals of the museum culture;
in his text “Ocupação do Solo” [Occupation of the meaning he is not going to rub out his footprints,
Land], that Barateiro’s spaces are crossed through but rather the opposite, he wants one to see that
by a “gale” that might have some similarity to that there, where aesthetic sublimation is produced,
wind that dragged off the Benjaminian angel, un- work has (also) been done[37]. Barateiro decentres
able to do anything other than to look back and and overwhelms the “neutral” space of the art that
watch how the ruins grew up until they touched is not empty, indeed far from being so, even when
the sky. We certainly cannot aspire to a messianic nothing exactly appears[38].
way out from our crisis, nor hope for the intended Despite the “imperial” proliferation of muse-
“political art” (that avant-garde response to the fas- ums in contemporary culture[39], we are completely
cist aestheticising of politics) might overcome the plunged into amnesia. “Only with a certain distance
obvious or come out, dragging out of the swamp of in relation to the real world is it possible to open
propaganda the true language of the masses[29]. To up to a lucid understanding of it; only when releas-
a good extent, Pedro Barateiro’s Estrutura Social is a ing oneself from a world that is originated in the
detourmenent of “architectural” propaganda . [30]
collapse of the world itself in which things inhabit,

d 193
and opening oneself up to the revealing of the emp- In this (un)time the painting we have called hy-
tiness and to the awareness of the absence that brid is, although it sounds banal, an unidentified ob-
sustains this world in which we live. But this dis- ject. We may clearly think of painting as what we do
tance should be checked with a living awareness not need, completely useless[44], a discipline without
of this world without things, given that it is only in a place[45] that Barateiro “unfolds” over the archi-
this world that may shine indications and vestiges tectural “solidity”. This artist goes beyond abstrac-
of what has fled or of what might be about to ar- tion, the highly aberrant[46], towards the concrete.
rive. Today’s philosophical experience thus holds its His particular cartographic rhetoric, or rather the
mundane mainstay in the absence of things, and in psycho-geographical drift[47] is a combination of the
the memory and hope that this deeply felt absence desire to propose sites and of nomadic pleasure.

AMPLIFICADOR DE SENTIMENTOS, 2005 FRAME, 2005 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)


(Courtesy: Galeria Pedro Cera)

might come about”[40]. That “spiritual agoraphobia” Nomadic art is defined, according to Deleuze and
that Worringer spoke of in his book Abstracción y Guattari, by close sight and the haptic space that
naturaleza , is corrected in this view of our time
[41]
respectively oppose the far-off view and the optic
as a crisis of memory, as an absence of the concrete space, which are characteristic of striated territory. In
that leads to a totalising view. Kracauer pointed out his movements the nomad has to follow footprints,
that there has never been a period that was so discard his own, if he recognises them and avoid
well-informed about itself, thanks to photography, the circular path: in the desert the path constantly
although more particularly this onslaught of photos changes direction. But the eyes have a tactile quality;
sweeps away the dikes of memory and so there has “it is an animal nature that one cannot see without
never been a period that has known so little about touching it spiritually, without the spirit not becom-
itself . Although we might put all the fetishes in
[42]
ing touch, even through the eyes”[48]. The (modern)
the perfect glass cases, the experience will gradually rebellion) of matter forces the artist into nomad-
rot; that wearing out, fitting to an unhinged time ,
[43]
ism. The journeys cannot be distinguished through
animates the gaze of the entropologists. the objective quality of the places nor through the

d 194
quantity of the movement, but through their man- anything there, neither a trembling of the earth nor
ner of spatialisation, through the way of relating to anyone. That it might not have become unthinkable,
the places. Toynbee suggests that the nomads are unimaginable. More than as to the ruins, one would
what they are through not moving, not migrating, have to take note of their absence”[53]. We will take
remaining in the flat space that they refuse to aban- time to come out of the stupor when faced with
don. Barateiro, who has felt the attraction of the the great demolition, and therefore we will then still
labyrinth and of the empty space[49], converts the have to accompany the thought and the hope in their
fractures of the territory or the absence of coor- fall into the black hole, into that dark place where the
dinates into a rhizome, a mark with an unexpected cements are already spectral[54]. We have no words,
intensity. Behind the map there is the wild territory not even to sublimate the disaster.
of the pulsings. Through the debris of the modern Cartographic obsession leads Pedro Barateiro
there is the producing of a sort of katabasis of no- to research into new spatial possibilities, always
mad imaginary[50].
maintaining a burning question: “How does a space
In the work entitled I Have No Words (2006)
exist?”[55] We suffer from a topographical amne-
some pictorial marks are set over a photograph
sia, that which has been termed the Elpenor Syn-
in which one sees a building and some ruins. Far
drome[56], and art itself has something of the re-lived
from the sublime, Barateiro stresses the demoli-
cadaver[57]. We might accept, with Kracauer, that the
tions. If in his drawings from 2004 and 2005 there
planetarisation of the communication media and
emerged the memory of the museum in ruins[51],
the converting of the gaze into a “photographic
in his recent “paintings” there is the producing of
device” opened up a tendency to the destruction
the deconstruction of the modernist legacy[52]. The
of cognitive and mnemonic processes. Faced with
entropic landscape is inevitably ruinous. The ruin
the amnesia of modernity or complacency as to
is not, although it seems to be so, the “object of
scandals contracted to those leading to the routine
the century”, the space of a memory that tries to
nature of the strategy of shock, there now appear
overcome repression. Because the worst thing of
serial typologies that have a para-tactical character,
all is not that debris that may be considered, just
in which there is emphasis on the relative homog-
as Heraclites saw it, as “the most beautiful world”,
enisation of sources and materials, “and their os-
but rather the absence of something with which one
can begin the labour of sorrow: “For a time that in- tentatious un-dramatising and de-spatialising from

vented destruction without ruins, one must think in the dynamic of the collage; the collage as an archive

a different way, of something else, conceiving a dif- being defined as a mere collection of quotation-im-
ferent object.The object of a period in which some- ages, arranged in accordance with the principal of
thing could have a place beyond that of memory archive alienation, with its lapidary and monotonous
and forgetting. Indeed, what could Simonides do collating, with one thing placed next, or after, the
when faced with an empty space? What could he other one”[58]. The archive needs a domiciling, that
do if, besides death, the ruins are also dead? When is, an establishing of residence; it is a matter of as-
there is not even the print of the tiniest footprint? signing bringing the signs together, forming a general
How can one recall that which left no trace? Mem- concept, capturing all the subjects in their manners
ory itself is dead. Simonides the poet is reduced to of inhabiting, taking photographs in order to sepa-
silence. One might postulate that there was never rate the pulsing of the loss[59]. We may accept that

d 195
the archive is an invocation, that it has its place in 2 Cfr. Douglas Crimp: “The End of Painting” in On the
Museum´s Ruins, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts,
the originating and structural failure of memory. 1995, pp. 84-105.
3 “[...] the irony has also has been subsumed. Standing up to
An artist like Pedro Barateiro, who meditates,
the world in a vaguely ironic and somewhat sarcastic manner has
draws or sketches the city, obsessed by its circu- become a clearly irreflected cliché” (Thomas Lawson: “Última
salida: la pintura” in Brian Wallis (ed.): Arte después de la modernidad.
lation and instability, knows that the community is Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal, Madrid,
doubled[60]. Too late for (neo)classicism, if it is not in 2001, p. 164).
4 “Sometimes I think that the history of modern painting can
the form of a violent cynicism[61]. We are oscillat- be read as the history of traditional painting in reverse, like a
film shown backwards: a regressive and systematic dismantling
ing in the intermediate space between seduction of the mechanisms invented over the centuries in order to make
and pornography; that is, between appearance and convincing the pictorial representations of the painful triumph
of Christianity and of stories of national glory. Thus the transpa-
simulation[62]. We are going, to use terms dear to rent surfaces became full of the lumps of painting, the spaces be-
Beckett, Worstward Ho!, towards an unending catas- came flat, the perspective became arbitrary, the drawing stopped
caring about whether it corresponded to the real outlines of the
trophe[63] on a sick planet[64]. The question from the figures, shading was eliminated in favour of areas with saturated
tones that did not concern the outlines of the shapes, and the
beginning is still, inevitably, that of the end: “What are shapes themselves stopped being representative of what the eye
we doing here?”[65]. Surely that which we still seek is really captures from perceptual reality. The monochrome canvas
is the final stage of this collective procedure of de-picturalisation
a different type of action[66]. What is the “late” in Late until it occurs to someone to physically attack the canvas itself
with a knife” (Arthur C. Danto: “Abstracción” in La Madonna del
painting (2006)? A field with some ephemeral fenc-
futuro. Ensayos en un mundo del arte plural, Ed. Paidós, Barcelona,
es, a lone tree close and a wood in the background; 2003, p. 235).
5 Cfr. Arthur C. Danto: Después del fin del arte. El arte contemporá-
on the edge of the painting over which is written neo y el linde de la historia, Ed. Paidós, Barcelona, 1999, pp. 79-95.
late modernism next to the drawing of a ladder, we 6 Pedro Barateiro sets out, as a quotation for his text for the ex-
hibition “Social Structure”, a meta-quotation by Crary referring
find a crucial word: capital. The end of modernism to Virílio: “To me the field of vision always seemed comparable
to a field of archaeological excavation”.
was materialised by a can. Campbell’s Soup deliv-
7 “What stands out in these drawing are allusions to museums,
ers the essence of Pop thinking, something which monuments, the setting out of property, (im)possibilities of circu-
lation” (Ricardo Nicolau: “Ocupação do Solo”).
was not only muddled but literally poisonous. When 8 “Sometimes there is the impression that the problem facing
what we have are remains, what is left to us (or painters is competence in relation to the new technologies, but I
increasingly think that it has more to do with a crisis of meaning”
remains to us) is just to throw out, as one usually (Barry Schwabsky: “Pintar ahora” in ExitExpress, n° 6, Madrid,
October 2004, p. 11).
says, the remains[67]. With stains, drawings, paintings 9 Cfr. Thomas McEvilley: The Exike´s Return. Toward a Rede-
that arrive when it seems too late, but also res- finition of Painting for the Post-Modern Era, Cambridge University
Press, 1993.
cuing photographic documents from a brittle and 10 “Painting, therefore, stripped of the outline that allowed it
to be set out in contrastive and hierarchical terms, goes from a
imposing reality in which, in inhospitable manners,
state of “limitation” to another one of “un-limitation”, in the fact
excusing the paradox, we live. That (no) is beyond that it supposes the inauguration of a post-critical phase, characte-
rised by its distended and expanded condition” (Pedro A. Cruz
our reach[68]. Everything, including what is worn out, Sánchez and Miguel Ángel Hernández-Navarro: Impurezas: El
comes back[69]. Unexpectedly Pedro Barateiro’s beat híbrido pintura-fotografía, Ed. Consejería de Educación y Cultura
de la Región de Murcia, 2004, p. 95).
or feeling is that there, in that (in)decorous urban 11 Cfr. Marc Augé: Los “no lugares”. Espacios del anonimato. Una
antropología de la sobremodernidad, Ed. Gedisa, Madrid, 1993, p. 83.
development something must happen[70]. But that is
12 “I found myself reflecting on the way we have dealt with
another story out physical and mental space. This led me to think of a certain
identity we inscribe in the places we choose to live and how this
action, which to some extent starts as a violent gesture against
1 In Rosalind Krauss’s sense, that is, of an “expanded logic” nature and against other living beings, transforms our identity
which makes the painting become three-dimensional ou which and the identity of the space. When does the space of ideas and
assumes the contamination of the photographic or even seeks of thoughts start to act on the physical space of actions? Are our
the “vitamin” (allowing a wink at the Phaidon products) of the bodies reacting to impulses or only repeating the same move-
draughtsman-like. ments? While I was looking at the photographs I realised that I

d 196
have almost always been photographing building, places under Fried considered modern” (Douglas Crimp: “Imágenes” en Arte
construction or abandoned sites.” (Pedro Barateiro: “Estrutura después de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representa-
Social. (Identidade em construcao – O artista enquanto especta- ción, Ed. Akal, Madrid, 2001, p. 185).
dor)” text for Estrutura Social. Pedro Barateiro, Museu Nacional de 21 Hal Foster: “Asunto : Post” in Arte después de la modernidad.
História Natural, Sala do Veado, 2006). Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal, Madrid,
13 “Architectural experience is a drift, an uncontrolled drag- 2001, p. 197.
ging which through the continuous change of the perceptive fra- 22 “There is a breach that eternally separates the fantasma-
mework continuously changes what is seen: it lacks a landmark, tic nucleus of the being of the subject of the most “superficial”
or, better put, it has a landmark that stretches out on all sides. It forms from its symbolic and/or imaginary identifications – it is
is incomplete by definition, but not fragmentary, because, on the never possible for me to totally assume (in the sense of symbolic
contrary, it consents an experiencing of the continuity of space, integration) the fantasmatic nucleus of my being: when I get too
the hotchpotch and the intersecting of all things together, the po- close to it what happens is an aphanasis of the subject: the subject
rousness and tangency of the real” (Mario Perniola: El sex appeal loses its symbolic consistence and is disintegrated. And, perhaps,
de lo inorgánico, Ed. Trama, Madrid, 1998, p. 111). the forced presenting of the fantasmatic nucleus of my being in
14 Craig Owens took from the book El relato especular by Lucien real society itself is the strongest and most humiliating form of
Dallenbach the notion of mise en abyme, which Derrida will des- violence, a violence that undermines the very basis of my identity
cribe as a fundamental operation of the text, applying it to the (my “self-image”)” (Slavoj Zizek: El acoso de las fantasías, Ed. Siglo
photographic: a specular reduplication that produces the diffe- XXI, Mexico, 1999, p. 197).
rent from the same. At the end of a crucial essay, Owens speaks 23 Julia Kristeva. Poderes de la perversión, Ed. Siglo XXI, Mexico,
of Smithson as the artist who, exemplarily in The Monuments of 1988, p. 21.
Passaic or in the displacing of mirrors in the Yucatán, reveals the 24 Jacques Lacan: “La significación del delirio” en Las Psicosis,
abysmal experience of absence. Cfr. Craig Owens: “Photography en Ed. Paidós, Buenos Aires, 1992, p. 34.
abyme” in Beyond Recognition. Representation, Power, and Culture, Uni- 25 Gilles Deleuze. Diferencia y repetición, Ed. Jucar, Barcelo-
versity of California Press, 1992, pp. 16-30. na, 1988, p. 461.
15 “The exhibition here presented [Estrutura Social] is an exer-
26 Severo Sarduy. “Nueva estabilidad” in Ensayos generales sobre
cise that is developed starting from an idea of the construction
el Barroco, Ed. Fondo de Cultura Económica, Mexico, 1987, p.
of social identity made through “borrowed” documents and
35.
images, in a reading and appropriation of them for a basis for
27 Cfr. Jacques Derrida: Dar (el) tiempo, Ed. Paidós, Barcelona,
thought” (Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidade em
1995, p. 26.
construcao – O artista enquanto espectador)” text in Estrutura
28 Jean Baudrillard: “La escritura automática del mundo” in
Social. Pedro Barateiro, Museu Nacional de História Natural, Sala
La ilusión y la desilusión estéticas, Ed. Monte Ávila, Caracas, 1997,
do Veado, 2006).
p. 85.
16 Douglas Crimp: “Imágenes” in Arte después de la modernidad.
29 Cfr. Paul Virilio: La máquina de visión, Ed. Cátedra, Madrid,
Nuevos planteamientos en torno a la representación, Ed. Akal, Madrid,
1989, pp. 23-25.
2001, p. 186.
30 “The video Estrutura Social is a metaphor for the construc-
17 “The disintegration of the sign – which seems to be the
tion of another world, made of the same images, without the im-
major subject of modernity – is certainly present in the realistic
posing and pamphletising tone that dominates propaganda films,
undertaking, but in a manner that is to a certain extent regressive,
and without the political dimension that capitalism exercised on
given that it is made in the name of a referential plenitude, while
nowadays it is the opposite, that of emptying the sign and of the development of the western civilisations in relation to the-
making its object go back infinitely until radically questioning the mselves and, as a consequence, to the rest of the world” (Pedro
centuries-old aesthetic of “representation”” (Roland Barthes: “El Barateiro: “Estrutura Social. (Identidade em construcao – O ar-
efecto de realidad” in El susurro del lenguaje, Ed. Paidós, Barcelona, tista enquanto espectador)” text in Estrutura Social. Pedro Barateiro,
1987, p. 187). Museu Nacional de História Natural, Sala do Veado, 2006).
18 “To describe [dépeindre] is [...] to refer from one code to ano- 31 “It is necessary to joyfully accept that the destiny of all si-
ther and not from a language to a referent. Thus, realism does tuations is the infinite multiplicity of sets, that no depth may ever
not consist of copying the real but of copying a (painted) copy be established, that the homogeneity of the multiple takes it on-
[...] Through a secondary mimesis (realism) copies that which tologically over the game of intensities” (Alain Badiou: Court traité
has already been copied” (Roland Barthes: S/Z, Ed. Siglo XXI, d´ontologie transitoire, Ed. du Seuil, París, 1998, p. 22).
México, 1980, p. 46. 32 Slavoj Zizek: El acoso de las fantasias, Ed. Siglo XXI, Mexico,
19 “Presence would mean death. If presence were possible, in 1999, p. 33.
the full sense in that a being is there where it is, that seems full 33 “The installation [...] forms the ultimate operation through
there where it is, if this were possible there would neither be a which art escapes from the evidences stripped of reality of daily
Van Gogh nor the work of Van Gogh, nor the experience we life (the evidence of the words, evidence of architecture, eviden-
have of that work” (Jacques Derrida interviewed by Peter Bru- ce of the images...) in order to turn them into its raw material.
nette and David Wallis: “Las artes espaciales” in Acción Paralela, Put differently, it is placed not only opposite to any fictional ope-
n° 1, Madrid, May 1995, p. 19). ration, but to any operation of deciphering or elucidating the
20 Commenting on a work by Sherrie Levine from 1978 in mystery: it is more of a sort of return to the real (a painful and
which Kennedy’s profile is occupied by a mother with her child difficult return if we stick to the artifices and the complexities of
in her arms, Douglas Crimp points out that there one could our current surroundings, this mix of cyberspace and of stereo-
not locate the original work of art: “it was precisely this type of types, of forced words and fitting formulae)” (Marc Augé: “Del
abandonment of the medium as such that allowed us to speak of espacio a la mirada: ¿qué es un objeto de arte?” en Ficciones de fin
a rupture with modernity, or, more precisely, with what Michel de siglo, Ed. Gedisa, Barcelona, 2001, p. 126).

d 197
34 Cfr. Barry Schwabsky: “Painting in the Interrogative Mode” 43 The time is out of joint. The world isn’t doing so well. It is worn
in AA.VV.: New Perspectives in Painting, Phaidon Press, New York, out but its wearing down counts for nothing anymore. Old age
2003, p. 5. or youth – one can’t count on them anymore. The world is older
35 “Where am I? Who am I? Is this a sole question that only than one age. The measure of its measure is lacking to us. [...]
demands an answer as to the beyond? I only inhabit the folds, Counter-time. The time is out of joint. Theatre speech, speech
I am only folds. It is strange that embryology has taken so little by Hamlet before the thatre of the world, of history and of po-
from topology, its mother or sister science! Since the early phra- litics. The time is out of joint. Everything, starting with the time
ses of my embryo training, morula, blastula, gastrulla, vague and that is upset, out of step or not in line. The world is not doing
precise germs of a little man, that which is rightly called tissue, is very well; it is wearing out as it grows old, as is also said by the
effectively folded once, a hundred times, a million times, the ti- painter in the overture of Timon of Athens (so much to the liking
mes that in other languages our neighbours continue to call folds, of Marx, without any doubt). As this is the discourse of a painter,
is connected, torn away, perforated, and penetrated, as if mani- as if speaking of a show or in relation to a painting: “How goes
pulated by a topologist, in order to end up forming the volume the world? –It wears, sir, as it grows”” (Jacques Derrida: “Desgastes.
and the mass, full and empty, the interval of meat between the (Pintura de un mundo sin edad)” in Espectros de Marx. El estado
minuscule cell and the surrounding world, to which I grant my de la deuda, Ele trabajo del duelo y la nueva internacional, Ed. Trotta,
name and whose hand is at this moment folded over it, drawing Madrid, 1995, p. 91).
scrolls and curls on the page, knots or folds that have meaning” 44 Lyotard pointed out that the impossibility of painting emer-
(Michel Serres: Atlas, Ed. Cátedra, Madrid, 1995, p. 47). ges from the greater need that the industrial and post-industrial
36 “It is not by chance that in most of his representations Pe- techno-scientific world has had from photography, “just as this
dro Barateiro insists on confusing the place of production and world needs more from newspapers than from literature” (Jean-
of reception, making gallery and studio identical, underlining Francois Lyotard: “Presenting the unrepresentable: the sublime”
the categories that ideologically determine their separation and in Artforum, New York, April 1982, p. 67).
pointing towards determined institutional protocols in the art 45 “Nowadays, painting is a discipline without a placer, a “path”
world” (Ricardo Nicolau: “Ocupação do Solo”). without a direction and without any type of “ontological un-
derlining” that might allow it to contrast with the “background
37 Miguel Amado has pointed out that Barateiro leaves behind
of pollution” set up by the other mediums. Its commutation in
in the gallery, among other things, empty wine and beer bottles,
the interface is such that, in common with what happens with
“a whole panoply of elements that evoke not the place of exhi-
other languages condemned to uprooting, the whole of their
biting but that of artistic creation. The contamination between
specificities have become dissolved within a major and unstable
the studio and the exhibition space has defined Pedro Barateiro’s
scope: that of the image” (Pedro A. Cruz Sánchez and Miguel
practice since his beginnings, and the exhibition “What are we
Ángel Hernández-Navarro: Impurezas: El híbrido pintura-fotografía,
doing here?” stands as the highest point of this field of interest.”
Ed. Consejería de Educación y Cultura de la Región de Murcia,
(Miguel Amado: “Pedro Barateiro: “A função do estúdio””).
2003, p. 110).
38 “Decentring thus first designates ambiguity, oscillation bet-
46 “The step from abstraction is a considerable event, the end
ween symbolic and imaginary identification – indecision in
of a system of representations, surely at the end of art, much to
relation to where my true entity is, in my “real” self or in my
the contrary, but, all in all, I see in abstraction a total renewing
outer mask, with the possible implications as to the fact that my
of things and at the same time an aberration, which is potentially
symbolic mask might be “more real” than that which it hides, the
dangerous in the sense that its aim (like that of all modernity) is
“true face” behind it.” (Slavoj Zizek: El acoso de las fantasías, Ed.
to move forward towards an analytical exploring of the object”
Siglo XXI, Mexico, 1999, p. 161). The decentring (instead of the (Jean Baudrillard: “El arte entre utopía y anticipación. Entrevista
Cartesian screen of the central consciousness that forms the fo- con Ruth Scheps” in El complot del arte. Ilusión y desilusión estéticas,
cus of subjectivity), is to a certain extent a means of identification Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 2006, p. 112).
with the emptiness. 47 “The use of a rhetoric of cartography in the plastic arts has
39 “The world as a museum; the state as the administration a concrete history, being sharpened after World War II when ar-
of the museum, the citizens as museum watchers, so that it is tists became involved in a critique of the new, rational and func-
not forgotten that there is an omnipresent “protection of insta- tional post-war urban plans –we recall, of course, the situationists
llations”: entrance prices instead of taxes. Now one might ac- and their particular use of maps connected to the obtaining of
knowledge how the functions of memory and admonition are psychogeographical guides to the major cities, in a utopian attempt at
carried out: there is an intent for determined institutions, ruins or abolishing commerce and traditional usages of time, which they
constructions not to be visited. In fact, because there is practically considered promoted stupidity in the course of life” (Ricardo Ni-
nothing to stop there being the founding of a protective society colau: “Ocupação do Solo”).
foundation. We will deal with the protecting. And this is in turn so 48 Gilles Deleuze and Félix Guattari: Mil Mesetas, Ed. Pre-tex-
deserving of protection that it should be protected from any type tos, Valencia, 1988, p. 500.
of epilogue (Nachrede) that might be thrust upon it, particularly 49 I am thinking of the series The Opening Stages from 2002
from the defamatory ones” (Hans Blumenberg: “Un futuro (a: around which Pedro Barateiro states: “On the screen the space
1990)” in La posibilidad de comprenderse, Ed. Síntesis, Madrid, 2002, we contemplate is empty. The vertical nature of the plane that
pp. 148-149). stands up in front of us leads to a primary state of knowledge”.
40 Eugenio Trías: La memoria perdida de las cosas, Ed. Mondadori, 50 “And what might he discover in his delirious centuries of pil-
Madrid, 1988, p. 81. grimage through humanity? What quintessential fact will be dis-
41 W. Worringer. Abstracción y naturaleza, Ed. Fondo de Cultura tilled from the accumulation of rubbish, decadence and aborted
Económica, Madrid, 1997, p. 135. or cut short possibilities of form and colour? What symbol will
42 Cfr. Siegfried Kracauer: “La fotografía” in Estética sin territo- appear as a final cause and meaning of all this dissolution? [...]
rio, Colección Arquilectura, Murcia, 2006, p. 291. The nekyia is not a useless fall, merely titanic, destructive, but a

d 198
ONE PLACE AFTER ANOTHER, 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)

timely katabasis eis antron, ua descent into the hell of initiation and 54 Apparently it was easy to anathematise Stockhausen
of secret knowledge. The journey through the history of huma- through proclaiming that the destruction of the Twin Towers
nity has as its aim the restoring of man as a whole in awakening was the total work of art, the greatest one ever seen: “The world
the recall of blood” (Carl G. Jung: “Picasso” in Sobre el fenómeno del [is going] to ruin” warned Karl Kraus, and “man´s feeling of su-
espíritu en el arte y en la ciencia. Obra completa. Volumen 15, Ed. Trotta, periority triumphs in the expectation of a spectacle to which only
Madrid, 1999, p. 129). contemporaries are admitted”. Like Stockhausen, the grand old
51 “The drawings, carried out between 2004 and 2005 and master of electronic music, flying into raptures over the spectacle
shown in several different group exhibitions, form representa- of the New York attacks which killed four thousand people in
tions of imaginary museums or monuments, destroyed cons- September 2001: “What we have witnessed is the greatest work
tructions, often in ruins, without spatio-temporal coordinates to of art there has ever been!” (Paul Virilio: Ground Zero, Ed. Verso,
identify them, sketched with an ambivalent line in the sense that London, 2002, p. 45). When reality has become appeareance of
it balances between an impulsive gesture, full of spontaneity, and itself, this collosal attack makes us turn (with the strangest pleasu-
the almost precision of the geometric set out which is necessarily res and fears) to the space of precariousness.
aware of itself ” (Miguel Amado: “Pedro Barateiro: “A função 55 Joao Pinharanda considered that this is the fundamental
do estúdio”). question in Pedro Barateiro: “Meaning. How does a space exist?
52 This is also the title of one of his works: Deconstrucao do legado And for whom? At what moment in it do we distinguish what is
Modernista – Variacao sobre duas esculturas de A. Calder (2006). of the order of knowing and of seeming? Of the order of being
53 Gérard Wajcman: El objeto del siglo, Ed. Amorrortu, Buenos now or existing? Or, finally, the order of the two-dimensional
Aires, 2001, p. 21. and of the three-dimensional? Where does the pictorial space

d 199
begin to be taken through the will of architecture or where is
it that architecture lets itself become entangled within drawing
and painting? Where does drawing-painting cheat us about the
prio-perceptive qualities of space and what use is it for us to bet-
ter understand the kinds, volumes and spaces of architecture?”
(Joao Pinharanda: “Pedro Barateiro” in Premio EDP Nous Artistas,
Electricidade de Portugal, 2003, p. 68).
56 “Without doubt because the contemporary architects and
urban planners have not been spared more than anyone else
those psychotropical derangements, that topographical amnesia,
calcified by neuro-pathologists as Elpenor’s Syndrome or “incom-
plete sleep” [The syndrome of Elpenor, from the name of the
hero of the Oddyssey who falls into the terrace of the temple
of Circe. Putting into motion the ordinary automatisms driving
waking up in an unusual place, the subject was the victim of a
topographical amnesia. The fact is repeated often on means of
rapid transportation, and one may state like Agnés Varda that the
most specific cities carry within them the faculty of always being nowhere...
The dreamt decorated of forgetting” (Paul Virilio: La máquina de
visión, Ed. Cátedra, Madrid, 1989, p. 21).
57 There is a cadaveric or rather a posthumous continuity of art.
Hal Foster pointed out four forms of this “coming later”: a trau-
matic experience, in which there is a mixture of fear and desire,
the real and the erratic of the event; a certain spectral shadowing
that implies some “re-apparitions, the return of the disappeared:
““After the end of the story the spirit comes as a revenant”, writes
Derrida about the “phantology” that he considers to be “ the
dominating influence on today’s discourse”; “it configures both a
dead person returning as a ghost whose expected return is pro-
duced time after time”” (Hal Foster: “This funeral is for the mis-
taken cadaver” in Diseño y delito, Ed. Akal, Madrid, 2004, p. 135).
The main modes of this “re-apparition” would be: assembly of
a-synchronic forms, the recovery of visual genres or strategies
that were not in fashion and the tendency to the incongruous, whi-
ch means, among other things, juxtaposing marks from different
spaces. To some extent, Barateiro’s hybrid aesthetic has to do with
this latter form of artistic manifestation.
58 Benjamín H. D. Buchloh: “Fotografiar, olvidar, recordar:
fotografiar en el arte alemán de postguerra” in El nuevo espectador,
Ed. Fundación Argentaria, Madrid, 1998, p. 77.
59 Cfr. Jacques Derrida: Mal de archivo. Una impresión freudiana,
Ed. Trotta, Madrid, 1997, p. 17.
60 “Community has had no place. [...] Society has not been made
on the ruins of a community. [...] So nothing has been lost, and
thus nothing is lost. It is only us who are lost, us upon whom the
“social link” (relationships, communication), our invention, lies
heavily like the network of an economic, technical, political and
cultural trick. Caught in this mesh, we have forged out the ghost
of the lost community” (Jean-Luc Nancy: La comunidad desobrada,
Ed. Arena, Madrid, 2001, pp. 29-30).

UNTITLED (DRIFTED), 2006 (Courtesy: Galeria Pedro Cera)


d 200
61 Gordillo has set out a correct diagnosis in respect to this: it synthesises his concerns. From this, arising from the awareness
“Nowadays in the plastic arts one talks a great deal about eclec- of the symbolic processes of art’s economic and cultural valo-
ticism, and some more bold critics even talk of a new classicism. rising, all of his career has been guided by a reflection on the
As to the first I agree: if one encloses many rats in a small space, position of the artist in the art system in particular and in so-
if they get very nervous and move around a lot, one ends up with ciety in general” (Miguel Amado: “Pedro Barateiro: “A função
a mess of rats: this is eclecticism as obstruction to the future, due do estúdio””).
to a lack of Utopia. As for classicism, I don’t think we are living 66 If, as I have indicated, at the beginning of his text for Estru-
in a period that might distil such a delicate liqueur, we lack a tura Social, Barateiro appropriates Crary, he ends his writing with
certain seriousness, a linear and prolonged manner of conceiving a statement by Yvonne Rainer: “In her Statement from 1972 Yvo-
the world, credible values believed by a majority. There might nne Rainer says: “The condition of making my stuff lies in the
perhaps be the blossoming of a new nineteenth century numb continuation of my interest and energy. Just as ideological issues
and stone-bound neo-classicism. Paradoxically, I would even have no bearing on the nature of my work; neither does the tenor
think that our cynical possible classicism has been that epic world of current political and social conditions have no bearing on its
of isms, which are violent, crossing over each other and clashing execution. The world disintegrates around me. My connection to
with the sound of cans” (Luis Gordillo: “Una hermosa época the world-in-crisis remains tenuous and remote. I can foresee a
para pintar un cuadro” (1983) in Luis Gordillo. Superyo congelado, time when this remoteness must necessarily end, though I cannot
Museu D´Art Contemporani de Barcelona, 1999, p. 155). foresee exactly when or how the relationship will change, or what
62 “The crucial distinction between a simulacrum (superimpo- circumstances will incite me to a different kind of action” (Quo-
sing with the real) and appearance is particularly recognisable in ted in Pedro Barateiro: “Estrutura Social. (Identidades em constru-
the field of sexuality, as, for example, in the distinction between cao – O artista enquanto espectador)” text in Estrutura Social,
pornography and seduction: pornography “shows everything”, Museu Nacional de História Natural, Sala do Veado, 2006).
“is real sex”, and for this very reason produces a mere simula- 67 “Vindication and revindication of the excluded; of the ex-
crum of sexuality, while the process of seduction consists totally pelled. Of the remains; of the rest; of what is missing... “It is
of a game of appearances, insinuations and promises, and thus it in the remains”, wrote Ernst Jünger, “that nowadays one finds the
evokes the elusive domain of the sublime supra-sensitive Thing” most useful things”. There we will certainly find what is missing:
(Slavoj Zizek: Lacrimae Rerum. Ensayos sobre cine moderno y ciberespa- the remains, which in being so, are a damned part, an excluded
cio, Ed. Debate, Barcelona, 2006, p. 264). “The simulacrum is a part. It is up to critics to look in the rubbish, the remains, the
made object, “an artefact”, that may well produce an effect of rests. That which nobody wants, not even to build up a dubious
likeness and at the same time mask the absence of a model with reputation as damned” (Ángel González García: “El resto” in El
the exaggeration of its “hyper-reality”” (Víctor I. Stoichita: Simu- resto. Una historia invisible del arte contemporáneo, Ed. Museo de Bellas
lacros. El efecto Pigmalión: de Ovidio a Hitchcock, Ed. Siruela, Madrid, Artes de Bilbao and Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
2006, p. 12). de Madrid, 2000, p. 50).
63 “At best the post-modern carnival has been no more than 68 “Photography shows us a previous reality and although the-
a smokescreen hiding a more severe phenomenon: that is, the re is an impression of reality it is never received as something
transformation of the second modernism into an “ethics” that is purely illusory: it is the document of a “reality that we find out
not even a softened and socialised version of the aesthetic pro- of our reach”” (Julia Kristeva: El lenguaje, ese desconocido. Intro-
mise of emancipation, but its pure and simple reverse, that links ducción a la lingüística, Ed. Fundamentos, Madrid, 1999, p. 320).
what is suited to art now not to a coming emancipation but to 69 Guy Debord quotes Freud in fragment 51 of La sociedad del
an immemorial and endless catastrophe” (Jacques Ranciere: El espectáculo: “Everything that is conscious wears out. That which is
viraje ético de la estética y la política, Ed. Palinodia, Santiago de Chile, unconscious remains inalterable, but once it is freed, does it not
2005, p. 48). in turn fall into ruins?”
64 “An increasingly sick but more and more powerful society 70 “The ”new cities” of the technological pseudo-countryside
has everywhere re-created the world as a surrounding and deco- are clearly inscribed in the terrain of rupture with the historical
ration for its sickness as a sick planet” (Guy Debord: Planeta enfermo, time on which they were built, and their motto might well be:
Ed. Anagrama, Barcelona, 2006, p. 79). “Nothing will ever happen here and nothing has ever happened here”.
65 Pedro Barateiro fully accepts the question that provided the It is very clear that the forces of historical absence are starting to
title for a group exhibition in Spike Island (Bristol) to which he compose their own exclusive passage, because the history that
was invited: “What are We Doing Here?”: “Taking on the speci- should be released in the cities has not yet been released” (Guy
ficity granted by the exhibition itself, this question also possesses Debord: La sociedad del espectáculo, Ed. La Marca, Buenos Aires,
generic outlines in Barateiro’s work, and one may even state that 1995, fragment 177).

d 201

También podría gustarte