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Es muy importante que ambos cónyuges conozcan cuales son sus funciones y
tareas. En este artículo se analizará la declaración que Dios hace con respecto
a las responsabilidades del esposo.
Porque soy cristiano, porque sé que el Dios que hizo a la mujer y al hombre es
mucho más sabio que ellos. Y también porque sé que los mandamientos de
Dios no son gravosos. Su voluntad es «buena, agradable y perfecta». Si Dios le
da a la mujer ciertas responsabilidades entonces son buenas y agradables para
ella. Si Dios le da al hombre ciertas responsabilidades lo hace por razones
buenas y sabias. El hombre o la mujer que batalla contra la declaración de Dios
acerca de las responsabilidades comente una necedad, pues se niega el
privilegio de experimentar una genuina unidad en la relación matrimonial.
Por supuesto, hay muchos pasajes en la Biblia que hablan acerca de la parte
que le corresponde al esposo en el matrimonio. Algunos de los pasajes claves
son: Génesis 3.16; Efesios 5.22–33; 1 Timoteo 3.4–5; Salmo 128; 1 Pedro 3.7;
1 Corintios 7:3–4; Proverbios 5.15–19; Colosenses 3.19.
El esposo debe ser el líder de su esposa (Ef 5.23; 1 Ti 3.4, 5, 12; 1 Co 11.3).
Juan 13.1–15 nos presenta el mismo cuadro de lo que significa ser un líder. En
este pasaje el emblema de liderazgo no es un trono o un bastón, sino una gran
toalla y una vasija. En otras palabras, el líder debe tener corazón de siervo para
actuar como tal, y reaccionar como se debe cuando se lo trata como siervo.
(Nótese como 1 Pe 5.3 y 2 Ti 2.5–11 ilustran este mismo concepto).
Cuando aplicamos este concepto bíblico al liderazgo del marido, vemos que el
ser líder significa que debe ser el siervo más grande de la familia.
Debe ser la cabeza de su esposa así como Cristo es la Cabeza de la iglesia (Ef
5.23).
Del mismo modo, el esposo debe vivir siempre interesándose por el bien de su
esposa, debe actuar por amor de ella. Debe ser el siervo-líder de su esposa.
Para que esta tarea sea más fácil, observemos ejemplos del liderazgo de
Jesús.
Es significativo que Pedro manda a los esposos a morar o vivir con sus
esposas (1 Pe 3.7). El esposo no cumple con la responsabilidad conferida por
Dios hacia su esposa si no se deleita en su compañía y se ocupa de que
puedan disfrutar de compañerismo frecuente y regularmente. (Nótese la misma
palabra utilizada en Col 3.16 y Ef 3.17. Lo que el cristiano debe hacer con la
Palabra de Cristo en su corazón, es lo que se requiere que el esposo haga con
la esposa en el hogar).
Sin duda, Dios también espera que el esposo guíe y sirva a su esposa
enseñándole. (Ver 1 Co 14.35 donde queda establecido el rol del esposo como
maestro de su mujer).
Comparar Juan 4.1, 2; Marcos 1.35–39; 6.7; 35-43; Juan 11.39–44; Mateo
10.1–14; 16.13–20; 21.1, 2; 28.8–20, donde Jesús tomó decisiones y delegó
responsabilidades en sus discípulos. Vale destacar que cuando Jesús delegó
dio directivas claras, concisas, y específicas para que los discípulos supieran
qué se esperaba de ellos y cómo debían llevar a cabo sus tareas.
Al mismo tiempo, las Escrituras indican claramente que él dejó que ellos
también tomasen iniciativas y fuesen creativos. También era sensible a sus
temores, necesidades, dudas, y estado espiritual, emocional y físico. Les dio
una estructura básica sobre la cual trabajar pero también en gran medida,
libertad dentro de la estructura.
Del mismo modo los maridos cristianos deben guiar a sus esposas al tomar
decisiones y delegar responsabilidades. Ser el líder no significa que debe
cargar con toda la responsabilidad y hacer todo el trabajo mientras su esposa
no hace nada y no se responsabiliza por ningún acto. Significa, eso sí, que él
se ocupará de que el trabajo se haga y de que cada uno sepa qué le
corresponde hacer.
Esto significa que debe ser el siervo de su esposa, pasar mucho tiempo con
ella, darle instrucción útil, escritural y práctica, ser un buen ejemplo para ella y
tomar decisiones y delegar responsabilidades en su hogar.
Este elemento es el que más aporta al desarrollo de una unidad genuina. Sin
duda, es la otra cara de la moneda en el matrimonio. Para experimentar la
verdadera unidad matrimonial la sumisión de la esposa debe ser genuina y
bíblica. Por el otro lado, el estilo de vida del esposo debe caracterizarse por la
clase de liderazgo que acabamos de describir.
Sin embargo, la Biblia no solo dice que el esposo debe ser el líder de su mujer,
sino también afirma que debe ser el que ama a su esposa.