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Hegemonía, subjetividad política y democracia radical – David Howarth

El concepto de hegemonía está subteorizado, no se ha llevado a cabo un


esclarecimiento conceptual riguroso.
El concepto de hegemonía casi siempre se usa como sinónimo de las formas
sedimentadas del poder político, de la supresión de la diferencia y la perdurabilidad
del poder político establecido.
En Laclau el concepto de hegemonía es más sofisticado y articula los pensamientos
estructuralistas, posestructuralistas y psicoanalíticos con la tradición marxista de la
teoría política.
Posicionamiento de Laclau frente al análisis de la política, la subjetividad y la
democracia.

Deconstruir el marxismo
Marxismo como el telón de fondo donde se ha desarrollado el pensamiento de Laclau.
El concepto Leninista de hegemonía proponía que el partido de vanguardia debía
establecer un liderazgo entre las clases sociales para producir ganancias a corto plazo y
utilitarias. La hegemonía era una relación contingente y concebida exteriormente
entre fuerzas políticas.
Para Gramsci, los grupos gobernantes necesitan obtener el consentimiento de los
gobernados, mediante el establecimiento de su autoridad y legitimidad en la sociedad
civil; por lo cual, no solo importa su posición económica o su control sobre el gobierno
y el Estado
Según Gramsci, la clase gobernante debe lograr el liderazgo intelectual y moral, no
solamente la supremacía política, si quiere gobernar eficazmente.
Gramsci desarrolla una nueva estrategia política: a diferencia del objetivo de Lennin de
lograr alianzas provisorias entre clases sociales para derrotar el dominio clasista,
Gramsci propone que se debe trascender los intereses económicos y desarrollar una
nueva ideología o sentido común. Las clases sociales deben compartir un “arsenal” de
objetivos políticos basados en nuevo conjunto de creencias y prácticas que forjen una
“voluntad colectiva”. La política, entonces, deja de ser un juego entre clases con
identidades e intereses fijos, para transformarse en un proceso de construcción de
relaciones y acuerdos entre grupos y estratos divergentes (equilibrio). Este proceso se
da en el terreno de la sociedad civil e implica “ganar” actores y grupos para ciertas
posiciones ideológicas y políticas (guerra de posición).

El concepto de Hegemonía en Laclau surge de la lectura deconstructivista de la


tradición marxista y de una crítica a Gramsci.
Laclau percibe una ambigüedad en la propuesta marxista, una tensión: entre la
necesidad de desarrollo histórico y un conjunto de conceptos e iniciativas destinadas a
la intervención política contingente. Esta tensión se manifiesta en tres enfoques del
concepto gramsciano: a) compromiso con una clase social que provoque un cambio
social, b) la centralidad del núcleo económico como objeto de lucha política y como
base de la superestructura ideológica y política, c) la separación entre roles de
coerción y consentimiento en su concepción del Estado capitalista y la hegemonía de
clase. Este último aspecto hace parte de la tendencia de Gramsci a establecer
oposiciones binarias, privilegiando uno de los términos: Estado Vs Sociedad civil,
dominación Vs hegemonía, intelectuales tradicionales Vs intelectuales orgánicos.
Aunque Gramsci pretender reconciliar al Estado y la sociedad civil a través de la noción
de Estado Integral, tiende a identificar al Estado con mecanismos de coerción y
represión, y a la sociedad civil con la construcción del consentimiento y la práctica de
la hegemonía.

Tres modelos de hegemonía


Laclau ha desarrollado tres modelos de hegemonía:
Década de los 70: Influencia de Gramsci y Althusser para criticar y re elaborar las
teorías políticas y la ideología. Su obra se ocupó de impulsar las demandas socialistas
de las clases trabajadoras
Década de los 80: influencia del posestructuralismo, Foucault y Derrida, re formulación
de su perspectiva alrededor de la idea de democracia radical
Década de los 90: influencia del psicoanálisis de Lacan y Zizek, orientó su política hacia
la construcción de “universales contigentes” y la idea de “pluralismo agonista” ante la
fragmentación de las izquierdas por causa de particularismos

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