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¿En qué medida influyó la Primera Ocupación Norteamericana del 1916 al

1924 en la cultura dominicana?

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2441 palabras
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Sección A: Identificación y evaluación de fuentes

Debido a una inestabilidad política, social y económica, agravada por importante

deuda externa, Estados Unidos intervino la República Dominicana con propósito de

mejorar la situación de su deudor. En el trasfondo se encuentra el conflicto de la

Primera Guerra Mundial y la seguridad del Canal de Panamá y Golfo de México. La

ocupación alteró grandemente la cotidianidad dominicana con introducción de la cultura

americana a través de sus tropas, lo que lleva a la pregunta, ¿En qué medida influyó la

Primera Ocupación Norteamericana del 1916 al 1924 en la cultura dominicana?

A. Clío: Edición en el Centenario de la Ocupación Militar Norteamericana, 1916-

1924.

La revista del Órgano de la Academia Dominicana de la Historia del

1985 acota, como fuente, todo aspecto de la Intervención Norteamericana en la

conmemoración de 100 años de la llegada de las tropas americanas a la isla. Su

autoría fluctúa entre célebres miembros historiadores de la Academia, cada uno

con diferentes artículos que abarcan aspectos sociales, económicos, políticos,

culturales y militares. La Academia Dominicana de Historia, fundada en 1931,

tiene el objetivo de estudiar y conocer el pasado, principalmente el de la

República Dominicana. Esta fuente se presta valiosa debido a lo completa y

abarcadora que es: información general, especificaciones y análisis de expertos

en la historia dominicana, además de un listado de fuentes consultadas que

amplían el alcance del estudio. La fuente también abarca mucho particularmente

el tema cultural, lo cual tiene gran relevancia para este trabajo. Su mayor

limitación es el condicionamiento de una opinión antiimperialista pura y simple

recurrentemente contra la ocupación, sin ofrecer la perspectiva norteamericana.


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Además, la fuente fue escrita 100 años después de la ocupación, por lo que no

está cerca del momento.

B. La Otra Historia Dominicana

Este libro fue escrito por Fran Moya Pons, prominente historiador

dominicano reconocido a nivel internacional por sus estudios de la historia

dominicana. Con un propósito educativo y de análisis, esta publicación de Moya

Pons abarca una generalización sobre la historia del pueblo dominicano

especificando ciertos capítulos en los cambios de la cultura desde finales del

siglo XIX hasta principios del siglo XX. Debido a la información específica y el

renombre del escritor, este libro es muy valioso, además de la lista de otras

fuentes consultadas utilizadas por el autor al final de la publicación. Algunas

limitaciones importantes son su carácter general, abarcando siglos de historia,

por lo que la información es breve. Además, el autor tiene un prejuicio y opinión

no necesariamente positivos sobre la intervención, sin presentar alguna

perspectiva americana. Su limitación como fuente secundaria es la falta de

escritos y referencias de información en el momento de la ocupación.


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Sección B: Investigación

Para comenzar esta investigación hay que dejar claro que al referirnos a

“cultura” se señaliza “un conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos

de comportamiento que funcionan como un elemento cohesionador dentro de un grupo

social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan

fundamentar su sentimiento de pertenencia.”1 Este concepto definitorio de un pueblo

fue irreversiblemente influido por la Ocupación Norteamericana que comenzó el 4 de

mayo de 1916, con el desembarco en Santo Domingo. Perduró por los próximos 8 años,

hasta septiembre de 1924.2

Nacionalmente, a principios de siglo la República Dominicana estaba pasando

por una fuerte crisis política y una gran deuda externa reconocida.3 El asesinato del

presidente Ramón Cáceres el 19 de noviembre de 1911 seguía causando estragos en la

mentalidad del pueblo. Era un país sin forma, con un 80% de campesinos analfabetos

que no tenían ni orden ni identidad. Atraso extremo, reminiscencia de la sociedad hatera

que cambiaba desde 1870, con el comienzo de una pequeña industria azucarera y una

población que no sobrepasaba el millón de habitantes.4

En el ámbito internacional, en cambio, iniciaba la después conocida como

Primera Guerra Mundial en 1914, suceso que enfatiza un cambio en la humanidad. Con

esta viene la protección estadounidense de tanto el Canal de Panamá como Golfo de

México, con propósito de seguridad geo militar. Esto juega un papel clave en la decisión

de la Ocupación, al ser el Caribe zona de defensa estratégica, por lo que Puerto Rico

(1898), Haití (1915) y Cuba (1912) sufrieron intervenciones similares.5

1
Ennaji (2005), p. 19
2
Domínguez (2006), p. 6
3
Infante (2018), p. 6
4
Ramos (2016)
5
Pons (2008), p. 414
5

Desde este momento hasta su retirada, el país se verá transformado gracias a las

medidas impuestas por el gobierno de intervención y la interacción con los residentes y

militares estadounidenses. Los valores, las tradiciones, las creencias, el pensamiento y

los modos de comportamiento evolucionan en el atrasado ciudadano dominicano.

Comenzando por el deporte, con gran importancia por el apropiamiento del

béisbol como deporte nacional. En ligas internacionales el dominicano es ampliamente

reconocido, y esta profesión prueba ser aclamada por todo joven. Se juega en las calles,

los juegos son una festividad, y coexiste engranado en la cotidianidad. A principio del

siglo XX se fundaron algunos clubes de béisbol semi-profesional, el más notable el

equipo de Santo Domingo “los Tigres” del Licey.6

Algunos administradores militares norteamericanos proporcionaban dinero para

formar y adquirir utensilios para clubes de aficionados. También se organizaban

partidos entre clubes dominicanos y clubes de marines estadounidenses. Para finales del

1924, el béisbol profesional asumió la forma y estructura que mantiene hoy en día.7

En el aspecto musical artístico, el dominicano se apegaba mucho a su origen

merenguero. Este indudablemente se expande al introducir música y baile como el

Charleston y el Foxtrot. Así la mentalidad se desarrolla no solamente por medidas

políticas y educacionales, sino también indirectamente con las artes.

Lo mismo ocurre con la vestimenta. Anteriormente, el hombre dominicano

vestía siempre en chacabanas blancas, pantalones largos y zapatos abiertos, aunque se

frecuentaba mucho andar descalzo. La mujer acostumbraba a vestir moderadamente,

con faldas y blusas largas, zapatos abiertos y pelo recogido en trapos. Se trajo ropa

mucho más liviana y casual, faldas más cortas, camisas manga corta y shorts.8 Un

cambio en la comodidad del día a día, donde la imagen del individuo se relaja y se

6
COD (2017)
7
COD (2017)
8
Nolasco (2018), p. 74
6

adapta a la naturaleza del clima y de la situación social del momento. A partir de esto

nace una nueva imagen casual y progresa la inteligencia protocolar del pueblo.

Las ciencias de la salud estaban terriblemente atrasadas para la época y el

dominicano se concientizó en la higiene general y en la necesidad de tomar medidas

salubristas en la cotidianidad. Algunas de estas fueron el uso continuo de calzado,

lavarse las manos antes de comer, fumigación de las cunetas y áreas públicas, uso del

Flit (producto mata mosquitos), entre otras. Rutinas que aparentan obvias o lógicas que

no se tenían antes de la ocupación ahora se cumplen sin pensarlo dos veces. Pero más

importante aún, se cultivó la educación médica mínima, trajeron medicamentos

antiparasitarios, y se hicieron esfuerzos contra la tuberculosis, el paludismo y la

uncinariasis (enfermedad que entraba por los pies). Crean en 1919 la Secretaría de

Estado de Sanidad.9 Aunque muchos dominicanos, sin importar los aportes de la

atención médica, reusaron ser atendidos por doctores norteamericanos por una actitud

patriótica.

Otro aspecto influenciado fue la alimentación, con la importación de productos

como los espaguetis, la avena, alimentos enlatados, máquinas de moler carne, entre

otros.10 Aquí no se conocía nada que no fuera producto nacional, por lo que la

ampliación nutricional fomentó además la economía y cambió el hábito de consumo. De

esto también nace una nueva mentalidad consumista, siendo Estados Unidos una

potencia que gira en torno al mismo.

Se tomaron docenas de medidas para el desarrollo de la economía del país.

Fundaron industrias cañeras y fomentaron las exportaciones, expandiendo los fuertes de

la producción nacional (agricultura y ganadería). Esto trajo empleos y un desarrollo del

sector industrial. Inducido por la Primera Guerra Mundial, entre 1918 y 1921 ocurrió un

9
Stern (2016) p. 170
10
Mejía (1976) 126
7

suceso conocido como la “Danza de los Millones”, con un crecimiento económico

exorbitante por el elevado precio de los productos de exportación. Terminó con la caída

de los precios y una depresión del mercado internacional, lo que sumió al país en una

nueva crisis.11 Por otro lado, se organizaron y titularon las latencias de tierra, las cuales

no se tenían ni se veían necesarias, lo que trajo inversión y comercio.

Otra forma de incidencia directa fue el aporte a la educación. Mediante la Orden

Ejecutiva No. 114, de en diciembre del 1917, se dispuso la instrucción pública

obligatoria para los menores entre 7 y 14 años. Además, para sustentar el nuevo código

educativo implementado, en el 1918 el 12% de los gastos generales del Gobierno

Militar fueron a la educación.12 Lo importante de esta imposición educativa fue la

posición amplia, liberal y democrática que tomó el gobierno al no sesgar el

conocimiento, ni forzar el aprendizaje religioso. Se creó un ambiente de estudio

próspero y fructífero que establece un hito en la formación del dominicano corriente

previamente analfabeto hacia un ciudadano emprendedor.

Un puente de conexión cultural interna que se aportó fue la construcción de

carreteras. Este era un país de pueblos desconectados, donde no se compartía la

identidad individual. Para viajar al Cibao solo había un ferrocarril y era normal el uso de

la navegación para trasladarse.13 Es por esto que estas nuevas vías probaron ser claves

en la conexión y desarrollo. Fueron las comunicaciones terrestres las que dieron acceso

a lugares remotos para el intercambio de productos, hábitos culinarios, habitantes, etc.

Por otro lado, hubo una ampliación sustancial de los sistemas eléctricos. Fue un

cambio de vida que acercó al dominicano a la realidad del momento tecnológico, lo cual

evidentemente define la normalidad actual. Otra agregación de la misma índole fueron

las ampliaciones de los acueductos. El gobierno de Ocupación gestionó y obtuvo el

11
Pons (2008), 423
12
Ibídem, p. 405
13
Ibídem, pp. 425-426
8

préstamo para el acueducto de Santo Domingo para finales del 1924.14 Así mejorando la

calidad de vida y la salubridad de los hogares.

Estas fueron algunas de las medidas tomadas de organización ayudaron a

estabilizar al país. No solo se hicieron reformas estructurales, más bien se propulsó el

desarrollo en su totalidad. Hubo un cambio en las costumbres y la psicología. Es decir,

los empresarios norteamericanos influyeron de forma directa en la expansión mental del

dominicano. De manera que se llevó al país a un mayor desarrollo, una prosperidad real

y proliferación de actitudes progresistas y un espíritu de superación, despertando una

disciplina de trabajo y forjando los inicios de lo que actualmente es considerada la

identidad dominicana definitoria.

14
Vega (2016), p. 219
9

Sección C: Reflexión

El trabajo de un historiador es el fruto de un proceso mucho más complejo que la

mera información: conlleva investigación y análisis. Al seleccionar una pregunta de

investigación se identifica un ámbito histórico por indagar, pero la búsqueda de

información no es fácil, y unir los hilos que conforman la perspectiva resulta ser un

proceso tedioso y frágil.

El valor de esta investigación se centra en identificar, analizar, comparar,

contrastar y evaluar las fuentes. Además, fuentes con cierto nivel de sesgo son

inevitables y frecuentes, por lo que el trabajo del historiador recae también en

determinar la realidad del hecho y la imparcialidad propia.

Otro aspecto que se vio recalcado en el desarrollo de la investigación y en la

búsqueda de fuentes es que no existe una fuente principal de la cual todo historiador se

recuesta. La historia es contada un millar de veces, aunque sean exactamente los

mismos hechos, porque con cada recuento hay un cambio en el enfoque, en la opinión,

en la conexión o en el relato del hecho, que puede alterar severamente la interpretación

personal del lector. Por esto terminar cuestionando la subjetividad de un trabajo resulta

ser inevitable, comprendiendo que mientras más opinión exista, se crean más sesgos

muchas veces inconscientes. Es por esto que la limitación más grande en este trabajo es

la influencia de los enfoques de corte dominicanista en la casi totalidad de los

historiadores y el no tener acceso a fuentes norteamericanas de la época. Muchas de las

fuentes arrojan un sesgo de ideología anticapitalista con una negación patriótica a

reconocer los tangibles beneficios prácticos de la Ocupación. Por otro lado, la censura

en los medios de comunicación impidió que se registraran las críticas informaciones en

acontecimientos al momento que sucedían dejando espacios vacíos en la información de

acontecimientos cotidianos.
10

Referencias:

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1924? Acento. Tomado de: https://acento.com.do/2016/cultura/8373178-como-cambio-

culturalmente-el-pais-la-intervencion-militar-de-1916-1924/

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Domingo: Clío. Ed: Academia Dominicana de la Historia, pp. 161-178.


11

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Vargas, R. (1928) El Pueblo Dominicano frente a la Intervención Norteamericana.

Santo Domingo.

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paulino-ramos-cambios-culturales-provocados-la-ocupacion-americana-1916/

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Sprincer Science & Business Media, Morocco.

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