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LA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL

 PROGRESISTAS  MODERADOS
 Soberanía Nacional (Cortes).  
Soberanía Compartida (Cortes-Corona).
Limitación de los poderes de la Corona.
Corona (derecho veto, nombrar ministros, disolver
Sufragio censitario más amplio. Cortes).

Declaración de derechos más amplia. Sufragio censitario muy limitado.

Estado confesional, pero libertad de culto. Derechos limitados.


Apoyados por la pequeña y mediana burguesía,
profesionales liberales, artesanos y militares de baja Estado confesional sin libertad de culto.
graduación.
Apoyados por la aristocracia latifundista, alta
burguesía, alto clero y militares de alta graduación.

EL REINADO DE ISABEL II (1833- 1868)


En 1830, Fernando VII hizo pública la Pragmática Sanción, por la que se permite reinar a las mujeres, aunque
con preferencia masculina. De esta manera, su tío, Carlos, se ve privado del trono. A la muerte del rey, Isabel,
una niña de tres años, es proclamada reina, ocupándose de la regencia u madre María Cristina.

La Guerra Carlista

    El carlismo se desarrolló fundamentalmente en las regiones forales (País Vasco, Navarra, bajo Ebro y
Cataluña) y tuvo un apoyo fundamentalmente eclesiástico y campesino, a los que se sumaron algunos
sectores de la aristocracia y el ejército. Sin embargo, la mayoría de los grupos sociales aspiraban a un
sistema liberal y apoyaron a María Cristina, que debió apoyarse en el liberalismo para defender los intereses
liberales.
    La guerra acabó con el triunfo de los liberales en 1839 y se selló en el Abrazo de Vergara entre los
generales Espartero (liberal) y Maroto (carlista).
El programa ideológico-político del carlismo se podía sintetizar en el lema “Dios, Patria, Fueros, Rey”

La regencia de María Cristina (1833-1840)


    En esta etapa, el liberalismo español se encuentra dividido en liberales moderados (partidarios de reforzar
la figura del rey y de reformas limitadas) y progresistas (defiende una profunda política de reformas). María
Cristina dio el poder a los liberales moderados aunque, ante las protestas populares y el pronunciamiento
militar de La Granja, se vio obligada a entregar el gobierno a los progresistas.
    En los años siguientes se lleva a cabo la desamortización de Mendizábal (1836). La desamortización
consistió en desvincular aquellas tierras que se encontraban ligadas a la nobleza, el clero y los municipios,
permitiendo su venta o repartimiento. De esta manera, se pretendía evitar que los antiguos estamentos
monopolizaran el poder económico y dotar de tierras al campesinado carente de ella, al tiempo que se
propiciaba una explotación más adecuada del campo español.
    Se redacta también una nueva Constitución (1837), que establecía la soberanía nacional como principio
fundamental, el reconocimiento de un amplio conjunto de derechos para los ciudadanos, la división de
poderes y el sufragio censitario. Se trató de una constitución no tan avanzada como la de Cádiz, pero que se
concebía como un punto intermedio entre moderados y progresistas.

La regencia de Espartero (1840-1843)


    En 1840, María Cristina debió dimitir y exiliarse a Francia debido a enfrentamientos con los progresistas. En
esos momentos, se hace cargo de la regencia Espartero, que gobernó de forma autoritaria. Esto hizo que
moderados y progresistas se unieran bajo la figura del general Narváez para dirigir un pronunciamiento contra
el regente, que le obligó a dimitir.

Durante su corta regencia, se aceleró la desamortización de los bienes eclesiásticos y se recortaron los
fueros vasco-navarros.

La firma de un acuerdo librecambista con Inglaterra engendró grandes protestas en Barcelona que fueron
duramente reprimidas. El bombardeo de la ciudad llevó a que Espartero perdiera todo su popularidad, incluso
entre los propios progresistas.

Finalmente, una sublevación militar organizada por los  moderados, a la que se unieron algunos progresistas,
precipitó el fin de la Regencia de Espartero. Para salir del impasse político en el que se hallaba el país, las
nuevas autoridades aceleraron,  pese a tener solo catorce años, la coronación como reina de Isabel II.

El reinado de Isabel II
 Una vez decretada la mayoría de edad de Isabel comienza su reinado, en el que se pueden distinguir varias
etapas:

a) La década moderada (1844-1854). Isabel manda formar gobierno al general Narváez, por lo que esta
etapa vendrá marcada por el liberalismo moderado. Destaca la redacción de la Constitución de 1845, en la
que se establece la soberanía compartida entre la Corona y las Cortes, sufragio restringido a los más ricos,
restringe la libertad de prensa, establece Cortes bicamerales y establece la confesionalidad católica del
Estado español, hecho este último reforzado por la firma de un Concordato con la Santa Sede en 1851, por el
que ésta reconoce la desamortización y el “Patronato Regio” (derecho del Estado a elegir los candidatos a
obispos para las sedes vacantes), mientras que España concede la protección del poder a la Iglesia, la
confesionalidad del Estado y la intervención eclesiástica en educación.
    Se realizan también una serie de reformas administrativas, como la creación del Banco de España y de
la Guardia Civil (1844).
    En este periodo, de predominio moderado, se experimentan divisiones dentro de los progresistas, de los
que se escindió el Partido Demócrata, que exigía el sufragio universal, y los republicanos, favorables a la
proclamación de una república.

b) El Bienio Progresista (1854-1856). En 1854 tiene lugar un pronunciamiento en Vicálvaro dirigido


por Leopoldo O’Donnell, que establece un nuevo gobierno progresista. Durante esta etapa se redacta un
nuevo texto constitucional que no llegó a ser promulgado, se realiza una nueva desamortización
(Desamortización de Madoz, 1855) y se aprueba la Ley de Ferrocarriles, que permitió la construcción de la
red de ferrocarriles en España. No obstante, la situación social del país sigue siendo precaria a causa de la
grave crisis económica, los elevados impuestos y la subida del precio de los alimentos.

c) La crisis de la monarquía isabelina (1856-1868). Este periodo estuvo presidido por la inestabilidad


política. El general Narváez toma de nuevo las riendas del gobierno, mientas que O’Donnell crea un nuevo
partido, la Unión Liberal; durante este periodo ambos van a alternarse el poder, quedando los progresistas
fuera del mismo.
    La actuación autoritaria de los sucesivos gobiernos acentuó la oposición al régimen de Isabel. En 1866,
progresistas y demócratas firman el Pacto de Ostende (Bélgica) en el que planean el destronamiento de
Isabel II y la convocatoria de Cortes Constituyentes mediante sufragio universal.

http://www.historiasiglo20.org/HE/10.htm

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