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CAPITULO 6 PREJUICIO Y RELACIONES INTERGRUPALES, i t ! En 1994, el afi en el que escrbo este captul, el mundo parece tan hendide ‘como siempre por el odio y el derramamiento de sangre intergrupales. Sélo en 108 literalmente decenas de miles de asesinados en Ruanda, miembros de as tibus tuts y hutu dispueindosed derecho a gober. nar el pals. El asesinato en la antigua Yugosavia sigue sin disminuir mientras {que croatas, serbios y musulmanes luchan entre sf por la propiedad de Bosnia, Y, 2 excala més pequetia pero no menos uégica, docenas de palestinos han ‘muerto en una merquita de Hebré por los disparos de un soldado israel, y ‘mutieron asesin ios irlandeses en un bar del condado de Down, en Inlanda del Norte, mientras van asu equipo jugando en la Copa del Mundo. Laterible ironfa de estos sucesos est en que ‘ado, por otra parte, por algunos tos intergrupales: ls primeras el ‘contextos integrupales son rants y tan diferentes como las propias siuaciones, pero todas tienen una cosa en comin: todas se pueden considerar como la representacién de los intereses materiales de los supos implicados. Ya sea el resultado la paz ola tolerancia o el fana- tismo, a menudo son consecuencia de los respectivos intezeses econémicos, polices y geogrficos de los grupos en ese momen ‘sta idea consttuye el punto de partda de este capfeulo en el que considera- ‘mos el prejuicio como deivacién de ls relaciones sociales entre los grupos, Por tanto, la primera seccién se concentra en las relaciones objeivasotientadas ala 183 sociales. Un factor importante en este aspecto es el cién con otros grupos. Esa comy muchas dimensiones diferentes, menos tangibles impor 135 y postivas, con fecuencia porque el grupo tiene suficiente estas y claridad en su definicién, las acitudes y la conductaintergrupal postriores probable- mente serdn muy diferentes que si se sienten mal definidos o amenazados de al Estos process de mantenimiento o logo de identidades sociales proporcionan el tema del segundo apartado, En el tercer apartado, comparacionesintergrupales continia en ic icaciones respecto al sentido de deprivacién punto retomamos a temas materiales como los niveles Insereses grupales conflictivos ¢ s posible analiza la conductaintergrupal —y, con seguridad, iio tenemos un exelent ejemplo de conducaicergupa en sis principal de eta teorfa es que las acttudes y la conducta intergrupales ten dlesin a refljar los incereses del grupo, Cuando son incompatles es devs 184 FREVICIOY RELACIONES INTESCRUALES cuando un grupo gana 2 exp mente seré negativa:aciudes Cuando son compatibles —o, atin que s6lo puede ganar un grupo con la ayuda de todos ellos era esble y no deprivada, y que ninguno se conoca ent del campamento. Est procedimientas tan claborados se disefaron para asegu- rarse de que la conducta posterior no se podria aribuir a ninguna deprivacién precxistenteo a reac En la primera exapa de los experim se separé a Jos chicos en dos grupos, pprocurando que fueran lo més iguales posible. En dos de los experimentos tam- bin se dispuso que la mayor parte de los amigos de los nfios, os que se habfan hecho durante el primer o segundo dia del campamento, deberian escar en el exogrupo. En el tercerexperimento los chicos nose hab Independencia los observadoresregstraron algunos ejemplos de comparaciones cou el grupo ea gus ein Sher (1966p. 60) ol ilo de 4 prope conocer la exisencia del otro fara oto grupo en alga dad intergrupal ocurricran entre los grupos. concurso. Es signifcativo que esos ejempl ‘antes dc haber introduc una competenca exp! 185 seconvirtis rip dos facciones hostils, peleindose constantemente y al cando fsicamente al otro grupo. Las percepciones ‘mostraron pruebas determinantes de sesgo de endogrupo, y la amistad quedé cconfinada casi exclusivamente a los miembros del propio grupo. Ese rupal respecto a una serie de ‘cualquier pretexto. Habiendo generado tan ficilmente animosidad entre los grupos, She aron entonces reduc el conflicto, Partiendo de las misma ciones interpersonales casi con dos pero que ninguno pudiera alcanzar por si solo 166). Por ejemplo, a ocasién se presenté cuando se provocé que el ‘camién del eampamento se rompiera a varios kilémetros de és. Pesaba dema- ncadav un solo grupo de chicos: natural pero que, preparaban los investigadores con mucho cuidado— los dos grupos se volvie- ton macho meno ages ee ty ss prepionsy actitudes mucho sta, los cstudios del campamento de verano parccen proporcio- ‘cambios psicosociles fueron demasiado genéricosy demasiado répidos pare ser véase Capit 186 nec V RELACIONES INTESGHUTALES ee que fueran, en la a ros del exogrupo se pareceran més nals década post Iaboratorio de las relacionesincergrupalesconfirmaron ampliament® Sus results- dos bésicos, Cuando la interdependencia entre grupos e controla experimental- snente para qu sea negative, neutao post, los resultados son bastanee cohe- tis sago de endogrupo, menos simpatia intergrupal y tegrupe mds fuerce cuando ls grups estén objeivamene en Neuundo tienen que cooperar por algin objetivo conjunto (Brown, 1988; Doite, 1976; Turner, 1981). ‘Lot resultados de fuera del lboraroio también han apoyado en general el cafogue del confi reais de grupo, Los exeeotposnacionales dominantes sr menudo experimentan cambios importantes a mejor 02 peor, egtin se Forjen spuevasallanzs o haya dclraciones de guerra en las relaciones internacionales Recuerdo muy bien e6mo, en as breves semanas que siguieon 2 la excursién i i Jas Malvinas en el Aténtico sur en 19382, os cos de los argetin 7 beicosa En casiones los psicSlogs sociales han Seago (1947) enconté (1992) registraron las percepciones de los esudi ‘Unidos, aperentemente un exogrupo basunte negative para exe subgrupo par~ ticular Ente septiembre de 1990, justo después de que lrakinvadiese Kuwait, y febrero de 1991, cuando se retiraron por fin, lose denses se hicieron significaivamente meno gos como earrogantes «de mentalidad ce 187 ewer y Campbell realizaron un esudio etnogrifico con 30 grupos tibales de Africa De todas ella, 27 se valoraron asi mismos més favorablemente que a nin- «iin otro endogrupo. El grado de este sego estaba rlacionad con la proximi- « valorados: se descalificaba més, de alguna manera, a los ‘grupos cereanos que alos grupos mas distantes. Esa co conficto realsta de grupo ya que los grupos vecinos te- rnen més probabilidades de verse envuetos en disputas porte acceso al agua y otras fuentes de recursos. El asunto es complicado, sin embargo, porque también hay més probabilidades de crear vinculos de intercambio comercial entre los grupos cercanos, lo que daria oxigen a interdependencia in incergrupal (como de hecho también encontraron Brewer y Campbell). Ambos patroné zon todos los grapes, se hacen compres das directamente a penalizar la segundo grupo de actiudes fueron valoraciones més convencionales de endo y ‘xogrupo, de las que se derivaron las medidas del sesgo de endogrupo. Los nde la medida de agresién, en donde, con in. Sin embargo, también hubo ouos resultados de interés, Uno fue que las percepciones de la disparidad de valores intergrupales correlacionaba positivamente con la agre- préxima «esto ¢s de importancia para otras resultado, de interés por la misma raz6n, 188 PIEUICIOYRELACIONES INTERGRUMALES dad social de los miembros det grupo tuvo un efecto sobre la. cancidad de impacto psicoligica dal conflicto de intereses entre los grupos. Por tiltimo, y jue habfan pret 40 por ciento de edidas de sesgo inexgrupal ‘Ademas, el sesgo de endogrupo y la agresién intergrupal permanecieron com. inconexis. Es independencia empirica entre ests diferentes indi- da conflict reaista de grupo, como hemos visto, proporcions te de muchos ejemplos de preuicio. Adems, tiene la Capfeulo 2), ciones econémicasy poltcas entre los grupos a os que concietnen. Sin em go. pesar de sus indudables méritos, se dan, como ha sefilado Turner 81), luna serie dedificuladesempiricas yteétias com la perspectiva lo que significa que por sf misma todas ls formas de Un problem: escin compitiendo por el teparto de los recursos tienen més probabbilidades de abriga acticudes intergrupales més negativas y sesgadas que cuando estin coo- no desaparecen del todo en. siwac incapaz de proporcionar una explicacién completa de en que, mientras que esté claro que cuando los grupos tad, igada estrechamente ala primera, es que un con- no tiene por qué ser necesti para la activacién del favoritsmo yk compeicin de endogrupo. Con cera dos de iron, fue el opi Stes qin mpordoné uno , sugiere que podrfan podsia oftecer una pista 210 pasuico de poco interés. Cusand de los hombres hacia los mex or otra parte, otros experimentos han deparado resultados més equtvocos. Por ejemplo, Stagner y Congdon (1955) no lograron hallar aumentos en el pre~ juicio en estudiantes tras la fastracin de haber obtenido malos resultados en ‘eximenes académicos. Cowen y otros (1958), usando una metodologi 10 negativo hacia los negros cexmocentrismo més general contra otras 12 procede de unas abservaciones. psicosocal a gran esala sobre las sional eran buenas, que en otras (por ejemplo, en fa inidades de promocién. En efecto, como obser SI ituaciones sirvieron de pre~ ‘5 una serie de condiciones que crefa que seria necesatio cump) poder obtener los deseados efectos de reduccién del prejuicio. An teriores las han redefinido y se han sumado a ellas (Amir, 1969, 1962, 1978; Pettigrew, 1971). Examinemos las cuatro condiciones més jimportantes. 260 nepucRELrAGO Apayo sociale institucional La primera condicidn es que deberia haber un marco de apoyo sociale insu: ‘ional para las medidas que se han designado para promover un mayor contac to. Con esto me reficro a que las autoridades, los direcores de colegios y el testo del personal, los politicos al elaborar nueva legstacién y los jueces al con- trolar su administracién, no deberian ser en absoluto ambiguos al asumir los objetivos de las politicas de integracién. Hay-al menos tres razones que demucstan Ia importancia de esto. La primera es que quienes ocupan posiciones de autoridad normalmente cstin en posicin de administrat sanciones (y re 2) para las acciones «que entorpecen (0 promueven) los logrs de ls ob tas dircctivas de los colegios y vicioso de la deprivacién social y el pre cexperimentan: los bajos resultados pos negativs del grupo dom s estereatipos que probablementejusifican més ain ‘educativa y ocupacional. La segunda venta, e9 alas personas acomporeatse de forma menos, ‘que fa mayor parte de las personas tienen necesidad de congruencia entre sus convicciones y su conducta para ev- isonancia. Lo mismo podria sucedet con el prejucio. Sia junto a otra persona de un grupo minoritario, 0 ira idiamos juntos sin problemas, porlo tanto no puede alos como pensabav. Com respecto a esto siem- pre me acuerdo de én sobre el uso del cincurén de seguridad en los coches que se introdujo en Gran Bretaia y en otras pares en los aiossetenta, ‘on gran oposicién por parte dels liberaes conservadores. Ya pesar dell, ia experiencia de dos décadas de haber exigido el uso de los cincurones de seguri- dad se a convertido en un hibito tan automitico para nosotros que ahora uno se siente malsino se pone el cinturén en el momento en el que se mete en et coche, ‘La teceray mas importante razén para propotcionar apoyo institucional a las medidas de contacto es que ayudan a crear un nuevo clima socal en el que pueden sugir normas més tolerant. Por tanto a significacién de la inflayente 261 oe canal supremo de Estados Unidos en 1954, 0 de las lyes sobre Pexual en Gran Bretafia cn 1965 y 1975, podrlan no lo eficaces por s{ mismas para eliminar | 1. En efecto, Truchoslgaladorsy funconais hicieron todo lo que puderon pars et toner que levaroy& la prcica durante afos. Pero ruviron un profunde impacto en hs actiudes pls, de al manera que fue haiéndase cla > tarios o a las 07). ‘mujeres asin menos, desprecialos pblicamente(véase ‘La investigacidn que demuestra el impacto del apeyo racién nivel del prejuicio no ha sido muy abundant, sobre todo pordie itaplicaba difcultades metodegjcas insuperables. Cuando se intoduce en Wt i de se podria encontrar un grupo de control ‘reat nuevas normas, aun cuando no se puede demostrar co Por ejemplo, dos antigus exudios sobre planes de vivindaséenicamente in grass documentaron co, en los proyectos experimenaes en dande estaba ‘Eniendo gar a integraién, as personas hacen comentarios sobre as expecta: vprncrocales a fvor dela colerancia y la meaca interracial. En cones, en las areas segregadas, los blancos hacian comes de hacer o ela gente pensarfa que ests | a mezda con negros (Deutsch y Call sonancia con esas normas diferent fran marcadamente més tolerates “Wilner y owos, 1952). En con~ sades intergsupales de los blancos proyectos de viviendas integradas. Potencial de velacién La segunda condicin para un contact fuctfero es que tenga a fccueniy dduncidn y proximidad suficientes como para permit el desarrollo de relacior thes sigcaivas entre fos miembros de os grupos implicados, En palabras de Cook deberla de haber un ealto potencial de relaciéne (Cook, 1978p. 97) én Sptima se puede contastar con la poco ffecuente seas y ‘de algunas situaciones de contacto intergrupal. Se supone que poco podria hacer para fomentaractinues ms favorables y que incse podtlan empeorais. Una vez més hay una ile raza fundamental par 9 resdicidn, aunque hay menos acuerdo entre los investigadores del contacto sobre la importancia relativa de estas tres razones. ‘Una razin es que el desarrollo de buenas relaciones intexpersonales invimas se cree que es postvamentegraificante. Por tao, segin st argument d Seam poscvo generado por eas raciones se muestran ‘menos sesgo que quienes se han concentrado mucho ms en lar Partiendo de las mismas premises que Brewer y Miller (1984), Gaertner y coos (1993) llegan a una conclusién diferente Ellos también son consciences de los sesgos que parecen generalizarse répidamente por la presencia de ias Aivisiones categéricas. Pero la solucién a ete problema no das categorias: en lugar de eso sugieren que recolocat cognitivao fsicamente dos limites categsricos seré una estrategia més productiva. El objetivo es subsu- rir los endogrupos y exogrupos previos en una nueva categoria supraordenada de tal forma que los miembros anteriores del exogrupo se puedan percibir como compafieres del endogrupo. Por lo tanto, més que intentar evitar las referencias de grupo, Gaertner y ottosesperan aprovechar el poder de laiden- tidad comiin endograpal para reducir las diferencias intergrupals preexis tes. En donde Brewer y Miller proponen descategorizacién, ellos defienden reategoriacibn, Para comprobar este modelo, Gaertner y sus colegas han realizado una serie de experimencos en los que creaban primero dos grupos artificial y despuls, vatiando la disposicién de los asientos en encuentros intergrupales posteriozesy proporcionando diferentes interdependencias entre los grupos, manipulaban el grado en que los sujetos percibfan la sicuacién como una en la que estaba pre- sente un tinico grupo, dos o sélo individuos separados (Gaertner y otro, 1989, 1990, 1993; véase Capfculo 3 en donde presenté uno de estos experimento mente encontraron menos sesgo endogrupal en la primera de las tes tuaciones y mds en el segundo, Por otra pare, las representaciones cognitvas acion de los participantes en estos términos tendfan a correlacionar de con los correspondiente niveles de sesgo (Gaertner y otros, 1990). Los esulta- dos no se limitaron al entomno del laboratorio, En una encuesta de una escuela de secundaria multiétnica en Estados Unidos las actitudes positivas de los estu- dliantes hacia otros grupos estaban correlacionadas positivamente con ls rs- puesta 2 los fcem que acentuaban la identidad supraordenada (por eemplo, «a pesar de ls grupos diferentes en la escuela, sentimos frecuentemente que codos Pertenecemos a un solo grupor), aunque correlacionaban negativamente con dos tem que acentuaban laexistencia de diferentes grupos (Gaertner y otros, en prensa) 284 REDUGRE PLICIO De una forma o de otra, los dos modelos que he analizado hasta aqui propo- nen la disolucién de los limites de grupo exstentes. Aunque cada ino tiene su propia base raconal para elo, lo cierto esque las dos hacen que sea mis dificil proceso de genealizcién, Supongamos que interactlo con una persona del «xogrupo bajo las condiciones de descategorzacién o de eecategorizacién, En tanto que estas condiciones hayan logrado alejarme de percibir a esa persona como miembro de un exogrupo (o, en efecto, de ningin grupo en absolutc), ningtin cambio en las acttudes que yo experimente hacia es persona se puede extrapoarficilmente a otras miembros de su grupo a quien yo no he conocido ain, Ademés, mis acticudes intergrupales més generales podrian permanecet intacas, sin vere afectadas por la situacién de contacto. Esa consideracién fue la que nos levé a Hewstone y a mia proponer un modelo de contacto intergru- pal bastante diferente (Hewstone y Brown, 1986; Vivian y otros, en prensa). Sugerimos que mis que intentar eliminar la divisiin existente endogrupo-exo- supo podtla esultar provechoso mantenerla, al menos con un minimo peso, ‘optimizando simulineamente ls diferentes condiciones de Allport (1954) para dl contacto frucifero. De esta forma, el contacto tendré lugar a nivel intergrupal sis que a nivel interpersonal, entre personas que aetdan como representatias, del grupo més que como individuos sin fliacin (véase Capiculo 1). Si esto se puede organizar correccamente, cualquier cambio postivo engendrado durante el contacto se podria transferrrépidame ‘que los compariers del contacta ese grupo (véase Rothbart y John, En ciezo sentido se puede cor «ste exogrupo se comportaron agradable 0 dessg encuentro agradable con el miembro del exogrupo stipico» prodiajo me significativas en la evaluaci6n del exogrupo como total desagradables ols encuentros con una persona 2 bios en fa actin. Usilizando la categorfa de «antiguo paciente mental» de un exogrupo, Desforges y otros (1991) compararon la eficacia de las diferentes cla- ses de siuaciones de aprendizaje cooperatvo. Aunque no variaron las caracte- risticastpicas del cémplice, de quien se supuso que tenfa un hisorial de enfer- smedad mental, en todas las condiciones se fa retra6 como una tfpica antigua Paciente mental y esta categoria fue destacada durante el experimento. Como se esperaba, ls encuenttos cooperativos oan esta persona produjeron més cam- bios de actitud hacia los enfermos mentaes como conjunto que ls condiciones 285 mio de control de contacto minimo. Los etudios dl cambio de esteeotpo tam- bin indican que la informacidn falsadora tiene que estar asociada a lor mie bros tfpicos de la categoria implicads sino percenecen a un subtipo deran excepciones, ya que en estas dos tltimas condiciones no se estereotipo categérico general (Johnston y Hewstone, 1922; Weber 1983; véase también Capitulo 4). En un intento de comprobar nuestro modelo directamente hemos tealizado ‘studios en los que pudiéramos examinar los efectos de hacer la pertenencia un ‘grupo més o menos sobresliente (Vivian y otros, 1994). Uno fue un experi- ‘mento que implicaba un encuentro cooperativo con una persona de diferente nacionalidad. Nuestros sujtos britinicos legaron al laboratorio y se les pidis «que trabajaran con un cémplice aleman a cambio de una sustanciosa recompen- sa comin (6 enfan mplice se le describ como alguien que poseia las caracteristicas estereotipias desde el punto de vista que lo briténicos tienen dellos alemanes o bastante atfpicas. Ademés proporcionamos informacin falsa de lo homogéneos que eran los alemanes en varia caracersticasatitudinaes y de personalidad. Dependiendo de la condicin experimental, se les vea homo. séneos 0 heterogéneos. Nuestro razonamiento consisca en que la stuacin se considerarla en términos ms wintergrupaless cuando se combinaratipicamente con homogencidad, y que all el vinculo entre fa perio objetivo y el grupo como toralidad sera més fuerte. A la inversa, si conocieran aun miembro api. 9 den grupo heterogéneo el encuentro seria ms winterpersonal y as oport- nidades de generalizacién en corespondencia més bajas. En primer lugar nos interesaban las percepciones posteriores de nuestros sujetos sobre los alemanes como conjunt. Les dividimos en cuatro grupos derasgos: positives yn Y extereotipados o no respecto a Alemania (como determind un pre- contramos pocos cambios en los indices negativs pero en las medidas postvas hubo una percepcién més favorable después dela inceraccién con un compat. 10 atpico> que con uno satipico», y en una de estas medidas results especil- ‘mente pronunciada en ls condiciones shomogéness (véas Figura 8.7). En los Patses Bajos, utilizando un método diferente para suscitar el reslte cas le evaluaban a ly a los turcos en general. Las valoracones del eémplice individual no vaiaron en las diferentes condiciones, pero las acttudes genera. les hacia los tureos ran fablemente mis favorables en las dos condiciones en donde su ctnia s habfa hecho sobresaiente que enlacondicin de resale bajo. 286 REDUCIR EL PREICIO Valor de pi come cont ea 1-7) Thiamene —Tpcamene —Adeamente—_Alpicamenne nmoginco —ierogtonohomogénce etapa BIR cal Condens xperimentae Fig 87. Cambio en un exereaip nacional positvo us un contacto incegrupal 0 inerperond FunNTt: Vin ore (1954, Tile Continuames esos experimentos con una encuest realzada en seis pases «curopeos diferentes (Vivian y otros, 1994). Uno de los apartadas del cuestiona. fio de l encuesta pedia a los consultados que pensaran en una persona de otro pals con quien hubieran tenido algin contacto, Entonces seguia una serie de Dreguntas que investigaban la naturaleza de ete contacto competitive 0 cooperativo?, en qué medid esta persona’, y zqué importancia tenfa la on ela La itima y crucial pregunta co ene pals de referencia, La romamos com: ble y generalizada. En consonancia con la tradicional hipétess de contacto, el contacto mis frecuente de naturaleza cooperativacortlacionaba pestivamente ‘on acttudes positivas. Sin embargo, resulta ser especialmente cierto sila Persona de contacto se consideraba tipica del pais (de nuevo seleccionamosale- ‘manes para continuar con el estudio de Laboratorio) y i sus respectivas nacio- nalidades aparecian regularmente en sus interacciones (cs deci, ean sobrest- lientes). Ademés, como habfamos predicho, las acticudes positivas hacia el ‘cxogrupo como conjunto estabanasociadas con contacto intergrupal favorable con alguien de ese exogrupo, 287 —___mgyuico ——e ofrecer un camino prome- un enfoque prefiado de ‘mismo argumento que pro- 12ct0 -wstone y Brown p sma de la generaliza tanto se pueden generalizar. En efecto, ccién coope- ‘ativa no funciona bien, porque quied no lograel objetivo comin o porque se ‘wuclve competi, entonces estructura la nteraccidn a nivel inergpal ben Pods ser que empeoras ls cosas, No slo poandescalificar alllos que inte, rrenda/n, sino que también hay un riesgo de reforzamiento de los 08 nnegativos del exogrupo precisamente porque a esas personas se las considera ddeaquel. Exe peligro aumenta con un segundo pro a la Tue recientemente. Consiste en que los encuentros Provocar més ansiedad q anterior, la ansiedad excesiva ‘on otras poblaciones podria sugerir que los recategori iesgadas ay prueb genecalizaion de actiudes (Bettencourt y otros, 1992; Miller y otros, No obstante creo que esta serfa una respuesta demasiado ici Pata empezar, os xperimencos que han apoyado el modelo de la decategorizacién slo han mpleado grupos de aboratoro ad bo probablemente con bastante paca 6 z mbros. Esto podria haber hecho que fuera icipantes deshacerse de estas identidades grupa- ran la interaccién epersonalizade», En entortios cuelas mulkétnicas que mencioné antes, podifa las personas de su condicién de lesen condiciones que favo intergrupales reales, como l no resultar tan fil dis les. También vieron a los Gaertner y oxzos » en una grabacién de video. 93) asimismmo reconocieron que hay que mantener algin 288 vinculo cognitivo entre aquellos con q mds ampli. Al comentar el asunto de necesario un intercambio entre la caracters aueraidencdad de grupo suprardenada en la imiten que as intervncionesdisefiadasp. ener sblo efectos especticn de contexto, del grupo original inc bean reducir el prejucio pod Asimilacinoplareliomo Esto nos era al im asunco y quid el mis espinoso de todos, y de especial selevancia para quienes trabajan en entornos multiculcurales reales. ‘gyamas de intervencin deberan contener referencias de grupo de los partcipantes 0 deberian «insensible al colon, evitand toda referencia alas diferencias de grupo? Como explqué anteriorment, noes un asuao fii de resolver Por una parte, parece obvio proceder de acuerdo a una polit le al color. Se ha asentado ‘eéricamente en el modelo de decategorizaciin de Brewer y Mi completamente cokerente con el objetivo de muchos programas de integra i ipalmente on los de ruptura de ks barreras &nicas (nacionsles 0 é jue tratar a cada studiante (o traba- politica esencialmente instructive, Como ha sefalado Scho dado que muchas escuela p atin ciertas formas de clsificacién por capacidad, una polltica sinsensible a color» puede dar como resultado el rerex, blecimiento de a segegaci6nétnica, ya que estudiantes de un grupo minora, tio deprivado social y educacionalmente termine snd baja y el grupo mayoritario dom tigiosos. Me parece que para preve atencién ala compscién étnica de las diferentes clases en las xcuclasy al de. f que deberd ser coherente con forma de ensefanza En entornos ocupacionales tam cexclusién continuada de escalafones mis altos de las organiza junco (Blanchard y Crosby, 1989; Gl ciones puede presentar como 1 9) presenté una cinta de video de un empresario hispano a otros empresa- algunas condiciones de presentaci En segundo lugar las intervenciones que no estén atenas alas diferencias de grupo pueden llevar rpidamente a poltiaseasimilacionistas en as que se elects of imtepersonal and inter upon chides self-evaluatons. Fel Report te ESRC (UR, Cannes, incrpenona aration and essumed disimila- Social Pycholgy 65, 246-253 tions, Journal of Prolite Capnicx, B. (1982). Peceve il inexproup rations. En Tafel, H. 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