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GLACIARES

El Perú concentra el 71% de los glaciares tropicales de Los Andes


Centrales, observándose en los últimos cuarenta años, un sostenido retroceso atribuible
al calentamiento global, que repercute en la provisión de recursos hídricos para el
consumo humano, la agricultura, la industria y la generación de energía. Asimismo, crece
el riesgo y la exposición de la población asentada en las zonas alto andinas a desbordes
de lagunas glaciales y taludes, entre otros, además de afectar la belleza escénica natural
y por tanto, el turismo. El retroceso glaciar amenaza una futura alteración de los caudales
en los ríos, que incrementaría el proceso de desertificación.

Pacífico la tasa de retroceso glaciar en los Andes Centrales es fuerte pero no parece ser
excepcionalmente alta en comparación con el resto del mundo.

HUMEDALES

La gestión de los ecosistemas de humedales es global y transectorial, compartida por los


distintos entes gubernamentales y la sociedad civil, en el nivel local, regional, nacional y
transfronterizo. Sin embargo, aún no han sido debidamente aprovechados, existiendo un
gran potencial de producción de algas para la alimentación o el desarrollo del ecoturismo
para observadores de aves. Desde 1991, nuestro país cuenta con la «Estrategia Nacional
de Conservación de Humedales», cuyo objetivo es establecer el marco de políticas y
proponer actividades que promuevan el uso sostenible y la protección de los humedales y
sus recursos como aporte al desarrollo sostenible de la nación.

LAGOS Y LAGUNAS

La Cordillera de los Andes aloja en sus zonas altas, un conjunto de depósitos naturales de
agua, de régimen permanente o temporal y de distintas capacidades de
almacenamiento, denominados lagos y lagunas. 2 en la hoya del Titicaca con 4MMC y 3
en las vertientes cerradas con 41MMC de capacidad de almacenamiento. Asimismo, el
inventario permitió establecer que del total de lagunas en explotación, 16 contaban con
obras de trasvase hacia los ríos de la vertiente del Pacífico, las mismas que disponen
alrededor de 385MMC de capacidad de regulación.

RÍOS

La vertiente del Atlántico se extiende desde los divortium acuarum norte de la Hoya del
lago Titicaca y de la cadena occidental de la Cordillera de los Andes, fronteras con
Ecuador y Colombia, hasta las fronteras con Brasil y Bolivia. La vertiente del Pacífico se
extiende desde los divortium acuarum occidental de la Hoya del Titicaca y de la cadena
occidental de la Cordillera de Los Andes hasta la línea del litoral del mar
peruano, ocupando el 21,8% de la superficie del territorio nacional. Los principales ríos
que desembocan en el océano Pacífico, son el Chira, La
Leche, Jequetepeque, Santa, Pativilca, Chancay, Rímac, Cañete, Pisco, Ica, Ocoña, Tam
bo y Sama. La vertiente del Titicaca se extiende desde el divortium acuarium de la
vertiente meridiana del Pacífico y Atlántico hasta la línea de frontera con Chile y
Bolivia, ocupando el 3,6% del territorio nacional, en cuyo ámbito se distribuye el 0,5% del
volumen promedio anual de los recursos hídricos disponibles a nivel nacional.

La red hidrográfica en esta vertiente es densa y presenta procesos erosivos


importantes, cuyos productos son transportados por los ríos Suches, Huancané y el
Ramis, el cual forma un importante delta en su desembocadura en el lago.

De todos los tributarios del lago, el más importante es sin duda el Ramis, que abarca el
26% de cuenca. El Lago Titicaca está conformado por los lagos Mayor y Menor, este
último también denominado Laguna de Huiñay Marca. El cuadro siguiente muestra la
disponibilidad de agua, en términos de MMC anuales y m3/hab-año, en las tres grandes
vertientes que cubren el territorio nacional.

ACUÍFEROS

En la vertiente del Pacífico, se estima una reserva explotable anual de 2 700


MMC. Actualmente se aprovecha un volumen promedio anual de 1 500 MMC con fines
poblacionales, pecuarios, agrícolas, industriales y mineros. La zona costera
Sur, caracterizada por su escasa disponibilidad de recursos hídricos superficiales en el
período de estiaje, ha alcanzado niveles extremos de sobreexplotación de
acuíferos, generando cada vez con mayor frecuencia, conflictos sectoriales e
intersectoriales que rebasan la capacidad resolutiva de la autoridad competente.

AGUAS DESALADAS

Aun cuando éste último tienda a disminuir, sigue siendo elevado en comparación con el
tratamiento de aguas residuales, el reciclado o la reutilización de las aguas que se
desperdician en las diversas actividades productivas.

La desalación del agua de mar en el Perú es aún incipiente, existiendo un gran


potencial, a lo largo de los 3 080 km de litoral, para la solución de los problemas de
escasez de este recurso en la franja árida costera.

Sin embargo, la mayor proporción de las aguas residuales generadas en el país no son
tratadas, vertiéndose directamente a los causes naturales o al mar. Sólo una pequeña
fracción recibe algún tratamiento previo, antes de su evacuación. El Tratamiento
planificado y controlado de grandes volúmenes de agua residual, se constituye en fuente
alternativa para proveer el abastecimiento de agua con un amplio rango de propósitos
poblacionales, industriales, agrícolas y recreativos. Si se reúsa, el efluente de las plantas
de tratamiento puede generar ingresos para el municipio que trata el agua y también
conservar los escasos recursos hídricos, principalmente de las zonas áridas de la
vertiente del Pacífico.

El agua residual tratada, constituye un valioso recurso que podría sustituir un importante


volumen de agua de primer uso, en actividades que no requieren de la calidad de agua
potable.
AGUAS RESIDUALES TRATADAS

En este contexto, las aguas residuales se constituyen en fuente adicional para atender la demanda
del recurso.

Sólo una pequeña fracción recibe algún tratamiento previo, antes de su evacuación. El
Tratamiento planificado y controlado de grandes volúmenes de agua residual, se constituye en
fuente alternativa para proveer el abastecimiento de agua con un amplio rango de propósitos
poblacionales, industriales, agrícolas y recreativos. Si se reúsa, el efluente de las plantas de
tratamiento puede generar ingresos para el municipio que trata el agua y también conservar los
escasos recursos hídricos, principalmente de las zonas áridas de la vertiente del Pacífico.
Actualmente alrededor de 40 m3/s de agua residual sin tratamiento, es entregado a fuentes
superficiales y cerca de 4 000 hectáreas de tierras agrícolas son regadas con dichas aguas.

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