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Está claro que son dos las razones de este daño, una es que no tenemos más
opción que explotar el medio natural: el alimento, los minerales y el cobijo son
fundamentales para nuestra vida, la segunda razón es el descuido, o incluso la
destrucción sin sentido.
Los problemas por atacar se presentan en todas las escalas, el humo o los malos
olores que producen las industrias, son locales y se controlan sin dificultad, otros
casos afectan regiones grandes, como lo hace la lluvia acida, éste fenómeno es
resultado de las emisiones de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno de las
chimeneas y tubos de escape. Un ejemplo mundial es el efecto invernadero, en el
que todos contribuimos cada vez que encendemos fuego o conducimos un
automóvil.
El control de la contaminación misma puede ser muy simple, aunque costoso; pero
la reparación del daño ya hecho será, más difícil y sin duda muy costoso.
1. Si se supone que las cosas siguen como están (esto es, sin nuevas
medidas de control) la temperatura media global del aire en la superficie
será alrededor de 1° C más alta para 2025 que en 1990, y 3° más alta
para finales del siglo XXI, Si se introducen de inmediato medidas de control
es posible que retarden este calentamiento, pero poco probable que lo
detengan
2. El calentamiento puede ser más pronunciado en el sur de Europa y el
centro de Norteamérica, acompañado de menor precipitación pluvial en
verano y menos humedad en el suelo para los cultivos.
3. Se espera que el nivel mundial del mar se eleve alrededor de 20cm para el
año 2030 y unos 65cm para finales del siglo XXI
4. La temperatura media global del aire en la superficie ha aumentado entre
0.3 y 0.6 K en el último siglo, y el nivel del mar ha subido de 10 a 20 cm
La preocupación tiene relación sobre todo con los efectos de la acidez en las
poblaciones de peces y otros animales acuáticos, con daños potenciales a cultivos
y bosques, y con el creciente deterioro de los materiales para construcción. Las
aguas acidas disuelven también metales como el plomo y el cobre de las tuberías
de agua caliente y fría.
Aunque los peces pueden morir a causa de la acidificación, lo más común es que
dejan de reproducirse. Los añejos no se incorporan a la colonia o lo hacen en un
número reducido y después de algunos años de este fracaso reproductivo cada
vez se tiene una población más vieja hasta que la especie termina por
desaparecer del lago o la corriente.
Ciertos grupos de biotas, como los moluscos que incluyen animales con concha
(por ejemplo, caracoles, lapas, mejillones y ostras), en gran medida dependen del
calcio para su esqueleto externo protector. Puesto que el agua ácida disuelve con
facilidad el carbonato de calcio e interfiere para que los organismos incorporen el
calcio, mueren en este tipo de aguas.
Muchos crustáceos también son sensibles a un aumento en la acides del agua
dulce. Por último, al considerar los efectos en la cadena alimenticia es necesario
reconocer el papel fundamental de las plantas verdes, Éstas constituyen el
sistema de sustento para toda la biota acuática, pues son los únicos organismos
capaces de fijar carbono (en presencia de luz) produciendo los carbohidratos,
grases y proteínas indispensables para la vida,
Aunque la sensibilidad hacia el daño foliar directo por la lluvia ácida de algunos
cultivos parece ser mayor que la de muchas especies de árboles, no existen
pruebas sólidas de que las hojas de los cultivos hayan sido dañadas por gotas
ácidas en el campo.
El agua del subsuelo se acumula con gran lentitud por la filtración de aguas de
superficie a través del suelo y el lecho rocoso hasta la capa freática. Si las aguas
subterráneas se acidifican, las poblaciones que dependen del agua del subsuelo
como fuente de agua potable podrán verse obligadas a ajustar químicamente el
agua a estándares aceptables. Sin embargo en muchas áreas rurales y en
especial en áreas con cabañas, los pozos se llevan más abajo del nivel freático y
el agua se bombea a la superficie para consumirse sin previo tratamiento. Los
datos científicos indican que en ciertas áreas está ocurriendo acidificación del
agua del subsuelo y la consecuente contaminación de la misma con metales
solubles en acido.
El agua ácida corroe las tuberías. Esto desde luego obliga a una reposición más
frecuente de los tubos, pero algo más importante es el riesgo de que los metales
que se disuelven de las paredes de los tubos lleguen a los seres humanos de
forma directa por el consumo del agua. El cadmio y el plomo se disuelven también
de las uniones de soldadura y el zinc de los tubos galvanizados. En áreas con
aguas subterráneas acidificadas se han encontrado altos niveles de cobre, plomo
y aluminio en los sistemas de agua de las casas.
Las construcciones, las estatuas y los monumentos de piedra sufren erosión por
efecto de diversos contaminantes que arrastra el aire, entre ellos la lluvia ácida.
Los materiales de construcción como acero, pintura, plásticos, cemento,
mampostería, acero galvanizado, piedra caliza, piedra arenisca y mármol también
están expuestos a sufrir daños. La frecuencia con la que es necesario aplicar
nuevos recubrimientos protectores a las estructuras va en aumento, con los
consecuentes costos adicionales. La desfiguración y disolución de famosas
estatuas y monumentos, como la Acrópolis de Atenas y tesoros artísticos de Italia
se han acelerado considerablemente en los últimos 30 años.