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Rosa Delma Martinez Ramírez.

El Sufrimiento y los Valores

1. El Sufrimiento Humano

A lo largo de todo el periodo hemos venido profundizando sobre la naturaleza humana;

como sabemos el ser humano está compuesto por materia y espíritu; dentro de estas

dimensiones hay un sinfín de cuestiones que nos muestran la complejidad del ser humano

en todo su ser; como los sentimientos, los miedos, los temores, los anhelos de superación,

la afectividad, la felicidad. Pero como lo dice Luis Lorda que el ser humano no posee solo

bienes; también hay sufrimiento y dolor que hay que superar. Estos nos tienen que servir

para lograr la madurez espiritual; incluso la muerte es parte de nuestra vida, debemos

considerarla como nuestra mejor aliada. Tanto el sufrimiento como el dolor están inmersos

en nuestro ser; aunque en ocasiones sufrimos innecesariamente. Los seres humanos

razonamos, antes de una acción tenemos que hacer uso de nuestra inteligencia. Para no

imponernos nosotros mismos los sufrimientos. Hay sufrimientos que son involuntarios y

otros nosotros mismos los buscamos EJ. Ponerse un arito en el parpado del ojo o la lengua.

1.1. Los límites del hombre: el dolor

Como humanos estamos conscientes que muchas veces el dolor nos llega de forma

inesperada puede ser un dolor físico que me atormenta y descontrola mi sentir, mis

emociones, pero también puede ser un dolor que sale de lo más profundo de mi ser; la

pérdida de un ser querido, un desprecio de quien no lo esperaba etc. El dolor es la sensación

desagradable producida por la acción de estímulos de carácter perjudicial que proceden del

interior o exterior del organismo. “El sufrimiento presenta una dimensión psicológica, su
aparición formal e intensidad depende de factores de personalidad; de la manera de

reaccionar ante las dificultades”. (Yepes,2004, p.319).

El dolor es un fenómeno vital, inmediato y primario.” Con el dolor se experimenta entonces

una frustración, una pasividad, pues caemos en la cuenta de que ya no llevamos el control

de la situación, aunque nos veamos con las posibilidades de hacerlo”. (Yepes,2004, p.323).

El dolor y el sufrimiento, la tristeza y el miedo, son compañeros inevitables de la vida

humana. “El dolor y el sufrimiento son condiciones intrínsecas a la existencia del ser

humano y dependen siempre de sus circunstancias”. (Valdez,2007. p.64).

En el sufrimiento interior intervienen la memoria, la imaginación y la inteligencia, y por

eso puede extenderse a muchos más objetos que el dolor puramente físico o exterior, puesto

que incluye el pasado y el futuro, e incluso lo físicamente ausente. Las formas de dolor más

específicas son la tristeza, el miedo o temor.

1.2 Psicología del dolor: sufrimiento, miedo, tristeza

¿Por qué el dolor? Partiendo de la psicología cabe afirmar que: “el dolor existe porque

somos vivientes, y la psicología de todo ser vivo incluye el sentirse atraído por lo que es

bueno para él, mediante el placer y la esperanza, y estar molesto y asustado por lo que le

supone un mal”. (Yepes,2004, p.321).

1.3 Actitudes ante el sufrimiento

De nuestra actitud depende si el sufrimiento nos invade hasta llegar a la desesperación.

“Hasta el momento hemos tratado de mostrar que el dolor no tiene la última palabra en la

vida humana, sino que podemos traspasarlo, dotarlo de sentido”. (Yepes,2004, p.331).
El sufrimiento es parte de la vida del hombre, creo que no existe una persona que no haya

sufrido en su vida. El sufrimiento te hace crecer como persona, como ser humano. Al sufrir

aprendes a controlar tus emociones. “El sufrimiento deja de ser sufrimiento, en cierto modo en

cuanto encuentra un sentido” (Frankl,Hillesum,stein.SF, p.45).

1.4 Tristeza, Sufrimiento interior

La tristeza se refiere más propiamente a un dolor interior. Una persona que ha sufrido una

desgracia familiar está triste, y en cambio, no sufre ningún dolor externo. La tristeza está

motivada por la inteligencia y la imaginación. Si el hombre no fuera capaz de pensar,

meditar y reflexionar sobre su vida y sus actos tampoco sentiría tristeza. La tristeza

solamente es posible en un ser inteligente e imaginativo. El dolor corporal está relacionado

con los sentidos por lo tanto aquí solo entra en juego el presente.

1.5 Las sombras de la felicidad: el sufrimiento y el dolor. (Luis Lorda)

En los seres humanos existe una escala de bienes, pero también hay una escala de

sufrimientos. En esta vida también el sufrimiento es una cuestión existencial que necesita

una posición, necesita una respuesta como posesionarse personalmente.

Para cada persona hay un sufrimiento, una forma distinta de encarar el sufrimiento y su

propia muerte. En la vida no puede haber solo cosas divertidas, también hay sufrimiento y

también está la muerte y hay que integrarla como parte de nuestra vida; porque, así como

nacemos, estamos conscientes que también moriremos; partiremos al más allá. Del dolor

físico se desprende el dolor moral o sea el sufrimiento; si a ti te duela el estómago lo

reflejas en tu rostro que hay en ti un dolor que te atormenta. “El ser humano percibe el

dolor como un atentado y por eso enseguida del dolor aparece la tristeza como un aliado del
dolor físico”. (Luis Lorda). Los animales también entristecen por la falta de bienes, pero en

ellos el dolor se vuelve intenso porque no hay razonamiento. Por lo tanto, los animales

tienen dolor, pero no sufren.

En los seres humanos el sufrimiento no se nos hace intenso porque está de por medio la

inteligencia. “Los seres humanos maduramos con responsabilidades y también maduramos

con sufrimientos”. (Luis Lorda).

Los niños muy mimados carecen de humanidad por el hecho de que no han sido sufridos y

no les importa provocar sufrimiento a los demás.

Una parte de la madurez humana viene de haber afrontado con madurez los propios

sufrimientos y los propios dolores.

¿De qué forma podemos afrontar los sufrimientos? No darles mucha importancia, Saberse

distraer, No dejarse atrapar, Procurar vivir la situación humanamente, dignamente.

Hay que darle al sufrimiento un sentido, todo lo que se da en la vida es para nuestro bien.

Incluso con respecto a la muerte, sabemos que la carne muere. Para algunos la muerte es el

mejor invento de la vida o sea hay que aprovechar el tiempo a lo máximo; hacer cosas

buenas que valgan la pena.

Si somos cristianos confiamos en la fortaleza de Dios, también el sufrió en una cruz. La

muerte nos invita al aprovechamiento del tiempo, ya que la vida es muy corta y pasajera.

1.6 Sufrimiento y ser personal

El dolor enclaustra y satura. Pero la persona es mucho más rica que el dolor que sufre.

Ontológicamente hablando, la persona es la criatura más perfecta de la creación, la criatura


más digna y más noble. A través del espíritu participa con más intensidad y gravedad del

ser, de la realidad. Desde este punto de vista, el dolor es claramente inferior. La tristeza, es

la percepción subjetiva del mal, no tiene ser propio, depende de otro. Por esto su naturaleza

es incomparablemente más débil y frágil que la de la persona. Aun así, su presencia tiene

un alcance y una influencia muy grave. El sufrimiento afecta a la globalidad del ser

humano, y le deja conmocionado. Muchas personas que han sufrido han logrado seguir

adelante. Pero la persona es mucho más rica, mucho más fuerte, y plena que el mal, porque

participa del ser con más intensidad, con más penetración ontológica. “Las actitudes

humanas ante el sufrimiento son insuficientes porque, en última instancia, el enigma del

sufrimiento sólo puede resolverse si se encuentra su sentido (Barrio”, SF, p.199).

2. Los valores.

Los valores son principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una persona, una

acción o un objeto que se consideran típicamente positivos o de gran importancia por un

grupo social. Los valores son aquellas cualidades que se destacan en cada individuo y que,

a su vez, le impulsan a actuar de una u otra manera porque forman parte de sus creencias,

determinan sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos. En este sentido, los

valores definen los pensamientos de las personas y la manera en cómo desean vivir y

compartir sus experiencias con quienes les rodean.

Por tanto, los valores se pueden clasificar por su importancia según las prioridades de cada

persona o de la sociedad. Entre estos podemos mencionar: Valores humanos, éticos,

morales, sociales, culturales, familiares religiosos etc. Yepes (2004) afirma “el sistema

educativo debe transmitir valores morales, y no sólo contenidos. (p.134). Los educadores

tenemos la responsabilidad de formar en valores.


2.1 Los valores y modelos de conducta

Como personas debemos elegir los bienes fundamentales como son los valores, la

educación para crecer como personas. Los valores se toman de los fines de la acción y, a

menudo, esos fines son los valores que cada uno tiene, pues éstos son los distintos modos

de concretar la verdad y el bien que constituyen los fines naturales del hombre. Resulta que

de los valores que yo tenga depende lo que tome por verdad o bien para mi vida, es

máximamente apremiante el preguntarse cuáles son los valores por los que cada uno se

rige. Los valores no se transmiten por medio de discursos teóricos y fríos, sino a través de

modelos vivos y reales, que se presentan, se aprenden y se imitan. No hay valor sin su

modelo correspondiente. Por lo tanto, los Padres de familia y educadores debemos de dar

ejemplo de vida con nuestros actos.

“La personalidad madura elige por convicción, no sólo por moda. Quien sólo elige los

modelos que triunfan se acerca a la masificación y a dejar que otros decidan por él. La

educación, en buena parte, consiste en trasmitir modelos y valores que guíen el

conocimiento práctico y la acción, es decir, que permitan que cada uno sea el guía de sí

mismo, desde la verdad del hombre. Claro que, entonces, se nos abre necesariamente la

pregunta acerca de la posibilidad de que el hombre conozca o no algo verdaderamente y,

más en concreto, la verdad acerca de sí mismo. Desde aquí se abriría una amplia

consideración sobre cómo educar”. (Yepes,2004, p.109).

2.4 La educación como valor universal.

Si entendemos la educación como el desarrollo armónico intelectual y social del individuo,

la educación moral y política es fundamental en la formación integral. Partimos, sin duda,

del hombre como un ser complejo que además de conocedor y capaz de hacer ciencia
decide, actúa y convive, es decir, posee también una vida práctica, un saber práctico que se

ocupa del hacer del hombre y estrechamente relacionado con el hacer nos encontramos la

intención, los afectos, valores e ideales que impulsan la acción. Los valores son

componentes tan inherentes a la naturaleza humana que es imposible imaginar una vida sin

ellos. Educar también es luchar contra la aceptación de la injusticia, contra la “normalidad”

del desequilibrio, contra la falta de ética, contra la banalidad de los valores.

2.5 La educación desarrolla valores.

“La crisis moral por la que atraviesa nuestra sociedad sólo puede ser superada mediante una

recuperación del lugar propio de la religión en la vida humana. Este reto puede llevarse a

cabo cuando la religión aparece como factor determinante de esa tarea educativa cuya

misión es transmitir ideales y tareas vitales por medio de una relación de amistad y que

mira a proporcionar proyectos y tareas de largo alcance”. (Yepes,2004, p.362). “La

educación moral es especialmente necesaria para el mantenimiento de una verdadera

democracia”. (Barrio, SF, p.244). “La educación es esencialmente algo moral, puesto que

su fin es el mejoramiento de la persona, es decir, que el educando sea una buena persona. Y

eso es lo que se pretende cuando se le educa. Si no se busca eso, entonces no se educa, se

hace otra cosa.” (Barrio, SF, p.113). Los dos tipos de instituciones más adecuados para

enseñar en los valores son la familia y las instituciones religiosas, las únicas cuya tarea

común abarca la vida entera de la persona, pues se ocupan de las cuestiones del origen y del

fin de la vida.

¿qué significa educar en valores? según Barrios (SF) este afirma: “la educación es vida, y

preparación para la vida. Pero queda todavía un paso no menos importante: saber de qué

estamos hablando cuando hablamos de educar en valores. Los valores se refieren al «deber
ser», y el deber ser no es lo que hay, en principio, sino lo que debe haber”. (p.185). La

educación como proceso ideal para formar a las personas de forma integral no debe

descuidar la parte espiritual del ser humano, ayudar y orientar a los jóvenes a controlar sus

emociones, saber dirigir los sufrimientos con madurez y equilibrio para aprovecharlos a lo

máximo, ya que de esta manera crecemos como personas. También los valores son tan

necesarios en la formación de jóvenes para combatir todo tipo de odio y violencia que se

vive hoy en día. Como señala Barrio (SF) Willmann., de acuerdo con el planteamiento

dialéctico, afirma que hay que educar en la obediencia y sumisión a los valores

convencionales, para después acabar en la madurez crítica de la razón. (p. 207).

Referencias Bibliográficas

Barrio J. M., (s. f.) Elementos de Antropología Pedagógica.3ª edición. REALP.

(Frankl, Hillesum, Stein. (2012), La espiritualidad transforma el sufrimiento extremo. EPUG.Roma

Paulo Freire (2018) Formación Docente Y Pensamiento Crítico. CLACSO

Polo, Leonardo, (2010). ANTROPOLOGÍA TRASCENDENTAL TOMO II LA ESENCIA DE LA PERSONA

HUMANA. Segunda edición, Pamplona, EUNSA

Yepes, R. & Aranguren, J. (2004), Fundamentos de la Antropología. Un ideal de la

excelencia humana, Navarra, Pamplona, EUNSA

Valdez Salmerón, Verónica. (2007), Un enfoque Constructivista. Pearson,

Educacion.Mexico.

Historia y vida, Pastoral vocacional. Sufrimiento en los adolescentes Tomado de:


http://www.sanjuandedios.com/historiayvida/sufrimiento-los-jovenes/

Reflexiones sobre la educación en tiempo de crisis. Tomado de:


http://www.salvarojeducacion.com/2013/07/la-educacion-como-valor-

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