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Como lavar frutas y verduras.

Las frutas y verduras pueden llegar contaminadas a


nuestras manos por una razón muy sencilla: crecen
en el suelo. Solo por este motivo ya debemos tomar
una serie de precauciones para que la suciedad y
los microorganismos no contaminen nuestras manos,
las superficies de la cocina o incluso, otros
alimentos.

Es importante lavar adecuadamente frutas y


verduras, en especial si se van a consumir en crudo.

Los peligros asociados a los alimentos vegetales son


insectos, larvas, gusanos, piedras y tierra, pesticidas y herbicidas, además
de microbios que podrían estar presentes tanto en el suelo como en el agua
de riego: Salmonella, Listeria. E. coli, varios tipos de virus. Hace años
eran una causa muy frecuente de enfermedades porque la inspecci ón
sanitaria no era tan exhaustiva como en la actualid ad, los animales estaban
en las huertas, se comían vegetales que crecen en los regatos, como los
beterraga, espinacas (ahora solo se pueden comercializar los cultivados)
y se vendían en los mercados productos de particulares, sin ning ún tipo de
control sanitario. En la actualidad el riesgo es relativamente bajo, pero
no despreciable, por lo tanto, los vamos a tratar como alimentos
contaminados. La forma en la que lavemos y almacenemos los productos
hortofrutículas va a ser determinante para su seguridad.

Como lavar frutas y verduras

Visto esto, vamos a dar unas pautas de cómo lavar frutas y verduras :

 Antes de lavar las verduras, lavarse bien las manos con agua tibia y
jabón durante 20 segundos, aclararlas cuidadosamente y secarlas con
papel de cocina de un solo uso o con una toalla de materia textil que
se lave regularmente a 60 °C. Esto como norma antes de ponernos a
preparar cualquier alimento, ya tu sabes 🙂
 Lavar todos los productos antes de pelarlos, cortarlos y prepararlos
para cocerlos y consumirlos. De esta manera, al usar el cuchillo, las
bacterias y la suciedad no contaminarán el alimento por contacto
entre la pulpa y la cáscara.
 Utilizar superficies de trabajo y utensilios (cuchillos, cepillos,
etc.) limpios, secos y que no hayan estado en contacto co n otros
alimentos. Una vez terminado el proceso, limpiar bien las
superficies que hayan estado en contacto con los vegetales sucios.
 Rechazar las hojas exteriores de la lechuga, la escarola, las coles,
las endivias, etc. Lavar las lechugas hoja por hoja al chorro de agua.
 Utilizar un cepillo limpio para eliminar la tierra de las setas y para
restregar con firmeza los productos con una superficie exterior dura
o rugosa como las patatas, los melones y los pepinos.
 Retirar y rechazar las secciones de las fruta s y verduras con hongos,
heridas, cortes o zonas demasiado maduras y dañadas, en especial
si lo vamos a consumir en crudo.
 Lavar las hierbas como la espinaca, el perejil, el apio y la hierba
buena en manojos pequeños, dándoles vueltas hasta que todas las
ramas queden limpias.
 Volver a lavar los vegetales con agua, una vez pelados y cortados.
 Secar los productos limpios con toallas de papel o con un paño
limpio y seco para eliminar cualquier resto de bacterias.
 Mantener las verduras limpias y secas en refrigeración hasta el
momento de usarlas o consumirlas, evitando en todo momento que
entren en contacto con vegetales no lavados para que no se
contaminen de nuevo. Lo ideal es utilizar un taper después de
lavarlas y escurrir toda el agua. Te puede servir para guardarlas
dentro de la nevera.

Resumiendo, hay que lavar las frutas y verduras de forma cuidadosa y


debemos mantenerlas en refrigeraci ón separadas de otros alimentos para
evitar contaminaciones cruzadas.

La fruta debe mantenerse en una zona fresca, bien ventilada y sin


humedad. Pocas frutas requieren refrigeración, aunque cuando se
adquieran cortadas y listas para consumir, debe garantizarse que se han
refrigerado de forma correcta (a menos 4ºC), así como tener el cuidado de
mantener la fruta separada de otros alimentos crudos, como carne, pollo
o pescado.

Es preferible no guardar la fruta en bolsas de plástico, porque podrían


almacenar humedad y acelerar así el proceso de deterioro, y deben
eliminarse las partes magulladas porque las bacterias patógenas pueden
desarrollarse en estas áreas. No obstante, es conveniente examinar de
forma cuidadosa el producto en el momento de la compra y evitar las
piezas que estén dañadas.

En frutas con tallos, como manzanas o peras, las bacterias y la suciedad


pueden concentrarse en el tallo, de ahí que sea recomendable cortarlo
después de lavarlas. En las frutas con piel, como la naranja, y a pesar de
que esta no se ingiera, es preferible lavarla bien, e incluso, frotar si es
necesario. Las bacterias patógenas pued en quedarse en las grietas y llegar
a las manos o a los utensilios que se utilizan para cortar, con el
consiguiente riesgo de que lleguen a la parte comestible de la fruta.

http://adalilseguridadalimentaria.com/

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