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Conservación y mantenimiento

Según nuestro equipo técnico, la corrosión sucede sobre la superficie de las piezas
metálicas que entran en contacto con un electrolito (sustancia que conduzca electricidad,
como el agua). Para evitar que esto suceda, debemos encontrar la forma de evitar que
dichos elementos entren en contacto y reaccionen.

Podemos decantarnos por un medio pasivo, de inhibición o por proteger los elementos.
Normalmente se utiliza el último, aislando la superficie con un revestimiento orgánico
(pinturas o un proceso de galvanizado, como la protección catódica).

Consejos para el mantenimiento de estructuras metálicas


 No soldar, no taladrar o adherir elementos adicionales, que podrían mermar la resistencia
de los elementos, o modificar el estado de las cargas.
 Evitar todo tipo de fugas en las instalaciones de agua o de otros fluidos que puedan
provocar oxidaciones de los aceros.
 Si las piezas están pintadas por todas sus partes, deberemos mantenerlas limpias para que
las pinturas permanezcan en las mejores condiciones, así favoreceremos su durabilidad.
 El revestimiento de las estructuras con otros materiales, debe mantenerse limpio y sin
ninguna situación que lo pueda dañar.
 Debido a las dilataciones o asentamientos de los materiales, pueden aparecer con el
tiempo, fisuras en algunas uniones de las paredes o tabiques. En tal caso de duda sobre
cómo proceder se debe consultar al personal técnico.
 Nunca deberíamos exceder las cargas de proyectadas para la estructura. Por ese motivo,
el propietario debería conservar la documentación técnica del proyecto, donde deben
figurar los cálculos de cargas de soportes y vigas.

¿Cada cuando tiempo se hacen las revisiones?


En lo que concierne al mantenimiento de estructuras metálicas, se debe hacer una revisión
general al año. Observaremos el estado de protección contra corrosiones (pinturas y otras
protecciones o revestimientos) y, además, también contra incendios, de soportes y vigas. Si
fuese necesario habrá que proceder a reparaciones o repintar.

Cada 5 años, se deben reconocer todas las uniones, ya sean soldadas, roblonadas o
atornilladas.

A los 10 años, conviene que personal técnico haga una completa revisión general y
elabore un informe sobre la situación en que se encuentra cada elemento estructural.

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