Trabajo Práctico Nro 4: Interaccionismo simbólico.
Alumno: Julián Ambrogio
Con respecto al primer punto planteado acerca de la pérdida de autoridad por parte del docente en el entorno áulico, podemos decir que es sin dudas una de las preocupaciones mas grandes a la hora de encarar un proyecto didáctico de esa magnitud como es una clase. En decir verdad, la sola imagen del docente es un potente factor que impone respeto y algo de autoridad en su presencia magna al frente del aula, los alumnos sentados prolijamente en filas y columnas mirando hacia una sola dirección y el docente adelante, dirigiéndose imperiosamente de manera frontal volviendo una y otra vez al pizarrón clavado en la pared, ya vetusto y demacrado. No es una situación que sugiera respeto, la sola impresión de sentarse y escuchar modales y posturas anticuadas, viejos manuales de la pedagogía del siglo pasado (con suerte) y aún peor, argumentos vacíos acerca de la autoridad del docente que un estudiante, lleno en su interior de relucir su lado más renuente y curioso, no puede entender. Ahora bien, si decimos que la autoridad del docente se ve afectada por los viejos simbolismos que rodean al entorno del aula, como un fantasma de una didáctica rígida y estricta, es propio indicar que los mismos estudiantes se encuentren confundidos en su intento de interaccionar con éstos símbolos ya mencionados. Y si los alumnos se ven afectados por estos símbolos en su estaba mas menguante de su Interaccionismo una de sus reacciones puede argumentar la falta a la “autoridad” ya impetuosamente impuesta a los docentes. Sin embargo, sin intenciones de cubrirse ante acusaciones como la propia argumentación de “justifica la falta de respeto hacia el cuerpo docente y su autoridad como máximo responsable educativo en el aula”, puede ser refutada esta acusación en pos de un direccionamiento hacia la autocrítica. En el vídeo presentado en el campus por parte del profesor Gómez se ven varios improperios o faltas graves, hilarantes, que van desde lo absurdo a lo cómico si se puede decir. La sola imagen de un alumno amenazando legalmente a un docente o un profesor siendo cuestionado por los padres de un estudiante no son situaciones que salen de la cotidianeidad, que desde ya la escuela es un solo reflejo de lo que pasa en la sociedad y un espejo de la cultura de la sociedad misma. Lejos de la idea de “educación como constructor de cultura” esta de ser algo así como “educación como víctima de la cultura”. En conclusión, nadie que esté a gusto con la educación recibida puede reaccionar así, el porqué en la escuela se ven este tipo de reacciones anti- autoridad por parte del estudiantado y en la sociedad no se ve un reflejo potenciado de una anarquía reluciente y plena es otra discusión. Si los docentes quieren autoridad deben construirla, mejor dicho, si la escuela propia quiere autoridad debe educar para construirla. No es un llamado a rebelión ni mucho menos, pero la intención de insertar imágenes y símbolos, que se abstengan a dar alusión idéntica a la sociedad o un mundo al que muchos llaman injusto y otros corrupto, debe ser continua ya que los alumnos son receptores de estos e interaccionan permanentemente. Dar una imagen distorsionada de la realidad no es sinónimo de educar, pero mostrarlo tal cual es puede tener buenos resultados.
Un Instrumento de Recolección de Datos Es en Principio Cualquier Recurso de Que Pueda Valerse El Investigador para Acercarse A Los Fenómenos y Extraer de Ellos Información