La física es la ciencia que estudia las propiedades de la materia y de la energía y
establece las leyes que explican los fenómenos naturales, excluyendo los que modifican la estructura molecular de los cuerpos mientras que la biofísica es una ciencia reduccionista porque establece que todos los fenómenos observados en la naturaleza tienen una explicación científica predecible.
En ese caso la biofísica le aporta conocimientos a la biología, pero no a la física, sin
embargo, le ofrece a la física evidencia experimental que permite corroborar teorías. Ejemplos en ese sentido son la física de la audición, la biomecánica, los motores moleculares, comunicación molecular, entre otros campos de la biología abordada por la física.
La biofísica es importante en un campo interdisciplinario que aplica técnicas de las
ciencias físicas para entender la estructura biológica y función a nivel molecular. El tamaño de estas moléculas varía notablemente, desde pequeños ácidos grasos y azucares hasta enormes moléculas de DNA. Consecuentemente la mayor parte del esfuerzo de la biofísica se dirige a determinar la estructura de moléculas biológicas específicas y en la manera de ensamblaje.
Su objetivo primario para esto es el desarrollo de nuevas herramientas dinámicas y
estructurales obtener estudios más completos de los sistemas y de las simples interacciones de las proteínas in vitro a complejas interacciones de biopolimeros en células.
La Biofísica también explica funciones biológicas en términos de mecanismos
moleculares: descripciones físicas precisas de cómo moléculas individuales trabajan juntas como pequeñas máquinas para producir funciones biológicas específicas.