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NOVENA

Á L A GRAN HEINA, SEÑORA,


Protectora y Madre de Filipinas,
la Santísima y Purísima Vit gen M A R I A ,
Madre de Jesus.

En su Sagrada, Venerable y Antigua. I m a g e n titulada


de O C I A , que se custodia y venera en el Sagrario
de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de M a n i l a .

CON LAS LICENCIAS NECESARIAS.

MANILA: 1854.

l i m p í e n l a c)e (a Jlimgcâ ûef T ' a l i ,


á cargo de D. AI. Sánchez.
So halla en la Sacristía del Sagrario de la Santa
I g l e s i a Catedral de Manila.

ES PROPIEDAD.
AVE MARÍA:

MADRE SACRATÍSIMA DE MI DIVINO SALVADOR,

PROTECTORA ESPECIAL DE FILIPINAS:

Aunque el último de vuestros esclavos y el mas in-


digno de vuestros S a c e r d o t e s , pero animado y fortalecido
con tantos beneficios de que me habéis c o l m a d o , pos-
trado ante vuestra sagrada Imagen de G U I A , os adoro
profundamente y os suplico, por la inefable ternura y
benignidad de vuestro inmaculado corazón, que os dig-
neis permitirme deponer ú vuestras plantas este corto
homenaje de mi amor, sumisión y eterna gratitud.
M i s deseos s o n , Amantisima Madre, que puesta esta
novena en conocimiento de mis hermanos, m e ayuden
á alabaros, bendeciros, y daros por ellos m i s m o s , como
por mi también, gracias infinitas por vuestros inmensos
favores, y particularmente por los que tenéis dispensa-
dos á estas Islas. ¡Oh si pudiese yo por este medio
encender en sus corazones un amor verdadero y filial
á vos, Amantisima M a d r e nuestra, y por este mismo
medio propagar el culto de veneración y gratitud que
os debo toda criatura! entonces serán mas eficaces y
menos indignos de su objeto los homenajes do adora-
c i ó n , a m o r , dependencia y sumisión que todos debemos
á la Santísima y Augustísima Trinidad. Estos son mis
propósitos y esta será mi ocupación desde el momento
en que, en calidad de Cura Rector de este Sagrario,
soy aunque indigno, capellán custodio de vuestra sa-
grada Imagen de GUIA, monumento eterno de vuestro
eariíío y amor á Filipinas.
Dignaos ; Olí benignísima María! acoger estos votos
que rendido pongo á vuestros sacratísimos p i e s : bende-
cid, Señora, á este pobrecito. capellán vuestro, que
aunque sin vos nada pueda, algo podrá hacer con
vuestra poderosa ayuda. Sellad también con vuestra b e n -
dición maternal esta pequeña n o v e n a , que ciertamente
no es otra cosa que un tributo de todo mi ser á vues-
tras misericordias. ¡Oh M a r í a ! R e f u g i o de pecadores, su
amparo, y su Guia. Rogad por nosotros.

SEÑORA :

A vuestras Sacratísimas plantas.

Vuestro humildísimo Capellán

Manila 1.a
de Noviembre de 1854.
MESEÍfA irifcTOKIC A

DI! LA P R O D I G I O S A Y V E N E R A B L E I M A G E N D E N T R A .

SRA. D E GUIA, V E N E R A D A E N E L S A G R A R I O D E LA

SANTA I G L E S I A C A T E D R A L M E T R O P O L I T A N A D E M A N I L A .

—»»»004«»

Quince siglos h a b í a n y a transcurrido desde que J e -


sucristo, hijo Eterno de Dios, y de María Virgen
pusiera en planta la grande obra de la humana sa-
lud, difundiendo en la tierra, cual Sol verdadero de
s a n t i d a d , justicia y felicidad los rayos saludables de
su celestial d o c t r i n a : pero estas p e q u e ñ a s Islas, que
hoy son llamadas Filipinas, no habian aun recibido
las luces benéficas de este D i v i n o Sol, es decir ya-
cían aun sumergidas en las densas tinieblas del pa-
ganismo. Unos puñados d e tierra flotantes mas bien
en el abismo de la perdición que en los dilatados
espacios del O c c e a n o , unas razas infelices de gente
degradada, sin otro dios que el demonio, sin culto
ni religión mas que unas supersticiones bárbaras á
cual mas espantosas, sin m a s ley q u e el capricho y
la fuerza salvaje, sin m a s sociedad que para hostili-
zarse unos á o t r o s , y p a r a cebarse los v e n c e d o r e s con
los d e s p o j o s d e los v e n c i d o s . . . T a l era l a situación l a -
mentable d e estas Islas cuando p o r los a ñ o s d e 1565
fueron halladas por la Escuadra Española que, al
mando del adelantado D . Miguel López de Legaspi,
fué enviada á estas regiones p o r el m u y Piadoso y
Católico Felipe II., Soberano de nuestra España.

La Isla de Zebi'i fué la primera que en su seno


mereció recibir á los Apóstoles del Crucificado, y
entro tanto esta I s l a de L u z o n , á consecuencia de n o
p o c o s trabajos que h a b i a que v e n c e r , n o era aun p e -
netrada hasta el Mayo de'1570 en qne el Maestre
de Campo Goyti y el noble joven Juan Salcedo
llegaron á ella con una pequeña escuadra, como en-
cargados de su esploracion. . F e l i z m e n t e fueron reci-
bidos con demostraciones de paz y amistad por los
Rajas, que eran u n a especie d e señores de territorio;
mas como los Españoles eran, pocos y los naturales
por su parte con bastante frecuencia entre si se dis-
cordaban acerca del establecimiento del orden, paz
y tranquilidad, fué preciso que el General Legaspi
viniera á poner fin á tan molestas contiendas, y
á realizar de una vez el razonable proyecto de es-
tablecer en Mtiuila • la Capital de las Islas.
Llegó á la b a h i a de M a n i l a el General Legaspi,
acompañado de a l g u n o s Padres Misioneros el 19 do
Mayo de 1 5 7 1 , y arregló los n e g o c i o s entre los n a -
turales c o n tan felices r e s u l t a d o s , en t é r m i n o s q u e se
señaló un dia festivo para solemnizar estos faustos
acontecimientos, á saber la conversión de los na-
turales de M a n i l a á la verdadera religión, y de su
reconocimiento y filial sujeción al Ínclito T r o n o d e la
Católica España. Señalóse el 24 de Junio siguiente
y desde este dia glorioso y de eterna memoria para
todo buen filipino, el S a n t o Pontífice Pió V , á nom-
bre de la Católica y Apostólica Iglesia pudó ya con-
tar á las I s l a s filipinas en el número de los p u e b l o s
Cristianos, y el inmortal y glorioso F e l i p e I I , entre
las porciones de su paternal g o b i e r n o y católicas c o n -
quistas. C e l e b r ó s e con la p o s i b l e solemnidad en este
dia el Santo Sacrificio de la M i s a y hubo públicos
regocijos asi de parte d e los españoles como de los
n a t u r a l e s , y c o m o era c o n s i g u i e n t e todos los soldados
tuvieron su licencia para internarse en un pais con-
siderado ya como amigo y prohijado.

Uno de estos dirijióse p o r casualidad ó mas bien


por la divina providencia, hacia el sitio que h o y , es
el p u e b l o de H e r m i t a , y l l a m ó l e la atencipn un con-
curso numeroso de naturales que al p a r e c e r se ocu-
paban en el ejercicio de sus supersticiones.. M o v i d o
de curiosidad . se acercó al lugar de . la reunión , y
cual fué su sorpresa al advertir que el objeto de
aquel concurso era una pequeña .Imagen de la In-
maculada Virgen María colocada sobre un tronco,
entre m u c h o s p a n d a n e s , y abrigada con un techo for-
mado de las hojas de estos á r b o l e s . . C o m o verdadero
Español no podía menos (pie ser devoto de María;
y . asi en fuerza de su devoción se prosternó ante
aquella sagrada Imagen y mezcló su culto religioso
con el tosco y salvaje con que tal v e z , d e un modo
erróneo, la tributaban a q u e l l o s sencillos naturales.
Publicóse l u e g o , este hallazgo prodigioso y proce-
diéndose á jurídicas averiguaciones acerca del origen
d e tan sagrado simulacro, resultó de l a sencilla é in-
genua deposición de - a q u e l l o s naturales, incapaces
por- entonces de p r e d i s p o s i c i o n e s : favorables respecto
de una devoción cuyo verdadero mérito aun ignora-
ban, que cutre, ellos, esta I m a g e n , era su veneración,
de, inmemorial tiempo; que en su. antigüedad solo se
conservaba la. tradiccion, de que queriendo mudarla
de sitio, no lo había podido. conseguir ni la. fuerza
vi la industria, porque si solicitaban, su plantación
á lugar mas decente luego se volvía al antiguo; que
viendo superfina esta repetición de diligencias, ha-
bían, acomodado su cobertizo á librarla de las in-
jurias de los tiempos; y que aquí recurrían en sus
•necesidades y en. las que habían experimentado ma-
ravillas y prodigios continuos. (*).
• Sin necesidad de e s p o n e r n o s á. i n n u m e r a b l e s inec-

(*) Palabras testunlcs del P. Fr. Juan de la Concepción en


su historia tic •Filipinas toin. I. Part. II. Cap. I V .
sactitudes tratando de averiguar el misterioso origen
de esta Sagrada Imagen que la Divina Providen-
cia quisó ocultarnos hasta a q u í , p a r a nuestro b i e n e s -
piritual, podemos decir con toda seguridad que ella
ha sido p a r a F i l i p i n a s la aurora d e su f e l i c i d a d , que
anunciándolas con su p r e s e n c i a la p r ó x i m a v e n i d a del
Divino Sol Jesús, fué al propio tiempo una Guia
celestial (pie condujo á ellas á los Españoles para
que fuesen los ejecutores de los misericordiosos de-
signios de la D i v i n a p r o v i d e n c i a , los cuales eran q u e ,
por medio d e la S a n t í s i m a V i r g e n M a r í a , estas Islas
viniesen en conocimiento de l a verdadera Religión.
Depositóse provisionalmente esta sagrada Imagen
en la p r i m e r a I g l e s i a , q u e e n t o n c e s era la única c o n s -
truida hajo el título de la Inmaculada Concepción,
y entre tanto se fabricó en el mismo sitio del ha-
llazgo otra de piedra en donde fué colocada, impo-
niéndola el tierno y misterioso título de GUIA.
La Devoción á esta sagrada I m a g e n , como la es-
trella de la m a ñ a n a al d i a , precedió al Cristianismo,
y con él se perfeccionó en estas Islas á merced de
públicos é innumerables prodigios que Dios se ha
dignado manifestar, mediante la poderosa intercesión
de la Santísima Virgen María, y en aquellos ven-
turosos dias se p u e d e decir con verdad, q u e era s e -
ñaladísima.
F i j ó s e el dia 18 de D i c i e m b r e p a r a la anual cele-
bración s o l e m n e en v e n e r a c i ó n de esta Sagrada Ima-
gen, comprometiéndose con voto p e r p e t u o a m b o s Ca-
bildos Eclesiástico y Secular de esta Ciudad á ce-
lebrarla. Esta festividad se conserva aun en nuestros
dias, y en ella se espone al Santísimo Sacramento,
en jubileo de 40 horas en el Sagrario de la S a n t a
Iglesia Catedral.
El Templo que fué construido en el sitio del h a -
llazgo de esta sagrada Imagen y en donde ella es-
tuvo cerca de dos siglos, se inutilizó á causa del
horroroso terremoto del 1.° de Febrero de 1 7 7 1 , por
cuya causa y otras razones poderosas de seguridad
y mejor custodia de tan precioso monumento d e las
misericordias de Dios, y las p i e d a d e s de María, fué
trasladada á la Capilla del Sagrario de la mencio-
nada C a t e d r a l , en d o n d e felizmente se conserva hasta
hoy, aunque casi olvidada de muchos que debieran
tenerla eternamente impresa e n grata memoria.
Quiera Dios nuestro Señor, que esta pequeña
relación, con la novena que espongo á la p i e d a d de
los fieles de estas Islas, sean i n s t r u m e n t o poderoso
de las divinas misericordias, que recordándoles la
antigua y venerable Imagen de GUIA y los benefi-
cios especiales dispensados p o r nuestra S e ñ o r a á este
privilegiado suelo , acudan á rendir ante los p i e s d e
tan preciosa Imagen los h o m e n a g e s d e su a m o r , ve-
neración y sincero reconocimiento á las bondades de
su tierno é inmaculado corazón, y merezcan p o r este
m e d i o los auxilios de su m a t e r n a l protección y amparo.
El Escmo. ó limo. Sr. D. Fr. José Aranguren,

dignísimo Arzobispo de M a n i l a , Metropolitano de e s -

tas Islas, se ha dignado conceder ochenta dias de

Indulgencia á todos los fieles cristianos cada vez q u e ,

con las disposiciones debidas, r e z a r e n cualquiera de

las oraciones contenidas en esta novena. Otros ochenta

por cada vez que rezaren, con las mismas disposi-

ciones, el p e q u e ñ o homenaje á la S a n t í s i m a T r i n i d a d ;

y otros o c h e n t a p o r las d e p r e c a c i o n e s á la Santísima

Virgen. Para ganarlas se ha de tener bula de la

Santa Cruzada de la última publicación. C o n s t a del

patente, espedido, para la impresión de esta No-

vena, en 30 de O c t u b r e de 1854 y se h a l l a regis-

trado en el libro 2.° de Gobierno de S. E. lima,

al nmn. 2057.

Es antigua práctica ' en :


la Católica Iglesia el ro-

gar á Dios por los Sres. Prelados que conceden I n -

dulgencias, al tiempo de ganarlas: recomiendo pues

con todo encarecimiento á mis piadosos lectores

esta práctica en favor de nuestro D i g n í s i m o Prelado.


PliECES PAKA TODOS LOS DÍAS.

¡Oh Divino Espíritu! asistidnos con


vuestra gracia.
R / . Para que merezcamos estar ante vues-
„ tra Aug-ústa presencia.
y. ¡Señor Jesús! pésanos de haberos
ofendido.
P>?. Misericordia mi Dios, que para sal-
varnos habéis venido.
. Rogad por nosotros, amantísima Vir-
gen María.
R / . En las tinieblas de este mundo sed
nuestra lumbre y Guia.
y. Gloria Patri, et Filio et Spiritui
Sancto.
R?. Sicut erat in principio, et nunc et
semper, et in sascula sceculorum. Amen.

¡Oh excelsa Señora, la mas pura entre


las vírgenes, siendo la primera que con
voto inaudito ofrecisteis al Señor vuestra
angelical pureza: lamas santa entre todas
las criaturas, pues fuisteis concebida sin
pecado original, y la mas bendita entre
las mugeres, pues merecisteis la altísima
= 12 =
dignidad de Madre de Dios; y o , pobre
pecador, os saludo desde este valle de lá-
grimas y os doy mil parabienes por las
sing-ulares gracias y prerogativas con que
habéis sido enriquecida por nuestro Dios
y Señor. ¡Oh quien pudiera alabaros como
merecéis! ¡quien pudiera rendiros digna-
mente gracias infinitas por los beneficios
que dispensasteis al mundo, dándole á su
Maestro y Redentor! Bendita seáis, M a -
ría, Madre de Jesús. Y pues que con ha-
bernos dado á Jesús, fruto de vuestras
virginales entrañas, á este Jesús que es
verdadero sol de santidad y justicia, mos-
trasteis que sois la aurora hermosa de nues-
tra felicidad, y la dispensadora de las di-
vinas gracias, continuad, Señora, vuestra
benéfica obra y no la abandonéis hasta
completai'la. Si todo el mundo os llama
su pmparo, su Guia, su aurora y su iris
de felicidad, en razón á que les disteis á
Jesús, los Isleños de Filipinas, con no
menos razón, debemos llamaros nuestra
Guia, la aurora de nuestra felicidad, por-
que cuando estas Islas moraban aun en
las sombras de muerte eterna bajo el ti-
rano yugo de la idolatría ¿quién sino vos
¡Oh Guia Celestial! quien sino vos guias-
teis á estas regiones á los ministros Evan-
g-élicos y subditos fieles del muy piadoso
y Católico Felipe I I , soberano de nuestra
España, para que nos trajesen las luces
de la verdadera relig'ion? ¿Quién sino vos
guiasteis y amansasteis los espíritus de
aquellos bárbaros, primeros habitantes ele
este suelo, para que se prestaran dóciles
á las santas doctrinas y cristianas leyes
de los piadosos Españoles? Quién sino
vos, Señora, cual aurora brillante, de lo
alto de un pandan nos anunciasteis, por
medio de vuestra Sagrada Imagen, al Di-
vino Sol Jesús, cuya relig'ion de paz, desde
entonces cual hermoso dia pincipió á resplan-
decer entre nosotros bajo la poderosa ejida
de vuestra maternal protección? Bendita,
alabada y ensalzada seáis, Señora y Madre
nuestra. Aceptad nuestras humildes ala-
banzas, y no las despreciéis porque nacen
de corazones impuros, pues al fin son
corazones humildes y agradecidos, que de-
sean amaros con el amor mas puro y mas
sincero, porque sois nuestra Señora, nues-
tra Madre, nuestra Abogada, nuestra amo-
rosísima Guia para la eterna bienaventu-
ranza. Amen.
Sígnense nueve meditaciones con sus Oraciones cor»
respondientes para cada uno de estos dias.
== 14 =

PRIMER DÍA.

MEDITACIÓN.— María, Señora nuestra, al con-


cebir en sus purísimas entrañas al Divino Verbo,
Redentor de los hombres, al propio tiempo
concibió en su tieinísimo corazón á favor de
estos mismos hombres una candad ardiente y
bienhechora. A impulsos de amor se encarno el
Hijo eterno de Dios, y á impulsos también de
amor se. decidió la Madre del Hijo eterno de
Dios íi ser protectora, Madre y Abogada de
aquellos por quienes el Hijo de Dios se encar-
nó. Para manifestar este amor, este maternal
afecto y este patrocinio, visitó nuestra Señora
á su Prima Santa Isabel; y visitándola santi-
ficó con la.presencia del Verbo encamado en sus
entrañas virginales al niño Precursor que en-
tonces también se hallaba en las entrañas antes
estériles de su anciana prima. Desde aquel punto
el niño de Isabel es purificado de la culpa ori-
ginal y revestido de la gracia santificante. Este
fue el primer rasgo del amor de María íi los
hombres. Parecida á esta visitación fue la que
dispensó esta Divina Madre á estas islas antes
cuando yacían aun en las tinieblas de la idola-
tría. Desde que su bendita imagen se vio apa-
recida sobre un pandan, principió á purificarse
este suelo Filipino de las inmundicias de la ido-
latría y santificarse con la presencia mística
de Jesucristo,; cuya conductora fue su ..Madre
Santísima.
ORACIÓN.
Alabada seáis por eternidades, Santísima
Virgen María; bienvenida seáis al mundo,
porque le proporcionasteis á su Divino
Redentor; bienvenida seáis también á estas
islas, porque las proporcionasteis asimismo
su felicidad, su bienestar } su eterna salud.
r

La dicha inestimable de conocer ;1 Jesús y


de pertenecer á la Católica y Apostólica
Iglesia, fuera de la cual no hay salvación,
debemos Señora, á vuestro maternal amor
y á vuestra Santa "Visitación: lo confesa-
mos para honra y gloria vuestra: gracias
os sean dadas, María, madre del amor her-
moso, del verdadero conocimiento y de la
santa, esperanza, y una vez que nos dis-
tinguisteis con este rasgo de vuestra cari-
dad, continuad Señora y Madre nuestra,
favoreciéndonos con las gracias' de vues-
tra Visitación y animándonos con vues-
tra maternal presencia á cumplir con la
santísima voluntad de Dios ¡oh María!
¡tiernísima Madre! y ¡hermosísima G U I A !

SEGUNDO DÍA.
MEDITACIÓN. = E n Belén nuestra Señora des-
:

pués ¿le haber dado ú luz á su Divino Hijo que al


punto fuó adorado por toda la corte celestial,
no se desdeñó de esponerle íi la vista de los
hombres. Con una ternura y complacencia ine-
fables recibía á cuantos iban á visitar y adorar
á su Santísimo Niño, y ¡con cuantos favores
interiores no pagaría esta amabilísima Señora
aquellas rústicas y pastoriles visitas! y ¡ como
se congratulaba su tiernísimo corazón, conside-
rando que por su medio muchos venían en co-
nocimiento del verdadero Dios! Asi se cumplían
sus deseos de que todo el mundo conozca a su
Dios, le ame y sirva fielmente. Podemos, pues,
suponer con razón, que considerando esta Ma-
dre piadosísima que después de quince siglos
que el Divino sol de Justicia ha resplandecido
ya en otras regiones del mundo, difundiendo
los resplandores de su celestial doctrina y los
beneficios inefables de su sangre preciosa, estas
Islas yacian aun sumergidas en la noche tene-
brosa del paganismo, puso en ellas los bellísi-
mos ojos de su misericordia, y tomó por su
cuenta el proporcionarlas el inefable beneficio de
la Divina revelación, trayendo ella misma, por
medio de su sagrada Imagen, las primeras luces
de la fó á este suelo, como la aurora anun-
cia y conduce los primeros rayos del sol.

ORACIÓN.
Bendita seáis, Piadosísima María, y ala-
bada seáis por eternidades, por la cari-
dad admirable de vuestro corazón, por-
que no desdeñasteis los pobres obsequios
y adoraciones que los pastores de Belén
tributaron á vuestro recien nacido niño,
siendo, como era, adorado por toda la corte
celestial. Bendita sea mil veces vuestra
caridad, porque siendo ya conocido y ado-
rado vuestro Santísimo Hijo por otras na-
ciones mas grandes y populosas de la
tierra, quisisteis que estos pobres Isleños
de Filipinas fuesen también participantes
de esta inefable dicha., y mirándoles con
particular cariño, vos misma 03 encargas-
teis de anunciarles á vuestro Divino Hijo,
por medio de vuestra Imagen, que cual
iris de paz, señaló en estas Islas el prin-
cipio de su felicidad. Aceptad ¡Oh ama-
ble bienhechora! nuestros corazones en tes-
timonio de nuestro amor y sincero reco>-
nocimiento, y 110 os olvidéis de vuestros
antiguos favores para continuarlos en gracia
de vuestros protejidos. ¡ Oh Piadosísima
María! hasta qué os veamos en el Cielo,
sed nuestro amparo, nuestra segurísima
Gavia.

TERCER DIA.
M E D i T A c i O N " = Y á desde el principio de la ve-
nida de Jesus al mundo, quiso manifestarnos la
Divina Providencia que todos los hombres sea
9
= 18 =
llamados al conocimiento de la verdad y á la par-
ticipación de los bienes eternos. Esto quiso sig-
nificar la vocación de los Santos Magos. Por
medio de una estrella Dios los guió á Belén
para que conociesen y adorasen al Divino Me-
sías. ¡ Y con que ternura y amor los recibió la
Santísima Madre! ¡y con que cariñoso afecto
les mostró íi su Divino Niño! Al enseñar María
á su Hijo á. aquellos reyes gentiles, muy bien
persuadida estaba de que cumplía con un altí-
simo deber que la imponía su sagrada cuali-
dad de Madre de Dios. Este deber era el de
mostrar á todo el mundo al Verbo Eterno hu-
manado en sus purísimas entrañas. Este deber
cumplido por María con respecto á todo el
mundo en general, especialmente lo cumplió
también con respecto á estas islas, porque por
el ministerio de su venerable imagen nos ha
mostrado á su Hijo, y mas resplandeciente que
la estrella de los Magos, apareció en esta re-
gión, desde lo alto de un pandan, para guiarnos
al conocimiento del verdadero Dios.

ORACIÓN.

¡ Oh Estrella Divino! que aparecisteis


en el mundo para anunciarle felicidades,
y para iluminar y g-uiar á los mortales
en el camino de la gloria, bendita y ala-
bada seáis por eternidades, y estas islas
particularmente os alaben y bendigan sin
cesar, porque para ellas fuisteis verdadera
= 19 =
Estrella de salud, aparecida, en vuestra
venerable imagen, para disipar sus tinie-
blas, y para guiar y enseñar á. sus habi-
tantes el seguro camino para el cielo, la
infalible verdad y la verdadera vida que
es vuestro Santísimo Hijo. Aceptad, B e -
nignísima María, nuestros humildes home-
nag'es de reconocimiento á vuestros favores,
y continuad siendo para nosotros estrella
de salud. Guiadnos, estrella hermosa, en el
proceloso mar de este mundo, disipad nues-
tras tinieblas, estirpad nuestros vicios, y
puesto que por vos hemos entrado en el
camino de la felicidad verdadera, por vos
esperamos alcanzarla. ¡Oh María¡ ¡Oh
segura esperanza nuestra! ¡ Oh hermosa y
;

resplandeciente Guia!

CUARTO DÍA.
MEDITACIÓN. = Heroica fue la humildad con
que se presentó Nuestra Señora en el templo
de .Terusalen, llevando á su divino IViño en com-
pañía de su casto Esposo José, para cumplir
con la ley de la purificación íí la que por su
angelical pureza no estaba obligada. Pero asi
lo hizo esta Divina Maestra, para enseñarnos
con su ejemplo la humildad. Quiso aparentarse im-
pura, la que era purísima, cuando presentó su Hijo
= 20 =
á Dios en su santo templo, para enseñarnos que,
.aunque impuros por naturaleza, podemos compa-
recer ante Dios, con tal que seamos humildes
y llevemos espiritualmente a Jesús por medio de
la gracia ó de la compunción verdadera de nues-
tros pecados. No debemos, pues, estrañarnos al
ver á nuestra Divina Maestra representada en
su sagrada imagen, tan humilde y pequeña.
En esta forma quiso aparecérsenos la que es
grande, excelsa y mas hermosa que la luna
en su mayor esplendor, para manifestar á estos
Isleños que aunque sean pobrecillos y pecado-
tés por naturaleza, son capaces de los beneficios
de la gracia, la cual se consigue con el ejerci-
cio de las virtudes cristianas, de las que es ella
singularísimo ejemplo.

ORACIÓN.

¡Oh amor tierno é ingenioso de María!


yo desfallezco y nlé confundo en mi mi-
seria cada vez que contemplo vuestro amor,
el cual os hizo sufrir tanto por nosotros.
Seáis por siempre bendita, benignísima
Madre, y generosísima Maestra, y parti-
cularmente seáis alabada por los natura-
les dé Filipinas porque, para atraerlos á
vuestro cariño, ocultasteis los resplandores
de vuestra gloria en la pequenez y humil-
dad de vuestra imagen, para que por este
-medio estos pobi^ecátoa os amen, y ainán-
= 21 —
doos, en vos encuentren la inestimable joya
de la gracia. Continuad, Señora, favore-
ciéndonos con vuestro cariño maternal,
inspiradnos amor á Dios y aquella con-
fianza santa que necesitamos para acer-
carnos á su excelso trono; inspiradnos tam-
bién una verdadera humildad de corazón,
un cristiano desprendimiento de los bienes
terrenos, y unos deseos vivos y constan-
tes de imitaros. ¡Oh dulcísima María! sed
nuestra maestra, nuestro modelo, nuestro
sosten y nuestra amable Gruia.

QUINTO DÍA.

MEDITACIÓN. = Por huir de la tiranía de


Herodes, vióse precisada nuestra Divina Señora
á llevar, en compañía de gu casto Esposo, al
Divino Niño á Ejipto. ¡ Cuanta fue su pena y
aflicción! Pero, con todo esto, no olvidó su
maternal corazón de favorecer á los idólatras
habitantes de aquella región, pues se cuenta que
esta sagrada familia inspiraba sentimientos de
virtud á sus vecinos, y que cuando entraron
en la Ciudad de Heliópolis, cayeron de sus aras
los ídolos de sus templos, con cuyo hecho, quiso
Dios manifestar que en donde entraba el ver-
dadero Dios, no debían tener lugar las menti-
das deidades. Estos mismos hechos podemos
= 22 =
piadosamente suponer, y con bastante funda-
mentó, que habrían sucedido en estas islas desde
que en ellas se dejó ver la sagrada imagen de la
Madre de Dios. La natural mansedumbre de estos
isleños y sobre todos particularmente los de la isla
de Luzon, su timidez genial y esa docilidad con
que fácilmente se prestan á cuanto se les dice, de-
bieron ser indudablemente los frutos benéficos de
la aparición prodigiosa de la sagrada Imagen
de María, inmaculada Madre de Dios.

ORACIÓN.

¡Oh Madre siempre Virgen del verda-


dero Dios! cuya caridad hacia los hombres
harto conoce el mundo en vista de innu-
merables testimonios; bendita seáis por
eternidades y vuestras alabanzas entonen
perennemente nuestros labios. ¡ Y cuanto
debemos á vuestra maternal piedad los ha-
bitantes de este suelo privilegiado, por la
dicha que les cabe de tener una Imagen
vuestra de. tan antiguo y prodigioso ori-
gen! ¡Cuantos beneficios nos dispensasteis
por medio de ella! Naturalmente feroces
por el estado salvaje en que entonces
yacían sus primeros habitantes, vuestra
santa Imagen les domesticó y les guió al
verdadero camino. Guiasteis también a estas
regiones á los piadosos españoles, para
= 23 =
que fuesen los ejecutores de vuestros de-
signios. Nuestros adelantos, nuestra pros-
peridad y la inestimable dicha de per-
tenecer á la Santa, Católica y Apostó-
lica Iglesia, todo lo debemos á vuestro
maternal amor. ¡ A h Señora! no abando-
néis esta obra de vuestras manos. Vos la
principiasteis, continuad hasta completarla;
hasta que os veamos en la gloria, sed
nuestro amparo, nuestra infatigable Guia.

SUSTO D X A .

MEDITACIÓN. = Nuestra Señora, en calidad de


Madre de Dios, es también Apóstola, y sobre
todos los Apóstoles obtiene la primacía por cuya
causa la Santa Madre Iglesia la llama Reina
de los Apóstoles. Estos han predicado la Verdad
con el testimonio de su sangre y su vida, mas
la Virgen María ha dado á luz á la Verdad
por esencia, y confirmádola con el testimonio
de la vida temporal que como Madre la dio,
y de la purísima sangre de que la proveyó
para hacerse hombre. Tal es el excelso aposto-
lado de María, apostolado universal que ella
ejerce en donde quiera que Jesús es reconocido
por verdadero Dios. Este mismo apostolado
ejerció esta amantísima Madre en Filipinas, y
con rasgos especiales, por cuanto, por el minis-
ía io de su sagrada Imagen anunció en ellas el
-

verdadero Dios, y lejos de desdeñar la soez


compañía de unos pobres idólatras, se complace
en V i v i r y morar entre ellos, recibiendo ama-
ble y compasiva, por medio de esta misma Ima-
gen, las demostraciones de veneración y amor
qife la tributaban aquellos para quienes se pro-
puso ser Apóstola, y Guia en el camino de la
verdad.

ÜBACION.

Bendita seáis, Madre purísima, de cuyo


virginal seno nos vino la eterna luz, ¡ah
Señora! vos fuisteis la verdadera causa de
nuestra salud. Sin vos el mundo estubiera
aun sumergido en el abismo de la desdicha,
á. que le redujera la primera culpa, y sin
vos tampoco estas islas hubieran salido
del estado lamentable en qué yacían ava-
salladas por la idolatría. ¡Oh Apóstola
Divina! nosotros confesamos que vos fuis-
teis la que, por medio de vuestra Sagrada
Imagen, nos predicasteis á Jesús, y nos
enseñasteis á huir el vicio y amar la vir-
tud. . ¡ A h Señora! no permitáis que Fili-
pinas, esta pequeña porción del mundo
que es vuestra, particularmente por dere-
cho de protección y apostolado, abandone
jatnás el camino que la trazasteis para
hallar su verdadera felicidad; amparadla,
cubridla con el manto de vuestra mater-
nal protección, para que la impiedad, la
irreligión y otros vicios que los ministros
de satanás propagan por el mundo, no
la confundan y hagan en ella desapare-
cer las señales de salud con que la dis-
tinguió vuestro maternal amor ¡Oh María!
¡Divina maestra! ¡resplandeciente Guia!

SEPTIWIO D X A . -

MEDITACIÓN. = Tal era la incomparable san-


tidad de la Virgen María, que todos cuantos
tuvieron la dicha de tratarla cuando aun vivía
en carne mortal, según muchos santos y pia-
dosos escritores, se encendían en amor de Dios
si eran justos, y si pecadores se convertían ó
á lo menos se contenían, en su presencia, de
ofender á Dios. De este modo se hacía com-
prender la santidad de que rebosaba su inmacu-
lado espíritu, y asi hacia ella esperimentar los
efectos de la divina misericordia de quien es
Madre verdadera. Estos mismos efectos á su
vez han esperimentado los primeros habitantes
de estas Islas, que favorecidos con la presencia
de su sagrada imagen, consiguieron salir del la-
mentable estado de degradación al feliz y ventu-
roso de la gracia, que les proporcionó el cono-
cimiento del verdadero Dios.
= 26 =

ORACIÓN.

¡Olí incomparable Señora! cuantas ben-


diciones de amor y gratitud os debemos
por vuestra benignidad. Todo amor } dul-
r

zura sois, Señora, para los lujos de Adán,


porque por vuestras manos pasan cuantos
beneficios Dios les concede, y siendo vos
la Dispensadora de las gracias, ¿qué gracias
no dispensará vuestro tierno corazón para
quien es imposible desatender nuestros
clamores? Estas islas deben su felicidad
a vuestra presencia, en vuestra sagrada
imagen. Ella ha sido el eficaz atractivo
de las divinas misericordias que incesan-
temente estamos esperimentando, y ella
es para nosotros una tierna memoria de
vuestro amor y maternal cariño, y un
espejo clarísimo por donde nuestros es-
píritus columbran vuestras virtudes para
nuestra admiración y ejemplo. Sed siem-
pre ¡oh María! nuestra Guia, nuestro
modelo, nuestro sosten y amparo, y
aunque seamos pecadores, no retiréis de
nosotros vuestras manos benéficas y ma-
ternal corazón. No permitáis, Señora,
que llegue un dia en que nadie } a os T

conozca en este . suelo, y mientras uno


= 27 =
solo de sus habitantes invoque vuestro
dulcísimo Nombre ¡Oh María! mostraos
siempre de Filipinas la mas tierna Madre,
la eficaz abogada, el seguro refugio y
la amorosísima Guia.

DÍA OCTAVO.
• MEDITACIÓN. = El primer Milagro público
eon que Jesús inauguró su Divino ministerio,
que fué el convertir el agua en vino en las bo-
das de Cana, fué á solicitud de su Santísima
Madre. De este modo nos manifestó la eterna
sabiduría que María es madre é intercesora de
las gracias y misericordias Divinas. ¡ Oh! jamas
comprenderá el mundo los favores y beneficios
que la Divina providencia le tiene concedidos
por la mediación de María. El primero de los
beneficios dispensados por Dios á estas islas,
ha sido seguramente por la mediación de esta
Soberana Señora. Este beneficio fué el conoci-
miento del verdadero Dios que es la puerta de
la verdadera felicidad, y esto nos ha procurado
María, por medio de su Sagrada Imagen, que
fué la primera que señaló en este suelo el ver-
dadero culto.

ORACIÓN.

¡Oh! benéfica Señora, que cual nube


celestial, atraéis los rayos del Divino Sol
= • 28 =
de Justicia y los convertís en aguas sa-
ludables de misericordia. Digna sois de
perpetuas alabanzas, y acciones de gra-
cias. Todas las g-eneraciones os bendigan
y mas particularmente estas Islas, que son
á vos deudoras de todo el bien que po-
seen, teniendo y poseyendo vuestra sagrada
Imag'en bajo el título de G U I A , eterno
monumento, tierna prenda de vuestro amor.
Y pues, Señora, al concedernos esta I m á -
g-en atrajisteis sobre estas Islas las Divi-
nas "misericordias, y os dignasteis poner
en ella vuestras complacencias, constitu-
yéndola como iris y señal de protección en
favor de los que la poseen, continuad Ma-
dre amantísima, vuestra obra digna del mas
tierno y compasivo de los corazones. No
os contengan nuestras ingratitudes, antes
bien remediadlas, porque en vuestras manos
está el remedio. Desde el principio habéis
amado á estos isleños, amadlos, pues, hasta
el fin. Volved vuestros bellísimos ojos á
vuestra Imagen, á esa prenda de vuestro
amor y compadeceos siempre de nosotros.
¡Oh Dulcísima María! hasta que en el
cielo os veamos, sed nuestra amorosísima
Guia.
= 29 =

DÍA NOVENO.

MEDITACIÓN. = Todos cuantos favores lia


recibido el mundo de nuestra Señora se ha-
llan representados en uno solo que es el pri-
mero y principal entre todos. Este es el haber-
nos dado á su Santísimo hijo Jesús. Ella con-
cibió y parió al hijo eterno de Dios, que en
cuanto hombre es también su verdadero hijo,
no precisamente para su provecho particular, ni
para consuelo en sus penas, ayuda en sus ne-
cesidades ñipara alivio en su vejez, como suele
suceder con otras madres, sino exclusivamente
para la salud de todo el inundo. Desde que
fué Madre de Jesús, sabedora de los mis-
terios de su cruel pasión y muerte, con-
sintió en ellos cuanto estaba de su parte, sa-
crificando á su propio hijo á la muerte y su
corazón al mas acerbo dolor por nuestra felici-
dad. Después de este favor tan inmenso, qué
mas nos podrá negar nuestra amabilísima Se-
ñora? Alabémosla sin cesar, y -particularmente
porque i\o se olvidó de estas Islas, legándolas
amorosa su sagrada Imagen y por medio de
ella á su Santísimo Hijo en el místico depósito
de la Santa Fé Católica. ¡Oh que joyas tan
preciosas! ¡ que prendas tan inestimables del
amor de María! La fé de Jesús nos abre las
-puertas del cielo, al que la sagrada Imagen
de su Madre, cual resplandeciente estrella, nos
Guia.
= 30 =

OEACION. •

Generosísima Señora, desfallece ente--


ramente mi espíritu, y en medio de mi
confusión no acierto á concebir una sola
idea digna de seros ofrecida en señal de
agradecimiento á tantos y tan inmensos
beneficios al mundo dispensados por vues-
tras liberalísimas manos y amabilísimo co-
razón. Adoro en silencio vuestro maternal
amor, y bendigo á Dios porque nos dio
una madre, que sois vos, poderosísima,
sapientísima y amabilísima. Dignaos, Se-
ñora, recibir en estos cultos y en esta no-
vena que os consagramos, los homenajes
de nuestro amor, sumisión y eterno reco-
nocimiento por todos vuestros favores y
particularmente por los que dispensasteis
á estas Islas. Ellas son vuestras, y va-
sallos, subditos y esclavos vuestros son
todos sus habitantes, y como cosa vues-
tra, no permitáis jamas ¡Oh Divina M a -
ría! que se separen de vos. Tenedlos de
vuestra mano, aprisionadlos con las cade-
nas de vuestro amor. No permitáis, Se-
ñora, que seamos infieles á Jesús y á vos,
y si alguna vez, por la multitud de nues-
tros pecados, llegase á disminuir vuestra
compasión á nosotros, volved vuestros ojosi,
amabilísima Madre, á vuestra Imagen, á
esa sagrada prenda de amor que nos disr
teis, y acordaos de vuestros primeros fa-
vores para continuarlos hasta el fin. Y
pues, Señora, os constituísteis nuestra Mar-
dre, nuestra Maestra, nuestra Guia, nues-
tra Protectora, pro tejednos, ¡oh Dulcísima
María! de la ira de Dios, defendednos
contra nuestros enemigos y guiadnos al
puerto seguro de la Gloria.

Después de la meditación y oración correspon-


dientes á cada dia, se pedirá en silencio la gracia
particular (pie cada uno desee conseguir, mediante
la poderosísima intercesión de nuestra Señora, y
luego se rezarán tres A v e Marías y tres G l o r i a s en
reverencia de su Divina maternidad, concluyéndose
después con la Letanía de Nuestra Señora.
lista novena jmede hacerse en todo tiempo, pero
sería lo m a s p r o p i o principiarla el 16 de Diciembre
p a r a concluirla el 24, en razón á (pie dentro d e este
novenario vienen los dias 18, 19, y 20, en que se
tributan s o l e m n e s cultos á la S a n t í s i m a Virgen en su
venerable y sagrada imagen de GUIA, en el Sa-
grario de la Santa Iglesia Catedral de esta Ciudad
de Manila.
Haciéndose esta novena en dicho tiempo, se po-
drán añadir al fin, esto es d e s p u é s de las tres A v e
M a r í a s y antes de la L e t a n í a , las oraciones siguien-
tes, en preparación d e la s o l e m n í s i m a fiesta del tem-
poral nacimiento d e n u e s t r o S e ñ o r Jesucristo. Es re-
ooinendablc esta devoción de prepararse por medró
de ejercicios de piedad y oración á esta solemnísiuia.
festividad, por cuanto están concedidas p o r la san-
tidad de Pió VII á los (pie la practicaren con las
disposiciones debidas, trescientos dias de indulgen-
cia por cada dia de lo.s n u e v e q u e a n t e c e d e n al 2 5
d e D i c i e m b r e , y una i n d u l g e n c i a p l e n a r i a e n el m i s m o
dia 2o ó en uno de los de la octava d e esta fies-
ta, c<m fosando y comulgando y rogando á D i o s pol-
la intención d e su .Santidad. Todas estas indulgen-
cias son a2)licables á las almas del purgatorio par
m o d o de sufragio. Conste de un rescripto del citado
Soberano Pontífice, de 12 de Agosto de 1815.

irnevé oraciones a N u e s t r o . S r . J e s u c r i s t o
para, c a d a u n o d e l o s nueve días q u «
preceden al solemnísimo d í a de su t e m -
poral nacimiento.

P B I M E B DIA 16 D E DICIEMBRE.

jOh Luz eterna! que para abrirnos las


puertas del Cielo bajasteis ala tierra, y nos
enseñasteis con vuestra mairsedum'bre y hu-
mildad que sin estas virtudes no podremos
ser participantes de vuestra gloria; -tened.,
Señor, misericordia de nosotros, y para que
seamos dignos de celebrar la solemnísima
Festividad aniversaria de vuestro temporal
uaciuiienty pej'd&uad, huwitidwmio y man-
sísimo Jesús, nuestros pecados, particular-
mente los de soberbia, orgullo y presun-
ción, y dadnos gracia para que podamos,
aprender de Vos que sois manso y humilde
de corazón.
Ocuparse cu actos de
8jcicieio Se oic í » u i . =
humildad y abnegación propia.

SEGUNDO DÍA 17 DE DICIEMBRE.

¡Oh Verbo eterno del Padre! por quien


se han criado todas las cosas, que para
hacernos participantes de las riquezas celes-
tiales, bajasteis á la tierra á sufrir nuestras
miserias3 y nos? enseñasteis con vuestro
ejemplo que no.' es posible; servir y agra-
dar á un tiempo á 39ios; y al mundo, :

como también el poseer riquezas del cielo


mientras el corazón está-poseído de las
de la tierra, tened, Señor, misericordia
de nosotros; y para que podamos digna-
mente celebrar la solemnísima memoria de
vuestro temporal nacimiento, perdonad, li-
beralísimo Jesús, nuestros pecados, parti-
cularmente los de avaricia y desordenado
afecto á las cosas terrenas, y dadnos gra-
cia para que podamos cumplir vuestros
santísimos preceptos.
ejeteicio De ote illa. = Si tC eS posible, díl
3
= 34 =
alguna limosna, y si no reza tres Padre
nuestros, tres Ave .Hadas y tres Glorias
por los necesitados.

TERCER DÍA 18 DE' DICIEMBRE.

. ¡Oh Verbo purísimo! eternamente con-


cebido en el purísimo entendimiento del
Padre, que para hacernos amar y apre-
ciar la pureza, quisisteis tomar carne en
Jas purísimas entrañas de una Virgen in-
maculada, siendo vuestra encarnación obra
estupenda del Divino Espíritu, tened, Se-
ñor, misericordia de nosotros; y para que
merezcamos celebrar el solemnísimo dia de
vuestro temporal nacimiento perdonad, Pu-i
rísimo Jesús, nuestros.pecados, particular-*
mente los de impureza; purificadnos y dad-;
nos .gracia para que limpios en alma y
cuerpo, podamos recibiros dignamente en,
el Santísimo Sacramento, y renaciendo, ;

vos espiritualmente en nuestras almas os


poseamos por toda la eternidad.
S j e í c l c l o be ene i>[a.=Pensar continuamente,
qve Dios nos pide, que seamos furos y
castos en pensamientos, palabras y obras.
Pedir (i la Santísima Virgen, que nos
dé Ja Santa castidad. Récense tres Are
Martas y tres Glorias.
= 35 =

CUARTO DÍA 19 D E DICIEMBRE.

¡Oh Verbo Divino! que p¡ira salvarnos


os dignasteis revestiros de nuestra natu-
raleza, enseñándonos con vuestra heroica
paciencia y sufrimiento, que debemos sufrir
y padecer en este valle de lágrimas, puesto
que somos pecadores, y que si somos hu-
mildes y sufridos, 'hallaríamos el paraíso
en nuestros propios sufrimientos, tened, Se-
ñor, misericordia de nosotros; y para que
dignamente podamos celebrar el dia grande
de vuestro temporal nacimiento, perdonad,
Pacientísimo Jesús, nuestros pecados, par-
ticularmente los de impaciencia y desorde-
nados impulsos de ira, y dadnos gracia
para que'jamas abriguemos' en nuestros
corazones odio ni rencor contra nuestros
prójimos, y seamos firmes, fuertes y cons-
tantes en sufrir y padecer las adversida-
des de esta vida.
ojetcicío de elle bla. = TIoGCr (ICtOS de J)fl-
ciencia, y rezar un Padre nuestro, Ave
María, y Gloria por nuestros jierseguidorcs
1

ó los que nos quieran mal.

QUINTO DIA 20 D E DICIEMBRE.

¡ Oh Vida eterna! por quien todos vi-


vimos., que . quisisteis ser. hombre para
vivir entre los hombres, y para darles
la verdadera vida les disteis por comida
vuestro sacratísimo cuerpo, y por bebida
vuestra sangre preciosísima en el Santí-
simo Sacramento, enseñándonos también
que no solo del pan material vive el hom-
bre, sino de toda palabra que procede de
vuestra boca santísima; tened, Señor, mi-
sericordia de nosotros; y para que sea-
mos dignos de celebrar el solemnísimo ani-
versario de vuestro temporal nacimiento
perdonad ¡Oh Jesús, vida eterna! nues-
tros pecados, particularmente los de gula
y todo exceso en el ejercicio de nuestros
sentidos y potencias, y dadnos gracia para
que sobrios y moderados en alma y cuerpo
estemos siempre dispuestos á, cumplir vues-
tra santísima voluntad.
£jetctpio este ¡Vía. = Al/UIlfí Si fUClleS ¡)
si no abstente por amor de Jesús y María,
de aquello que mas te agrade.

SESTO DÍA 21 DE DICIEMBHE.

¡Oh Caridad eterna! que para revelarnos


los secretos de vuestra Divinidad inacce-
sible, aparecisteis en el mundo revestido
de nuestra humanidad, manifestándonos por
este medio vuestra inmensa bondad, en vir-
tud de la cual nos disteis la eterna salud
á precio de vuestra sangre benditísima,
tened, Señor, misericordia de nosotros; y
para que merezcamos celebrar el solemní-
simo dia de vuestro temporal nacimiento,
perdonad, Jesus amabilísimo, nuestros pe-
cados, particularmente los de envidia, y
concedednos vuestra gracia, para que dese-
chando de nuestros corazones todo desor-
denado afecto, les purifiquemos por medio
de la caridad santa, y asi purificados, me-
rezcan ser dio na morada vuestra.
-

£ j e r c ¡ c ¡ o eie còte ola. = Hacer un neto cual-


quiera que castigue el amor propio., y
rezar un Padre nuestro, Ave María y Glo-
ria por los á quienes hubiéremos causado
algún pesar ó agravio.

SKPTIMO DIA 22 DE DICIEMBRE.

¡Oh Sol Divino! siempre resplandeciente,


que aparecisteis en el mundo revestido de
nuestra humanidad para, desterrar de el
las densas tinieblas que esparció la primera
culpa, y para reanimar la humana natu-
raleza amortiguada por el pecado,, tened,
Señor, misericordia de nosotros; y para
que podamos dignamente celebrar el so-
= 38 —
lemne aniversario de vuestro temporal naci-
miento, perdonad, Jesús amabilísimo, nues-
tros pecados, particularmente los de pe-
reza, y dadnos gracia' para que reanima-
das nuestras amortecidas fuerzas, podamos
pronta y diligentemente cumplir vuestros
divinos mandamientos.

Ejercicio de eóte Ü\a.= 0ir 11110. DllSa COtl 1(1


posible devoción.

OCTAVO DÍA 23 DE DICIEMBRE.

¡Olí Sabiduría increada! que revestido


de nuestra humanidad, fuisteis para noso-
tros verdadero Maestro, que nos; enseñasteis
con vuestro ejemplo, y doctrina á cumplir
la santa L e y , tened Señor, misericordia de
nosotros; y para que merezcamos celebrar
el solemnísimo dia de vuestro temporal na-
cimiento, dadnos .la verdadera sabiduría
con la que sepamos, amaros, serviros y
agradaros. Iluminad ¡Oh Jesús! nuestras
tinieblas, disipad nuestras ignorancias, per-
donad nuestros pecados y libradnos dé todos
los males y de la mué;te eterna.

Sjctcicio Se eMe b'ia. = O ir lina lima COIl de-


roción, y leer por espacio de un cuarto
de liora un libro piadoso.
= 30 =

NOVENO DÍA S4 DE DICIEMBRE.

¡Eterno Verbo de Dios! encarnado en


las purísimas entrañas dé la Santísima
Virgen María, para nuestra salud; j a por
'fin Señor, llega el suspirado dia aniver-
sario de vuestro temporal nacimiento. Cuanto
sentimos ¡oh Dios de bondad, no tener
aquellas santas disposiciones para recibiros
dignamente! Señor Jesús, tened miseri-
cordia de nosotros; perdonad nuestros pe-
cados, dadnos vuestra gracia, purificadnos
con el fuego de vuestro amor, por el cual
os habéis hecho hombre. Venid, misericor-
diosísimo Jesús, y redimidnos de la escla-
vitud del pecado. Venid, Divino Jesús, y
enseñadnos. Venid, amabilísimo Jesús, y
salvadnos. Venid, Jesús y fortalecednos.
Venid, venid, venid amantísirno Jesús, re-
naced en nuestros corazones y encended en
ellos el fueo/o santo de vuestro amor.
o
Oír UIUÍ VllSCC COIl todfi
Sjetcicio be ole ¡ ) i a . =

devoción, ayunar y confesarse para recibir


mañana el Santísimo Sacramento del Altar.
== 40

DE N U E S T IÌA S E N O R A.
Kirie eleison.
Christe eleyson.
Kirie eleison.
Christe avidi nos.
Christe exaudi. nos.
Pater de ccelis Deus. Miserere nobis.
Fili Redemptor mundi Deus. Miserere nobis.
Spiritus Sancte Deus. • Miserere nobis.
Sancta Trinitas ùnus Deus. Miserere nobis.'
Sarieta MARIA. Ora prò nobis. 1

Sancta Dei Genitrix.


Sancta Virgo Virginum.
Mater Christi.
Mater Divina? gratiae.
Mater Purissima.
Mater castissima.
Mater inviolata.
Mater intemerata. O
Mater inmaculata.
Mater amabilis.. "V-
Mater admirabilis. ó
Mater Creatoris. [ q
Mater Salvatoris.
Vigo prudentissima.
Virgo veneranda.
Virgo predicanda.
Virgo potens.
Virgo clemens.
Virgo fidelis..
Speculum Justitiae.
Sedes Sapientite.
Causa nostra; liutitire.
Vas spirituale.
Vas honorabile.
Vas insigne devotionis.
I {osa mistica.
Turris davidica.
Turris eburnea.
Domus aurea.
Foederis arca. [ i?
Janua coeli. 1 p

Stella matutina. V ^
Salus infirmorum. /
Refugium peccatorum. I
Consolatrix arlictorum
Auxilium Christianorum
Regina Angelorum.
Regina Patriarcarum.
Regina Prophetarum.
Regina Apostolorum.
Regina Martirum.
Regina Confesorum.
Regina Virginum.
Resina Sanctorum omnium.
Agnus Dei qui tollis peccata mundi. Parce
nobis Domine.
Agnus Dei qui tollis peccata mundi. Exau-
di nos Domine.
Agnus Dei qui tollis peccata Mundi. Mise-
rere nobis.
Ora pro nobis Sancta Dei genitrix.
I\z. Ut d'igni efficiamur promissionibus Christi.
OREMUS.
Gratiam tuam qusesumus Domine, mentibus
nostris infunde, ut qui angelo nuntiante Filii
tui incarnationem cognovimus, per passionem ejus
et crucem ad resurrectionis glóriam perducamur,
per eumdem Christum Dominum nostrum. Amen.

Están concedidos 300 dias de indulgencia (apli-


c a b l e s a los difuntos) por cada vez q u e se r e z e esta
letania con sus versos y oración siguientes: los 200
dias por Sisto V en sii b u l a = Ruddifíiri, áe 11 d e
Julio de 1587, y confirmados por Benedicto XIII
en un decreto de la Sagrada Congregación de In-
dulgencias de 19 de E n e r o - d e 1 7 2 8 , y los otros 100
por Pió VII en u n decreto de 3 0 de Setiembre de
1817, y ademas, rezándolas todos los d i a s , u n a ple-
nai'ia, confesando y comulgando y haciendo oración
por l a intención d e su S a n t i d a d en alguna Iglesia
ó Capilla pública, en las fiestas de la Concepción,
Natividad, Anunciación, Purificación y Asunción de
nuestra Señora.
= 43 =

r
a la Santísima y Augustísima Trinidad.

~f~. Dómine labia mea apenes.


PyT. Et os meum animntiabit laudem
tuam.
Deus in adjutoriüm meum intende.
íy. Dómine ad adjubandum me festina.
Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto:
Sicut erat in principio, et nunc et sem-
per, et in soecula soeculorum: amen.
Altísimo Dios uno y trino, Padre, Hijo
y Espíritu Santo, mi Criador, mi Salvador,
mi Glorificador; por ser Vos quien sois
¡Oh bondad infinita! ¡Oh Sabiduría in-
mensa ! ¡ Oh misericordia inefable! me pesa
de haberos ofendido. Tened, Señor, miseri-
cordia de mi, y dadme gracia para vivir
y perseverar en vuestro amor y servicio
todos los dias de mi vida: amen.

ACTO D E FÉ.
Y o Creo firmísimamente, que sois mi
Dios uno en esencia y trino en personas,
Padre, Hijo y Espíritu Santo; que sois
Criador de todas las cosas asi visibles como
invisibles; que sois Salvador, porque Vos
¡Oh Verbo Eterno! os encarnasteis en las
purísimas entrañas de la inmaculada y
-

siempre Virgen María, padecisteis y mo-


risteis en una Cruz para redimir al linaje
humano de la cautividad del pecado, y
que resucitado al tercero dia, nos mostras-
teis el camino del cielo, á donde subis-
teis para ser nuestro intercesor con vues-
tro Padre. Creo Señor, que Vos sois mi
Glorificador, porque me tenéis preparada
una gloria eterna si soy fiel á vuestros
mandamientos. ¡Oh Dios Omnipotente!
para quien nada es imposible. ¡Oh Sabidu-
ría infinita! que no puede engañarnos, yo
creo, confieso y venero todo cuanto corno
cosa de fe, os dignasteis revelar á la Santa
Iglesia Católica, por cuyo medio me en-
señáis vuestra infalible verdad.

~f'. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de


los ejércitos, llenos están los cielos y
toda la tierra de vuestra gloria.
R?. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Glo-
ria al Espíritu Santo.

Esto se repite por tres veces y aljin se dice.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al


Espíritu Santo.
R?. Alabémosle y ensalzémosle eternamente.
ACTO DE ESPERANZA.

Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu


Santo, un solo Dios verdadero; confiado
en vuestra, inmensa bondad y misericordia
infinita, espero vivamente que me daréis
auxilios para arrepentirme de todos mis
pecados, que me los habéis de perdonar,
y que me daréis gracia para vivir y per-
severar en vuestro santo servicio, y des-
pués de esta vida me daréis el descanso
eterno en vuestra gloria, por los méritos
de mi Señor Jesucristo, de su Madre
Santísima y de todos los Santos.

~f~. Santo, Santo, Santo, &c. . . ^ . Ben-


digamos. . . como queda puesto al findel
acto de fe, y esto mismo se hará al fin
del siguiente

ACTO DE CARIDAD.

¡ Oh amabilísimo D i o s , Padre, Hijo y


Espíritu Santo, por vuestra bondad in-
mensa yo os amo con todo mi corazón,
y deseo amaros como lo merecéis. Perdo-
nad, Señor, mis pecados, para que unido á
Vos por la gracia, os sea agradable mi
= 46 ==
amor. Por Vos también amo á. mis próji-
mos, como á mí mismo, y procuraré no
ofenderles, porque son, como y o , criaturas
vuestras,'hechas á vuestra. imagen y se-
mejanza y como yo, participantes de vues-
tra gloria. Haced, Señor, que todo el mundo
os ame, y que solo vuestro amor reine y
domine todos los corazones por eternidades;
~f~.. Santo, Santo, Santo, & c . . .

ANTÍFONA.

A Vos Padre ingénito, á Vos Hijo uni-


génito, á Vos Espíritu Santo paráclito,
un solo Dios verdadero, os confesamos,
alabamos y bendecimos, y os rendimos
gracias infinitas por vuestros inmensos
beneficios.
Pater de ccelis Deus.
Miserere nobis.-
Fili _ lledemptor nmndi Deus.
Miserere nobis.
Spíritus Sánete Deus.
Miserere nobis.
Sancta Triuitas unus Deus.
Miserere nobis;
= 47 =

OREMUS.

Ornnipotens sempiterne Deus, qui dedis-


ti fiimulis tuis in confessione verte fidei,
teterme Trinitatis gloriarli aguóscere et in
potentia majestatis adorare Unitatem: qute-
sumus, ut ejusdem fidei firrnitate, ab om-
nibus S e m p e r muniamur adversis. Per
Christum Dominum nostrum. Amen.

Indulgencias que pueden ganarse, "practicando


este pequeño egercicio.

Por decir una vez al dia con c o r a z ó n contrito la


i n v o c a c i ó n : Santo, Santo, Santo, Señor de Ion ejérci-
tos, llenos están los: cielos y toda la tierra de ri/ex-
tra gloria: Gloria, al Padre, Gloria al Hijo, Giu-
ria al Espíritu Santo. Se ganan cien dias de indul-
gencia
Diciéndola con las mismas disposiciones en los
Domingos, en la fiesta de la Santísima Trinidad y
e n su octava, se'puede g a n a r hasta tres veces la re-
ferida indulgencia de cien dias.
L o s q u e a c o s t u m b r a r e n decirla u n a ó m a s veces todos
los dias, p o r espacio de u n m e s , ganan indulgencia
plenaria confesando y comulgando y haciendo ora-
ción en alguna Iglesia ])or la intención de su San-
tidad.
Son todas estas indulgencias concedidas por C'lc-
= 48 =
mento XIII y Clemente XIV en dos decretos, á
saber, de (i de Enero de 1769 v de 26 de J unió
de 1770.
Por cada vez que se rezen en cualquier tiempo
l o s actos de fé, esperauzay caridad, se g a n a n siete
a ñ o s y siete cuarentenas d e p e r d ó n , y r e z á n d o l o s todos
los dias, vina plenaria al m e s , confesando y comulgando
y haciendo oración p o r las i n t e n c i o n e s de la Iglesia;
y además otra plenaria ' en al artículo de la muerte..
S o n estas i n d u l g e n c i a s concedidas por Benedicto XIV.
e n rescripto de II de Diciembre 1754, y aplicables
á los difuntos por modo de sufragio.
DEP R.BCA.CIO RES

PARA IMPLORAR LOS AUXILIOS DE LA SAN-


TISIMA VIRGEN M A R Í A , POR LA CONVERSIÓN
DE LOS PECADORES, Y POR OTRAS NECESI-
DADES QUE SE DESEEN REMEDIAR MEDIANTE
SU PODEROSA INTERCESIÓN.

Ri'zese la Letanía de Nuestra Señora


ron la Oración Gradam tuam, ¡j después
lo siguiente.
Sancta María, Eefugiuní peccatoi'um:
Ora pro nobis.
4
= 50 =
Santa Marta, Refugio de pecadores:
Bogad por nosotros.
Esto se dirá por tres veces, y luego
se rezará una Ave María y un Gloria,
y después lo siguiente:
Os suplicamos humildemente, Benigní-
sima Madre, •q'ue os dignéis aceptar estas
preces por la conversión de >una. alma es-
clava vuestra (aqiii sé nombrará interior-
mente la persona, ó "personas, por quien se
hacen estas preces) ,y :por la nuestra tam-
bién, para que purificados de 'nuestros pe-
cados , merezcamos la gracia de vivir y
perseverar en el santo amor y servicio de
Dios, por la inefable bondad y ternura de
vuestro inmaculado Corazón.
Órese en silencio por un momento, du-
rante el cual, puede pedirse interiormente,
(según á cada uno dictare su piedad) la
gracia particular que se desea impetrar
por la intercesión de la Santísima Vir-
gen; después récese la siguiente

ORACIÓN.

Recordad ¡Ó Piadosísima Virgen María!


Madre purísima de .mi Divino Salvador,
que innumerables pruebas tenéis dadas al
= 51 =
mundo de vuestras liberalidades y mise-
ricordias: vuestros incesantes beneficios
le inspiran tal confianza en vos, que os
llama con razón, su protectora, su am-
paro, su refugio 3' todo su bien. Anima-
dos hoy con esta misma confianza, nos
postramos ante vuestras sagradas plantas,
y con toda humildad os dirigimos nuestros
ruegos ¡Oh Madre de amor y misericor-
dia! no desmintáis la íntima convicción
que tenemos, de que vos jamás dejais des-
consolados á los que á vos acuden, y en
vos tienen puesta toda su confianza. A c o -
g'ed, benignísima María, nuestras súplicas
y dadlas pronto y favorable despacho, para
honra y gloria de vuestro Santísimo hijo,
nuestro Señor Jesucristo. Amen.
Bendito y alabado sea nuestro Señor
Jesucristo en el Santísimo Sacramento del
Altar, y el purísimo é inmaculado cora-
zón de nuestra Señora la Virgen María,
concebida sin mancha de pecado original.
Amen.
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