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Universidad Distrital Francisco José de Caldas – Lic. en Educ.

básica con énfasis en Lengua Castellana


Poder e intersubjetividad
Docente: José Gabriel Cristancho Altuzarra

Karen Rodríguez

ROJAS PINILLA: UNA MIRADA AL PODER Y LA SUBJETIVIDAD DESDE LOS OJOS DE


DÉBORA ARANGO

B. Introducción

Este trabajo parte de la necesidad de conocer los conceptos de ​poder, subjetividad, e


intersubjetividad desde la lectura de la artista Debora Arango, en los procesos históricos de la Violencia
colombiana ocurrido en los años 1953-1957, a partir de la siguiente pregunta: ¿Cómo la
representación artística de Débora Arango ​Rojas Pinilla d​ evela la forma en que incide el poder en la
configuración de la subjetividad e intersubjetividad en la historia de la nación Colombiana?

El uso del lenguaje que se propone en las plataformas de lo público, revela una actitud
predominante en torno a las relaciones de poder políticamente hegemónicas; así pues, los actores que las
ejercen desde las instituciones y su lugar de privilegio, recrean formas en la subjetividad e
intersubjetividad de la población, expresadas en significados de experiencias o imaginarios colectivos
que la mayoría de veces, se asumen en una predisposición disuasiva del contexto; estas prácticas se
introyectan en el espacio cultural que en suma de los elementos y relaciones intersubjetivas, se articulan
en la persona.

Atendiendo a este marco pragmático, Débora Arango en su ejercicio hermenéutico recrea una
lectura de los hechos de violencia colombiana desarrollados durante 1953 -1957 en la dictadura de
Rojas Pinilla permitiendo muestras artísticas que demuestran cómo la política ha transgredido y
transformado la cultura en tanto permite por medio de las experiencias, prácticas y saberes una
configuración subjetiva que legitima y resiste también; acciones como la extensión de capital privado y
coberturas de influencia del ejercicio de poder estatal centralizado.

Para el desarrollo del presente trabajo podemos destacar cuatro fases importantes que dan una
estructura a la pregunta problema ¿Como la representación artística de Débora Arango ​Rojas Pinilla
devela la forma en que incide el poder en la configuración de la subjetividad e intersubjetividad en la
historia de Ia nación Colombiana? Por su parte la primera fase recoge algunos autores trabajados en la
clase y cómo desarrollan los conceptos de ​poder, subjetividad e intersubjetividad​, esto con el fin de
situar nuestro sustento teórico en dos de ellos (Mouffe, 1991 y Cristancho, 2018); la segunda parte del
trabajo puntualiza la pertinencia de los autores escogidos en relación con los conceptos que nos
interesan esto con el fin de dar un lugar argumentativo al producto de forma precisa, la fase posterior
recurre al contexto del producto y su relación con los autores, en este punto centramos nuestro esfuerzos
en articular la pieza con los autores y la pregunta problema, por último realizamos las conclusiones que
dan cuenta del trabajo expuesto y la relación con la pregunta.

Sustento teórico de las categorías ​Poder, subjetividad e intersubjetividad


Trabajamos el concepto de poder a partir de las reflexiones desarrolladas desde la lectura de
J.Cristancho(2018), Mouffe(1991), Deleuze (1987), Althusser(1998), Han(2014), Peñaranda(2012), en
el marco de los estudios culturales, con una perspectiva posmarxista, esto atendiendo a que el ejercicio
vislumbra los niveles macro y micro que se desarrollan en la esfera social y personal; que los traslada a
una jerarquización inherente, fruto de condiciones históricas de producción por medio de experiencias,
prácticas, saberes, entre otros, que permiten el movimiento incesante del concepto de cultura. Así pues
resaltaremos los aportes de cada uno de los autores expuestos anteriormente y propondremos un eje
articulador desde la propuesta artística de Débora Arango fundamentada en dos referentes teóricos. El
presente texto trabajará las reflexiones de los autores desarrollados en la clase respecto al concepto de
poder, subjetividad e intersubjetividad.

Desde la clase ​poder e intersubjetividad, nos resistimos a aceptar una teorización conceptual
que, bajo los conceptos estructurales de Althusser, le otorga al poder de Estado una determinación sobre
los procesos de configuración de la subjetividad. Creemos, como se mencionó con anterioridad, que el
despliegue del poder de estado, mediante las instituciones, puede ser evidenciado de manera clara en la
realidad política de países como Colombia; como por ejemplo el papel de la iglesia en la configuración
de la identidad Nacional y la regulación de la protesta social. Pero nos atrevemos a decir, que si bien
Althusser, nos desnuda el proceder ideológico que tienen las elites políticas para crear condiciones de
reproducción como por ejemplo, la pobreza, queda un tanto corto en lo que a la resistencia y a los
procesos de intersubjetividad se refiere.
Así, hemos decidido, poner en diálogo a Cristancho y Mouffe, ya que desde estas perspectivas
podemos contemplar la posibilidad de invadir los cercos de poder hegemónicos a través de la
resistencia. Para ello, juntamos Cristancho y Mouffe con las expresiones artísticas de Débora Arango,
que bajo un despliegue de su subjetividad, logra acometer en sus obras contra la guerra bipartidista que
desencadenó en nuestro país el periodo denominado como La Violencia.

El adentro y el afuera, dos instancias coexistentes de poder:

Para Deleuze, desde autores como Foucault o el mismo Althusser, el poder es situado en el
vacío, en el cual la acción humana se convierte en muerte, lo que genera una suerte de desesperanza
cuando se intenta arremeter contra él. Para generar un movimiento de oposición a dicho hermetismo,
Deleuze afirma que existe una relación de adentro-afuera, en donde el afuera perteneciente al poder,
puede ser modificado cuando esta posición de vacío entra en movimiento y lo arranca de ahí,
apartándose así de la alienación (Deleuze, 1987, pág. 125). Así observamos que aunque el poder ha sido
entendido como una petrificación del gobierno de turno, es necesario entender que este también le
pertenece a cualquier ciudadano, o de ser mejor a cualquier subjetividad.

Deleuze, a nuestro juicio, nos habla que esta concepción del ejercicio de poder se da porque el
adentro y el afuera constituyen límites sobre sí mismos, cuando en realidad “El afuera no es un límite
petrificado, sino una materia cambiante animada de movimientos peristálticos, de pliegues y
plegamientos que constituyen un adentro: no otra cosa que él afuera, sino exactamente el adentro del
afuera”. (Deleuze, 1987: 127)

Abordado esto desde los aportes de Deleuze ya mencionados; el poder en cambio ​para Althuser
(1998), está situado únicamente en El Estado, es el que condiciona y domina las subjetividades por
medio de la violencia, sea coercitiva o ideológica, para garantizar la dominación en lo económico, lo
productivo y lo ideológico: “El Estado (y su existencia dentro de su aparato) sólo tiene sentido en
función del poder de Estado” (1998: 7). Es concebido explícitamente como aparato represivo (Solo
funciona con violencia al llegar a sus límites), es decir, solo sometiendo esta represión a el pueblo, es
capaz de mantenerse y permitirse subyugar a la clase obrera y posibilitar los medios de reproducción y
obtener una mayor plusvalía, aspecto que no beneficia al obrero pero ofrece mayor poder al represor.

Las formas en que se ejerce ese poder, sean coercitivas o ideológicas, ya que no existe un
aparato de Estado puramente represivo (coercitivo) o puramente ideológico, se llevan a cabo desde los
AIE (Aparatos ideológicos del Estado): “funcionan" masivamente con la ideología como forma
predominante, lo que unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento, en la medida en que la
ideología con la que funcionan, en realidad está siempre unificada, a pesar de su diversidad y sus
contradicciones, ​bajo la ideología dominante, ​que es la de “la clase dominante". (Althusser. 1998, p.
10).

Lo anterior sirve de base para relacionarlo con la obra de Arango en tanto se manifiestan los
postulados de Althusser, respecto a la resistencia a los ejercicios de poder por las clases dominadas, la
evidente representación que hace visible cuál es la clase dominante y de qué se vale (Actos dominantes
y coercitivos) y de quienes se vale (Instituciones del Estado) para ejercer el poder y la dominación. Lo
que en concreto define lo correspondiente a lo que sería el poder, la subjetividad y la intersubjetividad
definidos desde el autor. Esto conlleva finalmente a establecernos como parte concreta de un aparato de
Estado. Sin embargo, en desacuerdo con la postura de Althusser, nos valemos de abordar a Deleuze, ya
que desde sus postulados se hace presente la posibilidad de la subjetivación (Despliegue de sí mismo) y
los actos de resistencia, sin que el Estado y su poder ideológico en su acción determinante en los
procesos de configuración de la subjetivación , los condicione y los influencie en su totalidad.

Bajo esta denominación del ​afuera del adentro, ​que da otra naturaleza al poder, se da la
categoría del despliegue de sí mismo. Este planteamiento permite asistir la forma en que el sujeto
pliega el poder sobre sí, más que sobre otros; aunque, Deleuze propone que una vez gobernado el
terreno de sí, se puede gobernar a los demás, lo importante es que este mecanismo permite una ruptura
del poder ejercido en la época griega. Como menciona Deleuze, no es que para nuestros problemas sea
necesario volver a la cuna del pensamiento para encontrar soluciones, sino que hace un llamado a la
memoria para devolver esa habilidad facultativa de incidir sobre los pliegues del poder, característica
por ejemplo, en la polis griega. Es de absoluta emergencia que la humanidad recuerde que el poder fue
creado por ella.

El poder de la resistencia

Bajo la mirada de las ideas de Deleuze citadas anteriormente, al hacer una lectura de Peñaranda
(2012) se puede observar la resistencia en el Cauca como un claro ejemplo de cómo a través de puntos
de resistencia se puede diluir las fronteras en el adentro y afuera. La evidencia de eso es la personería
jurídica número 2134 del 26 de noviembre de 1970 ​(​Peñaranda 2012,​p.37) lograda a partir de un
sindicato de indígenas, obreros y campesinos. Este ejemplo de oposición al poder hegemónico, también
es evidencia de cómo a través de la subjetividad e intersubjetividad se tejen puntos de resistencia
“Presionando, educando, formando conciencia en que no hay que tener miedo” (​Peñaranda 2012,p.41)​,
tanto campesinos como trabajadores e indígenas, encontraron en sus luchas similitudes que permitieron
articular organizaciones y tener mayor alcance. La organización de los sectores no hegemónicos en
sindicatos y cooperativas expresa las posibilidades de ejercer el poder que tiene la resistencia.

El texto de Peñaranda también responde al llamado que hace Deleuze a utilizar la memoria
como herramienta para incidir en los pliegues del poder, siendo memoria de la memoria; no obstante
Deleuze en relación con este texto dista en la forma de irrumpir el poder, ya que ​en su texto (2017)
prima la organización del tejido colectivo como forma de resistencia al poder y la categoría de
articulación juega un papel decisorio a la hora de disputar una reivindicación específica sin negar los
intereses por los sectores que hacen parte del grupo social organizado. Además responder a los
procesos subjetivos que describe Cristancho (2018) en el marco político, esto se evidencia en la
estrecha relación del tejido con el territorio, este no se ve desde la mirada occidental de propiedad
sino que, respondiendo a las características culturales, ancestrales e intersubjetivas, el territorio es el
potencial para defender dentro del marco político la resistencia. En ese sentido se puede entender la
tensión que tiene el tejido social de los indígenas en el cauca y el ​Macrosujeto del Estado(​
Cristancho,2018,pág,79)​.

Procesos de poder en la intersubjetividad:Incidencia en la cultura

Después de ver la posibilidad de emergencia que propone Gille Deleuze (1987) desde el pliegue
de pensamiento , surge la necesidad de incorporarlo en el marco de cómo el poder configura la
intersubjetividad y los procesos culturales de una sociedad, por este motivo consideramos pertinente
trabajar a Cristancho( 2018). Es menester entonces decir que trabajaremos los conceptos de poder e
intersubjetividad atendiendo a que las prácticas, saberes e ideales de subjetividad en Débora Arango
son resultado y proceso de un marco intersubjetivo mediado por el poder.

El poder para Cristancho(2018) es un proceso de subjetivación y objetivación en el marco


político y cultural que surge de una constante tensión entre las fuerzas ​(pólemos y kratos) por las que se
busca regular, controlar y disputar el poder sobre sí mismo, sobre los otros y sobre el entorno con el fin
de vivir como se desea (Cristancho,2018,p.77) Entendiendo esto el autor propone que la relación entre
los procesos de objetivación y subjetivación disponen de las tensiones mencionadas anteriormente y que
éstas encarnan y configuran el espacio cultural de un objeto y de sujetos ,ya sea de forma material
(edificios, instituciones, entre otras) o inmaterial (ciudadanía);entonces, el poder dentro de la
subjetivación política responde a un proceso de ficcionalización y se trabaja desde el reconocimiento de
un macrosujeto , de carácter antropomorfo, con procesos y resultados de objetivación subjetividad que
ejerce el poder y afecta las formas culturales de relación en varios sentidos, como la invisibilización,
homogeneización y marginación (Cristancho,2018,p.82).

La pintura de Débora Arango, adhiriéndonos a la propuesta teórica de Cristancho(2018) recrea


un proceso cultural y político que se extiende al imaginario colectivo por medio de formas de poder, la
situación contextual de Colombia; desde esta perspectiva puede trabajarse desde ​una macrotensión
desarrollada primero desde la pugna bipartidista, es decir desde el Macroestado como bien lo vimos en
el contexto de la obra, segundo desde esa reproducción cultural que se efectúa mediante instancias
ideológicas respecto al género.

Si bien es cierto que el Estado como Macrosujeto configura los procesos de subjetivación y se
introyectan en las prácticas culturales del entorno social , también existen tejidos sociales que por medio
de procesos ficcionales entendidos como la necesidad para designar nuestra relación con el mundo, con
los demás y con nosotros mismos: ​el alguien​, sus proyecciones e interacción con lo que lo diferencia, es
decir con los otros(ficcionalizar en colectivo) desarrollan una lucha bajo las mismas dinámicas del
querer vivir bien y de procesos de ficcionalización . Por este motivo encontramos en Deleuze (1987) la
capacidad de irrumpir o luchar por los procesos de poder que desarrolla el estado; desde una mirada
crítica y elementos de acción que desconfiguren el sentido ya establecido.

La “libertad” como visión de la intersubjetividad.

Para la continuación de la contextualización de las posturas de los autores frente a lo que se


entiende por poder, subjetividad e intersubjetividad, se incluye también a Buyng Chul Han. Sus
postulados pensados en el Siglo XXI, en uno de sus textos, Psicopolítica (2014) para el caso del
presente documento no se tomarán para abordar el producto cultural de Débora Arango, obra hecha en
el Siglo XX. Puesto que Han, viene siendo la contraposición a la postura que la artista quiere manifestar
desde su obra, la misma; busca defender y sustentar desde otros autores. En relación con Han, se
presentará en este apartado, un texto que contraargumenta sus postulados: ¿Por qué (no leer) a Byung
Chul Han? (2018). Desde allí se tomará parte para decir el por qué de la no pertinencia para abordar y
defender la intencionalidad del producto cultural desde Byung Chul Han.
En Psicopolítica (2014), Han plantea que el sujeto siempre está sometido, bajo la premisa
eufemística de considerarse un ser libre en construcción y que por tanto, tiene de sí mismo el control y
la responsabilidad de lo que su proyecto de vida conlleva y resulte. De este modo, se carga sobre sí, todo
el sometimiento de la coacción, en aras de alcanzar el “rendimiento y la optimización” como propone
Han. En ese sentido, el sujeto se somete de manera voluntaria a las dinámicas explotadoras del sistema
neoliberal, sin ser consiente de su esclavitud: “La libertad y la comunicación ilimitadas se convierten en
control y vigilancia totales” ( p.8). Como plantea el autor, el sistema neoliberal explota todo aquello
que pertenece a prácticas y formas de libertad, con las mismas herramientas con las que somete, procura
dar la sensación de libertad, autonomía y autocontrol, en ese sentido, no se tiene conciencia de un amo o
explotador externo, más que sí mismo y por lo tanto, no se opone ninguna resistencia.

Desde el gigantesco concepto de la libertad, comienza el abordaje para el entendimiento de la


figura de poder y su relación con la subjetividad e intersubjetividad. Pues la libertad se convierte así en
el recurso primario para los artilugios del engaño y​ la malograda independización mental de los pueblos.
“La presente crisis de libertad consiste en que estamos ante una técnica de poder que no niega o
somete la libertad, sino que la explota. Se elimina la decisión libre en favor de la libre elección entre
distintas ofertas.”​ (Han, 2014) p.16.

En contraposición a Byung Chul Han, en el texto ¿Por qué (no leer) a Byung Chul Han? (2018),
los autores parten de un aspecto principal del que desarrollan los demás argumentos: El sujeto no es un
ser asocial, homogeneizado y condicionado en su totalidad que carezca de conciencia y resistencia ante
lo que sucede en él, consecuencia de los procesos de dominación en los cuales está inmerso. Existen
dentro de los distintos grupos sociales aquellos quienes deciden comunicar a los otros lo que acontece, y
a su vez intentan cambiar y oponer resistencia ante esas formas de dominación que pretenden pasar
inadvertidas. Lo anterior, permite evidenciar que esos procesos de comunicación se despliegan de
procesos de la sensibilidad, la conciencia y da lugar a procesos políticos, es decir, lo político no está
aislado de lo personal, de lo cotidiano y por lo tanto, lo político no está aislado de lo sensible, “está
entretejido en las hebras de una realidad habitual, cotidiana, común” (2018). Las construcciones y
producciones de saberes y manifestaciones de los mismos son producto también de un tejido histórico y
social que no debe aislarse ni omitirse como hace ver Han, no puede reducirse al sujeto a una visión
condicionada, en una época aislada y desligada de las antecesoras.

Es por lo anterior, que Han es el autor que contradice las posturas de forma de organización,
memoria y resistencia ante las formas de dominación que desde el poder ejercen quienes pretenden
mantener la homogeneización de las masas y la alienación del pensamiento en función de ellos, como se
ha planteado por ejemplo, desde los autores también contextualizados en el documento. Posturas que se
pretenden defender desde el producto cultural.

Mouffe: Hegemonía y procesos explicativos del poder

Chantal Mouffe escritora belga en su texto Hegemonía e ideología en Gramsci(1991) permite


hacer una reflexión con relación a la posibilidad de desligarse de la mirada determinista en la que se
encontraba el poder, respecto a lecturas anteriores como en el caso de Althusser(1998) y de Han(2014);
además,difiere de la tesis propuesta por Foucault y expuesta por Deleuze(1987) donde el poder es
ejercido, por tanto está en todas partes; al contrario de ello, es posible situar al poder en los sectores
hegemónicos.Esta ubicación o reconocimiento será de vital importancia para entender cómo se
configura y cuales son los procesos para llegar a ser un sector que lo ejerce. Resulta imperante entonces
establecer que: El presente apartado responde a la interpretación que hace Mouffe respecto a las
lecturas de Gramsci y por tanto el concepto de hegemonía es el núcleo problemático en el proceso de
adquisición del poder.

Gramsci radica su teoría en el concepto de hegemonía y establece que esta es entendida como
un consenso constituido por una compleja relación de fuerzas generado por ​intelectuales orgánicos​, que
responden a objetivos económicos, políticos e intelectuales y morales, mediados por la ideología que
tiene una forma material, en este punto es importante destacar la influencia de Althusser(1998) en la
construcción de dicha tesis y el diálogo que establece Mouffe (1991) entre estos dos autores. La
posibilidad de irrupción radica que este concepto es entendido por el autor como el campo donde se
funde la voluntad colectiva y la conciencia que permite luchar en el marco de prácticas sociales
representadas por visiones del mundo y de esta manera se da la posible unidad ideológica orgánica.

El desarrollo de la ideología es fundamental en la obra de Gramsci y en este es donde se


desarrollan los procesos de intersubjetividad que dan al sujeto político un lugar de enunciación, la
ideología es descrita por Gramsci como : “El terreno donde los hombres se mueven, adquieren
conciencia de su posición y luchan” ​(Mouffe,1991. pág. 198) En este sentido el sujeto de forma
arbitraria se sitúa en espacio de prácticas sociales donde es producido por una ideología que no
corresponde a un espacio de reproducción y de determinación, pero que sí está materializado por
estructuras, aparatos e incorporación de prácticas que responden a un proceso de interpelación.
Diciendo esto, la ideología brinda la posibilidad de generar una autonomía eficaz en relación con una
voluntad colectiva que adopte los intereses de las clases que la hegemonía domina.

Dentro de la categoría del bloque hegemónico que plantea Gramsci podemos situar al sujeto
quien materializa las ideologías y las difunde siendo un agente social permeado por éstas; puede
configurar las dinámicas de los sectores hegemónicos por medio de un marco de acción, esta mirada
posmarxista del sujeto rompe con el principio reduccionista que sobrepone la problemática de la clase
social sobre toda teoría y permite que se dé una reforma en la articulación del sistema hegemónico; así
pues el sujeto en el ejercicio de interpelación recrea formas materiales que se irrumpieron por medio de
la acción política( Mouffe, 1991, pág. 195) que funde la unidad ideológica.

Es de vital importancia establecer algo que hasta el momento no se ha dicho y es que la


hegemonía al ser un ​proceso-resultado del consenso social atraviesa el campo de la cultura, esto ha
sido decisorio para los sectores hegemónicos dominantes y a razón de ello es que existe la necesidad
de controlar los medios de producción ideológicos;ahora bien, es importante describir cuál es el papel
del sector hegemónico que lucha frente a estos mecanismos en la disputa por el poder ; este sector
debe asumir una doble articulación si quiere posicionarse como dominante : Un principio de giro
económico y de liderazgo cultural; así pues se desarrolla la pertinencia de este texto en el concepto de
intersubjetividad y poder, dado que explica cómo se adquiere el poder y permite establecer cómo este
ha sido resultado de procesos con objetivos mixtos (políticos,económicos y culturales) y que han
permeado en la prácticas sociales, el texto brinda la posibilidad de entender el ejercicio del poder en un
espacio no esencialista, que le da un lugar de enunciación al sujeto en la praxis y permite apuntar y
deconfigurar la voluntad colectiva que represente los intereses económicos de la clase dominada​.

Alcances de la Obra en el marco del poder, la subjetividad e intersubjetividad


La obra de Debora Arango tiene la pretensión de por medio de simbolismos expresar la
lectura que hace de los hechos sociales y políticos desde una perspectiva expresionista cultural, que es
el medio de reconocimiento de procesos sociales que han forjado las prácticas de poder hegemónico
en el país . Es así como las pretensiones de Arango de contar la historia política y social invitaron a
realizar una mirada al arte, de la mano de un narrador actor de los eventos sucedidos. Todo lo que no se
podía decir en voz alta durante la primera mitad del siglo XX, fue ilustrado por Arango. Una de las
obras más representativas de Débora Arango, es el cuadro ​“Rojas Pinilla”​ , que ilustra la época de 1953
a 1957, época en la que el General Rojas Pinilla tomó el poder tras un golpe de Estado al gobierno de
Laureano Gómez en 13 de junio del 53.

Los conceptos centrales que se desarrollarán en el análisis de la obra son el de: ​poder,
subjetividad e intersubjetividad,​ sustentado en categorías como ​hegemonía, macrosujeto,pólemos y
kratos y cultura .Estos campos y su relación se muestran con mayor claridad en el desarrollo del análisis
de la obra escogidas.
​Poder será entendido bajo la referencia del profesor Cristancho, puesto que permite hacer una
relación con la tensión que Debora Arango en el ejercicio de la subjetividad se permite por medio de sus
obras, en relación con la intersubjetividad establecida por los grupos sociales dominantes, además desde
la formación intelectual que plantea Gramsci para asumir un lugar como intelectual orgánico que
permite difundir nuevas prácticas ideológicas en función de una hegemonía alternativa que puede
recrear nuevas formas de poder.

Intersubjetividad: El concepto de violencia, visto como forma de legitimar los procesos


políticos y de dominación cultural, puede ser visto como el medio más recurrente en Colombia. Las
imágenes de Arango toman la violencia como el eje central de la construcción de la imagen y el
desarrollo desde lo político hasta lo social. Este concepto hace parte de un elemento propuesto por
Althusser como ​aparato coercitivo del Estado, n​ o obstante lo trabajaremos en relación con Mouffe y su
interpretación de cómo el Estado recurre a estos elementos en relación con la doble articulación de
consenso social en la estructura hegemónica
Subjetividad​: La subjetividad la adherimos a (Cristancho, 2018) y la forma en que Debora
repliega una tensión en contra de la producción política, social, económica y cultural del sector
hegemónico dominante por medio de sus pinturas, además en la forma en que se apropia de su lugar
de enunciación y como lo propone Mouffe (1991) adecua su participación en un campo que podría
entenderse como una intelectual orgánica que repliega en forma de arte la representación de los
procesos de dominación y como estos se convierten en medios de acción crítica sobre el orden
establecido.

Seguido de exponer los autores y la relación que estas lecturas tiene con el concepto de poder ,
subjetividad e intersubjetividad; retomaremos la pregunta problema de nuestra investigación ​¿Como la
representación a​ rtística de Debora Arango : “Rojas Pinilla “ devela la forma en la que incide el poder
en la configuración de la subjetividad e intersubjetividad en la historia de la nación colombiana? Con el
fin de articular dos autores en el análisis del producto (Critancho y Mouffe); así pues, bajo esta situación
problémica es que se sitúa la investigación llevada a cabo, el presente texto reunirá los esfuerzos por exponer
los procesos de subjetivación artística en Debora Arango y su íntima relación con las dinámicas del poder en el
marco de las prácticas sociales y culturales de la nación Colombiana; para ello, haremos una contextualización
histórica de la pieza artística y posteriormente centramos la atención en puntualizar el análisis de la obra Por su
parte, el referente histórico construye una recapitulación de los hechos violentos en Colombia y la vida y obra
de la artista , para ello consultamos la tesis ​Historia del arte, una propuesta metodológica desarrollada en
Débora Arango y sus obras sobre el período de violencia (Fernandez,2015) ​Débora Arango: arte, política y
Violencia 1948-1958(​ Parra,A) ​. El 9 de abril en provincia en La nueva historia de Colombia. ​(1999)
Alape, A. ​y f​ inalmente ​Arte como representación Política: Análisis comparativo de la obra de Débora Arango
y Coyuntura política de Colombia (2016-2017) ​Alvarino,S

Marco contextual Colombiano y relación con la artista

Débora Arango nació en Medellín el 11 de noviembre de 1907, hacía parte de una familia
acomodada de la región antioqueña. Desde muy temprana edad inicia una formación académica y
artística a la vanguardia de las prácticas sociales de la época que negaban y deslegitiman por medio
de prácticas machistas el rol de la mujer. Este es el primer marco contextual fundamental en la obra
de Arango, dado que su lugar de enunciación aunque diferente por sus comodidades económicas,
estaba restringido por su condición de mujer en relación con modos patriarcales que se repliegan desde
la institución familiar hasta la estructura formal educativa. Débora, plegando una resistencia respecto
a la forma en que la moral y el pudor, daban un valor estético según las indicaciones del orden
social,realiza pinturas que rompen con el ​status quo de la época, lo podemos ver en obras como
Justicia(1944),​ Madona del silencio (sin fecha) , ​Familia(1951), ​Friné o trata de blancas (1940) una
reflexión subjetiva en tanto materializa productos culturales fruto de las prácticas sociales que encarna
por su condición de mujer, la consideración que Debora hizo toda una re interpretación del significado
que se tenía de la mujer;sus pinturas recreaban prostitutas, embarazadas, mujeres peleando o en
burdeles, mujeres reales que lejos de asistir a ideal moralista de la época, construyen una realidad
invisible o negada por el problema que aqueja no solo a las mujeres sino a las comunidades subalternas;
el problema de la representación, por ello sus obras denuncian la desigualdad a la que es sometida la
mujer, se puede observar por ejemplo en ​La República​ 1957.
Esta tensión que ejerce Débora puede entenderse en el marco referencial de Cristancho(2018)
recordemos que para este autor los sujetos comparten un orden social, en él se desarrolla todo un
juego cultural del que hace parte las cosmovisiones , el lenguaje y demás; también tiene tiene una
propiedad de singularidad, esta dinámica de la singularidad y las prácticas sociales compartidas genera
conflictos, básicamente porque el actuar de otras personas nos afecta o beneficia, así pues el orden
social del que hace parte Debora permitió que su carácter singular ejerciera una resistencia por ejemplo
al confrontar el tema del desnudo fuera de uso exclusivo para los hombres, Alvarino,S (2017) expone
una entrevista que se le hizo a un compañero cercano a artista (Mario Vélez Calle); en el podemos ver
como el orden social en resistencia al poder alternativo de Debora deslegitima sus pinturas y las
censura, la (M) representa la inicial del entrevistado, lo que está entre paréntesis son las explicaciones
que hace el autor respecto a la entrevista

(M) muy independiente, ella era libre pensadora, por ejemplo, hay una historia muy bonita de
ella / cuando pintó un desnudo / entonces la llamaron a... (busca un libro y empieza a mostrar sus
pinturas) ese desnudo causó sensación (revolución artística) en una exposición en el club unión, y
resulta que las señoras de la hi en Medellín, la, como se dice vulgarmente la aventaron donde… donde
el obispo/ que dicen que a ella la descomulgaron .Alvarino,S (2017,p.58)

Débora Arango hace parte de una esfera social con capital adquisitivo lo que le permite tener
una posición privilegiada a la hora de una formación académica, no obstante la mujer en el espacio
cultural tiene una demarcación de sumisión, negación y desigualdad, las prácticas patriarcales fueron
encarnadas por Debora y marcaron un hito importante a la hora de darle el sentido a su producto
simbólico. Bajo estas dinámicas es las que Debora a partir de su formación académica en el ejercicio
de poder singular recrea una tensión al poder subjetivo; es decir por medio de producto cultural le da
sentido a una forma de poder que lucha en contra del establecido.

El orden social del campo religioso ha marcado un hito importante en la historia colombiana,
fundamentados en valores tradicionales se puede evidenciar cómo se desarrollaba un marco de
imposibilidad respecto a la mirada de la mujer diferente a la categoría objeto, vista desde los ojos de
los hombres, fuentes de inspiración para ellos. Débora al posicionar a la mujer como un sujeto con
lugar de enunciación válido desafió el orden institucional, básicamente porque constituye una
valoración estética propia y emancipadora, esta pugna transgrede el Macrosujeto político que se ve a
obligado a actuar mediante actos como la censura y la excomulgación.

El otro lugar fundamental para la obra de Debora Arango fue la pugna política que vivía la
nación, esta estuvo caracterizada por coerción, violencia y fuertes represiones por parte del gobierno. 
Colombia vive una guerra Política desde el siglo XIX, a partir de la rivalidad de las clases dominantes
liberales y conservadores, partidos políticos que hasta el dia de hoy siguen en pie (Sánchez, 1990, p.7);
Esta época se caracteriza por ser una época de violencia incluso de antes, desde el asesinato de Gaitán el
9 de abril de 1948. ​Entendiendo que el general Rojas Pilinilla llegó al poder en un momento de
tensión política por parte de los partidos, traducido en olas de violencia; la posesión de Rojas permitía
una esperanza en linealidad con un discurso articulador, lo primero que fue evidente en relación con
las dinámicas políticas y sus órganos legislativos, fue la figura de la Asamblea Nacional constituyente,
que estuvo orquestado en su mayoría por militares y conservadores. ​Hechos como los mencionados se
relacionan con los planteamientos de Mouffe (1991), en tanto el concepto de ideología y el servirse de la
misma para ejercer la dominación desde los intereses políticos y económicos, lo anterior sería entonces
lo que corresponde a la hegemonía: La lucha ideológica que se centra en establecer unidad entre los
objetivos políticos, económicos e intelectuales (Mouffe. p. 188).

Débora Arango es reconocida bajo este marco como una intelectual orgánica que problematiza
su lugar de enunciación, hace denuncias por medio del arte, que emancipan las prácticas de dominación
cultural, tiene un lugar de enunciación desde la oposición a las hegemonías ideológicas, genera un punto
de tensión(Gramsci en Mouffe.1991) a partir de la producción artística. Así, se hace presente uno de los
fundamentos del pensamiento de Gramsci: para la disputa por la hegemonía es necesario el sujeto que
materializa las ideologías y las difunde siendo un agente social. (Mouffe. p. 190).

La resistencia en forma de acuarela

Rojas Pinilla. Tomada de: Museo de Arte Moderno de Medellín (Ed.), Débora en plural (67).
Medellín: Museo de Arte Moderno.

La acuarela ​Rojas Pinilla recurre a la animalización de los sujetos,esto es, de vital importancia
en la obra de Debora dado a que los animales traen consigo una carga semántica que dota de sentido
la crítica que hace del espacio social dentro de la obra. Atendiendo a ello distinguimos varios sectores
hegemónicos en la obra: El sector militar representado por los sapos,el religioso por los cardenales
rojos, el sector económico recreado en forma de leones que representa a los gremios que en el país han
detentado el poder económico y adquisitivo en sus manos, por su parte las serpientes blancas el sector
político conservador y finalmente el sector hegemónico subalterno que no está representado por
animales sino por cadáveres, en el concluimos que la artista hace referencia al pueblo.

La fuerte carga simbólica que se configura a través de cada pincelada en la obra “Rojas Pinilla”
tiene un papel muy importante el color, recordemos que Debora Arango hace parte de la corriente
expresionista y que en ese sentido este aspecto resulta fundamental para representar la infamia
tradicionalista de las elites que gobiernan Colombia, Alvarino en su análisis describe que: “se logra ver
de color rojo algo que de alguna manera hace referencia la iglesia, tres cardenales (aves) y uno en
“persona”. Es sabido que la iglesia ha sido parte fundamental de los gobiernos”(A ​ lvarino,2017,pág
43​) .​ Entendiendo estos puntos fundamentales en el desarrollo de la obra (animalización y color )
procederemos a analizar los sectores hegemónicos y su relación con el concepto de poder, subjetividad
e intersubjetividad.

Sector militar: Este está representado principalmente por el general Rojas Pinilla y un grupo de
sapos compañeros que recrean la figura del ​Macrosujeto Estado (Cristancho,2018)estos, por medio de
acciones represivas y arbitrarias mantienen el poder, los tres sapos centrales tienen una botella sobre el
mantel con los colores de la patria y como bases unas bolsas de dinero custodiada por leones que más
tarde desarrollaremos, Esta es la forma en que Débora apropiándose de su lugar de intelectual
orgánico denuncia cómo las fuerzas armadas se enriquecen por medio del liderazgo de Rojas Pinilla y
la forma en que este grupo de animales, en compañía de otros igualmente desagradables disfrutan
sobre los cadáveres del sector hegemónico subalterno, al respecto Fernandez enuncia :
Con el fin de asegurarse el respaldo militar, Rojas colmó de beneficios y prerrogativas a
las Fuerzas Armadas, con cosas que “iban desde la construcción del Club Militar en Bogotá, uno
de los más lujosos en Latinoamérica, hasta bonificaciones por el servicio en estado de sitio”
(Tirado, 1989, p.110-111), elementos a los que claramente se hace alusión en las copas de
champaña que los batracios tienen en sus manos. (Fernandez,2016,pág 122)

Sector religioso: Debora Arango representa por medio de los cardenales rojos un sector
hegemónico que también ostenta el poder;en este caso el ideológico, las figuras rojas en un ejercicio
de vigilancia apuntan a las bolsas del dinero que parece ser el centro de la obra, si observamos la pieza
bajo el lente de la jerarquía podemos distinguir esta estructura, ahora bien recordemos que la época está
muy influenciada por las prácticas moralistas que inculca la religión , en ese sentido podemos reconocer
que este sector hegemónico tiene un lugar de enunciación fundamental a la hora de situar al poder,
dado que por medio de la ideología como lo propone Mouffe lo mantiene y de esta forma pasa por
encima del pueblo que como ya lo dijimos está representado por los cadáveres para cumplir con el
mismo interés de los sectores hegemónicos animalizados; el dinero.

Sector subalterno: Por medio de cadáveres la artista plasma en la obra el prodcuto-proceso de


la intersubjetividad que ha sido vulnerada por los sectores hegemónicos dominantes, este elemento
simbólico representa no solo una pieza fundamental en la obra de Debora Arango sino que permite un
tipo de liderazgo cultural asociado como se identifican con la obra los sectores subalternos; respecto a
prácticas sociales, culturales y políticas que históricamente han violentado, oprimido y negado los
derechos. Asì mismo plantea un problema que tiene que ver con el concepto de ideología que propone
Mouffe, aunque el sector dominado logra una relación intersubjetiva que en aras de sentirse
identificado reconoce algo valioso en la obra de Debora, este hecho no logra ser el detonante para que
se recree una conversión a la disputa del poder.
Sector económico: ​La artista, ubica a Rojas Pinilla en la obra de manera que sea asumido como
quien está al mando, “Bajo su mandato se queda con gran parte del dinero del país” (Alvarino, 2017,
pág 43) bajo él los leones y las bolsas de dinero como parte central de la obra, en los planteamientos de
Mouffe, lo anterior es la representación de los procesos propios de la hegemonía que obedecen no solo a
los intereses ideológicos sino, a los económicos, los que por supuesto no se aíslan del objetivo de ejercer
dominación ideológica. Así los leones, representan a las otras instituciones y sectores económicos que
se unen a la parte del poder situado en el gobierno para salvaguardar su capital y tener la garantía de
participación en los ejercicios del poder que subyuga en conjunto con las demás instituciones del
Estado, a los más vulnerables.
Sector político: ​En la misma ubicación jerárquica del sector religioso representado por los
cardenales rojos, se sitúa al sector político representado por las aves. Uno a cada lado del sector
económico como eje central, en cada uno de estos sectores hegemónicos existe evidentemente la
posesión y ejercicio de poder sobre las subjetividades subyugadas principalmente por el ​Macrosujeto
Estado (Cristancho,2018) que obedece a los intereses del gobierno. Así mismo. Teniendo en cuenta el
texto de la autora, en tanto que el poder que se adquiere y que ha sido resultado de procesos con
objetivos mixtos (políticos, económicos y culturales), se evidencia la actitud de “servicio” de los
diversos sectores hegemónicos hacia el gobierno. El sector político se sirve del sector religioso mediante
los discursos de moral que impone el mismo sobre las prácticas ciudadanas y actuar en linealidad con
los mismos, para así obtener la aprobación de las subjetividades y mantener el mandato de quien lidera,
para este caso, Rojas Pinilla. Lo anterior teniendo en cuenta que la hegemonía es también un
proceso-resultado​ del consenso social como puntualiza Mouffe.

Resulta importante reconocer entonces, que Debora identifica los sectores hegemónicos
dominantes y los denuncia por medio de simbolismos que irrumpen las formas de poder establecidas, lo
logra hacer porque estos al ver su imposibilidad en crear un aparato ideológico en la artista, se valen de
aparatos coercitivos como la censura, el señalamiento y la negaciòn de su profesión,de esta forma se
reconoce todo el desarrollo del Macroestado, si bien la lucha del poder yace en la cultura, cuando no es
posible penetrar esta barrera se extiende a las formas coercitivas que conocemos y de las que Debora
hizo parte.

D. Conclusiones y perspectivas:

Podemos denotar a partir del análisis de esta obra Rojas Pinilla que la forma en que el poder
configura las subjetividades, es reducida a posturas ideológicas establecidas por sectores hegemónicos
dominantes, el poder ejercido de manera represiva generaba una división subjetiva de la sociedad
colombiana; ahora bien, por medio de la categoría del sujeto político se puede reconocer una forma de
resistencia y de ejercer el poder en tanto que como fruto de un producto-proceso del sujeto
onto-bio-social por medio de experiencias repliega la subjetividad y la materializa por medio de
ficcionaliza ciones que en este caso dista del determinismo y repliega formas de resistencia.

Es menester destacar entonces que se puede reconocer a Debora Arango no solo como un sujeto
político que toma las riendas dentro de su singularidad para resistir al poder del sector hegemónico por
medio de manifestaciones culturales, sino que también se puede entender como lo hemos justificado a
lo largo del documento como una ​intelectual orgánica; porque asume un lugar de enunciación traducido
en denuncias públicas, desde el adentro, genera resistencia a las instancias de poder hegemónicas,
gracias a estos campos de acción que reconfiguran las repeticiones de lo cotidiano desde una postura
crítica, con la intención de modificar el status Quo, por medio de la apropiaciòn ideológica que
planeaba Gramsci donde el sujeto adopta una ​conciencia que permite luchar en el marco de prácticas
sociales representadas por visiones de mundo y de esta manera se da la posible unidad ideológica
orgánica.

De nuevo este análisis visto desde esta perspectiva presenta un problema, en tanto que Débora
no representa una unidad ideológica orgánica sino que es más bien una intelectual que ocupa un lugar
de enunciaciòn , resulta importante esto porque en este punto es posible preguntarse si la conciencia
ideológica de la artista irrumpe o fragmenta por medio de la seducciòn o el consenso los grupos
hegemónicos dominantes o genera algún tipo de unidad que deconfigure dichas estructuras. Respecto a
este punto podemos decir que el la lucha del poder como bien se vio dentro del desarrollo de este
trabajo se extiende a la cultura , lo podemos notar en relación con los procesos de subjetividad de la
memoria colectiva; por ejemplo con lo que se narra sobre la historia respecto a la época, digamos que
no se asume una mirada política que reconozca los sucesos de violencia , represiòn y coerciòn desde un
marco histórico y político: Debora permite la configuraciòn de una narraciòn alternativa por medio de
sus procesos subjetivos e ideológicos que configura en el espectador otra forma de narraciòn; asì pues,
puede que no haya configurado un tejido colectivo que luche por el poder pero configura una mirada
alternativa en un proceso de intersubjetividad al momento de ver la obra que permite asumir un punto de
vista diferente al ideológicamente impuesto por la hegemonía dominante.

Teniendo en cuenta las dos formas que el Macrosujeto Estado opera (represiva o ideológica) y
que una es más directa que la otra, Al ejercerse el poder con la represión como forma predominante, la
subjetividad que se construyó sobre el poder del Estado, se tradujo en intersubjetividades de las cuales
se crearon puntos de resistencia como las pinturas de Débora y de otros autores, sin embargo pese a
estos puntos de resistencia, podemos ver que los grupos subalternos, no han podido generar un cambio
contundente, y la hegemonía se mantiene “intacta” respecto a los sectores hegemónicos que ostentan el
poder

Finalmente como reflexión podemos decir que al entender el poder perteneciente a todas las
esferas sociales, podemos crear campos de acción y resistencia, los pliegues del adentro de sí, traducidos
en ideologías, y subjetividades, que funcionan como instancias de trasnformaciòn que se configuran y
configuran intersubjetividades.Navegar por la obra de Debora permite reconocer la importancia de
asumirse como un sujeto político que resista las formas en las que el Estado colombiano ha operado.
Los procesos de subjetividad e intersubjetividad que ha vivido la poblaciòn colombiana son resultado de
procesos históricos de producciòn , social, cultural ,económica y política que ha marcado e impedido
fuertemente el devenir de un proyecto colectivo en funciòn del reconocimiento social con base en la
diferencia y la inclsuiòn, no obstante no està determinado como bien lo hemos visto.Es menester ocupar
luagres de encuniaiòn y apropiarse como un intelectual orgánico que configure las instancias de poder
que niegan al sujeto, para construir una unidad ideológica orgánica.

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