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Ficha de Cátedra: Psicología del trabajo- Cátedra II. Buenos Aires: Abril 2011
INTRODUCCIÓN
MARCO TEORICO
Por su parte, (Agulló Tomás, 1998) considera “El trabajo, pues, a parte de
permitir una supervivencia, otorgar un significado a la vida y ser una de
las dimensiones centrales que posibilitan la integración y participación en
la sociedad, posee la función de proporcionar una identidad personal y
social a los individuos. En este sentido, la identidad se construye, en gran
medida, en/a través del desempeño de un trabajo. Se nos prepara y se
nos forma para el trabajo, se nos identifica con la actividad laboral
realizada; merced al trabajo, pues, logramos un estatus, jugamos unos
roles y nos construimos una identidad. Pero, ¿qué entendemos por
identidad? En nuestro estudio abogamos por la perspectiva teórica que
defiende “la identidad personal como identidad social”. En palabras de
Torregrosa (1983), “la identidad, antes que experiencia de la propia
continuidad, de reflexión o conciencia de sí, es identificación... Pero, no
identificación con los otros sino identificación desde los otros”. En este
sentido, este autor afirma que “nuestra identidad es, con anterioridad a
una identidad nuestra, personal, una identidad para otros. Sólo desde los
otros podemos tener noticia inicial de quiénes somos”... “la identidad se
logrará a través del discurso (interacción simbólica) que tiene lugar en el
grupo social (o sea, una red compleja de interrelaciones), pero la
naturaleza de este discurso dependerá del lugar que uno ocupa en dicho
grupo social, y, a su vez, esta ubicación grupal (social) estará determinada
(aquí y ahora) en gran parte por la naturaleza del vínculo laboral de dicha
persona, la naturaleza psicosocial del trabajo.”
Para Argullo Tomás (ídem 199), “El trabajo, sigue ocupando una posición
central para la mayor parte de componentes de las sociedades modernas.
Así mismo, podemos afirmar que continúa ejerciendo de eje vertebrador
de creencias, actitudes, identidades y otro tipo de opciones
fundamentales”. Continúa diciendo, “La centralidad y la importancia del
trabajo viene determinada, así mismo, por las funciones que desempeña
para los individuos, grupos y sociedades. Por ello, hemos abordado el
debate de la centralidad/acentralidad de la actividad laboral en nuestros
días haciendo referencia a las funciones psicosociales que cumple el
trabajo y, por contra, las disfunciones que genera cuando resulta imposible
acceder al mismo o cuando éste se desempeña de forma precaria”.
d) IDENTIDADES Y TRAYECTORIAS LABORALES Dubar, Claude (2003)
1
Resultado de tipificaciones (o tipos ideal) “deducidas racionalmente” de situación del trabajo. (Dubar,
2001:8)
(“identidades por sí” e “identidades por los otros).
Así como las representaciones sociales del trabajo van a construir positiva o
negativamente sobre la valoración del trabajo, la tarea, el contexto laboral, el ideal
laboral y demás aspectos relacionados con el trabajo y las personas en situación
de trabajo, las creencias sobre la jubilación harán lo mismo respecto del jubilado
y este rol.
Siguiendo estas líneas teóricas podemos pensar como las representaciones
sociales sobre la jubilación y el jubilado actúan tanto a nivel de la construcción
individual (construida personalmente) y social (construida colectivamente) sobre
la mirada positiva o negativa en este caso sobre los roles y las capacidades sobre
esta etapa con secuencias principalmente sobre las creencias y la propia mirada
sobre la propia jubilación y la del entorno social más amplio.
Sexo
Vida marital
Personas dependientes de los cónyuges
Categoría y factores laborales
Apoyo social
Ingresos económicos
Salud general
Planificación
Nivel educativo
Variables de personalidad
Estos autores señalan que se ha comprobado que “cuando los trabajadores han
planificado su jubilación y las actividades posteriores que les gustaría realizar el
ajuste es muy positivo”... y que investigaciones dan cuenta que...” cifran en un
tercio el número de jubilados que experimentan dificultades de adaptación a su
nuevo rol. Parece que factores tales como poca salud, bajos ingresos, y una
negativa actitud en la prejubilación predicen un mal ajuste posterior”. Madrid
García A. y Garcés de los Fayos, E. (2000).
Por su parte, Mónica Torres Ruiz-Huerta en su estudio: “Orientación psicológica
en procesos de jubilación” considera:
“Al hablar y reflexionar sobre la etapa del envejecimiento se nos plantea un
problema social, las personas mayores como grupo diferente e importante en el
ámbito demográfico, con rasgos culturales específicos, intereses propios, están
exigiendo a la sociedad que se garantice el incremento de su bienestar, el que
puedan desempeñar roles que den sentido a sus vidas, desarrollar actitudes
distintas a las actuales con las que se dé fin a la falta de integración social, a la
inseguridad, a la baja calidad de vida y a todos los prejuicios, mitos y estereotipos
que envuelven al proceso de jubilación y el envejecimiento. Se hace preciso que
cada adulto reflexione acerca de lo que el proceso de envejecimiento significa
para sí mismo. Para poder reflexionar debe conocer qué se entiende por
envejecimiento y cuáles son los cambios esperables y normales a los que se
deberá enfrentar. Solo conociendo podrá prepararse y educarse para afrontar
dicho proceso, de manera adaptativa y sana”... “Cuando la persona se jubila debe
enfrentarse más con quién es, con el tiempo y con las relaciones. Pudiendo ser
bien un momento de desequilibrio, bien una oportunidad”... “El grado de conflicto
que representa para cada uno terminar la etapa de desempeño profesional y las
conductas defensivas que se adopten estarán determinadas por la historia
personal, las experiencias y representaciones que condicionan habitualmente las
ideas, las emociones y la conducta”... “Una respuesta que se ha dado desde las
ciencias sociales al respecto, son los desarrollos relativamente recientes de
disciplinas como la Psicogerontología, que intentan desde una perspectiva
interdisciplinaria pensar sobre el envejecimiento desde una óptica no fatalista,
sino preventiva, partiendo de la creencia en las potencialidades de las personas
que requieren de circunstancias adecuadas que favorezcan el desarrollo
personal y la calidad de vida, en la que tengan lugar proyectos y deseos”. Torrez
Ruiz, M. (2005).
• El proyecto de vida
• Prevención de la salud
• Aspectos económicos
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA