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NUEVA ALIANZA 233 AMEDEO CENCINI {HA CAMBIADO ALGO EN LAIGLESIA DESPUES DE LOS ESCANDALOS SEXUALES? ANALISIS Y PROPUESTAS PARA LA FORMACION: EDICIONES SIGUEME SALAMANCA 2016 1 ESCANDALOS SEXUALES Y LECTURA «ESCANDALOSA» Expfotaron con fa violencia de un tsunami. ¥ encima en un ‘momento en que la Iglesia estaba suftiendo grandes tensiones, tanto internas como externas, Pero, a diferencia del tsunami, este maremoto-teremoto no ha afeetado tinicamente a una zona particular de Ia Iglesia, sino que ha sido general ha afectado a la Iglesia entea, tanto por la extensidn geogrifica del fendmeno (desde Attica 1 los Bsta- ddos Unidos, desde Inlanda a Brosil, desde Australia a Filipinas) ‘como por Ia extensién a los distintos grados y aiveles de los «clesiistcos implicados: desde simples sacerdotes a famosos monsefiores; desde el educador de un colegio a excelentes pro- fesores © catedriticos de Institutos de Teologta o de Universi- \lades Pontificias; desde pirrocos a obispos; desde muncios a cardenales; desde seminarstas de los que se esperaba mucho Fimdadores de eran carisma; desde In religiosa piadosa y en lwegada hasta la superiora maternal y cuidadosa (demasiado, sin dud); desde el religioso que se desgasta por los pobres al cura gordo burgués rodeado de Iujos y comodidades; desde sacerdote en activo al que esti ya jubilado; desde ol elrigo Joven més 0 menos idealista al anciano confesor o padre espi- ritual de gustos muy materiales, experto en el arte de la seduc- ‘vin; desde casos individualesy aislados a podcrosos grupos de resin y eorporaciones, Verdaderamente un ssunami universal, ‘scablicoy en su sentido plenamente literal 2 ‘snd y abso sevales 1 verptenza, de tl envergadtura, que se ha legado hhablor de un auténtico vectipse de a evangelizaciény’. El mismo Benedicto XVI dijo que quien se habia manchado con tales eul- ‘as haba «oscurecid Ia luz del Evangelio hasta un punto al que ‘nunca se habia legado ni tras siglos de persecuciones YY se disparé inmediatamente, casi como un automatism, cl sistema -ya probado en cizcunstancias semejantes~ que pro- ‘curd enseguida cubrir, acallar,explicar,justifiear, comprencler, (Gnlentae) hacer comprender,relativizar, contextualizar,rebajar, ‘aclarar, proteger... En suma, el clisio y tradicional sistema cle- rica, inoxidable y eficiente, aunque esta ver no consigui6 un éxito completo, Fundamentalmente por dos motivos, desde aba- joy desde ania, unidos entre sl ‘Ante todo, porque hubo quienes tuvieron el valor de salir La Jz pila y denunciar (pienso sobre todo en mujeres de las que se abus6 cuando eran nifias),einsistren sus denuncias ante ins- tanciasjudiciales eclesisticas que adem estaban compuestas solo por hombres (qué deticadeza!), aun cuando esto signifi, para quien ya haba dado la cara, comrer una serie de riesgos, es- pecialmente en el pasado: cl de no ser creda (para una mujer ‘violada, no ser eeida es como una nueva violacién); el de ser scusada de complicidad o de seduecién (pasando de vietima ‘agresora; el de no oft ni una palabra siquiera de eomprension y solidaridad, de atencién a su persona y de interés por las con- secuencias; el de embarcarse en aventurasjudiciales intermina- bles, donde basta, por ejemplo, un minimo defecto deforma o el clisico sofisma juridico para echar todo por tierra 0, mucho peor ‘in, la aparcién de un amigo con infioencias en las alas esferas {que protege al abusador y consigue encubrito todo; o incluso cl riesgo de ser simplemente invitada o empujada a dar carpe~ {zo a todo, a no pensar mas en ello, a perdonar, naturalment, 1. Chinen, Lavoeon arate sempre wi a Ges or vere via, Cara colt desgi de 20102, “hence NVI, Catrall calcd rand, 19 de mar de 20.4 ec ecandtoa a ‘como por supuesto corresponde a una buena cristiana ano decir nada a nadie por el bien de Ia iglesia y del eclesistco implica- do. ¥encima a éste no siempre se le invitaba a admit su propia responsabilidad, a econocer In gravedad de lo que habia hecho hhasta sentir vergttenza y emprender wn camino penitencal, Y uizis mientras tant ha conseguida incluso hacer carrera BB otro motivo, desde arriba y todavia mas determinante, ha sido el comportamiento de a Iglesia como institucién, Su c- titud ha evolucionado desde el encubrimiento, el silencio y In complicidad (r)responsable del pasado, « la verdad y la trans- parencia el reconocimiento de la propia responsabilidad y Ia preocupacién por las vitimas’ Este corgje por partida doble ha sido, sin duda, el elemento aque ha supuesto un viraje en la gestion de este tipo de proble= ‘mas. O mejor, que habria podido sefalar un cambio radical, no solo en el plano institucional oficial. De hecho, no siempre este cambio de perspectiva desde lo alto a tenido un correlato en 1a comunidad creyente, especialmente en la de los presbiteros y eonsagrados, o en qui ha sido y es el primer responsable de {estos horibles erimenes, Surge incluso la duda de si estos hechos han sido elefdos» correctamente, interpretados con realismo, reeibidos en su sen- ‘ido mis auténtico y desconcertante, acogidos sobre todo como ina provocacién a Ja conversién, provocacién que procede de Dios y del hombre a cambiar de manera radical, un estimulo Airigido no solo al individuo responsable, sino a todos. 2. Stine rset de pine manent ets observa: Qe Fata I emprenta tw ventas on fui sbre el ramen een Ind, els proverivemeae diss class usin con oa Psdfin extents neo adnan mim fami neo tacos ibe di erie L000 sr coolness bs moro pen bee "ltr apis obs sandler egies ‘setamtne! Everman se od sf ds comer, odes, ence nel ima ames de cass de edi deer iigsisetin, ‘Soa loro an el rade ns ans say abet my ene ‘note en os pares qu eo producing Nana Yl Papa scan della peta La Rep sb 2010} 38) ™ Boley ae 1, AREVERENDOS» ANALFARETISMOS. Ese s el paso importante para nuestro andlisis. Si queremos saber si ha cambindo algo, lo primero que tenemos que ver es si hemos sentido la exigencia de un cambio de vida, exigencia ligada inevitablemente al modo de ler todo lo que ha suceido, «la percepeién de su gravedad, del clara contradceién ene abuso y la identidad vocacional de! sacerdote, de laresponsabi dad de toda la comunidad ecesial y presbiteral,y no solo del. que hha cometido materialmente el abuso. Si esto no sucede, 0 sino tenemos buenos moxlos de letura, To que pasar es que nada 0 ‘muy poco va a cambiar mis allé de las spariencias. Sefialaré a continuacién algunas lecturas ¢ interpretaciones dentro de la Iglesia de estos malditos escéndalos sexusles. 1, Deslocalizaciin geogréfiea ‘Todos recordaremos, sin duda, la reaccién ante ls primeras ¥ perturbadoras noticias sobre los abusos, precisamente para inacerlas menos perturbadoras: fue una reacein inspirada en el :mecenisme de defensa conocido como proyeecién, por medio : sino se vive castamen- {eal menos higase con eautela™. En segundo lugar, esta lecturaimplicaria, una vez mis, bs naliza el eseéndale, como si no se tratara de algo tan esean- daloso",Tncluso en algunos casos se alade el intento de idea- lizarlo y espiritualizarlo todo con desconcertantes actobacias| para justficarlo, Cuenta P. Scalia que cuando estall6 el amaryo escindalo de la pedofilia hubo sacerdotes que hasta se arevie- ron wcasi a defender ‘la belleza y pureza’ de esas relaciones, ‘ninimizando los efectos negativos sobre las vitimas, subra- xyando que “el amor es siempre amor’, donde sea y como sea», ¥y que cen el fonda no se ha hecho ningin mal a esos menores 1 Secs eu ea de const ues ee de sino rest econ designs personae on sora ae ta Sh ‘nbcont una, menos sos conan. heat etn cite Inet rise cesta Alguoe abun na ead» comand de "Nite Bremen ll qann a eatin oma down erence {iSAtsbernd ste one Sno do Pc eh Re) dda qlee tie cays conc i manifest mar nde nace pt 90 ‘Mlb carats svclag asa coms mais eee oe {heh eto pos mand que op as pies elaine con is ‘goin ean. rca ao pone a Prec ena prle a epoca sen ‘anes esate tame moar om prac (Adin de Brome, nabs Bote Poin se (7). "eons oglunesodenerh lesen dole ween, necro «yin od mh Ac abt dl ae Fc 8 ‘sane Mao 20, 29) Tit Seal da, 8 ry senile y abn sent ‘que buscaban y cecibicton carifio» (sic), De la misma manera ue sostenia que no habia hecho dano alguno aquel religioso de cierta edad con tendencias pedéfilas activas; él las justfica- ba -con un talante pseudomistico~ hablando de una «energia solo unificadoray que levaba a «ana nueva eonciencia y @ una hueva comunién», Aunque agu estamos probablemente en los limites de a patologia 10. Mirada inconsciente e iresponsable EI problema de ta pedofiia sacerdotal no es un problema sislado en la soviedad actual, sino que se inserta en un contex- to extremadamente grave e inguictante de una tendeneia que Ciertamente no es nueva, pero que hoy se esti afianzando gra- as, entre otros factores, la ambigua inluencia meditica que termina por enfatizatla y dfundirla por todas partes, sin desa- probarla con la energia que debiera™. Bn este sentido, el com= Portamiento transgresor de hombres de Iglesia fimeiona como elemento de refuerzo de una cierta cultura social de ta pedofilia ¥¥ de todas las formas de ejrcicio de la sexualidad que implican Violencia sobre las menores y abuso de Ios débiles. Algo bas- fante deseoncertante y contradictorin por venir precisamente de ‘una Iglesia llamada a predicar el evangelio de la atencién a los «qpequeitos» y alos débiles, de la diseiplina como expresién de respeto asi mismo y alos otros, y de la libertad del amor; y por venir recisamente de sacerdotes que se presentan ane la comu- nia ectesia! y civil como educadores de nifios y j6venes. Un signo mis de la presién de esta cultura que se difunde por ‘ods los estratos de la sociedad es -adems de la amplitad del {enémeno de las conductas sexuales violentas~ esa mentalidad ‘que se estéformando cada vez mas posbilstay condescendien- 1 en esa divecctén, El timo informe de UNICEF sobre este tema es verdaderamentellamativo: en 2014 fueron violadas en 18. Ct A, Cus. Zoli, Chis e pein: ma forte ape Un rect plelapattae lan SOS ae “ ocr ssandalosa as Sudatticnc] 39 % de las jovemes; en Madagascar, el 18%; y en las avanzadas Suiza y Alemania el22 % y 6 % respectivamente En total, 120 millones de ninas, adolescentes y venes menores de 20 aos, una de eada diez, suftieron violaciones 0 agresiones sexuales durante 2014, Son datos dramticos: los abusos,agre~ siones,paliza y diferentes formas de violencia contra menores 1 jovenes estan mucho més extendidos de lo que nos imagina~ ‘mos, hasta el punto de que las mismas vietimas Hegan a conside- rarlos normales, puesto que en 30 paises, 7 de cade 10 jovenes, centre los 15 y los 19 afios, nunca han pedido ayuda”. Enest trigico cuadro mundial lo que desconcierta noes solo ‘que tristemente hombres de Iglesia hayan eontibuido (en peque- fia medida dentro de elevado nimero global, pero de forma muy significtiva en el nivel simbélico si se consideran el papel y la identidad del sacerdote) a la formacién de esta maldita cultura ‘el abuso, sino ademas que, al analizarls, dentro de la misma ‘comunidad ereyente muchos todavia no sepan (0 no quieran) ver cl vinculo entre ests delitos «eclesisles» y esa cultura y men (alidad. Y también sorprende amargamente que haya creyentes| {que leen estos escndalos sexuales como un hecho de Ielesi, ‘como simple transgresin o infdelidad a las propias obligacio- nes, sn ver telaciin alguna de causa y efecto con un problema (que esti convirtiéndose cada vez més dramsticamente en raun- lial, y frente al cual esti disminuyendo la reacei6n de conden ne y firme, Esto cqualea deci que Ia contibuciéa seria lable: no sola por los propios actos de pedofii, sino también por Ia formacion de uns cultura dela pedofila caractetizada por ‘una mentalidad cada vez menos indignade y rigurosa Podriamos decir que esta falta de percepci6n eclesial come el riesgo de convertrse ella misma en parte de esa reaccién culta- ‘al general tan timida y débil, y constituye una mezela de ires- ponsabilidad e inconsciencia que rebaja el nivel subjetivo del ‘windalo eclesil debido a esta miserable colaboracin. 19, CEL. Capiz, Abuse 120 mio de inte eragaze Rapport UN: 102014 Avent septembre 2018) 21, % vcindalo yahoos eas 1, jToleraneta cero! A mis de uno le resultaréchocante que, entre las respuestas inadecuadas y reduetivas, incluyamos una expresién que apa- rece en el Ienguaje magisterial de este petiodo y que considera ‘como algo sagrado una atitud decid y resueta, por parte de la autotidad, ala hora de gestionar los easos de abusos ¥esedn- dalos sexuales, ‘Sin lugar a dudas, estamos de acuerdo, tanto en los prin pios como en laprictica, con quienes sostenen Ia exigencia de interven con finmeza y decisi6n. Pero nolo estamos en abso- |uto con quienes ~y lo decimos una vez mas- instrumentalizan «estas palabras, creyendo y haciendo crerilusoriamente que se ha resuelto el problema al asumir medidas perentorias 0 dra- conianas en el dmbito de la formacién iniial y de la admisién a las érdenes, y de tipo punitive eon quienes hayan cometidos tales delits, ‘Aeeso se debe la pretensién ~que hemos denunciado ante- riormente~ de contar con criterios inequivacos para tener un diagndstico previo (antes de la ordenacién o de la profesién Perpetua) sobre la presencin de patologias en esa linea, y actuar ‘en consecuencia (es decir, expulsando a quienes presenten sin tomas de estas patologias) O también a ilusién eomplacida de hhaber hecho todo To que se debia hacer simplemente por haber intervenido con mano dura y pulso firme (como la expulsién del ministerio ola reduceién al estado lca, la denuneia ante los orztnismos judiciales competentes) contra aquellos que han «aldo en esos comportamientos vergonzoses. O sea, cuanto mis «dura sea la pena, més tranquila queda la conciencia de quien de- bia y debe interven. Y de nuevo la atencién se seguiria poniendo solo en estos ‘easos, dejando en paz a los buenos, cada vez mis eonvencidos de ser los guardians fcles y valientes del templo, o los estric- 1s y puntillosos custodios dela le. En realidad «es demasiado ficil distanciarse cuando todo ‘va mal.,, Es demasiado ficilaislar al acusado, eontenténdose econ ” ‘con expulsarlo, juzgarlo y condenarioy-, como si los dems, comenzando por quien juzen y condena, no tuvieran nada que ver con el asunto, Pero existe ademas otro gravisimo peligro ligado a esta po- lien oficial dela «tolerancia cero: que este celo por Ia justcia sea excesivo y fuera de lug, y love a considera culpable quien inmodiatamente y ala primera denuncia, venga de donde viniere, algo que ya en si mismo es injusto, hasta el punto de que 1 veces ha tenido que ser desmentido después (cuando el dao a la persona ya era irreversible), Por desgracia, no se habla aqut he sido susttida ya por la del anexo plausible, e deci «que el nexo entre el pasado y el presente ya no se considera en '&eminos de eauslidad, como si lo que somos hoy fuera el efee- to fatal y necesario de aquelio que no funcions en otro tempo, sino més bien en términos de una referencia que ayuda a on. tender una ciertaevolucién problemética, pero que en cualquier «aso no se impone como includible ysbsoluta, no lo explica todo, nies la inica responsable de lo que ahora sucede, Hay también quien eree haber encontrado la verdadera razin de euanto esti sucediendo desenterrando las raices (jugando a hhacer de psicdtogo) y atribuyendo a los formadores de la fase incl y a su escasa vali la responsabilidad de los postriores «escindalos sexusles. Quizis con ef molestoatadido del «ya lo decia yo...» por parte de quien -segin él miso ya lo habia visto desde hacia mucho tiempo y ahora apenas disimula una Secreta (mis bien diabica) complacencia por haber accrtado y Poder reprochirscto a quien entonees no le dio la razén (supe. niendo que entonces tavierael coraje de intervenir con elatida), Lesa andlor » Ciertamente no es difieilexplicar una ersis cualquiera, no solo un eseéindalo, a parti de Ios errores o la falta de atencién cen la etapa de la primera formacién. Y es lo que se hace de or-

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