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Historia Caribe

ISSN: 0122-8803
historiacaribe@mail.uniatlantico.edu.co
Universidad del Atlántico
Colombia

Bueno Jiménez, Alfredo


REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LA ESCLAVITUD NEGROAFRICANA EN EL CARIBE ESPAÑOL
POR EL TALLER DE BRY
Historia Caribe, vol. VI, núm. 19, julio-diciembre, 2011, pp. 85-112
Universidad del Atlántico
Barranquilla, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=93722987005

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Alfredo Bueno Jiménez

REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LA ESCLAVITUD


NEGROAFRICANA EN EL CARIBE ESPAÑOL POR EL
TALLER DE BRY*

Alfredo Bueno Jiménez

RESUMEN
Este artículo analiza el material gráfico que el Taller de Bry hizo sobre
los esclavos negroafricanos para el Libro V de los Viajes a las Indias
Occidentales (Francfort del Meno, 1595). Trata sobre la introducción de los
esclavos negroafricanos en el Caribe español durante el siglo XVI. También
describe las duras condiciones que padecían en las minas de Cibao y en las
plantaciones de azúcar, en la actual República Dominicana. Finalmente,
representa el cruel trato hacia los esclavos y las primeras fugas, durante la
Navidad de 1522.
Palabras clave
Esclavitud negroafricana, Caribe español, Taller de Bry, Theodor de Bry,
siglo XVI

ABSTRACT
This article analyses the graphic material about the black Africans slaves
that Bry’s Workshop used for the Book V of the Travels to the West Indies
(Francfort del Meno, 1595). It is about the introduction of black Africans
slaves in the Spanish Caribbean during the first half of XVI century. Here
it also describes the deplorable working conditions that were endured by
the slaves in the mines of Cibao (Isla de la Española), in the sugar cane
plantations, in what is known as the Domican Republic. Finally it studies

* Artículo recibido septiembre 2011, aceptado octubre 2011. Artículo de reflexión.


Licenciado en Historia y Magíster en Museología por la Universidad de Granada (España). In-
vestigador en el Departamento de Historia Moderna y de América de la Universidad de Granada.
E-mail: alfredobj@ugr.es / abjhist@hotmail.com

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

the cruel treatment and suffering of the slaves which led primarily to the
first black fugitives, during Christmas of 1522.
Key words
Black Africans Slaves, Spanish Caribbean, Bry´s Workshop, Theodor de
Bry, 16th century.

Introducción en forma de apéndices finales a los


textos2, realizadas al agua fuerte, téc-
En el presente trabajo analizaré la nica conocida desde el siglo XV, pero
imagen gráfica de los esclavos ne- escasamente aplicada por los edito-
groafricanos en el Caribe español res del siglo XVI debido a su elevado
durante el siglo XVI, basándome en coste. Esta técnica gráfica permitía
cinco grabados del Libro Quinto de la hacer tiradas mayores de gran preci-
serie de los Viajes a las Indias Occi- sión en la reproducción del detalle,
dentales del Taller de Bry, más cono- mediante el uso de rayas más finas y
cida como Grandes Viajes o Grands en diversas direcciones, alejadas de
Voyages1. Se trata de ilustraciones la influencia del gótico tardío de gran
angulosidad en el diseño de muchos
grabados en madera o xilografías3.
1 Se puede consultar al respecto las siguientes
obras: GASTON CAMUS, Armand, Me-
moire sur la collection des Grands et Petits XVe siècle. Quatre etudes d´iconographie,
Voyages (1802), (2010) Kessinger Publis- (1987), Centre National de la Recherche
hing, EE.UU, LUDOVIC, James. Grands Scientifique, París ; BRY, Teodoro de.
et Petits Voyages of de Bry (1884), (2010), America De Bry, 1590-1634. Amerika
Kessinger Publishing, EE.UU; ALEXAN- oder die Neue Welt. Die, Entdeckung´eines
DER, Michael (ed.). Discovering the New Kontinents in 346 Kupferstichen, BRY,
World: Based on the Works of Theodore de Teodoro de. (1990). Gereon Sievernich
Bry, (1976), New York,; BERGER, Frie- (ed.), Casablanca, Berlín/New York. De
demann. De Bry. America oder die Neue esta obra hay una traducción en español
Welt, (1977), 2 vols, Gustav Kiepenheuer, realizada por Adán Kovacsics, publicada
Leipzig-Weimar; BUCHER, Bernadette. por Editorial Siruela: BRY, Teodoro de.
La sauvage aux seins pendentes, (1977), Teodoro de Bry, América (1590-1634),
Hermann, París,; De la misma autora: Icon (2003), Gereon Sievernich, 3ª ed, Editorial
and Conquest. A structural Analysis of Siruela, Madrid. ().
the Illustrations of the Bry´s Great Voya-
ges, (1981), University of Chicago Press, 2 PINO DÍAZ, Fermín del (2005). “Tex-
Chicago; BRY, Theodore de. Conquista- to y dibujo. La Historia indiana del
dores, Azteken en Inca´s/Conquistadores, jesuita Acosta y sus versiones alemanas
Aztecas and Incas. Gravures van/engra- con dibujos”, en Jahrbuch für Geschichte
ving by Th. De Bry, (1980), Van Hoeve, Lateinamerikas, nº. 42, p. 12.
Amsterdam ; DUCHET ET AL, Michéle 3 ALEGRÍA, Ricardo E. Las primeras
(ed.). L´Amérique de Théodore de Bry, representaciones gráficas del indio
Une collection de voyages protestantes du americano, 1493-1523, (1978), Centro de

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Alfredo Bueno Jiménez

Dichos grabados datan de 1595 y fue- Indias Occidentales y Orientales, co-


ron impresos en Fráncfort del Meno, nocido en latín con el nombre de Co-
inspirándose en las crónicas de Indias llectiones peregrinatorum in Indiam
del siglo XVI y muy especialmente Orientalem et Indiam Occidentalem.
en la Historia del Nuevo Mundo (Ve- Era un inmenso programa gráfico que
necia, 1565) del milanés Girolamo se extendió a lo largo de 44 años, de
Benzoni. Entre sus numerosos viajes 1590 a 1634, desarrollado en dos gran-
por tierras americanas, nos interesa su des series: Viajes a las Indias Occi-
estancia en las islas del Caribe entre dentales (América), ilustrada con 340
1543-1545, más concretamente en grabados distribuidos en trece tomos
Santo Domingo, donde llegó a per- de tamaño grande y los Viajes a las
manecer durante once meses4, lo que Indias Orientales (África y Asia) con
le permitió presenciar muy de cerca un total de 271 imágenes repartidas
la esclavitud. en doce tomos de un tamaño poco
menor que su análoga. Ambas series, a
Theodor de Bry (1528-1598) es el pesar de su elevado coste, tuvieron un
principal artífice de las ilustraciones gran éxito editorial por toda Europa.
que analizaremos, orfebre y graba- Comenta John H. Elliot: “Era muy
dor oriundo de Lieja, se asienta en frecuente acudir a las ilustraciones
Fráncfort de Meno tras huir de los de Theodor de Bry para conocer las
españoles en 1570, por ser protestan- apariencias y costumbres de los indios
te. En el taller asimismo colaboraron americanos”5. Tan temido era el poder
sus dos hijos Johann Theodor (1561- de las imágenes que parte de la obra
1623) y Johann Israel (1565-1609), del Taller de Bry, los ocho primeros
que terminarían regentándolo a la volúmenes de los Viajes a las Indias
muerte de su padre en 1598. Más tar- Orientales, estuvo en el Index Libro-
de se unieron a la empresa editorial rum Prohibitorum et Expurgatorum,
los yernos de Johann Theodor, que más conocido como “Índice de los
igualmente tomaron las riendas del Libros Prohibidos”6.
taller tras su muerte en 1623. Todos
estos personajes hicieron posible una A la hora de analizar las cinco lámi-
de las mayores representaciones gráfi- nas conviene tener en cuenta una se-
cas de relatos de viajes producidas en
Europa: el Tesauro de los Viajes a las
5 ELLIOT, John H. “De Bry y la imagen
europea de América” (prol.), en Teodo-
Estudios Avanzados de Puerto Rico y el ro de Bry, América (1590-1634), (2003),
Caribe, Instituto de Cultura Puertorriqueña, Gereon Sievernich (ed.), Editorial Siruela,
Puerto Rico, pp. 15-16. Madrid,, pp. 7-11.
4 CARRARA DÍAZ, Manuel. “Introducción 6 CATE, Chester M. (1917). “De Bry and
y notas”, en BENZONI, Girolamo, His- the Index Expurgatorius”, en The Papers
toria del Nuevo Mundo, (1989), Alianza of the Bibliophical Society of America,
Editorial, Madrid, , pp. 7-11 y 42-43. nº. 11, pp. 136-140.

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rie de condicionantes. Como señala de calvinista le provocó un senti-


el propio Elliot, Theodor de Bry no miento de enemistad hacia España.
estuvo nunca en persona en el “Nue- No obstante, debemos matizar esta
vo Mundo”, y adaptó las ilustracio- idea, porque aunque la mayoría de
nes al gusto europeo, suavizando los los relatos que componen su obra
rasgos más claramente indianos y proceden de la mano de navegantes
afroides, europeizando los personajes holandeses e ingleses protestantes,
hasta cierto punto. Un claro ejemplo una buena parte de ellos procedían
de esta tradición eurocentrista son de la pluma de viajeros y compila-
las numerosas representaciones que dores católicos, como el propio Gi-
se realizaron sobre la figura del rey rolamo Benzoni, Fray Bartolomé de
mago de origen subsahariano, con Las Casas o el jesuita Josef Acosta.
facciones europeas7. Es el caso de A los dos condicionantes señalados,
las imágenes que se efectuaron del debo añadir las importantes limita-
pasaje bíblico del libro de los Hechos ciones que encontró Theodor de Bry,
de los Apóstoles (8: 26-40) sobre el derivadas de su formación europea,
Bautismo del etíope, en las que se a lo que se sumó la manipulación
representa al negroafricano como un político-religiosa que realizó de la
europeo blanco que solo es identifi- realidad americana, apoyándose en
cable por las inscripciones latinas que obras que a menudo intentan exagerar
lo acompañan8. Del mismo modo, la y dramatizar la rapacidad e hipocre-
obra del Taller de Bry ha sido consi- sía de los españoles en las tierras del
derada con frecuencia la representa- “Nuevo Mundo”.
ción de la visión protestante de aquel
mundo9, precisamente su condición De África hacia el
“Nuevo Mundo”
7 ALAIN, Niderst (2003). “Le Noir dans
l´iconographie religieuse du XVII siècle”, Al título de este epígrafe responde
en Biblio, nº. 17, 149, pp. 77-90; APONTE el frontispicio del Libro Quinto de
RAMOS, Dolores (1994). “Mapas, cróni- los Viajes a las Indias Occidentales,
cas y natividades: El africano subsahárico
en el lengua visual y escrito entre el 1450 y quizás sea la imagen más interesante
el 1618”, en Revista de Estudios Hispáni- de las cinco seleccionadas. En él se
cos, nº. 21, pp. 89-90. muestran elementos iconográficos de
8 FRACCHIA, Carmen. “Representación de relevancia como el papel de la Iglesia
la esclavitud negra en la España Imperial Católica en el “Nuevo Mundo” y su re-
y la problematización del par “original lación con la esclavitud. Esta aparece
y copia”, en III Congreso Internacio-
nal de Teoría e Historia de las Artes.
representada bajo el símbolo de la cruz
XI Jornadas CAIA, Buenos Aires, Cen-
tro Argentino de Investigaciones de Arte,
2005, p. 275. A structural Analysis of the Illustrations of
the Bry´s Great Voyages, (1981), Universi-
9 BUCHER, Bernadette. Icon and Conquest. ty of Chicago Press, Chicago, , p. 6.

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Alfredo Bueno Jiménez

Figura 1. Frontispicio del Libro Quinto. Theodor de Bry, Fráncfort


del Meno 1595). Biblioteca Nacional de España, Madrid.

de Cristo, la cual es colocada por los Domingo y Concepción de la Vega y


colonos españoles en la cima del mon- se suprimió en 152710. La Iglesia Ca-
te, encarnando la Iglesia como instru- tólica a su vez aparece personificada
mento ideológico de dominación. De bajo la figura de un obispo, que posi-
hecho, el apoyo de los clérigos de La blemente simbolizan los mencionados
Española a la Monarquía les permitió obispados. Precisamente, el obispo se
ciertas concesiones, como la adminis-
tración de los diezmos provenientes de
todo lo que se producía en la isla, ex- 10 10 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro
ceptuando los metales preciosos. Esta (1992). “Esclavitud y vida rural en las
plantaciones azucareras de Santo Domin-
concesión se instauró en 1512 en los go. Siglo XVI” en Anuario de Estudios
recién constituidos obispados de Santo Americanos, XLIX, pp. 112-113.

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

nos muestra sentado junto a dos en- ciones de los jerónimos y de los
comenderos o colonos que parecen colonos fueron apoyadas por fray
discutir sobre el reparto de las nuevas Bartolomé de Las Casas, quien, en
tierra y la mano de obra esclava, tal su deseo de aliviar la dura suerte
y como atestigua la presencia de los de los amerindios, recomendaba la
privilegios reales sobre la mesa: “Cum esclavitud de negros. En sus últimos
privilegio S. C. Maiestatis”. días, el propio dominico, reconoció el
daño que había hecho a la comunidad
El hecho de mostrar a un repre- negroafricana13.
sentante de la Iglesia papal entre
los encomenderos, deja de mani- Por lo que respecta a la imagen que
fiesto la estrecha vinculación entre nos concierne, los esclavos negroafri-
la Iglesia Católica y los colonos11. canos se representan en los laterales
Un “pacto” o relación que terminó de la composición del frontispicio,
convirtiéndose en uno de los fac- transportando la pesada carga de los
tores determinantes del triste des- españoles sobre sus fuertes hombros
tino de la población negroafriana y espaldas. Entre la multitud se ca-
en Hispanoamérica. Un ejemplo rece de la presencia del componente
es la visita de los padres jeróni- femenino esclavo, que en la reali-
mos a La Española en el invierno dad fue muy numeroso en isla de La
de 1516-1517, de la que se conven- Española. Un ejemplo es una Real
cieron de lo escasos que estaban los Cédula del 15 de Abril de 1541, que
colonos de trabajadores, no solo daba licencia a Cebrián de Charitate
para la explotación de los metales para llevar dos mil esclavos negros a
y cultivo de la caña de azúcar, sino La Española, siendo “el tercio dellos
para cubrir las bajas producidas por hembras”14.
la rápida mortalidad y emigración
de los indígenas, ya que, como re- Los esclavos aparecen como un gru-
fiere Conrado Habler, en cada car- po alejado de la Iglesia, lo que puede
ta que enviaban a la corte pedían representar el distanciamiento de la
esclavos negros12. Las reclama- Iglesia Católica hacia los esclavos

mienzos de la esclavitud América”, en


11 Las relaciones de la Iglesia con los enco-
Boletín de la Real Academia de la Histo-
menderos fueron durante muchos años
ria, nº. 28, pp. 514-515.
amistosas, debido a que secundó los repar-
timientos como única forma de conseguir 13 13 LAS CASAS, Fray Bartolomé de.
la conversión del aborigen. MIRA CA- Historia de las Indias, (1994), 3 tomos,
BALLOS, Esteban. El indio antillano: Editorial Alianza, Madrid, , t. III, libr. III,
repartimientos, encomienda y esclavitud cap. 129, p. 2324.
(1492-1542), (1997), Muñoz Moya Editor,
14 14 En Talavera a 15 de Abril de 1541, Ar-
Sevilla, Bogotá, , p. 237.
chivo General de Indias (en adelante AGI),
12 12 HABLER, Conrado (1896). “Los co- Santo Domingo, 868, leg. 2, fol. 60 v.

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Alfredo Bueno Jiménez

negroafricanos en estas tierras. Ex- minas, sino 200 negros más, que se
plica Genaro Rodríguez Morel que venderían por cuenta de la Corona16.
“la comunidad eclesiástica encon-
tró que la población de negros y Otros elementos de interés del graba-
mulatos estaba articulada median- do y de carácter artístico, es el fuerte
te concepciones socio-culturales, y sentido de verticalidad de la compo-
que habían conservado intactas sus sición, acentuado por el representante
creencias religiosas integradas aho- papal, el vano con la leyenda y la cruz
ra al medio antillano”15. Tampoco se de Cristo que corona el monte. Los
debe olvidar que dentro de la cúpula tres elementos se encuentran en un
eclesiástica había un sector esclavis- mismo eje y producen un efecto de
ta fuertemente constituido, que posi- alargamiento de la composición de la
blemente impidió una evangelización portada. A su vez, se produce un abi-
efectiva de los esclavos y esclavas de garramiento u horror vacui originado
la isla. En cualquier caso, los prime- por el propio vano y la concavidad
ros prelados que llegaron a la isla en de la cueva, desplazando a los per-
el siglo XVI, entre los que se encuen- sonajes hacia los laterales y acentúan
tran fray Pedro de Córdoba o Monte- el sentido de verticalidad ya señala-
sinos, se opusieron al régimen de los do. La abertura en el terreno permite
repartimientos y al maltrato genera- crear dos secuencias figurativas en la
lizado contra la población indígena; composición: en primer lugar, la es-
sin embargo, resulta extremadamen- cena principal donde se desarrolla el
te significativo que la esclavitud ne- conjunto del grabado comentado y en
groafricana permaneciera al margen segundo, la imagen que se aprecia a
de este pensamiento humanista y no través de la concavidad. En este caso
hubiera “defensores de los negros”. parecen ser tres carabelas españolas
Como se ha reseñado en el caso de que llegan a tierras americanas, aun-
Las Casas, incluso se llegó a poten- que también podría tratarse de tres
ciar la compra-venta y el comercio barcos negreros que anticipan la lle-
de personas de origen subsahariano gada de los esclavos representados.
para paliar los males causados a los
amerindios, como lo corrobora una Finalmente hay que señalar la dico-
carta escrita el 13 de Enero de 1510 tomía existente entre los esclavos
por Fernando el Católico y dirigida negros desnudos e indefensos y los
a la Casa de Contratación de Sevilla, españoles con vestimenta europea y
que disponía que se enviasen no sólo armados con lanzas, mosquetes y es-
los 50 esclavos negros pedidos por padas. Esa dualidad que representa
los colonizadores para trabajos de las las dicotomías naturaleza, cultura y

15 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro (1992). 16 16 HABLER, Conrado (1986). “Los co-


“Esclavitud y vida rural…”, p. 114. mienzos de la esclavitud…”, p. 514.

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primitivo, civilizado, se reproduce no quedó desposeída de sus relaciones


solo en las cinco ilustraciones que se de parentesco, así como de cualquier
estudian, sino a lo largo de todo el referencia geográfica o étnica, por
Tesauro de los Viajes a las Indias todo ello, su situación de opresión
Occidentales y Orientales. era extrema. No obstante, los casos
de suicidio fueron marcadamente más
numerosos entre los nativos america-
La esclavitud negra en nos19. Los negroafricanos, no solo se
las minas de oro de La aclimataban bien en el Caribe sino
Española que resistían mejor que los indígenas
las labores en las minas y otros equi-
Los primeros esclavos negroafricanos valentes, debido a la mayor tradición
que llegaron al “Nuevo Mundo” se esclavista en África, trabajando de
emplearon en las minas de oro, tal “sol a sol y también buenos ratos de
y como se visualiza en el Lámina II, la noche”20, incluso los días festivos
titulada “Envía a los negros de tierras que con frecuencia no se respetaban21.
moras a la mina en la Isla Nueva”. El En este sentido, el Taller de Bry pre-
fragmento de texto que acompaña la senta en este grabado, el proceso de
ilustración está inspirado en el texto
de Benzoni que dice así: biles, cuando señala que “los indios eran
gente de poco espíritu y fuerzas” o “los
indios sentían mucho el mudarlos de sus
“Cuando los indios de esta isla
asientos”. HERRERA Y TORDESILLAS,
empezaron a quedar exterminados, Antonio de. Historia General de los He-
los españoles se proveyeron de ne- chos de los Castellanos en las Islas y Tierra
gros de Guinea, conquistada por el Firme del Mar Océano, 4 tomos, edición y
rey de Portugal, de los que trajeron estudio de CUESTA DOMINGO, Maria-
no, (1991), Universidad Complutense de
muchísimos. Cuando había minas Madrid,Madrid, , t. I, déc. I, libr. VIII, cap.
los hacían trabajar en el oro y la 9, p. 540.
plata […]”17.
19 HERBERT, Klein. La esclavitud africana
en América Latina y el Caribe, (1986),
A diferencia de los amerindios, a Editorial Alianza, Madrid, , pp. 27-28.
quienes no se podían apartar de 20 SANDOVAL, Alonso de. Un tratado so-
modo permanente de sus pueblos de bre la esclavitud, (1987) Introducción,
origen18, la comunidad negroafricana transcripción y traducción de Enriqueta
Vila Vilar, Alianza Editorial, Madrid, ,
libr. II, cap. II, p. 237.
17 BENZONI, Girolamo. Historia del Nuevo
21 Real Cédula del 21 de Septiembre de 1544,
Mundo, introducción y notas de CARRE-
prohibía que los esclavos de la isla de La
RA DÍAZ, Manuel, (1989), Editorial
Española trabajasen los días de fiestas.
Alianza, Madrid, , libr. II, p. 161.
ENCINAS, Diego de. Cedulario Indiano,
18 El cronista Antonio de Herrera manifiesta (1946), 4 tomos, estudio e índices por GAR-
la escasa consideración que había hacia la CÍA GALLO, Alfonso, Ediciones Cultura
comunidad amerindia, mostrándolos dé- Hispánica, Madrid, t. IV, fols. 391-392.

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extracción de mineral de oro de las Cabe destacar dos detalles de carácter


inequívocas minas de Cibao al norte geográfico muy interesantes y que se
de la actual República Dominica- aprecian en el grabado: uno de ellos
na, cuya riqueza aurífera era cono- es el carácter rocoso de las tierras de
cida por todos los contemporáneos Cibao, pues las propias minas se en-
de la época, que algunos llegaron a cuentran en una montaña coronada
creer ser la legendaria Ophir, tierra con numerosos árboles; y el otro es
de inmensos tesoros de que se habla el crecimiento de “una corta hierba”
en el Antiguo Testamento22. Refiere sobre la superficie rocosa de las mon-
Benzoni que “el más importante río tañas. El padre Las Casas se percató
aurífero hallado por los españoles igualmente de este elemento:
en esta isla se llama Cibao”23. Las
Casas también alude a las riquezas de “Y todas las sierras están vestidas
dichos yacimientos auríferos: “Ha- de yerba cortita como un palmo
llaron muy ricas minas y de oro muy o dos, en unas partes más crecida
fino, como el de Cibao desta isla”24, y que en otras porque en algunas hay
más tierra, aunque toda arenisca y
“todos los ríos que vienen de la una más húmeda o menos estéril que
sierra que está al poniente, que son en otras. Están todas estas sierras
veinte y cinco mil, son riquísimos adornadas de muchos pinos y pi-
de oro. En la cual sierra o sierras nares, no espesos sino raros, por
se contiene la provincia de Cibao, su orden puestos, cuasi a la manera
de donde sale aquel señalado y su- que en Castilla se ponen a mano los
bido en quilates oro que por acá olivares”26.
tiene gran fama”25.
Por lo que atañe a los esclavos ne-
groafricanos, son representados con
22 ANGLERÍA, Pedro Mártir de. Décadas rostros cansados por el esfuerzo rea-
del Nuevo Mundo, (1989), introducción de
ALBA, Ramón, Ediciones Polifemo, Ma-
lizado y equipados con picos y pa-
drid, , déc. I, cap. 4, p. 46. las. De las galerías y concavidades
23 GIROLAMO, Benzoni, Historia del Nuevo
Mundo, libr. I, p. 158.
chas provincias y reinos; porque, además
24 LAS CASAS, Fray Bartolomé de. Histo- de haber más ricas minas y de mejor oro
ria de las Indias, t. III, libr.III, cap. 32 , p. que hasta hoy en parte del mundo en tan-
1891. ta cantidad se ha hallado ni descubierto”.
FERNÁNDEZ DE OVIEDO, Gonzalo. Su-
25 LAS CASAS, Fray Bartolomé de. Brevísi-
mario de la natural historia de las Indias,
ma relación de la destrucción de las Indias,
(2002), edición de BALLESTEROS GAI-
(2005), edición de SAINT-LU, André, Ma-
BROIS, Manuel, DASTIN, Madrid, , cap.
drid (14 ed.), p. 83. El cronista Fernández
2, pp. 62-63.
de Oviedo no alude a las minas de Cibao
pero sí a la riqueza aurífera de la isla de 26 LAS CASAS, Fray Bartolomé de. Apolo-
la Española en general: “lo que en la isla gética Historia Sumaria, (1992), 3 tomos,
Española sobra podría hacer rica a mu- Alianza Editorial, Madrid, , t. I, cap. 6, p. 311.

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2. Lámina II del Libro Quinto, titulada: “Envía a los negros de tierras moras a la mina en la Isla
Nueva”. Theodor de Bry, Fráncfort del Meno 1595. Biblioteca Nacional de España, Madrid.

horizontales de las minas extraen el no de la composición, los esclavos


mineral que se encuentra a los pies transportan el mineral hasta la caseta
de la montaña. Esto se debe a que del encomendero, donde se encuentra
el oro se extraía a menor altura, ya sentado en un sillón junto a sus ofi-
que en su mayor parte procedía de ciales. La indiferencia que muestran
yacimientos aluviales situados al pie los personajes ante el trabajo de los
de las cordilleras, desde donde había esclavos, se debe a su sentimiento de
sido transportado por acción hidráu- superioridad y la escasa intención de
lica. Normalmente, los yacimientos trabajar, pues, como señala Esteban
se encontraban en selvas pluviosas Mira Caballos, “en el momento de
que dificultaban el acceso y las con- arribar al “Nuevo Mundo”, la in-
diciones de vida27. En un primer pla- mensa mayoría de ellos olvidaban

27 BAKEWELL, Peter J. “La minería en la


Hispanoamérica Colonial”, en BETHELL, 3. América Latina Colonial: Economía,
Leslie (ed.), Historia de América Latina. Barcelona, Crítica, 1990, p. 52.

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3. Lámina III del Libro Quinto, titulada: “Cuando ya no querían rendir los filones,
obligaron a los negros a refinar caña de azúcar”. Theodor de Bry, Fráncfort del
Meno, 1595. Biblioteca Nacional de España, Madrid.

sus oficios y su baja cuna “cobrando nos esclavos están apuntalando las
humos de noble”. No querían servir galerías y concavidades con grandes
a nadie sino ser servidos”28. vigas que se disponen verticalmente
para evitar posibles derrumbamien-
Los esclavos transportan el mineral tos que eran muy frecuentes en estos
en unos grandes cestos carentes de contextos. Las entibaciones de las
asas que apoyan sobre sus cabezas. galerías o pozos, constituían uno de
Era muy frecuente utilizar bolsones o los principales problemas mineros,
“baldeses” para el transporte del mi- las cuales se realizaban empleando
neral, particularmente en las minas de la madera, y así continuará hacién-
azogue, debido a que el mercurio era dose durante mucho tiempo, a pesar
muy pesado y líquido. En un segun- del peligro que representaban en caso
do plano, se desarrolla la comentada de incendios29. Gonzalo Fernández
extracción del mineral, donde algu-
29 GONZÁLEZ TASCÓN, Ignacio. “Inge-
niería española en América para la minería
28 MIRA CABALLOS, Esteban. El indio an- y metalurgia (siglos XVI-XVII)”, en LO-
tillano…, p. 219. PEZOSA APARICIO, Concepción (dir.).

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

de Oviedo comenta al respecto lo si- Las limitaciones físicas a las que


guiente: estaban sometidos los esclavos que
trabajaban en las minas eran tremen-
“[...] el oro, aunque salga por la das. Los problemas de ventilación
superficie, no nace allí, sino en las en el interior de los pozos y galerías,
interiores e secretas partes de la convertían la vida de los esclavos en
tierra. Y en tal caso, hácense las un sufrimiento diario, llegando a ser
minas en forma de cavernas e po- en ocasiones extremas. Es el caso de
zos o cuevas, y siguiendo el oro, las minas de Guadalcanal en Sevilla
ván las apuntalando, porque son (España), donde los esclavos durante
peligrosas e cubiertas debajo de la la noche eran encerrados en pequeñas
tierra, e suelen hundirse algunas celdas, se llegaban a introducir has-
veces e matar la gente que les la- ta cuatro o cinco esclavos por celda,
bra; e destas ha habido hartas en la excavadas bajo la tierra32. Medidas
isla Española”30. todavía más crueles se adoptaron para
impedir la huida de los esclavos de
Una vez extraído el mineral, los in-
las minas de mercurio de Almadén
dígenas lo lavaban en los márgenes
(Ciudad Real, España) en la segunda
de los ríos utilizando bateas, instru-
mitad del XVII. Aquí, una minoría
mentos semejantes a los tamices, que
trabajaba sin cadenas y por la noche
permitían separar la tierra del mineral
eran encerrados en sus celdas33. Se-
en el proceso de lavado. Esta labor
mejantes condiciones se reprodujeron
era fundamentalmente realizada por
en Hispanoamérica durante el perio-
las amerindias y negroafricanas. El
do colonial.
propio Fernández de Oviedo describe
esta actividad así: “Estas mujeres o La técnica de extracción minera que
lavadores están asentadas orilla del se representa en el grabado es cono-
agua, e tienen las piernas metidas en cido como el sistema de excavación
el agua hasta las rodillas, o cuasi, abierta, consistiendo en ahondar la
según la disposición del asiento e del prospección a mayor profundidad en
agua”31. busca de concentraciones más ricas
de mineral. Refiere Peter Bakewell,
El oro y la plata de las Indias en la época
el procedimiento era conocido en
de los Austrias, (1999), Fundación ICO, Nueva España como el “sistema
Madrid, , pp. 130-131.
30 FERNÁNDEZ DE OVIEDO, Gonzalo. 32 STELLA, Alessandro. “Herrado en el ros-
Historia General y Natural de las Indias, tro con una S y un clavo”: l´homme-animal
(1959), 5 tomos, edición y estudio prelimi- dans l´Espagne des XVe-XVIIIe siécles”,
nar de TUDELA BUESO, Juan Pérez de, en BRESC, Henri. Figures de l´esclave
Ediciones Atlas, Madrid, , t. I, libr. VI, cap. au Moyen-Age et dans le monde moderne,
8, p. 162. (1996), Editions L´Harmattan, París, , p, 156.
31 Ibidem, p. 161. 33 Ibidem, pp. 156-157.

96 Revista Historia Caribe


Alfredo Bueno Jiménez

del rato”, en el sentido de “sistema modo, de acuerdo con la Lámina II,


oportunista”34, traducido más tarde al los esclavos negroafricanos fueron
inglés erróneamente como rat-hole la principal mano de obra esclava en
system [sistema de agujero de rata], las minas de La Española, debido al
basado en trazar túneles o galerías declive demográfico de la población
como las representadas en la monta- nativa arawak y su mayor resistencia
ña de la ilustración. Fue un sistema a este tipo de trabajos, a los cuales
que perduró a lo largo de toda la etapa estaban acostumbrados a realizar en
colonial y posteriormente. su tierra de origen. Los problemas de
ventilación en el interior de las minas
Para David Watts, a partir de 1509 y los numerosos derrumbamientos de
el oro en la isla de La Española era las galerías, provocaban la muerte de
muy escaso, y fue muy poco el que muchos esclavos, cuyo diario era tra-
se obtuvo después de 1515, cesando bajar de Sol a Sol.
virtualmente su producción en 151935.
Sin embargo, podemos constatar El negroafricano en el
a través de la documentación his- ingenio y plantación de
tórica, que la isla a mediados de la azúcar
centuria siguió produciendo oro, exi-
giendo el envío de “esclavos negros El rápido declive de las reservas au-
para echar a las minas”36, e incluso ríferas de la isla de la Española, hizo
a principios del XVII era mucha la necesario la búsqueda de formas al-
falta de “gente para labor y beneficio ternativas que garantizaran el soste-
de las minas del distrito”37. De este nimiento de la colonia. La plantación
azucarera se convertiría en el nuevo
34 BAKEWELL, Peter. La minería en la His-
sistema de producción caracterizado
panoamérica, p. 54.
35 WATTS, David. Las Indias Occidentales. que ay de gente para labor y beneficio de las
Modalidades de desarrollo, cultura y cam- minas del distrito de esa audiencia y porque
bio medioambiental desde 1492, (1992), desees saber si concierne que se lleve es-
Alianza Editorial, Madrid, , p. 137. clauos negros para estas labores de minas y
en qué número” (AGI, Santo Domingo 869,
36 “[…] el contador Álvaro Caballero en
leg. 6, fol. 31 r). Otra Real Cédula del 23 de
nombre de la isla Española y vecinos y
Agosto de 1603 dirigida a la Audiencia de
moradores dellos, nos suplicó que porque
Santo Domingo, señala que el “presidente
en la dicha isla hauía mucha necesidad de
y oydores de mi audiencia Real de la ciu-
esclauos negros para echar a las minas”,
dad de Santo Domingo de la ysla Española,
AGI, Santo Domingo 868, leg. 2, fol. 60 r.
hauiendo encendido la necesidad que vos
(nota 15).
el presidente me haueis escrito que ay de
37 Real Cédula del 26 de Mayo de 1609 dirigi- negros para el beneficio de las minas que
da a Diego Gómez de Sandoval, presidente se an descubierto en essa ysla y lo que ym-
de la Audiencia de Santo Domingo, gober- portaría fiarlas a los vecinos mil esclauos
nador y capital general de La Española: para ocupartlos en este deseo”, AGI, Santo
“como tenéis entendido es mucha la falta Domingo 868, leg. 3, fol. 175 v.

Volumen VI N° 19 - Julio - Diciembre 2011 pp 85-112 97


Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

por el afianzamiento de las relaciones el tiempo aprenderían el oficio, y ter-


esclavistas de producción, cuyo ele- minarían ocupando múltiples labores
mento más importante sería la explo- en la plantación e ingenio, desde las
tación intensiva de la mano de obra más complejas como las de maestro
esclava. La introducción de la gra- de azúcar, hasta cortador de caña,
mínea en América, conocida como carpinteros, prenseros, purgadores,
“caña de azúcar”, fue un hecho en tacheros, etc. Igualmente, las muje-
el que intervinieron conquistadores, res esclavas se ocupaban de los tra-
colonizadores y frailes procedentes bajos domésticos. Algunas de estas
de la Península Ibérica. A su vez, los actividades se ilustran en la Lámina
lusitanos llevaron la caña de azúcar a III, titulada “Cuando ya no querían
Brasil y los hispanos a las Antillas y rendir los filones, obligaron a los
otras zonas del Norte y Sudamérica. negros a refinar caña de azúcar”. El
La Saccharum Officinarum era cono- fragmento de texto que acompaña la
cida desde muy antiguo y su origen ilustración señala lo siguiente:
se remonta en Asia, concretamente a
la India, desde donde fue conducida “Emplearon primero los españoles
a distintas partes de África y Europa, en la mina a los negros. Más cuando
y de aquí hacia América38. no quería ésta más rendir, los ades-
traron en los monopolios en que se
Los primeros grupos de trabajadores echa para ser machacada la caña de
que llegaron a La Española para la la cual refinan el azúcar. Y aún hoy
fabricación del dulce procedían de las desempeña allí en gran parte ese tra-
islas Canarias. Su experiencia en la bajo. Pues siendo como es húmeda
producción de este producto les ga- y cálida la isla Española, crece fácil
rantizaba el éxito, cobrando fuertes allí la caña de azúcar. Dejan secar al
sumas de dinero por su labor. Los se- sol dicha caña, luego de machacarla
ñores de los ingenios debían asegu- primero, hervirla después en un cal-
rarles toda una serie de comodidades dero y refinarla a conciencia varias
para poder trabajar eficazmente, como veces, o bien la guardan, cuando
“proporcionarles un buen vino y una no luce el sol, en un troje cerrado e
negra esclava para que le sirviera”39, impenetrable para el aire y suave-
aunque pronto fueron sustituidos por mente calentado por un fuego,donde
esclavos negroafricanos, quienes con también se seca y se hace azúcar,
del cual sacan grande provecho.
Además, emplean a los negros como
38 SANTAMARÍA GARCÍA, Antonio y vaqueros, ansí como para otros y ne-
GARCÍA ÁLVAREZ, Alejandro (2005). cesarios menesteres”40.
“Azúcar en América”, en Revista de In-
dias, LXV, nº. 233, pp. 9-10.
39 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro (1992). 40 Teodoro de Bry, América (1590-1634),
“Esclavitud y vida rural…”, pp. 89 y 98-99. SIEVERNICH, Gereon (ed.), John H.

98 Revista Historia Caribe


Alfredo Bueno Jiménez

Como se puede apreciar en el texto no, esclavos negroafricanos cortan la


y en la imagen, los trabajadores em- caña de azúcar en la plantación para
pleados en las plantaciones e ingenios ser procesada, es decir, pelada y pos-
eran esclavos negroafricanos. La casi teriormente dejarla secar al sol. Al
extinción de los indígenas arawak en lado de la plantación y a orillas del río
las Antillas, incentivó la importación se encuentra un molino de un ingenio.
de grandes cantidades de esclavos ne- Éstos se utilizaban tanto en los tra-
gros, que se convirtieron en el nuevo piches como en los ingenios para su
componente social sobre el que recaería funcionamiento, haciendo girar dos
todo el trabajo de la plantación, lo que cilindros, entre los cuales pasaban las
produjo un cambio radical en las rela- cañas. Más tarde se utilizaron mo-
ciones de producción, siendo el modelo linos de tres cilindros verticales. La
esclavista el dominante. Si bien desde ribera donde se encuentra el molino
un principio la mano de obra negra fue es un elemento muy importante, por-
la más cotizada, no menos cierto es que, que las zonas donde se construyeron
por lo menos en la construcción de los la mayor cantidad de ingenios fueron
primeros ingenios la fuerza producti- aquellas próximas a las riberas de los
va más numerosa eran los amerindios, ríos, preferiblemente que estuvieran a
hechos prisioneros de las islas más cer- cortas distancias de la ciudad de San-
canas41. Un ejemplo es el ingenio Santi to Domingo para acotar y hacer más
Espíritus que para 1520 el número de rápido el viaje43.
trabajadores que éste tenía era de 83
esclavos, de los cuales el 66,3% eran Los esclavos que se representan en el
indígenas americanos y el 33,7% escla- ingenio, constituyen la principal fuer-
vos negros. En cuanto al precio, cada za motriz que hace girar la enorme
“pieza” de esclavo indio costaba 15 piedra de molino que tritura la caña
pesos mientras que los negros fueron de azúcar. Para este trabajo, normal-
tasados en 54 pesos42, lo que deja de mente se utilizaban mulas y caballos
manifiesto una mayor cotización de la en los trapiches para mover la piedra
mano de obra negroafricana en el mer- del molino o para trasladar la caña
cado transatlántico. hasta la unidad productiva44. En cam-

Por lo que respecta al grabado, en el


margen derecho y en un segundo pla- 43 Ibidem, pp. 94-96.
44 “Se ofrecieron algunos vecinos a hacer
trapiches, que muelen las cañas con caba-
Elliot (prol.), Madrid, Editorial Siruela, llos; y otros, que tenían y se hallaban con
2003 (3ª ed.), p. 191. más grueso caudal, pusiéronse a hacer in-
genios poderosos de agua, que muelen más
41 LAS CASAS, Fray Bartolomé de. Historia
cañas y sacan más azúcar que tres trapi-
de las Indias, t. II, libr. II, cap. 43.
ches”. LAS CASAS, Fray Bartolomé de.
42 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro (1992). Historia de las Indias, t. III, libr. III, cap.
“Esclavitud y vida rural…”, p. 92. 129, pp. 2322-2323.

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

bio, en la lámina los esclavos negros las calderas47, una vez que estas ha-
son los encargados de desempeñar bían sido trituradas en el molino. Uno
todas las labores, equiparándose con de los esclavos es el encargado de de-
animales de carga. positar la caña de azúcar en la caldera
que es calentada con leña, elemento
A diferencia del trapiche, el ingenio muy importante en un ingenio. Para
funcionaba durante las épocas de obtener una buena zafra era necesa-
lluvia utilizando la fuerza hidráuli- rio disponer de una gran cantidad de
ca como medio de producción. El leña para cocer el guarapo. Por eso,
problema está en el período de ac- la oligarquía azucarera pedía terre-
tividad de este, que no era el mejor nos con bosques madereros próximos
para las cañas, por el hecho de que a los mismos. Con esa práctica, se
las mismas tenían menos sacarosa. ampliaban los latifundios y la élite
O sea, que cuando el tiempo favore- agraria se adueñaba de mayores por-
cía al molino, no lo era así para las ciones de tierra48. En el centro de la
cañas45. El trapiche tenía la ventaja composición se visualiza el proceso
de que podía moler incluso cuando de almacenamiento y traslado de la
los ríos tuvieran poco caudal de agua, melaza en grandes vasijas, y en un es-
por el hecho de que su fuerza motriz tadio más primario la preparación de
eran los animales. En la mayoría de la caña para ser triturada. Esta última
los casos, las personas más ricas que secuencia presenta a un esclavo pe-
tenían un ingenio, también tenían tra- lando la caña de azúcar, mientras otro
piches, lo que les aseguraba la mo- la recoge para llevarla hasta la piedra
lienda sin interrupción. Si por algún del molino. La elaboración de la me-
accidente se averiaba el ingenio, cosa laza era un proceso duro, pues como
muy frecuente especialmente en los es sabido muchos esclavos fallecían
meses de lluvia, se molían las cañas por las condiciones inhumanas de sus
en los trapiches hasta que se reparaba trabajos. Las Casas lo relata así en su
la avería. Historia de las Indias:

Cercano al espectador, en el margen “[...] después que los metieron en


izquierdo del grabado se presenta la los ingenios, por los grandes traba-
cocción del guarapo46 de las cañas en jos que padecen y los brebajes que
las mieles de cañas hacen y beben,
hallaron su muerte y pestilencia;
45 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro (1992).
“Esclavitud y vida rural…”, p. 100.
47 Caldera: recipiente de metal, grande y
46 Guarapo: jugo de la caña dulce exprimida,
semiesférico, que sirve comúnmente para
que por evaporización produce el azúcar.
poner a calentar o cocer algo dentro de él.
Diccionario de la Lengua Española, R.A.E,
Diccionario de la Lengua Española, R.A.E
(Vigésima segunda edición) (Madrid
2001). 48 Ibidem, pp. 95-97.

100 Revista Historia Caribe


Alfredo Bueno Jiménez

4. Lámina IV del Libro Quinto, titulada: “Cuando algún negro incumple su faena diaria, es
atrozmente maltratado por su amo”. Theodor de Bry (Fráncfort del Meno 1595). Biblioteca
Nacional de España, Madrid.

así muchos dellos cada día mue- sario les cueste su sudor y dejen de
ren. Por eso huyen cuando pueden guardar las fiestas y descansar los
a cuadrillas y se levantan y hacen días que Dios les dio para cobrar
muertes y crueldades”49. aliento”. La economía de la planta-
ción exigió la uniformidad y baratu-
Estos penosos trabajos los realizaban ra en el vestuario, presentando cada
en condiciones lamentables, utilizan- prenda el mínimo de piezas y cos-
do por lo general prendas simples, turas50. Más piadosa en este sentido
aunque en otras ocasiones trabajan fue la Compañía de Jesús, que en sus
desnudos, como los esclavos repre- haciendas en Hispanoamérica, apa-
sentados en el grabado. El jesuita rece rigurosamente reglada por los
Alonso de Sandoval hace referencia a superiores la provisión del vestuario a
dicha desnudez: “los traen desnudos, los esclavos. Una vez al año, cercana
y que si los pobres negros se han de la Navidad, se repartían vestidos nue-
vestir y cubrir sus carnes, es nece-
50 MORENO FRAGINALS, Manuel. La his-
toria como arma y otros estudios sobre
49 LAS CASAS, Fray Bartolomé. Historia de esclavos, ingenios y plantaciones, (1983),
las Indias, t. III, libr. III, cap. 129, p. 2325. Crítica, Barcelona, , p. 39.

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

vos, realizados con palmilla, bayeta, cien aires y sacarlos a todos de la


soyal, frazadas, cobijos y sombreros51. vida”. De este modo, los navíos ne-
Por tanto, la representación de los es- greros eran un lugar propicio para la
clavos desnudos que hace el Taller de expansión de cualquier enfermedad
Bry en el grabado, tiende a la “deshu- contagiosa. Una vez que el Atlánti-
manización” del negroafricano. co había sido cruzado y los esclavos
vendidos, los infelices volvían a ser
cargados en lomos de mulos para cu-
Tortura y maltrato del brir la distancia de los puertos a las
esclavo negro regiones interiores55.

Los esclavos negroafricanos desde el Los esclavos y esclavas eran mar-


mismo momento de su embarque en cados con hierro candente igual que
las costas africanas para su traslado a las bestias. No obstante, el herraje no
las colonias españolas, eran someti- era exclusivo del ámbito americano,
dos a un sufrimiento incesante. Enca- también se practicó en la Península
denados y con grillos52 en los diversos Ibérica precisamente, donde era muy
pisos del buque53 constituían la escena frecuente marcar con la letra “S” y el
habitual de las condiciones de la tra- dibujo de un clavo en el rostro de las
vesía 54. Cuando el tiempo era malo y personas esclavizadas, indicando a
había que cerrar las escotillas de la manera de jeroglífico la palabra “es-
bodega se convertía en una mazmorra clavo”. La marca con hierro candente
oscura y pestilente, que según Tomás era muy usual en el “Nuevo Mundo”,
de Mercado, llegaba a “corromper pero Theodor de Bry no la presenta
en el grabado que comentaremos a
continuación. Señala Benzoni que “a
51 MARTÍNEZ DE CODES, Rosa María todos los esclavos se les marca una
(1995). “De la reducción a la plantación.
La utilización del esclavo negro en las ha-
C en la cara y los brazos mediante
ciendas jesuitas de la América española y un hierro candente”56. Según José
portuguesa”, en Revista Complutense de Andrés-Gallego, cuando las cosas se
Historia de América, nº. 21, pp. 111-113. hacían bien
52 SANDOVAL, Alonso de. Un tratado so-
bre la esclavitud, libr. I, cap. 18, p. 152. “se grababa con una planchuela
de metal retorcido de modo que
53 Los navíos negreros eran de pequeñas di-
mensiones y escaso calado, navegaban en
unas ínfimas condiciones de salubridad. 55 VILA VILAR, Enriqueta. Hispanoamérica
VILA VILAR, Enriqueta. Hispanoamérica y el comercio…, p. 127.
y el comercio de esclavos. Los asientos de
56 Según en las anotaciones de CARRERA
portugueses, (1977), Estudios Hispanoa-
DÍAZ, Manuel para la edición de GIRO-
mericanos, Sevilla, , pp. 128 y 133.
LAMO, Benzoni. Historia del Nuevo
54 ANDRÉS-GALLEGO, José. La esclavitud Mundo (libr. I, p. 75), la letra C se enten-
en la América española, (2005), Ediciones día, al parecer, como la inicial de César, en
Encuentro, Madrid, , pp. 74-75 y 176. referencia al emperador.

102 Revista Historia Caribe


Alfredo Bueno Jiménez

formaba una cifra, una letra u Indias57. Cabe señalar, que para en-
otro signo y a la cual se unía un tonces, el movimiento abolicionista
mango con el extremo de madera. ya tenía numerosos adeptos en Eu-
El hierro se calentaba sin dejarlo ropa, coincidiendo con dos corrientes
enrojecer, se solía frotar con sebo de pensamiento: Ilustración y Libera-
o grasa la parte del cuerpo donde lismo, que proclamaban la igualdad
se debía grabar la señal, se ponía racional y natural de los hombres.
encima un papel aceitado y se apli-
caba el hierro lo más ligeramente La Lámina IV cuyo título es: “Cuan-
posible”. do algún negro incumple su faena
diaria, es atrozmente maltratado por
Esta situación se mantuvo hasta 1784, su amo”, se aleja del método de tor-
cuando Carlos III lo prohibió, preci- tura descrito hasta ahora, es decir, el
samente por la crueldad que impli- uso del hierro candente. En este caso,
caba, y cuidó, además, de asegurarse
que se cumpliera, ordenando que se
57 ANDRÉS-GALLEGO, José. La esclavi-
remitieran los hierros al Ministerio de tud en la América, p. 177.

5. Lámina V del Libro Quinto, titulada: “Huyen los negros de la servidumbre por causa de
la crueldad de los españoles y matan a varios déstos”. Theodor de Bry, Fráncfort del Meno,
1595. Biblioteca Nacional de España, Madrid.

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

la ilustración representa la tortura y tienen que así la tierra les absorbe


maltrato que ejercieron determinados aquella sangre y les conserva la
españoles sobre sus esclavos, que lle- carne antes”58.
gó a ser extrema en las haciendas y
plantaciones. El texto que acompaña De acuerdo con el texto, el grabado
dicho grabado es tomado de Benzoni presenta en un primer plano de la
y se refiere a la deshumanización de composición la autoridad absolu-
los negreros españoles en los siguien- ta que ejercían los capataces ante
tes términos: la presencia del propietario de la
mina, que aparece acomodado en
“[…] cuando alguno de ellos que- un sillón y a sus espaldas dos guar-
ría castigar a algún esclavo por dias. Los personajes contemplan
algo malo que había hecho, por con indiferencia la acción de tortu-
no trabajar lo suficiente, por algún ra que se está llevando a cabo sobre
agravio que le hubiera hecho, o el esclavo, desnudo y tendido en el
por no haber extraído de la mina la suelo. Con una “cuerda o correa” el
cantidad de oro o plata acostum- negroafricano es azotado por uno
brada, cuando venía a casa por la de los capataces, mientras el otro,
noche, en lugar de cenar, lo man- con una especie de “escudilla de
daba desnudarse, si es que llevaba aceite hirviendo”, se lo vierte sobre
alguna camisa puesto, lo arroja- las heridas (un acto conocido como
ba al suelo y le ataba las manos “pringar”), que a continuación son
y los pies con un palo atravesado lavadas con pimienta en agua sala-
que los españoles denominan la da para facilitar la cicatrización de
ley de Bayona, la cual, creo yo, ha estas. Dar azotes por todo el cuerpo
sido escrita por algún demonio, y era una acción muy frecuente, con
luego con una cuerda o correa le nervios de buey y cuerdas o sogas
pegaban hasta que todo su cuerpo breadas, y posteriormente, rociar
rezumaba sangre; después cogían sobre las llagas sebo vinagre, sebo
una libra de pez o una escudilla ardiendo o aceite hirviendo59. Una
de aceite hirviendo y se lo iban escena semejante la encontramos en
echando sobre todo el cuerpo; a el pasaje del negro Zaide del Laza-
continuación lo lavaban con pi- rillo de Tormes, donde el esclavo
mienta del país diluida en agua mozo de establo, al cuidado de los
salada y lo dejaban sobre una caballos de un dignatario eclesiásti-
mesa, con una manta, hasta que
el amo le pareciera que ya podía
trabajar. Otros hacen un hoyo en
la tierra y lo meten dentro, de pie y 58 GIROLAMO, Benzoni. Historia del Nue-
sólo con la cabeza fuera, dejándo- vo Mundo, libr. I, pp. 61-62.
lo allí toda la noche. Los españoles 59 ANDRÉS-GALLEGO, José. La esclavitud
que se valen de esta medicina sos- en la América, pp. 180-181.

104 Revista Historia Caribe


Alfredo Bueno Jiménez

co60, fue hallado culpable por hurtar damento si murió del castigo, si de
en las propiedades de su amo, tras la la enfermedad”64.
inocente confesión del joven Laza-
rillo. Este fue castigado y torturado, Después de ser “pringado” el esclavo
así lo relata Lázaro: “Al triste de mi representado, era conducido hacia la
padrastro azotaron y pringaron61, y a caseta donde se abandonaba sobre
mi madre pusieron pena por justicia, una mesa con una manta. Es decir,
sobre el acostumbrado centenario62, el desamparo total ante la muerte.
que es casa del sobredicho comenda- Como es sabido, se trataba de prác-
dor no entrase ni al lastimado Zaide ticas habituales que se llevaron en
en la suya acogiese”63. Alonso de territorio americano, pero también
Sandoval, presenta el castigo de dar fueron propias de la Europa de la
azotes como un hecho generalizado: época. Amenazas, gritos, órdenes y
la presencia del látigo, formaban par-
te del diario de los esclavos. En las
“[...] el tratamiento que les ha-
mencionadas minas de Guadalcanal,
cen, de ordinario por pocas cosas
y de bien poca consideración, es
los esclavos debían después del día
brearlos, ladarlos hasta quitarles de trabajo en los pozos ir al servicio
los cueros y con ellos las vidas, de los oficiales bajo pena de latiga-
con crueles azotes y gravísimos zos65. En ocasiones, el carácter sádico
tormentos; ellos atemorizados, por de los castigos conducían al esclavo
ahí se mueren podridos y llenos de hacia la muerte, como se desprende
gusanos”, o “moríasele una vez a de una Real Cédula de 15 de Abril
un amo de estos una negra, de pas- de 1540, dirigida a la provincia de
mo, parecíole medicina barata que Tierra Firme, que prohibía que “los
entrase en calor con azotes, y diole negros que se alçaren se les corten
tantos que se dudó con mucho fun- los miembros genitales”66. El esclavo
igualmente podía ser ejecutado cuan-
do su amo debía importantes cantida-
60 FRA MOLINERO, Baltasar (Marzo, des de dinero a sus acreedores, como
1993). “El negro Zaide: marginación social manifiesta una provisión del 30 de
y textual en el Lazarillo”, en Hispania, 76,
nº. 1, pp. 20-21 y 26. Marzo de 1557 que prohibía ejercer
tales prácticas en la isla de La Espa-
61 Pringaron: atormentaron vertiéndole toci-
no derretido (el pringue) sobre las heridas
causadas por los azotes.
64 SANDOVAL, Alonso de. Un tratado so-
62 Los acostumbrados cien azotes con que
bre la esclavitud, libr. II, cap. II, pp. 235 y
se castigaba a las mujeres que vivían con
237.
hombres de otra religión.
65 STELLA, Alessandro. “Herrado en el ros-
63 Anónimo. El Lazarillo de Tormes, (2000),
tro”, p. 158.
edición y estudio de MORROS, Bienveni-
do, Editorial Vicens Vives, Barcelona, , 66 ENCINAS, Diego. Cedulario Indiano, t.
pp. 11-12. IV, fol. 383.

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

ñola “en los dichos ingenios, ni en los por las excelencias de una vida sen-
negros, ni en otras cosas” en casos cilla y pobre, llegando a proponer la
de deuda67. desnudez de los pueblos “salvajes”
como una señal de inocencia y de
La técnica de tortura y maltrato pre- pureza69.
sentada en la ilustración es la de
enterrar el cuerpo del esclavo bajo
tierra, dejando únicamente visible su Primera revuelta de
cabeza. Benzoni comenta que dicha negros cimarrones en
técnica se utilizaba como remedio las Antillas
curativo después de ser azotado el
esclavo. Para reforzar la crueldad de A menudo, determinados intelectua-
la escena, Theodor de Bry introduce les han intentado minimizar el im-
en un plano más alejado una escena pacto de las rebeliones de esclavos
de incesante trabajo en las minas a negroafricanos en Hispanoamérica,
cielo abierto, donde los esclavos des- reduciéndolo a un fenómeno de ám-
nudos y con picos extraen el mineral. bito residual. Sin embargo, estudios
Posiblemente esta desnudez en medio más recientes como el de Roberto
de la naturaleza remita a elementos Cassá y Genaro Rodríguez Morel70,
de carácter ancestral como las repre- han demostrado su verdadera impor-
sentaciones sobre la expulsión del tancia desde el punto de vista socio-
paraíso de Adán y Eva. Es decir, se económico y cultural, centrándose en
le atribuye un carácter peyorativo, el caso de Santo Domingo71.
aludiendo al pecado ancestral, a la
caída misma. Asimismo, la desnudez 69 SEBASTIÁN LÓPEZ, Santiago. Iconogra-
alude a la época dorada, a una vida fía del indio americano. Siglos XVI-XVII,
simple y, por lo tanto, no civilizada68 (1992), Ediciones Tuero, Madrid, , pp. 8-9.
que se le atribuye a los esclavos ne- 70 CASSÁ, Roberto y RODRÍGUEZ MOREL,
groafricanos y al amerindio. En el Genaro (1993). “Consideraciones alternati-
fondo no se hizo más que revalorizar vas acerca de las rebeliones de esclavos en
Santo Domingo”, en Anuario de Estudios
un mito antiguo: la vida paradisíaca Americanos, 50, nº. 1, pp. 101-131.
en los tiempos que precedieron a la
71 Son de gran interés para el estudio del
Historia. Según Santiago Sebastián cimarronaje en América las obras de FE-
López, no fue una idea propia del hu- DERICO GUILLOT, Carlos. Negros
manismo, ya que en la Edad Media rebeldes y negros cimarrones (Perfil
los franciscanos y algunas herejías afroamericano en la historia del Nuevo
Mundo), (1961), Fariña Editores, Buenos
cristianas mostraron su complacencia Aires, ; DIEZ CASTILLO, Luis A. Los
cimarrones y la esclavitud en Panamá,
(1968), Editorial Litográfica, Panamá, ;
67 Ibidem, t. IV, fols. 96-98.
Del mismo autor nos encontramos con la
68 APONTE RAMOS, Dolores. Mapas, cró- obra: Los cimarrones y los negros antilla-
nicas y natividades, p. 97. nos en Panamá, (1981), Impr. J. Mercado

106 Revista Historia Caribe


Alfredo Bueno Jiménez

La principal causa de las rebeliones equívoco de identidad”72, a la que se


estaba en el régimen social existen- añadieron ciertas pautas culturales
te. Las características del esquema de los blancos. Lo que no implica la
de plantación condenaban a los es- criollización, pues a lo largo de todo
clavos de Santo Domingo a con- el siglo XVI, esta fue obstaculizada
diciones de vida extremadamente por el hecho de que la mayoría de los
crueles, condensándose alrededor de esclavos importados eran bozales, es
la plantación azucarera. Las durísi- decir, subsaharianos nacidos en Áfri-
mas condiciones de vida y trabajo de ca que no sabían hablar español, y uti-
los esclavos, unidas a la total mar- lizaban sus lenguas nativas del África
ginación socio-cultural, provocaban Occidental (mandinga, wolof, etc.)73
el suficiente caldo de cultivo para la . Solamente a mediados del siglo
rebelión. De ahí que, como afirma XVII comenzaron a primar los ladi-
Roberto Cassá y Genero Rodríguez nos o criollos. La diversidad étnica
Morel: “combinadas la segmenta- africana representada en el Caribe es-
ciones sociales y culturales, la masa pañol pone de manifiesto la riqueza
esclava desarrollara un sentido in- cultural del continente africano en el
siglo XVI, y revela las dificultades
de comunicación que, en muchos
casos, tenían las personas de origen
Rudas, Panamá, ; FRANCO, Franklin J.
Los negros, los mulatos, la nación domini- subsahariano sometidas a esclavitud
cana, (1969), Editora Alfa y Omega, Santo ya que hablaban diferentes lenguas
Domingo, ; FRANCO, José L. (1981). “Re- y tenían costumbres diversas. Esta
beliones cimarronas y esclavas en los composición daba lugar a pugnas fre-
territorios españoles”, en PRICE, Richard
(coord.). Sociedades cimarronas, Siglo cuentes entre agregados étnicos, y al
XXI, México,; NISTAL-MORET, Ben- mismo mismo tiempo, hacia obliga-
jamin. Esclavos prófugos y cimarrones, da la adopción de patrones culturales
(1984), Universidad de Puerto Rico, Puerto compartidos74. El propio Benzoni lo
Rico, ; PICÓ, Fernando (1986). “Esclavos,
cimarrones, libertos y negros libres en Río confirma:
Piedras, 1774-1873”, en Anuario de estu-
dios americanos, 43, pp. 25-33; YACOU,
Alain Yacou (1993). “La insurgencia en la
isla de Cuba en la primera mitad del siglo 72 CASSÁ, Roberto y RODRÍGUEZ MO-
XIX”, en Revista de Indias, 53, nº. 197, REL, Genaro (1993). “Consideraciones
pp. 23-52; IZARD LLORENS, Miquel. alternativas…”, p. 111.
“Cimarrones, ganchos y cuatreros”, en
73 “Bozales”: era la palabra usada en do-
Boletín americanista, nº. 44, Barcelona,
cumentos históricos para describir a los
1994, pp. 137-154; NAVARRETE, María
esclavos subsaharianos nacidos de África y
Cristina. Cimarrones y palenques en el
recientemente traídos a España como ado-
siglo XVII, (2003), Universidad del Va-
lescentes o adultos.
lle, Colombia, ; TARDIEU, Jean-Pierre.
Cimarrones de Panamá: La forja de una 74 CASSÁ, Roberto; RODRÍGUEZ MOREL,
identidad afroamericana en el siglo XVI, Genaro (1993). “Consideraciones alterna-
(2009), Iberoamericana, Madrid.. tivas…”, pp. 111-112.

Volumen VI N° 19 - Julio - Diciembre 2011 pp 85-112 107


Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

“Cuando tienen que afrontar a los estas medidas, fueron introducidos en


españoles, se ayudan y favorecen mu- todo el Caribe, tanto en el siglo XVI
tuamente dentro de cada tribu, que como en el XVII. Gonzalo Fernández
cuenta con su rey o su gobernador, de Oviedo en su magna Historia Ge-
pero las distintas, tribus se mantie- neral y Natural de las Indias, relata
nen separadas, por lo que no hacen la rebelión y posterior represión sobre
a los españoles daño que les podrían los esclavos. Según cuenta:
causar si actuaran unidos”75.
“Hasta veinte negros del almiran-
Esta situación de rechazo y rebeldía te, y los más de la lengua de los
de los esclavos cimarrones76 es ilus- jolofes,de un acuerdo, segundo día
trada en la Lámina V, titulada: “Hu- de la Natividad de Cristo, en prin-
yen los negros de la servidumbre por cipio del año de mil quinientos e
causa de la crueldad de los españoles veinte e dos, salieron del ingenio e
y matan a varios déstos”. Con un alto fuéronse a juntar, con otros tantos
contenido histórico, la imagen nos re- que con ellos estaban aliados, en
lata la primera rebelión de cimarrones cierta parte. E después que estu-
en las Antillas durante la Navidad de vieron juntos hasta cuarenta dellos,
1522 en el ingenio de Diego Colón mataron algunos cristianos que es-
(1473-1526), entonces virrey de San- taban descuidados en el campo e
to Domingo. La misma estuvo enca- prosiguieron su camino para ade-
bezada mayoritariamente por negros lante, la vía de la villa de Azua”.
“jelofes” (wolof), procedentes del
Dejal, actual Senegal. En La Habana […] “hubieron muerto nueve cris-
su importación llegó a estar prohibida tianos, fueron a asentar real a una
por Real Cédula de 28 de Septiembre lengua de Ocoa, que es donde está
de 1532, bajo la imputación de ser un ingenio poderoso del licenciado
“soberbios e inobedientes y revolve- Zuazo, oidor que fué en esta Au-
dores e incorregibles”77. A pesar de diencia Real, con determinación

75 BENZONI, Girolamo. Historia del Nuevo de la Contratación de que no pasen a las


Mundo, libr. II, p. 162 Indias ningunos esclavos, llamados gelofes
[...]”. Recopilación de Leyes de los Reynos
76 Sobre el concepto de cimarrón exis-
de Indias (1681), (1973), Ediciones Cultu-
te una gran problemática, todavía no se
ra Hispánica, Madrid, , libr. IX, tít. 26, ley
sabe a ciencia cierta cuándo comenzó a
19, fol. 4. Los “jolofes” tenían fama de ser
usarse, de dónde provino y cuál es su ver-
buenos guerreros y portadores de caracteres
dadera etimología. ARROM, José (1983).
islámicos. Muy interesante al respecto es el
“Cimarrón: apuntes sobre sus primeras do-
artículo de LA FUENTE GARCÍA, Alejan-
cumentaciones, y su probable origen”, en
dro de (1990). “Esclavos africanos en La
Revista Española de Antropología Ame-
Habana: Zonas de procedencia y denomi-
ricana, nº 13, pp. 47-48 y 55-57.
naciones étnicas, 1570-1699”, en Revista
77 ENCINAS, Diego de. Cedulario Indiano, t. Española de Antropología Americana, nº.
IV, fol. 383. “Tenga mucho cuidado la Casa 20, pp. 135-160.

108 Revista Historia Caribe


Alfredo Bueno Jiménez

que el día siguiente, en escla- nios80. Una práctica regular entre los
reciendo, pensaba los rebeldes insurgentes consistía en liberar a los
negros de dar en aquel ingenio e negros que estaban presos, llevándo-
matar otros ocho o diez cristianos se igualmente a las esclavas negras,
que allí había, e rehacerse de más todos los alimentos que podían lle-
gente negra. E pudiéronlo hacer, var consigo, las armas, los caballos,
porque hallaran más de otros cien- el ganado vacuno, etc.81 En algunas
to e veinte negros en aquel ingenio; ocasiones las revueltas de cimarrones
con los cuales si se juntaran, tenía llegaron a transcender hasta tal punto
pensado de ir sobre la villa de Azua de apoderarse de numerosos puertos
y meterla a cuchillo y apoderarse de mar82.
de la tierra, juntándose con otros
muchos negros que en aquella villa En cuanto al grabado, en un primer
hallaran de otros ingenios”78. plano se puede apreciar a un grupo de
seis cimarrones apresados por las ma-
Como indica el fragmento de texto, nos ante la presencia de Diego Colón
entre los objetivos de la rebelión en seguido de otros soldados armados
la Navidad de 1522, se encontraba con mosquetes que posan sobre sus
incorporar el mayor número posible hombros. El campo de acción se de-
de esclavos, con objeto de conformar sarrolla en un plano secundario de la
un importante contingente de escla- composición, donde cerca de un mo-
vos que pudiesen hacer frente a los lino, habiendo “estado ellos tumba-
colonos españoles. Por ello, marcha- dos (los cimarrones) ante uno de esos
ron a orillas del río Ocoa, donde se molinos para pasar la noche, atacóles
encontraba el ingenio de azúcar del li- mientras dormían” los españoles. Al
cenciado Alonso Zuazo, miembro de margen izquierdo se representa el ata-
la élite administrativa, para hacerse que de la caballería armada con largas
con “ciento e veinte negros en aquel lanzas y dirigida por el capitán Fran-
ingenio”79. Normalmente, este tipo de
rebeliones estuvieron acompañadas
por centenares de negros que seguían 80 FRANCO, José L. (1981). “Rebeliones ci-
las órdenes de sus capitanes. Los es- marronas y esclavas…”, p. 46
clavos alzados cometían numerosos 81 RODRÍGEZ MOREL, Genaro (1992).
robos y quemaban las plantaciones de “Esclavitud y vida rural…”, p. 108.
caña, así como las casas de los inge- 82 Real Cédula del 13 de Junio de 1615 di-
rigida a la Audiencia de Santo Domingo,
Valladolid (AGI, Santo Doming 869, leg.
6, fols. 217 v - 218 r). El licenciado García
Pérez de Arauel, fiscal del Consejo de In-
78 FERNÁNDEZ DE OVIEDO, Gonzalo.
dias, daba noticia sobre una cabalgada de
Historia General y Natural de las Indias,
negros cimarrones en La Española, que se
t. I, libr. IV, cap. 4, pp. 98-99.
apoderó de “más de veinte puertos de varo-
79 Ibidem. nes y hembras”.

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

cisco de Ávila. Los rebeldes aparecen siendo presos en apenas cinco días y
desnudos y prácticamente indefensos ahorcados la mayor parte de ellos85.
ante el ataque de la caballería. Sola-
mente algunos se defienden y atacan Es un grabado con varias secuencias
a un español tendido en el suelo, que figurativas en un mismo tiempo, es
posiblemente sea Melchior de Castro, decir, distintas acciones ocurridas en
escribano mayor y vecino de la ciudad el tiempo utilizadas en una misma es-
que “le pasaron el brazo izquierdo con cena. En este sentido, los prisioneros
una vara y quedó mal herido”83. Mel- cimarrones del primer plano son los
chior es atacado con una especie de mismos ahorcados de los árboles. Se
maza semejante a la ibira-pema o ta- trata un recurso narrativo muy utili-
cape, instrumento muy utilizado por los zado tanto en la plástica como en la
indígenas tupinambas para el sacrificio gráfica y también por el Taller de Bry,
ritual de los prisioneros. El resto de los como he podido constatar en muchas
esclavos huyen hacia el bosque. En el de sus ilustraciones. Además de su
margen derecho se acentúa el dramatis- valor artístico, es indudable su valor
mo del grabado con el ahorcamiento de histórico, pues es la primera gran re-
los principales cabecillas de la rebelión. belión de esclavos cimarrones en las
Fernández de Oviedo cuenta: Antillas, que no tardaría en reprodu-
cirse en otros lugares próximos como
“Y quedando el almirante en el cam- Puerto Rico, donde hubo por primera
po, hizo buscar con tanta diligencia vez, en el año 1533, una revuelta de
los negros que habían escapado de negros, que costó enormes esfuerzos
la batalla y eran culpados, que en para sofocar. En el mismo año de
cinco o seis días se tornaron todos, 1522 ocurrió la famosa rebelión de
e mandó hacer justicia dellos, e esclavos cimarrones en la ciudad de
quedaron sembrados a trechos por Panamá, encabezada por Bayano, que
aquel camino, en muchas horcas”84. al frente “de un ejército y escuadrón
de más de 1.200 negros y negras”,
Aquellos que consiguieron adentrarse causo importantes daños, “sacan-
en el bosque y escaparon en un primer do los negros y negras cautivas del
momento de la muerte, fueron perse- servicio de sus amos españoles”, y
guidos por el capitán Pero Ortiz de llevándolos a los montes donde se
Matienzo, “el cual los siguió e peleó refugiaban86. Igualmente merece re-
con ellos, e mató a algunos, e prendió
a aquellos de quien se hizo la justicia”,
85 HERRERA Y TORDESILLAS, Antonio.
Décadas del Nuevo Mundo, t. II, déc. III,
libr. IV, cap. 9, p. 392.
83 FERNÁNDEZ DE OVIEDO, Gonzalo.
86 ORTIGUERA, Toribio de. “Jornada del Río
Historia General y Natutal de las Indias, t.
Marañón”, en Biblioteca de Autores Espa-
I, libr. IV, cap. 4, p. 100.
ñoles (Tomo Ducentésimo decimosexto),
84 Ibidem. Madrid, Ediciones Atlas, 1968, cap. 1, p. 220.

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Alfredo Bueno Jiménez

cordarse la revuelta en San Felipe de a poco se fueron conformando am-


Buria, en la provincia de Venezuela, plios contingentes que dieron lugar
en el año de 1553, donde los negros a palenques, es decir, establecimien-
fueron casi durante un año dueños tos aldeanos regidos por un sistema
de las montañas, llegando a atacar defensivo. No obstante, el carácter
la ciudad de Nueva Segovia, aunque más desarrollado es el representado
sucumbieron dos años después87. en el grabado, la “cimarronada”, que
Uno de los actos más llamativos de consistía en una campaña continua
cimarrones en Santo Domingo, donde de depredaciones contra la vida y las
pusieron en peligro la seguridad de propiedades de los blancos90.
la producción del dulce en los inge-
nios, fue el incendio de San Juan de la Para la prevención del cimarronaje
Maguana, villa que poco después fue se redactaron numerosas ordenanzas,
evacuada, al grado que se certificó el que entre otras medidas prohibían a los
sitio como exclusivamente poblado esclavos negros portar armas, tener li-
por “grifos” (mulatos muy oscuros)88. bertad de movimientos,nocturnidad,
alejarse de las haciendas sin permiso
El acto más común de rebeldía era la del amo, etc., acceder a determinados
huida individual en el entorno de la objetos peligrosos, etc91. Algunas dispo-
unidad productiva, debido a la falta siciones para Santo Domingo, ordena-
de organización. Esta aislada forma ban a los hacendados que mantuvieran
de actuar estaba condenada al fracaso cepos y otros instrumentos de castigo.
y los rebeldes solían ser capturados Incluso surgieron ordenanzas que ins-
con suma facilidad y sometidos a cas- tituyeron cuadrillas que perseguían
tigos. En las haciendas jesuitas, las por los campos a los sublevados, y se
instrucciones recomendaban una ac- dieron algunas otras prohibiendo que
titud de conciliación y perdón con la los negros libres les prestasen apoyo92.
finalidad de recuperar al esclavo para Los reglamentos estaban concebidos
la fuerza productiva89. Una modalidad con el fin de reprimir la protesta y pre-
muy presente fue la de grupos redu- servar el sistema de trabajo. Aunque
cidos que se cohesionaban en torno a en otras muchas ocasiones la severidad
un propósito definido de fuga y se in- estimuló la rebelión. En este sentido, la
ternaban a zonas muy remotas. Poco
90 CASSÁ, Roberto y RODRÍGUEZ MO-
REL, Genaro (1993). “Consideraciones
87 HABLER, Conrado (1896). “Los co- alternativas…”, pp. 115-116.
mienzos de la esclavitud…”, p. 516.
91 LUCENA SALMORAL, Manuel. Los
88 RODRÍGUEZ MOREL, Genaro (1992). Códigos Negros de la América española,
“Esclavitud y vida rural…”, p. 103. (1996), Ediciones Unesco, Madrid, , p. 10
89 MARTÍNEZ DE CODES, Rosa María 92 CASSÁ, Roberto y RODRÍGUEZ MO-
(1995). “De la reducción a la plant- REL, Genaro (1993). “Consideraciones
ación…”, p. 102. alternativas…”, p. 122.

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Representación gráfica de la esclavitud negroafricana en el caribe español por el taller de bry

revuelta de cimarrones presentada en la postulados renacentistas, mostrando


Lámina V, tuvo una gran importancia sus cuerpos semejantes a las escul-
en el ordenamiento jurídico de esclavos turas clásicas y peinados a la moda
negroafricanos ya que dio lugar a una europea, siendo en muchos casos solo
de las primeras normas sobre esclavos identificables a través del epígrafe que
el 6 de Enero de 1522. acompaña al grabado o por el trabajo
que están desempeñando. El ejemplo
Conclusión más claro lo encontramos en la Lámi-
na IV, donde los esclavos de espaldas
Los grabados que he analizado son al espectador, solo son reconocibles
bastante fieles a la realidad históri- por la acción de tortura, el fragmento
ca, pues las situaciones que visuali- de texto que alude a ellos y el trabajo
zan ocurrieron en el Caribe colonial en las minas que desempeñan algunos.
como demuestra la documentación
histórica conservada. El ámbito que Para concluir, debo señalar que los
se ilustra queda reducido al rural, lo cinco grabados son de un gran valor
que hace una injusticia al papel que artístico e histórico, porque visua-
desempeñaron los esclavos y esclavas lizan con gran fidelidad la crueldad
en los centros urbanos, como testifi- en el tratamiento hacia los esclavos,
can las numerosas representaciones equiparándose con frecuencia a las
de bailes y fiestas de negros que se bestias. Mediante la utilización de
celebraban los domingos y los días secuencias figurativas con escenas
de fiesta en las ciudades, tanto en la alejadas y cercanas al espectador, se
Península Ibérica como en América93. intenta mostrar la enorme contribu-
ción de los esclavos negroafricanos
Muy llamativa es la exclusión de las a la riqueza de Europa, como mano
esclavas negroafricanas en las cinco de obra barata, y participando en los
láminas, cuando realmente fueron sectores productivos más importantes
muy numerosas en América y la Pe- de la etapa colonial, como la mine-
nínsula Ibérica, pero, sin duda, se ría y la plantación. Por otro lado, el
debe a que su presencia se concen- Taller de Bry, tampoco se olvida de
traba en el ámbito doméstico. las rebeliones de cimarrones que tan-
to pánico causaron entre la población
En cuanto a su representación es- siendo objeto de una gran represión y
tética, los esclavos aparecen bajo un progresivo ordenamiento jurídico94.

93 MÉNDEZ RODRÍGUEZ, Luis R. (2007). 94 LARRAZABAL BLANCO, Carlos. Los


“Bailes y fiestas de negros. Un estudio de negros y la esclavitud en Santo Domingo,
su representación artística”, en Archivo (1975), Julio D. Postigo e Hijos Editores
hispalense: Revista histórica, literaria y Santo Domingo, Santo Domingo, , pp. 95-
artística, 90, nº 273-275, pp. 397-401. 128.

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