La democracia es un modo de vivir en sociedad, guiados por
principios como la igualdad, la justicia y la libertad. Una de sus grandes virtudes es que en ella pueden convivirse aun cuando hay diferentes costumbres, creencias, inclinaciones políticas o modos de ver la vida. La interacción pacifica vuelve indispensable que ninguno de los grupos culturales se considere más importante que otro. La coexistencia de estos se conoce como interculturalidad, una condición indispensable para la democracia. La interculturalidad favorece la integración y la convivencia democrática entre personas y grupos. La comisión Interamericana de Derechos Humanos ha declarado que vivir en una democracia debe tener por resultado ser un ciudadano libre, asimismo, ha identificado la justicia y la libertad de expresión como pilares del Estado de derecho y, por tanto, del fortalecimiento de la democracia. Esta comisión Interamericana es el órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), encargado de la promoción y protección de los derechos humanos en el continente americano.
La generalidad se refiere a que las leyes se aplican a todos
quienes se encuentran en una situación determinada. La abstracción es otra característica de las leyes; radica en que se pueden aplicar a todos los casos concretos: no se hacen solo para determinadas personas, si no para normar el ejercito de las libertades individuales. Son obligatorias porque comprometen a los ciudadanos a cumplirlas, independientemente de la aceptación o el rechazo con respecto a ellas. Quien se pasa un alto debe ser multado y pagar, aun si cree que no lo merece.