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Busco un dios putativo

Porque Orfeo me ha dejado huérfano


y las musas como los ríos
se van a secar de lactantes

Se ha ido —con los páramos—


a las reminiscencias tudescas,
a museos, cafés y anticuarios
mal llamados bibliotecas

En mi cuarto la virgen de Coromoto


ni me sonríe, la de Montserrat
se hace la que no ve a oscuras

Si la palabra pudiera hablar


no en zarzas, sueños o parábolas
sino en susurros de abejas
como alguna vez se oyeron
junto al Tajo, bendita picada

Busco un dios de puerta en puerta


ofreciendo en verso una idea
Un dios inter portas y no ad portas
sin rima ni chapa

Jano sin llave, timbre o cerrojo

Te dejaría entrar
mientras escribo esto
y partirás apenas
alguien lea esto

Cada vez, otra vez

Pánida con el verso a la mitad


Esta es la definición de la palabra:
La roncha tras haber probado la miel.

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