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‘THE LIBRARY OF THE UNIVERSITY OF NORTH CAROLINA AT CHAPEL HILL. La Ciudad Postmoderna ENDOWED BY THE DIALECTIC AND PHILANTHROPIC SOCIETIES PRESENTACION DE LA COLECCION, La eolein “Intersecciones, Arte y Arquitectura” ofrece un congunto be situlos caractorszads por ef gran aleance de ls temas afrontades, Respondisnds, en todo caso, a un planteamuenta de rguracs rmvestigaciéa, (as propurstas edisorales se densificarin por la ognificativa iplicacin de Aiveris dnbivs de a cultura, De este modo, arte arguitectura, urbanism, stitca, bistora.srin camper del saber qu se ntervelaconascin activamente ex el anterior de bas etic comdevadas, syprando las estéilesbarreras dscplinares.Profendizando en aspetosfundamentales dela actualidad (504 en el stor de ka proyectaién y produeciOn, como ot el de lor esadins erht- 05, fa coleciOn pretende suger proBlendticas cuetsionesvivas que ataon de rpial manera al mando profcional y unsverstartn, La Ciudad Postmoderna Maia ¥ Min METROPOLIS CONTEMPORANEA GIANDOMENICO AMENDOLA CELESTE EDICIONES DO BELA (Coleccisn: INTERSECCIONES, ARTE Y ARQUITECTURA Director: Antonio Pissa Tieulo original: La cud postmadema. Mage e paure delle memopel contemporanea, Giandomentco Amendola. © 1997, Gius. Latersa & Figli Spa, Roma-Bari Esta obra ha sido publicada con el permiso de EULAMA Literary Agence, Roma. ‘Copyght de esta edictén: © 2000, Celeste Ediciones Femando VI, 8, 1° 28004 Macrid eis 91 310 05 99/902 118 298, Fax: 91 310 04 59 Exmail celesteMfedecali.es worw.celesteediciones.com Teacuceién: Marisa Garcia Vergoray y Paolo Sustersic Iustracién de la cubierta © 1998, Paolo Susterstc, Times Square, Nueva York. ISBN: 84-8211-239-2 Depeéstto legal: Mo4 418-2000 Quetan prominent actin, el leaba —como subrayan las gufas de fa ciudad y los peri6dicos de la época— aparatos forométricos para optimizar las 1ostalaciones. 1a difusién del alumbrado a gas permitfa efectos absolu- tamente nuevos sobre la imagen de Ja ciudad geacias a la mayor potencia y estabilidad de esta fuente luminosa. Esta era capaz no sélo de iluminac el entorno inmediato del tran setince —como se pedfa.a las lamparas de aceite— sino que. ‘por su mayor potencia y capacidad de alumbrar, también podia crear espacio luminoso urbano wisible «distancia. Con 2A CIUDAD POROSA Ja lampara de gas, capaz por primera vez de iluminar la c1u- dad y no s6lo pequefios espacios puntuales, nace ia idea de Ville Lumigee que indica, contemposéneamente, la ciudad vivible sin solucién de continuidad tambiéa por la noche gea- iasal alumbrado artificial y a cradad que, gracias asus Iuees deviene especticulo y acontecimiento. i Junto con la difusién de las ldmparas de gas se desarrolla la sndustria de las farolas que en Francia aleanza dimensiones y cualidades absolutamente descacadas, haciendo del mobiliario uurbano, con un siglo de anticipacién respecto a las cendencias actuales, una ocasién sistemtica de negocios. Los nombres de algunas de estas empresas —como por ejemplo Val d’Osne 0 Salin— se harén famosas en pocos afios. Mientras que el pico de gas €s igual para todos, las facolas diferencian a los batrios (hoy en Paris existen 150 tipos diferentes de ellas), Los barrios ‘cénzricos se dotan de farolas en forma de candelero que forman ‘parte de la amagea de Paris desde hace un siglo, la periferia y les nuevos amondienets por el contrario, son equiptdos con rolas de base cuadrada, escuetos y menos potentes. La cuali- ad de la iluminacién se convierte asf en factor de visibilidad de Ia esteatificacién de los espacios de la ciudad. ‘Las léemparas de gas, aun siendo poco précticas por el volu- ‘men de las inscalaciones y los tiesgas de incendlios, confieren tun claridad difusa y una atmésfera mégica a las calles gracias na luz suave, variable y ambigua empleada todavia hoy en algunos barrios hist6ricos para el goce de Los euristas. La luz eléctrica, cuando aparece con las limparas de carbon ¥ de arco voleaico no encuentra un éxito inmediato porque se Ja considera demasiado Laminosa y frfa: funcional pues, pero carene de encanco, Cuando en 1877 LAvenue de LOpers se iltumuna con Juz eléctrica, et piblico queda admurad Trop blanche escriben tos patisinos a los periédicos. es Platz, la primera plaza de Berlin alumbrada eléccricamente, es LACIUDAD POSEMODERNA representada en el famoso cuadro de Cael Saltzman como un campo oscuro ¢ indiferenciado, en el que priman puntos de extrema himinosiclad, blancos y frios y carentes de relacién con la calle y ja vide. Los primeros verdaderos usuarios de la aueva TACIUDAD POROSA Por la noche la iluemunaci6n permite construit na imagen anteigante y seductora de la ciudad. Chicago en una postal d aos veinee y hoy. lu eléctrice fueron las obras viarias —como las famosas de la Rue Rivoli en Paris— antes que las calles misma. Ja verdadera Ville Lumitre nace cuando la ciudad se ilu- mina por energfa eléctrica, después que Edison, hacia 1880, inventata la lampara tncandescente, nuestra bombilla, El éxi- toes iamediato y se extiende gracias al costo relatavarmente ‘bajo de las snstalaciones, la facilidad de gestidn y, sobre taco, laductilidad y Ja versatilidad de la Lampara. Ia afirmaci6n defi- nitive de la Kémpara de Edison como herramuenta insustitui~ ble para Ia vida de ta ciudad coincide con la Exposicién Universal de Parfs de 1900. Es el triunfo del modernusmo y de la luz. eléctrica: la limpara incandescente permite por pri- mera vez pfesentar en escena —al cérmino del ballet Excelstor— tuna imagen plausible y coherente con el smaginario LAGIUDAD POSTMODERNA colectivo de la Diosa Razén del siglo de las luces y de la Diosa Ciencia del siglo siguiente, Con ocasién de ta Exposicién Universal de 1900, la ciuded 10 sélo seré iluminada como el dfa, podriainos decir teniendo ‘en.cuenca la époce, sino que serd reescrita y transfigurada por el uso de la ilumsnacién nocturna, La lémpara, dela que se pue- den controlar a placer tiempos, rstmos, colores, se convierte en ‘un instrumento de escricura/reescritura del texto-ciudad. la kuz se convierte en signo. ‘a luz eléctrica deviene sinémimo de ciudad, La luz transfi- gure la noche; es la noche iluminada que crea la sensacién de ciudad. Lamitre de da Ville, City Lights, luces de la ciudad son expresiones que por su capacidad evocadora y metaférica han secvido para connotar épocas, situaciones, obras de arte En el perfodo de entregnerras, 1a evolucién del alumbrado urbano da un salto adelante también gracias al ne6n y al uso sntenstvo de ia luz artificial que redefive la jcrarquia de los espa- caos urbanos, favoreciendo los procesos de polarizacién. También Ja arquitectuca sufre los efectos de la nueva luz que, empleada de forma masiva, convierte a las fachadas en menos smaportantes que su envolcorio luminoso 0 puede eransformar —como advierte Bob Ventun— al edificio en simple soporte de mensajes y anuncios Jumsaoses. Las ordenanzas municipa- les de Nueva York, por ejemplo, imponen, ya en los aos vesn- te, que en los paiacios de Times Square, independientemente de la presencia de anuncios publicitarios de ne6n. se deban ilu- ‘minar por lo menos 40 metros de su superficie externa. Ta luz permite reconstruir un mapa de la ciudad propor- cionando # Jos espacios seguridad o inseguridad, straccién 0 repulsiéa, éafasis o disimulaci6n. El juego de la iluminacién puede dara uo lugar seguridad 0 sensaci6n de insegucidad. Una ssl iluminada en el mac oscuro de la ciudad se convierte nacu- ralmente en un iméo irresistible. La iluminacién, sin embar- 14 LACIUDAD FOROSA 80, no ha servido sélo para asegurar funciones inmediatamen- te instrumentales garantizando a la ciudad, también por la noche, seguridad, accesibilidad, posibilidad de uso, Ella pec- mute ala ciudad, gracias al control de la variable Itz la crea cién de una imagen propia mejor y sugerente. La luz, enfati- zando y escondiendo, puede incluso reescribir a la ciudad. Por la noche, el alumbrado contribuye a la imagen urbana también de otra forma, més sutil, eteando 0 modificando sen- saciones: la ciudad se transforma en atmésfera. En Beacon Hill «en Boston 0 ¢0 ¢1 Marais en Paris, las farolas de gas 0 los can- delezos con su luz suave confieren no s6lo la imagen de ia his- foricidad sino también aquélla de la andeterminaciéa del recuerdo. Crean una ciudad diferente gracias al acentuado con- ‘tmaste con la ciudad moderna. En la ciudad del recuerdo el tiem= ‘Pose vuelve més lento, Ia Luz no deslumbra, Jas expertencias en la ambigiiedad de las medias luces son ulteriormente sub- jetivizadas, 1a velocidad se apaga. ‘Nace en Francia una nueva profesién, lade los cmcaptaurs-lunié- re, que firman grandes obras de alumbrado urbano convit- 1€adose, por lo menos en su propia ciudad, en personajes tan famosos como los arquitectos de los monumentos a los cuales ellos dan oueva vida nocturna: Louis Clatr hace brillar el Grand Arche de la Defensa, Yann Kersalé los docks de Saint Nazaire y Claude Engle ta purémide de Pei en el Grand Louvre, Jean-Michel Jatre organiza en Paris y en Houston conciescos urbanos de luces redibujando y transformando en acontecumientos y especticulo ‘alos edificios modetnos y a las grandes torres de los distritos financieros. El resultado es extraordinario aunque inquiecan- te, por el efecto increfblemente homologante que este tipo de operaciones produce en el sépline usbano, ‘También la ilumunaci6n interior de las oficinas constituye par- te integrante del cisyscqpe nocturno de 1a metsépolis: en el styhi~ se de Nueva York —séyline metropolitano moderno por exce- us {LA CIUDAD POSTMODERNA lencia— a Luz sntemna de los rascacielos deviene factor consti- ‘ranivo de la imagen ce a cmndad piiblica, perdiendo de hecho toda ‘capacidad de evocar Ambitos domésticos 0 en todo caso privados, como sucedia en Ia tradicién literaria y Figurative romneice En la moderna metr6polis nocturna la 24-hours-crty—. 8 decir, la city-areund-theclock. en Ia cual la vida fluye entre horas punta pero no se detiene jamés— ia ihiminaci6n no solo tiene la funcién de mantener sempre vivo el efecto de la ciudad acti- vay despiecta, ¥ permutile vivir unificando dia y noche. Junco al sistema de jluminacién funcional que debe permitir la pro duceidn, la cxrculacién y la vida de la ciudad, hay un sistema de alumbrado que podsfamos llamar pedagdgico, que aprove- cchando la acche, camunica mediante la ted de los monumen- tos, de los simbolos y de los recorridos, Ja tustoria de la ciudad, Léger obcavo consenso cuando en 1937 propuso empieat a 30,000 desocupados para limpiar os palacios de Patis (pro- ‘puesta por otra parte similaca ia més reciente de Malraux, prt~ ‘mer ministro de Cultara en la Francia de la postguetsa) de ilu munar la ciudad en un juego de luces que cuviese origen en la ‘Torte Eiffel con acompafiamiento musical. * La propuesta se hha perdido en los afios reapareciendo en ocasién de grandes cele- braciones, como por ejemplo el bicentenacio de la Revolucién en Patis en 1989. Ta iclea de Jans et bumiére sucinanio se hia difundido y conso- lidado ¥, por lo tanto, ya no existe gran ciudad que no use a la tnoche y Ia capacidad de enfatizaciGnidesenfacizaci6n ofrecida por el alumbrado piblico para construir tna imagen cautiva- dora y cotalizadora de sf misma o para reescribir su histori, or la noche, més que nunca, la ciudad se convierte en un texto que es posible escribir y reesctibir manipulando inte- rruptores y redstatos. Las luces permiten resaltar 0 hacer desa- ‘parecer —a través de un monumento o de una zona — un acon tecimiento, uaa época o un aspecto de las vicisitudes de ta ciu- LACIUDAD POROSA Cor ta tue, exateando y ocultando, se puede incluso reescribis la ciudad Ya historia, como en Berlin en los aos trenta, dad. Por medio de la tuces de 1a cindad es posible reescribie orwellianamente capituios enteros de historia, En Ja oscutidad el juego de las tuces permite a la ciudad enfa- tizar y desenfatizar 0, hasta incluso, dar existencia o hacer desa~ parecer algunas de sus partes. Con un golpe de sneetrupeor pue- iden clesaparecer barrios enteros dejando a los demés la posibr- lidad de convercuse por contraste en la ciudad entera. El inte~ smuptor puede, iluminando y subrayando monumentos, edificios, espacios y recorridos, desatacar momentos y prota~ fonustas de la hustoria de la ciudad. Puede también hacerlos desaparecer en 1a noche desplazdndolos del papel de monu- mentos al de presencias fisicas sin sentido. Los batews-mowohe wartan y reinventan la bistoria de Francia pata los turistas, entregando una de las mas bellas arterias de LACIUDAD POSIMODERNA Pacis, el Sena, a la banalizaci6n del imaginario turistico. Ua sabio uso de luz para los peatones en la riberas de Lyon puede crear, en cambio, una imagen histérica —Lyon, ciudad de las luces— articulada y no groserameate autocelebrativa, NOTAS “Vega Glin and Coat Arica, Ne Yo, -MOMA 1968 cue Copia Corio Arg Bes Gra i972 gee coma inewe os pen nes ean ana dude ecu pce dele lar nocame despot lumina mince ea de fret finda alae} bas luces sen slate eda dl ep Pec mean wal eo um place par imino aloes oe cos ues qtses omen alee ecopee ge Bae ct Doyen Me Ce The Cay of Clone Many, Ha inagry ond ‘chitin Braamen, Comeige Oar), MIT ro, 1954, p30 oA Wier Th Acie! Une, Coneige as), Mi Pes, 1998 2 ‘J. Lechte, (Not) Belonging in Pasemadern Space, en Watson, Su. Git tes amare Cond Spr Carbcdge, Blackel 1o95, pe. 95-11 7 cp" Noples” eo One Way Sra her Wrgs Sota, $e Lee e198 pp. 167176 «°F mean, of Cy Loni Cali Bare, 1988p. 160. At Mee Ue ine Aros od Um, Noe Yor The He Pet, 1997 i Chane, sines whoa maps J BisB. Car ts) ogg Pats ils, iba! bn Lae, Row. 1993, rite e ‘1D. Mac Cannell, Empty Meeting Grounds: she Towrsst, Lousites, Routledge, wp Pal Ley M. Sega, Angi tea, Pas, Cee Gers Pompido 198.6 43 Pgs Choque eile lamas Pati PUR, 197 ° RL Bove het Powe Uh onc Appa Conte Sana ai gee Pe ee) tal Prte, Lone, Seas 195. ‘V. LOS PRINCIPIOS ORGANIZADORES DE LA CIUDAD NUEVA Es probable que la expresi6n Renacimienco Usbano sea exce- siva 0 desviante, como Lo son por otra parte la gran mayoria de las aproximaciones hust6ricas de este tipo. Ella logra, sin embargo, dar cuenta con suficiente precisién de dos aspectes de la sieuacién urbana contemporiinea: uno culrural y el otro ‘estructural, En primer lugat, se manifiesta una crecieate cen- tralicad de la experiencia urbana y una mayor presencia de la ‘ciudad en la conciencia del hombre contemporéneo. La ciudad se transforma profundamente y se predispone aser mucho mis ‘que en el pasacio una experiencia toralizadora para su gente? ‘También para los que no viven en 1a ciudad, el horizonee cul- tural y hasta el téemino respecto al cual meditse lo consticuye la ciudad. El mundo entero, finalmente, tiende a ser ciudad. Por otca parte est la rapicez del cambio, que esté transfor- mando con intensidad y ritmos increfbles a Ja ciudad con- tempordnea de una forme mucho mas profunca de cuanto se hhabfa dado en el pasado. En efecto, ya ha concluido, sobre coda ea Europa, la fase de la expansidn de Ia ctudad basada en la adi-

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