Manual de estilo
de la lengua española
MELE 4
4.a edición, revisada y ampliada
José Martínez de Sousa (El Rosal [Pontevedra],
1933) estudió tipografía y fue cajista de imprenta
antes de dedicarse a la corrección tipográfica y
de estilo en varias editoriales y periódicos. En
1974 publicó su primera obra, el Diccionario de
tipografíay del libro, al que seguirían otros vein-
te libros sobre lenguaje, siglas, periodismo, bi-
bliología, lexicografía, redacción y estilo, edición
y autoedición, usos y dudas del español actual,
entre los que podemos destacar los siguientes:
Dudas y errores de lenguaje, Diccionario de or-
tografía técnica, Diccionario internacional de si-
glas y acrónimos, Diccionario de ortografía de la
lengua española, Diccionario de redacción y esti-
lo, Manual de edición y autoedición, Diccionario
de usos y dudas del español actual, Pequeña
historia del libro, Manual de estilo de la lengua
española, Diccionario de edición, tipografía y ar-
tes gráficas, Libro de estilo Vocento, Diccionario
de bibliología y ciencias afines, Ortografía y or-
totipografía del español actual, La palabra y su
escritura, Diccionario de uso de las mayúsculas
y minúsculas, y, finalmente, Manual básico de
lexicografía (los diez últimos publicados por Edi-
ciones Trea). Ha dado infinidad de conferencias
y cursos sobre cuestiones de lenguaje, edición,
traducción, lexicografía, ortografía y ortotipo-
grafía, al tiempo que ha publicado contribucio-
nes en otros libros y artículos en periódicos y
revistas nacionales y extranjeros. José Martínez
de Sousa ha sido presidente de la Asociación
Internacional de Bibliología (aib) (1998-2000) y de
la Asociación Española de Bibliología (aeb), de la
que actualmente es presidente honorario.
MANUAL DE ESTILO
DELA
LENGUA ESPAÑOLA
(MELE 4)
José Martínez de Sousa
MANUAL DE ESTILO
DELA
LENGUA ESPAÑOLA
(MELE 4)
Ediciones Trea, S. L.
BIBLIOTECONOMÍA Y ADMINISTRACIÓN CULTURAL - 38
© de esta edición:
Ediciones Trea, S. L., 2012
María González la Pondala, 98, nave D
33393 Somonte-Cenero, Gijón (Asturias)
Tel.: 985.303.801. Fax: 985.303.712
trea@trea.es
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ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por
cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros
métodos, sin el permiso previo por escrito de Ediciones Trea, S. L.
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índice
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Lista de cuadros
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lista de cuadros
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lista de cuadros
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Presentación
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presentación
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presentación
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presentación
recetas, sino que estas vienen adereza- una de esas obras que deben estar
das con explicaciones, justificaciones, siempre a mano encima de la mesa
discusiones, en algunos casos, a mi de trabajo. Podría seguir añadiendo
modo de ver, excesivas para los fines epítetos elogiosos, pero esta obra no
de la obra, pero que estoy seguro de los necesita. Muchos de ellos, por ma-
que harán las delicias de los amantes nidos, han perdido realmente su valor.
de la lengua y demás bibliólatras. Pero Si algún reproche pudiera hacérsele,
la búsqueda de respuestas racionales es que llega en un momento inopor-
al porqué de la realidad es rasgo con- tuno, por no haber visto la luz antes.
sustancial al autor. Al igual que su pro- Su publicación, por varias razones,
pensión natural a poner nombres a las no solo era necesaria, sino urgente.
cosas y a definir hasta lo indefinible. En primer lugar, porque los medios
Su amor por la lexicografía le lleva a profesionales de la edición española,
utilizar, e incluso a crear, términos irre- faltos de formación reglada, care-
prochables conceptualmente, pero de cen de la instrucción necesaria para
poco uso y ajenos al vocabulario del desempeñar con el debido decoro su
escritor y editor de a pie. Sirvan de bo- trabajo. Aunque esta obra no pueda
tón de muestra los siguientes: editorial suplir esas carencias educativas, sí por
bibliológica, editorial bemerológica, lo menos puede aliviarlas. En segundo
editología científica, ortotipografía. lugar, porque existen campos de la
edición española, como el científico,
Creo llegado el momento de calificar donde la ausencia de manuales de
la obra. Lo mejor que se puede decir este tenor constituye, más que una la-
de un manual de estas características guna, un auténtico agujero negro. En
es que es útil. No hay que ir más allá tercer lugar, porque de haber nacido
de la lista de cuadros y figuras para antes esta obra, hubiera prestado un
darnos cuenta de la utilidad de este servicio ecológico de primera magni-
libro. Escritura de símbolos, números, tud, ahorrando el papel y la tinta que
fechas, unidades de tiempo, unidades se han desperdiciado en la edición
de medida, nomenclaturas, antropóni- de algunos mal llamados manuales
mos, topónimos, abreviaturas de todas o libros de estilo. Ahora tendrá que
las clases y un largo etcétera. Pero no cumplir otra función: evacuar la la-
se detiene ahí, pues nos suministra guna de las obras que la han llenado
orientaciones sobre cómo redactar de turbias aguas. Y en último lugar,
títulos, citas, notas, referencias biblio- porque las nuevas tecnologías de la
gráficas; sobre cómo emplear correc- información y la comunicación han
tamente nuestro idioma (ortografía, convulsionado el mundo de la edición.
léxico, gramática) o cómo hacer un Si el ordenador y los procesadores de
diseño tipográfico coherente y estético textos dotaron al acto de escribir y
gracias a la información sobre tipos de editar un texto de sencillez y rapidez
letras, líneas, párrafos, páginas, partes sin precedentes en la historia de la es-
de una obra... critura, Internet ha aparecido como el
más potente medio de publicación que
Por todo ello, el Manual de estilo ha visto el hombre desde la irrupción
de la lengua española es una obra de de la imprenta. Al dar voz a los que
referencia fundamental para escrito- antes no la tenían, ha hecho añicos el
res, editores, traductores, correctores; tradicional circuito de comunicación
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presentación
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Prólogo
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prólogo
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prólogo
1,2 Obras actualmente integradas en Ortografía y ortotipografía del español actual (Gijón:
Trea, 2004; 2.a ed., corregida, 2008), a la cual remito al lector.
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Manejo de la obra
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manejo de la obra
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manejo de la obra
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Introducción
1 Los temas tratados en esta introducción pueden ampliarse mediante la consulta de obras y
trabajos específicos como los que se mencionan en la bibliografía que figura en el párrafo 5, espe-
cialmente el apartado 5.2, páginas 59 ss. También puede resultar útil la consulta de obras y trabajos
concretos de la bibliografía general situada al final de la obra.
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la normalización, el estilo y la edición
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la normalización
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la normalización, el estilo y la edición
rían crear normas particulares para mos implicados, para evitar abusos. Lo
sectores mundiales y especializados que no parece admisible es que para la
que habría que definir; por ejemplo, reproducción de unas normas que no
para el mundo anglosajón, para el ocupan más de cuatro o seis páginas se
mundo latino, para el mundo eslavo, pretenda que el autor abone por ellas
para el mundo árabe, etcétera. Este una cantidad que equivale a la totali-
es el espíritu de la normalización uni- dad de sus derechos de autor sobre la
versal, pero no siempre se cumple en obra producida.
todas partes. Pongo un solo ejemplo:
¿por qué empeñarse en que el título Sugerencia tercera: Para facilitar el
del lomo de los libros se disponga de cumplimiento de estas propuestas, los
arriba abajo, a la anglosajona (como Estados deberían contribuir al sosteni-
mandan las normas ISO 6357-1985 y miento de estas instituciones con algo
une 50-120-92), cuando en el mundo más que el reconocimiento oficial.
latino se ha hecho tradicionalmente
al revés, de abajo arriba, situación a
la que se le encuentran más ventajas 1.3. El sistema internacional
por lo que respecta a la lectura de esos de unidades (si )
textos? (Recuérdese que esta disposi-
ción, con lectura de abajo arriba, es El sistema internacional de unidades
la misma que se aplica a los cuadros y (SI) es un conjunto coherente de uni-
grabados que se disponen en la página dades destinado a unificar los valores
en la misma posición por razón de su de las medidas en todos los ámbitos.
tamaño, de manera que en las páginas Su plasmación en forma de sistema es
pares la cabeza del cuadro o grabado un viejo anhelo de la humanidad, que
va al margen de corte y en las impares ya desde la Antigüedad había dado
va al margen de lomo. Si se dispusie- pasos en pro de un sistema semejante.
ran al revés, para leer sus contenidos Se basa tal anhelo en la necesidad de
habría que girar el libro en dirección descubrir regularidades en los acon-
contraria a la de las agujas del reloj, lo tecimientos del universo, así como en
cual es más incómodo.) fijar en normas las costumbres huma-
nas relacionadas con el comercio y la
Sugerencia segunda: Se debería per- industria.
mitir a los escritores la divulgación, En los templos de los antiguos egip-
dentro de trabajos más amplios, de las cios y asirios se guardaban los patro-
normas o partes de ellas que facilitan y nes de las medidas de longitud y masa,
unifican el trabajo en un campo deter- al modo como hoy se guarda el metro
minado. Por ejemplo, un bibliotecario patrón en Sevres (París). El sistema de
debería poder reproducir algunas de unidades romano, que el Imperio había
las normas que afectan a su tema cuan- difundido por toda Europa, fue susti-
do escribe acerca de él. En un manual tuido, a la caída de este, por sistemas
de estilo se deberían poder reproducir muy variados. Hasta bien entrado el
algunas normas internacionales o na- siglo xvii no empezaría a vislumbrar-
cionales necesarias para la unificación se la forma de satisfacer la necesidad
de los criterios de escritura. Todo ello, humana de disponer de un sistema de
naturalmente, con el conocimiento y unidades de medida que fuera coheren-
la autorización expresa de los organis- te y contara con las virtudes suficientes
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la normalización
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la normalización
España desempeñó desde bien pron- blecen las unidades legales de medida,
to un papel preponderante en el campo que son las siguientes:
de la unificación de unidades. Por ejem-
plo, el primer presidente de la Oficina 1) unidades básicas
de Sévres, donde se conserva el metro metro: m (longitud)
patrón, fue el general Carlos Ibáñez de kilogramo: kg (masa)
Ibero, marqués de Mulhacén (1825- segundo: s (tiempo)
1891), quien desde 1872 hasta 1891 ampere: A (intensidad de corriente
presidió la Comisión Internacional eléctrica)
del Metro e influyó en la realización y kelvin: K (temperatura termodiná-
desarrollo de la Convención del Metro, mica)
celebrada el 20 de mayo de 1875, a la mol: mol (cantidad de sustancia)
que se adhirieron veinte Estados. El 19 candela: cd (intensidad luminosa)
de julio de 1849, la reina Isabel II uni-
ficó por ley todas las medidas y pesas, 2) unidades suplementarias
tomando como unidad de longitud radián: rad (ángulo plano)
la diezmillonésima parte del arco del estereorradián: sr (ángulo sólido)
meridiano terrestre comprendido entre
el polo Norte y el ecuador, a la que se 3) unidades derivadas expresadas a
llamaba metro. partir de unidades básicas y suple-
En 1875 España, como se ha visto, mentarias
asiste a la Convención del Metro, metro cuadrado: m2 (superficie)
donde se funda la Oficina Internacio- metro cúbico: m3 (volumen)
nal de Pesas y Medidas (BIPM ‘Burean metro por segundo: m/s (velocidad)
International de Poids el Mesures’), metro por segundo cuadrado: m/s2
cuyo primer presidente fue el ya men- (aceleración)
cionado general Ibáñez de Ibero. En metro a la potencia menos uno: m-1
1892, la reina regente aprueba la ley (número de ondas)
de Pesas y Medidas de 8 de julio, por kilogramo por metro cúbico: kg/m3
la que se adopta el sistema métrico (masa en volumen)
decimal. El sistema internacional de metro cúbico por segundo: m3/s
unidades (si) fue declarado de uso (caudal en volumen)
legal en la ley 88/1967 de Pesas y Me- kilogramo por segundo: kg/s (caudal
didas de 8 de noviembre. En el decreto másico)
1257/1974, de 25 de abril, se recogie- radián por segundo: rad/s (velocidad
ron las modificaciones a este sistema angular)
acordadas en las CGPM celebradas en radián por segundo cuadrado: rad/s2
París en 1967 y 1971. En 1975, del (aceleración angular)
15 al 17 de diciembre, se celebró en
España la primera Asamblea Nacional 4) unidades derivadas con nombres
de Metrología, coincidiendo con la ce- y símbolos especiales
lebración del centenario de la Conven- hercio: Hz (frecuencia)
ción del Metro. Actualmente, el siste- newton: N (fuerza)
ma de unidades de medida se rige en Pascal: Pa (presión, tensión)
España por el real decreto 1317/1989, julio: J (energía, trabajo, cantidad
de 27 de octubre (boe núm. 264, de calor)
pp. 34496-34500), por el que se esta- vatio: W (potencia, flujo radiante)
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la normalización, el estilo y la edición
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la normalización
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la normalización, el estilo y la edición
pulgada cúbica (cubic inch) (cu in, de las unidades de la misma clase son
in3) decimales en el si (milímetro, metro,
kilómetro), no sucede lo mismo con
capacidad: las del sistema imperial británico; por
galón (gallón) (gal) ejemplo, no existe dependencia alguna
gili (gi) entre la pulgada, la yarda y la milla.
onza fluida (fluid ounce) (fl oz) Los Estados Unidos y el Reino Unido
pinta (pint) (pt) han aceptado el sistema internacional
cuarto (quart) (Q) (si), pero emplean sus unidades jun-
tamente con las del sistema imperial.
peso: Esta situación es incómoda, pero se
cental (ctl) entiende cuando se consideran los inte-
dram (dr) reses comerciales y de todo orden que
grano (grain) (gr) concurren en el caso. Como era de espe-
hundredweight (cwt) rar, la aceptación por parte de los Esta-
libra (pound) (lb) dos Unidos y la Unión Europea del
onza (ounce) (oz ) sistema imperial obliga al doble etique-
cuarto (quarter) (qr) tado para las exportaciones entre estos
stone (no tiene símbolo) países.
tonelada (ton) (tn) Lo ideal, naturalmente, sería que
tanto el Reino Unido como los Estados
TROY. Sistema de unidades de masa Unidos aceptasen incorporar el sistema
de origen francés medieval (troy de- internacional en su legislación. Para
riva del nombre de la ciudad francesa ello, ya en 1904 la Cámara de los Lores
Troyes). Al principio se aplicaba a la propuso cambiar al sistema métrico,
medición de metales preciosos como el pero la propuesta fue rechazada por la
oro y la plata. Se abolió en Inglaterra Cámara de los Comumes. En 1965 se
en 1879, fecha desde la cual se aplica aprobó el uso del sistema métrico, y en
únicamente la onza, con sus múltiplos 1971 se introdujeron los decimales en el
y submúltiplos, para la medición del sistema monetario británico. El sistema
oro, la plata, el platino y las piedras métrico se enseña en las escuelas bri-
preciosas. Se basa en la libra avoirdu- tánicas desde los años setenta del siglo
pois. Comprende las siguientes unida- pasado. Según una encuesta realizada
des de masa: por la BBC, actualmente (2007) se utili-
zan en el Reino Unido los tres sistemas,
grano (grain) (gr) pero con porcentajes de uso distintos:
libra troy (troy pound) (lb ir) solo el sistema imperial (22 %), solo el
onza troy (troy ounce) (oz tr) sistema internacional (29 %) y ambos
pennyweight (pwt). sistemas (49 %).
44
el estilo
los aspectos de la escritura técnica de ciertas partes del texto (por ejem-
y científica desde un punto de vista plo, folios explicativos, grafía de las
profesional podrían dividirse en tres firmas, disposición de las citas) o de
categorías: ciertos textos (por ejemplo, las notas,
los índices, las bibliografías, las crono-
— códigos tipográficos, empleados logías). Se utilizaron en las imprentas
en las imprentas y en las editoria- y en las editoriales bibliológicas (las
les bibliológicas (las que editan especializadas en la edición de libros,
principalmente libros) (v. §2.2); no de revistas), y en la actualidad sus
— libros de estilo, de empleo en los contenidos suelen formar parte de los
periódicos y agencias de prensa manuales de estilo.
para la unificación de criterios en Los libros de estilo son publicacio-
el uso de la lengua, modelos de nes generalmente normativas en las
redacción de los distintos textos que, entre otras cosas, se dice cómo
informativos (noticias, crónicas, se escribe una palabra determinada,
reportajes, entrevistas, etcétera) las palabras que no deben usarse, los
(véase §2.3); plurales que la publicación cree que
— manuales de estilo, que reúnen en son los correctos y la grafía elegida
sí aspectos de los códigos tipo- para los antropónimos y topónimos.
gráficos y de los libros de estilo Se utilizan en las editoriales que editan
y que se destinan, especialmente revistas científicas, en los periódicos y
en las editoriales, sociedades y en las agencias de prensa.
asociaciones científicas, a sentar Los manuales de estilo ofrecen capí-
las bases de la escritura científica tulos en los que se tratan las cuestiones
de libros y revistas (v. § 2.4). más controvertidas en relación con un
tipo de publicaciones determinadas (de
En principio, los tres tipos de publi- medicina, biología, siquiatría, sicolo-
caciones son distintos por su contenido gía, ingeniería...), con doctrina sobre
y su enfoque, así como en lo relativo a el plagio, la redacción científica de un
sus destinatarios, como hemos visto. texto, las normas de ética que afectan
No es extraño, sin embargo, que, desa- al escritor científico y las que deben
parecidos o a punto de desaparecer lo cumplirse en la redacción de artículos
que pudiéramos considerar códigos de revistas, las formas de hacer citas,
tipográficos puros o estrictos, las pu- etcétera, y se completa con aspectos
blicaciones actuales, destinadas a los más propios de libros de estilo, como
diarios, las agencias de prensa o las la escritura de los antropónimos y
editoriales, se denominen promiscua- topónimos, cuestiones gramaticales y
mente libros de estilo o manuales de de ortografía, terminología, etcétera.
estilo, pese a que entre unos y otros En muchos casos se enriquecen con
hay o debe haber algunas diferencias, normas de composición y disposición
no solo de matiz, que los distinguen. de los textos, con lo cual se trata de
Un código tipográfico es un conjun- mostrar al usuario ciertas normas de
to de normas para la realización de un ortotipografía que eran más propias
impreso, entre las cuales sobresalen de los códigos tipográficos. Se utilizan
las que se refieren a las grafías tipo- especialmente en las editoriales científi-
gráficas. Algunos códigos contienen cas (las especializadas en la edición de
también normas para la composición revistas científicas), pero también en
45
la normalización, el estilo y la edición
las bibliológicas (libros), en las univer- los impresos y de los cuales hay especí-
sidades, entidades, etcétera. menes en todas las lenguas, no son
todavía ni siquiera códigos tipográfi-
cos propiamente dichos. Se tiene un
2.1. La labor de los humanistas antecedente notable en la obra Ortho-
typographie, de Jerónimo Hornschuch,
La preocupación por la uniformi- publicada en latín en Leipzig en 1608
dad de criterios, por la depuración del (traducida por Susan Baddeley y
estilo, por la presentación pulcra y la publicada en París por Éditions des
realización exacta de los originales Cendres en 1997). De hecho, las obras
destinados a su publicación nace con que andando el tiempo se convertirán
la imprenta. Seguramente con la apa- en base de los códigos tipográficos y
rición de la primera errata de que se ortotipográficos surgen en Francia
tiene noticia en el Psalmorum codex, en 1723 con La Science pratique de
impreso en Maguncia (Alemania) en Vimprimerie, de Martin-Dominique
1457 por Johann Fust y Peter Schoffer Fertel, seguido, entre otros, por el
(decía Spalmorum en lugar de Psalmo- Code des corrections typographiques
rum) , nacía tímidamente la necesidad de Pierre-François Didot (1732-1793),
de luchar contra el error bibliológico, considerado el primer código tipográ-
fuera del tipo que fuese. Quienes se fico propiamente dicho, y por el Traité
encargaron de fijar las reglas de la de typographie, de Henri Fournier
tipografía y de la ortografía fueron (1825); la Guide pratique du composi-
los tipógrafos humanistas, a la cabeza teur d'imprimerie, de Théotiste Lefèvre
de los cuales hay que situar al italiano (1855, seguida «casi hasta el plagio»
Aldo Manuzio (h. 1449-1515), al que por Juan José Morato en su obra
siguen los franceses Geofroy Tory (h. de 1900, incluso en el título, como
1480-1533) y los miembros tipógrafos él mismo confiesa); Les règles de la
de la familia Estienne (empezando por composition typographique, de Désiré
Henri I, cabeza de la estirpe [1460- Greffier (1898); Manuel pratique de
1520], y siguiendo por Robert [1499- composition typographique, de Victor
1559] y Henri II [1531-1598], entre Breton (1911), y otros, entre los que
los más importantes). En España, esta puede mencionarse uno de los últimos,
función corresponde al humanista Elio Manuel de typographie et de mise en
Antonio de Nebrija (1441-1522: Gra- page, de François Richaudeau (1989),
mática de la lengua castellana, 1492; y La chose imprimée, dirigido por
Reglas de orthographia en la lengua John Dreyfus y François Richaudeau
castellana, 1517). (1987), traducido al español con el
título de Diccionario de la edición y de
las artes gráficas (1990).
2.2. Los códigos tipográficos En España hay un primer trabajo.
Institución y origen del arte de la
Los códigos tipográficos hallan sus imprenta y reglas generales para los
remotos antecedentes en ciertos ma- componedores, escrito hacia 1680 por
nuales profesionales destinados a los Alonso Víctor de Paredes. Contamos,
cajistas o compositores tipográficos (v. además, con obras de tratadistas ti-
§ 2.4). Estos manuales, en los que se pógrafos destacados, entre los cuales
encuentran normas de realización de descuella el primer tratado español
46
el estilo
de tipografía, escrito por Juan José titulado Code des corrections typo-
Sigüenza y Vera, el Mecanismo del arte graphiques debido al impresor y
de la imprenta para facilidad de los librero francés Pierre-François Didot
operarios que la exerzan (1811). Le si- (1732-1793). Aparte de los libros
guen, entre otros, el Manual del cajista técnicos destinados a la formación de
y de la tipografía, de José María Pala- cajistas y a la descripción del oficio
cios (1845); el Manual de la tipografía de componer textos y formar mol-
española, de Antonio Serra y Oliveres des de imprenta, el primer código
(1852); el Manual de la tipografía tipográfico del siglo xx lo inicia en
española, o sea el arte de la imprenta, 1922 la Société amicale des protes et
de José Famades Villamur (1882); correcteurs (Sociedad Profesional de
el Tratado de tipografía o arte de la Regentes de Imprenta y Correctores);
imprenta, de José Giráldez (1884); el la primera edición se publica después
Manual del cajista de imprenta, de de dos años de trabajo. En 1977,
Francisco Bollo (1889); la Guía prác- con el título de Code typographique:
tica del compositor tipógrafo, de Juan choix de regles à l’usage des auteurs et
José Morato (1900, «La obra especial professionnels du livre, apareció en Pa-
mejor orientada entre las de su clase rís la duodécima edición bajo los aus-
en lengua castellana», en palabras de picios del Syndicat national des cadres
Fernando Huarte Morton); el Manual et maitrises du livre, de la presse et des
practico del cajista de imprenta, de Ál- industries graphiques; la decimoséti-
varo Fernández Pola (1904); la Cartilla ma edición apareció también en París
del aprendiz de cajista de imprenta, de en 1993, esta vez auspiciada por
Juan José Morato (1929); el Manual la Fédération C.G.C. de la commu-
del cajista de imprenta, de F. Fábregues nication.
y J. M. Saavedra (1933); El libro del En España no se ha editado nunca
corrector: vademécum de los escritores un código tipográfico formal. Cuando
y de los profesionales de la tipografía, más, algunos folletos de normas para
de Pelegrín Melús y Francisco Millá uso y disfrute de una sola editorial. Se
(1940); la Teoría y práctica de la tipo- puede poner el ejemplo, entre otros, de
grafía con nociones de las industrias las normas internas de dos editoriales
afines, de Vicente Martínez Sicluna ya desaparecidas: Editorial Bruguera,
(1945); la Cartilla de tipografía para Normas para traductores y correctores
autores: preparación de originales y de Editorial Bruguera (39 pp., 1971),
corrección de pruebas, de Fernando y Editorial Labor, Normas de trabajo
Huarte Morton (1955); la Corrección (60 pp., 1979), ambas impresas. Otras
de pruebas tipográficas, de R. Ramos editoriales, como Seix Barral y Barral
Martínez (1963); La composición Editores, de Barcelona como las ante-
en artes gráficas, de Euniciano Mar- riores, disponían de normas mecano-
tín (2 vols., 1970 y 1974), y, de José grafiadas desde 1969 (en ambos casos
Martínez de Sousa, el Diccionario de se titulaban Normas de producción y
tipografía y del libro (1974), el Dic- eran muy parecidas). Por desgracia,
cionario de ortografía técnica (1987) existe entre nosotros el prurito de que
y el Manual de edición y autoedición nadie lo hace mejor que uno mismo, y
(1994). ello nos lleva a considerar que nuestro
Pero tal vez el primer código ti- criterio es inmejorable. Sin embargo,
pográfico propiamente dicho sea el las cosas están cambiando últimamen-
47
la normalización, el estilo y la edición
te. Los editores se han dado cuenta de del Oxford dictionary for writers and
que ciertas correcciones recurrentes editors (editado por Clarendon Press,
les salen demasiado caras, y, por otro 1981, puesto al día anualmente), al
lado, la entrada del ordenador en la que se añadían cinco páginas con las
tipografía facilita el aprovechamiento diferencias propias del diario. Este
del trabajo de mecanografiado del diccionario de escritores y directores
autor y del traductor. Se impone, pues, ha sido tomado también como base de
el establecimiento de unas normas su estilo por otros muchos periódicos
de trabajo que unifiquen criterios y de lengua inglesa, que se limitan a pu-
sirvan de guía tanto para autores blicar unas páginas en las que hacen
y traductores como para correctores de constar sus preferencias expresivas.
estilo y para correctores tipográficos Por ejemplo, The Guardian añade 55
(que así «heredan» la responsabilidad páginas, tituladas The Guardian style
que anteriormente correspondía a los book.
correctores de estilo). El Neue Zürcher Zeitung, de Zúrich
(Suiza), tiene un libro de estilo de 88
páginas originado en un conjunto de
2.3. Los libros de estilo normas al parecer iniciadas en 1968,
que actualmente se titula Sprachlich-
Antes de que dispusiera de sus pro- Technisches Vademecum für die Redak-
pios libros de estilo, la prensa se había toren, Korrespondenten und Mitarbei-
valido, como es lógico, de los códigos ter der Neue Zürcher Zeitung, cuya
tipográficos por lo que respecta a la segunda edición es de 1982.
presentación gráfica (v. §2.2), mien- En España, los libros de estilo de la
tras que en lo relacionado con el estilo prensa han proliferado desde los pri-
de escritura, especialmente con los meros años ochenta del siglo xx. Desde
aspectos gramaticales y léxicos, había el Manual de español urgente (16.a ed.,
que atenerse, de forma general, a lo 2005), de la Agencia Efe, que sirve de
establecido por la Academia Española faro a muchos periódicos nacionales y
en sus publicaciones. extranjeros («es el más antiguo de los
Los libros de estilo periodísticos publicados en la comunidad de habla
son un producto típicamente estado- española», se dice en su prólogo), has-
unidense. Tal vez uno de los primeros, ta el de los diarios de Vocento (de José
si no el primero, sea el que en 1962 Martínez de Sousa, Gijón: Trea, 2003),
publicó el New York Times, titulado pasando por el de El Mundo (Madrid,
The New York Times style book for 1996), el de El País, que va ya por la
writers and editors, que en 1977 publi- 16.a edición (Madrid, 2002), el de La
có su segunda edición con el título de Vanguardia (Barcelona, 2004), el de
The New York Times, Manual of style La Voz de Galicia (La Coruña, 2002),
and usage. En 1978 apareció el libro el del Abc (2.a ed., Madrid, 2001)
de estilo del Washington Post, titulado y el de El Periódico (Barcelona, 2002).
The Washington Post deskbook on Su abundancia no va en detrimento
style. The Times, de Londres, tuvo des- de la uniformidad de criterios en gran
de 1970 hasta 1984 un libro de estilo medida, como se podría suponer, por-
titulado Style book and spelling words que, en general (con pocas excepciones
adopted by The Times. En noviembre notables), se copian unos a otros y las
de 1984 fue sustituido por las normas diferencias en lo relativo al léxico y la
48
el estilo
49
la normalización, el estilo y la edición
50
norma, uso y autoridad lingüística
51
la normalización, el estilo y la edición
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63
Primera parte
El trabajo intelectual
1 El trabajo documental
67
el trabajo documental
68
las citas
69
el trabajo documental
70
las citas
71
el trabajo documental
sustituyeran 1893 por 1492. Peor to- obra lleva notas, y no todas las llevan.
davía si el error es de mayor importan- Puede el autor asimismo introducir
cia; por ejemplo, si un texto dice que un texto suyo, breve, para aclarar al
«Francisco de Orellana tomó posesión lector algún aspecto de la cita que no
del Pacífico en 1513» no basta con un quede claro por falta de información.
[sic]; hay que intervenir a continuación Hay que tener en cuenta que normal-
de esa afirmación y dejar constancia de mente el texto de la cita se saca de
lo contrario; por ejemplo: «Francisco contexto (no es posible reproducir
de Orellana [error: fue Vasco Núñez todo el contexto donde se halla inserto
de Balboa] tomó posesión del Pacífico el que nos interesa); también en este
en 1513». También se podría hacer así: caso se hace uso de los corchetes para
«Francisco de Orellana tomó posesión encerrar debidamente nuestra inter-
del Pacífico en 1513 [así en el original; vención.
quien tornó posesión del Pacífico en A veces la cita debe abarcar un gran
1513 fue Vasco Núñez de Balboa]». trozo de texto, pero con la salvedad de
También se puede poner en nota a pie que una o más partes de su interior no
de página, si la obra las lleva. nos interesan. Estas partes no intere-
Dentro de la cita se puede corregir santes pueden consistir en una palabra,
una errata que advirtamos; suponga- una frase o uno o más párrafos. Dado
mos que el texto dice conteto donde que no los necesitamos, no debemos
sin ninguna duda debe decir contexto. reproducirlos, puesto que en este caso
No sería correcto corregir la palabra incluso pueden convertirse en un ruido
sin más y escribir contexto, como si o interferencia que aparte la atención
el texto original lo dijera bien. Lo que del lector de aquello que más nos inte-
procede es introducir la letra faltante resa. En este caso lo que procede para
entre corchetes en su lugar exacto: indicar la elipsis es introducir tres pun-
tos entre corchetes ([...]), un signo que
conte[x]to suele denominarse puntos encorche-
tados. Este signo se sitúa precisamente
(no hace falta poner la X de cursiva en el lugar que ocupaba el texto que
en este caso, ya que es recurso que se hemos suprimido. Si la puntuación con
reserva para las trascripciones epigráfi- que acaba el texto anterior al signo es
cas o modernizaciones de textos punto o puntos suspensivos con va-
antiguos) o bien introducir una expli- lor de punto, se mantiene en su lugar;
cación encorchetada; supongamos que si es coma o punto y coma, se supri-
en vez de decir vertical, el texto dice men.
perpendicular en un caso en el que sa- Si lo que se suprime es un párrafo
bemos con toda seguridad que se trata entero o más de uno, se puede indicar
del primer término (se deduce por el de varias maneras: si la cita está entre
contexto); lo que cabe hacer es, a con- comillas latinas, a continuación del úl-
tinuación de la palabra equivocada, timo final de párrafo se coloca un igual
añadir entre corchetes: [sin duda quiso entre espacios, después los puntos
decir vertical] y sigue la cita. También encorchetados, seguidos de otro igual
se puede optar por poner una llamada entre espacios y el texto del párrafo
de nota en el punto adecuado y remi- siguiente:
tir al lugar en que se hallen las notas;
pero este recurso solo es válido si la [cita] = [...] = [cita];
72
las citas
se usa el mismo signo si se trata de mienzo del párrafo que sigue, es se-
un párrafo como si son dos o más los ñal de que hemos omitido parte del
suprimidos; si la cita se dispone aparte comienzo de este párrafo porque
y en cuerpo menor, tampoco nos interesa. En este caso, la
parte omitida se sustituye por puntos
a) se hace punto y aparte después encorchetados, y la grafía queda así:
del último párrafo trascrito, se
marca la sangría que lleve el tex- [cita]. = [...] [cita].
to y se coloca un signo de puntos
encorchetados: A veces, el texto que se toma no
es inicio de párrafo ni va después de
[cita] punto, razón por la cual la cita debe
[...] comenzar con minúscula; en estos ca-
[cita]
sos se abren comillas latinas y a conti-
nuación, sin espacio, se colocan puntos
o bien
encorchetados seguidos de espacio y el
principio de la cita; así:
b) después del último párrafo tras-
crito se hace punto y aparte y a
«[...] [cita].
toda la medida del texto de la
cita se coloca una línea de pun-
Si la cita termina con puntuación que
tos separados por un cuadratín
no sea punto o puntos suspensivos, se
o espacio similar (más o menos,
elimina y a continuación de la última
tres espacios de barra espacia-
palabra se coloca espacio y puntos
dora):
encorchetados, y se cierra con comillas
[cita]
latinas; así:
El texto citado se dispone tal como A veces, si para la dinámica del dis-
aparezca en el original, con sus mis- curso los signos iniciales estorban,
mos puntos y aparte. Sin embargo, será lícito en algún caso omitirlos (la
si la cita es corta y la introducimos escritura con minúscula ya indica que
en nuestro párrafo y entre comillas no va después de punto ni a comienzo
latinas, el punto y aparte no se indica de párrafo); sin embargo, en los mis-
haciendo un punto y aparte efectivo, mos casos no deberán suprimirse los
que daría al escrito un aspecto chocan- de cierre, ya que sin esos signos no se
te, sino poniendo un signo igual (=) (o sabe si la cita termina o el citador ha
incluso una doble pleca: ||) en el lugar omitido una parte final.
que debería ocupar el texto que omiti- En cuanto a la ortografía, las citas se
mos; irá precedido de punto y espacio hacen exactamente con la que tengan
y le seguirá espacio antes de continuar en el original. Sin embargo, si lo que
con el texto de la cita: está en juego no es precisamente el
tema de la ortografía, puede el autor
[cita]. = [cita]. que cita reducir la grafía del original
para hacerla coincidir con la suya; por
Si el texto subsiguiente no es el co- ejemplo.
73
el trabajo documental
1) puede escribir dio, vio, fue, fui Si el autor citado puntúa mal, el ci-
aunque en el original aparezcan tador puede rectificar esta puntuación,
acentuadas: dió, vió, fué, fuí, gra- pero solo después de respetar la del
fías incorrectas; original. Por ejemplo, supongamos que
2) puede escribir prohíbo, rehúso, donde el autor usa una determinada
buho, sustituido, grafías actual- coma, debería haber usado punto y
mente correctas, aunque en el coma; pues bien, la intervención del
original esté escrito prohíbo, citador consistirá en colocar ese punto
rehuso, buho, sustituído; y coma entre corchetes después de la
3) puede acentuar a su modo en pa- coma del original. También se puede
labras biacentuales, como amonia- dar el caso de que una coma sobre;
co, periodo, quiromancia, en vez si se trata de un texto general, salvo
de amoníaco, período, quiroman- que la coma cambie el sentido (y esto
cía, también correctas; es muy difícil de determinar, a menos
4) puede suprimir las tildes de este, que el contexto lo deje muy claro), lo
ese, aquel y de solo; mejor es respetarla donde está, pero si
5) puede simplificar los grupos se trata de un texto ortográfico o gra-
cultos consonánticos o vocálicos matical, entre corchetes puede avisarse
que se presten a ello. al lector de que la coma sobra, así:
[sobra esta coma]. En algunos casos,
Sin embargo, si lo que está en juego para evitar engorros, se han utilizado
es precisamente el uso ortográfico, es otras soluciones; una de ellas sería, por
obvio que se debe respetar escrupulo- ejemplo, tipografiando con letra negri-
samente el original en este aspecto. ta las comas que estén indebidamente
También se debe respetar el original colocadas, que sobran; sin embargo,
cuando el autor sea heterógrafo, es esto presenta un problema grave: ¿qué
decir, cuando se aparte consciente e in- se hace con las comas que están inco-
tencionadamente del modelo ortográfi- rrectamente usadas en lugar de otro
co oficial; por ejemplo, una cita de un signo?; ¿qué se hace cuando un punto
texto de Unamuno o de Juan Ramón y coma debiera ser coma o punto?
Jiménez, que usaban heterografías en Se deben trasmitir todos los signos
sus escritos, debe respetar sus grafías, diacríticos del original; por consi-
por raras que parezcan. No obstante, guiente, si una palabra aparece entre
de este aspecto debe avisarse, bien en comillas o de cursiva, esta es la grafía
nota a pie de página si se trata de algo que debe trascribirse; sin embargo,
esporádico, bien en una nota previa otros tipos de letras, como la versalita,
al principio del libro, advirtiendo al las versales o mayúsculas o la negrita,
lector de que en los casos de hetero- no se trascribirán si pertenecen a la
grafías se han respetado las grafías situación propia del libro de que se
originales. Aunque se podrían añadir, reproducen y no tienen en él un signi-
a continuación de las heterografías, ficado especial que deba trascribirse. Si
las correcciones oportunas entre cor- citamos, por ejemplo, de un dicciona-
chetes, en estos casos es mejor dejar el rio (pongamos por caso el Diccionario
texto como está, puesto que se supone de uso del español, de María Moliner)
que el lector, una vez advertido, sabrá en el que una serie de signos adquieren
interpretar el texto original y conside- un valor de significación interna (es
rar las heterografías como tales. decir, tales signos solo son operativos
74
las citas
75
el trabajo documental
76
las citas
77
el trabajo documental
gla; por ejemplo, lep , 58 querría decir que aceptar necesariamente tales con-
‘Libro de estilo de El País, página 58’. diciones; también puede negociarlas
con el editor hasta llegar a un acuerdo
que favorezca a ambos. En estos ca-
3. Los derechos de autor, sos, el escritor debe ser consciente
el derecho de cita y el plagio de qué tipo de derechos cede y cuá-
les se reserva. En caso de duda, es
3.1. El derecho de autor aconsejable acudir al consejo de un
experto.
El autor de una obra o escrito, por
el solo hecho de escribirlos, adquiere
sobre ellos unos derechos que la ley 3.2. El derecho de cita
reconoce y protege. En virtud de ello,
nadie puede reproducir y publicar la El derecho de cita es una excepción
obra o escrito sin el permiso expreso al derecho de autor. En su virtud, un
de su autor. Para hacerlo legalmente, autor puede reproducir trozos de texto
la reproducción y explotación de la de otros autores, pero con las siguien-
obra deben estar precedidas de la tes condiciones:
firma de un documento entre autor y
editor, documento que recibe el nom- 1) la cita ha de estar plenamente
bre de contrato de edición. En él se justificada;
fijan las condiciones según las cuales 2) su extensión ha de ser razonable,
el editor reproduce y publica la obra, en virtud de lo que se persigue;
así como las contraprestaciones que el 3) el texto se ha de distinguir clara-
autor recibe por ello y la duración del mente de los que lo rodean;
contrato (generalmente, quince años 4) debe darse la fuente exacta de
como máximo). Las normas básicas donde se toma el texto de la
para la redacción del contrato de edi- cita.
ción se hallan en la ley de Propiedad
intelectual de 1987, reformada pos- La extensión de la cita no está estric-
teriormente, además de otras que son tamente regulada por las leyes, aunque
consuetudinarias. La casuística es muy en algunos países se dice que no puede
variada, por lo que, en caso de sentirse superar las mil palabras. La ley de
inseguro, debe el autor consultar con Propiedad intelectual española (art.
un especialista en derechos de autor 32) indica que «Tal utilización [de
antes de ceder los suyos a un tercero, textos ajenos] solo podrá realizarse
que en este caso suele ser el editor. con fines docentes o de investigación,
En el campo de las revistas científi- en la medida justificada por el fin de
cas, los editores suelen explicitar sus esa incorporación e indicando la fuen-
normas en las hojas de instrucciones te y el nombre del autor de la obra
para los autores que figuran en ellas, utilizada».
y estos deben aceptarlas en su integri-
dad si quieren publicar en ese medio.
Es habitual que los editores científicos 3.3. El plagio
se reserven todos los derechos por la
mera publicación del artículo científi- Plagiar es copiar una obra, partes de
co. Pero el escritor científico no tiene ella o una idea y darlas como propias.
78
las notas
79
el trabajo documental
al lector a otras fuentes que tratan (1), o voladitas: (1); pero la forma que
extensamente aquel punto de la ex- hoy predomina, y que debería ser la
posición; a veces, incluso para añadir única correcta en la actualidad, es la
una cita interesante que no halla lugar que emplea cifras arábigas voladitas
en el texto, dada la contextura de este. desnudas, sin paréntesis ni ningún otro
También se pueden usar las notas para signo: 1. Este es el método más simple
situar a pie de página la traducción o y más claro entre los que hemos anali-
la adaptación de un texto extranjero zado (v. cap. 4, §6.3.11).
que hemos traído como cita, o para Las notas se numeran correlativa-
agradecer la ayuda que en aquel punto mente a lo largo del capítulo, de la
de la investigación nos ha prestado un parte o del libro. Por razones obvias,
profesor, una persona particular o una es preferible numerarlas por capítulos,
institución. La extensión del texto de ya que, si se presenta la necesidad de
la nota es otro problema. Si es dema- un recorrido de la numeración, siempre
siado extensa, sin duda puede incluirse será menor que si la unidad numerada
como apartado en el texto y ligar su es mayor. No es recomendable, sino
contenido con la materia que se está más bien lo contrario, numerar las
exponiendo. notas por páginas (se hacía así cuando
se usaban asteriscos como llamada),
ya que, además de inútil y de no aña-
4.3. La llamada de nota dir ninguna ventaja a la numeración
por capítulos, puede dar un enorme
Las notas se numeran por algún pro- trabajo.
cedimiento de los varios que existen. Si en la numeración se sufre un error,
Antiguamente se usaban los asteris- las soluciones no suelen ser difíciles si
cos, solos: *, o entre paréntesis, estos se han numerado por capítulos y estos
normales: (*), o voladitos: (*). También no son muy largos, pues se puede in-
se usaban letras mayúsculas entre dicar un ligero recorrido de la nume-
paréntesis: (A), o letras minúsculas ración. Sin embargo, si la numeración
voladitas solas: a, entre paréntesis vo- es muy larga y no se quiere tomar el
laditos: (a), entre paréntesis del cuerpo trabajo, existen soluciones elegantes
de composición: (a), letras minúsculas para resolver tales situaciones. Por
normales en cursiva entre paréntesis ejemplo, supongamos que hemos pa-
redondos del cuerpo: (a), y aun otras sado de la nota 13 a la 15, con falta de
formas faltas de estética como letras la 14; en este caso se convierte la 13
minúsculas voladitas con un parén- en 13-14 (escrita con guión para do-
tesis de cierre voladito: a), o normal: tarla de unicidad). Supongamos ahora
a). En otros países existen costumbres que, una vez compaginado el libro,
muy diversas, como emplear ciertos advertimos que la nota 15 aparece dos
signos como llamada de nota (a lo que veces correlativas en notas distintas;
nuestra tipografía tampoco fue ajena en este caso se convierte la primera
en otros tiempos); por ejemplo, en el nota en 15a y la segunda en 15b. Si se
mundo anglosajón aún utilizan signos da el caso de que varios lugares llevan
como cruces sencillas: †, o dobles: una nota cuyo texto es idéntico, las
‡, párrafos: §, calderones: ¶, y otros. llamadas, aunque estén algo alejadas
También se han usado cifras arábigas entre sí, pueden hacerse con la misma
entre paréntesis del cuerpo del texto: numeración; por ejemplo, puede haber
80
las notas
una llamada 14 con un texto determi- cifras voladitas sin paréntesis (seguidas
nado, luego la 15 con un texto distin- de medio cuadratín), esta es la grafía
to, después sigue la llamada 14 otra que debe tener la notación:
vez porque se repite el texto, después
la 16 y la 17, después nuevamente la 14 La historia...
14. Por supuesto, la notación a pie de
página se da solo una vez, puesto que Sin embargo, alguna vez se advierte
el texto es común a todas las llamadas que el editor ha prescindido de esta
realizadas con la misma cifra. Debe identidad y ha utilizado cifras nor-
tenerse en cuenta que esta solución males del cuerpo del texto de la nota,
solo es válida para las repeticiones que seguidos o no de punto y, en cualquier
se dan en una misma página. Si estas caso, de espacio fijo (medio cuadra-
pasan a la siguiente, debe comenzarse tín):
de nuevo, repitiendo a pie de página
el texto de la nota 14. Lo contrario 14. La historia...
supondría que el lector debe volver
atrás para conocer el contenido de la Es cierto que las cifras voladitas dan
nota repetida. Por supuesto, también algo más de trabajo al componer el
se pueden numerar correlativamente texto, pero el esfuerzo es despreciable
todas las llamadas y después remitir en ante el beneficio de identificar sin du-
cada caso a la nota 14. das la grafía de la llamada y la corres-
Cuando las notas correspondan a pondiente de la notación, sobre todo
autores distintos dentro de una misma en textos que pueden tener divisiones
unidad textual (capítulo, artículo o señaladas por cifras seguidas de punto
lo que fuere) hay que distinguirlas de y espacio.
alguna manera. Lo más fácil es escribir Antiguamente era costumbre colocar
sin nada especial las que más abunden, un filete, que puede llamarse filete de
que normalmente son las del autor, y nota, a toda la medida de ancho de la
señalar el origen cuando varíe; las no- página o bien de solamente cuatro o
tas que no son del autor pueden ser del seis ciceros, para separar las notas y el
traductor o del editor. Raramente se texto general de la página. La verdad
debe permitir que otra persona inter- es que aún se usa a veces, sobre todo el
venga en la obra para añadir notas (al- corto, pero, si no es por motivos esté-
guna vez puede aparecer una nota del ticos, en páginas de una sola columna
revisor, pero, en general, estas notas, si es solución poco menos que inútil, ya
tan precisas son, debe asumirlas el edi- que las notas se componen en cuerpo
tor o el traductor). Las indicaciones se al menos dos puntos menor que el del
hacen al final de la nota, entre parénte- texto general y deben separarse de este
sis, de redondo y en abreviatura: por un espacio equivalente o próximo
al de una línea de blanco, lo cual esta-
(N. del [de la, de los] T.), blece entre ambos una diferencia sufi-
(N. del E.). ciente. Sin embargo, en obras a dos o
más columnas puede parecer útil o es-
Al pie de la página, la repetición de tético (desde luego, imprescindible no
la llamada, que se llama notación, sue- es) separar el aparato de notas de cada
le repetir la grafía que tiene en el texto; una de las páginas y el texto de estas
como en este hemos acordado utilizar mediante un filete fino a toda la medi-
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el trabajo documental
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las remisiones
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el trabajo documental
84
los cuadros
... había actuado el Vaticano*, en desacuerdo materia o de una parte de ella y sus
con las declaraciones de De Gaulle*; interrelaciones.
En principio, aunque las palabras
Se hace así para evitar que el asterisco, cuadro y tabla suelen emplearse in-
si se antepusiera a la palabra remitida distintamente, deberían distinguirse
(*Vaticano), pudiera confundirse con teniendo en cuenta que el cuadro pre-
el oficio lingüístico de este signo (es senta elementos textuales o numéricos
decir, cuando se emplea, antepuesto, interrelacionados, mientras que la ta-
para indicar que una forma lingüística bla expone solo una relación de cifras
es hipotética o que no se ajusta a las en una o más columnas.
leyes gramaticales u ortográficas). La grafía de los cuadros difiere de
En los diccionarios de lengua (y uno a otro aun dentro de una misma
en los enciclopédicos, por cuanto obra. No obstante, es preciso tratar
contienen también uno de lengua) las de conferirles un «aire de familia» al
remisiones de una entrada a otra sino- menos en los aspectos más notables,
nímica deben distinguirse de alguna como los que siguen.
manera, ya que de lo contrario, si se
siguen las normas de la lexicografía
moderna, podrían dar lugar a confu- 6.1. Título general del cuadro
siones. En efecto, las remisiones de una
entrada a un sinónimo deben hacerse El título general del cuadro consta
de manera que este sinónimo vaya de dos partes: el antetítulo, que es la
acompañado de una palabra o frase palabra cuadro (o tabla, si es este el
que aclare a qué acepción de la pala- nombre que se le da) y el número que
bra remitida se hace la remisión. Si una le corresponde (en cifras arábigas), y
entrada remite a otra sin ninguna acla- el título propiamente dicho, que es el
ración, quiere decirse que la palabra conjunto de palabras (generalmente
que remite es sinónima de la remitida una oración) con que resumimos el
en todas las acepciones de esta. Es el contenido del cuadro. Las palabras
caso, por ejemplo, de una palabra que cuadro o tabla se suelen escribir con
remite a otra cuando esta otra solo tie- letra VERSALITA, y entre la cifra arábiga
ne una acepción. Sin embargo, cuando y el comienzo del título propiamente
tiene más de una, debe explicarse muy dicho se suele incluir medio cuadratín
brevemente a cuál de ellas se refiere el o un cuadratín. El título suele compo-
sinónimo. Es lo que sucede con escar- nerse con letra redonda, sin diacríticos,
cho, que remite a «rubio , pez», donde o bien con cursiva (poco usual), con
pez indica de qué acepción de rubio es VERSALITAS (en este caso, el antetítulo
sinónima escarcho. habría de escribirse de otra manera,
para evitar la coincidencia; por ejem-
plo, con negrita) o con NEGRITAS. La
6. Los cuadros elección del tipo de letra dependerá de
la cantidad de cambios que a este res-
Los cuadros son datos clasificados pecto se produzcan en la obra o en los
de determinada manera para presentar cuadros en relación con la letra normal
ciertos aspectos de una obra o trabajo, o fina, que es la general. Normalmente,
de forma que un análisis visual per- este título se centra a la medida hori-
mita comprender el conjunto de una zontal del cuadro.
85
el trabajo documental
Después del título suele colocarse Los cuadros llevan filetes de diverso
un filete, normalmente de un punto o grosor. Antiguamente se recuadraban
menos, y a continuación las casillas, es con un filete mediacaña (— —), pero
decir, la cabecera o la parte horizontal actualmente se usan muy pocos filetes
del cuadro que presenta el título de en los cuadros. Con más frecuencia
cada una de sus columnas. Este títu- llevan un filete a la cabeza, después del
lo puede componerse con un cuerpo título, y otro al pie, ambos del mismo
menor que el del resto del cuadro (que grosor; por ejemplo, de un punto: —.
asimismo se compone con un cuerpo Después de las casillas, otro más fino
al menos dos puntos menor que el del (------). Si dentro del cuadro se necesi-
texto), pero generalmente se utiliza tan filetes, se procura que su grosor sea
el mismo cuerpo en cursiva. Si estas inferior a los de cabeza y pie (---- ).
cabeceras ocupan más de una línea, se
pueden centrar la una a la otra, o bien
se pueden marginar a la izquierda y 6.5. Notas en los cuadros
hacer que el texto de las columnas se
alinee por la izquierda con el título en Si el cuadro lleva notas, las llamadas
las casillas de la cabecera. En este caso se hacen con letras minúsculas cursivas
en que las cabeceras hacen más de una voladitas (para que no se interfieran
línea, las de una sola línea, si hay algu- con las llamadas de las notas al texto).
na, deben alinear por la cabeza, no por Las normas Vancouver (destinadas
el pie; es decir, las casillas cuyo título especialmente a revistas biomédicas)
solo tenga una línea se alinean con la dicen que se han de utilizar los sig-
primera línea de las que tienen dos o nos *, †, ‡, ¶ y otros semejantes, pero
más líneas. este uso está considerado actualmente,
en español y hablando en general, an-
glicismo ortotipográfico. La notación
6.3. El cuerpo del cuadro y el texto de las notas de cuadros se
colocan al pie de estos (las normas
El cuerpo del cuadro es la parte Vancouver indican que deben ir a pie
de este que queda por debajo de las de página). Se componen con un cuer-
casillas, donde se expone o desarrolla po un punto menor que el del texto
el contenido del cuadro. Si este con- del cuadro.
tenido consiste en texto y las partes
que ocupan en la columna (las filas,
es decir, el desarrollo horizontal) son 7. Las referencias bibliográficas
disímiles (unas harán más líneas que y las bibliografías
otras), se alinean por la cabeza, o sea,
por las primeras líneas de cada colum- 7.1. Referencias bibliográficas
na, de tal manera que las filas quedan
igualadas por arriba. Normalmente, el Las referencias bibliográficas son
texto de estas casillas se compone a la conjuntos de elementos que identifi-
francesa, sangrando medio cuadratín can un documento o una de sus partes
todas las líneas menos la primera, que y que se destinan a formar parte de
sobresale ligeramente a la izquierda. listas de fuentes citadas o consultadas
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las referencias bibliográficas y las bibliografías
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el trabajo documental
88
las referencias bibliográficas y las bibliografías
A. autor (en nota del autor) apais. apaisado comp. compendio; compi-
a. c. artículo citado apdo. apartado (mejor, ap.) lador; compositor (en mú-
a. C. ante Chrístum (mejor, apénd. apéndice (mejor, ap.) sica)
a. de C.) aper. aperiódico compl. complementario
a. de C. antes de Cristo apócr. apócrifo cont. continuación; conti-
a. de J. C. antes de Jesucristo apte. aparte (mejor, ap.) nuador
(mejor, a. de C.) are. arcaísmo coord. coordinador
a. l. alia lectio (Variante, otra arregl. arreglador cop. copyright ‘derechos re-
lectura) art. artículo servados’. (En lugar de esta
a. p. antes del presente. (Se art. cit. artículo citado abreviatura, lo habitual es
usa en trabajos científicos as. asesor emplear el símbolo interna-
para indicar la antigüedad aum. aumentado cional ©)
real de un hecho o acon- aut. autor corr. corregido; corrector
tecimiento, sin necesidad autógr. autógrafo cp. compárese
de referirse al cómputo de crít. crítico
una era determinada. Por bad. badana cuad. cuaderno
convención internacional, se bibl. bibliografía cub. cubierta
entiende por presente el año biogr. biografía curs. cursiva
1950, con objeto de evitar bl. blanca (página)
que los datos publicados bl. y n. blanco y negro d. de C. después de Cristo
con anterioridad tengan que b/n blanco y negro d. de J. C. después de Jesu-
ser modificados en función bol. boletín cristo (mejor, d. de C.)
del año de su utilización; en ded. dedicado; dedicatoria
inglés, bp, before present) c. cuadro; circa (mejor, ca.) del. delineavit (dibujado por)
AA. autores c. a. caja alta (mayúscula) diar. diario (periódico)
ac. acepción c. b. caja baja (minúscula) dic. diccionario
acepc. acepción (mejor, ac.) c. f. cum figuris (con figuras, dipl. diplomático
act. actual; actualizado ilustrado) dir. dirección; director (de
ad. adición; adenda ca. circa (alrededor de, hacia) edición); dirigido por
adapt. adaptador can. canon (mejor, en.) dis. diseño
add. addenda (mejor, ad.) cap. capítulo doc. documento
adh. adherido cart. cartón; cartoné dupl. duplicado
adic. adicionador cat. catálogo
agot. agotado cf. confer (confróntese, com- E. editor (en nota del editor)
al. alii (otros) párese) e. c. estudio citado (mejor,
ampl. ampliado cfr. confer (mejor, cf.) est. cit.)
an. anexo; anuario cíc. cicero e. d. es decir
An. anales circ. circiter, circum (cerca e. g. exempli gratia (por
anagr. anagrama de, alrededor de; mejor, ca.) ejemplo)
anast. anastático cit. citado e. l. eódem loco (en el mismo
anón, anónimo cn. canon lugar)
anot. anotador coaut. coautor ead. pag. eadem pagina (en
ant. antífona; anticuado; cód. código la misma página, la misma
antología; antologo coed. coedición página)
antep. anteportada col. colaborador; colección; ed. edición; editor
ap. apartado; aparte; apén- color; columna ed. abrev. edición abreviada
dice col. y n. color y negro ed. ampl. edición ampliada
áp. ápud (en general, ápud com. comentario; comen- ed. aum. edición aumentada
no se abrevia) tarista ed. cit. edición citada
1 Además de los casos de abreviaturas que expresan plural (como AA., pp., por ejemplo), cuando sea
necesario deberían usarse las formas plurales de las abreviaturas, plurales que consisten, generalmente,
en añadir una -s al singular; por ejemplo, de ampl., ampls.; de arc., arcs.; de art., arts.; de cat., cats.; de
ed., eds., de impr., imprs.; de núm., núms.; de pág., págs.; de rev., revs.; etcétera. Solo cuando pueda pre-
sentarse anfibología (casos muy raros) deberá prescindirse de la forma plural.
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el trabajo documental
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las referencias bibliográficas y las bibliografías
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el trabajo documental
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las referencias bibliográficas y las bibliografías
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94
las referencias bibliográficas y las bibliografías
je], en The Science of words [La ciencia de en que aparecen en la fuente, pueden
las palabras], Nueva York: Scientific Ame- añadirse a continuación del título.
rican Library, 1991, 1-19.
Aunque la norma dispone estos datos
a continuación del título, sin más,
Las normas (entre ellas las de la se puede aceptar la situación, pero
ISO y une ) no utilizan comillas para la grafía (sin diacríticos) parece más
encerrar el título de esa parte de una apropiada si esos datos se encierran
monografía o una publicación en se- entre paréntesis:
rie, al revés de como es costumbre en
campos no científicos, en que se usan Grimal , Pierre: Diccionario de la mitología
las comillas. griega y romana (pról. Charles Picará; trad.
Francisco Payarols; reV. y pról. ed. esp. Pe-
2.7. Título clave. El título clave dro Pericay), Barcelona: Labor, 1965.
es el nombre que se atribuye a una
publicación en serie en el isds (Inter- 4. ZONA DE LA EDICIÓN. A conti-
national Serials Data System ‘Sistema nuación del título, o de la responsabi-
Internacional de Datos sobre las Pu- lidad subordinada si la hay, se coloca
blicaciones en serie’); está asociado al el número de la edición, si no es la
ISSN (v. p. 414). En las referencias de primera (salvo que conste en la fuente
publicaciones en serie, el título puede esta primera edición).
ser sustituido por el título clave si este
aparece en la fuente. 4.1. Grafía de la edición. Se da en
Una publicación en serie es la que, forma abreviada, con una cifra y su
impresa o no, se edita en fascículos punto abreviativo, la letra voladita
o volúmenes sucesivos, numerados más la abreviatura correspondiente:
secuencialmente (con cifras o indi- 3.a ed.
caciones cronológicas) y se destina Dice la norma is o ya mencionada
a aparecer indefinidamente con una que este dato debe proporcionarse «en
periodicidad determinada. La norma la forma en que aparece en la fuente».
une 50-104-94 considera que son Se supone que con ello la norma trata
publicaciones en serie las revistas, los de evitar errores de traducción o adap-
periódicos, los anuarios, las series de tación de la terminología, pero cuando
informes y memorias de las institucio- un lector español que no sepa inglés
nes, las series de actas de congresos y lea, detrás de un título, new enl. ed.,
conferencias y las de monografías. puede quedarse atónito: sin duda que
no sabe lo que quiere decir; sin embar-
3. ZONA DE RESPONSABILIDAD SU- go, si dice nueva edición, ampliada,
BORDINADA. Las personas o entidades dispondrá de muchísima más infor-
que aparecen en la fuente desempeñan- mación, y de esto es de lo que se trata.
do una función secundaria (editores Cualquier otra grafía puede resultar
científicos, directores intelectuales, admisible para medios profesionales
traductores, ilustradores, inventores (bibliotecarios, documentalistas). Los
con intereses en una patente, entidades datos de la edición y su clase pueden
patrocinadoras y otras semejantes) no darse en abreviatura: ed. ampl., ed. rev.
suelen aparecer en el elemento de res- (v. c. 1).
ponsabilidad principal, pero sus nom-
bres y funciones, en el mismo orden 4.2. Pie editorial. A continuación se
95
el trabajo documental
dan los datos del pie editorial y el año, darse «en el idioma original y en caso
por este orden: lugar, editor, año: nominativo como aparece en la fuen-
te». Esta regla supone un problema
Polo , José: Manifiesto ortográfico de la insalvable cuando se trata de un libro,
lengua española, Madrid: Visor, 1990. y a veces también cuando se trata de
un artículo científico. En efecto, si
Hay autores españoles que prefieren
cuando escribimos en español es en
un orden distinto: editor, lugar, año,
español como debemos expresarnos,
orden que les parece más lógico en
es obvio que debemos escribir, en el
español:
texto general de la obra o trabajo,
Polo , José: Manifiesto ortográfico de la len- Fráncfort, París, Londres, Nueva York,
gua española. Visor, Madrid, 1990. Milán, Turín, Tolón, Marsella y topóni-
mos semejantes. Resulta, pues, incon-
Sin embargo, es este un aspecto de la gruente que en las citas bibliográficas
referencia bibliográfica que se puede situadas a pie de página (o al final del
unificar internacionalmente sin que capítulo o del libro) y en la bibliogra-
haya que renunciar a usos y costum- fía cambiemos radicalmente de opi-
bres largamente establecidos, puesto nión y escribamos, respectivamente,
que el hecho de que se coloque el lugar Frankfurt, París, London, New York,
delante del editor no supone ninguna Milano, Torino, Toulon, Marseille. Es
irregularidad grave en nuestra lengua. probable que esta norma sea muy útil
De hecho, este orden, de mayor a me- e incluso necesaria para la confección
nor importancia, se aplica en otros ca- de la ficha catalográfica, pero lo que el
sos de las referencias, como cuando, en escritor hace no es eso. Por lo tanto, en
las obras de autor corporativo, escri- bibliografías publicadas en obras o tra-
bimos España. Ministerio de Trabajo bajos de publicaciones periódicas debe
y Seguridad Social. Dirección General aceptarse la grafía según el exónimo
de la Seguridad Social. español de los topónimos extranjeros.
La norma une 50-104-94 (ap. 7.6) Cuando exista riesgo de confusión,
dice que «Los detalles relativos al puede añadirse, entre paréntesis (y
lugar de publicación y al editor son abreviado si es necesario), el nombre
opcionales. La fecha de publicación es del Estado, provincia o país a que per-
obligatoria». Por el contrario, opino tenece el lugar de edición:
que esos datos, lugar de publicación
y editor, deberían figurar obligatoria- Córdoba (Argentina)
mente en todas las manifestaciones de Cambridge (ru )
la referencia bibliográfica, sea una bi- Georgia (eua ).
bliografía, una ficha bibliográfica que
precede a un resumen o a una reseña En la medida en que sean aplicables,
o bien una cita bibliográfica colocada deben emplearse las abreviaciones de
en forma de nota. Los datos que con- los códigos alfa-2 y alfa-3 de la nor-
tribuyan a la identificación y localiza- ma une 1-084. Para lo no legislado,
ción del documento deben figurar en abréviese según la costumbre. Para los
la referencia. estados estadounidenses y brasileños y
Según la referida norma une (apar- los territorios canadienses se utilizan
tado 7.6.2), el nombre de la ciudad las que se señalan en los cuadros T1
en que se editó el documento debe yT2.
96
las referencias bibliográficas y las bibliografías
97
el trabajo documental
La fecha puede encontrarse en las pri- crofichas, discos sonoros) debe hacerse
meras o en las últimas páginas (a veces constar la extensión en número de pie-
solo se encuentra en el colofón). Si se zas físicas y la extensión de cada una
conjetura, se puede escribir de ellas, si interesa.
ca. 1996
6. ZONA DE LA COLECCIÓN. Cuan-
o incluso entre interrogantes: do el documento que se describe perte-
nece a una unidad más amplia llamada
¿1996? colección o serie, se hace constar el
nombre de esta y el número que le
A continuación del año de edición se corresponda si lo tiene:
añaden, cuando las hay, las informa-
CoNTRERAS, Lidia: Ortografía y grafémica,
ciones referentes a partes de una mo- Madrid: Visor, 1994 (Biblioteca Gráfica de
nografía (capítulo, volumen, apéndice la Lengua Española, 4).
o lo que fuere) o de una publicación
en serie, cuando no se trata de una Esta información puede omitirse en las
colaboración independiente, y se bibliografías de libros.
identifican de manera separada con la
numeración, el título u otros detalles 7. ZONA DE LAS NOTAS. Cuando
de la referida parte. exista alguna otra información com-
plementaria, puede hacerse constar a
5. ZONA DE LA DESCRIPCIÓN FÍSICA. continuación del elemento anterior.
Esta zona, también llamada colación y Puede indicarse, por ejemplo, que se
descripción externa, no es obligatoria trata de una reimpresión de una edi-
en las referencias que forman parte de ción muy anterior. También se pueden
bibliografías en libros, pero sí debe hacer indicaciones que favorezcan la
aparecer en las críticas de libros de obtención de un documento de difícil
periódicos y revistas. Se aplica opcio- localización; indicaciones que se refie-
nalmente a las monografías y consta ran a las limitaciones de accesibilidad
del número de tomos y volúmenes, (por ejemplo, edición no venal, edición
páginas, hojas, columnas, ilustraciones, limitada, solo para uso oficial) o al
formato y materiales complementarios estado de publicación del documento
que puedan acompañar al libro. Si (por ejemplo, de próxima aparición,
se trata de una publicación en serie en prensa) u otras informaciones que
(V. §7.1.2-2.7), la indicación del fas- resulten interesantes para el lector. Al-
cículo debe ser lo más completa posi- gunas de estas indicaciones no suelen
ble y tal como aparezca en la fuente, figurar en bibliografías de libros.
en su misma lengua. Si la referencia no
es a un fascículo determinado, sino al 8. ZONA DEL NÚMERO NORMALIZA-
conjunto de una publicación todavía DO. El número normalizado asignado
en curso, se hace constar solamente la al documento (el ISBN en monografías
indicación numérica correspondiente o el ISSN en publicaciones en serie)
al primer fascículo, seguido de guión puede hacerse constar. Es opcional en
y espacio. Si la referencia comprende el caso de las partes, capítulos u otras
una secuencia de fascículos, se hacen divisiones de las monografías y en el
constar el primero y el último. de los artículos o trabajos de publica-
En los documentos no impresos (mi- ciones en serie.
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las referencias bibliográficas y las bibliografías
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el trabajo documental
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2 La escritura
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la escritura
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la redacción
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la escritura
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la redacción
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la escritura
118
las relaciones sintácticas
119
la escritura
sustantivo, concierta con él en género (La gente que había allí empezaron
y número: a desfilar), es preferible no abusar
demasiado de ella en la escritura ac-
Me regaló un libro hermoso tual. Una excepción a este principio lo
Me regaló unos libros hermosos.
constituye la concordancia ad sénsum
Segunda regla general: El verbo debe (v. § 3.1-5).
ir en plural cuando se refiere a varios A veces, coloquialmente o por ra-
sujetos: zones estilísticas, se establece una dis-
cordancia deliberada al dirigirse a un
Madre e hija estaban acongojadas. sujeto singular con el verbo en plural;
por ejemplo:
Cuando concurren personas verbales
Qué, ¿estarnos bien ya de ese resfriado?
diferentes, el orden de preferencia es el
siguiente: tercera, segunda y primera
A este tipo de discordancia correspon-
personas:
de el plural de modestia (v. § 3.1-3).
TÚ y yo iremos a Madrid; Cuando en la construcción gramati-
Anselmo y tú iréis a Toledo; cal intervengan dos o más sustantivos
Anselmo, tú y yo iremos a Sevilla. asociados pueden sentirse como un
todo unitario y concertar en singular:
El adjetivo va en plural cuando se re-
fiere a varios sustantivos, y si estos son La ida y Venida del agua producía cierto
rumor
de distinto género, en masculino: La carga y descarga de mercancías estaba
prohibida.
Llegaron unos chicos y chicas furibundos.
Sin embargo, por un lado son posibles
Los títulos y tratamientos como
las formas en plural:
usted, usía, señoría, excelencia, alteza,
majestad y otros concuerdan con ad- La ida y Venida del agua producían cierto
jetivo masculino o femenino según el rumor
sexo de la persona a que se apliquen: La carga y descarga de mercancías estaban
prohibidas,
Su majestad está satisfecho de la respuesta
popular y, por otro, si se disocian los sustan-
Usted está enfadada por lo que ha dicho su tivos mediante la anteposición de
Vecino.
artículos o demostrativos y se sienten
como independientes, el plural es obli-
Los colectivos expresados en sin-
gatorio:
gular concuerdan con su verbo en
singular: La ida y la Venida del agua producían cierto
rumor
Un rebaño interrumpía el paso por la ca- La carga y la descarga de mercancías estaban
rretera prohibidas.
La gente que había allí estaba muy alterada.
A veces, la reunión de dos o más infi-
Aunque por licencia es posible la nitivos puede expresarse con un verbo
concordancia del verbo en plural en en singular o en plural:
los casos de colectivo en singular,
usada especialmente por los clásicos Trasnochar habitualmente, consumir alcohol
120
las relaciones sintácticas
sin freno y llevar una Vida de crápula le sentido es solo la compasión, porque si
destrozó [le destrozaron] la salud. fueran los dos parece más lógico, para
evitar malentendidos, escribir amor y
En relación con la posición del ver- compasión sentidos. Esta subjetividad
bo y dos o más sujetos, pueden darse la pone de manifiesto la Academia en
estos casos: su Esbozo de una nueva gramática de
la lengua española (1973: 392) cuando
1) si los sujetos preceden al verbo, dice que a veces la utilización de sin-
este va generalmente en plural: gular o plural en estos casos depende
El paisaje, la calma ambiental, «de la cohesión con que se piensan los
el día soleado y su paz interior sustantivos: Lengua y literatura espa-
contribuían a su felicidad; ñolas supone los dos sustantivos en
2) si el verbo precede a los sujetos, su aislamiento, en tanto que Lengua y
la concordancia puede hacerse literatura española los piensa como un
con el primero de ellos: Se apre- todo unitario, que permite calificarlo
ciaba allí tanto desorden y grite- en singular». En estos casos, si el adje-
ría que optó por retirarse; tivo precede a dos o más sustantivos,
3) si el verbo se halla entre varios concierta generalmente con el más
sujetos, tiende a concordar con el próximo:
más próximo: Mi obligación era,
y también mi deseo, ayudarle en El rey fue recibido con respetuoso cariño y
aquel trance; devoción
El rey fue recibido con respetuosa devoción
4) cuando los sujetos llevan la y cariño.
copulativa ni, la concordancia
puede hacerse en singular o en 2. LA SILEPSIS. La Silepsis o cons-
plural: Ni sus amenazas ni su trucción ad sénsum es una figura retó-
desfachatez sera (o serán) bastan- rica por la que se permite faltar a las
te para acobardarme; reglas de la concordancia en el género,
5) si dos o más sujetos están unidos el número o la persona para atender al
por la disyuntiva o, el verbo pue- sentido. Un caso de silepsis lo tenemos
de concertar con uno solo en sin- en el uso del plural mayestático (v.
gular o con todos en plural: Su § 3.1-4), en la concordancia ad sénsum
riqueza o su saber hará (o harán) (V. § 3.1-5), en la concordancia del vos
de él un hombre famoso. con la tercera persona o en el uso de la
tercera persona con la segunda: Uste-
En cuanto al adjetivo, si va detrás de des estáis equivocados.
dos o más sustantivos, concierta con
ellos en plural: 3. El plural de modestia . El
plural de modestia consiste en la
Motocicletas y coches rapidísimos. utilización de la primera persona del
plural del pronombre personal en
Se dan casos problemáticos, cuya so- sustitución de la primera del singular.
lución dependerá, muchas veces, de Pese a lo que digan ciertas fuentes (por
la intención del autor; por ejemplo, ejemplo, el Diccionario enciclopédico
cuando decimos de alguien que tiene Salvat universal, 1974) en el sentido
amor y compasión sentida, lo que de que «es típico de las hipótesis y de
parece que queremos decir es que lo la redacción científica», actualmente
121
la escritura
5. La concordancia ad sénsum .
Hay elementos del enunciado ora-
La concordancia ad sénsum, tam- cional que no suelen cambiar de lugar,
bién llamada concordancia lógica o salvo que caigamos en un hipérbaton.
construcción lógica, es una figura de Por ejemplo, colegio de al lado y rui-
construcción, caso especial de silepsis, do espantoso (o espantoso ruido, por
según la cual la concordancia de los razones estilísticas) no se prestan a
elementos oracionales viene determina- cambios. Se puede decir
da por el sentido y no por las unidades
Arman un ruido espantoso los chiquillos del
sintácticamente ligadas; por ejemplo, colegio de al lado
si decimos Un ruido espantoso arman los chiquillos del
colegio de al lado,
Un grupo de soldados se acercaba por la
carretera, pero no
Arman espantoso un ruido,
generalmente nos referimos al conjun-
to (que es como lo vemos a distancia) o bien
y no a cada uno de sus componentes;
sin embargo, si decimos Chiquillos del lado al de colegio.
Un grupo de soldados detenían a unos alboro- Se deduce, pues, que los elementos
tadores. sintácticos o unidades funcionales
122
las relaciones sintácticas
(como chiquillos del colegio de al lado, aspecto que desea resaltar. Si decimos,
colegio de al lado, ruido espantoso o por ejemplo.
espantoso ruido) deben mantener su
Mañana no viene Anselmo,
estructura aunque cambie la de la ora-
ción que forman. hacemos hincapié en el día en que An-
selmo no viene, pero si decimos
2. TIPOS DE ORDEN O CONSTRUC-
CIÓN. Podemos considerar dos tipos de Anselmo no viene mañana,
orden de los elementos oracionales: el
orden o construcción lineal y el orden hacemos hincapié en la persona.
o construcción envolvente. En el orden La redacción técnica y científica
lineal, el sujeto va seguido del verbo, no rechaza el orden envolvente, pero
y este, de los complementos: comple- normalmente prefiere el orden lineal,
mento directo, complemento indirecto, simple y claro. El orden envolvente,
complementos circunstanciales (de que sin duda también se puede utili-
tiempo, lugar, modo y otros): zar, especialmente si la oración no es
muy compleja, es más propio de la
El alcalde inauguró la nueva línea del metro literatura.
ayer a las cuatro de la tarde en la estación
de Sants. 3. EL HIPÉRBATON. El hipérbaton
consiste en la alteración del orden
En el orden envolvente se da siempre considerado normal de las palabras en
un cambio de orden de estos elemen- la oración simple o de las oraciones en
tos en función de intereses varios; por el período, como
ejemplo, por razones estilísticas, ya que
si el orden lineal es el más frecuente y La nueva línea del metro ayer a las cuatro de
generalmente el más claro y sencillo, la tarde en la estación de Sants el alcalde
inauguró,
el orden envolvente suele resultar
más bello y estilístico, añade mayor tanto menos aceptable cuanto que
variedad al discurso. Así, la oración sitúa el verbo al final de la oración,
anterior puede disponerse también de comportamiento impropio de la sin-
las siguientes maneras: taxis española. Suele ponerse como
ejemplo típico de hipérbaton la célebre
Ayer, a las cuatro de la tarde, el alcalde inau-
guró la nueva línea del metro en la estación poesía de Gustavo Adolfo Bécquer
de Sants «Del salón en el ángulo oscuro, / de
El alcalde inauguró ayer, a las cuatro de la su dueño tal vez olvidada, / silenciosa
tarde, la nueva línea del metro en la esta- y cubierta de polvo / veíase el arpa»;
ción de Sants una reconstrucción prosaica sería, por
Ayer, a las cuatro de la tarde, en la estación
de Sants, el alcalde inauguró la nueva línea ejemplo:
del metro
En la estación de Sants, el alcalde inauguró El arpa, silenciosa y cubierta de polvo, se
ayer la nueva línea del metro a las cuatro Veía en el ángulo oscuro del salón, tal vez
de la tarde. olvidada de su dueño,
o bien:
El cambio de orden de los elementos
oracionales viene marcado a veces por El arpa, tal Vez olvidada de su dueño, se Veía
ciertas elecciones que realiza el escritor en el ángulo oscuro del salón, silenciosa y
para colocar en primer lugar aquel cubierta de polvo.
123
la escritura
124
las relaciones sintácticas
rana, tren botijo, camión tienda, mesa cir la conjunción y porque los dos
camilla, buque escuela, casa cuartel. elementos convienen por igual a lo
Ejemplos de aposiciones bimembres: designado por ellos, el plural afecta
Barack Obama, presidente de los Es- a los dos términos: pájaros moscas,
tados Unidos; Rita Barberá, alcaldesa buques escuelas, cafés teatros, casas
de Valencia; Alfrredo Pérez Rubalcaba, cuarteles, decretos leyes, coches camas,
ministro socialista. También pueden máquinas herramientas, mesas cami-
darse aposiciones de dos frases con llas, muebles camas, primos hermanos
intervención de alguna partícula su- y otras. Cuando el segundo sustantivo
bordinante, como en la calle de Pelayo, funciona como adjetivo y entre uno
la isla de La Palma, título de conde, y otro se puede introducir la fórmula
villa de Madrid. «que + verbo ser» (se diferencia de las
Tanto las aposiciones unimembres anteriores en que no admiten entre
como las bimembres pueden ser espe- ambos la conjunción y), el plural fluc-
cificativas: El hombre que no asistió al túa entre aplicarlo a los dos términos
trabajo está enfermo, buque fantasma, o solo al primero; por ejemplo, parece
río Guadiana, el rey profeta, el año que se acepta el de buques fantasmas,
de 1997, la isla de Mallorca, o expli- días fenómenos, ciudades satélites, días
cativas: El hombre, que no asistió al perros, niños prodigios, pero, sin em-
trabajo, está enfermo; la democracia, bargo, se experimenta cierta resistencia
motor de la paz. a hacer lo mismo con estos ejemplos:
Los problemas que presentan las directores estrella, empresas modelo,
aposiciones unimembres tienen que ver expresiones cliché, fechas símbolo,
con la grafía y con el plural. En cuan- noticias bomba, obras cumbre, pisos
to a la grafía, es habitual ver escrito piloto, puestos testigo.
mesa-camilla, camión-cisterna, buque- Otro problema frecuente es la omi-
escuela, coche-cama, hombre-rana; es sión o no de la preposición de en cier-
recomendable, sin embargo, escribirlas tos casos de aposiciones unimembres
en dos términos, ya que no se trata de como calle de Pelayo, avenida de Gar-
un compuesto en el que ambos térmi- cía Morato, provincia de Pontevedra,
nos intervinientes se fundan en uno estado de Guerrero, isla de La Palma.
solo, sino que simplemente el segundo A este respecto, debe tenerse en cuenta
califica o determina al primero, para lo que los topónimos cuyo genérico sea
cual debe mantener su independencia bahía, cabo, estrecho, lago, laguna,
gráfica; así pues, la grafía debe ser, mar, isla y otros llevan preposición si
respectivamente, mesa camilla, camión el especificativo es un sustantivo: bahía
cisterna, buque escuela, coche cama, de Cádiz, cabo de Creus, estrecho de
hombre rana; solo deben aceptarse Gibraltar, lago de Ginebra, lagunas
con guión aquellas aposiciones en que de Ruidera, mar de Aral, isla de Cuba,
el signo sustituye a por: pasajeros-ki- pero no si es un adjetivo: mar Medi-
lómetro, horas-hombre; pero con la terráneo, mar Tirreno, islas Canarias,
salvedad de que la grafía kilowatts- islas británicas, océano Índico. Hay
hora es incorrecta por kilowatts hora, excepciones, como el lago Léman.
sin guión. También se mantiene la preposición
En cuanto al plural, los problemas en los sintagmas encabezados por
requieren un análisis. Cuando entre mes: mes de enero, mes de abril (no
ambos términos sea posible introdu- es correcto en español mes enero, mes
125
la escritura
126
nivel de lengua y registro lingüístico
127
la escritura
128
los recursos lingüísticos
molestan porque los llamen ciegos ni mencionar otra vez a Cristóbal Colón,
los negros porque los llamen negros. del que estamos hablando.
Unos y otros saben que son lo que
son, y el hecho de que les sustituyan
el nombre por invidente o persona de 5.4. Los modismos
color, respectivamente, no cambia su
situación. Ello no presupone que en un Los modismos son expresiones plu-
escrito científico se empleen palabras riverbales o construcciones peculiares
que pudieran resultar desagradables de una lengua que generalmente bur-
para la generalidad de las personas (las lan las reglas de la concordancia y la
llamadas palabras malsonantes). Los construcción y que no son traducibles
eufemismos prestan mejores servicios literalmente a otras lenguas. Por ejem-
a los sociólogos y a los políticos, al po- plo, frases como a la pata la llana, a
ner a su disposición palabras y frases pie juntillas, a ojos cegarritas, a ojos
con que ocultar realidades desagra- vistas son ejemplos clásicos de modis-
dables o inconvenientes. Hablar, por mos en los que no hay concordancia
ejemplo, de desequilibrios territoria- entre sus elementos.
les en vez de desigualdades regionales, El significado de los modismos no
de empleada de hogar en vez de cria- se deduce de sus componentes gra-
da o de empleado de finca urbana en maticales; el de a la pata la llana, por
vez de portero, de económicamente ejemplo, no se deduce de pata y llana,
débiles en vez de pobres, de exceden- y para conocerlo es necesario consultar
te empresarial en vez de beneficios un diccionario.
empresariales, de reajuste de precios En los trabajos científicos y técnicos
en vez de subida de precios puede ser debe hacerse un uso parco de este tipo
conveniente para quien lo utiliza, pero de construcciones, salvo que se supon-
no necesariamente para el directamen- ga que para el lector su interpretación
te interesado. no va a presentar problema alguno.
Además, es condición necesaria que
sea preciso utilizarlo; si no lo «exige el
5.3. Las perífrasis guión», mejor abstenerse.
129
la escritura
130
el lenguaje figurado
131
la escritura
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problemas de redacción
133
la escritura
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formas de expresión
135
la escritura
136
los pleonasmos
137
la escritura
las ocho semanas del accidente o bien doble negación del mismo género, no
Ocho semanas después del accidente, y tampoco, por lo que en la expresión
pero no A las ocho semanas después sobra una de ellas; podemos, pues,
del accidente. decir No lo haremos nosotros o, si el
La lengua española es sumamente matiz es el otro, tampoco lo haremos
redundante. Dicho así, parece que se nosotros o tampoco nosotros lo hare-
tratara de un defecto, y además, que mos. Decir que una ley está en vigor
solo lo tuviera la lengua española. Hay actualmente es asimismo redundante,
que matizar: todas las lenguas tienen porque lo que está en vigor es actual.
grados diversos de redundancia, la En este tipo de redundancia sutil se
cual no es necesariamente rechazable. cae muy a menudo al escribir; es fácil
Sin embargo, cuando una noticia de un asegurar que de eso ya hemos hablado
diario dice que el asunto fue aprobado con anterioridad, siendo así que si ya
por la total unanimidad de todos los hemos hablado de ello, ha sido forzo-
asistentes, uno piensa que, en efecto, el samente con anterioridad. También se
uso del idioma español puede llegar a cae en redundancia cuando se utilizan
ser muy redundante: en un caso como ciertas expresiones como período
este hubiera bastado con decir que el de tiempo, ya que período se define
asunto fue aprobado por unanimidad. como «tiempo»; también espacio
de tiempo es redundante y, además,
impropio; es redundante porque en
10.1. Pleonasmos correctos esta expresión espacio se define como
«trascurso de tiempo», y es impro-
No todos los pleonasmos o redun- pio porque o hablamos de espacio o
dancias son incorrectos. La expresión hablamos de tiempo, pero no pode-
del lenguaje vivo presenta situaciones mos hablar a la vez de los dos con-
donde la no repetición de la idea ceptos.
hace que la lengua sea inexpresiva. La redundancia es en ocasiones fru-
Por ejemplo, no se puede decir, con to de la falta de matización: si de una
energía o enfado, ¡Sube y bájame ese obra decimos que manejamos la terce-
libro!; lo natural es que se diga ¡Sube ra edición actualizada, lo que quere-
arriba y bájame ese libro! Así pues, mos decir, sea esa nuestra intención o
hay pleonasmos que son correctos o, no, es que manejamos la tercera de las
al menos, no condenables, como subir ediciones que han sido actualizadas,
arriba, bajar abajo, salir (a)fuera, en- lo cual es, además, impropio, ya que
trar (a)dentro, volar por los aires, caer toda edición ha de ser actualizada o no
escaleras abajo, verlo con los propios es edición (será, si acaso, reimpresión
ojos, a nosotros no nos pertenece y o nueva tirada); lo que corresponde
otras. decir es que manejamos la tercera edi-
ción, y al editor, si quiere convencer
al lector de que, en efecto, se trata de
10.2. Pleonasmos incorrectos una nueva edición y no de una simple
reimpresión, le será lícito hacer constar
Otras formas de pleonasmo son en la sobrecubierta o cubierta y en sus
más difíciles de descubrir; por ejem- catálogos que se trata de una reedición
plo, cuando decimos No lo haremos actualizada, pero de esta manera: «3.a
tampoco nosotros empleamos una edición, actualizada», con una coma
138
incorrecciones de lenguaje
139
la escritura
140
incorrecciones de lenguaje
141
la escritura
142
extranjerismos y voces extranjeras
como las restantes palabras? Por poner este respecto, parece oportuno decir
un ejemplo de disparate, considérese lo siguiente: cuando se escribe en es-
la palabra marketing; tal como está pañol, es en español como uno debe
escrita, y puesto que está registrada en expresarse, y no en inglés, francés,
el Diccionario de la Academia, debe alemán, italiano u otra lengua. En
leerse [marketing], palabra aguda. segundo lugar, mal escritor será quien
Sin embargo, palabras y términos deba recurrir a una lengua extranjera
ingleses penetran en nuestra lengua, para explicar los conceptos que usa en
como penetran en las demás lenguas su propia lengua.
de cultura (aunque algunas de ellas, Si los términos que usa son de
como el francés, traten de luchar origen extranjero, pero están ya
contra la admisión cruda y sin adap- arraigados en su lengua y el destina-
tación). En el campo de la medicina, tario natural los va a entender, no es
por ejemplo, tenemos el by-pass; pa- preciso recordar, aunque sea entre
rece que los médicos han renunciado paréntesis, cuál es el origen de la ex-
a usar derivación o puente, que es su presión conceptual. Lógicamente, en
traducción; siendo así, lo mejor es usar los casos en que el término no esté
baipás, con lo que no solo obtenemos aún bien asentado en nuestra lengua,
una palabra de apariencia española, o bien cuando haya varias expresiones
sino que además se presta bien al para el mismo concepto, tal vez sea
plural: baipases. Como se ve, solo se aceptable añadir entre paréntesis la
aleja de la forma inglesa en la grafía, expresión en lengua extranjera de la
porque la fonética es muy similar. Por que se deriva la que estamos usando.
consiguiente, la regla de oro en reía- El escritor debe huir del prurito de
ción con los extranjerismos debe ser utilizar mucha terminología en inglés,
la de no utilizarlos sino en casos de francés, alemán o la lengua que sea
necesidad, y entonces, en la medida de para demostrar al lector su dominio
lo posible, adaptarlos a la grafía y la de lenguas o sus numerosas lecturas
fonética de nuestro idioma. En estos en obras originales. La modestia, y
casos no estará de más, si el escritor lo hasta la humildad en algunos casos,
cree oportuno, poner entre paréntesis, deben ser compañeras inseparables
la primera vez que utilice una forma de quien escribe para los demás; lo
así en su escrito, la grafía original: cual no está reñido con la propiedad
de la terminología y hasta con la erudi-
El baipás (by-pass) fue un éxito. ción cuando sea necesario demostrarla.
Recuérdese que el idioma se defiende
de los términos ajenos no integrados
12.2. Voces extranjeras escribiéndolos con letra cursiva en
lo tipográfico y subrayándolos en lo
Con la expresión voces extranjeras mecanográfico o manuscrito. Sin em-
no me refiero a los extranjerismos, bargo, si en una misma obra se repiten
de los que se acaba de hablar y que a menudo uno o más términos no
se usan habitualmente en una lengua integrados en la lengua, lo aconsejable
se hallen acomodados o no; me re- es escribirlos de cursiva la primera
fiero a las voces o frases ocasionales vez que aparezcan en cada una de las
que el autor puede tener necesidad unidades de un escrito (por ejemplo,
de emplear alguna vez en su texto. A en cada capítulo) y en el resto de la
143
la escritura
misma unidad escribirlos de redondo. latino. Todas las lenguas cultas usan
Pero si la frecuencia de aparición no latinismos, especialmente si pertenecen
es intensa ni abundante el número de al grupo de las lenguas romances, que
extranjerismos presentes, se debe man- tienen como lengua madre al latín.
tener la cursiva en estos casos. También las lenguas anglosajonas,
aunque no se deriven del latín, toman
de él términos que les vienen bien para
12.3. Préstamos y calcos satisfacer sus necesidades lingüísticas.
Sin ir más lejos, misil, palabra con que
1. LOS PRÉSTAMOS. LOS neolo- se designa un proyectil dotado de un
gismos procedentes de una lengua sistema de propulsión autónoma, pro-
extranjera (extranjerismos) se llaman cede de la voz inglesa missile, palabra
préstamos cuando se hallan integra- que los ingleses tomaron del latín mis-
dos en el sistema de la lengua, la cual sile, que significa «arma arrojadiza».
los recibe mediante la adaptación de Los latinismos que se usan en espa-
su estructura fónica y morfológica. ñol pueden ser de varios tipos:
Tenemos ejemplos muy claros de prés-
tamos en las palabras fútbol, pronun- 1) voces y frases latinas que la Aca-
ciación de la grafía inglesa football, y demia registra en su Diccionario
cruasan, que a su vez lo es del francés y que deben someterse en todo a
croissant. las reglas de escritura del espa-
El préstamo se llama integrado o asi- ñol, especialmente en lo relativo
milado cuando está adaptado a las re- a la acentuación y al plural;
glas fonológicas y gráficas de la lengua 2) palabras y frases latinas que no
que lo recibe, como las que acabamos tienen registro en el Diccionario
de mencionar como ejemplos. Se llama de la Academia y que, como las
aclimatado cuando el extranjerismo se anteriores, deben someterse en
usa en una lengua en la que no se ha todo a las reglas de escritura del
integrado totalmente, como week-end, español, aunque algunos tratadis-
water-closet. tas recomiendan una grafía con
cursiva, que no es adecuada;
2. LOS CALCOS. Los calcos son ex- 3) palabras y frases latinas o latiniza-
tranjerismos integrados en el sistema das que se usan en la ciencia y la
de la lengua que los recibe mediante la técnica para denominar géneros,
traducción de la estructura semántica especies, virus y bacterias, y que
o léxica, como balompié, del inglés se usan con inicial mayúscula,
football (literalmente, ‘pie balón’), o con letra cursiva y sin ponerles
medialuna, del francés croissant (lite- ninguna tilde (puesto que en latín
ralmente, ‘creciente, media luna’). En no hay tildes, aunque a veces, en
general, se prefiere el procedimiento las trascripciones [lo que no es el
anterior. caso], se usen acentos breves [~]
y largos o mácrones ["]).
144
extranjerismos y voces extranjeras
145
la escritura
146
3 La ortotipografía
147
la ortotipografía
148
la grafía, desde la letra hasta el texto
149
la ortotipografía
150
extranjerismos ortográficos
el español la utiliza con mucho menor las oNGs, los degs , las ONG’s, los deg ’s ,
frecuencia. Por consiguiente, no es
extraño que en algunos casos el uso de en vez de pluralizarlas mediante el
ciertas mayúsculas en español obedez- determinante:
ca a copia de usos ingleses, impropios las ONG, los DEG.
de la ortografía de nuestra lengua, y no
a usos normales del español. Por ejem- 3. La escritura de las décadas y
plo, se comete anglicismo ortográfico LOS AÑOS. Es anglicismo ortográfico
al utilizar la inicial mayúscula en los escribir los nombres de las décadas con
siguientes casos: cifra seguida de s, como en los 70s, los
años 70s, o bien en indicarlas con la
1) en los sustantivos comunes y cifra precedida de apóstrofo: los ’70,
adjetivos que forman parte de un los años ’70. Este anglicismo se da
título, sea de obra (como el de un también en otras expresiones, como
libro, de obra musical o pictóri- Mundial '80, Expo ’92. En todos es-
ca) o de parte de obra (como un tos casos la grafía española prescinde
artículo de periódico, un capítulo de la s y del apóstrofo, o lo expresa de
en un libro, un trabajo en una otra manera, tal vez más adecuada: los
publicación y otros): setenta, los años setenta, Mundial 80,
Expo 92.
*El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de
la Mancha
*«El Vuelo de la Paloma Mensajera» 4. La puntuación de las cantida -
*«Análisis de los Depuradores». des . Son anglicismos ortográficos, en
lo que respecta a las cantidades, los
La grafía correcta en español es siguientes usos:
la siguiente:
1) el empleo de coma para señalar
El ingenioso hidalgo don Quijote de la los miles: 12,428, en lugar de
Mancha utilizar el espacio fino: 12428 (v.
«El vuelo de la paloma mensajera» CANTIDADES, §2.10 SS.);
«Análisis de los depuradores»; 2) el empleo de punto decimal en
lugar de coma decimal; por ejem-
2) en algunos casos en que en espa- plo, la grafía inglesa 12,428.35
ñol se escribe minúscula, como debe escribirse 12428,35.
los días de la semana, los nom-
bres de los meses, las estaciones 5. La numeración de apartados
del año, los gentilicios, los nom- Y PÁRRAFOS. En este aspecto, es angli-
bres de miembros de religiones, cismo ortográfico:
etcétera, que en inglés suelen
escribirse con inicial mayúscula. 1) encerrar entre paréntesis las le-
tras o cifras con que se numeran
2. El plural de las siglas . Se los apartados o los párrafos; por
considera anglicismo ortográfico la ejemplo, (1) la utilización...*, (a)
indicación del plural de las siglas el cierre..., grafías que en espa-
mediante la adición de una s (prece- ñol se escriben sin el paréntesis
dida o no de apóstrofo) a la sigla; por de apertura, como se ha visto en
ejemplo. esta sección;
151
la ortotipografía
152
extranjerismos ortográficos
153
la ortotipografía
154
el fetichismo de la letra
hacen normalmente con cifras arábigas puntuación y algunos otros (como las
voladitas. comillas latinas o las rayas) y el texto
al que se juntan:
155
la ortotipografía
mente su realización fonética se haya signos de los que precisa para que las
perdido o aminorado. Por ejemplo, palabras se lean tal como ellas son.
hay personas que gustan de escribir
subscripto, subscripción, subscriptor,
transcripto, septiembre, obscuro, subs- 3.2. Alternancias grafemáticas
tancia, transporte, psicología, gnomo,
mnemotécnico, postoperatorio, reem- Las alternancias grafemáticas, va-
plazo, reembolso, reencuentro, cere- riantes ortográficas o alografías afectan
broespinal y otras formas complejas a las palabras que pueden represen-
en lugar de, respectivamente, suscrito, tarse con dos o más grafías, correctas
suscrición (o suscripción), suscritor todas ellas, puesto que están registra-
(o suscriptor), trascrito, setiembre, os- das en el Diccionario de la Academia.
curo, sustancia, trasporte, sicología, Es el caso, por ejemplo, de las grafías
nomo, nemotécnico, posoperatorio, de los grupos consonánticos y vocáli-
remplazo, rembolso, rencuentro, cere- cos cultos de que se ha hablado en el
brospinal. Como era de esperar, tal párrafo anterior. Pero lo es también de
tendencia se da tanto más cuanto más palabras cuya grafía alterna con otra
culta es la persona. Por su influencia, distinta, de las cuales generalmente se
los escritores noveles tienen tendencia prefiere una. También aquí interviene
a utilizar toda la parafernalia de signos el conservadurismo ortográfico o feti-
que la ortografía permita con tal de chismo de la letra, ya que muchas per-
parecerse, cuando menos en la forma, sonas tienen tendencia a elegir aquellas
a los escritores consagrados. grafías que ofrecen mayor complejidad
La Academia, remisa como es a los (¿acaso para parecer más cultas?). Por
grandes cambios, va dando, con todo, ejemplo, preferirán escribir harmonía,
pasitos en la dirección de la simplifi- harmonioso y todas las formas de la
cación ortográfica. Por ejemplo, en la misma familia con esa h que no suena
edición del Diccionario de 1992 deci- antes que las formas sin ella, como
dió simplificar el grupo culto -bs- en armonía, armonioso, pese a que la
-s- y en la Ortografía de 1999 hizo lo Academia prefiere estas a aquellas.
propio con el grupo -st-, que ahora Hay en el Diccionario de la Academia
puede simplificarse en -s-. Los escrito- infinidad de palabras de estas caracte-
res cultos la han seguido y ahora escri- rísticas, como, entre otras, hacera, que
ben tranquilamente oscuro y sustancia, es la misma grafía que acera, solo que
cuando hace poco más de cinco años con h inicial. Jamás he visto usada la
escribían solo obscuro y substancia. grafía hacera, pero sigue en el drae 92
(Se supone que, sobre todo los mé- y en su correspondiente entrada no
dicos, adoptarán la simplificación de dice que sea una grafía arcaica. La
-st- en -s- y escribirán posoperatorio escritura científica debería preferir las
en lugar de postoperatorio.) A esto, formas más simples y las grafías que
Ángel Rosenblat lo llamó en 1963 fe- responden mejor, según la tradición
tichismo de la letra, es decir, tendencia ortográfica española, a los sonidos
a la conservación de las letras aunque que representan; por ejemplo, si entre
no cumplan ninguna función. Natural- harmonía y armonía debe elegirse la
mente, es a las personas cultas a quie- segunda porque la h no suena, entre
nes compete la decisión de utilizar una pagel y pajel debe elegirse también la
escritura realista, que no emplee más segunda porque el sonido velar sordo
156
la abreviación en el lenguaje escrito
5. La abreviación
4. Los grupos cultos en el lenguaje escrito
157
la ortotipografía
158
la abreviación en el lenguaje escrito
1. Grupos consonanticos gogia, sicastenia, sicasténico, de estas voces, las formas si-
que también deben consi- que y siquis no tienen regis-
1.1. Grupos iniciales derarse correctas. De las tro académico, pero no cabe
que empiezan por psico- no duda de que son correctas.
en-: aparece en las palabras ofrece alternancia para las pt-: aparece en las palabras
cneoráceo y cnidario. La formas psico-, psicoanalista, pterodáctilo y ptosis. Nin-
Academia admite la simpli- psicoanalítico y psicoana- guna de las dos tiene sim-
ficación en n- en neoráceo, lizar (pese a que admite plificación, pero las formas
pero no en nidario, forma sicoanálisis), psicodélico, terodáctilo y tosis deberían
que sin duda también es psicodrama, psicofármaco, considerarse admisibles.
admisible. psicofísico (pero sí sicofí-
gn-: aparece en las pala- sica), psicogénico, psicoge-
bras gneis, gnéisico, gne- no, psicokinesia, psicometra, 1.2. Grupos intermedios
táceo, gnomo, gnomon, psicometría, psicopático
gnomónica, gnomónico, (pero sí sicópata y sicopa- -bs-: aparece en palabras como
gnoseología, gnoseológico, tía), psicopatología, psi- obscuro, substancia, substra-
gnosis, gnosticismo y gnós- copedagogía, psicopeda- to, subscripción, substituir,
tico. La Academia admite la gógico, psicoquinesia, psi- substraer y otras. Desde
simplificación en n- menos cosomático, psicotecnia, la edición del drae 92, la
en gnoseología, gnoseológi- psicotécnico, psicoterapeuta, Academia se ha inclinado
co y gnosis, cuyas formas psicoterapéutica y psicote- por la adopción preferente
simplificadas noseología, no- rápico (pero sí sicoterapia). de las formas que sustitu-
seológico y nosis no registra, Como se ve, la aplicación yen el grupo -bs- por -s-, y
pero deben considerarse asi- del criterio académico en prefiere las formas oscuro,
mismo formas correctas. este grupo es sumamente sustancia, sustrato, suscrip-
mn-: aparece en las palabras irregular y desordenada; es ción, sustituir, sustraer. Hay
mnemónica, mnemónico, lógico admitir que también algunas voces que carecen
mnemotecnia, mnemotéc- son correctas, aunque no de alternancia, como absce-
nica y mnemotécnico. La las registre, las formas sico-, so, abscisa, abstención, abs-
Academia permite la sim- sicoanalista, sicoanalítico, tener, abstracción, abstraer,
plificación en n- menos, ex- sicoanalizar, sicagogia, sicas- abstruso, obscenidad, obs-
trañamente, en mnemónico; tenia, sicasténico, sicodélico, ceno, obstetricia, obstina-
no cabe duda de que la sicodrama, sicofármaco, ción, obstinado, obstinarse,
forma nemonico es también sicofísico, sicogénico, si- obstrucción, obstruccionis-
correcta. cógeno, sicokinesia, sico- mo, obstructor, obstruir y
ps-: aparece en las palabras metra, sicometría, sicopá- otras.
pseudo-, pseudología, psi-, tico, sicopatología, sicope- -ns-: aparece en palabras que
psicagogia, psicastenia, psi- dagogía, sicopedagogico, comienzan con ins-, cons- y
casténico, psico- (y todos los sicoquinesia, sicosomático, trans-, pero la Academia solo
compuestos con este prefijo sicotecnia, sictécnico, sico- admite alternancias en las
que significa «alma», «ac- terapeuta, sicoterapéutica y del grupo trans-. Aun así, la
tividad mental»), psitácida, sicoterápico. De las voces actuación académica en rela-
psitaciforme, psitacismo, que siguen a las iniciadas ción con este grupo es muy
psitacosis y psoriasis. La con psico-, la Academia complicada; por ejemplo,
Academia solo admite, con no admite alternancia para hay una serie de palabras
pseudo-, la voz pseudología, psitaciforme y psoriasis, que solo admiten la grafía
y las restantes, con seu- pero las formas sitaciforme con tras-, como trasaltar,
do-, con la extraña decisión y soriasis deben conside- trascabo y otras; palabras
de no registrar la forma rarse correctas. Quedan que solo se escriben con
seudología. De las que em- todavía por analizar las trans-, como transgangético,
piezan con psic-, no admite formas en que psico- cambia translimitación y otras; fi-
alternancia para psicagogia, a psiqu-, grupo en el que nalmente, hay un grupo
psicastenia, psicasténico; admite las palabras psique, de palabras que pueden
es decir, que la Academia psiquiatra, psiquiatría, psi- escribirse con trans- o con
no registra las formas sica- quiátrico, psíquico y psiquis; tras-, pero con preferencias
159
la ortotipografía
muy disímiles; por ejemplo, cribir portaaviones, con demia gran inseguridad; en
prefiere tras- en trascenden- rechazo explícito de la gra- unos casos prefiere mante-
cia (y derivados), traslación fía portaviones. Otras Vo- ner el grupo, como en adies-
(y derivados, pero no admite ces, como chupaalcuzas, trar, compartimiento, coro-
transladar), trasluciente, contraacusación, contra- namiento, diezmar, encanta-
traslucirse, traspuesta, tras- análisis, cortaalambres, ex- miento (en las que se puede
puesto (pero prefiere trans- traacadémico, intraatómico, suprimir la z); en otras
poner a trasponer), prefiere no están registradas por la prefiere la simplificación
trans- en Voces como tran- Academia. en -e-, como arbitramiento/
salpino, transandino, trans- -ae-: las palabras en que se da arbitramento, y en otras,
bordar, transbordo y otras. este encuentro de vocales como incitamiento, corni-
Esta inseguridad a la hora de suelen mantener el grupo jamiento y cornisamiento,
establecer un criterio lleva a íntegro, sin simplificación; no muestra preferencias.
algunas personas a colocar se escribe, pues, anaero- Agravamento ‘agravio’ y
una n en palabras que nun- bico, anaerobio, anaerobio- agravamiento ‘acción de
ca la han llevado y que la sis, guardaespaldas, quin- agravar(se)’ tienen significa-
Academia registra sin ella, taesencia, infraestructura, dos distintos.
como * transplante, forma portaestandarte y otras. -oa-: en general en este grupo
incorrecta por trasplante. -ai-: solo aparece simplificado se mantienen ambas vocales,
en quitaipon/quitapón, pero como en centroasiático, cen-
se mantiene en las restantes, troamericano, psicoanálisis/
2. Grupos vocálicos como guardainfante. sicoanálisis, tromboangitis,
-ao-: no tiene alternancias ni autoaglomeracion, autoaler-
2.1. Los grupos vocálicos experimenta simplificación; gia y otras; sin embargo, la
MÁS IMPORTANTES se escribe, pues, escarbaore- Academia admite la alter-
jas, infraorbitario, porta- nancia euroasiatico/eurasiá-
-aa-: aparece, sin alternancias, objeto. tico, con preferencia por
en las siguientes palabras: -ea-: se da especialmente en la simplificación, como en
cagaaceite, contraarnura, palabras compuestas con radiactividad y radiactivo,
contraaproches, contraarma- sobre-, en las que se man- ahora admitidas junto con
dura, contraarrninos, contra- tienen las dos Vocales, como radioactividad y radioac-
atacar, contraataguía, contra- en sobreabundancia, sobrea- tivo.
ataque, contraaviso, falsaar- bundar, sobreaguar, sobre- -oe-: en los compuestos cuyo
madura, portaalmizcle, por- agudo, sobrealimentación, precomponente termina en
taaviones, tragaavemarías, sobrealimentar, sobrealzar, -o y el poscomponente em-
yaacabo. La Academia rec- sobreañadir, sobrearar, so- pieza con e- seguida de s y
tifico la grafía cenaaoscuras brearco, sobreasada, so- otra consonante, la Acade-
por cenaoscuras, más lógica, breasar, de las cuales solo mia prefiere la simplificación
en la edición de 1992 del admite simplificación en en la mayor parte de las
Diccionario, y registra solo sobreasada, que también palabras, como arterioescle-
guardamigo en Vez del guar- se puede escribir sobrasada rosis/arteriosclerosis, che-
daamigo de otras fuentes. (forma preferida). Por lo coeslovaco/checoslovaco,
Este tipo de palabras suele que respecta a sobreasar y electroestriccion/electros-
presentar graves problemas sobrasar, tienen significados triccion, yugoeslavo/yugos-
para su simplificación; de distintos. Para sotaventearse lavo; sin embargo, no aplica
hecho, en muchas de ellas también admite sotaventarse el mismo criterio a aero-
las dos aes permanecen en (forma preferida). espacial, cerebroespinal,
la pronunciación, por lo -ei-: en este grupo registra la endoesqueleto, dermatoes-
que es lógico que aparezcan Academia correveidile/co- queleto, neuroesqueleto,
también en la grafía. De rrevedile, fideicomiso/fideco- homoestático, radioescucha
hecho, la Academia solo miso (pero solo fideicomi- y otras, que sería preferible
admite la simplificación sario y fideicomitente), con simplificar, como recomien-
en contralmirante. Otras preferencia por el grupo dan autores como Julio Ca-
fuentes se mantienen fieles -ei-, y caleidoscopio/cali- sares (1952: 52) y Pío Font
a las grafías académicas; doscopio, con preferencia Quer (1953, xx). Así pues,
El País y El Mundo, por por la supresión de la e. en este grupo en que se da la
ejemplo, recomiendan es- -ie-: en este grupo tiene la Aca- coincidencia de es a princi-
160
la abreviación en el lenguaje escrito
pio del segundo componen- tendencia a la simplifica- moblaje, muestrario/mostra-
te, cabe ir directamente a la ción, como en centroriental, rio, vuelapie/volapié. Por el
simplificación sin excesivas centroceánico, medioriental, contrario, en los siguientes
dudas. En otros casos tal germanoccidental, germano- Vocablos prefiere mantener
Vez sea mejor mostrarse algo riental y otros; igualmente, -ue-: amoblar/amueblar, bo-
conservador, como sucede en obras de medicina se nazo/buenazo, desamoblar/
con compuestos como aero- prefiere radiopaco, aunque desamueblar, dormivela/
elasticidad, aeroelectrónica algunos autores y traduc- duermevela, portorriqueño/
y otros. tores escriben radioopaco. puertorriqueño, desosar/
-oi-: en este grupo, la Acade- -ua-: en las palabras cualifi- deshuesar; en portezuela/
mia prefiere la simplificación cado, cualificar y cuasi, la puertezuela y portezuelo/
en termoiónico/termiónico, Academia prefiere prescindir puertezuelo no establece
pero no en otros compuestos de la u (aunque calificar preferencias; engrosar/en-
como gastrointestinal. tiene acepciones que no le gruesar y rodero/ruedero
-oo-: en los compuestos cuyo son aplicables a cualificar), tienen significados distintos.
primer elemento termina en pero prefiere mantenerla en En las Voces bonísimo, bo-
-o y el segundo comienza tribual (donde debería optar yada, boyero, grosísimo, for-
con la misma letra existe por la forma tribal, mucho tísimo, poblada, entre otras,
tendencia general al man- más utilizada). no admite alternancias con
tenimiento del grupo com- -ue-: la Academia prefiere -ue-, pero deben considerar-
plejo, especialmente en los la sustitución de ue por o se correctas, como advierte
que comienzan con auto-, en abunuelado/abunolado, el drae de 1992 (p. xxn):
co-, micro-, pro- y psico-/si- abuñuelar/abuñolar, bar- «el Diccionario incluye los
co-, como autoobservación, coluengo/barcolongo, bue- superlativos bonísimo, pul-
cooperar, microonda, pro- yuno/boyuno, cigüeñal/ci- quérrimo y paupérrimo por
occidental, psicoorgánico/ goñal, cigüeñuela/cigoñue- ser irregulares, pero no bue-
sicoorgónico. La Acade- la, cuerdezuela/cordezuela, nísimo, pulcrísimo y pobrí-
mia simplifica el grupo, sin cuerezuelo/corezuelo, cuer- simo, que son los regulares
alternancias, en autómnibus, nezuelo/cornezuelo (instru- y también correctos».
decimoctavo, claroscuro, mento), duelaje/dolaje, en- -uo-: la Academia prefiere la
radioyente, que se escriben cluecar/enclocar, encuevar/ simplificación en cuotidia-
con una sola o. En com- encovar, engruesar/engrosar, no/cotidiano y mantiene el
puestos formados con otros fuentezuela/fontezuela, fuer- grupo en secuoya/secoya y
precomponentes se tiene tezuelo/fortezuelo, mueblaje/ espirituoso/espiritoso.
161
la ortotipografía
162
los signos
163
la ortotipografía
164
los signos
cedilla (ç)
suscritos subpunto (.)
subraya (_)
índice (')
índices superíndice (8,a)
laterales subíndice (8 a)
apóstrofo (’)
antibarra (\)
asterisco (*)
barra (/)
barra doble (//)
calderón (¶)
cristus (+)
cruz (†)
cruz doble (‡)
et (&)
auxiliares flecha (→)
guión (-)
igual (=)
línea de puntos (...... )
llave ({})
manecilla (►)
párrafo (§)
pleca (|)
pleca doble (||)
punto alto o medio (∙)
puntos encorchetados ([...])
punto (.)
coma (,)
de puntuación punto y coma (;)
dos puntos (:)
puntos suspensivos (...)
auxiliares comillas (« ‹ “ ‘ ’ ” › »)
de la paréntesis [( )]
puntuación corchetes ([ ])
raya (—) o menos (-)
antilambda (< >)
la ortotipografía
166
los signos
«Más quiere España honra sin barcos Según el ministro (¡quien no dice que el paro
que barcos sin honra.» aumentara!), las cifras son alentadoras...
167
la ortotipografía
tico (por ejemplo, en los diálogos y que el menos), pero, dada la situación,
en otros casos en que se usa con los lo mejor es llamar raya al antiguo
mismos fines, o muy parecidos, que el menos tipográfico y menos al me-
paréntesis). Como signo simple, suele nos matemático, con lo que tendría-
emplearse, en los índices y bibliogra- mos:
fías, con el valor de ídem, para no re-
petir una palabra, frase, antropónimo — raya
o topónimo que se encuentra inmedia- - menos.
tamente antes, o bien como elemento
indicador de subapartado (cuando Sin embargo, otros elementos han
estos no van numerados de ninguna venido a sumar confusión, ya que
otra manera); en los tres casos va se- algunos tipógrafos, por razones de
guido de un espacio fino. Cuando se estética, sustituyen en sus funciones
emplea en su función parentética, tiene ortográficas o tipográficas a la raya
el mismo empleo y la misma grafía que (—) por el menos (-), y así componen
el paréntesis: va precedido de blanco las palabras o frases parentéticas, los
y seguido de blanco (el propio de la diálogos, índices, bibliografías, etcéte-
línea) o de un signo de puntuación. ra, con menos y no con raya. Es decir,
Desde el punto de vista tipográfico, que el menos matemático ha sustituido
la raya ha tenido siempre tantos pun- al menos tipográfico o raya en todos
tos de longitud como puntos tenga sus oficios. Podríamos convenir en que
el ojo del tipo con que se compone en los tipos que dispongan del menos
un texto; por ejemplo, en un tipo del matemático (hoy día se obtiene por
ojo 10, la barra tiene una longitud de combinaciones del teclado numérico)
10 puntos: —; a este signo se lo ha lla- se emplee el menos matemático en
mado en tipografía, tradicionalmente, todas las funciones de la raya, y esta
menos (tomado de las matemáticas), cuando aquel falte.
aunque también se lo ha aplicado, 3.3.4. Los signos dobles van prece-
con menos propiedad profesional (sí didos del espacio ordinario de la línea
ortográfica), el nombre de raya. Sin y seguidos del mismo blanco si no
embargo, resulta curioso comprobar interviene ningún signo de puntuación
que la longitud del menos tipográfico o entonación.
siempre ha sido superior (el doble) que En cuanto a los cambios de clase
la del menos matemático: de letra, los signos dobles se escriben
ambos con la misma grafía, pero
— menos tipográfico o raya esta puede variar. Si el texto incluido
- menos matemático
+ más (elemento de comparación). dentro de un signo doble se grafía de
cursiva, negrita o negrita cursiva, los
Como se puede ver en el ejemplo signos de apertura y de cierre adoptan
que precede, el menos tipográfico la misma grafía, como se ha visto antes
o raya no es adecuado para su uso (v. §6.1.2-3.3.2, p.167). Cuando el
en matemáticas, lo que hace incom- texto dentro de un signo doble empie-
prensible que se lo haya llamado así za de una manera y termina de otra,
durante tanto tiempo. Al signo que los signos deben ser redondos en un
en matemáticas ejerce esta función texto de redonda (sea fina o negrita)
se ha propuesto llamarlo semimenos y cursivos en un texto en cursiva (sea
(es decir, un signo que mide la mitad fina o negrita) (v. §6.1.2-3.2, p. 166).
168
los signos
169
4 La bibliología
171
la bibliología
172
el comité editorial y el comité de expertos
para la que actúan, y por otro, ayudar amañados sobre un asunto ya discu-
a los escritores a perfeccionar el estilo, tido a 75 especialistas en la materia
la presentación y el contenido de sus cuyas opiniones sobre la cuestión eran
trabajos. Tienen, pues, responsabilida- conocidas. La mayoría de estos espe-
des éticas y morales con ambas partes, cialistas —dice Milner— «elogió el su-
lo que hace su trabajo realmente difícil cedáneo de artículo cuyas conclusiones
y comprometido. coincidían con sus propias posiciones y
Sin embargo, la historia de la edi- rechazó el que parecía ofrecer pruebas
ción científica registra algunos casos de la opinión contraria».
sorprendentes en relación con la ac- Este mismo procedimiento fue
tuación de estos comités. Richard Mil- utilizado por otros dos sicólogos,
ner, en su Diccionario de la evolución Douglas J. Peters, de la Universidad de
(Barcelona: Biblograf, 1995: 142-144), Dakota del Norte, y Stephen J. Ceci,
expone varios ejemplos de casos en los de la Universidad de Cornell. Tomaron
que los asesores no cumplieron con su algunos artículos ya publicados por
deber en la medida que de ellos se es- científicos de primera fila, los meca-
peraba, teniendo en cuenta, además, la nografiaron de nuevo y sustituyeron
trascendencia de su función. Dice este los nombres de sus autores por otros
autor: «Los científicos ambiciosos [que ficticios. Después los enviaron a las
actúan de expertos de igual rango] se mismas revistas que los habían publi-
consideran observadores inteligentes y cado originariamente, para que fueran
agudos, meticulosos y diligentes. Reco- sometidos a revisión por los árbitros.
nocer un descubrimiento nuevo puede Resultado: todos los artículos fueron
equivaler a admitir que un colega o ri- rechazados. Ninguno de los especia-
val es más listo, más metódico o mejor listas cayó en la cuenta de que tales
observador —o que, simplemente, ha trabajos ya habían aparecido en la
tenido mejor suerte—. La resistencia [a misma publicación.
reconocer los méritos de una investiga- En los dos casos mencionados, los
ción] puede ser especialmente intensa investigadores que sometieron a prue-
si el nuevo conocimiento proviene de ba el cientificismo de los expertos de
un aficionado». igual rango fueron amenazados por
Milner expone varios casos en los poner en duda la calidad del funcio-
que ciertos especialistas han sometido namiento del sistema científico. Sin
a prueba la independencia de criterio embargo, su propio trabajo es en sí
de los árbitros de igual rango y los mismo una prueba de que, aunque sea
resultados han sido desalentadores: excepcionalmente, los vigilantes son
en algunos casos, tales expertos es- a su vez vigilados (al parecer, desde la
tán dispuestos a aprobar los traba- publicación de este trabajo, los directo-
jos que concuerdan con su línea de res de revistas científicas son reacios a
investigación o con sus ideas en un someterse voluntariamente a este tipo
determinado campo científico, pero de investigación).
rechazan los que se oponen a esos Las revistas científicas deben elegir
prejuicios. buenos expertos y tomar todas las
Relata Milner que en 1977, el sicó- medidas para que su opinión sea lim-
logo Michael J. Mahoney, de la Uni- pia y no esté marcada por cuestiones
versidad del Estado de Pensilvania, en ajenas al trabajo científico mismo. Por
los Estados Unidos, envió dos artículos ejemplo, y como es más que lógico.
173
la bibliología
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el trabajo de edición
175
la bibliología
Fig . 1. Esquema, basado en las teorías de Van de Fig . 2. Este método para el establecimiento de
Graaf, para la obtención de las dimensiones de la las dimensiones de la caja de composición se
caja de composición. Se utilizan las dos páginas en- denomina escala universal y se debe al destacado
frentadas, par e impar (por este orden), y se trazan tipógrafo argentino Raúl M. Rosarivo. Consiste en
las dos diagonales del rectángulo grande y una de dividir la superficie del papel (páginas par e impar
cada uno de los rectángulos pequeños (cada mitad enfrentadas) en un número de partes iguales que
del grande), en la forma que indica el esquema; sea múltiplo de tres tanto en sentido vertical como
arriba, en el centro, se forma otro rectángulo, al horizontal. De ellas, se toman una para el margen
que se trazan también las diagonales; los puntos de cabeza y el de lomo y dos para el de corte y el
donde se cruzan estas diagonales con las del rec- de pie. La mancha o caja queda, así, situada en
tángulo grande nos indican la situación de los vér- su lugar, con las dimensiones de los respectivos
tices de las cajas de composición, como se ve. En la márgenes. En la página par (izquierda), los márgenes
página de la derecha, el rectángulo menos intenso tienen estos valores: lomo, 1; cabeza, 1,5; corte, 2,
corresponde a las dimensiones de la caja obtenida y pie, 3. Como se ve, también desperdicia mucho
por ese procedimiento. El rectángulo más intenso papel (propio, pues, para obras de lujo), por lo
representa la misma página, pero situada en su que, ampliando un 50% (salvo en el margen de
lugar, con lo que se comprueba que obtenemos de cabeza, donde la ampliación ha de ser inferior) las
una vez las dimensiones de la caja de composición medidas de la caja en los márgenes que se indican
y también las de los márgenes. La proporción de en la página impar (derecha), aprovechamos más
estos en este caso es la siguiente: lomo, 1; cabeza, el papel y nos da estos márgenes: lomo, 1; cabeza,
1,5; corte delantero, 2, y pie, 3. Esta proporción es 1; corte, 1,5, y pie, 2. Así resulta apropiado para
apropiada para obras de lujo todo tipo de obras
Aunque un libro puede tener cualquier como hay que aumentar el papel que
formato que se desee o necesite, pro- se desperdicia en el refilado o desvira-
bablemente la elección de formatos no do (es decir, el corte con la guillotina
normalizados o estandarizados en el del libro intonso, para que sus hojas
comercio redunde en un encarecimien- puedan abrirse), tenemos que el pliego
to del producto, tal vez no suficiente- utilizable para la impresión debería
mente justificado. medir 100 × 70 cm; ¿existe ese for-
En principio, si no hay razones para mato comercial?; en efecto, existe, por
operar de otra manera, una vez elegido lo que podemos elegir ese formato, si
el formato que puede tener un libro, se es el que nos satisface. Si la diferencia
averigua si existe un pliego de papel es despreciable, la solución consiste
estándar que, una vez plegado y refi- en adecuar el formato del libro al
lado, nos dé ese formato. Por ejemplo, del papel, con objeto de abaratar la
supongamos un libro que mide 23,5 edición. Si la diferencia es notable,
× 15,5 centímetros; si multiplicamos entonces se pueden tener en cuenta
por 4 cada una de esas dimensiones, otras consideraciones; por ejemplo,
tenemos un pliego de 94 × 62 cm; el número de ejemplares; si este ha de
176
el trabajo de edición
ser elevado (por ejemplo, más de cinco podemos establecer que para una obra
mil), las papeleras fabricarán papel de gran lujo, las dimensiones de la caja
especialmente para esa obra a precios deben corresponder al 62 % de las del
más o menos asequibles; si la tirada es formato: 23,5 × 15,5 cm; caja: 14,5 ×
muy baja, no vale la pena, y lo mejor 9,6 cm; redondeando, a un formato
es cambiar de formato. de 23,5 × 15,5 cm le corresponde, en
una obra de gran lujo, una caja de 15
× 10 cm.
3.1.2. MEDIDAS DE LA PÁGINA Se podrían, pues, establecer estos
TIPOGRÁFICA porcentajes para la caja de composi-
ción según el tipo de obra:
La página tipográfica se llama caja,
caja de composición o mancha (figs. 1 — de lujo: entre el 62 % y el 70 %;
y 2). Las dimensiones de la caja depen- — normales: entre el 71 % y el 76 %;
den, en parte, del contenido de la obra. — de batalla, diccionarios, enciclo-
Por ejemplo, si se trata de una obra pedias y otras obras de consulta:
lujosa, se aplicarán a la caja dimen- entre el 77 % y el 80 %.
siones pequeñas, con objeto de que la
página disponga de amplios márgenes,
los cuales contribuirán a dar mayor 3.1.3. Dimensiones de los márgenes
esplendor a esa página. Si se trata de
una obra de cierto lujo, los márgenes Las páginas tienen cuatro márgenes:
serán amplios, pero no demasiado. Por de lomo, de cabeza, de corte y de pie.
el contrario, si se trata de una obra de Cuando el libro está bien hecho y la
batalla, o bien de una obra destinada a caja bien situada en la página, ninguno
consulta, como pueden ser los diccio- de ellos tiene la misma medida que los
narios y enciclopedias, los márgenes otros. Sin embargo, son interdepen-
serán los estrictamente necesarios, dientes dos a dos: el de lomo se
sin que se tengan aquí en cuenta los complementa con el de corte, y el de
aspectos estéticos de la página. En cabeza, con el de pie. Para establecer
cualquier caso, lo deseable es que las sus valores nos servimos de la propor-
dimensiones de la caja se correspondan ción áurea, es decir, la que mantiene la
con las del formato del libro, lo cual relación 1:1,6; así, la diferencia entre
no siempre se tiene en cuenta. las medidas de altura y anchura de la
Podemos establecer una escala que caja de composición se divide por 1,6;
vaya desde el 62% hasta el 80% de el resultado se resta de esa diferencia,
las respectivas dimensiones de altura y y la parte menor se adjudica al mar-
anchura. Esas cifras corresponden a di- gen de lomo o al de cabeza, según que
mensiones máxima y mínima; es decir, trabajemos con la altura o con la an-
que la caja de un libro, en principio, no chura, respectivamente. Por ejemplo, el
debería medir menos del 62 % ni más formato de un diccionario mide 23,5 ×
del 80 % de las dimensiones de altura 15,5 cm; el 80 % de estas dimensiones
y anchura del formato correspondien- da 19 × 12,5 cm. Si restamos 19 de
te. La primera cifra se aplicaría a las 23,5 nos da 4,5 cm; pues bien, los 5/8
dos dimensiones en obras de gran lujo (=1,6) de 4,5 es igual a 2,8; si resta-
(más o menos, se corresponde con la mos 2,8 de 4,5 nos da 1,7. Ya tenemos
proporción áurea: 1:1,6). Por ejemplo, el margen de cabeza, 1,7 cm, y el de
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la bibliología
pie, 2,8 cm. Con la anchura operamos de interlineado; en 10/12, dos puntos;
de la misma manera: restamos 12,5 de en 10/13, tres puntos; y así sucesiva-
15,5 y nos da 3; los 5/8 de 3 son 1,9; mente). A la hora, pues, de elegir un
de 1,9 a 3 van 1,1. Así pues, el margen ojo para un texto, deben tenerse en
de lomo tendrá 1,1 cm, y el de corte, cuenta al menos tres factores: a) la
1,9 (el margen de lomo no debe tener edad del lector; b) el tipo de texto de
menos de 1 cm en obras de pocas pá- que se trate, y c) la medida en ciceros
ginas; en obras de más de quinientas de la caja de composición y el estilo de
páginas, el margen de lomo debe au- la letra que se va a emplear.
mentar en proporción).
1. LA EDAD DEL LECTOR. La edad
del posible lector debe tenerse en cuen-
3.1.4. TIPO DE LETRA DEL TEXTO ta en primer lugar; los ojos mínimos
recomendados del texto general son:
El tipo de letra con que se ha de
componer un texto depende, en primer — 5-6 años: ojo 16;
lugar, del contenido de ese texto. En ge- — 7-8 años: ojo 14;
neral, los textos humanísticos se com- — 9 años: ojo 12;
ponen con letras romanas, mientras — 10 años: ojo 10;
que algunos libros técnicos, obras de — adultos: ojo 8.
consulta y otras semejantes se pueden
componer con letras romanas o con la 2. EL TIPO DE TEXTO. Sabido es
egipcia o la paloseco, estas dos últimas que en una obra puede intervenir, en
de estructura más clara, pero también primer lugar, el texto general, aquel
de lectura más cansada (v. § 6.2). en que se expresa el cuerpo del escrito,
con el que se desarrolla la trama argu-
mental de la obra; este texto puede lle-
3.1.5. OJOS, CUERPOS var intercalados (por ejemplo, citas o
E INTERLINEADOS trozos de ojo menor), cuadros o tablas,
esquemas, pies o epígrafes de grabados
El ojo es el tamaño de la letra con y notas, y en los anexos puede llevar
que se compone un libro o artículo. índices alfabéticos, cronologías, vo-
La palabra tamaño se refiere aquí a cabularios o glosarios y bibliografías.
la altura del ojo de la letra impresa, Pues bien: estos textos se componen
considerando esta desde el ojo superior con tamaños de letras distintos. Por
(astas ascendentes) hasta el ojo inferior ejemplo, supongamos que se trata de
(astas descendentes). Aunque es común una obra para personas de diez años;
referirse a esta altura con la palabra ya tenemos un dato: la letra ha de ser
cuerpo, ha de entenderse que el cuerpo, del ojo 10 o superior. Entonces tene-
en autoedición, es el ojo más la inter- mos que si el texto general se compone
línea. Es decir, que si hablamos de un al ojo 10, los intercalados, cuadros, es-
texto compuesto ojo/ojo quiere decirse quemas y pies o epígrafes, así como los
que no tiene interlineado, mientras que textos de los anexos, han de ser de un
un texto compuesto ojo/cuerpo tiene ojo dos puntos más pequeño, es decir,
interlineado (de un determinado valor del 8, y las notas, tres puntos más pe-
que se especifica en las cifras con que queño, del 7 (o del 8 sin interlineado,
se menciona: en 10/11 hay un punto si los demás textos llevan interlínea).
178
el trabajo de edición
El tipo de letra con que se ha de compo- El tipo de letra con que se ha de componer
ner un texto depende, en primer lugar, del un texto depende, en primer lugar, del
contenido de ese texto. contenido de ese texto.
[tipo caslon] [tipo serifa]
El tipo de letra con que se ha de componer un El tipo de letra con que se ha de com-
texto depende, en primer lugar, del contenido poner un texto depende, en primer
de ese texto. lugar, del contenido de ese texto.
[tipo garamond de Adobe] [tipo clarendon]
El tipo de letra con que se ha de compo- El tipo de letra con que se ha de com-
ner un texto depende, en primer lugar, del poner un texto depende, en primer
contenido de ese texto. lugar, del contenido de ese texto.
[tipo bembo] [tipo egyptienne]
Letra romana antigua Letra egipcia
El tipo de letra con que se ha de componer El tipo de letra con que se ha de com-
un texto depende, en primer lugar, del poner un texto depende, en primer lugar,
contenido de ese texto. del contenido de ese texto.
[tipo bauer bodoni] [tipo helvetica]
El lipo de leíra con que se ha de compo- El tipo de letra con que se ha de com-
ner un lexto depende, en primer lugar, del poner un texto depende, en primer lugar,
conlenido de ese lexlo. del contenido de ese texto.
[tipo linotype didot] [tipo futura]
El tipo de letra con que se ha de compo- El tipo de letra con que se ha de com-
ner un texto depende, en primer lugar, poner un texto depende, en primer
del contenido de ese texto. lugar, del contenido de ese texto.
[tipo century] [tipo univers]
Letra romana moderna Letra paloseco
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la bibliología
180
el trabajo de edición
partes pueden comenzar a la cabeza los tres cuartos del título propio, y am-
de la caja de composición, separadas bos se separan mediante una cantidad
entre sí por los blancos que se hayan de blanco (de dos a cuatro líneas, por
establecido —por lo tanto, sin blan- ejemplo) que se respetará a lo largo de
cos de cortesía—, pero es lo menos la obra.
habitual). Este blanco puede estable- El comienzo del título y antetítulo
cerse de varias maneras; por ejemplo, también puede ser otro; por ejemplo,
puede equivaler a un tercio o a un en el caso de los 5/8 de que se ha
cuarto de la página (fig. 4). También hablado antes, se toma la mitad, el
se aplica la proporción áurea; es de- blanco equivalente a ocho líneas, y
cir, se hallan los 5/8 de la altura de la ahí comienza la zona del título de las
página, que constituyen la parte del pie partes del libro. Para ello es conve-
de la página, y los 3/8 restantes son el niente saber si el título más extenso de
blanco de cortesía; es un blanco seme- la obra, compuesto con el cuerpo que
jante al tercio de la página, pero no para ellos se ha elegido, cabe bien en
exactamente igual. Para que el lector el espacio de nueve líneas que le hemos
se haga una idea, el cuarto de esta pá- dejado, teniendo en cuenta que entre
gina que tiene ante sí equivale a 11,5 el título más extenso y el texto (que
líneas (12, para redondear); el tercio, a en este caso comienza en la línea 18)
15 líneas, y los 5/8, a 17 líneas. quedan al menos tres líneas de blanco
Cuando se aplica el blanco de corte- del cuerpo del texto. Si no fuera así,
sía, el texto debe comenzar a la altura habría que cambiar los parámetros.
que se haya establecido según el valor
de esta; es decir, a la altura de la línea
13 cuando se aplica el cuarto de la 3.1.7. ESTÉTICA DE LA PÁGINA
página; a la de la línea 16, si se aplica TIPOGRÁFICA
el tercio, y a la altura de la línea 18, si
se aplican los 5/8. Al principio de la La página tipográfica, es decir, la
página quedan en blanco, pues, 12, 15 caja de composición con todos sus ele-
y 17 líneas, respectivamente. mentos auxiliares (textos de cabeza y
La situación del antetítulo en los de pie, como folios, folios explicativos,
capítulos con título o bien de los títu- etcétera), no es solo un contínuum de
los de prólogos, introducciones, partes materiales formando líneas, párrafos,
y casos semejantes puede variar en páginas, capítulos, partes, etcétera,
función del gusto del técnico editorial, colocados unos detrás de los otros sin
diseñador o editor de mesa que dirija solución de continuidad. Por el con-
la realización de la obra. Por ejemplo, trario, cada una de esas partes debe
en los casos en que el título es gené- recibir la forma más adecuada según
rico (prólogo, introducción, índice), sea su naturaleza y disponerse de una
puede colocarse a la cabeza, y el texto determinada manera para que el con-
comenzar a la altura elegida, según junto sea armonioso al propio tiempo
se ha explicado antes. Cuando haya que útil.
capítulos u otras partes que tengan Un impreso cualquiera debe recibir,
título propio, este se compondrá del por parte de quien lo esboce o realice,
mismo cuerpo que los títulos genéri- la forma más acorde con su propia
cos, pero el antetítulo se compondrá esencia. Con más razón, pues, la pági-
de un cuerpo que vaya de la mitad a na tipográfica, quintaesencia del arte
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la bibliología
182
el trabajo de edición
con una línea corta que sea final de primero con su contenido y después
párrafo (sí se admite si la línea corta con el formato de la página. Normal-
comienza y acaba en la misma línea, mente, los correspondientes epígra-
es decir, aquella que por sí misma for- fes deben tener la anchura del grabado
ma un párrafo); por ejemplo, una que o ilustración, salvo que por sistema
diga: «Sí, señor»; aunque sea corta, tengan todos la misma medida, que
que lo es, se considera correcta). en este caso será la de la página o de la
Los títulos y subtítulos entre párra- columna respectiva.
fos deben estar precedidos y seguidos Contribuyen también a la estética
de un blanco, el primero de los cuales de la página las líneas de folio, que
debe ser, preferiblemente, el doble que pueden constar solo del número de
el segundo o, en otro caso, que sea la página, con filete o sin él, o bien ir
mayor el primero que el segundo. Al acompañadas del nombre del autor,
final de una página, detrás de una línea título del libro o de la parte, con nu-
de título con su blanco, no debe haber meración de esta o sin ella, normal-
menos de dos líneas de texto; una es mente subrayado por un filete a toda
incorrecto. la medida de la página.
La página final de un capítulo o par-
te semejante no debería tener menos
líneas que las que forman el arranque 3.1.8. Hojas de cortesía
de capítulo (v. §3.1.6). Como esto
puede resultar imposible en la práctica, Los libros pueden llevar una (es lo
se acepta que cualquier página final de habitual) o dos hojas totalmente en
capítulo (llamada página de birlí si es blanco al comienzo, y pueden acabar
corta) tenga como mínimo cinco líneas con una (como mínimo) o más hojas
de texto. Para ello, en ocasiones puede en blanco al final. Las hojas de cortesía
ser necesario marcar algún recorrido constituyen, en principio, una muestra
del texto anterior, con objeto de hacer de respeto al lector, al ofrecerle en-
que un párrafo doble una línea y que trar en el templo no de sopetón, sino
las necesarias pasen a la página corta a través de un atrio, o en el propio
incorrecta para que deje de serlo. domicilio mediante un zaguán o ves-
La estética de la página impresa tíbulo. Esto no quiere decir que sean
tiene también que ver con las letras incorrectas las presentaciones de una
iniciales destacadas que se emplean obra cuando tales hojas no existen,
en algunas revistas, incluso en las pero, si se puede, es mejor comenzar
científicas. En estos casos debe tenerse el libro con una hoja (dos páginas) de
en cuenta que la inicial no debe ir en cortesía.
la primera línea de una columna ni Lleve o no hojas de cortesía al prin-
tampoco tan al pie que no queden al cipio, sí debe llevar el libro una hoja
menos dos líneas de texto después de de cortesía al final. A veces, los libros
la inicial (con las líneas que esta com- acaban de tal manera que la última
prenda). página es impresa, y aun en ocasiones
Es asimismo una cuestión de estética es totalmente impresa. Antiguamente,
de la página la colocación y el tamaño cuando se daban estos casos, el propio
de las ilustraciones y de los cuadros. encuadernador añadía manualmente
Estos nunca deben interrumpir el tex- una hoja en blanco para que el libro
to y su tamaño debe estar en relación no terminase de forma tan abrupta.
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la razón. Sin embargo, el autor, por su cifras romanas y cifras arábigas car-
lado, no debe olvidar que ha entregado dinales u ordinales e incluso, si fuera
su original a un editor determinado al necesario, letras griegas, seguidas gene-
que él debe conocer o, cuando menos, ralmente de paréntesis de cierre, punto
saber qué edita y cómo lo edita. De la o medio cuadratín, y en unos u otros
misma manera que el articulista cien- casos se podían aplicar índices para
tífico acepta las condiciones de edición repetir la misma numeración anterior
establecidas en las instrucciones para pero con un grado inferior de impor-
los autores de las editoriales hemero- tancia. El sistema resultaba sumamente
lógicas (v. §2.3.3), también el autor de complejo y en algunos casos podía
una editorial bibliológica debe aceptar, alcanzar una gradación importante,
a priori, las condiciones de edición del como se muestra a continuación:
editor que ha elegido.
La labor de señalización tipográ- I.
fica del original consiste en valorar I)
A.
tipográficamente cada una de las A)
partes del libro, desde el texto general 1.
hasta el último anexo, pasando por la 1)
portadilla, la dedicatoria, las partes, a)
los capítulos, la forma de los párrafos, a')
aa)
el valor y colocación de los títulos y α)
subtítulos, la colocación de las notas αα)
y citas bibliográficas y otros casos que
dependerán del tipo de obra. Para ad- Tal cantidad de grados no era fácil
vertir la importancia de esta función, que apareciera en la mayor parte de
recuérdese que la forma gráfica del las obras, pero en algunos casos inclu-
libro, su equilibrio visual y su estética so podía aumentarse al situar ciertas
global dependen de la señalización partes, las menos importantes, en línea
tipográfica, lo cual requiere en el pro- con la primera línea del texto, fuera
fesional una gran pericia. numerada o no, con lo que se estable-
La letra tipográfica con que se ha de cía un sistema de gradación aparte del
componer la obra debe estar en con- general. La complicación aumentaba y
sonancia con el contenido de esta. Por la aplicación de tan complejo sistema
ejemplo, una obra de lectura continua se hacía sumamente difícil.
puede componerse con una letra roma-
na, sea antigua o moderna, mientras
que un diccionario, que es de lectura 4.4.1. Numeración decimal
discontinua, admite (si así se desea) DE CAPÍTULOS
una letra egipcia o paloseco.
Existe actualmente la llamada
numeración decimal de capítulos,
4.4. Numeración de los capítulos norma internacional que se aplica de
y sus partes la siguiente manera: los capítulos se
numeran correlativamente a partir del
Antiguamente se aplicaba un sistema 1; cada capítulo puede subdividirse en
de numeración de capítulos compues- n partes (subtítulos) desde 1 hasta n;
to de letras mayúsculas y minúsculas. cada parte, a su vez, puede dividirse en
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I. Letras 1.1.1996
II. Espacios 2.10.1996
III. Líneas 10.2.1996
IV Párrafos 21.12.1996
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Cuadro 4. Llamadas y signos empleados en corrección de estilo y tipográfica
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19. Componer sin sangría. Se usa 29. Componer con letra mayúscula
tanto en la corrección de estilo como o versal cursiva. Se usa tanto en la
en la tipográfica. Indica que la san- corrección de estilo como en la ti-
gría existente no debe mantenerse. pográfica. También se puede indicar
20. Llenar la línea. Se usa en la subrayando u ovalando el texto y
corrección tipográfica cuando una añadiendo: may. curs., may. c.a o
línea final de párrafo es corta y dis- c. a. c.a.
pone de un blanco inferior al de la 30. Componer con letra mayúscula
correspondiente sangría si la usa o o versal negrita. Se usa tanto en la
la que en su caso usaría. corrección de estilo como en la ti-
21. Vale lo tachado. Queda sin pográfica. También se puede indicar
efecto la corrección señalada. Se usa subrayando u ovalando el texto y
tanto en la corrección de estilo como añadiendo: may. negr., may. n.s o c.
en la tipográfica, en ambos casos a. negr.
para indicar que una corrección 31. Componer con letra mayúscula
es inválida y que vale el texto ta- o versal cursiva negrita. Se usa tan-
chado. to en la corrección de estilo como
22. Componer con letra cursiva. Se en la tipográfica. También se puede
usa en la corrección de estilo y en la indicar subrayando u ovalando el
tipográfica. También puede indicarse texto y añadiendo: may. curs. negr.
subrayando u ovalando el texto y o may. c.a n.s.
añadiendo: curs., c.a. 32. Anular el subrayado. Se usa
23. Componer con letra cursiva ne- tanto en la corrección de estilo como
grita. Se usa tanto en la corrección en la tipográfica. El subrayado pue-
de estilo como en la tipográfica. de comprender una o más líneas.
También se puede indicar subrayan- 33. Igualar el espaciado. Se usa en
do u ovalando el texto y añadiendo: la corrección tipográfica cuando los
curs. negr. o c.a negr. espacios que separan las palabras
24. Componer con letra versalita. Se son desiguales.
usa tanto en la corrección de estilo 34. Centrar las líneas en sentido
como en la tipográfica. También se vertical. Se usa especialmente en la
puede indicar subrayando u ovalan- corrección tipográfica, pero a veces
do el texto y añadiendo: vers. o v.s. también en la de estilo.
25. Componer con letra versalita 35. Centrar las líneas horizontal-
cursiva. Se usa tanto en la correc- mente. Se usa especialmente en la
ción de estilo como en la tipográfica. corrección tipográfica, pero a veces
También se indica subrayando u también en la de estilo.
ovalando el texto y añadiendo: vers. 36. Recorrer el texto. Se usa en la
curs., vers. c.a, v.s curs. o v.s c.a. corrección tipográfica para ganar
26. Componer con letra versalita (por la izquierda) o recorrer (por la
negrita. Se usa tanto en la correc- derecha) el texto.
ción de estilo como en la tipográfica. 37. Parte del texto ilegible o du-
También se puede indicar subrayan- dosa. Se usa tanto en la corrección
do u ovalando el texto y añadiendo: de estilo como en la tipográfica.
vers. negr., vers. n.s o v.s n.s. También se puede indicar con un
27. Componer con letra versalita signo de interrogación de cierre en el
cursiva negrita. Se usa tanto en la margen o una o dos rayas verticales,
corrección de estilo como en la ti- con signo de interrogación o sin él.
pográfica. También se puede indicar 38. Evitar que varias líneas segui-
subrayando u ovalando el texto y das terminen con el mismo signo.
añadiendo: vers. c.a negr. o v.s c.a n.s. Se usa solo en la corrección tipo-
28. Componer con letra mayúscula gráfica.
o versal. Se usa en la corrección de 39. Trasladar de sitio una porción
estilo y en la tipográfica. También de texto. Se usa tanto en la correc-
se puede indicar subrayando u ova- ción de estilo como en la tipográfica.
lando el texto y añadiendo, general- El destino ha de indicarse con clari-
mente al margen: may. o c. a. dad para evitar confusiones.
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de dos páginas enfrentadas son las esta razón, es mejor titularlo índice de
superiores marginadas al exterior, y es antropónimos o índice antroponímico,
ahí donde se deben colocar preferible- y en él distinguir, mediante la grafía,
mente las ilustraciones y los cuadros los que son autores de los que no lo
cuya situación no esté obligada por son; para ello, basta con tipografiar
razón de una llamada o una indicación los nombres de autores con versalitas
precisa en el texto. en el o los apellidos, mientras que los
Las pruebas del texto, las ilustra- de personajes mencionados aparecen
ciones y los cuadros se recortan exac- de redondo normal. Si se mezclan los
tamente a sus dimensiones y se pegan índices de antropónimos y el de mate-
en el lugar oportuno de la maqueta. El rias, pueden aparecer con el título de
pegamento ha de ser de los que per- índice alfabético, que podría compren-
miten levantar la prueba para situarla der también el índice de topónimos o
de otra forma (engrudo, por ejemplo), toponímico en el caso de que estos no
cuestión que se plantea muy a menudo fueran en cantidad tal que justificaran
al preparar una maqueta. la confección de un índice de topóni-
mos aparte.
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la diacrisis tipográfica
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la bibliología
1.1. La letra
1.2. El texto
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la diacrisis tipográfica
El ojo es el tamaño de la letra con que se compo- El ojo es el tamaño de la letra con
ne un libro o artículo. La palabra tamaño se refiere
aquí a la altura del ojo de la letra impresa, conside- que se compone un libro o artículo. La
rando esta desde el ojo superior (astas ascenden- palabra tamaño se refiere aquí a la altura
tes) hasta el ojo inferior (astas descendentes). del ojo de la letra impresa, consideran-
do esta desde el ojo superior (astas
7/7 ascendentes) hasta el ojo inferior (astas
descendentes).
El ojo es el tamaño de la letra con que se compo-
ne un libro o artículo. La palabra tamaño se refiere 9/9
aquí a la altura del ojo de la letra impresa, conside-
rando esta desde el ojo superior (astas ascenden-
tes) hasta el ojo inferior (astas descendentes). El ojo es el tamaño de la letra con
que se compone un libro o artículo. La
7/8 palabra tamaño se refiere aquí a la altura
del ojo de la letra impresa, consideran-
El ojo es el tamaño de la letra con que
se compone un libro o artículo. La palabra
do esta desde el ojo superior (astas
tamaño se refiere aquí a la altura del ojo de ascendentes) hasta el ojo inferior (astas
la letra impresa, considerando esta desde el descendentes).
ojo superior (astas ascendentes) hasta el ojo
inferior (astas descendentes). 9/10
8/8
El ojo es el tamaño de la letra con
El ojo es el tamaño de la letra con que que se compone un libro o artículo.
se compone un libro o artículo. La palabra La palabra tamaño se refiere aquí a
tamaño se refiere aquí a la altura del ojo de la altura del ojo de la letra impresa,
la letra impresa, considerando esta desde el considerando esta desde el ojo su-
ojo superior (astas ascendentes) hasta el ojo perior (astas ascendentes) hasta el
inferior (astas descendentes). ojo inferior (astas descendentes).
8/9
10/10
El ojo es el tamaño de la letra con que
El ojo es el tamaño de la letra con
se compone un libro o artículo. La palabra
tamaño se refiere aquí a la altura del ojo de
que se compone un libro o artículo.
la letra impresa, considerando esta desde el La palabra tamaño se refiere aquí a
ojo superior (astas ascendentes) hasta el ojo la altura del ojo de la letra impresa,
inferior (astas descendentes). considerando esta desde el ojo su-
perior (astas ascendentes) hasta el
8/10
ojo inferior (astas descendentes).
10/11
Fig . 7. La relación ojo/cuerpo en varios tamaños. De las dos cifras con que se marca cada uno de ellos,
la primera, antes de la barra, representa el ojo o tamaño de la letra, y la segunda, después de la barra, el
cuerpo o altura de la línea en que se inscribe aquella. Salvo en el caso de 8/10, no se ofrecen ejemplos con
dos puntos de interlínea, por no ser habituales en textos ordinarios
Entiendo que la diacrisis tiene que Duro Moreno que del que se expone
Ser, en efecto. Una cuestión mucho más en el manual citado. Sin embargo, pa-
amplia que la mera cursiva para solo rece que habría que replantearse la voz
distinguir lo que en el marco de una con que este autor inicia su definición.
materia debe ser distinguido. Desde Porque, según lo entiendo, la diacrisis
este punto de vista, me hallo mucho no es la marcación, sino su resultado
más cerca del criterio expuesto por (marcación es un término técnico que
199
la bibliología
2OO
la letra de imprenta
201
la bibliología
202
la letra de imprenta
cula; por su ojo, fina, normal o texto y Cuadro 6. Clases de letras tipográficas
negrita, y por la dimensión de la caja,
Ejemplo Nombre Señalización
estrecha o ancha. Seguidamente se
analizan las distintas clases de letras normal redonda
que se pueden utilizar en un texto. avenida minúscula (nada)
AVENIDA Versalita
AVENIDA mayúscula
6.3.1. LETRA REDONDA
normal cursiva
Se aplica el nombre de letra redonda avenida minúscula
a una clase o familia de letra que es AVENIDA Versalita
derecha y de forma circular. Cualquier AVENIDA mayúscula
texto que no aparezca señalizado en
el original de una manera especial se negrita redonda
compone con letra redonda normal (es avenida minúscula
decir, sin ningún diacrítico). AVENIDA versalita
AVENIDA mayúscula
203
la bibliología
204
la letra de imprenta
205
la bibliología
4n .
6.3.9. LETRA ESTRECHA
Y LETRA ANCHA
6.3.11. LETRA SUPERÍNDICE
Por la dimensión horizontal de la le-
tra, esta puede ser estrecha (con menos Son superíndices los signos situados
dimensión que la normal) y ancha (con a la cabeza de otro Signo, generalmen-
más dimensión). En general, tienen te a su derecha.
escaso valor en tipografía biblioló- Los signos que se colocan en posi-
gica (se emplean más en trabajos de ción más elevada en relación con otro
remendería) y menos aún en trabajos signo se escriben con un tamaño más
científicos y técnicos: pequeño y se sitúan alineados con la
cabeza del signo al que afectan:
letra estrecha
letra normal
23, 46823, 9a
letra ancha Normalmente se colocan a la derecha
del signo, pero en algunos casos, sobre
En un original, la letra, palabra, fra- todo en matemáticas y en química,
se o párrafo que haya de aparecer con pueden ir a la izquierda:
letra estrecha o ancha se señala con la
palabra pertinente: estrecha, ancha (y 254N
se añade el porcentaje de estrechamien-
to o de ampliación: 90 %, 80 %, 70 %, Si se trata de notas escritas con ci-
etcétera). A veces, los tipos tienen va- fras voladitas, estas se sitúan después
riantes estrechas y anchas, con lo cual de los signos de puntuación que pue-
no hace falta elegir un porcentaje. dan afectar al signo al que se juntan:
... calamidad;5
6.3.10. LETRA SUBÍNDICE el choucroute...6
Son subíndices los signos situados La escritura, en este caso, se hace
al pie de otro signo, generalmente a su con letra ordinaria, normal (ni fina
derecha. ni negrita) y de redondo, aunque la
Los signos (letras, cifras u otros) cifra o la palabra a las que afecta
que se colocan en posición más baja estén escritas en negrita o de cursiva
en relación con otro signo se escriben (las llamadas de nota son extratex-
con un tamaño más pequeño y se si- tuales). En los demás casos, especial-
túan a la altura de la base del signo al mente cuando indica la numeración
que afectan: arábiga ordinal, la parte voladita o
206
organización externa de la obra
207
la bibliología
históricas, cada tomo de los cuatro en tomos, es también división poco prodi-
que se ha dividido la obra necesita más gada actualmente.
volúmenes para exponer su contenido.
Vemos, pues, que la obra se ha dividi- 3. Las partes . Lleve o no una obra
do en cuatro tomos que requieren diez las dos divisiones anteriores, es decir,
volúmenes. Podemos decir, entonces, los tomos y los libros, puede esta divi-
que se trata de una obra en cuatro dirse en partes, las cuales comprenden
tomos y diez volúmenes. Obsérvese, un número determinado de capítulos
de paso, cómo en la primera parte, la en los que se desarrolla una parte con-
Antigüedad, las unidades de tomo y ceptual del contenido de la obra. Son
volumen coinciden, coincidencia que más frecuentes que las dos divisiones
es poco habitual. anteriores. Suelen llevar título propio
y, en este caso, estar introducidas por
portadillas internas (portadas diviso-
7.2. División interna de la obra rias), con el dorso en blanco.
208
organización externa de la obra
209
la bibliología
210
organización externa de la obra
El sistema internacional de unidades (si) El sistema internacional de unidades (si) es
es un conjunto coherente un conjunto coherente de unidades desti-
de unidades destinado a unificar nado a unificar los valores de las medidas
los valores de las medidas en todos los ámbitos
en todos los ámbitos. Su plasmación en forma de sistema es un
Su plasmación en forma de sistema Viejo anhelo de la humanidad, que ya des-
es un Viejo anhelo de la humanidad, de la Antigüedad había dado pasos en pro
que ya desde la Antigüedad había de un sistema semejante.
dado pasos en pro de un sistema semejante.
Es muy útil para la composición y
disposición de epígrafes o pies, por el
Este tipo de disposición de los textos
contraste que presenta su figura con la
es poco utilizado en libros, revistas y
del texto general, normalmente com-
periódicos, salvo en publicidad. Las
puesto en párrafo ordinario.
líneas necesitan una revisión, pues hay
que evitar que en la parte de la bande-
ra queden partículas aisladas y como
7.3.7. PÁRRAFO EN BASE DE LÁMPARA
flotando.
Forma de la composición que consis-
te en un conjunto de líneas centradas
7.3.5. PÁRRAFO EN BLOQUE
desiguales cuya longitud va disminu-
yendo paulatinamente a medida que
Variante del párrafo alemán, en el
se aleja de la primera:
que todas las líneas son iguales (inclui-
da la primera y la última): El sistema internacional de unidades
(si) es un conjunto coherente de
unidades destinado a unificar
El sistema internacional de unidades los Valores de las medidas
(si) es un conjunto coherente de uni- en todos los ámbitos.
dades destinado a unificar los Valores
de las medidas en todos los ámbitos. Se usa sobre todo en títulos de cu-
Su plasmación en forma de sis- biertas, portadillas, portadas, títulos
tema es un Viejo anhelo de la
humanidad, que ya desde la An- centrados, composición de colofones
tigüedad había dado pasos en y en algún otro caso.
pro de un sistema semejante.
211
la bibliología
212
organización interna de la obra
213
la bibliología
214
el trabajo de producción, impresión y encuadernación
relaciona con las empresas que cola- Por ejemplo, si un impresor dispone
boran con la editorial; por ejemplo, de máquinas para imprimir 64 o 128
las papeleras, los talleres de compo- páginas de una determinada medida
sición, impresión y encuadernación y y el encuadernador solo puede plegar
otras que puedan ser necesarias para una medida inferior, la unidad de tira-
la obtención del producto. Se encarga da será de 64 o 128 páginas, pero la
de buscar los talleres que desarrollarán de encuadernación será de 32 páginas,
las funciones complementarias, como por ejemplo.
la fotorreproducción. La impresión suele hacerse, en este
Durante el proceso de edición, el tipo de obras, por un procedimiento
departamento de producción actúa de litografía indirecta llamada ófset
de correa de trasmisión entre el de- (en inglés, offset). Es un procedimien-
partamento de ediciones y los talle- to litográfico, es decir, con formas
res, de modo que se convierte en un o moldes sin huecos ni relieves, y la
importante nudo de comunicaciones. impresión es indirecta porque la for-
Una vez que recibe de ediciones los ma o molde no imprime directamente
fotolitos revisados y dispuestos para en el papel, sino en una mantilla de
la tirada, producción se encarga de caucho que transfiere la tinta (es decir,
todas las funciones de la obra (si ex- la imagen y el texto) al papel. Este
ceptuamos las pruebas ozálidas, que procedimiento, desarrollado a partir
normalmente son revisadas por el de 1904 (de forma especial a partir de
editor, pero que también podrían serlo 1920), presenta grandes ventajas sobre
por el productor). la clásica impresión tipográfica, como
pueden ser la falta de relieve o huella
(no existe presión como en tipografía)
9.2. La impresión y la calidad de impresión de las ilus-
y la encuadernación traciones tramadas, aunque las tramas
sean muy finas y el papel de mala
Cuando el editor aprueba los foto- calidad. El único inconveniente que
litos o películas en que constan impre- presenta, cada vez menos relevante,
sionados el texto y las ilustraciones, es lo mortecino de la tinta en algunas
el impresor los monta en una película impresiones, debido a que el proceso,
llamada astralón según la distribución que es fisicoquímico, hace uso del agua
que cada página ocupa en el pliego para que la tinta grasa no se adhiera a
(a lo cual se llama lanzado o casado). las partes de la plancha polimetálica
Este pliego es un rectángulo de papel que ha de imprimir en la mantilla de
en el que, según su tamaño, caben 16, caucho. Este juego de agua/tinta a que
32, 64 o más páginas si responde a un se somete la plancha hace que se inves-
plegado regular y distinto número de tigue continuamente en busca de tintas
páginas si el plegado no es regular. resistentes al contacto con el agua.
El pliego en que se imprime un libro Cuando se acaba la tirada, los plie-
se llama unidad de impresión, la cual gos se llevan al taller de encuaderna-
no coincide necesariamente con la uni- ción, donde serán plegados, alzados,
dad de encuadernación, que es el rec- cosidos y encuadernados con tapa
tángulo impreso por ambas caras que (cartoné) o cubiertos con un papel re-
el encuadernador introducirá en sus sistente o cartulina previamente prepa-
máquinas para plegar y encuadernar. rados (rústica). Ese conjunto de pliegos
215
la bibliología
se puede refilar o desvirar (cortar por cación, ya que, aunque el libro o la re-
los tres lados) para que el libro deje de vista estén editados y encuadernados,
ser intonso y se pueda abrir para ser no estarán publicados hasta que no
leído o contemplado. sean puestos a disposición del público
Una vez completadas estas opera- en un número de ejemplares que, como
ciones, el libro o la revista quedan dice la ley de Propiedad intelectual es-
dispuestos para salir al encuentro con pañola, satisfaga razonablemente sus
su lector. Esta salida supone la publi- necesidades.
216
Segunda parte
Diccionario de materias
Índice de materias
219
Indice de materias
220
Indice de materias
221
índice de materias
222
Indice de materias
223
aa A
225
abreviaturas
una palabra, como poli por policía, pelu entre paréntesis o en citas bibliográficas,
por peluquería. notas, cuadros y esquemas (V. c. 1), pero no
2. GRAFÍA. al correr del texto, salvo que sean imprescin-
2.1. Los abreviamientos se escriben de dibles. Algunas abreviaturas, incluso de las
muy utilizadas en ciertos textos, pueden en
redondo y con inicial minúscula si forman algún contexto prestarse a una interpretación
nombres comunes: errónea, con más razón las que son poco habi-
tuales o están mal formadas. Muchos lectores
poli, pelu, tele, peque, chelo, fago, fax, alelo, carecen de experiencia en la interpretación de
lito, metro, magneto, fonendo, moto, bici, abreviaciones, por lo que debe facilitárseles
mili. la información con los menos tropiezos que
sea posible. Como norma general, los textos
Solamente deben escribirse con cursiva (no ordinarios no deberían contener abreviaturas,
con comillas) los abreviamientos acomoda- salvo si se emplean entre paréntesis o si apa-
ticios y ocasionales. recen en notas, cuadros, citas bibliográficas
2.2. Se escriben de redondo y con inicial o bibliografías. En este caso son corrientes
mayúscula los abreviamientos que al mis- las abreviaturas de palabras como articulo,
mo tiempo son nombres hipocorísticos de capitulo, edición, figura, lámina, libro, pagina,
personas, como tomo, volumen.
226
abreviaturas
abreviatura igual para una palabra distinta. línea, posición en que no debía aparecer por
No obstante, si la palabra tiene consagra- cuanto quedaba separada de su complemen-
da una forma abreviativa, es preferible to (siempre anterior), resolvía el problema
usar esta a cualquier otra. Por ejemplo, la escribiendo la palabra a lo largo, con todas
palabra artículo podría abreviarse en a., sus letras. Sin embargo, en la actualidad,
pero esta voz tiene una abreviatura, art., desde que se introdujo la autoedición (e
que le es propia en su contexto (es decir, incluso antes, con la fotocomposición),
en edición y bibliología, a veces en co- el teclista no controla las peculiaridades
mercio); lo mismo podría decirse de cita- del texto, por lo que el corrector se verá
do, cuya abreviatura reconocida es cit., obligado a corregirla cuando aparezca a
por lo que no es recomendable ninguna principio de línea. Pero basta un leve cam-
otra. bio del contenido (por ejemplo, la adición
2.3. Para que valga la pena realizar la o eliminación de una coma) para que todo
abreviatura, es menester suprimir al menos el texto cambie en su disposición y lo que
tres signos de la palabra que se abrevia. antes era incorrecto sea ahora correcto,
Solo en contados casos puede admitirse una y viceversa. Esta situación, corrigiendo y
abreviatura con una supresión de menos de descorrigiendo sucesivamente, se convierte
tres signos. Sin embargo, no debería usarse en un engorro. La única solución consis-
una abreviatura como vid. (cuatro signos) te en componer siempre la palabra con
para sustituir a vide (cuatro signos); en este todas sus letras: etcétera (así lo hace ya un
caso la abreviatura correspondiente es v. diario como El País, de Madrid), con lo que
‘vide, véase’. El hecho de que se haya usa- el problema desaparece.
do siempre así no debería servir de excusa 3. ESCRITURA TIPOGRÁFICA. La letra
para no rectificar algo que a todas luces es o letras con que se representan en la es-
erróneo o inadecuado. critura una o más palabras se escriben
2.4. Una abreviatura regular o por generalmente de redondo y, en principio,
suspensión (v. §2.1-1) nunca debe acabar con inicial minúscula o mayúscula según
en vocal, como *vé. por véase, ni tampoco que se trate de nombre común o propio,
separar las dos consonantes que preceden a respectivamente:
una vocal si ambas consonantes son tauto-
silábicas (pertenecen a una misma sílaba); admon., art., arts., p., pp., EE. UU., JJ. MM.,
por ejemplo, la abreviatura correcta de Udes.
explosión es expl., no exp. Sí pueden acabar
en vocal las abreviaturas convencionales 4. PUNTO ABREVIATIVO.
(v. §2.1-2). 4.1. En español, todas las abreviatu-
2.5. Algunas abreviaturas que se em- ras deben llevar punto, llamado punto
plean normalmente en notas y citas biblio- abreviativo. Esta norma no rige con igual
gráficas deben escribirse con todas sus letras imperativo en otras lenguas, como inglés
si comienzan texto; por ejemplo, no se debe o francés. En inglés se hace amplio uso no
escribir V. M. Seco, porque parece que se solo de las abreviaturas sin punto, sino tam-
trata de un nombre, sino Véase M. Seco. bién sin espacios cuando hay más de una
2.6. La abreviatura etc., prácticamente (en abreviaturas compuestas); por ejemplo,
la única que se empleaba sistemáticamente en las bibliografías y trabajos semejantes,
en textos españoles, debe dejar de utilizar- las letras con que se abrevian los nombres
se debido a las peculiaridades de la grafía de pila de los autores se escriben juntas y
tipográfica en autoedición. En efecto, con sin punto:
la composición manual y en linotipia o
monotipia, el control de los accidentes de Kennedy, PT; McQuinn, JE.
la composición correspondía al compositor,
de tal manera que este, cuando observaba En francés llevan punto las abreviaturas
que la abreviatura iba a caer a principio de regulares o por suspensión (v. §2.1-1):
227
abreviaturas
chap. chapitre ‘capítulo’, Vol. volume ‘Volu- los tratamientos, pese a que escritos a lo
men’, largo llevan minúscula inicial: ud. ‘usted’,
5. M. ‘su majestad’, Rvdo. ‘reverendo’.
pero no lo llevan las abreviaturas conven-
Por razones tradicionales, se escriben con
cionales (v. §2.1-2):
inicial mayúscula otras abreviaturas como
Mme madame ‘señora’, Cie compagnie ‘com- N. B. ‘nota bene’, P. D. ‘posdata’, V.° B.°
pañía’, bd boulevard ‘bulevar’, fg faubourg ‘visto bueno’, P. P. ‘porte pagado’, P. V. P.
‘suburbio’. ‘precio de venta al público’, 5. R. C. ‘se
ruega contestación’ y otras. En otros casos
4.2. En las abreviaturas con una parte se admite la escritura con mayúscula o con
voladita, el punto abreviativo se coloca minúscula, indistintamente, y entonces
antes de esa parte voladita: M.a, no *Ma ni es preferible utilizar la minúscula: p. a. o
*Ma.; de igual manera, la forma correcta P. A. ‘por autorización’ (mejor, con todo,
de abreviar doña es D.a, no *Da ni *Da. P. a., puesto que siempre empieza después
(con punto exterior). Es también incorrecto de punto), q. D. g. o Q. D. G. ‘que Dios
eliminar el punto abreviativo y escribir con guarde’ y otras.
letra normal la que debe ser voladita: *Ma 6. GÉNERO. En el párrafo 6.1.6, página
(María), *Da (doña). 95, de la ole 99, la Academia establece una
4.3. Teniendo en cuenta la norma an- extraña norma que dice: «El femenino de
terior, las abreviaturas de números deben las abreviaturas puede formarse añadiendo
llevar el punto abreviativo y además colo- una a, volada o no. Ejemplos: Sr.a o Sra.
cado antes de la letra voladita: 1.a, 2.°, 3.er, (por señora), Dr.a o Dra. (por doctora)». Se-
4.°. Omitir este punto abreviativo, como gún las normas de abreviación (v. § 2.1-2b,
suelen hacer algunos, no solo es ortográfi- anteriormente), las abreviaturas convencio-
camente incorrecto (las abreviaturas deben nales obtenidas por contracción mantienen
llevar punto), sino que puede introducir un las letras primera y última, como en Sr., Dr.
elemento de confusión en el mensaje; en por señor, doctor, respectivamente (a veces
efecto, no es lo mismo 4.° (cuarto) que 4° las dos últimas, como en Cía.) o la primera
(cuatro grados). letra y la última sílaba, como en gdor. por
4.4. En su ole 99, la Academia intro- gobernador, Excmo. por excelentísimo.
duce, en alternancia con las normales, las Pues bien: según la Academia, cuando se
voladitas subrayadas (a o), letras inexistentes conserva la inicial y la consonante final
en las pólizas modernas (se pueden obtener (caso de Sr., Dr.), el femenino puede formar-
subrayando las letras y después convirtién- se con la última letra voladita o normal. Así,
dolas en voladitas, como se ha hecho aquí), para la Academia son correctas las formas
por lo que parece absurdo retroceder en el Sr.a o Sra., Dr.a o Dra. Ninguna norma del
tiempo y elegir una grafía que necesaria- español escrito puede amparar esa grafía en
mente hay que abandonar. la que se descoyunta la última sílaba para
5. MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS. Las presentar, sin ninguna razón, la cabeza de la
abreviaturas de palabras escritas con inicial sílaba al nivel normal de escritura y la coda
minúscula se escriben normalmente con en forma voladita. Eso no tiene sentido en
inicial minúscula, y las de palabras escritas la grafía de las abreviaturas en español. La
con inicial mayúscula se escriben con inicial Academia olvida que lo que está haciendo
mayúscula; por ejemplo, pról. por prólo- es obtener las abreviaturas respectivas de
go, J. C. por Jesucristo. Sin embargo, esta palabras femeninas como señora y doctora
norma presenta muchísimas excepciones, (no está estableciendo la forma femenina
sobre todo en el sentido de escribir con de abreviaturas masculinas como Sr. o Dr.,
inicial mayúscula muchas abreviaturas de sino la abreviatura de palabras como señora
palabras o sintagmas que se escriben con y doctora), las cuales, siguiendo el método
inicial minúscula. Por ejemplo, se escriben de la contracción, son Sra. y Dra. Es decir,
con inicial mayúscula, sin excepción, todos respectivamente la primera letra y la última
228
abreviaturas
sílaba de las palabras femeninas cuyas abre- es *pt., sino pta. (ni la palabra es *pesets,
viaturas queremos obtener. Sin embargo, sino pesetas). Cuando la abreviatura con-
obsérvese que sí es correcta la abreviatura vencional acaba en consonante, el plural
de directora como dir.a (la Academia, en el se forma añadiendo el morfema -es: de
DRAE01, escribe Dir.a, pero no es exacto: admón. ‘administración’, admones.; así
la palabra directora no es un tratamiento pues, el plural de pta. no es *pts., como
[que es lo que justifica la mayúscula de Sr. dice la Academia en su Ortografía (1999:
y Dr.], sino el nombre de un cargo, por lo 96), sino ptas., e igualmente el de Ud. no
cual debe escribirse con minúscula inicial). es, como asegura la misma fuente, * Uds.,
En efecto, esta abreviatura no se obtiene sino Udes. Lo que se abrevia, en uno y otro
por contracción, sino por apócope, lo cual caso, es pesetas y ustedes, respectivamente,
permite escribir la primera parte de la no *pesets ni *usteds.
grafía con letra normal y después, al ha- 7.2. En algunos casos, sobre todo cuan-
cer el femenino, marcarlo con la última le- do los elementos del contexto dejan claro
tra en posición voladita, como se hace con que se trata de un plural, puede utilizarse
prof.a ‘profesora’. Es decir, que el género la abreviatura singular con ese valor, como
de las abreviaturas se obtiene de manera en pág. 25-27, o bien 236 pág., donde se ve
distinta si se trata de una por apócope que se trata de más de una página. Sin em-
(regular o por suspensión) (que se forma bargo, debido a las vacilaciones que puede
añadiendo el femenino, como en deleg.a ‘de- provocar en el lector, y por mantener cohe-
legada’), que si se trata de una obtenida por rencia interna del sistema (abreviaturas en
contracción, como las vistas anteriormente. plural siempre que se abrevie una palabra
7. PLURAL. en plural), es mejor emplear las abreviaturas
7.1. Las abreviaturas admiten general- que corresponden al plural: págs. 25-27, o
mente la forma de plural cuando se aplican bien 236 págs.
a una palabra en plural; por ejemplo, pags. 8. DIVISIÓN A FIN DE LÍNEA.
o pp. por páginas, sigs. o ss. por siguientes, 8.1. En contra de lo que se ha dicho
ff. cc. por ferrocarriles, VV. A A. por vues- más de una vez en textos normativos,
tras altezas. A veces resulta problemática una abreviatura puede dividirse a final de
la adición de la forma de plural en las línea siempre que su estructura lo permita.
abreviaturas por suspensión, especialmen- Como en español las palabras se dividen
te debido a que el lugar en que se da la por sílabas, las abreviaturas solo pueden
moción de plural es precisamente la parte dividirse si tienen más de una; por ejemplo,
suprimida. Incluso puede llegar a producir se puede dividir admón. (ad- / món.), pero
confusión en algún caso; por ejemplo, no se puede dividir impr. porque no tiene
bols. puede ser abreviatura de boletines y más que una sílaba.
de bolsillo. Sin embargo, si el contexto es- 8.2. Las abreviaturas que constan de más
clarece cuál es la palabra abreviada, puede de un término no pueden separarse a final
emplearse el plural. Cuando la abreviatura de línea; por ejemplo, no se debe separar
se expresa con solo la inicial de la palabra 5. / M. ni tampoco la abreviatura del térmi-
(abreviatura convencional), el plural se no de que depende: S. M. / el rey.
indica duplicando esa inicial, ambas en 9. ALFABETIZACIÓN.
mayúsculas y con un solo punto: A. ‘alteza’ 9.1. Las abreviaturas simples, formadas
y AA. ‘altezas’, SS. MM. ‘sus majestades’, por un solo término, no ofrecen, en princi-
JJ. OO. ‘Juegos Olímpicos’, CC. OO. pio, mayores problemas de alfabetización.
‘Comisiones Obreras’. En las abreviaturas 9.2. Las abreviaturas formadas por dos
convencionales que acaban en vocal, el o más términos pueden alfabetizarse por
plural se indica tras esta vocal: de Srta. palabras (alfabetización discontinua) o
‘señorita’, la forma plural es Srtas.; de pta. por letras (alfabetización continua). Dada
‘peseta’, el plural es ptas. La abreviatura la naturaleza de las abreviaturas, es reco-
*pts. es incorrecta porque el singular no mendable la primera forma, con objeto de
229
accidentes geográficos
que todas las abreviaturas que tengan la de abreviaturas latinas como et al. por y
misma forma en la palabra inicial queden otros, q. v. ‘quod vide’ por v. ‘véase’, vid.
juntas. Un ejemplo de la alfabetización por ‘vide’ por v. ‘véase’, etcétera. De hecho, solo
palabras: la grafía de los símbolos es internacional y,
por ende, invariable. Las abreviaturas o los
P. D. posdata símbolos no internacionales deben traducir-
p. ej. por ejemplo se a su forma en español.
p. o. por orden 11. → ABREVIACIONES.
p. p. por poder
pág. página accidentes geográficos
pbro. presbítero 1. DEFINICIÓN. Los accidentes geográfi-
ptas. pesetas. cos son los elementos naturales de un lugar
que dan a este su configuración geográfica.
He aquí cómo quedaría la alfabetización 2. GRAFÍA.
por el sistema continuo o por letras: 2.1. Los nombres comunes o genéricos
de los accidentes geográficos se escriben de
pág. página redondo y con inicial minúscula:
pbro. presbítero
P. D. posdata angostura, cañada, cañón, desfiladero, gargan-
p. ej. por ejemplo ta, pico, monte, promontorio, meseta, arroyo,
p. o. por orden río, lago, cabo, bahía, catarata.
p. p. por poder
ptas. pesetas.
2.2. Se escriben de redondo y con inicial
El primer sistema, en el que cada abrevia- mayúscula los nombres específicos de los
accidentes geográficos:
tura equivale a una palabra (se considera
independientemente de las demás), es pre-
cabo de Gata
ferible por su claridad.
gran cañón del Colorado
9.3. Para facilitar la tarea, al alfabetizar
cataratas del Niágara
abreviaturas debe prescindirse de los signos bahía de Cádiz.
(cualquiera que sea la posición que en ellas
ocupen), así como las partes voladitas (to- 3. ALFABETIZACIÓN.
dos los cuales, naturalmente, permanecen nombres de los
3.1. Al alfabetizar los
en su lugar, pero no se tienen en cuenta a accidentes, el nombre común o genérico
la hora de alfabetizar tales abreviaturas). se pospone al propio o específico. Por
Por ejemplo, ejemplo,
p. página Cádiz, Bahía de
p.a para Colorado, Cañón del
P. padre (sacerdote) Gata, Cabo de
Niágara, Cataratas del.
se alfabetizan como si p.a se hubiera escrito
p. Al situarlas en la lista, primero se colo- 3.2. Cuando constituyen el nombre de
can las formas más simples y después las un topónimo urbano (calle, plaza, avenida,
más complejas dentro de su propia grafía paseo, etcétera), se alfabetizan tal como
(por eso p.a aparece antes que P.). En este figuren en la respectiva placa, posponiendo
sentido, debe tenerse en cuenta que al alfa- el nombre común o genérico:
betizar abreviaturas, las grafías más simples
preceden a las más complejas. Bahía de Cádiz, Calle de la
10. TRADUCCIÓN. En los textos en espa- Cabo de Gata, Avenida del
ñol deben utilizarse abreviaturas españolas, Cañón del Colorado, Paseo del
siempre que sea posible. Por ello debe huirse Cataratas del Niágara, Plaza de las.
230
acento
231
acento
232
acento
ejemplo: Dijo que esta mañana vendrá. que habría que decir es que tal ambigüedad
Ha tenido que recurrir la Academia a un no existe y, por lo tanto, la tilde sobra. Ese
ejemplo casi imposible (en la realidad na- mismo ejemplo podría haberse resuelto
die se expresa así) para justificar que existe así: Dijo que, esta, mañana vendrá. Como
algún hipotético caso en que la tilde sea este empleo de las comas es innecesario en
defendida por razón de ambigüedad. Lo la mayor parte de los casos, se demuestra
233
acontecimientos históricos
que no es preciso emplear tilde alguna. esos medios no lo supiera, de nada habría
4.2. O. Dice la Academia, en la Orto- de servirle un signo, la tilde, que incluso
grafía de 1999 (p. 49): «La conjunción podría estar mal aplicado. Por lo demás, en
disyuntiva o no lleva normalmente tilde. el Diccionario (1992) la Academia admite
Solo cuando aparece escrita entre dos cifras la alternancia sólo/solo, lo cual quiere decir,
llevará acento gráfico, para evitar que se como en las restantes alternancias acentua-
confunda con el cero. Así, 3 ó 4 no podrá les, que podemos elegir una cualquiera de
tomarse por el número 304». No existe las dos, sin plantearnos otras cuestiones.
tal riesgo; en primer lugar por el propio Escribamos, pues, solo.
contexto; por ejemplo, podemos decir que 5. ERRORES DE ACENTUACIÓN. También
en el puerto de Barcelona hay 3 0 4 buques son fuente de problemas ciertas palabras
de guerra (que habría que escribir tres o que en las publicaciones oficiales de la
cuatro) y seguro que nadie interpretará Academia aparecen con una grafía que no
que hay 304 buques de guerra; en segundo parece aceptable, a la luz de sus propias
lugar porque la o y el O (cero) impresos son normas. Considérense las del cuadro A1,
netamente distintos y nadie interpretará acerca de las cuales el escritor debe tomar
3 o 4 como 304; en tercer lugar porque una decisión.
en 3 o 4 existen espacios separadores, mien-
tras que estos faltan en 304. (A mayor abun- acontecimientos históricos
damiento, esa expresión debería escribirse 1. Definición . Resulta difícil delimitar
con letra, como se apunta antes, por dos el sintagma acontecimiento histórico, por-
razones: se trata de una cifra dubitativa y que los que se han dado, se dan y se darán
está formada por números dígitos; así pues, son incontables y de todo tipo. Se tratarán,
independientemente de cómo se escriba la o por consiguiente, aquellos acontecimientos
cuando se usa esa grafía, debería escribirse que no tengan una entrada específica en
tres o cuatro.) Por todas estas razones, esta obra.
debe cambiarse la doctrina académica, bien 2. GRAFÍA.
suprimiéndola, bien restringiéndola a lo 2.1. Los nombres de los acontecimientos
manuscrito y cuando de la propia escritura históricos, en general, se escriben de redon-
o del contexto pudiera temerse peligro de do y con inicial mayúscula en sustantivos
confusión. En todos los demás casos es una y adjetivos:
norma perturbadora e innecesaria.
4.3. Solo. Dice la Academia (Ortografía la Revolución Cultural
de 1999, § 4.6.4a, p. 50): «La palabra solo la Semana Trágica
puede funcionar como adjetivo o como la Semana Roja
la Liberación (1944)
adverbio. [...] Cuando quien escribe per- la Primavera de Praga
ciba riesgo de ambigüedad, llevará acento Mayo del 68.
ortográfico en su uso adverbial». La norma
es inútil, porque resulta prácticamente 2.2. En algunos casos se escriben con
imposible que la utilización de solo sea inicial minúscula en sustantivos y adjetivos:
anfibológica: ¿no habrá un contexto que
nos diga claramente en qué sentido está la querella de las investiduras.
empleada la palabra? Las palabras no se
usan aisladamente, sino arropadas por 3. Consideramos también aquí aconteci-
otras que forman su contorno y las dotan mientos históricos aquellos que se refieren a
de su sentido exacto. Por otro lado, ¿cómo la vida de Cristo y la Virgen y que tradicio-
saber si en determinado contexto la no atil- nalmente, por antonomasia, se han escrito
dación de la o es o puede ser ambigua para con inicial mayúscula, especialmente en
un lector? Siendo así las cosas, tildar solo ciertas obras religiosas o pictóricas para
es superfluo, ya que el lector, con tilde o sin referirse a los temas representados en los
ella, sabe a qué se refiere la palabra, y si con cuadros y reproducciones, así como a los
234
acotaciones
235
acrónimos
236
adjetivos
ción de una hilera de guiones; actualmente, culturales que un escritor concibió en otra
los escritos informáticos pueden justificarse, lengua y otra cultura. Sabemos que se adaptan
con lo que resulta innecesaria la hilera los antropónimos y los topónimos en algunos
de guiones. Fuera de este uso, tal costum- casos, pero quien no haya Vertido nunca un
texto de una lengua a otra no sabrá que en
bre, aplicada a cualquier tipo de escritu- otros muchos casos el traductor ha de recurrir
ra, se considera incorrecta (despectiva- a la adaptación de refranes, dichos, denomina-
mente, se le llama el guión de las mecanó- ciones (frutas, árboles, fiestas, celebraciones,
grafas). etcétera). En muchos casos los innumerables
3. → DOCUMENTOS. problemas que se plantean solo pueden resol-
verse mediante las obras de consulta.
actos
1. DEFINICIÓN. Un acto es una parte de 2. → LIBROS.
una obra teatral cuando esta se ha dividido
en varias partes. adjetivos
2. GRAFÍA. 1. Definición . Un adjetivo es una
2.1. Los actos suelen numerarse con palabra, sintagma o frase que acompaña
cifras romanas: al nombre para calificarlo o añadir algún
accidente.
acto ii, acto iii. 2. GRAFÍA.
2.1. Los adjetivos pueden adoptar
Sin embargo, siempre que se pueda, es grafías diversas en relación con su letra
preferible escribirlos con cifras arábigas: inicial, que en unas denominaciones se
acto 1.°, acto 2.°. escribe con mayúscula y en otras con mi-
núscula. Por ejemplo, en los topónimos,
2.2. No obstante, como regla general, se escribe con mayúscula si el adjetivo
la reproducción de la numeración de los forma parte del nombre propio, como en
actos de una obra se hará conforme figuren Australia Oriental y Australia Occidental,
en el original. nombres de dos estados australianos, así
3. → OBRAS DE TEATRO. como en Nilo Azul, Volta Blanco, Volta
Negro, ríos africanos. Sin embargo, cuan-
acuerdos do el adjetivo solo se utiliza para situar la
1. DEFINICIÓN. Un acuerdo es un parte de un país a la que nos referimos o
convenio entre dos o más partes y el do- de la cual decimos algo, ese adjetivo se
cumento en que consta. escribe con minúscula, como en
2. GRAFÍA. Los nombres oficiales de
los acuerdos se escriben de redondo y la Alemania meridional
con inicial mayúscula en los sustantivos la España septentrional
y adjetivos: la Francia oriental
la Europa central
Acuerdos de París (1954). el Imperio portugués.
237
advocaciones
238
advocaciones
239
advocaciones
240
advocaciones
241
aeronaves
Nota. Los códigos ofrecidos en este cuadro son los establecidos por la IATA (International AirTansport
Association ‘Asociación Internacional del Transporte Aéreo’). La oaci (Organización de Aviación Civil
Internacional, de la onu ) emplea otros códigos de cuatro letras. Por ejemplo, el correspondiente a Ma-
drid es LEMD).
242
alemán
xh = / inglesa estos signos deben adecuarse a los usos de
zh = / francesa (como en jambe, agé). nuestra lengua.
1.5. Dígrafos, trígrafos y tetrágrafos. En
aleaciones alemán se dan los siguientes, con sus equi-
1. DEFINICIÓN. Las aleaciones Son valencias fonéticas:
Sustancias que se obtienen incorporando,
generalmente por fusión, uno o más ele- ch = j después de a, au, o, ou; j palatal, casi sh,
mentos a un metal. después de a, e, i, o,u o consonante
2. GRAFÍA. Las aleaciones se especifican chs = ks
con cifras porcentuales: dsch = j inglesa
ll=l
La letra tipográfica se compone de 85 % de ph = f
piorno, 12 % de antimonio y 3 % de estaño. qu = ku
sch = sh
ss = s
alegorías tsch = ch
→ PERSONIFICACIONES.
tz = ts.
243
alfónimos
combinaciones siguientes: bl, dl, gl, kl, 3.2.2. Las partículas de nombres que co-
pl, tl; dr, gr, tr; ny, gn. rrespondan al neerlandés usadas en alemán
se alfabetizan como en alemán.
3. ANTROPÓNIMOS. 3.2.3. Las partículas de apellidos que no
3.1. Alfabetización. En la alfabetización son alemanes ni neerlandeses se alfabetizan
de antropónimos alemanes se debe tener según la lengua de procedencia:
en cuenta que en Alemania el prenombre
suele ser simple, pero también se dan casos Motte Fouqué, K. de la.
de prenombre doble, unidos con guión o
separados: alfónimos
1. DEFINICIÓN. Entendemos por alfóni-
Christoph Strauss mo la palabra formada por la yuxtaposi-
Johann Sebastian Bach ción del nombre de las letras iniciales de
Karl Arnadeus Hartrnann una denominación.
Heinrich-August Marschner
2. GRAFÍA.
Karl Friedrich Steinrnetz.
2.1. Los alfónimos se escriben de redon-
3.2. Partículas. do y con inicial minúscula o mayúscula
3.2.1. Los antropónimos alemanes según que se trate de un nombre común o
pueden estar relacionados por partículas adjetivo o un nombre propio, respectiva-
como mente. Entre los alfónimos, nuestro idioma
cuenta con voces como
von, van, Vorn, Arn, Zurn, Zur.
becegé (de bcg ‘bacilo Calrnette-Guérin’)
cegesimal (de cgs ‘centímetro, gramo, se-
La partícula von (que a veces adquiere la gundo’)
forma von der en apellidos procedentes del checa (de las letras ch y k del ruso Chrezvichai-
neerlandés) se escribe en alemán siempre nais Komissia ‘Comisión Extraordinaria’,
con inicial minúscula, incluso cuando se que ha quedado como sinónimo de «local
menciona aisladamente con su apellido: donde se tortura»)
von Stem. En español, por aplicación de la dedeté (de DDT‘diclorodifeniltricloroetano’)
norma propia (→ ESPAÑOL, § 3.2), se suele elepé (de LP, del inglés long play ‘disco de
larga duración’)
escribir con inicial mayúscula, Von Papen, penene (de PNN ‘profesor no numerario’)
pero debe preferirse la grafía con minúscu- tebeo (de tbo , revista de historietas).
la, puesto que estamos utilizando una forma
de un idioma extranjero. En cualquier caso, 2.2. El procedimiento da lugar a la apa-
debe unificarse la grafía en una misma uni- rición de grafías que no respetan las reglas
dad textual (y si es en todas las unidades morfológicas del español; por ejemplo,
textuales producidas por un autor o una
entidad, mejor). En la alfabetización, las GeCe (Giménez Caballero)
partículas von y van se posponen: JotaBé (Jiménez Blanco).
244
alias
A veces la palabra alias se abrevia en la Cuba recibe los restos de Che Guevara con
forma (a), que se escribe de redondo: honores de héroe nacional
Mantequilla Nápoles ha perdido su último
combate.
Antonio García, (a) el Tuerto
Francisco Ríos, (a) el Pernales.
3.Alfabetización .
2.3. El alias también puede aparecer 3.1. Cuando los alias se añaden al nom-
detrás del nombre propio entre paréntesis; bre y apellido(s), se alfabetizan por el ape-
en este caso recibe la misma grafía que en llido, pero debe abrirse una entrada secun-
el apartado 2.2 anterior: daria por el alias con envío al apellido:
245
almanaques
246
anexos
Mistral, Gabriela
nornoroeste norte nornoreste
Yourcenar, Marguerite. aquilón
noroeste bóreas noreste
Se puede hacer una entrada por el nombre cauro cierzo brisa
verdadero, con remisión al alónimo: coro tramontana gregal
galerna mistral
maestral
Crayencour, Marguerite: v. Yourcenar, Mar- cecias
guerite
oesnoroeste estenoreste
Daniélovic Demsky, Yssur: V. Douglas, Kirk
lesnoreste
García Sarmiento, Félix Rubén: V. Darío,
Rubén
Godoy, Lucila: V. Mistral, Gabriela. oeste este
poniente levante
4. → ANTROPÓNIMOS; SEUDÓNIMOS. céfiro oriente
euro
solano
anemónimos
1. Definición . Se llaman anemónimos
oesuroeste estesureste
las palabras con las que se da nombre a
los vientos.
2. GRAFÍA. suroeste sureste
2.1. Los nombres de los vientos se escri- garbino siroco
lebeche sur jaloque
ben de redondo y con inicial minúscula: austro
ábrego
el Viento del norte sursuroeste vendaval sursureste
los alisios
el ábrego Fig . A1. La rosa de los Vientos
Viento de bolina
el maestral
el terral
el aquilón ábrego
el bóreas alisios
el céfiro bolina, Viento de
el cierzo norte, Viento del
el mistral terral.
el simún
el siroco 4. → PUNTOS CARDINALES.
el solano.
anexos
2.2. Los nombres de vientos personali- 1. DEFINICIÓN. Llamamos anexo al
zados se escriben con inicial mayúscula: conjunto de documentos, estadísticas, grá-
ficos, cuadros, ilustraciones o textos de los
las caricias de Céfiro. cuales no suele ser autor el de la obra en que
se insertan, generalmente al final de ella.
2.3. La palabra que indica la dirección 2. GRAFÍA.
de la cual sopla un viento se escribe con 2.1. Los títulos de las diversas partes de
inicial minúscula: un anexo se numeran preferiblemente con
Viento del norte cifras arábigas, aunque a veces aparecen
el estesureste numerados con cifras romanas.
el gallego. 2.2. En la reproducción de la numera-
ción de los anexos en una fuente distinta,
3. ALFABETIZACIÓN. Los nombres de debe respetarse la grafía que tengan en el
los vientos se alfabetizan por su palabra original, sea arábiga o romana.
específica, posponiendo la palabra Viento 3. → APÉNDICES; CAPÍTULOS; ESCRITOS;
cuando intervenga: TÍTULOS.
247
ángeles
248
antenombres
propio se escriben de redondo y con inicial Cuadro A3. Aplicación de los antenombres
mayúscula (→ ADJETIVOS, § 2.4):
beato, beata, san, santo, santa. Venerable: pre-
calle de San Fulgencio ceden al prenombre o nombre de pila, a Veces
avenida de Fray Junípero Serra seguido de apellido o lugar de procedencia:
San Antonio de la Florida beato Juan de Ávila, san Francisco de Asís,
Fray Bentos (Uruguay) san Antonio María Claret, santa Clara, santo
Fray Mocho (seudónimo de José Sixto Ál- Tomás, santa Cecilia, venerable Miguel Rúa
varez)
Fray Candil (seudónimo de Emilio Boba- don, doña: se antepone al nombre: don Antonio,
dilla) dona Juana, o al conjunto nombre + apellido(s):
Beato de Liébana. don Antonio García, dona Isabel García Pérez,
no al apellido solo: *don García, *doña Pérez
2.4. Los antenombres de origen extran-
jero se escriben de redondo: fray, sor, hermano, hermana, padre, madre,
mosén: se anteponen al nombre propio, solo
mister Robson o seguido de apellido o lugar de procedencia:
miss Elisabet fray Anselmo, fray Gerundio de Campazas,
dom Giovanni sor María, sor Juana Inés de la Cruz, herma-
signorina Isabella no Francisco, hermana Mercedes, padre Juan
madame De Stael (a Veces, seguido de un sustantivo común:
monsieur Charles. padre prior), madre Ana (a Veces, seguido de
un sustantivo común: madre abadesa), mosén
→ Los antenombres extranjeros empleados Cinto Verdaguer
en español deben escribirse con la grafía que
sea propia del respectivo idioma. Así, mister señor, señora: se antepone a apellidos: señor
sin tilde como en inglés y Frau con inicial García, no a nombres, Vayan solos o con ape-
mayúscula como en alemán. Se presenta aquí llidos: *señor Juan, *señor Manuel Ortúzar
un problema de coherencia: en inglés también (solo familiarmente puede aceptarse cuando
se escriben con inicial mayúscula los antenom- se antepone al nombre de pila: señor Juan).
bres: Mister, Miss. Sin embargo, las palabras Sí es correcta la formula señor don Manuel
mister y miss, así escritas (con inicial minús- Ortúzar
cula, pero de redondo), son muy comunes en
la literatura española, especialmente en la
traducida, mientras que no se da este caso con limitarse a estos casos; las demás abreviaturas
los antenombres alemanes. Tal vez por esta de antenombres están prohibidas en texto
razón se aceptan los antenombres alemanes seguido, salvo entre paréntesis o en cuadros
con inicial mayúscula y no se hace así con los o esquemas.
antenombres ingleses. De más está decir que
en español solo deben emplearse en los casos
3. APLICACIÓN. En el uso español
en que lo exija la ambientaeion de un relato.
Los tratamientos ingleses mister y mistress se se aplican tal como se indica en el cua-
usan abreviados en inglés (Mr., Mrsd. En espa- dro A3.
ñol, cuando no resulte pertinente traducirlos 4. ABREVIACIÓN. Los antenombres pue-
(v. § 6.1), deberían usarse, como los restantes den abreviarse al pie de los escritos, entre
tratamientos, con todas sus letras: mister Ken- paréntesis, en los cuadros o tablas y en
nedy, mistress John Kennedy. Sin embargo, el casos similares cuando precedan inmedia-
hecho de que la palabra mistress, escrita con tamente al nombre, apellido o cargo, pero
todas sus letras, tenga en inglés connotaciones no en texto seguido, donde deben escribirse
peyorativas (se aplica a la amante o querida),
aconseja escribir siempre, incluso en texto
con todas sus letras (v. c. A4). Obsérvese
seguido, la abreviatura Mrs., como en inglés, que las abreviaturas de antenombres se
y, en consecuencia, para mantener un micro- inician con mayúscula, lo mismo que los
sistema coherente, debe escribirse también tratamientos.
Mr. por mister, aunque en este caso no tenga 5. ALFABETIZACIÓN.
la misma justificación. Pero la excepción debe 5.1. Los antenombres no encabezan
249
antonomasia
Cuadro A4. Abreviaturas de los antenombres sos como estos (especialmente en lo relativo
a don Juan Tenorio) deberían alfabetizarse
beato, beata: B., Bto., Bta. (pl., BB., comenzando por don, no se ve razón para
Btos., Btas.) ello, ni es esperable que alguien los buscase
don: D. así en un orden alfabético. Incluso en el
doña: D.a caso de que se escriba sistemáticamente
fray: Fr.
frey: Fr.
Don Juan en lugar de don Juan, la grafía
hermano, hermana: H. (pl., HH.) en un orden alfabético debe comenzar por
madre: M. (pl., MM.) el nombre propio, y la palabra don, aun
mosén: Mn. escrita con mayúscula, debe posponerse,
padre: P. (pl., PP.) como en los nombres ordinarios se pospo-
san: S. nen los prenombres.
santo, santa: Sto., Sta. (pl., Stos., Stas.) 6. TRADUCCIÓN.
señor: Sr. (pl., Sres.) 6.1. En principio, losantenombres deben
señora: Sra. (pl., Sras.) traducirse al español, sustituyéndolos por
sor (no tiene)
Venerable: Ven. (pl., Vens.). sus equivalentes en nuestra lengua: señor,
señorita, señora:
el señor Clinton
nunca una ficha de orden alfabético, salvo la señora Thatcher.
que se utilicen como nombre propio (por
ejemplo, como apellido [José de San José], Sin embargo, en algunos casos, especial-
nombre de calle o topónimo) (v. §2.3). mente en la novela y el teatro, para mante-
5.2. Los antenombres que se aplican ner el ambiente original pueden respetarse
como tratamiento religioso (santos, beatos en su lengua los antenombres.
y venerables) se alfabetizan por el nombre 6.2. Los alemanes suelen escribirlos con
de pila más los determinativos que even- mayúscula (Herr, Frau, Frdulein), grafía que
tualmente lleven (apellidos, topónimos, debe respetarse en español. El tratamiento
etcétera), seguidos, tras coma, del ante- inglés esquire se abrevia en Esq. y se coloca
nombre: después del nombre propio:
Angélico, Fra Richard Burton, Esq.
Antonio, San
Antonio Abad, San Tratamientos como lord, lady, sir, miss
Francisco de Asís, San deben escribirse con minúscula en textos
Giovanni da Fiesole, Fra españoles:
Luis Gonzaga, San
Luis de León, Fray lord Kelvin
Miguel Rúa, Beato lady Diana
Teresa, Santa. miss Trenton
sir Anthony Eden,
(→ FRAILES Y MONJAS, § 3.)
5.3. Los antenombres que se aplican aunque en inglés suelen escribirlos con
como tratamiento civil se alfabetizan por mayúscula inicial.
el nombre de pila, pero generalmente no se 7. → ADJETIVOS; ANTROPÓNIMOS; FRAI-
utiliza el tratamiento, que se ignora, salvo LES Y MONJAS; TÍTULOS DE DIGNIDAD;
personajes históricos que se conocen con TRATAMIENTOS.
su tratamiento:
Juan, Don
antonomasia
→ NOMBRES ANTONOMÁSTICOS.
Quijote, Don
Rodrigo, Don.
antropónimos
Aunque algunas personas opinan que en ca- 1. Definición . Llamamos antropó-
250
antropónimos
nimo al nombre propio de cada persona. 3.1. Los nombres de pila suelen abre-
2. GRAFÍA. viarse en algunos casos. En general, en
2.1. Los nombres propios de persona que un escrito (por ejemplo, en un artículo de
normalmente se componen de nombre de pila periódico, en una crónica o entrevista) pri-
y uno o más apellidos se escriben de redon- mero se citan por entero el nombre de pila y
do y con iniciales mayúsculas en las pala- los apellidos, para posteriormente abreviar
bras consideradas significativas o propias: el nombre o bien utilizar solo el apellido.
(→ CRIPTÓNIMOS.) Esta costumbre, que se
Antonio Sánchez llama abreviación del sintagma, se pone en
Antonio Sánchez García práctica especialmente en los periódicos, en
José de Lope Corredor los artículos de revistas y en los tratamien-
Juan Corredor de Lope tos enciclopédicos de los diccionarios enci-
Marcelino Menéndez y Pelayo. clopédicos y enciclopedias. Por ejemplo, en
esos casos es normal mencionar a Franklin
2.2. Los nombres de pila españoles no Delano Roosevelt la primera vez que se le
presentan especiales dificultades de gra- mencione, pero después, según el contexto,
fía. Normalmente se escriben tal como se se puede escribir Franklin D. Roosevelt, F.
pronuncian, con alguna diferencia entre el D. Roosevelt, Roosevelt o fdr . Tanto en
español europeo y el hispanoamericano. español como en los demás idiomas, es más
Por ejemplo, el Óscar del español europeo, común abreviar los nombres de pila, gene-
palabra llana, es el Oscar de Hispanoaméri- ralmente solo con la inicial o con las dos
ca (especialmente de la Argentina), palabra primeras letras. Si el prenombre es doble y
aguda. Lo mismo sucede con Ciríaco, grafía masculino, del tipo José Antonio, Juan José,
llana en España, y* Ciríaco, habitual en lo normal es abreviar los dos o el segundo,
Hispanoamérica. La escritura de Lourdes pero no es habitual abreviar el primero;
(grafía que hay que considerar francesa) y así, José A., Juan J., pero no J. Antonio, J.
Lourdes o incluso Lurdes, las tres posibles, José. Sin embargo, si es femenino, se puede
dependerá de quien use el nombre. Como abreviar el primero o el segundo; por ejem-
es natural, la grafía más correcta de las tres plo, María del Carmen y María Antonia
será la elegida por quien tiene ese nombre. pueden abreviarse como M.a del Carmen,
En unos pocos casos se dan alternancias M.a Antonia o como María del C. y María
acentuales en nombres muy poco usados; A. Aunque cualquier nombre de pila podría
por ejemplo, Eliseo/Elíseo, Epifania/Epifa- abreviarse solo con la inicial (o con las dos
nía, Lucio/Lucío (v. cuadro A5). primeras letras si se trata de un dígrafo
2.3. La forma que adoptan los nombres como ch o //), normalmente se procura que
de pila en español no indica siempre y nece- en una misma unidad textual cada nombre
sariamente a priori, aunque sí en la mayor se abrevie de forma distinta, con objeto
parte de los casos, el sexo de la persona. Por de que no se preste a confusión. En algún
ejemplo, Carmen, Patrocinio, Guadalupe, caso tal vez sea conveniente renunciar a la
Loreto, Rosario, Cruz, Trinidad, Reyes, abreviación para mantener la claridad, por
Práxedes, Onofre, Refugio y aun otros la coincidencia en un mismo contexto de
nombres tradicionalmente considerados varios nombres con la misma inicial.
femeninos son propios también de hom- 3.2. Cuando en un antropónimo se usa
bres, especialmente en Hispanoamérica y más de un nombre abreviado, las abreviatu-
Filipinas. La ley española de Nombres ras se separan con espacio (preferiblemente,
y Apellidos (ley 40/1999, de 5 de noviem- espacio fino, para compensar los blancos
bre) dice: «Quedan prohibidos los nombres que rodean al punto):
[...] que hagan confusa la identificación y
los que induzcan en su conjunto a error en J.L.L.Aranguren.
cuanto al sexo».
3. ABREVIACIÓN. 4. Separación a fin de línea . Los
251
antropónimos
nombres abreviados pueden presentar 5.4. Se usa ante los apellidos y los apo-
problemas en su separación a fin de línea; dos de artistas italianos antiguos, como el
por ejemplo, casos como J. L. L. Aranguren Petrarca, el Perugino, pero no se aplica a los
o C. J. Cela pueden quedar, a fin de línea, modernos ni ante los nombres propios; por
separados así: J. / L. / L. /Aranguren, C. / J. ello es incorrecto decir el Dante y el Tiziano.
/ Cela. Estas separaciones no son aceptables 6. PLURAL. Los nombres de pila espa-
normalmente, salvo que la composición se ñoles no suelen utilizarse en plural, pero se
haga en una columna de texto muy estrecha prestan a ello en caso de necesidad:
(menos de diez cíceros) con cuerpos de letra
más bien grandes (más de diez puntos). Muchos Manolos, Luises y Tomases hay aquí;
Debe buscársele una solución, que puede los Pepes, en cambio, no abundan; en Espa-
consistir en devolver su forma completa ña hay muchas Marías y bastantes Pilares.
a alguno de los nombres o apellidos. Por
ejemplo, se puede escribir José Luis L. 7. GRAFÍAS PERSONALISTAS O EXTRAVA-
Aranguren, Ca- / mi- / lo J. Cela. GANTES. A veces, un autor utiliza una grafía
5. ARTÍCULOS EN ANTROPÓNIMOS. personalista de su nombre, grafía que suele
5.1. Actualmente se considera incorrecto respetarse, pero no es obligatorio:
emplear el artículo antepuesto a nombres
propios de mujer. Antiguamente, según e. e. cummings
escribía un autor (cit. por E. Oliver, Pron- Josemaría Escrivá de Balaguer
k. d. lang.
tuario del idioma, p. 167), «el artículo se
aplica a las mujeres de vida airada [...] y en
En casos así, el respeto a la grafía es una
España a tres clases de mujeres: a las altas y
cuestión personal. Algunas fuentes pasan
distinguidas, a las bajas y humildes y a las
por alto tales peculiaridades y utilizan la
traídas y llevadas». No obstante, suele uti-
grafía normal:
lizarse ante nombres de algunas escritoras y
artistas (especialmente bailarinas), siempre
E. E. Cummings
escrito con minúscula: José María Escrivá de Balaguer
K. D. Lang.
la Pardo Bazán
la Dunean
→ Algunas personas han obtenido, mediante
la Caballé
decisión judicial, el derecho a que su nombre
se escriba de determinada manera, con una
En los demás casos debe tenerse por clara- grafía que escapa de las reglas habituales y
mente incorrecto en el español actual. aceptadas por la sociedad. Tales excepciones
5.2. El artículo se escribe con minúscula de grafía solo serán Válidas, como parece
cuando se aplica a sobrenombres de perso- lógico, si acaso en el territorio en el que la
najes célebres: autoridad judicial tiene jurisdicción, pero no
en otros ni en otras lenguas. (→ GRAFÍAS, § 3.)
el Empecinado
Fernando IV el Emplazado. 8. MINUSCULIZACIÓN DE PRENOMBREs
Y APELLIDOS.
(→ ALIAS, §2.1.)
5.3. Ante nombres propios o apellidos 8.1. En algunos casos, los nombres de
es vulgar, pero se usa correctamente (por pila y los apellidos se utilizan para desig-
razones de tradición) si se trata del lengua- nar cosas, por lo que pierden propiedad y
je judicial (incluso delante del apellido: el pasan a escribirse con minúscula, como un
Antonio, el Gómez), o si los nombres están nombre común; por ejemplo,
en plural:
adquirir un picasso
la casa de los Borbones tomarse un chateaubriand
es amigo de todos los Manueles Vender un miró
la dinastía de los Omeyas. poseer un renoir.
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antropónimos
1 Se proporciona aquí una lista de los antropónimos mas habituales y clásicos del español, especialmente
los que presentan alguna dificultad desde el punto de Vista de la grafía.
2 Las Variantes de grafía o de forma de un mismo nombre se colocan seguidos, separados por la con-
junción o si son solo dos o por coma menos los dos últimos, en este caso por la conjunción o, si son mas
de dos. Grafías como Diego, Jacobo, Jaime y Santiago son formas diversas del mismo nombre, según las
tradiciones o los orígenes. Aunque, cuando son equivalentes, la festividad se celebra el mismo día, ello no
quiere decir que quien se llama Santiago se llama al mismo tiempo, e indiferentemente, Diego, Jacobo y
Jaime. Por lo demas, cuando un nombre admite mas de una grafía, el portador elige una y suele permanecer
fiel a ella; por ejemplo, quien elige llamarse Genaro escribirá siempre su nombre con g aunque sepa que
la forma más acorde con la ortografía de ese nombre es con j. Las razones por las que se elige una grafía
determinada, aunque sea antietimológica, son de índole familiar o consuetudinarias.
3 Entre corchetes se sitúan las formas hipocorísticas (Paco por Francisco, Pepe por José) o los abrevia-
mientos (Max o Maxi por Maximiliano, Seve por Severiano, Sevi por Severiana). Ninguna de las dos formas
hipocorísticas suele tener reconocimiento legal y su uso se restringe al nivel familiar o amistoso. Por lo
demás, tales formas hipocorísticas son mucho más variadas y caprichosas de lo que aquí se refleja.
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