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Mari Carmen Alonso Resumen TEMA 9

El español de América. El español en el mundo:


situación y perspectivas de difusión.
El español, además de hablarse en España, es hoy lengua oficial de 19 repúblicas
hispanoamericanas: Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia,
Venezuela, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Méjico, Cuba,
República Dominicana y Puerto Rico.
Sin carácter oficial sino como lengua nativa se habla en amplias zonas de E.E.U.U., como
Nuevo Méjico, Arizona, California y las amplias colonias de hispanos de Nueva York y de otras
ciudades norteamericanas, también en numerosas islas de las Antillas y en Filipinas.
Ante un dominio tan vasto cabría preguntarse como hizo BERNARD SHAW si se mantiene
el nivel de unidad suficiente como para hablar de la misma lengua, o estamos ante un conjunto de
divergencias tales que nos conducirían a hablar de varias lenguas en estado embrionario.
La evidencia demuestra que se trata de la misma lengua; pero se constata que presenta
características específicas que justifican que se hable de Español de América, en una
denominación que engloba fenómenos muy diversos.

Atendiendo a las distintas zonas del español de América podemos señalar las
principales características. Para ello, vamos a fijarnos en la clásica división en 5 partes que hizo
PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA en un estudio de 1921:
1. Antillana o del Caribe: comprende las 3 grandes Antillas españolas (Cuba, Puerto Rico,
Santo Domingo), la costa y los llanos de Venezuela y la costa atlántica de Colombia), la costa y
los llanos de Venezuela y la costa atlántica de Colombia. Se basa en los dominios del arahuaco.
2. Mexicana: México, sur y sureste de Estados Unidos y América Central. Este grupo se
basa en los dominios del mejicano.
3. Andina: Andes de Venezuela, Meseta de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y noroeste de
Argentina. Este grupo se basa en los dominios del quechua.
4. Chilena: casi todo Chile, (quizá habría que exceptuar el norte). Este grupo se basa en
los dominios del arahucano.
5. Rioplatense: Argentina, Uruguay y Paraguay. Se basa en los dominios del guaraní.

Como vemos, es una clasificación basada en la proximidad geográfica, en los lazos


políticos y culturales establecidos en el periodo colonial y el contacto con una lengua indígena.
Estudios posteriores han demostrado que esta clasificación no es del todo exacta. Para
ROSENBLAT es mucho más fructífera la diferenciación entre tierras altas y tierras bajas, según
comentamos más adelante. En cualquier caso, no es fácil trazar límites precisos a las distintas
zonas lingüísticas que se pueden encontrar en América y cada autor propone la suya. Por otro
lado, sí parece claro que el español de América está constituido por una base amplia del español,
en cualquiera de sus niveles de uso incluido el coloquial, el vulgar y el rural, junto a elementos
amerindios y en ciertas regiones caribeñas, elementos negro-africanos.
Por ello, el método que seguiremos va a ser la exposición de los rasgos más
sobresalientes en los distintos niveles indicando en cada caso la posible presencia del sustrato
indígena.

Rasgos del español de América


El español que se habla en América proviene del que llevaron los conquistadores a partir
de los últimos años del s. XV. De aquí que encontremos arcaísmos junto a usos frecuentes en los
s. XVI y XVII que ya no se dan en la península. Por otra parte, los conquistadores procedían de
distintas zonas geográficas y de todas las clases sociales. Llama la atención la abundancia de
expresiones frecuentes al proceso de ruralización que se dio en los conquistadores.
Junto a esta base amplia del español es justo reconocer la existencia de una clara
influencia de las lenguas indígenas, que actuaron como substrato y que se han conservado
gracias a la acción de los misioneros y a la amplitud de miras de los reyes españoles que
prohibieron la imposición del Castellano como lengua única.

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En las distintas zonas se dan una serie de rasgos fonéticos morfosintácticos y léxicos que
se han considerado como específicos americanismos.
ALONSO ZAMORA VICENTE afirma que gran parte de los fenómenos fonéticos que
encontramos desde México hasta la Tierra del Fuego, son conocidos en España desde antiguo; a
pesar de ello, constituyen uno de los rasgos más específicos de aquellas hablas. Son los
siguientes:
 Fonética:
1. Paso de “e” átona a “i”: vistido, Lisión, siguro.
2. Cambio de “e” en hiato a “i”, y al revés, incluso en el habla culta: teatro, pasiar, rial.
Vesita, melitar, principal.
3. Paso de “o” a “u” en posición protónica y viceversa: cuete (cohete), Gorrión (gorrión),
tuavía (todavía), justicia, chubasco.
4. Abertura de la –e- del diptongo –ei- hasta sonar –ai-. Cierre del diptongo –ai- hasta
sonar -ei-.
5. Reducción de grupos cultos. Corrución, ilesia, manífico, sinificar, dino,….
6. Vocalización del grupo ct: aspeito, defeito, doctor,….
7. Caída de la d intervocálica, “deo” por dedo.
8. Como ultracorrección, aparición de “d” donde no corresponde. Descoger, bacalado,….
9. Diptongación excesiva. Apreta (aprieta).
10. Cambios acentuales: bául, máistro, cáido.

Como se ve, todos estos rasgos son comunes con el español vulgar y rural de la
península. No constituyen por tanto rasgos específicos de América.

 Indigenismos fonéticos. Frente a estos rasgos, se proponen como derivados del substrato
amerindio algunos que no son admitidos por todos los estudiosos. RODOLFO LENZ, gran
defensor del indigenismo, señala como las principales huellas indígenas las siguientes:
1. Articulación fricativa de b, d, g.
2. Paso de –s final a h aspirada.
3. F- bilabial, frente a la labiodental.
4. Conversión de /r/ /rr/ en fricativas asibiladas.
5. Palatalización de g, j ante e, i : mujer, yefe.
Estas características se han encontrado igualmente en España, lo que demuestra que el
substrato indígena hay que buscarlo en otros lugares. A pesar de ello, no puede negarse que
alguna influencia fonética se deba al substrato, y así citamos como principales:
1. en el Yucatán se articula el español sirviéndose de las “letras heridas” del maya, que son
articulaciones oclusivas o africadas sordas cuyo cierre es muy tenso y va seguido de aspiración
(p’, t’, k’, ch’, tz’). La pronunciación de esas tierras recuerda el español hablado por alemanes.
2. Al mismo origen quizá haya que atribuir buena parte de la confusión entre las vocales e-i, o-
u en la Sierra de Ecuador porque el quechua y el aimara sólo tienen 3 vocales.
3. Pero quizá donde más se encuentre la huella prehispánica sea en la entonación y el ritmo.
La entonación del español en América, muy rica en variantes, muy viva en modulaciones,
ascensos y descensos, se presenta como muy distinta de la castellana, más sostenida en torno a
una nota. Algo similar ocurre con el ritmo del habla: el mejicano abrevia las sílabas átonas,
mientras que el argentino se detiene antes del acento y en la sílaba que lo lleva. Aunque no
existen todavía estudios definitivos sobre la pronunciación parece plausible atribuir al sustrato
amerindio las evidentes diferencias existentes tanto respecto a la castellana como entre ellas.

 Morfosintaxis. Presenta algunos rasgos arcaizantes junto a soluciones innovadoras. Salvo


en zonas bilingües, escasean los rasgos indígenas y muchos de los que se aducen como tales se
encuentran también en el español de la península. Los principales rasgos morfosintácticos:
1. Abriendo la vocal y alargándola: casa/casaa.
2. Ensordeciendo la consonante siguiente: la bota/la fota.
3. Oponiendo ausencia/presencia de –e : árbol/árbolee.
4. Valiéndose de determinativos u otros elementos antepuestos al sustantivo: el hombre7lo
hombre.

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Como un fenómeno específico hay que anotar el habla vulgar de Santo Domingo donde se
está extendiendo un morfema nuevo de plural, se, por analogía con otros plurales. Ejemplo:
cruz/cruse; pié/piese; gallínase, mucháchase, cásase (casas).

 Otros morfemas:
Los sufijos –ada, -ida son muy utilizados en nombres de acción y efecto de la misma: una
atropellada (atropello), insultada (insulto), conversada (conversación), ausustada (susto), en una
distribución que induce a pensar que cada país ha desarrollado sus propios sustantivos
postverbales o ha sustantivado distintas formas del participio: el llamado, la llamada o el
llamamiento.
Los diminutivos –illo, -ete, -in frecuentes en España, apenas están activos allí. En cambio es
muy productivo el –ito, usado abundantemente e incluso repetido para reforzar la expresividad:
ahorita o ahoritita, yaíta, platita, etc. También en los diminutivos, tan frecuentes debido a la
afectividad que impregna el habla americana, cada región ha desarrollado un diminutivo
específico: amigazo, buenazo, querendón de Argentina; y otros países: reciencito, mismito,
adiosito de otras regiones.

 Las categorías gramaticales.


1. Uso de los pronombres de tercera persona le, lo, la es el etimológico, conforme a la norma
de Andalucía, salvo en Ecuador y Paraguay.
2. El Posesivo se antepone al nombre en vocativos donde el español peninsular suele
posponerlo (escuche, mi amigo).
3. Igualmente es muy frecuente el posesivo con adverbios, en una construcción que se está
extendiendo en España (detrás mío, encima nuestro).
4. está muy extendida la personalización de los verbos haber y hacer en construcciones que
normalmente son impersonales, y que constituye un uso que se está extendiendo muy
rápidamente en España: hubieron desgracias, hicieron seis semanas.
5. Las perífrasis –he de contar, va a decir- se extienden a costa del futuro, que en Colombia y
Centroamérica es sustituido por la construcción “va y + el presente”.
6. En cuanto a las palabras invariables, se producen algunos usos específicos:
-Siempre, significa “por fin, al cabo”. Ej.: ¿Siempre fueron al cine?.
-No más, con sentido restrictivo o enfático: Ej.: Hable no más que significa hable ya.
-Recién, que significa “ahora mismo”, sin participio.

 Indigenismos morfosintácticos. Entre los que parece seguro que tienen origen indígena
citamos:
1. El sufijo -eco, -eca de azteca, guatemalteco, yucateco, etc., procedente del nahua
/ecatl/, que se circunscribe a Méjico y América Central.
2. En Perú y noroeste de Argentina, el morfema posesivo quechua /i/ se pospone a
palabras españolas dando un matiz fuertemente expresivo: viday= mi vida.
3. El sufijo diminutivo /la/, quechua también, es origen de expresiones como: vidala,
vidalita= vidita, usado en la sierra argentina.
4. Algunas construcciones sintácticas son calcos de lenguas prehispanas:
/Kue/ como morfema de pasado: noviakué= ¿has trabajado?.
/pa/ como marca de interrogación: has trabajado pa= ¿has trabajado?.
Otras expresiones como: “voy a comprar para mi vestido” = vestido futuro; “pobre siendo
también” = aunque es pobre, etc.

 Léxico. Las mayores y más evidentes influencias se dan en el léxico. Cuando los
españoles llegan a América, se encuentran con una naturaleza en muchos aspectos desconocida.
Los indios ofrecían costumbres y modos de vida desconocidos y a todo hubo que darles nombre.
Cuando algo les recordaba a seres existentes en España, les daban el nombre que les sugería
algún parecido a lo conocido en Europa. Pero en la mayor parte de los casos se trataba de algo
desconocido y tomaron la palabra junto con la cosa.
La fuente de léxico más antigua corresponde al Taíno, lengua del tronco arahucano
hablada en las Antillas. Las Antillas fueron el primer lugar al que llegaron los españoles. De esta

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lengua es la primera voz indígena aceptada y difundiendo luego en todas las lenguas: Canoa,
registrada ya en el diccionario de Nebrija.
-Del Arahucano proceden palabras como: Tabaco, que designaba en principio al
instrumento con que se fumaba; Batata, especie de patata dulce; Bohío (choza); Sabana (llanura),
Naguas o anaguas, tiburón, yuca, Hamaca (con h aspirada), Cacique,….
-Algunas voces taínas fueron extendidas después por los españoles a otras regiones
americanas como: caimán, caníbal, maíz,….
-Origen caribeño tienen loro, piragua,….
-El Nauha proporcionó palabras como aguacate, cacahuete, cacao, chocolate, hule, petate,
petaca, jícara, tiza, tomate, etc.
-El Quechua legó alpaca, vicuña, guana, cóndor, mate, papa,….
-Origen mapuche o araucano tienen palabras tan usuales como poncho, gaucho,…

Por otro lado son muy numerosas las palabras conocidas sólo en América y con las que
nos encontramos frecuentemente en la literatura. Algunas son: Iguana (reptil comestible),
guajalote (pavo), china (mujer india), choclo (maíz tierno), chacra (granja), malón (ataque de los
indios), tucán Ñandú, yaguaré, etc.
La gran cantidad de indigenismos que registran los diccionarios podría hacer pensar que el
vocabulario amerindio tiene una importancia muy superior a la real. En realidad, la importancia es
muy relativa; si bien es cierta que existen muchos indigenismos, también lo es que la mayoría
tienen un uso muy restringido geográficamente. En términos generales se puede decir como opinó
ZAMORA VICENTE que el substrato léxico se refleja especialmente sobre aspectos de la vida
material, concreta localizada sobre cosas y manifestaciones del vivir cotidiano. Para la vida del
espíritu el vehículo obligado es el español patrimonial.

Además del aporte del sustrato amerindio, el léxico hispanoamericano presenta algunas
características propias entre las que señalamos brevemente las siguientes:
1. Son abundantes las palabras que en España pertenecen al lenguaje literario o han
desaparecido, como lindo, bravo (irritado), liviano, pollera (falda), recordar (despertar), esculcar
(registrar), vidriera (escaparate), limosnero (pordiosero), cerrero (tosco, inculco) y mucho más.
2. Se producen cambios semánticos como consecuencia de la adaptación del vocabulario
original a la nueva realidad que tenía que designar. “Estancia”= granja; Quebrada= arroyo,
ensenada= cercado corral.
3. Otras veces adquieren sentidos obscenos algunas palabras en determinadas regiones:
coger es malsonante en Argentina, Méjico, Venezuela y Cuba; Acabar en Argentina, chile y
Nicaragua; Concha en Argentina, pico en Chile,… adquieren connotaciones sexuales.
4. Son abundantes los eufemismos que evitan nombrar algunos aspectos desagradables:
ultimar, perjudicar, dejar indiferente sustituyen a “matar”, “moreno” sustituye a negro; trigueño a
mulato, etc.

El andalucismo en el español de América


El español que llevaron los conquistadores a América fue el del s. XV, anterior por tanto al
gran reajuste que se produjo en los siglos siguientes. Pero el español de América experimentó la
mayoría de los cambios producidos en España de donde siguió recibiendo nuevas capas de
español hablado y con la que nunca perdió del todo el contacto, participando de la gran revolución
consonántica del s. XVI, pero en vez de incorporar las soluciones de Castilla, se inclinó más por
el modelo del andaluz incorporando sus soluciones. Así:
1. Las cuatro sibilantes: s, ss, ç, z han venido a coincidir en una s que en general está más
cerca de la s predorsal andaluza que de la alveolar castellana.
2. La aspiración de la s final de grupo o sílaba y su asimilación a la consonante siguiente.
3. El trueque de r/l o su pérdida en fin de palabras contribuyen a dar ese aire de semejanza
entre las hablas hispanoamericanas y las del sur de la península.
4. Seseo. HENRÍQUEZ UREÑA afirmaba que este fenómeno se desarrolló en América con
total independencia de Andalucía y que fueron 2 fenómenos paralelos. Pero el seseo de América
se debe más bien a un proceso de uniformación de la lengua que debió pasar por un periodo de
cierta anarquía. Las gentes procedentes de las distintas regiones iniciaron un proceso de

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acercamiento que desembocó en la pronunciación actual, dando lugar a una especie de coiné
sobre la base del andaluz. Para LAPESA el proceso no fue lineal sino simultáneo, operando las
distintas hablas en una serie de líneas convergentes que tuvieron como final la reducción de las
oposiciones sonoras/sordas por una parte, y ápico-alveolar/dental por otra de las sibilantes para
converger en una solución que dio la pervivencia de la alveolar sorda. Durante algún tiempo
estuvieron conviviendo distintas soluciones. La convivencia niveló los particularismos generando
la reducción de las 4 sibilantes a una /s/ sorda.
[La influencia andaluza quedado planamente demostrada por las estadísticas de las emigraciones,
sobre todo mujeres, de las que una gran mayoría procedía del reino de Sevilla. Si a ello se suma el hecho
de que el comercio con las indias quedó monopolizado durante los siglos XVI y XVII por Sevilla y Cádiz,
donde tenían que permanecer largas temporadas quienes querían pasar a las indias, no resulta difícil
explicar los rasgos meridionales de América]

5. Yeismo. Es un rasgo meridional muy extendido, de aparición muy temprana. La


pronunciación de /ll/ está generalizada en el interior de Colombia donde es signo de distinción, en
Bolivia, en las tierras altas de Ecuador, Perú y en la parte de Argentina que linda con Paraguay y
en todo este país como diferenciación del yeísmo porteño. En general, se puede aceptar que en
las tierras altas predomina la norma de Castilla, como ocurre con otros fenómenos.
La pronunciación de /ll/ está generalizada en el interior de Colombia donde es signo de
distinción, en Bolivia, en las tierras del Ecuador, Perú y en la parte de Argentina que linda con
Paraguay y en todo este país como diferenciador del yeísmo porteño. En general, se puede
aceptar que en las tierras altas predomina la norma de Castilla, como ocurre con otros fenómenos.
En le resto, se puede decir que predomina el yeísmo en una extensión que abarca desde
Méjico (Oaxaca) hasta Argentina. En las zonas yeístas se encuentran variantes en la realización
del fonema resultante de la neutralización /ll/ y /y/ que van desde la supresión ante /i/ y a veces
ante /e/, hasta el rehilamiento argentino.
El primer caso, la supresión, la encontramos en Méjico y en gran parte de Centroamérica
donde se oyen expresiones como gaína (gallina), sía (silla >siya), medaíta (medallita), arroíto
(arrollito). Pero también ceboa (cebolla) decae (detalle), estrea (estrella) y muchos más.
Frente a la supresión, el yeísmo más extendido es el rehilamiento característico del Rio de
la Plata, en proceso de expansión debido al prestigio que irradia Buenos Aires. Consiste en
pronunciar la neutralización de la pareja /ll/ y /y/ con /z/ sonora como en caze (calle). Frente a esta
sonora que representa la norma porteña, se está extendiendo una/s/ sorda que pronuncia case,
yo, rehilados sordos.

6. S Final. El resultado es menos uniforme. Podemos distinguir 3 soluciones diferentes:


a. Se mantiene con un fuerte silbo en el norte y la meseta de Méjico, regiones altas de
América Central, Colombia, Ecuador, casi todo Perú y las provincias más altas de Argentina. En
Buenos Aires la norma culta ha impuesto una –s menos tensa.
b. En Chile es semiaspirada en al habla culta; en la popular es aspirada.
c. En el resto de Hispanoamérica se aspira generalmente. A veces se asimila a la
consonante siguiente como ocurre en Murcia con mihmo>mimmo. A veces la aspiración le quita
sonoridad a la consonante siguiente: “resbalar>refalar”; “más barato” > mah barato> má farato.
Cuando la aspiración desaparece al final de palabra, la distinción singular/plural la hacen como en
Murcia y Andalucía oriental: abriendo la vocal y alargándola. Así hacen bueno/buenoo.

7. Otros andalucismos:
a. Neutralización de /-r/ y /l/. se encuentra sobre todo en territorios costeros e insulares,
dejando libres las tierras del interior. En la costa del Pacífico parece que prevalece el paso de /l/
a /r/: algún>algún; el paso inverso parece más frecuente en las Antillas.
b. Pronunciación de x y g, j antiguas como H aspirada. Es normal en Antillas, parte de
Méjico, América Central, Panamá, Colombia, Venezuela y costas de Ecuador y Perú. Son
normales huntar, dejar, hente por juntar, dejar, gente.

Algunos filósofos a los que se une ÁNGEL ROSENBLAT resumen la cuestión de las áreas
del español de América hablando de tierras altas y tierras bajas como de dos modalidades
distintas de español, basándose en la coincidencia de variantes fonéticas. Las razones que se
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han aducido se han basado fundamentalmente en la influencia del sustrato indígena, aunque
ROSENBLAT introduce como causa principal la distinta procedencia de los colonizadores y afirma
que las tierras bajas han sido colonizadas por gentes de las tierras bajas de España, sobre todo
de Andalucía, y tienen más bien impronta andaluza. Las tierras altas tienen más bien sello
castellano y su consonantismo tenso, a veces enfático, manifiesta la influencia de las lenguas
indígenas: las grandes culturas americanas fueron culturas de las mesetas, y sus lenguas se
caracterizaban precisamente por la riqueza del consonantismo implosivo. Las diferencias más
notables se centran en lo que humorísticamente ROSENBLAT llama “el régimen atlántico”: las
tierras altas de comen las vocales; las tierras bajas se comen las consonantes.
Esta teoría no es compartida por todos los estudiosos. No obstante, de lo expuesto se
desprende que el las Antillas y en el Caribe es donde los andalucismos son más abundantes,
probablemente como consecuencia de las migraciones andaluzas durante el s. XVI y de la
continua relación con Canarias. Igualmente se han podido comprobar las semejanzas con el habla
castellana de las tierras altas donde subsiste la –s implosiva y no se confunden /l/ y /r/.

El voseo. Las fórmulas de tratamiento.


A pesar de no ser un fenómeno general, el voseo constituye uno de los rasgos más
característicos de algunas zonas de América. Como se sabe, unos de los aspectos más curiosos
de la historia del español es el de las fórmulas de tratamiento, hasta el punto de que en algunos
casos puede constituirse un dato suficiente para datar un texto o fijar el nivel de habla
correspondiente. En el s. XVI, “la puntillosidad de nuestros antepasados relegó el tú a la intimidad
familiar o al trato con inferiores y desvalorizó tanto el vos que, de no haber gran confianza, era
descortés emplearlo con quien no fuese inferior”. Ello obligó a reajustar el sistema de los
tratamientos, que adoptó como fórmulas de cortesía vuestra merced o vuestra señoría de donde
procede el usted actual. Al regenerarse vuestra merced >usted como tratamiento de respeto, “tú”
recobró terreno a costa de vos en el trato familiar, hasta eliminar a vos en el s. XVII y XVIII. Pero
en Argentina, Paraguay, Uruguay, América Central y en el estado mejicano de Chiapas domina el
vos en la conversación familiar. En Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile y sur de Perú
alternan tú y vos. Las colonias más de las cortes virreinales instauraron con le vos un trato más
igualitario, que en la península se hizo imposible.
ÁNGEL ROSENBLAT opina que quizá el único país donde a pesar de todos los
esfuerzos... el vos domina en forma casi absoluta en el diálogo familiar, es en la Argentina. Hasta
el punto de que se empieza a ver como una peculiaridad lingüística argentina. La pervivencia de
Vos conlleva una serie de cambios en los paradigmas verbales para adaptarlos al nuevo sistema.
Así, tenemos:
1. Concuerda en términos generales con formas verbales que en su origen fueron plurales:
-imperativos sin –d (cantá, poné, vení).
-presentes de indicativo sin diptongar: (andás, tenés, sos, venís), aunque alterna con otras
formas como “vos tienes” con el verbo en singular.
-en el futuro contiende entre “vos sabrés y vos sabrás”.
-en el perfecto anternan “vos matastes y vos mataste”.
2. Existen muchas formas ambivalentes para singular y plural que en español moderno son
sólo de singular (das, des; estás, estés; vas, ves; eras, cantabas, tenías, etc), pero que en la
América vosista son el resultado conjunto del singular y de los antiguos plurales: da(d)es, de(d)es,
este(d)es, va(d)es, etc.
3. De las demás formas del pronombre de segunda persona “ti” también ha desaparecido.
En cambio se conserva “te” aun en combinación con las formas plurales propias del voseo,
constituyendo un desarrollo propiamente americano, dando lugar a frases como: “si te perdís,
chíflame; golpiá, que te van a abrir; conformáte con lo que te dan”.
4. Al igual que en Andalucía occidental y en Canarias, en América ha desaparecido la
distinción entre vosotros y ustedes, empleando siempre ustedes, tanto para en trato de confianza
como para el de respeto. Así, el singular puede ser tú, pero el plural siempre es ustedes. Pero no
se producen las interferencias frecuentes en Andalucía de ustedes vosotros. El verbo siempre
está en tercera persona, haciendo imposible giros como ustedes os sentais, ustedes haces.

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OTRAS MANIFESTACIONES DEL ESPAÑOL EN EL MUNDO


Aunque se trata de usos minoritarios reducidos unas veces a pequeñas colonias dentro del
marco más amplio de sociedades o de creaciones criollistas, es conveniente citar algunas
manifestaciones del español. No incluimos es esta breve recensión al Spanglish, por crees que se
trata de un fenómeno muy pasajero propio de la primera generación de emigrantes y que con toda
probabilidad no será continuada por la segunda creación.

El papiamento de Curaçao
En las Antillas holandesas, cuya capital es Curaçao, se habla un alengua criolla que es el
resultado de la mezclad e varias. LA lengua oficial del gobierno y la administración es el holandés,
pero en la vida ordinaria se emplea el papiamento. Tiene esta lengua en su base el criollo negro-
portugués que traían los esclavos de Africa superpuesto a la lengua criolla que ya existía en la isla
y a la que se han añadido algunas palabras holandesas. Su base principal es el español, aunque
por tratarse de una lengua criolla no se puede decir propiamente que sea una manifestación del
español. Los rasgos más notables son:
1. Seseo y yeísmo, como en América.
2. La /y/ a veces se pronuncia con nasalidad: ñama (llama), aña (haya).
3. La s (procedente de s, ce, ci, z) se hace predorsal sh: shegu –ciego.
4. La /r/ sencilla se pierde con frecuencia: ceca=cerca.
5. En las vocales hay que notar el cambio de timbre de las átonas: muchu, dilanti. En
ocasiones se desarrolla una nasal: pampel = papel.
6. Tiene tendencia a reducir las palabras a 2 sílabas: para “pájaro”, bispa “víspera”.
7. el sustantivo es invariable en género y número. El plural se forma añadiendo al singular
el sufijo nam, de origen africano: mucho graciosonam o muchanam gracioso = muchachas
graciosas, muchachos graciosos.
8. El artículo definido es e; el indefinido un.
9. El adjetivo es invariable, inmovilizando una de las 2 formas, sin una regla fija: novo,
shegu (ciego), bunita (bonito).
10. Los pronombres personales son: mi, bo (2ª), ele, el e; nos, boso –bosonam, nam.
11. El verbo es palabra invariable.

Actualmente se observa un proceso de descriollamiento debido a la intensificación de las


relaciones con el continente. De este modo, el léxico español ha aumentado hasta alcanzar más
del 85% del total. También en la fonética están entrando diptongaciones y otros usos privativos del
español.

El sefardí o Judeo-español
Los judíos expulsados de España por los Reyes Católicos se asentaron en general en el
imperio turco y en el norte de África, sobre todo en Marruecos, creando núcleos que han
conservado con tenacidad su cultura y sobre todo su lengua.
La característica más sobresaliente del judeo-español es su arcaísmo:
1. Elimina las ápico-alveolares (s-, -ss- y –s-) extendiendo los dentales (c, ç y z). en esto se
asimila al andaluz, al canario y al español de América.
2. Seseo y yeísmo, como en las hablas del sur.
3. Mantienen la diferencia entre sonoras y sordas en estos fonemas. Es sorda siempre la
S, que se articula como la S actual. Es sonora la /Z/ articulada como la S francesa de “poison”.
4. La /-f-/ inicial vacila entre el mantenimiento (fazer), la aspiración (kehazer) y la
eliminación (izo).
5. En los grupos romances subsiste la labial implosiva: bivda = viuda; sivdad = ciudad.
6. En gramática persisten arcaísmos como só, estó, vó, dó y las terminaciones querés, sos,
amá (amad). Aglutinación del imperativo con el pronombre: quitadle, traílde = quitadle, traedle. Los
tratamientos también son muy arcaicos; se desconoce vuestra merced y por tanto usted, y se
emplea para el de respeto vos en Marruecos y él, ella en oriente.
7. Subsisten muchas palabras articuladas en España: agora, amatar (apagar), ambezar
(enseñar; subsiste avezar), güerco (diablo), kamareta (habitación), etc.
8. La N inicial tiende a cambiarse en –m-: mosotros, muebo.

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9. Abundan las metátesis como acodrarsi, bedri (verde), guadrar, etc.

El español de Filipinas
La colonización es tardía y el español que se lleva a las islas es muy moderno en contraste
con el de América. Por este motivo, la hispanización de las islas fue mucho menor que en
Ámérica, debido en parte a la distancia y sobre todo a que las órdenes religiosas llevaron a cabo
la evangelización en los idiomas nativos desentendiéndose del español. Sólo una minoría culta,
relacionada con la clase dirigente y con la cultura hablaba español.
A raíz de la guerra de 1898 EEUU se anexiona las islas como colonia y se propone
instaurar el inglés como lengua oficial, cosa que consigue debido a la indudable eficacia de las
medidas tomadas. A pasar de ello, el español sigue siendo la lengua de una minoría dirigente
poseedora de buena parte de los recursos intelectuales y económicos.
En general se puede decir que le español de Filipinas recuerda más al español americano
que al de España y esto debido al prolongado contacto con el virreinato de Méjico, a pesar de lo
cual la norma peninsular se impone entre hablantes cultos. Los rasgos que presentan las hablas
más populares son:
a. Fonética:
1. Seseo y yeísmo.
2. Conservación en algunos casos de la aspiración de f- inicial latina: jablar (hablar);
jamnbre (hambre); jací (hice).
3. La j /x/ española se ha intensificado con la aspiración, lo mismo que ha ocurrido con
otras hablas americanas.
4. La F, sonido que no existe en tagalo, se sustituye por /p/ bilabial: Filipinas; pondo
(fondo); puelte (fuerte); puera (fuera); pastidiá (fastidiar).
5. Desaparición de –d- intervocálica.
6. Neutralización de /l/ /r/: mujer, maltín pescadol, talde, etc.
7. La –r final de los infinitivos suele desaparecer y es sustituida por una oclusión glotal
propia del tagalo.
8. El tagalo tiene un sistema trivocálico, que contamina al español y hace que las
vocales /e, o / se asimilen a /i, u/ respectivamente (retirar); ingrandicí (engrandecer);
pinsá( pensar), etc.

b. Morfología:
1. El artículo es invariable, tanto el definido –el –como el indefinido- un: el viento, el luna, el
murmuración.
2. Existe la contracción “del”, invariable también: del viejo; del mujer.
3. La preposición “na” (en la) puede desempeñar la función del artículo contenido en ella.
4. Al no existir el género en tagalo, no se ha conservado el del español. Las palabras salvo
las de uso más frecuente, son invariables.
5. En cuanto al número, el plural se forma o bien siguiendo la forma española, o bien con le
morfema independiente tagalo “mana”: el mana compañero =los compañeros; el mana puelco =
los puercos.
6. El adjetivo también es invariable, aunque pueden emplearse las formas españolas en los
casos de uso más frecuente.
7. La intensificación se logra mediante la reduplicación: bueno- bueno = muy bueno. O bien
con esta reduplicación más el sufijo tagalo “ng”: altong –alto; tristing –triste =muy triste. También
se usa “demasiado, masivo”: masivo malo el boca.
8. El sistema pronominal presenta las formas: yo, tú (junto a vos), ele; nisós (nosotros),
ustedes o vusós, ilós (ellos).
9. El verbo ha reducido su paradigma extraordinariamente. Sólo persisten: hay y tiene. La
conjugación se hace a base de partículas: tá (para el presente. Ej.: tá pensá = yo pienso), ya
(para el pasado. Ej.: ya pensá = yo pensé) y de (para el futuro. Ej.: de pensá = pensaré).

c. Léxico

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Mari Carmen Alonso Resumen TEMA 9

En el léxico están presentes diversas influencias. Así, encontramos arcaísmos castellanos:


el marzo, el enero; día lunes, días martes. Son relativamente frecuentes los mejicanismos: camote
= batata; chongo = mono; petaca = silla de manos; pepenar =cosechar.
Junto a estas influencias, se registran numerosos indigenismos, especialmente del tagalo:
aeta “indígena, negrito”; alamán “camarón”; alimango “cangrejo”; asuán “brujo, fantasma”….

EL ESPAÑOL EN EL MUNDO. PERSPECTIVAS DE DIFUSIÓN


El español, como ya dijimos al principio, es la lengua en la que se comunican 20 naciones
con un total de más de 200 millones de hablantes, lo que lo coloca en el tercer lugar en el mundo
después del chino y del inglés. Desde el punto de vista numérico se ve la importancia de nuestra
lengua. La explosión demográfica de Hispanoamérica coloca a nuestra lengua entre las de mayor
futuro. Pero esa misma extensión plantea problemas como el de la unidad de la lengua.
Así, ante la evidente diversidad que presenta en las distintas zonas cabría preguntarse por
la unidad actual y la perspectiva de fragmentación en un proceso similar al sufrido por el latín.
Desde la independencia de los pueblos americanos a principios del s. XIX se viene afirmando, con
un criterio naturalista, que el proceso de fragmentación es ineludible y que dará lugar a varias
lenguas. Esta posición fue defendida por los románticos americanos y por RUFINO JOSÉ
CUERVO. Frente a este determinismo, VALERA y ROSENBLAT opinan que la fragmentación
viene cuando una lengua se escinde en núcleos aislados y sin contacto entre sí, cosa que no sólo
no ocurre con el español actual, sino que está sucediendo todo lo contrario. Las relaciones entre
los diversos países hispanohablantes son cada día más intensas: se editan libros en ambos lados
de Atlántico; la literatura hispanoamericana ha encontrado en España el ambiente más propicio
para su difusión; incluso se publican secciones conjuntas en varios periódicos; además,
manifestaciones populares como las teleseries están consiguiendo que el español de América
suene en España como una variedad más.
Lo que quizá tenga que cambiar es la norma, al menos fenómenos tan extendidos en los
ámbitos del español como el seseo y el yeísmo y quizá algún otro. Pero esto queda en mera
hipótesis. En cualquier caso, estos fenómenos no se ven hoy como vulgares, lo que significa que
la norma social los acepta.
Cuestión distinta es el peso específico que nuestra lengua pueda tener y su valor como
lengua de cultura. La cultura de una lengua es la cultura producida por sus hablantes y en este
sentido la tradición cultural hispánica es rica; pero en nuestro tiempo la cultura está siendo cada
vez más técnica. En la ciencia, en la técnica, medicina e incluso en la música, los pueblos
hispánicos lo reciben todo de fuera. No se puede dudar del predominio casi absoluta de la cultura
anglosajona y por consiguiente del aluvión de palabras que nos están llegando procedentes del
mundo anglosajón, sobre todo de USA. Algunos ensayistas piensan que el español corre el peligro
de convertirse en una lengua coloquial, apta para expresarse en la intimidad familiar, pero incapaz
de ser vehículo de expresión culta.
Por otra parte, en España se ha tomado conciencia de la necesidad de proteger la
extensión de nuestra lengua y a ello está encaminada la reciente creación del Instituto Cervantes,
que centralizando todas las iniciativas para extender el español en le mundo, intenta conseguir
que nuestra lengua está presente entre las lenguas de cultura del mundo actual. La lengua es
expresión de los pueblos que la hablan y no cabe duda de que los pueblos hispánicos presentan
un presente a veces problemático, pero u futuro esperanzador. No es pecar de optimismo
augurara para nuestra lengua un puesto entre las más habladas, puesto que hoy tiene por
derecho propio y, junto con otras, es lengua oficial de los diversos organismos internacionales.

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