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All content following this page was uploaded by Zoila Yovanna Clark on 11 August 2016.
Zoila Clark
según los estudios sociológicos de José Antonio Maravall y el análisis detallado de Américo
Castro. De ahí que, durante la Edad Media, la inmovilidad social logre mantenerse a través de la
nobleza hereditaria por designio divino. Sin embargo, al cuestionarse la infalibilidad papal
una burguesía caracterizada por su movilidad o ascenso social. Walter D. Mignolo incluso sitúa
el inicio de la globalización en el siglo dieciséis y de: “a global gender /sex hierarchy that
privileged males over females and European patriarchy over other forms of gender configuration
Este gran cambio, conocido como el comienzo de la Edad Moderna, origina ciertos
cambios en las instituciones que protegen el orden social jerárquico. Por un lado, la Iglesia
Católica se ve obligada a adaptar su doctrina al libre albedrío dentro del plan divino, y por otro
lado, la monarquía, aparte de mantener el orden y armonía medieval, también debe hacer
concesiones en cuanto a la movilidad social. Sin embargo, se conserva a los villanos y a las
villanas en el campo por ser el trabajo de ambos la base de la economía del país y el matrimonio
cristiano entre gente de su mismo estrato social para guardar el orden social y la pureza de
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España quedó habitada por un gran número de soldados que lograron la Reconquista, artesanos y
los villanos labradores. Américo Castro afirma que España tuvo un Renacimiento distinto, pues
se denigran las labores ejercidas por los musulmanes (la política, el comercio, la manufactura, las
ciencias, y otras manifestaciones creativas) y las de los judíos (los préstamos, los negocios, las
moros y judíos “creó un nuevo sistema de valoraciones y desestimas sociales, fundamento del
nuevo aspecto en que aparece la honra en el siglo XVI y XVII, y su correlato: la opinión” (De la
edad 76) para crear la identidad española como casta honrada de villanos y soldados. Tenían que
resolver sus conflictos y vivir en armonía como una sola casta que tenía incluso la misión de
extender el reino de los cielos en toda la tierra, como buenos hijos de Dios y de España.
Juan Ignacio Gutiérrez Nieto comparte la visión que presenta Maravall. No sólo afirma
que la corona “propicia una literatura favorable a la actividad agraria” y que por este motivo el
teatro llega a contraponer el campesino al hidalgo, sino que el teatro presenta al villano rico que
paga sus impuestos como portador de honra,2 “espejo y modelo del agricultor” (889). Esta
integración del teatro a las estrategias gubernamentales, según señala Juan María Marín, se da
por el interés burgués que establece el propio Lope en su Arte nuevo de hacer comedias (1609),
ya que usa el tema de la honra porque “era la moda, „lo comercial‟ ” (22). Lope también elaboró
su comedia con “muchísima acción, tal y como exigía el espectador de la época” (23), lo cual
indica que el honor como virtud heredada y la honra o reputación del individuo eran vitales en el
mundo barroco y tienen un trasfondo de roles de género que modelan la nueva estructura familiar
de la villanía. “La honra era la señal de identidad, de pertenencia a un grupo social concreto”
(26), nos dice Marín, y, además, el modo de recuperarla estaba reglamentado por la tradición.
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Asimismo, Kwame Anthony Appiah reconoce que existen estos dos tipos de honra o
respeto: una entre las personas nobles y otra meritoria, que él llama de reconocimiento positivo
(13-4). Consecuentemente, durante el siglo áureo se trata de que los villanos y villanas deban
ganarse la honra para ser integrados a la nación española como seres dignos de respeto y que los
nobles la conserven a través de su lealtad a la corona, pues de no hacerlo son castigados con el
concepto del honor de todo ciudadano. Así, el honor del hombre está en la honra de la mujer
De esta manera, tenemos que son dos mujeres las que son agraviadas tanto en Peribáñez
y el Comendador de Ocaña como en Fuente Ovejuna. El Fénix supo explotar muy bien el
gubernamental a través de un teatro didáctico en beneficio propio y del estado. En su Arte nuevo
el propio Lope establece que “como [las comedias] las paga el vulgo, es justo hablarle en necio
para darle gusto” (12), de modo que se trata de un programa gubernamental instructivo que va a
educar al pueblo en la consciencia del ser español y el nuevo sistema de valores que rige la nueva
nación.
Por lo tanto, al tener el tema del honor villano el propósito social arriba expuesto, esta
de un villano o de una villana, pues los estudios hasta ahora realizados usan el término “villano”
como inclusivo de la villana. Sin embargo, se enfocan sólo en el ennoblecimiento del varón y no
en el de la mujer. Estas diferencias de género serán materia de nuestro estudio de dos obras
Ocaña y Fuente Ovejuna. Considerando que los villanos y las villanas no nacen nobles como la
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nobleza real, trataremos de distinguir las características de quienes merecen ser ennoblecidos; es
decir, cuáles son las virtudes y acciones necesarias para justificar su nueva nobleza, y el ascenso
social de llegar a ser personas honorables, pues los comendadores lopianos que son nobles por
herencia o por tener tierras, pierden la vida si su conducta no muestra ciertas virtudes que se
Peribáñez y el Comendador de Ocaña desde el primer acto. El modelo del villano y de la villana
son los desposados Peribáñez y Casilda. Cada uno tiene distintas formas de adquirir la honra de
reclama su ascenso a noble con las siguientes palabras: “Por el de serviros, creo / que merezco
que me honréis” (I, 58), a lo que el cura responde “son excusadas razones” (I, 58), ya que el
servir a los representantes de Dios, que son varones, la hacen honrada. Esta es la virtud básica de
toda villana, el ser servil al señor de quien depende: su padre, hermano, esposo o apoderado.
Luego, el cura describe a Casilda como: “Mi sobrina es muy sesuda” (I, 18), y esto se pondrá a
prueba cuando tenga que defender su honra y seguir siendo una noble villana. Su esposo señala
seguidamente que Casilda es “hermosa compañía” (I, 30), lo cual creará un conflicto amoroso
con un comendador y ambos tendrán que demostrar ser dignos del honor que creen merecer por
contar con las virtudes ennoblecedoras que cada uno dice que el otro tiene en los abecedarios de
Haráte cuerda la C,
la D dulce y entendida
la E, y la F en la vida
.............................................
La V te hará verdadera,
la X buena cristiana,
Estas características de buena villana requieren que la mujer sea ante todo sumisa, cuerda
y firme en su fe. Por eso, aunque ella es libre en su albedrío de no aceptar a Dios como su señor,
y, por ende, a su representante el rey, al rechazarlo se destruye el plan divino de amor y armonía
y se pierde la paz. Así se lo repite Peribáñez al inicio y al final del poema. Del mismo modo, el
abecedario del buen villano incluye respeto a su mujer y que deje de burlarse de ella para verla
como compañera, así como varios sinónimos de sumisión y lealtad a sus superiores:
La primera letra es A,
La C te hará compañero
en mis trabajos; la D,
6
............................................
Por la N no serás
Por la R regalarme,
y por la S servirme,
El noble villano deberá temer el castigo en caso de ser altanero, necio, infiel, etc. A
diferencia del abecedario femenino, éste enfatiza más lo que no debe ser y recuerda al varón sus
obligaciones sociales. En ambos casos, el amor es importante e implica servir al amado y serle
fiel, como dice Casilda, porque el amor es paz y armonía social. La idea de que los villanos han
de tener amor los dignifica y ennoblece porque “el amor es siempre un sentimiento noble que
dignifica y eleva al que se mueve bajo sus impulsos” (Rodríguez Baltanás 61).
De ahí que en Fuente Ovejuna, en el debate que tuvieran Frondoso, Barrildo y Mengo en
el primer acto, aparece este amor ennoblecedor. El amor es armonía según la filosofía
neoplatónica, que para críticos como Joaquín Casalduero y Robert L. Fiore es el tema principal
de la obra. Según Casalduero, Mengo habla del “amor natural que es egoísta, porque sólo quiere
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satisfacer sus deseos,” identificando este amor con la pasión del comendador por Laurencia,
mientras que Frondoso y Barrildo oponen a este concepto “el amor platónico, aquel que en lo
amado adora la virtud” (20). Por lo tanto, cuando Laurencia elige defender su honor y develar el
secreto de los avances lascivos del comendador, queda claro que ella es digna de ser amada por
su virtud. Ella tiene nobleza de carácter, lo mismo que Frondoso, quien muestra valentía para
defenderla del comendador arriesgando su vida. Las villanas antes abusadas por los
comendadores con el derecho de pernada, ahora pasan a ser nobles, pues se establece que la
virtud de las villanas ha de ser defendida por los valientes villanos. Por lo tanto, la pasividad
servil del villano ha de cambiar a la par que la de la villana, y ambos deben adoptar nuevos roles
De acuerdo a Fiore, el amor sitúa claramente al hombre dentro del engranaje social al
ubicarlo dentro de la familia, y ésta, a su vez, dentro de la villa y, por lo tanto, dentro del estado.
Así, el papel del individuo es a veces sacrificar el bien personal por el bien común, en nombre
controlada al formar parte de una nueva burguesía, pues así se diferencian de los inmorales
musulmanes y judíos de sangre impura que perturban la paz y el orden familiar y social:
In Fuenteovejuna both family and state are part of Lope´s Utopian vision of
harmony. We can see the philosophical views of the state as a natural society, a
family that broadens out into a village and becomes a state when it achieves self-
for temporal welfare and must sacrifice personal good for the common good. If
this is done, then it follows that authorities at all levels can govern in peace. (106)
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Esta justificación del amor villano que se sacrifica por los demás la vemos muy marcada
en Frondoso y Mengo, personajes de Fuente Ovejuna. Mas aunque Fiore llegue a ver un acto
revolucionario en la rebelión de Fuente Ovejuna, la dependencia mutua que él señala entre los
fuenteovejuneros hace también que ellos busquen otra dependencia más alta en el rey. No hay
que olvidar que, una vez muerto el comendador, nadie proclama a Frondoso como nuevo líder,
sino que el pueblo fiel y servil busca a su rey para que reponga el orden y la armonía. Así, luego
de que Frondoso mata al mal comendador y que todo el pueblo está de acuerdo en tomar
responsabilidad por el hecho, Esteban, como alcalde de Fuente Ovejuna, se dirige al rey
diciendo:
Esperamos tu clemencia,
De este final se deduce que el pueblo modelo ha de depender del rey por ser natural
designio divino y pelear por él ofreciendo siempre la virtud que sabe guardar y que lo hace
inocente. Si un villano mató a un comendador, la comedia lo justifica diciendo que fue por salvar
su honor y el del pueblo entero. De donde se desprende que todos los villanos quieran hacerse
responsables del crimen que limpia su honor. El orden queda restablecido por el rey cuando éste
decide esperar a que otro individuo se haga merecedor de tal cargo, quedando en claro que ha de
bien podría ser tomado por un villano ennoblecido pero reconocido por el rey, mas no un hombre
fuerte que trate de imponerse al monarca. Además, “el rey es el máximo portador de honra”
(171), según Manuel Antonio Arango, ya que el rey incluso premia al villano en Peribáñez y el
enfatizar de forma didáctica el castigo al individuo que no sigue el modelo social respaldado por
la monarquía absoluta. El personaje del comendador, como parte de un triángulo amoroso, ayuda
a definir el modelo de villano noble por antonomasia. Según María Grazia Profeti se crea un
marcado contraste entre el comendador que cae dentro de la “descortesía” al rebelarse contra el
rey en el espacio abierto y al atacar a la villana Casilda en el espacio privado / cerrado (238-39).
Por consiguiente, se justifican hechos históricos en los que villanos mataban a comendadores,
caso de Fuente Ovejuna y también se usan leyendas en cantares que favorecen al villano, como
villano, también se favorece el contraste entre la ciudad y la aldea. Para Arango, la figura del
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mientras que “los villanos representan las virtudes, la honradez, la nobleza de alma, y al lado el
elogio” (173). Esta forma clásica de menosprecio de corte y alabanza de aldea sirve para
enaltecer al villano y justificar la honra que se le otorga, más por cuestiones socio-políticas que
sobre el tema. Una es “como efusión lírica” y otra es “como central motivo dramático” (14).
Dentro de la efusión lírica, se encuentran los poemas idílicos de corte petrárquico, donde “Lope
mima [...] rasgos y motivos pastoriles y cortesanos” (16) y por motivo dramático se refiere a que
Esto lo observamos cuando Peribáñez idealiza a Casilda y su vida villana mostrando al mismo
tiempo el orgullo de ser villano y lo feliz que es en su estrato social, por lo que en su boda le
en él te he dado lugar,
En estos versos el villano confiesa que se siente un rey en su villa y nada más desea
aceptar la institución social del matrimonio y servir fielmente a su dama. Así pues, la felicidad se
encuentra en el matrimonio basado en el amor entre villanos, que por ser un amor que viene por
ley divina bien podría ser el amor que se le tiene al rey o Vice Dios.3 Esta visión edénica de la
vida de los esposos villanos es muy clara cuando Laurencia describe su vida en la villa de forma
idílica:
y concertar, si el camino
La palabra armonía es la clave del motivo dramático de la obra, porque Lope compara en
Fuente Ovejuna el amor de pareja o entre individuos y cómo viven estos en armonía antes de la
llegada del comendador. Laurencia y Frondoso son esposos católicos o mejor dicho “cristianos
viejos” en el contexto de la época, porque indirectamente se hace mención al tocino, y ésto los
hace limpios de sangre musulmana o judía. Recordemos que la Inquisición estuvo vigente entre
los siglos XV y XIX. Aunque ésta fue más benevolente con los moriscos que con los judíos,
Joseph Pérez afirma que “la limpieza de sangre actúa como una barrera adicional de
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discriminación para quienes, en número cada vez mayor, aspiran a los honores y a la
dignificación de su trabajo agrario para ennoblecerlo. Así, la vida de trabajo arduo en el campo
aparece idealizada por Lope para impulsar la agricultura en las tierras no cultivadas de España.
Este aspecto es estudiado por José Prades, quien considera que Lope tiene “un empeño especial
en resaltar o poner de manifiesto la laboriosidad del pueblo llano, y la dignidad del trabajo
humano” (424). En consecuencia, el trabajo agrícola aparece idealizado para retener al villano en
el campo y a la vez hacer que éste gane su dignidad a través de su trabajo aumentando sus
Sin embargo, hay que resaltar que en las obras del Fénix, sus personajes reflejan las
jerarquías que existían aún entre villanos, pues aunque se reconoce como digno el trabajo de
labradores, segadores, hortelanos, leñadores, carboneros, y otros, son los villanos ricos los que
llegan a ser nobles por reconocimiento del rey al salvar el honor frente a comendadores tiranos.
Noël Solomon encuentra que en Castilla, en el siglo XIII, y en León, en el siglo XVI, surge la
[América] constituye una prueba de la barbarie de los indios durante la conquista del siglo XV
(650). En consecuencia, no es gratuito que tanto Peribáñez como Frondoso cuentan con cierto
capital en tierras. El primero no sólo posee las tierras donde vive y que, según Casilda, son muy
productivas, sino que al ser ascendido a soldado en la reconquista por el mismo comendador,
obtiene armas y posiblemente méritos como guerrero. El segundo se niega a aceptar la dote que
E: En el dote, si advertís,
algunos maravedís.
F: Yo dote no he menester;
Ahora bien, un villano que tiene honra por sus virtudes, dinero o participación en las
guerras de reconquista, debe defender esa honra porque ésta se mantiene por la opinión de los
demás. Para Enrique Rodríguez Baltanás, “el teatro trágico de Lope girará sobre los esfuerzos de
defender su dignidad” (62). En ambos casos se muestra cómo la mujer es la portadora de la honra
del padre primero, y luego de casada, de la honra del marido. Por este motivo es la villana la que
es atacada por un comendador tirano y ella reclama a su padre o marido el ser defendida. En el
caso de Fuente Ovejuna, según Robert Hershberger, hay “una oposición binaria del honor... que
se desarrolla desde un polo personal hacia una proyección colectiva” (138). Esto ocurre porque
Laurencia pasa de preocuparse de su propia honra a la del pueblo. El comendador Fernán Gómez
trata de violar a Laurencia, quien se defiende sola y logra escapar de sus manos, e intenta lo
mismo con todas las mujeres de la villa. Por lo tanto, la ofensa del comendador es a todos los
fuenteovejuneros porque les quita toda nobleza, como bien lo dice Laurencia:
.................................................
Ella les aclara que estos abusos del comendador hacia las villanas son abusos que dan
muerte a la honra masculina y por eso ya no son hombres, pues han perdido su identidad por
completo. Ellas también y por eso se convertirán en Amazonas. Por lo tanto, el comendador
rompe con la armonía de la villa en todos los niveles: “Harmony has been disrupted from its
most basic level, individuals, family and village to its highest level – the monarchy” (Fiore 107).
Su ataque a la monarquía está en hacer que el joven maestre tome Ciudad Real para beneficio de
los enemigos de la corona, de modo que su traición es total, por lo cual se justifica la muerte tan
sangrienta que le dan. Según Henryk Ziomek, Lope de Vega deja claro que “rebellion against
tyranny is justifiable” (52). Esta idea aparece desde el inicio de Fuente Ovejuna cuando el mismo
Ramón Menendez Pidal afirma que la defensa del honor por el bien social / familiar es
heróico, como una hazaña romana (152) y reconoce que sólo en tres textos lopianos los villanos
Comendador de Ocaña, Fuente Ovejuna y El alcalde de Zalamea. En este último “Lope alteró su
fuente para hacer protagonista a un alcalde lugareño (163-64). Por lo tanto se trata de un honor
sinónimo de miedo y alevosía, mientras que “noble” significa nobleza y generosidad (704). Sin
embargo, las cualidades de los villanos y de las villanas son muy opuestas a las de los nobles
comendadores en los textos de nuestro estudio. Los villanos son valientes para defender su honra
y las villanas son muy virtuosas y honradas, tal como señalamos en un inicio, y presentan como
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rasgos positivos la limpieza de sangre, la riqueza económica y el valor para defender con sangre
esa honra que los identifica, y que se convierte en su vida. Las villanas, por su lado, portan la
honra de los hombres con quienes se relacionan y la cuidan como un tesoro porque por eso las
valoran. Pero paralelamente a todo esto, nos parece que el villano noble ha de tener también una
conciencia colectiva villana que ha de defender aún con sus propias manos una vez que es
ennoblecido. Washington Delgado usó estos términos para referirse al sentimiento de los
análisis se puede llegar a la conclusión de que tal conciencia colectiva se refiere más a que los
villanos están conscientes de cuál es su lugar en la sociedad y a la dignidad que pueden alcanzar
si llegan a convertirse en ricos villanos. Se ofrece una movilidad social a los villanos de acuerdo
muestra haber alcanzado esta conciencia colectiva cuando lleva a la praxis su lealtad a su rey y
El ennoblecimiento del villano que es labrador rico o nuevo propietario se debe entonces
a la asociación de riqueza con nobleza, y a su aceptación del modelo familiar heterosexual que
reproduce más villanos y villanas obedientes como se estipula en los abecedarios de los
desposados, según su género. La villana, por su parte, ha de ser virtuosa y hacerse respetar por su
marido y cuidar de su honra frente al peligro de ser burlada por comendadores traidores de
sangre impura, aún si son nobles. Ellas reclaman ser defendidas como nuevas damas y por cuidar
de la pureza de sus vientres. Pero con el fin de mantener el sistema monárquico-señorial español,
se hace necesario que el rey, cabeza de la autoridad jerárquica, les otorgue tal ennoblecimiento,
como sucede al final de las obras teatrales de esta época con intención didáctica. Este desenlace
ilustra claramente lo que Maravall considera “una gran campaña de propaganda” del teatro áureo
16
(22) o discurso político de género a través de la honra, debido a que el teatro dirigido al pueblo
villano divulga un sistema de movilidad social dentro del sistema monárquico español a caballo
Notas
1
Américo Castro corrobora con datos históricos lo que Maravall deduce de los textos
teatrales de Lope de Vega. Castro señala que existieron tres castas en la Península Ibérica y que
éstas convivieron luchando durante el período de 711 a 1492, lapso que erróneamente se
denomina La Reconquista Española o La Conquista Cristiana. Para él, no había una identidad
península; por lo tanto, no había una España que reconquistar, sino una nación que crear
mediante el discurso de La Reconquista. Las tres castas que se formaron tras dicha conquista
fueron la de los musulmanes o moros, la de los judíos y la de los cristiano-hebreos. “En donde
los invasores musulmanes (árabes, sirios, beréberes) no pudieron prescindir ni de los habitantes
cristianos ni de los judíos. La autoridad de los emires, y más tarde la del breve califato, ni pudo
ni quiso nivelar religiosamente al-Andalús” ( La realidad 27). Esto permitió que la casta
parentesco con lo divino. Así, Antonio de Nebrija, judío converso, traduce “casta” en su
Vocabulario español-latino (1495) como buen linaje. Luego Sebastián de Covarrubias y Orozco
añade en El tesoro de la lengua castellana o española (1611) que la casta “vale linaje noble y
castizo; el que es de buena línea y descendencia, no embargante que decimos „es de buena casta
y mala casta‟… castizos llamamos a los que son de buen linaje y casta” (25). Se crea entonces la
conciencia de ser cristiano viejo de la casta castiza como lo que es ser español, muy superior a
las otras dos castas. Esto explica porqué los labradores castizos se identificaban como cristianos
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viejos honrados y se enfrentaban a nobles que podían tener mezcla sanguínea con moros o judíos
en los textos de Lope de Vega. Cualquier sospecha de mestizaje sanguíneo los convertía en
personas malas o enemigas que destruían el honor del buen español. Los comendadores que
tenían tratos con moros y judíos bien podrían haber encarnado alguno de los siete pecados
capitales del mundo medieval, por lo cual representaban una amenaza contra la honra de los
villanos o castellanos viejos de buena casta. María M. Carrión ubica estos dramas dentro de la
comedia palatina “which represents the dramatic conflict faced when men and women belonging
to different social hierarchies … [jeopardize] blood purity (9). Notemos que los comendadores
que seducen villanas son castigados en las dos piezas teatrales de este estudio para conservar la
moral y buena conducta de los villanos que pasan a ser honrados por ser antes que nada
“cristianos viejos”. Aunque Sánchez Albornoz encuentre que la identidad española se formó en
la época romana, nos parece que tanto Maravall como Castro presentan suficiente evidencia
literaria e histórica para reinterpretar estos textos dentro del contexto de formación de la nación
española.
2
La honra y el honor son dos términos positivos y relacionados a la manera en que los
villanos pasan a formar parte de la identidad española como grupo importante en la producción
través del control de la sexualidad de la mujer que se mantiene la pureza de sangre. Por lo tanto,
la mujer tiene honra al no tener hijos con moros, judíos o mestizos ni relaciones ilícitas con ellos,
caso contrario el hombre pierde el honor al dudarse de la pureza de sangre en su familia, a nivel
Castro señala que esta realidad social de los siglos XIV al XVIII se encuentra plasmada en
18
muchos textos literarios y resalta que “la coincidencia entre honra, pureza de fe y sentimiento de
en el siglo XVI” (De la edad 95). Es decir que la expulsión de la casta musulmana y de la judía
crea la identidad española por diferenciación de sus chivos expiatorios, tal como el diablo es
echado del paraíso en la historia del pueblo de Israel narrada en la Biblia. Esta obsesión con la
pureza de sangre tuvo aún repercusiones en la organización del Nuevo Mundo en el siglo XV,
pues Fernando Báez señala que los españoles “repitieron el mismo esquema de exclusión que
habían aplicado a judíos y árabes, pero esta vez a los nativos” (111). Esto explica porqué el
categorizaciones raciales que definieron la identidad de las colonias, y de las nuevas naciones
radicales creencias de la casta judía” (De la edad 232), de acuerdo a Américo Castro. De ahí que
el rey español era un representante del Dios cristiano, como un Vice Dios, pues la jerarquía
divina era paralela al sistema de castas con que surgió España y luego se impone el Nuevo
Mundo. Recordemos que la Reconquista es una guerra santa como la de las cruzadas y se lucha
al mando del santo Santiago Matamoros, un ángel guerrero al estilo castizo, arquetipo modelo de
Hernán Cortés, Francisco Pizarro y todos aquellos hidalgos que debían conseguir honra con
ofrendas a su rey o Vice Dios, como el Cid campeador. Como afirma Mignolo: “There would be
no Europe without the discovery and conquest of America and the colonial matrix of power”
19
(66). Y es que no se puede comprender la historia y la literatura de España sin hacer referencia a
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