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Taller 2.

Profundizar en los principios del derecho ambiental frente al Covid-19.


Hoy, la crisis global sanitaria de COVID-19 salpica todos los rincones. En cada
noticiario, cada conversación en casa o en remoto hablamos de lo mucho que
deseamos que acabe y que sea un pasado lejano.
Sin embargo, antes de esta crisis de salud nos enfrentábamos ya como sociedad
a enormes desafíos que, lógicamente, han quedado casi olvidados por la
emergencia sanitaria. Pero cuestiones como el cambio climático,
la contaminación y la pérdida de biodiversidad siguen presentes y conectados con
la situación que vivimos.
La Acción Climática ha sido reconocida en el derecho internacional mediante el
Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 13 sobre la adopción de medidas para
combatir la crisis climática y sus efectos. Este objetivo hace parte de los principios
mundiales “básicos” surgidos en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el
Desarrollo Sostenible.
La crisis climática y la crisis por el COVID-19 tienen similitudes. Como muestra de
ello podrían intercambiarse en la siguiente descripción:
La crisis climática afecta a todos los continentes, por lo tanto, es un reto global que
no respeta fronteras nacionales y requiere tomar medidas urgentes, inmediatas.
Tiene un impacto en la economía nacional y en la vida de las personas, quienes
viven en su propia piel las consecuencias de la crisis climática. Los más pobres y
vulnerables son los más perjudicados.
Según Naciones Unidas, la crisis climática agravará -como ya estamos viendo-,
amenazas como la escasez de alimentos y agua. No hacer nada nos costará
mucho más que adoptar medidas urgentes que generen desarrollo y riqueza, al
tiempo que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y refuercen la
resiliencia al clima.
Relacionar casos en los que se han aplicado estos principios, pueden ser
ejemplos del país o de corte internacional.

EL PRINCIPIO DE NO REGRESIÓN Y LA ACCIÓN CLIMÁTICA


Como ya fue planteado, otra de las razones por las cuales la pandemia no podría
traer consigo el fin de la Acción Climática es la no regresividad del derecho
ambiental, que tiene como objetivo final la mejora continua del ambiente.
Para ilustrar cómo la prohibición de retroceso ambiental operaría como impulso a
la Acción Climática en el contexto de pandemia es posible traer a colación el
Decreto No. 465, expedido por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible
ante el Estado de Emergencia declarado en Colombia. Mediante este, se dispuso
excepcionalmente que las Autoridades Ambientales deberán priorizar y dar trámite
inmediato a las solicitudes de concesiones de aguas superficiales y subterráneas
que le sean presentadas. Esto, para asegurar el acceso efectivo a agua potable
durante la cuarentena.
Por otro lado, subsiste la obligación de aplicar todas las normas sobre protección
al medio ambiente. Es más, en este momento resulta imperante reforzar la
efectividad de la normatividad sobre el recurso hídrico.
Lo anterior, pues como ha apuntado Juliana Hurtado, investigadora del
Departamento de Derecho del Medio Ambiente de la Universidad Externado,
resulta incipiente este enfoque en el otorgamiento de concesiones si el Ejecutivo
deja de priorizar el primer eslabón del acceso al agua. Por el momento, no existe
en la respuesta de emergencia alguna estrategia concreta que conduzca a la
efectiva protección y conservación de los ecosistemas que proveen de agua al
país, los cuales, indica la investigadora, deberíamos preservar ahora,
especialmente, para evitar un desabastecimiento de agua, considerando que la
contingencia podrá durar hasta época de sequía

2. Consultar sobre Constitución Ecológica de Colombia.


El medio ambiente hace parte de lo que la jurisprudencia constitucional ha
denominado la "Constitución Ecológica", conformada por el conjunto de
disposiciones superiores que fijan los presupuestos a partir de los cuales deben
regularse las relaciones de la sociedad con la naturaleza y que buscan proteger el
medio ambiente para las generaciones presentes y futuras.
La Constitución Política de 1991 le otorgó al medio ambiente el carácter de interés
superior, a través de un amplio catálogo de disposiciones que configuran la
denominada Constitución Ecológica. El objetivo de este conjunto de mandatos es
asegurar que el ser humano, como fundamento del ordenamiento constitucional,
pueda vivir dentro de un entorno apto y adecuado que le permita desarrollar su
existencia en condiciones dignas y con mayor calidad de vida. En cuanto a su
categorización jurídica se ha entendido que el medio ambiente es un bien
constitucional que se expresa como principio, derecho colectivo y derecho-deber,
que brinda los presupuestos básicos a través de los cuales se reconcilian las
relaciones del hombre y de la sociedad con la naturaleza, a partir del mandato
específico que apela por su conservación y protección.
En primer lugar, se ocupa del análisis del medio ambiente como problema político
y constitucional, con el fin de identificar la relación existente entre los conceptos de
calidad de vida, medio ambiente y Constitución Política de un país. Incluye el
estudio del papel de los recursos naturales en la historia del constitucionalismo
colombiano, así como un estudio de los proyectos de contenido ambiental que se
presentaron al interior de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.
La parte central de esta publicación es el aporte doctrinal del autor sobre los
artículos de contenido ambiental de la Carta Política de 1991, con apoyo de la
jurisprudencia constitucional, así como de los estudios nacionales y extranjeros
sobre la materia. En la última parte el autor se ocupa de los artículos de contenido
ambiental de 18 constituciones latinoamericanas.
Esta obra representa una pieza central de la temática ambiental colombiana y se
constituye como un referente obligado para los estudiosos del derecho ambiental
latinoamericano.

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