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La historia de la Revisoría Fiscal en Colombia generalmente se ha presentado como una cronología de la legislación al respecto, y aunque ninguno
de los estudios realizados es completo en este campo se ha avanzado bastante; faltaría quizás alguna compilación que hiciera posible su
divulgación masiva.
En el campo de la crítica textual no se ha hecho nada por dos motivos: no se percibe su utilidad práctica y los documentos actuales no resisten
un análisis serio de este tipo. Debe reconocerse que los estudios sobre esta temática son incipientes; falta mucho por elaborar en perspectiva
científica.
En cuanto al tratamiento etiológico del tema, es muy poco lo que existe y dada su utilidad es la clase de análisis que se usa en este estudio. Se
pretende ir a las raíces y desde éstas, realizar una interpretación que sea válida y contextualice la situación actual.
Las raíces de la Revisoría Fiscal se encuentran en el Derecho Romano civil, donde sobresalen ciertos procesos e instituciones que siglos más tarde son
mezclados con los procesos y las instituciones del Derecho Mercantil para dar origen a la figura de la Revisoría Fiscal contenida en la legislación
Colombiana de la época del código de comercio de 1971.
Con los procesos de final del siglo XX caracterizados por los fenómenos de globalización, internacionalización, apertura y telecomunicaciones,
se ha gestado una evolución adicional el derecho Mercantil evoluciona en una multiplicidad de formas: societario empresarial internacional,
etc., generando la imperiosa necesidad de construcciones nuevas respecto de la Revisoría Fiscal. Éste es el estado actual de la cuestión y
recibirá la atención debida.
Horizontes
Proceso de Información
Entre esas magistraturas las más importantes y estables fueron el consulado, la Pretura, la cuestura, la edilidad Curul y el Tribunado de la Plebe;
y dos de carácter transitorio. La censura y el visado. La censura, a cargo del censor, era una magistratura la cual apareció en la época en
que Servo Tulio creó el Censo como elemento fundamental para hacer práctica su reforma, la cual daba la facultad de decidir acerca del honor de
los ciudadanos. El visado, a cargo del Visador tenía como función reconocer o examinar un instrumento poniéndole el visto bueno con el fin de
darle validez y autenticidad.
Es importante subrayar la autoridad propia cuyo poder especial consistía en examinar, investigar y reconocer, la capacidad certificante mediante
la cual se da un dictamen favorable (visto bueno) o adverso (tacha de infamia).
En esta época aparece una verdadera legión de funcionarios imperiales que actuaban como delegados del emperador para el ejercicio de
unas funciones especializadas, sobresalen los procuradores quienes ejercían cargos de tipo administrativo de la hacienda pública; los auditores
recibían las apelaciones contra las sentencias pronunciadas; los interventores tomaban parte en un asunto intercediendo o condenando; y los
fiscalizadores eran los encargados de promover los intereses del fisco (tesoro del Estado, conjunto de bienes públicos; a diferencia de la hacienda,
patrimonio del emperador) averiguando o delatando las operaciones de los particulares.
Con la caída del imperio, el Derecho Romano y con éste sus proceso se instituciones ocupó un lugar secundario debido a que los
germanos (el pueblo bárbaro de los longobardos) impusieron su derecho nacional.
Francia, dividida en norte y sur, vivió el fenómeno de dos maneras distintas. El sur, que formaba parte del Imperio Romano desde la caída de
Julio César, aplicó el Derecho Romano después de la caída del Imperio de Occidente por intermedio de Brevario de Alarico. El norte, con gran
población germánica, persistió en el derecho consuetudinario germánico reconociendo el valor territorial de la costumbre. Esta separación tuvo fin
con el Código Napoleónico de 1804. Desarrolla especialmente las figuras del Comisario y del Contralor.
España, conquistada por Roma, recibió de ésta su sistema jurídico de Derecho escrito; invadida por los pueblos germanos Inspiró su derecho
en las costumbres de estos pueblos; y convertida al catolicismo recibió de la iglesia el Derecho Canónico,
La Identidad jurídica española, elaborada por Alfonso X El Sabio en 1256 y escrita en Las Siete Partidas, es una mezcla de estas tres
corrientes de Derecho. Desarrolla con especial énfasis las figuras del Revisor y del Censor.
Inglaterra fue el único país que se resistió al fenómeno de la recepción del Derecho Romano y, colocaba bajo la égida del Common Law,
dio origen al segundo gran sistema jurídico, el Derecho Anglosajón, opuesto al Derecho Romano, La figura del Auditor recibe en este sistema
un desarrollo particular.
La Revisoría Fiscal en Colombia es producto de la confluencia del derecho napoleónico, el desarrollo español y el derecho anglosajón con
primacía del segundo de éstos.
Entender este marco etiológico es necesario para una correcta comprensión de la historia de la Revisoría Fiscal colombiana pues se trata de algo
único en el mundo
(teoría de la isla), como también es valido señalar que por cuanto en otras latitudes es así aquí también tiene que serlo (teoría del
universalismo de la técnica).
• Desde el origen de la misma vida ciudadana se percibe la necesidad de un control político-social en manos de los ciudadanos sobre
las instituciones de éstos: control privado de una acción con efectos públicos como los es especialmente la relación económica.
• El control se basa en un examen o investigación realizada por autoridad propia o delegada.
• Si la autoridad es propia, se puede emitir un dictamen (juicio, sentencia); pero si es delegada, sólo podrá dar una opinión (favorable o
adversa): capacidad certificante.
• En la medida que las funciones son específicas, éstas solo pueden ser desarrolladas por técnicos especializados: funcionarios
encargados, esto, es, personas a quienes se les da un cargo para que desarrollen ciertas funciones.
• La evolución de las instituciones políticas acarrea transformaciones radicales en los procedimientos e instituciones de control: así como cambia
la organización social deben modificarse y adecuarse los mecanismos de control.
• La Revisoría Fiscal en Colombia es producto de la confluencia del derecho napoleónico, el derecho español y el derecho mercantil,
su origen está en el derecho romano como una necesidad de control político-social en manos de los ciudadanos.
Sin embargo, conveniente hacer una aclaración importante: el hecho de encontrar las raíces de las instituciones actuales no quiere decir que las
instituciones de hoy son iguales o las mismas de entonces. La evolución de las relaciones sociales, su complejidad creciente y su tecnificación
acelerada, permiten encontrar las mismas
Raíces para diferentes instituciones de hoy. El desarrollo posterior tiene mucho que agregar al objeto de este estudio.
En el caso concreto del Derecho Comercial moderno, dentro del sistema latino se distinguen dos vertientes: latino europea y latinoamericana.
La vertiente latino europea es originada en el Código de Comercio Francés de 1808 y a ella pertenecen las legislaciones de Francia,
España, Portugal y Bélgica; sus fundamentos son:
La historia socio-económica colombiana fue marcada por el sello español en su primera dependencia y luego por el sello norteamericano
en lo que se ha denominado neocolonialismo.
Vale la pena analizar el legado español (que en el campo del Derecho comercial ha dependido de Francia) pues al fin y al cabo fue el que dio
las características
Definitivas a lo que en la legislación colombiana de los 70’s se conoce como
Revisoría Fiscal.
1.2.1 Sistema de Concesión
Fue el sistema dominante durante toda la Edad Media en Europa y el aplicado por los regímenes colonialistas. Con el surgimiento del
mercantilismo no solo fue necesario transportar grandes cantidades de mercancías sino también aunar esfuerzos y recursos financieros, lo
que obligó a la creación de empresas o sociedades, las cuales tuvieron gran auge en los siglos XVII y XVIII.
Para poder funcionar requería de un permiso especial llamado Concesión, la cual es otorgada mediante una Ley especial en la cual el soberano
constituía la sociedad, fijaba su duración y los términos en que podía desenvolverse y funcionar.
En esta época hay un estricto control y vigilancia por parte del soberano, que reglamenta lo que se puede hacer (concesiones) y lo que no
se puede hacer
(Prohibiciones), tanto al interior de la monarquía como en las colonias y de éstas entre sí.
Para las colonias españolas revistieron especial importancia las Ordenanzas de Bilbao y las reglamentaciones de la Casa de Contratación de
Sevilla. Estas, propiamente no contemplan institución alguna que pueda citarse como antecesora de la Revisoría Fiscal, pero sí funcionarios a
quienes se les encargaban tareas específicas: los revisores, los inspectores y los fiscalizadores, entre una diversidad de nombres. En realidad éstos
no eran profesionales en el sentido moderno del término sino individuos a quienes se les asignaban tareas de acuerdo a lo señalado en la Concesión y
para la sociedad determinada objeto de ella.
En Colombia, el Congreso de la Nueva Granada expide el 29 de mayo de 1853 un Código de Comercio por medio del cual se derogan las Ordenanzas
de Bilbao y se consagra el nuevo sistema de libertad; autovigilancia de los socios, sean éstos o no administradores.
Este sistema en realidad duró poco debido a que rápidamente degeneró en numerosos abusos, fraudes y estafas, llevando al Estado Francés a
intervenir todas las compañías prohibiéndolas hasta 1796. Es en esta época cuando por primera vez se habla y se actúa de intervención del
Estado en la economía como mecanismo de control a fin de evitar malos manejos y proteger los intereses de la comunidad en general. Tan graves
fueron los abusos de la época comentada que el Estado optó por el máximo rigor; en la era de la libertad absoluta, prohibir la organización de
cualquier compañía y acabar con las existentes.
Abarca dos etapas básicas ; 1)la autorización, y 2) el control gubernamental, a cargo de organismos oficiales creados con este fin y que lo
hicieron efectivo con la más variada gama de instrumentos: otorgamiento de permiso para funcionar, visto bueno oficial de los estatutos, análisis y
publicación de los balances periódicos, vigilancia sobre las reuniones de asociados mediante la asistencia de funcionarios encargados de verificar
el cumplimiento de los preceptos legales y estatutarios, vigilancia del resultado de los ejercicios económicos y la distribución de dividendos,
obligación de constituir reservas, inspección sobre la integridad del capital social y de las medidas en caso de pérdida total o parcial; así
como la intervención administrativa en la liquidación.
La cantidad de funcionarios destinados a ello fue creciendo en número más no en calidad: revisores, interventores, contralores, comisarios,
auditores, que llevaron al exceso el intervencionismo estatal al inmiscuirse en el detalle de la administración y la dirección.
Fue abandonado paulatinamente; por Francia en 1867, Alemania en 1873 e Italia en 1882.
A este sistema pertenece el Código de Comercio Colombiano de 1869 que es copia del de Panamá (1869), el cual copió de Chile (1855) y éste del
de Italia, que se había inspirado en el francés. Haciendo parte del sistema federalista, este Código consagra especialmente la autovigilancia por
parte de los asociados y tiene la más explícita referencia a lo que es hoy la Revisoría Fiscal en tres figuras jurídicas: el Comisario, la Junta de
Vigilancia y el Derecho de Inspección.
El Comisario
Es un delegado del Estado, nombrado con poder ejecutivo, vigilante de las operaciones sociales, denunciante de la infracción de los estatutos,
pagando por la compañía vigilado, no en carácter de órgano sino como persona responsabilizada de un cargo. El artículo 562 del Código en
mención dice: "El poder ejecutivo podrá nombrar un Comisario que vigile las operaciones de los administradores de los administradores y les
de la inejecución de los estatutos. Este comisario será pagado por la compañía".
La Junta de Vigilancia
Fue establecida para la Sociedad en Comandita por acciones y debía estar compuesta por lo menos por cinco accionistas nombrados por la
asamblea general, con las funciones de examinar si la sociedad ha sido legalmente constituida, inspeccionar los libros de contabilidad y
proposiciones que haga el gerente. El artículo 624 del Código de Comercio mencionado establece una corresponsabilidad de esta Junta con los
gerentes: 1) Cuando haya permitido a sabiendas que en los inventarios se cometan inexactitudes graves, que perjudiquen a la sociedades o a
terceros; 2) Siempre que, con conocimientos de causa, haya consentido en que se distribuyan dividendos no justificados por inventarios regulares y
sinceros.
El Derecho de Inspección
Instituido para las sociedades anónimas y colectivas, en las cuales no existía una Junta de Vigilancia sino solo el Derecho de inspección ejercido
por los socios, que consistía en el poder de examinar la contabilidad de la administración en un plazo de ocho días, en la época y forma como lo
permitan los estatutos.
Se observa acá un doble control: por una parte el ejercido por el Estado a través de sus funcionarios, y por otra el ejercido por los mismos
asociados.
La eliminación de este sistema en Colombia fue en parte por los vicios antes descritos de los funcionarios, y en parte porque se
adoptaba el nuevo sistema vigente en las metrópolis.
En Francia también recibió el nombre de Régimen de Responsabilidades; salvaguardando la libertad de comercio y la voluntad de
asociación, eliminó la injerencia permanente y detallada de los funcionarios públicos, pero dejó en manos de los asociados y
administradores la obligación de asumir las consecuencias de sus actos. Sometió a permiso previo y a control oficial las sociedades
anónimas regidas por normas especiales como las de seguros, capitalización y similares. Pero como se excluía la intervención de
organismos oficiales, el Estado responsabilizaba, por el incumplimiento de la ley, a determinadas personas visibles (promotores,
fundadores, administradores y aún sobre quiénes ejercían vigilancia y fiscalización). En caso de violación de los preceptos legales,
respondían civil y penalmente, según la gravedad de la trasgresión cometida.
Este sistema consagró algunas pautas que en su gran mayoría, si bien con ligeras modificaciones, subsisten hoy. Entre esas pautas sobresale la
instauración de la vigilancia privada con el fin de someter la gestión de directores y administradores a un control permanente. Desde entonces se
previo que el ejercicio de esa fiscalización llevaba implícitas facultades para: examinar constantemente la contabilidad, efectuar arqueos de
valores, asistir a las reuniones del órgano supremo, suplir a los demás órganos sociales cuando éstos dejen de cumplir algunas de sus
obligaciones, analizar las cuentas y obtenidos de cada ejercicio, e intervenir en la liquidación, entre otros.
Modernamente este sistema se ha desarrollado en lo denominado como Niveles de Fiscalización y ha sido acogido en Colombia mediante un proceso
lento en el que primó inicialmente el Estado Policía y luego la intervención del Estado en la economía para dar cabida al conflicto y a la
crisis que se viven en la actualidad.
Se nota como fundamental el carácter social (necesidad pública) de inspeccionar la economía privada, Este es un pilar que es imprescindible
entender para una
Valoración correcta de lo que es la Revisoría Fiscal y de cuáles deben ser sus procedimientos y técnicas.
Ello lo realiza mediante la creación de unas instituciones en las cuales ciertos funcionarios tenían determinados cargos para su desempeño. Las
más importantes entre las relacionadas con la Revisoría Fiscal son:
Sección de “Inspección y Circulación” del Ministerio del Tesoro: Funcionarios: Inspectores y subinspectores de gobierno.
Cargos:
• Practicar visitas por lo menos dos veces al mes en bancos y demás instituciones de crédito.
• Cerciorarse por medio de arqueos y revisiones numéricas de que se cumplan las prescripciones legales.
• Sentar actas de sus diligencias, que deben ser publicadas en el periódico oficial.
• Se Subraya: El artículo 14 consagra como responsabilidad de los administradores enviar al gobierno y publicar en el Diario
Oficial el balance mayor (mensual) y el estado de situación (semestral), “formado con intervención del inspector o subinspector
correspondiente.
Banco de la República
Funcionarios: Auditores.
Cargos: Asesorar al Superintendente bancario, de tiempo en tiempo, para la revisión de los bancos. Eran personal de revisores competentes
bajo la dirección del superbancario.
En la exposición de motivos de esta ley se empleó el término revisor, pero en l a ley quedó auditor por influencia de la misión Kenmmerer.
• Inspector de la Superbancaria: efectuar la inspección y vigilancia de los bancos mediante visitas para investigar la situación y los recursos,
encaje cuentas con oíros bancos, manera de dirigir y manejar sus negocios, la conducía de sus directores, la inversión de sus fondos, la
seguridad y prudencia de su manejo, la garantía ofrecida a aquellos a cuyo favor están constituidas las obligaciones, si las prescripciones
legales se han cumplido en la administración de los negocios y demás cuestiones que el superintendente disponga averiguar. Tendrá la
facultad de hacer revisiones especiales o parciales, cuando a su juicio lo requiera el bien público.
Se subraya: El nombre de sus cargos es auditor o inspector, pero en realidad realizan una labor de revisión, control y vigilancia, en la
empresa privada y en función del bien público, como delegación de la función del Estado.
Anónimas en Colombia. Se buscaba reglamentar el ejercicio con personas idóneas, por lo cual se pensó en los Contadores Juramentados.
Régimen legal: ley 58 de 1931 (fue suspendida y solo entró en vigencia en 1937). Reconocida la existencia de la Revisoría Fiscal en la práctica
comercial como solución a la necesidad de fiscalización de las sociedades, se les dio carácter de obligatoria mediante la ley 73 de
1935, señalándosele expresamente sus funciones; su nombramiento estaba a cargo de la
Asamblea General para período igual al del gerente; con suplente.
La Reforma constitucional de 1968 hace una innovación mayor pues consagra el imperativo social de la intervención del Estado aunque la
propiedad privada sigue siendo la Institución fundamental: de un intervencionismo ocasional (vigilancia) se pasa aun intervencionismo total en vías de
realizar una democracia funcional y no meramente política.
La intervención estatal es el conjunto de instrumentos, sistemas o medios jurídico- políticos con los cuales se realiza el “régimen de libertad individual
y económica y derechos políticos y culturales” denominado Estado Moderno, frente al Estado Clásico que es “régimen de libertad individual y
derechos políticos”. Actualmente se habla de la dimensión político-social del estado Moderno: el Estado en la era de la intervención económica y
social, que para otros es solamente un período de evolución dado que corresponde a una mezcla de otros tipos de Estado en el momento
presente.
De la intervención del estado en la economía se derivan los denominados Niveles de Fiscalización que según la esfera de la actividad pueden ser
privados o públicos. Los niveles de fiscalización privados son la fiscalización individual, jurisdiccional, administrativa, tributaria y privada. Los
niveles de fiscalización públicos son de orden nacional, departamental, municipal, descentralizado y de economía mixta.
Fiscalización Individual
Corresponde al Derecho de inspección y es el derecho de cada asociado para vigilar el desarrollo de los negocios sociales.
Puede ser ejercido mediante dos formas: la participación deliberativa en las asambleas y juntas de socios, y el examen de los libros de
contabilidad.
El examen de los libros de contabilidad varía en las distintas sociedades mercantiles. En la sociedad colectiva, aún delegada la
administración, los socios tendrán el derecho de inspeccionar, por sí mismos o por medio de representantes, los libros y papeles de la sociedad
en cualquier tiempo. Igual sucede en las sociedades en comandita, en las cuales "el comanditario tendrá la facultad de inspeccionar en
cualquier tiempo, por sí o por medio de representante, los libros y documentos de la sociedad. En la sociedad anónima es uno de los derechos
del accionista pero está limitado a ejercerlo dentro de los quince días hábiles anteriores a las reuniones de la asamblea general en que se
examinen los balances de fin de ejercicio.
Como puede observarse, la fiscalización individual es muy limitada y en la práctica difícil de ejercer por el tamaño y la complejidad de las
sociedad modernas. De todas maneras, es un derecho que existe y puede ser ejercido.
Fiscalización Jurisdiccional
Es la ejercida por la rama jurisdiccional del poder público cuando interviene o dirime controversias entre asociados, entre éstos y la
sociedad y terceros. Está a cargo de los jueces de la República según las distintas instancias y jurisdicciones y con los procedimientos señalados por
la Ley para ello.
Entre los auxiliares de justicia sobresalen: peritos, secuestres, partidores, liquidadores, curadores ad- Ítem, contadores, agrimensores,
síndicos, intérpretes y traductores, los cuales si bien no requieren idoneidad profesional específica, sí desempeñan funciones precisas para las
que son nombrados.
Fiscalización Administrativa
Consagrada por el numeral 15 del artículo de la Constitución de 1886 como una de las funciones administrativas del Presidente de la República:
"ejercer la inspección necesaria sobre los demás establecimientos de crédito y las sociedades mercantiles, conforme a la leyes".
De esto se derivan dos hechos fundamentales:
• El Presidente de la República tiene competencia general para Inspeccionar todas las sociedades mercantiles.
• Debe hacerlo conforme a las leyes.
La Constitución de 1991, antes que eliminar esta fiscalización administrativa, la reforzó, El artículo 189 señala que corresponde al Presidente de
la República como Jefe de Estado, Jefe del Gobierno y Suprema Autoridad Administrativa, entre otras cosas:
• Ejercer la potestad reglamentaria, mediante la expedición de los decretos, resoluciones y órdenes necesarios para la cumplida ejecución
de las leyes.
• Ejercer, de acuerdo con la ley, la inspección, vigilancia y control sobre las personas que realicen actividades financiera, bursátil,
aseguradora y cualquier otra relacionada con el manejo, aprovechamiento o inversión de recursos captados del público. Así mismo,
sobre las entidades cooperativas y las sociedades mercantiles.
El artículo 266 del Código de Comercio menciona dos instituciones de inspección y vigilancia: la Superintendencia de Sociedades y la
Superintendencia bancaria.
Los procedimientos para la fiscalización administrativa no están definidos técnicamente, lo cual ha hecho que se apliquen
más los criterios de los funcionarios de turno, reconociéndose que en los últimos años Superbancaria han realizado ingentes esfuerzos por
rescatar su propia imagen fiscalizadora con base en un trabajo más serio orientado principalmente a la prevención de irregularidades,
para lo cual han elaborado algunos manuales y vinculado personal profesional. En lo referente con la Revisoría Fiscal, sin embargo, las cosas no
han cambiado sustancialmente y la función colaboración no responde a las expectativas.
De todas maneras, tanto para las sociedades mercantiles fiscalizadas como para los Revisores Fiscales y para los Organismos encargados de
la Fiscalización administrativa, es conveniente tecnificar sus procesos y profesionalizar sus funcionarios a fin no solo de los organismos
mencionados.
Fiscalización Tributaria
Es ejercida por la Dirección de Impuestos Nacionales con el fin de controlar todo el proceso tributario y por medio de la cual puede solicitar
toda información que desee, practicar las visitas e inspecciones que considere convenientes, sobre todo
En lo relacionado con libros y papeles de comercio, realizar cruces de información y llevar a cabo juicios coactivos fiscales.
En los últimos años y con el fin de frenar la evasión fiscal, ha aumentado considerablemente y cargado numerosas responsabilidades en los
Contadores Públicos y en los Revisores Fiscales. Aunque sus procedimientos están señalados por la Ley, éstos no están tecnificados ni sus
funcionarios profesionalizados, hechos que han generado continuamente situaciones en las que los Contadores Públicos y Revisores Fiscales,
profesionalmente idóneos, suministran información o certificaciones que los funcionarios no admiten por cuanto no están capacitados técnicamente
para comprenderlas.
Fiscalización Privada
Es la Revisoría Fiscal propiamente dicha, obligatoria o potestativa.
Entendiendo el marco más amplio en que se encuentra, el de la intervención del Estado en la economía y el de los niveles de fiscalización, puede
tomarse de nuevo el hilo de su historia para comprender exactamente el sentido de su desarrollo.
La Ley 73 de 1935 tampoco crea la Revisoría Fiscal pues ya existía en la práctica, pero sí la hace obligatoria para las sociedades anónimas
señalándole sus funciones y nombramiento por la asamblea para un período igual al del gerente, con suplente, El Decreto 1946 de 1936 exige
como requisito tener Revisor Fiscal para practicar o renovar la inscripción de las sociedades anónimas en el Registro Mercantil.
Un paso importante es dado con el Decreto 1539 de 1940 y con el Decreto 1357 de 1941 mediante los cuales se admite la práctica
de revisores fiscales, contadores, auditores, contralores, inspectores, etc., y se presenta como profesional idóneo para estos cargos al
Contador Juramentado.
El artículo 6 del Decreto 2373 de 1956 exige la calidad de Contador Juramentado para ser Revisor Fiscal, De este Decreto vale la pena
mencionar el artículo 47: la revisoría fiscal, auditoria o interventoría de cuentas de las sociedades obligadas legalmente a la provisión de
tales cargos, podrá organizarse en forma de departamento, con las secciones (técnicas, contables, etc.) que fueren necesarias, y ser
desempeñadas por profesionales en cada ramo, en calidad de Jefes de tales secciones; pero la sección contable deberá estar a cargo de un
Contador Público, mantiene el mismo esquema básico cambiando la denominación de Contador Juramentado por la de Contador Público.
Este es, posiblemente, el paso más importante hacia la profesionalizaron y tecnificación de la Revisoría Fiscal.
La legislación vigente a la fecha, sobre la Revisoría Fiscal, es extensa, y su base está en el capitulo VII del título 1 del libro 2 del Decreto -
Ley 410 de 1971
(artículos 203 a 217 del Nuevo Código de Comercio), Esta, no presenta modificaciones de fondo y prácticamente
único lo que hace es agrupar y ordenar cantidad de normas dispersas. El resto de este libro estudia la Revisoría Fiscal partiendo de la base
mencionada.
Fiscalización Pública
También denominada Control Fiscal, completa los Niveles de Fiscalización esta vez en la esfera pública y si bien está limitada al sector anotado,
por sus semejanzas históricas y terminológicas con la Revisoría Fiscal es conveniente tenerla en cuenta.
Hace referencia a la vigilancia y el control de la gestión fiscal como elementos inherentes al sistema democrático de gobierno puesto que, si el
poder político está establecido en beneficio de todos, todos deben tomar parte en su establecimiento y control.
La fiscalización pública nacional tiene una historia extensa que puede resumirse en cuatro etapas:
• Etapa de las Cortes o Juntas de Cuentas: comenzó con la Contaduría General de Hacienda, creada por la Ley del 6 de octubre de 1821,
estaba conformada por cinco contadores generales cuya función era fiscalizar la gestión pública en su aspecto financiero. En 1824 fue
reemplazada por una Junta de Expertos en Hacienda Pública, que a su vez dio paso en 1847 a la Corte de Cuentas siguiendo el
sistema francés implantado por Napoleón en 1807. Tuvo varias denominaciones hasta 1923 cuando fue reemplazada.
• Primera etapa de la Contraloría de la República: En 1923 la misión Kemmerer recomendó la creación del Departamento de Contraloría,
sugerencia que fue acogida y mediante la Ley 42 de 1923 se le da vida legal. El Acto Legislativo No.1 de 1945 le dio categoría
constitucional y se le señalaron las funciones que hoy tiene, careciendo desde entonces de procedimiento de orden técnico para su labor.
• Segunda etapa de la Contraloría General de la República: Con la Ley 20 de
1975 y el Decreto 925 de 1976 se reorganiza esta institución y se le da un carácter más técnico iniciando un proceso de
transformación que aún hoy continua, Mediante el Decreto 925 de 1976 se determinaron los procedimientos generales de Control Fiscal y de
Auditoria, el alcance que debe tener el control
Previo, la contabilidad general de la nación y las normas sobre estadística. El Control Fiscal fue establecido en tres etapas: control previo,
control perceptivo y control posterior.
La Constitución de 1991 incorpora el concepto moderno del control en el campo fiscal, el cual debe ejercer la Contraloría. General de la
República en forma posterior y selectiva, como lo define el articulo 267: "el control fiscal es una función pública que ejercerá la
Contraloría General de la República, la cual vigila la gestión fiscal de la administración y de los particulares o entidades que manejen fondos o
bienes de la Nación. Dicho control se ejercerá en forma posterior y selectiva conforme a los procedimientos, sistemas y principios que
establezca la ley. Esta podrá, sin embargo, autorizar que, en casos especiales, la vigilancia se realice por empresas privadas colombianas
escogidas por concurso público de méritos y contratadas previo concepto del Consejo de Estado.
La vigilancia de la gestión fiscal del Estado incluye el ejercicio de un control financiero, de gestión y de resultados, fundado en la
eficiencia, la economía, la equidad y la valoración de los costos ambientales. En los casos excepcionales, previstos por la ley, la Contraloría
podrá ejercer el control posterior sobre cuentas de cualquier entidad territorial.
La Contraloría es una entidad de carácter técnico con autonomía administrativa y presupuestal. No tendrá funciones administrativas distintas de
las inherentes a su propia organización.
Así se reafirmó la abolición del control previo para este órgano fiscalizador.
Función similar pero en lo departamental y municipal corresponde a las contralorías de estos territorios.
El control fiscal por tanto está a cargo de la Contraloría nacional, departamental y municipal en su orden y tiene como finalidad en el campo
administrativo, evaluar que la gestión del gasto público se haya ajustado a la ley o a las necesidades del servicio, radicando su objetividad en el
apoliticismo, para que haya imparcialidad en las actuaciones y credibilidad en el público.
Las etapas previa y perceptiva le son asignadas implícitamente a la administración. El artículo 269 de la nueva Constitución señala: "en las
entidades públicas, las autoridades correspondientes están obligadas a diseñar y aplicar, según la naturaleza de sus funciones, métodos y
procedimientos de control interno de conformidad con lo que dispóngala ley, la cual podrá establecer excepciones y autorizar la
contratación de dichos servicios con empresas privadas colombianas".
El control posterior se ejercerá por tanto sobre las entidades o personas que a cualquier título reciban, manejen o dispongan de bienes o ingresos de
la nación.
La intervención de la Contraloría en las determinaciones administrativas, no existe antes de su ejecución. En materia de decisiones se reduce a dos
aspectos: en el orden fiscal y contable, a la prescripción de manuales para rendición de cuentas, sistemas de evaluación, conceptualización de la
gestión y control administrativo, registro de la deuda pública, informes al congreso, aplicación de las resoluciones de fenecimiento; en el orden
administrativo, es autónoma para la elaboración e implantación de manuales administrativos de la propia Contraloría y resoluciones ordinarias.
• Hacia un Tribunal de cuentas: dados los inconvenientes presentado dentro de la Reforma Constitucional Barco, el proyecto de convertir la
actual Contraloría General de la República en un Tribunal o Corte de Cuentas, trasladándole la función de contabilización al Ministerio
de Hacienda y dejando al Tribunal exclusivamente la fiscalización sin desconocer el factor político del asunto, desde el punto de
vista técnico es una oportunidad interesante para Revisores Fiscales y Contadores Públicos de aportar un liderazgo significativo en estos
campos.
El Control Fiscal es otra área de estudio interesante que puede ser profesionalizado y tecnificado junto con la fiscalización administrativa, tributaria y
privada, campos en los cuales la Contaduría Pública ha incursionado con timidez, en parte porque algunos consideran que el trabajo propio del
Contador es solamente dentro y a favor de la empresa privada. En realidad, debe buscarse un marco teórico común:
La normativa jurídica ya ha dado un aporte valioso, como puede observarse en el estudio de los Niveles de Fiscalización, pero debe
completarse y dársele una estructura coherente, sobre todo en la aplicación de procedimientos y técnicas. La ciencia jurídica ya dio su aporte y
aunque éste no se ha agotado, es la oportunidad para Contadores Públicos y Revisores Fiscales hacer nuevas propuestas acordes con la realidad
del mundo que se avecina. De ese marco teórico común pueden obtenerse procesos técnicos y respaldo profesional.
“El contador o Revisor Fiscal de la sociedad no podrá en ningún caso tener acciones en esta, ni estar ligado, dentro del cuarto grado civil de
consanguinidad, o segundo de afinidad, con el gerente, con algún miembro de la administración, con el cajero o con el contador”.
“El empleo del contador es incompatible con cualquier otro empleo de la sociedad”.
El Artículo 40 de la misma Ley estableció su responsabilidad frente a la sociedad indicando que “que los miembros de la administración y los fiscales y
revisores son solidariamente responsables para con la sociedad, de los daños que causen por violación o negligencia en el cumplimiento de sus deberes”.
El Articulo 41 fijo la responsabilidad del Revisor Fiscal frente a los accionistas, así: “Los miembros de la administración y los fiscales o revisores son
solidariamente responsables para con cada uno de los accionistas y acreedores de la sociedad de todos los daños que les hubieren causado por faltar
voluntariamente a los deberes que les imponen sus funciones respectivas.
No obstante ser esta la primera Ley que hablo del Revisor Fiscal no fue la primera en adquirir vigencia o aplicación, puesto que su vigencia se postergó
indefinidamente y la misma no vino a empezar a regir a partir de septiembre de 1937.
Esta misma Ley en su Artículo 46 autorizaba a la Superintendencia de Sociedades Anónimas para establecer la institución de los Contadores
Juramentados, fijándoles las siguientes funciones principales:
1. Revisar los balances y los libros de contabilidad de las sociedades anónimas en los casos en que considere necesario la Superintendencia.
2. Desempeñar los cargos de liquidadores comerciales de las sociedades anónimas en liquidación o en quiebra.
3. Servir de peritos oficiales en los casos en que se requieren conocimiento técnicos especiales, y desempeñar las demás funciones que sobre el
remo de sus conocimientos le fije la Superintendencia de Sociedades Anónima.
Como se puede apreciar, este Artículo no establecía que la Revisoría Fiscal era función privativa o recomendable para el contador juramentado. Todavía
el legislador no vislumbró que el contador era la persona mas indicada para ejercer el cargo de la Revisoría Fiscal. En la, practica los cargos de Contador,
Revisor, Auditor, Contralor, etc., de las entidades oficiales, los bancos, las compañías de seguros, las sociedades anónimas o firmas comerciales venían
siendo ejercidas por personas de diferentes profesiones o diferentes especialidades.
La primera Ley que describió a cabalidad la Revisoría Fiscal fue la Ley 73 de 1935 la cual en su Artículo 6° dispuso que toda sociedad anónima tendría
necesariamente un Revisor Fiscal con las siguientes funciones:
a) Examinar todas las operaciones, inventarios, actas, libros, correspondencia y negocios de la compañía, comprobantes de las cuentas;
b) Verificar los arqueos de caja por lo menos una vez a la semana ;
c) Verificar la comprobación de todos los valores de la compañía y de los que ésta tenga bajo su custodia ;
d) Cerciorarse que la operaciones que se ejecutan por cuenta de la compañía están conforme con los estatutos y con las condiciones de la
Asamblea General y de la Junta Directiva;
e) Dar oportunamente cuenta por escrito, a la Asamblea General de Accionistas, a la Junta Directiva y al Gerente, según los casos de
irregularidades que note en los actos de la compañía;
f) Autorizar con su firma los balances mensuales y semestrales; y
g) Los demás que se le imponga la Asamblea General de Accionistas, compatibles con las señaladas en los apartes anteriores.
Para darle fuerza a esta función del Revisor Fiscal, el Decreto N° 1946 de 1936, en su Articulo 1° ordeno que para practicar o renovar la inscripción de
las sociedades anónimas, distintas de los bancos y compañías de seguros en el Registro Publico de Comercio, era requisito esencial que en los
documentos presentados a la respectiva Cámara de Comercio aparecería que la sociedad tiene un Revisor Fiscal, con su suplente, nombrado por la
Asamblea General de accionistas, que cumpla la funciones enumeradas en el Articulo 6° de la Ley 73 de 1935.
Como la Ley 73 de 1935 empezó a registrar antes de la Ley 58 de 1931, con la vigencia de esta última quedaron coordinadas las funciones con las
incompatibilidades y responsabilidades.
El Artículo 7° de la Ley 73 de 1935, establecía que: el Revisor será nombrado por la Asamblea General de Accionistas para período igual al gerente,
pudiendo ser reelegido; tendrá un suplente que lo reemplazará en sus faltas absolutas, temporales o accidentales.
Al ser este funcionario nombrado privativa y exclusivamente por la Asamblea General de Accionistas se la dio una relativa independencia, la cual era
indispensable para el fiel desempeño de sus funciones. Sin embargo, la descripción de sus funciones que hacía la ley 73 de 1935 señalan claramente de
que se estaba pensando en un empleado, con cierta autonomía, para salvaguardar los principales bienes de la compañía que en esa época eran las
operaciones de efectivo en caja y para cuya función estipulaba que debería hacer arqueos semanales.
En el literal a), donde se hablaba de examinar todas las operaciones, inventarios, actas, libros, correspondencias y negocios de la compañía y
comprobantes de las cuentas, se está señalando claramente que debería ser una persona ante la que debían pasar todas las operaciones de la sociedad,
función posible en compañías de actividades reducidas como las de esa época. El literal g) hablaba de que debía autorizar con su firma los balances
mensuales y semestrales, pero como la práctica de la Contaduría no estaba desarrollada en Colombia para esa fecha, no indicaba qué trabajo era necesario
para autorizar estos balances. De todas maneras, si esta persona debía cumplir con las funciones que se indicaban en el literal a) estaba lo suficientemente
familiarizada para firmar sin ningún problema un balance que se suponía era el resumen de las operaciones de la compañía, revisadas previamente por
ella.
Desde 1936 un grupo de Contadores de Cartagena se empezaron a reunir para integrar una Asociación de contadores, labor que se cristalizó con la
creación de la Asociación Colombiana de Contadores en 1937. Esta Asociación a través de su revista El Contador, cuyo primer número apareció en
octubre de 1938, divulgo lo que era la profesión del Contador. Como veremos enseguida la profesión de Contador se empezó a tener en cuenta para el
ejercicio de la Revisoría Fiscal en los Decretos y Leyes promulgados posteriormente.
En 1941 la Superintendencia de Sociedades dictó la Resolución No. 531, aprobada por el Decreto 1357 del mismo año, mediante el cual se reglamentaron
las funciones de los Contadores Juramentados consagradas en el Articulo 46 de la Ley 58 de 1931. En el Artículo 17, numeral 6, se hizo mención de la
Revisoría Fiscal para los Contadores Públicos, así:
Tanto en el Artículo 46 de la Ley 58 de 1931 como el Decreto 1357 de 1941 fueron demandados ante la Corte Suprema de Justicia por inconstitucionales,
y efectivamente todo el Decreto Reglamentario fue declarado inexequible así como parte del Artículo 46 de la Ley 58 de 1931. Dentro de los argumentos
que se exponían sobre la inconstitucionalidad de estos artículos veamos que se exponía en relación con numeral 6° del Artículo 17 del Decreto 1357.
6a. Los Contadores Juramentados serán tenidos especialmente en cuanta para provisión de los cargos de Revisores Fiscales de las Sociedades Anónimas.
Esa disposición excede la potestad reglamentaria y viola, además, la regla primera del Artículo 69 de la constitución, por lo siguiente:
1. El Artículo 46 de la Ley reglamentaria dice que los Contadores Juramentados tendrán, entre otras funciones, la de revisar los balances y los libros de
contabilidad de las sociedades anónimas en los casos en que lo considere necesario la Superintendencia; pero la disposición acusada consagra una
preferencia excesiva en favor de los Contadores Juramentados en la provisión del cargo de Revisor Fiscal de cualquier sociedad anónima y de manera
general; cosa distinta es que los Contadores Juramentados puedan ser Revisores Fiscales de sociedades, a consagrar, con fuerza de Ley, que solo ellos
deben serlo o que deban ser preferidos, puesto que la obligación de preferir impone la exclusión de los otros revisores que no sean Contadores
Juramentados.
2. El Artículo 69, regla 1a, de la Constitución, dice que sólo el congreso puede, por medio de Leyes, reformar otras Leyes. La Ley 73 de 1935, Artículo
6°, había establecido la obligación en que están las sociedades anónimas de tener un Revisor Fiscal, sin exigir condiciones especiales para el desempeño
de esa función. El mismo Artículo 46 de la Ley 58 de 1931, tampoco las exige.
De modo que ha venido a ser el Decreto que acuso el que diga expresamente que para ser Revisor Fiscal de sociedades anónimas se requiere ser Contador
Juramentado o, al menos, que debe preferirse a éstos, con lo cal reformo el Artículo 46 de la Ley 73 de 1935, cose que sólo otra Ley podría hacer”.
Como se desprende de la argumentación anterior se estaba acusando al numeral 6° del Artículo 17 del Decreto Reglamentario no porque no fueran
Contadores Públicos las personas más facultadas para desempeñar este cargo, sino porque la Ley a la cual está reglamentado este Decreto no había
mencionado nada en relación con esta necesidad. Sin embargo, el mismo acusador decía que otra Ley sí podría establecer este requisito que fue lo que
ocurrió más tarde cuando se aprobó el Decreto 2373 de 1956, en el cual se impone como condición que los Revisores Fiscales sean Contadores Públicos.
Muy a pesar de que desde la década de 1930 en Colombia había firmas de Contadores Públicos y de que en la década de 1940 se estaba desarrollando en
instituciones de algún prestigio la carrera y otorgando títulos, las actividades de los Contadores Públicos eran pocos conocidas y las personas que venían
desempeñando las Revisorías Fiscales en las sociedades anónimas en su mayoría no tenían esta calidad, la cual todavía en la opinión pública aparecía
como ejercida por personas con poco conocimiento y baja calidad técnica. Esto se puede demostrar comprobando que cuando se hizo un llamado a
personas con algún conocimiento empírico para otogarle la calidad de Contador Juramentado, la mayoría rehusaba este llamado porque no consideraba
necesario este título y es probable que en su interior pensaran que éste, en lugar de darles un prestigio, podría desacreditarlo.
1.4.3. LA REVISORIA FISCAL EN EL DECRETO 2521 DE 1950
El Decreto 2521 de 1950, el cual reglamentó toda la legislación que existía relativa a sociedades anónimas, se refirió a la revisoría Fiscal en los siguientes
artículos:
Art. 134. - Toda sociedad anónima tendrá necesariamente un Revisor Fiscal con su respectivo suplente, elegido por la Asamblea General de Accionistas,
para un periodo igual al del gerente, que pueden ser reelegidos indefinidamente. El Revisor será siempre una persona natural.
El suplente reemplazará al principal en sus faltas absolutas, temporales o accidentales.
Lo nuevo de este artículo en relación con la legislación anterior está en que el Revisor Fiscal será siempre una persona natura ; Sin embargo en la
practica no era nuevo, ya que por vía de doctrina se había indicado que las responsabilidades contenidas en los Artículos 40 y 41 de la Ley 58 de 1931 no
podían ser elegidas por personas jurídicas puesto que estos artículos consagraban responsabilidades de carácter civil y también penal ; y como las
personas jurídicas no delinquen, para que esa responsabilidad no se diluya y los derechos tanto de los accionistas como de la sociedad y de los terceros
estén suficientemente garantizados, es menester hacerla recaer en una persona natural.
Art. 135. - Los nombramientos del Revisor Fiscal y su suplente deberán registrarse en la Cámara de Comercio, con base en las actas de la Asamblea
General.
Este Artículo tampoco trajo nada nuevo en relación con la legislación anterior puesto que el Artículo 1° del Decreto 1946 de 1936 exigía que para
practicar o renovar la inscripción de las sociedades anónimas en el Registro Público del Comercio, era indispensable que en el extracto notarial que se le
presentara apareciera que la sociedad tenía un Revisor Fiscal, con su suplente elegido por la Asamblea General de Accionistas y con sus funciones
enumeradas en el Artículo 6° de la ley 73 de 1935.
Art. 136. - El Revisor Fiscal no podrá en ningún caso tener acciones en la misma sociedad, ni estar ligado dentro del 4° grado civil de consanguinidad o
2° de afinidad con el gerente, con alguno de los miembro del Consejo de administración, o Junta Directiva, con el cajero, o con el Contador. El cargo de
Revisor es incompatible con cualquier otro cargo o empleo de la rama jurisdiccional o del Ministerio Público o de la misma sociedad.
Estas incompatibilidades del Revisor Fiscal son las mismas contenidas en el Artículo 26 de la Ley 58 de 1931, con excepción de la parte que menciona el
cargo o empleo de la rama jurisdiccional o del Ministerio Público.
Art. 138. - La firma con que el Revisor Fiscal autorice los balances de la sociedad debe ir precedida de la declaración de que ellos están fielmente
tomados de los libros y de que las operaciones registradas en éstos se conforman con los mandatos legales y estatutarios y con las decisiones de la
Asamblea General y de la Junta Directiva.
Este artículo trae una noción nueva en relación con la firma del Revisor Fiscal, la cual señala, debe ir precedida de una opinión. Pero esta opinión es
simple y puede ser emitida por cualquier persona sin tener la calidad de Contador Público, puesto que la misma no dice otra cosa que los balances fueron
tomados de los libros y que las operaciones están conformes con los mandatos legales y estatutarios y con las decisiones de la Asamblea y la Junta
Directiva, y no se requiere la calidad de Contador Público para poder decir esto.
Art. 139. - Los Revisores Fiscales son responsables conforme al Artículo 121 de este Decreto.
El Artículo 121 no hace otra cosa sino reproducir las disposiciones contenidas en los Artículos 40 y 41 de la Ley 1931, en cuya virtud los Revisores
Fiscales son solidariamente responsables con los administradores de los daños que le ocasionen a la sociedad por los perjuicios que le ocasionen si faltan
voluntariamente a los deberes que sus cargos les imponen.
Art. 140. - En caso de oposición del Revisor Fiscal a un acto u operación de los administradores, respecto de su conformidad con las leyes, los estatutos o
las decisiones de la Asamblea, deberán someterse el acto u operación al estudio de la Asamblea.
Este Artículo aparentemente sencillo de la legislación puede ser un artículo polémico a partir de 1960 en que el Revisor Fiscal se le exigió la calidad de
Contador Público, al entrar a diferenciar que es una opinión independiente y que es un acto administrativo, porque la verdad es que con esto
aparentemente el Revisor Fiscal tiene carácter de administrador, porque la verdad es que con esto aparentemente el Revisor Fiscal tiene el carácter de
administrador y en la practica lo era el tener que aprobar las operaciones individuales; pero hay un tremendo vacío en cuanto a que ocurre si la Asamblea
está de acuerdo con la opinión de las otras personas o los administradores y no con la del Revisor Fiscal. Aparentemente no ocurre nada y al Revisor
Fiscal no le queda otra alternativa que presentar la renuncia de su cargo.
Art. 141. - Los Revisores Fiscales podrán ser sancionados con multas sucesivas hasta de $100.00 cuando, requeridos por la Superintendencia de
Sociedades Anónimas, no dieren cumplimiento a sus obligaciones legales y estatutarias.
Este artículo no hace otra cosa que imponer sanciones pecuniarias por faltas del Revisor Fiscal o más bien por incumplimiento de sus funciones;
adicionalmente a esta multa pecuniaria se ha debido tratar de establecer sanciones disciplinarias; indudablemente esto no se hizo por que quien podía
imponer estas sanciones disciplinarias era la profesión misma y como todavía no se está exigiendo la calidad de Contador Público, mal se podría imponer
estas sanciones al Revisor Fiscal.
En el año de 1951 se creó el instituto Nacional de Contadores Públicos, agremiación esta que agrupó a los principales contadores de la época. Con la
creación de esta nueva agremiación se despertó en sus miembros el interés por legislar acerca de la profesión del Contador Público y se dijeron los pasos
para redactar el primer Proyecto de Ley que se presentó a la consideración del gobierno nacional y fue aprobado en septiembre de 1956, bajo el número
2373, por medio de la cual se reglamentó el ejercicio de la Contaduría Pública en Colombia.
Art. 6°. - Se requerirá haber sido inscrito como Contador Juramentado, conforme a los artículos anteriores, para todas aquellas actividades en que las
leyes exijan dicha condición, y especialmente para las siguientes:
1° para desempeñar el cargo de Revisor Fiscal de sociedades para las cuales la Ley exija la provisión de ese cargo, o un equivalente, sea denominación u
otra similar.
Si bien era cierto que en algunas compañías el cargo de Revisor Fiscal o su equivalente seguía siendo desempeñado ya para esta época por contadores,
este artículo impuso la obligación para que los Contadores Públicos estuviesen al frente de estos cargos.
Para darle fuerza a este numeral el Artículo 7° impuso sanciones cuando se violara el mismo, como se leerá a continuación:
Art. 7°. - Los funcionarios públicos que acepten documentos que deben ser autorizados por un contador inscrito, sin esa autorización, o que designen
como peritos personas que no sean contadores inscritos, en los casos que deben serlo, incurrirán en multas de cien pesos ($100.00) a quinientos pesos
($500.00), por primera vez, y en pérdida del cargo o empleo, en caso de reincidencia.
Las sociedades que estén legalmente obligadas a tener Revisor Fiscal o Auditores y que designen para tales cargos a personas que no sean contadores
inscritos, incurrirán en multas de doscientos pesos ($200.00) a mil pesos ($1000.00), que se doblará en caso de reincidencia o de renuncia en hacer una
designación ajustada en este decreto.
Art. 15. - La atestación o firma de un Contador Público en los casos que las leyes se lo exijan hará presumir, salvo prueba en contrario, que el acto o
documento respectivo se ajusta a los requisitos legales de forma lo mismo que a los estatutarios, cuando se trate de personas jurídicas.
Tratándose de balances la presunción se extenderá, además, al hecho de que han sido tomados fielmente de los libros, de que éstos se ajustan a las normas
legales, y de que las cifras registradas en ellos reflejan en forma fidedigna la situación financiera en la fecha del balance.
De la lectura de este artículo podemos concluir que efectivamente no se está haciendo otra cosa que ajustarse a la legislación anterior sobre las firmas de
los Revisores Fiscales en los balances.
Art. 47. - La Revisoría Fiscal, Auditoria, o Interventoría de cuentas en las sociedades o entidades que estén obligadas legalmente a la provisión de tales
cargos podrá organizarse en forma de departamento, con las secciones (técnicas, legales, contables, etc.), que fueren necesarias, y ser desempeñadas por
profesionales de cada ramo, en calidad de jefes de tales secciones. Para la sección o parte contable de la misma deberá estar siempre a cargo de un
Contador.
Art. 48. - La firma con que un Contador juramentado expresa su concepto sobre un balance general. Como Revisor Fiscal, Auditor o Interventor de
cuentas, ira acompañada de un informe sucinto que deberá mencionar por lo menos:
Con este decreto y concretamente con el Artículo 48, se inicia la era profesional del Revisor Fiscal. En el se indica que la Revisoría Fiscal debe ser
exclusiva del Contador Público y, lo que es más importante, se establece que la misma se debe ejercer mediante la realización de un trabajo profesional
de acuerdo con los procedimientos aconsejados para hacer una Auditoria o Interventoría de Cuentas. Por otra parte, se exige que la firma del Revisor
Fiscal debe ser acompañada de un dictamen para el que la profesión dispone de normas sobre su Contenido y de la responsabilidad que el Contador
Público asume en el mismo.
Este decreto tuvo vigencia hasta el año 1960, cuando se expidió la Ley 145 de 1960, que lo derogo.
Con finalidades prácticas podemos definir la Interventoría de Cuentas diciendo que es un examen sistemático de los libros y anotaciones contables de una
corporación, sociedad o comerciante con objeto de:
1. Comprobar ciertas situaciones de hecho.
2. Descubrir o prevenir fraudes.
Aspectos variables de la Interventoría de Cuentas. - El proceso de Interventoría es sistemático y se realiza con objeto de comprobar situaciones, hechos y
otros datos en los que se basan las opiniones que se ofrecen. Virtualmente en toda Interventoría de Cuentas se encontrarán situaciones peculiares a la
empresa y período que se interviene, en tanto el alcance de la Intervención determinará la extensión del examen o comprobación a realizar. Estas
consideraciones han de sugerir la naturaleza de la labor del interventor, quien, de acuerdo con las circunstancias, sistemáticas realizará sus
comprobaciones. Resulta obvio decir que el procedimiento a seguir estará determinado por las circunstancias o condiciones peculiares que ocurran en
cada caso.
No es medida sabia tratar de establecer reglas rígidas de procedimiento en las cuentas a que deba ajustar el interventor en la comprobación de los estados
financieros. Tarea tan enorme no es inconveniente ni factible. No obstante, los interventores están de acuerdo en cuanto a los puntos principales que
deben cubrirse en un Interventoría de Cuentas, que se realiza en circunstancias normales.
Es de suponer, y así supone, que el todo que considere “interventor capacitado”, ha de realizar la labor que corresponde tal especialista; esta labor,
cualquiera que fuere, ha de ajustarse a los procedimientos o prácticas ya aceptados.
Alcance de una Intervención Máxima. La Intervención más extensa se conoce por el nombre de “Intervención Máxima”. Su finalidad es de resguardo y
como tal proyecta evitar los fraudes; implica, Además, la necesidad de efectuar una investigación de las medidas, contra posibles fraudes, que el cliente
haya podido adoptar en el desenvolvimiento normal de su negocio, y también, como es natural, descubrir cualquier fraude que se haya cometido. Unido a
este aspecto de la Intervención Máxima, se encuentra la comprobación del balance general al cierre del período que cubre la Intervención, y una
comprobación del estado de pérdidas y ganancias y la cuenta de Superávit para el período terminado en la fecha de dicho balance general. Para llevar a
cabo la Intervención Máxima, el interventor tendrá que comprobar, naturalmente, todas las operaciones de la empresa durante el período que examine, y
muy especialmente, aquéllas que representen ingresos y egresos de efectivo.
Al comprobar los ingresos y egresos, el interventor tendrá que tratar de cerciorarse de que los ingresos han sido contabilizados y de que todos los egresos
están amparados por comprobantes debidamente autorizados. Además, deberá comprobar los cargos y créditos hechos alas cuentas reales y nominales en
su origen y también comprobar los saldos de dichas cuentas a final del período.
Alcance de la Interventoría de Estado de Balance. - En constante con la extensión de una Intervención Máxima existen otras clases de intervenciones de
limitado alcance. La primera por su importancia, entre estas últimas, es la “Intervención de Estado de Balance” o “examen de situación financiera”. Esta
intervención se realizan principalmente por razones de crédito ; su principal objetivo es la comprobación de el balance general en una fecha dada.
Incidentalmente, cubre también una investigación o estudio en cuanto al sistema de comprobación interna y un examen superficial del estado de pérdidas
y ganancias. Es de suponer que un trabajo que se realiza dentro de límites tan estrechos no es suficiente para poner al descubierto las irregularidades que
se puedan haber cometido en el estado de pérdidas y ganancias y por consiguiente no debe efectuarse esta clase de Intervención cuando el fin que se
persigue es descubrir irregularidades. La Intervención de Estado de Balance se limita a la comprobación de los saldos de las cuentas del activo, del
pasivo, y de capital al finalizar el período.
El procedimiento, en cuanto a las cuentas del balance general, ésta limitado solamente a la comprobación de saldos. El saldo de cada una de estas cuentas
deberá analizarse y cada una de las partidas que lo forman será comprobada e investigada desde su origen. Se hará también un examen de las operaciones
realizadas en o alrededor de la fecha del balance general, para asegurarse de que todas las que afectan a las cuentas del balance general han sido anotadas
y reflejadas en el balance que se revisa e investiga. La Intervención de Estado de dos, y que la participación e interés de los propietarios en la empresa, tal
como se ha presentado, está de conformidad con las Leyes y los hechos.
Los saldos de las cuentas del estado de pérdidas y ganancias al cierre del período son analizados únicamente en cuanto afecten a los activos y pasivos
presentados en el balance general. Por ejemplo, la cuenta de interés pagados será examinada exhaustiva y cuidadosamente para determinar las principales
obligaciones sobre las que se han pagado interese durante el período, con el fin de averiguar si existen obligaciones que no se han reflejado como pasivo
o que se hayan hechos figurar por menor cantidad.
Normas fijas subjetivas y objetivas. - Toda Intervención requerirá un examen o revisión analítica de aquellos puntos dentro de su alcance.
La forma en que el interventor enfoca estos problemas y los procedimientos que sigue en el análisis e investigación de los datos e informes que se
someten a su consideración, son los que han de determinar, en gran parte, la actividad de la Intervención. Por otro lado, la eficiencia de la Intervención
depende en mucho de la eficiencia y competencia, del interventor. Seria tonto señalar reglas o normas fijas de eficiencia y competencia, toda vez que
estas son cualidades subjetivas del interventor. La práctica y habilidad que el interventor adquiere a través de variadas experiencias, son las que producen
esas cualidades. Debemos, por consiguiente, tener presente en el procedimiento de análisis e investigación, que el interventor se guiará por su experiencia
y conocimientos ; pero el plan para ese análisis e investigación, es algo que se determinara por las condiciones objetivas de la empresa que se interviene.
Este plan de interventor podemos denominarlo “Métodos de Intervención”.
Papeles de trabajo. - Los papeles de trabajo del interventor constituyen una buena prueba de su carácter. Si están preparados inteligentemente le serán de
gran ayuda para discutir en el futuro cualquier fase de intervención. Si se llama a declarar como testigo en cualquier juicio en que esté envuelto el cliente,
sus papeles de trabajo tienen un valor incalculable en los litigios sobre impuestos en las intervenciones subsiguientes.
Una síntesis de lo que se consideraba como Interventoría de Cuentas en esa época es la siguiente :
...“El termino Intervención, tal como se usa en sentido profesional, podemos definirlo como el procedimiento por medio del cual una persona se
compromete a emitir juicio u opinión en cuanto a la exactitud de las cuantas y estados financieros, previo el examen de esas cuentas, comprobantes,
documentos, etc., comunicándose por correspondencia, si es necesario, con terceras personas, que son independientes, e interrogando personalmente a los
funcionarios y empleados”.
“La intervención pude hacerse en relación con los estados financieros de un período determinado y las transacciones financieras de ese período que
culminan en los referidos estados, o puede hacerse solamente se emite en relación con los saldos al final de un período cualquiera”.
“Usualmente se emite un informe al finalizar la intervención o examen. El informe contiene el resultado del trabajo efectuado por el interventor y sus
conclusiones, y puede contener la opinión del interventor, expresada por medio de lo que comúnmente se denomina certificado, bien como parte del
informe o bien unido a los estados financieros”.
Como se puede observar en el resumen anterior, el término Interventoría de Cuentas para el Contador Público es sinónimo de Auditoria y, por lo tanto, la
expresión “si en el curso de la revisión se siguieran los procedimientos aconsejados por la técnica de la Interventoría de Cuentas”. Los procedimientos de
Auditoria si han sido ampliamente estudiados y debatidos por la profesión tanto a nivel internacional como a nivel nacional, y de los cuales nos
ocuparemos en esta obra en el Capitulo VI.
1. Para desempeñar el cargo de Revisor Fiscal de sociedades para las cuales la Ley exige la provisión de o uno equivalente, ya con la misma
denominación o con la de Auditor u otra similar.
Art. 9. - La atestación y firma de un Contador Público hará presumir, salvo prueba en contrario, que el acto respectivo se ajusta a los requisitos legales, lo
mismo que a los estatutarios en el caso de personas jurídicas. Tratándose de balances, se presumirá además que los saldos se han tomado fielmente de los
libros, que éstos se ajustan a las normas legales y que las cifras registradas en ellos reflejan en forma fidedigna la correspondiente situación financiera en
la fecha del balance.
Art. 10. - El dictamen de un Contador Público sobre un balance general, como Revisor Fiscal, Auditor o Interventor de Cuentas, irá acompañado de un
informe sucinto que deberá expresar por lo menos:
1. Si ha obtenido las informaciones necesarias para cumplir sus funciones.
2. Si en el curso de la revisión se siguieron los procedimientos aconsejados por la técnica de la Interventoría de Cuentas.
3. Si, en su concepto, la contabilidad se lleva conforme a las normas legales y a la técnica contable y si las operaciones registradas se ajustan a los
estatutos y a las decisiones de la Asamblea General o Juntas Directivas en su caso ;
4. Si el balance y el estado de pérdidas y ganancias han sido tomados fielmente de los libros; si en su opinión el primero presenta en forma fidedigna, de
acuerdo con las normas de contabilidad generalmente aceptadas, la respectiva situación financiera de la sociedad al terminar el período revisado, y el
segundo refleja el resultado de dicho período;
5. Las reservas o salvedades a que estuviere sujeta su opinión sobre la fidelidad de los estados financieros, si las hubiere.
Esta Ley en lo que se relaciona con la Revisoría Fiscal no merece comentario especial, puesto que no agregó nada nuevo a lo que sobre este cargo
establecía el Decreto 2373 de 1956.
El Artículo 205 señalo incompatibilidades nuevas al Revisor Fiscal en los numerales 1° y 3°, al establecer incompatibilidades no solo con un cargo
diferente sino también en el ejercicio de la Revisoría Fiscal de una sociedad matriz y sus subordinadas. Incompatibilidad ésta que no tiene ninguna razón
de ser, si se considera que el Revisor Fiscal es un profesional independiente del administrador. Esta incompatibilidad es contraria a la práctica moderna
de los negocios en que los inversionistas prefieren por muchas razones que una misma firma le efectúe la Revisoría Fiscal.
Art. 206. - En las sociedades donde funcione Junta Directiva, el período del Revisor Fiscal será igual aquélla, pero en todo caso podrá ser removido en
cualquier tiempo, con el voto de la mitad más una de las acciones presentes en la reunión.
El Artículo 206 indica que el Revisor Fiscal debe ser nombrado para un período igual al de la Junta Directiva, pero dejó un vacío en las sociedades donde
no hayan Junta Directiva; en estos caos se presumirá el período debe ser igual al del gerente de la sociedad, como se contemplaba en la Ley 73 de 1935 y
como se viene presentando en la práctica.
Parágrafo. - En las sociedades en que sea meramente potestativo el cargo de Revisor Fiscal, éste ejercerá las funciones que expresamente le señalen los
estatutos o las Juntas de Socios, con el voto requerido para la creación del cargo; a falta de estipulaciones expresas de los estatutos y de instrucciones
concretas de la Junta de Socios o la Asamblea General, ejercerá las funciones indicadas en este artículo; no obstante, si no es Contador Público, no podrá
autorizar con su firma balances generales, ni dictaminar sobre ellos.
El Artículo 207 mejoró las funciones del Revisor Fiscal que se trían desde el Artículo 6° de la 73 de 1935 y que se repitieron en el Artículo 137 del
Decreto 2521 de 1950.
El Artículo 207 eliminó por fin la verificación del arqueo de caja por lo menos una vez a la semana. Aunque en la práctica esta función se había
eliminado por considerarse que venía de una época (1935) en que las actividades de los negocios se desarrollaban en escala más pequeña y que por lo
tanto no era de ninguna aplicación práctica y que por otra parte su aplicación no conducía a nada.
Si bien es cierto que se elimino el arqueo semanal de caja, se incluyó en el numeral cinco de inspeccionar asiduamente los bienes de la sociedad, lo cual
parece ser tan fuera de época como el célebre arqueo semana. Asiduamente quiere decir: frecuentemente. Puntual y perseverante, términos que son muy
subjetivos, y por lo tanto de interpretación libre de cada Revisor Fiscal.
Los numerales 5 y 6 del Artículo 207 le imprimen al Revisor Fiscal un sello de distinción en relación con el Auditor Externo, al exigírsele funciones de
control y vigilancia para asegurar que la administración cumpla con las leyes, estatutos, disposiciones de la Asamblea y con los procedimientos y medidas
de control interno de la sociedad.
El parágrafo del mencionado artículo abre las puertas para que algunas sociedades tengan Revisores Fiscales que no sean Contadores Públicos, pero estos
funcionarios sin títulos no pueden autorizar balances ni dictaminar, o sea que no pueden cumplir las funciones más importantes que la Ley prevé para los
Revisores Fiscales.
Art. 208. - El dictamen e informe del Revisor Fiscal sobre los balances generales deberá expresar por lo menos:
1. Si ha obtenido las informaciones necesarias para cumplir sus funciones.
2. Si en el curso de la revisión se han seguido los procedimientos aconsejados por la técnica de la Interventoría de Cuentas.
3. Si en su concepto la contabilidad se lleva conforme a las normas legales y a la técnica contable, y si las operaciones registradas se ajustan a los
estatutos y a las decisiones de la Asamblea o Junta Directiva en su caso.
4. Si el balance y el estado de pérdidas y ganancias han sido tomados fielmente de los libros; y si en su opinión el primero presenta en forma fidedigna,
de acuerdo con las normas de contabilidad generalmente aceptadas, la respectiva situación financiera al terminar el período revisado, y el segundo refleja
el resultado de las operaciones en dicho período, y
5. Las reservas o salvedades que tenga sobre la fidelidad de los estados financieros.
El Artículo 208 es el mismo 48 del Decreto 2373 de 1956, el cual siguió conservándose en el Artículo 10 de la Ley 145 de 1960.
Art. 209. - El informe del Revisor Fiscal a la Asamblea o Junta de Socios deberá expresar:
1. Si los actos de los administradores de la sociedad se ajustan a los estatutos y a las órdenes o instrucciones de la Asamblea o Junta de Socios.
2. Si la correspondencia, los comprobantes de las cuantas los libros de actas y de registro de acciones, en su caso, se llevan y se conservan debidamente,
y
3. Si hay y son adecuadas las medidas de control interno, de conservación y custodia de los bienes de la sociedad o de terceros que estén en poder de la
compañía.
El Artículo 209 establece que además del dictamen sobre los estados financieros de la compañía, el Revisor Fiscal debe informar acerca de los puntos
Contenidos en este artículo.
Esta es una responsabilidad que se presenta por primera vez en la historia de la Revisoría Fiscal, y cuyo contenido se explicará más ampliamente cuando
se hable del informe del Revisor Fiscal.
Art. 210. - Cuando las circunstancias lo exijan, a juicio de la Asamblea o de la Junta de Socios, el Revisor podrá tener auxiliares u otros colaboradores
nombrados y removidos libremente por él, que obrarán bajo su dirección y responsabilidad, con la remuneración que fije la Asamblea o Junta de Socios,
sin perjuicio de que los revisores tengan colaboradores o auxiliares contratados y remunerados libremente por ellos.
El Revisor Fiscal solamente estará bajo dependencia de la Asamblea o de la Junta de Socios.
Este artículo trajo claridad sobre el funcionamiento del departamento de Revisoría Fiscal en las empresas que lo requerirán, lo cual no quedó bien
definido en Artículo 47 del Decreto 2373 de 1956.
El Artículo 210 estableció que los subalternos obran bajo la responsabilidad del Revisor Fiscal y que pueda ser empleados de la Compañía o del propio
Revisor Fiscal. Además en este artículo la ley reconoció que en algunos casos resulta físicamente imposible que una sola persona natural cumpla a
cabalidad su función de Revisor Fiscal.
Art. 211. - El Revisor Fiscal responderá de los perjuicios que ocasione a la sociedad, a sus asociados o a terceros, por negligencia o dolo en el
cumplimiento de sus funciones.
Art. 212 El Revisor Fiscal que, a sabiendas, autorice balances con inexactitudes graves, o rinda a la Asamblea o a la Junta de Socios informes con tales
inexactitudes, incurrirá en las sanciones privativas en el Código Penal para la falsedad en documentos privados, más la interdicción temporal o definitiva
para ejercer el caro de Revisor Fiscal.
Los Artículos 211 y 212 tratan de la responsabilidad y de las sanciones del Revisor Fiscal. A pesar de que el Artículo 212 contemplan sanciones drásticas,
no se presentarán en la práctica ya que para las mismas exigen dos elementos subjetivos y difíciles de comprobar, como son los elementos a sabiendas y
el que la inexactitud sea grave.
Art. 213. - El Revisor Fiscal tendrá derecho de intervenir en las deliberaciones de la Asamblea o de la Junta de socios y en las Juntas Directivas o
Consejos Administración, aunque sin derecho a voto, cuando sea citado a éstas. Tendrá, así mismo, derecho a inspeccionar en cualquier tiempo los libros
de contabilidad, libros de actas, correspondencias, comprobantes de las cuentas y demás papeles de la sociedad.
Las facultades que se contemplan en el Artículo 213 se venían ejerciendo en la práctica y en estas deliberaciones es donde muchos revisores han excedido
su calidad de profesional independiente tomando medidas puramente administrativas. O sea que la facultad otorgada al Revisor Fiscal para intervenir en
las deliberaciones de los órganos administrativos de las sociedades debe ser manejada con mucha prudencia.
Los derechos a inspeccionar los libros, comprobantes y demás papeles, no necesitaban de ningún artículo puesto que esto es necesario para que el Revisor
Fiscal pueda cumplir con sus funciones.
Art. 214. - El Revisor Fiscal deberá guardar completa reserva sobre los actos y hechos de que tenga conocimiento en ejercicio de su cargo y solamente
podrá comunicarlos en la forma y casos previstos expresamente en las leyes.
El Contador Público está regido por un Código de Ética severo y estricto el cual prohíbe revelar las reservas comerciales de los libros, papeles o
informaciones de personas o entidades a cuyo servicio hubiera trabajado o de los que hubiese tenido conocimiento por razón del ejercicio del cargo o de
funciones públicas.
Hay sanciones disciplinarias por violación del secreto profesional, la utilización o comunicación a cualquier persona de secretos del negocio y que se ha
conocido en él ejercicio de sus funciones, al aprovechamiento directo o por interpuesta persona de las informaciones que se han obtenido en desempeño
de su misión, etc.
Sus informes a sus accionistas no los debe suministrar a accionistas individuales o grupos de accionistas sino ante la Asamblea General, reunida con el
quórum necesario para deliberar, o ante la Junta Directiva que sesione en las mismas condiciones.
Este Artículo señala además que puede hacer denuncias en la forma y en los casos previstos expresamente en las leyes, pero las leyes no han
reglamentado esta norma.
Art. 215 - El Revisor Fiscal deberá ser Contador Público. Ninguna persona podrá ejercer el cargo de Revisor Fiscal en más de cinco sociedades por
acciones.
Con todo, cuando se designen asociaciones o firmas de Contadores como Revisores Fiscales, ésta deberán nombrar un Cantador Público para cada
Revisoría, que desempeñe personalmente el cargo, en los términos del Artículo 12 de la Ley 145 de 1960. En casos de falta del nombrado, actuarán los
suplentes.
La restricción de que habla el Artículo 215 es arbitraría y no tiene ningún fundamento en establecer un número de cinco sociedades. Pues en algunos
casos cinco sociedades son muchas para una persona como en otros serán pocas para mantenerlo ocupado permanentemente, ya que lo que cuenta acá es
el tamaño de la compañía y no el número de ellas. Ahora el Revisor Fiscal puede tener un equipo de auxiliares y colaboradores como se contempla en el
Artículo 210, lo que deja sin peso este artículo.
La restricción de las cinco Revisorías Fiscales se refiere a la actuación y no a la calidad de Revisor Fiscal principal. O sea que una persona puede
aparecer nombrado como Revisor Fiscal principal en más de cinco compañías y no ejercer las funciones sino en cinco, que es la restricción legal, lo que
hace más polémico este artículo.
El segundo párrafo del Artículo 215 tiene una contribución tremenda al permitirse el nombramiento de una firma como Revisor Fiscal y exigírsele como
se le viene exigiendo el registro ante la Cámara de Comercio y de la Superintendencia de Sociedades de las personas naturales designadas por la firma
para desempeñar el cargo de Revisor Fiscal; si esto tiene que hacerse, de nada sirve nombrar a una firma de Contadores.
Además, la responsabilidad que se derive por infracciones de la Ley penal cometidas por el Contador que desempeñe una Revisoría Fiscal por
designación de una firma de Contadores, recaerá sobre dicho Contador, puesto que las personas jurídicas no son sujetos pasivos de la acción penal.
Art. 216. - El revisor Fiscal que no cumpla las funciones previstas en la Ley, o que las cumpla irregularmente en forma negligente o que falte a la reserva
prescrita en el Artículo 214, será sancionado con multa hasta de veinte mil pesos, o con suspensión del cargo, de un mes a un año, según la gravedad de la
falta u omisión. En caso de reincidencia se doblarán las sanciones anteriores y podrá imponerse la interdicción permanente o definitiva para el ejercicio
del cargo del Revisor Fiscal, según la gravedad de la falta.
De este artículo lo más importante es que se contempla la sanción profesional cuando el Revisor Fiscal no cumpla con sus funciones.
Art. 217. - Las sanciones previstas en el artículo anterior serán impuestas por la Superintendencia de Sociedades, aunque se trate se trate de compañías no
sometidas por la Superintendencia Bancaria, respecto de sociedades controladas por ésta.
Por ser la Superintendencia la entidad a cuyo cargo está la vigilancia de las sociedades que requieren el cargo de Revisor Fiscal, quizás se pueda enterar
más fácil de las fallas o negligencias de los Revisores Fiscales, pero no deberá ser la entidad encargada de imponer las sanciones y mucho menos las
disciplinarias puesto que los Contadores Públicos tienen en la Junta Central de Contadores la entidad disciplinaria de la profesión.
La Superintendencia de Sociedades y la Superintendencia Bancaria deberían notificar a la Junta Central de Contadores, las violaciones que conocieren
de los Revisores Fiscales para que ésta imponga la sanción pertinente.
Creó el Consejo Técnico de la Contaduría, quien puede promulgar “DISPOSICIONES profesionales”, las cuales deben ser cumplidas por los contadores
públicos dentro el ejercicio de Contaduría Privada y Pública y más aún cuando ejerce el cargo de Revisor Fiscal, con base en obligaciones primordiales,
que le impone el art. 8 , así :
1) Observar las normas de ética profesional ;
2) Actuar con sujeción a las Normas de Auditoria Generalmente Aceptadas en Colombia ;
3) Cumplir con las normas legales vigentes, así como las disposiciones emanadas de los organismos de vigilancia, dirección y control de la profesión; y
4) Vigilar el registro e información contable, la cual se fundamente en principios de contabilidad generalmente aceptadas en Colombia.
Art. 7o- Formalizó las normas de auditoria generalmente aceptadas en Colombia, como las cualidades profesionales del Contador Público, con el empleo
de su buen juicio en la ejecución de su examen y en su informe referente al mismo.
Art. 9o- Mediante Papeles de Trabajo, el Contador Público dejará constancia de las labores realizadas para emitir su juicio profesional. Tales papeles, son
propiedad exclusiva del Contador Público, se prepararán conforme a las normas de auditoria generalmente aceptadas, no obstante podrían ser examinados
por las entidades estatales y por los funcionarios de la rama jurisdiccional.
Art. 37- Señaló los principios básicos de ética profesional, con base en el Código de Ética Profesional creado por esta Ley( desde l.964 no existía Código
de esta naturaleza por haberse considerado inexequible por el Consejo de Estado), dentro del capítulo IV, título I.
Específicamente relacionado con el Revisor Fiscal, adicionó dentro del Código de Ética nuevas inhabilidades e incompatibilidades enmarcadas en la
Sección 220 “De las Relaciones del Contador Público con los Usuarios del Servicio” dentro de los artículos 41 al 51, así:
a) Que el Contador Público, en el ejercicio de sus funciones, no es responsable de los actos de los administradores (art.41);
b) Que no prestará servicios que interfieran el libre y correcto ejercicio de la profesión (art.42);
c) No aceptará trabajos cuando no se considere idóneo (art.43) ;
d) Se puede interrumpir la prestación de servicios, por:
1) Exclusión por atención de otro profesional,
2) Que el usuario incumpla las obligaciones convenidas (art.44);
e) No se expondrá a riesgos injustificados (art.45);
f) Fijará los honorarios por escrito;
g) Cuando haya sido funcionario del Estado y hubiera intervenido en la Empresa, no puede recomendar (6meses mínimo) (art.47);
h) No puede prestar servicios donde hubiere intervenido como funcionario público o como Revisor Fiscal (1 año como mínimo) (art.48);
i) No puede ejercer influencias o recibir dádivas dentro de la empresa que ejerza ;
j) Inhabilidades adicionales a las de parentesco de consanguinidad y afinidad de las anteriores leyes, adicionándolo en “ vínculos económicos, amistad
íntima, enemistad grave, intereses comunes u otra que le reste independencia u objetividad (art. 50); y
k) Cuando haya actuado como empleado no puede ser Revisor Fiscal (mínimo 6 meses) (art.51)
RESUMEN
La Revisoría Fiscal tiene en Colombia una larga vida institucional ; nació en el creciente desarrollo comercial y financiero de las empresas en la segunda
mitad del siglo XIX, fue reglamentada mediante la Ley 73 de 1.935 y asignada al contador público como función privativa por medio del decreto 2373 de
1.956.
El legislador asignó esta función al contador público porque comprendió que el cargo requería de suficientes conocimientos técnicos para poder evaluar
con eficiencia la gestión de la administración y de una capacidad de análisis profunda para evaluar, en forma adecuada, los controles de las entidades;
luego incluyó que un tercero debía velar que las transacciones se reflejaran en la contabilidad en forma adecuada y oportuna para que la administración
proyectara el desarrollo de las empresas; finalmente, examinó las calidades morales de quién poseía los conocimientos técnicos mencionados y concluyó
que éstas eran de alta estima y que debía relievarlas exigiéndole independencia mental respecto de quien recibiría el fruto de sus cualidades y
capacidades. Entonces, no dudó en confiar al contador público tan trascendental responsabilidad.
¿Con qué el objetivo fue creada la revisoría fiscal?. Con el mismo que existe hoy, que unos profesionales idóneos, de aquilatada honradez, integridad y
responsabilidad, investidos de la representación permanente de los inversionistas, la comunidad y el gobierno, les informaran regularmente cómo había
sido manejada la entidad, cómo han funcionado los controles, si los administradores cumplen con sus deberes legales y estatutarios, y si los estados
financieros reflejan fielmente la situación financiera de la entidad sus resultados económicos. Todo lo anterior, expresado en breves palabras
aparentemente parece simple, pero qué tarea ten inmensa representa y sobre todo, ¡qué responsabilidad!.
En la vida de la revisoría fiscal no hay duda de que se han dado cambios importantes en los enfoques y alcance de trabajo, en precisar sus funciones y en
comunicar el resultado de su trabajo, propiciados por los encuentros, congresos y simposios de revisores fiscales. Pero estos cambios han sido lentos y
han respondido más bien a las nuevas exigencias de los usuarios y de las entidades encargadas del control y vigilancia de las sociedades que a una
decisión de la contaduría pública.
Todos estamos de acuerdo en que el mundo está cambiando y es necesario que respondamos con eficiencia a este reto.
Con el presente pronunciamiento, el Consejo Técnico de la Contaduría Pública hace un llamado a la profesión para que se produzca una transformación
inmediata y profunda en la revisoría fiscal que responda al derrotero que se viene dando en las entidades a las que se encuentra vinculada por mandato
legal.
A medida que avanza el siglo XXI lo único con que podemos contar es con la certeza de que el cambio acelerado desafiará nuestro entendimiento y
removerá las bases del mundo que nos rodea, en todos los aspectos.
Cualquier actividad que emprendamos y donde quiera que la realicemos, estará cambiando a un ritmo vertiginoso: estilo de trabajo, tecnología,
estructuras de las sociedades, comunicaciones globales, normas de vida, responsabilidades ambientales, etc.
También cambia lo que es necesario saber y la manera de actuar para tener éxito. Los antiguos métodos que daban buen resultado en un mundo de ritmo
más lento ya no son eficaces.
Para adelantarnos a tales cambios, al incremento de la competencia y a la complejidad de estos tiempos, necesitamos una nueva forma de pensamiento,
una forma que constituya un alejamiento radical del pasado. Se necesita una nueva mentalidad, que sea tan radical como la magnitud, el nivel y el ritmo
de las transformaciones actuales.
El Consejo Técnico consciente de los cambios inmediatos que tiene que asumir la revisoría fiscal en el mundo actual de los negocios fundamenta este
pronunciamiento en el concepto de auditoria integral, entendiendo como tal una auditoria financiera, una auditoria de cumplimiento, una auditoria de
gestión y una auditoria de control interno, que proporcione valor agregado a los servicios de la revisoría fiscal, en el lugar de convertirse en una carga
para la entidad.
Igualmente el pronunciamiento define y enmarca la revisoría fiscal como debe ser en el idioma nacional e internacional de la contaduría pública evitando
dar definiciones, objetivos y funciones confusas que traerían desorientaciones en lugar de un verdadero aporte a su ejercicio.
Al tener la revisoría fiscal funciones de supervisión, revisión y evaluación del control interno, el pronunciamiento recoge el concepto moderno de control
interno adoptado internacionalmente por la profesión después de un estudio de varios años.
La comunidad financiera, profesional y de negocios de orbe fue ampliamente informada en Washington D.C. con ocasión de la celebración en octubre de
1992 de XIV Congreso Mundial de Contadores, sobre la terminación del estudio integral de control interno. El estudio duró tres años para definir el
concepto de control interno y proveer una guía práctica que las empresas puedan usar para evaluar y mejorar su sistema de control; el estudio fue
patrocinado por la “National Commision on Fraudulent Financial Reporting”, llamada “Treadway Commision” y el título del mismo es “Control interno
un Marco de Trabajo Integrado” (Internal Control - Integrated Framework).
El estudio fue realizado por un comité de la organizaciones patrocinadoras conformado por cinco organismos de gran prestigio profesional y empresarial
en el ámbito mundial, que integraron la llamada Comisión Treadway, también identificada como Comité de Organizaciones Patrocinadoras (Committe of
Sponsoring Organizations), y por sus iniciales en ingles COSO.
Los organismos que integran COSO son; el Instituto Americano de Contadores Públicos Certificados (AICPA), las Asociación Americana de
Contabilidad (AAA), El instituto de Auditores Internos (IIA), El Instituto de Ejecutivos de Finanzas (FEI) y el Instituto de Contadores Gerenciales
(IMA). La firma Coopers & Lybrand dirigió el estudio y preparó el informe.
La dedicación, el rigor metodológico y el tiempo invertido por COSO en el estudio, tuvo como propósito fundamental conseguir un entendimiento más
generalizado de parte de todos los interesados en la administración de las empresas acerca de lo que significa el control interno.
El Consejo Técnico de la Contaduría Pública considera que ha escogido el camino apropiado para determinar el alcance y enfoque del trabajo del revisor
fiscal, al armonizarlo con la noción de fiscalización consignada en la nueva Constitución política de Colombia la cual es su artículo 267 asigna a la
Contraloría General de la República la función pública del control fiscal, la cual debe ser ejercida en forma posterior y selectiva e incluir el ejercicio de
un control financiero, de gestión y de resultados, fundado en la eficiencia, la economía, la equidad y la valoración de los costos ambientales.
La Ley 42 de 1993, en desarrollo del artículo 267 de la constitución Nacional, en el Capítulo I establece los principios, sistemas y procedimientos
técnicos en los siguientes términos, que consideramos convenientes transcribir como complementarios por estar en armonía con el presente
pronunciamiento.
Artículo 9. - Para el ejercicio del control fiscal se podrían aplicar sistemas de control como el financiero, de legalidad, de gestión, de resultados, la
revisión de cuentas y la evaluación del control interno, de acuerdo con lo previsto en los artículos siguientes.
Parágrafo. - Otros sistemas de control, que impliquen mayor tecnología, eficiencia y seguridad, podrán ser adoptados por la Contaduría General de la
República, mediante reglamento especial.
Artículo 10. - El control de legalidad es la comprobación que se hace de las operaciones financieras, administrativas, económicas y de otra índole de una
entidad reflejan razonablemente su situación financiera el resultado de sus operaciones y los cambios en su situación financiera, comprobando que en la
elaboración de los mismos y en las transacciones y operaciones que lo originaron, se observaron y cumplieron las normas prescritas por las autoridades
competentes y los principios de contabilidad universalmente aceptados o prescritos por el contador general.
Artículo 11. - el control de legalidad es la comprobación que se hace de las operaciones financieras, administrativas, económicas y de otra índole de una
entidad para establecer que se hayan realizado conforme a las normas que le son aplicables.
Articulo 12. - El control de gestión es el examen de la eficiencia y eficacia de las entidades en la administración de los recursos públicos, determinada
mediante la evaluación de sus procesos administrativos, la utilización de indicadores de rentabilidad pública y de desempeño y la identificación de la
distribución del excedente que éstas producen, así como de los beneficiarios de su actividad.
Articulo 13. - El control de resultados es el examen que se realiza para establecer en que medida los sujetos de vigilancia logran sus objetivos y cumplen
los planes, programas y proyectos adoptados por la administración, en un período determinado.
Artículo 18. - La evaluación de control interno es el análisis de los sistemas de control de las entidades sujetas a la vigilancia, con el fin de determinar la
calidad de los mismos, el nivel de confianza que se les puede otorgar y si son eficaces y eficientes en el cumplimiento de sus objetivos.
El Contralor General de la República reglamentará los métodos y procedimientos para llevar a cabo esta evaluación.
Artículo 19. - Los sistemas de control a que se hace referencia en los artículos anteriores, podrán aplicarse en forma individual, combinada o total.
Igualmente se podrá a cualquier otro generalmente aceptado.
El nuevo enfoque de la revisoría fiscal, que presenta este pronunciamiento, se basa en el conocimiento integral de la entidad a la cual presta sus servicios,
con una metodología de trabajo moderna.
El Consejo Técnico de la Contaduría Públicos presenta a la profesión este pronunciamiento e invita a los contadores públicos y especialmente a los
revisores fiscales a una profunda reflexión y un cambio de actitud para su aplicación; esperando comentarios sugerencias y aportes para su
enriquecimiento.
Solución de Problemas
• ¿Cómo se puede explicar el hecho de que desde el origen de la misma vida ciudadana se percibe la necesidad de un control político-social
en manos de los ciudadanos sobre las instituciones de estos?
• ¿Por qué en la medida que se refuerza el régimen de libertad individual y propiedad privada dentro del marco de la ley, la figura de
la Revisoría fiscal adquiere mayor relevancia?
• Investigar cómo se denomina en los demás Países suramericanos lo que en
Colombia es llamado Revisoría Fiscal?
• Enunciar las instituciones que en Colombia se encargan del control y vigilancia en lo concerniente a seguridad, salud y educación pública
Autoevaluación
• ¿Cuáles son las grandes divisiones de la historia de la Revisoría Fiscal?
• ¿Qué relación hay entre la intervención del Estado en la economía y la fiscalización?
• ¿Mediante qué instituciones el estado desarrolló su facultad de inspección?
• ¿Qué es la Contraloría General de la República?
• ¿Qué otro nombre recibe la fiscalización pública y a qué hace referencia?
Repaso Significativo
• ¿En qué consiste el derecho de inspección y cuál es su importancia?
• ¿Qué es fiscalización? ¿Cuáles son sus principales niveles?
• ¿Mediante qué actos se ejerce la fiscalización individual?
• ¿Por qué el Neocolonialismo marcó la historia socio-económica Colombiana?
• Con un ejemplo represente los tres tipos de control: previo, perceptivo y posterior.
• ¿Qué diferencias hay entre el estado Policía y el estado interventor en la economía privada?
Bibliografía Sugerida
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