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MÉTODOS

ESOTÉRICO-PRÁCTICOS

PARA EL

DESARROLLO INTERNO

FRANCISCO NIETO VIDAL

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“Que la Luz de estas humildes palabras
iluminen el camino que deban seguir
en esta vida mi hija, mi hijo y mi nieta Karen,
a quien está especialmente
dedicado este libro”

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ÍNDICE

CAPÍTULO

PRÓLOGO DEL AUTOR…………………………………………………………………4

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………..….7

I LOS VEHÍCULOS DEL ESPÍRITU………………………………………….12


II EL EGO
III LA MENTE
IV EL CUERPO DE DESEOS
V EL CUERPO VITAL
VI EL CUERPO FÍSICO

VII EL KARMA……………………………………………………………………72

VIII EL PURGATORIO…………………………………………………………….78

IX INTRODUCCIÓN A LOS EJERCICIOS………………………….…………..84


X LA RETROSPECCIÓN
XI LA CONCENTRACIÓN
XII LA MEDITACIÓN
XIII LA OBSERVACIÓN
XIV EL DISCERNIMIENTO
XV LA CONTEMPLACIÓN
XVI LA ADORACIÓN
XVII LA ORACIÓN
XVIII LA AUTO-PROGRAMACIÓN
XIX ACTUAR EN NOMBRE DE......

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PRÓLOGO DEL AUTOR

El desarrollo espiritual es algo que todo Ser humano debe alcanzar de una manera
progresiva por medio de las experiencias y de las Leyes Divinas. Cuando el individuo trabaja
voluntaria y conscientemente a favor de esas Leyes, está colaborando en la Gran Obra de la
Divinidad y se une a Ellas; cuando se une a Ellas se separa de lo material y personal para
sentirse uno con todos y con el Universo
Ha sido mi gran ilusión y deseo desde hace aproximadamente 20 años, poder encontrar
un libro donde aprender algo bueno y útil, y que me enseñara claramente cuál es el camino del
desarrollo espiritual, bien por métodos y técnicas, o bien por cualquier medio o escuela. La
Escuela la he encontrado pero el libro, aunque hay muchos similares, no ha sido así. Quizás
sea un poco exigente, pero la exigencia, cuando uno busca el desarrollo interno, no es mala. A
la vez, me he dado cuenta de la cantidad de personas que también están buscando lo que yo y
eso me ha llevado a plantearme y a preguntarme a mí mismo ¿por qué no lo escribo yo?
Cuando comencé a interesarme por el mundo de lo esotérico solía tener mi mente
entretenida en un mundo ilusorio y fantástico, - creo que como la mayoría cuando empezamos
- en el cual reinaban los maestros, místicos y personajes de buena voluntad que despertaban
en mí grandes y elevados ideales espirituales y de misterio sobre la vida y el Ser. Al cabo de
unos años me di cuenta de que ese mundo no tenía nada de real y que, por tanto, lo tenía que
construir yo dentro de mí, por mi propio esfuerzo y sacrificio. A partir de ahí todo mi afán ha
sido encontrar esos métodos para llevarlos a la práctica, pero a la vez trabajando por medio
del conocimiento esotérico para ver de qué manera puedo yo sacar provecho de mis
pensamientos y actitudes allá donde me encuentre.
Conocí diferentes centros y escuelas, leí y sigo leyendo muy buenos libros esotéricos
de verdaderos ocultistas investigadores de los mundos ocultos, que han dejado una
maravillosa filosofía antes de pasar a los mundos invisibles - Max Heindel, Corinne Heline,
Blavatsky, Steiner, Annie Besant, Leadbeater, Dion Fortune, Alice Bailey y pocos más -
Todos ellos han dejado una maravillosa enseñanza que, según la humanidad vaya
comprendiéndola, irá cambiando su punto de vista sobre la vida, la muerte y el desarrollo que
tiene que hacer para llegar a completar su evolución. De todos ellos aprendí mucho y sigo
aprendiendo pero todavía no he encontrado el libro que he deseado tener en mis manos.
Creo que debería ser un libro pequeño, concreto, práctico, sencillo de leer para los que
empiezan a interesarse por el esoterismo pero, sobre todo, que sirva para que las personas
cambien su punto de vista sobre la humanidad y la naturaleza. Según los ideales que yo tengo,
este libro debería servir para elevar el carácter hacia la comprensión, la tolerancia, la
devoción, el amor, los pensamientos y los sentimientos. Debería inclinar a ver el aspecto
espiritual del Ser Humano; debería servir para quitarnos los defectos y aumentar las virtudes;

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para descubrir el verdadero significado del altruismo y de la Fraternidad Universal; para unir
la personalidad con el Espíritu, el hombre con Dios.
Es mi intención con esta pequeña y humilde obra intentar ayudar a todas las personas
que tienen estos mismos ideales, a conseguir desarrollar todas esas cualidades y virtudes en el
mayor grado posible en esta vida. Es cierto que nada se consigue sin esfuerzo y sacrificio y,
por lo tanto, cada uno debe esforzarse y trabajar de una manera persistente, metódica y
paciente - cargar con su cruz - Pero deseo de todo corazón que las palabras, métodos, técnicas,
o simplemente conocimiento que voy a escribir, puedan ser los medios para que el que inicia
el “Sendero de Retorno” encuentre esa Luz y ese estado de conciencia y de Paz interior que
todos deseamos.
Soy totalmente consciente de mis pocas cualidades como escritor, pero eso no impide
que exprese mis sentimientos y deseos a modo de colaboración con otros muchos ocultistas
esotéricos que el único afán que les movió, y les mueve, es ayudar a desarrollar la parte
espiritual y divina que todos llevamos dentro. No pretendo hacer un best-seller sino solamente
dejar escrito de la única manera que sé, lo mejor de mí mismo para que, algún día, sea ahora o
en el futuro, este conocimiento haga el efecto que deseo en las personas. Ese efecto no es ni
más ni menos que encontrar la Verdad que todos, tarde o temprano, tenemos que descubrir
para poder dirigirnos a ese Sendero de Retorno que nos llevará a la Libertad, al Amor, a la
Amistad y a la Fraternidad Universal.
La humanidad está en un momento delicado de su evolución, y es fácil que se deje
llevar por tantas y tantas tentaciones que le pueden dejar rezagado con respecto a los que van
a la cabeza del desarrollo espiritual. Por eso, Dios quiera que este libro también sirva, o al
menos caiga en manos de todos aquellos que, aunque no crean en el esoterismo, sean capaces
de ver y entender el mensaje que intento dar por medio de lo que me sale del corazón.
La devoción a ideales elevados, la concentración, la oración, la meditación, el
discernimiento y la retrospección son algunos de los métodos imprescindibles para el
desarrollo espiritual del Ser Humano actual. En este libro intentaré dar una idea clara sobre
todos ellos para que, por su práctica, pueda sacar el mayor provecho posible todo aquel que lo
intente. Decía el que para mí fue todo un ejemplo de desarrollo espiritual, Max Heindel: "Se
puede considerar vencido el que deja de intentarlo”, “Persistencia, siempre persistencia y al
final vencerás”
Mi mayor deseo para todo aquel que lea este libro es que tenga la suficiente capacidad
de entendimiento para sacar el mayor provecho de él y, a su vez, ser una Luz que alumbre el
camino de la humanidad allá donde se encuentre; que la meditación y el discernimiento le
acompañen desde el principio hasta el final.
Pido al lector que medite sobre las enseñanzas de este libro con una mente abierta, que
deje todos los conceptos e ideas anteriores a un lado e intente comprender el verdadero
significado de estas palabras que sólo tienen la intención de ayudar a las personas que las
lean. Este libro está dirigido a todas las personas sin distinción de raza, credo o religión, y si
tuviera que identificarlas con alguna enseñanza lo haría con las de Cristo, porque tarde o
temprano todos tenemos que hacer que el niño Cristo nazca en nuestro interior.
Sin embargo, y como comprendo que cada uno está evolucionando en un nivel
diferente y eso hace que cada uno estemos buscando por diferentes sitios y medios, quiero
dejar claro una cosa. Actualmente hay grupos de personas que dicen contactar con
extraterrestres mensajeros de la paz o enviados para cambiar nuestra forma de pensar, otros
son contactados de Ángeles que les mandan formar grupos para dar las enseñanzas que
reciben, otros dicen ser maestros que tienen el poder de dar Iniciaciones o despertar poderes,
etc. Si eres de las personas que buscan esas cosas, si deseas desarrollar poderes internos

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rápidamente, o eres de los que buscan un Maestro porque necesitas ser guiado y te tienen que
decir lo que tienes que hacer, entonces no encontrarás satisfacción en este libro.
Si buscas cambiar tu carácter, tu forma de vida, tu concepto sobre las personas y la
naturaleza, si deseas elevar tu conciencia hacia los mundos espirituales, si quieres
emanciparte para ser tú mismo en pensamiento, palabra y obra y, por último, si buscas el
contacto con tu verdadero Maestro interno, entonces léelo. Cada palabra, cada frase y cada
capítulo de él lo he escrito con la intención de que cada persona que “busca” encuentre
medios para trabajar por su propio desarrollo y por el de la humanidad. Pero recuerda que, lo
que buscas lo llevas dentro de ti, yo no te voy a regalar nada, sólo te indicaré algunas formas
de conseguirlo, eres tú quien debe luchar y trabajar. “El que busca encuentra, el que pide
recibe”, pero esta búsqueda tiene recompensa cuando lo hacemos de corazón y de manera
desinteresada. “El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que escuche”

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“A los que caminan por el Sendero de Retorno
y comienzan a ver la verdadera Luz del mundo”

INTRODUCCIÓN

Todo Ser humano en algún momento de su evolución o de su vida, se pregunta que de


dónde viene, quién es y a dónde va.
Si preguntamos a una persona materialista, agnóstica o a algún científico que de dónde
venimos y a dónde vamos, casi seguro que su respuesta sea que venimos de la nada, que
somos lo que somos gracias a una serie de circunstancias, y que después de la muerte
volvemos a la nada para no volver a saberse nunca más nada de nuestra existencia.
Si preguntamos a los teólogos o a algún que otro representante de las religiones
occidentales, es fácil que nos respondan que el hombre es un Espíritu creado y que viene de
Dios; que cada uno vive una vida en muy diferentes circunstancias según dónde y cómo
nazca; y que después de la muerte vuelve otra vez a ése mundo del cual vino, y que allí estará
toda la eternidad en un estado de felicidad o sufrimiento dependiendo de lo que haya hecho
aquí en esta vida.
Si consultamos las enseñanzas esotéricas o “Filosofía Oculta”, veremos que su teoría
dice que: El hombre es un Espíritu que también procede de Dios y que por medio de las Leyes
de “Renacimiento y Consecuencia,” está desarrollando sus posibilidades latentes en poderes
dinámicos por medio de un proceso de lento desarrollo pero de creciente eficacia. Esto será
hasta que por medio de la evolución alcancemos la perfección o unión con Ese Gran Ser que
normalmente llamamos Dios. Por esto mismo dijo Cristo: “Las cosas que Yo hago y mayores
aún las haréis”.
Si este libro va a tratar de la “evolución” y el desarrollo espiritual, es conveniente
saber cuál de estas teorías es la más lógica y razonable para saber hacia dónde se dirige el Ser
humano por medio de las Leyes Divinas.
Sobre la primera teoría del científico o materialista incrédulo, la mayoría de las
personas que razonen verán que cuesta creer que exista todo lo que existe en este Universo
para que el hombre disfrute, a modo de una vida casual, del planeta Tierra. Si la humanidad
tiene un cuerpo tan perfecto en su funcionamiento y posibilidades y, si estamos en un Sistema
Solar tan equilibrado, donde hay unas leyes que rigen todo lo que existe para que no sea un
caos, es lógico pensar que esto ha debido ser concebido por una mente inimaginablemente
superior a la del hombre. Si esa mente que ha creado el Universo con su perfección es tan
poderosa y elevada ¿Por qué va a crear todo un Universo perfecto en sus movimientos para
que no lo disfrute nadie? ¿Es para nosotros que estamos en este pequeño planeta? ¿O se ha

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hecho por casualidad? ¿Crearíamos nosotros la mejor universidad del mundo para que
nuestros hijos asistan un solo día a ella? ¿No es lógico pensar que lo haya hecho Dios por algo
que nosotros no alcanzamos a comprender? Si esto es así, ¿No es lógico pensar que también
haya creado unas Leyes, las cuales tienen que ver con el desarrollo de la humanidad y con la
meta o perfección que tiene que alcanzar?
Si razonamos la segunda teoría que dicen algunos teólogos y personas de pensamiento
similar, podríamos decir lo siguiente:
1º.- Si como todas las religiones dicen, Dios es Amor ¿Cómo puede Dios poner a unos
Espíritus para que nazcan en la pobreza y en la enfermedad y a otros en la riqueza y en la
salud?
2º.- ¿Cómo puede Dios pedir la misma responsabilidad a los que Él mismo pone casi
en la necesidad de robar para vivir, mientras que a otros no les falta de nada en la vida?
3º.- Se dice en algunos libros de religión y algunas personas de ese entorno, que Dios
permite, destruye, castiga por toda la eternidad, o sólo salva a unos pocos de sus hijos. Si
como también dicen, Dios es Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente ¿Cómo puede Dios
permitir la destrucción de sus hijos? Si es Amor ¿Por qué no va a salvar al resto de sus hijos si
nosotros mismos, imperfectos, lo haríamos? ¿Cómo les va a castigar a toda la eternidad de
sufrimiento si son parte de Él mismo y Él mismo les puso en su destino casi predispuesto para
hacer el mal? ¿Por qué mandó a su hijo para salvar a toda la humanidad si luego permite que
otros muchos se pierdan sin poner interés en remediarlo? ¿Puede ser destruido algo que es
parte de un Ser Omnipotente?
4º.- El hombre, aún con lo imperfecto que es, tiene planes para prevenir que las
personas mueran en determinadas circunstancias, ¿Por qué no los va a tener Dios si su
Sabiduría es infinita? ¿No es lógico pensar que Dios tenga unas leyes que gobiernen la
evolución del hombre, así como ocurre con la naturaleza, para que todo sea cada vez más
perfecto?
Las Enseñanzas Esotéricas dicen que ningún Espíritu se pierde porque es parte de
Dios, que ése Espíritu renace, y que por medio de la Ley de Causa y Efecto - se cosecha lo
que se siembra- en cada vida obtiene lo que le corresponde en bien y en mal según las causas
que haya hecho en su anterior vida. Por lo tanto, el Ser humano es y tiene el resultado de sus
propias acciones y no el resultado de un Dios antojadizo. Dios no castiga sino que hace que
sus Leyes nos enseñen a ir por el camino más recto, - como nosotros hacemos con nuestros
hijos - esas Leyes nos traen los efectos de unas causas que cometimos para que a través de la
experiencia aprendamos a ser cada vez más espirituales, humanitarios y mejores instrumentos
de Dios en la Tierra.
Sólo las obras de la humanidad esclavizan a la humanidad; sólo las obras del ser
humano estorban al ser humano; sólo el mal uso de la voluntad, el libre albedrío y la mente
castigan al hombre. Hay una frase muy conocida en la Filosofía Oculta que dice: “Hombre,
conócete a ti mismo y conocerás a Dios”. El desarrollo espiritual trata de adelantar en cada
vida unos pasos en ese Sendero de vuelta al Padre, si el ser humano aprende a utilizar sus
cuerpos para su propio desarrollo y el de los demás, estará andando a pasos agigantados. Si
aprende a utilizar y practicar algunos de los diferentes métodos o técnicas de desarrollo, verá
que sus conceptos sobre la vida, el Ser, y la naturaleza cambian por completo obteniendo así
una vida interior más elevada que inclina a ser más benevolente, altruista y caritativo. Esa es
la primera meta que tenemos que alcanzar, y tengo la intención de ayudar con este libro a todo
aquel que lo desee.
Una de las cosas en que las enseñanzas esotéricas y la teología coinciden es en que,
como dijo Cristo, "Cosechamos lo que sembramos". La diferencia entre algunas religiones y

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la enseñanza oculta es que las Leyes Divinas - Dios - no nos dan lo que merecemos como
castigo sino porque nos pertenece, ya que nosotros hemos sido los sembradores.
Si una persona en esta vida se desvía de su destino por causa del alcohol, y a su vez,
maltrata e impide que también se cumpla el destino y las posibilidades de desarrollo de su
esposa e hijos, esta creándose lo que en ocultismo llamamos un “mal karma” o mal destino,
dicho de otra manera, está sembrando y creando causas que son negativas.
Ante este caso, las Leyes Divinas no le castigan sin más ni más, sino que la primera
lección que le enseñan es grabar en su conciencia el resultado del sufrimiento que tendrá en el
“purgatorio”, o sea, el dolor que sintieron su esposa e hijos por su maltrato. Cuando haya
sufrido todo esto, y lo una al resultado de otros sufrimientos y experiencias de otras vidas,
habrá dado otro paso más en su evolución, pero lo habrá hecho por medio del sufrimiento y
no por medio de actos benévolos voluntarios. Esta es una gran diferencia.
La segunda lección que tienen que aprender y que el Ego en su propio mundo y con su
conciencia libre de la influencia de los deseos acepta, es volver a unirse a esos Egos o
Espíritus que fueron esposa e hijos para que, de alguna manera, (como familia, amigos,
compañeros o jefe de trabajo) les pueda beneficiar materialmente por los perjuicios que les
causó en su anterior vida. Así actúa la Ley de Consecuencia, dándonos el resultado de
nuestras acciones y haciendo que cosechemos lo que sembramos, pero siempre de una manera
justa y sin maldad, porque en los mundos espirituales no existe el mal.
El mayor enemigo de la humanidad es la ignorancia, y por mucho que los Seres
espirituales que están por encima del hombre nos quieran ayudar, si el ser humano no aprende
por el correcto uso de su mente y el control de sus deseos, estos seres, con todo el dolor de su
corazón, no lo podrán hacer. Cuando ellos ven que una persona se esfuerza por quitarse vicios
y defectos e intenta elevar su desarrollo moral y espiritual, aunque no lo creamos, ellos
trabajan desde los mundos invisibles para darle todo su amor y hacer que esa nueva luz no se
apague y que cada vez brille más.
El hombre tiene dos caminos para aprender en esta vida: 1º.- Por medio de sus
experiencias buenas o malas y, 2º.- Por medio de las experiencias de los demás. En estos dos
casos es muy importante el uso del discernimiento, la observación, la meditación y otros
ejercicios que mencionaré en este libro.
Los Maestros espirituales y Guías de la humanidad desean que nuestra evolución sea
rápida y por el camino del bien, pero también respetan nuestro libre albedrío, y por lo tanto
“sufren” cuando el hombre comete tantos errores. Nosotros intentamos guiar a nuestros hijos
con todo nuestro amor, pero si ellos voluntariamente hacen algo que les causa dolor significa
que aprenderán de esa experiencia por medio del dolor y no por nuestra guía amorosa de
padres. De forma similar actúan estos Seres elevados, ellos no nos obligan, sino que como
padres nos quieren llevar por el mejor camino; en nosotros está hacerlo y aprovechar su ayuda
o no.
El resultado de todas estas experiencias, es lo que sacamos como fruto para la
próxima vida en forma de “Sabiduría” o “Conciencia", esta conciencia es la base de la
estructura mental, instinto, o deseos de elevación vida tras vida. Si quisiéramos saber hacia
dónde nos lleva la Ley del Karma, veríamos que su fin es mostrarnos que el Ser humano es
uno con Dios, que la humanidad debe conocerse a sí misma para conocer a Dios, y que debe
amarse a sí misma para amar a Dios. Pero para amar es necesario desarrollar todas las virtudes
que nos llevan al amor, y para conocernos tenemos que ser conscientes de estas Leyes y saber
que somos dueños de nuestro destino. Todo pensamiento, palabra y obra tendrán su efecto
sobre nosotros, por lo tanto, si deseamos elevarnos a los conceptos anteriores, debemos

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empezar a cambiar nuestros deseos por nobles aspiraciones, para que la mente guiada por el
espíritu anheloso pueda alcanzar la meta de perfección cuanto antes.
Las aspiraciones, hábitos y deseos elevados de nuestra anterior vida, nos traen como
efecto, mayores posibilidades de desarrollo para esta, por eso, nuestro deber es cumplir las
aspiraciones de la vida pasada y crear otras nuevas y más elevadas. Si no lo hacemos así,
tendremos una gran lucha con nuestra conciencia, porque ella sabe que, como Espíritus, nos
comprometimos antes de renacer a cumplir una serie de obligaciones y a hacer otras cosas en
favor del desarrollo espiritual individual y de la humanidad. Si no lo cumplimos por dejarnos
llevar por nuestros deseos materiales y pasionales, estaremos interrumpiendo nuestro propio
desarrollo de una manera seria y grave.
Así, la Ley de Causa y Efecto es perfecta, justa y amorosa puesto que actúa para
nuestro propio desarrollo. Nosotros somos nuestros propios carceleros y verdugos, o nuestros
propios Ángeles de la Guarda y Guías espirituales. Si hacemos mal a alguien nos lo hacemos
nosotros mismos; si robamos, nos robamos nosotros mismos; si no cuidamos nuestro cuerpo
físico –que es el Templo de Dios - nos saldrán enfermedades y así aprenderemos a valorarle;
si abusamos de la energía creadora por medio del sexo y de la mente sobre cualquier otra
persona, naceremos con un defecto físico o psíquico, y así sucesivamente. Esta Ley hace que
tomemos conciencia de los valores espirituales y materiales para que lo utilicemos en nuestro
desarrollo y el de los demás.
Tenemos y somos lo que nos corresponde y nos relacionamos con quienes tenemos
deudas pendientes de anteriores vidas, pero nuestro deber es quedar bien con todas las
personas y ayudar allá donde podamos de manera desinteresada. Esta Ley no la puede burlar
nadie, si el hombre colabora con ella encuentra dicha y recompensa, pero si no, encuentra
sufrimiento y castigo.
Nuestro deber es meditar y discernir para ver cuándo hacemos el bien y cuándo el mal,
cuándo hacemos el bien de corazón o cuándo por egoísmo. Nuestro deber es actuar de una
manera compasiva, justa, amable y sincera, porque así borramos de nuestro subconsciente
toda semilla del mal y hacemos que nazca y florezca el bien.
Yo os invito a reflexionar detenidamente sobre estas enseñanzas para que intentéis ver
el efecto de las causas que cometéis en vuestra vida diaria, pero, ¡cuidado! no os obsesionéis
con lo malo, ved también lo bueno y sabed que vuestras aspiraciones e intenciones son
posibilidades de desarrollo para el futuro. Cuidad vuestras actitudes con el prójimo, no
manifestéis odio, impulsividad, injusticia, cólera, ni cosas similares, eso os traerá los peores
efectos. Pensad que una vez sufrida una deuda o pagado un karma, ya no nos vuelve más;
pensad que las leyes de Dios están actuando en todo y constantemente; por lo tanto, si
colaboráis con ellas os traerán prosperidad, salud y grandes posibilidades de desarrollo. Si
queréis ver la Luz, abrid bien los ojos espirituales porque la tenéis dentro de vosotros mismos.

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“Maestro, ¿Qué he de hacer para desarrollar mi espíritu y elevar mi conciencia?
Trabajar, trabajar y siempre trabajar”

CAPÍTULO I

LOS CUERPOS O VEHÍCULOS DEL SER HUMANO

Para hablar del desarrollo espiritual humano, debemos hablar antes, de las
herramientas o medios que éste tiene para poder expresarse en este mundo, y así experimentar
y tomar conciencia del resultado de sus acciones.
Es muy importante, llegado este punto, que olvidemos el concepto de que somos sólo
un cuerpo físico y comencemos a tomar conciencia de que somos un Espíritu que se
manifiesta por medio de diferentes envolturas, que a su vez, nos velan la verdadera conciencia
espiritual. Según comprendamos esto, veremos más claramente el error de pensar que somos
un cuerpo de materia densa, y las posibilidades de dominar nuestros hábitos, carácter y forma
de pensar. Este es el primer paso para que la humanidad exprese su conciencia “fuera del
cuerpo” y comience a manejar sus vehículos como mejor crea conveniente en su desarrollo
espiritual.
El verdadero Yo, es parte del Yo Universal, y sus cuerpos son las envolturas en las que
está encerrado. Lo más importante ahora es que ese "Yo" aprenda a dirigir sus cuerpos, que,
como si fueran un carruaje tirado por cuatro caballos, quieren ir donde les apetece. Ese Yo
Superior es un Ser con unas posibilidades latentes inimaginables para el hombre, esas
posibilidades deben ser transformadas en poderes dinámicos por medio de la voluntad y las
experiencias en el mundo físico.
Según avanza la humanidad en su progreso espiritual, su conciencia se eleva hacia
otros planos espirituales y adquiere más poder. Según adquiere poder y amplia su conciencia,
así manifiesta ciertas facultades nuevas que se convertirán en virtudes aquí en la Tierra.
Dice un axioma hermético que “Toda causa tiene su efecto y todo efecto tiene su
causa”. Por otro lado, sabemos que lo primero que debe hacer el Ser humano es “conocerse a
sí mismo”. El cuerpo físico no puede ser el hombre, puesto que el cuerpo es “materia densa”
como cualquier otro objeto material, aunque con alguna diferencia en su composición no deja
de ser “materia muerta”; si no fuera por la vida que le anima sería un objeto inerte. Se ha
demostrado a través de experimentos con básculas muy precisas que en el momento de la
muerte, el cuerpo físico pierde peso, algo abandona el cuerpo. Entonces, lo lógico es pensar
que nosotros abandonamos ese cuerpo y lo que queda es un cadáver como cuando se mata a
un animal. Esto es lógico puesto que sabemos que la mente domina o hace lo que quiere con
el cuerpo y no el cuerpo con la mente.

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Si imaginamos un cuerpo físico con vida, no veremos nada más que un “cuerpo que se
mueve”, sin sentido de ninguna clase ni orientación, entonces podemos llegar también a la
conclusión, de que el hombre no es ésa vida que anima el cuerpo físico; esto indica que la
“vida” es una energía que vitaliza y anima el cuerpo hasta un determinado año. Pero, vamos a
imaginarnos otro cuerpo que será la causa de nuestros sentimientos, deseos y emociones. Éste
tercer cuerpo es el que hace que el hombre desee cosas, sienta, tenga un incentivo para ir o
venir, que sienta emociones, odios, pasiones, y un largo etcétera. Ahora podemos ver que
tenemos un cuerpo físico con vida y que, además, se mueve en determinadas direcciones
porque “desea” y “siente”. Si lo meditamos nos daremos cuenta rápidamente que este cuerpo
de “deseos”, tampoco puede ser el ser humano porque nosotros no actuamos dominados
totalmente por los deseos, pasiones y odios. La humanidad tiene la capacidad de dominar
muchos de sus deseos y controlar sus sentimientos y emociones, tiene voluntad para actuar en
el mundo.
Cuando el hombre ve que sus deseos, vicios, pasiones, odios y rencores perjudican su
bienestar y su salud, razona, y por medio de su voluntad comienza a cambiar de actitud en la
vida. Si la humanidad no tuviera mente, no podría hacer esto ni sería dueño de su vida y no
evolucionaría como lo hace. Sabiendo esto, podemos ver que nosotros también tenemos una
mente para dominar los deseos por medio del discernimiento y para dirigir nuestra vida de una
manera razonada y lógica.
Para la mayoría de las personas, el ser humano es un cuerpo físico que vive, tiene
deseos y emociones y piensa. Para el ocultista, también tiene esos cuatro cuerpos o vehículos
de manifestación, pero el verdadero ser humano está por encima de ellos y tiene la posibilidad
de dominarlos y dirigirlos a su antojo. Veamos, todas las personas se habrán dado cuenta que
su mente, en un momento determinado, se ha puesto a pensar en "mil cosas a la vez” o está
“tarareando” una canción que ha oído y que ya no la quiere cantar porque le aburre; otras
veces nos damos cuenta de que nuestra mente está pensando en cosas absurdas y sin
importancia que no sirven para nada. Cuando ocurre esto, algunos dicen: ¡Qué tontería estaba
pensando yo! ¿Por qué estoy pensando en esto si no tiene importancia y no va conmigo?
¡No sé qué hacer para quitarme esta canción de la cabeza!
Ahora nos podemos preguntar ¿Quién es ése o eso, que se pregunta esas cosas y que
no puede dominar o controlar la mente? ¿Quién es ése que cuando se da cuenta de que está
pensando en algo que no quiere, corta ese pensamiento? ¿Quién es ése que cuando quiere
concentrarse para hacer algo utiliza la mente consciente, voluntaria y firmemente para hacer
con ella lo que desea y sacar provecho mediante su uso? Ese es el Ego o Yo Superior que
algunos llaman el verdadero Ser humano. Es el “Yo” que está por encima de los otros
cuerpos, el Espíritu velado por diferentes grados de materia que le impiden manifestarse tal y
como es. Esos velos son los deseos, pasiones, hábitos, la mente incontrolada, etc., y esos velos
son los que el Ego debe quitarse por medio de la evolución y desarrollo moral, mental y
espiritual, para poder manifestarse por medio de su vehículo más denso, el cuerpo físico.
Para hacer eso, debe cambiar todo lo negativo que tengan esos cuerpos y hacerlo
positivo y espiritual, eso es el “Desarrollo Espiritual” según el Esoterismo”, eso es
“Conocerse a sí mismo”, eso es “Conocer y crear causas” para crear nuestro propio destino de
una manera consciente. Según el hombre descubre cómo son sus sentimientos y cómo piensa,
así puede cambiar su línea de conducta y empezar a recorrer el “Sendero de Retorno” que le
llevará de vuelta a casa.
El Ser humano es una vida de la “Vida Universal”, una mente de la “Mente Universal”
y una esencia de la “Esencia Universal”. Sus cuerpos son vehículos para su expresión en el
mundo físico; son un conglomerado o vida colectiva de millones de vidas que evolucionan

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por medio de nuestra conciencia y cuerpo. Así mismo, nosotros lo hacemos por medio de la
Conciencia de Dios y su expresión física o manifestación material, ya que “En Dios vivimos,
nos movemos y tenemos nuestro ser.”
Cada uno de esos cuerpos pertenece a un mundo. El cuerpo físico compuesto de
materia física pertenece al mundo físico y, al morir, esta materia se vuelve a integrar en el
caos de átomos de donde surgió. El cuerpo vital o etérico es de materia más sutil, este cuerpo
pertenece a la parte etérica del mundo físico y es el clásico “fantasma” que se puede ver en los
cementerios, ya que es idéntico al cuerpo físico. El cuerpo emocional o de deseos, pertenece
al Mundo Astral o de Deseos y, al cabo de un tiempo después de la muerte, también se
desintegra como lo hacen los anteriores para que su materia vuelva al caos a donde pertenece.
Este cuerpo también es utilizado por algunos Espíritus para manifestarse en sesiones
espiritistas o mediúmnicas y, algunas personas tienen la capacidad de utilizarlo de una manera
consciente y voluntaria para hacer ciertas actividades mientras su cuerpo físico duerme. El
cuerpo mental pertenece a las regiones inferiores del Mundo del Pensamiento, y ahí es donde
el Ego o verdadero Yo, forma sus pensamientos para que después se revistan del sentimiento
adecuado, se vitalicen, y al final se manifiesten en actos físicos, palabras o cosas materiales.
Estos cuerpos están todos en un mismo espacio, todos compenetran el cuerpo físico,
podríamos decir que es como el bloque de hielo donde hay: sólidos, líquidos, gases, y
partículas atómicas, o sea, diferentes grados de materia en un sólo cuerpo. Después de que el
cuerpo físico muere, van muriendo los demás y volviendo al caos de donde proceden para
poder formar parte de un futuro cuerpo más perfecto, pues esta materia también evoluciona
vida tras vida.
Lo podríamos resumir de la siguiente manera, lo mismo que en el bloque de hielo hay
diferentes grados de materia hasta llegar a la que el hombre no percibe con su ojo físico, así el
Ego, está funcionando o manifestándose aquí en el mundo físico con un cuerpo material. Este
cuerpo está vitalizado por un cuerpo etérico, que a su vez está compenetrado por otro más
sutil de deseos y emociones, y todo esto está gobernado, o al menos así debería ser, por otro
vehículo de materia todavía más sutil llamado cuerpo mental. Según se esfuerce el hombre
por ser mejor moral, mental y espiritualmente, así estará facilitando la manifestación de ese
Espíritu lleno de Sabiduría y Poder.
El que un ciego no pueda ver el mundo físico no significa que no exista, así mismo, el
que la mayoría de las personas no puedan percibir los mundos o cuerpos invisibles del
hombre, tampoco significa que no existan. Hay infinidad de partículas en la atmósfera,
señales de radio, televisión, partículas que las reconocemos por medio del olfato o el oído, y
otras muchas señales que se detectan por su vibración y por medio de aparatos específicos; sin
embargo no lo detectan nuestros ojos físicos por el simple hecho de no tener esa sensibilidad
o poder de captación.
Existen personas que no ven nada, otros ven poco, otros ven lo normal y ¿Por qué no
puede haber personas que vean más allá de lo normal? Si cogemos una rueda y la hacemos
girar con fuerza, al principio veremos sus radios, a continuación veremos algo indefinido con
un determinado color y, más tarde los radios desaparecerán y oiremos un sonido ¿Qué ha
pasado? Pues simplemente que hemos ido aumentando la vibración de la rueda y la hemos
puesto en un nivel que nuestros ojos físico no son capaces de captarla y no nos queda otro
sentido que el oído para captarlo. Si esto lo pudiéramos aumentar más, la rueda desaparecería
de la vista y no oiríamos nada porque el oído tampoco captaría esa otra vibración tan elevada.
El hombre conoce y admite lo que sus sentidos captan y no sabe que hay algunas personas
con una visión tal que captan vibraciones más elevadas, y por lo tanto, ven otros grados de

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materia más sutil que es invisible para nosotros; a estas personas se les suele llamar
clarividentes.
Cada uno de nuestros cuerpos (físico, vital, de deseos y mental) están formados de
materia de diferentes grados de densidad, pero esa materia está toda en un sólo espacio o
cuerpo físico lo mismo que en la carne hay células, moléculas, átomos, protones, neutrones,
etc. Estos cuerpos son los que utiliza el Ego vida tras vida para renacer, experimentar,
aprender y desarrollarse en todos los sentidos.
Lo mismo que un inventor crea una idea, la elabora, da vida con el pensamiento, la
pone un sentimiento o deseo, y por último, la manifiesta materialmente en el mundo físico; así
el Ego desde su propio mundo, se manifiesta por medio de su mente, deseos, vida y cuerpo
físico para experimentar y evolucionar, o dicho de otra forma, para adquirir conocimiento y
elevar su conciencia.
Algunos de los motivos principales por los que necesitamos estos cuerpos son:
1º.- Porque necesitamos experimentar para poder evolucionar.
2º.- Porque tenemos que perfeccionar esos cuerpos cada vez más, para sacar mayor
provecho de los mundos en los que evolucionamos.
3º.- Porque tenemos que desarrollar la voluntad.
4º.- Porque tenemos que espiritualizar el carácter.
5º.- Porque debemos desarrollar la mente.
Lo mismo que aquí trabajamos durante el día y descansamos por la noche para
asimilar las experiencias diarias y para restaurar el cuerpo físico, así mismo renacemos,
aprendemos y experimentamos durante toda una vida para después, en esos mundos
invisibles, asimilar el fruto de la misma y unirlo a la “conciencia” que es el resultado de la
experiencia de las anteriores vidas.
Lo mismo que un niño tiene que volver al colegio para continuar su aprendizaje,
también el hombre renace por medio de esos cuerpos para continuar su desarrollo y evolución
aquí en el mundo físico. Lo mismo que un niño hace los deberes o estudia para grabar mejor
lo que ha aprendido en clase, así mismo el Ego asimila lo bueno de la vida pasada, borra los
malos hábitos, aprende a obrar de una manera benévola y honesta, y hace que en la próxima
vida nos inclinemos con más fuerza hacia el desarrollo de las virtudes espirituales para que la
voz de nuestra conciencia sea más fuerte. Así pues, por medio de este aprendizaje después de
la muerte del cuerpo físico, estamos más evolucionados y renacemos más preparados para
hacer el bien en la humanidad, y comprender que todos somos hermanos en espíritu y que nos
tenemos que ayudar mutuamente porque todos tenemos que llegar al mismo sitio.
Estos cuerpos son lo más preciado que tiene la humanidad ya que sin ellos no podría
evolucionar, por eso también debemos aprender a valorarlos comenzando con el físico.
Cuanto más vivamos, más oportunidades tendremos de aprender y de quitarnos deudas que
tenemos de otras vidas. Si cuidamos el cuerpo por medio de no tomar substancias que alteren
la mente y que perjudiquen su organismo, estaremos haciendo una obra muy importante. Si no
abusamos o derrochamos la energía en esfuerzos físicos innecesarios, si no derrochamos la
energía sexual creadora e incluso mental, tendremos más vitalidad y el cuerpo físico
funcionará mejor. Esta energía es creadora y gracias a ella pensamos y creamos, trabajamos y
procreamos. Si no nos dejamos llevar por las pasiones, la sensualidad, los vicios y deseos que
hacen grandes daños en el cuerpo astral, repercutiendo así en el cuerpo vital y en el sistema
nervioso, estaremos mejorando y cuidando también este cuerpo y daremos pie a que nuestros
deseos sean cada vez más elevados y espirituales. Si utilizamos la mente de una manera
concentrada, voluntaria y conscientemente, haremos sólo lo que verdaderamente deseamos

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para nuestro bien y el de nuestros cuerpos, pero si la dejamos a su libre albedrío, se dejará
llevar por los deseos y estará en mil cosas a la vez para no sacar provecho de nada.
Por todo esto, es muy importante que dominemos y cuidemos nuestros cuerpos
porque, cuanto más lo hagamos, antes seremos más felices; antes descubriremos a nuestro
verdadero Ser; antes seremos unas personas tranquilas llenas de amor, paz, y buenos
sentimientos. Esa es la meta del Ser humano y si no fuera por sus cuerpos no lo conseguiría,
por lo tanto, cuanto antes nos pongamos manos a la obra desde el puesto del propio Espíritu y
pongamos todo nuestro empeño en espiritualizar nuestros vehículos, antes les doblegaremos,
guiaremos y seremos las personas más felices del mundo.
Ahora estamos en una situación más provechosa para explicar detalladamente
cómo podemos sacar provecho de estos cuerpos para nuestro propio desarrollo espiritual.
Veremos cómo, por medio de los cuerpos y su funcionamiento, la humanidad puede cambiar
sus costumbres, carácter y punto de vista sobre la humanidad y la naturaleza.

“Mantened claros estos principios y discernir diariamente en todo lo que hacéis, sentís
o pensáis, fijad vuestra meta en el Yo Superior e intentad sentir su influencia y guía”

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“Por medio del conocimiento de la Verdad y su práctica,
el hombre llegará a ser libre”

EL EGO

Nuestro Ego o Yo Superior, tiene gran sabiduría como resultado de todas las anteriores
reencarnaciones desde que alcanzamos la individualización como seres humanos, por tanto,
sus experiencias son inmensas y su sabiduría grande como resultado de esas experiencias; en
él está resumida toda la evolución pasada. El Ego nos está influenciando constantemente por
medio de lo que llamamos “conciencia” ya que, en esta conciencia, está grabado todo el
sufrimiento y felicidad que hemos recibido después de cada vida. Su deber es advertirnos para
que no volvamos a caer en los mismos errores que nos causaron sufrimiento y guiarnos hacia
el desarrollo espiritual por medio de la comprensión y el discernimiento entre lo bueno y lo
malo.
El Ego nos habla desde el Mundo del Pensamiento en forma de vibraciones, que se
transforman en sonido y color en los diferentes cuerpos inferiores, hasta que llegan al cerebro
como una voz casi imperceptible. Esas vibraciones son siempre buenas, pero dependiendo de
cómo pensamos y cuáles sean nuestros sentimientos y deseos, así se transforman, y así las
podemos recibir e interpretar para bien o para mal. Si el hombre tuviera una vida más relajada
e intentara tener más paz mental, sacaría gran provecho de estos mensajes, ya que el Ego es
“causa de todo bien”, y está deseando que nos esforcemos en hacer el bien y aborrezcamos el
mal para poder manifestarse tal y como es.
Cuando el Ser humano persiste en ser altruista, amoroso, comprensivo, tolerante, etc.,
está elevando la vibración de sus diferentes cuerpos y está purificando la materia de la que
están compuestos, esto hace que vaya haciendo camino para la unión de la material con lo
espiritual, de la persona con Dios. Si por el contrario, el Ser humano está lleno de malicia,
rencor, envidias y cosas similares, está atrayendo materia de ese grado de vibración hacia sus
cuerpos y está obscureciendo y cerrando la puerta a los consejos y guía del Ego. Cuando el
hombre actúa así se pone en contra de las Leyes Divinas y de la evolución de su propio
espíritu.
Cuando el ser humano alcanza el grado de desarrollo espiritual necesario para
comprender estos principios filosóficos, y comienza a actuar de manera positiva, intentando
ver lo Divino y bello que existe en todo lo que nos rodea, es señal de que el Ego ha recorrido
mucho camino. Cuando el hombre piensa en sentido amoroso y desinteresado en su deseo de
crecimiento y actividad y si trabaja consciente y voluntariamente, eleva su conciencia y poder
espiritual para que el Ego pueda manifestarse.
Así podemos ver que lo que es malo conlleva el germen de la destrucción y lo que es
bueno el de la salvación. Lo malo será transformado o destruido, lo bueno reinará como
Voluntad Divina en la conciencia de la humanidad. Todo lo bueno es evolución, es la parte

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activa de la conciencia del Alma. Cuando el Ser humano domina sus vehículos inferiores y se
une a esa conciencia del Alma, está haciendo que nazca el Yo Superior. Sólo así seremos
conscientes de la Divinidad que está oculta en nuestro interior.
Según evoluciona la humanidad por medio del Renacimiento y la Ley de
Consecuencia, así se va convirtiendo el Ego en el conductor de sus vehículos y les va
dirigiendo hacia nuevas y elevadas experiencias por medio de la cultura, religión, filosofía,
etc. El Ego intenta manifestar lo mejor de él mismo para que seamos instrumentos de amor y
sabiduría y para que seamos medios de manifestación en la Obra Divina y así poder liberarse
de su atadura a la Tierra. Lo material se debe unir a lo espiritual, pero eso no puede ocurrir
hasta que el hombre, de una manera consciente, intencionada y voluntaria, sea creador de
todas las mejores virtudes humanas.
Según alimentamos el sentimiento de fraternidad, amor y altruismo, vamos
incrementando la conciencia espiritual y sentimos la presencia del Poder Supremo; según nos
desarrollamos espiritualmente nos sentimos más unidos al género humano y más nos duele el
dolor ajeno. Cada individuo debe escuchar a su Yo Superior, debe intentar ponerse en su
puesto para identificarse con él, y sentir sus inspiraciones y enseñanzas para fortalecer sus
lazos de comunicación. Cuando confiamos en él, nos manda todo su amor y sabiduría en
forma de iluminación para que la compartamos con las demás.
Alguien se puede preguntar ¿Exige algo nuestro Yo Superior? Naturalmente que sí, él
quiere que no nos apeguemos a lo temporal y material por medio de deseos y pasiones; que
practiquemos el discernimiento para distinguir el bien del mal; que cuidemos nuestros cuerpos
de expresión puros y limpios para poder experimentar y aprender durante más tiempo aquí en
la tierra; que practiquemos y elevemos las virtudes humanas, y que tengamos confianza en
Dios.
Debemos desarrollar el “músculo espiritual”, y si queremos fortalecerle y utilizarle
para nuestro propio desarrollo, debemos empezar por auto-controlarnos y auto-dirigirnos para
aprovechar las oportunidades que nos surgen todos los días, y decir como alguien dijo “No
importa lo estrecha que sea la puerta y lo cargado de castigos que esté el camino, yo soy el
señor de mi destino y el capitán de mi alma”.
Cuando nos llega el momento, en una determinada vida, de comenzar voluntariamente
a recorrer el Sendero que algunos llaman de “aceleración” o “retorno”, debemos comenzar de
una manera sistemática a erradicar las indulgencias que tienden a estimular lo que pertenece
al yo inferior. Nunca debemos expresar nada que sepamos que es perjudicial para el
desarrollo del Ego. Debemos aprender o controlar todos los deseos y apetitos que pertenecen a
lo físico, el temperamento, el carácter, y a utilizar las actitudes de tendencia espiritual.
Nuestro deber es poner en práctica nuestro conocimiento espiritual ante cualquier
circunstancia y prueba de la vida, pero además, debemos mantener nuestra “casa” en orden y
no dejar que entre ningún intruso en ella. Debemos tener la seguridad de que nada se
interponga entre nuestros deseos de elevación y nuestro Yo Superior.
Tarde o temprano, el que inicia el sendero de desarrollo espiritual, debe aprender a
sacrificarse en favor de su Yo Superior. Es el sacrificio de lo que desea la personalidad de lo
que se debe deshacer para el engrandecimiento del Espíritu. Cuando se hace ese sacrificio nos
damos cuenta que, lo que parecía ser perder una vida de disfrute no era tal, y que por el
contrario, descubrimos que hemos ganado una vida inmortal. Es cierto que debe hacerse una
ofrenda completa de todo lo que amamos y apreciamos, pero también es cierto que hayamos
una vida superior cuya felicidad es indescriptible, porque el sentimiento es tan profundo que
no se puede expresar.

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Cuando nos sentimos felices gracias a nuestro desarrollo espiritual, no debemos bajar
la guardia ante las tentaciones y pruebas de la vida, además, es lógico que como efecto de
todo esto nos surja una importante preocupación, esta preocupación es que nada de nuestra
naturaleza nos obstaculice para ser expresión perfecta de ese Yo Superior. Somos su
instrumento que puede ser usado por su voluntad y debemos mantener esta actitud ante
nuestra vista como el estado de conciencia al que aspiramos.
A través de su desarrollo, el ser humano llega a un nivel en que se da cuenta de que
uno de los deberes más importantes es trabajar para el beneficio y sostenimiento de la
humanidad. Este es uno de los pasos más elevados porque para ello debe dejar de identificarse
con las formas separadas y identificarse con la Vida Una (que se expresa en vidas
individuales) para intentar elevarlas a la perfección. Identificándose así, debe trabajar
enteramente por el bienestar y auxilio de sus semejantes y de todo el mundo. La Vida es
Divina en todos los niveles y tiene diferentes formas de expresión, si ayudamos a la evolución
en alguna parte del Todo, estaremos cooperando con el Plan Divino.
Si queremos colaborar en el desarrollo espiritual de nuestro Ego, debemos tomar
conciencia de lo que es la Vida Una, una vez hecho esto, tenemos que tener siempre presente
que no hay que despreciar ninguna vida por muy poco evolucionada que ésta sea, si lo
hacemos, debemos tener muy bien grabado en la mente el siguiente mensaje, “Respeta la vida
como la respeta los que la desean”. El reconocimiento de esta verdad fundamental significa
que el ser humano debe amar a sus semejantes y interesarse por ellos como parte de la Vida
Universal. Nuestro deber es ver la vida en todas sus más amplias posibilidades. El resultado
es que cuanto más evolucionado sea el Yo Superior, más tolerante con toda la vida
manifestada será y tanto más grande será su compasión por los demás, puesto que intenta
manifestar la Compasión Divina.
El poder del espíritu o primer aspecto de Dios es “Voluntad”, el Yo Superior debe
utilizar la voluntad para su desarrollo espiritual por medio de las experiencias. Según se
desarrolla, adquiere “confianza propia”, y gracias a la confianza propia, comienza a darse
cuenta de que la fuerza de su Espíritu es la fuerza de lo Infinito que le impulsa porque es uno
con su propio Espíritu; la confianza en su espíritu, a su vez, se convierte en confianza en Dios.
Nosotros somos parte de Dios y confiando en Dios confiamos en nosotros mismos porque
cada uno de nosotros es una Chispa de lo Divino. Solo necesitamos darnos cuenta de ello y
desarrollarlo, entonces el Ego se convertirá en ese Espíritu parte del Todo.
A algunas personas les parecerá difícil llevar a la práctica todo lo mencionando, son
pasos elevados que cuestan sacrificio y esfuerzo constante, pero para acercarnos al Yo
Superior debe ser así. Es curioso, pero en este nivel espiritual que estamos comentando, a
veces nos encontramos con cosas que no entendemos. Por un lado y sin darnos cuenta, nos
aislamos del mundo en que vivimos y de las personas con las que tratamos, y por otro lado,
queremos unirnos a todo el mundo fraternalmente. En este caso, el ser humano debe ser cauto
para no crear una forma de vida separada del resto de las personas, más bien al contrario, debe
fortalecer el Yo Superior por medio del amor a todos, aunque no se relacione con las personas
que solía relacionarse antes.
Lo mismo que el Sol ilumina y da calor a toda la humanidad y no toma nada de nadie,
así nosotros debemos aprender a estar solos frente a las adversidades de la vida y valernos de
nuestro discernimiento y conciencia interna para dar luz y calor allá donde estemos, pero sin
necesidad de relacionarnos con todas las personas. De cualquier forma, esta separatividad no
es real porque estamos unidos a todos los demás hermanos en Espíritu.
Estamos hablando del Ego y su mundo, y de cómo alimentarle o aumentar nuestra
conciencia en relación con él, pero sería bueno preguntarnos lo siguiente ¿Cuántas veces nos

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ocupamos de servir y alimentar al Ego con nuestras buenas obras de una manera consciente y
voluntaria? Normalmente, muchas personas que están en el Sendero del desarrollo espiritual,
se quejan de que no tienen ayuda de los mundos espirituales o de su propio Yo Superior, yo
preguntaría a estas personas ¿Cuántas veces actúas en nombre de tu propio Yo Superior?
Cuanto antes y más trabajemos con nuestros pensamientos y sentimientos para
elevarle hacia una vida libre de críticas, malos pensamientos, egoísmos, etc., antes
conseguiremos su ayuda. Haciendo esto, más ayuda recibiremos de nuestro Yo Superior e
incluso de otros elevados seres que están pendientes de nuestro desarrollo. Por otro lado,
cuanto más nos esforzamos en identificarnos con el Ego y llevar a cabo la misión que él desea
que se cumpla, más claro veremos el porqué de la vida y mejor sabremos solucionar los
problemas. Si alguien se pregunta ¿Qué es lo que el Ego desea que hagamos? Yo le pregunto,
¿Qué sientes o has sentido cuando has hecho una obra con todo tu corazón y todo tu amor?
Eso que has sentido es la vibración que nos manda nuestro Ego como expresión para decirnos
¡bien hecho, sigue así y los dos pronto seremos Uno ante Dios! Por lo tanto, debemos persistir
en establecer dentro de nosotros mismos esas vibraciones que hacen que nos unamos a él, o al
menos, debemos tener cuidado para no entorpecer su desarrollo con nuestras actitudes.
¿Nos hemos puesto a pensar hacia dónde se dirige el esfuerzo y desarrollo del Ego?
Como es lógico, hacia su unión con lo Divino y Primordial, hacia el Padre, hacia la
colaboración en la gran Obra del Logos. Luego entonces, si nosotros nos esforzamos para
unirnos a nuestro Ego, debemos trabajar en la misma línea para el desarrollo de las virtudes y
poderes, para así ser más útiles en su servicio.
Olvidándonos de nosotros mismos por el trabajo desinteresado, crecemos como partes
del Ego y a su vez como partes de Dios, de modo que, no es pensando en nosotros mismos,
sino luchando para favorecer y ayudar a otros como más avanzamos hacia nuestra meta. La
gran Idea es “El cumplimiento de la perfección en la Gran Obra de Amor del Logos, nuestro
Dios”. Naturalmente, que una de las primeras cosas que tenemos que desarrollar para trabajar
por esa unión con nuestro Ego, es tomar conciencia de que existe en nosotros mismos, que
somos nosotros mismos cuando intentamos ser amorosos con los demás sabiendo que ellos
también son hermanos nuestros en espíritu. Si no podemos ver a Dios en nosotros mismos, no
lo podremos ver en los demás, porque hasta que no nos reconozcamos como tal, no nos
responderá nuestro Dios interno; y si no nos responde, no podremos actuar como instrumentos
suyos en esta vida. Dicho de otro modo, hasta que no seamos capaces de ver el lado noble y
espiritual de todos los seres, y hasta que no rechacemos todo lo vulgar e inferior que impide el
desarrollo espiritual interno, no podremos responder a nuestro Ego y entender la Vida
Superior.
El camino que unifica el Yo Superior con el Yo Universal comienza con el inegoismo,
el egoísmo es una de las barreras más altas que debemos superar, y sin embargo apenas lo
vemos. Si meditamos nuestra forma de pensar y de actuar en general, comprobaremos que el
egoísmo está en casi toda nuestra vida, aunque a veces nos cueste verlo. Algunas de las cosas
que un discípulo debe desarrollar y llevar a la práctica para luchar contra el egoísmo es la
humildad, la sencillez y el pasar desapercibido. El Ego siempre intenta decirnos que si
tenemos que tener egoísmo sea siempre por lo espiritual y no por lo material, porque lo
material es lo que le ata al renacimiento. Cuando el hombre se apega a lo material, debe vivir
con la intención de hacerlo como si fuera para su Yo Superior, o mejor dicho para Dios, -así
no caemos en el egoísmo- Nunca debe esperar que lo elogien, adulen ni nada parecido, porque
sabe que todo lo que es y tiene, es gracias a Dios.
El discípulo en su camino de acercamiento a su Ego no busca el éxito, sino que si le
viene lo acepta como premio de algo bueno que ha hecho antes; no quiere ser el primero,

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simplemente cumplir con su trabajo, deberes y responsabilidades; no trabaja para su beneficio
propio, sino que lo hace pensando en la humanidad porque sabe que su trabajo y posición
también es gracias a otros; no piensa en los resultados de sus obras, porque sabe que el deseo
por lo material le esclaviza, por lo tanto, trabaja para la humanidad y para Dios.
Por eso está escrito: “Los últimos serán los primeros” “El que quiera ser el primero
que sea el último y el servidor de todos” “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y
todo lo demás se os dará por añadidura” Después de analizar esto, podemos decir que el Ego
intenta enseñarnos que el verdadero trabajo del hombre es hacer todo con amor, como si fuera
para Dios; que la mayor satisfacción es “servir” allá donde podamos, porque lo que hagamos
por la humanidad lo hacemos por Él; y que; el mayor progreso lo hacemos por medio de
actuar voluntaria, consciente, y persistentemente.
Para corregir esto debemos comenzar con las cosas pequeñas, vencer el orgullo, el
odio, el rencor, la arrogancia, estos son los primeros pasos para hacernos fuertes. Según
controlemos nuestras debilidades y espiritualicemos nuestro carácter, iremos tomando fuerza
para superar otras cosas peores. Lo importante es ponerse a trabajar con la clara idea de que
somos un Ego que intenta manifestarse plenamente, pero que se lo impide todo lo negativo de
nuestro carácter, actitudes y forma de afrontar la vida. Debemos hacernos a la idea de que
somos un centro de Amor que intenta beneficiar y ayudar a los demás, porque haciendo eso,
indirectamente nos beneficiamos nosotros mismos, pero ¡cuidado! No actuemos con esa
intención, porque eso sería una forma sutil de egoísmo.
La comunicación con nuestro propio Ego yace en nuestro corazón, así que, cuando
actuamos de corazón, lo estamos haciendo como el verdadero Ego. Si tenemos nuestra
conciencia puesta en todo lo que hacemos, estaremos actuando con toda nuestra mejor
intención para el desarrollo espiritual. Esto significa que derramamos toda nuestra fuerza en
lo que hacemos, la reforzamos y además, anulamos todo lo que se relaciona con la
personalidad; o sea, nos acercamos a la Verdad Divina y dominamos a lo inferior haciendo de
la personalidad una expresión del Yo Superior.
Como Egos evolucionantes y hermanos del prójimo, debemos tener siempre presente
que actuar con el corazón en nuestra relación con ellos, es dejar a un lado los intereses propios
e intentar llegar al corazón de las cosas y de ellos mismos para dar lo mejor que tenemos, de
esta forma, la Fuerza Divina se realizará en nosotros para hacernos cada vez más grandes
servidores de la humanidad.
A lo largo del camino y según vamos dominando y transformando nuestro carácter,
temperamento y forma de ver la vida, vamos sintiendo cada vez más fuertemente el amor, la
buena voluntad y lo bello de las personas. En esa etapa ya echamos cómodamente a un lado
alguno de las cosas de la personalidad que no nos gustan y actuamos guiándonos siempre por
nuestros mayores y más elevados ideales. Mostramos de manera más constante nuestro
espíritu de ayuda humanitaria, pero debemos tener cuidado porque siempre estaremos en
peligro de caer en nuevas tentaciones que creemos vencidas o en otras nuevas.
Somos tentados y probados para elevarnos y fortalecernos, y eso nos puede venir en
forma de aspiraciones materiales, de elevación y otras muchas pruebas que pueden hacer que
renazca el egoísmo, la arrogancia, la envidia o la simple crítica. Por lo tanto, debemos estar
siempre alerta y no olvidar nunca que cuando estamos en esta etapa del Sendero, los Maestros
nos observan esperando el momento en el que estemos preparados para ser sus discípulos.
Es bueno y trae excelentes resultados, hacerse a la idea de esta realidad. Cuando
intentamos actuar como nuestro propio Yo Superior estamos aumentado la Luz espiritual y
eso atrae la visión del Maestro. Si pensamos que podemos ser discípulos de un Maestro y
intentamos ser su instrumento para beneficio de la humanidad; si dejamos que su fuerza fluya

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por nosotros sin adulterarla ni mancharla; y si hacemos todo lo posible para que este vínculo
no se rompa; veremos cómo nuestras actitudes en la vida cambian para el bien de nuestro
propio desarrollo. Naturalmente que para llevar a cabo esto, debemos tener siempre presente
la presencia del Maestro como supervisor de nuestras actividades y forma de pensar, además,
debemos estar siempre alerta para que nuestras cosas negativas no le lleguen e interrumpan la
conexión. Nuestro deber principal es estar serenos, pacíficos, haciendo que nuestros
sentimientos y pensamientos sean los más elevados porque, actuando así, antes nos
capacitaremos para estar cara a cara ante su presencia. En este caso nuestra mente y deseos
deben estar siempre a disposición del Maestro o, mejor dicho, deben ser sus instrumentos de
expresión aquí en la tierra.
Dicen los Maestros que siempre están observando a la humanidad para ver cuándo se
enciende una nueva luz en la oscuridad. Cuando las ven, no pueden dejar de observarla e
intentan ayudar a esa persona para no que no cese en sus esfuerzos en la decisión que ha
tomado y para que esa pequeña luz se convierta en una llama que ilumine a los que le rodean.
De esa manera tiene que trabajar la persona que desea evolucionar, su persistencia en hacer el
bien debe encender su Luz, y al entregarse en servicio amoroso a la humanidad se convertirá
en una llama que dará luz y calor a los demás.
No es fácil poner los diferentes cuerpos a disposición del Ego para que él se exprese
tal y como es, pero bien vale la pena hacer constantemente todo lo que podamos para ello. No
basta con decir que vamos a hacer lo que este libro diga que es bueno, si estas enseñanzas no
penetran en nuestra propia vida y las llevamos a la práctica, no conseguiremos nada. Debemos
aprovechar todas las oportunidades, aún en medio del tumulto, de la excitación y de los
problemas de nuestra vida cotidiana; debemos estar ansiosos de encontrar oportunidades para
el desarrollo y para llevar a la práctica todo este conocimiento. Sólo los que se esfuerzan y
persisten en actuar de acuerdo con esta filosofía, se están preparando y están encendiendo la
Luz que hará venir al Maestro.
El Ego es la Voz de la Conciencia, y como tal sabe lo que es correcto y lo que no.
Cuando nuestro desarrollo permite una más clara expresión del Ego, no sólo actuamos
intentando hacer y ver lo recto, sino que, además, pensamos en las consecuencias que eso
puede traer y cómo puede afectar a los demás. No debemos pensar en los efectos de nuestras
acciones desde el punto de vista del beneficio, sino desde el punto de vista de beneficiar a la
humanidad ya que, las Leyes Divinas se encargan de darnos lo que merecemos. Para hacer
esto, es imprescindible el discernimiento entre lo real y lo irreal; lo que se relaciona con el
Ego y lo que se relaciona con la persona; lo que obstaculiza o lo que favorece la expresión del
Ego; lo duradero o eterno y lo perecedero o material. Esta práctica es muy importante y debe
ser puesta en práctica constantemente.
También dicen los Iniciados que el ser humano tiene que desarrollar dentro de sí
mismo al “Niño Cristo”. Cuando estamos encaminados en el Sendero, por cada buena acción,
pensamiento y palabras desinteresadas, altruistas y humanitarias, atraemos materia espiritual
hacia los cuerpos invisibles, y cuanto más actuemos así, mayor cantidad retenemos para
engrandecer y hacer que brillen nuestros cuerpos. Esta materia espiritual es la base de un
nuevo cuerpo que debemos formar llamado Cuerpo-Alma, para hacer crecer ese Cuerpo-
Alma, debemos alimentarla con las buenas acciones de Amor y abnegación, y por medio de
no practicar lo que perjudique a los demás. Si no la alimentamos muere de hambre, por eso
nuestro deseo de superación y nuestros anhelos espirituales deben estar siempre presentes en
nosotros. Ese Cuerpo-Alma es el futuro cuerpo para poder funcionar en la próxima etapa de
desarrollo de la humanidad en este planeta. Cuando este Cuerpo-Alma se desarrolla, nace el
Niño Cristo en nosotros y tenemos que alimentarle con esa materia etérica espiritual que

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resulta de nuestros buenos actos. Este Niño Cristo es una Fuerza Radiante y benéfica para el
mismo Ser humano y para su utilización en bien de la humanidad. Es una armadura que
ningún mal puede atravesar y que, además, hace que el mal que nos intenta penetrar se vuelva
contra la persona como lo hace un boomerang respecto al que lo lanza; esto, al fin y al cabo,
es una Armadura de Dios, una armadura que nos protege y ayuda siempre que nuestro deseo
sea el del amor y el servicio al prójimo.
No podemos amar a nuestro Yo Superior si no nos aproximamos a él por medio de
nuestras buenas acciones, y no podemos aproximarnos, si no comprendemos lo que él
representa en cada ser humano No podemos amarlo sin sentirlo y no podemos sentirlo si no
existe en nosotros mismos. Debemos amar lo Divino en la humanidad tanto como lo Divino
en nosotros mismos, una vez hecho esto seremos uno con el Yo Superior y no habrá nada que
no podamos conseguir.
Si deseamos ser un hermano más que camina en compañía de otros hacia la cima de la
montaña, debemos penetrar en nuestro corazón, conocer la Divinidad que se manifiesta en
nosotros como un Alma inmortal, y buscar en nosotros lo perfecto e inmutable. Cuando
encontremos y consigamos esto, nuestra luz se unirá a la de los demás para poder actuar como
bienhechores de la humanidad que velan por el desarrollo espiritual. Debemos saber que en
esa “Hermandad” no caben las imperfecciones y, por lo tanto, el fuego del Amor de Dios debe
consumir todo lo opuesto a Él. Debemos ir siempre con estas verdades como si formaran
nuestro propio cuerpo y nos debemos rodear de un aura esplendorosa que no permita la
entrada de ninguna substancia corrupta producida por pensamientos impuros. Nuestros
sentidos internos se deben abrir a la perfección de las verdades espirituales y nuestra mente
debe estar iluminada por la Sabiduría Divina. Cuando lleguemos a este punto se despertaran
los poderes internos que nos harán invencibles, sufriremos una transformación y una
restauración que harán de nosotros un Ser de Luz, y nuestro cuerpo será la mansión del
Espíritu Divino.

Dice el maravilloso libro “Luz en el Sendero”:

“Mantente ajeno a la batalla que empieza, y aunque tú pelees,


no seas el guerrero; Busca al Guerrero y deja que pelee en ti;
Recibe sus órdenes para la batalla, y obedécelas;
Obedece, no como si fueras un general, sino como si fueras tú mismo y
como si sus palabras fuesen la expresión de tus secretos deseos;
pues él es tú mismo, aunque infinitamente más sabio y fuerte que tú;
Búscale antes de que en el fragor y fiebre de la batalla puedas dejar de percibirlo;
pues él no te reconocerá a menos que tú lo conozcas;
Si tu grito llega a su oído atento, entonces luchará en ti y llenará el triste vacío del interior;
Y si esto sucede, entonces podrás permanecer sereno e infatigable durante la batalla,
manteniéndote apartado y dejándole pelear por ti;
Entonces será imposible que des un solo golpe en falso;
Pero si no lo buscas, si pasas a su lado sin percibirle, entonces no hay salvaguardia para ti.
Tu cerebro te turbará, y tu corazón se tornará irresoluto, y en medio del polvo del campo
de batalla, tu vista y sentidos se oscurecerán; y no distinguirás a tus amigos de tus enemigos.
Él es tú mismo, sin embargo, tú eres finito y sujeto a error. Él es eterno y seguro. Él es la
verdad eterna. Una vez que haya penetrado en ti y se haya convertido en tu guerrero,
jamás te abandonará por completo, y en el día de la gran paz, él y tú os convertiréis en uno”

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MEDITACIÓN

Antes de nada y como para cualquier otra meditación y relajación, ponte en una
posición cómoda de tal manera que no tengas que estar pendiente de ninguna molestia, la
mejor posición es la que haga que te olvides cuanto antes de tu cuerpo físico.
A continuación, relaja todo tu cuerpo comenzando por los dedos de los pies, suelta
todos los músculos e imagina que tu sistema nervioso está bajo tu control y por lo tanto te
obedece. Sigue relajando todo tu cuerpo desde las piernas hasta el tronco, luego pasa a los
dedos de las manos y brazos y, a continuación, relaja muy profundamente la zona de tu cuello,
-esto es muy importante-. Procura que tu columna esté más o menos recta y la barbilla un
poco inclinada hacia adelante, luego termina por relajar toda la cabeza, párpados, mejillas,
mandíbulas, frente, etc. Este no es un libro de relajación y por eso sólo doy las líneas
generales para que cada uno practique a su manera o como mejor pueda.
Después de la relajación estarás mejor preparado para meditar sobre ti mismo como
Yo Superior. Una vez relajada también la mente y teniendo en cuenta que eres tú el dueño de
la misma, comienza el siguiente ejercicio: Comienza por repetir la frase “Yo soy Yo”, pero
intentando causar la sensación de que estas por encima de la mente y fuera del cuerpo. A
continuación, añade estas otras frases “Yo no soy el cuerpo físico, soy su dueño y puedo hacer
con él lo que quiera”, “Yo no soy mis deseos ni mis pasiones, yo estoy por encima de ellos y
las puedo transformar porque tengo el Poder del Espíritu”, “Yo no soy mi mente y, por lo
tanto, puedo utilizarla para pensar cuando y lo que Yo quiera”.
Sin dejar de repetir “Yo soy Yo”, combinad estas palabras con las frases mencionadas
anteriormente, pero siempre con el sentimiento y la convicción de que verdaderamente tenéis
todo ese poder y estáis por encima de esos vehículos. Debéis hacer todo lo posible para
intentar sentiros por encima de ellos, utilizad la imaginación y la visualización si os hace falta,
pero el sentimiento debe ser de comprensión y el convencimiento, de que todo es verdad y de
que luego y a partir de la meditación, vais a poder hacer todo lo que meditéis.
Meditad sobre vuestra forma de ser en la vida diaria, y ved como el “Yo” no se puede
manifestar porque está velado por los deseos y por la mente. Meditad y ved de qué manera y
cómo muchísimas veces a diario, perdéis la oportunidad de doblegar estos instrumentos.
Meditad y comprender cómo y cuándo debéis imponeros sobre vuestros cuerpos para hacer lo
que vosotros queréis como Yo Superior. Estad atentos a no desviaros hacia otras cosas y
pensamientos, tenéis que utilizar la mente para lo que vosotros queráis y para crear los
sentimientos que creáis conveniente.
Vosotros sois el Poder y como tal, tenéis que identificaros con el Yo Universal, no
caigáis en la tentación de pensar que vosotros hacéis las cosas; pensad que “vuestro cuerpo
hace lo que queréis; que vuestro cuerpo de deseos desea lo que vosotros queréis sentir y
desear; que vuestra mente piensa lo que vosotros queréis pensar; y que podéis dominar
siempre y en todo lugar a vuestros instrumentos.
Si queréis facilitar este ejercicio durante el día y desarrollar esa conciencia, intentad
observad cómo se expresan esos vehículos, estad pendientes de lo que hacéis para dominarlos,
guiarlos y educarlos. Debéis ser vosotros mismos, debéis llegar a dominarlos de tal manera
que sea el Yo Superior, quien se manifieste en pensamiento, palabra y obra.

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Dad libertad a todos vuestros ideales elevados y espirituales y a vuestros deseos
amorosos y desinteresados, actuar siempre de una manera justa, honrada y noble, así
manifestareis lo que verdaderamente sois: “Una parte del Amor Infinito que se manifiesta con
Sabiduría a través de su Inteligencia y de sus Actividades en el mundo físico.

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“Como el hombre piense en su corazón, así es él”

LA MENTE

La mente es el primer vehículo que tiene el Ego para manifestarse desde su propio
plano, está compuesta de materia del Mundo del Pensamiento y es con esta materia con la que
envuelve sus ideas para crear sus “formas de pensamiento,” que dan origen a lo que quiere
manifestar en el mundo físico. La mente es el instrumento que utiliza el Ego para crear por
medio del pensamiento estando en estado de vigilia y de una manera consciente o
inconsciente. Cuanto menos desarrollo humano tiene una persona, menos poder tiene sobre su
mente y más se guía por su instinto y sus deseos; según evoluciona el hombre hacia lo
humano, moral y espiritual, más dominio tiene sobre ella para obligarla a actuar en la línea
que el Ego quiere.
La mente recibe las impresiones del exterior por medio del cuerpo de deseos y en
forma de vibraciones o “sonidos”, según el control del hombre sobre su mente, así responderá
en bien o en mal hacia la persona o cosa que percibe. De ahí la importancia de que el hombre
gobierne su mente.
Cuando una persona habla durante un tiempo con otra que no conoce, saca un
concepto sobre ella, este concepto se habrá formado por las vibraciones que ha captado el Ego
a través de la mente, y según hayan sido esas vibraciones - o mejor dicho, según se haya
comportado en bien o en mal la otra persona - así será el concepto. Si las vibraciones no están
en armonía con las nuestras, o lo que es lo mismo, si no piensa de una manera similar a la
nuestra, es fácil que nuestro concepto sobre ella sea negativo y, por lo tanto, no estaremos de
acuerdo con él en muchas cosas.
Esa es la manera de actuar de la mente, nos sirve de foco y es intermediaria entre el mundo
físico y nosotros mismos como Egos. Sin embargo, nosotros somos libres, y con nuestro libre
albedrío podemos actuar con los demás de una manera positiva y armónica, creando
pensamientos de afecto o, al menos, evitando que nuestra mente forme conceptos y
pensamientos que al llegar al cuerpo mental de la otra persona, le perjudicarían. Lo mismo
que nosotros captamos las vibraciones y pensamientos de los demás, así captan ellos los
nuestros.
Los pensamientos de naturaleza maligna se apegan a las personas que tienen esa
misma vibración, y eso mismo ocurre con los de naturaleza benigna, por lo tanto, y sabiendo
que existe la Ley de Consecuencia que nos trae a cada uno lo que sembramos, es un deber de
la persona que busca su desarrollo interno, procurar pensar siempre cosas que beneficien a los
demás.
La mente se desarrolla a través de las experiencias de la vida, cuanto más provecho
sacamos de ella mejor cuerpo mental tendremos en la próxima vida. Cuanto mayor sea

26
nuestro dominio sobre ella por medio de la concentración, meditación, observación y
discernimiento, más evolucionaremos y la desarrollaremos; cuanto más positivamente
pensemos, mas materia espiritual atraeremos para formar nuestros pensamientos y desarrollar
nuestra mente de una forma más pura y elevada. Si el hombre se deja llevar por los deseos,
pasiones, odios y rencores, está dejando su mente a disposición del cuerpo de deseos, (el gran
tentador), el cual nos pervierte y nos lleva a la oscuridad. Entonces es cuando los deseos
animales nos dominan y hacen que actuemos de manera que, después de haberlo hecho,
tengamos remordimiento.
Cuando el ser humano lleva una vida llena de devoción a elevados ideales, de
inspiración y llena de buena voluntad hacia el prójimo, no sólo crea y se rodea de materia
mental elevada y espiritual, sino que a la vez, también atrae materia que está en el mismo
grado de vibración que la suya y aumenta su desarrollo espiritual. De esta manera también
estamos uniendo o identificando la mente con el Ego para que, cuanto antes, llegue el día en
que sean un sólo cuerpo para su propio desarrollo y evolución.
El Ego debe llegar, a través de la mente, a distinguir la personalidad de la
individualidad, sobre todo por medio del discernimiento entre lo correcto y positivo y lo
incorrecto y negativo. Debe darse cuenta de que él no es la personalidad que desea cosas
materiales, sino que es el Ego que a través de la mente “conoce” y aprende de la experiencia
sobre lo material y humano. Si el Ser humano fuera capaz de aislar y cortar la conexión del
Yo Superior con la mente, ésta no podría pensar porque le faltaría la “voluntad” para hacerlo.
Con esto quiero decir que el hombre tiene pleno poder sobre su mente y no tiene que hacer
nada más que aprender a dirigirla y controlarla, porque el Ego, que en realidad somos
nosotros mismos, tiene dominio sobre la mente por medio de la voluntad.
Sabiendo esto, debemos tener claro que el origen del pensamiento está en nosotros
mismos, que si no queremos pensar no lo hacemos, y que si queremos pensar bien, también
depende de nosotros. El hombre es el dueño de la mente y no su esclavo, por eso no debe
dejarse llevar por cualquier pensamiento que penetre en su mente. Dicen que “como un
hombre piensa en su corazón, así es él”, esto es cierto porque el origen de la acción y de la
palabra está en el pensamiento y, si el pensamiento es positivo, atraerá sentimientos
espirituales que se manifestaran en el cuerpo físico con un aspecto de paz y de tranquilidad.
La persona que en su pensamiento es feliz, bondadosa, altruista y generosa, tendrá un
semblante de felicidad y atraerá a las personas sin saber por qué, pero la que piensa en cosas
negativas, de tristeza, preocupaciones y odios, se manifestará en su cara con un efecto de
amargura ante todas las cosas de la vida, y no permitirá ni siquiera que nadie la ayude.
Cuando una persona crea un pensamiento, afecta a otros en bien o en mal según sea el
mismo y según estén las personas en la misma sintonía de vibración o no. Cuando una
persona manda un pensamiento a otra, ese pensamiento llega y penetra en el cuerpo mental de
la otra, y la estimula hacia una determinada línea de conducta, pero lo mismo que nosotros
volveremos al Ser que nos creó, así nuestros pensamientos vuelven a nosotros y nos traen el
mensaje de la vida y experiencias que hayan tenido. Traerán grabados el bien o el mal que
hayan captado de esa persona o de otras con las cuales se haya puesto en contacto por medio
de sus mentes y, por lo tanto, repercutirán en nosotros también para bien o para mal, así que
¿No deberíamos tener más cuidado con lo que pensamos?
Si nos acostumbramos a pensar lo que queremos, cuando queremos y como queremos,
seremos dueños de nuestro propio destino. Porque gobernando el pensamiento cambiamos
nuestro carácter y temperamento; si cambiamos nuestro carácter, cambiaremos nuestros
hábitos, y si cambiamos nuestros hábitos, estamos creando un nuevo y mejor destino para la
vida futura. Esto en el lenguaje astrológico, sería como decir que estamos creando la próxima

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carta astral de nuestra vida futura, pero esta carta estaría llena de posibilidades de desarrollo
espiritual en todos los sentidos.
Debemos ser dueños de la mente como cuando conducimos un coche porque, tanto
para pensar voluntariamente, como para estar en guardia ante los pensamientos intrusos,
siempre tenemos que ser dueños de ella. Cuando queremos mandar pensamientos de ayuda,
cariño, comprensión, etc., a otra persona y lo hacemos con voluntad y concentración,
podemos tener la seguridad de que le llegarán, sin embargo, también debemos ser conscientes
de que los pensamientos negativos de odio, rencor, y otros similares, también les llegan y
afectan para mal. En tal caso, la ley de Consecuencia nos traerá a cada uno el efecto del
pensamiento que hayamos creado.
Debemos saber que la mente es poderosa cuando la utilizamos de una manera
concentrada para estudiar o resolver cualquier cosa es una muestra de ello, la concentración es
una de las cosas que debemos practicar porque, gracias a ella, ampliamos la conciencia y nos
elevamos en el plano mental. En nuestra aura llevamos la materia de los pensamientos que
solemos crear, si nuestros pensamientos suelen ser elevados, atraeremos pensamientos
elevados hacia nosotros y aumentaremos nuestro bien. Si no tenemos concentración o
dominio, y nuestra mente se une a los deseos, iremos sembrando pensamientos dañinos allá
donde nos encontremos, por lo tanto, es conveniente utilizar la concentración para pensar
positivamente con nuestra mente.
También es importante saber que hay una atmósfera mental en todas partes, eso
significa que según sea la vibración de nuestros pensamientos, así nos sentiremos bien o mal
en el lugar que nos encontremos y así será la material mental que atraigamos. Por
consiguiente, nos puede perjudicar o beneficiar. Se dice que una persona de pensamientos
elevados no aguantaría mucho tiempo en un lugar o ambiente de bajos deseos y pasiones sin
caer en la tentación. También dicen los verdaderos clarividentes, que si el Ser humano viera lo
que hay en los sitios de alterne y vicio, no entraría en ellos porque tendría pánico y
repugnancia hacia todas las clases de espíritus y elementales que se concentran allí. Es lógico
puesto que estos se dedican a “pinchar” y estimular a las personas para que sigan
consumiendo y practicando toda clase de vicios que a ellos les gusta y les atrae.
Las personas deben llevar siempre consigo su “Templo Mental” formado por
pensamientos de altruismo, amor, etc., deben ser fuertes ante las tentaciones y resistir con la
reserva que lleven en su aura. Además, todo aquél que pueda, hará muy bien en construir un
templo en cualquier rincón de la casa, este templo hecho con sus mejores pensamientos y
sentimientos, será su refugio etérico-espiritual donde confortará su alma. Este templo creado
por medio de la oración, la devoción, la meditación y otras técnicas elevadas, puede llegar a
ser tal, que cuando entremos en él, notemos nuestra propia vibración espiritual que elevará
nuestros mejores sentimientos; este será el refugio del Alma para sus momentos de
decaimiento.
Debemos acordarnos siempre que nuestro verdadero Ser tiene su morada en un plano
bastante más elevado y espiritual que donde trabaja normalmente, por lo tanto, nosotros
tenemos pleno dominio sobre ella. Como somos libres, cada uno puede utilizarla en
colaboración con su Ego o con su cuerpo de deseos, uno se elevará hacia lo espiritual y el otro
hará que descendamos a lo animal.
Sabiendo que la mente es un Poder Creador que tenemos a nuestro alcance, nos
deberíamos preguntar ¿Para qué debo usarla como tal? ¿Puedo cambiar mi vida por medio de
su buen uso? La respuesta sería: ¡Naturalmente que sí! Cuando nuestros pensamientos son
elevados y espirituales, ya lo estamos haciendo porque lo estamos grabando en el

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subconsciente, y eso es como una orden para que en un futuro pueda manifestarse
físicamente.
Los pensamientos de optimismo, cariño y similares son como un banco donde estamos
ahorrando, porque tarde o temprano recibiremos parte de esos ahorros como beneficios
propios, (Lo que sembramos eso mismo cosechamos) pero en los casos de amor, lo
recibiremos con creces.
Naturalmente que también debemos deshacernos de los malos pensamientos, y eso no
es fácil, pero existe un buen método, éste es el siguiente: “Cuando te venga un pensamiento
que no deseas, debes sustituirlo por otro de naturaleza espiritual, devocional o simplemente
concentrarte fuertemente en crear o inventar algo original y nuevo. (Una oración, un poema,
concentrarse en algún tema abstracto como por ejemplo la Cábala, Cosmogénesis, la
Astrología, o los símbolos ocultos que hay en el Tarot) Debes hacerlo de una manera
concentrada y con gran esfuerzo de voluntad”. El hecho es que, la mente no puede pensar en
varias cosas a la vez (lo mismo que dos objetos no pueden ocupar el mismo espacio a la vez),
por tanto, haciendo esto de una manera voluntaria y consciente tendremos dominio sobre ese
pensamiento. Cuando por medio de la repetición de este método lo tengamos casi dominado,
podremos ver que ya no lo practicamos y así se atrofiará mientras fortalecemos otros
pensamientos más elevados.
Debemos tener claro que según adquirimos dominio de nuestros cuerpos, también
adquirimos Poder Interno, o lo que es lo mismo, nos unimos más a nuestro propio Espíritu
que es Omnipotente como Dios Mismo, puesto que es parte suya. Cuanto más nos elevamos
por estos medios, más influencia recibimos de los planos espirituales en forma de intuición e
inspiración, que a veces nosotros mismos nos preguntamos de dónde vienen. Así podemos ver
claramente que por nuestra forma de pensar podemos cambiar toda nuestra vida, carácter e
incluso aspecto físico. Los fracasos se convierten en éxito y las tristezas en alegrías, sólo
debemos hacer dos cosas:
1ª. Dirigir la actividad mental hacia donde queramos.
2ª. Tener tranquilidad mental para que podamos escuchar lo que nos viene de arriba en
forma de Guía Espiritual.
Debemos meditar en la paz de nuestra alma y escuchar la Voz de nuestra Conciencia,
la fe en todo esto hace milagros y que desaparezcan las depresiones y cosas similares para que
nos inclinemos a trabajar más pensando en los demás. La oración también es muy importante
y ayuda a purificar el aura, siempre que se haga con devoción e intencionadamente y no como
rutina.
La felicidad o tristeza del hombre tienen su origen en la mente, si pensamos en
felicidad, atraeremos materia astral y mental que nos causará felicidad y, con la repetición de
estos sentimientos, haremos una coraza en nuestra aura que no podrá traspasar ningún otro
pensamiento negativo.
Si pensamos en cosas elevadas, nos acercamos cada vez más a la Conciencia Crística y
comenzaremos a hacer que nazca el Niño Cristo en nosotros, así transformamos la
personalidad en un instrumento útil para el servicio desinteresado a los demás.
Todas las expresiones bajas proceden de la personalidad, estas no deberían estar en
nosotros porque no son de nuestra naturaleza, pero si nos esforzamos y buscamos el Sendero
en nuestro interior, hallaremos los tesoros que tenemos almacenados de otras vidas. Pero
¡Cuidado! no dejéis de mirar al exterior donde tenéis una gran labor que hacer para vuestro
desarrollo individual y para el de los demás, porque el Ser humano evoluciona gracias a su
actitud y a sus pensamientos ante los demás. El mayor error de la humanidad es identificarse
con la naturaleza inferior - cuerpo de deseos - y permitir que le lleve a un mundo irreal. Si el

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Ser humano dirige sus cuerpos, les dirigirá por medio de la mente y del discernimiento. La
mente gobernada supone un progreso rápido, y cuanto más control mayor rendimiento. No es
lo mismo estar haciendo algo y pensando en cualquier cosa, que estar haciendo algo y pensar
en eso mismo para “observar y meditar” de qué manera lo podemos hacer mejor. No es lo
mismo hacer una oración de una manera rutinaria y monótona sin pensar conscientemente lo
que decimos, que decir la oración con el sentimiento adecuado a la frase que estamos diciendo
voluntariamente. Cuando lo hacemos así, tenemos más poder y obtenemos mejores resultados.
A veces queremos pero no podemos, ayudar a una persona que se ha encerrado en un
mundo de tristeza y depresión por medio de sus pensamientos negativos, porque eso mismo
hace que rechace la ayuda, así mismo, nosotros debemos tener cuidado de no construir una
coraza que no permita el contacto con lo superior ni la ayuda de otras personas de buena
voluntad.
Los pensamientos son casi tangibles y tienen un efecto muy real sobre nosotros, por lo
tanto: “No os encerréis en pensar algo malo, si algo os ocurre o tenéis algún problema serio,
pensad en Dios y veréis como se despeja todo ese ambiente que os perjudica”
No debemos utilizar el pensamiento para criticar, censurar, ni tampoco para separarnos
de los demás por cosas absurdas y poco razonadas. Es conveniente siempre tener en cuenta
que ellos son hermanos en Espíritu; que esos errores los hemos podido cometer nosotros
antes, o los podemos cometer aún; que lo que ellos son lo hemos podido ser en otra vida; y
que, mientras queden hermanos por debajo de nosotros nuestro deber es ayudarles.
Es muy aconsejable utilizar la mente para mandar pensamientos de amor y
comprensión si no nos aceptan cuando vamos con la mejor intención para a solucionar un
problema, en ese caso, debemos buscar cualquier otro medio para hacer la paz, pero nunca se
debe utilizar el pensamiento contra otros; si lo hacemos engrandeceremos su mal y el nuestro.
Hay que recordar que nuestra mente es parte de la Mente Universal, y como tal se debe
utilizar para algo constructivo y benévolo, su camino de perfección es su uso para sacar
provecho de la experiencia y para elevarse al propio mundo mental de Dios, de donde en
realidad procede.
Al leer deberíamos utilizar la mente y los ojos del Alma, el anhelo del desarrollo
espiritual tiene que abrir los “ojos del Espíritu” y para ello debemos meditar y concentrarnos
en lo que leemos. Dicen que hay que leer cinco minutos y meditar dos horas, si queremos ser
capaces de sacar provecho de las lecturas, debemos estabilizar y equilibrar las emociones, los
sentimientos y la mente, así encontremos la luz en los libros como este. “Medita y descubre el
poder de la mente”.
Antes de hablar deberíamos pensar más lo que vamos a decir, la relajación física y
mental armoniza los cuerpos y facilita la expresión del Yo Superior. ¿Cuántas veces
ofendemos al día por no pensar antes lo que vamos a decir? Si nos pusiéramos en el puesto de
los demás no hablaríamos igual. Si llevamos esto a la práctica veremos que en poco tiempo
habremos avanzado bastante y sentiremos cierto regocijo interior por saber que ya no
perjudicamos tanto a los demás.
Se dice en ocultismo que debemos buscar el bien en todas las cosas, y más aún si son
negativas, si meditamos esa frase podemos llegar a las siguientes conclusiones:
1ª.- Practicándolo persistentemente, llegaremos a conseguir no fijarnos en lo malo que
veamos o que oigamos a nuestro alrededor, esto a su vez implica no criticar y no crear
pensamientos negativos que perjudiquen al resto de las personas.
2ª.- Así aumentamos la atmósfera mental positiva de nuestra aura y del lugar donde nos
encontremos, a la vez, beneficiamos a la humanidad por nuestra acción directa e indirecta.
3ª.- También colaboramos con las Leyes Divinas y las Jerarquías que las administran.

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4ª.- Creamos causas nuevas que en algún momento vendrán a nosotros como efectos
beneficiosos y posibilidades de desarrollo.
5ª.- Transmutamos el mal y así aumentamos el bien en los mundos espirituales, y
colaboramos para la eliminación de la maldad en los mismos.
6ª. Colaboramos con el mantenimiento de la salud del cuerpo físico.
7ª.- Somos un ejemplo a seguir y despertamos cualidades similares en los demás.
8ª.- Podemos hacer que nuestros posibles enemigos se vuelvan amigos.
9ª.- Aplicándolo a nosotros mismos conseguiremos:
A. Elevar las virtudes y cualidades.
B. Atrofiar todo lo que tenemos de negativo y perjudicial por medio de “no
practicarlo ni pensar en ello”.
10ª.- Que practicando todo esto, no nos faltará el Aliento del Espíritu que nos ayudará a crear
un santuario en nosotros mismos, donde nos reconfortaremos en momentos de debilidad.

Si nos fijamos en lo malo solamente, casi seguro que nos haga criticar, y eso hace que esta
fuerza mental y oral arrase con todo lo que se ponga delante de ella. Estas críticas no llegan a
ninguna parte ni benefician a nadie, sino que aumentan el mal en los mundos inferiores.
La crítica es una úlcera en el carácter y ésta debe ser eliminada cuanto antes porque, si
hemos de criticar, ha de ser en sentido de poner los medios necesarios para remediar una
situación negativa y ayudar a las personas en su progreso. Si sugerimos o indicamos las faltas
de los demás debe ser de manera que nuestra sugestión sea la mejor o la más positiva solución
para remediar ese problema, pero además, debe ser hecha de manera que no se ponga ningún
sentimiento personal en contra. Hay un medio para acostumbrarse a no criticar o no ver lo
malo en los demás, este es: “Estar siempre pendientes de ver el bien en todas las cosas,
personas y situaciones que nos rodean a pesar de lo adverso que pueda parecer”. Esto
construye una forma mental que, con el tiempo, se convertirá en una bendición para nosotros
en todos los sentidos. “Elogiad todo lo bueno que veáis en los demás, sea de importancia o no,
sed comprensivos y tolerantes y por último, perdonad todo, porque de esta manera os
mantendréis perdonados”.
Debemos ser precavidos con el uso de la mente respecto a las creencias, estudios,
imaginación y cosas similares donde no estemos seguros de que son buenas, porque si no lo
hacemos, formamos una especie de nube obscura o coraza, que no permite que el Yo Superior
nos aconseje y guíe. Un ejemplo de esto son las personas pesimistas y que se encierran en
pensar en las tristezas y en problemas, ellos no admiten consejos de nadie ni reciben la
influencia clara de su Yo Superior que les quiere guiar.
También hay actualmente muchas personas que se encierran en un mundo de total
fantasía, sólo porque se dejan llevar por su imaginación y por los libros y enseñanzas que cada
día proliferan más. Cierta persona puede traer la tendencia a interesarse por las enseñanzas
ocultas y los misterios, y quizás comience por leer libros sobre el tema ovni o por interesarse
por los poderes del espíritu con intenciones personales y egoístas. Si esta persona se deja
llevar por su imaginación o por escuchar a personas que viven en un mundo donde afirman
que curan con gemas, colores, sonidos, arquetipos, chacras y un sin fin de cosas no tan fáciles
de creer; o le cuentan e invitan a hacer el viaje astral o a hacerse vidente; esta persona puede
torcer su posible destino e interés por la verdad.
Esta persona comienza a rodearse de pensamientos que tienen que ver poco con la
realidad material y espiritual, y esto hace que acudan elementales de ese tipo de vibración. A
continuación, empezará a trabajar para que esa clase de imaginación aumente, y si está metida
en algún grupo o centro donde se sumerja más en ese mundo, donde “todo es por algo y

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porque tiene que ser así”, o la hacen pensar que ella puede conseguir todo lo que quiera por el
simple hecho de desearlo y sin explicarla cómo trabajan las Leyes Divinas, puede caer más
aún en ese mundo irreal.
Lo positivo de todo esto es la experiencia, gracias a ella se dará cuenta que tiene que aprender
a discernir entre lo real y lo irreal, entre lo que es verdaderamente útil y lo que no, lo que lleva
al desarrollo espiritual o al contrario. Se dará cuenta de que no tiene tan fácilmente al alcance
de su mano todos esos poderes que dicen, que no es tan fácil conseguir tantas cosas
sobrenaturales, muchas veces se reirán de ella cuando diga muchas de las cosas que le cuentan
o que ha leído en los libros que ofrecen todo esto y más, con tal de vender o ganar dinero.
¿Sería el mundo como es si las personas que dicen que curan por tantos y tantos
métodos, se dedicaran a curar a todos sus familiares, amigos y otros muchos, como acto de
solidaridad o fraternidad o, es que deben de hacerlo a cambio de dinero? ¿Estaría el mundo
como está, si fuera cierto que hay tanto vidente, contactados con seres espirituales, y
adivinadores del futuro por medio bolas de cristal y otras muchas cosas más, o es que hay
decirles de qué manera pueden ayudar a la humanidad para evitar la delincuencia, droga,
asesinatos, violencia, etc.? ¿No será que el egoísmo está por encima de lo humanitario y
fraternal, y se meten en ése mundo irreal y fantasioso para engañar y sacar dinero por medio
de decir que pueden desarrollar no sé cuántos poderes, a todas las personas que pueden?
Lo mismo que la mente nos traiciona dejándose llevar por el deseo del alcohol o de
cualquier cosa que nos guste, también disfruta -si se la deja- en ese mundo de poderes, viajes
astrales y clarividencias, pero ¡Cuidado! muchas personas han terminado muy mal de salud
física y mental por ignorar dónde se meten. El discernimiento y la meditación son muy
importantes en el camino del esoterismo y el ocultismo, y lo que hoy llaman magia blanca es
más negra que blanca. Es bueno tener presente lo que sigue: Magia negra es todo lo que pueda
perjudicar a alguien, que se haga en contra de su voluntad, y con intención de dominarle o
inducirle a hacer algo que él no desee (amarres, hechizos, mandar pensamientos para
hipnotizar a alguien o para inducirle en una determinada dirección, etc.) Magia blanca es todo
lo que hagamos fraternal y altruistamente por ayudar a la humanidad. Es el acto de
transformar el mal en bien; es actuar siempre con la sana intención de ser un instrumento para
la realización de la fraternidad en la Tierra; es Orar por los demás; es mandar pensamientos y
sentimientos de amor y de salud; es intentar ver siempre la parte buena de las cosas que otros
muchos ven mal. “Dirigir vuestra mente siempre de una manera voluntaria y consciente hacia
el bien de la humanidad y estaréis haciendo magia blanca y estaréis colaborando en la
transformación del mal en bien junto con las Jerarquías y Seres que están por encima del
hombre común”
Cuando creamos formas de pensamiento destructivas que nos limitan, o si nos dejamos
influenciar y dominar por el mal o ideas falsas y fantasiosas, estamos encarcelando al Yo
Superior y le estamos impidiendo que nos hable, entonces nos limitamos a nosotros mismos y
decimos que la vida es triste y no merece ser vivida. Para luchar contra esto debemos crear
formas de pensamientos de optimismo, alegría, felicidad y otros similares, con el
convencimiento de que se manifestarán. Estas formas mentales se unirán, por ser de la misma
vibración, y crearán un gran poder interno de tal fortaleza que acabará con esas rejas que no
nos permiten vivir la verdadera vida. Sólo los pensamientos erróneos bloquean el poder del
Yo Superior, si los cambiamos veremos la vida desde otro punto de vista más elevado. La
felicidad sólo reside en la mente y, por el control y substitución de los pensamientos es como
obtenemos la clave de la felicidad y el éxito en la vida.
Con respecto a este tema hay que mencionar dos principios metafísicos:

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1º.- Es necesario mantener la mente siempre positiva y alerta respecto a qué pensamientos
tenemos. No es bueno tenerla inmóvil e inerte, el pensamiento positivo corta la influencia de
los pensamientos ajenos que nos puedan penetrar; además, así mejoramos las condiciones
mentales para la materialización de las cosas.
2º.- Cuando estamos en apuros o tengamos problemas, no debemos continuar creando formas
de pensamiento negativas sobre el problema, porque eso sólo nos traerá depresión y tristeza.
Cambiad los pensamientos a positivos y pensad en Dios, así construiréis una fortaleza para la
bondad y el éxito.
La fuerza del pensamiento es el medio más poderoso para obtener conocimiento del
mundo que nos rodea, por medio de la concentración, el hombre se puede abrir paso a través
de cualquier obstáculo o llegar a descubrir lo más profundo de las cosas. El hombre inclinado
a despreciar su fuerza mental no sabe lo que hace y, por lo tanto, le será de muy poca ayuda y
utilidad.
Con la mente construimos todo lo que verdaderamente somos, tanto visible como
invisible, según sea el desarrollo de nuestra conciencia, así seremos capaces de preparar el
destino de nuestra futura vida. Según pensamos así construimos los cuerpos o aura, y de
acuerdo a como sean, así atraeremos lo bueno o lo malo. Una mente franca, serena y servicial,
dará lo mejor de sí misma para ayudar a los demás, será como un Ángel Guardián de sus
hermanos que cuida de no hacerles daño y de ayudar siempre que pueda, será como un
diapasón que por simpatía estimula a otro que está a su lado. Nuestros pensamientos unidos a
nuestros sentimientos, son semillas que vamos sembrando para que puedan fructificar en otras
mentes, si amamos lo puro y buscamos lo bueno, conservaremos y alimentaremos todo lo
bueno que hay en el Universo, para que otros puedan alimentarse de ello por medio de su
cuerpo mental.
Algunas personas tienen vislumbres de lo que ocurre en el Mundo del Pensamiento,
incluso antes de contactar con el Maestro, nosotros también podemos comenzar a desarrollar
esto por diferentes medios. Lo primero que debemos saber es que cada vez que meditamos y
razonamos de una manera abstracta, nos situamos en las regiones superiores de este mundo.
Si utilizamos la mente en estudios sobre Cosmogénesis, Cábala, Astrología, etc., estaremos
desarrollando y elevando la conciencia y la intuición, pero además, comenzaremos a sentir la
liberación de otras muchas cosas que nos atan. Nuestra capacidad de abstracción será tal, que
la conciencia se compenetrará con los poderes espirituales internos en estado de vigilia, y así
podremos empezar a obtener algún vislumbre de ese mundo.
En general la mente puede ser mejorada de diferentes formas. La concentración es uno
de los mejores métodos porque además del beneficio de su práctica sobre cosas elevadas,
conseguimos liberarla de la influencia del cuerpo de deseos que tiende a atarnos a lo material
y pasional. También es interesante mantener la mente abierta para que no se cristalice o
fanatice en una sola línea de pensamiento. Las formas de pensamiento positivas deben
mantenerse vivas y ser fortalecidas por la acción, porque, si no lo hacemos, estos
pensamientos morirán y los elementales que los animan -y que en cierto modo nos ayudan y
protegen- se irán a otro sitio o centro creador mental para animar otros pensamientos positivos
similares.
Verdaderamente no hay muchas personas que sepan o que tenga una idea clara del
poder de la mente, tanto para el bien como para el mal. Mucha gente piensa que por el hecho
de no hablar o decir lo que están pensando no hacen mal a nadie, ¡Están equivocados! La
mente es creadora de formas de pensamientos, estas formas son arquetipos que en algún
momento se manifestarán en el mundo físico, dependiendo de la fortaleza y repetición que se
haga de los mismos. Estos pensamientos se colorean de acuerdo al sentimiento que hayamos

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puesto, si el pensamiento y el sentimiento son buenos nos beneficiará en la salud, en la
felicidad y en el éxito dentro del mundo que nos rodea.
Cuando creamos formas de pensamiento de odio, envidia, temor, celos, etc., las
emociones que le acompañan son fuertes y, esto puede alterar mucho el estado general de los
cuerpos de deseos, vital y físico; esto a su vez se puede manifestar como desequilibrio
emocional, psíquico y como mala salud.
Cuando trabajamos positivamente con la mente surgen las emociones que nos causan
amor puro y gozo natural, por lo tanto su influencia es benéfica sobre nosotros mismos. Pero
también debemos asimilar esto con respecto al efecto que pueden causar nuestros
pensamientos en el resto de las personas. Cuando los pensamientos son malos, estimulan la
maldad en la mente ajena y le tientan para que actúe de esa forma y para que forme
pensamientos similares. Sabiendo esto, ¿Qué clase de pensamientos deberíamos crear?
Cuando los pensamientos son buenos, son una bendición para la persona, que por estar
en la misma vibración los capta, éstos le beneficiarán e inclinarán a hacer el bien, ¿No sería
maravilloso que todo el día estuviéramos creando pensamientos buenos?
Hay un método de innovación que no requiere ningún cambio importante respecto a la
casa o al ambiente que nos rodea, este cambio es superior al físico porque nos conduce al
crecimiento espiritual y requiere la práctica hasta conseguir los cambios en el interior.
Cualquiera puede cambiar su conciencia, no tiene que hacer nada más que cambiar sus
reacciones y actitudes para establecer otras nuevas vestidas con el Amor Crístico y el deseo de
servir. Se trata de dejar que se atrofien - por no practicarlo- las formas obstinadas e inflexibles
de pensar y actuar sobre nuevos ideales, por este medio puede conseguirse cambios físicos,
mentales y espirituales de una manera sorprendente, además transforma el ritmo y la armonía.

MEDITACIÓN

Antes de hacer una meditación es muy importante relajarse perfectamente, por lo tanto
comenzad por poneros cómodos y relajados como anteriormente habéis hecho, hasta
comprobar que nada os molesta y que tenéis totalmente controlado el cuerpo físico.
Comenzad a pensar que sois un Espíritu -como ya sabéis- que tiene varios cuerpos (físico,
vital, de deseos y mental) pero que, por encima de ellos, estáis vosotros y tenéis pleno
dominio sobre los mismos. Sois parte de Dios y tenéis todos sus poderes latentes para
desarrollarlos, en esta meditación vais a trabajar sobre el aspecto mental, pero sin olvidar que
sois como todas las demás personas.
Comenzad por analizar vuestra vida diaria y ver dónde y cómo soléis caer en cosas
que no queréis. A continuación, repetir con toda vuestra convicción y confianza: “Yo soy el
Poder de Dios, mi firmeza y equilibrio son fuertes, y por medio del valor y la confianza
propia, puedo vencer y dominar esas situaciones incómodas”.
A partir de ahí, comenzad a visualizar cómo vosotros, que sois una Vida manifestada
por Dios, compenetráis el problema para haceros uno con Él. La Vida de Dios es la vida
Universal que todo lo compenetra y transforma, vosotros estáis compenetrando el problema y
transformándolo hacia un estado más positivo y elevado. Vosotros sois armonía, paz,
equilibrio, bondad, etc., ved como, según lo compenetráis, lo vais transformando y
cambiando, su respuesta es inmediata, vuestros pensamientos e imágenes mentales se deben
transformar en hechos. Repetid las palabras, pero siendo totalmente conscientes de lo que

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decís para que eso ocurra; intentad sentir el resultado de vuestra transmutación; observad
como vuestro punto de vista ya no es el mismo de antes.
Sabéis que todo lo negativo puede ser transformado por la mente, y que cuanto más se
repitan estos ejercicios más fáciles será cambiar todos vuestros problemas; persistir en
visualizar cómo por vuestra voluntad y con vuestra mente trabajan para que os llegue el
sentimiento de unidad y armonía. No tengáis miedo en “soñar despiertos” para transformar
todos vuestros problemas con las personas y las cosas, ved cómo lo rodeáis y lo lleváis a
vuestro interior y lo equilibráis y armonizáis. No puede ser de otra manera, porque vosotros
sois una vida transformadora armónica y equilibrada. Controlad la mente para que no ande
suelta, sujetadla con toda vuestra voluntad para que no os arrastre, al principio costará pero
cuando consigáis su dominio será la más fiel servidora.
Las palabras dichas con convencimiento tienen mucho poder, pero la mente
concentrada y dirigida con un propósito determinado, pone en marcha una acción que, tarde o
temprano, se manifestará en el plano físico; aprended a controlarla y dirigirla y conseguiréis el
éxito deseado.
Si vuestro problema es laboral, podéis visualizaros a vosotros mismos emitiendo
pensamientos buenos sobre esa persona o motivo que os perjudica, tenéis que esforzaros en
ver como ese problema va cambiando por medio de vuestros pensamientos y sentimientos. Si
es una persona, enviadle pensamientos de amor, amistad y afecto; envolverle con ellos y ved
con vuestra imaginación como esa persona os sonríe. Visualizaros junto a él dándole vuestras
mejores vibraciones por medio de vuestra aura, los elementales de vuestros cuerpos se
encargarán de hacer que le lleguen, y de estimular su parte afectiva hacia vosotros.
Cuando se repite este ejercicio a menudo, estamos programando una serie de
acontecimientos para que cuando llegue ese momento real ocurran o, al menos, nos
acordemos del ejercicio y actuemos para que se produzca lo que deseamos. Cuando por medio
de la imaginación y la visualización, vemos y solucionamos un problema para que llegue a un
buen fin moral, mental y espiritual, podemos tener la seguridad de que tarde o temprano se
producirá -siempre y cuando aprovechemos las oportunidades de nuestra vida cotidiana- Es
conveniente que cada día imaginemos la situación mejor y de una manera más equilibrada,
armónica y bella; ved como ese problema responde positivamente a vuestras buenas
intenciones y pensamientos; ved como sus colores cambian de pardos y oscuros a colores
bellos y claros, ved como su aura aumenta y brilla cada día más.
Persistir en este ejercicio con el pleno convencimiento de que cuando llegue el
momento real del contacto físico con el problema o personas, os acordéis de esta práctica y
actuéis en consecuencia para que llegar a la meta que os habéis fijado.

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“Sólo nuestras propias obras pueden encadenarnos a lo material
y obstruirnos en lo espiritual”

EL CUERPO DE DESEOS

Como ya dije, el cuerpo astral es el cuerpo de los deseos, emociones y sentimientos y


está conectado directamente con la mente y con la vida que anima el cuerpo físico. Cuando el
Ser humano ve alguna cosa que le causa sensación o deseo, el sistema nervioso comunica ese
hecho al sistema nervioso vital y al cerebro etérico. Este sistema etérico es el que por medio
de los vórtices conocidos como chacras, comunica esa impresión al cuerpo de deseos o astral
y este a su vez, lo comunica al cuerpo mental donde el Ego capta la vibración correspondiente
y la interpreta. Esto es lo que está ocurriendo constantemente y, aunque esto ocurre todo en un
mismo instante, podemos darnos cuenta de la importancia de todos los vehículos.
El cuerpo de deseos es el encargado de transformar los deseos, emociones y
sentimientos que captan los sentidos físicos, y el resultado de este proceso puede ser
cualquiera dependiendo de la materia de que esté constituido o del desarrollo interno de la
persona.
El cuerpo de deseos está compuesto de materia del Mundo de Deseos, como el cuerpo
físico está compuesto de materia física, pero así como un imán no puede atraer nada más que
el hierro, el cuerpo de deseos no puede atraer nada más que materia del grado de vibración
que muestre la espiritualidad y el desarrollo de la persona. Por lo tanto, los deseos,
sentimientos y emociones que en general muestra el Ser humano, son los significadores del
desarrollo espiritual de su cuerpo de deseos.
Los deseos también evolucionan vida tras vida, son más elevados en general, y según
sean los deseos de una persona, así atraerá materia más o menos pura. Esta materia es la que
al ponerse en contacto con otro cuerpo de deseos, dependiendo de si estamos en su misma
sintonía de vibración o no, hace que causemos un buen o mal concepto.
El cuerpo astral tiene forma de ovoide y sobresale unos 45 cm. del cuerpo físico,
mostrando muchos colores que pueden ser más o menos bellos dependiendo del desarrollo
espiritual y de los deseos que tenga la persona. Si los deseos son morales, espirituales y
devocionales, se muestran colores muy bellos, claros y brillantes; pero si son pasionales, de
odio, envidia, y similares, serán pardos, oscuros, indefinidos y con formas poco armónicas.
Cuando una persona crea un pensamiento, éste pasa al cuerpo de deseos y su vibración
atrae el material que le corresponde, de acuerdo a si es bueno o malo. Esa materia hace que
ese pensamiento forma tome un color, y una vez que se ha producido esto, los elementales de
esa región del Mundo del Deseo, lo animan y utilizan como cuerpo para su propio desarrollo y
para cumplir la misión encomendada. Si, por ejemplo, el pensamiento es de odio hacia una
determinada persona, la vibración mental es baja, el color astral es feo y el elemental que lo

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anima será de poco desarrollo, pero aún así, el elemental se encargará de llevar el
pensamiento y deseo de odio hacia esa persona y penetrar en su cuerpo astral para afectarle
negativamente. Lo peor de todo esto, y que poca gente sabe es que, a partir de ahí, ese
elemental vuelve a nuestro cuerpo de deseos pero aumentado por la maldad del otro. Así, esta
persona estaría haciendo mal a otro, incluso a otros con los cuales el elemental del
pensamiento puede ponerse en contacto y a él mismo, porque la Ley le devuelve el mal que le
corresponde.
Actualmente se están formando unas creencias que aumentan rápidamente por medio
de personas con poco discernimiento, poca consideración por los demás y que sólo buscan
ganar dinero para satisfacer sus deseos egoístas. Estas creencias en forma de cursos, invitan a
las personas a hacerse clarividentes, a hacer el viaje astral, o incluso a contactar con seres
extraterrestres o similares que nos pueden dar poderes mentales o iniciaciones. Otros ofrecen
enseñar a curar a los enfermos a cambio de dinero y por medio de piedras, chacras, manos,
símbolos, etc., y otros más, enseñan a desarrollar poderes por medio de los Chacras o de la
energía kundalini sin saber el gran peligro que eso conlleva.
Si buscamos la parte buena a todo esto podríamos decir que están atrayendo a mucha
gente hacia el mundo del ocultismo y, algunos de ellos lo aprovecharan para después
continuar con otras cosas más serias y provechosas. Quizás algunas personas tengan en sus
destinos pasar por estas experiencias para aprender una determinada lección, pero de
cualquier forma, creo que con la Verdad y con las Ciencias Sagradas no se debe traficar ni
cobrar dinero. No es fácil imaginar a Jesús cobrando dinero por enseñar la Verdad a sus
discípulos o por curar con sus manos.
Actualmente ha muerto Teresa de Calcuta y creo que es un deber mencionarla como
vivo ejemplo de lo que es uno de los caminos más duros y sacrificados para conseguir el
desarrollo interno espiritual, seguro que Teresa sólo pensaba en “Servir con Amor” y era
partidaria de la frase bíblica, “El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de
todos”
Es mi sana intención y opinión decir a quienes buscan el desarrollo espiritual interno,
que no es necesario hacer todos esos cursos y pagar dinero a esas personas egoístas para
desarrollar el espíritu. Es conveniente saber que:
1ª.- Ningún poder se le concede a la persona a cambio de dinero, si alguien lo obtiene es
porque ya ha trabajado en sus anteriores vidas para merecerlo.
2ª.- Si alguna vez alguien despierta este poder en determinada persona, será un Maestro
espiritual (Maestro es quien trabaja por el bien de la humanidad sin recibir nada a cambio y
que pasa desapercibido ante el mundo) después de observar al discípulo o tenerle a prueba
(desde los Planos Internos) para que desarrolle una serie de cualidades espirituales.
3ª.- Los chacras son centros o sentidos del cuerpo astral, a los cuales se tiene que adaptar el
aspirante espiritual (como el niño se va adaptando y va desarrollando los sentidos del cuerpo
físico desde que nace), por medio de las enseñanzas de un Maestro, o al menos de una persona
clarividente, (porque un ciego no puede guiar a otro ciego)
4ª.- Despertar esos poderes sin la ayuda, o preparación adecuada, y a través del desarrollo
espiritual de la persona, puede (como ya se han dado casos) causar la muerte o una
enfermedad mental para toda la vida.
5ª.- El nivel que tiene la mayoría de la humanidad no permite viajar conscientemente en los
cuerpos etéricos ni utilizar esos supuestos poderes tal y como dicen, excepto ciertas personas
que por determinadas razones lo han desarrollado.
Por consiguiente, no son muy de fiar la mayoría de esas prácticas que hoy aconsejan
para conseguir todas esas cosas que algunos dicen conseguir, aunque, como cada uno es libre

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de hacer lo que quiera, allá cada cual. Hay que respetar el libre albedrío y, si una persona
admite de buen grado las ofertas de otro para conseguir poderes, allá él y lo que haga con su
dinero.
Así colaboramos en la estafa, el engaño, el egoísmo y la ambición, y con muchas más
cosas que entorpecen la evolución y el desarrollo espiritual de las personas que, al fin y al
cabo, son ignorantes y no saben lo que hacen. También es cierto que las personas que pagan
dinero para desarrollar esos supuestos poderes, se están dejando llevar por su cuerpo de
deseos, y por tanto, están aprendiendo una nueva lección que le será muy útil en el futuro.
Es bueno meditar en las siguientes frases: “Por sus obras les conoceréis” “Buscad
primero el reino de Dios y su Justicia y todo lo demás os será dado por añadidura”
El cuerpo de deseos es muy sensible a las impresiones externas mentales así como a
las nuestras propias, normalmente responde a todos los pensamientos con mucha actividad y
cambios de color; de aquí la importancia de dominarlo y transformarlo por medio de deseos
puros, amorosos, altruistas y similares. Cuando nos ponemos a orar o a crear pensamientos
elevados, estamos atrayendo materia de las regiones más elevadas del Mundo del Deseo y del
Mundo del Pensamiento. Si esto lo hacemos asiduamente, acumularemos gran cantidad de esa
materia y se mostrará con un color casi uniforme en nuestro cuerpo astral; eso atraerá
elementales elevados y así seremos una fuente de buenas influencias respecto a las personas
con que nos juntamos.
De aquí podemos sacar la conclusión de que, el único medio natural para desarrollar
este cuerpo, es por medio del esfuerzo continuo por parte de la persona para ser mejor
instrumento de Cristo. Como ya dije, cuando nuestros cuerpos brillan de pureza vendrá el
Maestro y desde los planos invisibles nos enseñará a manejarlos sin ningún peligro.
En líneas generales el Ser humano debería practicar todos los días algún método o
ejercicio que le ayude a desarrollar el espíritu. Todos, en algún momento podemos tener un
enfado serio y, entonces, si no estamos fortalecidos se nos pegarán esos elementales del mal
que hacen de nuestro cuerpo su templo para el odio y cosas similares. Cuando nos ejercitamos
a diario en este sentido, nos estamos protegiendo de todo ese mal que está por todos los sitios
y que sólo afecta a quien se pone en sintonía con él.
Si una persona se pierde en la maldad, su cuerpo de deseos será un blanco fácil en las sesiones
espiritistas, será presa fácil de los peores deseos que haya donde se encuentre y, al final,
puede incluso terminar obsesionado por algún espíritu para que practique o cometa algo que
arruinará su vida. Luego quizás diga “¿Pero qué he hecho yo?” Y otras personas dirán de él
“¡ha perdido la cabeza, no es el de antes!” Esto es totalmente cierto, cuando uno se deja llevar
por los peores deseos puede llegar a violar, matar, robar y otras cosas más de las cuales,
después de algún tiempo y cuando haya purificado un poco su cuerpo astral, se arrepentirá.
Cuando alguien cae en esto, su mente cede al dominio del cuerpo de deseos y no es
capaz de razonar para ver su error. También hay que decir que cuando una persona cae en esta
maldad, le costará mucho sufrimiento deshacerse de esa materia negativa de su cuerpo astral
después de la muerte, por consiguiente, ¿Qué beneficio nos trae dejarnos llevar por el mal o
meternos a hacer prácticas de las cuales no sabemos nada más que lo que nos cuentan
determinadas personas?
No es conveniente dejarse llevar por los deseos de poder y ambición, ni colaborar con
el egoísmo de otros que no saben lo que hacen. El discernimiento, la meditación y el
razonamiento son muy útiles ante la duda, es preferible quedarnos tal como somos y con la
buena intención de ser mejor, que meternos en un mundo aparentemente maravilloso o
fantástico para la satisfacción de nuestros deseos que sólo nos llevará a la pérdida económica
y otros problemas sociales. No es conveniente creer a ciegas ni siquiera lo que dice este libro,

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cada cual está en un nivel evolutivo y, por lo tanto, no a todos nos sirven los mismos
consejos. Es mejor meditar y discernir desde un punto de vista lógico y razonable y escuchar
la voz de la conciencia, entonces estaremos listos para tomar una decisión o para superar una
tentación o prueba.
Caer en vicios por ceder a nuestros deseos también nos perjudica de otra manera.
Supongamos que somos alcohólicos, toxicómanos o que hemos caído en cualquier otra vicio
similar, después de morir el cuerpo físico y pasar al mundo astral, nos podemos quedar
durante un tiempo en la parte etérica del mundo físico. Esto significa - y de hecho ocurre- que
el alcohólico deseará alcohol, el toxicómano deseará drogas y así sucesivamente, porque su
cuerpo de deseos está más activo que antes y les exige el alimento como lo hacía cuando
tenían cuerpo físico. Entonces, lo que hacen es que acuden a los lugares donde hay lo que
buscan para intentar saciarse, esto lo intentan constantemente afectando a los cuerpos de
deseos de los vivos que practican esas mismas cosas y así les perjudican aún más.
Esto quiere decir que la persona que cae en la maldad (por muy poca cosa que parezca
ser), está siendo influenciado constantemente por una serie de espíritus que no vemos y que se
alimentan de nuestra maldad y nos incitan a que hagamos peores cosas. Aquí vemos
claramente que el mal aumenta el mal y el bien aumenta el bien. Uno puede hacernos caer en
lo peor para luego sufrir las consecuencias y otro nos eleva hacia lo más bello de la vida y nos
traerá felicidad después de la muerte.
Es muy importante la purificación de nuestros deseos y sentimientos porque según sean así
será lo que atraigamos. La purificación del cuerpo de deseos debe ser hecha de una manera
lenta pero sin pausa, no es conveniente ponerse a trabajar duramente para que al poco tiempo
nos cansemos y lo dejemos. Es preferible empezar a transformar y vencer los deseos
negativos pequeños y sin importancia, para después continuar con los mayores que más nos
cuestan, ya que, cuanto más “pequeños” venzamos, más fortaleza obtenemos para vencer los
mayores.
Hay que proponerse vencer los malos deseos y procurar estar pendientes durante todo
el día para que, cuando nos quieran dominar, seamos nosotros con nuestra voluntad y
fortaleza quienes venzamos; al final la persistencia vencerá.
En ocultismo se dice que es el hombre mismo quien se “esclaviza y encarcela”.
Veamos, ya hemos visto como el hombre es creador de pensamientos por medio de la
voluntad y de la mente, y hemos explicado que a cada pensamiento acude un espíritu
elemental que utiliza la forma de pensamiento como vehículo y afecta a los cuerpos de deseos
y las mentes de los demás, pero ¿Qué ocurre con nosotros?
Por medio de la repetición de unos determinados deseos, (por ejemplo de robar) el
hombre llega a obsesionarse y a atraer tal cantidad de elementales, o a hacerles tan grandes,
que esos elementales le estarán estimulando para que siga pensando y deseando lo mismo o
para que pase a la acción. Esto mismo ocurre cuando una persona se pone a dar vueltas a un
problema y toma una decisión, como por ejemplo el suicidio. La persona misma cae en su
propia trampa, no sabe salir ni tampoco ve ninguna salida, porque se ha encarcelado en su
propia aura y se ha obsesionado él mismo. Sin embargo, aún encarcelado dentro de su
creación obsesiva, sigue siendo libre para actuar, pensar y desear y, aunque esté obligado a
actuar dentro de unos límites, siempre podrá comenzar un nuevo ciclo de liberación desde
adentro.
Si esta persona se propone ver lo positivo y bueno de la vida y de las personas, y sigue
fortaleciendo esos deseos por medio de crear pensamientos positivos, estará haciendo dos
cosas para salir de esa cárcel obsesiva.

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1ª. Estará atrayendo elementales más elevados hacia su cuerpo de deseos.
2ª. Conseguirá que se atrofien y mueran sus anteriores creaciones negativas.

Los pensamientos y deseos de la misma vibración se unen y fortifican -como lo hacen


las células para crear los tejidos- para crear un hábito y, cuando el hombre consigue formar
buenos hábitos, está formando un nuevo carácter.
Una de las cosas que debemos saber, es que la persona que se esfuerza por llevar su
aura brillante gracias a sus buenos pensamientos y deseos está dando un gran paso, porque en
su próxima vida le facilitarán todos los medios para que siga esa labor. Lo físico sigue y
obedece a lo superior o mental y, cuando el hombre desea y piensa en hacer el bien y no caer
en el mal, los Ángeles del destino le facilitarán el camino para que siga en el Sendero
ayudando a la humanidad.
De esta forma podemos ver que el hombre mismo es quien se obsesiona, se crea los
problemas, la mala salud, los vicios, los malos hábitos y un sinfín de cosas más. Las Leyes
Divinas actúan desinteresada e impersonalmente, dando a cada uno lo que busca o se merece.
El Ser humano puede hacerse libre y feliz viendo lo bueno y bello de todo lo que le rodea, o
puede encerrarse y esclavizarse con sus deseos egoístas y con su maldad. Así pues, podemos
decir que el hombre es el resultado de sus propias acciones y que tiene lo que le corresponde.
No conviene quedarnos solamente a meditar con lo dicho sobre cada persona, es
aconsejable pensar en los efectos que causamos en los demás, así encontraremos respuesta a
muchos problemas que nos ocurren en la vida. Tener presente que “cada efecto tiene su causa
y cada causa tiene su efecto,” y el hombre está creando “causas” constantemente. ¿Qué
pasaría si fuéramos conscientes de todas las creaciones originales que hacemos de forma
voluntaria? o sea, que todo pensamiento, palabra y obra fueran creadas de forma consciente y
voluntaria. No crearíamos ni una sola causa o pensamiento de maldad, y, al contrario, todos
serían de altruismo, amor, amistad, simpatía, etc., entonces, ¿Qué es lo que nos impide
comenzar a intentarlo? “Meditad esto, intentad visualizar o imaginar todo lo mencionado, ved
el resultado de todo ello en vuestros trabajos y relaciones sociales y recordar que el hábito se
hace por medio de la repetición y con el hábito creamos un nuevo carácter, pero además,
creando un nuevo carácter construimos un nuevo destino”
Lo mencionado anteriormente no es más que una pequeña explicación de cómo el Ser
humano crea su karma individual y colectivo. Es también colectivo porque las Leyes que
rigen el universo hacen que los deseos y pensamientos de cada individuo, además de reflejarse
en su aura y tener su efecto sobre sí mismo, también se unan y se reflejen en el aura del
planeta hasta que, tarde o temprano, cause el efecto que corresponda en bien o en mal sobre la
humanidad que lo ha creado.
Habrá quien al leer estas líneas se pregunte (aunque ya está explicado en parte) que
cuál es la raíz de todo esto. La causa suele ser el “objeto del deseo” que estimula o hace que la
mente ponga su atención en él, pero en realidad no es tal, ya que el objeto de deseo no hace
nada más que invitarnos a desear o a actuar, porque el deseo no es director sino propulsor.
El ser humano es libre de pensar lo que quiera, por tanto puede centrar su mente en el
objeto de deseo y desearlo; e incluso pasar a la acción; o bien, no hacerle caso y centrar la
mente en otro objeto o cosa que les interese más; o incluso meditar sobre ese objeto que no
nos interesa para sacar conclusiones por medio de un razonamiento. El mecanismo es el
siguiente: El deseo tiene el poder de ser propulsor y éste engendra el pensamiento, pero el Ego
que está por encima de la mente, puede actuar como director y centrar el pensamiento en el
objeto deseado o no hacerlo, por consiguiente podemos decir que: “El poder director del

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pensamiento guía la acción”. Por el pensamiento podemos transmutar el deseo y en
consecuencia la acción y, así, modelando el deseo, podemos ser dueños y no esclavos.
La base del karma es algo así como “el lazo que ata al deseador con el objeto
deseado”, esto es atar el Yo al No-Yo”. Cuando el hombre se deja llevar por sus deseos y se
ata a ellos, no tiene nada más que dos caminos para separarse: 1. - O lo consigue por medio de
la acción. 2º. - O rompe el lazo de unión por medio de un razonamiento lógico y espiritual
para repudiar el objeto. Este es el medio por el cual la humanidad se ata a la Ley de
Renacimiento. dice Annie Besant en uno de sus libros “La cosa deseada se asimila al cuerpo
del Yo y, si es mala, debemos eliminarla cueste lo que cueste, si no, tendrá que ser eliminada
por la lenta acción del tiempo y del pesar” “Solamente el fuerte puede matarla, el débil ha de
esperar a que crezca, fructifique y muera”.
Sabiendo todo esto, debemos tener claro que la humanidad se libera del renacimiento
según domine su cuerpo de deseos por medio de la mente y según utilice su mente para crear
bien en el mundo. Si no lo hacemos así, sufriremos el efecto de los malos deseos en el
purgatorio y así aprenderemos que en la próxima vida debemos utilizar la mente para razonar
cuando nuestro cuerpo de deseos nos tiente.
Si nos damos cuenta del mecanismo y de cómo actúa, observaremos que nos podemos
valer de la fuerza del deseo para vencer al deseo, es decir, que la misma fuerza que hace que
nos atraiga un deseo que se puede convertir en un vicio perjudicial para nosotros, la podemos
utilizar para desear cosas que nos causen felicidad espiritual. Estos a su vez se opondrán a los
deseos que nos causan dolor y al final vencerán y harán que mueran.
Dice el Bhagavad Gita “Aún el mismo gusto abandona a quien persevera en la visión
del Supremo Ser”, ése es el valor de la devoción, el amor al Ser Supremo que destruye las
ligaduras que mantienen al corazón en esclavitud de los objetos del deseo. Cuando el hombre
descubre la vida espiritual, se pone por encima del yo personal que se identifica y une a la
forma. El hombre debe discernir entre lo espiritual y lo personal y así la energía de los bajos
deseos se transmutará en deseos superiores guiados por la mente. De esta forma aumenta y
toma fuerza la “Voluntad” que es un Divino atributo del Espíritu.
Uno de los métodos que podemos practicar es visualizar e imaginar la duradera
tristeza que nos puede causar los deseos, repugnar la imagen del pasajero placer que nos
causaría el deseo y a la vez, imaginar el dolor que nos causaría en el purgatorio al no poder
satisfacerlo.
Cuando la persona desea elevarse hacia lo espiritual y comienza a practicar, desear y
pensar en cosas positivas para su desarrollo, aunque tenga materia grosera o de baja vibración
en su cuerpo de deseos, ésta no será vivificada más porque los deseos son más refinados. Sin
embargo, debe estar alerta porque los elementales que están en todos los sitios y pueden venir
de cualquier persona, pueden aferrarse a esa materia inactiva para vivificarla, por eso debe ser
fuerte para rechazar estos deseos como cosas extrañas hasta que mueran y le dejen libre.
También durante el sueño podemos ser tentados sobre un deseo o vicio que hemos
vencido y esto nos puede causar angustia inexplicable. Cuando soñamos así, significa que aún
tenemos cierta debilidad en el cuerpo de deseos y que debemos ponernos en guardia por si
acaso renacen.
Es conveniente tener en cuenta que normalmente tenemos dos medios para adquirir el
poder sobre el cuerpo de deseos. El primero es cuando la mente se ve vencida por los deseos
en la vida física y después sufre en el purgatorio. Después del sufrimiento viene la asimilación
de la lección, y así la voluntad se fortalece y se hace “Poder”. Este Poder es el que vence al
cuerpo de deseos poco a poco, o sea que, por cada derrota de la mente, asimilamos poder para
la victoria sobre el cuerpo de deseos; así en la matriz del dolor se está formando el futuro

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poder que nos hará vencedores. El otro medio es el de comenzar voluntaria y conscientemente
a trabajar durante el día y por la noche para conseguir esta misma victoria por medio del
ejercicio de la retrospección del que más adelante hablare de una manera amplia y concreta.
Hagamos un razonamiento sobre esa frase tan conocida por medio de algunos autores
ocultistas que dicen que hay que “matar el deseo”. El deseo es parte del hombre desde hace
millones de años, el deseo fue el principal motivo de la caída en la depravación y la maldad en
la época Atlante. El deseo gobernaba totalmente la mente del hombre que estaba recién
nacida, éste se dejaba dominar por el deseo egoísta y ese deseo le llevó a practicar toda clase
de maldades. Esa fue la más baja manifestación de deseo, o sea, el deseo de más baja
vibración que ha utilizado el hombre, sin embargo, y buscando la parte buena que existe en
todas las cosas, nos benefició en nuestro desarrollo como nos está beneficiando la “Caída del
hombre” porque, a través de la experiencia y el sufrimiento, adquirimos sabiduría y
evolucionamos.
El deseo es imprescindible y NO hay que matarle. La humanidad evoluciona a través
del deseo por medio de diferentes etapas, y debe valerse del deseo para desarrollar su Espíritu.
La primera etapa es, la del deseo egoísta, en la cual, no deseamos nada más que lo que nos
pueda servir o beneficiar sin pensar en los demás. La segunda es la que lleva al ser humano a
actuar con el deseo de compartir, porque ya es capaz de asimilar materia de deseos que hace
que tenga sentimientos de colaboración y ayuda. La tercera es cuando el ser humano descubre
que hay una vida superior y comprende que el deseo es el medio por el cual busca el
conocimiento esotérico, místico o similares, que elevan las vibraciones del cuerpo de deseos
y empieza a transformar los deseos egoístas en altruistas y más caritativos. La cuarta, sería la
etapa en la que la humanidad descubre que el deseo, unido a la aspiración y a los anhelos, es
imprescindible para comenzar el Sendero de Retorno. Ese deseo por lo elevado que le lleva a
desarrollar la parte espiritual, es imprescindible para el individuo que desea elevarse cada vez
más hacia los mundos espirituales. La quinta es la etapa en la que la humanidad comienza a
“Matar el deseo” o más bien a “dejar de desear”. En esta etapa, y pensando ya en cómo
podemos dejar de renacer sin que la Ley de Causa y Efecto nos ate a la rueda de renacimiento,
debemos empezar a actuar con la pura intención de servir o trabajar -en pensamiento, palabra
y obra- pero sin deseo por el efecto y recompensa que nos puedan traer nuestros actos y
pensamientos.
Cuando la humanidad llega a esta etapa no debe desear, sino simplemente actuar con
el único motivo de trabajar como un deber y a modo de colaboración con el desarrollo y
evolución de la humanidad. Cuando el ser humano actúe así dejará de atarse a la Tierra,
porque estará actuando como si su vida estuviera dedicada -a modo de donativo- a la
humanidad y, por eso, le Ley de Causa y Efecto no le obligará a recibir los efectos haciéndole
renacer otras veces. Además, sabiendo que lo que hacemos por la humanidad es como si lo
hiciéramos para Dios, llegamos a la conclusión, de que nuestra labor está dedicada a apresurar
la evolución de la humanidad y de Dios, y esto, queramos o no, nos trae el efecto de nuestras
acciones, pero de una forma muy diferente y más elevada de la que normalmente nos trae la
Ley kármica.
Es cierto que la humanidad no está preparada para esta última etapa que he
mencionado, pero algunas personas ya lo han conseguido; otras también están trabajando y
terminando en la cuarta etapa. Es conveniente dejar claro, que el neófito debe comenzar
cuanto antes a dominar, transformar y controlar sus deseos según las etapas mencionadas. No
es fácil, pero “el que no comienza no acaba” y “el que no persiste no vence”, solamente es
vencido el que deja de intentarlo y, en este caso y como ya he explicado, nuestro trabajo
principal está dirigido hacia el deseo.

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Hay personas que son idealistas, eso también puede ser útil para su desarrollo porque
un ideal no es ni más ni menos que un concepto fijo en la mente, pero es un concepto de
naturaleza inspiradora que puede ser muy útil para guiar la conducta. El medio más eficaz
para crear un ideal es por medio de influir en el deseo. El mejor momento para crear un ideal
es cuando el cuerpo de deseos está relajado y la mente predispuesta para el trabajo espiritual.
Entonces, la persona debe meditar sobre la finalidad y la meta de su vida y de sus
aspiraciones, después de tener claro todo esto, debe escoger los medios y cualidades que va a
necesitar para llegar a su meta, y una vez que reúna todas sus cualidades en un sólo concepto,
debe representárselo todos los días de la manera más vigorosa posible, de tal manera que el
ideal aparezca con toda claridad y lleno de belleza y nobleza para que sea verdaderamente
atractivo.
Así, cuando la tentación y los bajos deseos aparezcan, la persona abrazará con el
intenso amor de su corazón y con sus ansiosos brazos ese ideal formado por él mismo. Los
deseos superiores vencerán a los inferiores, haciendo que la persona fortalezca su ideal y sus
nobles pensamientos para hacer que los bajos deseos pierdan poder hasta que mueran de
inanición. Así el hombre puede hacer de su enemigo un aliado y de los deseos unas alas que le
eleven al cielo.
A algunas personas les resulta más fácil luchar contra la naturaleza de deseos de la
siguiente manera: Se ponen a meditar e imaginar cómo caen en un determinado vicio (el que
quieren vencer), observan como ceden a las tentaciones de la manera más simple y absurda
porque ni siquiera intentan luchar contra ellas. Observan como cada vez ceden más a ese vicio
y se hunden porque están totalmente dominados y esclavizados, a continuación, ven como su
cuerpo enferma y cambia su forma hasta que, al fin, comprenden su inevitable muerte.
Quien tiene conocimientos ocultos o esotéricos puede continuar este método a partir
del momento de la muerte, imaginándose en el purgatorio sufriendo de una manera muy
intensa por no poder acceder a esos deseos de cosas materiales. Allí, el deseo existe y es más
intenso porque no tiene cuerpo físico que lo amortigüe, pero no puede obtener esos objetos
del deseo que en su vida física le satisfacían, quiere salir de ese lugar, pero sus deseos no se lo
permiten y le atan al mundo astral inferior, donde está lo peor de la naturaleza humana y
astral. Así, puede - y debe- ver como cede a sus siniestros deseos, le puede costar muy caro
porque, no sólo le causan sufrimiento en la vida física y en el purgatorio, sino que en algún
momento de su desarrollo deberá vencer esa tentación voluntariamente, ya que él mismo
cayó, y por lo tanto, él mismo debe superarlo.
Este ejercicio de repulsión tiene el inconveniente de que cuando pensamos en esas
cosas repulsivas, atraemos materia astral de la misma vibración y nos puede perjudicar, si
después no nos fortalecemos con ejercicios y pensamientos espirituales, pero de todas formas,
se puede utilizar cuando no conseguimos dominar ese vicio por ningún otro medio.
El cuerpo astral o de deseos, también se le conoce como cuerpo emocional y, como tal,
también hay que comentar alguna cosa. La emoción es una fuerza motriz que aviva el
pensamiento e inclina a la acción, es el resultado de la acción del intelecto sobre los deseos.
Las emociones son poderosas y muchas personas se ven dominadas por ellas hasta terminar
en elevación o en caída, en alegría o tristeza. Es muy importante la práctica del discernimiento
para hallar el equilibrio ante las emociones, la razón es ¿quién debe dominar? Cuando una
persona llora por compasión hacia una amiga enferma, está siendo dominada por el cuerpo de
deseos y, aunque aparentemente esta actitud es positiva, en realidad no está haciendo bien
porque es más útil la ayuda moral y el razonamiento para buscar soluciones a la enfermedad,
que no dejarse llevar por esa emoción que puede perjudicar a la otra persona. Digamos que la
emoción es quien impulsa a la acción, pero esa acción debe estar controlada por el

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discernimiento, así es como el Yo Superior, puede ser dueño y guía de las emociones y no su
víctima.
Las personas que se dejan llevar por las emociones, llenan su aura de esa determinada
vibración y a su vez crean una atmósfera similar en sus hogares, como resultado, ellos ven
todo a través de su aura o punto de vista emocional porque lo alteran antes de llegar a la
mente, la cual, no puede interpretarlo tal y como es en realidad. El mejor método para
dominar las emociones es la meditación, pero ésta debe hacerse en los momentos de mayor
relajación o nada más despertarse por la mañana, porque el Ego acaba de incorporarse al
cuerpo físico y, por lo tanto, los cuerpos, -sobre todo el cuerpo de deseos- están más
relajados.
Dentro de los métodos que trataremos más adelante, estudiaremos uno que se
relaciona con las emociones, se trata de visualizar y programar nuestras actitudes ante
determinadas situaciones en que nos dejamos llevar por las emociones, para luego intentar
estar todo el día pendiente para que cuando lleguen esos momentos, seamos nosotros quienes
podamos dirigir la situación por medio del control del cuerpo de deseos.
Hay quien opina y piensa, que la persona que en esas situaciones o actitudes utiliza la
mente y frena la lengua hasta tener bien claro lo que va a decir y pensar, es un iniciado en el
control de las emociones. “La verdad realza y la mentira deprime,” es mejor meditar y hablar
solamente cuando es necesario y siempre con la verdad y de manera suave y agradable. Los
chismes, las burlas y las críticas, crean emociones frívolas y desgastan la energía mental y
moral, por eso, más vale “el buen callar que el necio hablar”, porque en el silencio se
fortalecen, se equilibran y armonizan las emociones y así sujetamos la fuerza del carácter.
También es cierto que practicar el silencio nos puede llevar a la descortesía, al desánimo y al
desaliento hacia los demás, por lo tanto, debemos tenerlo siempre presente para actuar en
sentido equilibrado.
Otro método para dominar las emociones, es refrenar las acciones impulsivas. Hoy
estamos acostumbrados a actuar con prisas, sin embargo, en la mayoría de los casos no es
necesario, siempre tenemos tiempo para meditar y razonar con prudencia antes de pasar a la
acción; no es bueno actuar a raíz de un impulso emocional sin haber razonado el hecho con la
suficiente tranquilidad. El estímulo o impulso emocional parte de la conciencia, pero es
siempre como respuesta a un estímulo externo, es una energía no razonada, que hace que nos
precipitemos, por tanto, hay que responder con reflexión y calma.
La verdad es que nos gusta lo fácil y no nos gusta refrenar las cosas que nos
perjudican, pero el aspirante a la vida superior, debe estar siempre luchando y renunciando
incluso a ciertas emociones que aparentemente no nos influyen negativamente. La meditación
diaria, el discernimiento, el razonamiento antes de hablar y no responder a los impulsos, son
los mejores medios para transformar las emociones peligrosas en nuestros más y mejores
colaboradores.
Cuando la persona domina las emociones las puede utilizar para hacer una buena obra
con el prójimo, esto es, si nos encontramos o tenemos un problema con una persona muy
enfadada, sus vibraciones de odio o de mal humor intentarán estimular nuestro cuerpo
emocional para que nosotros también nos enfademos y le respondamos. Así como el odio
despierta odio y el amor también estimula el amor, cuando ocurre un caso de estos debemos
refrenar el impulso de cólera y dejar que las vibraciones del contrario se estrellen contra
nuestro cuerpo emocional inalterable y, si somos dueños de nuestras emociones,
responderemos con amor y paciencia. Cuando respondemos firmemente, y de manera
automática a esas vibraciones emotivas, estaremos preparados para devolver “bien por mal”,
además, de esta forma, colaboramos con los Hermanos Mayores o Guías de la humanidad, en

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su gran obra de limpiar la maldad que hay en el planeta. También y de manera individual,
podemos utilizar nuestro cuerpo emocional para mandar todos nuestros mejores sentimientos
a las personas que queremos.
¿Cuántas veces nos hemos visto debilitados para continuar en el Sendero del
desarrollo interno, nos hemos quedado sin aspiraciones, sin anhelos de elevación, y no
sabemos cómo continuar? También aquí nos puede ayudar mucho el cuerpo emocional si
creamos las emociones adecuadas y las unimos a un objeto de devoción, por medio del cual,
podamos sacar la fuerza y el ímpetu necesario para continuar nuestro camino espiritual.
Aunque hablaremos de esto más adelante en la teoría de un ejercicio, se trata de trabajar con
lo que llamamos “Adoración”, o sea, dirigir nuestra admiración e intenso amor hacia un
determinado Ser de gran exaltación, porque, quien es capaz de amar y de admirar, posee una
de las mayores fuerzas de la humanidad. Esto despierta en nosotros el amor y el estímulo y
hace que amemos lo grande y prescindamos de lo pequeño, si a este gran ideal o Ser ejemplar,
le hacemos parte de nuestra vida, tendremos un gran motivo para actuar siempre de manera
benevolente, altruista y amorosa. Algunas personas verán más fácil hacer estas prácticas
reverenciando a su propio Yo Superior, como si fuera su Guía espiritual o Ángel de la
Guarda, quienes actúen así, y amen y honren a ese Ser, estarán acercándose cada día más al
vestíbulo de la Iniciación.
Según purificamos nuestros deseos y los hacemos más elevados, ponemos a nuestra
disposición sus poderes, y lo mismo que un maestro orfebre comienza por familiarizarse con
sus herramientas y tarda mucho en hacerse hábil en su manejo, así nosotros por medio de la
purificación del cuerpo de deseos, empezaremos a dominarle y, con el tiempo, a despertar sus
poderes. Este trabajo también se relaciona con las actividades nocturnas mientras el cuerpo
físico duerme, digamos que, cuanto más esfuerzo durante el día mejores resultados en las
actividades nocturnas en el mundo del deseo; cuanto antes nos deshagamos de materia de
deseos grosera antes tomaremos conciencia de ese mundo.
El que se encuentra en este nivel del Sendero, debe empezar ya y en serio a elevar sus
deseos hacia lo superior, debe intentar ser un Ser espiritual en sentimientos y deseos, para
olvidarse y dejar que se atrofien sus antiguos deseos animales. Debe dejar de estar a merced
de sus deseos y pasiones y hacer que se conviertan en anhelos espirituales; debe darse cuenta
de que hasta ahora ha sido un esclavo de sus deseos y a partir de ahora puede volar a cimas
más altas donde los deseos vayan todos dirigidos hacia cómo ayudar a la humanidad.
Somos libres de hacer lo que queramos, pero cuanto antes comencemos a trabajar,
antes aceleraremos nuestro desarrollo interno y, si en esta vida no conseguimos desarrollar
esos poderes, podemos tener la seguridad de que hemos avanzado a pasos agigantados y que
en otra los obtendremos. El cuerpo de deseos debe ser nuestro fiel servidor y no nosotros sus
esclavos, pero la única forma de conseguirlo es cambiando los deseos materiales por otros
morales y espirituales.
Si nuestra voluntad y mente trabajan sobre el cuerpo de deseos con la verdadera
intención de acelerar nuestro progreso espiritual, podemos decir que:

1º. La voluntad de obrar de acuerdo a las Leyes Divinas o de sembrar aspiraciones y


deseos para mejorar a la humanidad, se transformaran en capacidades para desarrollarlas.
2º. Los deseos de elevar a la humanidad por medio del amor y el servicio desinteresado que
no hemos conseguido desarrollar, se convertirán en potentes ideas mentales para que sean
ejecutadas en un futuro próximo.
3º. El deseo de actuar de cierta manera en esta vida, tomará forma e impulso para que sea
desarrollado en la siguiente.

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4º. La repetición de los pensamientos y sentimientos elevados en esta vida, se convertirán en
tendencias para la mente e inclinaciones para su manifestación en la próxima.
5º. Es conveniente recordar que, la constante repetición de un acto crea un hábito, y el hábito
da paso a la acción.
Cuando comenzamos a esforzarnos por cambiar, suele ocurrir que nuestro mayor
deseo sea “ayudar a la humanidad”, esto es aparentemente fácil pero también tiene algo de
fantasía. El aspirante que desea purificar su cuerpo de deseos para ser un servidor de la
humanidad, debe comenzar por las cosas pequeñas, quiero decir, que debe estar atento para
aprovechar cualquier oportunidad que se le presente. Esta actitud es conveniente porque estas
pequeñas cosas son las que nos prueban para comprobar hasta dónde deseamos servir y cuál
es nuestra fortaleza para ayudar. Primero debemos vencer nuestro mal carácter y otros
defectos similares, para que cuando estemos sirviendo, no seamos un problema para otras
personas, debemos brillar por nuestra buena voluntad y, una vez que lo consigamos,
podremos cumplir mejor nuestros deseos.
Desarrollar el Amor es lo que más debemos desear, pero este amor es sólo aquel que
sale del alma y quiere manifestarse en todos los seres para satisfacer sus necesidades
espirituales. La riqueza que más debemos desear es aquella que nos permita tener muchas
oportunidades para servir y predicar la Verdad que conocemos. El Poder que debemos desear
es sólo aquel que nos sirva para elevar a la humanidad en lo moral y espiritual. La Fama, no
deberíamos desearla, pero si nos viene, debemos aprovecharla para diseminar nuestro
conocimiento, sabiduría y Amor por medio de conferencias, libros y cualquier otro medio. El
Anhelo que debemos tener, es el del servicio en pensamiento, palabra y obra, pero no para
satisfacernos a nosotros mismos, sino para beneficiar al prójimo.
Olvidarse de uno mismo para servir y ayudar a los demás es la verdadera meta, y para
ello, hay que empezar por ser amable, simpático, compasivo, servicial, etc., pero no de vez en
cuando, sino siempre y de corazón Hay quien opina que “el tiempo que no se aprovecha en
servir es tiempo perdido”.
Cada vez que hacemos una buena obra porque ese es nuestro deseo, estamos creando
la oportunidad de que se produzca otra de mayor importancia y esto debemos practicarlo en la
medida que nuestros deseos se purifican. Después viene otro paso más, cuando conseguimos
cumplir los deseos de servir y ayudar allá donde podamos, debemos intentar crear una
“unidad”, quiero decir que no basta con servir sino que debemos compenetrarnos con los
demás por medio de nuestra aura, identificarnos, penetrar en sus corazones y comprenderles.
Se trata de: “Auxiliar, comprender, conocer y amar”, pero esto siempre debe ser
practicado con humildad, porque la humildad lleva a la Sabiduría. Está escrito: “Sed humildes
si queréis alcanzar la sabiduría, sed más humildes aún cuando la halláis conseguido”
Se dice que el cuerpo de deseos es el gran tentador y que si cedemos a su influencia
nos puede llevar a la perdición. El deseo, como todo en el universo, evoluciona, y esto lo
podemos ver si estudiamos la naturaleza personal del Ser humano de hoy y la comparamos
con la de hace unos siglos atrás. Cuando por el desarrollo espiritual pasado una persona
contacta con una escuela esotérica o mística en una vida, significa que es un alma madura, o
lo que es lo mismo, que se ha esforzado por superar y purificar su naturaleza personal y está
comenzando en el verdadero camino de la iniciación. Las Escuelas preparatorias, como por
ejemplo la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel, representan y enseñan el verdadero camino
de desarrollo interno para todo aquel que quiere esforzarse para vencer -principalmente- su
naturaleza de deseos y comenzar a dirigir sus vehículos de una manera voluntaria, consciente
y emancipada de todo lo que le rodea.

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Naturalmente que, hasta llegar aquí, el hombre ha sufrido mucho para purgar sus
deseos y por eso debe comenzar cuando antes a abandonar ese deseo material y egoísta que le
ata a la rueda de renacimiento. Yo no creo que se deba eliminar el deseo, sino solamente los
deseos materiales y egoístas, los deseos de conocimiento y crecimiento espiritual deben estar
presentes en esta etapa, después vendrán el deseo de alcanzar al Maestro y la Iniciación.
Además, debemos estudiar con qué sentimiento e intención deseamos las cosas, porque si es
con el deseo de ayudar a otros, tampoco se debería eliminar. El hombre debe desear trabajar
por la humanidad, pero identificándose con la vida universal que anima la forma para llevarla
a la perfección. El aspirante o discípulo debe despojarse del deseo de vida, pero de vida
personal y, sin embargo, debe tener el deseo único de estar o servir donde y como Dios le
necesite, su deseo en este sentido será de ser un instrumento de la vida universal.
Esta es la gran diferencia, la humanidad de hace unos siglos y una gran mayoría de
hoy ayudan por egoísmo y, el Ser humano que inicia el sendero del desarrollo interno, lo hace
de corazón y con el único deseo de ayudar a las vidas que son parte de Dios, para que
alcancen el desarrollo espiritual cuanto antes. Cuanto más evolucionada es la persona, más
tolerante y compasivo es con los demás. A medida que el hombre destruye en sí mismo el
deseo de vida separada, respeta cada vez más a los que la desean, y comienza a adquirir el
sentido de lo eterno en todas las formas que le rodean.
En este Sendero, el aspirante debe llegar a un grado en que no desee la adquisición de
conocimiento espiritual y ni siquiera llegar al Maestro, sino simplemente ser un instrumento
de Dios. De esta forma se vuelve activo como los que tienen ambición, -pero sin tenerla- y
con el único fin de ser un canal de lo superior, así su energía es absorbida por Dios. Ese es el
único y principal motivo para su vida.
Una vez puestos a trabajar por lo superior, debemos abandonar progresivamente lo
inferior y vulgar, debemos perder lo bajo para ganar lo alto. En esta etapa nos damos cuenta
de que empezamos a vivir en la mente y cada vez menos en el deseo, ya hemos aprendido que
dejarse llevar por ciertos deseos, pasiones y sentimientos es innoble, por lo tanto,
comenzamos a dominar y a seleccionar estos aspectos del cuerpo astral. Después de un tiempo
de más elevado desarrollo, nos damos cuenta de que la mente tampoco nos satisface, y
entonces buscamos la vida del Yo Superior para mirar todas las cosas desde ese punto de
vista. Entonces puede surgir el “impedimento” del “deseo del propio desarrollo”, pero no
debemos dejarnos obstaculizar por ese deseo, sino que nuestra actuación debe ser la de
aceptar cumplir correctamente con las oportunidades que se nos presentan pensando: “No es
un trabajo para mi desarrollo, sino un deber para con el Maestro y con Dios”
Otro deseo que debemos eliminar, es el de “ser superior a los demás”, debemos tener
cuidado porque, si lo tenemos o vuelve a renacer después de creerle vencido, significa que
todavía estamos en peligro de caer en ciertas tentaciones perjudiciales para nuestro desarrollo.
Ese sentimiento pertenece al yo personal, por tanto, no debemos ceder a él por el sólo deseo
de crecimiento para el propio beneficio, así, cuando el aspirante supera el deseo de
crecimiento por encima de los demás, de donde puede surgir el menosprecio, el orgullo, la
arrogancia, etc., debe volverse indiferente y centrarse en el gozo que puede llevar a dar a los
demás, por medio de su ejemplar vida. De modo que no es pensando y deseando cosas para
nosotros mismos como debemos avanzar, sino luchando por el bienestar de los demás. Si
pensamos en nosotros, debe ser solamente con la intención de desarrollar las virtudes y
poderes para poder servir mejor porque, olvidándonos de nosotros mismos por el trabajo
desinteresado, crecemos como partes del Todo.
Si podemos concebirnos como parte de la humanidad y como conquistadores de
nuestro avance en pro de la misma, y sin que exista pensamiento o deseo alguno del yo

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inferior, entonces habremos elevado y purificado nuestro deseo convirtiéndolo en aspiración
que, en este caso, sí es completamente deseable. El aspirante que trabaja sin preocuparse por
sus propios intereses y procura estar en segunda línea o pasar desapercibido en la sociedad, no
será comprendido, porque la gente comprende y admira al de gran fuerza, conquistador y
famoso que causa impresión y se esfuerza por ser el primero. Para la gente, esta persona ha
conseguido el éxito y ha demostrado ser el más fuerte, pero el aspirante espiritual puede ser
mucho más fuerte aún, y sin embargo no mostrará sus cualidades de ninguna forma porque no
quiere hacerse notar.
El trabajo o servicio a la humanidad sin deseo egoísta, es servicio a Dios, porque la
comunicación con Dios está en el corazón mismo de las cosas, y el hombre que hace sus
“deberes” pensando en Dios, derrama toda su energía en ese mismo sentido y así aumenta la
Divina Fuerza que continuamente se está derramando por todas partes. De esta forma no hay
resultado personal en los mundos inferiores, pero con cada acto voluntario en esa línea se
acerca más a la verdadera Vida del Espíritu y se convierte en mejor y más amplia expresión
de la Divinidad. De esta manera, no es correcto decir que no obtenga resultados, pero es que
en el Universo regido por las Leyes, nada puede quedar sin resultado, sin embargo, no hay
resultado tangible que le pueda beneficiar materialmente.
Hasta aquí hemos visto como, en las etapas del aspirante a la vida superior, debemos
eliminar los deseos personales y llevar a cabo los espirituales, es conveniente que cada uno
medite sobre sus deseos para ver cuáles debe fomentar y cuáles debe dejar morir de inanición.
Dijo un poeta que “El deseo es la base para formar un vicio y el vicio es tan espantoso que
para rechazarlo no hay que hacer nada más que verlo, sin embargo, si lo vemos muy a
menudo nos familiarizamos y unimos a él, y así, lo que ocurre es que, primero resistimos al
deseo, después lo complacemos y, por último, lo abrazamos”. Como nosotros somos libres y
tenemos voluntad propia, podemos alimentar al deseo o utilizar esa misma fuerza para
combatirlo creando mentalmente un nuevo carácter moral y espiritual y llevarlo a la práctica
para que, por medio de la repetición, se consolide como un nuevo hábito o carácter.
“Si queréis vencer ciertos deseos, no les alimentéis pensando en ellos y comenzad a
desear otros de naturaleza contraria pero sin permitir que la mente se centre en los anteriores.”
Esto requiere fuerza de voluntad, pero con cada victoria se fortifica la misma. Centrar vuestra
mente en el nuevo deseo y embellecerlo y sacarle el mayor provecho, eso le hará fuerte para
que sea la base de vuestro ideal y línea de actuación en la vida.
Tened claro que la mayoría de las cosas que hacemos están basadas en el hábito y, de
lo que se trata, es de crear un nuevo hábito espiritual para conseguir atrofiar al otro deseo que
no nos gusta. Ya he dicho que la repetición crea el hábito, el hábito forma un nuevo carácter y
el carácter puede cambiar el destino de la persona. Pero para conseguir esto debéis repetir
mucho las imágenes del nuevo hábito y carácter, y vivirlas y sentirlas para que se graven en el
subconsciente y os recuerden la línea de actuación a seguir.
También y como es lógico, debe de haber persistencia, lo más importante del dominio
propio consiste en no dejarse llevar por el deseo y la impulsividad”.

MEDITACIÓN

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Una vez relajados, comenzad a repetir con el pleno convencimiento y sentimiento de
que lo sois, algunas palabras como: “Yo soy fuerte en la persistencia y en la voluntad, mi
valor y confianza propia hacen que consiga el progreso espiritual que deseo, mi equilibrio y
armonía me ayudan a cambiar mis hábitos y carácter, etc.” A continuación comenzad a
imaginar y visualizar cómo cambiáis esos malos deseos y actuaciones que en determinadas
circunstancias os afligen, ved vuestra actuación de la manera deseada desde el punto de vista
espiritual. Observad todos los detalles y vivir las imágenes como si realmente estuvierais en
esa situación, y sentir la satisfacción de que os está saliendo como verdaderamente deseáis.
No tengáis reparo en seguir visualizando cómo vencéis esos deseos cambiando vuestra
línea de actuación, la práctica repetida os hará conseguir implantar el nuevo carácter. Fijar en
la mente la nueva línea de conducta, y practicarla con perseverancia y paciencia. No olvidéis
que este ejercicio es, al fin y al cabo, la creación de un ideal en vosotros, por tanto, no debéis
olvidar llevar a cabo la práctica constante de éste ideal.
No hay que olvidar tampoco que los ideales se consolidan con la práctica diaria en las
situaciones que nos surgen y por eso debemos practicarlo en la vida real, para que el nuevo
carácter, libre de deseos negativos, se forme y fortalezca. Con este ejercicio llegareis a
comprobar cómo, cuando queremos, podemos cambiar muchas actitudes de nuestra vida
personal. Recordad que sois un Espíritu que está por encima de la mente, deseos y hábitos y
que tenéis todo el poder del Espíritu que se manifiesta como voluntad y confianza propia para
vencer los obstáculos del desarrollo interno. Intentad tener siempre presente los más elevados
ideales para que, por medio de la repetición mental y física, podáis incorporarlos a vuestra
naturaleza interna. No olvidéis que, como Egos, sois los verdaderos directores de la
personalidad y, si queréis, podéis vencer los deseos materiales con los espirituales.

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CUERPO ETÉRICO

51
“Todo desarrollo espiritual comienza
en el cuerpo vital”

EL CUERPO VITAL

El cuerpo vital está compuesto de cuatro éteres y su imagen es exactamente igual al


físico, con la única diferencia de que al compenetrar el vital al físico le da la vida y mantiene
su salud. Por este cuerpo circulan varias energías y su misión principal es mantener al cuerpo
físico vivo y en buen estado, a primera vista parece como si estuviera lleno de puntitos
brillantes. Estos éteres no solamente compenetran el cuerpo físico, sino que también
compenetran todas las formas físicas que nos rodean, puesto que todo lo físico procede de un
mar de éter que, a su vez, procede de otro de materia de deseos y así sucesivamente. La única
diferencia con la materia física es que, al ser más sutil no lo percibimos normalmente con
nuestra vista, y esto es porque vibra en un grado muy superior a los átomos físicos.
La vibración de los mundos superiores es cada vez más elevada y “grande” en sentido
de que la partícula etérea rodea y compenetra a la física. El cuerpo vital rodea -es más grande-
y compenetra al cuerpo físico, el cuerpo etéreo del planeta compenetra y rodea al planeta
físico, etc.
Normalmente y a la vista de un clarividente, este cuerpo se ve de un color rosado
como efecto de la vitalidad, cuando esta vitalidad se debilita se nota en su color, vibración y
fuerza de los rayos vitales que salen en línea recta del cuerpo y que normalmente expulsan las
materias nocivas y microorganismos que crean la enfermedad. Cuando muere el cuerpo físico,
también muere el vital, éste queda unido al físico por medio de un cordón de color plata y se
descompone al mismo tiempo, siendo esto un espectáculo repugnante para quien tiene la
sensibilidad suficiente en la vista como para verlo. Hay personas que han visto muchas veces
este cuerpo -fantasma- después de morir una persona.
En realidad este cuerpo es parte de la “Vida Universal”, la vida que compenetra el
universo y que nosotros utilizamos para vitalizar y mantener vivo el cuerpo físico. Según el
desarrollo, destino y conformación del cuerpo físico, así podemos - y nos designan los
Señores del Destino- utilizar esta energía etérica, o sea, que si por nuestras deudas kármicas
tenemos que padecer una enfermedad, los Ángeles adaptarán este cuerpo con una determinada
vibración para que sus éteres formen determinadas células que se manifestarán como
enfermedad. Si en nuestro destino debemos tener buena salud, naceremos con un cuerpo vital
propenso a crear materia física -cuerpo físico- sana, después nosotros somos quienes podemos
mantener esa vitalidad o derrocharla sin discernimiento. Respecto a las otras enfermedades
comunes, también tiene mucha importancia que sepamos utilizar nuestra vitalidad, porque
cuando tenemos salud, el cuerpo vital dirige la energía hacia el exterior con la suficiente
fuerza como para expulsar todos los microbios. Sin embargo, cuando estamos bajos de

52
vitalidad, esos rayos apenas tienen fuerza para salir de nuestro cuerpo físico y no pueden
cumplir su misión.
Si profundizamos en este tema podríamos llegar a muchas conclusiones, sobre todo
basándonos en el axioma hermético “Como es arriba es abajo”. Lo mismo que nosotros
podríamos considerarnos vidas individuales que dependen y están compenetradas por la vida
del Espíritu Planetario, y este a su vez es una vida que depende y está compenetrado por la
vida del Logos Solar, así, y por debajo de la forma física del hombre, existen innumerables
vidas -microbios, células, bacterias, etc.- que están bañadas y compenetradas por nuestra vida
o cuerpo vital. Lo mismo que nosotros estamos evolucionando vida tras vida con cuerpos
vitales más elevados y armónicos en el cuerpo vital del planeta y del Sistema solar, así estas
diminutas vidas evolucionan a través de vidas más cortas y por medio de nuestro cuerpo vital
en el gran universo que es nuestro cuerpo físico.
Por éste cuerpo circulan, como he dicho, varias energías, una procede de dentro y
actúa sobre los átomos, la segunda es la llamada fuego serpentino de kundalini y, la tercera
normalmente llamada vitalidad o prana, que absorbemos de la atmósfera y que podemos ver
como puntitos brillantes y vibrantes. Esta vitalidad procede del Sol y, aunque parezca que no
es así, el hombre carga su cuerpo vital durante el día, también en días nublados se nota que el
hombre absorbe menos vitalidad, de ahí la importancia que tiene saber administrarla. Esta
vitalidad o “prana”, es absorbida por el vórtice o chacra que está a la altura del bazo en el
cuerpo vital y, aunque es brillante e incolora, cuando pasa por este centro se transforma en
siete colores relacionados con los siete rayos, que a su vez se relacionan con los otros cuerpos
superiores. Estos colores o tipos de energía, se distribuyen cada uno de ellos hacia una
determinada parte del cuerpo vital para cumplir su misión, pero el color que más suele verse
por todo el cuerpo es el rosado. Esta energía de color circula por todo el sistema nervioso y es
la vitalidad que se puede utilizar para sanar a otras personas.
El nerviosismo es efecto de la falta de vitalidad y eso mismo ocurre con todos los
demás síntomas de enfermedades y dolores. Cuando una persona enferma, se pone en
contacto con otra que rebosa de salud, puede absorber su vitalidad y notar cierto bienestar.
Cuando una persona no se alimenta bien y no tiene los suficientes cuidados físicos y
higiénicos, o derrocha mucha energía sin necesidad, se sentirá débil, fatigado y tendrá mareos
o síntomas similares; y como el cuerpo físico necesita de la vitalidad así como del alimento, si
no pone remedio, envejecerá antes y tendrá mala salud.
Estos átomos de energía que circulan por el sistema nervioso, van debilitándose según
cumplen su misión y su color se hace más pálido hasta que, al final, son expulsados del
cuerpo por los poros de la piel; esto es lo que normalmente llamamos el aura del cuerpo vital
que suele verse transformada en un color azul claro. Con el tiempo, el ser humano
aprovechará esta energía y la especializará para que cumpla una más perfecta misión en todo
el cuerpo vital y físico. Para ello debe empezar por tener una vida sana, una buena higiene,
alimentación sana, -sin carnes ni sustancias animales- y sin alcohol, tabaco ni nada que
entorpezca o domine la mente ni a los demás vehículos. Si a eso añadimos una vida sana
moral y mental, estaremos purificando nuestro cuerpo vital.
Cada cuerpo etérico absorbe materia etérica, las personas que se ponen muy cerca de
otras absorben la materia etérea que estas expulsan. Así como ciertas personas pueden poner
vitalidad en el cuerpo etérico de otro, también puede hipnotizar echando los éteres del cerebro
etérico y poner los suyos; y así como también, pueden sanar a alguien si está enfermo,
también pueden transmitirle involuntariamente una enfermedad (todo depende del desarrollo
del que lo hace)

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A estas alturas del libro, ya debemos tener claro que el Yo Superior está por encima
del cuerpo vital y que también lo utiliza para su manifestación por medio del cuerpo físico. Si
el Yo Superior puede (y debe) controlar la mente con su voluntad para saber razonar y
discernir, también debe dominar, a través de la mente, el cuerpo de deseos y manejarle a favor
de su propia evolución. También utiliza el Ego estas energías del cuerpo vital para conectar
los vehículos superiores al cuerpo físico y así poder manifestarse en la Tierra para adquirir
experiencia y asimilar el fruto para continuar su desarrollo interno.
Sin este cuerpo vital no podría existir el cuerpo físico ni podríamos asimilar el fruto de
la vida, ya que es el asiento de la memoria y es donde gravamos toda nuestra vida desde que
nacemos hasta el momento de la muerte. Además, el Ego también sería incapaz de dominar al
cuerpo físico. A la hora de la muerte, y como ocurre con el cuerpo físico, se desintegra y sus
éteres vuelven a sus elementos originales, eso mismo ocurre con los miembros amputados de
cualquier cuerpo físico, con la diferencia de que la parte etérica puede causar ciertas
sensaciones -por ejemplo picor- como si la parte amputada aún estuviera en el cuerpo. Como
este cuerpo es la energía vital que mantiene vivo el físico, este gasta su energía con cada acto
que hacemos y palabras y pensamientos que creamos, pero además, este cuerpo está en lucha
constante con el cuerpo de deseos, que es el que principalmente nos perjudica por medio del
deseo y las tentaciones. Quien aprende a controlar sus actitudes y actividades, quien controla
sus deseos negativos y sabe dirigir su mente, si además, practica la relajación, sabrá
almacenar energía y ganar bienestar y salud.
Como he dicho, este cuerpo está compuesto de cuatro éteres, pero los dos superiores
llamados “Luminoso” y “Reflector” son muy importantes en el desarrollo interno del Ser
humano. Por cada buena obra, deseo elevado, y pensamiento amoroso que creamos, hacemos
una aportación a esos éteres que en realidad son los componentes del “Cuerpo-Alma” o
“Cristo interno.” Estos éteres son el fruto más elevado de nuestras experiencias en la vida, y
cuanto más nos esforzamos en llevar una vida espiritual de amor y servicio desinteresado, más
aumentamos su número y volumen y más bella será nuestra aura porque se irá transformando
en un color oro y azul.
Si alguien se pregunta que cómo anima el cuerpo etérico al físico, la respuesta es que
lo hace por medio de sus átomos prismáticos, estos átomos etéricos compenetran a los físicos
y les transmiten su vibración -vida-. Estos átomos se mezclan con la sangre y circulan por
todo el cuerpo físico, pero si una persona corta la circulación sanguínea a un miembro del
cuerpo, por ejemplo el brazo, éste se dormirá y no le sentiremos, esto ocurre porque los
átomos etéricos del cuerpo vital no circulan ni vitalizan el brazo con su vibración. Cuando
vuelve a circular la sangre sentimos un cosquilleo en ese miembro, significando esto, que el
brazo etérico que ha minimizado su vibración e incluso se ha salido del brazo físico, vuelve a
tomar vida y a compenetrar el mismo.
Cuando una persona está enferma, la vitalidad no circula bien por la parte del cuerpo
afectada y, a la vista de un clarividente, toma un color gris oscuro y un aspecto gelatinoso que
obstruye el sistema nervioso. Cuando por el efecto de la medicina, pases magnéticos de una
persona, o cualquier otro método, el cuerpo vital empieza a funcionar correctamente, pasa a
revitalizar y dar salud al cuerpo físico.
También hay que decir que algunas personas recomiendan hacer ejercicios
respiratorios o rítmicos y muchas veces no saben el peligro que encierran. Estos ejercicios
aceleran la vibración del cuerpo vital y como éste está conectado con los sentidos físicos y
con el sistema cerebro-espinal y nervioso, puede causar un gran peligro a las personas. Esos
ejercicios respiratorios fueron dados por los guías espirituales de una raza y sus subrazas,
porque necesitan elevar la vibración de sus cuerpos. Es cierto que se sienten o experimentan

54
cosas que a ciertas personas les atrae, como por ejemplo sentirse fuera del cuerpo o flotando
sobre el suelo, pero repito, es muy peligroso. La vibración del cuerpo vital debe ser acelerada
por los buenos pensamientos, sentimientos y actitudes en la vida, eso acelera y acrecienta los
átomos superiores y estos nos darán a cada uno lo que merecemos en su momento. Estos
ejercicios producen mal porque desconectan los centros de los sentidos etéricos de las células
cerebrales, pero cuando la pureza de vida controla la energía (y principalmente la sexual) y la
elevan hacia el corazón, evitando el aumento del éter vital, estaremos en el camino evolutivo
que nos llevará a desarrollar los poderes anímicos y espirituales que todos tenemos latentes.
Cuando a lo largo de un día de actividad gastamos mucha vitalidad, y llega la noche
que debilita la energía solar, el hombre agota sus energías, y como ya apenas tiene para
continuar sus actividades, decimos que tiene sueño o está cansado. Entonces, el fluido vital no
circula por los nervios y es necesario que el Ego salga con los vehículos superiores para
restaurar el cuerpo de deseos, vital y físico. Una vez restaurado el cuerpo de deseos en el
mundo astral, restauramos el cuerpo vital introduciendo energía rítmica, la que a su vez, actúa
sobre el cuerpo físico eliminando todo lo que es un estorbo para la salud y la actividad del
nuevo día. Por eso, las personas que tienen preocupaciones, o que por cualquier motivo no
duermen profundamente, no pueden restaurar perfectamente sus cuerpos, esto es porque los
vehículos superiores se ven atados al físico obteniendo como resultado sueños absurdos, fruto
de la mezcla de imágenes del mundo físico y del astral. Como resultado, estas personas suelen
notar cansancio y sueño a la mañana siguiente.
La palabra clave del cuerpo vital es “repetición”, y por esta repetición sobre cosas
elevadas, es como comenzamos el camino hacia la vida superior (Esta es la clave que estoy
utilizando para escribir este libro. El mejor medio para poner en actividad espiritual el cuerpo
vital es por medio del amor y del servicio desinteresado a los demás, pero esto implica que
una vez despertado a esta vida superior nos pida "alimento”, o sea, que continuemos en esa
línea y por lo tanto, luchemos contra lo inferior. Esta actividad influye muy directamente
sobre los éteres superiores, y cuanto más fortificados estén, más poder tendremos sobre el
cuerpo físico, y más facilitaremos la labor de crear un nuevo carácter y nuevos hábitos. Según
trabaja el Ego controlando su cuerpo de deseos por medio de la mente, aumenta el brillo y
volumen de estos éteres.
Las enseñanzas occidentales esotéricas enseñan que el desenvolvimiento espiritual
empieza en el cuerpo vital. Esto significa que cada vez que repetimos actos y pensamientos de
amor o similares, estamos creando un nuevo cuerpo al que normalmente llamamos “Cuerpo-
Alma”. Así es como nuestro cuerpo brillará y los Maestros, que están siempre alerta para
ayudar a aquél que se esfuerza por vivir la vida superior, nos ayudarán a conseguir nuestro
objetivo.
Después de saber esto comprenderemos mejor que cuando una monja, o cualquier otro
miembro de cualquier religión, toma por costumbre repetir cierta oración, está haciendo
principalmente dos cosas: 1ª.- Trabajar sobre el cuerpo vital de una manera consciente,
voluntaria, y en favor de su desarrollo espiritual. 2ª.- Que no permite que el cuerpo de deseos
le tiente o le lleve a actuar de determinada manera para satisfacer deseos que estarían en
contra del desarrollo que quiere conseguir. También es importante la repetición de lecturas,
charlas, estudios, etc., porque estas repeticiones tienen un efecto más estable y duradero sobre
el cuerpo vital, estos efectos son precisamente los que después influyen sobre el cuerpo de
deseos y la mente, purificando y elevando su vibración. El resultado es un cuerpo de deseos
más grande y brillante y de unos colores indescriptibles, y una mente más limpia y pura.
Según trabajamos y avanzamos en el cuerpo vital obtenemos grandes adelantos
espirituales, porque incluso podemos borrar muchos de nuestros males por medio del

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arrepentimiento, (perdón de los pecados) o del ejercicio de la “retrospección”. El Ser humano
debe cambiar su carácter y temperamento por medio de la repetición de las cosas elevadas, y
principalmente por la oración, adoración, meditación, devoción, concentración y observación.
Por medio de estos ejercicios es como puede vencer al cuerpo de deseos y así cambiar su
carácter. La oración junto con la retrospección, son quizás, las mejores técnicas para el
desarrollo interno, pero la oración nunca se debe hacer por intereses personales; las lecturas y
rituales de las iglesias cristianas tienen un efecto muy espiritual sobre el cuerpo vital, si se
repiten y hacen con devoción. Por esto es conveniente que el aspirante se observe de vez en
cuando, para ver si aún conserva ese “Amor y Aspiración” que debe tener junto al "Fervor”,
para estar seguro de que está trabajando sobre el cuerpo vital para su desarrollo interno.
Como ocurre con los demás cuerpos, el Ego también debe dominar éste, pero además,
debe controlar su polaridad y vibración transmutándolo hasta el punto de ser un Iniciado, pero
para ello debe haber una preparación. La persistencia en la repetición de pensamientos y
sentimientos elevados es imprescindible para este desarrollo o sensibilización. Por la
persistencia y la devoción trabajamos sobre los éteres inferiores para facilitar su labor sobre el
cuerpo físico, y a la vez, facilitar la desconexión de los otros éteres superiores; con la
observación y el discernimiento espiritualizamos los dos éteres superiores, y cuando lo
conseguimos, una sola fórmula del Maestro nos hará capaces de desarrollar ciertos poderes.
Cuando el aspirante consigue esto, puede viajar conscientemente al mundo astral y ser
clarividente voluntario, o sea, “ver cuando quiera y lo que quiera”, cosa que no hacen ni
pueden conseguir estos videntes que normalmente se dan a conocer; ellos ven a veces, cuando
se le presenta la imagen, pero no ven lo que quieren ni cuando quieren. Pero el aspirante
espiritual se distingue por otra cosa mucho más bonita, él se convierte en un auxiliar invisible
por las noches mientras su cuerpo duerme, y se dedica a ayudar a la humanidad, bien como
protector, o bien como colaborador de alguna de las obras que se llevan a cabo por las noches.
Este cuerpo tiene unos centros o vórtices comúnmente llamados Chacras que, como
los del cuerpo astral, son intermediarios para que el Ego pueda transferir las vibraciones o
formas mentales y deseos al cuerpo físico y así utilizar su cerebro. Estos Chacras del cuerpo
vital, están en la superficie y son como torbellinos de diferentes colores por los cuales
circulan también las energías de los cuerpos superiores, no cabe duda de que el desarrollo de
estos chacras trae consigo un aumento de conciencia y un despertar de poderes. Las dos
primeras chacras trabajan con energías terrenales y solares, y no se relacionan con la
conciencia. El tercer chacra, es el que adapta la energía solar para repartirla por el cuerpo, éste
está a la altura del bazo, los demás cumplen una función relacionada con el cuerpo físico,
región inferior y superior del cuerpo de deseos y con la mente. Estos centros vibrantes están
comunicados con los del cuerpo de deseos y se relacionan con las células nerviosas del cuerpo
físico; también se encargan de transmitir las vibraciones que reciben del mundo exterior al
cuerpo de deseos para su desenvolvimiento. Las energías que circulan por este cuerpo son de
diferentes colores y cada una de ellas tiene una función con determinada parte del cuerpo.
Hay un tipo de energía y color -rojo- que se dirige hacia el primero de los chacras, que
normalmente estimula los deseos sexuales, pero que si se estimula sin la debida dirección de
un Maestro clarividente, puede hacer que la persona caiga en las peores perversiones. Sin
embargo, esa misma energía la podemos hacer ascender hacia el cerebro por medio de una
vida de devoción y de servicio.
Aunque los cuerpos se relacionan entre sí, estos chacras son individuales de los del
cuerpo astral, los cuales capacitan al hombre para viajar y funcionar en el mundo del deseo
con ellos como si fueran los sentidos, son algo similares a los sentidos que tenemos en el
cuerpo físico para poder valernos aquí en la tierra. Es cierto que los centros o chacras se

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pueden despertar por diferentes técnicas o yogas, y eso trae consigo cierta actividad con el
resultado de despertar algunas cualidades y capacidades latentes, unas serán buenas y otras
malas. Lo cierto es que, como dicen los verdaderos ocultistas que han investigado los cuerpos
y mundos invisibles, el Ser humano no debería intentar despertarlos hasta que no haya
evolucionado lo suficiente moral y espiritualmente. Dice Leadbeater en “Los Chacras”, que
son graves y terribles los peligros que pueden traer ese despertar, además de los sufrimientos
y afecciones que causan a los vehículos superiores. Hoy, desgraciadamente, hay muchas
personas que con tal de ganar dinero dando cursos, hacen creer que ellos enseñan a despertar
esos chacras para conseguir así desarrollar los poderes, ¡mucho cuidado! La mayoría de los
que dan cursos de este tipo “no saben lo que hacen”.
Ningún verdadero ocultista -y mucho menos si es clarividente voluntario- o persona
que haya profundizado en los conocimientos esotéricos, enseñará ejercicios para ese
despertar. Ningún Maestro enseña eso en público ni a cambio de dinero, sólo los que son
ignorantes de estas verdades ocultas se ofrecen a enseñarlo a cualquier persona y por
cualquier medio. No es aconsejable ese “despertar forzoso de los chacras”, porque pueden
traer problemas en el ámbito psíquico y físico. El desenvolvimiento de estos poderes
espirituales nos llegará en su momento, y cuando esto ocurra, seremos instruidos para ello por
un Maestro que verá los ejercicios que cada uno necesita de manera individual y nunca
colectiva. Según el desarrollo, cualidades, y defectos que cada uno tenga y deba superar, así
nos aplicará las instrucciones para que trabajemos individualmente. Esto, normalmente,
ocurre en los planos invisibles -y no en el mundo físico- cuando ya estamos en un nivel
espiritual en el cual el Maestro deposita cierta confianza en nosotros.
Dice Alice Bailey en su “Tratado sobre magia blanca”, que la primera etapa para el
despertar de los chacras es: “Mediante la práctica de una vida disciplinada y la purificación de
la vida de pensamiento...., esta etapa no implica peligro si no se le permite al discípulo dirigir
su pensamiento a cualquiera de los centros... está prohibido concentrar su mente sobre los
centros para despertarlos... debe dedicarse a purificar los cuerpos astral, vital y físico. La Luz
Mística brilla para todos aquellos que están esforzándose por servir realmente en el altar del
auto-sacrificio, el aspirante sincero está en una Luz no vista por la multitud y, si está
realmente sirviendo, la guía le llegará de los Maestros”
El cuerpo vital es el vehículo de la percepción sensorial y de la memoria, y su nota-
clave, como sabemos, es la “repetición”, he aquí la gran importancia de éste vehículo. Desde
que el cuerpo físico nace, cada siete años, van naciendo los demás vehículos, por lo tanto, el
cuerpo vital nace a los siete años. Sabiendo esto, los padres que tengan niños pequeños
deberían tenerlo en cuenta para que la “repetición” de cosas elevadas, sea de una manera
correcta y amorosa en su educación, además, y sabiendo que los niños son todo “ojos y
oídos”, también la repetición debe ser hecha respecto al ejemplo que se les da.
La repetición hace su grabación en el éter reflector, uno de los éteres superiores, y de
éste, el Ego toma conciencia por medio del éter luminoso. La repetición forma los hábitos en
el inconsciente, y si trabajamos así sobre el cuerpo vital, lograremos formar una base estable
para que en el futuro nuestros hijos sepan aprovechar las oportunidades de la vida y
convertirlas en desarrollo espiritual. Hay que tener en cuenta que de lo que se trata es de
aumentar en todos los sentidos los dos éteres superiores, y para ello, la repetición de todo lo
que eleve los sentimientos, la moral y la conciencia, es siempre beneficioso.
El método de curación de la Fraternidad Rosacruz, está basado en el cuerpo vital y
también tiene que ver con el paciente y con el Auxiliar Invisible. Las personas enfermas
pueden solicitar ayuda para su curación a esta Fraternidad, no deben tener miedo por nada,
pues no les cuesta dinero, ni tienen que asociarse a nada, sólo deben colaborar con unos

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ejercicios que deben hacer en casa unos determinados días y, por supuesto, tener fe en que
Dios atiende nuestras súplicas. El método Rosacruz de curación actúa directamente sobre el
cuerpo vital de la persona enferma mientras ésta duerme. Cuando el Ego sale del cuerpo por
las noches, los Auxiliares Invisibles, (que también están fuera de su cuerpo físico y pueden
viajar en los mundos invisibles), trabajan bajo la dirección de un médico para restaurar el
cuerpo vital enfermo de la persona.
Alguien se preguntará ¿Quiénes son los Auxiliares Invisibles? Estos Auxiliares son
personas normales que comenzaron a interesarse por el método de desarrollo espiritual
Rosacruz, y después de un tiempo se han comprometido como “probacionistas” a intentar
actuar siempre de una manera amorosa, desinteresada, y servicial allá donde estén. Estas
personas han hecho un compromiso ante su propio Espíritu para que, por diferentes ejercicios
y con persistencia, el cuerpo vital pueda ser un vehículo espiritual para el Ego. Estas personas
están dirigidas por los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz y salen del cuerpo físico por
las noches para ir a curar a las personas que lo solicitan, luego, cuando vuelven, unos son
conscientes de su labor y otros no, pero de cualquier forma, ellos también trabajan con su
cuerpo vital en esta gran obra.

COMENTARIOS PARA UTILIZAR CON LA NOTA CLAVE DEL CUERPO VITAL


“REPETICIÓN”

El secreto de las transmutaciones y de nuestro avance está en el conocimiento, poder y


utilización del Cristo interno y en nuestra actitud de trabajar con Él. Si deseamos ser uno de
los escogidos, debemos hacernos conscientes de Su Presencia, ya que Él es nuestro Yo real.
¡Esforcémonos para aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten para manifestar
nuestro Cristo interno! Cuando iniciamos el sendero, tenemos grandes ilusiones de servir a la
humanidad y al prójimo, sin embargo, no debemos olvidar que para llegar a esas grandes
alturas, antes debemos empezar a conquistar las cosas más pequeñas. Esto implica estar más
vigilantes para aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente por pequeña que sea,
aunque algunos no lo estimen ni comprendan, nuestro deber es “brillar”. Es fácil que el
mundo nos rodee con halagadoras tentaciones y pruebas que intentaran conseguir que
renunciemos a todas las promesas o proposiciones que hemos hecho, pero en medio de todo
eso debemos tener claro nuestros objetivos y anhelos, y cuando surjan las pruebas
preguntarnos ¿Servirá lo que voy a hacer para mejorar la obra y ser el canal adecuado para el
Cristo interno?
Todo aquél que comprende que es el momento de dedicarse a la vida superior, se da
cuenta de la gran cantidad de cosas que tiene que superar, ya hemos comentado algo sobre la
crítica destructiva, pero no hemos hablado del “qué dirán”. El aspirante debe hacerse
totalmente indiferente a las opiniones de los demás, y controlar sus sentimientos, deseos y
emociones. Si piensan y hablan bien del él, no debe alegrarse por ello, y si lo contrario,
tampoco debe molestarse, sin embargo, no debe ser indiferente a esas opiniones o críticas en
cuanto se refiere a lo que puedan afectar a la persona que las dice. Debemos pensar en el mal
karma que esa persona se crea cuando actúa así, y el mal que él mismo se hace, luego
entonces debemos procurar no dar motivos para que las personas hablen mal de nosotros.
El aspirante debe empezar cuanto antes a vencer la costumbre de molestarse por lo
que viene del exterior, lo que le cause dolor, le conturbe, y le cause dificultad por medio de la
personalidad, debe llegar a ser capaz de no sentir pena por sus intereses aislados y hacer que
la personalidad sea el vehículo del Yo Superior. Hay Maestros que dicen que el discípulo
debe vivir como si la totalidad de los sufrimientos estuvieran ante su vista, y que su trabajo

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principal es remediar esos sufrimientos sin preocuparse por esas otras cosas sin importancia.
El mejor medio para dominar a la personalidad y no dejarse llevar por las alegrías, penas,
críticas, etc. es hacer que la mente piense en el dolor ajeno y en la manera de remediarlo. Hay
que tener en cuenta que cuando ayudamos a alguien de corazón, debemos sentir sus
problemas como si fueran nuestros, si hacemos el problema nuestro, le ayudamos desde
nuestro interior y aumentamos su poder de vida; pero si no lo hacemos nuestro, la ayuda será
solamente temporal. De esta manera comprendemos los padecimientos y sufrimientos de la
humanidad y esto hace que perdamos de vista los nuestros, al fin y al cabo, todos tenemos una
carga respecto al sufrimiento de la humanidad.
También el lenguaje tiene gran importancia, en los primeros pasos del aspirante debe
aprender cuanto antes a controlar sus palabras para no causar dolor, no solamente por la
crítica que hiere, sino también en la forma del lenguaje que puede causar menosprecio, o
fijarse en las debilidades y defectos de los demás. El aspirante debe quitarse todo aquello que
pueda causar dolor a otro, por eso, si intentamos ser una misma vida con la vida de los demás,
nos costará más hacer daño al prójimo; esto es lo que en otras palabras se llamaría “el deber
de evitar herir a nuestros hermanos”. Pero ¡cuidado! Hay otra forma más sutil aún, que hace
que muchas veces no nos demos cuenta del mal de nuestras palabras, esto es por medio del
lenguaje bromista, ridiculizador, o imitador que algunas personas tienen por su falta de
sensibilidad.
Hay otras maneras sutiles de tentar al Ser humano para caer muchas veces, entre ellas
está el orgullo o el poder. Un verdadero aspirante a la vida superior, debe tener bien claro que
no debe tener ningún tipo de orgullo por mucho que sepa y haya adelantado, pero hay más,
porque después de vencer eso, debe tener más cuidado de no tener orgullo de no ser orgulloso
o de ser humilde en pensamiento palabra y obra. Debemos ser humildes, sencillos,
benevolentes, etc. pero el sentido en que lo que hagamos, lo debemos hacer como un deber
por el bien de la humanidad y de nuestra propia evolución interna; la personalidad debe pasar
desapercibida y no llamar la atención. Con el deseo hay que ser más cuidadoso, porque si le
dejamos crecer en las primeras etapas, luego será tarde y nos costará mucho deshacernos de
él. Por lo tanto, el hombre no debe pensar en adquirir conocimiento para tener orgullo y
poder, sino para que ese conocimiento sirva de ayuda al mundo. Después de esto llegaremos a
la siguiente fase en que lo importante es “ser instrumentos de Dios”, debemos ser activos
como los que tienen ambición, pero solamente con el fin de ser un canal para las influencias
de nuestro Yo Superior.
Respecto al trabajo, diré que el aspirante debe ser un vivo ejemplo en el trabajo del
mundo, pero ese ejemplo debe ser perfecto, y para que sea perfecto no debe de haber deseo
por el fruto de la acción. Lo mismo que Cristo trabaja y se sacrifica por la humanidad año tras
año, nosotros también nos debemos llenar de ese mismo Espíritu para trabajar mejor, y no
para nuestra ganancia. Si trabajamos siendo conscientes de que somos parte de Dios, no nos
tiene que preocupar el fracaso, porque sabemos que Dios no puede fracasar. Si a simple vista
parece que algo fracasa podemos pensar que es algo necesario, y por lo tanto, no es un fracaso
desde el punto de vista de Dios. La única duda es si ha sido un error nuestro, pero si lo hemos
hecho lo mejor posible, podemos decir que todo está bien y no tenemos por qué preocuparnos.
Por otro lado, no debe preocuparse el aspirante porque su trabajo sea apreciado o no, lo
importante es que el trabajo se haga y de la mejor manera posible, porque el Maestro y los
Seres que velan por nuestro desarrollo lo reconocerán. Sin embargo, tampoco eso lo debemos
tener en cuenta, el motivo debe ser siempre hacerlo como si fuera para Dios, porque así es
como si fuera para la humanidad, ya que Dios y nosotros somos Uno. Lo que Dios desea y lo
que Él haría, son las cosas que debemos tener como motivos de acción.

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Si notamos que en nuestro interior no hay felicidad, debemos buscar el motivo, pero
en la mayoría de los casos es porque no estamos trabajando o colaborando en el Plan de Dios,
eso significa que no estamos haciendo lo suficiente. El estar ocupado en la colaboración con
Dios respecto a la humanidad, nos da felicidad y no nos deja tiempo para las preocupaciones
terrenales, solo el hecho de estar creando pensamientos benevolentes, ya es un medio de
colaboración con el Plan de Dios. El interés por el trabajo debe ser constante porque hay
mucho, de esta manera no tendremos ocios inútiles o infructíferos desde el punto de vista
espiritual.
Cuando nos ponemos a trabajar de una manera persistente, con confianza y buena
voluntad, y vemos los buenos resultados de nuestro progreso, debemos tener cuidado con los
sentimientos y pensamientos que creamos. Es mejor pensar que somos instrumentos de Dios y
que cumplimos con el deber, que no pensar, “Yo he hecho esta buena obra y obtengo muy
buenos resultados para mi desarrollo”; es preferible pensar: “Me siento feliz de haber hecho
esta buena obra porque sé que servirá de ayuda a alguien”. Pero además de esto, también es
importante que no nos sintamos satisfechos con determinado estado de desarrollo, eso
significaría un estancamiento o paralización. Para que esto no ocurra, debemos estar siempre
pensando de qué manera podemos emprender una nueva etapa o una nueva obra, lo
importante es pretender alcanzar y desarrollar nuevos trabajos y decidirse a ir siempre
adelante para elevarnos en el desarrollo interno. Nunca nos debemos dejar vencer por los
fracasos, las inquietudes y los problemas, que al fin y al cabo, son temporales, debemos
adelantarnos y dirigir nuestra mirada hacia el futuro para decir: “Ya he superado estas
debilidades, ahora soy de esta otra forma pero todavía me quedan estas otras cosas que vencer
y estos otros trabajos que realizar”. Sólo se puede considerar vencido aquél que deja de
intentarlo por medio de la persistencia.
Cuando hablo que superar nuestros defectos para desarrollar virtudes y trabajar por la
humanidad, quiero decir que el pecado de la humanidad es nuestro pecado, porque mientras el
Ser humano sea parte de la humanidad y la humanidad tenga manchas, también las tendremos
nosotros y nos afectarán. Pero esto también implica otro hecho, cuando un hombre cae en algo
negativo, también está haciendo caer a la humanidad, porque él y todos sus cuerpos están
unidos a los cuerpos y vidas de toda la humanidad; este conocimiento nos tiene que dar las
fuerzas suficientes para no ceder a las tentaciones y debilidades. Cada victoria y adelanto
espiritual que hacemos se lo debemos a la humanidad, pero además, nuestro adelanto también
repercutirá en el adelanto de la misma. Los trabajos del Ser humano en la vida así como
después de la muerte, como también el que hacen la infinidad de seres celestiales que existen
en los mundos invisibles, van todos dirigidos hacia el desarrollo individual y colectivo del Ser
humano. Toda la actividad de los mundos se centra en que los individuos adelanten cuanto
antes por medio de sus cualidades y virtudes para que las desarrollen con sus hermanos que
les siguen y que son inferiores.
Una de las cosas en las que tenemos que estar alerta es en la sutil forma de
“separatividad” que nos puede venir por cualquier medio. Una persona con un cargo sobre
otros, otra persona muy inteligente, otra con buenos medios económicos, etc., suelen crear
barreras que separan el aspecto humano entre ellos y los demás, esto puede llevar consigo el
orgullo, la arrogancia y otros aspectos similares. El verdadero Ser humano, la Chispa Divina,
es parte del Gran Todo y hermano de los demás, si Dios -como todas las religiones afirman-
es Amor, nosotros tenemos y somos ese Amor, y los demás también, la única diferencia es
que unos lo manifiestan más que otros o de diferente manera. Cuando sabemos esto y vivimos
positivamente, nos unimos a los demás porque, según está escrito, “Si nos amamos
mutuamente, Dios está en nosotros y Su Amor es perfecto en nosotros,” luego entonces, no

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debemos construir ese muro separativo. Debemos tener claro que si nos dejamos llevar por
cualquier forma de separatividad sobre cualquier persona, lo que estamos haciendo es unirnos
a ella por medio del karma. Peor es aún, cuando nos apartamos de otro con horror por su
forma de ser y le respondemos negativamente, porque lo que hacemos entonces es empeorar
su camino con nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes. Es cierto que a veces no
podemos ayudar físicamente, pero sí podemos hacer dos cosas: 1ª.- Ayudarle con
pensamientos y sentimientos amorosos. 2ª.- No crear ni una sola vibración negativa con
respecto a esa persona.
No nos debe impresionar ni servir de crítica el mal que hace una persona, más bien
debemos responder con comprensión y tolerancia, sabiendo que está en un grado inferior de
desarrollo y que nosotros hemos pasado por ahí o quizás podamos pasar todavía. No nos
hagamos ilusiones de separarnos del “Mal”, esas personas malas somos nosotros mismos y
más que construir muros separatistas, debemos derribarlos y ver de qué manera podemos
ayudar. Las personas verdaderamente buenas están llenas de Amor hacia los que se dirigen o
están en el mal, pues saben que ellos han pasado por ahí, se están identificando con sus
defectos porque saben que los han tenido, pero además, saben que esas personas están
evolucionando a través de la experiencia del mal y después se harán fuertes en el bien. El
hombre puede evolucionar por sus propias experiencias o por las experiencias de los demás.
En el caso que estamos comentando, podemos sacar provecho de ese mal en que han caído
esas personas, pero sin separarnos, debemos aprender de sus experiencias para nuestro propio
desarrollo. Sin embargo, eso no nos debe dar motivo para criticar, ni hacernos pensar que
somos mejores que ellos, más bien debemos pensar: “Me podía haber pasado a mí, lo tendré
en cuenta”.
A menudo comentamos hechos sobre el “Sendero” pero, ¿qué es el Sendero? No es
ningún camino especial que esté en determinado lugar. El sendero le construimos nosotros
mismos cada vez que damos un paso en el dominio y transformación de la personalidad, y
abrimos nuestros sentidos, y la mente en particular, a esa conciencia que nos intenta guiar por
los atajos espirituales. Según el temperamento y carácter de la persona así es el sendero,
puede estar lleno de espinas, de rosas perfumadas o de Ángeles que acompañan; ahora bien
¿Cómo construimos o encontramos ese sendero espiritual?, Valiéndonos de todo lo que nos
rodea y de lo que llevamos dentro. En algún momento utilizaremos la devoción, la religión o
las lecturas litúrgicas, pero otras veces utilizaremos el conocimiento esotérico. El hombre que
trabaja ardientemente está construyendo su sendero.
Debemos saber que ningún medio por sí sólo nos llevará a la meta, todo lo que nos
rodea y que se cruza en nuestro destino nos puede servir y debemos intentar sacar provecho
de ello. Debemos aumentar la devoción, lo mismo que la comprensión y la tolerancia, o
valernos de nuestras propias victorias sobre nuestros vicios y defectos, para no volver a caer
en otros nuevos. El Ser humano que quiere desarrollar su propio sendero, debe vivir su vida
desde el punto de vista espiritual y ha de emplear todas sus facultades y poderes para ello, así
se manifestará lo que el hombre es verdaderamente en su esencia, “Una manifestación de
Dios”.
La persona que controla sus vehículos dos horas al día, está dando grandes pasos, pero
el que lucha con empeño para elevarse hacia su Espíritu, percibe los obstáculos en el sendero
como vibraciones de naturaleza inferior que debe rechazar y apartar a un lado de su camino;
además, siempre está en guardia ante los obstáculos o tentaciones que le puedan hacer perder
el equilibrio. El estudiante fervoroso de la vida interna no puede apartarse de la realidad, debe
ser práctico y firme para aplicar constantemente sus ideales en la vida diaria. Cuando
comenzamos a andar verdaderamente sobre el Sendero de Santidad, nuestro progreso aumenta

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a pasos agigantados siempre que continuemos esforzándonos. Hasta aquí se dice que el
hombre progresa en sentido aritmético (2 - 4 - 8 - 16 - etc.) pero parece ser que, como
respondió un Maestro a su discípulo: “Cuando el discípulo pone todas sus energías, voluntad
y amor en conseguir elevarse, su progreso no aumenta en proporción aritmética ni geométrica,
sino por potencias”

MEDITACIÓN

Las meditaciones deberían hacerse cuando la persona se encuentra en buen estado de


ánimo y su corazón esté puesto en el desarrollo espiritual. Cuando así sea: “Siéntate y relájate
todo lo que puedas y comienza a imaginar y visualizar como tu Yo Superior emite una Luz
brillante de color oro, esa Luz va a compenetrar tu cuerpo vital lentamente.
A continuación, observa cómo los éteres del cuerpo etérico en forma de prisma, se
llenan de Luz dorada y comienzan a vibrar y a aumentar de tamaño. Esa Luz representa todos
los anhelos, deseos y esperanzas que tiene nuestro Yo Superior respecto a la personalidad; es
la ayuda que nos ofrece para que nos sintamos en armonía con Él; es el Amor del Espíritu
Divino que intenta penetrarnos para hacernos su receptáculo; es la Voluntad, paciencia y
persistencia que necesitamos para la purificación de nuestros vehículos. Visualiza cómo esa
energía compenetra los átomos físicos que se ven en el exterior como un aura dorada y
brillante. Esta aura está conectada con la Conciencia Crística y nadie puede afectarle si no
está en su misma vibración. Observa cómo absorbe todos los éteres causantes de desarmonía y
tensiones; siente como influye en tus sentimientos y te hace ver la necesidad de comenzar una
nueva vida dedicada al servicio amoroso y desinteresado; comprende que después de la
meditación debes ser un instrumento de esa energía Crística que pone a tu disposición tu Yo
Superior; y proponte nuevas metas y actividades para llevarlas a cabo en Tu vida cotidiana.
Quédate unos momentos con la mente relajada y después comienza a salir de la
relajación lentamente, para poder ver que la vida es bella y digna de ser vivida con toda
nuestra buena voluntad.

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¿No sabéis que vuestro cuerpo es el Templo de Dios?

EL CUERPO FÍSICO

El cuerpo físico es la manifestación física de todos los vehículos del hombre, es la


condensación de todas las fuerzas que presionan para que el Espíritu se manifieste en este
mundo. Se le considera el más inferior de los siete principios por ser el de materia más densa
pero, sin embargo, es el más antiguo y más desarrollado, si no fuera por él las influencias de
los demás vehículos no se podrían manifestar.
El Ser humano, como espíritu y con la ayuda de otras Jerarquías Superiores, ha hecho
un recorrido en sentido descendente llamado “Involución”, o sea, un descenso desde su propio
mundo espiritual hacia el mundo físico. En ese descenso a través de los siete mundos, el
Espíritu ha ido perdiendo la conciencia superior y formando los diferentes vehículos hasta
llegar a obtener el físico y la conciencia de vigilia. Por tanto, gracias al cuerpo físico y a sus
sentidos, podemos experimentar en la Tierra para sacar provecho de las experiencias y unirlas
a todas las de las otras vidas. Así obtenemos lo que llamamos “Conciencia”, que es la que
nos advierte cuando hacemos mal porque en otra vida ya hemos sufrido por ello.
El cuerpo físico es, como decía San Pablo, “El Templo del Espíritu” y éste lo necesita
para evolucionar. Cada cuerpo es individual como las huellas mismas, porque el Espíritu
construye su cuerpo de acuerdo a sus necesidades de desarrollo y al destino que traiga para
recoger lo que sembró en su anterior vida. Por eso, cada persona tiene el deber de mantener su
cuerpo sano y en plena disposición para ser el instrumento de trabajo del Espíritu. El
alimento, la higiene, el deporte, respirar aire puro, y sobre todo, no ingerir cosas que
perjudiquen y dominen a la mente, son imprescindibles para que este cuerpo viva el tiempo
que está predestinado a vivir; si no es así, envejece y muere antes.
Lo mismo que nosotros nos podemos considerar células físicas que evolucionamos por
medio de una conciencia en un Cuerpo Macrocósmico del cual no conocemos el límite, así
mismo nuestro cuerpo físico es el cuerpo macrocósmico para las células que, con su pequeña
conciencia, están evolucionando en él. Las células nacen, evolucionan y mueren -como
nosotros en este planeta y sistema solar- y para ellas nuestro cuerpo también es infinito. Esto
me lleva a comentar la frase bíblica: “EN Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro
Ser”, esto significa que nuestros cuerpos invisibles están formados de materia del mundo al
cual pertenecen, y cada uno de nuestros cuerpos está unido a cada uno de los siete mundos de
diferente densidad de materia que existen en este Universo. Cuando llegamos a lo más
elevado, al mundo del cual procede nuestro verdadero Espíritu, nos encontramos con que
estamos en el propio Mundo de Dios, al cual debemos volver a través de nuestro desarrollo
interno. Si meditamos esto, veremos que esa frase es cierta y que, por tanto, “Dios está más
cerca de nosotros que nuestras propias manos”.

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Esto significa que la humanidad, aún aparentemente física, tiene en sí mismo, (en
diferentes grados de materia) el infierno, el purgatorio, el cielo y al mismo Dios. Según el
nivel espiritual en que nos encontremos, estaremos en uno de esos sitios. Vida tras vida
vamos elevándonos hacia Dios, que es la meta de perfección, pero esto tiene que ser
imprescindiblemente a través del cuerpo físico; por eso hay Santos que dicen que han visto a
Dios, y otras personas que caen en drogas se encuentran como en el infierno o tienen visiones
terroríficas.
Podemos tomar dos motivos importantes de este comentario: 1º.- Que necesitamos el
cuerpo físico para evolucionar y por lo tanto lo debemos cuidar. 2º.- Que si lo hacemos así,
estamos colaborando con infinidad de materia sutil y física como las células, para que ellas
también evolucionen a través de nuestro cuerpo. Hay otros muchos aspectos que podrían
servir para comprender lo importante que es el cuerpo físico, pero creo que el lector sabrá
meditar y sacar sus propias conclusiones.
Todos los cuerpos, como todos los mundos, están compuestos de siete grados de
materia, en el cuerpo físico, aparentemente sólo hay tres: sólido, liquido y gaseoso La ciencia
ya no considera el átomo como lo más denso de la materia, sino que lo considera energía por
que ha conseguido separar sus componentes, además, sigue descubriendo que la materia se va
haciendo más sutil. Así, el cuerpo físico, tiene ése otro cuerpo vital compuesto de los cuatro
grados de densidad de materia, para que en total sean siete.
Cuando éste cuerpo etérico se separa a la hora de la muerte, cuando la vida abandona
el cuerpo físico, estos átomos, células y moléculas, vuelven a su estado natural en el mundo
físico para que puedan ser usados en la construcción de otros vehículos. Dependiendo de
nuestro esfuerzo por mantener un cuerpo sano y un estado moral e intelectual espiritualizados,
así, esta materia podrá servir -como ocurre con toda la de los demás cuerpos- para la
formación de otros vehículos cuyos Espíritus estén en ese grado de vibración. Podemos decir
que el esfuerzo que una persona haga para su propia evolución, no sólo le beneficia a él, sino
que también beneficia a otros muchos seres que están evolucionando en los otros mundos.
El desarrollo que pueda conseguir el Ser humano con su cuerpo físico no es suficiente
para hacerse un ser perfecto en la Tierra, pero cuanto más trabaje por su perfección y
mantenimiento, más está facilitando el trabajo evolutivo de los demás cuerpos. El cuerpo
físico es nuestro instrumento, y lo debemos cuidar y usar para nuestro propio desarrollo,
nunca debemos dejar que los cuerpos nos dominen. El cuerpo debe ser refinado, modelado y
educado para la mejor expresión del Espíritu, y estos aspectos son los que hay que repetir,
fomentar y practicar. El cuerpo físico es fácil de guiar sabiendo que nosotros tenemos poder
sobre la mente y el cuerpo de deseos, por eso podemos inducirle y acostumbrarle a todo lo
más fructífero desde el punto de vista espiritual.
Naturalmente que, como el timón del cuerpo físico está en el cerebro y lo gobernamos
a través del cerebro etérico del cuerpo vital, si tomamos cosas que afecten al cerebro y al
sistema nervioso, estamos impidiendo el poder de manejar ese timón. Si hacemos esto,
estamos impidiendo la expresión de la conciencia y, si esta conciencia no se expresa, los
átomos, células y moléculas del cuerpo físico, pierden el gobierno que hay sobre ellas de tal
manera que pueden manifestarse enfermedades y otros inconvenientes para la evolución.
Para una buena salud y armonía espiritual es imprescindible cuidar el cuerpo físico y
dominar el cuerpo astral y mental. Recordad que si no hacemos esto, y al contrario,
maltratamos, drogamos, derrochamos su energía y mal alimentamos el cuerpo físico, estamos
formando barreras para el desarrollo y evolución de nuestro propio Espíritu.
Dice Mme. Blavatsky que la ciencia nunca ha estado tan cerca de las enseñanzas
esotéricas como hasta ahora cuando dicen que: “Nuestros cuerpos, así como los de los

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animales, plantas y minerales, están completamente formados por seres (bacteria, microbios,
etc.)” Esto es cierto hasta donde la ciencia alcanza con todos sus medios, porque hay
innumerables vidas que aún no han podido -y tardarán mucho- detectar y estudiar. La materia
física es la misma en todos los cuerpos y reinos de la naturaleza, las vidas que lo animan
también; cada partícula orgánica o inorgánica es una vida, cada átomo y molécula son
productores de vida y de muerte para la forma.
Estas diminutas vidas son las que forman las células, y éstas a su vez las moléculas, y
así hasta formar el cuerpo físico, pero todo eso se produce gracias a la “Vida”. Si el hombre
no valora la Vida, el cuerpo muere y todos estos microbios y agentes destructores desintegran
la materia y el cuerpo se deshace quedando, por tanto, el hombre sin vehículo de
manifestación y sin posibilidad de desarrollo.
La conciencia de las moléculas y células las hace apresurarse a cerrar heridas, pero si
la conciencia del hombre no está en el cuerpo, eso no se produce. La muerte del cuerpo ocurre
cuando la energía del cuerpo vital se retira y deja a las diminutas vidas en libertad, a partir de
ahí, esas vidas descoordinadas siguen sus propios impulsos, se separan unas de otras y tiene
lugar lo que llamamos descomposición. Entonces ya no tienen coordinación por medio de la
conciencia y dejan de cumplir su misión volviéndose locas, así, estas vidas destruyen la
“Forma” que resultaba de su correlación y organización.
Podemos comprender que el hombre es dueño de su cuerpo, gracias a que “toma
conciencia de él” por medio de sus vehículos superiores, si el hombre no toma conciencia de
su cuerpo no lo puede utilizar para su propio desarrollo pero, ¿Cómo se forma éste cuerpo
físico? Cuando el Ego se encuentra en su “propio hogar”, desnudo y sin ningún cuerpo
todavía, decide volver a renacer para continuar experimentando en la vida física y así sacar
provecho de la misma como desarrollo espiritual. Según el grado de desarrollo o vibración de
sus últimos cuerpos, así atraerá la materia -como un imán atrae al hierro- del mundo mental y
de deseos. Esa materia será la más adecuada para formar los cuerpos de más elevada
vibración que los anteriores y, por este medio, están más predispuestos para sacar mucho
mayor provecho de la futura vida física.
Una vez en la región etérica del mundo físico, donde debe formar su cuerpo etérico,
obtendrá la ayuda de los Ángeles del Destino (del karma) Cada cuerpo tiene un átomo
simiente, y este es el que en el descenso del Ego, desde los mundos espirituales hasta el
mundo físico, atrae la materia que está de acuerdo con su vibración y es la fuerza que
representa el propio desarrollo que ha alcanzado el Ego a través del renacimiento. De acuerdo
al desarrollo obtenido y al destino que tenga ese Ego en el mundo físico, los Ángeles forman
el cuerpo vital o molde etérico, en base al cual, se formará el cuerpo físico. Ese cuerpo etérico
tendrá la formación, calidad, y vibración necesaria para que el futuro cuerpo físico tenga
determinada forma, enfermedad, vitalidad, etc., y le pondrán en la matriz de la madre -ya
elegida- para que se forme el futuro cuerpo.
A partir de la fertilización del óvulo y después de unos días, el Ego penetra en el
cuerpo de la madre y forma su cuerpo físico. Una vez que nace, aún tiene conciencia de los
mundos espirituales y aún está en contacto con otros seres invisibles, después de un tiempo
comienza a perder contacto con esos mundos y comienza a tomar conciencia de su cuerpo
físico y del mundo donde va a desarrollar y experimentar otra nueva vida.
Cuando pasan 7 años nace el cuerpo vital, a esta edad es muy importante trabajar con
la repetición de cosas elevadas, devocionales y morales sobre el niño. A esa edad y, puesto
que los niños son todo “ojos y oídos”, empiezan a grabar y formar la memoria y el
subconsciente, que es una base importante para toda su vida. Cuanto más se repitan las cosas

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buenas, mejor quedan grabadas en este cuerpo y serán la base para las buenas costumbres y
hábitos.
A los 14 años nace el cuerpo de deseos, a partir de aquí la persona empieza a sentirse
más mayor, le cambia el tono de voz, le sale el vello en el cuerpo, y comienza a interesarse
por el sexo opuesto, desde ese momento y si no tiene una buena base, se puede dejar llevar
por los deseos, pasiones, sentimientos, etc., por lo tanto, también es muy importante una
buena educación moral, espiritual y sexual.
A los 21 años nace la mente, -mayoría de edad- a esta edad es cuando podemos
desarrollar la voluntad, la responsabilidad y el discernimiento; si ha habido un buen trabajo en
los años anteriores esta persona podrá utilizar su cuerpo físico para alcanzar un gran
desarrollo espiritual, podrá hacer del cuerpo un instrumento perfecto para razonar, vencer los
deseos y tentaciones, y tener un cuerpo sano.
Estos cuerpos son, al fin y al cabo, la manifestación del arquetipo que formamos en los
mundos espirituales y que es la indicación del desarrollo obtenido hasta ahora por el Ego. Si
nos esforzamos en desarrollar las mejores cualidades espirituales, cuando nos llevemos el
fruto de esta vida, elevaremos la vibración de ese arquetipo y tendremos una vida futura
mucho más elevada en todos los sentidos, porque el fruto de una vida se transforma en mayor
perfección y mejores oportunidades para la siguiente.
Viendo el valor e importancia que tiene el cuerpo físico, alguien se preguntará: ¿Qué
ocurre con las personas que se suicidan y se quedan sin cuerpo físico antes de lo debido? Dice
Max Heindel: “El arquetipo que formamos con la ayuda de algunas Jerarquías Superiores
tiene una nota-clave o determinada vibración, en base a la cual vibran los átomos simientes de
cada uno de los cuerpos del hombre. Estos a su vez, transmiten esa vibración al resto de los
átomos que componen los cuerpos para mantener la forma y el equilibrio”.
La diferencia entre un suicidio y la muerte natural está en que a la hora de la muerte,
cuando la vida abandona el cuerpo físico, el Ego se lleva este átomo porque en él está grabada
toda su vida y de ahí es de dónde saca su provecho y desarrollo interno; pero cuando alguien
se suicida, se queda sin cuerpo físico y, sin embargo es, como si continuara viviendo en él.
Mientras el cuerpo deba vivir hasta una determinada cantidad de años, el átomo simiente
vibrará, pero al no tener cuerpo físico, el suicida sufrirá por ello en un grado máximo porque
la misión de este átomo, entre otras, es la de mantener la materia unida.
Cuando una persona se suicida y se queda sin cuerpo físico también se lleva el átomo,
pero como no era el momento de su muerte, el arquetipo sigue vibrando y por lo tanto el
átomo físico también, esto causa una sensación similar a “estar vacío” y, esto a su vez, puede
compararse a tener un hambre muy intensa. Echará de menos el cuerpo físico, y aún teniendo
materia física a su alrededor no la podrá utilizar como cuerpo, esto le causa un gran
sufrimiento que le durará el tiempo que dure la vida del arquetipo. Así enseñan las Leyes
Divinas a la persona que se suicida a valorar y cuidar su cuerpo físico y a no escapar de la
escuela de la vida. Esto se grabará en su conciencia de tal manera que en la vida próxima no
se le pasara ni siquiera por la cabeza maltratar su cuerpo físico, además es posible que incluso
tenga miedo a la muerte.
Es conveniente poner también un ejemplo de lo que ocurre a la persona que se deja
llevar por los deseos de alcohol, drogas, o cualquier cosa de las que dominan al hombre.
Además del efecto que tienen sobre su carácter, nervios y forma de pensar, estos productos,
pasiones y obsesiones llevan a debilitar y a crear desarmonía en todos sus vehículos. Cuando
un hombre alcohólico o dominado por cualquier otra droga, pasa al Mundo del Deseo, siente
la necesidad de continuar consumiendo ese producto, pero como no tiene cuerpo físico, no
puede satisfacer ese deseo y esto hace que sufra tres veces más que si estuviera aquí en la

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tierra. Afirmamos que tres veces más, porque el cuerpo físico amortigua los deseos, lo que en
el mundo de deseos ya no ocurre.
Cuando en este sufrimiento quieren satisfacer ese deseo no le queda otro remedio que
acudir a donde haya ese producto para intentar compenetrar su cuerpo astral con él. Por
ejemplo, si es alcohol, irá a bares o establecimientos donde se consuma y compenetrará los
cuerpos de las personas que beben para absorber las partículas o gases fruto del alcohol que
hay en el estómago. A la vez, estimularan el cuerpo astral de esas personas para que sigan
bebiendo, no sacarán gran cosa pero se consuelan. Por esta razón dicen los verdaderos
ocultistas clarividentes que el espectáculo que se ve en estos sitios de alterne es repugnante.
Con estos ejemplos podemos imaginar el sufrimiento y el dolor que el hombre se
busca a causa de dejarse llevar por el alcohol, tabaco, drogas, sexo, etc. Lo peor de todo, es
que estas personas no pueden elevarse hacia planos más elevados, hasta que por medio del
sufrimiento hayan aprendido la lección de que el Ser humano debe dominar la materia y el
mundo físico y no al contrario. Cuando estas personas aprendan que esa droga no sirve para
nada más que para obstruir su desarrollo y para hacerles sufrir, y ya no la echen de menos ni
la necesiten, entonces se ven liberados de esa región del mundo astral y pueden elevarse al
cielo. Ahora nos podemos preguntar ¿Qué sacamos de toda esta clase de vicios que tenemos y
que nos dominan?
El cuerpo físico del niño es elástico y el del anciano rígido, este cambio se produce a
través de los años de vida, pero siempre por medio de todo lo que introducimos por la boca.
Todo lo que ingerimos se distribuye por el cuerpo gracias a la sangre y es la sangre la que
muestra como estamos en general de salud. Si nuestra alimentación es lo más natural posible,
introduciremos en el organismo pocos productos calcáreos, ácidos y alimentos similares que
nos perjudiquen y nos hagan envejecer antes de lo debido.
Lo mismo que la planta se alimenta de minerales, de otras plantas vegetales, y de
insectos -carne-, así mismo hay animales que se alimentan de carne de animales que ellos
matan, otros comen carne y otras cosas que no lo son, y otros ya ni siquiera comen carne. El
hombre, cuanto más salvaje más carnívoro es, hay otros que comen carne y vegetales y otros
que ya ni siquiera comen carne. Esto demuestra que la evolución no deja escapar nada, y se
muestra incluso en la alimentación de los reinos de la naturaleza. Esto indica que según el
hombre se desarrolla interna y espiritualmente, irá dejando de comer carne por muchas
razones que ahora no voy a explicar. Cuando esto suceda, el cuerpo físico durará más tiempo
y será más flexible y sutil, sobre todo porque las plantas tienen mucha más vitalidad que la
carne y no tienen tantos componentes que perjudiquen a la salud.
Esta es otra de las razones importantes para cuidar el cuerpo físico, el hombre debería
estudiar y aprender qué productos o alimentos perjudican al riñón, al hígado, al estómago,
etc., para después consumir los que pueda y que perjudiquen menos.
Como ya hemos mencionado, el niño va tomando conciencia física desde que nace y
va descubriendo su cuerpo mientras va perdiendo la conciencia espiritual, la clave es: “tomar
conciencia del cuerpo físico”. Yo he llegado a la conclusión, de que uno de los mejores
métodos para desarrollar esa conciencia, es por medio de la concentración y la meditación
durante y en cualquier momento del día. Esto es que, cuando estemos escribiendo,
observemos nuestra mano y veamos cómo se mueve, cómo es, su agilidad, etc.; que si vamos
caminando observemos cómo se mueve nuestro cuerpo, cómo camina, cómo respira, cómo
escucha, etc.; que si estamos sentados en un autobús observemos cómo nuestros ojos perciben
las imágenes de cerca y de lejos, cómo vemos los cuerpos que utilizan los Egos que están
evolucionando como nosotros. Se trata de tomar conciencia de todo lo que hacemos por
medio de la “observación” de nuestro cuerpo y lo que hacemos con él.

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“Practicad esto y meditad cómo el Ego percibe todas esas cosas y cómo las puede
dominar y dirigir; observad cualquier parte de vuestro cuerpo y meditad ¿Qué es? ¿Cómo se
ha formado? ¿Por qué está vivo? ¿Cómo hacemos que se mueva?

EJERCICIO DE RELAJACIÓN

Antes de comenzar una relajación es conveniente quitarse todo lo que pueda molestarnos en el
cuerpo y todo lo que pueda interrumpirnos o sobresaltarnos cuando estemos relajados,
también es muy importante que os acomodéis muy bien en un sillón o en una cama.
Si alguien piensa que es mejor hacer alguna postura de yoga, como la de loto u otras
similares, opino que no es nada recomendable para los cuerpos occidentales. Lo que tenemos
que hacer es ponernos de la mejor manera para estar cómodos y que no nos moleste nada,
porque si es así, estaremos más pendientes de mantener la postura o de las molestias, que de la
propia relajación. La espina dorsal debe estar recta y la barbilla un poco hacia adelante para
que no nos cree tensión en las cervicales. Recuerda: Si tienes que salir de la relajación por
algún motivo no te asustarás ni te sentirás mal, más bien estarás en perfecto estado de salud
física y mental”.
Para comenzar haz tres respiraciones profundas haciendo que el aire llegue a la parte
baja del abdomen, esto libera las tensiones y las emociones, cuando expulses el aire, procura
relajar el cuerpo y dejar caer su peso.
Antes de comenzar la verdadera relajación tienes que hacer dos cosas: 1ª.- Estira los
músculos de tu cuerpo todo lo que puedas -sobre todo los brazos y piernas- y déjalos flojos de
una manera repentina. 2ª.- Imagina -una vez algo relajado por el ejercicio anterior-, que estás
flotando en el aire sobre un colchón de plumas, empieza a imaginar que pesas mucho, cada
vez más, hasta que de pronto caes sobre ese colchón, en el cual casi te hundes por completo
¡deja caer el peso de tu cuerpo!
Comienza la relajación por los pies, imagina que los huesos están sueltos, como si no
tuvieran músculos para unirlos, los músculos son tan sumamente suaves y finos que no los
notas... suelta los músculos...aflójalos más...cada vez más...es como si preguntásemos a los
miembros que si están relajados.
Continua por toda la pierna, viendo y sintiendo cómo esa zona se relaja... al principio
parece que la pierna pesa mucho, pero cuando la relajas totalmente parece como si flotara...
afloja los músculos, intenta sentir e imaginar que tus piernas cuelgan del tronco como dos
simples cuerdas... Es importante sentir que los miembros están pesados al principio para
luego, por medio de la imaginación, comprender y sentir que cuelgan o flotan porque no
pesan nada.
Pasa al otro pie y haz lo mismo que antes, imagínate los huesos sueltos, los músculos
muy flojos... que parezca como si los músculos no existieran... Si en estos momentos os
pusieran de pie vuestras piernas se balancearían por su propio peso...intentad
experimentarlo...aflojad los músculos más y más...ya están completamente sueltos.
Antes de continuar, repasa la otra pierna por si se ha puesto tensa. Ahora haz lo mismo
con las manos y brazos, siente que los huesos están sueltos, los músculos relajados y sueltos...
imagina que te levantan el brazo y de pronto lo sueltan y rebotan en el tronco por su propio
peso. Una vez relajados, ya apenas los sientes y parecen dos hilos colgando que se mueven
por la fuerza del aire...el sistema nervioso no te molesta porque está relajado y controlado.
A continuación céntrate en el tronco, imagínate que está muy pesado, está como muy
hundido en el colchón de plumas... suelta todos los músculos del tronco, pero principalmente

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la espina dorsal y las cervicales... tu columna debe estar totalmente suelta y floja... los huesos
separados y los músculos como suaves hilos de seda... tus órganos funcionan perfectamente,
tu respiración... los latidos del corazón... ¡Relaja los músculos del abdomen, relaja el corazón,
observa como la sangre muy oxigenada llega hasta el último rincón de tu cuerpo y lo relaja
completamente!
Recuerda que las cervicales deben estar muy relajadas. Da un repaso a las piernas.
Ahora céntrate en la cabeza, suelta la mandíbula... los músculos de la frente... de la
boca... los párpados...los labios...la lengua... la barbilla...Imagina como la sangre fluye y relaja
todos los músculos de la cabeza, los globos oculares quedan completamente sueltos. Relaja
todos los músculos y siente como todas las partes de tu cabeza quedan sueltas, como si
estuvieran separadas.
Ahora olvídate de tu cuerpo, estas en la cabeza. Tú como Ego y por medio de la mente
controlas tu cuerpo, tus emociones, tu sistema nervioso.... Sé tú mismo y no pienses en nada
sólo sé tú, un Ego que es consciente de que tiene varios cuerpos y está relajando su cuerpo
físico... ahora intenta sentir lo que es tu cuerpo...escúchale y sé consciente de lo que
manifiesta...
Ahora que eres el verdadero Ser, tienes que proponerte superar todas las cosas que
entorpecen tu desarrollo espiritual, propóntelo y visualiza cómo lo vas a superar todo cuando
llegue el momento, y como cambias tu punto de vista sobre la vida y el ser humano. Observa
cómo te haces más servicial y amoroso con todo el mundo.
Este es el mejor momento para proponerte una nueva vida llena de actitudes positivas
hacia todos los seres que te rodean, recuerda que eres un Espíritu, y que en estos momentos
estás en tu propio mundo... el Espíritu te da lo que necesitas para elevarte. Él es Amor y el
Amor lo puede todo....
Relaja tu mente unos momentos más, y cuando te apetezca salir de la relajación da una
respiración profunda y piensa “voy a salir de esta relajación”, a continuación mueve los dedos
de las manos y de los pies... Toma una segunda respiración profunda y sé consciente de donde
estás, a continuación mueve las piernas y los brazos... toma la última respiración profunda
para mover la cabeza y el resto del cuerpo. Por último, abre los ojos ....
Al principio intentad hacer esto como si te lo estuvieran dictando, luego lo puedes
hacer como te apetezca, pero recuerda que es mejor practicar cinco minutos diarios que dos
horas al mes. Si lo haces tal y como lo he dictado y persistiendo, conseguirás los objetivos
que menciono, y verás que éste ejercicio es muy beneficioso incluso para todos los cuerpos.
Recuerda que tienes que llevar a la práctica los compromisos que haces cuando estás en lo
más profundo de la relajación.
Mi mejor deseo para vosotros es que lo consigáis y lo sepáis utilizar para vuestra
mejora física y espiritual.

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71
Lo que sembréis con vuestras acciones
cosecharéis como fruto”

CAPÍTULO II

EL KARMA

La palabra “karma” suele estar cada día más en boca de las personas que se interesan
por los conocimientos esotéricos, esta palabra significa “acción” y está unida a la Ley de
Causa y Efecto, y en cierto modo, a la de Renacimiento. Es muy importante tener claro que el
Ser humano es la causa de todo el bien o el mal que existe, tanto en sentido individual como
colectivo. En otras palabras “Cada pensamiento, palabra y obra que el hombre hace, tiene su
efecto sobre él mismo y sobre la humanidad”
Si hay un “Plan Divino” perfecto, y se debe llevar a cabo hasta su perfección, debe de
haber Leyes Divinas y perfectas que actúen justamente dando a cada uno lo que se merece,
pero siempre con la mejor intención. Si esas Leyes nos deben llevar a la meta de perfección
por medio del desarrollo interno, debe ser siempre por medio del Amor, igual que nosotros
queremos guiar a nuestros hijos por el mejor camino y a veces les tenemos que castigar, pero
lo hacemos por su bien y no por caprichos personales.
Estamos en un Universo donde rigen las Leyes Divinas -como en la Tierra rigen las
creadas por el hombre- y no las debemos violar, pero sí las podemos conquistar para trabajar
con ellas. Actuando así, no crearemos mal ni desarmonía en el Universo porque todo mal es el
resultado de la ignorancia de estas Leyes y más concretamente de la de Causa y Efecto.
Antes de centrarme en el Karma, quiero explicar algo sobre los “Elementales” que
tanto mencionan algunas personas. Todos los mundos están habitados por innumerables
Jerarquías, unos por encima del hombre como son los Ángeles, Arcángeles, Querubines,
Serafines, etc., y otros por debajo y que normalmente les conocemos como espíritus de la
naturaleza -Gnomos, Ondinas, Silfos, Salamandras, Devas, etc.- y elementales.
Estos seres inferiores no pertenecen al esquema evolutivo de la humanidad pero, sin
embargo, su mundo está compenetrado con el nuestro, ya que es de materia más sutil, y no
nos molestamos unos a otros en ningún sentido. Es decir, que lo mismo que en una habitación
puede haber varios tipos de alumbrado -vela, fluorescente, bombilla, etc.- y cada uno cumple
su misión sin molestarse para nada, así el mundo físico está compenetrado por otros mundos
etéricos, y los seres que evolucionan en ellos no nos molestan ni perjudican mientras nosotros
no nos metamos en su mundo y entorpezcamos su labor o desarrollo.
Para hablar del karma hay que hablar de los elementales pero, ¿Qué son los
elementales? Los elementales son vidas no individualizadas -con respecto a nosotros - no son
conscientes de lo que hacen y están involucionando a través de los mundos como si formaran

72
parte de la materia de los mismos, con la diferencia de que responden a los estímulos
exteriores para así comenzar a “experimentar”. Por ejemplo: Los elementales del mundo
mental están “menos evolucionados” que los del mundo de deseos, porque éstos ya han
descendido más y han aprendido a responder a los estímulos de nuestros pensamientos y a las
Jerarquías de ese mundo, y ahora lo están haciendo de igual manera en el mundo de deseos.
Por una fase similar pasó el Ser humano y, según hemos involucionado hacia la
materia, nos hemos familiarizado con sus diferentes grados de densidad y hemos empezado a
utilizarla hasta que hemos adquirido el poder de crear formas para poderlas utilizar como
vehículo experimental. Con esta explicación queda claro que hay elementales -vidas- en los
diferentes mundos donde estamos evolucionando y que estos elementales se sirven de
nuestros pensamientos, deseos y emociones para evolucionar ellos también. Actúan de
acuerdo a las Leyes Divinas y del propio mundo donde están, por eso, cuando hablamos de
cómo la Ley de Causa y Efecto nos devuelve el mal o el bien que hemos hecho, podemos
decir que ellos también intervienen como agentes de esta Ley. Pero como he dicho, no son
inteligentes ni tienen maldad, sólo responden a determinadas leyes y vibraciones de la materia
y la utilizan para su propia “evolución”.
Gracias a estos elementales la humanidad es consciente del mundo que le rodea, siente
gracias a que estos elementales transforman las vibraciones exteriores en sensaciones, son
ellos los que hacen que podamos influir a otros con nuestros pensamientos, sentimientos y
deseos. Cuando una persona es consciente y tiene el poder de trabajar en los mundos
invisibles, puede, por medio de su voluntad, ordenarles lo que quiera por medio del lenguaje
del sonido y el color. Estos obedecerán, (aunque seamos inconscientes de ello) todo lo que se
les mande sin discernir entre lo que es bueno y lo que no -en este secreto radica la magia
negra, aunque muchas personas hoy la practiquen diciendo que es magia blanca- Por eso, y
entre otras cosas, se han ocultado estos conocimientos.
Pongamos un ejemplo de cómo funcionan estos elementales a nivel del trabajo mental
humano. Cuando una persona crea un pensamiento, la vibración de ese pensamiento, atrae un
elemental que está en la misma vibración y utiliza a éste como vehículo del cual adquirirá
experiencia dependiendo del trabajo o misión que tenga. Si es un pensamiento que va
dirigido contra otra persona, este elemental irá hacia la otra persona e intentará penetrar y
afectar a su cuerpo mental para estimularle o hacerle pensar en el mismo sentido de la forma
de pensamiento que él lleva. Después de esto, el elemental vuelve al creador del pensamiento
y le devuelve -como efecto- el mal o bien que ha mandado, pero engrandecido por el efecto
que haya causado en la persona a quien lo mandó.
De esta forma, el elemental “evoluciona dentro de su involución” utilizando los
pensamientos del hombre como alma y vehículo. Pero, como he dicho, están en todos los
mundos y por lo tanto, están en nuestros propios cuerpos invisibles. Sabiendo esto podemos
llegar a la conclusión de que tienen relación, no solamente con los pensamientos, sino que
también la tienen con el cuerpo de deseos. Es decir, que nuestros deseos, sentimientos, odios,
etc. también les sirven para experimentar por medio de esa respuesta vibratoria.
El mundo del pensamiento es el mundo del sonido y el del deseo es el mundo del
color, esto también significa que estos elementales se dividen en multitud de vibraciones de
sonido y color para poder utilizar y responder a los pensamientos y deseos del hombre. Esto
es así, cuando pensamos una determinada cosa, emitimos una vibración en nuestro cuerpo
mental -que se relaciona con el Mundo del Pensamiento-, esta vibración o sonido atrae a un
elemental que esté en esa vibración y éste actúa como un transmisor. Cuando este
pensamiento desciende al mundo del deseo para que se forme el sentimiento, emoción o deseo
adecuado, acude otro elemental del color, -Mundo del Deseo- que también lo utilizará para

73
asimilar algo de la experiencia que ese pensamiento tenga. Por eso, los clarividentes que
alcanzan a ver el cuerpo de deseos, ven toda una serie inmensa de colores en movimiento que
indican el estado emocional y de deseos en que esa persona se encuentra.
Con esta explicación llegamos a la conclusión de que el hombre está atrayendo
constantemente a estos elementales y los está utilizando para manifestarse y para percibir las
impresiones del mundo físico. Hay algo más importante aún, y es que, por medio de ellos
estamos sembrando ese “karma”, bueno o malo, que en su momento nos repercutirá en esta
vida o en las próximas.
Si meditamos sobre estas enseñanzas, podemos darnos cuenta del beneficio de ciertos
hechos ya mencionados, como por ejemplo la “repetición” – la cual es la nota clave del
cuerpo vital y yo estoy utilizando mucho en este libro-, para que por medio de su práctica
podamos formar un cuerpo mental y de deseos más elevados.
Por este mismo conocimiento llegaremos a la conclusión, de que podemos crear un
medio ambiente de paz y armonía en cualquier rincón de la casa, a través de la oración y la
devoción, ya que así atraeremos elementales que se identificarán con esas vibraciones y
trabajaran aumentando la armonía espiritual. Pero también es cierto que si una persona se
encierra en crear pensamientos negativos, lo que está haciendo es formarse una especie de
cárcel que no le permitirá ver la luz y no querrá ni que le hablen. Hasta que esta persona no
comience a pensar positivamente para atraer elementales más elevados, no podrá descubrir lo
positivo de la vida y de las personas, porque esa coraza es como un cristal oscuro y sucio que
no le permite ver claramente el mundo real.
Este es un ejemplo concreto de cómo actúa el karma, la persona misma es quien se ha
encerrado en su propio mundo de negatividad y tristeza. Sin embargo, el hombre tiene la
Voluntad como primer aspecto del Espíritu, y es esta voluntad la que le puede sacar del
sufrimiento que ella misma se ha causado. El hombre es libre, y nadie es quién para quitarnos
ese derecho, ni los Ángeles y Arcángeles lo hacen, porque saben que es un derecho universal,
por lo tanto, el que aquí en la tierra quita la libertad u opera sobre la voluntad de otra persona
para que haga algo que no quiere, no sabe lo que está haciendo y la Ley kármica se lo tendrá
que enseñar.
El hombre puede cambiar su carácter y destino gracias a este conocimiento oculto y a
que puede crear pensamientos y sentimientos espirituales que atraerán elementales
seleccionados por todos sus buenos ideales. Cuando estos se repiten, crecen y toman colores
brillantes que atraerán más materia similar de esos mundos, hasta que el Maestro vea la “luz”
que brilla en la oscuridad y haga acto de presencia.
El hombre puede hacer mucho bien a la humanidad gracias a este conocimiento,
porque, no solamente va sembrando bien con sus buenas acciones y pensamientos, sino que
además, puede, de manera voluntaria y consciente, mandar pensamientos y sentimientos
amorosos y desinteresados a otras personas para ayudarles a superar muchos problemas.
También es esta la forma en cómo el hombre se crea su propia atmósfera -aura- espiritual, su
templo invisible en el que se refugia para orar y fortalecerse ante las pruebas difíciles.
Si el hombre no pensara no tendría karma, porque cada pensamiento nuevo se queda
marcado en el átomo simiente como base para el karma de su próxima vida. Los animales no
tienen karma porque no tienen cuerpo mental. El Ser humano es el único responsable de sus
actos voluntarios que nacen en la mente, y por ello, ésta Ley nos da a cada uno el efecto de
cada causa que hacemos aquí en la Tierra.
Somos sembradores de karma, y estamos unidos a cada grano -pensamiento, palabra y
obra- que sembramos para recoger el fruto que nos dé. Si cuidamos y sembramos
cuidadosamente nuestros granos, cosecharemos buen fruto que nos vendrá en forma de “buen

74
destino”; si nos descuidamos, no tenemos derecho a reclamar ni a quejarnos, porque sólo
nosotros hemos intervenido en la siembra. “A mayor conocimiento mayor responsabilidad”,
esta es la escuela de la vida y de esta escuela nadie puede escapar porque, “cada causa tiene su
efecto y cada efecto tiene su causa.”
Los Ángeles del Destino (del karma), no dejan nada al azar, ellos toman nota exacta de
todos nuestros actos, y por eso intervienen antes de renacer para formar ese molde etérico -
cuerpo vital- que tiene que ver con el karma de nuestra futura vida. La grabación que hacemos
en cada vida sobre el átomo simiente, es la base del karma y es lo que nos hace sufrir después
de la muerte en el purgatorio, de estas imágenes grabadas, formamos nuestro cuerpo para la
próxima vida.
Así podemos ver claramente que, si creamos causas buenas, estaremos facilitándonos
nuestra estancia en el purgatorio, desarrollaremos cuerpos de más elevada vibración, y
crearemos un destino más fructífero y lleno de oportunidades para nuestro propio desarrollo y
el de la humanidad. Dice Annie Besant: “Las aspiraciones y deseos elevados de una vida se
convierten en “capacidades” en la siguiente; la repetición de pensamientos elevados se
convierten en “tendencias”; la voluntad de hacer cosas se convierten en “acciones”; las
experiencias se convierten en “sabiduría”; y las experiencias dolorosas se convierten en
“conciencia”; así actúa la ley de Causa y Efecto.
Cuando el Ego desciende para su nuevo renacimiento en el mundo físico, lleva
consigo los átomos simiente cuyas vibraciones muestran su grado de desarrollo interno. Si en
una vida nos esforzamos por hacer el bien y ser mejores, elevaremos esa vibración y en el
descenso de los átomos-simiente, atraerán materia de más elevada vibración para formar los
cuerpos de nuestra futura vida. Aquí también vemos como actúa el karma, dándonos los
vehículos que necesitamos y lo que merecemos como herramientas para aprender por medio
de la experiencia.
Como es lógico, según sea la vibración de estos cuerpos, la voluntad, y hacia dónde
dirijamos nuestro interés en la vida, vamos sembrando el bien o el mal. Según sea la causa, así
será el resultado y por eso podemos decir que si en una vida una persona, aún sin medios, se
esfuerza por servir desinteresadamente, en la próxima vida podrá servir mucho más. Pero
cuando no aprovechamos las oportunidades que nos dan para nuestro desarrollo, la ley del
karma nos trae problemas y frustraciones.
En el transcurso del tiempo utilizado en escribir este libro sólo he tenido en mi mente
una intención, que el que lo lea pueda alcanzar un gran desarrollo espiritual por medio de la
práctica de todo este conocimiento. Pienso que es un libro de los que se debe leer durante
cinco minutos y meditar una hora, haciendo esto, nos daremos cuenta de que podemos vivir la
vida como nosotros queramos, en el bien o en el mal.
La persona que se esfuerza por transformar su carácter, por medio de estar voluntaria y
conscientemente alerta con todo lo que crea en pensamiento, palabra y obra, está creándose un
futuro destino lleno de oportunidades para alcanzar grandes alturas. Sólo tiene que decidirse y
ponerse a trabajar, la Ley del Karma se encargará de darle todo el bien que se merece.
Cuando el hombre transforma lo malo en bueno a través de este conocimiento, está
transformando el mundo y ayudando a la humanidad pero, además, está aniquilando su karma.
El conocimiento puede hacer variar el destino y, por lo tanto, el karma no hace falta nada más
que crear “causas buenas” para “neutralizar las malas”; los elementales buenos se encargarán
de cumplir la misión de neutralizar a las vibraciones negativas para que no nos tienten.
Cuando actuamos así, manifestamos el impulso Divino que todos llevamos dentro, y nos
fortalecemos para llegar cuanto antes a nuestra meta.

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Este conocimiento nos da paz y confianza ante cualquier problema porque actuamos
de acuerdo a estas leyes, cuando uno colabora con algo, está en el mismo tren y dirección para
llegar al mismo sitio. Por medio de este conocimiento podemos ser colaboradores para la
salvación, curación y pacificación del mundo, pero no hay que olvidar esto, “No os quejéis de
vuestro destino, porque vosotros lo habéis creado como ahora estáis creando el de vuestra
futura vida, haced frente a los problemas con optimismo y de corazón porque sabéis que una
vez pasados ya no vuelven; tened presente que cada deuda que pagamos es fortalecimiento
para vencer otra, y recordar que sólo nuestras obras pueden estorbarnos y sólo nuestra
voluntad puede esclavizarnos.”

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77
“El purgatorio y el cielo no existen,
nosotros los creamos con nuestras acciones”

CAPÍTULO III

EL PURGATORIO

Recuerdo que en mi niñez se decía que había un purgatorio, un infierno y un cielo, que
si no éramos buenos en la vida, después de la muerte íbamos allí y sufríamos por toda la
eternidad. La verdad es que no era muy confortante, pero reconozco que también era una
manera -adaptada a aquella mentalidad- de decir que el ser humano “debe practicar el bien y
no el mal”
Las enseñanzas esotéricas también hablan del purgatorio y en cierto modo del infierno.
La verdad es que tiene un gran papel en la evolución y desarrollo de la humanidad, antes de
explicar lo que ocurre en el purgatorio, estará bien ampliar las tres teorías que menciona Max
Heindel sobre la vida y la muerte en su obra maestra “El Concepto Rosacruz del Cosmos”
La primera teoría, que podríamos identificar con el científico, materialista o agnóstico
que no creen en nada, la podemos explicar más o menos de la siguiente manera. Estas
personas opinan que venimos de la NADA, que la mente es el resultado de una serie de
correlaciones en la vida, que el Ser humano es el ser más inteligente del Universo y que
después de la muerte no hay nada, por lo tanto, la mente se desintegra.
Digo yo que, de la nada no se puede crear nada puesto que no existen medios, por otro
lado, sabemos que los átomos y células cambian cada pocos años, luego entonces, las
grabaciones que hacemos y que llamamos memoria y subconsciente, no podrían existir más
de esos pocos años y no conservaríamos la memoria. Estas personas llaman NADA a lo que
no ven o no detectan, pero hace unos años decían que lo más denso de la materia era el átomo
y, sin embargo, hoy dicen que son los protones, neutrones y otras partículas más o menos
etéreas, además, ya no la llaman materia sino energía, entonces ¿Por qué no puede haber otros
muchas formas de materia mucho más sutiles que las que conocemos actualmente? ¿Quién se
hubiera atrevido a decir hace cien años que una mesa es energía como hoy se afirma? ¿Quién
se atreve a decir que los protones y los neutrones son la materia o energía más sutil que el
hombre pueda descubrir? ¿No existen en el hielo diferentes estados de materia -sólido,
líquido, gaseoso, el aire y otras energías- y otras partículas atómicas más sutiles? ¿Por qué el
hombre no puede tener otros cuerpos de materia etérea con los cuales pueda funcionar en
otros mundos etéreos como lo hace aquí con el físico? Y por último, si se forma un cuerpo tan
perfecto de esa NADA, tiene que haber inteligencia en ELLA, y si esa inteligencia es capaz
de modelar un cuerpo físico o un Universo para que todo gire, se mueva, y cumpla una
determinada misión, tiene que ser una inteligencia muy por encima de la humanidad. Si es así,

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tiene que existir en un mundo que nosotros no vemos, pero que sin embargo es de donde todo
procede. Si lo razonamos un poco, veremos que es más lógico creer que hay otro mundo de
diferente grado de densidad de materia y que no vemos, (pero que es la fuente de todo lo
manifestado físicamente) a creer que todo y todos, procedemos de algo que NO EXISTE.
Pongamos un ejemplo, cuando una persona decide inventar algo, se pone a pensar con
la mente, después de una larga concentración tiene claro lo que quiere inventar y lo manifiesta
por medio de lo que llamamos una forma de pensamiento, a esa forma se une un sentimiento -
del cuerpo de deseos- que estará de acuerdo y en sintonía con el motivo del invento. Luego le
dará vida en su imaginación para ver cómo funciona, y por último, lo creará material y
físicamente; entonces,
¿Qué ha hecho este inventor sino plasmar con materia física lo que estaba en su
inteligencia y que no veíamos? ¿Por qué no puede haber una inteligencia cósmica de donde
sale todo y se va materializando con los diferentes grados de densidad de los éteres hasta que
se manifiesta de una forma inteligente aquí en el mundo físico? ¿Por qué no puede estar
incluido el hombre en esa forma de manifestación? ¿Se va a crear todo este Universo infinito
para que el hombre sólo viva una vida? Eso sería como hacer una universidad con los mejores
adelanto técnicos y científicos para mandar a nuestros hijos un sólo día a ella.
La segunda teoría, que podríamos llamar teológica o religiosa, dice que somos almas
creadas por Dios y que venimos de un mundo invisible. Explica, que después de la muerte
volvemos a ese mundo, del cual ya no volvemos nunca más, y que nuestra felicidad o
desdicha en él, depende de cómo haya sido nuestra actitud en la vida física. Hay quien opina y
asegura que no toda la humanidad se salvará y que sólo serán unos pocos, el resto se perderá o
destruirá
El dios de esta teoría no puede existir, porque si en alguna cosa coinciden las
religiones, es en que Dios es Amor. Si venimos de Dios y es Dios quien pone a cada uno en
una forma de vida -unos en la pobreza y en la enfermedad y otros en la riqueza y en la salud-
¿Cómo pueden decir que Dios salvará a los buenos si es Dios mismo quien les ha dado una
vida feliz sin necesidad de hacer el mal? ¿Cómo puede castigar a unas personas que él mismo
ha puesto en la pobreza, para que se vean inclinados a hacer el mal? Si Dios va a salvar a unos
pocos ¿Para qué ha creado tantos y tantos billones de almas a través de la historia de la
humanidad? ¿Cuáles son los buenos sabiendo que la humanidad está evolucionando en todas
las épocas y, por lo tanto, los recién nacidos serán siempre mejores que los que nacieron hace
cien años? Si Dios mandó a Su Hijo para SALVAR AL MUNDO -salvar a la humanidad-
¿Por qué solo salvará a unos pocos? Si nosotros que somos imperfectos en nuestras acciones y
nos volcamos rápidamente a auxiliar y salvar a las personas que pueden morir en una
catástrofe, y nos servimos de todos los medios a nuestro alcance ¿Cómo no va a tener Dios un
Plan o los medios suficientes para salvar a toda la humanidad si, como dicen las religiones,
Dios es omnipotente? ¿Cómo se pueden perder o destruir los hijos de un Dios Omnipotente?
La tercera teoría es la que da las enseñanzas esotéricas y que la podemos llamar del
“Renacimiento”. Esta teoría enseña que el hombre también viene de Dios, y por lo tanto,
tenemos todas Sus cualidades latentes, dice que por medio de la Ley de Causa y Efecto y de
Renacimiento, el hombre reencarna una y otra vez para que por medio de la experiencia en el
mundo físico, pueda desarrollar esas “cualidades latentes en poderes dinámicos”. Dice que
vamos evolucionando de una forma progresiva y segura hasta que todos alcancemos la meta
de la perfección sin que nadie se pierda o destruya.
Esto es algo así como comenzar en la guardería - como el hombre salvaje- e ir pasando
por los otros grados escolares para aprender una serie de lecciones en cada clase - o lo que es
lo mismo, en cada vida-, al final, la persona adquiere una carrera, pero a través de muchos

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años de esfuerzo y sacrificio. Así desarrolló la humanidad la inteligencia, y por medio de ella
y del renacimiento aprende las lecciones que harán que desarrolle lo que lleva internamente.
De esta forma, ninguna alma se pierde sino que todos -aunque algunos adelanten más que
otros- alcanzaremos la meta.
Si todo evoluciona en esta vida, -como podemos ver en nosotros mismos ya que no
pensamos igual que hace veinte años-, ¿Por qué no va a existir esa “evolución” para el
Espíritu? ¿No dijo San Pablo que teníamos un cuerpo espiritual y otro material? y ¿No está
escrito que la carne no heredará el reino de los cielos? Entonces ¿Por qué no admitir que el
verdadero Ser humano es un Espíritu, que por medio de la reencarnación y de la Ley de Causa
y Efecto está evolucionando progresivamente? Si una persona hace mal en una vida, las Leyes
le llevaran a unas circunstancias en las que debe recibir ese mal para que aprenda lo que es
ése sufrimiento que ha causado a otros, y tome conciencia de que eso no se debe hacer; así, en
la siguiente vida no lo hará ¿No es mejor esta explicación que las otras desde el punto de vista
de lo que es justo?
Dios es Amor, y Él tiene unas Leyes Divinas que dan a cada uno, de manera
impersonal y amorosa, lo que necesita para que evolucione cuanto antes, pero siempre con la
mayor justicia y sin odios ni rencores. Ellas nos enseñan el camino más corto para llegar a la
meta. Algunos de los motivos de la reencarnación son los siguientes:
1º. Adquirir experiencias
2º. Desarrollar la voluntad
3º. Espiritualizar el carácter
4º. Desarrollar la mente
Esto no se consigue si no experimentamos en el mundo físico y tomamos conciencia
de él pero, además, tampoco lo perfeccionaremos si no es a través del Renacimiento y la Ley
de Consecuencia que hace que cosechemos lo que hemos sembrado.
Después de ver las tres teorías veamos qué es y qué ocurre en el purgatorio. Nada más
morir el cuerpo físico, el Ego comienza a grabar en los átomos-simiente de sus cuerpos
invisibles y durante un plazo máximo de tres días y medio, toda su vida pasada. (Esta
grabación es la que han visto estas personas que supuestamente han muerto y después han
vuelto a la vida) Una vez grabada la película dejan totalmente el cuerpo físico, al cual estaban
unidos por un cordón plateado y pasan al purgatorio, esto es, a las regiones más bajas del
Mundo del deseo.
Lo mismo que nuestro mundo está compuesto de siete grados de densidad de materia -
sólida, líquida, gaseosa y cuatro éteres superiores que no vemos- así el Mundo del Deseo
también está compuesto de siete grados de materia, y el purgatorio está en las regiones
inferiores, siendo la primera la que contiene más maldad. Quiero decir con esto que las
personas que hacen mucho mal van a esa primera región, las de término medio van a la
segunda y las que han hecho poco mal van a la tercera.
Pero, ¿Qué ocurre ahí? Como ya hemos demostrado, cuando hacemos mal, creamos
en nuestros cuerpos unas vibraciones que se relacionan con ése hecho y esto se grava en el
átomo-simiente del cual sacamos nuestro provecho de la vida. Cuando llegamos a esa primera
región, nuestras vibraciones de maldad se identifican con las que hay allí y, por lo tanto, nos
atamos a ella por medio de la maldad que hemos hecho en la Tierra. De ahí no nos podemos
elevar a las regiones superiores ni al cielo, hasta que no hayamos aprendido por medio del
sufrimiento, que no debemos hacer ese mal. Si nosotros causamos un gran dolor a una
persona vamos a sentir ese dolor “en nuestro propio cuerpo” para que tomemos conciencia del
sufrimiento que causamos en su momento y para que en la próxima vida, esa conciencia nos
advierta cuando lo intentemos hacer otra vez. Cuando purgamos así todo ese mal, pasamos a

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otra región superior, pero hasta que no suframos todo el mal que hemos hecho, no podemos
elevarnos a las regiones superiores que son conocidas como “cielos”. Esto significa que la
persona que ha sido muy mala sufrirá intensamente y por mucho tiempo en “SU PROPIO
INFIERNO,” el infierno y el purgatorio no existen, sino que cada uno se los crea según las
actuaciones que tenga en la vida física.
Después de pasar por el purgatorio pasamos al cielo y allí recibimos todo el bien que
hemos hecho y que nos han hecho. El resultado de este proceso es que obtenemos una gran
conciencia de lo que es correcto y lo que no. Este resultado lo unimos a la conciencia de las
otras vidas, y así, vida tras vida, aumentamos la “CONCIENCIA” que es la voz que nos está
aconsejando y advirtiendo constantemente de lo que es correcto, y de los peligros que nos
rodean y nos pueden hacer caer en algo que ya hicimos antes.
Pongamos un ejemplo: Una persona casada cae en la droga, como resultado de esto
causará sufrimiento, dolor y entorpecerá el destino de su esposa e hijos. Cuando ésta persona
muera en su momento -si no acorta su vida él mismo- irá con su cuerpo de deseos al
purgatorio y, como el deseo de la droga aún le sigue dominando, sufrirá mucho por no poder
tomarla -de aquí que el hombre no deba caer en vicios que le dominen y si cae, intente salir de
él cuanto antes-, ¿Hasta cuándo sufrirá? Hasta que venza el deseo y ya no quiera droga porque
se dé cuenta de que no sirve para nada. Pero, además, tiene que sentir el sufrimiento que
causó a su familia y, por lo tanto, tiene que estar más tiempo en la región que corresponda
hasta que, ese dolor que hizo le llegue a lo más profundo de su ser y haga que se arrepienta de
todo corazón.
Alguien se preguntará ¿Y por qué sufrimos también aquí en la tierra? Continuando con
el mismo ejemplo, cuando el Ego asciende a las regiones superiores y se queda sin vehículos,
comprende mejor el sentido del renacimiento porque tiene otra conciencia más elevada. Ahí
se compromete a saldar las deudas pendientes que tiene con determinadas personas y, de esta
forma, se pondrá en contacto con ellas, bien como amigo o bien como familiar. Así tendrá la
oportunidad de devolver en sentido material -trabajo, donativos, herencias, etc.- las pérdidas
que les ocasionó en su anterior vida.
Con este ejemplo vemos como actúan las Leyes de Renacimiento y Consecuencia,
renacemos para convivir con las personas que tenemos deudas o que ellos tienen con
nosotros; trabajamos en determinados sitios y tenemos determinada posición porque lo
merecemos; nos casamos con quien tenemos un gran compromiso adquirido de otra vida; nos
surgen los obstáculos que nos deben surgir a raíz de los problemas y el mal que hicimos;
padecemos de determinadas enfermedades porque no tratamos bien nuestros cuerpos físicos y
no supimos utilizar bien nuestras mentes, etc.
Estas Leyes hacen que corrijamos los defectos y mantengamos el equilibrio; que el
hombre purgue y tome conciencia del mal que nos traen los deseos inferiores que
obstaculizan nuestro progreso; que borremos los malos hábitos y nos fortalezcamos ya que el
sentimiento subsiste para otra vida; que aborrezcamos los malos hábitos haciendo imposible
su gratificación; que aprendamos a obrar desde el punto de vista espiritual; que nos
inclinemos hacia el desarrollo de las virtudes y dominemos los vicios; y que en la próxima
vida renazcamos libres de malos hábitos.
Cuando volvemos para renacer, obtenemos materia más pura y elevada para formar
nuestros futuros cuerpos, porque la hemos purificado por medio del sufrimiento en el
purgatorio, así traemos nuevas y mejores tendencias para llevar a cabo en bien de nuestro
desarrollo; la conciencia también es más elevada, y su voz más fuerte para que la podamos
escuchar mejor.

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Más de una persona se preguntará ¿Por qué debemos renacer?, Veamos algunas
respuestas:
1º.- Porque el propósito de la vida no es la felicidad, sino la experiencia.
2º.- Porque evolucionamos por medio de las tristezas y el dolor que nosotros nos creamos y
que son nuestros maestros.
3º.- Porque por medio del conocimiento de las causas que producen los actos y por medio de
la voluntad, adquirimos experiencia, la cual es imprescindible para evolucionar.
4º.- Porque no podemos estar siempre en los mundos invisibles, ya que entonces no
aprenderíamos -esto sería como enviar a un niño un día a la guardería y al día siguiente a la
universidad-
5º.- Porque lo mismo que descansamos por la noche para continuar la vida y el trabajo al día
siguiente, así descansamos y nos preparamos en el cielo para una nueva vida y aprendizaje
que harán elevarnos. -esto es como el niño que va al colegio y un día aprende unas cosas,
descansa por la noche, y al día siguiente vuelve para continuar su aprendizaje-
6º.- Porque si no volviéramos a la tierra ¿Qué utilidad tendría la vida? ¿Por qué una vida de
felicidad en un cielo eterno debería ser la recompensa de una buena vida? ¿Qué beneficio
podría producir una buena vida en un cielo donde todo el mundo es ya feliz?
7º.- Porque los cuerpos se van haciendo rígidos y si no fuera por la reencarnación nos
cristalizaríamos en la misma vida.
8º.- Porque no se construye una escuela tan maravillosa como es el Universo para ir sólo un
día a clase.
9º.- Porque la expresión se adquiere en el duro camino de la experiencia personal y la
observación de los actos ajenos razonados y guiados por la luz de nuestra experiencia.
10º.- Porque la elección es nuestra, pero mientras tengamos cosas que aprender y deudas que
saldar, tenemos que volver una y otra vez.

Si alguien se pregunta, (puesto que este libro es esencialmente práctico) cómo


podemos aprovechar este conocimiento sobre el purgatorio, veremos dos respuestas:
1ª.- Este conocimiento nos advierte del mal que estamos haciendo en esta vida y que, por lo
tanto, tendremos que sufrir en el purgatorio, si lo captamos como debe de ser, procuraremos
ser más conscientes en lo que decimos, pensamos y hacemos
2ª.- Este conocimiento nos ayudará a comprender y sacar más provecho del ejercicio de la
“Retrospección” que mencionaré más adelante. Ahora y con más razón de las que ya he dado,
podemos decir que lo que el hombre es y tiene es el fruto de sus propias acciones y que, lo
que podemos conseguir y desarrollar, lo tenemos en nosotros mismos.
Nosotros, como Egos, somos quienes pensamos, nos dejamos llevar por los deseos y
hacemos lo que queremos para bien o para mal; el resto lo hacen las Leyes para enseñarnos el
mejor camino y hacernos ver nuestros errores.

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“No busques un camino fácil,
busca una cuesta empinada”

CAPÍTULO IV

INTRODUCCIÓN A LOS EJERCICIOS PARA


EL DESARROLLO INTERNO

Hace millones de años, cuando la humanidad aún no había desarrollado la inteligencia


actual, estábamos con la conciencia más centrada en los mundos superiores que en el mundo
físico -lo mismo que los niños al nacer y durante un tiempo después-, pero como debíamos
conquistar el mundo material, fuimos perdiendo ese estado de conciencia para enfocar nuestra
mente totalmente en lo físico y así ser conscientes de nuestras experiencias y para poder
evolucionar.
En aquél entonces el Ser humano tenía en actividad dos órganos que hoy están
aparentemente dormidos, la glándula pineal y el cuerpo pituitario, según dejamos de ser
conscientes de los otros mundos se atrofiaron, y hoy se piensa que no sirven para nada.
Entonces, estos órganos estaban relacionados con el sistema nervioso simpático -involuntario-
y éste se relacionaba con el cuerpo de deseos haciendo que los vórtices o chacras giraran en
sentido contrario a las agujas de un reloj, dando como resultado una clarividencia
involuntaria, o sea, no veíamos cuando, ni lo que queríamos.
Esto es lo que les pasa hoy a las personas que se ponen a hacer ciertos ejercicios sin
control, sus vórtices giran en sentido contrario al que deberían girar y por eso, algunas veces,
ven imágenes del mundo astral, que no pueden controlar y que pueden llegar incluso a
atormentarles.
Los métodos dados por las Escuelas Iniciáticas o de Misterios Menores -como la
Fraternidad Rosacruz- son métodos generales para el desarrollo interno de cada persona y, por
lo tanto, tienen una cosa en común con los que dan los Maestros de éstas Escuelas. No hay
ningún peligro de caer en la mediumnidad, en la obsesión, ni en cosas similares, sin embargo,
cuando el aspirante ha evolucionado hasta cierto grado, es el Maestro quién le dará los
ejercicios que necesite según lo que Él vea en cada aspirante.
Hay muchas personas que no saben esto y se arriesgan a hacer ejercicios que,
ignorantemente, recomiendan algunas personas. La mediumnidad y la clarividencia
involuntaria se desarrollan fácilmente, pero es necesario tener muy en cuenta que lo mismo
que el niño debe nacer a los nueve meses para tener la garantía de que su cuerpo está bien
formado, así, la clarividencia voluntaria y verdadera, nace cuando el hombre se ha esforzado
por ser cada día más espiritual y por practicar algunos ejercicios como los que doy a

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continuación, esta es la única manera de tener la seguridad de que no correremos ningún
riesgo. A la naturaleza y a las Leyes Divinas no se les puede burlar; el que busca encuentra,
pero dependiendo de los métodos e intenciones, así encontrará lo que merece.
Algunas de las personas que hoy dicen ser clarividentes -menos de los que lo
aseguran- suelen serlo pero involuntarios, o sea, han conseguido hacer que los vórtices giren
en sentido contrario a las agujas del reloj como lo hacíamos hace millones de años, y ante esto
tienen dos posibilidades: 1ª.- Dejar de hacer estos ejercicios para hacer otros positivos. 2ª.- Si
continúan en esa línea, llegar a un límite del que quizás no puedan salir y por lo tanto, tengan
que sufrir mucho en el purgatorio después de la muerte -sobre todo si son obsesionados.
El hombre actual está empezando a desarrollar la clarividencia voluntaria por medio
de su desarrollo espiritual que le lleva a “encontrar” la escuela o enseñanza que necesita.
Estas escuelas o enseñanzas -de verdaderos ocultistas- son muy útiles para:

1º.- Poner en correcto movimiento los vórtices del cuerpo de deseos


2º.- Para desarrollar y poner en actividad la glándula pineal y el cuerpo pituitario, y así
desarrollar la clarividencia voluntaria que es la que nos permite ver lo que queremos y cuando
queremos.

He dicho que no son tantos los clarividentes que hoy dicen serlo, pero además de eso,
los clarividentes voluntarios son menos aún y, normalmente, no dicen que lo sean. Utilizan la
clarividencia para hacer el bien sin pedir o esperar nada a cambio, porque saben que es un
poder divino con el cual no se debe comerciar bajo ningún pretexto. ¿Qué ocurriría si éste
poder estuviera en manos de cualquier persona en la cual sus sentimientos son aún egoístas o
interesados? La naturaleza concede éste poder a las personas que se han esforzado por
entregarse a la humanidad, cuando una persona recibe éste poder está preparado para no
comerciar con él y para utilizarlo de una manera muy responsable.
Los ejercicios de este libro no tienen ningún peligro y nos llevan a trabajar con el
sistema nervioso voluntario -el cual nos trae la clarividencia voluntaria-, estos son algunos de
los que he practicado o practico y creo que pueden ser muy útiles para el desarrollo interno. A
la larga hacen que los vórtices giren en sentido de las agujas del reloj, para que así podamos
investigar en los mundos superiores y ayudar a la humanidad.
En alguno de los capítulos se menciona que no es conveniente concentrarse en la parte
inferior del cuerpo, y más concretamente en la zona de los órganos sexuales, esto tiene su
explicación. Hay una energía “creadora” que el hombre utiliza con su pensamiento, palabra y
obra, pero además, esa energía es la que utilizamos para procrear. Desde la época Atlante en
que la humanidad estaba totalmente dominada por su egoísmo y sus pasiones, hasta nuestros
días, que gracias al desarrollo de la mente estamos dominando la pasión y la sensualidad
“animal”, esta energía ha sido utilizada para nuestro propio desarrollo y para satisfacer
nuestros deseos sexuales. En estos momentos y gracias al razonamiento y al saber utilizar la
mente para cosas abstractas, místicas, esotéricas, etc., el Ser humano empieza a dejar de
concentrar su mente en esas regiones inferiores del cuerpo, y a elevarla hacia la cabeza y el
corazón.
Aquí es donde entra en juego el desarrollo esotérico, es decir, los ejercicios de este
libro y todo el conocimiento expuesto, tratan de mantener la conciencia en el corazón y en la
mente para hacer que esa energía, (normalmente llamada de kundalini), se eleve a estas dos
partes, y así unir el cuerpo pituitario con la glándula pineal para que se desarrolle la
clarividencia voluntaria.

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Sabiendo esto es conveniente que dejemos, en lo posible, el abuso y derroche de la
energía sexual, porque esa energía es la que necesitamos para nuestro propio desarrollo. Es
cierto que no todo el mundo está preparado para ello, pero según evoluciona el Ser humano
tendrá que dominar ese vicio, como el alcohólico debe dominar el alcohol. Esto no es fácil
hasta controlar la mente. Si llegamos a dominar y enfocar la mente en otras cosas más
elevadas, no la dejaremos tiempo o no la utilizaremos en pensar en el sexo. El mejor medio es
olvidarse de esa práctica, no pensar en ella en ningún sentido hasta que de una manera
progresiva, lenta y sin tampoco retener el deseo por la fuerza, la controlemos.
La repetición de oraciones, el pensar en algo abstracto o intentar crear mentalmente
algo original -una oración, poesía, etc.- también hace que esa energía no estimule los órganos
sexuales. Cuando esta energía comienza a ascender de manera natural hacia el corazón, como
en el caso del místico, o hacia la mente como en caso del intelectual o hacia ambas partes,
como en el caso del ocultista, el hombre empieza a vivir la vida interna. Recomiendo leer el
capítulo XVII del Concepto Rosacruz del Cosmos.

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“La retrospección es uno de los métodos
más elevados para evitar el purgatorio”

LA RETROSPECCIÓN

Retrospección significa “mirar hacia atrás” o a la “inversa”. La retrospección es uno


de los dos ejercicios que recomienda Max Heindel en el “Cristianismo Rosacruz”. Fue dado
por los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz, como uno de los mejores métodos para el
desarrollo de la visión o percepción espiritual. La retrospección causa en la persona un
sentimiento de “Verdad” que está más allá de la razón, a la vez, también desarrolla la
devoción que es otro de los ejercicios que el aspirante espiritual debe practicar.
Como ya hemos visto, el cuerpo de deseos tiene unos centros o chacras, que bien se
pueden llamar los “sentidos” para percibir conscientemente el mundo de deseos. Estos centros
pueden ser despertados pero, dependiendo del método que se utilice así será el resultado.
Cuando un aspirante consigue despertar y poner en movimiento estos centros por los métodos
apropiados, además de por su propio desarrollo espiritual, lo hace de tal manera que esos
vórtices giran en el sentido de las agujas del reloj, consiguiendo así ver los mundos invisibles
cuando y como quiera.
Sin embargo, cuando estos centros se despiertan con drogas, respiraciones rítmicas,
mirando a espejos o cristales, o cualquier otra cosa similar que hoy -ignorantemente-
recomiendan algunas personas, los centros giran en sentido contrario a las agujas del reloj y el
efecto es que hay peligro de terminar en un centro psiquiátrico o incluso en otro sitio peor. En
este último caso, el clarividente ve las imágenes como si fuera en un espejo, o sea, que aunque
se vean, no están ahí e incluso se ven al contrario y son difíciles de interpretar, porque son
más bien un reflejo.
Ya se ha mencionado que el Ser humano que desea alcanzar la clarividencia, puede
practicar algunos ejercicios que le serán muy útiles, estos pueden ser: La concentración, la
retrospección, la observación, la adoración, la devoción y la meditación. Todos ellos
contribuyen al desarrollo interno, y aunque nos pasemos toda la vida haciéndolos sin
desarrollar la clarividencia, podemos tener la seguridad de que hemos hecho un gran trabajo
para la próxima vida y un aumento del poder anímico en ésta. Cuando a través de estos
ejercicios alcanzamos la meta para el desarrollo de esos poderes, nuestra Luz es tan brillante
que atraerá la atención del Maestro y, a partir de ahí, es cuando comenzamos a ser instruidos
por Él, dándonos a cada uno los ejercicios particulares y adecuados que necesitamos según
nuestro propio desarrollo. Todas las persona tenemos una nota-clave y para que esa nota-clave
vibre, debemos hacer lo que el Maestro diga, porque Él ve internamente lo que más
necesitamos y lo que menos peligro tiene para nosotros.

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Naturalmente que cuando hablo de Maestros no me estoy refiriendo a cualquier
persona que se haga llamar así, bien porque sea oriental, o bien porque sea un profesor de un
centro o escuela donde se imparten cursos y conferencias. Los Maestros a los que me refiero
no se dan a conocer como tal nada más que en los planos internos y pasan desapercibidos por
la Tierra -cuando tienen cuerpo físico-. Cuando se aparecen no cabe la menor duda de que son
ellos por la manera en que se comunican con el aspirante, son Seres de muy elevada
espiritualidad que hacen todo con Amor, humildad y sencillez, porque intentan imitar a Cristo
en todos los sentidos. Por lo tanto, todo lo que hacen con sus discípulos queda en los planos
internos y no se exterioriza físicamente como ceremonia ni prácticas de ninguna clase.
Es un vulgar pretexto el que ponen algunas personas para ganar dinero, diciendo que
es para pagar los gastos -y luego ganan tres veces más- o bien dicen que es para los
desplazamientos y comida. Un verdadero Maestro no actúa así, ellos no comercializan sus
enseñanzas sino que lo hacen como servicio altruista y amoroso, por eso es bueno guiarse por
la frase “Por sus hechos les conoceréis”. Los Maestros están a la expectativa para contactar
con quien está preparado, pero mientras el aspirante no prepare ese momento por medio de
estos ejercicios y conocimientos, no podrá enseñarle ni ayudarle a desarrollar la clarividencia.
El aspirante debe trabajar duro y con persistencia -cosa que hoy cuesta mucho- para
espiritualizar los dos éteres superiores del cuerpo vital y así desconectarlos de los otros dos.
Aquí entra y tienen un papel muy importante los ejercicios de Concentración y Retrospección
dados por los Hermanos Mayores de la Fraternidad Rosacruz. Una vez que se consigue esto y
con la ayuda de la observación y el discernimiento, es cuando estamos preparados para recibir
las instrucciones oportunas de un Maestro, y así despertar esa percepción espiritual.
Así es, al fin y al cabo, como ponemos en correcto funcionamiento esos “chacras
astrales”, pero veamos qué papel tiene aquí la retrospección, ya que por el día esos centros
están como adormecidos y solamente se ponen en movimiento normal cuando dormimos y
salimos del cuerpo físico para restaurar los vehículos inferiores. Este método hace que esos
centros se pongan en movimiento estando despiertos, para que así y unido a la concentración,
encontremos el equilibrio y seamos conscientes en el Mundo del Deseo.
Para hacer el ejercicio de la retrospección es muy importante estar relajado, por lo
tanto es conveniente aprender a relajarse o, al menos, hacer algún otro ejercicio de
imaginación o visualización que nos compenetre de armonía y nos equilibre una vez en la
cama y un momento antes de la retrospección.
Esto podría ser algo así: Hay que relajarse todo lo que se pueda, después imaginar o
visualizar el cuerpo vital un poco más grande que el cuerpo físico, lleno de puntitos brillantes
de un color rosado y en los bordes de azul y oro. A continuación, imaginad al cuerpo de
deseos que se expande algo más, cuyos colores preciosos y fuera de lo común, están en
constante movimiento. Por último, intentad sentir y visualizar el cuerpo mental en la parte
superior del cuerpo físico, vibrando con un determinado sonido y relacionándose con los
demás vehículos. Vosotros como Egos, estáis por encima de todos los cuerpos y los manejáis
perfectamente haciendo que haya armonía y equilibrio. Por eso hay que relajar los vehículos,
y sobre todo el cuerpo de deseos, para conseguir que los músculos se suelten y que la sangre
circule con toda libertad y sin obstáculos. En estos momentos es cuando estaréis listos para
hacer la retrospección.
El ejercicio de la retrospección trata de revisar los hechos del día en sentido inverso -
desde que nos acostamos hasta el momento de levantarnos- para revisar nuestras acciones y
pensamientos del día. Por un lado, debemos censurarnos y por otro felicitarnos, dependiendo
de lo que hayamos hecho, pero sobre todo hay que poner un verdadero y profundo
sentimiento de arrepentimiento o contrición.

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Las imágenes deben de ser claras, porque esto también ayuda a practicar el
discernimiento y la imaginación, la concentración es muy importante para estudiar una
determinada actitud, pero también lo es la observación de las imágenes. Todo esto tiene como
base los hechos del día que acaba de terminar y, por eso, es muy importante también la
práctica continua de la observación. Si observamos con atención durante el día, a la hora de la
retrospección recordaremos mejor todos los hechos y actitudes y, además, las imágenes
estarán de acuerdo y en armonía con las del subconsciente mientras transcurre el ejercicio.
Como ya hemos visto en un anterior capítulo, después de la muerte vamos al
purgatorio y a continuación al cielo, para recoger y grabar en la conciencia el fruto de nuestras
acciones, pensamientos y palabras de la anterior vida -excepto cuando hay un arrepentimiento
de corazón y un perdón de los pecados- El fruto del purgatorio viene dado por el hecho de
sufrir “nosotros mismos” el dolor que causamos a otros y, cuando el sufrimiento nos hace
conscientes del mal y nos arrepentimos, se borra el “pecado” y sólo nos queda el recuerdo
grabado en el átomo-simiente. Así en la próxima vida nos hablará como conciencia, para
advertirnos de que no volvamos a caer otra vez en lo mismo.
El ejercicio de la retrospección nos lleva a vivir el purgatorio y el cielo en la misma
vida física, o sea, a sufrir cada día a la hora de acostarnos, el mal que hemos hecho a otros y
sentir toda la felicidad de ese mismo día. De esta manera se vive la experiencia purgatorial y
celeste en la misma vida y así ahorramos tiempo después de la muerte para poder utilizarlo en
otras actividades para nuestro propio progreso y el de la humanidad. Las acciones y
emociones que más hay que examinar son:

1º.- Las que impliquen emociones fuertes como: venganza, temor, cólera, odio, etc.
2º.- Las acciones mediante las cuales intentamos escapar de la realidad y la responsabilidad, o
evadir la experiencia.
3º.- Cuando juzgamos a alguien o cuando manifestamos atracción o repulsión por cualquiera.
4º.- Nuestra actitud hacia el trabajo y otros deberes, como padre, marido, etc.
5º.- Si las palabras que hablamos fueron dichas con verdad o falsamente, si con amor u odio,
si fueron necesarias o no, si pudimos ofender o crear burla, si exageramos o reprimimos,
preguntémonos ¿Hablamos y actuamos en verdad y justamente?
6º.- Cómo actuamos respecto al sexo opuesto, ¿Hubo deseo pasional o sensual? ¿Cómo
miramos al sexo opuesto y qué pensamos?
7º.- ¿Cumplimos nuestros deberes o protestamos y lo hacemos de mal humor? ¿Lo hacemos
con egoísmo o indiferencia?
8º.- ¿Hemos sido bondadosos, comprensivos y tolerantes con los demás?
9º. ¿Comemos para vivir o vivimos para comer y envenenar nuestro cuerpo con cosas nada
puras ni saludables?
10º.- Observar la actitud moral en cada escena que visualizamos.

Estas son algunas de las cosas que debemos mirar, por supuesto que hay muchas más,
pero resumiendo los beneficios de la retrospección, diré que son:

1º.- Relajación del cuerpo físico.


2º.- Desarrollo de un fervor devocional y un reconocimiento intuitivo de la verdad.
3º.- Conocimiento de cómo actúa la Ley de Causa y Efecto.
4º.- Restauración diaria de la armonía en los diferentes cuerpos con más rapidez de lo normal.
5º.- Acortamiento del tiempo que se pasa en el purgatorio y en el cielo.
6º.- Progreso en el desarrollo del carácter.

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7º.- Control mental, lo cual tiene que ser resultado de un esfuerzo disciplinado de trazar los
sucesos del día de una manera amorosa y altruista.

Si alguien se pregunta el porqué del sentido inverso de la retrospección, diré que la


explicación está basada en que desde que hacemos la primera inspiración de aire en el
momento de nacer, hasta que hacemos la última a la hora de la muerte, estamos grabando las
imágenes del mundo físico que nos rodea por medio del aire que respiramos y a través de la
sangre que llega al corazón, así quedan impresas en el átomo-simiente que está ubicado en el
ventrículo izquierdo. Por eso, cuando vemos la película de nuestra vida después de la muerte,
vemos primero los efectos y después las causas que hicimos para que ese sufrimiento o
felicidad se manifestara. Por eso mismo, debemos ver primero los hechos de la noche para
terminar con las de la mañana, de esta forma podremos comprobar muchas veces como una
simple palabra puede causar un efecto muy negativo.
El hecho más importante de la retrospección está en que se debe juzgar la persona
misma de una manera imparcial e impersonal como lo hace la Ley de Causa y Efecto,
debemos ponernos en su puesto, pero ¡Cuidado! un sólo y simple repaso maquinal no nos
beneficia en nada, es el sentimiento o “remordimiento”, de sincero arrepentimiento por lo
cometido, lo que erradica las imágenes del átomo-simiente y lo deja inmaculado. De esta
manera, cuando llegamos después de la muerte al purgatorio, no tendremos materia de deseos
-pecados- de las regiones inferiores del Mundo del Deseo y, por lo tanto, no nos tendremos
que quedar allí.
El valor de la retrospección es enorme, es mucho más beneficioso que cualquier otro
ejercicio porque, no solamente nos evita estar muchos años en el mundo del deseo, sino que
una vez que hacemos el trabajo de restauración y equilibrio de los cuerpos invisibles,
podemos dedicarnos a hacer otras cosas. Con este trabajo incorporamos cada noche un
sentimiento de rectitud en el Espíritu, para así aumentar nuestra conciencia y dirigirnos hacia
una manera de pensar y actuar por encima de la humanidad común.
Alguien dirá “Si yo hago algo malo y me arrepiento en el momento también sirve”,
¿no? No es lo mismo, normalmente no tenemos el suficiente tiempo cuando estas cosas
ocurren como para crear un verdadero sentimiento de arrepentimiento de corazón y, por lo
tanto, los beneficios no son los mismos que cuando los examinamos con tranquilidad por la
noche. Además, tampoco es bueno estar todo el día pendiente y dando vueltas a nuestros
errores para criticarnos, porque así lo único que hacemos es impedir el normal desarrollo de la
vida y de las experiencias, y evitar muchas veces que se cumplan las esperanzas. Por el
contrario, el control de los pensamientos, palabras, acciones y sentimientos, sí deben estar
presente para dominar la naturaleza inferior.
Así podemos ver como eludimos el purgatorio, producimos crecimiento anímico y nos
creamos una nueva forma de pensar y actuar que nos beneficia mucho en nuestra vida
cotidiana. También es importante la retrospección porque expulsamos los sucesos y recuerdos
desagradables de nuestra memoria subconsciente y, así, al quedar borrados los errores,
nuestras auras empiezan a brillar. Me estoy refiriendo más bien al “mal”, puesto que es más
importante, pero no hay que olvidar que después del purgatorio vamos al cielo y, por medio
de la retrospección también podemos evitar pasar tiempo en esos planos, para pasar cuanto
antes a las regiones superiores donde nuestro desarrollo sigue de muy diferente manera. Por lo
tanto, es conveniente que veamos y examinemos también todo lo bueno que hemos hecho y
nos han hecho, para así sentir la felicidad y la dicha.
Hay que evaluar tanto las buenas como las malas acciones para reconocer la intención
que había tras de ellas, alabándose una veces y causando remordimiento en otras, debe haber

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un sentir profundo y una nueva propuesta cada noche para no volver a caer en las mismas
cosas.
Naturalmente esto conduce a un gran cambio progresivo de conciencia, así
aprendemos a ver y pensar con el corazón y a sentir con la mente, esto es “vivir en el
espíritu”, y quien vive en el espíritu trasciende lo material y la carne. El resultado es una
transformación, una regeneración de nuestras vidas para así dedicarnos, por norma, a la vida
superior y no materialista.
Dice el profeta Isaías. “Lavaos, limpiaos, quitad la iniquidad de vuestras obras delante
de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien.... Si vuestros pecados fueren
como la grana, como la nieve serán blanqueados; si fueran rojos como el carmesí, se volverán
como la blanca lana”.

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“La concentración es imprescindible para conseguir
cualquier cosa en la vida”

LA CONCENTRACIÓN

Concentración es “enfocar la mente en un sólo punto”, “dirigir los pensamientos a un


centro para examinarlos en toda su pureza”. Es algo así como potenciar nuestra voluntad para
extraer todo lo posible del objeto de concentración, es lo mismo que cuando concentramos los
rayos del sol con una lupa. Cuando centramos así nuestra mente, aumentamos su poder de
concentración y, cuanto más concentración, mayor poder para no permitir que la mente se
desvíe hacia otras cosas.
La verdadera concentración debe ser tal, que nos absorbamos en el objeto o motivo, de
tal manera que no nos enteremos de cualquier ruido que haya a nuestro alrededor. Esto se
puede empezar a practicar -aunque no es fácil- intentando leer un libro en un lugar donde
haya gente hablando, hay que ser capaces de cerrar los sentidos a todas las influencias
externas, de tal manera que no tengamos conciencia de nada más que de la lectura del libro.
La concentración llega a unir la naturaleza espiritual del hombre con la del objeto o
motivo de concentración, porque la concentración -profundización- va eliminando lo externo
y superfluo, para llegar a lo profundo y verdadero. Con este ejercicio, no solamente
obtenemos poder de concentración, desarrollo de la voluntad, paciencia y persistencia, sino
que además es muy útil para el desarrollo de la clarividencia. Con esta práctica “limitamos el
campo de atención”, para concentrarnos y tener una visión o percepción más clara, y una
conciencia más real del objeto.
Podríamos decir también, que cuando el hombre trabaja internamente con todos los
medios posibles -lo que intento hacer con este libro-, está trabajando de fuera para adentro,
está penetrando en busca de su Espíritu, y cuando llegue a cierto punto, el Espíritu se
manifestará hacia el exterior, mostrando entonces el aspirante un semblante relajado, sereno y
bondadoso.
La concentración hace que el hombre progrese de menos a más, por ejemplo: De un
amor frío o indiferente a un amor simpatizante, de éste a un amor de pareja, de éste otro a un
amor fraternal hacia una persona que apreciamos de corazón y, de éste último, a amar a toda
la humanidad sin distinción de raza, credo, etc. Todo depende del propósito de la
concentración y de la meditación (de la que hablaré en el próximo capítulo)
La concentración nos da la oportunidad de descubrir la parte infinita y espiritual en lo
finito y material, es decir, si no nos dejamos llevar por emociones y sentimientos negativos,
por medio de la concentración podemos ver lo más bello y espiritual de la persona que
queremos observar y, si una vez hecho esto manifestamos Amor, estaremos ejercitándonos
para amar a toda la humanidad puesto que todos somos hermanos.

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La concentración es imprescindible para conseguir cualquier meta en la vida, el éxito
se obtiene por medio de una concentración persistente, lo mismo que obtenemos mayor grado
de comprensión de un libro cuando nos concentramos en su lectura. El dominio de la mente,
los deseos, emociones y acciones por medio del propósito y de la concentración, puede llevar
a cualquier persona a conseguir lo que desea; digo más, el progreso -las invenciones- no
llegaría a ser si no fuera por la concentración de la mente sobre el motivo deseado para extraer
algo nuevo. Todos los filósofos, Escuelas de ocultismo, Maestros espirituales y cualquier
escuela o persona que estudie la evolución del hombre, han observado y pueden observar, lo
beneficiosa que es la concentración. Todos la han utilizado y recomendado como la mejor
manera para sacar más provecho de su estudio y para el desarrollo interno. ¿Qué es la oración
o la repetición de un mantra sino la concentración de la mente sobre unas determinadas
frases? Y sin embargo, eso hace fluir del interior de la persona un sentimiento inexplicable
que llamamos “fraternidad, amor, etc.”
La concentración en “Amor” nos puede hacer olvidar el “odio” hacia otra persona, así,
si nos concentramos en pensamientos y sentimientos positivos, anularemos la envidia, los
celos, la arrogancia, el miedo, etc. Si la persona practica con concentración los ejercicios y
conocimientos de este libro, llegará a cambiar de carácter y de hábitos, luego entonces, hasta
en eso nos puede servir la concentración. Dice Annie Besant, que el estudiante de ocultismo
“Debe empezar a practicar la concentración cultivando un estado ecuánime y sereno en la
mente, y que su vida debe estar limpia y sus pensamientos puros para concentrarse en asuntos
elevados y cultivar la constancia y la devoción... Cuando ha obtenido cierto grado de dominio
mental debe practicar la concentración, algunos minutos a diario, sobre algún motivo
abstracto o elevado objeto de devoción. Se debe dominar la mente hasta conseguir tal
tranquilidad y fijeza que pueda retirar su atención del mundo, del cuerpo y de sus sensaciones,
siempre y cuando quiera, para aplicarla al punto más elevado que se pueda alcanzar”. Por la
concentración de la mente en temas abstractos, podemos descubrir una nueva vida superior a
la que normalmente tenemos, y el que lo haga con motivos de devoción, descubrirá a Dios en
todo y comprenderá que todo está en Dios.
Como todo en la vida, la concentración se debe de comenzar por ejercicios sencillos
sobre las cosas que nos rodean, pero hay un aspecto que sí hay que tener en cuenta siempre, y
es que no hay que ponerse tenso, sino que hay que relajar la mente todo lo que podamos.
“Poned el objeto o la imagen delante de vuestra mente y concentraos de una manera tranquila,
como cuando estáis viendo una película en el cine”; para ver los detalles no es necesario el
esfuerzo mental, también los podemos ver con una mente relajada.
Al principio sólo es necesario practicar cinco minutos diarios, primero observando el
objeto y luego concentrando la mente poco a poco para que sólo exista ese objeto ante
nosotros, el objeto debe ser del mundo en el que está vuestra conciencia Esto se puede hacer
con los ojos cerrados o abiertos, pero no es necesario fruncir el ceño ni poner en tensión los
músculos del cuerpo. La concentración puede practicarse constantemente, pero debe hacerse
sin esfuerzo, de una manera persistente y relajada, deshaciéndose a la vez de las agitaciones
del cuerpo de deseos. Con la práctica, cada vez se necesitan menos minutos para extraer lo
que deseamos o quedar satisfechos del ejercicio; sin embargo, cuanto más adelantamos más
desearemos practicar la concentración sobre otros motivos diferentes.
Cuando la persona que practica la concentración tiene conocimientos esotéricos y sabe
cómo el Ego domina la mente y sus vehículos, ya tiene mucho a su favor, porque lo tendrá
todo más claro, más al alcance de su mano, y además desarrollará una gran confianza propia.
Esto es lo mismo que cuando se nos avería un coche, si tenemos conocimientos mecánicos,
antes averiguaremos cuál es la avería.

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La confianza propia desarrolla o facilita la concentración así como la observación
facilita el desarrollo de la memoria, pero también es cierto que el escepticismo y la
incertidumbre son obstáculos que nos perjudican. La concentración se puede utilizar de dos
maneras en nuestra vida cotidiana y en cualquier sitio:

1ª. Utilizando la mente para pensar en determinadas objetos relacionados entre sí o que
son parte de un mismo aspecto, como por ejemplo, todos los conocimientos esotéricos.
2ª. Concentrándonos en todo lo que hacemos continuamente. Esto es polarizar la
mente por medio de la concentración, es iniciar una tendencia o un hábito que nos puede ser
muy útil en nuestra vida cotidiana.

Pongamos un ejemplo: “Una persona quiere quitarse la costumbre de pensar mal


sobre otra”, entonces, si cada vez que le viene a la cabeza se concentra voluntariamente en esa
persona y lo hace en alguna de sus cualidades o virtudes, estará polarizando su forma de
pensar -su mente- hacia esas cualidades y, a la vez, está abandonando la parte negativa. Este
ejercicio de concentración, unido a un sentimiento de verdadera amistad, puede dar como
resultado una sincera relación de los dos.
Cuando nos concentramos constantemente en lo que hacemos, estamos desarrollando
la voluntad, pero también estamos polarizando las acciones, sentimientos y pensamientos en
una determinada línea de actuación que se relaciona con nuestro propio desarrollo. Por lo
tanto, es conveniente tener claro lo que queremos desarrollar o conseguir, para ir polarizando
nuestra mente hacía ese campo. A la hora de escoger el motivo de concentración, es preferible
hacerlo sobre algo positivo de una persona cualquiera o de nosotros mismos, esto es una
manera de no aumentar el deseo por lo material. Si además, es un ser fuera de lo común -un
ideal elevado- aprovecharemos la concentración para que nazcan sentimientos elevados sobre
la humanidad; es preferible esto que no permitir a la mente deambular de un sitio para otro.
Para que haya triunfo externo tiene que haber trabajo interno, el triunfo se obtiene
dependiendo de lo que se busca y de cómo se busca.
La concentración es la esencia y la base de todo conocimiento, porque si no hay
concentración no hay toma de conciencia. El hombre pierde mucha energía por medio de sus
creaciones mentales innecesarias y absurdas, sin embargo, si concentra su mente en todo lo
que hace, ahorraría energía y sacaría más provecho de las experiencias. El hombre
concentrado comete muchos menos errores que el que no lo es, porque es él mismo quien
actúa, y de la otra forma son sus sentimientos y pensamientos los que obran libremente.
Dicen los yoguis de la India que el yoga sirve para unir al hombre con Dios, bien, pues
la concentración sirve para eso. Es como utilizarla para ir perforando en lo material hasta
descubrir el Espíritu, es controlar los sentidos y la mente, y enfocar la voluntad hacia el
Espíritu.
Hay varios aspectos a tener en cuenta a la hora de practicar la concentrar:

1º.- Controlar la mente para evitar la intromisión de lo externo y así no perjudicarnos en


nuestra búsqueda.
2º.- Absoluta sinceridad en pensamiento, palabra y obra.
3º.- Alcanzar lo más profundo del motivo de concentración.
Si hemos trabajado con los ejercicios y el conocimiento dado, nos habremos dado
cuenta que estamos cambiando interiormente, somos más sensibles a lo espiritual y humano, y
estamos descubriendo un mundo nuevo. Al comenzar la práctica de la concentración, nos
daremos cuenta que algo se revela y hace más difícil este ejercicio porque no admite la

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disciplina mental, aún así, seremos unas personas más relajadas y serenas, llenas de calma,
bienestar y seguridad interna.
Esto es sólo el principio, debemos practicar durante el día los ejercicios que podamos,
porque todos ellos nos llevan a contactar con nuestro Espíritu o, al menos, a ver la vida desde
otro punto de vista. No debe de cesar el anhelo, el esfuerzo ni el ardor, la practica debe de ser
constante; la meditación, la observación, la contemplación, la adoración etc., son pasos hacia
la iluminación del Ser, pero esto no se consigue si no hay voluntad y concentración.
Sabemos que los hábitos se adquieren por medio de la repetición, si queremos crear
hábitos espirituales por medio de la concentración, debemos desarrollar la persistencia y la
paciencia para el desarrollo de los mismos y para destruir los malos hábitos que ya tenemos
adquiridos. Es conveniente elegir unas determinadas horas del día para hacer todos estos
ejercicios y así practicar, siempre que podamos, la concentración. También es conveniente
hacerlo siempre en el mismo sitio, -asiento, habitación, etc.- porque ese hábito nos facilitará
mucho el ejercicio, de hecho, el día que no le hagamos, nos lo recordará el Ego y lo
echaremos de menos.
Hay quien le gusta hacer estos ejercicios con algún motivo alentador de tendencia
espiritual o mística, pero es aconsejable tener en cuenta lo siguiente:

1ª.- No carguéis la habitación de cosas extrañas o raras, tenedla sencilla y con cosas naturales
2º.- Si utilizáis incienso procurar utilizar el que utiliza la iglesia -es una fórmula propia que
tienen desde hace siglos y tiene muy buen efecto- o, si utilizáis otros, procurad que sea el de
Benjuí o Olíbano. Estos inciensos armonizan y equilibran la atmósfera, crean un ambiente
espiritual y devocional y atraen elementales que están en esa misma vibración positiva, por lo
tanto, no ocurre como con los otros inciensos que atraen elementales que estimulan otros
deseos inferiores y poco recomendables.
Los motivos para la concentración pueden ser muchos, algunas personas elegirán
frases abstractas e incomprensibles, otros elegirán una simple palabra u oración cuyo
significado le haga sentir algo bello y espiritual dentro de ellos mismos. Pero de un modo u
otro, al crear un sentimiento o emoción fuerte y, por medio de la repetición, nos
introduciremos en tal y profundo estado de concentración, que adquiriremos el poder de
conectarnos o desconectarnos cuando queramos. De todas formas, es conveniente comenzar
con ejercicios simples, como por ejemplo, concentrarse en una semilla para que por medio de
la imaginación creativa, veamos cómo de esa semilla se forma un árbol que a su vez echa más
semillas, etc.
Este ejercicio es el segundo más importante que enseña la Fraternidad Rosacruz para
que el aspirante al Discipulado llegue a desarrollar la percepción espiritual o clarividencia.
Este ejercicio lleva al aspirante a “obligar al cuerpo de deseos a realizar el mismo trabajo
dentro del cuerpo físico, mientras éste está completamente despierto, positivo y consciente,
como cuando aquél está fuera durante el sueño o en el estado post-morten”.
Como ya vimos cuando hablé de los chacras o vórtices, éstos son una especie de
sentidos para el cuerpo de deseos, como lo son los del cuerpo físico para el mundo físico, pues
bien, la concentración trata de ponerlos en movimiento de una manera consciente. Esos
chacras están en su mayor movimiento después de la muerte y cuando dormimos, y por eso
somos conscientes en el mundo de deseos, pero cuando volvemos a entrar en el cuerpo físico
casi se paralizan y, por lo tanto, perdemos esa conciencia de ese mundo y adquirimos la de
vigilia. Así llegamos a la conclusión, de que la clarividencia se adquiere por medio de
“despertar conscientemente” ese movimiento, pero de tal manera que no haya ningún peligro
para el cuerpo físico.

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MECÁNICA DEL EJERCICIO

Los Hermanos Mayores de la Fraternidad Rosacruz recomiendan hacer éste ejercicio


nada más despertarse por la mañana, para ello, no es necesario hacer ninguna cosa ni
preparación de ninguna clase, más bien al contrario. Si se puede, no hay que moverse para
nada, hay que acomodarse y relajarse. El motivo de hacerlo así es porque el Ego acaba de
entrar en el cuerpo físico -cuando nos despertamos- y se han ralentizado los chacras, sin
embargo, es el mejor momento para hacer contacto consciente con el Mundo del Deseo.
El trabajo principal es relajar el cuerpo físico para que las conexiones entre éste y el de
deseos estén bien sintonizadas y el cuerpo se sienta en el mismo estado que se encontraba
cuando estaba dormido, pero con la diferencia, de que el Ego está dentro y está despierto. Así
es como ponemos en funcionamiento esos vórtices del cuerpo astral.
La concentración debe ser total en este ejercicio, debemos estar totalmente absortos en
el motivo de la concentración y cerrar nuestros sentidos a todo lo del exterior, de esta forma
conectaremos con esos mundos invisibles hasta que llegue el momento en que nos venga el
aspecto espiritual del motivo de concentración. De esta forma, los chacras van haciéndose
fuertes en el cuerpo físico para que, poco a poco y con persistencia, se desarrolle la total
clarividencia.
Los motivos deben ser, siempre que se pueda, de naturaleza elevada, abstracta y de tal
forma que haga a la persona salir de su mundo mental rutinario y le lleve fuera del tiempo y el
espacio. Dice Max Heindel “No hay mejor fórmula que los cinco versículos del Evangelio de
San Juan. Tomándolos como base, sentencia por sentencia y una mañana tras otra, a su debido
tiempo darán al aspirante una percepción admirable del principio de nuestro universo y del
mérito de la creación. Una percepción que está más allá de cuanto podemos aprender en los
libros”
“Después, -sigue aconsejando Max Heindel- de mantener la concentración durante
cinco minutos, es conveniente que expulsemos la imagen o idea sobre la que estamos
concentrados, para dejar la mente en blanco y relajarla, hasta ver si nos viene o penetra algo y
se muestra en ese vacío. Así, cuando se desarrolla el poder de traer a la visión interna alguna
cosa, estaremos capacitados para observar e investigar cualquier cosa de los mundos
invisibles”. Cuando conseguimos esto nuestra aura brilla y atrae la atención de un Maestro,
Éste será quien nos enseñe a funcionar conscientemente y a defendernos de los peligros del
mundo del deseo.
Recordad que a mayor evolución mayor humildad y sencillez en la forma de vida, se
trata de pasar desapercibido y no mostrar lo que somos o tenemos por encima de las personas.
Si alguna vez conseguís esta clarividencia, no lo contéis -es fácil que la perdáis- no la utilicéis
para beneficio propio ni para curiosear en la vida de los demás, solamente debe ser usada para
ayudar a la humanidad y de una manera amorosa y desinteresa. Podréis investigar en los
mundos ocultos, pero procurad que el conocimiento que saquéis sea para darlo como ayuda a
las personas que lo necesiten o lo busquen. Si lo utilizáis para ver los cuerpos invisibles de
alguien, que sea para advertirle de una enfermedad o para ayudarle de cualquier otra forma. El
aspirante debe mirar todo cuanto le ocurre durante la concentración como una cosa sagrada y
debe guardarlo estrictamente para sí mismo”.

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97
“La meditación es un proceso ordenado por medio del cual
el hombre se puede unir a Dios”

LA MEDITACIÓN

La meditación es un método práctico por medio del cual nos ponemos en contacto con
las regiones superiores del Mundo del Pensamiento. Gracias a la meditación, la personalidad
se une a su Yo Superior y éste, desde su propio mundo, influye en los vehículos inferiores de
diferentes formas. Cuando conseguimos esto, podemos darnos cuenta que nuestra conciencia
nos habla de cosas nuevas y nos manda “imágenes” que reflejan los arquetipos de ese mundo,
del cual no muchas personas tienen contacto consciente.
La meditación eleva al hombre más allá del Mundo del Deseo, si en este mundo
practicamos la adoración y la oración por medio de la meditación, nos elevamos a lo abstracto
a través del conocimiento y la comprensión. El místico dice que medita en Dios, pero su
meditación está centrada en el cuerpo de deseos de donde sale su devoción, fervor y oración,
Por el contrario, el ocultista no se centra en su cuerpo de deseos ni en su corazón, sino que por
el conocimiento y la imaginación medita en las regiones de la mente para superar su
naturaleza emocional.
El verdadero ocultista tiene que aprender a sentir y meditar de tal manera que esté
centrado en el corazón y la mente, o sea, pensar con el corazón y sentir con la mente. Es cierto
que se alcanza los mundos espirituales por dos caminos, uno es el camino de la fe -del místico
que no necesita ninguna explicación razonada- y otro es el camino del intelecto, por medio del
cual buscamos lo Divino y espiritual en todas las cosas de una forma razonada y comprensiva.
Está escrito que “En Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”, si nosotros
somos parte de Dios y estamos en Él, tiene que haber algún medio para contactar con Él. Uno
de ellos es la meditación, porque gracias a ella llegamos a unirnos a nuestra alma individual e
inmortal y cuando alcanzamos esto, comprobamos que ya no existe en nosotros el concepto de
un Dios externo. La meditación hace que nuestras creencias sean comprobaciones y que las
teorías sean experiencias probadas. Dice Alice Bailey en La Luz del Alma: “Por medio de la
meditación, desaparece gradualmente lo que oscurece la Luz y, cuando la conciencia se refleja
en la instancia espiritual, entonces se obtiene la percepción del “Yo”. Por lo tanto, podemos
asegurar que la meditación es un proceso ordenado por medio del cual el hombre se puede
unir a Dios, es parte de los métodos naturales que necesita el Ser humano para evolucionar y,
a su vez, es el medio de transformación y reorientación de las fuerzas mental, emocional y
física para revelar al verdadero Yo.
La meditación hace que obtengamos conocimiento espiritual por medio del
conocimiento común y del cuerpo mental, digamos que nuestra mente se expande por medio
del conocimiento y la meditación hasta llegar a obtener Sabiduría. Este es el resultado de la
relación entre la personalidad y el Alma, el Alma tiene directo control sobre el cerebro físico
y así se purifica el cuerpo de deseos y termina por manifestar el amor divino en lo material.

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De esta manera, dos diferentes vehículos se unifican y forman un sólo cuerpo armónico cuya
fuente de energía espiritual es el Yo Superior. Como consecuencia de todo esto, se desarrollan
los poderes del Alma de una manera natural, según el dios interno domina y dirige sus
vehículos.
Con la concentración enfocamos la conciencia sobre un objeto o tema determinado
para aumentar el poder de visualizar correctamente, para practicar la meditación tenemos que
tener en cuenta estos otros aspectos principales:

1º.- Nosotros como pensadores voluntarios (Yo Superior)


2º.- La mente como instrumento que necesitamos utilizar.
3º.- Lo que vamos a meditar
4º.- El impulso o energía que ponemos y que traerá un efecto.

Lo ideal es llevar una vida equilibrada, moral, emocional y mentalmente, porque en la


meditación el instrumento físico que utilizamos es el cerebro, y éste es la avenida del cuerpo
de deseos y del mental, por esto debemos observar y transformar los sentidos inferiores para
equilibrarlos y ponerlos en sintonía con el Yo Superior. Así el sentimiento personal debe ser
desechado para fortalecer y mantener la mente con una firme voluntad en la Luz de la verdad
que ya comenzamos a percibir.
Para practicar la meditación es necesario tener un gran anhelo de superación espiritual,
pero no es necesario pensar que para meditar se necesita algo especial, pues no es así. Todos
tenemos muchos conocimientos y experiencias guardadas en el subconsciente y por medio de
la meditación nos sorprenderemos por los descubrimientos que se pueden hacer, de las
facultades que se pueden desarrollar y de la percepción que podemos adquirir; aunque, eso sí,
debe haber persistencia, sobre todo al principio.
A la meditación se la llama “el camino soberano de la unión” o “ciencia de la
coordinación”, porque con ella aprendemos a coordinar las diferentes naturalezas hasta llegar
a la “unificación” del Yo Superior. Para llegar a esto, hay que tener presente que deberíamos
tener una vida consagrada a estos ejercicios, de tal manera que el pensador o Yo Superior,
organice su vida desde el punto de vista “práctico” de la concentración y la meditación y,
sobre todo, para no permitir a la mente divagar, dejarse llevar por otros pensamientos ajenos,
y menos aún por el cuerpo de deseos.
El aspirante debe practicar la concentración y la meditación en todas sus actividades
diarias hasta el punto de poder centrar o retirar su mente de forma voluntaria de cualquier
objeto que desee. Por medio de la meditación, la mente está controlada por el Yo Superior, no
dando opción a que la mente se ponga en contra de nuestra voluntad, se adquiere el poder de
pensar más claramente, porque además de grabar las experiencias normales en el cerebro y
subconsciente, grabamos lo que recibimos de los mundos elevados y nos hacemos
coordinadores. La parte emocional y de deseos del hombre también queda controlada y no
entorpece el desarrollo interno, además de adquirir intuición y capacidad para pensar.
Cuando aquietamos y controlamos los sentidos también se ponen en actividad los
centros de la cabeza -cuerpo pituitario y la glándula pineal- y con el tiempo establecemos un
puente magnético que nos puede traer la iluminación. Todo esto es fruto de tener dominada la
mente y de una vida disciplinada en los ejercicios de concentración y meditación.
Hay muchas personas que son poco mentales y se cansan rápidamente de hacer estos
ejercicios, así no conseguirán nada más que dejarse llevar por la corriente de las
circunstancias, sin aprovechar apenas las experiencias. Para meditar a diario hay que fijarse

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un determinado lugar y horario, para empezar con sólo quince minutos es suficiente ¿Quién
no tiene esos pocos minutos libres?
Estos ejercicios dan más resultado cuando lo hacemos por la mañana cuando venimos
del Mundo del Deseo porque no estamos cansados por las actividades del día y la mente es
más fácilmente manejable. Si comenzamos el día con un ejercicio espiritual o devocional,
tendremos sus buenos efectos durante todo ese día y además estaremos formando un buen
hábito.
La imaginación y la visualización tienen un papel importante en la meditación porque
son las causas subjetivas de muchos de nuestros efectos objetivos, esta práctica nos lleva a
acelerar la manifestación del ideal que queremos formar. Cuando por la meditación
visualizamos determinada forma espiritual, atraemos cierta vibración de materia mental que
está de acuerdo con el motivo de la visualización, y así le damos vida en nosotros mismos.
Voy a dar a continuación un ejercicio dado por Alice Bailey que creo que es muy
interesante y que, como dice ella, ha demostrado su efectividad con muchas personas.

1º.- Hay que lograr la mayor comodidad física posible.


2º.- Visualizar el triple yo inferior -físico, emocional y mental-
A: En contacto con el Yo Superior
B: Como canal de la energía del Yo Superior que por la mente llega al cerebro
para controlar el cuerpo físico.
3º.- Hay que concentrarse definida y voluntariamente para mantener la mente fija en
ciertas palabras para aclarar su significado en la conciencia.
4º.- Pronunciar con la atención enfocada las siguientes palabras: “Más radiante que el Sol,
más puro que la nieve, más sutil que el éter, es el Yo, el Espíritu que reside en mí; Yo soy
Ese Yo. Ese Yo soy Yo”
5º.- Concentrarse sobre las palabras “Dios tú me ves” (No debe permitirse a la mente
vacilar cuando se concentra en la significación)
6º.- Se termina diciendo la afirmación final: “Hay una paz que a toda comprensión trasciende;
reside en el corazón de quienes viven en lo Eterno. Hay un poder que todas las cosas renueva;
es el que vive y se mueve en quienes saben que el Yo es uno.”

Aunque parece ser que es una meditación para principiantes, también es cierto que
debe dar unos buenos resultados, pero hay que tener en cuenta dos cosas en cualquier la
meditación:

1ª.- Que este proceso no debe ser un trabajo frío y rutinario


2ª.- Que la mente debe estar “activa y ocupada con las ideas” y no en el esfuerzo por estar
concentrado.

También hay que tener en cuenta que como la meditación está basada en un objeto o
motivo, es conveniente definir alguna línea de actuación, esta puede ser:

1ª.- Meditar sobre la naturaleza de la forma.


2º.- Sobre la cualidad.
3º.- Sobre el propósito
4º. Sobre la vida que anima esa determinada forma.

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La meditación es un acto creativo de uno mismo, porque con la ayuda de la
concentración hacemos que salga al exterior el Yo Superior. La persona que no tiene
concentración ni medita, tiene poco dominio sobre sí mismo, y por lo tanto se deja llevar por
las circunstancias de la vida y por su cuerpo de deseos. Quien tiene capacidad de
concentración y quien medita, comprende y lleva a la práctica los más elevados conceptos de
la vida, porque por medio de meditar sobre ellos alcanza un alto nivel de comprensión.
Hay que tener claro que la meditación no es atraer algo a nosotros, sino elevarlo para
alcanzar el pensamiento y el sentimiento más claro sobre ese motivo desde el punto de vista
espiritual. Es decir, que es más provechosa cuando la hacemos sobre los asuntos de la vida,
para así corregir y enriquecernos con el fruto de la misma y añadir nuevas propuestas más
elevadas para el futuro.
Meditar es “obstruir las actividades exteriores y mantener el pleno fluir de la energía
consciente”. Para conseguir esto debemos dejar de enfocar nuestra atención en el cuerpo
físico, y olvidar -durante la meditación- todos los problemas y cosas que nos puedan
entorpecer emocionalmente. A la vez, debemos elevar la conciencia hacia lo sutil y abstracto,
para que las ideas y sentimientos elevados ocupen nuestra mente siempre que podamos, de
esta forma podemos hacer que:

1º. Podamos captar algo elevado de los mundos superiores.


2º. Que nos elevemos en alas de la aspiración, hasta llegar al reino de lo Divino y desarrollar
el carácter en sentido positivo, y fijar en él las cualidades o virtudes que deseamos.

Dice E. Wood en uno de sus libros prácticos que “Si una persona no se quiere
complicar en la meditación, medite en su ser interior”. Este es un buen principio para llegar a
desarrollar esa frase tan conocida en el mundo del ocultismo que dice: “Hombre conócete a ti
mismo”. Para conseguirlo, debemos profundizar tanto en ese ser interior, que nos debemos
olvidar totalmente de nuestro cuerpo físico y mejorar y transformar la forma de la mente.
Primero hay que dar la forma, y después ocuparnos del crecimiento para así tener verdadero
poder y libertad para acabar con lo inferior y poder desarrollar el amor.
Debemos ser francos con nosotros mismos y definir muy claramente nuestros
propósitos, para así poder fijar los medios que necesitamos para alcanzar la meta fijada. Si
aún somos muy materialistas e interesados, debemos trabajar sobre esa faceta y reconocer que
es así, para ir directamente hacia ella y transmutarla. Recordar que la eficacia de la meditación
no se obtiene cuando hay división de opiniones en nosotros mismos, ni conflictos con los
deseos, sino cuando alcanzamos la paz interna.
Si queremos conocernos a nosotros mismos por medio de la concentración,
deberíamos comenzar por meditar en nuestros propios cuerpos. Por ejemplo, podemos meditar
en esta frase: “Yo no soy ello”, o sea, meditar por qué nosotros no somos el cuerpo físico, el
emocional y el mental, con esto veremos que no somos nuestras emociones, pensamientos, ni
hábitos, sino que son nuestros cuerpos y su manifestación. A continuación deberíamos
meditar en la frase: “Yo no soy tú” viendo que la manifestación en sentimientos, deseos,
costumbres, etc., forman lo que podría ser una personalidad, y así entender que ese “yo”
tampoco somos nosotros mismos, porque nosotros les podemos usar y cambiar como ocurre
con los cuerpos. Por último, nosotros como conciencia, nos identificamos con el verdadero
Yo, y es entonces cuando decimos: “Yo soy Yo”, porque esa conciencia somos nosotros
mismos y no nos podemos cambiar, alterar ni reducir. Para conseguirlo, es imprescindible
utilizar la voluntad para discernir y percibir la naturaleza interior de las cosas, esta práctica se

101
debería fomentar a todas nuestras actividades diarias para aumentar el poder de la voluntad,
del amor y del pensamiento.
Tanto para la concentración como para la meditación, es imprescindible que tengamos
la mente bajo el control de nuestra voluntad, para que no se desboque y ande de un lado para
otro, si la dejamos actuar a su antojo, poco provecho conseguiremos de ella. El mundo ha
llegado a ser lo que es, gracias al dominio mental que algunas personas hicieron para así
conseguir cierto progreso en los muchos aspectos de la vida, por lo tanto, bueno es que
empecemos a hacer que la mente se vuelva hacia el interior y que no se pierda por el exterior.
Hay algunas cosas que el aspirante debe tener en cuenta en la meditación. Como ya he
dicho, dependiendo de lo que meditemos así estimularemos el cuerpo de deseos, por lo tanto
hay que tener mucho cuidado con lo que elegimos para meditar. No es conveniente elegir
cosas que nos exciten, de alegría, llanto, tristeza, etc., la meditación debe ser serena y
relajada, y para ello hay que saber con qué tipo de energía estamos trabajando. Otra cosa sería
estar atento a lo que meditamos, imaginamos o visualizamos para no dejarnos llevar por esas
imágenes y para grabar correctamente en el cerebro el resultado de la misma.
Más adelante estudiaremos un ejercicio en el cual juega un papel muy importante la
visualización, como ejemplo pondremos a Cristo, pero ahora veremos algo al respecto.
Cuando una persona se pone a meditar sobre un personaje elevado, místico o cualquier otro
similar, debe tener cuidado con lo que visualiza para no dejarse llevar por el personaje mismo
como si verdaderamente le hablara. Hay que tener en cuenta que estamos trabajando en la
región etérica del mundo físico y no en la región de los arquetipos del mundo mental, que es
donde verdaderamente están estos seres espirituales, por lo tanto esas imágenes son
creaciones nuestras. Sin embargo, es cierto que se nos puede presentar alguna imagen de ese
mismo ser, creadas y mantenidas vivas por las mentes de otras muchas personas; en este caso,
vendrían gracias al principio de polaridad.
Algunas personas escriben sobre hechos que en estos ejercicios les ocurren o ven, para
contarlas como algo muy especial, otros van más allá y escriben libros y dan conferencias,
diciendo los maravillosos contactos que tienen con maestros y llegan incluso a mostrar cierto
orgullo y complejo de superioridad. Esto no puede ser cierto, cuando un Maestro enseña a un
elegido es porque está preparado y no cabe en él el más mínimo orgullo ni nada parecido,
pero además, está lo suficientemente preparado como para no contar nada, ya que es uno de
sus deberes como discípulo.
Otros casos en los que no hay que fiarse ni tomárselos muy en serio, es cuando una
persona recibe un mensaje en la meditación a modo de inspiración o por cualquier otro medio.
Hay que meditar mucho sobre lo que significa ese mensaje y para qué sirve -si es que sirve
para algo útil -, estos suelen ser catastrofistas, para decir algo sobre alguien, o para crear
orgullo o engañar a la persona que lo recibe. Es muy conveniente meditar sobre estos
resultados, los Maestros tienen un trabajo relacionado con toda la humanidad en común, y no
pierden el tiempo en hacer algo en sentido personal, luego entonces, no pueden ser ellos, pero
además, un Maestro no diría las cosas que normalmente cuentan estos supuestos contactados.
Sobre los Ángeles casi no merece la pena decir nada, quien sepa verdaderamente
quiénes son los Ángeles, comprenderá que un Ángel no puede tener un contacto con un
cuerpo físico, ni mucho menos coger a un Ser humano como instrumento para enseñarle o
inducirle para que haga determinadas cosas. Los Ángeles están por encima de la humanidad y
su labor con nosotros no es esa, porque para eso están los Hermanos Mayores y Maestros de
diferentes grados de iniciación.
Algunas personas llegan a contactar con el Mundo del Deseo o con el mental, pero al
fin y al cabo, es lo mismo para lo que se refiere a los contactos o aún peor, porque pueden

102
contactar con arquetipos o imágenes creados por otros y que se han hecho muy fuertes y
poderosas a través de los años y siglos. Estos arquetipos o imágenes les pueden dar mensajes
bonitos, pero si se meditan y se tiene un conocimiento serio sobre todas estas materias, se
puede comprobar que tienen muy poca credibilidad. Otros sacan de sus subconscientes, toda
una serie de grabaciones que ellos mismos hicieron hace años, y de esta forma también puede
sentirse engañados.
Resumiendo, muchas personas se pueden engañar a sí mismos por medio de la
meditación visualizada y concentrada, pero además, y esto es lo peor de todo, es que luego
engañan a otros -ignorantemente- por medio de sus escritos, conferencias, etc. Esos, al fin y al
cabo, tienen disculpa, pero cuando quienes escriben saben -que los ha habido, hay y habrá-
que no existe ningún contacto sino que todo es fruto de su imaginación creativa, esos quizás
no sepan el mal que están haciendo y el karma que se están creando.
Naturalmente que, como todos estamos evolucionando por muy diferentes caminos,
necesitamos de todos los medios a nuestro alcance, por lo tanto, habrá personas que les sea
útil todos estos mensajes, y por medio de ellos cambien su carácter y se hagan mejores
personas pero, ¿Qué necesidad hay de dejarnos llevar por fantasías o cosas poco serias de
unos supuestos contactados, clarividentes y personas similares? Estas cosas tienen su utilidad
si solamente cogemos -por medio de la meditación y un razonamiento lógico- la parte útil
que nos puede ayudar en nuestro desarrollo interno, de lo demás debemos pasar totalmente
¿Por qué creernos que una determinada persona ha contactado con un extraterrestre, Ángel o
Maestro que le dicta todas esas cosas -a veces absurdas- para formar una agrupación de
elegidos o para fomentar una supuesta misión en la tierra? ¿No tienen otros medios? Ya son
muchos los casos (y abusos) que ha habido, donde las personas han puesto sus ilusiones y
dinero para que, al cabo de pocos años, esa agrupación de elegidos y contactados desaparezca.
Tengo que decir que estos ejercicios mentales pueden hacer que un día cualquiera,
determinada persona pueda recibir una enseñanza o profecía totalmente seria y verdadera,
pero eso no ocurre tanto como dicen muchas personas que les pasa a ellas, además, suelen
diferenciarse bastante de todo lo mencionado anteriormente.
Según Alice Bailey, hay otros peligros que pueden surgir por medio de la meditación,
aconseja que si surgen problemas de insomnio, nervios, dolor en la cabeza, sensación de
plenitud o vibraciones que molestan en la cabeza etc., debería abandonarse temporalmente la
meditación para luego comenzar por practicarla no más de quince minutos diarios. Otras
personas - ocurre más en las mujeres- sienten ansiedad, irritabilidad o ganas de llorar, esto es
por su naturaleza emocional; hay otros casos que pueden traer más problemas, pero he de
dejar bien claro que nunca se debe meditar sobre temas relacionados con el sexo, ni nada que
nos pueda llevar a actuar de una manera inmoral o en contra de las leyes sociales.
Por último, aconsejo no meditar en la parte inferior del cuerpo, plexo solar y órganos
sexuales, estos centros son más peligrosos de lo que muchos piensan. Es preferible meditar
sobre cosas abstractas para elevarnos a la cabeza, o sobre cosas relacionadas con el Amor
místico, el altruismo, la sabiduría, el servicio o una simple oración; aunque parezca que no, el
trabajo interno siempre será más provechoso.
Hablando de oraciones, voy a recomendar una oración para que meditéis sobre ella -
además de repetirla a menudo- intentad meditar sobre el significado de cada una de sus frases,
y preguntaros: ¿Lo llevo a la práctica? ¿Cuántas veces? ¿Cómo y con qué sentimiento lo
hago? ¿Lo puedo practicar constantemente? ¿Qué beneficio puedo hacer con ello a otros? etc.
Esta es una oración muy bonita en su verdadero significado y nos puede ser muy útil para
nuestro desarrollo espiritual.

103
¡Dios mío!
“Ayúdame a servir a los demás,
y a ver el bien en todo mal;
para hacer todo con Amor,
y ser tu instrumento de Paz”
¡A Tus pies me arrodillo para hacer Tu voluntad!

MEDITACIÓN

“Explicaré un ejercicio de meditación algo abstracto para que tengáis tiempo


suficiente como para olvidaros totalmente del mundo externo.
Comenzad por meditad sobre la materia de la que está hecho vuestro cuerpo físico,
esta materia es una de las muchas modalidades o estados en que se manifiesta la materia
etérica o primordial. Imaginad como esta materia se descompone hasta llegar a sus elementos
originales, hasta llegar a ser un tipo de energía de una determinada vibración -de acuerdo a
vuestra evolución-, esto lo debéis hacer intentando tener vuestra conciencia fuera del cuerpo
físico, en la cabeza.
Observad cómo las células son el resultado de otras combinaciones hasta llegar a los
electrones que giran alrededor de un núcleo central a modo de sistema solar. Una vez aquí,
podéis ver y comprender que en realidad todo es energía, lo visible y lo invisible proceden de
un mismo “Todo” o Principio, y se manifiesta en diferentes estados de conciencia, vida y
materia.
Si todo procede de ese Todo manifestado y en ese Todo visible e invisible se muestra
inteligencia y vida, -el sistema solar, el cuerpo físico, etc.- significa que vuestro cuerpo físico
es parte de la materia de ese Todo manifestado, así como vuestra vida debe ser vida de esa
Vida manifestada que hace que todo en el Universo se mueva. Si todo se mueve como
dirigido y controlado por una inteligencia, significa que esa inteligencia es Todo y, si vosotros
sois inteligentes, significa que habéis adquirido el conocimiento de esa Inteligencia, pero
además, si hacéis esto, es porque tenéis voluntad de aprender y experimentar. Esto significa
que tiene que haber una Voluntad Universal que ha creado todo lo que vemos y que no
vemos, y si hay una Voluntad, tiene que haber Algo que no sabemos Quién o Qué es, pero
que “Es”. Por lo tanto, eso es la fuente de donde nace la manifestación para que haya
actividad, así es que, vosotros tenéis que ser parte de Él o Ello, porque tenéis en vosotros
mismos todo lo que Él tiene o manifiesta.
Esto es sólo una pequeña base para que empecéis a meditar, con la práctica, podréis
estar hasta varias horas, porque este tema es inmenso y abstracto y por su medio podéis elevar
la conciencia, quien le guste podrá disfrutar con él y además profundizar mucho más en todo
lo mencionado. Espero que así sea.

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105
“La observación favorece el desarrollo de
la voluntad, la meditación y el discernimiento”

LA OBSERVACIÓN

La observación trata de que la persona enfoque la mente en todo lo que le rodea, es


como si la persona misma se expandiera hasta contactar con esos objetos o personas que se
encuentran cerca de él en todo momento. Una vez hecho esto, puede estudiar con detalle los
objetos y las circunstancias.
Normalmente, las personas vamos por el mundo “mirando sin ver” y “oyendo sin
escuchar”, pasamos por el mundo sin apercibirnos de todo lo que nos rodea y ocurre a nuestro
alrededor, es como si nuestra vista se perdiera en ningún sitio. Sin embargo, cuando actuamos
como observadores a través de una lupa, nos favorece para el desarrollo de la meditación,
concentración, voluntad, discernimiento y para grabar en el subconsciente todo lo que vemos;
así aumentamos también el poder de la propia memoria.
La observación es imprescindible para la comprensión de las cosas y para que queden
impresas en la conciencia, también podemos decir que, según el grado de observación sobre
las cosas, así será el grado de grabación o memorización en el subconsciente.
Normalmente podemos llevar a la práctica dos clases de observación, una, la del
mundo exterior que nos rodea y, otra, la del mundo interno; una la podemos practicar mientras
estamos activos y otra mientras estamos descansando sin nada que hacer. Dentro de estas dos
formas de observación es conveniente que sean voluntarias y no involuntarias y sin atención,
porque esas sirven para muy poco.
Cuando observamos con atención el mundo que nos rodea, se nos despierta el interés
por muchas de las cosas que vemos, este interés le podemos utilizar a la vez, para sacar
provecho por medio de la meditación y el discernimiento. Por ejemplo, si observamos como
dos personas discuten porque uno le ha empujado a otro sin querer y comenzamos a meditar a
partir de la observación desde el principio de los hechos, aprenderemos principalmente dos
cosas: 1ª. Que lo podían haber evitado por medio del diálogo, la comprensión y la tolerancia,
y 2ª. Que aprendemos la lección para que, cuando nos ocurra a nosotros, no reaccionemos así.
Por lo tanto, es conveniente observar con interés y atención.
La observación también desarrolla el interés y la memoria, y de esto nos podemos dar
cuenta porque cuando somos viejos ya no prestamos la misma atención, -no observamos el
mundo que nos rodea y parece como si perdiéramos facultades mentales-. Es muy
conveniente ejercitar la observación, pero teniendo siempre claro que no debemos tener la
atención puesta en varios sitios a la vez. Hay quien opina que para mejor provecho de la
observación, deberíamos observar tan profundamente que nos tendríamos que olvidar de
nosotros mismos.

106
Para ver si nuestra observación va en aumento, coged un objeto que tenga muchos
detalles y observadlo durante un minuto, luego, anotar todos los detalles que hayáis visto, al
siguiente día, coged el mismo objeto y haced lo mismo, comprobaréis que cada día vais
viendo más detalles. Esto también se puede hacer en el interior de una casa, con un paisaje,
etc. Por medio de la observación alimentamos la mente y obtenemos el beneficio de la
disciplina.
La observación lleva a la obtención de las facultades cognoscitivas por medio de los
sentidos, la impresión mental resulta de la observación consciente de las cosas. Una de las
cosas que hay que tener en cuenta en la observación, es que no hay que hacerlo en conjunto,
sino por detalles, por ejemplo: forma, color, tamaño, con qué se relaciona, qué nos recuerda,
de qué está hecho, etc.
La observación es el empleo de los sentidos como medio de obtener información del
mundo que nos rodea, por eso es muy importante que observemos todo lo que vemos y lo que
nos ocurre sin perder el menor detalle. El motivo principal es porque haciéndolo así, las
grabaciones de la memoria consciente serán iguales que los recuerdos que se graban
automáticamente en el subconsciente; esto es una manera de mantener un equilibrio armónico
en nuestro aspecto mental y sentimental. Este ejercicio también se relaciona con la vida que
tenemos en el purgatorio después de la muerte.

107
“El discernimiento es la facultad que nos permite
distinguir entre lo verdadero y lo falso”

EL DISCERNIMIENTO

El discernimiento también tiene mucha importancia en el desarrollo interno y


espiritual del Ser humano, es un complemento de la observación, ya que primero tenemos que
aprender a observar para luego poder sacar conclusiones lógicas y razonadas. El
discernimiento es la facultad que nos permite discernir entre lo verdadero y lo falso, entre lo
esencial e importante y lo efímero e insignificante, separando así la realidad de lo falso e
ilusorio.
Ya hemos expuesto muchos razonamientos que nos pueden servir como ejemplo de lo
que es el discernimiento. Cuando queramos practicar este ejercicio de una manera sencilla, no
tenemos que hacer nada más que analizar los mismos hechos de la vida, lo que hacemos y lo
que decimos, porque la misma vida cotidiana nos brinda muchas oportunidades para discernir
entre lo verdadero y lo falso.
Pongamos unos ejemplos simples. Si nos recomiendan un libro en el cual hablan de
que los Ángeles vienen en naves espaciales para hacer no sé qué cosa al Ser humano, gracias
al discernimiento y al conocimiento esotérico, podemos llegar a la conclusión de que si no
tienen cuerpo físico para qué necesitan una nave. Estamos acostumbrados a decir que nosotros
somos el cuerpo físico, gracias al discernimiento nos daremos cuenta que el cuerpo es una
cosa, las emociones otra y la mente otra. Quiero decir que el discernimiento es el resultado de
la utilización de la mente por el Ego, -en su propio plano- para ver y analizar un hecho o
situación, y sacar unas conclusiones lógicas y razonadas por medio del conocimiento que
tenemos, tanto consciente como del que nos pueda venir en forma de intuición o del
subconsciente.
La lógica es el mejor instructor que tenemos y por eso, cuando hemos aprendido a
observar con toda claridad, podemos empezar a practicar el discernimiento en todo lo que nos
rodea para cultivar las facultades razonadoras y sacar conclusiones de los actos. El
discernimiento es la base para que se forme el Alma intelectual y éste es uno de los primeros
pasos que necesitamos para dirigirnos a la vida superior.
El discernimiento se basa en el agrupamiento de una serie de acontecimientos, cuando
reunimos una serie de hechos que han tenido que ver con determinada circunstancia, es
cuando podemos discernir para sacar conclusiones lógicas y razonadas. No se trata de agrupar
para criticar y juzgar a nadie, sino que se debe hacer para sacar conclusiones, para ver lo
verdadero y lo falso desde el punto de vista del Espíritu -según el desarrollo de cada uno- Si
para hacer esto tenemos que hacer críticas sobre alguien -cosa que se puede evitar- no interesa
discernir sobre ese hecho. Las críticas deben ser siempre constructivas, deben señalar o

108
indicar lo positivo y las mejores soluciones para arreglar una situación; la crítica es
destructiva como un huracán y no ayuda, sino que entorpece y crea mucho mal en todos los
mundos. La crítica y el juicio deben ser hechos siempre con ánimo de ayudar a la persona a
salir de ese mal o situación, y no para empeorarle moral y espiritualmente. Cuando señalemos
una falta, que sea para decir cómo se puede superar. En la pequeña oración que he escrito
anteriormente y que recomiendo practicar a menudo, digo: “Ayúdame a servir... Y a ver el
bien en todo mal”, éste es un buen ejemplo de discernimiento, ¿Cómo puede haber bien en lo
que aparentemente es malo? Sí, lo hay, porque el mal es un bien en formación y si sabemos
discernir, lo encontraremos.
De esta forma vemos, que después de la concentración, (donde desarrollamos la
voluntad y el poder de la mente), y después de practicar la meditación para profundizar en el
motivo u objeto y contactar con lo verdadero que hay de ello, debemos practicar la
observación y el discernimiento. Los dos primeros ejercicios son más bien de trabajo interno,
y la observación y el discernimiento son para analizar y sacar conclusiones, son ejercicios
externos, éstas son herramientas que facilitamos al Ego para acelerar así su desarrollo y
evolución.

109
“La contemplación
lleva a la unión con el Alma Universal”

LA CONTEMPLACIÓN

Este ejercicio se debe practicar después de haber adquirido cierto desenvolvimiento,


porque de otra manera no obtendremos resultados. Naturalmente y aunque sea así, nos ayuda
en la concentración y en el desarrollo de la voluntad. En la contemplación no es necesario
hacer nada de las cosas que hacemos con los otros ejercicios, no es necesario meditar,
imaginar o visualizar, sino que lo único que debemos hacer es contemplar el motivo u objeto
que hayamos elegido.
En la contemplación es el Ego quien tiene el papel principal, cuando contemplamos,
cesamos todas las actividades externas y el Ego se pone en contacto con la personalidad para
centrarse en el motivo de la contemplación y registrar lo que emana de ése fenómeno
espiritual que se esconde detrás de lo material. Este ejercicio es un proceso de unión de lo
transcendente con lo intranscendente, es una manera de entrar en el reino del alma para
comprobar la verdad, es una manera de percibir en el cerebro físico lo que el Alma percibe.
Con lo único que se trabaja en la contemplación es con la concentración de la mente.
Se trata de fijar o concentrar nuestra atención sobre un objeto, pero con la intención de ver su
aspecto o parte espiritual y etérica. He dicho que no es necesario que meditemos, pero
tampoco digo que no se haga, porque la meditación nos puede ser de ayuda para llegar a esa
parte espiritual. Sin embargo, la meditación debe ser a modo de introducción a la
contemplación, o sea, que meditemos un corto tiempo y sin poner mucho esfuerzo para que
sea superficial. Cuando comprendamos que por la meditación nos hemos acercado a la parte
espiritual, entonces debemos dejar la meditación y practicar la contemplación.
La contemplación es una etapa superior de la mente, ya que con ella penetramos a
través de la forma y contactamos con el espíritu que está en los mundos espirituales.
Pongamos un ejemplo: Una persona que sea muy devota elegirá una imagen que le despierte
los mejores sentimientos espirituales como motivo para la contemplación, entonces se pondrá
a contemplar la imagen con devoción, adoración y todos los mejores sentimientos, hasta llegar
al más completo olvido de sí mismo. Intentará penetrar esa imagen hasta encontrar algo nuevo
y vivo, y cuando lo encuentre sentirá una especie de éxtasis espiritual.
Esta sería aproximadamente la contemplación de un motivo de devoción o de una
persona de tendencia mística. Como es lógico, la contemplación tiene muchos motivos para
practicar, dependiendo si la persona es de tendencia religiosa o intelectual, pero de una forma
u otra, hay que tener siempre en cuenta estas cosas:

110
1ª. Que no debemos dejar de enfocar la atención sobre el motivo hasta olvidarnos del cuerpo
físico y de todo cuanto nos rodea
2ª. Que la mente debe estar activa y expectante continuamente y no dejarla decaer hacia cierto
grado de pasividad.

Para esto es bueno hacernos a la idea de que tenemos que concentrar y alcanzar un
punto muy profundo en ese motivo de contemplación, esta idea debe estar muy clara.
Si no hay actividad e intención de “profundizar hasta encontrar” mientras
contemplamos, no conseguiremos mucho. Se trata de elegir un motivo, y por medio de todo lo
que le rodea y se relaciona con él, llegar a su principio mismo de manifestación. Cuando nos
hemos servido de todos los elementos de la misma naturaleza que el motivo tiene para llegar a
lo más profundo del mismo, lo dejamos e intentamos llegar al verdadero arquetipo que se
encuentra en las regiones superiores del mundo del pensamiento. Dicho de otra forma, cuando
la atención ha abandonado todos los elementos complementarios, la mente se mueve con todo
su poder, como si no existiera otra cosa que ella misma, en dirección al Espíritu interno de lo
que hayamos elegido.
Si continuáramos con el ejemplo anterior, diríamos que, cuando el devoto se vale de
imágenes o del conocimiento que tiene sobre un determinado personaje místico, y llega a
profundizar tanto en la vida de ese personaje que ya no puede continuar profundizando más,
entonces, es cuando debe centrar su voluntad de contemplar en la imagen y no pensar en nada
más, sólo debe contemplar y esperar. A partir de ahí y con la práctica, será cuando aparezca la
parte espiritual que está más allá de la mera imagen material.
Hay ocultistas que aconsejan que la contemplación se practique de tal manera, que la
persona no se sienta separada del motivo para que no haya sentimiento de separatividad y de
relación entre el motivo y la persona. Esto es difícil, pero no imposible, porque debemos
identificarnos de tal manera con el motivo, que debemos olvidarnos de que existimos y de que
estamos separados de ese motivo de contemplación; así nos introduciremos y seremos uno
con su naturaleza abstracta o arquetípica.
Hay quien ha comparado este ejercicio con nuestra actitud cuando en la oscuridad o en
un día de niebla, esforzamos nuestra vista para penetrar y conseguir ver lo que nos oculta.
Cada persona meditará en lo que más le plazca, pero hay que tener presente siempre que hay
que agotar las posibilidades hasta llegar al principio. Cuando contemplamos un ser viviente,
es bueno que comencemos por ver su naturaleza física, que luego pasemos a su aspecto
emocional, y -si es una persona- por último, veamos su aspecto mental, así llegaremos al
límite y nos quedaremos absortos contemplando su naturaleza interna para ver si se nos
aparece su Espíritu. Pero cuando es un ser que nos causa devoción, entonces no debemos
reprimir esos sentimientos, sino que, al contrario, debemos manifestarlos hacia ella.
Pongamos otro ejemplo: Decidimos contemplar la imagen de Cristo, primero nos
valemos del conocimiento amoroso y espiritual que tenemos sobre Él para manifestar todo lo
mejor que tenemos, y luego nos unimos a Él e intentamos penetrar en Su naturaleza interna,
así podremos sentir lo que creemos que Él sentía y pensar lo que Él pensaba. Cuando dejamos
eso a un lado, nos encontramos con que no podemos continuar, y entonces tenemos dos
salidas, 1ª.- Contemplamos la imagen sin pensar en nada más hasta ver si se nos presenta algo
de su naturaleza interna. 2ª.- Llegamos a comprender que es Dios, e intentamos verle como un
Ser Supremo.
Si contemplamos un objeto, también nos podemos valer de ciertos aspectos de su
naturaleza para llegar a su interior, pero no podemos hacer mucho más, sólo esperar a que su

111
Espíritu nos hable, naturalmente, repito, hay que estar con la mente activa y alerta, entonces
es posible que esa forma material desaparezca y se nos muestre en su forma de vida.
Cuando un aspirante ha trabajado con la concentración y la meditación y llega, por
medio de la contemplación, a ver la vida que hay detrás de cada forma material, puede
seguirla y comprobar que esa vida se relaciona con otras, y al final resulta ser la Vida Una
universal. Un buen ejercicio de contemplación es hacerlo con nosotros mismos, ya lo hemos
explicado en otro sitio como motivo de meditación, pero en este caso se trata de llegar a
nuestra propia naturaleza interna y a contemplar nuestro propio Espíritu con la clara idea de
que es parte del Espíritu Universal. ¡Concentrad la mente ahí y contemplad el Yo Superior!

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“La adoración
es la común unión del Alma con el Espíritu”

LA ADORACIÓN

La adoración es un aspecto mental diferente, una nueva etapa dentro de la evolución


espiritual del Ser humano. Lo mismo que en la contemplación nos ayudamos con la
meditación, concentración o imaginación, así, en la adoración es imprescindible la
contemplación, porque la “adoración” es algo así como “identificarnos con algo superior y ser
uno con ello por medio de adorarle”. Es como si fuéramos un rayo del Sol y por la adoración
hacia éste nos fuéramos acercando a él.
Este ejercicio es una facultad del Espíritu y no es fácil -como ocurre con la
contemplación- conseguir desarrollarlo hasta obtener un resultado; Max Heindel opina que sin
la ayuda de un Maestro no se consigue. La adoración consiste en sacar algo nuevo de lo más
profundo de nuestro Ser, para unirlo a lo más profundo o fuente de todo lo existente, porque
aunque algunos se quedan extasiados con cualquier motivo de adoración, la Vida, el Principio
o Fuente de todo, es Una -Dios-. La adoración nos lleva a identificarnos con Dios y cuando
alcanzamos cierto éxtasis ocurre algo nuevo dentro de nosotros.
Este ejercicio se debe hacer -si tuviera que seguir un orden- después de haber obtenido
resultados con la contemplación, pero esto no significa que no se pueda hacer, porque todos
estos ejercicios ayudan a elevar nuestra naturaleza interna y hacen que nuestra aura brille y
atraiga la atención de los Maestros.
Nadie debe pensar que porque en esta vida no adquiera ningún poder ha perdido el
tiempo, no es así, todos estos ejercicios nos ayudan mucho en la vida y actividades cotidianas,
y se puede asegurar que por su medio alcanzaremos un gran desarrollo moral, mental y
espiritual. Pero también hay que decir que obtener poderes no es lo más importante, eso nos
tiene que dar igual, la única preocupación que debemos tener es ser cada día mejor y mejores
servidores de la humanidad, haciendo esto y practicando los ejercicios, podemos asegurar que
estamos actuando bien en todos los sentidos.
La devoción es un complemento o fase de la adoración y, por hacer alguna mención
sobre ella diré que, cuando sentimos o tenemos devoción por algún ideal o ser elevado nos
ayuda a subyugar los instintos animales. La devoción, como actitud emocional, pasiva y no
intelectual, la suelen escoger como línea a seguir las personas de tendencia mística, y según la
intensidad emocional y la persistencia en los ejercicios, llegan a desarrollar y acelerar la
vibración de la materia de su cuerpo emocional, hasta que alcanzan ese éxtasis religioso del
cual nos habla Sta. Teresa de Jesús.
El místico profundiza tanto en el amor religioso, que la devoción resultante le hace
sentir la “Verdad” sin necesidad de buscar explicaciones razonables. Estas personas viven por
la fe y no tienen un mundo muy amplio para trabajar lo que sienten ni para explicar nada, la

113
parte intelectual apenas influye en su vida, ellos sólo viven internamente y no piden ni
necesitan explicaciones, sólo viven por la fe y el amor.
El problema es que no saben cómo trabajar mentalmente para mejorar a la humanidad,
porque no razonan para ver cómo pueden hacerlo, sienten pero no practican el discernimiento
apenas, y lo ideal es que sientan y razonen para ver cómo pueden utilizar sus sentimientos
para beneficio del prójimo. Lo mismo ocurre con el intelectual, si no siente, si no desarrolla
los sentimientos de compasión y fraternidad, no podrá hacer algo inteligentemente útil para el
bien de la humanidad. Por esto, como ya he dicho “debemos pensar con el corazón y sentir
con la mente”.

114
“La oración nos permite abrir un canal
para que la Vida y la Luz Divina, puedan fluir hacia nosotros”

LA ORACIÓN

La oración fue enseñada por las Jerarquías Superiores a la humanidad, como medio
para elevar su naturaleza interna a través de puros y elevados pensamientos. Ésta ha sido
usada desde que el Ser humano cayó desde su naturaleza espiritual a lo pasional y al egoísmo,
y por eso fue dada con la intención de que tuviéramos un medio para pedir ayuda a Dios a
través de esas Jerarquías. El propósito de la oración es que el devoto pueda conectar con los
planos superiores.
A través de la evolución humana hemos podido comprender que cuando comenzamos
a utilizar la mente no existía la religión, la humanidad se guiaba por el sentimiento y el
egoísmo, y era capaz de dar la vida por defender a los suyos, en aquella época éramos casi
insensibles a las vibraciones espirituales. Las Jerarquías que entonces guiaban a la humanidad
decidieron que nos tenían que ayudar para que el Espíritu, (como naturaleza superior), pudiera
adquirir dominio sobre la inferior, y entonces sometieron a la personalidad al “miedo”.
Esto es lógico, si nos hubieran dado una religión de amor -que es la religión del
futuro- no lo hubiéramos comprendido como tampoco lo comprendería un hombre primitivo
en nuestros días. Así nos enseñaron que había un Dios fuerte y poderoso, que tenía poder
sobre la naturaleza, y que le debíamos temer.
Más adelante nos enseñaron que había un Dios "dador”, que si le obedecíamos nos iría
todo mejor, y que si no le obedecíamos nos mandaría toda clase de calamidades.
A continuación nos enseñaron la ley del “sacrificio”, y como éramos tremendamente
egoístas y materialistas, nos costaba mucho sacrificar nuestras posesiones, sin embargo, nos
convencía lo que nos decían que si sacrificábamos algo de nuestras pertenencias, Dios nos las
devolvería multiplicadas. Por último nos enseñaron que hay un cielo, y que si le queremos
alcanzar tenemos que sacrificarnos nosotros mismos y no nuestras propiedades, debemos
sacrificar la naturaleza inferior, la personalidad, y aquí es donde nace la fe de que algún día
alcanzaremos el cielo.
La fe es la que nos abre el camino para la comunicación con Dios y con la naturaleza
superior que nos da vida y poder, la duda, sin embargo, nos deprime y ciega. La fe y la
esperanza nos animan y la duda y el escepticismo deprimen y entristecen. Por eso, debemos
tener claro que la fe nos abre el camino hacia la espiritualidad y hacia el conocimiento de la
verdad. Esta fe debe ser como la de un niño, que sin conocimientos y sin punto de vista sobre
nada, no se pone a razonar para encontrar respuestas a sus dudas, es una fe ciega pero natural

115
y sin ningún tinte de fanatismo. La fe no debe ser ciega ni irrazonable, sino que debe ser un
estado mental abierto, tranquilo y sin prejuicios.
En todos estos pasos a través de la evolución humana, la humanidad ha utilizado la
oración de muy diferentes maneras, pero hoy que hemos vencido el egoísmo que nos hacía
orar para recibir o intercambiar cosas con Dios, debemos practicar la oración como medio de
abrir un camino hacia Dios y para estar en perfecta armonía con Él.
Se puede considerar que cada acto es una oración que hacemos y que bajo la ley de
Causa y Efecto nos traerá los resultados correspondientes, cuando persistimos en una misma
línea de acción es como si orásemos y, por lo tanto, en su momento vendrá la respuesta. Esta
es al fin y al cabo la base de la oración, con la diferencia de que la verdadera oración debe ser
hecha consciente y voluntariamente para que alcance los mundos espirituales y recibamos la
mejor respuesta.
Como sabemos, el cuerpo vital, cuya nota-clave es la repetición, es el asiento donde se
forma la memoria y donde grabamos todos los hechos de nuestra vida, éste es el mecanismo
para la oración y por eso está escrito debemos “orar sin cesar”. Hay muchas personas que no
admiten el beneficio de la oración y su ayuda, porque dicen que el hombre no puede cambiar
las Leyes Divinas, pero eso no es correcto, porque no debemos pensar que todas las
circunstancias de la vida están sometidas a la fatalidad; el hombre tiene libre albedrío para
practicar la iniciativa.
El valor de la oración viene dado por el pensamiento que ponemos en ella, es decir que
aunque parezca que la oración es un conjunto de palabras que no pueden alcanzar al Espíritu,
el pensamiento es el encargado de dar significado o crear la idea para que una vez creada,
podamos sentir en el corazón.
La oración debe ser clara, sencilla y concisa, no hacen falta palabras o frases inútiles o
pomposas, cada palabra debe tener su objetivo para despertar una idea y conmovernos
interiormente, nos debe hacer reflexionar; si no es así, de poco nos servirá. Por eso se dice
que: “La verdadera oración científica, es uno de los métodos más poderosos y eficaces para
encontrar la gracia delante de nuestro Padre, y recibir la inmersión de la Luz espiritual, la cual
alquímicamente transforma al pecador en santo y le envuelve con el velo dorado del
luminoso Cuerpo-Alma”.
Pero no nos engañemos, con la oración solamente no podemos conseguir ese Cuerpo-
Alma (cuerpo espiritual futuro de la humanidad), si no dedicamos las 24 horas del día, tanto
despiertos como en sueños, a actuar de manera que nuestros pensamientos, palabras y obras
sean una oración para la iluminación y santificación, nuestras plegarias no alcanzaran el
Reino de Dios, y por lo tanto, no recibiremos Su bendición.
La oración nos permite abrir un canal para que la Vida y la Luz Divina puedan fluir
hacia nosotros -como un interruptor que permite fluir la corriente eléctrica cuando se acciona-
Si oramos por motivos mundanos, lo contrario al amor y a la ley del Bien Universal, nuestras
oraciones serán inútiles. Debemos quitarnos de la cabeza que, cada vez que nos acerquemos a
nuestro Padre sea para pedirle algo ¿Cómo actuaríamos si tuviéramos un hijo así?
El aspirante sincero nunca pedirá bienes materiales, sino más bien iluminación
espiritual con la más elevada intención de utilizarla para beneficiar a la humanidad. Cuando
nos acercamos al Padre con alabanza y adoración, nos ponemos en un estado receptivo que
nos acerca a nuestro ideal y en el que podemos experimentar un descenso de la Gracia del
Espíritu sobre nosotros. Cuando hagamos esto, aprenderemos de una manera directa que la
oración es un poderoso método, que debe ser usado para perfeccionar nuestra capacidad de
reconocer la Luz Divina.

116
La oración continua y de corazón es muy útil incluso para obtener el perdón por los
males que hemos causado a otros, además, perdonando a los que nos han ofendido (para
eliminar los malos sentimientos) purificamos nuestros cuerpos etéricos. Esta oración continua,
hecha conscientemente y de corazón, nos eleva al Trono de Dios para ofrecernos a nosotros
mismos como sacrificio.
Sentarse en silencio y cerrar la puerta a lo material, y la petición hecha por simples
palabras no dan resultado. Cuando oramos fervorosamente y con tal sinceridad que nuestros
sentidos externos se calman y cierran, y cuando la oración es inegoísta, es cuando el Poder
Divino de Dios nos manda sus bendiciones de muy diferentes maneras.
La oración no debe ser un ejercicio mental sin sentimientos, se necesita cierta cantidad
del sentimiento apropiado para que tenga efecto y pueda alcanzar su destino, debe haber un
intenso fervor para que sea efectiva. El amor, la riqueza, el poder y la fama son las cosas más
deseadas por la humanidad, pero eso es en una fase inferior y más material a la que debe
desear el verdadero aspirante espiritual. El aspirante a la vida superior debe transformar el
amor egoísta en nobles aspiraciones, aquéllas que son del alma y abrazar a todas las personas
sin distinción de raza, credo y religión. La riqueza que debe desear es la de la abundancia de
oportunidades para servir a los demás; el poder que debe desear es el que sirva para elevar a la
humanidad y la fama que debe desear no debe ser ninguna, o en todo caso la que aumente la
capacidad de enseñar por cualquier medio, la verdadera Luz que pueda dar consuelo a los
corazones dolorosos.
Las personas que estamos ocupados en el trabajo del mundo pensamos a menudo que estamos
alejados e impedidos para orar por tal razón, pero si hacemos todas las cosas como si fueran
para Dios y somos cuidadosos, veremos que estamos orando siempre y que con el tiempo se
nos presentarán otras grandes oportunidades que jamás hubiéramos soñado.
Debemos cultivar un anhelo de unión, que haga que nuestros pensamientos estén
siempre dirigidos hacia Dios, como cuando dos enamorados se vuelven a encontrar después
de algún tiempo sin verse y se produce ese “éxtasis” entre ellos. Esta es una preparación
absolutamente esencial para la oración, y si volamos hacia nuestro Padre de la manera
indicada, la Luz de Su Presencia, y la dulzura de Su Voz, nos enseñará y nos acariciará más
allá de nuestras más ardientes esperanzas.
Una de las cosas que concurren en la oración es el lugar donde se hace, cada oración
ya hablada o en meditación, cada canto de ruego, las lecturas litúrgicas, etc., si son hechas por
un lector cuidadosamente preparado que ame y viva lo que lee, derrama sobre el lugar de la
oración la Gracia del Espíritu. De este modo y con el tiempo, se construye un templo invisible
alrededor del lugar físico, el cual, en los casos de una congregación de devotos, se hace tan
bello que trasciende todo lo imaginable. Este templo -que debe construir el aspirante a la vida
superior- no es un montón de piedras, sino una “cosa viviente” con un sonido peculiar que
proviene, a modo de poema, de los corazones de los devotos, místicos y todas las personas
buenas. Es un lugar maravilloso que vibra con la Fuerza Divina y es de inmensa ayuda para
los fieles, porque auxilia en el ajuste de las caóticas vibraciones del mundo, y las impregna
con su aura como una verdadera “Casa de Dios” para que se logre la adecuada actitud para la
oración. De esta forma se ayuda a sí mismo el aspirante al Trono de la Gracia Divina, allí
ofrece su oración, plegaria y adoración que, en amorosa respuesta, recibirá una nueva
bendición espiritual que vendrá directamente del Padre.
Es cierto que no todo el mundo tiene la facilidad de tener un espacio para dedicarle
como templo de oración, y por eso dijo Cristo que “cuando necesitemos o queramos orar nos
recojamos dentro de nosotros mismos”. Por eso podemos orar en cualquier sitio, aún así, creo
que todos podemos crear éste templo en cualquier rincón de nuestra casa. No importa cómo

117
sea ésta, lo importante es la separación invisible que nosotros creamos con nuestras oraciones
porque, en ese espacio, podemos recibir la Gracia de Dios. Hay que tener en cuenta que una
vez construido el templo, debemos mantenerle con nuestras oraciones, ya que si no lo
hacemos así, se desintegrará. Cuando nos dirijamos a éste santuario, nuestro Espíritu debe
volar hacia delante, como si pretendiera arrastrar a nuestro lento cuerpo y sentir
anticipadamente las delicias que nos tienen reservadas. Debemos olvidar todo lo demás, para
sólo dejar lugar a los pensamientos reverentes que debemos mantener durante el camino. Ésta
es una experiencia real de quien ama verdaderamente a Dios, si no tenemos este Espíritu, lo
podemos cultivar y conseguir por medio de la oración.
Las invocaciones usadas para pedir cosas materiales entran de lleno en la magia negra,
tenemos la promesa de “Buscad primero el Reino de Dios y Su Justicia y todas las demás
cosas se os darán por añadidura”. Cristo puso el límite cuando enseñó “Danos hoy nuestro pan
de cada día”, tanto si es para nosotros como si es para los demás, debemos guardarnos muy
bien de traspasar este límite en la oración, aún cuando oremos por bienes espirituales,
debemos evitar que se manifieste algún sentimiento egoísta en nuestra plegaria porque
destruiría nuestro crecimiento anímico. Más aún, si amamos a Dios por las alegrías que
experimentamos en la dulce comunión con Él, somos tan egoístas como las multitudes que
seguían a Cristo porque les había alimentado.
De todo esto puede surgir la siguiente pregunta ¿Cuál debe ser el motivo de la
invocación y la oración? La respuesta es: “Alabar y Adorar”. Tampoco es necesario que la
invocación, ya sea hablada o mental, sea mantenida durante todo el tiempo que dure la
oración. Cuando por medio del Amor y de la Aspiración, impulsados por la intensidad de
nuestro deseo, nos hemos acercado al Trono de nuestro Padre, llegará un momento dulce,
aunque en silenciosa comunión, más delicioso que cualquier otro estado imaginable. Este
momento es análogo a la felicidad de dos enamorados que pueden estar sentados uno al lado
del otro sin romper el silencio, que se hallan poseídos de demasiado amor para exteriorizarlo,
un éxtasis que trasciende en mucho el estado aquel en que las palabras que se dicen les sirven
de entretenimiento.
Así también es el clímax final, cuando el alma “descansa” en Dios con todos los
deseos satisfechos por tal sensación de comunión expresados por las palabras de Cristo: “Mi
Padre y Yo somos Uno”. Cuando se ha alcanzado esta gradación, el Alma ha probado la
quintaesencia de la alegría que causa la plegaria u oración, y no importa cuán sórdido pueda
parecer el mundo o cuán triste sea el destino al que tenemos que hacer frente, el Amor de Dios
que sobrepasa toda comprensión, es una panacea para todo.
Es muy conocido el hecho de que nada de valor se alcanza sin esfuerzo, todo lo que un
hombre lleva a cabo, otro hombre también puede hacerlo y, si empezamos a cultivar la fuerza
de la invocación en armonía con las Leyes espirituales especificadas anteriormente, llegará el
día en que cosecharemos unos resultados que ni siquiera nos podemos imaginar.
Cuando practicamos la oración mística en la que nos encontramos cara a cara con
Dios, cuando todo está en calma en nuestro interior, la voz silenciosa nos habla desde adentro
y se manifiesta en nosotros para que experimentemos la unidad que hace innecesarias las
palabras; en ese momento sentimos en nosotros lo que Dios mismo siente.
Cristo nos enseñó la más sublime oración que pueda ser expresada en palabras y, sin
embargo, el verdadero devoto no necesita ir más allá de la primera palabra “Padre”, no quiere
pedir nada, porque tiene la promesa de “Dios es mi pastor, nada me faltará”. Hay un ejemplo
que podría expresar más exactamente esta actitud, esto es, “Un perro fiel mirando con muda
devoción a la cara de su amo, toda su alma reflejándose a través de sus ojos con gran amor”.

118
Así mismo, y aún con más intensidad, le sucede al verdadero místico que mira al Dios
interno y lo proyecta en su Ser con una adoración silenciosa. De esta manera podemos orar
intensamente sin cesar, al mismo tiempo que trabajamos con gran celo en el mundo.
En el Padrenuestro que enseñó Cristo hay siete oraciones distintas y separadas, una
para cada uno de los siete principios del Ser humano; cada oración está particularmente
adaptada para promover el adelanto de ese principio al cual se refiere, esta oración es única
como Cristo mismo.

EL PADRENUESTRO

En el Padrenuestro tenemos la oración más admirable que satisface todas las


necesidades del Ser humano como ninguna otra puede hacerlo, en pocas sentencias encierra
todas las complejidades de la relación entre Dios y el hombre. Para comprender perfectamente
esta oración, hay que explicar antes algunas cosas importantes.
El individuo actual, del cual tanto he hablado como personalidad, está compuesto de
cuatro cuerpos: físico, vital, de deseos y mental. Estos cuerpos se han formado por medio de
la influencia del Espíritu en su descenso desde el propio mundo de Dios hasta el mundo
físico, donde estamos evolucionando.
Como intermediario y representante de ese Espíritu está el Ego, que en realidad es el
verdadero Ser Interno o Yo Superior, y éste es el que evoluciona vida tras vida a través de las
experiencias y del fruto que recogemos después de cada muerte física. Por lo tanto, en la
oración del Padrenuestro debemos tener en cuenta los siete principios siguientes: Un Espíritu
que, como Dios mismo es triple -Espíritu Divino, Espíritu de Vida y Espíritu Humano- y
cuatro vehículos o cuerpos -cuerpo físico, etérico, de deseos y mental-. El Ego o Yo Superior,
es en realidad, quien ora fervorosamente a Su Padre que está en los cielos en representación
del propio Espíritu. Dios como trinidad es: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Veamos el verdadero significado oculto del Padrenuestro.

“PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS” Esta frase indica a quién va
dirigida la oración, -a Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo-

Las tres siguientes oraciones nos ponen en adoración ante Dios, para alcanzar la
exaltación espiritual que necesitamos para pedirle por nuestros cuerpos inferiores.

“SANTIFICADO SEA TU NOMBRE” El 3º aspecto de nuestro Espíritu, “el Espíritu


Humano”, adora a su contraparte en Dios: el Espíritu Santo.

“VENGA A NOSOTROS TU REINO” El 2º Aspecto o “Espíritu de Vida” adora a su


contraparte: el Hijo (Cristo)

“HÁGASE TU VOLUNTAD EN EL CIELO COMO EN LA TIERRA” El 1º Aspecto


o “Espíritu Divino” se arrodilla y adora: al Padre (primer aspecto de la divinidad).

Las tres siguientes peticiones las hace nuestro Espíritu a Dios -trino- para que atienda
las necesidades de nuestros cuerpos inferiores.

119
“DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA” El “Espíritu Divino” pide al
primer aspecto de Dios -al Padre- por su contraparte material el “cuerpo físico”.

“PERDONA NUESTRAS OFENSAS ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A


LOS QUE NOS OFENDEN” El “Espíritu de Vida” ruega a su contraparte -el Hijo- por su
contraparte inferior el “cuerpo vital” que es el asiento de la memoria.

“NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN” El “Espíritu Humano” pide a


continuación al tercer aspecto de Dios -el Espíritu Santo- para que atienda las necesidades del
“cuerpo de deseos”, el gran tentador.

“LÍBRANOS DEL MAL” Por último y más importante, hacemos, como un “Triple
Espíritu” que somos, la oración por la mente, que es la intermediaria entre lo espiritual y lo
material y es la mejor herramienta para acelerar nuestro propio desarrollo interno.

“AMEN” Es como una humilde petición o sentencia para que todo lo anterior se
cumpla.

Actualmente estamos influenciados por la religión del Hijo, Cristo, y su objeto es


nuestra unión con Él por medio de la purificación y control del cuerpo vital. El propósito de la
religión del Hijo es elevar más aún a la humanidad, formando con ésta una Hermandad
Universal de individuos separados. Deberíamos decir en nuestras oraciones diarias esta
maravillosa oración que nos enseñó Cristo y, además, tener en cuenta que éstas deben ser
inegoístas y estar en armonía con el Bien Universal, de esta forma crearemos un canal
mediante el cual la Vida y la Luz Divina, puedan descender hacia nosotros para nuestra
iluminación y elevación hacia los mundos espirituales.

OTRAS ORACIONES

ORACIÓN ROSACRUZ

“No pedimos más luz, ¡OH Dios!, sino ojos para ver la que ya existe;
ni cantos más dulces, sino oídos para percibir las melodías actuales.
No pedimos más fuerza, sino el modo de utilizar la que ya poseemos;
ni más amor, sino habilidad para convertir el ceño en sonrisa.
No pedimos más gozo, sino poder apreciar su radiante presencia que nos circunda
para compartir con otros lo que ya tenemos de valor y alegría.
No pedimos más dádivas, amado Dios, sino solamente sentido para hacer el mejor uso posible
de los dones preciosos que ya hemos recibido de Ti.
Haz que dominemos todos los temores, que conozcamos todas las alegrías,
que seamos los buenos amigos que deseamos ser;
danos medios para enseñar la verdad que conocemos,
que amemos lo puro, que busquemos lo bueno, que elevemos poderosamente a todas las
almas para que vivan en armonía a la Luz perfecta de la libertad.”

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ORACIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

“¡Señor!, hazme instrumento de Tu paz, para que,


allá donde haya odio, yo siembre Amor,
Donde haya injuria, perdón,
donde haya duda, fe,
donde haya desaliento, esperanza,
donde haya sombras, Luz,
donde haya tristeza, alegría.
¡Oh Divino Maestro! Concédeme que no busque ser consolado, sino consolar;
que no busque ser comprendido, sino comprender;
que no busque ser amado, sino amar;
Porque dando es como se recibe, perdonando es como somos perdonados, y muriendo en Ti
es como nacemos a la Vida eterna”.

PLEGARIA ROSACRUZ

(Si repites esta plegaria con regularidad, desarrollarás el conocimiento interno


de un modo científico y espiritual)
“Acrecienta mi amor por Ti ¡Oh Dios! Para poder servirte mejor cada día.
Haz que las palabras de mis labios y las meditaciones de mi corazón sean gratas a Tus ojos,
Señor, mi fuerza y mi redentor”

PETICIÓN
“Señor ayúdame a vivir cada día de una forma totalmente inegoísta,
de modo que cuando me arrodille ante Ti para orar,
mis plegarias sean siempre para el bien de los demás”

ANTES DE DORMIRSE
“Dios Mío, de todo corazón te pido,
que esta noche mientras mi cuerpo descansa dulcemente en sueños,
puedo yo trabajar fielmente en la viña del Señor,
ya que mi Espíritu no necesita descanso”.

121
“Repetición” es la nota-clave para adquirir un nuevo carácter
y unas nuevas costumbres”

AUTO-PROGRAMACIÓN

En sentido general, trata de resolver de antemano lo que nos puede suceder por medio
de tomar una resolución positiva y repetir el ejercicio todos los días por la mañana. Es una
programación visualizada, que a través de la repetición nos ayuda a cambiar de actitud ante
determinados problemas. Si tenemos un problema con una persona, nuestra resolución nos
debe llevar a terminar de una manera amistosa con ella, para ello, debemos prevenir nuestra
actuación de acuerdo a cómo ella puede actuar respecto a nosotros. Es muy importante seguir
el plan seriamente trazado, porque le hemos hecho por la mañana cuando tenemos la mente y
el cuerpo astral en calma.
También es muy importante que nos programemos incluso en lo que pensamos, cuanto
más nos visualicemos con buenas actitudes, palabras y pensamientos respecto a la persona o
problema, más estamos fomentando dentro de nosotros esa línea a seguir. En la auto-
programación debemos crear imágenes de ayuda, buenos sentimientos y palabras de consuelo
hacia la otra persona. Es importante que seamos sinceros en el momento de la auto-
programación para que ésta sea correcta, y que nos pongamos en su puesto y seamos
optimistas para solucionar el problema.
Resumiendo, debemos ver lo que va a ser todo nuestro día, parándonos especialmente
en los problemas con personas o cosas para su estudio, meditarlos y crear las imágenes llenas
de buenos sentimientos hasta ver que ese problema se soluciona. Pongamos un ejemplo: Un
problema con un compañero de trabajo. En este caso tenemos que visualizarnos junto a él
creando buenos sentimientos y pensamientos y, por supuesto, no creando otros malos como lo
veníamos haciendo. Con esta actitud solamente ya estamos haciendo dos cosas: 1ª.- No nos
estamos creando un mal destino con esa persona, y 2ª.- Estamos borrando y transformando lo
malo que teníamos en nosotros mismos por lo bueno y nuevo que estamos ejercitando.
Después debemos continuar la visualización y programación de manera que nos
veamos como mandamos -en forma de luz- todo lo mejor que le podamos dar y ver cómo
penetra en su aura para después compenetrar su cuerpo de deseos, mental y físico, donde llega
al corazón y le despierta buenos sentimientos hacia nosotros. A continuación pasaremos a
visualizar un encuentro en el que, de alguna manera, nos hablamos de una manera sencilla,
relajada y amigablemente. Así podemos continuar con otros muchos aspectos más, lo
importante es que no continuemos creando malos pensamientos ni sentimientos contra él,
porque esto anulará el trabajo y el buen efecto de este ejercicio.

122
Alguien dirá que hay personas que no admiten volver a tener esa amistad, yo les digo
que en la mayoría de los casos -si se quiere y desea de corazón- si se puede conseguir, aunque
cueste y sea un proceso lento. Lo importante es que luego, en la vida real, lo intentemos
porque si no lo hacemos así nuestra programación nos poco. Este ejercicio lo recomiendo más
bien para superar problemas personales y para cambiar nuestra manera de actuar en
determinadas circunstancias.
También lo debemos practicar por la mañana recién despiertos, quiero decir que
debemos empezar a visualizarnos desde el momento en que nos despertamos para, a
continuación, ver cómo actuamos, pensamos y sentimos en todo momento, pero sobre todo en
determinados sitios y con determinadas personas con los que podamos tener inconvenientes.
Al crear este ejercicio me he basado en el conocimiento de que, antes de renacer el
Ego en un cuerpo físico, visualiza lo que va a ser su vida futura y colabora y se compromete a
llevarla a cabo con toda su buena voluntad, sabiendo que, lo adverso que tenga, serán deudas
pendientes que debe intentar superar por el bien de su propio desarrollo.
Con este método debemos prevenir los problemas que nos pueden surgir, para crear de
antemano la línea de actuación que debemos tener en esos momentos. Si normalmente somos
alterados mental y emocionalmente, debemos visualizarnos en ese justo momento y con esas
mismas personas, de una manera relajada y controlada.
Debemos programar cómo vamos a actuar, para que por medio de la repetición de este
ejercicio, actuemos así en ese preciso momento, ya que nuestro Ego nos lo recordará.
Pongamos un ejemplo: Si somos una persona de las que se inquieta y enfada cuando conduce,
y no aguanta los atascos de la circulación porque siempre lleva prisa, entonces debemos
visualizarnos en nuestro coche con un sentimiento de comprensión y tolerancia respecto a los
demás conductores. Debemos pensar que lo que algunos hacen lo hemos hecho nosotros, o lo
podemos hacer aún; que si estuviéramos en su puesto actuaríamos igual que ellos y no nos
gustaría que se metieran con nosotros; debemos visualizarnos conduciendo con una sonrisa en
los labios, tranquilo y relajado, porque sabemos que el enfado no nos lleva a ningún sitio;
debemos visualizarnos cediendo el paso a otros que a su vez lo agradecen; debemos
visualizarnos, en fin, todo lo positivo que podamos imaginar, con la seguridad de que, cuanto
más lo repitamos, más fuerza tendrá el arquetipo que estamos creando para recordarnos -nada
más montar en el coche-, que tenemos que actuar así en todas las circunstancias.
En el caso de que en la vida real no podamos solucionar el problema por culpa del
rechazo de la otra persona, no nos tiene que preocupar, porque nosotros estamos cumpliendo
con las Leyes Divinas. Es un deber humano terminar la vida en paz con todas las personas,
para así no tener deudas pendientes con ellas para otra vida, por lo tanto, si nosotros
intentamos arreglar una situación de todo corazón y no nos admiten, nosotros nos libramos de
ese mal como causa, y será el otro el que deba hacerlo frente como tal. Pero eso sí, no
miremos esto con alegría o desprecio, sino más bien con pena de que un hermano se está
creando un karma que no le traerá nada bueno.
En estos casos es bueno sentirse un foco de Luz que alumbre allá donde estamos, esto
nos predispone a ir con una buena y espiritual intención. “Visualizad cómo durante todo el
día, y particularmente ante esas situaciones, tenéis un aura de luz muy grande y brillante; ved
como rodeáis con vuestra aura a esas personas, hasta ver cómo cambian todos los aspectos del
problema; pensad que sois amor y, como tal, sois instrumentos de Dios para solucionar el
problema de la mejor manera; visualizarlo con confianza y optimismo, notaréis cierto
sentimiento confortante y cierta satisfacción.
Recordar que quien persiste vence y, aunque digamos que no, todos podemos
conseguir nuestros objetivos, porque cuando nos ponemos a trabajar, siempre hay Seres

123
espirituales y elevados que nos ayudan y que están al lado nuestro para alentarnos y darnos
fuerza, amor y luz.

124
“Antes de andar el Sendero
debemos crearle e identificarnos con él”

ACTUAR EN NOMBRE DE .....

Si tuviera que definir en pocas palabras el significado de este ejercicio, lo haría de la


siguiente manera: “Trata de identificarnos tan profundamente con un elevado ideal de nuestra
propia creación, que a la hora de actuar, sea él quien actúe en nuestro puesto”
Este ejercicio puede servir perfectamente a cualquier persona, sólo es necesario que
sepa formar un ideal o modelo para que, por medio de la imaginación, visualización y
concentración, haga de él, el más elevado de los ejemplos espirituales.
Con esta práctica tratamos de realizar los máximos objetivos a que podemos aspirar
aquí en la Tierra, desde el momento en que nuestra vida está preparada para comenzar el
Sendero de Santidad, este ejercicio nos puede llevar a ser un verdadero discípulo del Maestro.
En este proceso, lo más importante es crear, por medio de la imaginación, un modelo perfecto
para, a continuación, adaptarse al mismo; es idealizar constantemente y tratar de encarnar esas
idealizaciones elevadas. Esto, sea en el nivel que sea, es una “razón de vivir”, una meta de
aproximación a ese modelo o Ser espiritual.
Debemos lanzarnos a la conquista con decisión, como si fuera una única oportunidad,
sin intentar ver los frutos que nos pueda traer, sino con la idea clara de ser ese modelo de
perfección. Sólo debemos estar amparados por la seguridad y la plena confianza de que Él es
el único e insustituible “modelo de vida”, el que guía nuestros pasos y nos arma con toda su
fortaleza.
A este método le llamo: “sustitución causal”, puesto que es una afirmación constante
de un propósito espiritual que nos guía hacia las más altas realidades, es un ejercicio fácil de
practicar y de asimilar. Dicho de otra forma, “Se trata de que ante cualquier situación, sea del
carácter que sea, sepamos remontarnos en la conciencia a lo más elevado de nosotros mismos,
para actuar de acuerdo a ese modelo de acción que hemos creado y que es lo más elevado, que
tenemos a nuestro alcance.”
El modelo será el que la persona crea conveniente de acuerdo a su estado de desarrollo
interno, pero ante todo, lo que sí debemos tener claro es que ese modelo debe ser una imagen
perfecta de la espiritualidad que queremos desarrollar y alcanzar. Para algunos será Buda, y
para otros puede ser la Virgen María, o cualquier otro Maestro espiritual o Santo conocido, lo
importante es que siempre sea un ser sumamente espiritual que nos ayude o sirva de guía para
desarrollar las cualidades morales y espirituales que nos hacen falta. De cualquier forma, ese
Ser será tan elevado, real y perfecto, que estaremos convencidos de que en nuestros
momentos de decaimiento y superación, Él nos enviará su rayo de Luz y esperanza, siempre
que lo necesitemos.

125
Por todo esto, es conveniente que elijamos un modelo muy especial, él será la base de
nuestras acciones, será el motivo para tomar la iniciativa para reemplazarle en todas sus
funciones y hacer que nuestras acciones sean una réplica exacta de la suya. Naturalmente
nuestra actitud debe ser íntegramente activa y consciente en todos los acontecimientos que se
produzcan, debemos prestar una gran atención hacia el desarrollo de los hechos, para ser
conscientes de todas y cada una de las experiencias de la vida. Debemos vivir plenamente
integrados en sentido físico, emocional y mental para que, gracias a todo esto, podamos
introducir más Luz en los vehículos inferiores y así redimirlos de substancia gravitatoria o
kármica y someterlos progresivamente a las pruebas que nos llevarán a ser Discípulos de un
Maestro.
Esta práctica está basada en el hecho de que el Ego necesita puntos elevados o metas,
para acelerar su evolución y no rezagarse en el camino y quedarse inactivo y sin aspiraciones.
El hilo que nos debe unir a ese ideal debe ser el del Amor, la admiración y la adoración,
porque quien es capaz de amar y admirar, dispone de una de las mayores fuerzas resultantes
de la humanidad.
Otra cosa importante es que ese ideal o modelo debe despertar en nosotros amor y
estímulos de nobleza para amar lo grande y prescindir de lo pequeño, este Ser debe ser un
auxilio y motivo de inspiración en nosotros, por eso, y entre otras cosas, he elegido para este
ejemplo a Cristo, que es el más grande y evolucionado Ser que ha pisado la Tierra.

MECÁNICA DEL EJERCICIO

Yo aconsejo hacer este ejercicio de una manera imaginativa durante un tiempo antes
de llevarlo a la práctica, por supuesto, siempre de una manera persistente. Por las mañanas, al
despertarnos, debemos concentrarnos para crear y visualizar la imagen de Cristo, esta debe ser
bella, humilde, sencilla y sobre todo, llena de Luz y Amor. Debemos trabajar mentalmente
con ésta imagen hasta compenetrarnos con ella como si empezáramos a cambiar gracias a su
influencia.
Nos podemos servir de lo que queramos e incluso intentar hablar con ella - a veces nos
habla-, pero sobre todo, es necesario tener siempre presente que es el más elevado emblema
del Amor y del Sacrificio. Una vez que nos familiarizamos con Él lo suficiente como para
tener la confianza de que vamos a conseguir que Él actúe en nuestro nombre, pasaremos a la
acción.
Pasar a la acción es tenerle siempre presente, es saber que Cristo pensará por nosotros,
sentirá por nosotros y hablará por nosotros. Esto es algo así como estar preguntándonos
constantemente ¿Cómo hablaría Cristo en mí puesto en este momento? ¿Cómo actuaría
Cristo, ahora que tengo que hacer esta determinada obra? ¿Qué pensaría Cristo de esto que
acabo de ver o que me acaban de hacer?
Este trabajo nos llevará a actuar poco a poco en Su Nombre, o mejor dicho, permitirá
que Cristo mismo nos guíe ante todas estas situaciones. Con la práctica veremos cómo
cualquier cosa, por muy pequeña que sea, la haremos en Su puesto e intentaremos sentir lo
que Él sentía en los momentos de soledad y meditación. Debemos intentar comprender lo que
pasaba por su cabeza respecto a los humanos y sus actitudes; debemos actuar como Él actuaba
siempre pensando en que estaba sacrificándose para la gloria de Dios Padre; debemos intentar
comprender y sentir los conceptos que Él tenía sobre la comprensión, tolerancia, bondad,
fraternidad y altruismo; debemos, por fin, permitir que sea Él el que, compenetrándonos con

126
Su Espíritu de Vida, nos ilumine y nos guíe en todas nuestras actuaciones momento a
momento.
Sé que no es fácil, pero también pienso que, junto a la retrospección y como
complemento de ella, es el mejor ejercicio de los que he practicado y explicado en éste libro.
Si conseguimos llevarlo a la práctica, aunque sólo sea una hora, comprobaremos lo
beneficioso que es para nuestro Espíritu. Si persistimos -y lo debemos hacer-, conseguiremos
imitarle por mucho más tiempo, y comprenderemos lo grande y maravilloso que es éste Gran
Espíritu, y el gran sacrificio que hizo y está haciendo por la humanidad pero, además,
estaremos haciendo que nazca en nosotros mismos el niño Cristo que toda la humanidad debe
desarrollar.
Con éste ejercicio podemos llegar a lo más elevado que podamos imaginar, sólo es
necesario intentarlo y no dejar de persistir en ser el emblema de Amor que fue Cristo.

127
“El que quiera ser el primero
que sea el último y el servidor de todos”

CONCLUSIÓN

Es bueno adquirir conocimiento, pero hay que tener cuidado de no dejarnos llevar por
él y engañarnos a nosotros mismos respecto a su uso. “El conocimiento engríe y el Amor
edifica”, si el conocimiento no nos sirve para hacernos mejores y ayudar a la humanidad, de
poco nos puede valer, porque para Dios y para nuestro desarrollo no significa nada. El
conocimiento debe ser llevado a la práctica y ser utilizado para enseñar a quien esté
preparado para recibirlo, si no es así, es como si una persona que se hace el mejor matemático
del mundo no enseña sus conocimientos ni los utiliza para el bien de la humanidad. Este
conocimiento debe ser filtrado por el corazón para poder mostrar que nuestros sentimientos
profundos están unidos a él y listos para su uso.
El hombre debe vivir y evolucionar en el mundo, no puede recluirse, así es que, lo
ideal es que aprovechemos este conocimiento para acelerar nuestra evolución; el
conocimiento debe ser vivido para convertirlo en sabiduría y haciendo esto es como
ayudamos a la humanidad y nos hacemos mejores servidores del mundo.
Todavía hay personas que muchas veces dicen ¿Por qué tengo que hacer yo eso si lo
puede hacer otro? La respuesta esotérica más correcta sería “El que quiera ser el primero que
sea el último y el servidor de todos”. Cristo es el Iniciado más elevado de los Arcángeles y,
sin embargo, vino a enseñarnos el único y verdadero camino que hay que seguir: “El servicio
amoroso y desinteresado a los demás”, éste es el camino más corto para alcanzar nuestra meta
de perfección; luego entonces sería conveniente preguntarnos ¿Por qué no lo hago yo, en vez
de dejar que lo haga otro? Si me gusta que me consuelen en mis momentos de decaimiento y
tristeza ¿Por qué no hacerlo yo cuando otros lo necesitan? Si me gusta que me sirvan y
ayuden ¿Por qué no puedo ayudar y servir yo? ¿Por qué no hacer yo a otros lo que me gustaría
que me hiciesen a mí? Si otros han cambiado su carácter, temperamento, forma de vida y han
elevado su moral y espiritualidad por medio del conocimiento esotérico, ¿Por qué no lo puedo
conseguir yo?
Es correcto atender a nuestros deberes materiales y responsabilidades, pero también es
cierto que podemos dedicar quince minutos diarios a nuestro propio desarrollo interno, y
prestar atención a nuestra actitud y forma de actuar en nuestra vida cotidiana. Esta es la mejor
manera de cambiar nuestro carácter y forma de ver la vida, pero acordaros que el servicio
amoroso, o un sentimiento benévolo en todas nuestras actitudes, es imprescindible para ir
elevándonos día a día. También es cierto que hay muchas personas que pueden decir: “yo
sirvo todos los días”, quizás sea así pero, ¿Estas sirviendo porque es tu deber laboral o porque
es algo que te gusta? ¿Te esfuerzas por servir en lo que no te gusta? Seamos sinceros y no nos
engañemos, no pongamos pretextos absurdos para no sacrificarnos y obtener mejor desarrollo,

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debemos ser conscientes de que nuestra elevación espiritual no la podemos comprar, ni nadie
puede actuar por nosotros para conseguirlo.
Tenemos dos elecciones:
1ª. Ir dando vueltas alrededor de la montaña hasta llegar a su cima -como meta para la
perfección espiritual-
2ª. Coger el camino más corto, empinado y recto que nos lleva a esa misma cima, pero que
nos evitará mucho sufrimiento y pérdida de tiempo.

El desarrollo interno espiritual se obtiene gracias a cambiar todas nuestras actitudes


(en pensamiento, palabra y obra) y en tener un esfuerzo continuo en servir allá donde
podamos. Esto requiere sacrificio, pero según recorremos el sendero, vamos descubriendo esa
Luz y esa Verdad que nos confortará de nuestros esfuerzos y nos dará la Paz que necesitamos.
Cuando nos consagramos a la vida superior comenzamos a regenerarnos y esta misma
actitud hace que demos de lado a todas nuestras malas costumbres. Esto a su vez, hace que
veamos la vida desde otro punto de vista más elevado y que comencemos a sentir en nuestro
interior, lo que es la verdadera Vida del Espíritu.
Si queremos hacernos verdaderos servidores del mundo e imitadores de Cristo para
acelerar nuestro regreso al Padre, debemos empezar cuanto antes a dominar nuestros cuerpos,
pero sobre todo, a tener nuestra mente vuelta hacia el interior y siempre dirigida hacia lo
bueno y bello de la vida.
Debe quedar claro, que nuestro cuerpo mental está compuesto de la materia del mundo
mental de Dios -Mundo del Pensamiento-, que nuestro cuerpo de deseos está compuesto de la
materia del cuerpo de deseos de Dios -Mundo de Deseos-, y así sucesivamente. Entonces y
sabiendo esto, debemos comprender que nuestra primera meta debe ser purificar todos esos
estados de materia y elevar su vibración por medio de ver lo bueno en todas las cosas; hacer
todo como si fuera para Dios; imitar a Cristo; desarrollar ideales elevados para trabajar en una
determinada línea; etc.
Esto sería algo así como si tuviéramos que purificar y hacer de nuestro cuerpo físico
un cuerpo sano, empezaríamos por hacer deporte, no fumar, no beber alcohol, tener la moral
alta, los pensamientos positivos, la alimentación sana, etc. Eso mismo, deberíamos hacer con
nuestra mente, deseos y sentimientos. Si queremos elevarnos, debemos empezar a trabajar
para la purificación de los cuerpos de tal manera que nos acerquemos -despacio pero sin
pausa-, a la vibración o perfección que tienen estos mundos -Cuerpos de Dios-
El hombre no puede dar de lado su propio destino ni su meta, todos somos hijos de
Dios, y como tal, debemos volver a nuestro hogar. En este recorrido somos libres de actuar en
bien o en mal, pero según actuemos así será nuestro camino, lleno de espinas o llano y
cómodo de andar. Las Leyes son justas y sólo nos dan lo que merecemos y lo mejor para
nuestro propio desarrollo, si trabajamos “con” ellas, emprenderemos rápidamente el camino
de regreso.
Está escrito que “Dios es Luz, si caminamos en la Luz como Él está en la Luz,
tendremos comunión unos con otros” ¿Qué es caminar en la Luz sino actuar de una manera
amorosa y desinteresada? También es Luz todo lo que intentemos beneficiar a los demás; todo
lo que nos salga del corazón; todos nuestros sentimientos de ayuda, de oración, de altruismo,
de compasión, etc., todo eso y más es estar en la Luz”
Alguien puede pensar que eso es muy difícil de hacer, pero la verdad es que todos
podemos estar de alguna manera en la Luz. Otro paso, quizás algo más elevado, es el que
indican estas otras frases bíblicas: “Si nos amamos mutuamente, Dios está en nosotros y Su
Amor es perfecto en nosotros”; “Dios es Amor, y quien permanece en el Amor, permanece en

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Dios y Dios en él”. Es conveniente meditar sobre el significado de estas frases, meditando
tranquilamente veremos qué significado tan profundo y bello tienen, cuando lo
comprendamos, comprenderemos que podemos estar en ese Amor que es Dios y Dios en
nosotros. Quizás sólo sea un momento, en una determinada circunstancia, pero tarde o
temprano sentiréis lo que esa frase significa.
Si Dios es Amor, es omnipresente y nosotros somos sus hijos, o sea, tenemos todas sus
cualidades latentes, significa que nosotros somos Amor, -aunque sin desarrollar aún
perfectamente- Por consiguiente, somos una fuente de Amor inagotable. ¿Qué significa esto?
Significa que podemos estar dando amor constantemente, cuando saludamos a alguien,
cuando escribimos, cuando trabajamos, todo lo podemos hacer con amor hacia las personas o
como si fuera para Dios, porque el Amor no se acaba nunca.
Aunque a alguien le parezca una tontería, he de decir que hacer esto es como
manifestar desde nuestro interior una nueva forma de vida. Pero ¿Qué es el Amor? El Amor
es todo lo bueno que podamos hacer con el sentimiento más profundo y elevado hacia los
demás. El servicio, la comprensión, la tolerancia, la humildad, la sencillez, la benevolencia,
etc., etc., eso hace que desarrollemos el amor, porque son grados inferiores del amor que, sin
embargo, nos llevarán a la fuente de donde proceden.
Como dije al principio, no me considero un escritor, sino un principiante que intenta
andar el camino espiritual por medio del conocimiento esotérico, el cual, me está sirviendo de
mucho en el desarrollo interno. Por eso decidí escribir éste libro a modo de poner un granito
de arena más, para que la persona que lo lea, también encuentre algunos medios para su
propio desarrollo espiritual. Yo sé perfectamente que éste conocimiento no es mío, sino que
me lo han dado y, por lo tanto, no debo guardármelo, por eso deseo que el que lo lea
encuentre la Luz, no tengo otros medios de darlo, además de algunas conferencias y cursos,
pero lo hago de todo corazón porque, “las palabras se pierden y los libros perduran”.
Creo que he cumplido con un deber que yo mismo me impuse, pero mi satisfacción
sería más grande aún, si este libro sirviera para que otros, no solamente aceleren su desarrollo
interno, sino que además, también siembren allá donde se encuentren.
Espero haber llegado a vuestros corazones para despertar ese sentimiento de
Hermandad y Fraternidad, si lo he hecho, es muy buena señal, porque eso significa que está
desarrollándose la Verdad y una nueva y más elevada conciencia en vosotros. Una Verdad
que os hará libres y os emancipará de todo lo material para hacer de vosotros unos fieles
imitadores de Cristo. Espero haber dado los suficientes conocimientos como para que, en
vuestras reflexiones, os deis cuenta de que sois parte de un Espíritu Universal y Amoroso que
se muestra en todo lo que nos rodea, desde el átomo hasta el sistema solar.
La fuente o Espíritu de todo lo manifestado es Dios, y por lo tanto, Dios -Amor- está
en todo, si habéis comprendido esto, valoraréis hasta lo más insignificante de la vida, porque,
todo está en un proceso de evolución, como nosotros mismos estamos haciendo. Espero, por
fin, que mis palabras no sean mal interpretadas por algunas personas, no es mi intención
criticar ni dar una imagen de fanatismo religioso ni nada parecido, sólo he querido dejar claro
mis opiniones sobre ciertos aspectos, pero siempre con la sana intención de ayudar al lector
para que tome precauciones y medite sus decisiones.
Finalizaré invitando a los lectores a renovar sus fuerzas y a proponerse nuevas metas,
para dedicarse a colaborar con la humanidad y con los Seres superiores que están trabajando
desde los mundos invisibles. El tiempo apremia, y cuanto antes comencemos, antes seremos
medios para neutralizar la maldad que hay en la Tierra. Aunque sea muy poco lo que podamos
hacer, siempre será útil, unos brillarán como una cerilla y otros lo harán como un gran faro,
pero todos somos útiles para contrarrestar las fuerzas negativas que desestabilizan la armonía

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del planeta. Por todo esto, yo os pido, “Actuad como una Luz en la oscuridad, a la cual
puedan acudir otros que andan ciegos por la vida.”

“Que el Amor se desarrolle en vosotros


y que vuestra luz se una a la Luz del mundo.”

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(Contraportada)

A LOS QUE BUSCAN LA VERDADERA VIDA Y


LA LUZ DE LA VERDAD

Si buscas un contacto extraterrestre, si deseas desarrollar poderes ocultos,


recibir enseñanzas de Ángeles, contactar con un maestro para que te diga lo que tienes
que hacer o, aprender a hacer magia; no lo busques en este libro, pues no lo encontrarás.

Si buscas cambiar tu carácter, tu forma de vida, tu concepto sobre las personas y sobre
Dios, si deseas elevar tu conciencia hacia los mundos espirituales y, por último, si
buscas el contacto con tu verdadero Maestro interno; entonces te aconsejo que lo leas.
Cada palabra, cada frase y cada capítulo, está escrito con la intención de que cada
persona que “busca”, encuentre medios para trabajar para su propio desarrollo y por el
de la humanidad.
Pero recuerda que lo que buscas lo llevas dentro de ti, yo no te voy a regalar nada,
sólo te indicaré algunas formas de conseguirlo, eres tú, quien debe luchar y trabajar
para conseguir llegar a la meta que te propongas.
“El que busca encuentra, el que pide recibe”, pero esta búsqueda tiene recompensa
cuando lo hacemos de corazón y de manera desinteresada.

“El que tenga ojos que vea y el que tenga oídos que escuche”

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