Los aspectos éticos que rodean la relación investigador-cliente son muy numerosos
y entre ellos se destacan los siguientes:
De igual manera, el investigador debe confiar en que el cliente dará uso adecuado
a la propuesta de investigación que se le entrega y, en caso de seleccionar a otra
empresa investigadora, la propuesta le debe ser devuelta, por ser de propiedad de
la empresa que la desarrolló, a no ser que el cliente pague por ello. Es cuestionable,
desde el punto de vista ético, que el cliente la entregue a otro investigador para
realizar el proyecto.
Para mayor ilustración sobre los aspectos éticos relacionados con la investigación
de mercados ver Código internacional de ética de investigación social y de
mercados en el anexo 6 (Esomar, 2013).
Resumen
Miquel Peris, S., Bigné, E., Lévy, J.-P., Cuenca, A. C., y Miquel, M. J. (1997).
Investigación de mercados. Madrid: McGraw Hill. 1997.
INTRODUCCIÓN:
¿Qué hacer cuando las lealtades están divididas?
¿Cómo se debería definir y supervisar el mal comportamiento en la
investigación?
1
Consejo de Organizaciones Internacionales de las Ciencias Médicas (CIOMS). Pautas éticas internacionales para las
investigaciones biomédicas en seres humanos. Ginebra, Suiza: Consejo de Organizaciones Médicas de las Ciencias Médicas
(CIOMS) 2002. http://www.cioms.ch/publications/layout_guide2002.pdf (Consultado el 9 de septiembre del 2013).
remuneración en reconocimiento por su tiempo y experiencia. Obviamente, recibir
una remuneración por revisar artículos no puede considerarse como una práctica
poco ética, aunque podría convertirse en poco ética si la remuneración se vuelve un
incentivo o si se descubriera que está vinculada a las opiniones favorables emitidas
por el CEI.
Asimismo, se pueden producir conflictos de intereses en comunidades donde se
planea realizar una investigación. Los líderes de la comunidad podrían pretender
sacar provecho de la investigación de forma intangible, como logrando una mejor
reputación o destacando por encima de la comunidad, y podrían terminar tratando
de complacer al investigador hasta tal punto que los intereses de la comunidad
pudieran resultar menos importantes que las llamadas “eficiencias en la
investigación”. Con frecuencia, estos conflictos de intereses son difíciles de detectar
por parte de los investigadores y de los CEI: los investigadores podrían tener una
complicidad implícita en el proyecto de investigación, y los CEI confían
frecuentemente en los líderes comunitarios cuando éstos hablan a nombre de sus
comunidades
Respuesta a los conflictos de intereses
No existe un consenso con respecto al hecho de si estos conflictos de intereses
representan un problema ético real (en oposición a uno posible) y, de ser así, qué
soluciones resultarían aceptables. La respuesta más común a los conflictos de
intereses percibidos, es su divulgación. Por ejemplo, los autores y colegas revisores
deben revelar los conflictos a los editores de la revista, quienes publicarán los
detalles de estos conflictos, de tal manera que los lectores puedan juzgar cómo
estos podrían haber afectado la investigación. De manera similar, los CEI podrían
requerir que los científicos divulguen conflictos de intereses al CEI y también a los
presuntos participantes. Sin embargo, los efectos de este requerimiento de
divulgación aún no son claros. En ocasiones los CEI que requieren una divulgación
carecen de políticas que determinen qué conflictos –en caso de existir alguno– no
son aceptables o qué medidas tomar si los conflictos pudieran comprometer la
validez de la investigación. Los presuntos participantes de la investigación podrían
no estar suficientemente familiarizados con la investigación como para saber qué
conflictos podrían afectar sus intereses. Quienes confían en que su participación en
la investigación le dará acceso a la atención médica necesaria, podrían no tener
ninguna otra alternativa más que proporcionar su consentimiento,
independientemente del hecho de que se haya revelado, por ejemplo, que un
investigador no solo era un profesional de la salud, sino que tenía un interés
particular en el desarrollo de un fármaco que se estaba sometiendo a prueba. A
medida que la ciencia y el mercado continúen integrándose, se hará evidente la
necesidad de desarrollar una política coherente y basada en la evidencia con
respecto a los conflictos de intereses.
Los miembros del CEI también podrían tener conflictos de intereses; por ejemplo, si
tienen vínculos personales o profesionales con un investigador cuyo protocolo se
está discutiendo, o si tienen intereses financieros en una compañía que está
patrocinando un ensayo. De ser así, podrían estar reacios a manifestarse
abiertamente contra el diseño del ensayo o a mejorar la protección de los
participantes. Por lo tanto, los CEI necesitan contar con políticas que requieran la
divulgación de parte de sus miembros y que especifiquen qué medidas se deberían
tomar en caso de una divulgación. Por ejemplo, se le podría pedir al miembro que
deje la sala durante la votación o que no sea parte de ciertas discusiones El interés
principal de los CEI debe ser la seguridad y protección de los participantes de la
investigación. Los intereses secundarios podrían ser el beneficio financiero o el
reconocimiento. Una forma de manejar la preocupación de que estos intereses
secundarios pudieran anular el interés principal, podría ser a través de la
reglamentación y del monitoreo: los CEI deben desarrollar políticas y protocolos
para manejar estos temas.
Mala conducta científica: definición y control del mal comportamiento en la
investigación
La conducta científica equívoca en la investigación en salud, que el Wellcome Trust
ha descrito como “la fabricación, falsificación, plagio o engaño en la propuesta,
práctica o información de los resultados de una investigación, o las desviaciones
deliberadas, peligrosas o negligentes de las prácticas aceptadas en la ejecución de
la investigación”2, puede afectar la posibilidad de que la investigación en salud
contribuya al conocimiento humano y mejore el bienestar de los futuros pacientes.
Por lo tanto, será necesario tomar en cuenta la mala conducta científica cuando esto
sea relevante para la evaluación ética de la investigación propuesta.
Al igual que ocurre con el fraude y los delitos, quienes tienen una conducta científica
errónea normalmente la ocultan, de tal manera que es imposible saber con qué
frecuencia se produce. En una encuesta realizada entre científicos en los EE.UU. y
ampliamente difundida,3,4 menos del 2% admitieron falsificar datos, plagiar o ignorar
aspectos importantes de las normas, y un número significativamente mayor
admitieron haber evitado lo que consideraban como requisitos secundarios, además
de que aceptaron haber pasado por alto el hecho de que se utilizaran datos erróneos
o se realizaran interpretaciones dudosas. A pesar de que se carece de datos de la
mayoría del resto de los países, la historia de la investigación, incluso el campo
2 Wellcome Trust. Statement on the Handling of Allegations of Research Misconduct. Londres, RU: Wellcome Trust, 2005.
http://www.wellcome.ac.uk/About-us/Policy/Policy-and-position-statements/ WTD002756.htm (Consultado el 9 de septiembre
del 2013).
3Martinson BC, Anderson MS, DeVries RG. Scientists Behaving Badly. Nature, 2005. 435:737-738. (doi:10.1038/435737a,
5 Koertge N, ed. Scientific Values and Civic Virtues. Oxford, RU: Oxford Universidad Press, 2005.
y mala conducta. Muchos de los aspectos relacionados con la mala conducta
científica, realmente están incluidos en el ámbito de la ética en la publicación. No
todos los CEI consideran que la prevención de la mala conducta científica forme
parte de su misión central; muchos carecen de los fondos suficientes y trabajan
demasiado, además de que tienen poco o ningún incentivo para monitorear la
conducción de los ensayos una vez que han sido aprobados. No obstante, los CEI
pueden evitar que se produzca la mala conducta científica estableciendo ciertos
requisitos:
1 Una revisión técnica competente para examinar la justificación y el diseño de
un ensayo, así como los métodos para analizar los datos.
2 Un protocolo que incluya secciones sobre el monitoreo y auditoría del ensayo,
la administración de los datos y la garantía de la calidad.
3 El monitoreo de los ensayos, si fuese posible, por parte de una junta
independiente de supervisión de datos y seguridad, con seguimientos regulares,
incluso con visitas de monitoreo por parte del CEI para evaluar la validez de la
recopilación de los datos.
4 El registro de la investigación en sitios de acceso público.
5 Una vez publicados los resultados de la investigación, los datos sin procesar
obtenidos de los ensayos clínicos tendrían que estar a disposición de las entidades
independientes, a fin de poder verificar el análisis que se hizo de los mismos.