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El frasco de la calma es una de las técnicas educativas más conocidas

del método Montessori.  Ayuda a los niños a gestionar sus

emociones.

también es una técnica muy eficaz para estimular la concentración y la

atención selectiva.

Es una especie de canalización emocional, a través del cual el niño

libera las emociones negativas que no sabe gestionar. Mientras lo

agita, se liberan las tensiones emocionales acumuladas y, cuando

estas se reducen y el pequeño deja finalmente de mover el frasco, el

efecto de la purpurina descendiendo lentamente ejerce una acción

relajante que elimina la irritación, frustración o ansiedad en los niños.

De hecho, es un método muy efectivo para tratar el trastorno de

ansiedad infantil y la hiperactividad

Una de las principales preocupaciones de los padres o de los maestros hoy

en día es la educación de sus hijos, pero en muchas ocasiones se olvidan

de la educación emocional.

Dar educación emocional  a los niños es enseñarle a enfrentarse a los

problemas que se presentan a la largo de su vida de una manera adecuada.

Lo que va a tener beneficios no sólo en la infancia sino también en la edad

adulta, adquiriendo herramientas para vivir en sociedad. Enseñar a los niños


a reconocer y gestionar emociones, les permite incrementa la percepción de

control sobre aquellos que les ocurre, lo que es fundamental para un

adecuado desarrollo de su autoestima y autoconcepto. 

Principio I: Proveer múltiples medios de representación (el qué del aprendizaje).

Como tal, no existe un medio de representación óptimo para todos los alumnos ya
que unos captan mejor la información a través de medios visuales o auditivos o
textuales. Por esa razón, debe existir una amplia diversidad.

Principio II: Proveer múltiples medios de acción y expresión (el cómo del
aprendizaje).

En este sentido, y como ejemplo, todos conocemos a alumnos que se expresan mejor
con un texto escrito y otros, expresándose oralmente. Debido a ello, tampoco existe
un medio de acción y expresión óptimo para todos los estudiantes, por lo que
debemos proveer opciones diferentes para la acción y la expresión de nuestros
alumnos.

Principio III: Proveer múltiples formas de implicación (el por qué del
aprendizaje).

La motivación y el componente emocional tienen una especial relevancia en el


aprendizaje. 

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