Está en la página 1de 1

Por último, dentro de las Fracturas del húmero, tenemos a tres importantes: La Fractura

de húmero proximal, afecta más a mujeres, y se puede dar en igual frecuencia por
traumatismos directos como indirectos; en los pacientes ancianos generalmente por
caídas a nivel de baja energía asociado con la osteoporosis, mientras que en pacientes
jóvenes por accidentes de alta energía; la zona principal en fracturarse es el cuello
quirúrgico. En el marco de la clínica se genera una equimosis progresiva (a las 48 horas)
que abarca: cara externa del tórax, cara interna del 1/3 superior del brazo y la axila
(Signo de Hennequin). El diagnóstico, se realiza mediante una Radiografía simple
(incidencia AP y axial). El tratamiento en el 80% es conservador, sobre todo para
ancianos con baja actividad física mediante la colocación de un cabestrillo, sin embargo,
en este grupo etario se tiene que tener cuidado con la necrosis de la cabeza humeral que
si se presenta requerirá tratamiento quirúrgico (artoplastía). La cirugía (osteosíntesis con
placas y tornillos) se reserva para pacientes jóvenes con alta actividad física, sin
embargo, si presentan > 4 segmentos rotos recomiendan la artoplastía. La Fractura del
húmero distal, se da por caídas sobre la mano extendida, caracterizada por generar un
elevado daño de partes blandas con mayor tumefacción: “codo en balón”, Sus fracturas se
clasifican en tres grandes grupos: Fracturas de la paleta humeral: siempre desplazadas y
conminutas, tratamiento: RAFI con dos placas medial y lateral (ancianos: artoplastía);
Fracturas del cóndilo humeral, dentro de ellas encontramos la fractura osteocondral
(fractura de Kocher-Lorenz) y fractura de todo el cóndilo (fractura de Hahn-Steinthal) en
donde generalmente el tratamiento es quirúrgico (RAFI); y las Fracturas del epicóndilo y
epitróclea (más frecuente en niños) que se manejan de forma conservadora. Y por último
la Fractura diafisaria del húmero, se puede dar por mecanismo directo (golpe sobre el
brazo) o mecanismo indirecto (caída sobre la mano); el diagnóstico se realiza mediante
una radiografía simple (incidencia AP y lateral); en el marco del tratamiento es
mayormente conservador mediante la inmovilización del miembro con la colocación del
Yeso de Caldwell que ayuda a descabalgar la fractura. Si fracasa, se realiza cirugía
mediante osteosíntesis con placas y tornillos (RAFI) o también con clavos endomedulares.
Su principal complicación es la lesión del nervio radial que puede generar la caída de la
muñeca (mano péndula) y menor sensibilidad del dorso de la mano (neuropraxia) que
remite espontáneamente (3-4 meses).

También podría gustarte