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LITURGIA

XXIII DOMINGO DEL


TIEMPO ORDINARIO
LITURGIA
XXIII DOMINGO DEL TIEMPO
ORDINARIO

Preparamos un pequeño altar bellamente


adornado. Delante de él ponemos sillas (para
rezar es mejor una silla que un sillón).
Los papás explican la importancia del
domingo, día en el que se celebra, semana
tras semana, la resurrección de Jesús. Por
este motivo, como no podemos ir a misa,
tenemos un momento especial de oración.
CANTO DE ENTRADA

¡Oh Señor!, que los pueblos te celebren.


Pag. 154 del cantoral

Link a canción

¡Oh, Señor!, que los pueblos te celebren,


que los pueblos te aclamen todos juntos.
¡Oh, Señor!, que los pueblos te celebren,
que los pueblos te aclamen todos juntos.

Que Dios nos dé su gracia y nos bendiga


y haga brillar su faz sobre nosotros.
Conocerán sus sendas en la tierra,
su salvación en todas las naciones.

¡Oh, Señor!, que los pueblos te celebren...

Las naciones con júbilo te canten,


pues Tú juzgas al mundo con justicia.
Con equidad Tú juzgas a los pueblos,
Tú riges en la tierra a las naciones.

¡Oh, Señor!, que los pueblos te celebren...

Ha entregado la tierra su producto.


Dios, el Señor nos dio su bendición.
Que nos bendiga Dios y se le tema
en todos los confines de la tierra.

¡Oh, Señor!, que los pueblos te celebren...


O

Papá: En el nombre del Padre, del Hijo y del


Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Papá: Empezamos esta liturgia familiar


pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados.

Se hace un momento de silencio. Se canta


o recita el Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad
Pág. 25 del cantoral

Link a canción

Papá: Señor ten piedad.


Todos: Señor ten piedad.
Papá: Cristo ten piedad.
Todos: Cristo ten piedad.
Papá: Señor ten piedad.
Todos: Señor ten piedad.

Papá: Dios todopoderoso tenga misericordia de


nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a
la vida eterna.

Todos: Amén.
Cantamos o recitamos el Gloria.

Gloria
Pág. 37 del cantoral

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Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra (bis).


Te alabamos, te bendecimos, te adoramos.
Te glorificamos, te damos gracias, por tu inmensa gloria.
Tú Señor Dios, Rey celestial, Padre todopoderoso.
Tú Jesucristo, cordero de Dios, Hijo del Padre.
Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra (bis).
El único santo, solo Tú, Señor, solo Tú, Altísimo. Tú,
Jesucristo, Espíritu Santo, en la gloria del Padre.

Papá: Señor Dios, que nos has redimido para


hacernos hijos tuyos, míranos siempre con
amor de Padre, para que cuantos hemos
creído en Cristo alcancemos la verdadera
libertad y la herencia eterna. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.

Todos: Amén.
PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del profeta Ezequiel (33, 7-9)

Así habla el Señor:

Hijo de hombre, Yo te he puesto como centinela


de la casa de Israel: cuando oigas una palabra
de mi boca, tú les advertirás de mi parte.
Cuando yo diga al malvado: “Vas a morir”, si tú
no hablas para advertir al malvado que
abandone su mala conducta, el malvado morirá
por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su
sangre. Si tú, en cambio, adviertes al malvado
para que se convierta de su mala conducta, y él
no se convierte, él morirá por su culpa, pero tú
habrás salvado tu vida.

Palabra de Dios
Todos: Te alabamos Señor
SALMO RESPONSORIAL

salmo (32,12-15. 20-21)

El que lee: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.


Todos: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.

¡Vengan, cantemos con júbilo al Señor,


aclamemos a la Roca que nos salva!
¡Lleguemos hasta Él dándole gracias,
aclamemos con música al Señor!
Todos: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.

¡Entren, inclinémonos parar adorarlo!


¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó!
Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo
que Él apacienta,
las ovejas conducidas por su mano.
Todos: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor:


No endurezcan su corazón como en Meribá,
como en el día de Masá, en el desierto, cuando
sus padres me tentaron y provocaron, aunque
habían visto mis obras.
Todos: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor.
ectura

Las familias con niños, si quieren,


pueden omitir esta lectura.

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a


los cristianos de Roma (13, 8-10)

Hermanos:

Que la única deuda con los demás sea la del


amor mutuo: el que ama al prójimo ya
cumplió toda la ley. Porque los
mandamientos: “No cometerás adulterio, no
matarás, no robarás, no codiciarás”, y
cualquier otro, se resumen en éste: “Amarás a
tu prójimo como a ti mismo”.
El amor no hace mal al prójimo. Por lo tanto,
el amor es la plenitud de la Ley.

Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos Señor.
EVANGELIO

Aleluya.
Dios estaba en Cristo, reconciliando
al mundo consigo, confiándonos la
palabra de la reconciliación.
Aleluya.

Aleluya, vivo estás, Señor Jesús


Pág. 44 del cantoral

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Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Mateo (18,15-20)

Jesús dijo a sus discípulos:


Si tu hermano peca contra ti, ve y corrígelo en privado.
Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te
escucha, busca una o dos personas más, para que el
asunto se decida por la declaración de dos o tres
testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la
comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la
comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra,
quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra,
quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la
tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo
concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi
Nombre, Yo estoy presente en medio de ellos.

Palabra del Señor


Todos: Gloria a Ti Señor Jesús.
Se hace un momento de silencio para guardar en
nuestro corazón las lecturas. Los papás, si quieren,
pueden subrayar alguna idea que les parezca
importante. Después, profesamos nuestra fe.

PROFESIÓN DE FE

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador


del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro


Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto, y sepultado, descendió a
los infiernos, al tercer día resucitó de entre
los muertos, subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y a
muertos.

Creo en el Espíritu Santo, en la santa


Iglesia Católica, la comunión de los santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.

Amén.
PETICIONES

Se pueden hacer estas peticiones, o alguna


de ellas, u otras distintas. Quizá, cada
miembro de la familia puede preparar una
petición para este momento.

Papá: Pidamos al Señor que atienda a


nuestras peticiones:

Por la santa Iglesia de Dios, para que el


Señor le conceda la paz y la unidad, la
guarde de todo mal y acreciente el número
de sus hijos, roguemos al Señor.
Todos: Escúchanos Señor.

Por la paz del mundo, para que cesen las


rivalidades entre las naciones, renazca en
el corazón de los hombres el amor y
arraigue entre todos los pueblos la mutua
comprensión, roguemos al Señor.
Todos: Escúchanos Señor.

Para que Dios, Padre todopoderoso,


purifique al mundo de todo error,
roguemos al Señor.
Todos: Escúchanos Señor.
Para que el Señor nos conceda perseverar en la
fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la
muerte, nos admita en el reino de la felicidad, de
la luz y de la paz, roguemos al Señor.
Todos: Escúchanos Señor.

Para que el Señor cuide de todos los que


formamos parte del colegio San Francisco de Asís,
y nos de los dones que necesitamos para realizar
en cada instante su voluntad, roguemos al Señor.
Todos: Escúchanos Señor.

Papá: Señor Jesucristo, que has prometido que el


Padre del cielo escucharía la plegaria de los que se
reúnen en tu nombre, danos un espíritu y un
corazón nuevo, para que, amándonos los unos a
los otros, cumplamos de verdad tu ley. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO

Papá: Digamos juntos la oración que nos enseñó


Jesús.

Todos: Padre nuestro que estás en el cielo,


santificado sea tu nombre…

MOMENTO DE ORACIÓN

En este momento tendría lugar la liturgia de la


eucaristía, que sólo un sacerdote puede realizar.
En un momento de silencio rezamos pidiendo a
Dios su bendición, que pronto nos permita volver a
misa y le expresamos nuestro deseo de comulgar.

Tras el momento de silencio se puede, si se


quiere, cantar alguna canción.

Alma de Cristo
Pág. 101 del cantoral

Link a canción
Se invita a rezar esta oración o alguna otra
que exprese el deseo de comulgar.

COMUNIÓN ESPIRITUAL

Padre eterno, te ofrezco el cuerpo y la sangre de


tu amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, en
reparación por nuestros pecados y los del mundo
entero.
FINAL

Papá: Señor nuestro, que alimentas y vivificas a


tus fieles con tu palabra y con los sacramentos,
concédenos aprovechar de tal manera estos dones
de tu Hijo amado que merezcamos participar
siempre de su vida divina. Él que vive y reina por
los siglos de los siglos.

Todos: Amén.

Los papás bendicen a sus hijos. Les hacen


una cruz en la frente diciendo:

"El Señor te bendiga y te guarde siempre" .

El papá bendice a la mamá y la mamá


al papá.

Papá: la alegría del Señor resucitado sea siempre


nuestra fuerza, vayamos en la paz de Cristo.

Todos: Demos gracias a Dios.


CANTO FINAL

Ven y reina, Madre de Dios


Pág. 223 del cantoral

Link a canción

Madre de misericordia,
Madre del Salvador,
auxilio de los cristianos,
ruega por nosotros a Dios.

Virgen fiel y prudente,


Reina de la paz,
Santa Madre de Cristo,
que hagamos su voluntad.

Ven y reina, Madre de Dios,


Reina y Madre de la creación,
ven y reina en nuestro corazón
para que reine el Señor.
Ven y reina, Madre de Dios,
Reina y Madre de la creación,
ven y reina en nuestro corazón
para que reine Jesús, el Señor.

Madre del Buen Consejo,


ideal de santidad,
Reina del Santo Rosario,
enséñanos a rezar.

Madre Inmaculada,
Madre del Creador,
Reina asunta a los cielos,
llévanos contigo a Dios.

Ven y reina, Madre de Dios,


Reina y Madre de la creación,
ven y reina en nuestro corazón
para que reine el Señor.
Ven y reina, Madre de Dios,
Reina y Madre de la creación,
ven y reina en nuestro corazón
para que reine Jesús, el Señor.

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