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MEMORIAS DE MUJER

Proyecto de Reconstrucción de Memoria y Sistematización de las Experiencias de los


colectivos y organizaciones de Mujeres de la Comuna 8
Esta publicación es producto de la convocatoria de estímulos PL y PP Cultura Comuna
8: bajo la resolución 201950078027 de 2019

Federico Gutiérrez Zuluaga: Alcalde de Medellín


Santiago Pérez Valencia: Secretario de Cultura Ciudadana
Ramiro Alexander Tuberquia Gómez: Coordinador Programa de Planeación Local y
Presupuesto Participativo
Sergio Alexander Hernández García: Supervisor Secretaría de Cultura Ciudadana

Autora: Luz Marina Grisales Restrepo


Ilustraciones: Jhon Jairo Duque Torres
Diagramación y Diseño: Edwin Gómez Mesa
Supervisor Secretaría de Cultura Ciudadana: Sergio Alexander Hernández García

Edición 1

ISBN: 978-958-48-8053-6

© Municipio de Medellín, 2019


Calle 44 N°52-165. Medellín, Colombia www.medellin.gov.co

Esta publicación se realiza con recursos públicos priorizados por las y los ciudadanos de la
comuna 8 Villa Hermosa, en el marco del programa Planeación Local y Presupuesto
Participativo de la Secretaría de Cultura Ciudadana del municipio de Medellín 2019.

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Agradecimientos

A las Madres…
Que parieron e hicieron la historia
A las Hijas, para que puedan escribirla
A la Historia, que es Memorias Mujer

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Prólogo

Al tomar forzosamente conciencia de las realidades en las que había crecido, me pregunté
de manera muy real por lo que deseaba y quería de mi vida; las prioridades y las omisiones
brillaron bajo una luz despiadada. De lo que más me arrepentí fue de mis silencios, había
guardado muchos silencios. ¿Qué es lo que me daba tanto miedo? Cuestionar y decir lo
que pensaba podía ocasionarme dolor, pero todas sufrimos de muchas maneras todo el
tiempo, sin que por ello el dolor disminuya o desaparezca. La muerte no es más que el
silencio final y puede llegar rápidamente, ahora mismo, más allá de que hayamos dicho o
no lo que necesitamos decir.

Las mujeres con frecuencia nos traicionamos en esos pequeños silencios, pensando que
algún día vamos a hablar o esperando que otras hablen o buscando la prudencia. Los
silencios no nos han protegido, no lo harán, la palabra no es vida, es palabra, pero eso es
necesario.

Comprendí que cada palabra que había dicho, cada intento que había hecho de hablar sobre
las verdades que aún persigo, me acercaba a una mujer y juntas empezaron a enseñar- me
las palabras adecuadas para nombrar el mundo en que creíamos. Más allá de nuestras
diferencias, nosotras las mujeres, creemos en un mundo de amor, Memorias de Mujer, fue
una excusa para escuchar las historias de las mujeres de la comuna, para darles lugar desde
la congregación que las une, para hacer memoria de las historias que para nosotras son
importantes.

¿Qué palabras nos faltan todavía? ¿Qué necesitamos decir? ¿Qué tiranías tragamos cada día
y tratamos de hacer nuestras? ¿Qué batallas libramos? Tal vez para algunas, nosotras mismas
representamos nuestros miedos y nuestros silencios. Todas tenemos miedo, porque la
transformación del silencio en lenguaje y en acción es un acto de auto-revelación y eso
siempre parece estar lleno de peligros, pero transitarlos, tiene a las mujeres de la comuna 8
juntas y soñado.

En aras de la palabra y la memoria, cada una de nosotras desvía la mirada de sus propios
miedos: miedo al desprecio, a la censura, a la condena, al reconocimiento, al desafío, al
aniquilamiento, miedo a la soledad. Pero más que nada creo que le tememos a la visibilidad,
sin la cual, sin embargo, no podemos vivir verdaderamente. En este país en que la diferencia
racial y económica crea una constante distorsión de la visión, las mujeres hemos sido
altamente visibles por un lado: en el imaginario de un estereotipo que aún en la modernidad
se mantiene vigente, mientras que por otro nos han hecho invisibles, por la
despersonalización del capitalismo. Aún dentro del movimiento social hemos tenido que

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luchar, y seguimos haciéndolo, por recuperar esa visibilidad que al mismo tiempo nos hace
más vulnerables, porque para sobrevivir en esta boca de dragón, hemos tenido que aprender
esta primera lección, la más vital, y es que sólo juntas podemos generar transformaciones.
y reconocer su rol igualmente vital dentro de la evolución social que perseguimos. Es una
necesidad colectiva el ser una voz de Esperanza y Resistencia.

Para quienes escribimos, es necesario examinar no sólo la verdad de lo que hablamos sino
la verdad del lenguaje en que lo decimos. Para otras, se trata de compartir y difundir aquellas
palabras que significan tanto para nosotras. Pero en principio, para todas nosotras, es
necesario enseñar con la vida y con las palabras esas verdades que creemos y que
conocemos más allá del entendimiento. Hoy el amor, del que tanto sabemos nosotras, es
urgente para el mundo. Porque sólo así sobreviviremos, participando en un proceso de vida
creativo, continuo y en crecimiento.

Y cuando las palabras de las mujeres claman por ser oídas, cada una de nosotras debe
reconocer su responsabilidad de sacar esas palabras afuera, leerlas, actuarlas, bailarlas,
cocinarlas, tejerlas, rayarlas en las paredes, enseñárselas a los hijos, cantarlas, escribirlas,
compartirlas y examinarlas en su pertinencia a la vida.

Este texto es mi deuda con todas las mujeres que han intervenido en mi vida, con todas las
grandes mujeres que existen en la comuna, con sus territorios, pero sobre todo es mi deuda
contra el silencio y con la necesidad de construir memoria, es una compensación contra la
invisibilidad, es una forma de darle a voz a estas maravillosas mujeres, pero sobre todo es
mi forma de darle voz a todas las mujeres.

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A modo de Introducción, Memorias de Mujer:
Un trabajo de empoderamiento

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Cuando hablamos de experiencias de reconstrucción de la memoria, se encuentra que hay
una gran cantidad de textos literarios testimoniales, que, vistos desde una perspectiva con
enfoque de género, continúan ampliando la brecha en el campo aún en construcción de la
equidad entre hombres y mujeres, y que si bien cumplen una función de denuncia,
entrampan en cifras estadísticas y demográficas la verdadera situación de las mujeres, sus
intereses, necesidades y reivindicaciones, invisibilizando su participación en la vida
pública, de allí que la construcción de conocimiento social basado en los testimonios de las
mujeres, representen no solo una amplia ilustración de la realidad del territorio, sino
especialmente, una deuda urgente de la sociedad de dar voz y oportunidades afirmativas a
las mujeres.

Esta investigación se ubica desde una metodología fenomenológica, critica y participativa


que busca darles voz y protagonismo a las autoras de las historias de las mujeres de la
comuna 8, acción que si bien se ha desarrollado parcialmente desde algunos informes e
iniciativas institucionales, no ha construido de manera colectiva el conocimiento de su
propia experiencia.

Valorar y visibilizar los saberes que sustentan las prácticas de las organizaciones de mujeres
es un ejercicio de reconocimiento epistemológico que pretende reconocer que ellas saben
qué hacen, desde dónde y para qué lo hacen; y reconocer que su forma de entender y
explicar el mundo es real y legítima.

De la impunidad del silencio y la invisibilidad de las cuestiones que acontecen en el hogar,


a los lugares de agremiación y ciudadanía de las mujeres, se construye la historia del
feminismo y en él, los importantes avances que históricamente han sucedido para las
mujeres y que definitivamente constituyen la posibilidad de agremiación y participación
colectiva, de manera que se expande el sentido de democracia, participación y construcción
de derechos, con suerte tal que la esfera privada y de la intimidad se convirtieran en lugares
para debatir y reconstruir paradigmas de desigualdad; las exigencias y las garantías para el
libre desarrollo de las mujeres y los consecuentes derechos obtenidos, han sido
responsabilidad del empoderamiento individual y colectivo de las mujeres; de allí que los
ejercicios de memoria al interior de las organizaciones de mujeres representen
reivindicaciones en la tarea de seguir caminando hacia los derechos, haciendo memoria de
lo sucedido para construir una sociedad donde la paridad no sea un sueño.

El recorrido de sistematizar las memorias de los colectivos y organizaciones de mujeres de


la comuna 8 supone no sólo identificar las prácticas sociales de agremiación de las mujeres,
sino desentrañar cómo son significadas desde de su propia experiencia, a través de la
apropiación de ideas y la construcción de discursos y acciones colectivas, revestidas de los
recuerdos que fueron y de las posibilidades que involucran.

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No se trata sólo de reproducir unos discursos y unos saberes específicos de las mujeres, sino
comprender como estos discursos y saberes constituyen una cultura femenina en el interior
de un sistema de relaciones desiguales, y a través de estos, se influencia y se ve transformado
un territorio.

La búsqueda de la participación de las mujeres en la esfera pública, junto al compromiso de


dar la voz a quienes culturalmente han sido marginadas, implica la responsabilidad de retratar
desde sus testimonios, las memorias de sus recorridos individuales y colectivos, rescatando
la memoria y el recuerdo de sus narrativas, posibilitando la palabra, develando sus
perspectivas del mundo y sus posibilidades de transformarlo a partir de sus acciones
cotidianas.

¿Qué recuerdan las mujeres, cómo lo hacen, qué importancia tienen las memorias en la vida
y en los territorios que ellas ocupan? Memorias de Mujer, tuvo la intención de articular la
necesidad de visibilizar a las organizaciones de mujeres, como una manera de hacer visible
su trabajo, pero a la vez, reconocer y permitir en ellas el reconocimiento de su valiosa tarea,
desde la ruta de la memoria, esta sistematización no sólo nos permitió reconocer a las
organizaciones de la comuna, sino sembrar en ellas, la necesidad de mirar la historia
caminada, la de la comuna, pero también la de cada subjetividad que hizo parte del proceso,
como un logro, como una historia para ser narrada y recordada, lo que significó, más allá del
proceso de la investigación, un encuentro con muchas mujeres, que desde sus acciones
cotidianas, construyen empoderamiento, escriben la historia y cambian el mundo.

El trabajo de tomar, escribir y grabar testimonios, y en general la búsqueda y análisis sobre


las mujeres de la comuna, conllevó a una reflexión sobre la tarea misma de estudiar y
comprender los relatos de las mujeres, y ser una de ellas, en sus prácticas, en sus vivencias y
junto con sus sueños, esto significó la comprensión de un universo en donde la agremiación,
tanto como la familia, conforman una parte importante de sus propósitos, desencadenando
en desentrañar una cercanía configurada por el empoderamiento que en mayor o menor
medida tienen estas mujeres en su vida, pero que en todos los casos, las atraviesa como
paradigma, la significación empática del término “entender” conduce a la oportunidad de
vivenciar que desde sus recursos, lugares y actividades, nos encontramos frente a mujeres
fuertes, valientes, que han resistido las violencias propias de un sistema desigual e
inequitativo, pero que se comprenden desde su lugar de transformadoras.

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Comuna 8, una ciudad dentro de la ciudad, Contexto

La Comuna 8 Villa Hermosa, está situada en la Zona 3 Centro Oriental de la ciudad de


Medellín, , limita al norte con la Comuna 3 Manrique, al sur con la Comuna 9 Buenos Aires,
al oriente con la Comuna 90 Corregimiento de Santa Elena, al occidente con la Comuna 10
La Candelaria, su división territorial según los criterios del decreto N° 346 de 2000 y del
Acuerdo N° 62 de 1999, esta comuna está conformada por 18 barrios, los cuales son: Villa
Hermosa, La Mansión, San Miguel, La Ladera, Batallón Girardot, Llanaditas, Los Mangos,
Enciso, Sucre, El Pinal, Trece de Noviembre, La Libertad, Villa Tina, San Antonio, Las
Estancias, Villa Turbay, La Sierra y Villa Lilliam. Pero según el PDL (Plan de Desarrollo
Local), son 35 barrios organizados por algunos aspectos comunes en 10 nodos barriales (Los
nodos son una forma de leer el territorio desde un análisis que trasciende los límites naturales
y las fronteras político administrativas).

Desde el Plan de Desarrollo Local, se conformaron 10 nodos, caracterizados principalmente


por la identidad y cercanía de sus habitantes. Estos nodos no coinciden exactamente con la
división territorial que establece planeación, pues, se encuentra en muchos barrios divisiones
como parte alta y baja, sectores con identidad de barrio, y otras dinámicas que conviene
considerar en un proceso de planeación como este. Los nodos son los siguientes:
1. Villa Hermosa: Conformado por los barrios Villa Hermosa, La
Mansión, San Miguel y Batallón Girardot.
2. Enciso: Conformado por los barrios Enciso, Sucre y La Ladera.
3. Los Mangos: Conformado por los barrios Los Mangos, Llanaditas y
Trece de Noviembre, así como el sector de Golondrinas y Colinas de
Enciso.
4. El Pinal: Conformado por los barrios El Pinal y La Libertad, así como
el sector Pinar del Cerro.
5. La Toma: Este nodo está constituido por sectores como La Estrechura,
La Planta, Quintas de La Playa, Las Per- las y el Hoyo de la Rafaela,
que planeación incluye en los Barrios Villa Tina, La Libertad, El Pinal
y Sucre, pero que tienen un mayor grado de identificación con el
nombre de Caicedo, por ser la Calle 52 su eje de formación y su ruta
de acceso. También identifican el nombre de La Toma, el cual
adoptamos para diferenciarlo del Barrio Caicedo ubicado en
jurisdicción de la Comuna 9.
6. Las Estancias: Conformado por los barrios Las Estancias, San
Antonio y Villa Lilliam, así como los sectores de Santa Lucia, Las
Mirlas, El Molino y La Aguinaga.
7. Villa Tina: Conformado por el barrio Villa Tina y los sectores La
Libertad II y Sol de Oriente
8. La Sierra: Conformado por los barrios La Sierra y Villa Turbay y el
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Sector más alto de Las Mirlas (Tierra Adentro, El Mosquito).
9. Altos de la Torre: Este nodo es de Tratamiento Especial, y está
conformado por los sectores de Altos de la Torre y Pacífico, en la
parte alta de los barrios 13 de noviembre y Llanaditas.
10. Esfuerzos de Paz: Este nodo es de Tratamiento Especial, y está
conformado por los sectores de Esfuerzos de Paz I, Esfuerzos de Paz
II, Unión de Cristo y La Esperanza.

Existe la idea propagada sobre que la conformación de la Comuna 8 sucedió desde el centro
hacia las laderas, sin embargo, una rápida revisión bibliográfica permite observar el
reconocimiento de ciertas zonas de la ciudad con una antigüedad histórica que ubica a
algunos de los sectores de la comuna 8 como un territorio de importancia en la
configuración de la ciudad actual. Aunque la denominación como comuna 8 fue adoptada
a comienzos de los años ochenta, gran parte de los terrenos habían sido urbanizados
anterior- mente y administrativamente eran identificados como zona 3, la cual a partir de
1981 dejó de estar conformada por comunidades o barrios, para darle paso a una unidad
inter- media llamada comuna.

De acuerdo con esto, los Barrios Populares Antiguos en la comuna 8 son Sucre y La Ladera
(1910.1930), Enciso (1930 fechas de loteo), Villa Hermosa y La Mansión (1950). Entre los
Barrios no configurados tenemos a un Sector de Enciso (1930), parte de Villa Hermosa
(loteo pirata e invasión en la década del 1940) y Villa Tina (1960 Subnormal).

Las urbanizaciones planificadas de carácter estatal son Pinal del Cerro (1980 Corvide), y la
habilitación del barrio La Libertad y parte de Villa Tina (1970) realizada por el ICT. Barrios
como San Antonio (1940), Villa Lilliam y Llanaditas (1950), Villa Tina (1960), La Libertad
(Rehabilitación y mejoramiento ITC y Corvide), La Sierra y Villa Turbay (1970), Julio
Rincón, El Edén, 13 de noviembre, Isaac Gaviria, La Primavera, Sector Golondrinas, Las
Parcelas, Villa Roca, La Cruz, Las Letras, Las Estancias (rehabilitación y mejoramiento
Corvide) y Los Mangos (1980) son considerados de Invasión.

Así mismo, nuevas Invasiones se presentan a lo largo de los noventa, como Altos de La
Torre, Pacífico, Esfuerzos de Paz I, Esfuerzos de Paz II, Unión de Cristo, La Esperan- za,
Las Torres, Buena Vista. También se desarrollan nuevos procesos de urbanización
promovidos por el Estado como Quintas de la Playa y Sol de Oriente.

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El Cerro Pan de Azúcar además de ser uno de los cerros tutelares de la ciudad es el principal
referente natural para la zona y hace parte de uno de los proyectos de borde más importantes
para el Valle de Aburrá, como es el Plan Maestro del Parque Arví. El cerro pan de azúcar,
el camino y los vestigios hallados en sectores de la cuenca alta de la quebrada de Piedras
Blancas, han hecho de esta zona un lugar cargado de sentidos históricos y simbólicos no
solo para la comuna 8 y la ciudad de Medellín sino para el país. Gracias a esto “la zona fue
declarada por el Ministerio de Cultura en 1998, como bien de interés cultural de la nación,
estos relictos culturales se constituyen en un valioso aporte a la comprensión de la dinámica
histórica de las poblaciones del Valle de Aburra y de sus relaciones con áreas vecinas”

La comuna 8 es una comuna aledaña al centro y esto la convierte en un sector estratégico


para la planeación territorial, el hábitat y para el establecimiento de sectores de poder que se
disputan los actores armados, lo que tiene implicaciones directas en la forma en cómo los
habitantes visualizan su vida en el territorio, así como en las dinámicas cotidianas de la
población; Si bien Memorias de Mujer no tuvo el objetivo de caracterizar
sociodemograficamente la comuna, no era posible no enmarcar el territorio previo a conocer
como las Mujeres habitan este territorio. Surge la necesidad de resaltar de manera rápida las
principales problemáticas de la comuna 8:
 Movilidad: Para movilizarse dentro de la comuna, es necesario tomar uno o dos
transportes, esto impide de manera directa la conexión entre los barrios, debido a que
no existen rutas caminos principales que les per- mita a los habitantes poder ir de un
barrio a otro, sin necesidad de utilizar servicios de transporte y muchas veces, es
necesario bajar hasta el centro para subir a otro lugar de la comuna.

 Conflicto armado: Es quizás una de las problemáticas más complejas de la comuna,


dado que está determinado por múltiples factores que a su vez genera múltiples
causales como la inseguridad, la fuerte presencia de grupos armados, el consumo de
sustancias como problemática ligada a la distribución de drogas por parte de los
entes armados y las violencias con enfoque de género a Mujeres y población LGBTI.

Desde el texto “Conflicto armado en la comuna 8 y 9 de Medellín en el 2012” se


identifican tres grupos de variables del conflicto en la comuna 8, la primera son las
causas que han propiciado este conflicto, la segunda, las dinámicas y tendencias que
el conflicto crea en la ciudad y en sus ciudadanos, y por último los impactos que
traen consigo este tipo de hechos. Además, la historia de la violencia enmarcada en
la ola de desplazamiento por los conflictos en las zonas rurales de Antioquia y la
violencia generada en la ciudad y visibilizada especialmente en la comuna 8 con la
presencia de “combos” o “bandas criminales” que cambian las formas de relaciones
en la población y afectan su cotidianidad, ilustra cómo se trasforman los hechos
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violentos de un conflicto multidimensional en acciones y percepciones asumidas
como el miedo.

La debilidad del estado para ejercer soberanía en el territorio y todo lo que esto
significa para su población, es una de las causas de la violencia económica y política
que se desenvuelve en el marco de una ciudad con pocas oportunidades, “las
tendencias no causales pero que permiten la continuación del conflicto” sumada a
la “alta vulneración de derechos fundamentales y a la ausencia de estrategias que
propicien una sana convivencia” acrecientan las aristas de un conflicto vigente. Una
de las problemáticas más complejas en la comuna es la mutación del conflicto, los
cambios sociales significativos que han sucedido específicamente en el territorio
agudizan las circunstancias para los ciudadanos, así como las posibilidades
estratégicas para intervenir estas realidades, el primero es el cambio de los actores
armados del conflicto, presentándose unos actores que eran nacidos en el territorio
y pertenecían al contexto y unos nuevos actores que intervinieron en el territorio por
su ubicación estratégica para tener control de la ciudad, “ya que fue configurándose
de un poder netamente militar, a un control político y social”.
En la comuna 8 se identifican masacres selectivas en los barrios de Enciso, Sucre,
El Pinal, La Ladera, Villa Tina y Esfuerzos de Paz.

 Socioeconómico: El Diagnóstico Integral de Ciudad para la Equidad (DICE), indica


que el índice de Calidad de Vida (I.C.V) en la comuna 8 es tan solo de 65 puntos,
muy por debajo de la zona 3 (Centro Oriental) la cual se ubica en un rango medio con
69 puntos. El 81, 48% de la población de la comuna corresponde a los estratos 1 y 2
y el 18,42% al estrato 3, estas cifras son contundentes a la hora de analizar el índice
de Calidad de Vida de los habitantes de la comuna, la pobreza es un factor crítico
para el conjunto de su población. (Municipio de Medellín: 2007; 21). Estos
diagnósticos ilustran las muchas deficiencias vitales que tienen los habitantes de la
comuna, que se hacen evidentes en asuntos como la desconexión de los ser- vicios
públicos domiciliarios y los asentamientos in- formales, que a su vez son focos para
la proliferación y agudización del conflicto armado.

Tan importante como construir un pequeño contexto del territorio, es resaltar las
particularidades, que fuera del carácter demográfico, hacen de la comuna 8 un
territorio vivo y que pese a las muchas y múltiples violencias que vive, lo caracterizan
por ser un territorio participativo, culturalmente importante y con altas proyecciones
en desarrollo.

 Participación y organización: La comuna 8 tiene la capacidad de promover y


organizar la participación política y cultural, con el fin de buscar acciones que
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contribuyan a fortalecer los lazos de interacción, comunicación e integración, cuenta
con una de las votaciones más altas en la priorización de recursos para PP y PDL, así
como un activo periódico independiente: CIUDAD COMUNA, que se muestra como
un medio de comunicación alternativo importante. El plan de desarrollo local es uno
de los mejores de la ciudad, lo que da muestra de un trabajo participativo y
colaborativo.

 Liderazgo: Es una comuna con fuertes e históricos liderazgos, que desde todos los
ámbitos guían movilizaciones, resistencias y transformaciones en el territorio, a
manera de honor hacemos mención de Jairo Maya, quien falleció en 2016 y de María
Isela Quintero que fue coordinadora de la Mesa de Desplazados de la Comuna 8 y
que producto de agudización del conflicto ya no se encuentra en el territorio.

Las Mujeres y la memoria en la Comuna 8, estado del arte

El panorama actual de reconciliación en Colombia, entendido en el marco de la justicia


transicional, es la oportunidad ideal para reconstruir la memoria, comprendiéndola como
un mecanismo que contribuye “en las sociedades acordando cuestiones de un pasado de
guerra y violencia y se avance hacia la no repetición, al mismo tiempo se debe reconocer la
relevancia de la construcción de la memoria como parte del derecho a la verdad y a la
reparación” (CNMH, 2013). Cuando se habla de memoria no se hace referencia únicamente
a la capacidad para conservar información, sino que además es un proceso neurocognitivo
capaz de adquirir conservar y utilizar la extraordinaria diversidad de conocimiento y
habilidades, es un proceso que ha sido ampliamente estudiado por diferentes disciplinas
como la biología, filosofía, psicología, psiquiatría, neurociencias entre otras. Cada una de
ellas se acerca a la memoria como un objetivo específico, todas la reconocen como un
proceso que está en el desarrollo de la vida humana, un buen número de estas disciplinas
asumen la memoria como un fenómeno identificable tanto a nivel individual o privado como
social y colectivo, en tanto que es la interpretación colectiva que la sociedad hace de su
historia (Ruiz, 2008).

Hacer un acercamiento a la memoria como elaboración, implicaría reconocer el lugar activo


de los sujetos en la construcción de los sentidos del pasado en el presente, y no como
elaboración en tanto a una cronología de los hechos fijados en el pasado sino más bien como
una significación en el presente. La memoria hace parte de una temporalidad compleja en la
que se conjuga la experiencia presente, incorporando recuerdos que son modificados y entran
en relación con nuevas experiencias, como un proceso de significación. Proceso que se da
mediado por el lenguaje en un marco cultural interpretativo, en el que se expresa, se piensa y
se conceptualiza. Las experiencias pasadas necesitan del lenguaje para materializarlo y
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ubicarlo en un plano social, con la mediación narrativa implica que cada memoria es de
carácter social, bajo un contexto donde se haga posible dicho proceso de elaboración y
narrativa de experiencias (Hernández, 2011). La recuperación de memoria en nuestro
contexto ha sido vista como una necesidad sentida en función del pasado violento y
conflictivo que a nivel histórico ha sido mal tramitado, es también una forma legítima que
encontraron algunos actores y sectores sociales para cuestionar aquellos olvidos declarados
hegemónicamente y las impunidades. Estas formas de olvido han llevado a que tanto actores
sociales como agentes institucionales presten atención al esclarecimiento histórico, a la
producción de la memoria y el rol que tiene en los procesos de reconciliación (Jaramillo, 2010).

Se tornan pues necesarias las acciones que estén encaminadas a la conmemoración y dignificación
de la memoria, máxime si esto implica, además, dar un paso hacia la equidad de género, a través
de comunicar las versiones y significados que dan las mujeres a los hechos y los modos de resistir
al conflicto y la vida cotidiana desde el trabajo y el quehacer comunitario.

En Medellín, existe una ausencia de diagnósticos cualitativos territoriales con enfoque de género
que involucre una preocupación especifica por las condiciones de las mujeres en los barrios de la
ciudad, ausencia que describe las imposibilidades de planeación que genera el desconocimiento
territorialmente centralizado, si bien existe una abundante literatura sobre la situación y
vulneraciones que sufren las mujeres en Medellín, la ausencia de un conocimiento centralizado
por comuna, hace evidente la imposibilidad de atender las particularidades y necesidades de las
mujeres en los barrios, así como las medidas y acciones directas y puntuales frente a estas
vulneraciones por zonas, donde por la atomización de la pobreza y el conflicto, se hacen más
profundas y a la vez invisibles las violencias en contra de las mujeres.

Los diagnósticos situacionales con enfoque de género o de investigaciones académicas que dé


cuenta de las relaciones territoriales son deficientes, así mismo, es importante resaltar que los
perfiles demográficos y las encuestas representativas –diagnósticos tradicionalmente
utilizados para la construcción de información territorial con enfoque de género– no develan
información útil y verás sobre la situación de las mujeres y sus necesidades y entrampan los
necesarios diagnósticos en cifras demográficas.

Este preludio de estado del arte no pretende desconocer los valiosos esfuerzos cualitativos
que desde la institucionalidad, las organizaciones sin ánimo de lucro y en general el
movimiento social de mujeres se ha hecho a fin de caracterizar la situación de las mujeres
en Medellín, sino hacer visible la necesidad de llevar estos esfuerzos hacia diagnósticos
localizados que permitan visibilizar de manera específica, la situación de las mujeres en los
barrios y conduzcan a estrategias aplicables, viables y sobre todo coherentes con las diversas
necesidades de las mujeres con respecto a la construcción de medidas afirmativas y
protocolos que protejan los derechos humanos.
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Pese al panorama que ofrece que no exista una caracterización o diagnóstico con enfoque de
género por cada territorio de Medellín, en la comuna 8 a través de recurso priorizado por PP
y ejecutado a través de la secretaría de Mujeres de Medellín e Ikala, existe el Diagnóstico
Rápido Participativo sobre la situación y condiciones de las mujeres para la construcción del
Plan Integral de Atención para las mujeres en la comuna 8, proyecto que fue impulsado desde
las Jornadas de Vida para la asignación de recursos en la comuna en el año 2015 y que incluyó
las categorías: salud mental, violencias basadas en género, participación política y autonomía
económica, desde la orientación cualitativa del diagnóstico rápido participativo (DRP) y la
propuesta pedagógica investigativa de los grupos focales.

Sin embargo, es necesario hacer mención de los referentes de sistematización, que como
referencia conceptual anteceden e incluso inspiran la creación de este proyecto, ilustran- do
los documentos que sistematizan experiencias colectivas de mujeres y que desde la
comprensión de la agremiación, construyen conocimiento desde la memoria y como
mecanismos colaborativos de escribir la historia desde la voz de sus protagonistas;
encontramos en una revisión de los 5 últimos años: Memoria para la vida, comisión de la
ver- dad desde las mujeres para Colombia, Ruta Pacífica de las Mujeres (2015);
Recuperación de memoria histórica y sistematización de experiencias en el costurero de la
memoria: kilómetros de vida y de memoria (2017); Sistematización proyecto mujeres
gestoras de paz (2015); XVI Informe sobre la situación de Derechos Humanos de las Mujeres
en territorios de Medellín, con énfasis en violencias sexuales contra niñas y adolescentes,
(2018) y con respecto a la comuna 8 el DRP anteriormente mencionado.

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Hacer Memoria, un trabajo con voz de Mujer

La fuerza e influencia de las mujeres en la formación de la vida social, es amplia, más allá
del lugar culturalmente otorgado del cuidado y la reproducción de la vida, en su conjunto las
mujeres influencian la cultura desde su quehacer y experiencias y, como tal, “debe enfatizarse
que son las mujeres quienes deben revelar por vez primera cuáles son y han sido las
experiencias femeninas” (Harding, 1987) En este sentido, en el desarrollo de esta
sistematización y en el objetivo de hacer de ella un lugar para escribir la memoria de las
mujeres, su voz, sus narraciones y sueños, se expresa en sí mismo un lugar político del
quehacer de las mujeres en el territorio de la comuna, develando el poder, los significados
simbólicos, los sueños y las formas de cómo se construye esa referencia de la propia
experiencia a través de los aprendizajes significativos y las posibilidades territoriales de la
agremiación.

Cerca del 50% de los relatos de memoria y resistencia en medio del conflicto armado han
sido construidos por mujeres en Colombia (CNMH, Centro Nacional de Memoria Histórica,
2013); y no es una casualidad, las mujeres como cuidadoras por excelencia de la vida, tienen
una necesidad vital por develar la historia, aunque muchas veces no la escriban, la memoria
tiene un significado especialmente diferencial para nosotras; en medio del conflicto, las
mujeres además de ser afectadas de una manera diferencial por su condición de género 1, han
sido las viudas de todos los caídos en un conflicto multidimensional y que por su especial
configuración acota también a las violencias urbanas y la pobreza.

En Colombia, existen históricas y representativas organizaciones de mujeres que desde su


quehacer y sus territorios se han dedicado a construir memoria histórica del conflicto, algunas
de las más reconocidas son: Alabadoras de Pogue, Bojayá; Mujeres Wayúu en Bahía Portete;
Madres de la candelaria; Mujeres de la Juventud Comunista, en memoria de la masacre de la
Juventud Comunista; Organización Ave Fénix, Red de Mujeres por la Paz; Fundación Nydia
Erika Bautista; Esquemas, Mujeres para la Recuperación de la Memoria en el Urabá;
Organización Fabiola Lalinde y Comisión de Memoria, Mujeres de la UP.

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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos señaló, en su informe de 2009, que el conflicto armado en Colombia
afecta de forma distinta a las mujeres que a los hombres, agravando la discriminación y la violencia histórica que las
mujeres colombianas han vivido. Las violencias física, psicológica y sexual contra las mujeres se llevan frecuentemente a
cabo con objetivos de control de territorio, destinadas a causar el desplazamiento forzado y desarraigo, y el con- trol social
de la población por parte de los grupos armados en poblaciones o territorios bajo su control.

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Si bien el conflicto en Colombia, a compuesto un escenario donde los recursos de la memoria
se inscriben mayoritariamente en el marco del conflicto armado y político, la memoria para
las Mujeres representa también una forma de hacer válidos sus conocimientos, para sí mismas
y para sus territorios, con suerte tal, que se devela no sólo el ejercicio resultado de sus
memorias, sino una antología del devenir de la lucha de las Mujeres por la garantía plena de
sus derechos, que bien sea desde el cuidado o en un lugar de la vida pública, representa un
conocimiento valioso y que en ninguna de las dos esferas ha sido valorado y reconocido
desde la potencia que tiene y especialmente desde la importancia para la historia misma de
la humanidad.

El conjunto de las prácticas de incidencia, alianzas y conocimientos de las mujeres


organizadas y la visibilidad de estas uniones en la sociedad, ha rendido sus frutos. Sus
resultados se pueden observar en todas las ganancias hacia la equidad de las mujeres en el
mundo y específicamente en la ciudad, donde ha sido a partir de las luchas del movimiento
social de Mujeres que se han logrado ganancias como la secretaría de las Mujeres y el
obligatorio enfoque de género en los proyectos institucionales, así como la construcción de
nuevos esquemas de respeto que cuestionan la masculinidad hegemónica y tóxica, distintas
confluencias de redes, ONGs e iniciativas de Mujeres han emprendido cabildeos y prácticas
de incidencia sobre el Congreso de la República y la bancada de Mujeres congresistas, y han
alcanzado en este terreno distintos éxitos: en la década de los noventa lograron, luego de
muchas discusiones, la aprobación de la Ley 581 de 2000, llamada ‘ley de cuotas’, que
establece que por lo menos un 30% de los altos cargos de designación sean ocupados por
mujeres, y más recientemente, gracias a un proceso de alianzas y convergencias, la
aprobación de la Ley 1257 de 2008, que busca sensibilizar, prevenir y sancionar formas de
violencia y discriminación contra la Mujer.

Ante la Corte Constitucional, gracias al cabildeo de organizaciones de mujeres y el litigio de


alto impacto impulsado por jóvenes abogados, se alcanzó en 2006 la despenalización del
aborto, y luego, en un momento de confluencias y sinergias entre organizaciones de Mujeres
y magistrados, la Corte elaboró el Auto 092 de 2008, que hace un extenso análisis de las
condiciones de riesgos, discriminaciones y violencias en las que discurre la vida de las
desplazadas y ordena al Estado la adopción de trece programas con sus indicadores de
resultado para que garantice el ejercicio pleno de sus derechos. (CNMH, La memoria
histórica desde la perspectiva de género, 2011, pág. 10)

Estos avances no hubiesen sido posibles sin la constitución de una comunidad de saberes
conformada por académicas, funcionarias, gestoras de redes sociales de mujeres, ONGs, que
han ido aportando sus conocimientos y experiencias, y que desde este acervo han hecho
17
cabildeo para que estos cambios y decisiones jurídicas acontezcan (CNMH, La memoria
histórica desde la perspectiva de género, 2011, pág. 11). Pero sobre todo no habría sido
posible si las mujeres de manera colectiva no decidieran pensar y hacer en función de la
paridad.

Esta iniciativa de sistematización de las experiencias de las Mujeres en la comuna 8


representa un camino para la recuperación de la memoria histórica de las Mujeres y de sus
experiencias de agremiación, las causas que le dieron lugar y los logros que, desde la
perspectiva del acompañamiento con un enfoque feminista, dan cuenta del trabajo realizado
por los equipos de Mujeres constituidos desde la perspectiva comunitaria de la comuna.
Memorias de Mujer no se trata de una investigación para el uso diagnóstico aunque realmente
lo devela sino más bien como una iniciativa que desde una apuesta feminista encuentra un
vacío en el reconocimiento de la agremiación de las mujeres, así como un vacío urgente con
un diagnóstico de índole territorial. No es una investigación construida desde un espacio
académico, aunque utiliza los estándares de investigaciones de derechos humanos y de los
proyectos de Memoria Histórica.

Memorias de Mujer realiza un análisis cronológico del desarrollo de las organizaciones,


utilizando las distintas partes del proceso investigativo como herramienta al servicio de las
verdades, aciertos y experiencias que sus prácticas, símbolos, necesidades y construcciones
han hecho. Cada uno de estos apartados resume la experiencia colectiva, pero también genera
numerosas reflexiones y aprendizajes para Colombia y otros países, y para los movimientos
de Mujeres en general preocupados por revertir los efectos de la guerra, luchar contra sus
causas, incluyendo las culturas patriarcales que consideran a las Mujeres como subordinadas,
y reivindicar el protagonismo de las víctimas y los movimientos sociales en la lucha por la
defensa de los derechos humanos, los derechos de las humanas.

La emergencia de nuevos sujetos de la historia, la ciudadanía de las mujeres como


lugares de encuentro colectivo

Aunque parece sorprendente, el reconocimiento en palabra y acción de la ciudadanía de las


Mujeres es una ganancia de la modernidad y no aparece de la nada, sino en un terreno
específico abonado por luchas históricas, a partir de las cuales las Mujeres han ganado terreno
en el mundo público y en el reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidado como
elemento fundamental para la vida. En la búsqueda de las Mujeres por la conquista de su
ciudadanía plena, el primer ejercicio ha sido la agremiación y la comprensión de estas
diferencias inequitativas frente a los hombres, tarea que lejos de ser sencilla o corta,
18
“representa la revolución social pacífica más importante en la historia de la humanidad”
(Gamba, 2008).

Producto de las luchas de las Mujeres, los regímenes democráticos tuvieron que incluir poco
a poco a las Mujeres en la participación ciudadana y romper algunos aspectos de los moldes
discriminantes de los cuales eran fruto. De ser asumidas como dependientes y pasivas en la
historia por largas décadas, ellas rompieron los márgenes donde los regímenes las ubicaban
y se tomaron poco a poco el centro de los debates públicos sobre derechos, justicia,
democracia, y sus reclamos, cada vez más articulados, lograron que sus derechos específicos
quedaran consagrados en muchas de las constituciones que fueron aprobadas en la década de
los noventa del siglo pasado en América Latina, y en particular en Colombia. Este proceso
de conquista vendría acompañado de una nueva historiografía que, con rigurosidad,
empezaría a documentar la participación activa de las Mujeres en la construcción de
sociedad, Estado y nación. A estas conquistas se añadiría el logro de que las violencias de
las que eran y son objeto dejaran de ser vistas como eventos casuales y privados cometidos
por individuos patológicos, e irrumpieron en el ámbito público para transformarse en delitos
punibles asociados a contextos de discriminación más amplios hasta convertirse en algunas
sociedades democráticamente avanzadas en inadmisibles política, moral y penalmente
(CNMH, La memoria histórica desde la perspectiva de género, 2011, pág. 16).

Buscar hacer explícitos los mecanismos de la discriminación, ha sido una de las ganancias
más importantes de los movimientos sociales de las Mujeres, pues ha permitido que más
allá de reconocer la discriminación, estas acciones sean detenidas a través de la
obligatoriedad jurídica y/o la sanción penal, y que además se busquen medidas que nos
protejan desde la cotidianidad hasta la construcción de medidas que subsanen esta
discriminación simbólica o específica, ejercicios que desde las teorías de los estudios de
género se han llamado medidas afirmativas2

En el territorio de la comuna 8, la agremiación de las organizaciones involucradas en esta


sistematización, sucede como un lugar para reafirmar la ciudadanía; Todas las
organizaciones, además de centrarse en una actividad específica que las aglomera, suceden
como espacios para construir conocimientos vitales: historias, memorias, discursos, espacio
y tiempo libre, que funcionan no sólo en términos del ocio, sino que revindican su lugar
como ciudadanas de derechos, en tanto les posibilita reconocerse a sí misma a través de las

2
La acción afirmativa (también conocida como discriminación positiva) es el término que se da a una acción que pretende
establecer políticas que dan a un determinado grupo social, étnico, minoritario o que históricamente haya sufrido
discriminación a causa de injusticias sociales, un trato preferencial en el acceso o distribución de ciertos recursos o
servicios así como acceso a determinados bienes. El objetivo es el de mejorar la calidad de vida de los grupos
desfavorecidos y compensarlos por los perjuicios o la discriminación de la que han sido víctimas.
19
otras y generar redes de apoyo en contra de la discriminación y la falta de oportunidades
que en mayor o menor medida todas sufrimos en algún momento y lugar de nuestras vidas.

Para las Mujeres de la 8, sus lugares de agremiación son vitales en tanto les posibilitan la
construcción de redes de apoyo que van desde el cubrimiento financiero de las necesidades
vitales más urgentes, hasta el apoyo y la contención emocional en momentos de duelo,
evidenciando los lugares y plataformas de encuentro de las Mujeres como espacios vitales
para la vida y el desarrollo de posibilidades y sueños.

Parque Biblioteca, Uva y Casas de Cultura, espacios que posibilitan y encuentran a las
Mujeres

El Parque Biblioteca La Ladera, La Uva de La Imaginación y la Casa de Cultura de Las


Estancias, representan para la agremiación de las Mujeres de la comuna, espacios vitales, no
sólo por el lugar estratégico de sus instalaciones, sino principalmente por el espíritu que desde
la planeación institucional y especialmente desde los funcionarios se le da a las Mujeres,
apoyando estratégicamente la agremiación desde lugares que potencialicen sus vidas: como
la formación no formal, la construcción de mecanismos de emprendimiento, la siembra, la
comprensión, estudio y amor por la literatura, la ocupación sana y efectiva del tiempo libre,
el estudio y comprensión de las brechas del género y formas instituciones y autogestionadas
de superarlas, espacios para la construcción de historias y memorias.

De manera específica, es muy importante distinguir en las subjetividades de los funcionarios,


el amor por los procesos y por las Mujeres que los conforman, lo que significa que más allá
de una estrategia institucional exista un compromiso real, sincero y amoroso con el territorio.
Memorias de Mujer quiere resaltar el trabajo de ellos, significando su labor humana e
institucional como tarea en pro de la equidad y el compromiso con los derechos humanos de
las mujeres, que articula una responsabilidad asumida con la vida y relatos de las Mujeres
que hacen parte de las organizaciones que acompañan, así como con ejercicio feminista, que
desde el cuidado, la cotidianidad y el apoyo da luces y abre caminos para el reconocimiento
pleno de la ciudadanía de las mujeres y en pro de la equidad.

Parque Biblioteca La Ladera: El Parque Biblioteca León de Greiff, inaugurado en el año


2007, surge como una solución de renovación urbana para la desarticulación que existía entre
comunas y barrios y que entorpecía el desarrollo de la vida en comunidad. El nombre del
Parque Biblioteca rinde homenaje al escritor medellinense León de Greiff, uno de los más
20
destacados poetas del siglo XX en Colombia y Latinoamérica. (Red Bibliotecas, 2012). En
la ladera el terreno correspondía a lo que antes era la primera cárcel de varones de la ciudad
de Medellín, que dejó de funcionar en 1959 y que hoy es la cárcel Bella Vista, la gente de La
Ladera al ver que este lugar estaba abandonado, lo destruyeron y robaron todo lo que había
de valor, hasta quedar un terreno completamente vacío.

La iniciativa de apoyar y acompañar procesos de Mujeres o que potencializaran discusiones


de género en el parque Biblioteca surgen desde 20123 a nombre de Marcela Villa, Yamile
Gallo, María Pía González Varela y otrxs funcionarixs que laboraban en ese momento en el
Parque Biblioteca y que potenciaron entre otros, espacios como “Sembrando Vida” y
colectivo “DeFormación” además que propugnaron hacer del Parque Biblioteca un lugar con
una oferta para las Mujeres, dando espacios para la formación, el encuentro, la lectura y una
posibilidad de ocupación del tiempo en la cultura.

Actualmente el Parque Biblioteca acompaña los procesos de “Sembrando Vida”, “La


Maraña”, y “Club de Huertas, Sembrando Juntos”, además, siguen construyendo una oferta
inclusiva, apoyando y fortaleciendo procesos para y desde las Mujeres e incluyendo en su
planeación estratégica, líneas que fortalezcan los procesos formativos, culturales y de
agremiación, todo desde un enfoque respetuoso que reconoce las realidades y necesidades
territoriales y que propugna por construir desde lo comunitarios bases para la equidad.

Esta investigación no habría sido posible sin la disposición y ayuda del Parque Biblioteca y
en él sin los Funcionarios: Haiddy Yezenia Vásquez Arredondo, Carolina Lema, Juan Camilo
Rave y Juliana Sepúlveda, a quienes además de agradecerles por disponer su tiempo y espacio
para permitir dar vida a Memorias de Mujer, agradecemos por su compromiso personal, su
sensibilidad, su profesionalismo y sobre todo su amor para con las Mujeres y para el
territorio, en donde además de su trabajo disponen también la posibilidad de construir sueños
colectivos desde las juntanzas de las Mujeres, evidenciando la incidencia de las ellas en el
territorio y disponiendo desde la compañía y el cuidado que sea posible la agremiación y que
esta agremiación tenga un sentido político, territorial y transformador.

Uva de la Imaginación: La UVA de La Imaginación es una construcción sostenible, ubicada


en el barrio San Miguel, con un mobiliario moderno que tiene teatro al aire libre, terrazas,
salas múltiples y aulas de cómputo y que más allá de su estructura en físico, representa un
espacio de oferta cultural permanente para toda la comunidad, pero que desde el enfoque de
la planeación institucional ofrece un espacio y una oferta dirigida a las mujeres de todas las
edades, promoviendo el encuentro, la formación y la construcción de tejido social territorial.

3
Es posible que antes, este es un dato basado en las narraciones de las mujeres y no pretende desconocer iniciativas
anteriores, sino develar el papel protagónico de las personas mencionadas desde este margen de tiempo.
21
Casa de Cultura Las Estancias: Ubicada en el barrio Las Estancias y parte de la Red Catul
(Red de Casas de Cultural, Teatros, Uva y Laboratorios de Producción Sonora); La casa de
cultura de Las Estancias adelanta un trabajo de agremiación y formación artística y con
enfoque de género en respuesta a lo que sus funcionarios observaron como el grupo
poblacional que junto con niños y niñas más visita el espacio, si bien es un proceso joven,
con el liderazgo de los empleados de la casa, se ha gestionado espacios de formación en
género, artesanías, partería y encuentro con el femenino y danza, todos con el fin de construir
agremiación entre las Mujeres a la vez que se aprovecha bien el tiempo y se construyen lazos
entre Mujeres. Desde un enfoque caracterizado por el amor, el compromiso y el cuidado,
Alejandro Marín Valencia, Elizabeth Serna y Firleyi Vallejo conformaron y mantienen un
grupo con mucha proyección. Desde la sororidad y la admiración, felicitamos y abrazamos
su trabajo en pro de las mujeres y desde un enfoque que dé lugar al empoderamiento y al
mejoramiento de vida de ellas y de su territorio.

22
Encontrarse para Crecer,
COLECTIVO DE MUJERES C8

23
Se entiende Colectivo de Mujeres como un ejercicio des- de las formas de organización
concebidas como espacios abiertos, flexibles, democráticos, incluyentes y pluralistas, de
encuentro, trabajo conjunto y proyección estratégica, de participación y representación de las
mujeres y organizaciones de mujeres. (Mesa, 2011).

El énfasis está puesto en el proceso de construcción del espacio de acción común y no en la


estructura organizativa, la cual es secundaria y se va configurando en función de las
necesidades. Los Colectivos o Redes se constituyen en me- dio del proceso adelantado por
las mismas personas que los conforman, no son impuestos. Otra característica esencial y que
se convierte en el factor jalonador de los colectivos, es el tener objetivos o metas estratégicas
comunes, cualitativamente diferentes a los que se tienen en cada organización que los
constituye, que supongan desafíos a lograr con el esfuerzo conjunto. El sentido lo da no tanto
el trabajo que se haga hacia dentro, sino de lo que se haga como Colectivo hacia fuera. Por
eso la forma e intensidad que tome el trabajo dependerá de cuánto se pueda incidir en la
transformación de la situación como punto de partida, hacia el objetivo planteado. (Mesa,
2011).

El colectivo de Mujeres C8 es la organización de Mujeres más antigua de la comuna,


acercándose a cumplir próximamente 12 años de trabajo. Surge desde la necesidad de
empoderar a las Mujeres, bajo la identificación de Nélida Loaiza Cadavid (una de las líderes
pioneras) de muchas necesidades diferenciales, en sus inicios principalmente con la urgencia
de alfabetizar, proceso que de manera continua a hoy siguen gestionando como organización,
habiendo alfabetizado más de 100 mujeres adultas mayores con aportes de PP y luego con el
apoyo de la que en ese momento era la subsecretaría de las mujeres desde la secretaría de
cultura y más adelante la construcción de una secretaria propia.

El colectivo es acompañado por una profesional de la secretaría de las Mujeres como parte
del fortalecimiento comunal, profesional que conduce formativa y logísticamente al
colectivo, sin embargo, es muy importante resaltar, que aún en el reconocimiento de las
oportunidades que ha permitido la secretaría en acompañamiento profesional, atención
psicosocial y formación política, el colectivo no se agremia en función de la convocatoria
estatal, y si bien hace uso de él para su fortalecimiento, en muchos momentos bajo distintos
liderazgos ha sido un trabajo de ellas y para ellas.

El colectivo de mujeres tiene integrantes de características mixtas, está compuesto por


mujeres trabajadoras informa les, adultas mayores, adultas en etapa productiva, mujeres con
algún tipo de discapacidad y mujeres con mucha formación política, lo que hace que sus
24
apuestas sean diversas, así como la configuración misma de sus discursos, en donde es
evidente que gracias al acompañamiento institucional, existe un proceso de cualificación
política que apunta a hacer del colectivo una organización autosostenible y de gran impacto
territorial.

Para sus integrantes su trabajo político en el territorio, su incidencia en él y sus apuestas se


centran en construir empoderamiento en las mujeres, tarea que significa tanto un trabajo
sobre las emociones, donde el apoyo, contención y la formación política evidentemente
feminista fundamentan, como una de ellas lo llama: el resurgir de sus subjetividades, como
una estrategia que desde acciones formativas en distintas áreas permitan emprendimientos
creativos, que las dispongan en un lugar de independencia económica, aspecto que
representa según ellas, el principal factor por el que las mujeres asumen y permiten la
reproducción de las violencias.

Entre las participantes del colectivo, existe un diagnóstico muy claro de la situación de las
mujeres en la comuna, diagnóstico que identifica no sólo las problemáticas y sus génesis,
sino también las formas de subsanar estas problemáticas, el hecho de que sean habitantes
de la comuna, en su centro y periferia, las hace las mejores conocedoras del territorio, más
allá de que la planeación estratégica, o no (como lo viene haciendo) las tenga en cuenta.

En sus palabras se encuentra claramente una evaluación cualitativa precisa que indica,
por ejemplo: que “La razón principal por el que las mujeres no participan, es porque no se
sienten incluidas”4 y no se siente incluidas porque “los programas que existen son de
fortalecimiento a las que ya participan y desconocen, por ejemplo, la posibilidad y estrategias
para que nuevas Mujeres participen, es decir para crear nuevos liderazgos y nuevas ofertas
en el territorio”5. Ellas reconocen que los programas como “Buen Comienzo” y en general
programas y proyectos ligados al cuidado de las niñas y niños le dan espacio, tiempo y
oportunidad a las Mujeres de participar, a la vez que proporcionan solución a la
preocupación más grande de la mayoría de las Mujeres: sus hijos, de allí que recomienden
de manera contundente que se articulen los programas para las niñas y niños, con los
programas de fortalecimiento político y social de las Mujeres, además de que representa la
forma más fácil de encontrarlas e identificar sus necesidades y las de su familia, ellas además
hacen hincapié en el concepto feminista de economía del cuidado, a través de la
identificación del aporte de las mujeres a la familia y de su preocupación permanente por el
bienestar de todo su núcleo.

4
Nélida Loaiza: Lidereza del Colectivo de Mujeres C8

5
Jhon Restrepo: Líder del proceso de Mesa Diversa Comuna 8

25
A esta organización la ha acompañado a través de los años proyectos como PP y como se
mencionó antes, la subsecretaría de las Mujeres y la ahora secretaría de las Mujeres. Ellas
encuentran diferencias significativas en el interés y atención de estos procesos, resaltando el
importante fortalecimiento que ha sucedido para su colectividad, desde que hay un recurso
humano y financiero importante que las acompañe, reiterando que la inmersión de
profesionales conocedoras en temas psicosociales y de formación ha mejorado y cualificado
el proceso. Sin temor a ser demasiado categórica, se puede decir que todas las integrantes del
colectivo, son Mujeres fuertes, en un camino de empoderamiento personal, colectivo y territorial
contundente, que tienen apuestas significativas para sí mismas, para su familia y para su territorio,
que van desde un grupo conformado desde su liderazgo para promover la participación de personas
con alguna discapacidad, un grupo de teatro liderado y protagonizado por ellas, que de hecho ya
tiene una obra montada que trata sobre el abuso infantil a fin de prevenirlo y muchas estrategias de
emprendimientos económicos provenientes de la formación política y de capacidades dictadas
como estrategias de autonomía desde la secretaría de Mujeres.

Retos y Desafíos

La continuidad del proceso no es una preocupación para ellas, ya que desde todas las participantes,
hay una seguridad de mantenerse juntas y de vincular a más Mujeres en el proceso, lo que las hace
una colectividad con alta proyección en los años y en el territorio. En un muy acertado diagnóstico,
ellas identifican a la comuna 8 como un territorio de recepción de desplazados y con características
demográficas muy distintas, lo que las lleva a pensar en la necesidad de expandirse tanto
territorialmente como en el impacto por número de personas, esperando llegar a más Mujeres, sien-
do así, identifican su reto más grande en la necesidad de llegar a todos los barrios de la comuna y
a las Mujeres que por múltiples razones no hacen parte de los procesos de participación. Sus
liderazgos resaltan contundentemente que las políticas de participación deben apuntar a las
Mujeres que no participan, no a quienes ya lo hacen. Según su propio diagnóstico, para poder llegar
a más Mujeres es necesario ampliar el conocimiento territorial de la comuna, y para esto surge la
necesidad de que existan rutas que vinculen a los barrios, también el de ampliar la oferta de
formación a fin de atraer el interés de más Mujeres.

El empoderamiento personal y colectivo de estas Mujeres en sus vidas es a mi opinión la mayor


facultad de la colectividad, que le apunta a reproducir liderazgos, eliminar las violencias especificas
hacia las Mujeres haciéndolas visibles y denunciándolas y empoderándose desde lo discursivo y
desde la autonomía económica de las Mujeres como fin político y social.

A futuro apuntan a mantenerse juntas y a seguir haciendo incidencia en el territorio a través del
crecimiento de su red. A Nélida y a todas las Mujeres de la colectividad, reiteramos el

26
agradecimiento por permitirnos con tanto amor y disposición conocerlas, pero especialmente por
construir territorio a pasos de Mujer.

27
Sembrar Historia, Cambiar la Historia
CLUB DE HUERTAS SEMBRANDO JUNTOS

28
La aproximación a partir del objetivo de memoria a un colectivo donde el ítem de
agremiación es la siembra en un territorio urbano, implica un relato construido no en base de
agremiación por género, ya que inicialmente fue un colectivo mixto, pero que, por las mismas
condiciones de establecimiento, sucede como un lugar mayoritariamente representado por
las Mujeres, lo que da cuenta de la relación entre las Mujeres, la tierra y sus huertas. Una
lectura teórica que pone en entredicho la distinción naturaleza/cultura desde la vertiente de
la fenomenología dá luces con respecto a la diferencial vinculación de las Mujeres con la
tierra y sus productos: “Para las Mujeres, la tierra representa un lugar para sostener la vida
no para explotarla” (Cusicanci, 2018, pág. 38) contribuyendo a la comprensión y valoración
de otras formas de habitar el mundo, relevando el paisaje como categoría de análisis para
explorar la territorialidad, las actividades productivas, las construcciones simbólicas, las
relaciones de género y la construcción de la subjetividad femenina en función del ecosistema
hortícola, cuyo despliegue amplía la noción de persona y de humanidad convocando otros
existentes (Rosas, 2014, pág. 5).

El hecho de que este colectivo no tenga en su génesis la intención de agremiar Mujeres, pero
que en su realidad así lo haga, ilustra no sólo las intenciones de las Mujeres con respecto a
su territorio, si no esencialmente el espíritu de la agremiación en función del cuidado: de la
vida a través de las plantas, a través de la importante mención que hacen ellas mismas sobre
sus intenciones de siembra: cuidar a sus familias y proporcionarles fuera del capitalismo,
alimentos limpios de tóxicos y finalmente a través del cuidado al mundo, del que hacen una
mención a partir del cuidado del medio ambiente. “Las Mujeres se distinguen por tener un
lugar de cuidado y sembrar representa cuidar la planta y la vida, porque tener alimentos en
casa es vida”6

Sembrando Juntos es una iniciativa que surge desde La Uva de La imaginación hace más o
menos 4 años y que hace dos años fue retomado por el liderazgo del Parque Biblioteca La
Ladera, disponiendo un proyecto colectivo de la huerta conjunta que construyen y dándoles
información, semillas y práctica para la construcción de huertas en sus casas. Esta formación
se centra en un espacio teórico y uno práctico a través del cual hacen posible la siembra en
terrenos urbanos. La organización es un espacio para los diálogos de saberes, es
intergeneracional, integrando adultas mayores, amas de casa y mujeres jóvenes.

Sus integrantes, en quienes está incluida la funcionaria del Parque Biblioteca La Ladera,
consideran vital establecer huertas en los territorios urbanos como respuesta al incremento
del precio de los alimentos, como resistencia al uso de pesticidas, transgénicos y hormonas

6
Alicia María Tobón Ramos: Integrante del Club de Huertas Sembrando Juntos

29
en la elaboración agrícola industrializada y como mecanismo de cuidado y reconexión con
la tierra. Para ellas es muy importante promover la consciencia de la necesidad de cuidar el
medio ambiente y la necesidad de replicar a través de su “ser Mujer” iniciativas creativas
para la autoproducción de alimentos primarios en busca de construir territorios soberanos y
dignos.

Todas las integrantes tienen huertas en sus casas, los beneficios de sus productos son
principalmente para el autoconsumo de sus familias, pero tienen la proyección de establecer
comercios sostenibles y soberanos a partir de los productos que están cuidando, concepto
que usan para sus cultivos. “Yo sueño con que podamos vender los alimentos que estamos
cuidando en el territorio, para personas que no puedan acceder a alimentos sanos”7

Una de sus mayores problemáticas, es que si bien el Parque Biblioteca les brinda algunos
materiales básicos, muchas veces les hacen falta elementos para la siembra, así mismo por
cuestiones de permisos y espacios no cuentan con terrenos para sembrar tanto como les
gustaría, pese a que el Parque Biblioteca tiene amplios espacios que podrían ser usados,
esto requiere de ser aislamientos y de permisos muy específicos por parte de las autoridades
de la ciudad, por lo que requieren un acompañamiento financiero además del de el Parque
Biblioteca y una inversión especifica que les permita por una lado expandir sus cultivos y
sus intenciones y por otra llegar a más personas con sus propuestas de la reconexión con la
tierra y el cuidado y preservación del medio ambiente.

Sus propuestas, que son profundamente políticas y emancipadoras, nacen desde discursos
sencillos, en donde la vida es el centro no sólo del análisis sino elemento fundacional de la
idea de sembrar alimentos. Es importante resaltar que debajo de la siembra como lugar de
agremiación, también existe un sentimiento profundo de compañerismo y solidaridad entre
ellas, generando un tejido social lleno de emociones de cuidado y admiración por cada una.

7
Sofía Flórez Rodríguez: Integrante del Club de Huertas Sembrando Juntos

30
RED DE VICTIMAS SOBREVIVIENTES DEL CONFLICTO ARMADO
COMUNA 8, HIJAS DE LAS MADRES DE LA CANDELARIA
ReExistir.

31
Es importante resaltar que dentro de “los esquemas de discriminación y marginación que
pudieron ser la causa de los hechos victimizantes” se encuentran las Violencias Basadas en
Género (de aquí en adelante VBG), definidas estas como “aquellas que se dan con base en el
desequilibrio de poder existente en las relaciones de género. Puesto que la mayor parte de la
evidencia disponible muestra que en este tipo de violencia las víctimas son mayoritariamente
mujeres, y los agresores hombres, por lo que comúnmente suelen equipararse los términos
Violencia Basada en Género y Violencia Contra la Mujer (PNUD, 2008)”Es así que las
mujeres pueden ser víctimas directas o indirectas de distintos fenómenos y situaciones bajo
el marco del conflicto interno armado, por el sólo hecho de ser mujeres, o como resultado de
sus relaciones afectivas y roles como hijas, madres, esposas, compañeras, hermanas o por el
ejercicio mismo de su liderazgo o defensa de su autonomía. (USAID, OIM, & UAV, 2010).

Según el Auto 092 de 2008, las mujeres están expuestas en el marco del conflicto armado a
diez (10) riesgos de género que han sido identificados por La Corte Constitucional en el marco
del conflicto armado colombiano. Los cuales son: (i) violencia sexual, explotación sexual o
abuso sexual; (ii) explotación o esclavización para ejercer labores domésticas y roles
considerados femeninos en una sociedad con rasgos patriarcales, por parte de los actores
armados ilegales; (iii) reclutamiento forzado de sus hijos e hijas por los actores armados al
margen de la ley, (iv) contacto o de las relaciones familiares o personales -voluntarias,
accidentales o presuntas con los integrantes de alguno de los grupos armados ilegales, o
fuerza pública (v) pertenencia a organizaciones sociales, comunitarias o políticas de mujeres,
o de sus la- bores de liderazgo y promoción de los derechos humanos, (vi) persecución y
asesinato por las estrategias de control coercitivo; (vii) asesinato o desaparición de su
proveedor económico o por la desintegración de sus grupos familiares y de sus redes de
apoyo material y social; (viii) despojo de sus tierras y su patrimonio con mayor facilidad
por los actores armados ilegales; (ix) condición de discriminación y vulnerabilidad acentuada
de las mujeres indígenas y afro- descendientes; y (x) pérdida o ausencia de su compañero o
proveedor económico durante el proceso de desplazamiento. (USAID, OIM, & UAV, 2010,
pág. 10).

El marco jurídico en Colombia, en un contexto de reconciliación ha brindado un margen


aceptable en el largo camino hacia la reparación con enfoque de género, sin embargo la
multidimensionalidad del conflicto urbano y rural complejiza las acciones efectivas y
directas para la reparación a las Mujeres víctimas del conflicto, dificultando que los
programas de reparación y restauración sean efectivos para las Mujeres, que en condiciones
de múltiples interseccionalidades, implican una coyuntura para la resarcimiento,
indemnización y compensación de cada una de las múltiples victimizaciones diferenciales.
Es necesario en este marco, comprender también que el conflicto aún está vigente y se ha
32
reconfigurado de manera profunda y diferencial en los territorios urbanos.

Esta complejización de los conceptos de conflicto-victimización-reparación debe ser


comprendida bajo el entendimiento de la pobreza como una causal y consecuencia del
conflicto, en dónde las violencias contra las Mujeres se ven agudizadas por un contexto de
desigualdad, machismo y violencia generalizada que específicamente en la ciudad de
Medellín acude a un momento de exacerbación, donde la cultura patriarcal genera tantas
víctimas como el conflicto armado y político.

La Red de Víctimas Sobrevivientes del conflicto armado Comuna 8, Hijas de las Madres de
La Candelaria surge en la comuna bajo el brazo de la histórica organización de Mujeres
“Madres de La Candelaria” como un relevo generacional liderado por Alejandra Arenas,
quién reconfiguró en la búsqueda de la reparación a las Mujeres víctimas diversos lenguajes 8
como una excusa para agremiar a las Mujeres. En términos formativos el colectivo se apega
a un mecanismo que es réplica de las escuelas ESPERE9 que fue nombrado en la comuna 8
como Escuelas itinerantes de reconciliación y perdón para la garantía de no repetición y
que está priorizado en el plan de Desarrollo de la comuna 8 como estrategia de reparación
simbólica, mecanismo que en la atención de las necesidades específica de las Mujeres ha
generado una diversificación de las maniobras de intervención, esto ha derivado en componer
un grupo donde si bien la agremiación se construye en la búsqueda de la reparación desde el
enfoque de género, han construido metodológicamente diversas estrategias de intervención.

El colectivo funciona como una práctica colectiva restaurativa no sólo de las Mujeres
víctimas directas del conflicto, sino también de Mujeres víctimas de VBG y de Mujeres
adultas que ocupan su tiempo libre, desarrollando la colectividad. El colectivo tiene a casi 50
Mujeres activas quienes esperan convertirse en un referente de dignidad y reparación para
otras víctimas a nivel de la ciudad.

Desde un lugar de empoderamiento personal y colectivo se nombran no desde el concepto


de víctimas (aunque tienen muy claro que lo son) sino desde el de Sobrevivientes, como una
forma de trascender un dolor que reconocen y transitan, pero también que colectivamente
vienen superando, esta conceptualización para ellas, no es una simple forma de nombrase,
como sí una forma de identificarse, lo que significa un sentido profundamente político en
donde hay una construcción de poder, memoria y continuidad en medio de un conflicto
político y social y de un sistema patriarcal y desigual que de múltiples maneras ha tocado
sus vidas. “Aquí habemos Mujeres que aprendimos a vivir y a sobrevivir desde el dolor,
nosotras somos las Hijas de las Madres de La Candelaria y entendemos el perdón como medio

8
Hacen talleres de tejido, huertas y manualidades
9
Las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ESPERE) son un proceso pedagógico vivencial y lúdico, para sanar las heridas,
transformar la memoria, generar prácticas restaurativas y brindar herramientas para recuperar la confianza
33
para sanar y la memoria de lo que nos pasó como medio para que esas violencias no se repitan
nunca más. Las Mujeres pusimos la parte más grande de este conflicto, porque pusimos la
sangre, los hijos y la vida”10

10
Alejandra Arenas, líder del proceso.
34
Sabor, Color y Memoria,
LA BUYESÓN

35
El bullerengue es una danza, práctica musical y festiva, característica de la población
afrocolombiana que habita en la región de Urabá y en las costas de los departamentos de
Córdoba y Bolívar. Además, comparte un pasado histórico que lo conecta con la provincia
del Darién en Panamá. Por su carácter representativo de la afrocolombianidad, esta práctica
cultural constituye un importante aporte como expresión de la diversidad cultural del país. Se
considera que esta práctica surgió en las zonas aledañas al Canal del Dique, cerca de
Cartagena, en los poblados constituidos por negros que huían de la esclavitud, principalmente
en la zona de Barú. El bullerengue se habría difundido entonces hacia los territorios de
Córdoba y Urabá a través de migraciones. (Ramírez, 2017).

En la versión propuesta por Guillermo Valencia sobre el origen de esta manifestación cultural
en Bolívar (canto-ritmo-baile), esta se vincula con las fiestas de San Pedro y San Juan (24 y
29 de junio) cuando: Las cantadoras de San Cayetano, Malagana y Palenque previamente
acordado el lugar y la hora conformaban lo que se conoce como cofradía que no era más que
la reunión de muchas cantadoras para amenizar las fiestas patronales de los diferentes
pueblos. Iban por calles y plazas, patios y caminos batiendo palmas e improvisando versos.
Eran más de tres días bajo el embrujo de los tambores y los cantos de las bullerengueras. El
mismo autor también referencia la posibilidad de un origen conectado con danzas rituales de
maternidad o la pubertad que fue cambiando con las dinámicas sociales hasta tomar un
carácter de fiesta. (Ramírez, 2017).

La Buyesón se ubica en el campo del trabajo interdisciplinar entre lo artístico desde las
prácticas cantadas, dancísticas y estéticas propias del Buyerengue y la práctica política del
posicionamiento del lugar de las Mujeres en la sociedad, desde el contexto de la comuna y
con una proyección de ciudad, la organización se encuentra en el camino de difundir las
músicas Folclóricas propias de nuestro país por los espacios urbanos en donde priman los
ritmos y las practicas ajenas a nuestras culturas ancestrales, posibilitando trazar memorias
que permitan dibujar un pasado y un presente vigente del folclore Colombiano, posibilitando
una lectura a nosotros mismos desde aquello que somos como territorio ancestral y urbano,
configurándonos en aquello que nos parecemos, pero también en aquello que nos hace
diferentes, singulares y únicos, de manera que se logre dibujar, resaltar y exaltar el territorio
diverso que somos, ese espacio por donde la vida misma transita, por donde somos y dejamos
de ser.

Para lograr este proceso de reivindicación del Folclore y al mismo tiempo de las Mujeres en
la sociedad, ellas buscan “dejar un mensaje artístico y político” en cada canción, a través de
lo que mencionan como un trabajo experimental que las ha llevado a adentrarse en la

36
investigación de las músicas tradicionales y el reconocimiento de los territorios donde se vive
el Folclore en Colombia.

La organización, surge como propuesta colectiva desde el amor por la música y la necesaria
reconstrucción de historias de Mujeres y folclore, en una significación de los distintos relatos
que comparten, desde experiencias vividas en el ser Mujeres y con el horizonte de componer
una alternativa de emprendimiento cultural.

La incorporación de las Mujeres a las expresiones festivas es un elemento que, si bien tiene
su génesis misma en el Buyerengue como representación musical cantada especial- mente
por Mujeres según sus antecedentes históricos, paradójicamente asiste a cierta
“masculinización”, en contrapartida y como respuesta de rescate de la ancestralidad del
Burengue, La Buyesón es una organización que viene consolidando lentamente la fuerza de
las Mujeres en el sector artístico y cultural de la ciudad. Su constitución y desarrollo no tuvo
en un principio una intención de conformar una colectividad de Mujeres, pero dado que se
fue conformando así, lo aprovecharon como estrategia con enfoque diferencial y como
elemento diferencial comercial, contribuyendo a la construcción de un ambiente en el que
las Mujeres se miren como pares para desarrollar procesos que construyan fortalezas
individuales y colectivas.

Además de una propuesta musical revindicativa y comercial, La Buyesón construye


escenarios de muestras gastronómicas como manera de visibilizar y hacer memoria sobre la
cocina autóctona de los territorios Caribeños donde surge el Buyerengue, conformando una
apuesta integral, innovadora y versátil, que involucra todos los sentidos y donde la memoria,
el sabor, el color y el sonido conforma un portafolio de servicios amplio y con mucha
proyección. Esperan posicionarse en el mercado cultural de la ciudad, consolidándose como
un referente comercial y formativo en Folclore tradicional como estrategia para construir
memoria musical.

37
Danzar para Sanar,
SHEREZADA

38
En el lugar de enunciación de la Danza como elemento corporal-interventivo, se encuentra
que uno de los problemas más cotidianos es la preconcepción sobre el cuerpo de las Mujeres,
donde en el campo de la economía capitalista, se sigue abordando la idea de un cuerpo
dualista: para el consumo por un lado y para la reproducción de la vida por el otro, imagen
que privilegia un cuerpo especifico como ideal de belleza. Lo que equivale a decir, que en
general, asistimos a una sociedad que se ha olvidado de la corporeidad sensible, en donde el
cuerpo -especialmente el de las Mujeres- asiste a un lugar de exposición y al mismo tiempo
de censura, cuando, como es normal, las corporalidades no responden a estándares violentos
y colonizantes.

Michel Foucault, retoma el cuerpo como eje fundamental dentro de sus indagaciones para
dar cuenta de cómo el cuerpo ha sido involucrado con el saber y el poder. Así el cuerpo en
las obras de Foucault, se encuentra involucrado como principal autor de las relaciones de
poder, sometido a una “sociedad disciplinaria” la cual, emplea técnicas y procedimientos
para formar individuos, una sociedad y una formación que opera como el “panoptismo”, que
no solo es propio de la arquitectura carcelaria para el control y vigilancia de los presos, sino
que fundamentalmente es una arquitectura de control social. Lugar epistémico-filosófico que
llama la atención para abordar el giro a la descolonización desde la Danza-Cuerpo-
Intervención en género, donde el cuerpo de las Mujeres pasa de ser un lugar violentado para
convertirse en un lugar de pugna política hacia la intención de transformar los estándares y
paradigmas impuestos para las Mujeres, de suerte tal que se construya desde la práctica de la
Danza un lugar de reivindicación del femenino, de su sexualidad y de su poder.

Sherezada plantea integrar un enfoque artístico con la insignia política de “Recuperar a través
de la Danza el poder de las Mujeres”, de manera que apuesta por un rescate del cuerpo que
reivindique la corporeidad como un anclaje necesario para devenir en la constitución del
sujeto, que irrumpa los límites que impone el cuerpo instrumentalizado de las Mujeres, para
tejer el cuerpo que siente, vive, experimenta, dice, habla, comunica, y es creativo de su
propio poder.

Desde una composición de saberes y acciones colectivas, plantean como premisa, partir del
autodescubrimiento para empoderar a las Mujeres, acción que potencializa las capacidades
subjetivas de las Mujeres como lugar de poder que teje y construye concepciones
importantes, que es producto de una construcción subjetiva e intersubjetiva y que sólo es
posible gracias al reconocimiento de sí mismas en el mundo, desde su dimensión simbólica,
como lo plantea Jordi Planella, “que el cuerpo está construido socialmente y lleva inherente
un conjunto de connotaciones simbólicas que son las que nos permiten hablar del cuerpo
como palabra, del cuerpo como mensaje y de la hermenéutica del cuerpo” (Planella, 2005,
pág. 190). Hermenéutica que resignificada bajo la consciencia y el amor a nosotras mismas,
tiene la capacidad de hacer transformaciones significativas, esta significación del cuerpo
39
holístico, político y transformador invitan a pensar el cuerpo desde múltiples miradas y
perspectivas: sentidas y sensibles (Planella, 2013, pág. 4).

Como un propósito importante Sherezada, ha buscado plantear una propuesta de


reivindicación feminista, que desde el quehacer de la Danza y el reconocimiento de las
múltiples violencias que sufren las Mujeres en la esfera de lo público y lo privado, explora
las conexiones posibles entre el cuerpo como lugar de poder y el cultivar de lo femenino
desde un enfoque solidario y que se aleje de las visiones violentas que tradicionalmente
existen sobre el cuerpo de las Mujeres.

En segundo lugar, surge la necesidad de elaborar una propuesta respecto a las vulneraciones
específicas que viven las Mujeres, considerando a través del amor propio, el desarrollo de
prácticas sensibles y de cuidado, donde la reapropiación del símbolo de la Mujer fuerte,
transforme la dimensión de las relaciones de poder al interior de la sociedad, mediante
estrategias reflexivas, que posibiliten otras formas de hacer, de estar y lograr ser en el mundo.

El grupo Sherezada, se constituye bajo el liderazgo de Mary Luz Cardona en el 2013,


trabajando con más de 100 Mujeres de todas las edades, que bajo la premisa de construir
tejido social desde lo femenino y proyectar desde el marco de la solidaridad, un grupo de
proyección escénica y un referente formativo importante en la ciudad. En la actualidad
trabajan con tres grupos: baby ballet, amateur y el ballet profesional, que recientemente
llegó de Argentina de la octava versión del festival Saba donde obtuvieron segundos y
terceros lugares en la competencia mundial.

40
Tejer, Leer y Recordar,
CLUB LA MARAÑA

41
Tejer implica abrir desde el centro, la onda en espiral cuya metáfora galáctica remeda el ciclo
de los astros. El destino es allí evocado, destino se deriva del poder cósmico inapelable que
es un hilo que se hace y deshace. El tejido está además asociado al hecho tranquilizador que
el hilo dispone, ese lazo que encontramos en medio del abismo y que ata o retiene la caída,
es diríase un símbolo de continuidad, un dispositivo de salida al modo del laberinto griego
que propone Ariadna ante Teseo, es un ritmo productivo que se opone al desgarramiento
como a la ruptura y que repara o reúne dos partes separadas: El mundo diurno y nocturno se
reencuentran en el tejido como apartes de un hito convenido donde la continuidad está
implicada, sólo hay una aparente separación entre la vida y la muerte, entre la noche y el día
entre el mundo de la conciencia y el orden ignorado de los sueños, o el trazo imaginado entre
los sexos que el Yin y el Yan suscriben, cuando se engendran recíprocamente; todas estas
recurrencias simbólicas incontestables subtienden el nudo de los lazos que emulan el destino.
Volver a los orígenes del tejido es encontrarse de nuevo con lo femenino, con la materia y las
texturas. (Castaño, 2018).

El tejido es un arte milenario compartido por numerosos pueblos originarios de América


Latina, pues se trata de una práctica simbólica dotada de valor y sentido, incomprensible
desde la lógica moderna/colonial propia de Occidente. En este sentido, el oficio de tejedora
implica un profundo compromiso con el proceso de revalorización y recuperación identitaria
(Gualda, 2013).

La idea de percibir el tejido como una forma de expresión y memoria y como un tema de
agremiación relevante, apunta a la comprensión de la agremiación de las Mujeres como
procesos que desde el lugar que existan son políticos, y representan un papel importante en
la recreación de la memoria territorial, papel que construye reconocimiento de las narraciones
de las Mujeres y que estas narraciones, estas formas de relacionarse, y estos tejidos son
cimentaciones de símbolos y significados vitales.

La Maraña, combina el tejido como actividad significativa con la lectura de historias clásicas
intentando centrarse en historias de Mujeres, lo que las convierte en una organización que de
manera literal y metafórica teje la memoria como actividad central de agremiación. El tejido,
como forma de narración, recupera la memoria sin que necesariamente pase por la palabra y
siendo La Maraña un colectivo que se concentra en leer y tejer desde manos femeninas, se
transfigura en una forma simbólica y práctica de darle importancia a las narraciones de las
Mujeres.

Los procesos de enseñanza-aprendizaje en el que se tejen los saberes de La Maraña son


horizontales y colaborativos, acompañados por funcionarias del Parque Biblioteca La
Ladera y por el valioso aporte de María Concepción11 quien de forma voluntaria y gratuita

11
Integrante de La Maraña, experta en Tejido
42
aporta sus saberes en el colectivo. Para ellas lo más importante son las combinaciones de
los saberes, el amor por los libros y las historias compartidas que se vuelven colectivas. El
espacio, tiene el espíritu de agremiar a las personas a través de la calma y como un lugar de
encuentro y narración que permita el enriquecimiento intelectual y emocional y que
contribuya a la construcción de tejido social en la comuna.

Para las integrantes de La Maraña, la enseñanza es importante en tanto construye una huella
en las otras, que abre espacios que posibilitan juntarse con las historias, sueños y dolores
de su vida cotidiana, en tanto significa también un espacio de esparcimiento muy
importante, donde se debate sobre el contexto, la actualidad política y el panorama del país,
ampliando sus visiones del mundo.

El 2019 ha sido un año muy importante para La Maraña, teniendo participación en Fiesta
del Libro y en un inter- cambio con la organización Las Guerreras del Centro12 ,en donde
pudieron compartir saberes en torno al tejido, (ya que también es una actividad que realiza
esta organización) y en torno a las experiencias de vida de las participantes de ambas
organizaciones.

12Organización social conformada por personas en ejercicio de prostitución en la búsqueda de la reivindicación de sus
derechos humanos y laborales.
43
Juntarse para Aprender,
GRUPO DE MUJERES LAS ESTANCIAS

44
Dar la mirada al campo del aprendizaje colectivo de las Mujeres como laboratorio social y
cultural en su territorio, y cómo se teje este dialogo entre la teoría y la praxis, entre los
procesos de aprendizaje y la transversalización de sus prácticas en contexto, hace necesario
leer los constructos que se escriben en sus historias y saberes. Tarea que desde la iniciativa
de la Casa de Cultura Las Estancias se ha puesto en marcha en función de construir espacios
para aprender desde el ser Mujer. Surge así la iniciativa de agremiación de Mujeres en el
barrio Las Estancias, bajo el propósito de entretejer prácticas de aprendizaje como
mecanismo de agremiación, que además de juntarlas, permitiera construir tejido, atendiendo
a lo que los funcionarios encuentran como el grupo poblacional que más visita el espacio.

La casa de Cultura de las Estancias busca consolidar en las Mujeres, procesos de


significación, transformación y creación que posibiliten la reapropiación y reivindicación del
concepto de sí mismas. Esta iniciativa se inscribe en un marco de intervención feminista, que
bajo el concepto de “Generación de Capacidades” buscar otorgar condiciones para construir
una propia gestión del conocimiento, las capacidades y habilidades para superar alguna
brecha, económica, simbólica o social.

La Casa de Cultura de las Estancias en su apuesta por una pedagogía desde el feminismo,
busca componer una propuesta formativa orientada al desarrollo del potencial subjetivo a
partir del aprendizaje consciente de sí mismas, despertando en ellas la capacidad de participar
activamente en los continuos procesos de interacción entre su funcionamiento biológico, el
entorno y sus funciones. Por tanto, esta iniciativa es relevante en la conformación de las
ofertas culturales de la ciudad, dado que brinda a las mujeres agremiadas los elementos
necesarios para que se reflexionen a sí mismas como seres humanos y luego como
protagonistas de sus familias y territorios de los que han de preocuparse y problematizar
permanentemente el entorno propio, contando con el acontecer en un contexto que necesita
ser transformado.

La iniciativa institucional y humana de Las Estancias es un ejemplo para la ciudad,


invitándonos a pensar en la necesidad de articular la oferta cultural con los enfoques
formativos feministas, ampliando la capacidad de respuesta a las necesidades de las Mujeres.
En la medida que propiciamos toma de conciencia, ganancia en expresividad activando
procesos comunicativos-interactivos, mejorando relaciones con las otras construyendo
claramente actos integrativos, generamos espacios para el encuentro y para la transformación
de las realidades violentas que afectan específicamente a las Mujeres.

45
El grupo de Mujeres de Las Estancias es un proceso joven, pero que ha tenido mucha
inyección formativa por parte de la casa de Cultura, así como una buena recepción por parte
de las Mujeres del territorio, por lo que esperamos que los esfuerzos rindan sus frutos y se
conforme una colectividad sólida.

46
Compañeras que hacen Territorio,
SEMBRANDO VIDA

47
Analizar el capital social de agremiación como elemento fundamental para la inclusión de
las Mujeres en la vida pública y en el camino por los derechos plenos, implica analizar
también los procesos sociales de empoderamiento y capital cultural que les permitieron
surgir, los cuales demuestran la importancia de estos elementos al momento de superar todas
las formas de violencias en contra de las Mujeres, de allí que ilustrar estos caminos de
agremiación sea una manera de visibilizar a la lucha feminista a través de mecanismos
cotidianos, que desde prácticas diversas, ponen a las Mujeres en un lugar que les permite
pensarse desde sí y hacia el mundo, condición que muchas Mujeres en los territorios
periféricos y empobrecidos de las ciudad no tienen. Además del reforzamiento de la
autoestima personal y colectiva, la practica agremiativa de las Mujeres, constituye lugares
para caminar hacia la inclusión y la participación de las Mujeres en espacio de decisión, lo
que conlleva a lograr paradigmas de inclusión y visibilidad de las Mujeres.

El trabajo colectivo y especialmente el capital social es una noción en la que se resaltan las
relaciones que se establecen dentro de una comunidad, las cuales conforman redes, normas
y relaciones de confianza, necesarias para facilitar acciones hacia un beneficio común.
(Putman, 1994)

Siendo el capital social un fenómeno dinámico y vivencial que emerge de la misma realidad,
comprender las relaciones del capital social que subyacen en la interacción, decisiones y
alcances de las mujeres, permite construir un margen interpretativo en el que pese a que
predominaban procesos que las excluían, ellas se han aliado a través de muchos mecanismos
y en el encuentro han comprendido que desde sus prácticas han construido capital social en
la medida en que se han empoderado al punto de gestionar e impactar su entorno.

En este sentido, es importante hacer un reconocimiento del colectivo Sembrando Vida en el


desarrollo del capital social de la comuna y de manera más específica del barrio La Sierra,
donde suceden sus encuentros, como elemento fundamental para el fortalecimiento de las
mujeres que aporta en el ejercicio de empoderamiento e impulso de capacidades que les
permitan superar la pobreza, activar su participación política y comprender el mundo desde
un lenguaje colectivo que les posibilite analizar y actuar frente a sus problemáticas y
necesidades.

La organización se construye desde la base social de la Corporación Sembrando en familia


que ya existía cuando llegó la intervención del Parque Biblioteca La Ladera para reforzar y
apoyar con actividades de asociadas a la siembra y que por el gran auge que tuvo en

48
convocatoria entre Las Mujeres, empezó a funcionar como Colectivo específico sin
desligarse del proyecto Sembrando en Familia, donde a hoy se siguen congregando.

Además de las potencialidades políticas y simbólicas que generan los procesos de


agremiación para las Mujeres, el colectivo Sembrando Vida también es un espacio
importante para la ocupación del tiempo libre de las Mujeres que lo conforman, encontrando
en su discurso que el sólo hecho de compartir este espacio lejos de las preocupaciones
cotidianas, permite momentos de bienestar colectivo en función de la creatividad. Las
actividades alrededor de las cuales se agremia la organización han cambiado y ahora
incluyen también la creación de manualidades.

49
Una Corporación para escribir el territorio,
SEMBRANDO EN FAMILIA

50
La Corporación sin ánimo de lucro Sembrando en Familia, identificada con la sigla SEF,
tiene su área de influencia y desarrollo comunitario en la comuna 8 de Medellín, con una
incidencia directa en los barrios Villa Liliam, Villa Turbay, La Sierra y Esfuerzos de Paz.

Parte de los trabajos de la Corporación han estado orientados en y con las mujeres. Esto se
ha llevado a cabo a través de la organización de grupos de base con temas específicos entre
los que se encuentra: el manejo de la violencia intrafamiliar, el buen trato, los derechos de la
mujer, la gestación y lactancia, la salud sexual y reproductiva, la familia, el liderazgo, la
autoestima, la equidad y el desarrollo, aspectos que han aportado a la reconstrucción del
tejido social. La tarea se ha enfocado en promover a la mujer hacia su propia valoración y
respeto, donde ella sea gestora de su propia vida. (Percorpsglobal, 2017)

Es necesario resaltar que, si bien la Corporación no tiene una función social específica con
enfoque de género, su importancia en el trabajo con Mujeres en el territorio ha contribuido
al mejoramiento de las familias a través de las líneas de trabajo que están en su plan de trabajo
y representa un gran impacto para la comunidad en la que tiene incidencia.

51
Defender las Diferencias,
MUJERES LESBIANAS DE CASA DIVERSA

52
El potente activismo de los movimientos sociales en la pugna por el reconocimiento de las
orientaciones sexuales y de género diversas, aunado a las luchas por los derechos de las
Mujeres, ha construido un panorama que abona ganancias hacia el reconocimiento y garantía
plena de los derechos. Sin embargo, aún en el movimiento de la diversidad sexual, asistimos
a una masculinización de los imaginarios de la sexualidad, dejando rezagadas las
diferencialidades y visibilidad de las mujeres lesbianas, un plano que sigue denotando las
mayores dificultades que en nuestro mundo tiene nacer y vivir como mujer. Las lesbianas
ponen en cuestión algo más que la norma heterosexual, crean convivencias femeninas, en las
que el varón no tiene un lugar, y eso significa dejar fuera al sujeto que la ideología patriarcal
dominante reconoce como el sujeto de poder por excelencia. Quizás por eso, no son vistas,
ni reconocidas por una sociedad en la que el hombre resulta sujeto necesario de todas las
relaciones. Las recientes reformas legales no suponen, en todo caso, por sí solas, una
transformación de la conciencia social en relación con la aceptación de la homosexualidad
de las mujeres y que está signifique la ausencia de un hombre en sus vidas. (Gómez, 2007).

Por otro lado, se puede afirmar que la sociedad sigue siendo un ámbito limitador y en
ocasiones negativo para el desenvolvimiento de la homosexualidad y el lesbianismo en
términos de libertad y dignidad. En Medellín la población LGBTI siguen siendo un sector de
la población que tiene que afrontar muchas barreras, al vivir continuamente experiencias de
ruptura con los imperativos de la heterosexualidad y el género que tienen implicaciones sobre
sus vínculos más estrechos y las oportunidades de educación y trabajo.

La poca de visibilidad de las Mujeres lesbianas, incluso dentro de los movimientos de


sexualidad no normativa, genera que por ejemplo como sucede en la comuna 8, no exista una
oferta diferencial para su atención, ni oportunidades institucionales de agremiación ni
programas o proyectos que subsanen las especiales vulneraciones que, en términos
subjetivos, familiares, políticos y contextuales sufren las Mujeres lesbianas.

Con relación a la homosexualidad, el lesbianismo es menos conocido y ha sido menos


estudiado. Lo normal es que en el marco de investigaciones que se centran en la
homosexualidad masculina se mencione de paso la homosexualidad femenina, quedando, por
lo general, el lesbianismo definido en términos comparativos con la homosexualidad
masculina. La menor visibilidad social de las lesbianas y la desconsideración de las Mujeres
como seres sexuales han influido probablemente en este proceso. (Gómez, 2007).

El ocultamiento y el secreto en el que ha estado envuelto el lesbianismo, ya no por décadas,


sino por siglos, es expresión de una sexualidad hegemónica que define el comportamiento
53
sexual normal como el heterosexual y que sigue siendo profundamente sexista negando
tradicionalmente la capacidad y autonomía sexual de las mujeres. Esta ideología sexual
provoca la estigmatización de las personas cuyos comportamientos no son heterosexuales y
la subordinación de la sexualidad femenina a la masculina. En definitiva, la invisibilidad de
las lesbianas en nuestra sociedad es resultado de unas ideas acerca de la sexualidad que no
han concedido importancia a la sexualidad de las mujeres y, como contrapartida, no han dado
crédito a la existencia de lesbianas.

Las palabras de la poetisa Adrianne Rich expresan muy bien esta situación:
“…cuando se describe el mundo en el que tú no estás incluida (…) se da un momento de
desequilibrio psíquico, como si miraras en un espejo y no vieras nada. Se necesita fuerza
espiritual para resistir ese vacío, este no-existir al cual te han arrojado, y levantarte, exigiendo
ser vista y oída (…).

Este contexto implica entonces poner la mirada no exclusivamente sobre las Mujeres
lesbianas, sino en virtud de visibilidad que le es permitida a las Mujeres lesbianas y el
enfoque hipersexualizado de la Mujer para el consumo y des-sexualizado de las Mujeres bajo
sus propias decisiones, máxime cuando estas implican la exclusión del hombre como eje
central de su vida. Esto tiene un origen localizado fundamentalmente en la existencia de dos
hechos los valores sexistas de una sociedad que recorta, por un lado, la sexualidad de las
mujeres, inhabilitándolas históricamente para el ejercicio de una sexualidad libre, plena y
autónoma y, por otro, encorseta sus vidas en el cumplimiento de los imperativos de género
femenino (los cuidados, los hijos/ as,…) La heterosexualidad obligatoria: la
heterosexualidad, una posibilidad entre otras, es convertida en la sexualidad de obligado
cumplimiento para todas las personas. Las lesbianas quedan ocultas, minusvaloradas y
estigmatizadas al tener una conducta sexual que se aleja de lo considerado “normal”, “sano”
y “bueno” (Gómez, 2007).

Este análisis, comprendido muy bien desde la estructura de pensamiento de Casa Diversa
denota que en nuestra sociedad la experiencia diferenciada entre gays y lesbianas y la
especificidad que éstas pueden tener respecto a los homosexuales masculinos, significa no
sólo invisibilidad política sino una falta de oportunidades que Jhon Restrepo, uno de los
líderes de proceso Casa Diversa denuncia, haciendo además énfasis en el proceso que inician
en la colectividad.

54
“Las consecuencias específicas con las diferentes orientaciones e identidades personales, es
un asunto que la ciudad y nosotros apenas aprendiendo”13. Es necesario y se está empezando
a hacer desde Casa diversa con el liderazgo de Lorena Restrepo que se construyan estrategias,
políticas, programas y proyectos dirigidas a las mujeres lesbianas en los territorios, esto
ayudaría a superar una situación de discriminación específica que es vigente aún y lograrían
la ruptura del silencio de las Mujeres en distintos sectores sociales, como el de la diversidad
sexual y de género y una mayor presencia en el ámbito público.

Casa Diversa como colectividad asiste a un resurgir político y de participación, si bien desde
sus nacimientos ha sido una organización con mucha incidencia en la comuna 8 y en la
ciudad, la reparación colectiva y el reconocimiento que esto les ha permitido, los dibujan
como una organización con mucho impulso en términos del trabajo político en pro de los
sectores LGBT de la ciudad, que en este momento con el surgir de nuevos, representativos y
fuertes liderazgos como el de Lorena y otras Mujeres lesbianas que hacen parte de Casa
Diversa, seguirán moviendo el territorio a fin de lograr inclusión y paridad.

Las medidas institucionales, tanto como la consciencia de todos los sectores y movimientos
sociales son vitales a fin de que se creen las condiciones que permitan a las lesbianas hablar
y ser reconocidas en los ámbitos de atención y asistencia, educativos, políticos y económicos
y de protección de sus derechos fundamentales.

13
Jhon Restrepo, líder del proceso Casa Diversa: primer sujeto de reparación colectiva como sector LGBTI del mundo.

55
Una saga en construcción,
MEMORIAS DE MUJER

56
Emprender la reconstrucción de la memoria de las organizaciones de Mujeres de la comuna
8, implicó una mirada amplia y renovadora sobre el reconocimiento de la diversidad de las
Mujeres, el plantear categorías fue una tarea difícil, pues nada más que sus historias
trasversalizadas por el hecho de ser Mujer podía agruparlas, esto nos llevó a la necesidad
de componer una perspectiva que permitiera ilustrar su diversidad y su incidencia desde
tantos distintos lugares, que a partir de sus contextos culturales, habilidades y destrezas
distintas, nos mostró de manera sorprendente que aún desde las acciones más cotidianas, la
colectividad de las Mujeres es diferencial y se teje a partir de la emoción y el cuidado, esto
más allá de permitir un análisis epistémico, dá un lugar de esperanza, no solo para la comuna,
sino para la ciudad, invitándonos a conocer de manera más profunda, quizás con más tiempo,
la manera diferencial en cómo se agremian las Mujeres y en ello, reconocer a partir de sus
discursos y voces, sus necesidades, sueños y logros, esto de manera directa, construye a
“Memorias de Mujer” como una necesidad vital, no solo para las Mujeres, sino para el
territorio.

Una forma sencilla de resumir lo que implica reconstruir las Memorias de las Mujeres bajo
una mirada sensible a las diferencias de género, es reconocer que las mujeres y los hombres
no viven igual en su territorio y su desarrollo social con él y en él, son diferentes, la
apropiación la solidaridad y el cuidado es un asunto que las Mujeres viven en su cotidianidad,
más allá de que sean o no conscientes de ello y esto genera una relación con los otros en
donde los constructos son comunitarios y sensibles. El reconocimiento de estas diferencias
permite otorgar visibilidad a los relatos históricos de las Mujeres y construir a partir de allí
marcos referenciales y diagnósticos sobre sus necesidades, contribuyendo a la representación
de las Mujeres en las políticas de la ciudad, la construcción de medidas afirmativas,
observatorios y rutas de atención para la protección de sus derechos y sobre todo un lugar de
reconocimiento pleno de la ciudadanía de las Mujeres.

En la búsqueda de las historias de las Mujeres desde la categoría de su agremiación,


duplicamos nuestras expectativas con respecto a la presunción de organizaciones de Mujeres
en la comuna, esto como conclusión, significa que las Mujeres cada vez más se están
pensando su territorio, el hecho de que su agremiación sea con Mujeres, también supone y
devela un empoderamiento desde su ser Mujer que significan más pasos y más Mujeres
caminando hacia la paridad, concepto que inspira esta sistematización. Un hallazgo
representativo se ilustra en la necesidad de reproducir “Memorias de Mujer” en las otras
comunas de Medellín, a fin de construir desde las voces de las Mujeres la historia del
territorio, por eso creemos y esperamos que este proceso sea el primer y no último intento
con el objetivo de dar voz a través de la experiencia a las organizaciones de Mujeres y a sus
territorios.

57
Para seguir, Para crecer, Para no ser Olvido,
CONCLUSIONES

58
Los esfuerzos por reconocer el lugar político de las Mujeres y como estos lugares tienen
incidencias profundas en los territorios, son tareas muy valiosas y no acabadas en la
construcción feminista de lograr el reconocimiento pleno y la paridad de derechos entre
hombres y mujeres y se realiza de manera cotidiana cada que una Mujer se encuentra con
otra y teje desde ese lugar memoria, resistencia y vida. Esta y muchas otras iniciativas tienen
el propósito común de desentrañar el papel específico que ocupan las Mujeres en la historia,
papel que ha sido invisibilizado y menospreciado y que sin embrago sigue insistente arañando
derechos, reivindicaciones y lugares para la participación.

Para las Mujeres lograr visibilidad y lugares de participación no es y no ha sido una cuestión
fácil, históricamente hemos realizado un enorme esfuerzo para afrontar y superar los
numerosos obstáculos con los que convivimos y que la sociedad permanentemente nos
impone: miedos, vergüenzas, culpabilidades, sentimientos de diferencia, rareza o
anormalidad, soledad, silencio, falta de oportunidades y pobreza agudizada por el hecho de
ser Mujer. Estos obstáculos son producto de un sistema patriarcal y machista profunda- mente
arraigado que construye permanentemente versiones falsas y estereotipadas del ser Mujer, y
del que sin embargo y gracias a la movilización social, la ayuda mutua y el empoderamiento
personal y colectivo, poco a poco hemos venido derrumbando a través de hacer de nuestras
propias vidas reivindicaciones permanentes, que fuera de los paradigmas impuestos,
construyan un mundo mejor. Todas las Mujeres que hicieron parte de “Memorias de Mujer”,
son vidas que son ejemplos de caminos que desde la solidaridad, el cuidado, el
empoderamiento y la construcción de territorio construyen transformaciones.

Reconstruir la identidad menoscabada y socialmente impuesta que tienen las Mujeres, es un


trabajo que desde sus distintos lugares todas realizan y que como grupo social representativo
nos ha conducido a largos, inacabados y complejos procesos de transformación.

Alcanzar mayores tazas de visibilidad, ciudadanía plena y cumplimiento de los derechos de


las Mujeres, no puede ser únicamente responsabilidad nuestra, es la misma sociedad la que
desde todos sus ámbitos: legislativo, laboral, simbólico, educativo, cultural, económico,
comunicativo, participativo y solidario, tiene que articular y dotarse de mecanismos para
avanzar hacia la paridad. Resulta necesario entender que lograr una sociedad más respetuosa,
avanzada, sostenible y justa tiene que corresponder con la igualdad entre las mujeres y los
hombres. Lograr que la experiencia humana de las mujeres sea cada día más grata, libre y
feliz es fundamental en el marco de una sociedad democrática y este logro no será posible si
en las agendas de trabajo de las diferentes entidades públicas y privadas no se incluye, como
una parte más de los derechos humanos, la participación de las mujeres.

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“Estoy hecha para la gloria, y camino orgullosa, mi propio camino”

A todas las mujeres y organizaciones que desde su


quehacer construyen Territorio

A los amores del corazón que con su


cuidado, paciencia y apoyo hacen posible todo.

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Alcaldía de Medellín

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