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1 DE NOVIEMBRE DIA DE TODOS LOS SANTOS

Apocalipsis. 7,2-4.9-14
Salmo 23
Mateo 5,1-121
Juan 3,1-3

1. MONICIÓN
Comentador:
Santa Teresita del Nino Jesús fue una religiosa carmelita que desde muy niña deseaba
ser santa. Desde muy niña también era tremenda; su mamá se expresa de ella: "Esta
niña, que llegara a ser cuando sea grande, un diablo o un ángel". Y ella entro muy joven
al convento y su vida no parecía muy particular, pero se caracterizó por la confianza que
deposito en Jesús y por sus escritos tan llenos de sabiduría celestial llego a ser
canonizada y ser doctora de la Iglesia.
CANTO INICIAL
3. SALUDO
Presidente: En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
El amor de Dios que proviene toda santidad inunde nuestra vida.
Todos.
Amen
4. ACTO PENITENCIAL
Presidente: Reconozcamos frente a Jesús nuestra fragilidad y pidamos perdón por todas
nuestras faltas que nos impiden llegara la santidad.
Presidente: Por el Padre que nos invita a la santidad. Señor, ten piedad de nosotros.
Todos: Señor, ten piedad de nosotros.
Presidente: Tú que has sido santificado por el Padre. Cristo, ten piedad.
Todos: Cristo, ten piedad
Presidente: Por el Espíritu Santo que sigue santificándonos Señor ten piedad.
Todos: Señor ten piedad...
Presidente: Que el Señor Todopoderoso perdone nuestros pecados y nos conceda cada
día avanzaren la Santidad.
Todos:
Amén
Se canta el Gloria
Presidente:
Oremos: (Silencio) Dios y Padre celestial tú que por el agua del bautismo nos has
lavado, santificado y justificado no permitas que el pecado nos prive de la Gloria que
nos tiene reservada, sino que por el mismo a quien santificaste y por la fuerza del
Espíritu perseverante en lo que ya hemos comenzado a ser, Te lo pedimos a ti que vives
y reinas por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.
6. PROCLAMACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS
Comentador: En todos los tiempos y lugares ha habido y habrá Santos (a Iglesia; es lo
que nos quiere transmitir la lectura del Apocalipsis que vamos a escuchar.
Comentador: Todo el que cree en el Resucitado, con figura su vida a sus exigencias,
sabe luchar por su conversión, que lo lleva a ser discípulo, testigo de la vida.
Lector: Lectura de la primera carta del Apóstol San Juan
Lector: Lectura del Apocalipsis
Todos: Salmo 23
R/ Estos son los que buscan al Señor
Comentador: Los Santos son bienaventurados porque participan de la alegría del Reino
de los cielos, pero para lograrlo tienen que llevar a cabo el programa que nos presenta
Jesús en el Evangelio que vamos a escuchar con mucha atención (de pie)
Se canta: Aleluya
Lector: Lectura del Santo evangelio según San Mateo
Presidente: Lee el Evangelio.
7. MENSAJE
Es muy bella la visión del Cielo que hemos escuchado en la primera lectura: el Señor
Dios, la belleza, la bondad, la verdad, la ternura, el amor pleno. Nos espera todo esto.
Quienes nos precedieron y están muertos en el Señor están allí. Ellos proclaman que
fueron salvados no por sus obras —también hicieron obras buenas— sino que fueron
salvados por el Señor: «La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y
del Cordero» (Ap 7, 10). Es Él quien nos salva, es Él quien al final de nuestra vida nos
lleva de la mano como un papá, precisamente a ese Cielo donde están nuestros
antepasados. Uno de los ancianos hace una pregunta: «Estos que están vestidos con
vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?» (v. 13). ¿Quiénes son estos
justos, estos santos que están en el Cielo? La respuesta: «Estos son los que vienen de la
gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero» (v.
14).

En el Cielo podemos entrar sólo gracias a la sangre del Cordero, gracias a la sangre de
Cristo. Es precisamente la sangre de Cristo la que nos justificó, nos abrió las puertas del
Cielo. Y si hoy recordamos a estos hermanos y hermanas nuestros que nos precedieron
en la vida y están en el Cielo, es porque ellos fueron lavados por la sangre de Cristo.
Esta es nuestra esperanza: la esperanza de la sangre de Cristo. Una esperanza que no
defrauda. Si caminamos en la vida con el Señor, Él no decepciona jamás.

Hemos escuchado en la segunda Lectura lo que el apóstol Juan decía a sus discípulos:
«Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce... Somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que
seremos. Sabemos que, cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo
veremos tal cual es» (1 Jn 3, 1-2). Ver a Dios, ser semejantes a Dios: ésta es nuestra
esperanza. Y hoy, precisamente en el día de los santos y antes del día de los muertos, es
necesario pensar un poco en la esperanza: esta esperanza que nos acompaña en la vida.
Los primeros cristianos pintaban la esperanza con un ancla, como si la vida fuese el
ancla lanzada a la orilla del Cielo y todos nosotros en camino hacia esa orilla, agarrados
a la cuerda del ancla. Es una hermosa imagen de la esperanza: tener el corazón anclado
allí donde están nuestros antepasados, donde están los santos, donde está Jesús, donde
está Dios. Esta es la esperanza que no decepciona; hoy y mañana son días de esperanza.

Presidente: Dirijamos nuestra oración a nuestro Padre celestial confiando en que Él está
en medio de nosotros y nos concede todo lo que le pidamos con fe. Responderemos
diciendo: Santifica, Señor, a tus Hermanos.
Lector: Para que tengamos Espíritu de pobres, desprendidos de los bienes materiales,
confiemos siempre en Dios y vivamos agradecidos con el Padre que no desampara a
nadie. Roguemos al Señor.
Lector: Pidamos por los que lloran porque se les ha cometido una injusticia, por los que
lloran porque su familia está sumida en el vicio y en el pecado, por los que lloran por el
endurecimiento de los corazones a las cosas de Dios. Roguemos al Señor.
Lector: Para que seamos mansos de corazón, que sepamos vencer el mal a fuerza de
bien, que busquemos lo que une y no lo que divide, que procuremos lo positivo y no lo
negativo. Roguemos al Señor-
Lector: Que luchemos por construir los cielos nuevos y la tierra nueva donde reine la
justicia y que nuestra hambre y nuestra sed colmados.
Roguemos al Señor...
Lector: Para que sepamos practicar la misericordia y la compasión con el hermano que
encontramos herido en el camino. Roguemos al Señor.
Lector: Para que seamos rectos en nuestras intenciones y en nuestras acciones y que
nuestra conducta no merezca reproches, que alejemos de nuestro corazón toda mancha
de pecado y que seamos simples, sencillos y no maliciosos. Roguemos al Señor.
Lector: Para que trabajemos por la paz allí donde haya violencia, discordia, rencores,
enemistades deseos de venganza. Roguemos al Señor...
Presidente: Que el Dios de toda santidad nos conceda lo que hemos pedido y nos dé la
fuerza de luchar por ser santos como Él lo es. Por Cristo Nuestro Señor.
(Se continúa la celebración con el común del tiempo ordinario No. 3 en las
páginas de color verde, página.
2 DE NOVIEMBRE DIA DE LOS DIFUNTOS
Sabiduría 3,1-9
Salmo 24
Mateo 25,31-46

1. MONICION
Comentador: La muerte es la realidad más cierta y más segura que todos los seres
humanos esperamos. No sabemos cuándo ni cómo, pero vendrá.
Muy pocos la desean o por lo menos deseamos que se retrae.
Cuando presenciamos la muerte de un ser querido, nos sentimos profundamente
sacudidos en nuestro interior y nos preguntamos:
¿Porque la muerte? . ¿Qué será de mí? ¿Existe para nosotros una esperanza?
Con mucha frecuencia la televisión y las revistas nos traen artículos sensacionales sobre
el mas allá que, además de confundir, no nos dan esperanza sino tristeza. Pero la fe
cristiana tiene para nosotros una respuesta muy clara y llena de optimismo.
2. CANTO INICIAL
3. SALUDO
Presidente: En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
El amor y la misericordia del Dios de la vida nos acompañen hasta el final de nuestra
vida.
Todos: Amen.
4. ACTO PENITENCIAL
Presidente: En nuestra vida, sentimos siempre el deseo de ser mejores, pero nos darnos
cuenta de que no alcanzamos lo que queremos, pidamos perdón al Señor de la vida y la
fuerza de vivir según su voluntad.
Presidente: Te pedimos perdón, Señor, por nuestra falta de fe en la resurrección de los
muertos. Perdón, Señor, perdón.
Todos: Perdón, Señor, perdón
Presidente: Te pedimos perdón, Señor, por no esforzarnos para estar preparados para el
día en que el amor y la misericordia del Dios de la vida nos tu nos llames. Perdón,
Señor, perdón.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Presidente: Te pedimos perdón Señor por lo poco o nada que hacemos para ganar la
vida eterna. Perdón, Señor, perdón.
Todos: Perdón, Señor, perdón.
Presidente: Que el Dios de la vida y de la historia perdone nuestras faltas y
nos conceda la vida eterna.
Todos: Amen.
5. ORACIÓN
Presidente: Padre Celestial, Señor del cielo y la tierra, dueño de nuestras vidas, te
pedimos que acojas a todos los difuntos en tu presencia y les permitas gozar de tu
compañía divina y nosotros concédenos prepararnos para ese encuentro definitivo. Te lo
pedimos por Cristo nuestro Señor
Amen.
Todos: Amen.
6. PROCLAMACION DE LA PALABRA DE DIOS
Comentador: La seguridad de que los justos están en las manos de Dios el día de su
muerte nos lo confirma el libro de Sabiduría.
Lector: Lectura del Libro de la Sabiduría.
Todos: Salmo 24
R/A ti Señor levanto mi alma
Comentador:
El mandamiento del amor que consiste no solo en amar a Dios, sino en amar también al
hermano, es la condición para heredar la vida eterna. Escuchemos con atención la
lectura del Santo Evangelio (de pie).
Se canta Aleluya
Lector: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo.
Presidente: Lee el Evangelio.
7. MENSAJE
Las fuentes no admiten dudas. Jesús vive volcado hacia aquellos que ve necesitados de
ayuda. Es incapaz de pasar de largo. Ningún sufrimiento le es ajeno. Se identifica con
los más pequeños y desvalidos y hace por ellos todo lo que puede. Para él la compasión
es lo primero. El único modo de parecernos a Dios: «Sed compasivos como vuestro
Padre es compasivo».
¿Cómo nos va a extrañar que, al hablar del Juicio final, Jesús presente la compasión
como el criterio último y decisivo que juzgará nuestras vidas y nuestra identificación
con él? ¿Cómo nos va a extrañar que se presente identificado con todos los pobres y
desgraciados de la historia?

Según el relato de Mateo, comparecen ante el Hijo del Hombre, es decir, ante Jesús, el
compasivo, «todas las naciones» No se hacen diferencias entre «pueblo elegido» y
«pueblo pagano». Nada se dice de las diferentes religiones y cultos. Se habla de algo
muy humano y que todos entienden: ¿Qué hemos hecho con todos los que han vivido
sufriendo?

El evangelista no se detiene propiamente a describir los detalles de un juicio. Lo que


destaca es un doble diálogo que arroja una luz inmensa sobre nuestro presente, y nos
abre los ojos para ver que, en definitiva, hay dos maneras de reaccionar ante los que
sufren: nos compadecemos y les ayudamos, o nos desentendemos y los abandonamos.

El que habla es un Juez que está identificado con todos los pobres y necesitados: «Cada
vez que ayudasteis a uno de estos mis pequeños hermanos, lo hicisteis conmigo».
Quienes se han acercado a ayudar a un necesitado, se han acercado a él. Por eso han de
estar junto a él en el reino: «Venid, benditos de mi Padre».

Luego se dirige a quienes han vivido sin compasión: «Cada vez que no ayudasteis a uno
de estos pequeños, lo dejasteis de hacer conmigo». Quienes se han apartado de los que
sufren, se han apartado de Jesús. Es lógico que ahora les diga: «Apartaos de mí». Seguid
vuestro camino…

Nuestra vida se está jugando ahora mismo. No hay que esperar ningún juicio. Ahora nos
estamos acercando o alejando de los que sufren. Ahora nos estamos acercando o
alejando de Cristo. Ahora estamos decidiendo nuestra vida.

8. PROFESIÓN DE FE
Comentador: Proclamemos ahora nuestra fe en el Dios de la vida.
Presidente; ¿Creen que Cristo ha resucitado y que nosotros resucitaremos con Él?
Todos: Si, creemos.
Presidente: Creen que nuestros hermanos que han muerto en Cristo, tienen la vida
eterna?
Todos: Si, creemos: han muerto en Cristo,
Presidente: ¿Creen que las luchas y los sufrimientos son necesarios para ganar el reino
de los cielos?
Todos: Si, creemos.
Presidente: ¿Creen que el amor a Dios y a los hermanos son indispensables para ganar
la vida eterna?
Todos: Si, creemos.
Presidente: Hermanos esa es nuestra fe, la que debemos defender y fomentara nuestro
alrededor.
9. ORACIÓN UNIVERSAL
Presidente: Hermanos, elevemos al Señor nuestras suplicas especialmente por nuestros
hermanos que han muerto en fa esperanza de la resurrección.
Continuaremos diciendo: Atiende las súplicas de tu pueblo.
Lector: Por la Iglesia, para que como madre de todos los creyentes fomente la doctrina
sobre la vida eterna y la confianza en las promesas de Jesús.
Roguemos al Señor.
Lector: Por nuestros hermanos difuntos que nos ha precedido, para que por su fe estén
gozando de la divina presencia del Señor. Roguemos al Señor.
Lector: Por los que mueren victimas del odio y la violencia, para que El, Señor les
conceda la recompensa prometida. Roguemos al Señor.
Lector: Fortalece, Señor, a las familias que han perdido un ser querido en estos días y
dales el consuelo que necesitan. Roguemos al Señor
Todos: Si, creemos:
Presidente: ¿Creen que las luchas y los sufrimientos son necesarios para ganar el reino
de los cielos?
Todos: Si, creemos.
Presidente: Creen que el amor a Dios y a los hermanos son indispensables
para ganar la vida eterna?
Todos: Si, creemos.
Presidente: Hermanos esa es nuestra fe, la que debemos defender y fomentara nuestro
alrededor.
9. ORACIÓN UNIVERSAL
Presidente: Hermanos, elevemos al Señor nuestras suplicas especialmente por nuestros
hermanos que han muerto en fa esperanza de la resurrección.
Continuaremos diciendo: Atiende las suplicas de tu pueblo.
Lector: Por la Iglesia, para que como madre de todos los creyentes fomente la doctrina
sobre la vida eterna y la confianza en las promesas de Jesús.
Roguemos al Señor.
Lector: Por nuestros hermanos difuntos que nos ha precedido, para que por su fe estén
gozando de la divina presencia del Señor. Roguemos al Señor.
Lector: Por esta comunidad aquí reunida, para que nos preparemos a ese encuentro con
el Señor y en esta vida estemos atentos al que más nos necesita. Roguemos al Señor...

10 ACCIÓN DE GRACIAS
Comentador: Demos gracias a Dios por su bondad para con nosotros, porque se queda
hasta el final muy cercano a nuestra vida.
Continuaremos diciendo: Gracias, Señor.
Presidente: Por la resurrección de los muertos. Gracias, Señor.
Por los que gozan la bienaventuranza celestial. Gracias, Señor.
Por la fortaleza que nos concedes cuando un ser querido se separa de
nosotros. Gracias, Señor.
Porque has venido para salvarnos y no para condenarnos. Gracias, Señor.
Porque eres nuestro Buen Pastor hasta el final: Gracias, Señor.
Por tu Eucaristía que nos alimenta hasta el final. Gracias, Señor.
11. PADRENUESTRO
Comentador:
Hijos de un mismo Padre y confiando hasta la audacia de que Él nos libra de la muerte,
le decimos... Padre Nuestro...
12. ABRAZO DE PAZ
Comentador: A nuestro lado esta nuestro hermano que necesita de mi ayuda. En el
mundo hay mucha necesidad de agentes de paz. Pidamos al Señor que nos conceda la
paz. ¡Se la conceda a los que están enfermos y que están a un paso de! a muerte.
Presidente: La paz del Señor sea con nosotros.
Démonos fraternalmente la paz unos a otros.

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