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Introduccion
Antes de ahondar en profundidad el tema que aquí se ha de tratar, considero importante traer a
colación algunas consideraciones acerca del recurso agua para comprender así la trascendencia
del Sistema Acuífero Guaraní (en adelante SAG).
Es conocido que el apodo de “Planeta azul” que tiene nuestro planeta, se debe a que la
superficie del mismo está conformada en sus dos terceras partes por agua. Pero de esta cifra que,
a simple vista parece ser abultada, tan sólo el 3,5% constituye agua dulce, y, a su vez, de este
porcentaje, un 1,74% está conformado por el agua que conforman los glaciares y hielo, un 1,69%
por aguas subterráneas y sólo el resto lo constituyen aguas superficiales, es decir, entre un 0,1 y
0,2%.
Desarrollo
El Sistema Acuífero Guaraní es uno de los reservorios de agua dulce más grandes del planeta
(el tercero en extensión, por detrás de los acuíferos de Nubia y el del Norte del Sahara), de los
1.386 millones de km3 de agua que hay en el planeta, 23,4 millones de km 3 son de aguas
subterráneas y se estima que el volumen de agua que conforma el acuífero es de 30.000 km 3,
abarcando una zona de 1.190.000 km2, siendo superior a la superficie de España, Portugal y
Francia juntas.
De esta importancia y riqueza de este tipo de reservas se han hecho eco los países
desarrollados, principalmente Estados Unidos, hecho que se refleja en la intervención tanto
política como militar de la zona con la presencia del Comando Meridional de los EEUU
excusándose en la supuesta presencia del Hezbolá en la Triple Frontera. Aunque debemos decir
que la discusión hoy en día, respecto del Acuífero Guaraní está limitada al ámbito jurídico si así
se quiere, a diferencia de lo que sucede con el Acuífero de Nubia (compartido por Libia, Egipto,
Chad y Sudán) donde la intervención de EE.UU. es mucho más drástica (basta recordar la guerra
en Libia y el papel que jugaron la OTAN y los Estados Unidos).
Por cuestiones que exceden el marco de este trabajo, no mencionaré las distintas normas
provinciales que regulan la materia, aunque sería un despropósito no decir que son ellas las que
han tomado medidas más serias y esto no se debe sólo a la manda constitucional antes
mencionada, sino que se debe principalmente a la importancia que tiene el recurso hídrico para la
región del noreste de nuestro país.
Sí debemos mencionar, debido al tema que tratamos y al carácter transfronterizo del SAG, la
evolución legislativa en materia de acuíferos y específicamente respecto del Acuífero Guaraní. El
antecedente más remoto en que se le da un tratamiento internacional al tema de los acuíferos es
en las Reglas de Helsinki, en 1966, formuladas por la International Law Association, que en su
art. 2 define cuenca hidrográfica internacional como un “área geográfica que se extiende sobre
dos o más estados determinada por la línea divisoria de un sistema hidrográfico, incluyendo las
aguas superficiales y las subterráneas, que fluyen hacia una salida común”, además se plasma la
necesidad de un uso razonable y equitativo así como también el reconocimiento de los intereses
de todos los estados que comparten una cuenca.
Párrafo aparte merece la Cumbre de la Tierra de Río 1992, donde en uno de los instrumentos
que surgieron de ella, la Agenda o Programa 21, precisamente en el capítulo 18, se da un
tratamiento acabado a la problemática de los recursos hídricos frente al calentamiento global y
contaminación, pero en lo que a nosotros nos respecta menciona como uno de sus objetivos:
“Conseguir que todos los países tomen las disposiciones institucionales necesarias para velar
por la reunión, elaboración, almacenamiento, recuperación y divulgación eficiente a los
usuarios de información integrada acerca de la calidad y la cantidad de los recursos hídricos
disponibles en las cuencas hidrográficas y los acuíferos subterráneos”. Más adelante, se analiza
también en qué afectará el cambio climático a las aguas subterráneas y especialmente a los
acuíferos, y esto no es menos importante, ya que muchas veces resulta difícil comprender cómo
el cambio climático, que sucede en la atmósfera, pueda afectar a estas aguas que en algunos
casos se encuentran a algunos cientos de metros de profundidad: “Mayores temperaturas y
menores precipitaciones harían que disminuyera el abastecimiento de agua y aumentara su
demanda; podrían deteriorar la calidad de las masas de agua dulce, lo cual afectaría el ya
frágil equilibrio entre la oferta y la demanda en muchos países. Aun cuando la precipitación
pueda aumentar, no hay garantía alguna de que tal cosa ocurra en la época del año en que esa
agua puede usarse; además, podría ocurrir que aumentaran las inundaciones. Toda elevación
del nivel del mar a menudo hará que entre agua salina en los estuarios, islotes y acuíferos
costeros y anegará las zonas del litoral de bajo nivel; tal cosa somete a un gran riesgo a los
países de baja altitud.”.
A nivel regional, en el año 1991 se firma del Tratado de Asunción entre Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay, justamente los países abarcados por el Acuífero. En su declaración de
principios se establece el compromiso de los Estados firmantes de armonizar sus legislaciones
para lograr el fortalecimiento del proceso de integración, y, si bien el MERCOSUR, tiene como
principales objetivos materia comercial, económica y aduanera, es mediante este organismo que
se pueden articular mediadas en conjunto respecto el Acuífero Guaraní.
Este Proyecto, ha sido duramente criticado, principalmente por lo dicho al inicio de este
trabajo (intereses extranjeros involucrados en el SAG). Tal es así que Marco Aurelio García,
brazo importante del entonces presidente de Brasil, Lula Da Silva, dijo que “Estados Unidos
puso al Banco Mundial y a la Organización de Estados Americanos al frente de un proyecto que
busca detectar la magnitud del recurso, asegurarse su uso de manera sustentable, evitar la
contaminación y mantener un control permanente hasta cuando lo considere conveniente.”
El marco conjunto de gestión está conformado por el Consejo Superior de Dirección del
Proyecto, constituido por tres representantes de cada país y que fue el órgano de decisión en la
fase de ejecución del proyecto.
El artículo 3 del acuerdo establece en líneas generales de qué se trata el Acuerdo: “Las Partes
ejercen en sus respectivos territorios el derecho soberano de promover la gestión, el monitoreo y
el aprovechamiento sustentable de los recursos hídricos del Sistema Acuífero Guaraní, y
utilizarán dichos recursos sobre la base de criterios de uso racional y sustentable, respetando la
obligación de no causar perjuicio sensible a las demás Partes ni al medio ambiente”. Y un
aspecto importantísimo del acuerdo es que no admite reservas por parte de los Estados parte, por
lo que todas sus disposiciones juegan para los cuatro firmantes en igual sentido, resaltando así el
compromiso asumido, al menos convencionalmente, será el tiempo el que muestre si en los
hechos el Acuerdo ha dado sus frutos.
El acuífero presenta profundidades que van desde los 50 a los 1800 mts. y a medida que
aumenta la profundidad de éste, mayor es el confinamiento y temperatura de las aguas.
Los principales aportes provienen del agua de las precipitaciones, sea que ingrese
directamente, a través de los ríos, lagos, arroyos infiltrándose en las capas más profundas y
constituyendo así la recarga, que llega a los 166 Km3 por año.
• Turismo: 5%
• Agricultura y ganadería: 5%
Geográficamente, es Brasil es quien extrae los mayores volúmenes de agua (30 m3/s),
siguiéndole Paraguay con 2,2 m3/s, en tercer lugar Argentina con 1 m3/s y por último Uruguay
con 0,7 m3/s, es decir, un total de 33,9 m3/s.
Así las cosas, el recurso en ningún país está comprometido por sobreexplotación, pero se
plantea a largo plazo, que el principal problema lo verán Brasil y Paraguay, donde hay zonas
aflorantes donde no existe saneamiento de las aguas y el recurso allí se utiliza para el
abastecimiento de las poblaciones. Cabe aclarar, que se han detectado zonas de descarga, en la
zona del sur de Brasil, Río Uruguay y en los humedales de los Esteros del Iberá.
Conclusión
Así, podemos decir, finalmente, que el manejo sustentable del recurso no es una dificultad que
se pueda presentar en los próximos años, al menos si su uso se restringe a los países que lo
poseen. Lo que habrá de evitarse, para el bien de la región, es la intromisión de los países del
hemisferio norte en su administración tanto jurídica como fácticamente y la defensa así, de la
soberanía de los Estados sobre el Acuífero Guaraní.
Bibliografía consultada
• http://www.opsur.org.ar/blog/2013/05/26/acuifero-guarani-la-mayor-reserva-de-agua-dulce-de-
la-region-enfrenta-nuevas-amenazas/ (Consulta Jueves 13/11/2014)
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• http://www.surysur.net/2004/07/uruguay-la-hebra-que-conduce-al-acuifero-guarani/ (Consulta
Jueves 13/11/2014)
• Proyecto Acuífero Guaraní. Dirección de Prevención y Recomposición Ambiental.
http://www.ambiente.gov.ar/?idseccion=47
• Sistema Acuífero Guaraní. Instituto Correntino del Agua y del Ambiente. http://www.icaa.gov.ar/?
p=470 (Consulta Jueves 13/11/2014)
• Graf Rey, Marcia Simone. “La escasez de Agua en el mundo y la importancia del Acuífero
Guaraní para Sudamérica:Relación abundancia- escasez”. Centro Argentino de Estudios
Internacionales. Programa Recursos Naturales y Desarrollo.
http://www.caei.com.ar/sites/default/files/17.pdf
• Cosso, Melina. “El Acuífero Guaraní como Recurso Vital y Estratégico, en el arco de la Defensa
Nacional”. UBA. http://www.ina.gov.ar/pdf/ifrrhh/01_024_Cosso.pdf
• Vigevano, Marta. “La problemática de la contaminación de los acuíferos”. En: Capaldo, Griselda
(ed.). “Sinergias ambientales: Entre las aguas continentales y las marinas”. Mare magnum, 2006.