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LA INDEPENDENCIA
EL MOMENTO HISTORICO
Los difíciles años que llevaron a la Audiencia de Charcas a su independencia
con respecto a España, y a su autonomía con respecto a los dos virreinatos
de los cuales dependió alternativamente, del Perú y del Rio de la Plata,
dejaron a la nueva república de Bolivia en una situación política inestable y
con una economía destruida. En su independencia como en la de toda
América, actuaron factores externos, tales como las ideas prevenientes del
iluminismo y el racionalismo filosófico, ideas emanadas de la revolución
francesa y de la emancipación de los Estados Unidos. Inglaterra por su
parte, no perdía la mira sobre un continente que siempre había ambicionado
como potencial mercado para su comercio de ultramar.
En las postrimerías del siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos III, España
implantó un nuevo sistema administrativo sustituyendo los corregimientos
por las intendencias (1782). Las reformas también tuvieron lugar en el
territorio de Charcas que salió de la jurisdicción de Lina para formar parte
del Virreinato de la Plata, cuya cabeza era la ciudad de Buenos Aires. A estos
factores de tipo administrativo se sumó la ideología imperante lo que dio
lugar a la inestabilidad política. Hay que añadir a ésta situación los interese
de buena parte de América del Sur que colocaron a Charcas en el centro
mismo de un continente totalmente convulsionado.
En estas circunstancias es cuan do Napoleón Bonaparte invade España
(1808) lo que, repercutiendo en toda América, desencadeno el proceso
libertario. La lucha se inició con las rebeliones de 1809, luego de las cuales
llegaron a Charcas ejércitos provenientes tanto de la Argentina y Perú, como
de la Gran Colombia.
Al analizar la ambigua situación por la que atravesaba Charcas en las
postrimerías del siglo XVIII y comienzos del XIX cabe destacar varios hechos
ocurridos en el transcurso de los 16 años de guerra interna (1809 – 1825),
los que fueron definiendo el destino de la Audiencia. En primer lugar
tenemos los levantamientos de Chuquisaca y La Paz (1809) y la
independencia de las provincias del Rio de la Plata con su consolidación
mediante el Congreso de Tucumán (1810), lo que determinó el envío de
ejércitos auxiliares argentinos para independizar el Alto Perú, nombre con
el que a fines del siglo XVIII se conocía a la Audiencia de Charcas, la que
desde 1776 formaba parte del Virreinato de Buenos Aires. Las misiones
argentinas fracasaron y dejaron una huella de amargura y descontento, sin
embargo muchos rebeldes mantuvieron hasta el fin su relación con la Junta
de Buenos Aires. En este proceso libertario cabe destacar la acción interna
que se lleva a cabo desde Cochabamba, así como la participación indígena.
Los indígenas estaban divididos, pues mientras una buena parte luchaba
con los patriotas, otra luchaba dentro de las fuerzas realistas, en tanto que
un tercer grupo conservaba un carácter autonomista y reivindicatorio, en
algunos casos, intento la reconstitución del incario.
En el período que va de 1811 a 1821 nacen y se consolidan las guerrillas
formando Republiquetas, las que mantienen el espíritu libertario en un
territorio controlado por los realistas, ideología ésta última con la que
muchos ciudadanos simpatizaban. Las guerrillas, según algunos autores,
con su entusiasmo libertario, su falta de medios y sus deficiencias
administrativas fueron el modelo de la futura república de Bolivia. Durante
los 16 años de lucha los diferentes grupos guerrilleros fueron cayendo,
llegando hasta la independencia, sólo la republiqueta de Ayopaya.
Pese a los repetidos brotes de independencia el territorio de Charcas hasta
el año 1821, estaba controlado, al menos parcialmente, por las fuerzas
realistas y las ciudades participantes con ese orden de cosas. A partir de esa
fecha, se movilizaron los ejércitos de San Martin y Bolívar, que deseaban
llegar a Lima para conso0lidar la independencia de ésta parte de América
para ello dejaron de lado a Charcas, sujetándola indirectamente al destino
del Perú.
José de San Martín, después del fracaso de los ejércitos auxiliares,
abandono la idea de llegar a Lima atravesando Charcas y decide cruzar la
cordillera de los Andes para llegar directamente a Chile y, desde allí, llegar
a Lima por mar; Bolívar, luego de la batalla de Pichincha (Ecuador), intenta
alcanzar por tierra la capital del virreinato del Perú. Antes de que esto ocurra
ambos libertadores se reúnen en Guayaquil donde tienen una entrevista,
después de la cual San Martin se retira dejando libre el campo a Bolívar.
Para entonces, muchos ciudadanos alto peruanos pertenecientes a las viejas
familia, ya luchaban del lado de la causa patriota que era la única opción
posible en la América libre, tal fue el caso de Agustín Gamarra, Andrés de
Santa Cruz y José Ballivián quienes en el transcurso de los años serían
figuras importantes para la historia de Bolivia.
Después de la batalla de Junín y Ayacucho (1824) sólo quedaba un reducto
realista y autonómico: el ejército comandado por Pedro Antonio de Olañeta
que se negó a reconocer la capitulación de Ayacucho manteniendo su
ideología absolutista. El general Olañeta murió asesinado en Tumusla en
abril de 1825, con lo cual desapareció de Charcas el último reducto realista.
Poco antes de ese suceso, el Mariscal Sucre, que ya había penetrado en el
Alto Perú siguiendo órdenes de Bolívar, emitió el decreto de 9 de febrero de
1825, reuniendo a la Asamblea que determinó el destino de la futura Bolivia.
Los doctores alto peruanos, Como Casimiro Olañeta no fueron ajenos a éste
hecho.
SUPERFICIE Y POBLACION
El territorio de la República comprendía el que anteriormente había
correspondido a la Audiencia de Charcas, con una extensión de 2.363.729
kilómetros cuadrados, en la actualidad la superficie es de 1.098.581
kilómetros cuadrados, producto de guerras y tratados diplomáticos, dividida
en cuatro intendencias, desde 1776, cuando pasó a depender del Virreinato
de Buenos Aires. Sus principales ciudades eran Chuquisaca que asumió el
papel de capital con el nombre de Sucre, La Paz, Potosí, Cochabamba,
Oruro, Santa Cruz y Tarija. Según Gabriel Rene Moreno, Chuquisaca era la
ciudad más opulenta después de Méjico y Lima, pues en ella residían, los
ricos mineros potosinos, que consideraban a la antigua ciudad argentífera
como un centro de trabajo y penalidades, con un clima inhóspito,
prefiriendo vivir con comodidad de Chuquisaca.
La población del Alto Perú era, aproximadamente, de un millón de
habitantes, cifra en la que concuerdan historiadores como Carlos Pereira y
Luis Alberto Sánchez. El censo de 1831 dio la cifra de 1.018.900 habitantes,
habiendo sido el primero que se levantó. De éste modo la población boliviana
era mayor que la Chi le y aún
que la de Argentina. Hacia 1825, los blancos ocupaban los centros urbanos
junto con una gran mayoría del mestizaje, los aymaras continuaban en las
tierras altas de la meseta andina, los quechuas se aferraban a los valles
donde los había puesto el inca y los selváticos, constituidas en pequeñas
tribus huidizas, perpetuaban su vida nómada en la inmensidad de los llanos
Orientales, dice Fellman: la población era eminentemente rural: el 40 % del
país rural, estaba formado por latifundios, el resto se dividía entre los ayllus
(comunidades) y lo que habían ocupado los guerrillero.
SITUACION ECONOMICA
No es fácil hacerse cargo de lo que significó para la Audiencia de Charcas el
paso de cuatro ejércitos extranjeros que veían al territorio del Alto Perú como
un emporio de riqueza con el que pretendían solucionar sus deuda de
guerra. El saqueo de los fondos de la Casa de la Moneda, las confiscaciones,
los prestamos forzosos, el saque de la platería en las Iglesias, dejaron al país
y sus habitantes en extrema pobreza y exhaustos. A esto hay que añadir el
abandono de las tierras por causa de la prolongada guerra, cosa que
también ocurrió con las minas. Los obrajes, muy venidos a menos desde
1781, continuaron en una franca decadencia, la que concluyo con su
desaparición a raíz de las importaciones inglesas de telas y ropa.
El historiador Herbet Klein cuantifica parte de éste desastre. En 1803 en
Potosí había 40 ingenios mineros, en 1825 apenas funcionaba 15. Valga
decir que durante la colonia llegaron a funcionar 120 ingenios. A fines del
siglo XVIII se producía un promedio de 385.000 marcos de plata anuales,
cifra que al terminar la guerra de la independencia había descendido
200.000. A mediados del siglo, por falta de inversiones, fue imposible el
desagüe de los socavones anegados, en Bolivia había más de 10.000 minas
abandonadas. Los centros más afectados fueron Potosí y Oruro según
Pentlan (1827), la primera de estas ciudades tenía 9.000 habitantes,
quedando ya muy lejos los más de 100.000 calculados en el siglo XVII.
Oruro, a principios del siglo XIX, tenía sólo 4.500 y Chuquisaca había
quedado reducida a 12.000. Sin duda, los efectos de la guerra habían sido
devastadores. Pese a circunstancias tan adversas dos ciudades lograron
mantener un índice demográfico razonable: La Paz con 40.000 habitantes,
que pudo sostenerse gracias a la diversificación de sus actividades y
Cochabamba muy ligado al agro. Esta última tenía 30.000 habitantes.
Todos los productos, ya sean mineros o agrarios, tenían graves dificultades
para ser transportados. Por una parte se habían cortado las transacciones
con la Argentina y Lima, y por otra, a los pésimos caminos se unían se unían
las restricciones arancelarias impuestas por los tres vecinos: Perú,
Argentina y Chile. El puerto boliviano de Cobija, por su poca accesibilidad,
no solucionó el problema.
Finalmente estaba la situación del indígena cuya presencia efectiva era
mayoritaria aunque se veía privado de todo tipo de presentación política por
las condiciones del voto. Las excelentes disposiciones que consideraba la
supresión del tributo no pudieron ser aplicadas, pues el país totalmente
esquilmado había contraído deudas ajenas, como mantener el ejército
colombiano y no tenía con qué solventarlas. Esta situación obligó a
reimplantar el tributo indígena que sumado a la liquidación de sus
privilegios, ejercidos a través de los caciques deja al indígena camino a la
total indigencia. Las clases dirigentes, criollas en su mayoría, mantuvieron
un sistema de sujeción para el indio, heredado de la colonia, sistema en el
que habían basado buena parte de su prosperidad.
La Iglesia era, sin duda, el componente económico más poderoso; los bienes
acumulados durante casi tres siglos eran tentadores, más aún para un
gobierno descapitalizado y francamente anticlerical, como fue el gobierno de
los libertadores. Por ello extraña la confiscación de los bienes de la Iglesia
por parte del Estado, su situación que se dio en muchos países. Los edificios
se destinaron a cuarteles y obras educacionales y de beneficencia, aunque
lo conseguido con ésta medida no basto para equilibrar la tambaleante
economía del país.
ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS
1.-Qué hechos configuraron el contexto histórico de la creación de Bolivia
2.-Qué significo para los indígenas la creación del nuevo Estado
3.-Por qué Sucre vino al Alto Perú
4.-qué significa el Decreto de 9 de febrero de1825
5.-Como estaba constituido la población boliviana
6.-Por qué era desastrosa la economía boliviana al nacer a la vida
independiente
7.-Sobre que base se constituyó el territorio de Bolivia
8.-Cual fue el papel de Sucre en la organización del nuevo país
9.-Qué plantean los Decretos agrario de Bolívar
10.-Por qué los indígenas no fueron propietarios de las tierras que ocupaban