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2.3.

Funciones de la atención

La atención cumple con importantes funciones en el nivel consciente e inconsciente; de hecho,

autores como García, Pérez y Fernández (2008) señalan: “… en la actualidad se considera que la

atención está en la base del correcto funcionamiento cognitivo, por la relevancia de su función en

misma y por ser el mediador de otros procesos cognitivos” (p. 125).

Por su parte, LaBerge (1995) afirma: “La atención cumple tres objetivos, que, a su vez, permiten
obtener

tres beneficios: precisión, rapidez y continuidad en el procesamiento de información” (p. 8). La


precisión

está relacionada con la selección de estímulos relevantes entre la información que ofrece el
entorno,

principalmente en situaciones conflictivas. Esta precisión afecta también la escogencia del


programa

adecuado de acción para dar respuestas a las demandas ambientales. En cuanto a la rapidez, se
responderá

de manera más rápida a un estímulo al que se le está prestando atención que a uno que no. Este
proceso se

encuentra estrechamente relacionado con la preparación para la acción. Y en cuanto a la


continuidad, se

refiere a la posibilidad de sostener la atención ante situaciones y acciones determinadas.

En relación con las funciones de la atención en el nivel consciente, se ha identificado que permite

(Sternberg & Sternberg, 2012):

Controlar nuestras interacciones con el medioambiente. A través del monitoreo, mantenemos

nuestra conciencia de cuán bien nos estamos adaptando a la situación en la que nos encontramos.

Vincular nuestro pasado (recuerdos) y nuestro presente (sensaciones) para darnos un sentido

de continuidad de la experiencia. Tal continuidad incluso puede servir como base para la

identidad personal.

Ayudar a controlar y planificar nuestras acciones futuras. Podemos hacerlo con base en la
información del monitoreo y de los vínculos entre memorias pasadas y sensaciones presentes.

En cuanto a actividades que implican atención tanto consciente como inconsciente, las funciones

más reconocidas son (Sternberg & Sternberg, 2012):

A. Detección de señales y vigilancia. Una de las funciones de la atención es identificar señales que

resultan pertinentes para el individuo, en el flujo de información que aparece a su alrededor. Por

ejemplo, una persona que trabaja en control de calidad y debe detectar productos defectuosos

en la línea de producción y retirarlos. Esta persona tiene que identificar e interpretar las señales

de su entorno como potencialmente riesgosas y actuar de acuerdo con ello.

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