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Desde hace más de una década, se ha visto a la tutoría como una herramienta
básica para que los estudiantes logren alcanzar el éxito escolar. En este sentido, la
figura del tutor se hace muy importante en el funcionamiento de un Programa de
investigación, debido a ello en el presente artículo se expone la relevancia de la figura
del tutor y las concepciones que sobre tal existen, para destacar la importancia que
reviste el entendimiento cabal de su significado por los alcances que éste puede tener.
Se parte de la premisa de que suponer que el estudiante de educación superior
es autosuficiente, autónomo y maduro para la toma de decisiones personales y
académicas que les permitan alcanzar altos niveles de aprendizaje, ha resultado ser
una falacia; se puede opinar hoy que cada individuo debe aprender a tener confianza
en sí mismo, aprender a tomar decisiones, adaptarse al cambio, relacionarse
interpersonalmente, trabajar con otros, mostrar autonomía, entre otras acciones, y es
claro que estas capacidades se desarrollan, se aprenden y esta preparación no suele
incluirse en los programas educativos.
Un elemento fundamental de ejercicio tutorial es sin duda el tutor, quien fungirá
como guía, apoyo y la importancia de esta figura en el desarrollo de la tutoría como
elemento indispensable del éxito de la misma, dependerá en primera instancia de la
aceptación y disponibilidad del asesorado, como la intención del tutor de esparcir sus
conocimientos en el proceso investigativo, todo esto con miras al desarrollo pleno de
las facultades que pueda obtener el estudiante que desee ser tutorado.
Entonces, para definir al tutor, Coromoto (2007) plantea que etimológicamente,
tutor significa: "maestro, amigo, guía, acompañante, defensor, protector, guardián,
director, y sostén". De igual forma Martínez (2005) define que:
"el tutor es un asesor, un mentor, un guía, y a la vez, un supervisor. Su
trabajo es muy delicado porque debe saber qué y cómo debe orientar a sus
tutorados sin suplantar su gestión y logrando su máxima independencia.
O sea, para el desarrollo de su labor debe apoyarse no sólo en el
conocimiento del área de estudios correspondiente, sino en una serie de
regularidades de carácter psicológico y pedagógico que darán rigor a su
trabajo, sobre todo las relacionadas con el carácter creador de su gestión"
(p.37).