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CON HEIDEGGER

SOBRE NIETZSCHE

Mario Blacutt Mendoza


Los derechos de autor de las versiones impresa y digital de
esta obra están reservados y debidamente protegidos por Ley.

Cualquier cita de una parte de este libro, deberá,


necesariamente, incluir la fuente.

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EL HOMBRE SUPERIOR

Mi declaración inicial

Antes de que advenga el ente que quiere ejercer la


Voluntad de Poder, es preciso que sea El Ser de la
Voluntad que quiere ejercer La Voluntad de Poder. El Ser
de la Voluntad es anterior a cualquier otro tipo de Ser.

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Nietzsche, hasta nosotros llega la airada voz de tu Zaratustra,
dirigiéndose a los Hombres Superiores:

“Vosotros hombres superiores, aprended esto de mí: en el


mercado nadie cree en hombres superiores. Y si queréis
hablar allí, ¡bien! Pero la plebe dirá parpadeando “todos
somos iguales”.

Por lo visto, Nietzsche, tu hombre superior se considera


superior con relación a los harapos de los más humildes

No en comparación con los hombres libres del hambre

Por otra parte, identificas muy bien a los ambiguos, aunque los
confundes con los humildes; al respecto dices:

Hoy, en efecto, las gentes pequeñas se han convertido en los


señores: todas ellas predican resignación y modestia y
cordura y laboriosidad y el largo etcétera de las pequeñas
virtudes.

Estas “gentes pequeñas” son los ambiguos, los que tienen la


astucia como virtud y la doble moral como su práctica

Predican resignación y laboriosidad, pero no como compor-


tamiento propio sino como una imposición a los débiles

Dicen lo que no hacen; no dicen lo que hacen

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¡Para mí no sufrís aún bastante! Pues sufrís por vosotros, no
habéis sufrido aún por el hombre.

Pero los humildes, los pobres, a los que tú desprecias tanto,


sufren de pobreza y de hambre

Los que producen no comen; los que comen no producen

La pobreza y el hambre es el dueto fatídico convertido en el


gran dolor colectivo, el más penoso de todos los dolores

¿Qué clase de hombre superior es el que desea rodearse de


mendigos para ser admirado por ellos?

Eso es un despropósito absurdo

No queráis nada por encima


de vuestra capacidad: hay
una falsedad perversa en
quienes quieren por encima
de su capacidad.
¡Especialmente cuando
quieren cosas grandes!

Pues despiertan desconfianza contra las cosas grandes, esos


refinados falsarios y comediantes

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¿Quiere decir esto que los débiles y enfermos no deben
encarar la tarea de rebelarse?

La plebe no sabe lo que es grande, ni lo que es pequeño;


no distingue lo que es recto y honesto: ¡ella es
inocentemente torcida, ella miente siempre!

Pero hay algo que es francamente contradictorio

En mi país, por ejemplo, hay “hombres superiores” que


desprecian a los indígenas, a la “plebe@, por ser indígenas

Los desprecian por ello, a pesar de que esos indígenas


producen una buena parte de lo que los “superiores” comen

Tendremos un encuentro para hablar sobre este asunto,


cuando lleguemos al tema sobre la Alienación del Ser

Mientras tanto, podemos constatar que el “hombre superior”,


a diferencia de “la plebe” no es autosuficiente

Es decir, su existir depende, precisamente, de su antípoda


social: del que produce lo que el “superior” consume

Así, llegamos a una extraña contradicción:

¡El “hombre superior” necesita del mendigo para subsistir!

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¿Qué clase de hombre superior depende de su enemigo?
Por el otro lado, el hombre que produce, en este caso, los
indígenas y mestizos de mi país, son autosuficientes

No necesitan de nadie para subsistir

¿Se desprecia al que produce lo que comes?


¿Se llama Superior al parásito?

¡La diferencia está en que los hombres superiores son


hombres valientes! ¡Hombres de corazón abierto

Al preguntarme, te pregunto:

¿En quién debería confiar tu Hombre Superior, dado que no


quiere rivales, sólo mendigos?

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¡Guardaos también de los doctos! Os odian: ¡pues ellos
son estériles! Tienen ojos fríos y secos, ante ellos todo
pájaro yace desplumado.

Así, tu Hombre Superior estará solo


Le será difícil identificar en quién debe confiar

Estará solo frente a los precipicios, sepulturas que él cava en


su peregrinaje en pos de grandeza

Confiará en el hombre que tiene valor

¿Cómo se reconoce a un hombre que tiene valor? pues hay


varias maneras de demostrar que se tiene valor

Sin embargo, esa capacidad no está a la vista

Tiene valor el que ve el abismo, pero con ojos de águila, el


que aferra el abismo con garras de águila: ése tiene valor

Si el hombre superior se aferra al abismo con garras de águila,


entonces ¿Dónde está su ser diferenciado?

Porque es necesario aceptar que todo el que está en peligro de


caer al precipicio se aferra a lo que puede

Lo hacen con manos, dedos, uñas y dientes

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Quienes meditan en la senda del Zen, dicen que el que está
por caer al abismo mira la rama de la que se aferra

Mira la rama, no sólo como su eslabón entre la vida y la


muerte, sino que la contempla con embeleso

¿No sería ese meditador un gran hombre superior?

Tu Hombre Superior, parasita, vive parasitando


Hará cualquier cosa, menos trabajar

Tu hombre superior es un samurái extraño: mata para su amo


o mata para robar; en lenguaje actual, es un mercenario

Es el que vive gracias al filo de su katana

Pero el “hombre superior” que existe en la actualidad, no va a


las guerras: las hace, para que otros combatan por él

¡No tienen ni derecho ni fuerza de exigir su egoísmo! ¡Es


vuestro egoísmo, creadores! Ellos se jactan de no mentir,
pero la incapacidad para la mentira no es ya, ni de lejos,
amor a la verdad. ¡Estad en guardia! Quien no puede
mentir no sabe qué es la verdad.

Cada vez Me asombra más tu capacidad de asombrar


Esa facultad tuya no parece tener fin

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¿La incapacidad para la mentira no es ya, amor a la verdad?
¿Quién no puede mentir, no sabe qué es la verdad?

Pero estas afirmaciones guardan una distancia prudente con la


moralina del cura, para quién el hombre es “malvado”

Han sentenciado que ha nacido con la maldad entre pecho y


espalda y que debe llevar esa cruz por toda su vida

“El hombre es malvado”, así me dijeron, para consolarme,


los más sabios. ¡Ay, si eso fuero hoy verdad! Pues el mal
es la mejor fuerza del hombre. Esto no está dicho, sin
embargo, para orejas largas. No toda palabra conviene
tampoco a todo hocico. Estas son cosas delicadas y
remotas: ¡hacia ellas no deben alargarse las pezuñas de
las ovejas! ¡Y allí donde están los vicios de vuestros padres
no debéis querer pasar por santos! ¿Qué es lo más dañoso
que cualquier otro vicio? La compasión con los débiles

En eso estamos de acuerdo; la compasión es una red de


cangrejos que atrapa al hombre y lo vuelve más débil

Yo no compadezco a los débiles, más bien quiero volverlos


fuertes, así puedan defenderse de tu hombre superior

Pero no en las condiciones actuales, dado que el hambriento


debe enfrentar a dos enemigos a la vez: al hambre y al rival

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No hay un torneo de caballeros, sólo una batalla del degüello

Mi percepción

De este modo, Nietzsche, tengo una idea formada sobre tu


hombre superior

Describe a los miembros de la Cofradía del Parasitismo,


representada por los que se autocalifican como “nobles”

Cualquier cosa que eso signifique

Para ellos no hay ni espada ni sable


Sólo el cuchillo de cocina, el de los carniceros

En la actualidad, ese “hombre superior” es empresario de las


grandes corporaciones transnacionales

En nuestra época no hay guerreros que escojan enemigos


privados, como en los torneos de “caballeros”

Más bien, hay sabandijas que crean guerras para beneficiarse


de la venta de armas a los dos bandos

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No van a las guerras, envían jóvenes para morir “en defensa”
de la tasa de ganancia del gran empresario

O para dejar la vida en defensa del Político


Ambos, máximos representantes de tu “Hombre Superior”

Por otro lado, tu Zaratustra es un reproductor de generalidades


y de singularidades por igual

Por ello, nunca ha pensado que entre los extremos siempre


hay un término medio, un Tercero Incluido

Un espacio que la mente reconoce como una dimensión que


anula los extremos

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LA INTERPRETACIÓN
METAFÓRICA DE LA HISTORIA

Respetado Nietzsche, coincido contigo, lo que es un privilegio


para mí, en algo que crees de gran comedimiento

En la percepción de que la historia debe ser interpretada


metafóricamente, que no hay otro modo de convocarla

Los esfuerzos de conocer la Verdad, como si ésta fuera


purificada, descomprometida de todo interés humano,
sería ajena a toda Voluntad de Poder. La Historia debe ser
interpretada; si la Voluntad de Poder es voluntad de más
poder, la interpretación permite el dominio sobre las
cosas.

Creo, al igual que tú, que la búsqueda de una Verdad objetiva,


ajena a la interpretación, es para hombres sin alma

En cuanto a mí se refiere, afirmo que la interpretación de la


Historia está fijada en nuestro ADN histórico

Que esa forma de ver la historia es parte de nuestro cuerpo


colectivo y de las acciones que lo distinguen

La verdad como “un ejército móvil de metáforas” nos urge


al abandono de la idea de “representar la realidad” por

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medio del lenguaje y, con ello, la idea de descubrir un
contexto único para todas las vidas humanas.
Postulo que la Interpretación de la Historia es un conjunto de
reflejos ético-estéticos de grupos diferenciados

Conjunto similar al que usamos para interpretar las obras de


arte, la literatura, la filosofía y la música

Lo expreso mejor en el siguiente poema:

¿De qué alejamientos está hecha mi conciencia?


Busco el nexo de las figuras apartadas

para encontrar la metáfora precisa en cada momento

Trae, trae pensamiento


la imagen urgente que postule mi Yo

Vuela, vuela imaginación


hacia la curva indómita

y tráeme un pedazo de misterio


que sea insondable a la razón

para ser asequible a la intuición certera

Mi razón aleja las cosas de mi conciencia


Mi intuición las integra

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En el rincón más oscuro del alma
un pozo de luz amasa la tiniebla
En síntesis: me refiero a la interpretación metafórica, en el
sentido horizontal de la palabra

La capacidad artística del hombre, en su afán de


configurar el mundo existente, lo hace tan irregular, tan
inconsecuente, tan inconexo, tan encantador y tan
eternamente nuevo, como lo es el mundo de los sueños.

Pero, la interpretación metafórica también demanda algo


extra: un lenguaje no racionalizado

Un modo expresivo que nos permita el intento de proyectar


nuestras percepciones

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EL LENGUAJE

Fuiste un gran filólogo, por lo que no intentaré la aventura de


evaluar tus conclusiones; quizá pueda complementarlas

Dices que la naturaleza del lenguaje es esencialmente


simbólica o metafórica, lo que me satisface eufóricamente

Patino sobre la misma capa de hielo que cubre el agua


ondulante de los conceptos

Escucho tu alegato, lo hago con gran interés y aprecio:

No existe una realidad-fundamento anterior al lenguaje


que sirva de criterio de verdad para distinguir un lenguaje
literal de otro imaginario. El hombre es un creador de
ficciones, metáforas e interpretaciones. La realidad es una
construcción poética, un simulacro, y nuestras
interpretaciones son un arreglo del mundo de acuerdo con
nuestros particulares intereses vitales. Somos animales de
ficciones, y conocer es trabajar con la metáfora favorita de
uno, porque, la construcción de metáforas es el instinto
fundamental del hombre. Construimos nuestras
narraciones a la vez que inventamos una vida.

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Cada invención metafórica de la vida, como dices, y la forma
que ese invento toma, sería propia de cada cultura

Sobre todo, acorde con la ideología que prima en el grupo


La verdad proviene de la imaginación, en ningún caso de
la esencia de las cosas. Las “verdades” son ilusiones
necesarias, metáforas convenidas, útiles, que se han
impuesto: la causalidad, voluntad libre, leyes naturales,
espacio, tiempo… todas son ficciones reguladoras,
creencias útiles, mas no verdaderas.

Otro motivo de amable coincidencia

Postulo que cada interpretación de la Historia es una


expresión ponderada de alguna ideología grupal o individual

De las cavernas de Platón provienen los conceptos que


tenemos sobre la verdad y cualquier otra

El cosmos no tiene idea de lo que es “la verdad” ni de lo que


es arriba o abajo, ancho o angosto…

El cosmos simplemente es como es; nos cupe a nosotros


determinar si Marte está más cerca del sol que Júpiter

De ahí, la deformación de la percepción lograda

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La interpretación metafórica de la historia no viene desde
algún vergel de cadencias rítmicas

Más bien lo hace desde inmensos conglomerados que hierven


en el escenario en el que los sucesos se desenvuelven
Deforman la percepción, al igual que lo hacen los sentidos;
para atestiguarlo, recordemos la sombra de un ejemplo

Tomemos al personaje pintoresco, “Tartarín de Tarascón” del


novelista francés, Alphonse Daudet

Sueña con África y con participar en un safari para cazar


leones; todo ello con el séquito ritual con que orla su deseo

De súbito, por algún desequilibrio en el cerebro, el deseo de ir


al África se convierte en una realidad

En una impresión “verdadera” asilada en alguna neurona


dislocada, para la cual el deseo es sinónimo de verdad

Desde ese momento ya no sueña con ir al África: él ya ha


estado en el gran continente y ha cazado leones

Por eso, cuanto relata a sus amigos los pormenores de su


proeza, no dice la verdad, pero tampoco miente

Tal sería la idea-núcleo de tu teoría acerca de la interpretación


de la Historia; la mía también.

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El Símbolo

El Símbolo es inigualable para connotar la interpretación


metafórica de todo lo que se quiere expresar
El Símbolo, tú lo sabes más que yo, es la representación del
Todo o de las partes de un todo

Pero que nada tiene que ver, en apariencia, con lo que


representa; el símbolo es la forma paladina de lo oscuro

Su significado es de dominio colectivo

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La paloma es el símbolo universal de paz ¿Por qué?
Hay preguntas que no tienen ni merecen respuestas

Sobre esta sucesión de sombras claroscuras, postulo que un


río, por ejemplo, es el símbolo de sí mismo
Ni los sentidos ni la razón pueden captar el río en toda su
riqueza singular ni en toda su integralidad

No pueden captarla, por ejemplo, en el movimiento de sus


átomos y de sus partículas elementales

De aquéllas que conforman la masa de sus aguas, ni en el


movimiento de todas las ondas que diseña en su recorrido,

Cada una siempre es diferente de las demás y de sí misma


Ese movimiento es aprehendido parcialmente

Por eso, cuando percibimos al río, nuestra percepción es, en


este caso, la percepción de un símbolo del río

No es el río “en sí”; y como es siempre cambiante, el río,


siendo un Todo, es también parte de sí mismo

Por otro lado, el Símbolo es el constitutivo patriarcal del Arte


en todas sus manifestaciones

Cuando nos referimos al poema, tal como lo describes,


sabemos que las palabras son símbolos concatenados

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Cada concatenación es una metáfora

Sin embargo, lo que distingue el lenguaje poético del


cotidiano, es el tipo de lenguaje que usa
El lenguaje poético es un lenguaje estilizado
El lenguaje cotidiano es burdo y descuidado

De esa diferencia provienen dos de los lemas de mi estandarte


ético-estético:

Quien escribe como habla, escribe mal


Quien pretende hablar como escribe, habla con artificio

Por todo lo que sostienes en este punto, asumo que tu opinión


y la mía se complementan entre sí

(Tengo conciencia de que cada vez soy más atrevido)

La Vivencia

Recibo con delicado, pero intenso placer, tu representación


sobre el proceso de conocimiento.

La invención, la influencia falsificadora de la “creación”


poética, justifican el “mito”. Frente al mundo del
“cambiante” y “evanescente” devenir, se establece, en
interés de la comprensión y la satisfacción estética de la

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“fantasía”, un mundo del “ser”, en el que todo aparece
verosímil y completo.

Haciendo rima con tu concepto, postulo que el ser humano


tiene una representación para modelar esa “fantasía”

En mi filosofía, “La Voluntad de Ser”, la llamo: Vivencia.

La Vivencia es la transmigración empírica de los símbolos


que acuden a nuestra mente cuando percibimos algo

La Vivencia es la polifonía hecha de metáforas por las que


conocemos el mundo y la historia

El Símbolo es propio de todo lo que se relaciona con el


hombre; por ello, es el que causa nuestra Vivencia

Conocemos lo objetivo y lo subjetivo por medio de las


vivencias que nos traen los símbolos y las metáforas

Mejor: los símbolos convertidos en metáforas.

Lo que llamamos percepciones está condicionado por las


interpretaciones; nunca hay un mero funcionamiento del
aparato perceptivo humano, sino que éste opera a lo largo
de un sistema de interpretaciones.

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Otra explosión conceptual que hace temblar de ira sacra a los
eternos amapolos de la teoría del conocimiento

En la percepción tradicional, se considera al Símbolo como la


representación de algo diferente a lo que lo representa

También es el elemento constitutivo de la Relación


Interactiva de las partes con el Todo

Esto es posible por la relatividad del Todo y de la Parte,


donde el Todo es parte y la parte es el Todo

Lo que es el Todo con respecto a sus partes, será también


parte constitutiva de un Todo mayor

El que, a su vez, será parte… y así sucesivamente


Pero, lo que percibimos está siempre proceso de cambio

El Todo no es susceptible de ser percibido por la mente,


debido a la constante mutación de sus partes

Por lo tanto, las percepciones de cada parte del Todo, son


infinitas: así, Heráclito antecede a Kant en las antinomias

Sólo queda la Vivencia de la parte que percibimos, tal como


queda definida en nuestra conciencia.

La Metáfora
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La construcción de metáforas es el instinto fundamental
del hombre”, y por este impulso artístico, al que también
se le llama simplemente “el impulso mítico”, es llevado,
incluso en el dominio de la teoría del conocimiento, a
falsas construcciones. El relato histórico no es idéntico al
relato narrativo, pues mentir ha dejado de ser algo que
pertenezca a la moralidad y se convierte en “desviación
consciente de la realidad que se encuentra en el mito, el
arte, la metáfora”.

Tomemos la definición corriente de la metáfora: “Figura


retórica que consiste en identificar un término real con uno
imaginario entre los cuales existe una relación de semejanza”.
Dado que la metáfora está constituida por palabras, y siendo
cada palabra un símbolo, llegamos a la conclusión de que el
lenguaje es una sucesión de metáforas. La manera cómo
metaforizamos la historia es una de las líneas que dividen a las
culturas.

Sin embargo, debo desplegar en el tapete una de mis mejores


cartas: lo que consideramos una metáfora cognitiva desvía
únicamente la percepción, no la realidad existente fuera de la
conciencia. La realidad, cuando cambiada por el hombre, sólo
se debe a la acción constructiva o destructiva ejercida por él
directamente en lo objetivo-subjetivo.

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No hay sujeto-objeto, como agentes separados de la acción,
ni la acción separada de aquello que la produce.

La separación artificial que los filósofos han hecho entre un


supuesto sujeto-activo-que-conoce, por una parte, y un objeto-
pasivo-que-es-conocido, por la otra, ha hecho mucho mal a la
teoría del conocimiento. De ahí que mi sable de esgrima
conceptual no cruza aceros con la tuya, pes ambos postulamos
que no existe tal separación. Pero no dejemos de
complementar la idea: el sujeto, como parte del Todo relativo,
interactúa con el objeto, que también es parte del mismo
Todo. Un hombre es tan natural como puede serlo una piedra
o un cocodrilo, pero, parafraseando a Marx (a quien detestas
sin disimulo alguno) creo que estaremos de acuerdo en el
hecho de que la Naturaleza se conoce a sí misma por medio
del hombre. Esta afirmación nos trae un problema adicional:
si hay diferentes interpretaciones de la historia del Ser y de la
Naturaleza, ¿Cuál de ellas conoce la naturaleza? Tal vez la
respuesta la da el propio Marx, al proponer que el Hombre
será realizado como tal, cuando su naturaleza sea parte de la
Naturaleza y la Naturaleza sea parte de la Naturaleza Humana.
Desde entonces la interpretación metafórica de la naturaleza
será menos diluida por la percepción.

LA VOLUNTAD DE PODER

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Te convoco, maestro Heidegger, porque tu interpretación de
algunas de las obras más importantes de Nietzsche es muy
esclarecedora y útil. Empiezo de inmediato: ¿Qué debemos
entender por Voluntad de poder?

En sentido general, se considera Voluntad como un querer,


un aspirar a algo. En esa misma dimensión, Poder sería el
ejercicio de la fuerza. La mayoría entiende como Voluntad de
poder un tender a la posibilidad de ejercer la fuerza, un
tender a la posesión de poder. Pero esta voluntad de poder,
en cuanto pulsión de tomar el poder es, al mismo tiempo, el
puro afán de violencia. Este tipo de interpretaciones de la
«voluntad de poder», deforman el sentido de la expresión
fundamental de la metafísica de Nietzsche; en efecto, cuando
éste dice «voluntad de poder», piensa algo diferente.

¿La interpretación aproximada sería…?

Nietzsche la define como «la esencia más íntima del ser» lo


que significaría que la voluntad de poder sería el carácter
fundamental del ente en cuanto tal. La voluntad de poder es
nombrada, en la segunda parte de “Así habló Zaratustra”. En
palabras del personaje:

“Allí donde encontré algo viviente, allí encontré voluntad


de poder; y hasta en la voluntad del que sirve encontré la
voluntad de ser señor. De acuerdo con ello, la voluntad de
poder es el carácter fundamental de la vida.

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Voluntad de poder
y dominación

Al parecer, Nietzsche considera que “vida” tendría como su


esencia, la Voluntad de Poder

Así es: pero querer es querer ser señor. Esta voluntad está
incluso en la voluntad del que sirve, no en cuanto que aspire
a liberarse del papel de siervo, sino en la medida en que es
siervo y servidor y, en cuanto tal, aún tiene siempre debajo de
sí el objeto de su trabajo, al que «ordena». Y en la medida en
que el servidor, en cuanto tal, se hace imprescindible para el
señor y de ese modo lo constriñe y lo hace depender de él (del
siervo) el siervo domina sobre el señor. Ser servidor es
también una especie de la voluntad de poder.

En este punto debo poner énfasis en mi percepción sobre los


estilos de dominación de Nietzsche. Tengo la íntima
convicción de que deducir que el siervo “domina” a su señor,
en razón de su voluntad de ordenar su trabajo, es
cualitativamente diferente de la facultad de ordenar a las
personas. Por otro lado, como veremos después, la existencia
del feudal depende del siervo que trabaja para él, porque el
siervo produce para la subsistencia de sí mismo y también
para la subsistencia del feudal

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Querer no sería un querer-ser-señor si la voluntad no pasara
de ser un desear y un aspirar, en lugar tener su base en el
ordenar. Ordenar es ser señor de disponer sobre
posibilidades, vías, modos y medios de producir efectos por
medio de la acción.

El siervo sólo puede ordenar su tarea rutinaria: arar el surco,


sembrar la semilla y cosechar, todo eso, con la intención,
impuesta a él, de entregar al “señor de la tierra” el producto de
su trabajo.
Ordenar es auto-superación. Sólo es necesario ordenar al
que no se obedece a sí mismo.

En este caso, el señor se obedecería a sí mismo, ordenando la


expoliación del siervo. El feudal, sobre todo, ordena a
personas, mientras que, según la tesis, el siervo sólo “ordena”
actividades rutinarias. El sentido de ordenación, como una
propiedad de la Voluntad de Poder, es muy asimétrico y no se
sustenta en una lógica consecuente, pues en el caso del feudal,
él ejerce su poder sobre el siervo, a quien le debe su
existencia. ¿Cómo se puede afirmar la superioridad de alguien
que necesita de su inferior para subsistir? Ése es un misterio
cubierto de telarañas seculares, develadas sólo por la
“metaforidad” singular que los corifeos, pasados y presentes,
del feudal emplean para pretender explicarlo.
Voluntad y Poder

Te escuchamos, Heidegger

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No obstante, la voluntad no es simplemente poder, y el poder
no es simplemente voluntad. La esencia del poder es voluntad
de poder y la esencia de la voluntad es voluntad de poder.
Así, Nietzsche puede decir “poder” en lugar de “voluntad” y
“voluntad” en lugar de “poder”. Pero esto no significa una
equiparación de voluntad y poder; por el contrario, la
expresión «voluntad de poder» debe nombrar precisamente la
simplicidad inseparable de una esencia estructurada y única:
la esencia del poder.

Esa afirmación podría interpretarse en el siguiente sentido: la


esencia del poder sería la pulsión de poner en ejecución la
voluntad de imponerse sobre los siervos, mientras que la
esencia de la voluntad sería la posesión de capacidad para
realizar esos actos de dominación, es decir, la Voluntad de
Poder.

Por otra parte, el poder es poder, sólo y mientras siga siendo


acrecentamiento de poder y se ordene a sí mismo más poder.
Ya el mero detener el acrecentamiento de poder, el
mantenerse en un nivel de poder, marca el comienzo de la
impotencia. El sobre-potenciarse a sí mismo forma parte de
la esencia del poder. De este modo, el poder está
constantemente en camino «de» sí mismo, no sólo de un
siguiente nivel de poder, sino del apoderamiento de su pura
esencia.

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El significado de sobrepotenciarse es muy lógico, sería el
esfuerzo de aumentar el poder para dominar a quienes
domina. Pero el aumento de ese poder no sería necesario si es
que no existiera un ritmo paralelo de acrecentamiento de
ansias de libertad de los dominados, quienes aumentan su
voluntad de resistir la dominación de los que tienen poder
sobre ellos.

Por lo tanto, si el grado de poder que tiene el que domina se


mantiene en el mismo nivel, su capacidad de dominio será
menor. Eso sí tiene lógica. Pero aún queda una pregunta al
respecto: ¿El Poder y la Voluntad son uno sólo?

La Síntesis

El poder y la voluntad son lo mismo en el sentido de


coopertenencia esencial a la unidad de una esencia. No son
lo mismo en el sentido de unidad de dos esencias por lo
demás separadas. No hay una voluntad por sí como no hay un
poder por sí. Sólo la voluntad de voluntad es voluntad, o sea,
voluntad de poder en el sentido de poder de poder.

Podríamos decir entonces que, ambos, la voluntad y el poder,


conforman una unidad conceptual, pero no una identidad, es
decir, estructuran una síntesis en la que ambos coexisten y no
pueden ser separados una del otro, porque ninguno de los dos
tiene vida fuera de los límites de la síntesis de ambos.

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La “voluntad de poder” es la esencia del poder. Es esta
esencia del poder, y no sólo un quantum de poder, lo que
constituye la meta de la voluntad

Diríamos que la esencia y el quantum de poder, de acuerdo


con nuestra interpretación, es la síntesis que se convierte en la
meta de la voluntad, independientemente del “aporte”
proporcional que cada uno de ellos hace a la voluntad de
poder en su tour hacia la meta prevista.

Todo lo que vive es voluntad de poder. “Tener y querer tener


más, en una palabra, “Crecimiento”; eso es la vida misma”
Toda mera conservación de la vida es ya declinación de la
vida.
La sabiduría popular diría: a camarón que se duerme se lo
lleva la corriente.
El Devenir

El poder sólo puede darse poder a sí mismo por una


sobrepotenciación en la medida en que ordena a la vez
acrecentamiento y conservación. El “valor” es el punto de
vista de las condiciones de conservación y acrecentamiento,
respecto de formaciones complejas en el interior del devenir”

En seguida veremos que hay dos personajes reales que


representan, muy acertadamente, esta necesidad de
acrecentamiento

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Si Voluntad de poder es sobrepotenciación del poder, devenir
no quiere decir el indeterminado fluir de un cambio
indefinido de estados; tampoco quiere decir “desarrollo
hacia una meta”. En la percepción de Nietzsche, devenir
querría decir movilidad de la voluntad de poder

Se entiende que esa movilidad de la voluntad de poder en


cuanto carácter fundamental del ente, se refiere a una
movilidad de acrecentamiento del poder, excluyendo
cualquier movilidad que tienda a su reducción.

Fuerza

Los valores “son siempre reducibles a aquella escala


numérica y de medida de la fuerza”.
“Fuerza” es entendida por Nietzsche en el sentido de poder,
es decir, como voluntad de poder. El número es
esencialmente una forma perspectivista. El valor es
“esencialmente el punto de vista” del ser que ejerce la
voluntad de poder.

Tal como la percibo, la “fuerza” parecería ser una dimensión


que tiene grados de cuantificación, mientras que la voluntad
de poder se refiere a la forma cualitativa que esa voluntad de
poder toma cuando el ente la ejerce.

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Con frecuencia designa como valores no sólo a las
condiciones de las formaciones de dominio, sino a las
formaciones mismas. En efecto, ellas crean las vías y las
instituciones, y por lo tanto las condiciones bajo las cuales el
mundo, que es esencialmente “caos” y nunca “organismo”,
se ordena como voluntad de poder. De este modo se vuelve
comprensible la formulación, de que la “ciencia” (el
conocimiento, la verdad) y el “arte”, son “valores”.

En otras palabras, la voluntad de poder que un individuo


ejerce sobre otro es insignificante en comparación a la que
ejerce por medio de las instituciones y la interpretación del
desarrollo, cambio y sustitución de cada una de ellas. Así, el
sistema democrático sería un valor por medio del cual, los que
tienen desarrollada su fuerza dentro del sistema, ejercen su
voluntad de poder.

Querer

“ ... Querer es lo mismo que querer-devenir-más fuerte,


querer-crecer -y también querer los medios para ello”. La
voluntad de poder, es la voluntad que quiere valores. Por eso
es que de ella sale toda posición de valores y toda estimación
del valor: el «principio de la posición de valores”.

Querer sería la fuerza que empuja a ser para ser más-que-el-


otro, especialmente en un mundo en el cual el capitalismo

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hace que el competidor trate de lograr más poder de mercado,
disminuyendo el que gozan los otros competidores.

La auto-conciencia de la voluntad de poder consiste en


pensar en términos de valor, donde el término “conciencia”
no significa ya un representar indiferente, sino el contar
consigo mismo, lo que ejerce y da poder.

Aquí habría una gran diferencia con la definición marxista, la


que considera que la “conciencia es la capacidad que tiene el
ser humano de reflejar el mundo objetivo”. El marxista
percibe la conciencia como un espejo de calidad veneciana, en
el acto de reflejar, algo que la participación de la subjetividad
en el acto de conocer, ha desmentido.

La voluntad de poder se devela como la subjetividad que se


distingue por pensar en términos de valor. Toda
confrontación metafísica es un decidir sobre el orden
jerárquico de los valores.

Ese orden jerárquico de los valores, son impuestos a la


sociedad por los grupos que dominan por su “voluntad de
poder”.

Gracias por la primera parte del soliloquio, Heidegger. Ahora


ingresaremos al análisis de tres personajes que ejercen o han
ejercido en la historia, su Voluntad de Poner. En Primer
término, el señor feudal. Para ello, acudiremos a un diálogo

35
virtual que sostuve con Hegel sobre el tema. En primer
término, citaremos las palabras de Nietzsche con el objeto de
compararlas con la visión de Hegel y exponer la idea que el
filósofo de la Razón Absoluta tenía del “señor”, es decir, del
que pertenece a la llamada “nobleza” y que es vencedor en
alguna batalla.

EL SEÑOR
Y LA VOLUNTAD DE PODER

Gracias, otra vez, por la reiteración de tu amable presencia,


Martin Heidegger.

Pero querer, es querer ser señor. Esta voluntad está incluso


en la voluntad del que sirve en la medida en que es siervo y
servidor y, en cuanto tal, aún tiene siempre debajo de sí el
objeto de su trabajo, al que “ordena”. Y en la medida en que
el servidor se hace imprescindible para el señor y de ese
modo lo constriñe y lo hace depender de él (del siervo) el
siervo domina sobre el señor. Ser servidor es también una
especie de la voluntad de poder. Querer no sería nunca un
querer-ser-señor si la voluntad no pasara de ser un desear y
un aspirar, en lugar de ser desde su base y exclusivamente:
ordenar.

La Alienación
en Hegel

36
Hegel afirma que hay esclavos y “señores”, porque en las
batallas heroicas los primeros prefirieron rendirse en vez de
morir libres. ¿Cuáles batallas, Hegel? ¿Aquéllas en que los
pobres mueren defendiendo los intereses de los ricos?

En las batallas se pierde o se gana, no hay términos medios


para los hombres que son heroicos y dignos de ser libres

Los pobres son los que luchan las batallas de los señores, no
porque hayan perdido ellos mismos alguna batalla. Pero
sigamos ¿Qué hacen los vencedores, una vez que la batalla ha
sido ganada por ellos, como buenos señores, Hegel?

Se apropian de lo que les pertenece legítimamente como


corresponde a todos los vencedores

¿Y qué sería Hegel, lo que “legítimamente” les correspondería


en su calidad de vencederos de una batalla “heroica”?

Lo que encuentren a su disposición: las posesiones de los


vencidos, sus familias y ellos mismos, como esclavos; eso es
lo que ganan
Eso suena como un acto de pillaje vandálico bajo la forma de
heroísmo. El vencedor tiene derecho a ser ladrón; ésa sería la
verdadera esencia del heroísmo de los “grandes señores”. Por
otra parte, dices que el vencedor es la Conciencia, el “Ser para
sí”, algo que sólo el Señorío feudal tendría. Con ello nos
proporcionas conceptos que necesitan ser definidas. ¿Qué son

37
el “Ser en sí” y el “Ser para sí”, según tu visión del “señor”,
Hegel?

El que vence tiene derecho a todo, pero la nueva condición es


dada al Ser por medio del trabajo; no de otra manera, os lo
aseguro, sin duda alguna.

¿Hemos oído bien? ¿Hegel: dijiste que la condición del “Ser


para sí” es dada sólo por el trabajo?

Lo confirmo y lo reconfirmo: sólo el trabajo es el que


transforma el Ser en sí en el Ser para sí

También dijiste que los únicos que trabajan son los siervos
¿Serían por eso, los únicos Seres para sí?

No; porque el siervo ha enajenado su trabajo y el producto


creado, al no morir por su libertad

En otra de tus obras, tan conocidas, dijiste que el siervo cede


el producto de su trabajo

Así es, rechaza el producto de su trabajo por me-dio de la


abstinencia y la mortificación

¿Es decir, el siervo, al igual que los monjes, ayuna


voluntariamente y, además, se mortifica por placer? Avallar tu
afirmación es llevar la apología del parasitismo a dimensiones

38
pocas veces igualadas. Por otra parte, te contradices, pues el
siervo se basta a sí mismo para garantizar su existencia, en
realidad no necesita de nadie para existir: produce lo que le
permite vivir, es autosuficiente, lo que el feudal no es. El
rango de Señor es un eufemismo para identificar a los
parásitos de todos los tiempos

Para eso están las guerras: adueñarse de siervos que lo


mantengan, trabajando para él.

De lo cual deducimos que el Señor en un ladrón, un


saqueador, un extorsionista y un verdugo con impunidad.

La Alienación
en Nietzsche

Respetado Nietzsche, se te considera como uno de los


filósofos modernos que más ha destacado la alienación
humana; sin embargo, tu concepto de alienación no es el de la
sociedad como un todo, más bien se refiere al individuo.
¿Cómo concibes, Nietzsche, a los grupos humanos y su
relación con el individuo?

El Individuo está dominado a la masa y su deber es liberarse


de esa Alienación

¿Sólo de las masas; sólo de la sociedad?

39
También de la religión; sobre todo, del cristianismo. Por eso
es que hay que dividir la sociedad en dos grupos: la plebe,
que se une en grupos, y el aristócrata que se supera por sí
mismo

¿Por qué esa inquina contra la plebe, Nietzsche?

Porque la rebelión de la plebe comienza cuando el


resentimiento se vuelve un valor en sí. “El esclavo no puede
crear valores desde sí mismo”, necesita que alguien le diga
cuáles valores debe adoptar

Pero, según tu teoría, el resentimiento del expoliado por el


parásito, en pos de su voluntad de poder, ¿no sería un valor
fundamental del ser humano en toda época y espacio?

No; el desprecio con que el hombre superior mira a la plebe,


no se iguala al odio con que la plebe lo mira a él. El hombre
del resentimiento” no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto
consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los escondrijos,
los caminos tortuosos y las puertas falsas

El Planteamiento
de un Supuesto
Asumamos una situación hipotética: Nietzsche es un siervo
expoliado por el parasitismo feudal ¿Vería con buenos ojos a
quienes le expoliarían?

40
Al respecto, citemos lo que dice:

“El hombre noble, reacciona de forma inmediata, por


instinto, por eso es que no envenena como el esclavo; yo
reaccionaría de ese modo. Fíjate en Mirabeau, quien no tenía
memoria para los insultos ni para las villanías. Por eso es
que no podía perdonar, olvidaba; en cambio el esclavo, la
plebe, ni olvida ni perdona. Un hombre como Mirabeau de un
golpe se sacude gusanos que
en otros, en cambio, anidan siempre”

Dice que la plebe ansía ser inteligente, mientras que el Ser


superior considera que la Razón es para la plebe. La actitud
del siervo con relación a sus expoliadores, ¿Sería racional?

Claro que sí. Los vocablos “infeliz” y “digno de lástima”


señalan al hombre vulgar, como esclavo y animal de carga.
Los bien nacidos son hombres íntegros, de fuerza y siempre
activos, lo que la plebe no es. En la plebe, la felicidad no
radica en la acción, como en el hombre superior, sino en la
quietud, en la paz.

Sin embargo, las guerras campesinas desde el siglo XVII y los


alzamientos de los trabajadores, no son reflejos de la
pasividad que les atribuyes

El hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni


honesto consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los

41
escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas. El
hombre noble honra a su ene-migo; es digno de respeto, por
ser superior; si no lo fuera, no será enemigo. En cambio, la
plebe considera que el enemigo es el “malo” y se autocalifica
como el hombre “bueno”

En realidad, la historia, tal como la interpretamos, a


sugerencia tuya, Nietzsche, muestra que todo grupo humano
identifica como malos al enemigo y como buenos a los
miembros del propio grupo. Es decir, esa identificación no es
privativa de lo que llamas la plebe. Las guerras entres ingleses
y franceses, entre alemanes y americanos… muestran que los
respectivos estandartes son los de los buenos y los otros, de
los malos, no importa el motivo de la guerra o de las batallas.

Las aves
rapaces

Nada hay de extraño si los corderos guardan rencor a las


aves rapaces, por lo débiles. Las aves rapaces dicen: “no
estamos enojados con los corderos; nada hay más sabroso
que un corderito” Exigir de la fortaleza que no sea un querer
dominar es tan absurdo, como exigir que la debilidad sea
fuerza

Sobre el particular, ese imperativo aceptar el hecho de que el


ser humano, por instinto, guarda una sana repugnancia por las

42
aves rapaces; entre ellas, el parásito que se hace nombrar
“noble” y los políticos de todas las estofas.

Un quantum de fuerza es un quantum de pulsión, de voluntad


de actividad que el ser superior tiene. Yo sé que mis obras
son conocidas como escuela de recelo, de desprecio,
temeridad

Usar ese quantum de fuerza para dominar a los débiles es un


sinsentido propio del hombre superior. La fuerza de un
verdadero guerrero va dirigida a otros como él, de lo
contrario, el quantum de fuerza es solamente un quantum de
verdugo.

“Hablo de la moral inmoral… hablo desde fuera de la


moral, lo hago desde más allá del bien y del mal”

Ésa es la verdadera punción de fortaleza que encierra tu


visión, Nietzsche y el motivo de nuestra admiración por ti,
pues al denunciar la moral hipócrita tradicional, lo haces,
calificándola como la “moralina”, propia de los filisteos e
hipócritas, por eso dices que hablas de la moral inmoral

“Me inventé a los hombres libres y les puse el nombre de


“humanos, demasiado humanos”. Quise que me hicieran
compañía como valerosos camaradas y fantasmas con los que
se charla

43
Por lo que hemos encontrado en nuestra interpretación
metafórica de la historia, los “valerosos cama-radas” a los que
mencionas, serían los feudales, los dictadores y los políticos
¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva el sentimiento y la
Voluntad de Poder; el Poder mismo del hombre. ¿Qué es lo
malo? Todo lo que procede de la debilidad; todo lo que
procede de la compasión y de la piedad. “¿Qué es la
felicidad? El sentimiento de que el Poder crece; de saber que
una resistencia queda superada”

Hay una lógica interna en tu percepción de lo malo y de lo


bueno que es imposible negar, incluyendo la imagen que tiene
de los débiles. Es conocido tu lema fundamental en las
relaciones humanas; la cito:

Los débiles y los malogrados deben perecer: artículo primero


de nuestro amor a los hombres” ¿Qué es lo más dañoso que
cualquier otro vicio? La compasión con los débiles que es el
animal doméstico, el animal de rebaño, el animal enfermo

En un capítulo posterior de esta obra, plantearé mi


interpretación de los entes débiles y de lo que, con ellos,
considero como “bueno” y como “malo”.

El hombre superior tiene una conciencia nueva para


verdades que hasta ahora han permanecido mudas. Se debe
guardar para sí el respeto a sí mismo; el amor a sí mismo; la
libertad incondicional a sí mismo.

44
Nuevamente nos preguntamos si el Hombre Superior al que te
refieres, Nietzsche, es el individuo parecido al que proclama
el existencialismo, es decir, el in-dividuo aislado o, te refieres
al grupo de “hombres superiores” que han unido, en una sola,
sus respectivas voluntades del poder. ¿Qué opinas, respetado
Heidegger?

Nietzsche llama “veneno doctrinal” a la declaración de


igualdad e idénticos derechos para todos; con el
resentimiento de las masas, esa moral ha forjado su arma
contra nosotros, contra los aristócratas. De allí nace la idea
del Superhombre: a la pregunta ¿Cómo se supera al
hombre?, Zaratustra responde: Vosotros habéis despreciado,
hombres superiores, esto me hace tener esperanzas. Os
honro, porque no habéis aprendido las pequeñas corduras.
Superad a los hombres hermanos míos, a estas gentes
pequeñas: ¡son el peligro del superhombre!

Al parecer, Nietzsche llama aristócratas a quienes identifica


como hombres superiores y ejercen la voluntad de poder como
una fuerza dominadora contra los débiles. Me pregunto si
todos los parásitos que se autonombran “nobles” y todos los
dictadores de la historia, están, necesariamente, en esa
categoría. Por otra parte, me gustaría indagar sobre la opinión
que tiene de los hombres de talento, los grandes científicos,
los hombres que producen obras de arte… en general, los
hombres de gran talento.

45
Alienación: Resumen
El siervo, su trabajo y la tierra hacen el Ser para sí del feudal
y, al mismo tiempo, el siervo teme que el feudal muera.
En cambio, el feudal, que no trabaja, no garantiza su propia
existencia, no sería un Ser para sí, no sería nada. Eso es
Alienación: al renunciar, por la fuerza, al producto de su
trabajo y de su propio Ser, el siervo se aliena a su explotador.
Así, el siervo no es una persona para el feudal; él y la tierra,
son sólo instrumentos de producción; nada más. Ahora viene
la gran pregunta: ¿Por qué el siervo no se rebela? ¿Por qué
aguanta esa alienación tan absurda? La respuesta es única: por
miedo: se supone que el feudal y el rey son representantes de
Dios en la Tierra, intocables. En términos de la Voluntad de
Poder de Nietzsche, porque están sujetos a los valores
impuestos por la voluntad de poder del feudal, de la llamada
nobleza y del rey. Si nos atenemos a la percepción de Hegel y
palpamos su lógica, nos damos cuenta de que el feudal no
sería un ser libre, en cambio, el siervo sí sería. El siervo haría
que el feudal fuera para sí, negándose a sí mismo, según dice
Hegel, porque habría perdido la “batalla para ser libre”. El
siervo enajenaría voluntariamente el producto de su trabajo y
la condición de su propio ser, en beneficio del feudal y la
monarquía. En ese proceso es que radica la Alienación del
siervo al feudal, al rey y a todos los que viven de él. Lo
mismo sucede con la alienación del trabajo al capitalista y al

46
político. Nuevamente se produce la gran contradicción: el que
produce no es libre; el que no produce, sí lo es.

El Capitalista

Citemos a Nietzsche, en uno de sus comentarios:

El acrecentamiento de poder es, en sí mismo y al mismo


tiempo, también conservación del poder. El poder sólo puede
darse poder a sí mismo en la medida en que ordene a la vez
acrecentamiento y conservación. Ello implica que el poder
mismo y sólo él ponga las condiciones del acrecentamiento y
la conservación.

Esto significa que la Voluntad de Poder tiene grados de más y


de menos. El “acrecentamiento del poder” no es sino el
incremento del grado de poder, medido con algo. El capitalista
actual, cuya tarea es maximizar el beneficio de la empresa,
sería el representante genuino de la percepción del
acrecentamiento del poder para ser poseedor de poder. Por eso
es que señalamos que el que tiene el poder para ejercer su
voluntad de poder, tal como lo pone Nietzsche, es un
mercachifle o un político. Veamos el caso del mercachifle,
cuya única razón de existir es una de las más extrañas.

¿Para qué trabaja un zapatero


Para ganar dinero
¿Para qué quiere dinero?

47
Para mejorar la calidad de vida de su familia.

Si le hacemos la misma pregunta a un médico o a un


científico, nos contestará de la misma manera.

Pero si le preguntamos a un capitalista para que trabaja nos


dirá que lo hace para ganar más dinero

¿Y para qué querría más dinero?


Para hacer más dinero y luego más y más

El acrecentamiento de poder es el aumento de su patrimonio,


en un principio de correa sin fin. Acrecienta su poder
constantemente, lo hace impelido por la competencia; si deja
de acrecentar su poder será expulsado del mercado.

Ahora acudamos a las cavilaciones de un político, las que


fueron escritas en una obra anterior.

El Político

La Política es el arte de lograr el Poder, de conservarlo y


de extenderlo; todo lo que se diga y haga para lograr estos
propósitos, será bien recibido; todo lo que se oponga a la
consecución de los objetivos trazados debe ser combatido.
Por eso es que la Política es el arte de lo posible y es por
eso que exige una moral que proviene de la ética
pragmática, la que acepta como justificativo todo lo que

48
permite que el grupo al que pertenecemos se perpetúe y
rechaza lo que se oponga al logro del objetivo. Nosotros,
los políticos, somos una especie dentro de la especie
humana y como tales, consideramos nuestra sobrevivencia
como la aspiración más alta a la que supeditamos todas
las demás. Pero el Poder por el simple Poder no tiene
sentido: es vacío y huero. El Poder alcanza su razón de ser
cuando es gozado por el que lo detenta; no se ha hecho
para cualquier mortal: ha sido hecho para una clase
especial de hombres, para nosotros, los políticos, los
únicos que sabemos apreciarlo. Del mismo modo que es
una estupidez de alto grado servir un vino de marca a
quien no sabrá degustarlo, también sería una bestialidad
confiar el Poder a quien no sabe usarlo ni catarlo ni
retozar en él sin rubor. Los hombres han hecho los dioses
omnipotentes como una proyección de sus ansias de poder,
como una objetivación ideal de sus propios deseos de
alcanzar la capacidad de hacer todo lo quieren y así
solazarse en grado supremo ¿Han visto ustedes cómo
reciben las masas la voceada omnipotencia de los dioses?
La reciben con veneración. Es que la masa venera el
Poder, como quien reverencia algo distante y per-verso.
Por eso lo quieren encarnado en la lejanía, más allá de sus
horizontes, más allá de sus lontananzas, más allá de donde
ellos jamás podrán llegar: esto es, en la cúpula del Estado.
El pueblo quiere el Poder como los sapos quieren la luna;
lo quieren por encima, no al lado; arriba, donde estamos
los hombres que forcejean con él y lo vencen...”

49
Por lo visto, el Hombre Superior de Nietzsche, el que ejerce
su Voluntad de Poder es, por un lado, el feudal parásito; por el
otro, el capitalista, avaro, ocupado sólo en tener más y más
ganancias. A los dos personajes, añadimos al Político,
ambicioso, as-tuto, dual. Todos, corruptos. En suma: los tres
son la antítesis de los guerreros nietzscheanos. En la práctica,
diremos que Dionisos siempre está ebrio. Apolo languidece,
abrumado por la Razón. El Superhombre es un mercachifle
cobijado en las Transnacionales; un adorador del dólar, un
hipócrita cuyos rivales no son los de un guerrero, sino los que se
parecen a él: avaros, miedosos, astutos… despreciables, al igual
que el Político, otro de los “hombres superiores”. La Voluntad
de Poder ahora está en manos de un negro y el Presidente de mi
país es un indígena, algo que te debe causar pesar en el mismo
nivel que trae alegría para nosotros. Ya podemos resumir lo
siguiente.

Hegel y Nietzsche

Si Hegel es el teórico de los “Señores de la tierra”, feudales


marrulleros que nada tienen de hombres superiores, Nietzsche
se convierte en el filósofo de los mercachifles, los que sólo
tienen respeto al dinero y a la tasa de ganancia. También sería
el aval filosófico del más astuto de los seres: el Político. No
hay “valor guerrero” en ninguno de ellos, pues están hechos
para medrar y hacer que otros peleen por ellos. Pero hay algo:
a Hegel lo redime el haber revivido a Heráclito, aunque su

50
especial dialéctica parte de la Razón pura, no de la verdadera
interacción RazónIntuición. A Nietzsche, por su valor genuino
demostrado en su audaz denuncia de la Moralina. Con eso me
basta.

EL NIHILISMO
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Bienvenido seas, Martin Heidegger, a un nuevo soliloquio


para hacernos conocer algunos de tus puntos de vista sobre los
temas fundamentales en el pensamiento de Federico
Nietzsche. Para comenzar con nuestro intercambio verbal
virtual, nos gustaría saber tu opinión acerca de uno de los
lemas de mayor importancia en el escudo de armas
nietzscheano. ¿Qué es el Nihilismo en Nietzsche?
Las Relaciones
de Dominio como Moral

Comprendidas desde la metafísica de la voluntad de poder,


las ideas son pensadas como valores y las unidades más

51
altas, como valores supremos. En esta interpretación, toda la
filosofía se convierte en metafísica de los valores.

Seguramente, la metafísica de los valores es observada como


un proceso que se realiza en el transcurrir de la historia, no
solamente en un punto dado de la historia. Nos imaginamos
que conlleva también la tarea de establecer el nacimiento y el
desarrollo de los sistemas de valores

Nietzsche percibe lo deseable como «valores supremos”.


Toda metafísica es un “sistema de estimaciones de valor, una
moral, entendida como doctrina de las relaciones de dominio
bajo las que se origina el fenómeno "vida".
¿Qué es lo que determina, el cambio de los valores vigentes,
Y la esencia de los valores que habrán de reemplazarlos?

La voluntad de poder es el principio único de la posición de


valores. Allí donde la voluntad de poder osa reconocerse
como el carácter fundamental del ente, todo tiene que
estimarse en referencia a si acrecienta o disminuye o inhibe
la voluntad de po-der. En cuanto carácter fundamental, la
voluntad de poder condiciona todo ente en su ser. Esta
condición suprema del ente es el valor determinante.

“La voluntad de poder en cuanto principio único de la


posición de valores”, debe partir de alguien, de un ente o
grupo de entes concretos, pero si cada ente obedece a su
propia voluntad de poder, exigirá también imponérsela a las

52
otras voluntades de poder concretas y la implantación de un
nuevo valor será muy complicada. No olvidemos que la
pluralidad de poderes de voluntad no es reducible a una sola.

La batalla, al estilo de Hegel, determinará cuál voluntad de


poder será el que se imponga. Nos encontraremos en una
perpetua situación de lucha a muerte no sólo entre los que
dominan y los dominados, sino entre los pares mismos que
pertenecen al grupo de los dominadores. Esto es, habrá una
voluntad de poder colectiva que coincida con cada una de las
voluntades de poder de los entes que tienen el poder de
implantar valores.

La Transvaloración
de los valores vigentes

La metafísica de la voluntad de poder se vuelve una posición


de valor, una nueva posición de valor. Su novedad consiste en
una “transvaloración de los valores validos hasta el
momento”. Esta transvaloración constituye la esencia
acabada del nihilismo. El nihilismo, según el concepto de
Nietzsche, no es una doctrina y una opinión, más bien
establece que es la desvalorización de los valores vigentes.

De acuerdo; pero esa desvalorización de los valores vigentes y


su reemplazo por las nuevas tiene que surgir de alguien o de
algunos. ¿Cómo se pondrían de acuerdo los entes que
53
participan en el grupo dispuesto a reemplazar los valores
vigentes por nuevos? ¿Acudirán al voto democrático? Esto
sería contradictorio, pues uno de los valores que seguramente
será reemplazado por otro nuevo, será el sistema democrático.
¿Los participantes en el concilio de voluntades de poder, se
eliminarán en una lucha de todos contra todos hasta que se
establezca la presencia de una sola voluntad de poder, en la
tarea de imponer los nuevos valores? No parece probable; al
contrario, seguramente se con-formarán grupos de voluntades
de poder que tendrán que luchar contra otros grupos de
voluntades de poder, en el más puro sentido de lucha entre
grupos, no de individuos. De lo que deducimos que la
voluntad de poder que imponga nuevos valores debe ser una
suma de voluntades de poder, lo que contraría la opinión que
Nietzsche tiene de los grupos sociales a los que consideran
que matan al individuo.

El proceso de desvalorización de los valores supremos


válidos hasta el momento no es un suceso histórico entre
muchos otros, sino el acontecimiento fundamental de la
historia occidental, historia sostenida y guiada por la
metafísica. En la medida en que la metafísica ha recibido
mediante el cristianismo un peculiar sello teológico, la
desvalorización de los valores vigentes hasta el momento
tiene que expresarse también de modo teológico con la
sentencia: «Dios ha muerto».

La metáfora “Dios ha muerto”


54
Hemos establecido que hablamos en metáforas y que la
interpretación de la historia es metafórica. La metáfora “Dios
ha muerto” surgiría de la necesidad de crear otros valores
completamente nuevos y opuestos a los que confluyen como
simples “moralinas”. Pero, sucede que, para los creyentes,
entre ellos, muchos de sus “hombres superiores” Dios no ha
muerto. De este modo, la declaratoria se convierte en una
hipótesis parecida a la siguiente: ¿Qué pasaría si Dios
muriera? La respuesta que trae el Nihilismo es una metáfora
que pretende dar respuesta a otra: la muerte hipotética de Dios

En lugar de la autoridad de Dios y de la Iglesia aparece la


autoridad de la conciencia, el dominio de la razón, el dios del
progreso histórico, el instinto social. Que se desvaloricen los
valores supremos válidos hasta el momento quiere decir: esos
ideales pierden su fuerza de configurar historia.

Sobre este aspecto es preciso adelantar algo que vendrá en un


subsiguiente comentario: los “valores supremos válidos hasta
el momento”, han sido formulados e impuestos por la
voluntad de poder de los “hombres superiores”.

Pero, la desvalorización de los valores supremos válidos


hasta el momento conduce en primer lugar a que el mundo
aparezca como carente de valor. Los valores vigentes se
desvalorizan, pero el ente en su totalidad permanece, aunque
exige nuevos valores. Surge un estado intermedio por el que

55
atraviesa la actual historia del mundo, por la presencia de un
nuevo mundo de valores.

En realidad, si los antiguos valores nunca han sido practicados


sino en apariencia, Nietzsche debería tomarlos como nuevos,
con la diferencia de que esos valores nuevos, sin la presencia
de la compasión y otros que valorizan al débil, serían
verdaderamente ejercidos y establecerían una práctica de vida
nueva y franca, basada en ellos.

El nihilismo es la desvalorización de los valores válidos hasta


el momento en una total inversión de todos los valores.
Nihilismo quiere decir, entonces: los valores vigentes hasta el
momento ya no valen. La transvaloración tiene que ser
incondicionada y poner a todo ente en una unidad originaria.

Mi sentido de consistencia me urge a ratificar mi percepción:


los valores vigentes nunca han sido puestos en práctica por
quienes los han impuesto a los demás, esto es, por los
“hombres superiores que detentarían la voluntad de poder,
pero, en la medida en que esos valores son producto de su
voluntad de poder, ejercen esta voluntad para incumplirlos
con impunidad reiterada.

Para que el contenido de los nuevos valores no fracase, la


inversión incondicionada debe ser implementada por modos
de pensar y experimentar completamente diferentes a los
vigentes, aunque el nihilismo no es una historia ni tampoco el

56
rasgo esencial de la historia occidental, es la legalidad de tal
suceder, su “lógica”.

Para ello, no necesita cambiar los valores; los que existen


actualmente, tales como honestidad, compromiso, honor y
todo ese ramillete de buenas costumbres, está prácticamente
intocado. Excepto una minoría muy reducida, nadie los ha
usado verdaderamente, mucho menos los hombres superiores
que ejercen la voluntad de poder y creadora de esos valores-
fantasma

La causa del nihilismo es la moral, la instauración de ideales


supra naturales de lo verdadero, lo bueno y lo bello que
tienen validez «en sí». La posición de los valores supremos
pone al mismo tiempo la posibilidad de su desvalorización,
que comienza ya con el hecho de que se muestren como
inalcanzables. Por eso, la «forma preliminar» del nihilismo
auténtico es el pesimismo, como fuerza
En este caso, lo único que se debe hacer para inventariar a los
hombres superiores, es realizar un congreso de filósofos
existencialistas, quienes son insuperables en el terreno del
pesimismo y de la náusea de vivir.

El pesimismo que sólo ve la declinación proviene, en cambio,


de la «debilidad», busca en todas partes lo aciago, está al
acecho de las posibilidades de fracaso y cree ver así el modo
en que sucederá todo. Un nihilista es el hombre que observa

57
al mundo tal Como es, juzga que no debería ser, y del mundo
que debería ser, que no existe»

Cualquier existencialista de rango medio supera, con mucho,


la intención de mostrar cómo debería ser el mundo, pues su
perspectiva es más contundente: el mundo y el ser humano
deben desaparecer. Es imposible pedir más voluntad de poder
al respecto

Allí donde la voluntad de poder es el principio que se ha


adoptado para la posición de valores, el nihilismo se
convierte en el “ideal del supremo poderío del espíritu” En la
medida en que se niega todo ente existente en sí y se afirma la
voluntad de poder como origen y medida del crear, “el
nihilismo podría ser un modo divino de pensar” Se está
pensando en la divinidad del dios Dionisos.

Los existencialistas, representantes verdaderos de la Gran


Orden de la Depresión, esencia fundamental del hombre
superior, piensan en la divinidad del vacío, de la nada, de la
angustia, del miedo, de la rutina… ¿Cuán más “superior”
deberá ser un hombre para que sea digno de voluntad de
poder, al estilo nietzscheano? Esa es una pregunta que algún
día deberá tener su respuesta.

Gracias Martin Heidegger por tu invalorable aporte a la


interpretación de este capítulo sobre el Nihilismo de
Nietzsche. Ahora debo dedicar las próximas páginas a

58
exponer una síntesis brevísima de nuestra interpretación de la
historia. Lo haré para mostrar que la historia del hombre se
rige por la Ley del más fuerte y que el darwinismo social es el
fundamento de la convivencia humana. Ambos son
expresiones de la Voluntad de Poder desde las épocas en que
aparecieron las tribus. La Voluntad de Poder es inherente a la
esencia de la historia del hombre, no es posible negarlo.

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LA LEY DEL SAQUEO

Marx postuló que la Historia estaba regida por leyes y


concibió la lucha de clases como el nervio motor del
desarrollo histórico. Por su parte Ludwig von Mises afirmó
que no hay leyes históricas, puesto que los hechos serían
únicos y no se repetirían en ningún tiempo ni espacio. Esa

59
idea viene directa-mente de los principios existencialistas de
los Caballeros de la Gran Orden de la Depresión Institucio-
nalizada. Pero, en la peregrinación por las fases de la Historia
encuentro una Ley, infinitamente repetida, a la que denomino:
“La Ley del Saqueo”, la única que existe en la Historia del ser
humano. Es de la vigencia constante de esa Ley que hablaré
en las siguientes páginas de esta obra

Los más fuertes saquean


a los más débiles

Encontramos que la Historia Formal idealiza la brutalidad


humana o la atribuye solamente a un grupo, en desmedro de
los “otros”. Lo que recibimos de esa historia no es sino una
deformación de los hechos debido a las preferencias y los
afectos y desafectos de los sonajeros que los relatan. En
cambio, la Historia, como el relato de las formas que
adquiere la Ley del Saqueo, no hace distinciones sobre la
bestialidad humana ni clasifica a los individuos o a los grupos
como “nosotros los buenos y ellos, los malos”. La Ley del
saqueo es inherente a todos y cada uno de los seres humanos,
aunque en la mayoría se expresa con un salvajismo propio de
la bestia racional. Hay algo más que debemos anotar: la Ley
del Saqueo en la Civilización de Occidente ha sido moldeada
por el gene del miedo y la violencia que los anunnakis nos han
inoculado al acelerar el proceso evolutivo del hombre desde el
último homínido (El asunto de los anunnakis está
contemplado en otra de mis obras y será dada a conocer a su

60
debido tiempo) Entre todos, el Gran Astuto es el que tiene un
grado de astucia mayor a la de las masas, recuas humanas, a
las que manipula, dado que las masas son siempre
manipulables.

Las manipula para sacralizar la hipocresía y elevarla a la


máxima de las virtudes. Los actos modelados y/o ejecutados
por el Gran Astuto siempre se ha expresado en la forma de la
bestia-lidad humana, en su máximo grado. No hay forma de
ocultarlo, somos, y sabemos que somos, fetos cons-cientes
condenados a cargar sobre la conciencia, la joroba turgente
que el sentido de culpabilidad, emergente del miedo y de
nuestro verdadero Ser Astuto, ha esculpido en el fondo del
subconsciente individual y colectivo. Esta breve introducción
me lleva a la necesidad de estructurar un Teorema

El Teorema del Miedo


El miedo, como el campo magnético en el cosmos, se expande
permanentemente por la mente humana

El Corolario del Miedo


La Ley del Saqueo es el miedo a ser saqueado
El precepto del Miedo
Haz a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, antes que
los demás te lo hagan

Cualquier repaso de la historia nos muestra que los


enunciados propuestos son válidos

61
Un ejemplo

La tan comentada democracia de la Grecia Antigua, por


ejemplo, es sólo un resultado de la capacidad de
mercadotecnia de sus historiadores. En la realidad, al igual
que todos los grupos humanos del mundo, la historia de
Grecia es la historia del robo y del saqueo, ambos idealizados
por los constructores de imágenes. Espartanos y Atenieses,
por igual, eran asesinos de nacimiento y de vocación. Como
los criminales de todos los tiempos, preferían arriesgar la vida
en una guerra, robar el botín y traer esclavos para que
produjeran lo que ellos debían comer; cada uno de estos
“guerreros” pensaba que trabajar honradamente para ganarse
la vida, era una muestra de vulgaridad al extremo, en cambio,
el robo y el saqueo de los demás, les parecía digno.

Aristóteles; defensor de la moral y de las buenas costumbres,


se dio cuenta de que el saqueo traía, entre oro y joyas, algo de
mayor valor aún: el saqueo institucionalizado traía esclavos.
Tanto Esparta como Atenas, si estaban escasos de esclavos
eran nada. Los esclavos producían lo que los hombres
superiores, poseedores de la voluntad de poder comían. Pues
bien, al darse cuenta de la riqueza que los esclavos
significaban para Antenas, decidió legalizar la esclavitud,
incluyéndolo en las cosas y procesos que no dependerían de
los seres humanos sino, de la naturaleza. El gran filósofo de la
Ética a Nicómaco, el ilustre, el inmortal Aristóteles, afirmó,

62
sin rubores molestosos, que el esclavo lo era por naturaleza.
Ni el mismo Hegel, conocido por su aversión a la masa y a
todo lo que significara democracia, se atrevió a ir tan lejos. El
fundador de la Lógica, sí, lo hizo con una gran naturalidad.
Con ello, los saqueadores y traficantes de esclavos ya tenían el
“aval moral” que les permitía usar el látigo “legalmente”.

Cuando leemos estos párrafos, quedamos confundidos al


enterarnos que Nietzsche no conociera que los hombres
superiores, los que detentan la voluntad de poder, ya habían
existido desde la aparición de los grupos humanos, divididos
por el miedo.

EL ETERNO RETORNO
DE LO MISMO

¿Cuál es tu opinión, respetado Heidegger, de eterno retorno de


lo mismo, tal como lo plantea Nietzsche?

Nietzsche comprende todo “sentido” como “fin” y “meta”,


pero, fin y meta como valores. De acuerdo con ello, puede
decir: “La absoluta carencia de valor, de sentido, la carencia
de meta en sí, es el principal artículo de fe” del nihilista”

Sin embargo, una vez que los nuevos valores impuestos por la
cofradía de los hombres superiores estén en vigencia,
seguramente tendrá algo que ver con la identificación de
metas

63
La carencia de valor y de meta tampoco puede significar ya
un defecto, el mero vacío y la mera ausencia. La palabra
metafísica es: el eterno retorno de lo mismo… el ente que
tiene el carácter fundamental de la voluntad de poder sólo
puede ser, en su totalidad, eterno retorno de lo mismo.

El significado de “Eterno retorno de los mismo” se presenta


un tanto oscuro al entendimiento

El poder no conoce metas “en sí” a las que podría llegar


para permanecer en ellas, lo importante es la sobre
potenciación. Por ello, para el ente como voluntad de poder
no hay ninguna meta fuera de sí hacia la cual progresar
saliendo de sí mismo.

En el Camino
está en la Meta

Hay una percepción del zen taoísta que podría explicar


adecuadamente el concepto: “El camino está en la meta”, en
este caso, la “meta que está en el camino” es la continua
repetición de lo mismo, por lo que nada externo a esa meta-
camino existiría fuera de ella.

La voluntad de poder, en cuanto sobre potenciación de sí


misma, retorna esencialmente a sí misma y da así al ente en
su totalidad, es decir al “devenir”, el peculiar carácter de
64
movilidad. Ahora bien, el ejercicio del poder eterno y
carente de meta de la voluntad de poder es, no obstante, al
mismo tiempo necesariamente finito en cuanto a sus
situaciones y formas, pues si fuera infinito en este respecto,
en concordancia con su esencia como acrecentamiento,
tendría que «crecer infinitamente».

Si el ejercicio del poder y carente de meta de la voluntad de


poder es finito, habría una contraposición en denominar como
“Eterno retorno de lo mismo” a lo que, anticipadamente ya
exige un fin, por lo que será preciso preguntar: ¿en qué
momento se conocerá el último ciclo de ida y vuelta de la
voluntad de ser, es decir, el último retorno?

La «Voluntad de poder» tiene una visión muy particular


acerca de lo que es el ente en cuanto tal, es decir, en su
constitución. El «Eterno retorno de lo mismo» postula cómo
es el ente de esa constitución en su totalidad. Ser y devenir se
contraponen sólo aparentemente, porque el carácter de
devenir de la voluntad de poder es, en su más íntima esencia,
eterno retorno de lo mismo.

Pero la idea de “retorno” sugiere un acto de aleja-miento


previo del escenario al que tendrá que retornar y volver a ser
lo mismo. Con el fin de dar forma a la metáfora, debo citar
una obra que tiene como tema El Eterno Retorno, de Borges.
En beneficio de la brevedad, iré al punto principal.
El Eterno Retorno y Borges
65
En “La Biblioteca de Babel”, Borges expone su idea de lo
infinito, la cual yo cito de inmediato.
 
En el zaguán hay un espejo
que fielmente duplica las apariencias

Este espejo representa una de las ideas que más ha


obsesionado la metafísica borgeana: la Teoría Cíclica del
Universo, más conocida como la Teoría del Eterno Retorno.
La doctrina tiene orígenes registrados en papiros y
pergaminos.

Los hindúes, grandes iniciadores de misteriosas inquietudes


intuitivas, tuvieron mucho que ver con el asunto antes de
entregárselo a los budistas, primos carnales en el espíritu. Allí
nacen los Kalpas, etapas que el mundo naciente debe recorrer
hasta llegar a su propio poniente. El nacimiento del mundo se
debe a la compresión ideal y su destrucción a la
conflagración; algo más: el número de Kalpas es infinito tal
como el número de ciclos retornantes también lo es. Heráclito
también cedió a la fascinación de la gran rueda cósmica, que
naciendo del fuego vuelve con empecinamiento, otra vez al
fuego. Al hablarnos de los espejos que reproducen infinita-
mente el original, nos dice, metafóricamente que la Ley del
saqueo vuelve en periodos que conforman el infinito. Otra vez
el libro de las jerarquías llegará a nuestras manos; otra vez

66
veremos nuestra propia muerte por hambre en medio de la
gran abundancia. Hay más sobre la teoría del Eterno Retorno.

Sus expositores y defensores asumen implícitamente su


simetría. El retorno de los átomos se realizaría siempre en
conjuntos homogéneos y simétricos para volver a ser lo que se
fue. Este es un asunto que debe ser aclarado. Para ello recurro
a uno de mis relatos “Una noche de Estilos” (de mi libro
“Cuando el Illimani se fue”, 1986)

En uno de los relatos, el personaje borgeano, al describir la


ciudad de La Paz, desde su preceptiva literaria declara que:

“La ciudad de La Paz sería la expresión concreta de la


entelequia y que por ello “estaría en el deber de
autorreciclarse”. No faltará el escéptico que plantee el
siguiente problema: si un todo puede reciclarse para retornar a
una posición atómica inicial, esto no quiere necesariamente
decir que todas y cada una de las partes que conforman ese
todo habrán de reciclarse al mismo tiempo, aunque la teoría de
las variaciones de los átomos, al decir que una de las partes se
vuelve a reproducir, da por sentado que todos y cada uno se
registran simétrica y simultáneamente. Este supuesto es
demasiado heroico, puesto que da por sentado que una
persona al reciclarse, se recicla integralmente de una sola vez.
El cerebro se recicla al mismo tiempo infinitesimal en que se
recicla el resto del cuerpo. Esto anularía la posibilidad de que
el Partenón se reciclara en partes, cada una atraída por un

67
tiempo diferente. La película “La Mosca”, es un buen
ejemplo. Trata de un ser que al reciclarse en una máquina
transportadora resulta con su propio cuerpo y con la cabeza de
la mosca, que había estado en el recinto reciclador. El
reciclaje no se había llevado a cabo de un modo simétrico.
Aquí una ficción atestigua la asimetría de la otra ficción.”

“Después de estas inquisiciones, diríamos que los reciclajes


son siempre simétricos, suceden todos al mismo tiempo y, por
lo tanto, es preciso abjurar de la creencia de desequilibrios
cósmicos en la construcción del retorno de lo mismo.”

Este pasaje nos plantea problemas de gran contenido: ¿Cuál


será el “estado inicial” que se reciclará en el infinito? Es decir
¿el escenario original al que se deberá retornar todo el
tiempo? ¿Será el que existía un segundo después de la
explosión del huevo cósmico? ¿El que había un billón de años
antes? ¿A partir de qué instante se iniciará el proceso de
repetición? Esta es una pregunta por demás retórica, puesto
que todo el mundo sabría la respuesta: a partir del momento
en el que se produce el Big Bang. El relato con el personaje
borgeano nos lleva a la necesidad de revisar más de cerca la
tesis platónica de los siete planetas

“Equilibradas sus diversas velocidades, regresarán al


punto inicial de partida”

68
“A medida que esas velocidades se equilibran, gran parte de
los arreglos atómicos han recobrado ya su posición original”.
En este sentido, hay una brecha entre los planetas que han
vuelto ya a la originalidad y aquéllos que aún no han
completado el ciclo. Pongamos un ejemplo de lo que
sucedería en nuestro planeta: es posible imaginar que
Aristóteles ya ha sido reciclado en un tiempo similar al de
Marx. Los tendremos juntos para asistir a un diálogo de
magnitud ártica. Del mismo modo se podría concebir la
coexistencia de la Segunda Guerra Mundial con la batalla de
las Termópilas, Hitler pidiendo asistencia técnica a Leónidas.
El rayo láser pelearía con el garrote y los Fantoms tendrían
batalla con los dinosaurios… Eliminada esa posibilidad,
recogemos la opción de que los re-arreglos se alcanzan al
mismo tiempo en la centésima de segundo que dura el
equilibrio de las velocidades de los planetas. Imaginemos que
eso se producirá mañana: a las 10.00 a.m. hora de Greenwich.
Las velocidades se equilibran; todos desaparecemos para
volver al inicio del “año perfecto”. Ahora imaginemos lo que
sucederá con las capas terrestres, los océanos, los mares que
han cambiado de lugar desde entonces. Las cordilleras, que se
han desplazado y las islas que han aparecido.

Algo más, la Tierra tendría que volver al lugar cósmico que le


correspondió al iniciarse el año perfecto y con ella, todas las
estrellas, galaxias, metagalaxias, agujeros negros… todo
absolutamente todo, deberá retornar al punto de partida del
último Retorno… En “Los Cuatro Ciclos” anuncia que cuatro

69
son las historias y luego las enumera: la Iliada, Ulises, Jason,
y el Vellosino; y un sacrificio: Odín sacrificando a Odín (...) y
Cristo es crucificado por los romanos. Cuatro son las
historias; durante el tiempo que nos queda seguiremos
narrándolas, transformadas. En “His end and his beginning”
se refiere a alguien que murió y que en el cielo no hace sino
repetir algo ya hecho. En “Los Teólogos”:

…esto ha ocurrido y volverá a ocurrir, dijo Euforbo. No


encendéis una pira, encendéis un laberinto de fuego. Si aquí
se unieran todas las hogueras que he sido, no cabrían en la
Tierra y quedarían ciegos los ángeles. Esto lo dije muchas
veces

Resumamos: El punto principal de la tesis del Eterno Retorno


es transmitir al lector la impresión de que todo cambia para
que nada cambie. De inmediato va una versión poética del
encuentro intuitivo que tengo sobre el eterno retorno a nivel
cósmico.

La Carabela

“Un soplo rojo sopla la carabela, que de infinito en infinito se


bambolea… el espacio ondula en vaivenes sin ritmo, al recibir
uno a uno los corpúsculos… explota un corpúsculo de fuego
denso y las esquirlas forman un nuevo universo… el tiempo
torna a nacer sin haber nunca muerto… las esquirlas primeras
se van ¡se van tan lejos!... las sombras de luz surcan los

70
vírgenes vacíos, extendiendo el TiempoEspacio más y más
allá de la nada… la tormentosa cabellera ondea a todos lados,
sin encontrar frontera en ninguno de ellos… pero el gran
impulso ya frena, llamado por la motita primera. Fue nada
más que un puntito de aceite: saltó, explotó, se extendió, un
universo formó y volvió para caer otra vez en el enorme
caldero. Infinitos soplos rojos soplan las infinitas carabelas
que de infinito en infinito bambolean, bambolean”

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EL SUPERHOMBRE

71
Acudimos nuevamente en tu auxilio, Heidegger para que nos
des la interpretación que tienes acerca de uno de los temas que
más polémica ha causado de los que Nietzsche ha escogido
para sorprendernos

El hombre que, estando en medio del ente, se comporta


respecto del ente que es voluntad de poder y, en su totalidad,
eterno retorno de lo mismo, se llama superhombre. El
“súper” en la palabra “superhombre” contiene una negación
y significa salir e ir más allá, por “sobre” el hombre habido
hasta el momento.

El superhombre reemplazaría al hombre, tal como lo


conocemos ahora incluyendo, sobre todo, sus valores

El concepto general alude ante todo a esta esencia nihilístico-


histórica de la humanidad que se piensa a sí misma de modo
nuevo. El superhombre es la negación incondicionada de la
esencia que el hombre ha tenido hasta el momento.

La negación del hombre actual, significaría su reemplazo por


otro de mayor potencialidad para ejercer la voluntad de poder

Pensar, comprendido metafísicamente, es el representar que


percibe aquello por lo que el ente es en cada caso ente. Por
eso, en la interpretación nihilista de la metafísica y de su
historia, el pensamiento, es decir la razón, aparece como el

72
fundamento y la medida conductora de la instauración de
valores. Pero la negación nihilista de la razón no descarta el
pensar, sino que lo recupera al servicio de la animalidad

Todos los instintos, el de supervivencia, el de procreación y la


sensibilidad de los sentidos son los andamios que sustentan la
animalidad del hombre
La Animalidad

La animalidad no es considerada ya como la mera


sensibilidad y como lo inferior en el hombre. La animalidad
es el cuerpo viviente, pleno de impulsos. Sólo la animalidad
determina al hombre como siendo verdaderamente. La razón
sólo es viviente en cuanto vive corporalmente… el que está
despierto, el que sabe, dice: soy totalmente cuerpo, y nada
más; y alma es sólo una palabra para algo en el cuerpo.

En cierto sentido, la tesis nos diría que la racionalidad del


hombre se transforma en la animalidad que es la voluntad de
ser en cuanto se cobija en un cuerpo

La metafísica occidental no determina al hombre como ser


racional en todas las épocas… sólo a partir de la época
moderna la razón conquista su pleno rango metafísico… sólo
respecto de este rango puede medirse lo que acontece con
este retrotraer la razón a la animalidad.

73
Es decir, la animalidad del hombre siempre ha existido, pero
la razón como distintivo principal del hombre, anunciada en la
época moderna, revela esa animalidad. Este sería un
movimiento dialéctico al estilo de Engels: en el alba misma de
la humanidad, el hombre es principalmente, animalidad; en
una segunda etapa es, principalmente racional; en la síntesis
histórica, cuando la razón alcanza su máximo poder, el
hombre vuelve a la animalidad, pero lo hace en una fase muy
superior de progreso y experiencia que la forma original de
esa animalidad

En este proceso, el acto de representar se convierte en el


tribunal que decide sobre la entidad del ente, para sentenciar
que en el futuro sólo habrá de valer como ente, lo que en el
representar sea puesto por éste ante sí mismo.

En concordancia con lo dicho, en ese proceso, la voluntad de


ser se conoce a sí misma en cuanto huésped del cuerpo.
Ninguna representación será valorable si no es la del ente que
representa y que al representar se representa sólo a sí mismo,
esto es, en cuanto a voluntad de poder y en cuanto al eterno
retorno de lo mismo.

En el comienzo de la época moderna, la entidad del ente se


transforma. La esencia de este comienzo histórico se basa en
esta transformación. La subjetividad, la sustancialidad, se
determina ahora como el representar que se representa.
Ahora bien, el hombre, en cuanto ser racional, es el

74
representar que representa. Por lo tanto, el hombre se
convierte en el ente eminente, es decir en “sujeto”

Sujeto que representa a su propia subjetividad, tal como antes,


representaba su propia sustancialidad.

El Objetivismo

La esencia del subjetivismo es objetivismo, en la medida en


que para el sujeto todo se vuelve objeto. Toda objetividad es
“subjetiva”, porque es instaurado como objeto que se
sostiene en sí mismo. “Entidad es subjetividad” y “entidad es
objetividad”, dicen lo mismo.

En mi percepción, yo preferiría más bien el concepto de que la


objetividad subjetivizada vuelve al mundo real, objetivamente
subjetivizada

La voluntad de poder no es nada vital ni nada espiritual, sino


que lo vital (lo viviente) y lo espiritual, en cuanto entes, están
determinados en el sentido de la voluntad de poder. La
voluntad racional, hasta el momento al servicio del
representar, transforma su esencia en voluntad que se ordena
a sí misma.

En este caso, la voluntad del ente cotidiano sería la que


determina la acción, antes de enviar al cerebro la orden de

75
ejecutarla. En el Superhombre, la orden sería ejecutar la
acción de poder.

“La acabada subjetividad de la voluntad de poder es el


origen metafísico de la necesidad esencial del
«superhombre”. El crear es comprendido metafísicamente en
el sentido de un representar pro-ductor. De acuerdo con esta
doctrina, el ente es lo creado por el creador. El
derrumbamiento de la pre-eminencia de la razón
representante contiene la esencia metafísica de ese
acontecimiento, al que Nietzsche llama la muerte del Dios
cristiano-moral.
Lo que expresaría la noción de que el Superhombre no
necesita a nada ni a nadie para representar su propia
subjetividad y ordenar el acrecentamiento de la voluntad de
poder. Él representa e impone los valores, como una tarea
(¿un privilegio?) que ya no precisa de un ente trascendental.

La Meta

De este modo, puesta en su punto más alto, la voluntad de


poder, en cuánto subjetividad acabada, es el Superhombre.
“¡No la humanidad, sino el superhombre es la meta!”… el
“superhombre” no es un ideal suprasensible; tampoco es una
persona que surgirá en algún momento y aparecerá en algún
lugar; es el puro ejercicio de poder de la voluntad de poder.
El pensamiento del “superhombre” no surge, por lo tanto, de
una “arrogancia” del “señor Nietzsche”.

76
¿Quién impone la idea de superhombre a la humanidad y,
sobre todo, quién le hacer ver que ese nuevo estatus de
existencia es deseable y mejor que el actual? ¿En qué
momento se realiza este cambio hacia un ente nuevo?
Seguramente, cuando Zaratustra anuncia que “Dios ha
muerto”

El superhombre vive en cuanto la nueva humanidad ansía al


ente como voluntad de poder. Así Zaratustra, que enseña el
superhombre, cierra la primera parte de su enseñanza con las
palabras: “Muertos están todos los dioses: ahora nosotros
queremos que viva el superhombre”; ¡que ésta sea una vez, en
el gran mediodía, nuestra voluntad última!”.

El retorno a sí mismo sería el retorno siempre re editado de la


voluntad de poder, refugiada en el Superhombre, quien sería
feliz siendo como es sin querer ser otra cosa.

En el momento de la claridad más luminosa, cuando el ente


en su totalidad se muestra como eterno retorno de lo mismo,
la voluntad tiene que querer el superhombre; pues sólo con la
vista puesta en el superhombre puede soportarse el
pensamiento del eterno retorno de lo mismo. La voluntad que
aquí quiere no es un desear y un apetecer, sino la voluntad de
poder.

77
Pero la voluntad de poder ejerce su dominio, por lo tanto, es
también un imperativo de ejercer ese dominio. El
superhombre no carece de pulsiones que deben ser satisfechas,
de lo contrario, no sería el superhombre, sobre todo, si
tenemos que su esencia es una vuelta a la animalidad, la que
siempre ansía.

«La fuerza y el poder de los sentidos, eso es lo más esencial


en un hombre logrado y completo: el espléndido “animal”
tiene que estar previamente dado.

Me pregunto si la consistencia animal-moral del superhombre


exige experiencias de dominio que van más allá de la simple
arbitrariedad y de la imposición de valores nuevos y
eternamente re editados
El hombre no se vuelve “señor” mediante cualquier
violencia, siguiendo opiniones y deseos casuales. Convertirse
en señor quiere decir, ante todo, someterse a sí mismo a la
orden del poder. Las pulsiones sólo encuentran su esencia
como grandes pasiones. Los pequeños gozos se mantienen
extraños a las grandes pasiones. Lo que decide no son los
meros sentidos, sino el carácter del poder en el que están
integrados.

Una de las más grandes pasiones del guerrero, es la batalla en


campo abierto. Si bien el “ser del ente” es la voluntad de
poder, no podemos negar que existen varios entes con sus
respectivas voluntades de poder, las que, cobijadas en las

78
subjetividades del superhombre, demandarán el ejercicio de
ese poder, en acciones que no siempre coincidirán con las
voluntades de poder de otros entes-superhombres

“Humanización”, pensada de modo nihilista, quiere decir:


hacer que el hombre se vuelva hombre mediante la inversión
de la preeminencia de la razón en preeminencia del cuerpo.
Por ello, la humanización del superhombre, es la
“deshumanización”. Mediante esta deshumanización el ente
se muestra, desnudo, como el ejercicio del poder y la lucha de
las formaciones de dominio de la voluntad de poder

La lucha entre Superhombres

Esas luchas se realizan por los entes en forma de


superhombres, con el objeto de imponer sus valores por medio
de la voluntad de poder. La pregunta vuelve en pos de una
respuesta: ¿Quiénes luchan en las batallas por la imposición
de valores acorde con las respectivas formas que cada
superhombre cobija como voluntad de ser?

Por todo lo analizado, las batallas se realizarán entre grupos


de superhombres contra grupos de superhombres, todos, con
la intención de dominar a los no superhombres o al grupo de
superhombres vencidos

Sólo cuando la subjetividad incondicionada de la voluntad de


poder se ha convertido en la verdad del ente en su totalidad,
79
es metafísicamente necesaria la institución de un
adiestramiento racial, pero no la mera formación de razas
que crecen por sí mismas, sino la noción de raza que se sabe
como tal. Así como la voluntad de poder no es pensada de
modo biológico sino ontológico, tampoco la noción
nietzscheana de “raza” tiene sentido biológico, sino
metafísico.

Ahora estamos en el campo del Nosotros, lo que implica que


no habrá una sola raza que se conozca como tal, habrá varias
de ellas y entre ellas, se erguirán contradicciones entre la
interacción de las voluntades de poder de algunas de esas
razas, y la interacción de las voluntades de poder de otra u
otras, lo que sugiere que la paz no será una condición de
existencia del superhombre

El rango y la ley de un pueblo y de los grupos de pueblos se


determinan de acuerdo con el grado y el modo de la fuerza
imperativa desde la que se ponen al servicio de la realización
del dominio incondicionado del hombre sobre sí mismo.

Sin embargo, la voluntad de poder impone la exigencia de que


el superhombre se domine a sí mismo y también a los demás,
especialmente a los que se considera “inferiores”

Con ese nuevo tipo de hombre se concreta “la emergencia de


una doctrina que criba a los hombres... que a los débiles los
impulsa a tomar resoluciones, y también a los fuertes”

80
En la segunda parte de esta obra desarrollaré algunos
conceptos propios de mi propia percepción filosófica, a la que
he denominado La Voluntad de Ser cuyos aspectos filosóficos,
ideológicos y doctrinales tienen un fin común: lograr que los
débiles y los enfermos se fortifiquen para hacer frente a
quienes los expolian hoy y, en el futuro, a quienes pretendan
imponer su voluntad de poder, sobre la voluntad de Ser.

LA JUSTICIA
 
Gracias, Heidegger, por participar en nuestro encuentro con el
último de los temas planteados en la tarea de realizar
indagaciones sobre lo esencial del pensamiento de Nietzsche.
Ahora nos toca indagar sobre la Justicia.

¿Qué tienes para decirnos acerca de ese tema, Heidegger?

En la visión de Nietzsche, la justicia mira hacia esa


humanidad que debe ser seleccionada para formar el tipo que
posea la propiedad esencial de instaurar el dominio

81
incondicionado sobre la tierra. La justicia es el adjudicar, en
una construcción previa, las condiciones que aseguran un
preservar y un conseguir.

¿Cuáles serían los pilares principales en el que esa justicia


base sus fundamentos y su razón de ser?

La justificación consiste en lo único que satisface la esencia


como “supremo representante de la voluntad de poder”. Las
cinco expresiones fundamentales que hemos analizado:
“voluntad de poder”, “nihilismo”, “eterno retorno de lo
mismo”, “superhombre” y “justicia” corresponden a la esencia
de la metafísica articulada en cinco momentos. Pero la esencia
de esa unidad, dentro de la metafísica y para ella misma,
permanece encubierta. En tu estudio sobre los puntos
fundamentales de la percepción de Nietzsche, sobre los cuales
formulamos nuestras indagaciones, pones de relieve la lógica
que une todos esos conceptos, de manera tal, que la esencia de
esa unidad, sería, en mi percepción, la interacción de los cinco
momentos. No habría necesidad de alguna ontología o alguna
óntica para la determinación de esa esencia, más bien, ése
sería un campo que entraría en la jurisdicción de la interacción
de esos momentos entre sí. Tal vez habría un nuevo campo de
estudio en la filosofía para identificar ese momento, al cual
podríamos denominar “Iterrelacionalogía”

El pensamiento de Nietzsche se mantiene en el movimiento


interno de la verdad en la medida en que, abarca con la

82
mirada la totalidad y percibe la consonancia de todas. Las
preguntas al respecto serían: ¿en qué tiene su fundamento la
unidad esencial de la metafísica? ¿Dónde tiene su origen la
esencia de la metafísica? Recordemos que la metafísica de
Nietzsche es caracterizada como la metafísica de la voluntad
de poder

A una voluntad de poder que es absoluta y que se conserva


por el acrecentamiento que exige, a su vez, el eterno retorno
de lo mismo, le corresponderá un tipo de justicia que no sea
otra que la fijación constante de esa voluntad de poder

El qué y el cómo
de la Justicia

En el pensamiento de Nietzsche queda oculto qué y cómo la


“justicia” es el rasgo esencial de la verdad, por lo tanto, no
es lícito elevar la expresión fundamental “justicia” al rango
de tí-tulo principal de su metafísica. Metafísica es la verdad
del ente en cuanto tal en su totalidad. La metafísica de la
subjetividad incondicionada y acabada piensa, sin decirlo, la
esencia de sí misma, o sea la esencia de la verdad, como
justicia.

Es de suponer que cuando te refieres a la justicia como


esencia de la verdad, hablas de la verdad impuesta por la
voluntad de poder.

83
Queda aún la pregunta acerca de qué pueblos y qué
humanidad estarán sometidos de modo definitivo y
anticipador a la ley de la pertenencia de la incipiente historia
del dominio de la tierra. Ya no es, en cambio, una pregunta
sino que está decidido cuando dice: “Se acerca la época en la
que se emprenderá la lucha por el dominio de la tierra, se la
emprenderá en nombre de doctrinas filosóficas
fundamentales”

Podríamos adelantar que los pueblos escogidos serán sobre


todo, los que han llegado a cierto grado de desarrollo material
y tecnológico que les permita hallar el tiempo necesario para
establecer cuáles, en cada grupo humano, serán los rasgos
distintivos de su voluntad de poder

El fin de la Filosofía

También cabe suponer que la filosofía como doctrina y como


figura de la cultura desaparecerá porque, en la medida en
que ha sido auténtica, ya ha nombrado la realidad de lo real,
es decir el ser desde el cual todo ente es llamado a ser lo que
es y cómo es

Ésa sí es una suposición heroica, demasiado heroica, pues la


filosofía no ha concluido su tarea sobre las indagaciones
acerca de la naturaleza, el hombre, la historia y el
pensamiento. Cualquier suposición en sentido contrario sería
una gran arbitrariedad.

84
Las «doctrinas filosóficas fundamentales» aluden a la esencia
de la metafísica que llega a su acabamiento y sustenta la
historia occidental, bajo la forma europeo-moderna y la
destina a la “dominación del mundo”.

De ahí la necesidad imperiosa, el cumplimiento imperativo, de


hacer que nuestros débiles devengan fuertes para que las
batallas del futuro se realicen entre voluntades de contextura
diferente, pero de igual intensidad. En ese postulado se basa
La Voluntad de Ser.

Por último cabe añadir que lo que se expresa en el


pensamiento puede imputarse historiográficamente a la
esencia nacional del pensador, pero no puede hacerse pasar
jamás por una peculiaridad nacional. El pensamiento de
Descartes, la metafísica de Leibniz, la filosofía de Hume, son,
en cada caso, europeos, y por ello planetarios. Del mismo
modo, la metafísica de Nietzsche no es jamás, en su núcleo,
una filosofía específicamente alemana; al contrario, es una
metafísica europeo-planetaria.

No; hay una filosofía, la única, que puede ser considerada


como planetaria: la Voluntad de Ser.

Muchas gracias Martin Heidegger por tus valiosos aportes a la


estructuración de esta obra, sin los cuales nuestra tarea habría
sido mucho más difícil y mucho más extensa.

85
De todo lo dicho es posible establecer que en Nietzsche hay
cinco paradigmas muy importantes

1
EL HOMBRE SUPERIOR
Nietzsche, hasta nosotros llega la airada voz de tu Zaratustra,
dirigiéndose a los “Hombres Superiores”:

“Vosotros hombres superiores, aprended esto de mí: en el


mercado nadie cree en hombres superiores. Y si queréis
hablar allí, ¡bien! Pero la plebe dirá parpadeando “todos
somos iguales”.

Por lo visto, tu hombre superior se considera superior con


relación a los harapos de los más humildes

No en comparación con los hombres libres del hambre

Por otra parte, identificas muy bien a los ambiguos, aunque los
confundes con los humildes; al respecto dices:

Hoy las gentes pequeñas se han convertido en los señores:


predican resignación y modestia y cordura y laboriosidad y

86
el largo etcétera de las pequeñas virtudes.

Estas “gentes pequeñas” son los ambiguos, los que tienen la


astucia como noble virtud y la doble moral como su práctica
cotidiana

Predican resignación y laboriosidad, pero no como


comportamiento propio sino como una imposición a los
harapos, a los débiles

Dicen lo que no hacen; no dicen lo que hacen

¡Para mí no sufrís aún bastante! Pues sufrís por vosotros, no


habéis sufrido aún por el hombre.

Pero los humildes, los pobres, a los que tú desprecias tanto,


sufren de pobreza, de hambre y de exclusión; sufren por el
hombre

En la lógica disposición que la ley del más fuerte establece, los


que producen no comen; los que comen no producen

La pobreza y el hambre es el dueto fatídico convertido en el


gran dolor colectivo, el más penoso de todos los dolores
¿Qué clase de hombre superior es el que desea rodearse de
mendigos para ser admirado por ellos? Ése es un despropósito
absurdo

87
No queráis nada por encima de vuestra capacidad: hay
una falsedad perversa en quienes quieren por encima de su
capacidad. ¡Especialmente cuando quieren cosas grandes!
Pues despiertan desconfianza contra las cosas grandes,
esos refinados falsarios y comediantes

¿Quiere decir esto que los débiles y enfermos no deben


encarar la tarea de rebelarse, de tratar de subir escalones
empinados?

La plebe no sabe lo que es grande, ni lo que es pequeño;


no distingue entre lo que es recto y honesto: ¡ella es
inocentemente torcida, ella miente siempre!

Pero hay algo que es francamente contradictorio

En mi país, por ejemplo, hay “hombres superiores” que


desprecian a los indígenas, a la “plebe, por ser indígenas

Los desprecian por ello, a pesar de que esos indígenas


producen lo que los hombres “superiores” comen a dos
carrillos

Tendremos un encuentro para hablar sobre este asunto,


cuando lleguemos al tema sobre la Alienación del Ser

Pero no hay que ser gran expedicionario de la sociología para


constatar que el “hombre superior”, a diferencia de “la plebe”,

88
no es autosuficiente; es decir, su existir depende,
precisamente, de su antípoda social: del que produce lo que el
“superior” le arrebata con zarpas de hierro agarfiado: ¡El
“hombre superior” necesita del inferior para subsistir! Si no
fuera por el hombre excluido, el hombre superior sería un fósil
más en el panteón
Por el otro lado, el hombre que produce, es autosuficiente, no
necesitan de nadie para subsistir, viven plenos en su pobreza

¿Se desprecia al que produce lo que comes?


¿Se llama Superior al parásito?

¡La diferencia está en que los hombres superiores son


hombres valientes! ¡Hombres de corazón abierto!

Al preguntarme, te pregunto:

¿Con quién debería medir fuerzas tu Hombre Superior, dado


que no quiere rivales, sólo mendigos, sólo hombres derrotados
por el hambre?

¡Guardaos también de los doctos! Os odian: ¡pues ellos


son estériles! Tienen ojos fríos y secos, ante ellos todo
pájaro yace desplumado.

Pero los indígenas de mi país cambiaron de norte a sur,


cuando llegaron al poder; cuando lo hicieron, se sintieron
Hombres Superiores,

89
Se sintieron tan “superiores” que decidieron que una nación
no era suficiente para que cumplieran sus objetivos

De este modo, dividieron mi país en 36 “naciones”

Ninguno de ellas guarda un lugar para los estratos medios o de


ingresos altos en el país; solamente para los incisos indígenas

Los escritorios públicos fueron ocupados por indígenas que


jamás habían conocido como se gobierna un país; ni siquiera
una alcantarilla

La ineficiencia se hizo muy grande y se sumó a la corrupción


y al racismo al tratar con desdén a los estratos medios

Su servilismo atávico no les permite el desdén para los que


tienen cuentas en los bancos; por eso es no llegan a ser
“hombres superiores”

En su delirio han encontrado un ritmo al que se mueven,


extasiados, en dos dimensiones anquilosadas: el indigenismo
y el marxismo

El hombre-masa está en el gobierno, comiendo a cuatro


carrillos y dibujando la caricatura más espantosa de nuestro
país

90
Ninguno de ellos, masa o líder, tiene noción acerca de lo que
es el individuo, ni la conciencia de la propia individualidad

Sé, estimado Nietzsche, que consideras al grupo humano


como el cerrojo histórico que no permite la libertad del
individuo

Por su parte, el indigenismo y el marxismo crean plebes en


forma de hordas en las que no hay instituciones

Sólo existe la relación horda-líder

Cuando salen a las calles exigen hablar con el Presidente,


pues, en su calidad de plebe, sólo reconocen al líder

Como espectador de todo este proceso, comprendí que para


ser Hombre Superior hay una condición necesaria y suficiente

En primer término, el ente que conforma las masas adquiere


consciencia de lo que es el individuo dentro del grupo

Que logre reflejos luminosos de su propia individualidad

Una individualidad dentro del grupo, un Yo en el Nosotros


Eso es algo que nuestra plebe no tiene

Quienes ahora gobiernan en mi país, y las masas humanas que


los respaldan, a pesar de tener “el poder”, siguen siendo plebe

91
De esta manera, tu “hombre superior” es cualquier ser
humano que detenta el poder de decidir qué podrán y no
podrán hacer los demás

Tu “hombre superior”, para ser tal, necesita La Voluntad de


Poder de un Señor, uno de tus grandes paradigmas

Pero, quienes están en el poder siempre están solos; a todo


“hombre superior” le es difícil identificar en quién debe
confiar

El presidente del gobierno indígena de Bolivia no confía en


los médicos bolivianos, ni siquiera para una constipación
nasal o de la garganta

Más bien confía en el gobierno cubano para que le realicen


algún examen físico y otorgarle el certificado socialista de
buena salud

Los que detentan el poder están frente a los precipicios y


sepulturas que cavan en pos del derecho de tener la panza
llena

Al preguntarme, te pregunto:

¿En quién debería confiar tu Hombre Superior, dado que no


quiere rivales, sólo mendigos?

92
Confiará en el hombre que tiene valor

¿Cómo se reconoce a un hombre que tiene valor?

Hay varias maneras de demostrar que se tiene valor; pero esa


capacidad no está a la vista

Tiene valor el que ve el abismo, pero con ojos de águila, el


que aferra el abismo con garras de águila: ése tiene valor

Si el hombre superior se aferra al abismo con garras de águila,


entonces ¿Dónde está su ser diferenciado?

Porque es necesario aceptar que todo el que está en peligro de


caer al precipicio se aferra a lo que puede

Lo hace con manos, uñas y dientes

¡Qué diferencia con los que meditan en la senda del Zen!

Los que afirman que el que está por caer al abismo mira la
rama de la que se aferra

Mira la rama, no sólo como su eslabón entre la vida y la


muerte, sino que la contempla con embeleso, porque es una
rama bella

93
¿No sería ese meditador un gran hombre superior?

¡No tienen ni derecho ni fuerza de exigir su egoísmo! ¡Es


vuestro egoísmo, creadores! Ellos se jactan de no mentir,
pero la incapacidad para la mentira no es ya, ni de lejos,
amor a la verdad. ¡Estad en guardia! Quien no puede
mentir no sabe qué es la verdad.

Cada vez me asombra más tu capacidad de asombrar


Esa facultad tuya no parece tener fin; tu lógica es irrebatible

Si alguien no puede mentir es porque no conoce la verdad; la


mentira exige que se conozca acerca de lo que se miente

La mentira es un acto consciente para deformar la realidad;


por eso, alguien puede estar equivocado en algo sin mentir

“El hombre es malvado”, así me dijeron, para


consolarme, los más sabios. ¡Ay, si eso fuero hoy verdad!
Pues el mal es la mejor fuerza del hombre. Esto no está
dicho, sin embargo, para orejas largas. No toda palabra
conviene tampoco a todo hocico. Estas son cosas delicadas
y remotas: ¡hacia ellas no deben alargarse las pezuñas de
las ovejas! ¡Y allí donde están los vicios de vuestros padres
no debéis querer pasar por santos! ¿Qué es lo más dañoso
que cualquier otro vicio? La compasión con los débiles

94
En eso estamos de acuerdo; la compasión es una red que atrapa
al hombre y lo vuelve más débil de lo que ya es

Yo no compadezco a los débiles, más bien quiero volverlos


fuertes, así puedan defenderse de tu hombre superior

Pero ya no en las condiciones actuales, sino en el encuentro de


voluntades de igual a igual

De este modo, Nietzsche, tengo una idea formada sobre tu


hombre superior, tal como existe ahora

Es uno de los miembros de la Cofradía del Parasitismo,


representada por los que se autocalifican “nobles”

Cualquier cosa que eso signifique; para ellos no hay ni espada


ni sable; sólo el cuchillo de cocina, el de los carniceros.

En el presente, ese “hombre superior” es empresario de las


grandes corporaciones transnacionales

95
No existen guerreros que escojan enemigos privados

Más bien, hay sabandijas que crean guerras para beneficiarse


de la venta de armas a los dos lados combatientes

No van a las guerras; envían jóvenes para morir “en defensa”


de la tasa de ganancia del gran empresario transnacional

O para dejar la vida en defensa del Político, los máximos


representantes actuales de tu “Hombre Superior”

Pero tu Zaratustra es un reproductor de generalidades y de


singularidades

Por ello, nunca ha pensado que entre los extremos siempre


hay un término medio, un Tercero Incluido

Un espacio que la mente reconoce como una dimensión que


exime la de los extremos. Vayamos a otro de tus paradigmas,
muy ligado al anterior.

LA VOLUNTAD DE PODER

Te convoco, maestro Heidegger, porque tu interpretación de


algunas de las obras más importantes de Nietzsche es muy útil

Empiezo de inmediato: ¿Qué debemos entender por Voluntad


de poder?

96
En sentido general, se considera Voluntad como un querer,
un un aspirar a algo. En esa misma dimensión, Poder sería
el ejercicio de la fuerza. La mayoría entiende como
Voluntad de poder un tender a la posibilidad de ejercer la
fuerza, un tender a la posesión de poder. Pero esta voluntad
de poder, en cuanto pulsión de tomar el poder es, al mismo
tiempo, el puro afán de violencia. Este tipo de
interpretaciones de la «voluntad de poder», deforman el
sentido de la expresión fundamental de la meta-física de
Nietzsche; en efecto, cuando éste dice «voluntad de poder»,
piensa algo diferente.

¿La interpretación aproximada sería…?

Nietzsche la define como «la esencia más íntima del ser» lo


que significaría que la voluntad de poder sería el carácter
fundamental del ente en cuanto tal. La voluntad de poder
es nombrada, en la segunda parte de “Así habló
Zaratustra”. En palabras del personaje:

“Allí donde encontré algo viviente, allí encontré voluntad


de poder; y hasta en la voluntad del que sirve encontré la
voluntad de ser señor. De acuerdo con ello, la voluntad de
poder es el carácter fundamental de la vida.

Voluntad de Poder y dominación

97
En éste, como en todos los casos, el “feudal”, será la
representación de todos los parásitos que viven a costa de los
demás

Al parecer, Nietzsche, tal como lo muestra Zaratustra


considera que la “vida” tendría la Voluntad de Poder como su
esencia

Querer es querer ser señor. Esta voluntad está incluso en


la voluntad del que sirve, no en cuanto que aspire a
liberarse del papel de siervo, sino en la medida en que es
siervo y servidor y, en cuanto tal, aún tiene siempre debajo
de sí el objeto de su trabajo, al que «ordena». Y en la
medida en que el servidor, en cuanto tal, se hace
imprescindible para el señor y de ese modo lo constriñe y
lo hace depender de él (del siervo) el siervo domina sobre
el señor. Ser servidor es también una especie de la
voluntad de poder.

En este punto debo poner énfasis en mi percepción sobre los


estilos de dominación de Nietzsche.

Yo opino que mostrar al siervo como alguien que “domina” a


su señor, en razón de su voluntad de ordenar su trabajo”, es
cualitativamente diferente de la facultad de ordenar a las
personas. Por otro lado, como veremos después, la existencia
del feudal (el parásito actual) depende del siervo que trabaja

98
para él, porque el siervo produce para la subsistencia de sí
mismo y también para la subsistencia del feudal

Querer no sería nunca un querer-ser-señor si la voluntad


no pasara de ser un desear y un aspirar, en lugar tener su
base en el “ordenar”. Ordenar es ser señor de disponer
sobre posibilidades, vías, modos y medios de producir
efectos por medio de la acción.

El siervo sólo puede ordenar su tarea rutinaria: arar el surco,


sembrar la semilla y cosechar; todo eso, con la intención,
impuesta a él, de entregar al “señor de la tierra” el producto de
su trabajo.

Ordenar es auto-superación. Sólo es necesario ordenar al


que no se obedece a sí mismo.

En este caso, el señor se obedecería a sí mismo, ordenando la


expoliación del siervo. El feudal, sobre todo, ordena a
personas, mientras que, según la tesis, el siervo sólo “ordena”
actividades rutinarias

El sentido de ordenación, como una propiedad de la Voluntad


de Poder, es muy asimétrico y no se sustenta en una lógica
consecuente

Pues en el caso del feudal, él ejerce su poder sobre el siervo, a


quien le debe su existencia

99
¿Cómo se puede afirmar la superioridad de alguien que
necesita de su inferior para subsistir?

Ése es un misterio cubierto de telarañas seculares, develadas


sólo por la “metaforidad” singular de los corifeos

Corifeos presentes del feudal-empresario, que martillean


silogismos forjados en yunques rojos de ambición, servilismo
y astucia

Voluntad y Poder

Modificas el concepto al cambiar una preposición por una


conjunción: Voluntad y Poder, en vez de Voluntad de Poder

No obstante, la voluntad no es simplemente poder, y el


poder no es simplemente voluntad. La esencia del poder es
voluntad de poder y la esencia de la voluntad es voluntad de
poder. Así, Nietzsche puede decir “poder” en lugar de
“voluntad” y “voluntad” en lugar de “poder”. Pero esto no
significa una equiparación de voluntad y poder; por el
contrario, la expresión «voluntad de poder» debe nombrar
precisamente la simplicidad inseparable de una esencia
estructurada y única: la esencia del poder.

La relación sería como la que existe entre el día y la noche;


ambas, causa y efecto uno del otro

100
Esa afirmación también podría interpretarse en el siguiente
sentido: la esencia del poder sería la pulsión de poner en
ejecución la voluntad de imponerse sobre los siervos, mientras
que la esencia de la voluntad sería la posesión de capacidad
para realizar esos actos de dominación, es decir, la Voluntad
de Poder.

Por otra parte, el poder es poder sólo cuando siga siendo


acrecentamiento de poder y se ordene a sí mismo más
poder. Ya el mero detener el acrecentamiento de poder, el
mantenerse en un nivel de poder, marca el comienzo de la
impotencia. El sobre-potenciarse a sí mismo forma parte
de la esencia del poder. De este modo, el poder está
constantemente en camino «de» sí mismo, no sólo de un
siguiente nivel de poder, sino del apoderamiento de su
pura esencia.

El significado de sobrepotenciarse es muy lógico: el esfuerzo


de aumentar el poder para aumentar el dominio a los
dominados

Pero el aumento de ese poder no sería necesario si no existiera


un deseo creciente de ansias de libertad de los dominados

Ellos aumentan su voluntad de resistir la dominación de los


que tienen, además de Voluntad de Poder, el poder sobre ellos

101
Así, si el grado de poder que tiene el que domina se mantiene
en el mismo nivel, su capacidad de dominio será menor

Eso sí tiene lógica; pero aún queda una pregunta al respecto:


¿El Poder y la Voluntad son uno sólo?

La Síntesis
El poder y la voluntad son lo mismo en el sentido de co-
pertenencia esencial a la unidad de una esencia. No son lo
mismo en el sentido de unidad de dos esencias por lo demás
separadas. No hay una voluntad por sí como no hay un
poder por sí. Sólo la voluntad de voluntad es voluntad, o
sea, voluntad de poder en el sentido de poder de poder.

Podríamos decir entonces que, ambos, la voluntad y el poder,


conforman una unidad conceptual, pero no una identidad

Es decir, estructuran una síntesis en la que ambos coexisten y


no pueden ser separados una del otro, porque ninguno de los
dos tiene vida fuera de los límites de la síntesis de ambos.

La “voluntad de poder” es la esencia del poder. Es esta


esencia del poder, y no sólo un quantum de poder, lo que
constituye la meta de la voluntad

Diríamos que la esencia y el quantum de poder, de acuerdo


con nuestra interpretación, es la síntesis que se convierte en la
meta de la voluntad, independientemente del “aporte”

102
proporcional que cada uno de ellos hace a la voluntad de
poder en su tour hacia la meta prevista.

Todo lo que vive es voluntad de poder. “Tener y querer


tener más, en una palabra, “Crecimiento”
Eso es la vida misma” Toda mera conservación de la vida
es ya declinación de la vida.

En ese sentido, el sistema capitalista sería el orden natural en


el que se desenvolvería la Voluntad de Poder

En el sistema capitalista, la competencia hace de la voluntad


de poder el nervio motor para dominar a los rivales

En ese caso, el hombre superior no baja la vista hacia los


mendigos para recibir su adhesión

Más bien la dirige al frente, allí donde se encuentra el rival


verdadero, el competidor en el mercado, al que debe enfrentar

El empresario ejerce su voluntad de poder para minimizar las


consecuencias del ejercicio de la voluntad de poder del otro

Ambos libran un torneo en el que la creatividad reemplaza a


las lanzas y la innovación toma el lugar de los escudos

103
La fuerza de los caballos ha cedido a la fuerza de las
máquinas, como al poder del conocimiento y al deseo de
querer más

El escenario donde se despliega la energía del empresario es


el patio donde se llevan a cabo los torneos entre señores

Pero estos caballeros no obran por cuenta propia


Al estilo de la relación caballero-doncella, representan a sus
accionistas luchando por el “honor” de la empresa

Pero no puede desplegar su Voluntad de Poder a discreción

Su ética personal no puede enfrentar los intereses de la


empresa, pues todo él pertenece a los accionistas

Su ética le impone el deber de hacer todo lo que debe hacer en


pro de los intereses de sus accionistas

La Voluntad de Poder no está en el Empresario, está en el


conjunto de accionistas, dueños de la empresa

De ahí que el Hombre Superior, es el conjunto de Hombres


Superiores

Por otro lado, lo que sucede en las relaciones políticas es un


fiel reflejo de lo que acontece en las relaciones empresariales

104
En un sistema democrático, el mandamás no es el presidente,
pues no puede hacer todo lo que su voluntad de poder ansía

Su Voluntad de Poder está mediatizada por las voluntades que


se congregan en el parlamento y en las instituciones

Sólo un dictador, con apoyo de la fuerza, puede ejercer su


Voluntad de Poder sobre aquéllos a quienes ha dominado
De esta manera, el verdadero Hombre Superior sería el que
ejerce su Voluntad de Poder por el uso de la fuerza, en una
sociedad determinada

Comparto con Nietzsche el repudio a la plebe, pero debo


comparar cada una de las razones por las que lo hacemos

¿Por qué esa inquina contra la plebe, Nietzsche?

Porque la rebelión de la plebe comienza cuando el


resentimiento se vuelve un valor en sí. “El esclavo no
puede crear valores desde sí mismo”, necesita que alguien
le diga cuáles valores debe adoptar

Pero, según tu teoría, el resentimiento del expoliado por el


parásito, en pos de su voluntad de poder, ¿no sería un valor
fundamental del ser humano en toda época y espacio?

No; el desprecio con que el hombre superior mira a la


plebe, no se iguala al odio con que la plebe lo mira a él.

105
El hombre del resentimiento” no es ni franco, ni ingenuo,
ni honesto consigo mismo.

Su alma mira de reojo; ama los escondrijos, los caminos


tortuosos y las puertas falsas.

Por supuesto que, cuando te refieres al “hombre del


resentimiento” usas el singular para identificar a todos los
seres que forman la plebe

Por mi parte, detesto a la plebe, al hombre-masa, porque


estructura una horda que le permite cobijarse en el anonimato
para obrar como lo hace

No tiene conciencia de que son individuos con deberes y


derechos

El marxismo ha identificado muy bien a este tipo de


muchedumbre: “las masas” conjunto de individuos
manipulables carentes de autoconciencia
El actual neoliberalismo, también quiere “individuos” ajenos a
los grupos organizados, pues el individuo aislado es
manipulable

Los conjuntos organizados, como el Nuestro Nosotros, no es


manipulable

106
El Planteamiento de un Supuesto
Asumamos una situación hipotética: Nietzsche es un siervo
expoliado por el parasitismo feudal ¿Vería con buenos ojos a
quienes le expoliarían?

Al respecto, citemos lo que dice:

“El hombre noble, reacciona de forma inmediata, por


instinto, por eso es que no envenena como el esclavo; yo
reaccionaría de ese modo. Fíjate en Mirabeau, quien no
tenía memoria para los insultos ni para las villanías. Por
eso es que no podía perdonar, más bien olvidaba; en
cambio el esclavo, la plebe, ni olvida ni perdona. Un
hombre como Mirabeau, de un golpe se sacude gusanos
que, en otros, en cambio, anidan siempre”

De acuerdo con lo que afirma, Nietzsche podría ser pobre,


pero nunca pertenecer “a la plebe”, en el sentido que la define

La actitud del siervo con relación a sus expoliadores, ¿Sería


racional?
Leamos lo que dice al respecto:

Claro que sí. Los vocablos “infeliz” y “digno de lástima”


señalan al hombre vulgar, como esclavo y animal de
carga. Los bien nacidos son hombres íntegros, de fuerza y
siempre activos, lo que la plebe no es.

107
En la plebe, la felicidad no radica en la acción, como en el
hombre superior, sino en la quietud, en la paz.

Sin embargo, las guerras campesinas desde el siglo XVII y los


alzamientos de los trabajadores, no son reflejos de la
pasividad que les atribuye

El hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni


honesto consigo mismo. Su alma mira de reojo; ama los
escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas. El
hombre noble honra a su enemigo; es digno de respeto,
por ser superior; si no lo fuera, no será enemigo. En
cambio, la plebe considera que el enemigo es el “malo” y
se autocalifica como el hombre “bueno”

En realidad, la historia, tal como la interpretamos, a


sugerencia tuya, Nietzsche, muestra que todo grupo humano
identifica como malos al enemigo y como buenos a los
miembros del propio grupo. Es decir, esa identificación no es
privativa de lo que llamas la plebe.

Las guerras entres ingleses y franceses, entre alemanes y


americanos… muestran que los respectivos estandartes son los
de los buenos y los otros, de los malos, no importa el motivo
de la guerra o de las batallas.

Las aves rapaces

108
Nada hay de extraño si los corderos guardan rencor a las
aves rapaces, por lo débiles. Las aves rapaces dicen: “no
estamos enojados con los corderos; nada hay más sabroso
que un corderito” Exigir de la fortaleza que no sea un
querer dominar es tan absurdo, como exigir que la
debilidad sea fuerza

Sobre el particular, es imperativo aceptar el hecho de que el


ser humano, por instinto, guarda una sana repugnancia por las
aves rapaces

Entre las que identifica al parásito que se hace nombrar


“noble” y a los políticos de todas las estofas.
Un quantum de fuerza es un quantum de pulsión, de
voluntad de actividad que el ser superior tiene. Yo sé que
mis obras son conocidas como escuela de recelo, de
desprecio, temeridad

Usar ese quantum de fuerza para dominar a los débiles es un


sinsentido propio de tu hombre superior. La fuerza de un
verdadero guerrero iría dirigida a otros como él, de lo
contrario, el quantum de fuerza sería solamente un quantum
de verdugo.

“Hablo de la moral inmoral… hablo desde fuera de la


moral, lo hago desde más allá del bien y del mal”

109
Ésa es la verdadera punción de fortaleza que encierra tu
visión, Nietzsche y el motivo de nuestra admiración por ti,
pues al denunciar la moral hipócrita tradicional, lo haces,
calificándola como la “moralina”, propia de los filisteos e
hipócritas, por eso dices que hablas de la moral inmoral

“Me inventé a los hombres libres y les puse el nombre de


“humanos, demasiado humanos”. Quise que me hicieran
compañía como valerosos camaradas y fantasmas con los
que se charla

Por lo que hemos descubierto en nuestra interpretación


metafórica de la historia, los “valerosos camaradas” a los que
mencionas, serían los feudales (en el sentido que le dimos) los
dictadores y los políticos

¿Qué es lo bueno? Todo lo que eleva el sentimiento y la


Voluntad de Poder; el Poder mismo del hombre. ¿Qué es
lo malo? Todo lo que procede de la debilidad; todo lo que
procede de la compasión y de la piedad. “¿Qué es la
felicidad? El sentimiento de que el Poder crece; de saber
que una resistencia queda superada”

Hay una lógica interna en tu percepción de lo malo y de lo


bueno que es imposible negar, incluyendo la imagen que tiene
de los débiles. Es conocido tu lema fundamental en las
relaciones humanas; la cito:

110
Los débiles y los malogrados deben perecer: artículo
primero de nuestro amor a los hombres” ¿Qué es lo más
dañoso que cualquier otro vicio? La compasión con los
débiles, que es el animal doméstico, el animal de rebaño,
el animal enfermo

En un capítulo posterior de esta obra, plantearé mi


interpretación de los débiles y de lo que, con ellos, considero
como “bueno” y como “malo”.

El hombre superior tiene una conciencia nueva para


verdades que hasta ahora han permanecido mudas. Se
debe guardar para sí el respeto a sí mismo; el amor a sí
mismo; la libertad incondicional a sí mismo.

Nuevamente nos preguntamos si el Hombre Superior al que te


refieres, Nietzsche, es el individuo proclamado por el
existencialismo, es decir, el individuo aislado; o, te refieres al
grupo de “hombres superiores” que han unido, en una sola,
sus respectivas voluntades del poder.

¿Qué opinas, respetado Heidegger?

Nietzsche llama “veneno doctrinal” a la declaración de


igualdad e idénticos derechos para todos; con el
resentimiento de las masas, esa moral ha forjado su arma
contra nosotros, contra los aristócratas. De allí nace la
idea del Superhombre: a la pregunta ¿Cómo se supera al

111
hombre?, Zaratustra responde: Vosotros habéis
despreciado, hombres superiores, esto me hace tener
esperanzas. Os honro, porque no habéis aprendido las
pequeñas corduras. Superad a los hombres hermanos
míos, a estas gentes pequeñas: ¡son el peligro del
superhombre!

Al parecer, Nietzsche llama aristócratas a quienes identifica


como hombres superiores y ejercen la voluntad de poder como
una fuerza dominadora contra los débiles

Me pregunto si todos los parásitos que se autonombran


“nobles” y todos los dictadores de la historia, están,
necesariamente, en esa categoría

Por otra parte, me gustaría indagar sobre la opinión que tiene


de los hom-bres de talento, de los grandes científicos, de los
hombres que producen obras de arte… en general, de los
hombres de gran talento.

Si observamos las cualidades de estos seres y las


compararíamos con la de los parásitos, veremos que la
Voluntad de Poder tiene grados de más y de menos; pero, en
todos los casos, el “acrecentamiento del poder” no es sino el
incremento del grado de poder, medido con algo.

Veamos el caso del capitalista (no del empresario, pues éste es


un asalariado del capitalista)

112
¿Para qué trabaja un zapatero?
Para ganar dinero

¿Para qué quiere dinero?


Para mejorar la calidad de vida de su familia.

Si le hacemos la misma pregunta a un médico o a un


ingeniero, nos contestará de la misma manera

Pero si la pregunta es dirigida, con buen ánimo al capitalista,


nos responderá que lo hace para ganar más dinero

¿Y para qué querría más dinero?


Para hacer más dinero y luego más y más

El acrecentamiento de poder es el aumento de su patrimonio,


en un principio de correa sin fin, que pretende adquirir más
longitud

Siempre acrecienta su poder, lo hace impelido por la


competencia; si deja de acrecentarlo será expulsado del
mercado

Ahora acudamos a las cavilaciones de un político, las que


fueron escritas en una de mis obras anteriores

El Político

113
La Política es el arte de lograr el Poder, de conservarlo y de
extenderlo; todo lo que se diga y haga para lograr estos
propósitos, será bien recibido; todo lo que se oponga a la
consecución de los objetivos trazados debe ser combatido.
Por eso es que la Política es el arte de lo posible y es por eso
que exige una moral que proviene de la ética pragmática, la
que acepta como justificativo todo lo que permite que el
grupo al que pertenecemos se perpetúe y rechaza lo que se
oponga al logro del objetivo. Nosotros, los políticos, somos
una especie dentro de la especie humana y como tales,
consideramos nuestra sobrevivencia como la aspiración más
alta a la que supeditamos todas las demás. Pero el Poder por
el simple Poder no tiene sentido: es vacío y huero. El Poder
alcanza su razón de ser cuando es gozado por el que lo
detenta; no se ha hecho para cualquier mortal: ha sido hecho
para una clase especial de hombres, para nosotros, los
políticos, los únicos que sabemos apreciarlo. Del mismo
modo que es una estupidez de alto grado servir un vino de
marca a quien no sabrá degustarlo, también es una
bestialidad confiar el Poder a quien no sabe usarlo, ni
catarlo, ni retozar en él sin rubor. Los hombres han hecho los
dioses omnipotentes como una proyección de sus ansias de
poder, como una objetivación ideal de sus propios deseos de
alcanzar la capacidad de hacer todo lo quieren y así
solazarse en grado supremo ¿Han visto ustedes cómo reciben
las masas la voceada omnipotencia de los dioses? La reciben
con veneración. Es que la masa venera el Poder, como quien
reverencia algo distante y perverso. Por eso lo quieren

114
encarnado en la lejanía, más allá de sus horizontes, más allá
de sus lontananzas, más allá de donde ellos jamás podrán
llegar: esto es, en la cúpula del Estado. El pueblo quiere el
Poder como los sapos quieren la luna; lo quieren por encima,
no al lado; arriba, donde estamos los hombres que forcejean
con él y lo vencen...”

Por lo visto, el Hombre Superior de Nietzsche, el que ejerce


su Voluntad de Poder es, por un lado, el feudal parásito

Por el otro, el capitalista avaro, ocupado sólo en tener más y


más ganancias; añadimos al Político, ambicioso, astuto, dual

Todos, corruptos.
En suma: los tres son la antítesis de los guerreros
nietzscheanos actuales

En la práctica, diremos que Dionisos siempre está ebrio. Apolo


languidece, abrumado por la Razón.

El Superhombre es un mercachifle cobijado en las


Transnacionales; un adorador del dólar, un hipócrita cuyos
rivales son de la misma laya

Nada tienen que ver con los rivales del guerrero genuino, pues
son avaros, miedosos, astutos… despreciables

Lo mismo con el Político, otro de los “hombres superiores”.

115
La Voluntad de Poder ahora está en manos de un negro y el
Presidente de mi país es un indígena
Algo que te debe causar pesar por todos lados

Pero no está lejano el día en el que el Hombre Superior


verdadero, aparezca en la historia

El Hombre Superior será el individuo que se relacione con los


individuos en el grupo que le servirá de campo de operaciones

El que se haya desprendido para siempre del miedo existencial


que lo oprime: el miedo al otro mundo después de muerto

Obrará no por miedo al castigo ni por espera de recompensa,


más bien porque estará en su ser obrar así y no de otro modo

Ése es, respetado Nietzsche, el Hombre Superior que yo


anticipo.

EL SUPERHOMBRE

Acudimos nuevamente a tu auxilio, Heidegger para que nos


des la interpretación que tienes acerca de uno de los temas que
más polémica ha causado de los que Nietzsche ha escogido
para sorprendernos

116
El hombre que, estando en medio del ente, se comporta
respecto del ente que es voluntad de poder y, en su
totalidad, eterno retorno de lo mismo, se llama
superhombre. El “súper” en la palabra “superhombre”
contiene una negación y significa salir e ir más allá, por
“sobre” el hombre habido hasta el momento.

El superhombre reemplazaría al hombre, tal como lo


conocemos ahora incluyendo, sobre todo, sus valores

El concepto general alude ante todo a esta esencia


nihilístico-histórica de la humanidad que se piensa a sí
misma de modo nuevo. El superhombre es la negación
incondicionada de la esencia que el hombre ha tenido
hasta el momento.

La negación del hombre actual, significaría su reemplazo por


otro de mayor potencialidad para poseer y ejercer la voluntad
de poder

Pensar, comprendido metafísicamente, es el representar


que percibe aquello por lo que el ente es en cada caso
ente. Por eso, en la interpretación nihilista de la metafísica
y de su historia, el pensamiento, es decir la razón, aparece
como el fundamento y la medida conductora de la
instauración de valores. Pero la negación nihilista de la
razón no descarta el pensar, sino que lo recupera al
servicio de la animalidad

117
Todos los instintos, el de supervivencia, el de procreación y la
sensibilidad de los sentidos son los andamios que sustentan la
animalidad del hombre

La Animalidad

La animalidad no es considerada ya como la mera


sensibilidad y como lo inferior en el hombre. La
animalidad es el cuerpo viviente, pleno de impulsos. Sólo
la animalidad determina al hombre como siendo
verdaderamente. La razón sólo es viviente en cuanto vive
corporalmente… el que está despierto, dice: soy totalmente
cuerpo, y nada más; y alma es sólo una palabra para algo
en el cuerpo.

En cierto sentido, la tesis nos diría que la racionalidad del


hombre se transforma en la animalidad, que es la voluntad de
poder en cuanto se cobija en un cuerpo

La metafísica occidental no determina al hombre como ser


racional en todas las épocas… sólo a partir de la época
moderna la razón conquista su pleno rango metafísico…
sólo respecto de este rango puede medirse lo que acontece
con este retrotraer la razón a la animalidad.

Lla animalidad del hombre siempre ha existido, pero la razón,


como distintivo principal del hombre, revela esa animalidad

118
Este sería un movimiento al estilo de Engels: en el alba misma
de la humanidad, el hombre es principalmente, animalidad

En una segunda etapa es, principalmente, racional

En la síntesis histórica, cuando la razón alcanza su máximo


poder, el hombre vuelve a la animalidad

Pero lo hace en una fase muy superior de progreso y


experiencia que la forma original de esa animalidad

En este proceso, el acto de representar se convierte en el


tribunal que decide sobre la entidad del ente, para
sentenciar que en el futuro sólo habrá de valer como ente,
lo que en el representar sea puesto por éste ante sí mismo.
En concordancia con lo dicho, en ese proceso, la voluntad de
poder se conoce a sí misma en cuanto huésped del cuerpo.
Ninguna representación será valorable si no es la del ente que
representa y que, al representar, se representa sólo a sí mismo,
esto es, en cuanto a la voluntad de poder y en cuanto al eterno
retorno de lo mismo.

En el comienzo de la época moderna, la entidad del ente se


transforma. La esencia de este comienzo histórico se basa
en esta transformación. La subjetividad, la sustancialidad,
se determina ahora como el representar que se representa.
Ahora bien, el hombre, en cuanto ser racional, es el

119
representar que representa. Por lo tanto, el hombre se
convierte en el ente eminente, es decir en “sujeto”

Sujeto que representa a su propia subjetividad, tal como antes,


representaba su propia sustancialidad

El Objetivismo
La esencia del subjetivismo es objetivismo, en la medida en
que para el sujeto todo se vuelve objeto. Toda objetividad es
“subjetiva”, porque es instaurado como objeto que se
sostiene en sí mismo. “Entidad es subjetividad” y “entidad
es objetividad”, dicen lo mismo.

Yo diría más bien que la objetividad percibida vuelve al


mundo real, objetivamente subjetivizada

La voluntad de poder no es nada vital ni nada espiritual,


sino que lo vital (lo viviente) y lo espiritual, en cuanto
entes, están determinados en el sentido de la voluntad de
poder. La voluntad racional, hasta el momento al servicio
del representar, transforma su esencia en voluntad que se
ordena a sí misma.

En este caso, la voluntad del ente cotidiano sería la que


determina la acción, antes de enviar al cerebro la orden de
ejecutarla

En el Superhombre, la orden sería ejecutar la acción de poder.

120
“La acabada subjetividad de la voluntad de poder es el
origen metafísico de la necesidad esencial del
«superhombre”. El crear es comprendido metafísicamente
en el sentido de un representar productor. De acuerdo con
esta doctrina, el ente es lo creado por el creador. El
derrumbamiento de la pre-eminencia de la razón
representante contiene la esencia metafísica de ese
acontecimiento, al que Nietzsche llama la muerte del Dios
cristiano-moral.

Esa declaración, expresaría la noción de que el Superhombre


no necesita a nada ni a nadie para representar su propia
subjetividad

Ni para ordenar el acrecentamiento de la voluntad de poder

Él representa e impone los valores, como una tarea (¿un


privilegio?) que ya no precisa de un ente trascendental.

La Meta

De este modo, puesta en su punto más alto, la voluntad de


poder, en cuanto subjetividad acabada, es el Superhombre.
“¡No la humanidad, sino el superhombre es la meta!… el
“superhombre” no es un ideal suprasensible; tampoco es
una persona que surgirá en algún momento y aparecerá en
algún lugar; es el puro ejercicio de poder de la voluntad

121
de poder. El pensamiento del “superhombre” no surge,
por lo tanto, de una “arrogancia” del “señor Nietzsche”.

¿Quién impone la idea de superhombre a la humanidad y,


sobre todo, quién le hacer ver que ese nuevo estatus de
existencia es deseable y mejor que el actual? ¿En qué
momento se realiza este cambio hacia un ente nuevo?
Seguramente, cuando Zaratustra anuncia que “Dios ha
muerto”

El superhombre vive en cuanto la nueva humanidad ansía


al ente como voluntad de poder. Así Zaratustra, que
enseña el superhombre, cierra la primera parte de su
enseñanza con las palabras: “Muertos están todos los
dioses: ahora nosotros queremos que viva el superhombre”;
¡que ésta sea una vez, en el gran mediodía, nuestra
voluntad última!”.

EL ETERNO RETORNO

El retorno a sí mismo sería el retorno siempre reeditado de la


voluntad de poder, refugiada en el Superhombre
El que sería feliz siendo como es sin querer ser otra cosa.

En el momento de la claridad más luminosa, cuando el


ente en su totalidad se muestra como eterno retorno de lo
mismo, la voluntad tiene que querer el superhombre; pues
sólo con la vista puesta en el superhombre puede

122
soportarse el pensamiento del eterno retorno de lo mismo.
La voluntad que aquí quiere no es un desear y un apetecer,
sino la voluntad de poder.

Pero la voluntad de poder ejerce su dominio, por lo tanto, es


también un imperativo de ejercer ese dominio. El
superhombre no carece de pulsiones que deben ser satisfechas,
de lo contrario, no sería el superhombre, sobre todo, si
tenemos que su esencia es una vuelta a la animalidad, la que
siempre ansía.

«La fuerza y el poder de los sentidos, eso es lo más


esencial en un hombre logrado y completo: el espléndido
“animal” tiene que estar previamente dado.

Me pregunto si la consistencia animal-moral del superhombre


exige experiencias de dominio que van más allá de la simple
arbitrariedad y de la imposición de valores nuevos y
eternamente re editados

El hombre no se vuelve “señor” mediante cualquier


violencia, siguiendo opiniones y deseos casuales.
Convertirse en señor quiere decir, ante todo, someterse a
sí mismo a la orden del poder. Las pulsiones sólo
encuentran su esencia como grandes pasiones. Los
pequeños gozos se mantienen extraños a las grandes
pasiones. Lo que decide no son los meros sentidos, sino el
carácter del poder en el que están integrados.

123
Una de las más grandes pasiones del guerrero, es la batalla en
campo abierto. Si bien el “ser del ente” es la voluntad de
poder, no podemos negar que existen varios entes con sus
respectivas voluntades de poder, las que, cobijadas en las
subjetividades del superhombre, demandarán el ejercicio de
ese poder, en acciones que no siempre coincidirán con las
voluntades de poder de otros entes-superhombres

“Humanización”, pensada de modo nihilista, quiere decir:


hacer que el hombre se vuelva hombre mediante la
inversión de la preeminencia de la razón en preeminencia
del cuerpo. Por ello, la humanización del superhombre, es
la “deshumanización”. Mediante esta deshumanización el
ente se muestra, desnudo, como el ejercicio del poder y la
lucha de las formaciones de dominio de la voluntad de
poder.

La lucha entre Superhombres


Esas luchas se realizan por los entes en forma de
superhombres, para imponer sus valores por medio de la
voluntad de poder

La pregunta vuelve en pos de una respuesta:

¿Quiénes luchan en las batallas por la imposición de valores


acorde con las respectivas formas que cada superhombre
cobija como voluntad de poder? Por todo lo analizado, las

124
batallas se realizarán entre grupos de superhombres contra
grupos de superhombres, todos, con la intención de dominar a
los no superhombres o al grupo de superhombres vencidos

Sólo cuando la subjetividad incondicionada de la voluntad


de poder se ha convertido en la verdad del ente en su
totalidad, es metafísicamente necesaria la institución de un
adiestramiento racial, pero no la mera formación de razas
que crecen por sí mismas, sino la noción de raza que se
sabe como tal. Así como la voluntad de poder no es
pensada de modo biológico sino ontológico, tampoco la
noción nietzscheana de “raza” tiene sentido biológico,
sino metafísico.

Ahora estamos en el campo del Nosotros, lo que implica que


no habrá una sola raza que se conozca como tal. Habrá varias
de ellas y entre ellas, se erguirán contradicciones entre la
interacción de las voluntades de poder de algunas de esas
razas, y la interacción de las voluntades de poder de otra u
otras, lo que sugiere que la paz no será una condición de
existencia del superhombre

El rango y la ley de un pueblo y de los grupos de pueblos


se determinan de acuerdo con el grado y el modo de la
fuerza imperativa desde la que se ponen al servicio de la
realización del dominio incondicionado del hombre sobre
sí mismo.

125
Sin embargo, la voluntad de poder impone la exigencia de que
el superhombre se domine a sí mismo y también a los demás;
especialmente a los que se considera “inferiores”

Con ese nuevo tipo de hombre se concreta “la emergencia


de una doctrina que criba a los hombres... que a los
débiles los impulsa a tomar resoluciones, y también a los
fuertes”

Yo tengo algunos conceptos propios emergentes de mi propia


percepción filosófica, a la que he denominado La Voluntad de
Ser cuyos aspectos filosóficos, ideológicos y doctrinales
tienen un fin común: lograr que los débiles y los enfermos se
fortifiquen para hacer frente a quienes los expolian hoy y, en
el futuro, a quienes pretendan imponer su voluntad de poder,
sobre la voluntad de Ser.
EL LENGUAJE

Fuiste un gran filólogo, por lo que no intentaré la aventura de


evaluar tus conclusiones; quizá pueda complementarlas

Dices que la naturaleza del lenguaje es esencialmente


simbólica o metafórica, lo que me satisface eufóricamente

Patino sobre la misma capa de hielo que cubre el agua


ondulante de los conceptos; escucho tu alegato, lo hago con
gran interés:

126
No existe una realidad-fundamento anterior al lenguaje
que sirva de criterio de verdad para distinguir un lenguaje
literal de otro imaginario. El hombre es un creador de
ficciones, metáforas e interpretaciones. La realidad es una
construcción poética, un simulacro, y nuestras
interpretaciones son un arreglo del mundo de acuerdo con
nuestros particulares intereses vitales. Somos animales de
ficciones, y conocer es trabajar con la metáfora favorita de
uno, porque, la construcción de metáforas es el instinto
fundamental del hombre. Construimos nuestras
narraciones a la vez que inventamos una vida.

La invención metafórica de la vida, como dices, y la forma


que ese invento toma, sería propia de los grupos humanos

Lo sería, acorde con sus tradiciones y culturas; pero, sobre


todo, acorde con la ideología que prima en el grupo

La verdad proviene de la imaginación, en ningún caso de


la esencia de las cosas. Las “verdades” son ilusiones
necesarias, metáforas convenidas, útiles, que se han
impuesto: la causalidad, voluntad libre, leyes naturales,
espacio, tiempo… todas son ficciones reguladoras,
creencias útiles, mas no verdaderas.

Cada interpretación de la Historia es una expresión ponderada


de alguna ideología grupal o individual

127
De ahí, la deformación de la percepción lograda

La interpretación metafórica de la historia no viene desde


algún vergel de cadencias rítmicas

Más bien lo hace desde inmensos conglomerados que hierven


en pozos de fermento en el escenario en el que se desenvuelve

Deforman así la percepción, al igual que lo hacen los sentidos


Traigamos la sombra de un ejemplo

Tomemos a un personaje pintoresco, Tartarín de Tarascón del


novelista francés, Alphonse Daudet

Sueña con África; estar en un safari para cazar leones

Por algún desequilibrio en el cerebro, el deseo de ir al África


se convierte en una realidad asilada en alguna neurona
dislocada

Así, ya no sueña con ir al África: él ya ha ido a cazar leones

Cuanto relata a sus amigos los pormenores de su proeza, no


dice la verdad, pero tampoco miente

Tal sería la idea-núcleo de tu teoría acerca de la interpretación


de la Historia; la mía también.

128
El Símbolo
El Símbolo es inigualable, para connotar la interpretación
metafórica de todo lo que se quiere expresar
El Símbolo, lo sabes más que yo, es la representación de algo
con algo que nada tiene que ver con lo que representado

Su significado es de dominio colectivo


Pero voy más allá; un río, por ejemplo, es el símbolo de sí
mismo

Los sentidos y la razón no pueden captar el río en toda su


riqueza singular ni en toda su integralidad

No pueden captarla

Por ejemplo, en el movimiento de los átomos y de las


partículas elementales que conforman la masa de sus aguas

Tampoco en el movimiento de todas y cada una de las ondas


que diseña en su recorrido, las que siempre son diferentes

Ese movimiento no puede ser aprehendido sino parcialmente

Por eso, cuando percibimos al río, nuestra percepción es, en


este caso, la percepción de un símbolo del río, no el río “en sí”

Además, como es cambiante, el río, siendo un Todo, es


también parte

129
Por otro lado, el Símbolo es un constitutivo fundamental del
Arte en todas sus manifestaciones

Por todo lo que sostienes en este punto, asumo que tu opinión


y la mía se complementan entre sí

La Vivencia
Recibo con delicado, pero intenso placer, tu representación
sobre el proceso de conocimiento.

La invención, la influencia falsificadora de la “creación”


poética, justifican el “mito”. Frente al mundo del
“cambiante” y “evanescente” devenir, se establece, en
interés de la comprensión y la satisfacción estética de la
“fantasía”, un mundo del “ser”, en el que todo aparece
verosímil y completo.

Haciendo rima con tu concepto, postulo que el ser humano


tiene una sensación-representación para modelar esa
“fantasía”; la llamo: Vivencia.

Tenemos la vivencia de los símbolos que nos representamos,


y de las metáforas por las que conocemos el mundo y la
historia

El Símbolo es propio de todo lo que se relaciona con el


hombre y es el que causa nuestra Vivencia

130
Afirmo que conocemos lo objetivo y lo subjetivo vuelto
objetivo, por medio de las vivencias de los símbolos y las
metáforas

Lo que llamamos percepciones está condicionado por las


interpretaciones; nunca hay un mero funcionamiento del
aparato perceptivo humano, sino que éste opera a lo largo
de un sistema de interpretaciones.

Otro gran acierto que me apresuro a tomarlo como un gran


disparo conceptual. En la percepción tradicional, se considera
al Símbolo como la representación de algo diferente a lo que
lo representa. Pero eso no quita que también sea el elemento
constitutivo de la metáfora, el medio por el que se concreta la
expresión de la Relación Interactiva de las partes con el Todo.
Esto es posible por la relatividad del Todo y de la Parte,
donde el Todo es parte y la parte es el Todo.

Lo que es el Todo con respecto a sus partes, será también


parte constitutiva de un Todo mayor, el que, a su vez, será
parte… y así sucesivamente; pero, como todo lo que
percibimos está en constante proceso de cambio, las
percepciones de cada parte del Todo, tienden a ser infinitas.

El Todo no es susceptible de ser percibido por la mente,


debido a la constante mutación de sus partes. Sólo queda la
Vivencia de la parte que percibimos, tal como queda definida.

131
La Metáfora

La construcción de metáforas es el instinto fundamental


del hombre”, y por este impulso artístico, al que también
se le llama simplemente “el impulso mítico”, es llevado,
incluso en el dominio de la teoría del conocimiento, a
falsas construcciones. El relato histórico no es idéntico al
relato narrativo, pues mentir ha dejado de ser algo que
pertenezca a la moralidad y se convierte en “desviación
consciente de la realidad que se encuentra en el mito, el
arte, la metáfora”.

Tomemos la definición corriente de la metáfora:

“Figura retórica que consiste en identificar un término real


con uno imaginario entre los cuales existe una relación de
semejanza”

Dado que la metáfora está constituida por palabras, y siendo


cada palabra un símbolo, llegamos a la conclusión de que el
lenguaje es una sucesión de metáforas. La manera cómo
metaforizamos la historia es una de las líneas que dividen a las
culturas. Sin embargo, debo desplegar en el tapete una de mis
mejores cartas: lo que consideramos una metáfora cognitiva
desvía únicamente la percepción, no la realidad existente fuera
de la conciencia. La realidad, cuando cambiada por el hombre,

132
sólo se debe a la acción constructiva o destructiva ejercida por
él directamente en lo objetivo-subjetivo.

No hay sujeto-objeto, como agentes separados de la acción, ni


la acción separada de aquello que la produce.

La separación artificial que los filósofos han hecho entre un


supuesto sujeto-activo-que-conoce, por una parte, y un objeto-
pasivo-que-es-conocido, por la otra, ha hecho mucho mal a la
teoría del cono-cimiento. De ahí que mi sable de esgrima
conceptual no cruza aceros con la tuya, pes ambos postulamos
que no existe tal separación. Pero no dejemos de
complementar la idea: el sujeto, como parte del Todo relativo,
interactúa con el objeto, que también es parte del mismo
Todo. Un hombre es tan natural como puede serlo una piedra
o un cocodrilo, pero, parafraseando a Marx (a quien detestas
sin disimulo alguno) creo que estaremos de acuerdo en el
hecho de que la Naturaleza se conoce a sí misma por medio
del hombre. Esta afirmación nos trae un problema adicional:
si hay diferentes interpretaciones de la historia del Ser y de la
Naturaleza, ¿Cuál de ellas conoce la naturaleza? Tal vez la
respuesta la da el propio Marx, al proponer que el Hombre
será realizado como tal, cuando su naturaleza sea parte de la
Naturaleza y la Naturaleza sea parte de la Naturaleza Humana.
Desde entonces la interpretación metafórica de la naturaleza
será menos diluida por la percepción. Pero yo discrepo con
Marx, dado mi postulado de que el ser humano es una parte de
la naturaleza, la suya no puede ser diferente del todo que lo

133
cobija. Por ello afirmo: la naturaleza del hombre tiene como
fuente la naturaleza en general.

El Devenir

El poder sólo puede darse poder a sí mismo por una


sobrepotenciación en la medida en que ordena, ambos a la
vez acrecentamiento y conservación. El “valor” es el
punto de vista de las condiciones de conservación y
acrecentamiento, respecto de formaciones complejas en el
interior del devenir”

En seguida veremos que hay dos personajes reales que


representan, muy acertadamente, esta necesidad de
acrecentamiento

Heidegger, asumo que tienes tu interpretación:

Si Voluntad de poder es sobrepotenciación del poder,


devenir no quiere decir el indeterminado fluir de un cambio
indefinido de estados; tampoco quiere decir “desarrollo
hacia una meta”. En la percepción de Nietzsche, devenir
quiere decir movilidad de la voluntad de poder en cuanto
carácter fundamental del ente.

Entiendo que esa movilidad de la voluntad de poder en


cuanto carácter fundamental del ente, se refiere a una

134
movilidad de acrecentamiento del poder, excluyendo
cualquier movilidad que tienda a su reducción.
Fuerza
Heidegger nos dice:

Los valores “son siempre reducibles a aquella escala


numérica y de medida de la fuerza”. “Fuerza” es
entendida por Nietzsche en el sentido de poder, es decir,
como voluntad de poder. El número es esencialmente una
forma perspectivista. El valor es “esencialmente el punto
de vista” del ser que ejerce la voluntad de poder.

Tal como la percibo, la “fuerza” parece una dimensión que


tiene grados de cuantificación, mientras que la voluntad de
poder se refiere a la forma cualitativa que esa voluntad de
poder toma cuando el ente la ejerce.

Con frecuencia designa como valores no sólo a las


condiciones de las formaciones de dominio, sino a las
formaciones mismas. En efecto, ellas crean las vías y las
instituciones, y por lo tanto las condiciones bajo las cuales
el mundo, que es esencialmente “caos” y nunca
“organismo”, se ordena como voluntad de poder. De este
modo se vuelve comprensible la formulación, de que la
“ciencia” (el conocimiento, la verdad) y el “arte”, son
“valores”.

135
En otras palabras, la voluntad de poder que un individuo
ejerce sobre otro es insignificante en comparación a la que
ejerce por medio de las instituciones y la interpretación del
desarrollo, cambio y sustitución de cada una. Así, el sistema
democrático sería un valor por medio del cual, los que tienen
desarrollada su fuerza dentro del sistema, ejercen su voluntad
de poder.

De este modo se demuestra, una vez más, que la democracia


no es sino el sistema de los más fuertes y la creencia de que
los más débiles participan.

Querer

“... Querer es lo mismo que querer-devenir-más fuerte,


querer-crecer -y también querer los medios para ello”. La
voluntad de poder, es la voluntad que quiere valores. Por
eso es que de ella sale toda posición de valores y toda
estimación del valor: el «principio de la posición de
valores”.

Querer sería la fuerza que empuja a ser para ser más-que-el-


otro, especialmente en un mundo en el cual el capitalismo
hace que el capitalista trate de lograr más poder de mercado,
disminuyendo el que gozan los otros competidores.

La auto-conciencia de la voluntad de poder consiste en


pensar en términos de valor, donde el término

136
“conciencia” no significa ya un representar indiferente,
sino el contar consigo mismo, lo que ejerce y da poder.

Aquí habría una gran diferencia con la definición marxista, la


que considera que la “conciencia es la capacidad que tiene el
ser humano de reflejar el mundo objetivo”.

El marxista afirma que la conciencia es un espejo de calidad


veneciana en el acto de reflejar,

Pero, la participación de la subjetividad en el acto de percibir,


ha desmentido en reiteradas ocasiones

La voluntad de poder se devela como la subjetividad que se


distingue por pensar en términos de valor. Toda
confrontación metafísica es un decidir sobre el orden
jerárquico de los valores.

Ese orden de los valores, son impuestos a la sociedad por los


grupos dominantes por su “voluntad de poder”.

LA INTERPRETACIÓN
METAFÓRICA DE LA HISTORIA

Respetado Nietzsche, coincido contigo, lo que es un privilegio


para mí, en algo que crees de gran comedimiento

137
En la percepción de que la historia debe ser interpretada
metafóricamente; que no hay otro modo de convocarla

Los esfuerzos de conocer la Verdad, como si ésta fuera


purificada, descomprometida de todo interés humano, es
ajena a toda Voluntad de Poder. La Historia debe ser
interpretada; si la Voluntad de Poder es voluntad de más
poder, la interpretación permite el dominio sobre las
cosas.

Creo, al igual que tú, que la búsqueda de una Verdad objetiva,


ajena a la interpretación, es para hombres sin alma

En cuanto a mí se refiere, afirmo que la interpretación de la


Historia está fijada en el ADN histórico de cada cultura
Que esa forma de ver la historia es parte de nuestro cuerpo
colectivo y de las acciones que lo distinguen

La verdad como “un ejército móvil de metáforas” nos urge


al abandono de la idea de “representar la realidad” por
medio del lenguaje y, con ello, la idea de descubrir un
contexto único para todas las vidas humanas.

Por mi parte, postulo que la Interpretación de la Historia es un


conjunto de reflejos ético-estéticos de grupos diferenciados

138
Postulo que los Seres más capaces para interpretar
metafóricamente la historia son los Poetas y los Artistas en
general

El siguiente es un ejemplo de interpretar metafóricamente la


relación Razón-Intuición en el acto de conocer

El Poema tiene facultades cognitivas que pretendemos


ignorar, en beneficio de la razón pura

¿De qué alejamientos está hecha mi conciencia?


Busco el nexo de las figuras apartadas

para encontrar la metáfora precisa en cada momento

Trae, trae pensamiento


la imagen urgente que postule mi Yo

Vuela, vuela imaginación


hacia la curva indómita

y tráeme un pedazo de misterio

Que sea insondable a la razón


para ser asequible a la intuición certera

Mi razón aleja las cosas de mi conciencia


Mi intuición las integra

139
En el rincón más oscuro del alma
un pozo de luz amasa la tiniebla

Tal la interpretación metafórica, en el sentido horizontal de la


palabra; pero la interpretación metafórica demanda algo extra

Demanda un lenguaje no racionalizado que nos permita el


intento de expresar lo que nos representamos

La capacidad artística del hombre, en su afán de


configurar el mundo existente, lo hace tan irregular, tan
inconsecuente, tan inconexo, tan encantador y tan
eternamente nuevo, como lo es el mundo de los sueños

Los tres personajes


Ahora ingresaremos al análisis de tres personajes que ejercen
o han ejercido en la historia, su Voluntad de Poner
En Primer término, el señor feudal; para ello, acudiremos a un
diálogo virtual que sostuve con Hegel sobre el tema

Pero, antes, citaremos las palabras de Nietzsche con el objeto


de compararlas con la visión de Hegel

De esta manera exponemos la idea que el filósofo de la Razón


Absoluta tenía del “señor”

140
Es decir, del que pertenece a la llamada “nobleza” y que es
vencedor en alguna batalla.

Hegel y Nietzsche
En la actualidad, si Hegel es ahora el teórico de los “Señores de
la tierra”, feudales marrulleros que nada tienen de hombres
superiores, Nietzsche, por su parte, se convierte en el filósofo
de los mercachifles, los que sólo tienen respeto al dinero y a la
tasa de ganancia.

También sería el aval filosófico del más astuto de los seres: el


Político

No hay “valor guerrero” en ninguno de ellos, pues están


hechos para medrar y hacer que otros peleen por ellos.

Pero hay algo: a Hegel lo redime el haber revivido a


Heráclito, aunque su especial dialéctica parte de la Razón pura
No lo havr de la verdadera interacción que permite el
verdadero conocimiento: la RazónIntuición.

A Nietzsche, por su valor genuino, demostrado en su audaz


denuncia de la Moralina; con eso me basta.

EL NIHILISMO

Bienvenido seas, Martin Heidegger, a un nuevo soliloquio


para hacernos conocer algunos de tus puntos de vista sobre los

141
temas fundamentales en el pensamiento de Federico
Nietzsche. Para comenzar con nuestro intercambio verbal
virtual, nos gustaría saber tu opinión acerca de uno de los
lemas de mayor importancia en el escudo de armas
nietzscheano. ¿Qué es el Nihilismo en Nietzsche?

Las Relaciones de Dominio como Moral

Comprendidas desde la metafísica de la voluntad de poder,


las ideas son pensadas como valores y las unidades más
altas, como valores supremos. En esta interpretación, toda
la filosofía se convierte en metafísica de los valores.

Seguramente, la metafísica de los valores es observada como


un proceso que se realiza en el transcurrir de la historia, no
solamente en un punto dado de la historia. Nos imaginamos
que conlleva también la tarea de establecer el nacimiento y el
desarrollo de los sistemas de valores.
Nietzsche percibe lo deseable como «valores supremos”.
Toda metafísica es un “sistema de estimaciones de valor,
una moral, entendida como doctrina de las relaciones de
dominio bajo las que se origina el fenómeno "vida".

¿Qué es lo que determina el cambio de los valores vigentes y


la esencia de los valores que habrán de reemplazarlos?

La voluntad de poder es el principio único de la posición


de valores. Allí donde la voluntad de poder osa

142
reconocerse como el carácter fundamental del ente, todo
tiene que estimarse en referencia a si acrecienta o
disminuye o inhibe la voluntad de poder. En cuanto
carácter fundamental, la voluntad de poder condiciona
todo ente en su ser. Esta condición suprema del ente es el
valor determinante.

“La voluntad de poder en cuanto principio único de la


posición de valores”, debe partir de alguien, de un ente o
grupo de entes concretos; pero si cada ente obedece a su
propia voluntad de poder, exigirá también imponérsela a las
otras voluntades de poder concretas, con lo que la
implantación de un nuevo valor será muy complicada. No
olvidemos que la pluralidad de poderes de voluntad no es
reducible a una sola.

La batalla, al estilo de Hegel, determinará cuál voluntad de


poder será la que se imponga. Nos encontraremos en una
perpetua situación de lucha a muerte no sólo entre los que
dominan y los dominados, sino entre los pares mismos que
pertenecen al grupo de los dominadores. Esto es, habrá una
voluntad de poder colectiva que coincida con cada una de las
voluntades de poder de los entes que tienen el poder de
implantar valores.

La Transvaloración
de los Valores Vigentes

143
La metafísica de la voluntad de poder se vuelve una
posición de valor, una nueva posición de valor. Su
novedad consiste en una “transvaloración de los valores
validos hasta el momento”. Esta transvaloración
constituye la esencia acabada del nihilismo. El nihilismo,
según el concepto de Nietzsche, no es una doctrina y una
opinión, más bien establece que es la desvalorización de
los valores vigentes.

Esa desvalorización de los valores vigentes y su reemplazo


por las nuevas tiene que surgir de alguien o de algunos

¿Cómo se pondrán de acuerdo los entes que participan en el


grupo dispuesto a reemplazar los valores vigentes por nuevos?

¿Acudirán al voto democrático?

Esto sería contradictorio, pues la democracia será uno de los


valores que seguramente será reemplazado por otro nuevo

Los participantes en el concilio de voluntades de poder, ¿se


eliminarán en una lucha de todos contra todos?

¿Lo harán hasta que se establezca la presencia de una sola


voluntad de poder, en la tarea de imponer los nuevos valores?

No parece probable; al contrario, seguramente se conformarán


grupos de voluntades de poder que tendrán que luchar contra

144
otros grupos de voluntades de poder, en el más puro sentido
de lucha entre grupos, no de individuos

De lo que deducimos que la voluntad de poder que imponga


nuevos valores debe ser una suma de voluntades de poder que
quiere imponerlos

Esto contraría la opinión que Nietzsche tiene de los grupos


sociales a los que consideran que matan al individuo.

El proceso de desvalorización de los valores supremos


válidos hasta el momento no es un suceso histórico entre
muchos otros, sino el acontecimiento fundamental de la
historia occidental, historia sostenida y guiada por la
metafísica. En la medida en que la metafísica ha recibido
mediante el cristianismo un peculiar sello teológico, la
desvalorización de los valores vigentes hasta el momento
tiene que expresarse también de modo teológico con la
sentencia: «Dios ha muerto».

La metáfora hipotética: “Dios ha muerto”


Hemos establecido que hablamos en metáforas y que la
interpretación de la historia es metafórica.
La metáfora “Dios ha muerto” surgiría de la necesidad de
crear otros valores completamente nuevos, opuestos a los que
confluyen como simples “moralinas”. Pero, sucede que, para
los creyentes, entre ellos, muchos de sus “hombres
superiores”, Dios no ha muerto

145
De este modo, la declaratoria se convierte en una hipótesis
parecida a la siguiente: ¿Qué pasaría si Dios muriera?

La respuesta que trae el Nihilismo es una metáfora que


pretende dar respuesta a otra: la muerte hipotética de Dios

En lugar de la autoridad de Dios y de la Iglesia aparece la


autoridad de la conciencia, el dominio de la razón, el dios
del progreso histórico, el instinto social. Que se
desvaloricen los valores supremos válidos hasta el
momento quiere decir: esos ideales pierden su fuerza de
configurar historia.

Sobre este aspecto es preciso adelantar algo que vendrá en un


subsiguiente comentario: los “valores supremos válidos hasta
el momento”, han sido formulados e impuestos por la
voluntad de poder de los “hombres superiores”.

Pero, la desvalorización de los valores supremos válidos


hasta el momento conduce en primer lugar a que el mundo
aparezca como carente de valor. Los valores vigentes se
desvalorizan, pero el ente en su totalidad permanece,
aunque exige nuevos valores. Surge un estado intermedio
por el que atraviesa la actual historia del mundo, por la
presencia de un nuevo mundo de valores.

146
En realidad, si los antiguos valores nunca han sido practicados
sino en apariencia, Nietzsche, deberías tomarlos como nuevos,
con la diferencia de que esos valores nuevos, sin la presencia
de la compasión y otros que devalúan al débil, serían
verdaderamente ejercidos y establecerían una práctica de vida
nueva y franca, basada en ellos.

El nihilismo es la desvalorización de los valores válidos


hasta el momento en una total inversión de todos los
valores. Nihilismo quiere decir, entonces: los valores
vigentes hasta el momento ya no valen. La transvaloración
tiene que ser incondicionada y poner a todo ente en una
unidad originaria.

Mi sentido de consistencia me urge a ratificar mi percepción:


los valores vigentes nunca han sido puestos en práctica por
quienes los han impuesto a los demás

Esto es, por los hombres superiores que detentan la voluntad


de poder; pero, en la medida en que esos valores son producto
de su voluntad de poder, ejercen esa voluntad para
incumplirlos con impunidad reiterada

Para que el contenido de los nuevos valores no fracase, la


inversión incondicionada debe ser implementada por
modos de pensar y experimentar completamente diferentes
a los vigentes, aunque el nihilismo no es una historia ni

147
tampoco el rasgo esencial de la historia occidental, es la
legalidad de tal suceder, su “lógica”.

Para ello, no necesitarías cambiar los valores

Los valores, tales como honestidad, honor y todo ese ramillete


de buenas costumbres, están sin uso en la mayoría de los
casos

Excepto una minoría muy reducida, no se los ha usado


verdaderamente; en todo caso, no lo usan los hombres
superiores que ejercen la voluntad de poder que crea esos
valores-fantasma

La causa del nihilismo es la moral, la instauración de


ideales supra-naturales de lo verdadero, lo bueno y lo
bello que tienen validez «en sí». La posición de los valores
supremos pone al mismo tiempo la posibilidad de su
desvalorización, que comienza ya con el hecho de que se
muestren como inalcanzables. Por eso, la «forma
preliminar» del nihilismo auténtico es el pesimismo, como
fuerza

Lo único que se debe hacer para inventariar a los hombres


superiores, es realizar un congreso de filósofos
existencialistas; ellos son insuperables en el terreno del
pesimismo y de la náusea

148
El pesimismo, que sólo ve la declinación proviene, en
cambio, de la «debilidad»; busca en todas partes lo
aciago, está al acecho de las posibilidades de fracaso y
cree ver así el modo en que sucederá todo. Pero un
nihilista es el hombre que observa al mundo tal Como es;
juzga lo que no debería ser

Cualquier existencialista de rango medio supera, con mucho,


la intención de mostrar cómo debería ser el mundo

Pues su perspectiva es más contundente: el mundo y el ser


humano deben desaparecer

Es imposible pedir más voluntad de poder al respecto

Allí donde la voluntad de poder es el principio que se ha


adoptado para la posición de valores, el nihilismo se
convierte en el “ideal del supremo poderío del espíritu”
En la medida en que se niega todo ente existente en sí y se
afirma la voluntad de poder como origen y medida del
crear, “el nihilismo podría ser un modo divino de pensar”
Se está pensando en la divinidad del dios Dionisos.

Los existencialistas son representantes de la Gran Orden de la


Depresión, esencia fundamental del hombre superior

Ellos piensan en la divinidad del vacío, de la nada, de la


angustia, del miedo, de la rutina…

149
¿Cuán más “superior” deberá ser un hombre para que sea
digno de voluntad de poder, al estilo nietzscheano?
Esa pregunta algún día deberá tener su respuesta.

Gracias Martin Heidegger por tu invalorable aporte a la


interpretación del Nihilismo de Nietzsche.

Ahora debo dedicar las próximas páginas a exponer una


síntesis brevísima de mi propia interpretación de la historia.

Trataré de mostrar que la historia del hombre se rige por la


Ley del más fuerte y que el darwinismo social es el pilar de la
convivencia humana

Ambos son expresiones de la Voluntad de Poder desde las


épocas en que aparecieron las tribus

En este sentido, La Voluntad de Poder es inherente a la


esencia de la historia del hombre, no es posible negarlo.

La Ley
del Saqueo

Marx postuló que la Historia estaba regida por leyes y


concibió la lucha de clases como el nervio motor del
desarrollo histórico

150
Por su parte, Ludwig von Mises afirmó que no hay leyes
históricas, puesto que los hechos serían únicos y no se
repetirían

Esa idea viene directamente de los existencialistas Caballeros


de la Gran Orden de la Depresión Filosofada

Pero, en la peregrinación por las fases de la Historia encuentro


una Ley, infinitamente repetida: “La Ley del Saqueo”

La única que existe en la Historia del ser humano.

Es de la vigencia constante de esa Ley que hablaré en las


siguientes páginas de esta obra

Sin embargo, va un pequeño resumen de su esencia

Los más fuertes saquean a los más débiles


La Historia Formal idealiza la brutalidad humana o la atribuye
solamente a un grupo, en desmedro de los “otros”

Lo que recibimos de esa historia no es sino una deformación


de los hechos debido a las preferencias y los afectos y
desafectos

Sentimientos que pertenecen a los sonajeros que los relatan

151
En cambio, la Historia, como el relato de las formas que
adquiere la Ley del Saqueo, no hace distinciones sobre la
bestialidad humana ni clasifica a los individuos o a los grupos
como “nosotros los buenos y ellos, los malos”. La Ley del
saqueo es inherente a todos y cada uno de los seres humanos,
aunque en la mayoría se expresa con un salvajismo propio de
la bestia racional. Entre todos, el Gran Astuto es el que tiene
un grado de astucia mayor a la de las masas, recuas humanas,
a las que manipula, dado que las masas son siempre
manipulables. Las manipula para sacralizar la hipocresía y
elevarla a la máxima de las virtudes. Los actos modelados y/o
ejecutados por el Gran Astuto siempre se ha expresado en la
forma de la bestia-lidad humana, en su máximo grado. No hay
forma de ocultarlo, somos, y sabemos que somos, fetos
conscientes condenados a cargar sobre la conciencia la joroba
turgente que el sentido de culpabilidad, emergente del miedo
y de nuestro verdadero Ser Astuto, ha esculpido en el fondo
del subconsciente individual y colectivo.

Esta introducción me lleva a la necesidad de estructurar un


Teorema

El Teorema del Miedo


El miedo, como el campo magnético en el cosmos, se expande
por la mente humana permanentemente

El Corolario del Miedo

152
La Ley del Saqueo se basa y se expresa en el miedo a ser
saqueado

El precepto del Miedo


Haz a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, antes que
los demás te lo hagan

Cualquier repaso de la historia nos muestra que los


enunciados propuestos son válidos

Ejemplo
La tan comentada democracia de la Grecia Antigua, es sólo un
resultado de la capacidad de mercadotecnia de sus
historiadores. En la realidad, al igual que todos los grupos
humanos del mundo, la historia de Grecia es la historia del
robo y del saqueo, ambos idealizados por los constructores de
imágenes. Espartanos y Atenieses, por igual, eran asesinos de
nacimiento y de vocación. Como los criminales de todos los
tiempos, preferían arriesgar la vida en una guerra, robar el
botín y traer esclavos para que produjeran lo que ellos debían
comer; cada uno de estos “guerreros” pensaba que trabajar
honradamente para ganarse la vida, era una muestra de
vulgaridad al extremo, en cambio, el robo y el saqueo de los
demás, les parecía digno.

Aristóteles; defensor de la moral y de las buenas costumbres,


se dio cuenta de que el saqueo traía, entre oro y joyas, algo de
mayor valor aún: el saqueo institucionalizado traía esclavos.

153
Tanto Esparta como Atenas, si estaban escasos de esclavos
eran nada. Los esclavos producían lo que los hombres
superiores, poseedores de la voluntad de poder comían. Pues
bien, al darse cuenta de la riqueza que los esclavos
significaban para Antenas, decidió legalizar la esclavitud,
incluyéndolo en las cosas y procesos que no dependerían de
los seres humanos sino, de la naturaleza.
El gran filósofo de la Ética a Nicómaco, el ilustre, el inmortal
Aristóteles, afirmó, sin rubores molestosos, que el esclavo lo
era por naturaleza. Ni el mismo Hegel, conocido por su
aversión a la masa y a todo lo que significara democracia, se
atrevió a ir tan lejos. El fundador de la Lógica, sí, lo hizo con
una gran naturalidad. Con ello, los saqueadores y traficantes
de esclavos ya tenían el “aval moral” que les permitía usar el
látigo sin sentido de culpa. Cuando leemos estos párrafos,
quedamos confundidos al enterarnos que Nietzsche no
conociera que los hombres superiores, los que detentan la
voluntad de poder, ya habían existido desde la aparición de los
grupos humanos, divididos por el miedo.
EL ETERNO RETORNO
DE LO MISMO

¿Cuál es tu opinión, respetado Heidegger, de eterno retorno de


lo mismo, tal como lo plantea Nietzsche?

Nietzsche comprende todo “sentido” como “fin” y “meta”,


pero, fin y meta como valores. De acuerdo con ello, puede
decir: “La absoluta carencia de valor, de sentido, la

154
carencia de meta en sí, es el principal artículo de fe” del
nihilista”

Sin embargo, una vez que los nuevos valores impuestos por la
cofradía de los hombres superiores estén en vigencia,
seguramente tendrá algo que ver con la identificación de
metas

La carencia de valor y de meta tampoco puede significar


ya un defecto, el mero vacío y la mera ausencia. La
palabra metafísica es: el eterno retorno de lo mismo… el
ente que tiene el carácter fundamental de la voluntad de
poder sólo puede ser, en su totalidad, eterno retorno de lo
mismo.

El significado de “Eterno retorno de los mismo” se presenta


un tanto oscuro al entendimiento

El poder no conoce metas “en sí” a las que podría llegar


para permanecer en ellas, lo importante es la
sobrepotenciación. Por ello, para el ente como voluntad de
poder no hay ninguna meta fuera de sí hacia la cual
progresar saliendo de sí mismo.

En el Camino está en la Meta


Hay una percepción del zen taoísta que podría explicar
adecuadamente el concepto: “El camino está en la meta”; en
este caso, la “meta que está en el camino” es la continua

155
repetición de lo mismo, por lo que nada externo a esa meta-
camino existiría fuera de ella

La voluntad de poder, en cuanto sobre-potenciación de sí


misma, retorna esencialmente a sí misma y da así al ente
en su totalidad, es decir al “devenir”, el peculiar carácter
de movilidad. Ahora bien, el ejercicio del poder eterno y
carente de meta de la voluntad de poder es, no obstante, al
mismo tiempo necesariamente finito en cuanto a sus
situaciones y formas, pues si fuera infinito en este respecto,
en concordancia con su esencia como acrecentamiento,
tendría que «crecer infinitamente».

Si el ejercicio del poder y carente de meta de la voluntad de


poder es finito, habría una contraposición en denominar como
“Eterno retorno de lo mismo” a lo que, anticipadamente ya
exige un fin, por lo que será preciso preguntar: ¿en qué
momento se conocerá el último ciclo de ida y vuelta de la
voluntad de ser, es decir, el último retorno?

La «Voluntad de poder» tiene una visión muy particular


acerca de lo que es el ente en cuanto tal, es decir, en su
constitución. El «Eterno retorno de lo mismo» postula
cómo es el ente de esa constitución en su totalidad. Ser y
devenir se contraponen sólo aparentemente, porque el
carácter de devenir de la voluntad de poder es, en su más
íntima esencia, eterno retorno de lo mismo.

156
Pero la idea de “retorno” sugiere un acto de alejamiento
previo del escenario al que tendrá que retornar y volver a ser
lo mismo. Con el fin de dar forma a la metáfora, debo citar
una obra que tiene como tema El Eterno Retorno, con
referencia al planteamiento de Borges. En beneficio de la
brevedad, iré al punto principal.

El Eterno Retorno y Borges


En “La Biblioteca de Babel”, Borges expone su idea de lo
infinito, la cual yo cito de inmediato.
 
En el zaguán hay un espejo
que fielmente duplica las apariencias
Este espejo representa una de las ideas que más ha
obsesionado la metafísica borgeana: la Teoría Cíclica del
Universo, más conocida como la Teoría del Eterno Retorno.
La doctrina tiene orígenes registrados en papiros y
pergaminos. Los hindúes, grandes iniciadores de misteriosas
inquietudes intuitivas, tuvieron mucho que ver con el asunto
antes de entregárselo a los budistas, primos carnales en el
espíritu. Allí nacen los Kalpas, etapas que el mundo naciente
debe recorrer hasta llegar a su propio poniente. El nacimiento
del mundo se debe a la compresión ideal y su destrucción a la
conflagración; algo más: el número de Kalpas es infinito tal
como el número de ciclos retornantes también lo es. Heráclito
también cedió a la fascinación de la gran rueda cósmica, que
naciendo del fuego retorna, con obsesivo empecinamiento,
otra vez al fuego.

157
Volviendo a Borges, al hablarnos de los espejos que
reproducen infinitamente el original, nos dice,
metafóricamente que la Ley del saqueo vuelve en periodos
que conforman el infinito. Otra vez el libro de las jerarquías
llegará a nuestras manos; otra vez veremos nuestra propia
muerte por hambre en medio de la gran abundancia

Hay más sobre la teoría del Eterno Retorno


Sus expositores y defensores asumen implícitamente su
simetría.

El retorno de los átomos se realizaría siempre en conjuntos


homogéneos y simétricos para volver a ser lo que se fue. Este
es un asunto que debe ser aclarado.
Para ello recurro a uno de mis relatos “Una noche de Estilos”
(de mi libro “Cuando el Illimani se fue”, 1986)

En uno de los relatos, el borgeano, al describir la ciudad de la


ciudad de La Paz, desde su preceptiva literaria declara que:

“La ciudad de La Paz sería la expresión concreta de la


entelequia y que por ello “estaría en el deber de
autorreciclarse”. No faltará el escéptico que plantee el
siguiente problema: si un todo puede reciclarse para
retornar a una posición atómica inicial, esto no quiere
necesariamente decir que todas y cada una de las partes que
conforman ese todo habrán de reciclarse al mismo tiempo,

158
aunque la teoría de las variaciones de los átomos, al decir
que una de las partes se vuelve a reproducir, da por sentado
que todos y cada uno se registran simétrica y
simultáneamente. Este supuesto es demasiado heroico,
puesto que da por sentado que una persona al reciclarse, se
recicla integralmente de una sola vez. El cerebro se recicla
al mismo tiempo infinitesimal en que se recicla el resto del
cuerpo. Esto anularía la posibilidad de que el Partenón se
reciclara en partes, cada una atraída por un tiempo
diferente. La película “La Mosca”, es un buen ejemplo.
Trata de un ser que al reciclarse en una máquina
transportadora resulta con su propio cuerpo y con la cabeza
de la mosca, que había estado en el recinto reciclador. El
reciclaje no se había llevado a cabo de un modo simétrico.
Aquí una ficción atestigua la asimetría de la otra ficción.”

“Después de estas inquisiciones, diríamos que los reciclajes


son siempre simétricos, suceden todos al mismo tiempo y,
por lo tanto, es preciso abjurar de la creencia de
desequilibrios cósmicos en la construcción del retorno de lo
mismo.”

Este pasaje nos plantea problemas de gran contenido: ¿Cuál


será el “estado inicial” que se reciclará en el infinito? Es
decir ¿el escenario original al que se deberá retornar todo el
tiempo? ¿Será el que existía un segundo después de la
explosión del huevo cósmico? ¿El que había un billón de

159
años antes? ¿A partir de qué instante se iniciará el proceso
de repetición?”

El relato con el personaje borgeano nos lleva a la necesidad de


revisar más de cerca la tesis platónica de los siete planetas.
“Equilibradas sus diversas velocidades, regresarán al punto
inicial de partida”. A medida que esas velocidades se
equilibran, gran parte de los arreglos atómicos han recobrado
ya su posición original”. En este sentido, hay una brecha entre
los planetas que han vuelto ya a la originalidad y aquéllos que
aún no han completado el ciclo. Pongamos un ejemplo de lo
que sucedería en nuestro planeta: es posible imaginar que
Aristóteles ya ha sido reciclado en un tiempo similar al de
Marx. Los tendremos juntos para asistir a un diálogo de
magnitud ártica. Del mismo modo se podría concebir la
coexistencia de la Segunda Guerra Mundial con la batalla de
las Termópilas, Hitler pidiendo asistencia técnica a Leónidas.
El rayo láser pelearía con el garrote y los Fantoms tendrían
batalla con los dinosaurios… Eliminada esa posibilidad,
recogemos la opción de que los re-arreglos se alcanzan al
mismo tiempo en la millonésima de segundo que dura el
equilibrio de las velocidades de los planetas.

Imaginemos que eso se producirá mañana: a las 10.00 a.m,


hora de Greenwich. Las velocidades se equilibran; todos
desaparecemos para volver al inicio del “año perfecto”. Ahora
imaginemos lo que sucederá con las capas terrestres, los
océanos, los mares que han cambiado de lugar desde entonces.

160
Las cordilleras, que se han desplazado y las islas que han
aparecido.

Algo más, la Tierra tendría que volver al lugar cósmico que le


correspondió al iniciarse el año perfecto y con ella, todas las
estrellas, galaxias, metagalaxias, agujeros negros… todo
absolutamente todo, deberá retornar al punto de partida del
último Retorno… En “Los Cuatro Ciclos” anuncia que cuatro
son las historias y luego las enumera: la Iliada, Ulises, Jason,
y el Vellosino; y un sacrificio: Odín sacrificando a Odín (...) y
Cristo es crucificado por los romanos. Cuatro son las
historias; durante el tiempo que nos queda seguiremos
narrándolas, transformadas. En “His end and his beginning”
se refiere a alguien que murió y que en el cielo no hace sino
repetir algo ya hecho. En “Los Teólogos”:

…esto ha ocurrido y volverá a ocurrir, dijo Euforbo. No


encendéis una pira, encendéis un laberinto de fuego. Si
aquí se unieran todas las hogueras que he sido, no cabrían
en la Tierra y quedarían ciegos los ángeles. Esto lo dije
muchas veces

De inmediato va una versión poética del encuentro intuitivo


que tengo sobre el eterno retorno a nivel cósmico.

La Carabela

Un soplo rojo sopla la carabela

161
que de infinito en infinito se bambolea

El espacio ondula en vaivenes sin ritmo


al recibir uno a uno los corpúsculos

Explota una partícula de fuego denso


y las esquirlas forman un nuevo universo

El TiempoEspacio torna a nacer


sin haber nunca muerto

Las esquirlas primeras se van


¡Se van tan lejos!

Las sombras de luz surcan a través de la nada


Extienden el TiempoEspacio que llena el vacío

La tormentosa cabellera ondea a todos lados


sin encontrar frontera en ninguno de ellos
Pero el gran impulso ya frena
llamado por la motita primera

Fue nada más que un puntito de aceite


que surgió del infinito caldero

Saltó, explotó, se extendió, un universo formó


y volvió para caer otra vez en el enorme caldero.

162
Infinitos soplos rojos soplan las infinitas carabelas
que de infinito en infinito

bambolean, bambolean.

LA JUSTICIA
 
Gracias, Heidegger, por participar en nuestro encuentro con el
último de los temas planteados en la tarea de realizar
indagaciones sobre lo esencial del pensamiento de Nietzsche.
El tema de este capítulo está referido a la Justicia. ¿Qué tienes
para decirnos acerca tu interpretación de ese tema, Heidegger?

En la visión de Nietzsche, la justicia mira hacia esa


humanidad que debe ser seleccionada para formar el tipo
que posea la propiedad esencial de instaurar el dominio
incondicionado sobre la tierra. La justicia es el adjudicar,
en una construcción previa, las condiciones que aseguran
un preservar y un conseguir.
¿Cuáles serían los pilares principales en el que esa justicia
base sus fundamentos y su razón de ser?

La justificación consiste en lo único que satisface la


esencia como “supremo representante de la voluntad de
poder”. Las cinco expresiones fundamentales que hemos
analizado: “voluntad de poder”, “nihilismo”, “eterno
retorno de lo mismo”, “superhombre” y “justicia”
corresponden a la esencia de la metafísica articulada en

163
cinco momentos. Pero la esencia de esa unidad, dentro de la
metafísica y para ella misma, permanece encubierta.

En tu estudio sobre los puntos fundamentales de la percepción


de Nietzsche, sobre los cuales formulamos nuestras
indagaciones, pones de relieve la lógica que une todos esos
conceptos, de manera tal, que la esencia de esa unidad, sería,
en mi percepción, la interacción de los cinco momentos. No
habría necesidad de alguna ontología o alguna óntica para la
determinación de esa esencia, más bien, ése sería un campo
que entraría en la jurisdicción de la interacción de esos
momentos entre sí.

Tal vez habría un nuevo campo de estudio en la filosofía para


identificar ese momento, al cual podríamos denominar
“Interrelacionalogía”

El pensamiento de Nietzsche se mantiene en el movimiento


interno de la verdad en la medida en que, abarca con la
mirada la totalidad y percibe la consonancia de todas. Las
preguntas al respecto serían: ¿en qué tiene su fundamento
la unidad esencial de la metafísica? ¿Dónde tiene su
origen la esencia de la metafísica? Recordemos que la
metafísica de Nietzsche es caracterizada como la
metafísica de la voluntad de poder

A una voluntad de poder, que es absoluta y que se conserva


por el acrecentamiento que exige el eterno retorno de lo

164
mismo, le corresponderá un tipo de justicia que no sea otra
que la fijación constante de esa voluntad de poder.

El qué y el cómo de la Justicia

En el pensamiento de Nietzsche queda oculto qué y cómo


la “justicia” es el rasgo esencial de la verdad, por lo
tanto, no es lícito elevar la expresión fundamental
“justicia” al rango de título principal de su metafísica.
Metafísica es la verdad del ente en cuanto tal en su
totalidad. La metafísica de la subjetividad incondicionada
y acabada piensa, sin decirlo, la esencia de sí misma, o sea
la esencia de la verdad, como justicia.

Cuando te refieres a la justicia como esencia de la verdad,


hablas de la verdad impuesta por la voluntad de poder.

Queda aún la pregunta acerca de qué pueblos y qué


humanidad estarán sometidos de modo definitivo y
anticipador a la ley de la pertenencia de la incipiente
historia del dominio de la tierra. Ya no es, en cambio, una
pregunta, sino que está decidido cuando dice: “Se acerca
la época en la que se emprenderá la lucha por el dominio
de la tierra, se la emprenderá en nombre de doctrinas
filosóficas…”

Podríamos adelantar que los pueblos escogidos serán, sobre


todo, los que han llegado a cierto grado de desarrollo material

165
y tecnológico que les permita hallar el tiempo necesario para
establecer cuáles, en cada grupo humano, serán los rasgos
distintivos de su voluntad de poder

El fin de La Filosofía
¿Qué opinas sobre el fin de la filosofía, Heidegger?

También cabe suponer que la filosofía como doctrina y


como figura de la cultura desaparecerá porque, en la
medida en que ha sido auténtica, ya ha nombrado la
realidad de lo real, es decir el ser desde el cual todo ente
es llamado a ser lo que es y cómo es. Las «doctrinas
filosóficas fundamentales» aluden a la esencia de la
metafísica que llega a su acabamiento y sustenta la
historia occidental, bajo la forma europeo-moderna y la
destina a la “dominación del mundo”.

Ésa sí es una suposición heroica, demasiado heroica, pues la


filosofía no ha concluido su tarea sobre las indagaciones
acerca de la naturaleza, el hombre, la historia y el
pensamiento. Cualquier suposición en sentido contrario sería
una gran arbitrariedad.

De ahí la necesidad imperiosa, el cumplimiento imperativo, de


hacer que nuestros débiles devengan fuertes para que las
batallas del futuro se realicen entre voluntades de contextura
diferente, pero de igual intensidad. En ese postulado se basa
La Voluntad de Ser.

166
Por último, cabe añadir que lo que se expresa en el
pensamiento puede imputarse historiográficamente a la
esencia nacional del pensador, pero no puede hacerse
pasar jamás por una peculiaridad nacional. El
pensamiento de Descartes, la metafísica de Leibniz, la
filosofía de Hume, son, en cada caso, europeos, y por ello
planetarios. Del mismo modo, la metafísica de Nietzsche
no es jamás, en su núcleo, una filosofía específicamente
alemana; al contrario, es una metafísica europeo-
planetaria.

Por mi parte, propongo una filosofía, la única que puede ser


considerada como planetaria: la Voluntad de Ser. Muchas
gracias Martin Heidegger por tus valiosos aportes a la
estructuración de esta obra, sin los cuales nuestra tarea habría
sido mucho más difícil y mucho más extensa.

El Hombre Superior, nos lleva a deducir


que hay una brecha inseparable entre lo que él denomina
Hombre Superior y la “plebe”. Cada uno de los hombres
superiores posee la voluntad de poder y, con ella, el ansia de

167
dominar a los demás. Para ello, cada ente superior tratará de
imponer los valores de su voluntad de poder, incluyendo los
de la Justicia.

El Nihilismo expresa la necesidad de que los hombres


superiores adopten nuevos valores, en el marco de la
metáfora: “Dios ha muerto”

El Eterno Retorno es el deseo febril de que cada hombre


superior retorne a un punto de partida en sucesiones
perpetuas. No queda claro cuál habrá de ser el escenario
original en el que deberán acontecer los fenómenos repetidos,
ni las posiciones cósmicas que deben reinar en el momento
del retorno.

Por último, el Lenguaje y la Justicia nos muestra que el


Hombre Superior desea seres “inferiores” para dominarlos

¡Cosa increíble! ansía ganar prestigio con la admiración que


recibiría de los harapos

Esta pretensión es la que más me sorprende, pues no concibo


un “hombre superior” que reclame la admiración del mendigo

En mi percepción particular, el hombre superior será superior


en cuanto los demás hombres superiores lo avalen como tal.
CONCLUSIÓN

168
La percepción de Friedrich Nietzsche, cuyos aspectos
sobresalientes analizamos con ayuda de Martin Heidegger,
nos lleva a deducir que hay una brecha inseparable entre lo
que él denomina Hombre Superior y la “plebe”. Cada uno de
los hombres superiores posee la voluntad de poder y, con ella,
el ansia de dominar a los demás. Para ello, cada ente superior
tratará de imponer los valores que se originan en esa voluntad
de poder, incluyendo los de la Justicia. El nihilismo expresa la
necesidad de que los hombres superiores adopten nuevos
valores, en el marco del postulado: “Dios ha muerto”. El
Eterno Retorno expresa el deseo de que cada hombre superior
pueda retornar a un punto de partida en sucesiones perpetuas.
No queda claro cuál habrá de ser el escenario original en el
que deberán acontecer los fenómenos repetidos. Por último, el
Hombre Superior desea seres “inferiores” para dominarlos y,
cosa increíble, ganar prestigio con la admiración que recibiría
de los harapos.

169
AFORISMOS
COMPLEMENTARIOS
(Nietzche-Blacutt)

El Aforismo es un género literario que encierra, una reflexión,


en su mayor parte referida a la ética o a la estética. Nietzsche
lo ha usado con gran autoridad a lo largo de todas sus obras.
Por mi parte, encuentro que el Aforismo es una expresión
cuya brevedad otorga al contenido una densidad que supera a
cualquier otra. En esta obra, he escogido los Aforismos más
importantes de Nietzsche para tomarlos como punto de
referencia, en una especie de contrapunto virtual y
complementario con los míos. Cada aforismo tiene dos
versiones: la primera, en todos los casos es la de Nietzsche
(N). La segunda es mía, debajo de B. Invito al lector para que
participe y compare los suyos con los que se inscriben en esta
sección

Abnegación
N
Esta voluptuosidad es de la misma esencia que la crueldad
(Más allá de Bien y del Mal)

B
Los hombres afirmamos que la Abnegación es una virtud
propia de la mujer; por eso la convertimos en virtud

170
Abolengo
N
Vuestro honor no lo constituirá vuestro origen, sino vuestro
fin (Así Habló Zaratustra)

B
El abolengo es el pedigree de los que viven de los muertos;
habría que mostrarlos en exposiciones semestrales

Aburrimiento
N
¡Qué gran asunto para un Poeta! El aburrimiento de Dios el
último día de la creación (“Humano, demasiado Humano”)

B
Nada aburre más que el contacto con la mediocridad

Academia
N
En todos los lugares donde no entra el aire de la plaza, crece,
como un hongo, una corrupción inocente (Humano…)

B
La Academia es para los fósiles que nacieron fósiles

Admiración
N

171
Hay una inocencia en la admiración: la del hombre que no
contempla la posibilidad de que él también podría ser
admirado algún día (Más allá del Bien y del Mal)

B
El hombre común va en busca de la admiración
El genio no la toma en cuenta

Afecto
N
El aspecto del mundo sólo es soportable cuando lo vemos a
través del humo del fuego de pasiones agradables
(Tratados Filosóficos)

B
Nuestros afectos y desafectos son los artífices de nuestras
percepciones
Aforismo
N
El Aforismo, la sentencia en la que el que yo soy maestro y el
primero entre los alemanes son las formas de la “eternidad”;
mi ambición es decir en diez frases lo que otro dice en un
libro; lo que ningún otro dice en un libro
(El Ocaso de los Ídolos)

B
El Aforismo es el punto de conocimiento intuitivo de densidad
infinita que luego explotará en el Big Bang de una Teoría

172
Agradecimiento
N
Un alma delicada se siente molesta al saber que hay que darle
las gracias; un alma grosera, al saber que tiene que darlas
(Humano, demasiado humano)

B
Para un hombre, recibir un testimonio de agradecimiento es
como recibir un cumplido: incomoda. Sólo una mujer sabe
recibir un cumplido.
Albedrío
N
Lo que se llama “Libre Albedrío” es esencialmente la
conciencia de la superioridad frente al que debe obedecer
(“Más allá del Bien y del Mal”)

B
El llamado “Libre Albedrío” es la utopía inventada por los
que dominan para hacer sumisos a los dominados

Alcurnia
N
Triunfo de la cultura sobre el abolengo
(Humano…)

173
Misteriosa pretensión de resucitar a los muertos para llevarlos
a cuestas, en los recovecos de la vida
Alegría
N
Hay que tomar las cosas con más alegría de la que merecen;
sobre todo porque las hemos tomado en serio más largo
tiempo que el que merecían (Aurora)

B: Alegría, ex abrupto emocional en el Ser Astuto; una


expresión espontánea del espíritu en el Ser de la Voluntad

Alemán
N
Los alemanes creen que la fuerza se debe manifestar en la
dureza y en la crueldad; no creen que pueda haber fuerza en la
suavidad y en la dulzura (Tratados filosóficos)

B
Los alemanes responden al redoble de un tambor como un
reflejo condicionado de Pavlov

Alma
N
Permanecer echado sin moverse y pensar poco es el remedio
costoso para todas las enfermedades del alma
(“Humano, demasiado humano”)

174
El Alma es la versión poética de la conciencia

Altruismo
N
El prójimo alaba el desinterés porque recoge sus efectos
(El Eterno Retorno)

B
El Altruismo es una gran excepción en el modo de
comportamiento; cuando el Ser de la Voluntad sea, el
altruismo no sorprenderá a nadie, será el modo de vida normal

Alumno
N: Es indefectible: cada maestro no tiene más que un alumno,
el que le será infiel, pues está predestinado a ser maestro
también (Humano, demasiado humano)

B
El Alumno es el cuarto creciente de alguna nueva luna

Ambición
N
Sólo las almas tensas saben lo que es arte y lo que es alegría
(Filosofía General)

B
La ambición en el sabio es nervio motor que empuja; en el
mediocre es un arma cargada que se entrega a un niño

175
Ambiente
N
Nuestro estado de espíritu habitual depende del estado de
espíritu en que sabemos mantener a los que nos rodean
(Aurora)

B
Cuando me entero de que hablan cuando hablan, no me
interesa acerca de lo que hablan

Amigo
N
… como escribió el poeta en su puerta: el que entre aquí me
hará un honor; el que no entre me proporcionará un placer
(El Eterno Retorno)

¿Eres esclavo? Entonces no puedes ser amigo de nadie ¿Eres


tirano? entonces nadie puede ser amigo tuyo
(Así Habló Zaratustra)

¿Dónde hallaremos nosotros, solitarios entre los solitarios, a


los compañeros del hombre? (Tratados Filosóficos)

¿Habrá algún hombre que no se sienta herido mortalmente si


supiera lo que sus más fieles amigos piensan de él en el
fondo? (Humano, demasiado humano)

176
B
Mi estima por la gente crece exponencialmente con la
distancia: más distante más la soporto; mucho más distante,
mucho más la soporto

Hay amigos con una gran capacidad de ubicuidad:


desaparecen cuando los necesitamos y aparecen cuando nos
necesitan

Hay quienes cuentan el número de amigos que tienen;


excepcionalmente, también hay los que cuentan con ellos

El amigo es aquél que hace lo que dice y nos dice lo que hará

Amor
N
“Amor” es el sentimiento de la propiedad o de aquello que
nosotros queremos convertir en propiedad nuestra
(“Tratados Filosóficos”)

Lo que se hace por amor se hace también más allá del Bien y
del Mal (Más allá del Bien y del Mal)

La Frase más púdica que he oído: “En el verdadero amor, el


alma es la que envuelve al cuerpo”
(“Más allá del Bien y del Mal”)

177
La exigencia de ser amado es la mayor de las pretensiones
(“Humano, demasiado humano”)
Las mujeres llegan a ser, por medio del amor, lo que son en la
mente del hombre que ama (“Humano, demasiado humano”)

A veces unos lentes de más alta gradación pueden curar al


enamorado (“Humano, demasiado humano)

Amar al prójimo como a nosotros mismos, pero ser primero


de los que “se aman a ellos mismos” con gran amor y con
gran desprecio (“Así Habló Zaratustra”)

B
El amor hace de los pequeños defectos, pequeñas virtudes

Un amor que no se expresa en hechos, es un agujero negro


que no recibe nada y que irradia nada

Amar es desear la felicidad del ser amado y ayudar a buscarla,


aún a costa de la propia

Amar es descubrir que ser es no ser si tú no eres

Amar es ser amigo, compinche, compañero y amante del ser


amado, todo en uno

Nadie puede amar por mandamiento

178
El amor propio es el más grande, leal y constante de todos los
amores
Antítesis
N
Es la puerta estrecha por donde el error se desliza de buen
grado, hasta la verdad (“Humano, demasiado humano”)

B
La Antítesis es la idea desafiante que se alza, para dar su
razón de ser a la idea original
Aristocracia
N
Ante el populacho, sin embargo, no queremos ser iguales
(“Así habló Zaratustra”)

B
La única Aristocracia que yo reconozco, es la del talento; y
más aún, la del genio
Arte
N
Sólo las almas ambiciosas saben lo que es arte y alegría
(“Filosofía General”)

Él es el que hace posible la vida, gran seductor de la vida, el


gran estimulante de la vida (“El Ocaso de los Ídolos”)

179
Y en este peligro inminente de la Voluntad, avanza entonces,
como un dios salvador que trae el bálsamo saludable; el solo
tiene el poder de transmutar el hastío y lo que hay de terrible
en la existencia, en imágenes que ayudan a soportar la vida
(“El Origen de la Tragedia”)

Más tarde comprendí que la liberación más fundamental del


artista es haber visto su propio ideal (“Ecce Homo”)

B
El Arte es el encuentro intuitivo con un Estado Esencial del
Ser y su expresión, forjada por la gravedad ético-estética del
artista

El Artista crea mundos que el científico nunca descubre, por


lo que nunca podrá entenderlos ni describirlos

El artista produce su obra sin pensar si gustará o no; una vez


terminada, se alegra de que guste

El artista crea el gusto que guste lo que produce

Arrepentimiento
N
¡No debemos ser viles ante nuestros actos! No debemos
ponerlos en jaque; el arrepentimiento es cosa inconveniente
(“El Ocaso de los Ídolos”)

180
B
El Arrepentimiento es el castigo moral que el Ser de la
Voluntad se impone a sí mismo por no haber obrado en
consecuencia: por haber hecho o por no haber hecho
Arrogancia

N
Se olvida la arrogancia cuando se está entre hombres de
mérito (“Humano, demasiado humano”)

Estar sólo hace orgulloso (“Humano, demasiado humano”)

Los jóvenes son arrogantes, pues frecuentan sus semejantes,


todos los cuales, no siendo nada, quieren pasar por mucho
(“Humano, demasiado humano”)

B
La llama, la alpaca y la vicuña, son los únicos animales a los
que la arrogancia les sienta bien

El arrogante no tiene la culpa de serlo, pues viene con la


estupidez

El arrogante lo es sólo con los humildes; con los superiores es


humilde
Ateísmo
N
El ateísmo es una consecuencia de la elevación del hombre

181
(“Filosofía General”)

B: El ateo que lucha contra la existencia de dios es un monje


al revés
Autor
N
Ya no quiero leer a los autores que han querido escribir un
libro. Leeré sólo a los autores cuyas ideas formen
inopinadamente un libro (“Humano, demasiado humano”)

Aquél que lleva al papel lo que el “sufre” es un autor triste;


pero se convierte en un autor serio cuando nos dice que ha
sufrido y por qué ahora descansa en la alegría
(“Humano, demasiado humano”)

B
Escribir es realizar un acto de exorcismo del espíritu
¿Tengo algo que decir? Lo escribo

El que escribe sobre lo que sufre, carece del pudor de la


quinceañera que escribe un diario íntimo: ésta lo muestra sólo
a su mejor amiga; el primero lo hace conocer en masa
Autoridad
N
Donde hay el sentido de obediencia, el “tú debes” no tiene
sentido alguno (“Filosofía General”)

182
Así como somos, nos hacemos recalcitrantes ante un “tú
debes”. Nuestra moral debe decir: “Yo quiero”
(“Filosofía…”)

La estimación de la autoridad aumenta en relación a la


disminución de fuerzas creadoras (“Filosofía General”)
B
La verdadera Autoridad es una concesión social, no un
privilegio que alguien cree que tiene

El primer deber de la Autoridad es lograr que las cosas


marchen bien sin que la gente se dé cuenta que hay autoridad

La necesidad de la Autoridad es una muestra de que aún


estamos en el árbol, pero que ya tenemos conciencia de ello

Belleza
N
La Belleza tiene algo que decirnos, por eso guardamos
silencio (“Ecce homo”)

El silencio en el que caemos ante lo bello es un profundo


esperar, un querer oír las más finas y lejanas tonalidades
(“Ecce homo”)

Toda belleza interior no es más que un símbolo algo


superficial al lado de la multitud de las armonías profundas
(“Ecce homo”)

183
B
Lo Bello, como síntesis ético-estética es propio del ser
humano, no lo es de la Naturaleza

Sólo una mujer puede tener el atributo de ser bella


Contemplar a la mujer amada es contemplar la belleza

Bien
N
Hacer el bien es poner una planta a la luz y verla mejor
(“Tratados Filosóficos”)

B
¿Qué sería del Bien sin el Mal? Un cojo sin muleta

Bondad
N
Esa forma de felicidad mezquina que se llama Bondad
(“Ecce Homo”)

¡Hay tal falta de generosidad en el hecho de desempeñar


constantemente el papel de donante y dispensador de
beneficios! (“Aurora”)

La mentira es, si no la madre, por lo menos la nodriza de la


Bondad (“Aurora”)

184
B
La Bondad es una contemplación autogratificante; la ayuda es
la bondad en acción

La Bondad sin acción no cuesta nada; es igual a los buenos


consejos
La Bondad activa para con los demás es una forma de ser
bondadoso con uno mismo

Broma
N
La broma y la burla nos sirven de alivio; nos prestan energías
para nuestras actividades (“Filosofía General”)

De cuando en cuando una tontería; ¡como si de pronto nos


hastiase nuestra sabiduría! (“Filosofía General)

B
Una broma es una muestra de estima y de confianza que
otorgamos a alguien; sólo hacemos bromas a los amigos

Bueno
N
Un hombre que se creyera absolutamente bueno sería
espiritualmente un idiota (“Filosofía General)

185
“Ser bueno” es la prueba de falta de carácter; no se puede ser
siempre bueno y, sobre todo, bueno con todos

Caída
N
Lo terrible no es la altura, sino la pendiente
(“Así habló Zaratustra”)
B
El que cae debe saber que los demás, aunque parezcan más
grandes, siguen siendo lo que eran: aves de rapiña

Calificación
N
Llamamos buena o mala a una cosa en relación con nosotros
mismos, no con la cosa misma (“Filosofía General”)

B
Hay quienes creen que los demás son mejores de lo que
parecen; hay quienes los consideran peores de lo que parecen;
nunca acertamos en decidir cómo son; es que nunca son los
mismos
Calumnia
N
Las calumnias son enfermedades de los demás que estallan en
nuestro propio cuerpo (“Humano, demasiado humano”)

B
La Calumnia es la fuerza de los espíritus más depravados

186
Callar
N
Es muy difícil vivir entre los hombres porque es muy difícil
guardar silencio (“Así habló Zaratustra”)

B
Muy pocas veces me arrepentí por haber callado; muy pocas
veces me felicité de haber hablado

Canalla
N
La vida es un manantial de goces, pero donde la canalla bebe
deja envenenada las fuentes (“Así habló Zaratustra”)

No ha sido el odio, sino el asco lo que ha destrozado mi vida


(“Así habló Zaratustra”)

¡Ay! Muchas veces sentí cansancio de espíritu citando, vi que


también la canalla era ingeniosa (“Así habló Zaratustra”)

B
Es en la turba enloquecida que el hombre muestra lo que
realmente es: un ser de rebaño, cobarde y arbitrario

187
La canalla actúa a luz abierta pero sus actos quedan
clandestinos; no hay identificación plena, porque no hay
individuos

Cansancio
N
Un alarde en la sabiduría de la vida es saber intercalar a
tiempo el sueño en todas sus formas (“Aurora”)

¿Qué haremos para estimularnos cuando estemos fatigados y


cansados de nosotros mismos? Dormir mucho en el sentido
propio y figurado, así terminaremos por tener de nuevo
nuestra mañana (“Aurora”)

A veces siento que estoy tan cansado de todo, de mí, de todos,


de nada

B
¡Hay tantos motivos de cansancio! ¿Veremos algún día que el
ser humano se ha cansado de ser un simple bípedo con
facultad del habla?
Carácter
N
Antes de que alguien haya puesto su pie sobre nosotros no
sabemos si tenemos dientes de serpiente
(“Humano, demasiado humano”)

188
Nuestro carácter está determinado más por la ausencia de
experiencias que por las que hemos vivido
(“Humano, demasiado humano”)

B
El carácter de un hombre se muestra cuando dice “No” en el
momento en que debe decirlo

Hay quienes son capaces de decir “No” sólo a escondidas

Carácter (Mal)
N
Hay hombres que no saben desfogar su pensamiento de otro
modo que desfogando su bilis contra todo el mundo
(“Tratados Filosóficos”)

B
Nunca conocí a un hombre que mostrara su mal carácter ante
un superior, tal como lo muestra ante los humildes

Caracteres
N
… el hombre no científico tiene por buena una opinión
cuando le halaga (“Filosofía General”)

B
Todos tienen por buena una opinión que los halaga; excepto el
hombre de talento y el genio

189
Caras
N
Es dudoso que un viajero alrededor del mundo haya
encontrado sitios más feos que el rostro humano
(“Humano, demasiado humano”)

B
¡Cómo cambia el rostro cuando cambia el alma! De límpido,
se vuelve astuto; de fresco, siniestro; de franco, se hace torvo
Caridad
N
No me inspiran confianza los misericordiosos que son felices
en su misericordia: carecen de pudor
(“Así habló Zaratustra”)

Es preciso suprimir los mendigos, pues nos molestan cuando


no les damos limosna y nos molestan también cuando se la
damos (“Aurora”)

B
Abandonar a nuestros débiles y mendigos es abandonar a
nuestros heridos en el campo de batalla; nunca lo haremos

¡Levantemos a nuestros débiles y mendigos! ¿Por qué?


¡Porque son nuestros!” es la primera regla que estructura la
Acción de la Voluntad
Castigo
190
N
Te castigan por tus virtudes, sólo perdonan sinceramente tus
errores (“Así habló Zaratustra”)

El castigo impide, con el ejemplo, que otros incurran en la


misma locura (“Humano, demasiado humano”)

Todo malhechor castigado debe considerarse como un


bienhechor de la humanidad (“Humano, demasiado
humano”)

B
La liberación del culpable atenta en contra de la sociedad; la
condena a un inocente la desmoraliza

El castigo al delincuente no tiene la intención de que pague


una culpa, más bien está orientado a defender a la sociedad

Mientras no haya otra manera, el castigo es la forma para que


las cláusulas de la convivencia humana se cumplan

Celebridad
N
Pero, ¿Por qué evitas a ese gran hombre? Porque no querría
juzgarlo injustamente; yo soy miope y desconfiado y él lleva
indistintamente diamantes verdaderos y falsos (“Aurora”)

191
El hombre célebre contrae una deuda de honor con la
sociedad, pues debe comportarse como la sociedad lo imagina

Celos
N
¿No es mejor caer en manos de asesinos que en los ensueños
de una mujer celosa? (“Así habló Zaratustra”)

B
Los celos son la expresión del sentido de propiedad que una
persona guarda con relación a otra

Censura
N
Quienes nos censuran quieren hacernos entender en qué m
medida se ocupan de nosotros; los entendemos mal tomando
su censura en serio y defendiéndonos de ellas
(“Humano, demasiado humano”)

Algunas personas excelentes administran sus censuras de


manera tal que con ellas pretenden distinguirnos
(“Humano, demasiado humano”)

Los hombres que quieren suprimir la alabanza y la censura


quieren privarnos de lo maravilloso y esperan que el hombre
espere sólo lo justo y lo recto (“Tratados filosóficos”)

192
No acepto en nadie, absolutamente en nadie ni en nada, la
pretensión de censurar lo que debo ver, escuchar o leer

La censura que se hace al derecho de comer todos los días es


la peor de todas

La censura que pone freno a la verborrea es la menos peor de


todas

Los censuradores obran por encargo y nadie los aprecia;


aunque hay quienes gozan en la tarea de cancerberos
Ciencia
N
El científico posee una candidez que raya en miopía: no tiene
la menor idea de los peligros de su oficio; cree en el fondo de
su corazón que su misión es amar la verdad, el bien y la
belleza (“Filosofía General”)

¡Amar la ciencia sin pensar en su utilidad! Pero quizá ella es


un medio para hacer del hombre un artista en un sentido
inusitado. Una serie de bellos experimentos es uno de los
goces más teatrales (“Tratados Filosóficos”)

B
La ciencia es la expresión más noble de la curiosidad del Ser
por conocer el mundo

193
Detesto, desde el fondo de mi ser, al “científico” que mira por
el hombro al filósofo y al artista

Pocos comportamientos son tan caricaturescos como cuando


el científico pretende hablar como “científico”

Cinismo
N
Es la única forma bajo la cual las almas bajas rozan la
sinceridad (“Más allá del bien y del mal”)

B
El cinismo es la actitud más fácil que los astutos adoptan para
defenderse en su enfrentamiento con los sabios

Citas
N
Los escritores jóvenes no saben que las buenas expresiones y
los buenos pensamientos no se expresan bien más allá que
entre sus semejantes (“Humano, demasiado humano”)

B
Los mediocres citan a los grandes hombres en un intento
lamentable de mostrar una sabiduría que no tienen

Al citar a un personaje de valía, como una pretendida muestra


de erudición, el hombre mediocre cree que se iguala a él

194
Civilización
N
Los grandes momentos de la cultura fueron siempre
momentos de corrupción; al contrario, las épocas de mayor
disciplina y domesticación del animal “hombre” son tiempos
de intolerancia para los caracteres más espirituales y audaces
(“La Voluntad de Dominio”)

La Civilización quiere algo distinto de lo que quiere la


Cultura; quizá lo contrario (“La Voluntad de Dominio”)

B
La Cultura es la fotografía de las costumbres, tradiciones y
escala de valores de un grupo social; la Civilización es la
versión cinematográfica de sus cambios en movimiento

Una persona culta es la que conoce y entiende lo que conoce;


una persona civilizada es la que se comporta como si fuera
culta
Clásicos
N
La lectura de los clásicos es un procedimiento monstruoso, se
hace para jóvenes que de ningún modo están preparados para
ella por maestros cuya palabra pone una capa de polvo sobre
cualquier buen autor (“Humano, demasiado humano”)

195
Lo opuesto al pesimismo de lo clásico es lo romántico, en el
que la debilidad, el cansancio y la decadencia de las razas se
formula en ideas y en valoraciones (“Ecce homo”)

B
Llamamos “clásico” a lo que nos da las pautas fundamentales
del arte, la música, la literatura y la filosofía

Los clásicos son un punto de partida, no de llegada; una


llanura que dejamos atrás sin olvidarla; no un horizonte

Codicia

N
Sin temor y sin codicia, ¿Qué sería del hombre?
(“Tratados Filosóficos”)

B
La Codicia es el pretender algo sin tener los méritos para
lograrlo, por eso es inmoral

Cólera
N
No se mata con la cólera sino con la risa
(“Así habló Zaratustra”)

B
La Cólera es un estado temporal de locura

196
Comentarios
N
El desilusionado habla: “yo esperaba ecos y no encontré sino
elogios” (“Más allá del bien y del mal”)

B
El comentario depende de los afectos y desafectos de quien
comenta, no de la calidad de la obra que debe comentar

Comerciante
N: Forma una nueva clase de hombres que tienen la misma
importancia que los esclavos en la antigüedad (“Tratados
…”)
B
El Comerciante percibe el mundo como un inmenso bazar del
cual quiere sacar lo que más pueda, dando lo menos posible
en cambio
Comparación
N
Cada cosa se puede medir por medio de otra, pero fuera de las
cosas no existe medida alguna; por eso, en sí, cada cosa es
infinitamente grande y también infinitamente pequeña al
mismo tiempo (“Tratados Filosóficos”)

197
Cuando comparamos dos cosas, una con otra, lo que nos
pertenece y lo que no, somos casi tan parciales como cuando
comparamos una idea nuestra y una ajena

Compasión
N
Compadecer equivale a despreciar (“Aurora”)

La compasión es un sentimiento que contiene goce y que


proporciona el gusto de la superioridad en pequeñas dosis
(“Aurora”)

Si las limosnas no se diesen más que por compasión, y


habrían muerto de hambre todos los mendigos
(“Humano, demasiado humano”)

B
La Compasión está llena de moralina; la Acción de Voluntad
lleva en sí la verdadera intención de ayuda

La Compasión sirve para ganar indulgencias el apoyo mutuo


es el que muestra la esencia de nuestro cariño por el prójimo

Una persona compasiva es una persona que siempre reserva


para sí la compasión mayor

Comprensión
N

198
Lo que hacemos nunca es comprendido: sólo alabado o
censurado (“El Eterno Retorno”)

B
En las relaciones humanas, comprendemos cuando nos
identificamos con quien nos cuenta sus desventuras.
Entendemos la Ley de la Gravedad, comprendemos el
problema de un amigo

Concepto
N
Los conceptos más útiles son los que han quedado, por falsos
que sean sus orígenes (“Filosofía General”)

Los que están al acecho de los juicios que se emiten sobre él


siempre se sentirán molestos, pues ya somos injustamente
juzgados por quienes están más cerca nuestro (“Humano…”)
Los juicios de los indiferentes hacen mucho daño, porque
tienen cierto tono de imparcialidad, casi de impersonalidad
(“Humano, demasiado humano”)

B
El concepto es la materia prima del pensamiento

Conciencia
N
Cuando se quiere educar a la conciencia, ella nos abraza
mordiéndonos (“Más allá del bien y del mal”)

199
Mientras se trata de la propia conservación, la conciencia del
Yo es innecesaria (“Tratados Filosóficos”)

En el hombre hay tantas conciencias como seres contiene su


cuerpo (“Tratados Filosóficos”)

B
La Conciencia sufre cuando nosotros gozamos

Más que el reflejo de la realidad, la Conciencia es el reflejo de


nuestras debilidades

Cuando escucho que alguien dice: “voy a obrar de acuerdo


con los dictados de mi conciencia” sabemos que va a obrar de
acuerdo con sus intereses

Auto Confesión
N
El sentimiento más penoso que hay es el descubrimiento de
que siempre lo toman a uno por Algo superior a lo que es
(“Humano, demasiado humano”)

B
Auto-confesarse es ponerse a disposición del más severo de
los jueces
Confianza
N

200
Sin la gran seguridad en “la creencia” sin la predisposición a
la creencia ni los hombres ni los animales serían capaces de
vivir (“Tratados Filosóficos”)

Nuestra confianza en los demás delata por qué quisiéramos


creer en nosotros mismos. Nuestra necesidad de un amigo es
lo que nos delata (“Así habló Zaratustra”)

B
Confiamos en quienes creemos que debemos confiar; no
necesariamente en quienes debemos confiar

Aparte de mi esposa y de mis hijos, prefiero confiar en algo


que en alguien

Los malos nos superan: no confían en nadie, nosotros sí

Conocimiento
N
Nosotros, los que buscamos el conocimiento, no nos
conocemos a nosotros mismos, y hay una buena razón para
ello: nunca nos hemos buscado, ¿Cómo pues habríamos de
encontrarnos? (“Más allá del Bien y del Mal”)

Cada uno es el más extraño a sí mismo


(“Más allá del Bien y del Mal”)

201
El conocimiento mata la acción; es preciso para ésta el
espejismo de la acción (“El origen de la Tragedia”)

B
Los hombres de bien temen conocerse a sí mismos; se
espantan ante lo que el velo descorrido habrá de revelar

Los hombres de mal nunca se han preocupado por conocerse

Buscamos el Conocimiento para aplicarlo a algo práctico;


pero también lo buscamos para satisfacer nuestra sed de saber,
nada más. El primero es necesario, para la supervivencia del
hombre, el segundo lo es para saber si vale la pena sobrevivir

Consejos
N
Todos los demás saben mejor que yo lo que debo hacer y lo
que no debo hacer; ¡Pobre de mí! No sé darme consejos a mí
mismo (“Humano, demasiado humano”)

B
Los consejos se devalúan cada vez más, pues todos estamos
dispuestos a darlos más que a cumplirlos

Consuelo
N
De todas las formas de consuelo la más eficaz es la afirmación
de que para ese caso no hay consuelo; el que recibe la noticia

202
encuentra en ello una gran distinción y yergue la cabeza
(“Aurora”)

“El tiempo todo lo cura”; el tiempo no cura nada


(“Tratados Filosóficos”)

Mirando a un desesperado, cada cual recobra su aliento


(“Así habló Zaratustra”)

B
Somos increíblemente fuertes con el dolor ajeno

El consuelo no frena un dolor de muelas, pero imbuye


esperanza

Esperamos consuelo de los seres que amamos y que nos


aman; es el único caso en el que se toma el dolor de otro
como propio
Contemplación
N
El silencio con el que contemplamos lo bello es un profundo
esperar, un querer oír las más finas y lejanas tonalidades
(“Ecce homo”)

La belleza tiene algo que decirnos, por eso guardamos silencio


y no pensamos en lo que en otra ocasión pensaríamos (“Ecce
homo”)

203
B
He aquí una gran contradicción: si admiramos un cuadro de
una mujer desnuda y sentimos una erección, nuestro acto de
contemplar no será desinteresado ¿A quién culpar?

Contemplo la belleza con mayor fruición cuando un ser


querido está a mi lado, contemplándola también

Contradicción
N
¡Es tan exquisito y acusa tal distinción tener antípodas!
(“Más allá del Bien y del Mal”)

B
La mayor parte de la gente lleva la contra como un arma
defensiva para pretender esconder su ignorancia

Convencimiento
N
Hay personas a quienes se les convence con gestos sublimes,
pero que ante las razones se muestran desconfiadas
(“Filosofía General”)

B
Al amigo se lo convence con los sentimientos; al enemigo,
acudiendo a sus intereses

204
Conversación
N
No se debe hablar sino cuando ya no hay derecho a callar y no
se debe hablar más que de aquello que se ha dominado
(“Humano, demasiado humano”)

Los hombres no saben mantener una conversación, ponen


demasiada atención a lo que quieren decir y a lo que van a
contestar (“Humano, demasiado humano”)

Cuando dos amigos se vuelven a encontrar después de una


larga separación sucede muchas veces que afectan tener
interés por cosas que ya le son indiferentes
(“Humano, demasiado humano”)

No todas las palabras convienen a todas las bocas


(“Así habló Zaratustra”)

B
En las lides de la conversación convencional o de
cotidianidad, debo confesar que soy completamente inútil

Si todos hablaran sólo cuando tienen algo importante que


decir, en el mundo reinaría un silencio de tumba

La palabra se ha depreciado, casi nadie se preocupa por


mejorar su modo expresivo

205
Cuando tenemos que escuchar a un enfermo de incontinencia
verbal nos sucede lo mismo que les sucedía a los espartanos
en circunstancias similares: no nos acordamos del comienzo,
lo del medio fue muy complicado y el final, ininteligible

Coraje
N
No sólo se ataca por hacer daño a uno, por vencerle; a veces
por el mero deseo de adquirir conciencia de la propia fuerza
(“Humano, demasiado humano”)

B
La desesperación cambia el miedo en coraje; que lo sepan
bien todos los dictadores

Correspondencia
N: La carta es una visita que no se hace anunciar; el cartero es
el intermediario de estas sorpresas descorteses (“Humano…”)
Cada ocho días deberíamos dedicar una hora para recibir la
correspondencia y tomar un baño después
(“Humano, demasiado humano”)

B
Cuando recibimos una carta, sabemos que alguien pensó en
nosotros

En una carta las palabras hablan y la voz no se escucha

206
Costumbre
N
Toda costumbre hace nuestra mano más ingeniosa y nuestro
genio más torpe (“El Eterno Retorno”)

Siempre que el hombre pueda ejercer una coacción sobre sus


semejantes lo hace para propagar sus costumbres
(“Humano, demasiado humano”)

B
El “hoy” es el puente por el que cruzamos desde las
costumbres de ayer hacia la innovación del mañana

Acostumbrarse a las costumbres puede convertirse en una


enfermedad
Creación
N
El querer libera, pues querer es crear (“Así habló
Zaratustra”)
Crear: éste es el alivio al dolor y lo que hace fácil la vida
(“Así habló Zaratustra”)

Para que exista un creador hace falta muchas crisis de dolor y


muchas transformaciones (“Así habló Zaratustra”)

B
No se crea porque se quiere crear; el hombre crea porque tiene
el talento para hacerlo

207
Desde el llano hasta la cumbre; desde el valle hasta el abismo,
la creación recorre toda la geografía del talento

Crimen
N
El criminal no está, la mayor parte de las veces, a la altura de
su acto: lo empequeñece y lo calumnia
(“Más allá del Bien y del Mal”)

Los abogados de un criminal, rara vez son lo suficientemente


artistas para utilizar, en provecho del culpable, la belleza
terrible de su acto (“Más allá del Bien y del Mal”)

B
No todos los crímenes contra la Ley son crímenes contra la
Justicia

La muerte
colectiva por
hambre es el
crimen más
infame

208
ÍNDICE

PRÓLOGO… 3

EL HOMBRE SUPERIOR… 5

209
LA INTERPRETACIÓN METAFÓRICA DE LA
HISTORIA… 10
Los Incoloros… 11
El Lenguaje… 12
El Símbolo… 13
La Vivencia… 14
La Metáfora… 15

LA VOLUNTAD DE PODER… 17
Voluntad de poder y dominación… 18
Voluntad y Poder… 20

La Síntesis… 21
El Devenir… 22
Fuerza… 23
Querer… 24
El Señor y la Voluntad de poder… 25
La Alienación en Hegel… 25
La Alienación en Nietzsche… 28
El Planteamiento de un Supuesto… 29
Las aves rapaces… 30
Alienación: Resumen… 33
El Capitalista… 34
El Político… 35
Hegel y Nietzsche… 37

EL NIHILISMO… 39

210
Las Relaciones de Dominio como Moral… 39
La Transvaloración de los valores vigentes… 40
La metáfora hipotética: “Dios ha muerto”… 41

LA LEY DEL SAQUEO… 47


Los más fuertes saquean a los más débiles… 47
El Teorema del Miedo, El Corolario del Miedo… 48
El precepto del Miedo… 48
Algunos ejemplos en la Historia: Esparta y Atenas… 49
La Democracia Ateniense… 50
La legalización de la esclavitud como “Ley Natural”… 51
Roma… 52
La Astucia de Marte… 52
La Fundación… 53
La Primera Guerra Púnica… 54
Aníbal, los elefantes y la Segunda Guerra Púnica… 55

EL ETERNO RETORNO DE LO MISMO… 57


El camino está en la meta… 57
El Eterno Retorno y Borges… 59
La Carabela… 63

EL SUPERHOMBRE 64
La Animalidad… 65
El Objetivismo… 66
La Meta… 67
La lucha entre Superhombres… 70

211
LA JUSTICIA… 72
El qué y el cómo De la Justicia… 74
El fin de La Filosofía… 75
Conclusión… 76

AFORISMOS COMPLEMENTARIOS… 77

212

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