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Creación de la UNAL

En el año 1867 por medio de la expedición de la Ley 66 del Congreso de la República, se


crea la Universidad Nacional de Colombia, como un ente universitario con plena autonomía
vinculado al Ministerio de Educación Nacional, con régimen especial, de carácter público y
perteneciente al Estado; bajo la presidencia de Manuel Santos Acosta. La fundación de la
UNAL, responde a un gran esfuerzo pedagógico y económico, y a una necesidad de
reconceptualización de la educación colombiana a nivel profesional; inicialmente, además
de contar con las facultades tradicionales de Jurisprudencia, Medicina e Ingeniería, se
crearon e incorporaron las facultades de Artes y Oficios, y Ciencias Naturales.

En 1868 se inicia la publicación de Los Anales de la Universidad Nacional de los Estados


Unidos de Colombia, periódico oficial de la Universidad entre su año de fundación y hasta
1875. Por este medio, se pretendía divulgar el conocimiento científico que se gestaba al
interior del claustro académico, las nuevas discusiones sobre instrucción pública y
educación, la legislación que afectaba a la Universidad y un sinnúmero de artículos de
diversas áreas y autores, incluidas traducciones, memorias e información sobre estudiantes,
maestros y funcionarios de la Universidad. Entre 1868 y 1870, Manuel Ancízar Basterra
fue el primer rector de la UNAL y luchó por la autonomía universitaria ante los esfuerzos
de los poderes ejecutivo y legislativo que deseaban imponer textos y programas; creó
novedosas formas de llegar al conocimiento, a partir de diseños metodológicos importados
de Europa.

De conformidad con la Constitución y la Ley, la Universidad Nacional de Colombia cuenta


con un régimen orgánico especial consagrado en el Decreto - Ley 1210 de 1993, el cual le
confiere, entre otros, autonomía académica para decidir con plena independencia sobre sus
programas de estudio, investigativos y de extensión. Cumple funciones no administrativas
orientadas a promover, en nombre del Estado y bajo su fomento, el desarrollo de la
educación superior hasta sus más altos niveles; favorecer el acceso a ella y estimular la
docencia, la investigación, las ciencias, la creación artística y la extensión, para alcanzar la
excelencia. Por su carácter nacional y para cumplir la misión de contribuir a la identidad de
la nación en su diversidad, la Institución está constituida por nueve sedes hasta la fecha:
Amazonía, Caribe, Bogotá, Manizales, Medellín, Orinoquia, Palmira, Tumaco y De La Paz.
La Universidad Nacional de Colombia tiene como fines:

 Contribuir a la unidad nacional, en su condición de centro de vida intelectual y


cultural abierto a todas las corrientes de pensamiento y a todos los sectores sociales,
étnicos, regionales y locales.
 Estudiar y enriquecer el patrimonio cultural, natural y ambiental de la nación y
contribuir a su conservación.
 Asimilar críticamente y crear conocimiento en los campos avanzados de las
ciencias, la técnica, la tecnología, el arte y la filosofía.
 Formar profesionales e investigadores sobre una base científica, ética y humanística,
dotándolos de una conciencia crítica que les permita actuar responsablemente frente
a los requerimientos y tendencias del mundo contemporáneo, así como liderar
creativamente procesos de cambio.
 Formar ciudadanos libres y promover valores democráticos, de tolerancia y de
compromiso con los deberes civiles y los derechos humanos.
 Promover el desarrollo de la comunidad académica nacional y fomentar su
articulación internacional.
 Estudiar y analizar los problemas nacionales y proponer, con independencia,
formulaciones y soluciones pertinentes.
 Prestar apoyo y asesoría al Estado en los órdenes científico y tecnológico, cultural y
artístico, con autonomía académica e investigativa.
 Hacer partícipes de los beneficios de su actividad académica e investigativa a los
sectores sociales que conforman la nación colombiana.
 Contribuir a la promoción y al fomento del acceso a educación superior de calidad,
a través de la cooperación con otras universidades e instituciones del Estado.
 Estimular la integración y la participación de los estudiantes, para el logro de los
fines de la educación superior.

Referencia
Universidad Nacional de Colombia. (2017). Naturaleza – La Universidad. Recuperado de:
https://unal.edu.co/la-universidad/naturaleza.html
Universidad Nacional de Colombia. (2017). Hitos históricos de la Universidad Nacional de
Colombia. Recuperado de: http://lineadetiempoun.unal.edu.co/hitos-historicos/

Ley 200 de 1936

La ley 200 de 1936 o como bien se le conoce, “Ley de tierras” fue aquella reforma agraria a
través de la cual se desarrolló el régimen de tierras, con el objetivo de brindarle un nuevo
marco legal a la propiedad y buscar una solución a todos aquellos conflictos agrarios
existentes en la época en que la misma se promulgó.

A través de esta ley, se presumió como propiedad privada aquellos terrenos poseídos por
particulares, comprendiéndose la posesión como la explotación económica del suelo, a
través de los hechos propios del dueño del mismo por medio de plantaciones, ocupación de
ganado, entre otro tipo de explotaciones económicas. Además de ello se presumieron como
baldíos los terrenos no poseídos o explotados.

Acreditación de la propiedad privada según la Ley 200 de 1936

En el marco de la ley de tierras. La propiedad privada era acreditada a través de títulos


originarios e inscritos en los cuales constaran tradiciones de dominio por un período no
menor a 30 años, término que en ese entonces señalaba la ley para que se diera la
prescripción extraordinaria.

La anterior disposición sobre la acreditación de la propiedad no perjudicaba a quienes con


dos años de anterioridad a la vigencia de esta ley se hubieran establecido en terrenos sin
reconocer el dominio distinto al del estado. En estos casos, el dueño sólo podía acreditar
dicha propiedad con el título originario emitido por el Estado, con un título que haya sido
otorgado con anterioridad al 13 de octubre de 1821 o con cualquier otra prueba que
demostrara que el terreno había salido legalmente del patrimonio nacional.

Prohibiciones de la ley 200

Se prohibió la tala de bosques con el fin de preservar las vertientes de agua, estableciéndose
que en esas áreas sólo se podían llevar a cabo desmontes, previo permiso otorgado por el
gobierno, al ser el mismo el encargado de determinar las zonas en las cuales debían crearse
reservas forestales.
Otras disposiciones reguladas por la ley de tierras

- Reglas especiales para juicios de lanzamiento y juicios posesorios

(Tales como la inspección ocular y la suspensión de ocupación de hecho)

- Obligación de pago de mejoras


- Se estipuló que la acción posesoria sólo podía invocarla quien poseyera
materialmente el predio.
- Se crearon los juzgados de tierra, siendo los encargados de conocer en primera
instancia las acciones de lanzamiento, las posesorias y la división de comunidades.
- Determinó que los jueces de tierras eran los competentes para fallar sobre los
resultados de las inspecciones oculares.

Algunas limitaciones de la ley 200 de 1936

- No se contempló ninguna disposición concerniente a arrendatarios de predios


rurales. Quedando esta temática por fuera de los lineamientos de la ley, volviéndola
deficiente.
- No le dio competencia a los jueces de tierras para conocer de los procesos de de
denuncio, exceso y deslinde de baldíos.
- No reguló los sobre los conflictos originados en las relaciones de trabajo entre
propietarios y arrendatarios.

Conclusiones sobre la ley de tierras

La ley 200 de 1936 cumplió un papel político e ideológico brindándole una nueva
legalidad a la gran propiedad que anteriormente estaba siendo cuestionada por los
campesinos y además de ello, respondió a las expectativas que generaron por el
desarrollo de la producción agropecuaria y todos los efectos e incidencia de la misma en
el desarrollo económico general. Cabe también resaltar que dicha ley fue desarrollada
para dirimir conflictos tales como el que se presentó en Sumapaz.

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