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ACUÍFERO GUARANÍ

Introduccion

Antes de ahondar en profundidad el tema que aquí se ha de tratar, considero importante traer a
colación algunas consideraciones acerca del recurso agua para comprender así la trascendencia
del Sistema Acuífero Guaraní (en adelante SAG).

Es conocido que el apodo de “Planeta azul” que tiene nuestro planeta, se debe a que la
superficie del mismo está conformada en sus dos terceras partes por agua. Pero de esta cifra que,
a simple vista parece ser abultada, tan sólo el 3,5% constituye agua dulce, y, a su vez, de este
porcentaje, un 1,74% está conformado por el agua que conforman los glaciares y hielo, un 1,69%
por aguas subterráneas y sólo el resto lo constituyen aguas superficiales, es decir, entre un 0,1 y
0,2%.

Desarrollo

¿Qué es un acuífero? Un acuífero es una formación geológica permeable portadora de agua,


situada sobre una capa menos permeable, y el agua contenida en la zona saturada de la
formación. El nombre de guaraní se debe a que se encuentra ubicado en la zona de donde es
originario el pueblo guaraní.

El Sistema Acuífero Guaraní es uno de los reservorios de agua dulce más grandes del planeta
(el tercero en extensión, por detrás de los acuíferos de Nubia y el del Norte del Sahara), de los
1.386 millones de km3 de agua que hay en el planeta, 23,4 millones de km 3 son de aguas
subterráneas y se estima que el volumen de agua que conforma el acuífero es de 30.000 km 3,
abarcando una zona de 1.190.000 km2, siendo superior a la superficie de España, Portugal y
Francia juntas.

En su extensión, abarca el territorio de 4 países: Argentina (225.000 km2), Brasil (850.000


km2), Paraguay (70.000 km2) y Uruguay (45.000 km2). Por todo ello, constituye una reserva de
agua de importantísimo valor para la región, ya que no sólo permite el abastecimiento de los
pueblos en su consumo sino que también debemos resaltar su uso en la industria, en el turismo y
en el sector agrícola-ganadero, aunque por otro lado, también es importante advertir que no toda
la reserva de agua puede aprovecharse, ya que la antigüedad del acuífero indica que hay agua
con escaso movimiento que ya no sería potable.

De esta importancia y riqueza de este tipo de reservas se han hecho eco los países
desarrollados, principalmente Estados Unidos, hecho que se refleja en la intervención tanto
política como militar de la zona con la presencia del Comando Meridional de los EEUU
excusándose en la supuesta presencia del Hezbolá en la Triple Frontera. Aunque debemos decir
que la discusión hoy en día, respecto del Acuífero Guaraní está limitada al ámbito jurídico si así
se quiere, a diferencia de lo que sucede con el Acuífero de Nubia (compartido por Libia, Egipto,
Chad y Sudán) donde la intervención de EE.UU. es mucho más drástica (basta recordar la guerra
en Libia y el papel que jugaron la OTAN y los Estados Unidos).

Aspectos legales del Acuífero Guaraní

Con la reforma de la Constitución Nacional se le ha dado jerarquía constitucional al derecho a


un medio ambiente sano, consagrado en el art. 41 de la misma. A su vez, este mismo artículo
establece que “corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para complementarlas, sin que
aquéllas alteren las jurisdicciones locales”, en perfecta concordancia con lo normado por el art.
124: “Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en
su territorio”. En otras palabras: el Congreso Nacional sólo se limitará a dictar normas de
carácter general, y serán las provincias las encargadas de dictar aquellas normas de carácter
específico, es decir, que ellas tienen la potestad de reglamentar las relaciones emergentes de su
aprovechamiento, defensa y conservación.

En base a lo dicho precedentemente, encontramos la Ley 25688 sobre Régimen de Gestión


Ambiental de Aguas, una especie de ley de policía federal en la materia, regulando la
preservación de las aguas, su aprovechamiento y uso racional, pasible de muchas críticas debido
a su carácter extremadamente general. También debemos mencionar, la Ley General del
Ambiente, que complementa todo lo que referido en la materia, delineando los principios que
deben regir así como también los instrumentos de gestión ambiental tendientes a lograr el manejo
sustentable de los recursos (el hídrico inclusive); también podemos encontrar el Decreto 999/92
que establece el reglamento administrativo regulatorio de los distintos aspectos de los servicios
públicos de provisión de agua potable y desagües cloacales, estableciendo la jerarquía pública
del servicio.

Anterior a todo esto, inclusive a la reforma constitucional, encontramos el Acuerdo Federal


Ambiental, celebrado en 1993, mediante el cual el Estado Nacional y las Provincias se
comprometieron a “promover políticas de desarrollo ambientalmente adecuadas en todo el
territorio nacional, estableciendo Acuerdos Marco entre los Estados Federados y entre éstos y la
Nación, que agilicen y den mayor eficiencia a la preservación del ambiente teniendo como
referencia los postulados del Programa 21”.
Diez años después, en el año 2003, se celebra el Acuerdo Federal del Agua, nuevamente entre
la Nación y las Provincias, del cual surge un organismo a nivel nacional (Consejo Hídrico
Federal) y se desprende una declaración denominada “Principios Rectores de Política Hídrica”,
que en el principio nro. 10, titulado “Impactos por exceso o escasez de agua” se establece: “En
situaciones de escasez deben evitarse las extracciones descontroladas de aguas superficiales y
subterráneas que degraden los ecosistemas y atenten contra la sustentabilidad de los acuíferos.
Ello exige ingentes esfuerzos de monitoreo y una estricta regulación conjunta de ambas fuentes
de agua en términos de cantidad y calidad.”

Por cuestiones que exceden el marco de este trabajo, no mencionaré las distintas normas
provinciales que regulan la materia, aunque sería un despropósito no decir que son ellas las que
han tomado medidas más serias y esto no se debe sólo a la manda constitucional antes
mencionada, sino que se debe principalmente a la importancia que tiene el recurso hídrico para la
región del noreste de nuestro país.

Sí debemos mencionar, debido al tema que tratamos y al carácter transfronterizo del SAG, la
evolución legislativa en materia de acuíferos y específicamente respecto del Acuífero Guaraní. El
antecedente más remoto en que se le da un tratamiento internacional al tema de los acuíferos es
en las Reglas de Helsinki, en 1966, formuladas por la International Law Association, que en su
art. 2 define cuenca hidrográfica internacional como un “área geográfica que se extiende sobre
dos o más estados determinada por la línea divisoria de un sistema hidrográfico, incluyendo las
aguas superficiales y las subterráneas, que fluyen hacia una salida común”, además se plasma la
necesidad de un uso razonable y equitativo así como también el reconocimiento de los intereses
de todos los estados que comparten una cuenca.

En 1972, en la Conferencia de Estocolmo, se adoptó una declaración que contiene 26


principios y un Plan de Acción que contiene numerosas recomendaciones, y entre las
recomendaciones 51 a 55 se le da un tratamiento especial a las cuencas hidrográficas
internacionales, enumerando diversos mecanismos de cooperación entre los Estados que las
comparten. En 1977, en Mar del Plata, se llevó a cabo la Conferencia de Naciones Unidas sobre
el Agua donde se establecieron principios sobre los usos de los recursos hídricos y se elaboró un
concepto de recursos hídricos compartidos que comprende tanto a las aguas superficiales como a
las subterráneas. Más tarde, en la Conferencia de Dublín de 1992, se hace hincapié en la
necesidad de conservar las aguas subterráneas y se insta a los países que realicen gestiones para
la preservación de este recurso.

Párrafo aparte merece la Cumbre de la Tierra de Río 1992, donde en uno de los instrumentos
que surgieron de ella, la Agenda o Programa 21, precisamente en el capítulo 18, se da un
tratamiento acabado a la problemática de los recursos hídricos frente al calentamiento global y
contaminación, pero en lo que a nosotros nos respecta menciona como uno de sus objetivos:
“Conseguir que todos los países tomen las disposiciones institucionales necesarias para velar
por la reunión, elaboración, almacenamiento, recuperación y divulgación eficiente a los
usuarios de información integrada acerca de la calidad y la cantidad de los recursos hídricos
disponibles en las cuencas hidrográficas y los acuíferos subterráneos”. Más adelante, se analiza
también en qué afectará el cambio climático a las aguas subterráneas y especialmente a los
acuíferos, y esto no es menos importante, ya que muchas veces resulta difícil comprender cómo
el cambio climático, que sucede en la atmósfera, pueda afectar a estas aguas que en algunos
casos se encuentran a algunos cientos de metros de profundidad: “Mayores temperaturas y
menores precipitaciones harían que disminuyera el abastecimiento de agua y aumentara su
demanda; podrían deteriorar la calidad de las masas de agua dulce, lo cual afectaría el ya
frágil equilibrio entre la oferta y la demanda en muchos países. Aun cuando la precipitación
pueda aumentar, no hay garantía alguna de que tal cosa ocurra en la época del año en que esa
agua puede usarse; además, podría ocurrir que aumentaran las inundaciones. Toda elevación
del nivel del mar a menudo hará que entre agua salina en los estuarios, islotes y acuíferos
costeros y anegará las zonas del litoral de bajo nivel; tal cosa somete a un gran riesgo a los
países de baja altitud.”.

A nivel regional, en el año 1991 se firma del Tratado de Asunción entre Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay, justamente los países abarcados por el Acuífero. En su declaración de
principios se establece el compromiso de los Estados firmantes de armonizar sus legislaciones
para lograr el fortalecimiento del proceso de integración, y, si bien el MERCOSUR, tiene como
principales objetivos materia comercial, económica y aduanera, es mediante este organismo que
se pueden articular mediadas en conjunto respecto el Acuífero Guaraní.

En el año 2004 surge el “Proyecto para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible


Integrado del Sistema Acuífero Guaraní”, que integran los cuatro países involucrados en el
Acuífero, con la asistencia de la Unidad de Desarrollo Sostenible de Medio Ambiente de la OEA,
que actúa como brazo ejecutor y la asistencia económica del Banco Mundial a través del Global
Enviroment Facility (GEF), que actúa como operador de recursos financieros, y del Fondo
Mundial para el Medio-ambiente, los gobiernos de Holanda (Bank Netherlands Water
Partnership Program – BNWPP) y Alemania (German Geological Survey – BGR) y la Agencia
Internacional de Energía Atómica, que aportarán infraestructura, servicios y personal. Los
objetivos básicos de este proyecto son:
• Expansión y consolidación de la base de conocimiento científico y tecnológico del
Sistema Acuífero Guaraní;

• Articulación entre el desarrollo y la implementación de un esquema de gestión del


Sistema Acuífero Guaraní;

• Participación, educación y comunicación pública y tomadores de decisión;

• Seguimiento y evaluación del Proyecto y difusión de sus resultados;

• Proyectos Pilotos: Concordia-Salto; Santana do Livramento-Rivera; Riberao Preto y Este


de Paraguay;

• Evaluación del potencial de la energía geotermal;

• Futura Coordinación y Manejo.

Este Proyecto, ha sido duramente criticado, principalmente por lo dicho al inicio de este
trabajo (intereses extranjeros involucrados en el SAG). Tal es así que Marco Aurelio García,
brazo importante del entonces presidente de Brasil, Lula Da Silva, dijo que “Estados Unidos
puso al Banco Mundial y a la Organización de Estados Americanos al frente de un proyecto que
busca detectar la magnitud del recurso, asegurarse su uso de manera sustentable, evitar la
contaminación y mantener un control permanente hasta cuando lo considere conveniente.”

El marco conjunto de gestión está conformado por el Consejo Superior de Dirección del
Proyecto, constituido por tres representantes de cada país y que fue el órgano de decisión en la
fase de ejecución del proyecto.

Finalmente, a través de este Consejo Superior, y teniendo en cuenta los principios


consagrados tanto en Río 1992 y en Río +10, así como también la resolución de la Asamblea
General de las Naciones Unidas 63/124 sobre el Derecho de los Acuíferos Transfronterizos del
año 2008, en la que se consagra la soberanía de los Estados sobre la parte de un acuífero o
sistema acuífero transfronterizo situada en su territorio, y se regula específicamente la
conservación y preservación del recurso instándose a la concertación de acuerdos regionales;
surge en el año 2010 el Acuerdo sobre el Acuífero Guaraní firmado en San Juan, donde los
estados involucrados establecen acabadamente sus derechos y obligaciones respecto de la
utilización, conservación, administración y preservación del Sistema Acuífero Guaraní.

El artículo 3 del acuerdo establece en líneas generales de qué se trata el Acuerdo: “Las Partes
ejercen en sus respectivos territorios el derecho soberano de promover la gestión, el monitoreo y
el aprovechamiento sustentable de los recursos hídricos del Sistema Acuífero Guaraní, y
utilizarán dichos recursos sobre la base de criterios de uso racional y sustentable, respetando la
obligación de no causar perjuicio sensible a las demás Partes ni al medio ambiente”. Y un
aspecto importantísimo del acuerdo es que no admite reservas por parte de los Estados parte, por
lo que todas sus disposiciones juegan para los cuatro firmantes en igual sentido, resaltando así el
compromiso asumido, al menos convencionalmente, será el tiempo el que muestre si en los
hechos el Acuerdo ha dado sus frutos.

La utilización sostenible del SAG

El acuífero presenta profundidades que van desde los 50 a los 1800 mts. y a medida que
aumenta la profundidad de éste, mayor es el confinamiento y temperatura de las aguas.

Los principales aportes provienen del agua de las precipitaciones, sea que ingrese
directamente, a través de los ríos, lagos, arroyos infiltrándose en las capas más profundas y
constituyendo así la recarga, que llega a los 166 Km3 por año.

Actualmente, podemos dividir la utilización que se le da al SAG en cuatro rubros:

• Abastecimiento privado y público: 70%

• Industria y minería: 20%

• Turismo: 5%

• Agricultura y ganadería: 5%

Geográficamente, es Brasil es quien extrae los mayores volúmenes de agua (30 m3/s),
siguiéndole Paraguay con 2,2 m3/s, en tercer lugar Argentina con 1 m3/s y por último Uruguay
con 0,7 m3/s, es decir, un total de 33,9 m3/s.

Así las cosas, el recurso en ningún país está comprometido por sobreexplotación, pero se
plantea a largo plazo, que el principal problema lo verán Brasil y Paraguay, donde hay zonas
aflorantes donde no existe saneamiento de las aguas y el recurso allí se utiliza para el
abastecimiento de las poblaciones. Cabe aclarar, que se han detectado zonas de descarga, en la
zona del sur de Brasil, Río Uruguay y en los humedales de los Esteros del Iberá.

Además, debemos mencionar que no es el calentamiento global el principal problema, sino


que el problema que se observa en todo lo que se refiera al recurso hídrico es otro: la
contaminación.
Dicho todo esto, podemos plantear el siguiente interrogante: ¿Son suficientes los
instrumentos tanto jurídicos como políticos adoptados para la preservación del recurso y
su aprovechamiento de forma sustentable?

Conclusión

Analizada la importancia de esta reserva de agua, los distintos intereses encontrados, el


marco normativo destinado a proteger el Sistema Acuífero Guaraní y la forma en que se utiliza
actualmente el recurso, podemos decir que el camino no es el indebido, aunque tampoco es el
correcto. Es muy poco lo que se conoce del Acuífero y también poco lo que se ha gestionado en
su investigación, ya que habiendo analizado las posibilidades de abastecimiento que brinda,
constituirá en algunos años el centro de varias disputas tanto a nivel regional como internacional
y respecto de esta cuestión no se están tomando las medidas adecuadas, sino todo lo contrario:
hemos visto el rol que juegan los intereses extranjeros en la región atentando contra la soberanía
que por otro lado reconoce la ONU a los Estados respecto de los acuíferos transfronterizos.

Así, podemos decir, finalmente, que el manejo sustentable del recurso no es una dificultad que
se pueda presentar en los próximos años, al menos si su uso se restringe a los países que lo
poseen. Lo que habrá de evitarse, para el bien de la región, es la intromisión de los países del
hemisferio norte en su administración tanto jurídica como fácticamente y la defensa así, de la
soberanía de los Estados sobre el Acuífero Guaraní.

Bibliografía consultada

• http://water.usgs.gov/edu/earthwherewater.html (Consulta Jueves 13/11/2014)

• http://www.opsur.org.ar/blog/2013/05/26/acuifero-guarani-la-mayor-reserva-de-agua-dulce-de-
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• http://www.greencross.org.ar/downloads/News%20Acuifero%20guarani.pdf (Consulta Jueves


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• Tratado de Asunción. http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/0-4999/380/norma.htm

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• http://www.surysur.net/2004/07/uruguay-la-hebra-que-conduce-al-acuifero-guarani/ (Consulta
Jueves 13/11/2014)
• Proyecto Acuífero Guaraní. Dirección de Prevención y Recomposición Ambiental.
http://www.ambiente.gov.ar/?idseccion=47

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• http://www.aula365.com/acuifero-guarani/ (Consulta Jueves 13/11/2014)

• Acuerdo sobre el acuífero Guaraní.


http://www.internationalwaterlaw.org/documents/regionaldocs/Guarani_Aquifer_Agreement-
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• Graf Rey, Marcia Simone. “La escasez de Agua en el mundo y la importancia del Acuífero
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http://www.caei.com.ar/sites/default/files/17.pdf

• Cosso, Melina. “El Acuífero Guaraní como Recurso Vital y Estratégico, en el arco de la Defensa
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• Vigevano, Marta. “La problemática de la contaminación de los acuíferos”. En: Capaldo, Griselda
(ed.). “Sinergias ambientales: Entre las aguas continentales y las marinas”. Mare magnum, 2006.

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