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Aná lisis de los perfiles

Psicocriminoló gicos de
los Carteles de México de
2000 a 2012.
Narcotrá fico en México
LUIS MIGUEL ALCANTARA VELARDE
INTRODUCCION

Para comprender el problema del narcotráfico y la relación que existe entre este y los
crímenes considerados como violentos, con la política de nuestro país habrá que separar en
varias partes cada uno de estos conceptos y desarrollar los diferentes enfoques que las
explican.

Históricamente, la prohibición del consumo de estupefacientes provino de Estados Unidos.


Ello debido al aumento del comercio con el oriente desde la segunda mitad del siglo XIX y
a lo que se consideró una amenaza para las costumbres y los valores de una sociedad
“puritana y conservadora”, según Benítez Manaut.

La Unión Americana promovió la realización de la conferencia de Shanghái en el año de


1909 para tomar el control del opio, y posteriormente, en 1912, se llevó a cabo la
Convención Internacional del opio en la Haya. Ello dio como resultado la emisión, en el
año de 1914, de la Harrison Narcotic Act. México asistió a estas conferencias y firmó sus
compromisos. En México se cultivaba marihuana sin ningún control y se importaba opio
para fines médicos y la prohibición del cultivo y comercialización de la marihuana llegaría
hasta 1920. El cultivo legal se había vuelto ilegal. El narcotráfico había nacido.

Los contrabandistas de droga se habían vinculado de manera muy estrecha con los
comerciantes de armas, toda vez que en México eran necesarias para la lucha
revolucionaria que se efectuaba en nuestro país. Alcohol y marihuana se intercambiaban
por armas y municiones, se había descubierto un gran negocio que tenía su mayor auge en
el norte de nuestro país.

“El negocio era tan lucrativo que llamó la atención de varios políticos poderosos (...) en los
reportes aduaneros de Los Ángeles de 1916, enviados del departamento del tesoro
mencionaban que algunos políticos daban concesiones para explotar el comercio de opio a
cambio de cantidades considerables de dinero. El precio de una concesión era de 45000
dólares y la renta mensual ascendía a entre 10000 y 11000 dólares.” 1

1
Astorga Luis “Crimen organizado y organización del crimen” en Crimen Organizado y
gobernabilidad democrática. Bailey John. 2000
Estados como Sinaloa centraron su especialización agrícola en la marihuana y pronto
vieron que habían entrado en la ilegalidad. Ciudades como Tijuana y Juárez vivieron del
tráfico de enervantes y de alcohol, así como el de armas, durante mucho tiempo. De esta
manera apareció el vínculo entre el contrabando de drogas y la política en nuestro país o,
como muchos le conocen, la narcopolítica.

Durante la segunda guerra mundial, los EU promovieron el cultivo de la amapola en


Sinaloa, puesto que ésta presentaba grandes cualidades para curar las dolencias de los
soldados combatientes de los frentes de guerra. Esto significa que los mismos
estadounidenses eran los generadores de la demanda de un cultivo que, posteriormente
declararon como ilegal. Así, el estado de Sinaloa se convirtió, a la luz de las circunstancias,
en la cuna de la narcopolítica en la década de los cuarenta.

En México, el comercio ilegal de drogas, pasó de ser un problema que se daba en ciertas
regiones específicas del país (como Sinaloa o Jalisco) a impactar directamente en la
seguridad nacional. Poco tiempo después, se convirtió en un problema que rebasaba el
ámbito nacional. Tenemos, pues, un fenómeno que impacta de manera negativa y
simultánea en tres esferas: en el espacio local, en la esfera nacional y en la órbita
internacional.

Para entonces, se había instrumentado en los EU la llamada guerra de baja intensidad, lo


cual, implicó considerar el combate a las drogas como una guerra y militarizarlo. De este
modo, se podía hablar ya de un enfrentamiento entre dos opuestos, lo que acarrearía un
incremento en la violencia en la forma de operar de los mismos, así como agudizar el
problema que, según el mismo país, enfrenta nuestra nación en el combate al narcotráfico:
la corrupción.

Antes de comenzar la explicación habrá que observar algunos hechos que nos hablan sobre
el problema de las drogas y la relación con la política, narcotraficantes y los crímenes
violentos.

Lo que salta primero a la vista son los escándalos de los altos funcionarios públicos
relacionados con el narcotráfico.
Podemos comenzar, por dar algún ejemplo, con el caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo,
quien trabajaba como Fiscal especializado para delitos contra la salud, al tiempo que lo
hacía como uno de los informantes del cártel de Juárez, y con el que se relacionan crímenes
cometidos en contra de otros funcionarios de la dependencia.

Otro de estos casos, el cual también nos hace tomar en cuenta este problema de seguridad
en el ámbito nacional, ocurrió en 1993, Rocío Alvarado nos lo explica en breves palabras:

“El 24 de mayo de 1993 el Cardenal de Guadalajara fue


asesinado por un grupo de pistoleros. Marco Enrique Torres
García, ex militar implicado en los hechos, declaro que el
asesinato fue producto de un plan orquestado por destacados
políticos, quienes pretendían recuperar documentos en
manos de Posadas que demostraban su relación con diversos
carteles de la droga. Según Torres, primero se busco
disuadirlo, después se intento robarle los documentos y,
finalmente, la instrucción fue matarlo antes de que entregara
las evidencias al nuncio Prigione”.2

Algunos se relacionan con la detención altos funcionarios públicos como el ex gobernador


de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, quien fue acusado por un jurado del distrito
sur de Nueva York, por la importación de 200 toneladas de cocaína, desde Estados Unidos,
además de acusarlo de poseer cocaína con la intención de distribuirla.

Otro caso de la misma década fue el que se dio con el señor Guillermo González Calderoni
quien:
“Fungió como comandante de la Policía Judicial Federal
durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, afirmo que
había informado al presidente a comienzos de los años 90
que un traficante de cocaína le había dado grandes de
cantidades de dinero en efectivo a Raúl Salinas de Gortari,
su hermano mayor. González fue testigo clave de la DEA en
el juicio en contra de Juan García Abrego. Murió asesinado
2
ALVARADO Aznar, Rocío, “El jefe de Jefes” en REVISTA CONOZCA MÁS, numero 159,
año XIII, México, Editorial Televisa, pag. 51
el 5 de Febrero de este año, en Texas, de un disparo en la
cabeza.”3

Y así podríamos seguir revisando los casos en los que grandes personajes de la política
nacional se han visto envueltos.

Para poder revisar los alcances de esta investigación, comenzaremos con la revisión de los
conceptos básicos. Para tal efecto, dividiremos este marco conceptual en tres grandes temas,
correspondientes a las variables que se trabajarán en esta investigación. Como se ha dicho,
estas son: Narcotráfico, política y crímenes violentos.

¿Que es el Narcotráfico?

3
Ídem.
Etimológicamente la palabra narcotráfico deriva de la combinación de dos palabras, las
cuales tienen diferentes interpretaciones:

Narcótico surge del griego narkoun y quiere decir adormecer y sedar. Este término era
aplicado hasta principios del siglo XX sin connotaciones morales a sustancias inductoras de
sueño o sedación.4

También está compuesto de la palabra tráfico que tiene dos sentidos: uno peyorativo y otro
positivo. En el primero se le da sentido de “comercio clandestino, vergonzoso, e ilícito”; en
el segundo se entiende como negociar (traficar con) que nos lleva a negocio del latín
negótium (nec otium), “ausencia de ocio”5

El fenómeno de narcotráfico parece ser un asunto que se ubica de manera especial en el


dominio de una moral social histórica, entendida como una construcción social elaborada
por la gente en una época determinada, incorporada como una segunda naturaleza e
impuesta por un trabajo continuo y tenaz en forma de código ético con pretensiones
universales. Plasmado particularmente en el derecho, y la utilización de la violencia
legítima.

Esto quiere decir que a través del tiempo se va ubicando a los grupos de personas por medio
de nuevos valores y sistemas de creencias que dicta la moral histórica. En si no existen
personas malas, ni plantas malas, lo que existe son juicios éticos creados socialmente y más
o menos incorporados e institucionalizados.

Al establecerse la prohibición de las sustancias narcóticas o farmacias, (cuya raíz griega


quiere decir sustancia que puede ser remedio y veneno a la vez), las personas que antes eran
consumidores y productores de estos se convirtieron en “traficantes”, y “viciosos”. Hay que
recordar que la mayoría de las drogas se sintetizaron en el siglo XIX: morfina en 1805;
cocaína 1859; heroína 1874; además esta última era comercializada por la marca Bayer
como remedio para la tos. La fórmula original de la Coca Cola contenía cocaína en estado

4
ESCOHOTADO, Antonio, Historia de las drogas, vol. 1, Madrid, Alianza Editorial, 1989,
pag. 19.
5
Ibid pag. 20.
puro, y esta se consumía bajo prescripción médica en las boticas de las grandes ciudades. En
San Francisco había lugares especializados donde se fumaba opio, algo parecido a los coffe
shops holandeses de la actualidad.

Al ocurrir esto se crean a los especialistas encargados de combatir este tipo de crimen y a
este tipo de criminales. Pero el mercado de estas sustancias no desaparece, sino que se
siguen comerciando en el mercado negro. La oferta y la demanda continúan así como la
diversificación de mercancías y la formación de verdaderas “corporaciones” que para
sobrevivir a los agentes del orden y dominar los terrenos que controlan se enfrentan entre sí
y con quienes los combaten de diversas maneras:

“Acuerdos para repartición de territorios, fusión de las


corporaciones, eliminación física de los adversarios
mediante el uso de la violencia armada y otra más sutil pero
no menos eficaz como lo es el establecimiento de relaciones
orgánicas de corrupción con quienes los combaten desde la
legalidad, a saber policías, jueces y políticos. Se llega
incluso a negociar acuerdos cupulares entre los jefes de las
corporaciones y dirigentes políticos, militares y de servicios
secretos a cambio de favores mutuos en situaciones
particulares”6

De acuerdo con lo anterior, la corrupción se puede tomar como un medio para el fin del
comercio ilícito de las sustancias prohibidas o fármacos ilícitos. Según Alfredo Quintana la
corrupción puede definirse como “como cualquier conducta que se aparte de los deberes
comunes inherentes al bienestar público como resultado de intereses... para obtener un
beneficio personal en términos de dinero o de estatus social”7

Actualmente, y a pesar de los golpes dados a las mafias de narcotraficantes por el gobierno
del ex presidente Vicente Fox, y sobre todo por el combate frontal que ha iniciado el actual

6
ASTORGA Almanza, Luis, Mitología del narcotraficante en México, 1° edición, México,
coedición Plaza y Valdés – UNAM, 1995, pag. 28.
7
QUINTANA Garay, Alfredo, “Quién es quién en el negocio de las drogas” en Revista
Conozca Más, Op cit.
presidente Felipe Calderón, de acuerdo con información de la PGR existen siete familias
que tienen y/o se disputan el control del narcotráfico en el país.

Cártel de La Familia

La Familia Michoacana tiene su sede en Michoacán. Antiguamente, era aliado del Cártel
del Golfo y Los Zetas, pero se escindió y se convirtió en una organización independiente.
En febrero de 2010, La Familia pactó una alianza con el Cártel del Golfo en contra de Los
Zetas y Los Beltrán Leiva. El 9 de diciembre de 2010 murió durante un enfrentamiento con
fuerzas federales Nazario Moreno, líder y fundador de La Familia, por lo que Jesús Méndez
Vargas, alias el Chango asumió el control del cártel; sin embargo el Chango pretendió
entonces aliarse con Los Zetas, por lo que algunos miembros de La Familia decidieron
separarse de dicho cártel para formar un grupo criminal nuevo, conocido como "los
Caballeros Templarios". A finales de enero del 2011, en varias comunidades de Michoacán
y Guerrero, se lanzaron mensajes en mantas, argumentando que La Familia se había
disuelto completamente; esto sin que aún se supiera de la existencia del grupo de
los Caballeros Templarios. No existe dato o prueba alguna que compruebe su disolución
actualmente.

Cártel del Golfo

El cártel del Golfo, con sede en Matamoros, Tamaulipas, ha sido uno de los dos cárteles
dominantes de México en los últimos años. A finales de 1990, se contrató a un ejército de
mercenarios privados (grupo ejecutor de Los Zetas), que en 2006 entraron como socio,
pero, en Febrero de 2010, su asociación se disolvió debido a una traición de los Zetas. Ante
esto los dos grupos se envolvieron en una lucha a lo largo de varias ciudades de la frontera
del estado de Tamaulipas, convirtiendo varias ciudades fronterizas en pueblos fantasmas.
Actualmente pertenecen a la asociación de Carteles Unidos conformada también por
El Cartel de Sinaloa y La Familia Michoacana.

Cártel de Juárez

El Cártel de Juárez controla una de las principales rutas de transporte, para miles de
millones de dólares al año, en envíos de drogas ilegales que entran en los Estados Unidos
desde México. Desde 2007, el Cartel de Juárez ha sido encerrado en una feroz batalla con
su ex socio, el Cartel de Sinaloa, para el control de Ciudad Juárez. La Línea (pandillas) es
un grupo de narcotraficantes mexicanos y corruptos funcionarios de Juárez y Chihuahua de
la policía estatal que se desempeñan como el brazo armado del cártel del Juárez. Mantienen
una alianza con Los Zetas desde Mayo del 2011.

Los Negros

Los Negros es el antiguo brazo armado del cártel de Sinaloa, que se formó para luchar
contra Los Zetas y las fuerzas de seguridad del gobierno. Los Negros ahora trabajan con la
organización de Edgar Valdez Villarreal.

Cártel de Sinaloa

El Cártel de Sinaloa empezó a luchar en contra de la dominación del Cartel del Golfo del


corredor del suroeste de Texas tras la detención del líder del Cartel del Golfo Oziel
Cárdenas en Marzo 2003. La Federación, fue el resultado de un acuerdo de 2006 entre
varios grupos en el estado de Sinaloa. El cartel es encabezado por Joaquín El Chapo
Guzmán, el traficante de drogas más buscado de México. En febrero de 2010, se formaron
nuevas alianzas contra Los Zetas y el Cártel de los Beltrán Leiva.

Cartel de Tijuana

El cártel de la familia Arellano Félix, el Cártel de Tijuana, fue una vez entre los más
poderosos. El cartel se asoció brevemente con el cártel del Golfo. Ha sido el blanco
frecuente de enfrentamientos con militares mexicanos y se podría romper en pequeños
grupos.

Los Zetas

El cártel del Golfo contrató a un grupo de ex militares de elite ahora conocido como Los
Zetas, que inició sus operaciones como un ejército privado del cártel. Los Zetas han sido
fundamentales para la dominación del Cartel del Golfo en gran parte de México y han
luchado para mantener la influencia del cartel en las ciudades del norte tras la detención de
Oziel Cárdenas. Los Zetas hicieron un acuerdo con los ex comandantes del cártel de
Sinaloa, los hermanos Beltrán Leyva, y desde febrero de 2010 Los Zetas se convirtieron en
rivales de su antiguo empleador o compañero, el cártel del Golfo.

Esa corrupción y el deseo de obtener beneficios personales son factores que hacen que el
narcotráfico tenga vía libre para penetrar en todos los sectores de la sociedad. Pero esta
corrupción está determinada también por factores económicos, ya que en la mayoría de los
países subdesarrollados donde se da la producción de estupefacientes los sueldos que
perciben los encargados del combate a los narcotraficantes no alcanzaran nunca los
sobornos que ofrecen los traficantes a los policías y a los encargados de aplicar la justicia,
así que es muy fácil, con dinero en mano, “curvear” la ley y disponerla a su antojo.

Otro factor importante en cuanto a economía se refiere es el poder que ha alcanzado el


narcotráfico para mediar en los gobiernos de los países y en las relaciones internacionales
de estos. “la producción de y tráfico de drogas ya es un factor económico de magnitud
suficiente para condicionar, en buena medida las políticas internas y las relaciones
internacionales entre los países productores y consumidores”8

El fenómeno del narcotráfico tiene diferentes explicaciones, una de ellas es la que se


refiere a la “anomia” la cual es explicada por Lamneck S como “el estado de
desintegración social originado por el hecho de que la creciente división del trabajo
obstaculiza cada vez más un contacto lo suficientemente eficaz, y por lo tanto una relación
social satisfactoria”9

De este estado de mala integración de la estructura cultural y social, resulta además del
debilitamiento de las normas y valores unas formas de adaptación que son definidas por la
sociedad como desviadas.

La teoría de la anomia aparece como la que mejor explica, desde el enfoque sociológico,
la conducta criminal, aunque se le considere como parte de la “vieja criminología” puesto
que constituye el punto de vista estructural-funcionalista en la criminología y, por lo tanto,
resulta una de las teorías más adecuadas para proporcionarnos el marco teórico idóneo.

Dado que se eligió a la teoría de la anomia para la explicación del fenómeno que aquí se
aborda, es prudente profundizar en ciertos aspectos que se consideran trascendentes para el
entendimiento de la misma.

 LAS METAS CULTURALES Y LAS NORMAS INSTITUCIONALES

8
GÜNTER, Amendt, El gran negocio del narcotráfico. Buenos Aires. Ediciones del
pensamiento nacional. 1989
9
LAMNECK, S, teorías de la criminalidad. México. Siglo XXI editores. 1976
Una vez que se definió, a grandes rasgos, el concepto de anomia, conviene analizar dicho
concepto con la finalidad de que, posteriormente, pueda aplicarse con mayor facilidad a la
investigación que habrá de llevarse a cabo.

En primer lugar, aparecen los objetivos, propósitos e intereses culturalmente definidos y


que se sustentan en cierta legitimidad; que puede estar dada por todos los individuos de la
sociedad o por individuos que se hallan insertos en alguna parte de la misma. Los objetivos
están más o menos unificados y ordenados en una jerarquía de valores. Los que
predominan tienen cierto grado de importancia, son cosas por las que “vale la pena
esforzarse”. Son algo así como los designios para la vida de grupo: el éxito u otro fin que
el mismo grupo determina.

Aunado a lo anterior, dichos objetivos son regulados, en cuanto a las formas de


alcanzarlos, por la misma sociedad que “acopla sus objetivos culturales a reglas arraigadas
en las costumbres o en las instituciones”10.

En segundo lugar se tiene a esta regulación y a este control de los objetivos como algo
sumamente eficaz para los miembros de la sociedad (o de algún segmento de la misma) de
manera que se institucionalizan (según lo dicho por Durkheim) dando lugar a lo que se
conoce como la estructura social, es decir, los medios para alcanzar los fines dados por, lo
que Merton llama, estructura cultural.

Baste por lo pronto el éxito como rasgo distintivo de la estructura cultural; para poder
abordar una cuestión de capital importancia para la teoría de la anomia: los modos de
adaptación individual.

 LOS TIPOS DE ADAPTACIÓN

CONFORMIDAD. El grado de estabilidad de una sociedad permite que esta clase de


adaptación aparezca toda vez que, al aceptar un individuo los medios institucionalizados,

10
Robert K. Merton. Teoría y estructura sociales. México. FCE. 1984 p. 210
como las metas a alcanzar, el orden de la sociedad resulta más fácil de preservar, de tal
suerte que no constituye el punto medular de la explicación de una conducta criminal como
la que aquí se trata.

INNOVACIÓN. Esta clase de adaptación implica el uso de medios que no se aceptan


institucionalmente, pero que son con frecuencia eficaces, para alcanzar las metas o el éxito
de importancia cultural. Esto significa que el individuo asimiló la importancia de las metas
culturales, sin haber hecho lo mismo con los medios institucionales para alcanzarles.

La presión para el alcance del éxito, conlleva a que, en no pocas ocasiones, se disuelva la
frontera entre esfuerzos, del lado institucional, y prácticas violentas, más allá de éste; de
manera que, dada la prosperidad y admiración que la sucede –obtenida por los
innovadores-, se afirma en ocasiones que el fin justifica los medios.

RITUALISMO. No es mucho lo que se dirá en relación con este tipo de adaptación, por ser
fácilmente reconocible, y por no ser de gran relevancia para la explicación teórica de
nuestro trabajo. Es suficiente resaltar que la actividad del individuo se rutinita, al renunciar
el individuo a las más altas metas culturales asimilando, de cualquier manera, los medios
para alanzarlas, es decir, no se siente orientado a la innovación. Opera bajo las premisas
de: “juego sobre seguro”, “estoy contento con lo que tengo”, “no aspires a mucho y no
tendrás desengaños” y otras por el estilo, que reflejan su miedo al fracaso y la carga de
ansiedad que ello les produce, de modo que no actúan y pierden las aspiraciones.

RETRAIMIENTO. Otra forma de adaptación –o inadaptación- es el retraimiento que, a


grandes rasgos, es renunciar a las metas y comportarse de una manera que dista de la
institucionalizada, es decir, se encuentran en la sociedad pero no son parte de ella; ejemplo
de esto son los drogadictos, ebrios crónicos, vagos, etcétera.

REBELIÓN. La rebelión es un caso interesante, pues implica el cambio total: de las metas
y de los medios para alcanzarlas; ello supondría un grado de resentimiento social, ello no
obstante, la rebelión difiere del resentimiento en que éste condena lo que anhela en secreto,
mientras que aquella condena totalmente el anhelo y la vía para alcanzarlo.
En resumen, la conducta divergente (anomia) es dada por la presión del orden social para
vencer a los competidores, que a su vez potencializa la atención a los resultados por
encima de la satisfacción que se le imputa a la competencia misma, lo que desemboca en
los tipos de adaptación que se acaban de mencionar.

Otro aspecto muy distinto y relevante del narcotráfico es el mencionado por Rey Huidoro,
que señala que en un convenio firmado por las Naciones Unidas en Viena, se reconoce que
“las partes firmantes reconocen los vínculos que existen entre el tráfico ilícito de
estupefacientes y otras actividades ilícitas organizadas, relacionadas con él, que socavan
las economías licitas y aumentan la estabilidad, la seguridad y la soberanía de los Estados”
el autor da por sentada la relación del narcotráfico con otras conductas delictivas, con base
en el reconocimiento que las Naciones Unidas hicieron fue la misma. Además se aborda
en otra parte del mismo libro al tema de las organizaciones y su papel en la dificultad del
combate al tráfico de estupefacientes y a los otros crímenes con que se relacionan, toda
vez que ellos cuentan con ciertas características con las que un individuo criminal no,
como son: el uso de automóviles; armas de alto poder y otros medios; un plan de acción;
jerarquías; actividades persistentes, etcétera.

POLÍTICA. Este tipo de cuestiones comienza a ser visto como un problema de seguridad
nacional, a partir del violento homicidio del agente de la Drug Enforcement Agency (DEA
por sus siglas en inglés) Enrique Camarena, a fines de la década de los ochenta de la pasada
centuria, dada la influencia y la presión ejercida por el gobierno del vecino país del norte;
con lo que, formalmente, se inicia lo que se ha dado en llamar la guerra contra el
narcotráfico, misma que ha tenido no pocas víctimas en ambos bandos, de este lado de la
frontera, desde aquel crimen.

Con el asesinato del cardenal, ya mencionado, tenemos el punto de partida de lo que sería
una ola de crímenes violentos que se han dado a lo largo de los años: el homicidio del
candidato del PRI a la presidencia de la República para las elecciones federales en 1994,
Luis Donaldo Colosio M.; la muerte de José Francisco Ruiz Massieu, hermano del entonces
procurador de la República; así como la muerte del llamado "señor de los cielos" Amado
Carrillo, líder del cártel de Juárez entre otros. Estos, aparentemente, guardan una relación
con el crimen organizado en lo general, y el narcotráfico en lo particular, al tiempo que lo
hacen con la política de nuestro país.

El ya mencionado affaire de Gutiérrez Rebollo puso en duda la honorabilidad de las


instituciones encargadas de perseguir este tipo de ilícitos en el país.

De entonces a la fecha, se han instrumentado varias políticas para eficientar tal combate,
cuya finalidad es evitar el llamado proceso de colombianización, que no es otra cosa más
que convertirse en el principal productor y distribuidor de estupefacientes, en el caso de
Colombia, la cocaína, provocando distintos efectos, entre ellos los crímenes a los que hemos
hecho referencia.

De lo anterior no se desprende que el origen de este tipo de conductas, se halle en el


gobierno mexicano, toda vez que algunos analistas afirman que "la postura de México de
asumir casi en un 100% las políticas antidrogas de los Estados Unidos favorece la
corrupción, además de que también Estados Unidos se ve infectado por este fenómeno"11, lo
que nos lleva a pensar, como se dijo antes, que el asunto del tráfico de enervantes en
México, es un asunto que trasciende nuestras fronteras, particularmente hacia el norte.

Muestra de la adopción a la que se aludió, es que durante el gobierno del presidente Carlos
Salinas de Gortari fueron reformadas todas las estrategias institucionales y de coordinación
para el combate a las drogas. De igual forma, dio inicio una cooperación sin precedentes con
el gobierno de los Estados Unidos:

"En junio de ese año (1990) se menciona que una unidad táctica de

Los Estados Unidos había realizado detecciones de aeronaves en el

Espacio aéreo mexicano (...) en junio de 1990 se firmaron los acuerdos para
autorizar la presencia de agentes de la DEA en México".12

Estos son, a grandes rasgos, los nexos potenciales que el narcotráfico tiene con la política
nacional y que se pretenden verificar.

11
Benítez Manaut Raúl. "El cáncer del narcotráfico hacia el siglo XXI" en ¿Estamos
Unidos Mexicanos? De María y Campos Mauricio y Georgina Sánchez (eds.) p.406
12
Op. cit. p. 407
En el transcurso de las últimas dos décadas el narcotráfico dejo de ser una actividad
marginal, acotada por las leyes penales y reprimida por secciones especializadas de la
policía. Hoy, la producción y tráfico de drogas ya es un factor económico de grandes
magnitud para condicionar en buena medida, las políticas internas y las relaciones
internacionales de los países productores y consumidores.

La Procuraduría General de justicia (PGR) muestra en el sumario 13 publicado en 1992 una


serie de medidas que sociedad y gobierno, de manera permanente, realizarán acciones que
permitan impulsar eficazmente tanto medidas preventivas al consumo indebido de drogas,
como de resguardo ante la comisión de delitos asociados a estas.

El crimen organizado tomó en México un nuevo giro, el del narcotráfico pero necesitamos
saber que es el crimen organizado, de este sabemos las siguientes características:

- Operan durante un periodo. No se trata de individuos que se juntan para uno o dos
trabajos y luego se desbandan.
- Poseen una estructura y jefes identificables. La estructura de la jefatura varía pero
existen una jerarquía y una división del trabajo dentro del grupo. La jerarquía puede
estar centralizada, con una estructura piramidal, semejante a organizaciones
empresariales, privadas o del sector público, o bien las bandas operan en redes no
conectadas estrechamente. En otras ocasiones los grupos suelen trabajar más o menos
por su cuenta y establecer relaciones de cooperación o pactos de no agresión entre ellos.
- Sus propósitos principales son medrar con actividades ilegales.
- Usan la violencia y la corrupción para protegerse de las actividades o posibles rivales,
así como para disciplinar a sus propios camaradas y a quienes buscan explotar.

Esta amplia definición suele abarcar una gama de grupos y actividades que pueden ir, por
ejemplo, desde pandillas callejeras de distinto tamaño y grado de agresividad o bandas de
asaltantes de mercancías como las que operan en diversas en las principales ciudades y
carreteras del país.

13
Programa nacional para el control de drogas 1989-1994, Procuraduría General de la
República, Sumario, México, 1992
En el caso particular del crimen organizado relacionado con el narcotráfico es justo decir
que a pasar de ser un “giro” relativamente reciente este se ha consolidado como uno de los
más importantes en México y en el mundo. En México el narcotráfico organizado es un
negocio que históricamente ha llegado a corromper a los servidores públicos encargados
del resguardo de la nación y de su seguridad.

Repetidas ocasiones el narcotráfico se ha mezclado con la política de la nación, es por eso


que Eduardo valle introdujo el termino de narcodemocracia 14 para definir el modo de
gobernabilidad actual.

Pero esto es parte de una serie de relaciones históricas y a la vez actuales de asociación
entre un grupo de crimen organizado un político pues en México, por ejemplificar con un
caso particular, se dio cuando Hernán Cortes y su banda saqueadora de soldados españoles
marcharon hacia Tenochtitlán (la actual ciudad de México) y capturaron a la capital azteca
y a su emperador, Moctezuma. A pesar del hecho de que Moctezuma ya le había ofrecido a
Cortes y a su organización regalos de oro, plata y jade con la esperanza de que estos
partieran, se dice que Cortes asevero que “los españoles padecen de una enfermedad del
15
corazón para la cual el oro es un remedio especifico”. Para nuestros propósitos no
obstante esta consideración es esencial pues podría ser la génesis de las actuales
organizaciones criminales y particularmente aquellas que se relacionen de manera directa o
indirecta con los delitos de narcotráfico aquí en cuestión.

Los narcotraficantes y la creciente participación de las mafias de droga mexicanas en el


comercio y la producción de drogas ilegales les generan mayores riquezas y oportunidades
para aprovecharse de la corrupción endémica del gobierno. Cada vez más, ellos se
aprovechan del mínimamente regulado sector financiero mexicano para lavar sus ganancias
ilícitas. De por sí con gran influencia, las mafias son una amenaza mayor a la seguridad
nacional de México a través del fácilmente corrompible gobierno. La narcocorrupción se
está convirtiendo en un serio impedimento para limitar el flujo de narcodólares, y continua
siendo el gran reto de México, en medida que el lavado de dinero todavía no constituye una
ofensa criminal.
14
Valle Eduardo, El segundo disparo, la narcodemocracia Mexicana, ed. Océano de
México, México,1995
15
Figueroa Yolanda, El capo del golfo, México, Grijalbo, 1997
Desde el punto de vista económico el negocio del narcotráfico siempre ha resultado
ampliamente provechoso para el traficante, el cual es por este y otros motivos un ente en
constante crecimiento y expansión, por este motivo, el narcotráfico también es coyuntura de
diversos fenómenos sociales importantes pero despreciados temporalmente en este
esfuerzo. Algunos teóricos han visto la posibilidad de disminuir el narcotráfico legalizando
el uso de drogas hoy día, prohibidas.

Las guerras contra la droga exponen a las instituciones nacionales a riesgos cada vez
mayores de corrupción. Una de las más frustrantes lecciones de esas campañas realizadas
por todo el mundo ha sido observar como las instituciones responsables de la ley están
expuestas a ser corrompidas por los barones de la doga. El mayor contacto con los
traficantes, aún en calidad de enemigos, aumenta siempre la corrupción.

Desde 1990, la colaboración entre gobiernos y ejércitos es dada a conocer por los medios
de comunicación. En junio de ese año se público que una unidad táctica del ejército de
Estados Unidos había realizado detecciones de aeronaves en espacio aéreo mexicano.
Durante la segunda visita del presidente salinas a Estados Unidos, en junio de 1990, se
establecieron los acuerdos para la presencia de agentes de la DEA en México y, en
noviembre del mismo año, se establecieron los rangos de acción de las actividades de
rastreo de aeronaves y satélites estadounidenses en la guerra contra las drogas.

Entre las acciones más importantes llevadas a cabo durante el gobierno de salinas está la
creación del centro de Planeación para el control de drogas (CenDro) en 1992, el cual
tiene funciones básicas de inteligencia; el establecimiento ese año del programa nacional
para el control de drogas; y, posterior al asesinato de del cardenal Posadas en Guadalajara,
el 24 de mayo de 1993, la puesta en marcha del instituto nacional para el combate a las
drogas (INCD), fundado el 17 de junio de 1993 para sustituir a la Coordinación General
para la atención de los delitos contra la salud. Esta dependencia tenía funciones operativas
y contaba con agentes de la policía Judicial Federal.

El saldo en el combate las drogas es contradictorio. Los informes oficiales señalan un


avance muy importante en la guerra; sin embargo numerosos estudios afirman que se está
perdiendo. Entre enero de 1989 y diciembre de 1992 se interceptaron 178.91 toneladas de
cocaína (un promedio de 45 toneladas por año). En el periodo de gobierno s de Ernesto
Zedillo se decomisaron –entre diciembre de 1994 y diciembre de 1996- 47 toneladas, esto
es la mitad por año en comparación con el sexenio de Salinas. También en Estados
Unidos los aseguramientos de cocaína han bajado, aunque no en la misma magnitud que
en México. Por ejemplo, en 1993 se decomisaron 118 toneladas de cocaína; 120 en 1994, y
98 en 1995.

En el caso de otras drogas, como la marihuana, en el sexenio de Salinas la intercepción fue


en promedio de 5000 toneladas anuales, mientras que durante el gobierno de Zedillo, de
septiembre de 1994 a agosto de 1995, ascendió a 600 y, de septiembre de 1995 a agosto de
1996, a 878 toneladas. La intercepción de heroína también fue en asenso durante el
gobierno de Zedillo, pasando de un promedio de 160 kilos al año durante el gobierno de
Salinas a 166 kilos en 1994-1995 y 215 en 1995-1996.

La guerra contra las drogas durante el gobierno de Zedillo está dirigida por el Programa
Nacional para el Control de las Drogas 1995-2000. En este periodo se estrechan las
relaciones de cooperación con Estados Unidos, a partir del establecimiento del grupo de
contacto de Alto Nivel México-Estados Unidos para en combate a las drogas en marzo de
1996. Esta cooperación se refuerza con la visita del presidente Clinton a México en mayo
de 1997 durante la cual ambos mandatarios firmaron la “Declaración de la alianza México-
Estados Unidos contra las drogas”, que señala la responsabilidad compartida en la lucha a
través de un enfoque integral y el establecimiento de acuerdos de extradición. El
documento expresa que “mejorarán sus capacidades para interrumpir los flujos terrestres,
aéreos y marítimos de las drogas” (es evidente en este aspecto la participación de fuerzas
armadas de ambos países), se establecerán programas de cooperación técnica y
capacitación, y se desarrollaran sistemas institucionales de intercambio de información (o
sea, inteligencia).

Durante el sexenio de Vicente Fox se perfiló una política de mayor confrontación con el
narcotráfico que continuó el uso del Ejército (el nombramiento del general Macedo de la
Concha como titular de la PGR facilitó la coordinación entre esa dependencia y el
Ejército) y los cambios institucionales: la creación de la Secretaría de Seguridad Pública
y la Agencia Federal de Investigación (en lugar de la Policía Judicial Federal), además de
la Ley de Seguridad Nacional (2005) para regular actividades del Cisen.

Los resultados, no obstante, fueron mixtos: hubo arrestos de importantes líderes del
narcotráfico, pero no se redujeron los volúmenes de drogas traficados a Estados Unidos
ni se desarticularon las estructuras operativas, financieras y comerciales de los cárteles
mexicanos. Se disparó además la violencia (sobre todo en la frontera norte) por el
rompimiento del equilibrio de las bandas de narcotráfico, a pesar de operativos como
México Seguro (2005) o Proyecto Frontera Norte.

Calderón asume la Presidencia en un escenario de seguridad muy complicado: tiene que


hacer frente al control territorial de zonas del país por parte del narcotráfico; una guerra
entre cárteles de la droga; conflictos con Estados Unidos por la narcoviolencia en la
frontera; flujo constante de drogas hacia el país del norte y un aumento considerable del
consumo de drogas ilícitas en México. Decide entonces combatir frontalmente al
narcotráfico, al mismo tiempo que reformar las instituciones del Estado en materia de
seguridad, gracias —en gran medida— al apoyo relativo de la población. Su estrategia
consiste en:

 Ordenar operativos policiaco- militares en ciertas partes del país (Michoacán, luego
Baja California, Sinaloa, Durango, Nuevo León, Chihuahua, Guerrero) que desplazan
la narcoviolencia de un estado a otro (“efecto cucaracha”) y exacerban los
enfrentamientos entre cárteles.

 Impulsar las reformas de justicia penal (aprobadas en marzo de 2008), que incluyen
la figura del arraigo, reformas al Código Penal Federal (prisión vitalicia para
secuestradores), la inclusión de “juicios orales” y la creación de un Sistema Nacional
de Desarrollo Policial (incluido en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad
Pública).
 Profesionalizara la Policía Federal con la creación de un Sistema Único de
Información Criminal (Proyecto Plataforma México), la Ley de la Policía Federal que
especifica requisitos para ingreso y permanencia en la Policía Federal y el apoyo de
la Iniciativa Mérida (aprobada en junio de 2008) que fortalece las capacidades de
inteligencia del gobierno mexicano y moderniza las agencias de seguridad
mexicanas.

Por varias razones, la confrontación al narcotráfico no es una opción que parezca tener
posibilidades de éxito. Sin embargo, regresar a una política de tolerancia no resuelve el
problema y, más bien, lo agravaría en el largo plazo (además de que no sería posible en
un régimen democrático donde hay más transparencia informativa y el Presidente ha
insistido mucho en fortalecer el Estado de derecho).

De ahí que el dilema de Felipe Calderón (y de los próximos gobiernos) ante el desafío
del narcotráfico sea: combatir el narco o tolerarlo, violencia o corrupción, una elección
entre lo malo o lo peor. Consideramos que la legalización de las drogas sería la única
forma de resolver este dilema, pero requiere el apoyo de Estados Unidos, que sólo
ocurrirá si “los costos de la confrontación se presentan en territorio estadounidense”.

En la estrategia de los Estados Unidos para contener el flujo de narcóticos a su territorio,


México es la principal prioridad en lo que respecta a la intercepción (esto es beneficioso
para México), y Colombia para eliminar la producción. Según el general Barry McCaffrey,
zar de la guerra contra las drogas en Estados Unidos, el 70 % de toda la cocaína que
ingresa a ese país pasa por México, y la PGR asegura que en México las ganancias de los
narcos ascienden a 30 mil millones de dólares. Igualmente, 80 % de la marihuana y de
20 % a 30 % de la heroína se introduce a través de México.

En México la guerra contra las drogas en sus distintas modalidades (destrucción de


plantíos de marihuana, amapola e intercepción de cocaína) crecientement6e se concentra
en las fuerzas armadas. Incluso equipo perteneciente a la PGR fue transferido al ejército.
De acuerdo con el observatorio geopolítico de las drogas en París, México es uno de los
ejes de la “continentalización” de la actividad del narcotráfico, con seis grandes cárteles
en 1996; el del golfo, que opera en Veracruz y Tamaulipas; el de Sinaloa, que opera en
Sinaloa y Guerrero; el de Tijuana, que opera en baja California y Sinaloa; el de Juárez, con
radio de acción en Chihuahua, Tamaulipas y Chiapas; el de Clemente Coto, que opera en
Sonora, y el de Emiliano Quintero, que opera en Jalisco. También opina que el éxito de
estos cárteles se debe a sus vínculos con la política y los negocios, siendo éste el principal
obstáculo para que la guerra contra las drogas sea ganada.

El narcotráfico es uno de los problemas que atenta contra los sistemas de impartición y
procuración de justicia en México, debido a su capacidad económica para intentar
corromper a los funcionarios encargados de esas tareas. Además, el narcotráfico tiene
consecuencias para el orden público y plantea una clara amenaza para la seguridad
nacional; asimismo genera corrupción al buscar incorporar a servidores públicos en esas
actividades. Recientemente se descubrió la corrupción relacionada con las drogas en los
niveles más altos de la principal dependencia antinarcóticos mexicana. Los cargos de
corrupción presentados por el gobierno de México contra altos funcionarios, incluyendo al
ex director del INCD, son extremadamente graves. Estos funcionarios han sido acusados
de estar implicados en una importante organización transnacional de narcotraficantes que
operan en los Estados Unidos y México. Estos casos, sumados al despido de 1200 agentes
de policía, por parte del Procurador General de Justicia de la República durante 1996,
indican que la corrupción se ha extendido a los sistemas de impartición y procuración de
justicia. Este problema tiende a socavar la eficacia de los esfuerzos por hacer cumplir la
ley, y disminuye la confianza de las sociedades y la credibilidad en las organizaciones
encargadas de proteger la seguridad pública y el cumplimiento de la ley.

CRÍMENES. Ya se ha dicho que el tráfico de drogas es un asunto de seguridad nacional,


pero es conveniente abundar sobre este punto, ya que sólo se ha supuesto el grado en que
este delito representa un peligro para la misma.
Una encuesta que fue realizada en el año 2001 a nivel nacional, mostró que, al preguntar a
la gente sobre cuál era el que consideraba el mayor de sus problemas, 41 por ciento
respondió que era la seguridad, dejando muy atrás a otros problemas como el desempleo,
que, con el 7% de la frecuencia, quedó en segundo lugar.

En la misma encuesta, de forma un tanto extraña, sólo el 4% de la población entrevistada


considera a la drogadicción como un problema para su comunidad, lo que pareciera indicar
que la gente no percibe una relación entre el narcotráfico y la seguridad.

Al tener capacidad para penetrar y distorsionar las estructuras, haciéndolo de inicio con las
instituciones, "el narcotráfico tiene a la par capacidad para trastornar la cohesión social (...)
por el estrecho vínculo que tiene su consumo (de drogas) y comercio con el crimen
organizado la delincuencia y la violencia"16

Por lo anterior, las ciudades y los estados del país donde se lleva a cabo el cultivo de droga,
así como su fabricación, y el narcotráfico, coinciden con la mayor incidencia de violencia y
crimen. Ejemplos de esto son las ciudades de Tijuana y Culiacán, que registran los más
altos índices, seguidas de los estados de Tamaulipas, Jalisco, y Guerrero.

Toda vez que las grandes mafias de la droga, es decir, los cárteles, han ido afectando al
ámbito político y social de las naciones, y se han convertido en una amenaza para su
seguridad, la función de la prevención y la acción policíaca han ido dejando su lugar al
ejército a partir de los años noventa, de tal suerte que se convierten en la fuerza estratégica
del Estado para cerrar filas ante la corrupción.

Como ejemplo de ello, tenemos que los militares que se entrenaron para el combate al
narco en 1983 eran 293 y, para 1998 hablamos de más de 3000 militares entrenados para el
programa de los Grupos aeromóviles de fuerzas especiales, cuya especialidad es,
precisamente, el combate al tráfico de drogas.17

El fenómeno de la militarización es evidente si se observan los porcentajes por distribución


institucional. Durante los cinco primeros años del gobierno del presidente Ernesto Zedillo

16
Ídem.
1714
Benítez Manaut R. "Crimen organizado y organización del crimen" en Crimen
organizado y gobernabilidad democrática. México. Grijalbo. 2001 p. 107
Ponce de León, la droga fue confiscada de la siguiente manera: 42.3% por parte de la PGR;
18.9% de decomisos por parte de la SEDENA; 30.3% SEMAR; 8.1% Policía Federal de
Caminos; y uno por ciento de la policía fiscal de la federación. Pero para el año de 1999
donde el decomiso, de cocaína solamente, fue de 32294 kilogramos (donde, por cierto, sólo
Colombia nos superó en América en este rubro) el 75% del mismo, fue efectuado
únicamente por la Secretaría de Marina Armada de México, como producto de la llamada
Operación sellamiento; aunque en materia de marihuana, fue la PGR quien decomisó la
mayor cantidad con un 49.8%, seguida de la Secretaría de la Defensa Nacional que
decomisó el 42.3% mientras que SEMAR contribuyó con el 3% de los decomisos de dicha
droga.18

Según el observatorio geopolítico de las drogas, el éxito de los cárteles "se debe a sus
vínculos con la política y con los negocios, siendo este el principal obstáculo para que la
guerra contra las drogas pueda ser ganada".19

Finalmente, cabe hacer mención de que el ejército destina entre 15000 y 30000 efectivos
durante todos los años a los programas de erradicación de cultivos, y la Armada y la Fuerza
Aérea Mexicana se dedican a la intercepción de cargamentos provenientes de América del
sur.

La cooperación con los Estados Unidos y otros países, se vuelve de gran trascendencia para
las fuerzas armadas de nuestro país, ya que el intercambio de información es crucial para la
detección del contrabando de estupefacientes y erradicar, en consecuencia, el problema que
ambos países padecen. De tal suerte que las instituciones militares no parecen ser
reemplazables, al menos en el corto plazo, por las de carácter policíaco que, en apariencia,
resulta un mejor ambiente para que aparezca la conducta criminal y la anomia social.

El problema de la violencia, según se ha visto, ha ido creciendo en los últimos diez años y
va de la mano con el crimen organizado, lo que puede devenir en un límite a la

1815
Fernández Menéndez. Op cit, p.41
1916
Benítez Manaut R. "El cáncer del narcotráfico hacia el siglo XXI" en ¿Estamos
Unidos Mexicanos? De María y Campos M y Georgina Sánchez (eds.) México. Temas
de hoy. 2001 p 415
funcionalidad individual y social, según lo indicado por la Organización Mundial de la
Salud, y constituye para muchos, un problema alarmante en nuestro país.

La OMS define el concepto de violencia como "el uso o la amenaza de uso de la fuerza
física o el poder en contra de otra persona, o de uno mismo, o de un grupo o comunidad,
que resulten en heridas, daño a la salud, o la muerte de las personas afectadas". 20 Por lo
tanto, la comunidad científica ha adoptado al homicidio como el indicador principal de
violencia existente en los países pues se trata de la manifestación más extrema de la misma.

En el contexto mexicano, nos encontramos, según los lineamientos anteriormente


expuestos, en una situación que podría calificarse de alarmante, toda vez que nuestra tasa
de homicidios es de 17.6 y se encuentra dentro de las diez más altas del continente, lo que,
aunado al hecho de que supera la tasa de 10 que es el máximo aceptable, se presenta como
todo un problema para la cohesión social y el buen funcionamiento de las estructuras de la
sociedad.

CONCLUSIONES.

El narcotráfico ha sido una de las cuestiones más cruciales en la historia reciente de México
sin   duda uno de los mayores peligros para la seguridad pública del país. Los grandes
grupos delictivos que se dedican a esa actividad han dado múltiples muestras de su poderío,
sustentado en la extraordinaria cantidad de recursos con que cuentan, tanto económicos
como armas, vehículos y personal involucrado en la violencia que practican y su casi
ilimitada capacidad corruptora.

2017
Cervantes Arturo. "El papel de la cohesión social en la prevención de la violencia".
Op cit p. 489
Es un problema que todavía está muy lejos de ser resuelto mediante políticas públicas
eficaces y estrategias adecuadas para el combate a los cárteles y el tráfico de armas.

Los años noventa   fueron la época que vio la explosión de los grandes cárteles de la droga
mexicanos, superiores a sus antecesores e incrementándose en este nuevo siglo. Esta
situación ha generado preguntas como ¿de dónde ha salido tanto narcotraficante en
México? , ¿Quién se vuelve narcotraficante y porqué?, ¿cuál es el perfil psicológico del
narcotraficante? Se sabe que la mayoría de los narcotraficantes son hombres jóvenes, con
una formación académica inferior, surgidos de un ámbito socio-económico poco
privilegiado y que tienen aspiraciones económicas altas   que las actividades legales no
pueden satisfacer (Farilie, 2002).

Aún más, estudios recientes de criminología han demostrado que al narcotraficante le


disgusta sobremanera ser empleado (Farilie 2002). El 75% de los criminales convictos
expresan un alto interés por la creación de su propio negocio y un fuerte desdén por el
empleo pagado (Balkin 1993).

Lo cierto es que además de variables económicas, las preferencias individuales juegan un


papel importante en la decisión de ingresar al crimen. Al narcotraficante le gusta su trabajo
y le gusta más que cualquier otro trabajo que pudiera tener en la industria legal. Los
criminales son impacientes.

Por otro lado, se ha visto que el Estado mexicano ha sido incapaz de evitar este fenómeno y
la empresa privada legal no tiene capacidades para ofrecer las actividades económicas que
sean alternativas al narcotráfico. Son numerosos los sectores sociales, como los campesinos
de Sinaloa, Guerrero, Michoacán, Chiapas, Oaxaca y Tamaulipas, los que le rinden lealtad
al narcotráfico (al grado de hacerlo objeto de culto, como el caso de "San" Jesús Malverde,
quien es el patrono de los que se dedican a este tipo de ilícito, y que nos proporciona un
cierto panorama del grado en el que incide la cultura en este fenómeno).

Cosa que, para no perder de vista el ámbito de predicación de la teoría que habremos de
utilizar como guía, va muy relacionada con la marcada división de lo que sería la estructura
social y la estructura cultural y, como se ha venido diciendo, provoca un comportamiento
social desviado.
Mientras que en el contexto mexicano, nos encontramos, según los lineamientos
anteriormente expuestos, en una situación que podría calificarse de alarmante, toda vez que
nuestra tasa de homicidios es de 17.6 y se encuentra dentro de las diez más altas del
continente, lo que, aunado al hecho de que supera la tasa de 10 que es el máximo aceptable,
se presenta como todo un problema para la cohesión social y el buen funcionamiento de las
estructuras de la sociedad.

BIBLIOGRAFÍA.

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 VALLE Eduardo, El segundo disparo, la narcodemocracia Mexicana, ed. Océano de
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