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TRATAMIENTO

EL tratamiento puede clasificarse en dos tipos:

Tratamiento médico

El tratamiento médico consiste principalmente en la mantención de la hidratación y el


mejoramiento del flujo laminar. La hidratación también previene la resecación y la formación de
costras, y permite el flujo laminar al mantener la mucosa húmeda.

El tratamiento incluye la utilización de sprays nasales con cloruro de sodio, aunque puede
adicionarse propilenglicol para incrementar la densidad de la solución y antibióticos como
elementos complementarios a la solución salina.

Existen “botones septales” que pueden ser colocados en el defecto, llenándolo y proporcionando
una barrera física. El botón disminuye el flujo turbulento nasal y mejor los síntomas, aunque esto
es variable en cada paciente. Puede haber acumulación de costras en los bordes del dispositivo,
por lo que podría causar dificultades con la higiene nasal.

Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico puede depender del tamaño del defecto septal. En defectos menores a
2 cm se puede realizar un abordaje endoscópico nasal, mientras que los defectos mayores de 2 cm
tienen más complejidad y es preferible realizar una rinoplastia externa.

La reparación quirúrgica consiste en la colocación de colgajos mucopericóndricos de rotación, con


injertos periósticos de calota o pericóndricos de la concha, junto con un cierre meticuloso que
evite las dehiscencias o los hematomas de la reconstrucción.

Una excepción a esta indicación es cuando la etiología de la perforación septal es por causas
autoinmunes, como la poliangeitis con granulomatosis (Granulomatosis de Wegener). Una revisión
sistemática reciente de la GPA y la perforación del tabique recomendó no realizar la reparación de
la perforación del tabique en este grupo, incluso en el contexto de una enfermedad inactiva.

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