VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIONES
ii Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
ESTUDIOS DE GÉNERO:
Nuestros pasos en el Caribe Colombiano
Rafaela Vos Obeso, Compiladora
VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIONES
iv Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
RECTORA
ANA SOFÍA MESA DE CUERVO
VICERRECTOR ACADÉMICO
IVÁN JAVIER VALENCIA MARTÍNEZ
VICERRECTORA ADMINISTRATIVA
SANDRA CAMACHO FERNÁNDEZ
VICERRECTORA DE INVESTIGACIONES
RAFAELA VOS OBESO
VICERRECTOR DE DOCENCIA
FERNANDO CABARCAS CHARRIS
ISBN 978-958-8123-42-4
Diciembre, 2007
Impresores
Artes Gráficas Industriales Ltda.
Calle 58 70-30
editorial_mejoras@yahoo.com
Barranquilla
ContenIDO
Prólogo
Nuestros pasos por el Caribe colombiano.......................................... vii
NUESTROS PASOS
POR EL CARIBE COLOMBIANO
Introducción
Género y profesión
1
La misma se realizó como requisito para optar el título en la Especialización: Género, Planeación
y Desarrollo, Universidad del Atlántico.
Ligia Cantillo Barrios, Delma Rocha Álvarez 3
relación con esta valoración, se crean estereotipos sobre los y las docentes. Las
primeras asignaturas son accesibles y amables con el estudiantado; en ellas se
pueden negociar las actividades académicas, están delimitadas en la visión del
mundo de lo débil, y en su mayor porcentaje están adscritas a las mujeres. Las
segundas, son poco abordables, se convierten en el terror de la Facultad y son
impenetrables, casi no ríen. Esto se evidencia en las actitudes de los profesores
con sus gestos y la distancia que ponen para que los estudiantes les teman.
Estas asignaturas generalmente las dictan hombres.
El perfil docente
Al relacionar el nivel educativo de las y los docentes se evidenció que el 90% son
profesionales en Arquitectura, 6.4% Ingenieros Civiles, y 3.2% licenciados en
Ciencias Sociales. De ellos, 58% tiene estudios de postgrado, el 66.6% mujeres y
el 54% hombres. Los estudios de postgrado para ambos sexos están en relación
con lo que ofrecen las universidades locales, tales como la planeación urbana y
pedagogía, entre otros.
Imaginarios simbólicos
Los imaginarios son construcciones sociales que forman la realidad social que
se pone en escena en la ritualidad de la vida cotidiana. Con estas autoimágenes
se establecen relaciones que marcan desde la infancia la imagen que cons-
truyen el ser hombre y mujer. Para identificar los imaginarios simbólicos de los
estereotipos masculinos y femeninos de los y las estudiantes, se realizó un taller
donde estudiantes de ambos sexos respondieron a dos preguntas: Identifique
¿cuál es su lado femenino y cuál su lado masculino?, y ¿cómo se sintió
respondiendo la anterior pregunta? En la primera, los hombres identificaron como
su lado masculino: La fuerza, el carácter, lo rudo, lo dominante, activo, dinámico,
seguridad, posesivo, deportista, trabajador, firmeza en la toma de decisiones,
descomplicado, orgulloso, perfeccionista y desesperado. Mientras que su lado
femenino lo relacionaron con la sensibilidad, vanidad, delicadeza, tranquilidad,
amor, cariño, orden, comprensión, cuidar la imagen personal, cuidar las cosas,
fidelidad, tolerancia, desconfianza, cocinar y ser servicial.
En la segunda pregunta: para ellos y ellas fue difícil encontrar su lado opuesto.
Era una reflexión que nunca habían hecho; por tanto, a los hombres les dio miedo
y temor reconocer la existencia de una parte femenina; les era embarazoso
expresar algo que se tiene escondido. “En la Facultad no se trata el lado femenino
por el temor a que se le estigmatice como homosexual”. Algunos hombres iden-
tificaron lo femenino como lo humano: “Mirar lo humano, la sensibilidad que no
es vista por los hombres sino por las mujeres; nunca se hace esa pregunta, es
difícil responder ese interrogante. Mirarse dentro de sí y entender que se tiene
un lado masculino y femenino, reflexionar sobre sí mismo, y darse cuenta que se
tiene algo de femenino”.
Para indagar a los estudiantes sobre los motivos para seleccionar la profesión
se les formuló la siguiente pregunta abierta: ¿Por qué eligió la Arquitectura
como profesión? Las respuestas de los hombres fueron: al 28.8% les gusta la
profesión, tiene aptitudes, desde niños les gustaba estar en lugares donde se
realizaban construcciones; al 28.8% por el diseño gráfico, dibujo lineal, crear
sitios agradables, diseñar y construir la casa de sus sueños y por el urbanismo; al
21.4% como una alternativa de la universidad pública para hacerse profesionales,
pues las carreras de sus preferencias, entre ellas, la Medicina, la Ingeniería Civil,
Periodismo e Ingeniería Electrónica, estaban en las universidades privadas y
fuera de su presupuesto económico. Y al 7% por las influencias de un pariente
que como profesional de la Arquitectura tiene buen nivel de vida.
Por su parte, las mujeres, el 66.6%, eligió esta carrera porque les gusta, tienen
habilidades para dibujar, diseñar, decorar, las artes, remodelar, construcción,
crear espacios agradables o cosas nuevas para que satisfagan la necesidad de
Ligia Cantillo Barrios, Delma Rocha Álvarez 7
Igualmente, con el mismo propósito se les preguntó a las y los docentes: ¿Por
qué eligieron la Arquitectura como su profesión? Las respuestas de las mujeres
8 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Las respuestas dadas por las mujeres plantean que las relaciones suelen ser
aisladas, distantes, hacen grupitos, son descomplicadas, heterogéneas y más
académicas. Las mujeres en su interrelacionar tienden a mezclar el mundo
de su subjetividad con el de la objetividad, el de los sentimientos, que no les
permite establecer límites y suelen entrar en conflicto que se manifiesta en estas
apreciaciones: “Algunas mujeres no crean buenas relaciones, sino rivalidad,
chismes y envidia.” “Son demasiado bochincheras, se enemistan por los
hombres.” “Tienden a formar grupos, suelen entrar en conflicto en lo personal y
lo colectivo, y hablan mal de las otras compañeras.”
La interrelación entre los dos sexos es híbrida, tímida e insegura por parte de las
mujeres. Desde el género es de competencia en lo académico, pero tienden a
establecer puntos de vista en común de acuerdo con los intereses de cada uno
o una.
Algunos hombres tratan mal a las mujeres de diferentes maneras. Una de las
10 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
formas del maltrato de los hombres son las rechiflas en la cafetería, actos que
evidencian el machismo, ya no solo en la facultad, sino en la Universidad.
Generalmente las rechiflas son contra las mujeres por cualquier acto o por la
forma como ellas estén vestidas. Una docente de la facultad manifiesta que:
“En algunos casos, son mejores las relaciones del mismo sexo, aunque existen
en la mayoría de los casos grupos mixtos que trabajan juntos en semestres
consecutivos manteniendo alianzas, en cuyos grupos no es bienvenido ningún
nuevo miembro”.
Las relaciones actuales entre profesoras y profesores guardan similitud con las
del ayer. Hoy las buenas relaciones se manifiestan a través de la solidaridad, la
fraternidad y la responsabilidad. Mientras que las malas son de indelicadeza,
Ligia Cantillo Barrios, Delma Rocha Álvarez 11
Se les preguntó a los estudiantes sobre la percepción que tienen de las mujeres
en la academia. Las respuestas de los hombres se agrupan en cuatro opiniones:
La primera, las consideran capaces de lograr sus metas, responsables, buenas
en lo que hacen y bien estructuradas. La segunda, piensan que ellas no son aptas
para la carrera. La tercera, las ven en igualdad de condiciones con los hombres.
Y la cuarta, desde la visión machista, las miran en su condición de mujer sexual,
las bellas para amar, o reclaman la existencia de más mujeres atractivas en la
Facultad. Así se manifiestan: “Falta más viejas buenas y la verdad creo que
algunas no sirven para esto, aunque algunas me sorprenden, por su capacidad
intelectual tan alta me dan miedo”.
Por su parte, las opiniones de las mujeres sobre los hombres en la Facultad
se agrupan así: algunos son amistosos y buenos compañeros, solidarios; otros
son machistas, chismosos e insolidarios. Las respuestas evidencian que las
relaciones humanas no son lineales, ni cíclicas, son solo relaciones de encuentro o
desencuentro, las que suelen estar determinadas por una sociedad específica.
Se les preguntó a los y las docentes sobre quiénes participaban más en las
actividades académicas, si los hombres o las mujeres. El 58% respondió que
los hombres son más participativos; y el 41.4% respondió que son las mujeres.
Los docentes consideran a los hombres con mayor preparación, menos tímidos,
más extrovertidos, más arriesgados, y son mayoría en los salones de clase.
Mientras que consideran a las mujeres con más compromiso con su futuro, más
12 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
También se les preguntó a las y los estudiantes sobre quiénes son mejores
docentes, si los hombres o las mujeres. El 62.9 % respondió que los profesores,
y el 37% las profesoras. La otra pregunta fue: ¿quiénes son más exigentes en
la academia? Las respuestas fueron: el 48.3% las profesoras, y el 51.6% los
profesores. la tercera pregunta fue: ¿quiénes les exigen más? Los hombres
64.5% y a las mujeres 35.5%.
La educación y el género
Según las mujeres las relaciones entre docentes y estudiantes han cambiado,
ayer eran de respeto y miedo, hoy son de tolerancia, intercambio y acercamiento,
pues antes se pensaba que el acercamiento generaba la pérdida de la autoridad
del docente frente al estudiante. Hoy existe una mayor preocupación e interés
del profesorado sobre lo que le sucede a la juventud estudiantil. Así lo manifiesta
una docente: “Hoy algunos profesores aprecian la parte humana y sensible de
los estudiantes. En mi época ser sensible como profesor era perder el manejo”.
Para las mujeres, en el pasado los docentes eran irónicos y a veces asumían
actitudes machistas y de acoso sexual con las estudiantes, creían tener siempre
la verdad en la academia y en otras actividades. Hoy reconocen la labor femenina
como docente y estudiante, las relaciones son de tolerancia y de respeto mutuo,
y reconocen que las mujeres hablan de temas de interés e importancia para la
vida académica.
Por su parte, los hombres dicen que pese a que existía mayoría de hombres, las
relaciones entre los géneros no eran de superioridad, más bien trataban a las
Ligia Cantillo Barrios, Delma Rocha Álvarez 15
mujeres con “la delicadeza y el respeto que ellas se merecían”, mientras que
ellas “mantenían una actitud de prevención con el hombre”. Reconocen que en
algún momento creyeron que la Arquitectura no era carrera para mujeres, y en
particular por el componente de la construcción. La práctica ha revalidado esta
concepción, ellas se profesionalizan y se destacan en esa área.
Según los hombres, los cambios más notorios son la apertura del sistema
educativo a todas las clases sociales y, en particular, a la mujer, lo que ha
enfatizado la valoración humana en las relaciones en todos los espacios de la
vida cotidiana, que las relaciones docentes-estudiantes sean de mayor acer-
camiento, comunicación, familiaridad, colaboración, confianza, libertad e igual-
dad, generándose procesos educativos más personalizados y de creación de
redes de afecto. Aunque plantean que antes existía más cordialidad, menos
distanciamiento y rigidez en las relaciones, porque la Facultad era más pequeña,
posibilitándose las relaciones más cercanas entre las personas: “Las relaciones
que hoy se aplican son mucho más rígidas y menos agradables que las de
ayer”.
Conclusión
Bibliografía
LA OPRESIÓN DE LA MUJER
EN LA NOVELA Y CUENTÍSTICA
DE MARVEL MORENO
Silvia B. de MARENCO*
Abstract: The object of this paper is to present the study of the novel En diciembre
llegaban las brisas (The wind blows up in december), written by Marvel Moreno,
and elucidate the way she presents, in her fiction and literary art, the humiliation
and contemption suffered by high bourgeoisie women considered only worthy for
childbearing by their spouses, social class to which she herself had been part
of.
Introducción
En el campo del arte literario, tenemos a nivel nacional, a Meira delmar, Laura
Restrepo, Alba Lucía Ángel, Margarita Galindo, Nora Carbonell, Fanny Buitrago,
Marvel Moreno y otras olvidadas, que con belleza supieron manifestar sus
pensamientos y vivencias plasmadas en magnas obras.
Con referencia a las autoras olvidadas, como lo manifiesta Ariel Castillo, había
una serie de textos narrativos escritos por mujeres, en una tradición de intentos
y fracasos:
... textos tejidos en épocas mucho más difíciles para la escritura femenina:
voces y vidas sepultadas tratando de ganarse a pulso un espacio mínimo
en el privilegiado universo de las letras duras y vivas, resistentes al tiempo
tropical y a todos los tiempos y los temporales, textos que, no obstante, se
encuentran y se rechazan o intercambian sus irradiaciones (Ariel Castillo.
Panel de Toulouse: 45).
Entre las mencionadas, hemos optado por seleccionar a Marvel Moreno, cuyas
obras han sido poco tratadas en nuestro medio, no obstante los premios y
reconocimientos obtenidos por ella en países europeos, donde su novela En
diciembre llegaban las brisas, objeto de este análisis, ha tenido gran aceptación y
por tanto traducida a varios idiomas, dado su valor artístico y literario. Oriane, tía
Oriane es un cuento llevado con éxito al cine por Fina Torres de Venezuela, ganó
premio en el Festival de Cannes en Europa, y fue presentado en la Cinemateca
de Combarranquilla de nuestra localidad.
Generalidades
Desarrollo
En 1955 la retiran del colegio de religiosas donde realizaba sus estudios, por
haber defendido con vehemencia la teoría de la evolución de Darwin, teoría
que todavía se somete a discusión en el sistema educativo estadounidense y
otros países, donde unos educadores que optan por la teoría de la creación la
quieren abolir del sistema educativo, basándose en el primer libro de la Biblia,
en el Antiguo Testamento, mientras otros luchan para que permanezca la teoría
evolucionista de Darwin en los programas escolares.
La novela ilustra la forma en que los hombres de la clase social alta imponen un
paradigma de normas y estructuras jerárquicas donde predomina la búsqueda del
placer autogratificante y momentáneo, por desconocer quizás el mundo elevado
de las artes, el amor, la benevolencia; en una sociedad donde hasta los hijos
de los emigrantes ya enriquecidos, asumen un comportamiento neto de goce e
idiosincrasia caribeños, mostrando indiferencia ante la herencia dejada por los
padres, la cual terminan por despilfarrar debido a la ausencia de un equilibrio
entre el comportamiento social y los conceptos fundamentales que sublimizan
al ser humano.
La idiosincrasia caribeña se explica por ser los habitantes de esta comarca seres
descomplicados, amantes de la vida con euforia, optimismo, que no se dejan
llevar por la amargura y el resentimiento, lo cual dibuja con claridad Guillermo
Tedio (Ortega) en uno de sus cuentos de La noche con ojos.
24 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Fue esa solidaridad y el reconocimiento a la bondad oculta de cada ser, los que
condujeron a Marvel a escribir esta novela en la que el lector(a) reconoce el
desvío sexual y sus causas como un factor acumulativo, que evoluciona en unas
circunstancias sociales adversas. Es la presentación de un rechazo al hedonismo
presente en el universo lúgubre, vacío, sin paradigma, que rodea a los personajes
masculinos que despojan a la mujer de su propia identidad y naturaleza,
produciéndose una disociación entre su ser femenino y la civilización, que como
consecuencia, le impide mostrar sus verdaderos sentimientos, terminándose por
llevar una vida cargada de frustraciones, no obstante la arrogancia paradójica
de pertenecer a la alta clase social, a un Club, sin embargo, vive confinada en
una mansión en la ciudad o recluida en la vivienda que regularmente poseen los
pertenecientes a esa sociedad en el balneario de Puerto Colombia.
La autora dibuja a unos señores carentes de acción y réplica ante las concepciones
bíblicas y religiosas que rigen su comportamiento y punto de vista violentos; a
unas mujeres que temen reconocer y confrontar su realidad, con excepción de
la abuela de Lina, (Marvel en la vida real) y unas que con deseos de cambio,
abrazan las ideas marxistas, pero sin resultados, llegando inclusive a ejercer el
extremismo. Es un retrato psico-sociológico y satírica de una sociedad, donde en
su existencialismo, las damas se resignan a la violencia simbólica de hombres
seudo-políticos con capital económico, pero sin capital cultural, a la manera de
Bourdieu.
La novela consiste de tres libros que giran alrededor de un mismo tema; a cada
uno lo encabeza la referencia con sadismo a la ira de un Dios castigador y
vengativo que no inspira amor sino miedo, cuando se cree que Dios es amor.
Dialécticamente se encuentra en la obra la violencia como tesis, en el centro
está la antítesis de Lina Insignares y su abuela observando e interpretando la
circunstancia de cada escena, para cerrarse, en el epílogo, con lecciones sobre el
deber ser del comportamiento humano, que es la síntesis. Marvel implícitamente
propone que las mujeres se concienticen sobre la necesidad de tener y elevar
su autoestima, trasciendan su condición humana, cuando pinta las huellas de su
visión realista que pesa más que la ficción.
La autora propone que una vida de opulencia podría ser vacua e intrascendente,
cuando para el ser humano lo necesario es saber coincidir su YO con el SI,
siendo que nadie puede pretender desconocer la razón absoluta en la práctica
de la benevolencia universal:
Barranquilla, la ciudad que la vio nacer y crecer fue abandonada por ella, pero
simbólicamente, como la metáfora de la sonata de la tía Irene tocada por un
violinista, se convirtió en la sombra del olvido, pero la recordaba con amor y con
tristeza cuando:
No fue la ciudad la que la hizo emigrar, sino la soledad dejada por el fallecimiento
de su abuela, persona sabia que la había apoyado en las circunstancias difíciles
que la rodeaban, haciéndola comprender las causas del mal del hombre como
ser pecador, originado por la Biblia, que unas mujeres defendían con convicción
para inspirar miedo en las niñas ante el futuro:
Muchas cosas han cambiado al parecer en la ciudad que dejé para siempre
después de la muerte de mi abuela (página 282).
La abuela, librepensadora, orientaba a su nieta cuando eran temas del día los
pensamientos vacíos de su mundo circundante, la instruía en el cómo abordar
las vivencias en esa sociedad que le negaba a la mujer dócil ante los mandatos
del marido, su identidad. Lina Insignares o Marvel Moreno, a sus catorce años,
ya comprendía esa vida y supo adquirir su identidad como persona enjuiciadora
de los eventos que se presentaban sin cambio.
Silvia B. de Marenco 29
Lenguaje
A veces en las noches la fiebre vuelve a subirme, pienso que como las
abuelas yo habito en medio de los recuerdos (página 281).
Nosotras las oíamos hablar de aquel mundo que fue el suyo sin pensar
que el nuestro, ligero y fácil, girando siempre en torno a la piscina de un
club y a los bailes de Carnaval, entraría también en la nostalgia de la
memoria (página 281).
(...) es una persona que reflexiona, que analiza y piensa, tiene gracia para
escribir... (página 8).
Conclusión
Marvel plantea los cambios generados por las religiones, cuando el pez era el
símbolo de la iglesia primitiva como la hoz y el martillo para los países que en
un tiempo practicaban el marxismo. Era una iglesia que en los primeros tiempos
reconocía el valor y los derechos de la mujer, pero estos han quedado rezagados
por el cristianismo, que todavía pretende infundir al género femenino una
obediencia ciega al cónyuge, y niega la ayuda a las niñas víctimas de violación
sexual bajo amenaza de la excomulgación, que todavía sigue siendo creíble en
esta época trascendental cognitiva y virtual.
Marvel escribió para hoy, pero su literatura se ocupa del ayer y del mañana,
cuando todavía se encuentran mujeres conformistas e incapaces de buscar
soluciones al dilema de sus vidas dramáticas.
sus problemas en silencio, solas, aún cuando estamos viviendo la verdad de una
revolución de género que todavía no ha concluido.
El universo real de las mujeres sin autoestima, que viven una realidad vulnerable
por el desprecio del hombre, es lo que Marvel da a conocer en esta magnífica
novela. Mediante el proceso literario involucra al lector(a) como protagonista en
búsqueda de una nueva tesis, núcleo del método de la teoría marxista según
Althusser.
Lo anterior da a significar que Dios es vida, que el ser humano es vida y ha sido
creado para ser feliz en sabiduría. Sin embargo, para unas almas la vida se
convierte en un infierno, de ahí que, mediante este estudio, se cree que el dinero
no es forjador de la felicidad, es necesario por el sistema imperante, pero a los
seres humanos los satisfacen la honestidad, la lucha, el conocimiento, el respeto
por la evidencia y creencias de otros, lo cual no halla el lector(a) en las personas
actantes en esta obra de la magnífica autora que fue Marvel Moreno.
Referencias Bibliográficas
GUTIÉRREZ, Pedro Juan. Escribir a mi manera y que cada quien piense lo que
Silvia B. de Marenco 33
Introducción
Las contribuciones hasta ahora implementadas por medio del análisis desde
la perspectiva de género demuestran que la equidad, el bien-estar y la justicia
social son posibles; por consiguiente, no es un sueño la construcción de un
mundo mejor.
Refuerzan sus aportes, las críticas que desde la misma ciencia se han venido
haciendo por economistas mujeres y hombres que cuestionan sus paradigmas,
de tal manera, que con ellas iniciamos el presente artículo, para después dar
paso a las contribuciones hechas por las mujeres.
Desde la originaria pregunta ¿qué es lo que hace a un país más rico que otro?
y aunado a la noción de una forma apropiada para distribuir estas riquezas en
busca de un progreso, crecimiento y/o desarrollo, se desprenden dos grandes
concepciones: La teoría Clásica que consideraba que el progreso de un país
lo determinaba el mayor o menor grado de inversión física que en él se hacía
(correspondía entonces a los arquitectos e ingenieros esta actividad). Suposición
que tenía como supremo árbitro el mercado, por consiguiente su premisa era la
no intervención del Estado. Y por otra parte, los que aseguran que el éxito de las
políticas económicas depende del poder centralizado del Estado. Concepciones
en torno a la cual se han hecho grandes debates que aún no han cesado, hay
voces que privilegian al mercado como el supremo interventor de desarrollo y los
que magnifican el papel del Estado a través de una planeación centralizada de
la economía.
Otra de las discusiones que se han planteado, es acerca del alcance de los
conceptos de crecimiento y desarrollo, o si es necesario acompañar el término
Acela Elena Gutiérez González 37
desarrollo con económico para hacer una diferenciación de la connotación que tiene
este en otras disciplinas. Ateniéndonos al Diccionario, crecer “significa aumento de
tamaño por adición de materiales a través de la asimilación o el acrecentamiento”
(ello es un aumento cuantitativo de cosas). Mientras que desarrollar significa:
“expansión o realización de potencialidades de algo, alcanzando gradualmente
un estado mejor, mayor o más pleno”1 (o sea, mejoramiento cualitativo).
1
Desarrollo Territorial con Equidad. –Propuesta de Institucionalización de la Perspectiva de
Género– GTZ - Pro Equidad. Santafé de Bogotá, Colombia, diciembre de 1999, p. 20.
38 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
2
González, Mario. Una gráfica de la Teoría del Desarrollo: Del Crecimiento al Desarrollo Humano
Sostenible. Fotocopias, p. 47.
3
González, Mario. Una gráfica de la teoría del desarrollo: Del Crecimiento al Desarrollo Humano
Sostenible, Ibíd., p. 59.
4
Cepal. Evolución de la ciudad de La Paz. E/CEPAL/1083/ Revista 1, 1979, p. 211.
Acela Elena Gutiérez González 39
En esta dirección, cabe resaltar las ideas de Aníbal Pinto al introducir el término
de “Estilos de Desarrollo”, definiendo “Estilo” como la “opción política, social
y económica adoptada dentro de un sistema y estructura determinados. Y lo
económico, como la manera en que dentro de un determinado sistema no
se organizan y asignan los recursos humanos y materiales, con el objeto de
resolver los interrogantes sobre qué, para quiénes y cómo producir los bienes
y servicios”.6
5
Hissong, Robin. Las teorías y las prácticas de desarrollo desde la perspectiva de la modernidad.
En Cuadernos Ocasionales No. 10.1, edición: diciembre de 1996, Cider Uniandes. Santa Fe de
Bogotá, Colombia, p. 9.
6
Pinto, Aníbal. Notas sobre estilos de desarrollo. En América Latina. Revista Cepal No. 1,
Santiago de Chile, 1976, publicación de las Naciones Unidas, p. 97.
40 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Por otra parte, Manfred Max Neef, economista chileno, premio Nóbel y director
del CEPAUR, nos habla del doble carácter de las necesidades, quitándoles el
aspecto meramente existencialista y de infinitas al concluir que las necesidades
revelan de la manera más apremiante el ser de las personas, ya que aquel se
hace palpable a través de estas en su doble condición existencial: como carencia
y potencialidad. Las necesidades como carencia implican restringir su espectro
a lo puramente fisiológico. Son potencialidades, y más aún pueden llegar a ser
recursos, en la medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan
a las personas. Estos aportes rompen con la visión clásica y neoclásica de las
necesidades infinitas y los recursos escasos, y va a tener gran impacto en la
concepción de un desarrollo centrado en las personas.
A pesar de la gran polémica que existe en torno a las teorías de crecimiento y sus
indicadores, estas siguen teniendo validez para explicar y comparar la tasa de
crecimiento y la renta per cápita del país con los distintos países; pero, por otra
parte, madurar en la concepción de desarrollo deja abierta la noción de que este
es un proceso integral y que su concreción requiere interdisciplinariedad con una
visión armónica del ser humano y la naturaleza, dejando claro que el crecimiento
es condición necesaria para el desarrollo, pero no suficiente.
7
Max Neff, Manfred, Lizalde, Antonio y Hopenhayn, Martín. Desarrollo a escala humana. Una
opción para el futuro. Proyecto 20 Editores. Medellín, Colombia, 1997, p. 7.
Acela Elena Gutiérez González 41
racionalidad de los sujetos económicos no logra los objetivos propuestos, así como
tampoco los modelos utilizados para simplificar la realidad, realidades estas cada
vez más complejas. Por otra parte, el proceso de planificar el desarrollo encierra,
quiérase o no, dos racionalidades, de tal manera que al encubrir la racionalidad
política que subyace en el proceso por privilegiar la racionalidad técnica, impide
que se abran espacios para que surja el debate en la búsqueda de consensos
y/o la negociación de los distintos intereses de los diferentes actores que hacen
parte de una comunidad, municipio, departamento o nación, con el fin de que las
motivaciones de cada uno de ellos queden plasmadas en la redistribución de los
recursos.
Vargas concluye que: “La planificación al ser un proceso técnico que orienta a los
8
Morales, J. Reseñado por Alejo Vargas Velásquez en “Participación Social”, Almudena Editores,
Santa Fe de Bogotá, Colombia, 2000, p. 171.
9
Vargas, Alejo. Participación Social, Ibíd., p. 171.
10
Vargas, Alejo. Participación Social, Ibíd., p. 173.
42 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Las mujeres, las grandes discriminadas del proceso, señalan que las elecciones
de los problemas a resolver que hacen los planificadores son “en la mayoría
de los casos profundamente políticos, porque tienen el potencial para producir
un tipo de sociedad y de relaciones sociales particulares; nacen de juicios de
valores colectivos derivados de consensos sociales o de una ideología dada”14
(Comealiau, 1986).
11
Vargas, Alejo. Participación Social, Ibíd., p. 210.
12
Sánchez, David. Gobernabilidad, Integración Social y Paz. –Documentos del Módulo de
Procesos Políticos en la Maestría de Estudios Políticos y Económicos–. Uninorte 2001. p. 241.
13
Moser O., Carolina. “Planificación del desarrollo desde la perspectiva de género”. Documento
fotocopiado, p. 129.
14
Reseñada por Young, Kate. “El potencial transformador en las necesidades prácticas:
Empoderamiento colectivo y el proceso de planificación”. En Poder y empoderamiento de las
mujeres. Compiladora Magdalena León. TM Editores. U.N. - Facultad de Ciencias Humanas.
Agosto 1997, p. 111.
Acela Elena Gutiérez González 43
15
Vargas V., Alejo. Participación Social. Santafe de Bogotá. Almudena Editores, 2000. p. 177.
44 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
promover su desarrollo y ejercer sobre ellos la tutela que las leyes señalan. En
la década de los ochenta con el proceso de descentralización, existe una lógica
regional y “participativa” para la planeación del desarrollo.
16
Cuervo G., Luis. El rompecabezas de la intervención económica territorial. En Territorios
–Revista de Estudios Regionales y Urbanos– Intervenir el territorio. No. 2, febrero a julio de
1999. Tercer Mundo Editores S. A., p. 88.
17
Garzón, Luz Yanira. Planeación del desarrollo territorial con equidad social. En Planeación y
Desarrollo. Vol. XXVIII, No. 4, diciembre 1997, p. 154.
18
PNUD 2004. p. 26.
46 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
2. Economía y Género
19
DPN y Otros. Macroeconomía, Género y Estado. Tercer Mundo Editores. Santa Fe de Bogotá,
1999, p. XIII.
Acela Elena Gutiérez González 47
La década de los 80, considerada como la década perdida para algunos países
debido al estancamiento de la economía, impactó las balanzas de pago, y
48 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
20
Montero, Justa. Pekín y el debate internacional sobre la mujer. en Papeles No. 56, 1995,
p. 11.
21
Carrasco, Cristina. “La valoración del trabajo familiar doméstico: Aspectos políticos y
metodológicos”. en El género en la economía. Centro de Estudios de la Mujer - Isis Internacional,
Santiago de Chile, 2001, p. 27.
Acela Elena Gutiérez González 49
22
Cagatay, Nilufer. Reseña los trabajos de Elson y Grown. en Incorporación de género en la
macroeconomía. Del texto Macroeconomía, Género y Estado. DNP-GTZ y BMZ. TM Editores
Santafé de Bogotá, 1999, p. 8.
Acela Elena Gutiérez González 51
Dentro de esta política surgen varios enfoques para vincular a la mujer de bajos
ingresos al desarrollo. la propuesta en primera instancia nace de Mujeres
en Desarrollo23 (MED) quien desafiando el supuesto de que el crecimiento
económico iba a la par de la igualdad de las mujeres, propició la búsqueda de
la equidad en el proceso de desarrollo a través de los proyectos en donde esta
tuviera una participación activa, aunque reconociendo el triple rol que jugaban,
buscaba cubrir las necesidades estratégicas de género mediante la intervención
directa del Estado, otorgando autonomía política y económica a la mujer.
23
Grupo de mujeres investigadoras y profesionales que nace a partir de finales de la década de
los 60, preocupadas por las crecientes pruebas de que los proyectos de la Agencia Internacional
para el Desarrollo de los Estados Unidos (USAID) durante la primera década del desarrollo
52 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Debido a la diversa situación en que viven las mujeres en cada país, para las
mujeres del tercer mundo que tenían otras prioridades, propusieron el enfoque
antipobreza, con el fin de asegurar que las mujeres pobres aumentasen su
productividad. Se presume que la desigualdad entre hombres y mujeres no está
vinculada a la “subordinación”, sino a la pobreza; por consiguiente, se reduce
la desigualdad. Por su parte, el Banco Mundial cambia de preocupación, del
crecimiento económico a la erradicación de la pobreza absoluta y la promoción
de la distribución con crecimiento, satisfaciendo las necesidades básicas de
los más pobres. Se fomentan los proyectos de mujeres para las mujeres con
las mujeres a través de las ONG, compuestas generalmente por mujeres en
actividades que realizan las mujeres, reciben donaciones en vez de préstamos
de los organismos internacionales y bilaterales, sin introducir nuevas áreas de
trabajo, y se relacionan con las actividades preferentemente rurales.
El enfoque GED de empoderamiento fue articulado por las mujeres del tercer
mundo. Su propósito es dar más poder a las mujeres mediante la confianza en
sí mismas. Este enfoque reconoce que las desigualdades entre las mujeres y
los hombres tienen su origen en la familia, sin desconocer que cada una de
ellas vive de distintas maneras esta opresión según su raza, clase social, su
historia colonial, y su posición en el orden mundial internacional. Este enfoque
requiere la transformación de las estructuras de subordinación que han sido
tan adversas a las mujeres. Son esenciales los cambios en la ley, los códigos
civiles, los sistemas de derecho de la propiedad, el control sobre el cuerpo de las
mujeres, los códigos laborales y las instituciones sociales y legales que suscriben
el control y el privilegio masculino.
24
Mujeres académicas e investigadoras desplazaron los enfoques de MED por considerarlo con
algunas limitaciones de una aproximación a mujeres aisladas, y llamaron la atención sobre qué
se considera la perspectiva de género en el desarrollo, ya que hombres y mujeres desempeñan
roles distintos en la sociedad y sus diferencias de género son moldeadas por determinantes
ideológicos, históricos, religiosos, étnicos, económicos y culturales.
54 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Este enfoque lo definimos como una estrategia que incluye a mujeres y hombres,
teniendo en cuenta los diferentes roles que desempeñan en la sociedad.
Particularizando sus necesidades y los distintos niveles de acceso y de control
Acela Elena Gutiérez González 55
25
Máxime Molyneux, plantea con respecto a la posición de la mujer que es importante distinguir
dos conjuntos de intereses: los que se derivan del hecho de que a las mujeres les son asignados
ciertos roles por la división sexual del trabajo y aquellos que se originan del hecho de que las
mujeres como categoría social, tienen acceso desigual a los recursos y al poder. Llamando
al primero de ellos intereses prácticos de géneros a los segundos intereses estratégicos de
género. Carolina Moser al igual que Kate Young los traducen en necesidades, las necesidades
son los medios por los cuales las preocupaciones son satisfechas.
56 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Por ello, distingue tres tipos de discursos: 1. Los opositores del discurso, que
surgen cuando las necesidades se politizan “desde abajo”. Estas contribuyen
a la cristalización de nuevas identidades sociales por parte de los grupos
subordinados, 2. Los discursos de la reprivatización, que aparecen como
respuestas a los primeros. Estos articulan arraigadas interpretaciones sobre
las necesidades que anteriormente ni siquiera tuvieron que formularse, y 3.
Los discursos de “expertos”, que vinculan los movimientos populares con
el estado, pueden ser mejor comprendidos en el contexto de la “resolución de
problemas sociales”.
26
Fraser, Nancy. La Lucha por las necesidades –Esbozo de una teoría crítica socialista-feminista
de la cultura política del capitalismo tardío–. En Del cuerpo de las necesidades, Debate
feminista, Volumen 3, marzo 1991, pp. 21 y 28.
Acela Elena Gutiérez González 57
Al decir de Kate Young: “El empoderamiento es para que la gente tome control
sobre sus propias vidas: lograr la habilidad para hacer cosas, sentar sus propias
agendas cambiar eventos”. Añade que para el feminismo el empoderamiento
comprende “La alteración radical de los procesos y estructuras que reproducen
la posición subordinada de las mujeres como género”.28
27
Moser, Carolina. Planificación del desarrollo desde la perspectiva de género. Op. cit. p. 117.
28
Young, Kate. El potencial transformador. En Las Necesidades Prácticas: Empoderamiento
Colectivo y El Proceso de Planificación. En poder y empoderamiento de las mujeres. Magdalena
León, Compiladora. TM Editores. Universidad Nacional, Facultad de Ciencias Humanas, 2000,
p. 106.
29
Wierringa, Saskia. Una reflexión sobre el poder y la medición del empoderamiento de género
del PNUD. En Poder y empoderamiento de las mujeres. Magdalena León, Compiladora. TM
Editores. Universidad Nacional, Facultad de Ciencias Humanas, 2000, p. 157.
58 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Estas negociaciones, al igual que las del mercado, “incluyen un espacio para que
las distintas partes puedan defender sus intereses y sus necesidades”. Por ello,
se hace necesario discernir sobre los mismos ya que los derechos legitimados
por la sociedad otorgan espacios, “quien dispone de espacios se siente con
derechos y cuando se siente con derechos está en mejores condiciones para
defender sus espacios”.30
30
Coria, Clara. Poder-Dinero-Dependencia. Ediciones Argot España, 1990, p. 35.
31
Unicef, 1994. Paquete de capacitación sobre igualdad de género y adquisición poder de las
mujeres. Documento impreso preparado por Longwe y Clarke Asociados, p. 24.
Acela Elena Gutiérez González 59
Como debate, “tiene el potencial de confrontar a aquellos que ‘hoy por hoy’
mantienen el poder en el plano de la ideología y la filosofía, como también en
lo material. En verdad cambia el lugar del ejercicio del poder, del manejo de
los recursos materiales, a la asociación con un argumento convincente (…) su
desafío enfrenta las tensiones en vez de ignorarlas”33 (Healy, 1989).
32
Esta parte está basada en el texto de Carolina Moser. Planeación del Desarrollo desde la
perspectiva de género. Documentos de Trabajo, 1986.
33
Ibíd., p. 136. Reseñado por Carolina Moser.
60 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Tiene como requisitos para que sea exitosa: 1. Que se posea un profundo
conocimiento sobre la teoría feminista, que está relacionado con lo que
llamamos teorías de género, que “expresa, que analiza, que devela, lo que se
llama la dimensión de género”. Entendiendo por género, según la definición de
Marcela Lagarde,34 “el conjunto de atribuciones de características asignadas
al sexo. Como categoría, se construye en torno a los cuerpos, como lo es
también la raza, a este conjunto de características biológicas se les asignan
características económicas, sociales, jurídicas que crean un sistema social”. 2.
Tener conocimiento de los debates que se han hecho en torno a las políticas de
“Mujeres en el Desarrollo” y “Género en el Desarrollo”. Porque sus objetivos son
buscar la equidad, igualdad de oportunidades y empoderamiento de la mujer,
mediante la satisfacción de las necesidades prácticas y estratégicas de género,
cuya meta es la liberación de la mujer de la subordinación y discriminación. De
ahí que su análisis se inicie con los distintos roles asignados al género femenino,
lo que determina su posición y condición en la sociedad.
34
Lagarde, Marcela. La multidimensionalidad de la categoría género y del feminismo. En
Metodología para los estudios de género. Borradores, 1990, p. 50.
35
Moser, Carolina. Planeación del desarrollo desde la perspectiva de género. Op. cit., p. 138.
Acela Elena Gutiérez González 61
Estos han sido los más conocidos, aunque algunas agencias internacionales
de cooperación al desarrollo últimamente han agregado algunos métodos de
planificación como el Árbol de Problemas y el Marco Lógico.37
36
Reseñada por Moser en Planificación del desarrollo desde la perspectiva de género. Op. cit.,
p. 252.
37
El Árbol de Problemas también es conocido como causa efecto, es una técnica para la definición
del problema y los objetivos específicos, en donde los efectos son todos aquellos sucesos que se
derivan del problema y permanecerán sino se realiza el proyecto. Una vez definido el problema,
se procederá a identificar las causas directas e indirectas que lo generan, esta metodología
permite identificar las causas históricas-culturales de la discriminación de la mujer haciendo
que todas las participantes tomen conciencia de la misma. Por otra parte el Marco Lógico se
elaboró para la USAID a finales de los años 60, desde entonces es utilizado por las principales
organizaciones multilaterales como bilaterales para el desarrollo. Hoy esta metodología fue
desarrollada por las Naciones Unidas para la GTZ, también busca la participación de los y las
sujetos en la planificación y gestión de proyectos orientados por objetivos.
Acela Elena Gutiérez González 63
38
Salinas, Raquel. Chile: Una experiencia de aprendizaje en el sector público. Ediciones de las
Mujeres No. 27. Isis Internacional, 1998, p. 88.
64 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
39
Freeman, Jo. El Movimiento Feminista. Editores Asociados, S. A. México 12 D.F. 1977, p. 23.
40
Boserup, Esther. Woman’s Role In Economic Development. New York, 1970, reseñada por
Justa Montero. en Papeles No. 56 “Pekín y el debate internacional sobre la mujer”, 1995, sin
paginar.
Acela Elena Gutiérez González 65
Como respuestas a estas políticas y las denuncias que revelan que no se modifica
el estatus de la mujer, se hizo necesario reorientar estas políticas a través de
Mujeres en Desarrollo, quienes proponen varios enfoques alternativos, entre
ellos el de equidad, anti-pobreza, de la eficiencia, hasta llegar posteriormente
al de Género en Desarrollo (GED).43 Con el enfoque de empoderamiento, se
evidencia y se hace necesario establecer políticas afirmativas que conduzcan a
eliminar la discriminación de las mujeres en la sociedad.
41
Birgin, Haydee. El lugar de las mujeres en las estrategias de desarrollo sustentable. En Fin de
Siglo: Género y Cambio Civilizatorio. Isis Internacional, Ediciones de las Mujeres No. 17, 1992,
p. 11.
42
Moser, Carolina. Planificación del desarrollo desde la perspectiva de género, Op. cit., p. 96.
43
MED y GED son expresiones a menudo utilizadas como sinónimas; sin embargo, la última
proviene de las experiencias de los problemas experimentados por las mujeres pobres del
Tercer Mundo. Mientras que la primera proviene de mujeres profesionales de Estados Unidos
y del primer mundo, tiene como preocupación la incorporación de la mujer en el desarrollo
para que este avanzara mucho mejor, la segunda sostiene que centrarse en la mujer aislada
equivale a ignorar el verdadero problema, que sigue siendo el de su posición subordinada
frente al hombre.
66 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
44
Diagnóstico de situación de las mujeres en Colombia. Las mujeres y el desarrollo. Documento,
borrador sin enumerar.
45
Santa Cruz, Isabel. Sobre el concepto de Igualdad: algunas observaciones. En Notas y
Discusiones, Revista Isegoria 1992, p. 147.
46
Facio, Alda. De las necesidades básicas a los Derechos Humanos. En Derechos Humanos
de la Mujer, Perspectivas Nacionales e Internacionales. Editado por Rebeca J. Cook, 1997,
Profamilia - Colombia, p. 353.
Acela Elena Gutiérez González 67
47
Max Neef, Manfred y otros. Op. cit., p. 29.
48
PNUD. Informe de Desarrollo Humano. Nueva York, 1990, p. 34.
68 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
49
Guimaráes, Roberto. La ética de la sustentabilidad y la formulación de políticas de desarrollo.
en Ecología, Política, Naturaleza, Sociedad y Utopía. Héctor Alimonda, Compilador. Buenos
Aires, CLACSO, 2002, p. 66.
Acela Elena Gutiérez González 69
Para el año de 1994, las Naciones Unidas asumen la noción de Desarrollo Humano
Sostenible y se comenta al respecto: “Debemos unir el Desarrollo Sostenible y
el Desarrollo Humano y unirlos no solo de palabra, pero en los hechos todos los
días, en el terreno, en todo el mundo. El Desarrollo Humano Sostenible es un
desarrollo que no solo genera crecimiento, sino que distribuye sus beneficios
equitativamente; regenera el medio ambiente en vez de destruirlo; potencia a
las personas en vez de marginarlas; amplía las opciones y oportunidades de
las personas y les permite su participación en las decisiones que afectan sus
vidas. El Desarrollo Humano Sostenible es un desarrollo que está a favor de los
pobres, a favor de la naturaleza, a favor del empleo y a favor de la mujer. Enfatiza
el crecimiento, pero un crecimiento con empleos, un crecimiento con protección
del medio ambiente, un crecimiento que potencia a la persona, un crecimiento
con equidad”.50
“Afirmar que los seres humanos constituyen el centro y la razón de ser del
proceso de desarrollo implica abogar por un nuevo estilo de desarrollo que
sea ambientalmente sustentable en el acceso y uso de los recursos naturales
y en la preservación de la biodiversidad; que sea socialmente sustentable en
la reducción de la pobreza y de las desigualdades sociales y que promueva la
justicia y la equidad; que sea culturalmente sustentable en la conservación del
50
PNUD. Algunas preguntas y respuestas sobre el Desarrollo Humano Sostenible. Washington,
enero 17 de 1994, p. 7.
70 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Opina que dicho proceso requiere un nuevo tipo de pensamiento, en el cual los
estereotipos de mujeres y hombres sean reemplazados por una nueva filosofía
donde se considere que todas las personas, sea cual fuere su sexo, son agentes
de desarrollo.
51
Guimaráes, Roberto. La ética de la sustentabilidad y la formulación de políticas de desarrollo.
en Ecología, Política, Naturaleza, Sociedad y Utopía. Héctor Alimonda, Compilador. Buenos
Aires, CLACSO, 2002, p. 66.
Acela Elena Gutiérez González 71
Sin discusión alguna, podemos decir que el siglo XX fue un siglo de lucha por
los derechos civiles, políticos, económicos y sociales, en donde sin el concurso
de la mujer no hubiese sido posible enfrentar el discurso de la discriminación,
desigualdad y subordinación de mujeres y hombres, así como también la
autodeterminación de los pueblos. Sin embargo, es mucho lo que hay que hacer
aun en estos campos, de tal manera que para el siglo XXI las mujeres siguen con
sus aportes en los terrenos de la democracia, derechos humanos y desarrollo,
develando que la desigualdad persiste y que los fenómenos del desempleo, el
hambre, el abandono de las niñas y los niños, así como el de las ancianas y
ancianos, al igual que la violencia que se ejerce sobre ellos y ellas cualquiera que
sea su tipificación requieren de políticas públicas afirmativas desde la perspectiva
de género.
Si bien es cierto que hay avances al reconocer la diversidad de los seres humanos,
plasmada en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de Viena (1993)
en la cual 170 países reafirmaron “El solemne compromiso de todos los Estados
con su obligación de promover el respeto universal y la observancia y protección
72 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Porque excluir a la mujer del mercado, va mucho más allá de no ocupar una
fuerza de trabajo, que se concibe como las cualidades humanas, su conocimiento,
destreza y capacidad al servicio del crecimiento económico, dado que en la
nueva visión del desarrollo “Ya no se trata simplemente de saber cuántas cosas
se producen por las personas, o con la vida de la gente, sino cuánta vida se
Acela Elena Gutiérez González 73
produce con las cosas a las que las personas tienen acceso”.52 Hoy por hoy, la
concepción de desarrollo como expansión de capacidades, exige la eliminación
de las principales fuentes de privación de libertad, entroncándose desarrollo y
derechos humanos como unidad, contribuyendo a que las mujeres y todos los
excluidos son personas sociales más plenas que ejercen su propia voluntad e
intereses con el mundo que los rodea (Sen, 2000).
Estas costumbres que atentan contra la libertad de las mujeres, violan el derecho
a la vida y el derecho al trabajo y, por ende, las excluyen de la participación
en el desarrollo; ejemplo de ello, la ablación a que son sometidas las mujeres
en un sistema dominado por los hombres, en la que muchas de ellas terminan
perdiendo la vida, o el de asumir un matrimonio forzado, pactado entre los
parientes mayores, sin tener en cuenta su posición frente a estos hechos que
coartan su libertad, anteponiendo tradiciones familiares y sociales sobre las
decisiones y opciones de vidas individuales.
52
Iguiñiz, Javier. Desarrollo y experiencias de género. Apuntes desde la perspectiva de Sen. en
Ediciones de las Mujeres No. 27, 1998. Isis Internacional, Santiago de Chile, p. 120.
53
Sen, Amartya. Desarrollo y Libertad. Editorial Planeta S. A., 2000. Traducido por Esther Tabasco
y Luis Toharia, p. 19.
74 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Bibliografía
54
Ibíden, Op. cit., p. 357.
55
Sen, Amartya. Desarrollo y Libertad. Ibíden. Op. cit., p. 37.
Acela Elena Gutiérez González 75
FRASER, Nancy. “La Lucha por las necesidades. Esbozo de una teoría crítica
socialista-feminista en la cultura política del capitalismo tardío. En Del cuerpo
de las necesidades. Debate feminista, Volumen 3, marzo 1991, pp. 21 y 28.
76 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
FURTADO, Celso. Teoría y política del desarrollo económico. Siglo XXI Editores,
S. A., México 1ª Edición, 1968, p. 64.
GARZÓN, Luz Yamira. Planeación del desarrollo territorial con equidad social.
en planeación y desarrollo. Volumen XXVIII, No. 4, diciembre de 1997, p.
154.
OCAMPO, José A. La teoría del desarrollo. En Los albores del siglo XXI, Ponencia
en el Seminario en homenaje a Raúl Prebisch. Santiago de Chile, 28 de
agosto 2001, p. 20.
EL COMPROMISO HISTÓRICO
DE LA EDUCACIÓN CON LAS MUJERES
1. Las inconformes
Sin embargo, en los monasterios, por medio del contacto que tuvieron las
1
Amelang James. Monjas y Beatas en la Cataluña Moderna, p. 196, (reproducción).
2
Ibíd., p. 202.
Rafaela Vos Obeso 83
3
Ibíd., p. 204.
4
Wollstonecraft, Mary. Vindicación de los derechos de la mujer. Editorial El Debate (Tribuna
feminista), Madrid, 1977, p. 9.
5
Ibíd., p. 12.
84 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
6
Mujer y Derechos Humanos en América Latina, Revista Cladem, edición Rosa Mavila León,
Lima, febrero de 1991, p. 18.
7
Vos Obeso, Rafaela. La Mujer y la Ciencia un vínculo necesario. En El Misionero (órgano
de los intereses de la Sociedad Hermanos de la Caridad), Año 12, No. 46, agosto de 2003,
pp. 24-36.
Rafaela Vos Obeso 85
como literaria, ha sido ignorada; pero sus protagonistas, aunque algunas toda-
vía son desconocidas, se han mantenido vivas en el laberinto de la historia. En
consecuencia, las acciones de estas pioneras permitieron que la mujer fuese
construyendo la autonomía como un valor necesario que exigía abandonar
la obediencia ciega a normas propuestas desde las estructuras. Esos mismos
acontecimientos históricos, le dieron la posibilidad a la mujer de construir, desde
el ejercicio de la ciudadanía, su capacidad de elección y su desarrollo individual
y colectivo. En tal sentido, se vuelve la mirada hacia la educación formal, como
un proyecto que ayudaría en la construcción y merecimiento de la autonomía;
en otras palabras, una comunidad que viera en la autonomía la base de la
ciudadanía para la creación de formas de entendimiento, producto de un diálogo
entre los sexos.
Para no ir más lejos, en la Colombia del siglo XIX los días de las mujeres
transcurrían sin grandes emociones, la influencia del pensamiento del insigne
pedagogo incidió en la mentalidad de una época que era renuente en abandonar
los imaginarios de las mujeres como seres imperfectos. Hubo de transcurrir
cerca de un siglo para que su condición pudiese transformarse; baste señalar
el impulso a la educación de las mujeres por parte del general Francisco de
Paula Santander, como parte del proyecto de la Gran Colombia, que aunque fue
muy importante: “Sin embargo, la educación femenina, carente de un programa
adecuado e influida por la idea de que las mujeres no necesitaban los mismos
conocimientos que los varones, siempre fue a la zaga”.10
8
Subirata Martori, Marina. “Conquistar la igualdad: la coeducación hoy. En revista Iberoamericana
de educación, Género y Educación, septiembre-diciembre de 1994, p. 50. Citado por Rosas
Silva, Análisis de Género en las pruebas de logro educativo, en: Género, Equidad y Desarrollo,
TM Editores, Bogotá, 1998, p. 209.
9
Ibíd., p. 208.
10
Tavera de Téllez, Gladis. Tejidos precolombinos, inicio de la actividad femenina. En Historia
Crítica, No. 9. Impresión: Arte Fotolito, enero-junio de 1994.
Rafaela Vos Obeso 87
Así fue como las mujeres no pudieron disfrutar a cabalidad del principio de
autonomía, revindicado por las pioneras y posteriormente por las sufragistas,
principio que pudo, incluso, ser conquistado por las herramientas que poseía
la educación; más bien, este hubo de aplazarse para nuevas generaciones,
puesto que el sistema educativo se resistía a los cambios. Lo cierto es que
la educación para las mujeres continuó inscrita en aprendizajes basados en
soportes para ser mejores madres y esposas, y sus enseñanzas se extendieron
hasta aproximadamente mediados de la década de los 30 en el siglo XX,
momento en el que el gobierno de Olaya Herrera inspirado en los principios
filosóficos liberales y, desde luego, por las presiones y debates de las sufragistas
11
Martínez, Aída. Los oficios mujeriles, Ibíd. Ver: Vos Obeso Rafaela. La educación de las
mujeres en la historia de Colombia. En Nación, Educación, Universidad y Manuales Escolares
en Colombia, Fondo de Publicaciones de la Universidad del Atlántico, Artes Gráficas del Valle,
Cali, 2002.
12
Bushnell, David. Colombia una nación a pesar de sí misma, Editorial Planeta, Bogotá, 1997.
88 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
colombianas, como el caso de Ofelia Uribe de Acosta quien contribuyó para que
se aprobaran leyes como la de las capitulaciones matrimoniales, empezara a
generar en las mujeres el sentido de autocrecimiento y respeto por el papel que
jugaban en la sociedad.
A pesar del escándalo social que generaron las posiciones del liberalismo durante
los gobiernos de Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo y el proyecto
político gaitanista, con relación a la condición de las mujeres colombianas; lo
anterior no impidió que egresaran las primeras mujeres de las universidades de
Cartagena, Antioquia y La Nacional. El gobierno de Olaya Herrera propició las
condiciones del ingreso de las colombianas a las universidades a los estudios
secundarios, con la expedición de los Decretos 1874 de 1932 y 227 de 1933,
ingreso que se hizo en igualdad de condiciones con los varones para que
pudieran cursar estudios superiores. Así mismo, el voto femenino se aprobó para
1954, pero este ejercicio de ciudadanía lo realizaron las colombianas en 1957
ejerciendo el voto con “la aprobación y acompañamiento a las urnas de sus
maridos.”
13
Velásquez Toro, Magdalena. Condición jurídica y social de la mujer. En Nueva historia de
Colombia, Tomo IV, Editorial Planeta, Bogotá, 1989.
Rafaela Vos Obeso 89
Hay que tener en cuenta también que un nuevo concepto de desarrollo humano
ha sido promovido en las últimas décadas, en donde el movimiento de mujeres,
en el acuñamiento de tal concepto, ha jugado un papel decisivo, contribuyendo
con diferentes visiones, desarrollos teóricos y posiciones ante la vida; lo cual
ha ejercido presión –para que en las “cárceles mentales” salten los grillos y
picaportes– dándose apertura a nuevos paradigmas sociales e importantes
pronunciamientos como la declaración de las Naciones Unidas en 1995, enfática
en expresar “(...) que si en una nueva concepción sobre el desarrollo no se
incorpora la condición de los sexos está en peligro,14 puesto que, el desarrollo
humano implica la ampliación de las opciones para todas las personas y no solo
para una parte de la humanidad”.15
Hoy en día existen nuevos retos para la sociedad del futuro, puesto que la
educación no solo es importante porque puede mejorar eventualmente los
ingresos de un país y de las personas, también porque amplía el espacio de
decisiones personales. Por eso, es importante reconocer que aunque no todas
las mujeres educadas están vinculadas al mercado laboral, su formación sí
contribuye a mejorar la calidad de vida de la sociedad, puesto que las mujeres
están mejor formadas para cuidar a sus hijos, hijas, controlar su opción
reproductora, y decidir con relación a sus derechos y deberes. Y es que en el
presente, las diferencias educativas señaladas en 1965 forman parte del pasado
y de la historia: “la cobertura bruta de la población femenina que era inferior en
1985 a la masculina, se igualó en 1993 y se superó a partir de 1997. La cobertura
neta de la educación superior en el caso de las mujeres, aumentó del 2% al
16% y en el caso de los hombres, del 6% al 14%. Desde 1993, la cobertura de
población femenina comenzó a ser mayor que la masculina”.16 Aunque en los
últimos años la deserción femenina viene siendo mayor por causa de la crisis
económica.
14
Informe sobre Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, 1995, México, p. 1.
15
Desarrollo Humano-Colombia 2000, Editorial Alfaomega, Grupo Editores, Bogotá, 2001.
16
Ibíd., p. 90.
90 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Pero también existen otros factores, que la investigadora Patricia Tovar anota en
revista No. 2 de Colciencias Colombia Ciencia y Tecnología: “Debemos examinar
cuáles son los estudiantes que tienden a ser favorecidos por sus profesores, cuál
es la relación mentor alumno, quiénes son informados, recomendados y apoyados
para concursos de beca o posibilidades de trabajo. ¿Cuántas publicaciones son
escritas en conjunto? Esto sin contar el juego de manipulación y el acoso sexual
17
Tovar Rojas, Patricia. Género y Ciencia en Colombia: Algunos Indicadores. En Revista Colombia
Ciencia y Tecnología, (Colciencias) Vol. 20, No. 2, junio de 2002, p. 9.
Rafaela Vos Obeso 91
y la simple y llana misoginia que existe también en este medio que opera como
otro mecanismo de control social”.18
Este deber ser del sistema educativo para la modernidad comporta los principios
que en siglos pasados las pioneras ya habían escrito y señalado, con vehemencia,
dichos principios han quedado para la posteridad en escritos y expresiones que
hoy retomamos las mujeres de este siglo, afirmando y defendiendo con ellas,
a través de la historia, que la ciudadanía es un derecho innegociable puesto
que promueve la libertad como condición humana. Por consiguiente es un
compromiso histórico que tiene el sistema educativo, con todas las mujeres.
18
Ibíd., p. 10.
19
Equidad, Desarrollo y Ciudadanía II. Agenda social. Editorial Alfaomega, Bogotá, 2000.
92 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Rafaela Vos Obeso 93
Sociología e historia:
un diálogo interdisciplinario
con el feminismo y el género
Introducción
No tengo mucho que decir, amigo mío, para y lee: Esta hermosa tumba, que
no es bella, es sin embargo la de una mujer hermosa. Le dieron sus padres,
el nombre de Claudia. Amó a su esposo, en su corazón. Le dio dos hijos,
de los que uno se lo llevó la tierra y el otro deja tras de sí. Su conversación
era amable, y grácil su caminar. Llevó la casa e hizo labores de lana. Eso
es todo. Vete en paz.1
Inferimos que el epitafio pudo haber sido escrito por su esposo o un miembro
varón de su familia, el cual describe a Claudia como una mujer amable, quien
llevó la casa en orden, parió hijos y pasó por la vida sin hacer ruidos… eso fue
todo. Sin embargo, este mismo epitafio es una fuente primaria, que permite tener
otra mirada de ella, quien hizo lo que las costumbres le impusieron. Si se rebeló
o no, eso no lo sabemos, tampoco sus miedos y dudas.
Si no hubiese sido así, hoy no conociéramos que para la Roma de entonces “las
mujeres carecían de nombres individuales, Claudia, Julia, Cornelia, son apellidos
con terminación femenina”. Claudia la protagonista, no tenía nombre.2
Para la historiografía del siglo XlX, solo se “debía mostrar lo que realmente
aconteció; la objetividad para entonces consistía en ordenar los hechos como
habían acontecido”. Interpretarlos significaba subjetividad, la historia era entonces
una colección de datos, los “grandes hombres” signaban los relatos, y como las
mujeres no habíamos participado en los “hechos históricos” sencillamente no
existíamos.
En la primera década del siglo XX, la Escuela de los Anales y los marxistas
hacen críticas a la escuela positivista fundada por Comte, a quien le perturbaba
“la anarquía que reinaba en la sociedad”, y se mostraba crítico frente a los
pensadores franceses que había engendrado la Ilustración y apoyado la revo-
lución. Comte, desarrolló su perspectiva sociológica, “el Positivismo” o “Filosofía
positiva” para luchar contra lo que consideraba la filosofía destructiva y negativa
de la Ilustración”;3 se puede observar entonces, que el Positivismo hizo escuela
tanto en la historiografía y sociología, como en las demás ciencias humanas.
2
Ibídem.
3
Ritzer, George. Teoría sociológica moderna. España: Editorial McGraw-Hill. Quinta edición,
2003, p. 16.
Rafaela Vos Obeso 95
4
Bermúdez, Susy. Hijas, esposas y amantes (Prólogo). Bogotá: Uniandes, 1992.
5
Jaramillo Uribe, Jaime. De la Sociología a la historia. Bogotá: Ediciones Uniandes, 1994.
p. 152.
96 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Algunas pensadoras afirman que su origen data del siglo XVlll, cuando la
Revolución Francesa de 1791 defendió las ideas de “Igualdad, Libertad y
Fraternidad”, y Olympe de Gouges demostró a través de la “Declaración de los
Derechos de la Mujer y la Ciudadana”, que de estos principios fueron excluidas
las mujeres; por su atrevimiento, por cuestionar el orden establecido, fue
guillotinada en 1793, pues Robespierre consideró que se estaba inmiscuyendo
en asuntos que no eran concernientes a su sexo.
Por otro lado, en 1792 Mary Wollstonecraft escribió la Vindicación de los derechos
de la mujer, considerada la obra fundacional del feminismo. Al respecto, Amelia
Valcárcel afirma “que el feminismo es un hijo no querido de la Ilustración”, porque
en ese momento se comienzan a hacer preguntas impertinentes: ¿Por qué están
excluidas las mujeres? ¿Por qué los derechos solo corresponden a la mitad del
mundo, los varones?7
Podemos observar, a través de las huellas que nos dejaron para la posteridad,
6
Vos Obeso, Rafaela. Voces de mujeres en el pasado. En Archivo General de la Nación. Sistema
Nacional de Archivos, (s.l.i), (s.f), p. 138.
7
Varela, Nuria. Feminismo para principiantes. España: Ediciones B, 2005, p. 14.
Rafaela Vos Obeso 97
8
Sánchez, Cristina. Genealogía de la Vindicación, en Feminismo. Debates teóricos con-
temporáneos, Beltrán, Elena y Maquiera, Virginia (eds.). Madrid: Alianza, 2001, p. 26.
9
De Pizan, Christine. La ciudad de las damas (trad. de Marie. José Lemarchand). Madrid:
Siruela, 2 ed., 2002, p. 64.
10
Ibídem, p. 25.
98 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Esta profunda reflexión es de una mujer encerrada, que abrazó los hábitos para
no claudicar ante los imperativos de la época de ser madre o esposa; a su vez,
convirtió la lectura en su punto de fuga, pero también de protesta. Su irreverencia
fue castigada por la Iglesia cuando se le prohibió tener acceso a los libros. Sor
Juana muere de tristeza cuando apenas tenía poco más de 40 años.
John Stuart Mill representa el final del período clásico, aunque siempre se mostró
inconforme con algunos de los planteamientos de esta escuela: Smith, Ricardo
y Mill, rigieron el pensamiento económico desde 1776 hasta los años postreros
del siglo XlX.
Estas opiniones las expresó nueve años después de haber escrito el libro,
consciente de la hilaridad que suscitarían sus ideas. Sin embargo, en un artículo
escrito con Harriet Taylor en el período de 1847-1850, expresaron: “En primer
lugar, debe observarse que los impedimentos de la mujer son exactamente de
11
Landreth y Colunder. Historia del pensamiento económico. México: Editorial Continental, 1998,
p. 160.
100 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
la misma naturaleza que aquellos de los cuales los tiempos modernos más se
enorgullecen de haberse librado: los impedimentos por nacimiento. Es motivo de
vanagloria para Inglaterra que si bien algunas personas resultan privilegiadas
a causa de su cuna, al menos ninguna está inhabilitada por esa misma razón:
es causa de orgullo que cualquiera pueda ascender hasta llegar a ser un noble,
un miembro del Parlamento o un ministro; que la senda de la distinción no está
cerrada ni para el más humilde. Empero, sí está vedada de manera irrevocable
para las mujeres. Una mujer está incapacitada por nacimiento, y no puede –por
más esfuerzo que haga– liberarse de sus impedimentos. Esto convierte su caso
en uno en verdad singular para la Europa moderna. Padece la misma situación
que el negro en América, y es peor que la de un plebeyo de la antigua Europa,
puesto que él podía recibir o quizá comprar un título de nobleza. Los impedimentos
de las mujeres son los únicos que ostentan una calidad de indelebles”12 (Works,
xxl, 380).
12
Ibídem, p. 180.
13
De Miguel, Ana. Deconstruyendo la ideología patriarcal, en Amorós Celia (coord.). Historia de
la teoría feminista, p. 52. En Varela, Nuria. Feminismo para principiantes, Op. cit., p. 58.
Rafaela Vos Obeso 101
En este aspecto, George Ritzer comenta: “Con el tiempo, las obras de estas
autoras fueron empujadas hacia la periferia de la profesión, situadas en apéndices,
descartadas o excluidas del registro público de la sociología por hombres que
estaban organizando la sociología como una base de poder profesional. Las
preocupaciones feministas se filtraron en la sociología solo en los márgenes
en la obra de teóricos varones marginados o de teóricas mujeres cada vez más
marginadas. Los hombres que adquirieron importancia central en la profesión
–desde Spencer hasta Weber y Durkheim– dieron una respuesta básicamente
conservadora a los argumentos feministas que les llegaban, convirtiendo las
cuestiones relativas al género en un tema intrascendente al que respondían de
modo más convencional que crítico en los que identificaban y promocionaban
públicamente como sociología. Respondían de este modo a pesar de que las
mujeres estaban escribiendo un cuerpo relevante de teoría sociológica.”14
14
Ritzer, George, Op. cit., pp. 9 y 10.
102 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
rescatadas en los años 60 y 70. Se encontró, por ejemplo, que no solo debemos
reconocer “padres” sino también “madres” de la sociología. Pensadoras como
Charlotte Perkins (1860-1935), autora del libros Dellas, de ciencia ficción,
donde plasma sus deseos de una utopía literaria en relación con la vida de
las amazonas, imagen mitificada de las “supermujeres”, quienes conociendo
su propia fuerza, no tienen ninguna dependencia psicológica, ni económica,
respecto a los hombres.
Ida Wells Barnett, nacida esclava (1862-1931), luchó contra las prácticas
bárbaras de linchar a hombres negros y en general por los derechos de la
población negra. Líder sufragista, reivindicando el derecho al voto de las mujeres
negras, sin embargo su nombre no quedó plasmado para la historia como el
de las sufragistas blancas. Fundó en febrero de 1909 la Asociación Nacional
para el progreso de la persona de Color, abanderada de las libertades civiles y
políticas. Reivindicó hasta sus últimos días la necesidad de la organización de
la población negra para enfrentar el racismo y al KuKluxKlan, líder para que el
movimiento sufragista incluyera a las mujeres negras en sus reivindicaciones.
James Adams (1860-1935), fue pionera en el uso de las encuestas para conocer
diferentes problemas sociales; reformadora social, quien con su práctica ayudó
al desarrollo de la Sociología y del Trabajo Social. No olvidemos que el Trabajo
Social nació en Estados Unidos.
positivismo, como una ciencia histórica que trata de comprender, por la vía
de la interpretación, el sentido de la acción social. Esposa de Max Weber,
connotada feminista de su tiempo, perteneció a la primera generación de
mujeres que lograron estudiar en la universidad. Consumada escritora sobre la
problemática femenina, hizo varios libros sobre el tema, haciendo contribuciones
en la sociología de la cultura. Publicó en 1948 la biografía de Weber, la cual se
constituye en un panorama sobre la vida social, política, intelectual, académica
y cultural de Alemania y Europa durante más de un siglo. Al respecto, sobre la
biografía señalada se encuentran algunos comentarios de sus detractores: una
obra “mal editada, es una manipulación póstuma de Max Weber”.
Sobre la vida y obra de estas mujeres, George Ritzer de nuevo comenta: “El
hecho de que no sean conocidas o reconocidas actualmente en las historias
convencionales de la disciplina como sociólogas o como teóricas de la sociología,
es un testimonio escalofriante de la influencia de la política de género en el marco
de la disciplina de la sociología, así como de la interpretación fundamentalmente
acrítica e irreflexiva que la sociología ha hecho de sus propias prácticas”. Continúa
afirmando el autor: “aunque la teoría sociológica de cada una de estas mujeres
es producto de un esfuerzo teórico individual, cuando se leen colectivamente
representa una formulación coherente y complementaria de la temprana teoría
sociológica feminista”.16
15
Ibídem, p. 71.
16
Ibídem, p. 71.
104 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
17
Ibídem, p. 72.
Rafaela Vos Obeso 105
18
Castellanos, Gabriela. Sexo, género y feminismo: tres categorías en pugna. Cali: Universidad
del Valle, 2006, p. 20.
106 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
19
Ritzer, Op. cit., pp. 311, 312.
20
Scott, Joan W. “El género, una categoría útil para el análisis histórico”. En Historia y género:
Las mujeres en la Europa moderna y contemporánea. James Amelang and Mary Nash, (comp.).
Valencia Ediciones Alfons el Magnamin, (1990), p. 26. En castellanos, Gabriela, Op. Cit., p. 21.
21
Scott, Ibídem.
22
Joan Wallach Scott. Gender and Politics of History (New York: Columbia University, Press,
1988) p. 2. Ibídem, p. 21.
Rafaela Vos Obeso 107
23
Castellanos, Gabriela. Sexo, género y feminismo: tres categorías en pugna. Cali: Ediciones
Universidad del Valle, 2006, p. 12.
24
Castellanos, Gabriela, Ibídem, p. 22.
25
Joan Wallach Scott. Gender and Politics of History. Op. cit.
26
Castellanos, Gabriela, Op. cit., p. 22.
108 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Desde este contexto, los estudios pioneros del sociólogo Saturnino Sepúlveda
Niño, publicado en los años 70, en el libro La prostitución en Colombia, como
producto de las condiciones sociales que vivía el país durante el período
denominado La Violencia, forzosamente se instalaban asentamientos de per-
sonas emigrantes de la violencia, y entre estas, muchas mujeres tuvieron que
prostituirse para sobrevivir. en este texto, el acercamiento entre el análisis
cualitativo y cuantitativo se constituye en un aporte de la sociología para los
estudios de las mujeres.
En el prólogo del libro, que son palabras preliminares de la autora, expresa que
“en un primer momento el estudio se orientó a describir la tipología y la estructura
familiar colombiana (…) pero a medida que realizaba el trabajo de campo, el
estudio del proceso histórico, y avanzaba en el análisis cultural, me fui topando
con que el país se repartía en zonas configuradas bajo indicadores peculiares
en cada una, de cuyo funcionalismo la institución de la familia venía a ser un
Rafaela Vos Obeso 109
27
Gutiérrez de Pineda, Virginia. Familia y cultura en Colombia. Bogotá: Instituto Colombiano de
Cultura, 1975.
110 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
28
Fals Borda, Orlando. Retorno a la Tierra. Historia doble de la Costa - Tomo 4. Bogotá: Carlos
Valencia Editores, 1986, p. 30B.
Rafaela Vos Obeso 111
29
Imaginario, del latín imaginarius, connota la significación de aparente, ilusorio, pero esta alusión
está lejos de ser inocua, pues sus efectos muchas veces suelen ser devastadores.
30
Vos Obeso, Rafaela, Torres Roncallo, Luz Marina, Gutiérrez González, Acela, Páez Sanjuán,
Julia. Los imaginarios sociales acerca de la violencia intrafamiliar en la cultura barranquillera. En
Pensar El Caribe, Ciencias Humanas y Arte, Ediciones Universidad del Atlántico, Barranquilla,
2006, p. 138.
112 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Hacer visibles a las mujeres en la historia es evaluar los enfoques desde los
cuales el patriarcado explica la sumisión de las mujeres. Reformular el enfoque
de victimización es también enfrentarnos a las tolerancias y consentimientos en
las cuales hemos incurrido las mujeres para el mantenimiento del mismo orden.
Recuperar las voces de las mujeres implica no solo haber inducido a renovar
enfoques en la historia y la sociología y demás, sino también deconstruir el
conocimiento, porque, al decir Celia Amorós, debemos estar alerta porque el
conocimiento androcéntrico “tiene bicho adentro”; significa también seguir
comprometidas con el mensaje de aquellas sociólogas pioneras a quienes
la sociología tradicional borró su legado. Ellas nos legaron acerca de la gran
importancia de la función social del conocimiento, es decir, la combinación de
activismo y conocimiento. Si no hubiese sido por esta herencia tan interiorizada
en nuestra conciencia, hoy a las teorías de los feminismos no se les hubiese
dado el estatus de teoría sociológica (...) pero todavía falta, y en esto las nuevas
generaciones no deben olvidar el mensaje de las pioneras.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
EN LA GESTION DEL DESARROLLO:
REFLEXIONES DESDE LA COSTA CARIBE1
1 Este artículo fue presentado por la autora en calidad de ponente invitada en el 1o Congreso de
la red de Mujeres del Caribe Colombiano, realizado en Tolú durante los días 3, 4 y 5 de marzo
de 2007.
* Psicóloga. Magíster en Desarrollo Social. Docente de la Universidad del Atlántico. Integrante
del Grupo de Investigación en Género, Mujer y Cultura. Coordinadora de la especialización
en Género, Planificación y Desarrollo. Consultora Representante sector Mujeres en el
Concejo Departamental de Planeación del Atlántico. Integrante del Consejo de Política Social
Gobernación del Atlántico.
114 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
2
Informe sobre Desarrollo Humano. PNUD. –ONU– 1995. Ediciones Harla, México, para el
programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, 1995.
Julia Páez Sanjuán 115
mente tres condiciones mínimas, que conllevan a tres opciones esenciales para
las personas: Poder tener una vida larga y saludable, Salud, poder adquirir
conocimientos, Educación, y poder tener acceso a los recursos necesarios para
disfrutar de un nivel de vida decoroso, Ingresos. Esta forma de mirar el desarrollo
de los países, representa un enfoque “normativo” que nos guía en el sentido que
más allá de constatar cómo son las cosas en una sociedad dada, se preocupa
por señalar cómo estas debieran ser a la a luz de principios fundamentales de
los derechos humanos, considerados de una manera amplia como derechos
políticos, económicos y sociales. Más allá de inspeccionar en una sociedad
qué tanto aumentan algunas variables del desarrollo, esta propuesta privilegia
el beneficio que reciben de ese crecimiento los habitantes de un país, región o
municipio, dando la oportunidad a estos que prioricen de una manera planificada
pero participativa y consensuada entre todos los actores, en dimensiones más
esenciales en relación con sus beneficios colectivos.
3
Texto Igualdad de género en la cooperación del Desarrollo. ACCI - Pro Equidad. Agencia de
cooperación alemana GTZ. Tercer Mundo Editores. Bogotá, 2000.
116 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
No podemos dejar de lado que los avances en estos procesos implican alcanzar
unas metas que en la mayoría de los casos se recogen en términos de aspiraciones
institucionales, comunitarias o técnicas, y que a su vez son diseñadas, ejecutadas
y evaluadas en fases o etapas, lo que requiere unos elementos propios de la
gestión social, que para el caso definiremos como:
“(…) el proceso completo de acciones y toma de decisiones que hay que recorrer,
desde el abordaje de un problema, su estudio y comprensión, hasta el diseño
y operación de propuestas en la realidad. Proceso que implica un aprendizaje
Julia Páez Sanjuán 117
conjunto y continuo para los grupos sociales, que les permite incidir en los
procesos de la toma de decisiones dentro de la dimensión política. Es por esta
razón que, el adjetivo social califica a la gestión. Aclaramos con esto, que nuestro
concepto de gestión no se limita solo a la gestión administrativa.” 4
4
Arellano Méndez, Juan y Velasco Gamboa, Emilio en Gestión Social: conceptos, operación
y dinámicas. Cátedra Unesco (23 de mayo de 2001). Sitio Web del Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Occidente (ITESO). http://www.catedraui.iteso.mx/catedra/p231.html
5
Parada, Jairo. Visión Colombia 2019, Capítulo Caribe, Propuesta para Discusión. Ediciones
Uninorte, 2006, Barranquilla.
118 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
para el caso de la región Caribe, los asuntos del desarrollo social a favor del
desarrollo humano.
Esta nueva mirada o enfoque es fundamental dentro del feminismo para entender
6
Vargas, Virginia. Socióloga, investigadora del Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, en el
texto: Las miradas y estrategias políticas feministas en el nuevo milenio. Una perspectiva desde
América Latina. Agosto de 2006.
120 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
las nuevas dinámicas que van dejando las prácticas de los movimientos sociales,
para evitar que se profundice en una sociedad fracturada por las desigualdades
sociales, y una “cultura del yo”, recelosa de involucrarse en compromisos
colectivos (Lechner, 2000).7 Sin embargo, esa mirada cosmopolita no puede
distanciarnos de una identidad regional. Es el caso del caribe colombiano que
en un nuevo proceso de inserción en la economía mundial como el TLC,* va a
dinamizar el renglón exportador-importador y traerá nuevos asentamientos, ojalá
de empresas y no de bodegas, y nuevos asentamientos poblacionales, que si no
son vistos con una óptica de equidad impactarán en las poblaciones vulnerables,
además de la creación de nuevos y numerosos empleos, corremos seriamente el
riesgo de que la brecha entre ricos y pobres se agigante.
El papel de los movimientos de mujeres deberá estar tambien cada vez más
cercano a incorporar nuevas estrategias para la negociación y nuevos lenguajes
que traigan consigo algunos de estos cambios del escenario local afectado
por tendencias mundiales. Si tambien tomamos como referencia, las nuevas
discusiones respecto al enfoque de género, hoy se reconoce que el marco de
las relaciones sociales demuestra que los aspectos de colaboración y conflicto
en las relaciones de género, involucra a hombres y mujeres en un constante
proceso de negociación y renegociación. Por tanto, la prioridad para aquellos
interesados en mejorar el estatus de la mujer debe ser proveer a la mujer de
mayores poderes de negociación dirigidos a brindar a las mujeres estrategias
que les permitan un mayor empoderamiento, una mayor participación en la toma
de decisiones.
7
Lechner citado por Virginia Vargas en el texto Las miradas y estrategias políticas feministas en
el nuevo milenio. Editorial Flora Tristán, Perú, 2006.
* TLC o Tratado de Libre Comercio.
Julia Páez Sanjuán 121
Para el caso de los dos primeros, aunque las metas del milenio son claras en
términos de priorizar la equidad de género e incluir indicadores significativos,
estos no se reflejan ampliamente en el Plan del Desarrollo propuesto por el
actual gobierno, donde las estrategias están más asociadas a fortalecer la familia
con rezagos de políticas hacia la mujer, excepto la política afirmativa “mujeres
constructoras de paz y desarrollo”, pero focalizada en su mayor parte en grupos
vulnerables, como mujeres cabeza de familia, emprendedoras, maltratadas, en
situación de extrema pobreza. Estas políticas focalizadas solo en situaciones de
vulnerabilidad, si bien proporcionan ayuda estatal, han encubierto una falta de
compromiso para impactar más ampliamente a sectores de mujeres.
8
Ver metas del milenio en cuadro 1.
9
Visión Colombia 2019: Capítulo Caribe: propuesta para discusión. Ediciones Uninorte 2006.
10
Solano Yusmidia. Regionalización y movimiento de mujeres: Procesos en el Caribe Colombiano.
Texto orientador que recoge las dinámicas de discusión de los foros y los aportes de las
mujeres en el proceso de construir región. Universidad Nacional de Colombia - Sede Caribe.
San Andrés, 2006.
122 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
11
Foro Regional Visión Colombia 2019, realizado el 19 de noviembre de 2005 en la ciudad de
Barranquilla donde se presentó al sector de la academia, dirigentes regionales y organizaciones
de la sociedad civil el borrador de las propuestas de desarrollo que el gobierno nacional
promueve con un ambicioso horizonte al año 2019.
124 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Bibliografía
PSICOLOGÍA Y GÉNERO:
UNA APUESTA EN LA CONSTRUCCIÓN
DE POLÍTICAS PÚBLICAS SOCIALES1
Introducción
Más allá de discernir en el sentido amplio al que nos invita el término, como
profesionales de las ciencias humanas, especialmente de la psicología, es un
intento por colocar en escena académica una temática que con el tratamiento que
amerita una categoría analítica relacionada con paradigmas emergentes, invita
a los estudiantes y a las facultades de psicología a incluirlas en los procesos
donde el rol del psicólogo, especialmente en la psicología social, se involucra
presentando alternativas de solución a problemáticas sociales en nuestra región
Caribe y el país, los cuales hoy más que nunca, requieren de nuevas miradas para
lograr aproximarnos a asuntos del desarrollo tales como los conflictos, la equidad
de género, políticas sociales para jóvenes, mujeres y poblaciones excluidas, todo
esto con un enfoque de desarrollo humano centrado en las personas.
1
Este artículo forma parte de la ponencia presentada en el Primer Congreso Nacional de
Psicología Contemporánea convocado por la Corporación Universitaria de la Costa, CUC, en
la ciudad de Barranquilla, los días 2, 3 y 4 de junio de 2007, en donde la autora participó en
calidad de ponente invitada.
* Psicóloga de la Universidad Nacional, Magíster en Desarrollo Social de la Universidad del
Norte, docente universitaria. Coordinadora en la especialización de Género y Desarrollo
Universidad del Atlántico. Integrante del Grupo de Investigación en Género, Mujer y Cultura.
Ha sido asesora de proyectos en Mujer, Niñez y Familia.
126 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
1. Psicología y Género
2
Bateson citado por Juanita Barreto y otras en la investigación en red llevada a cabo en varias
regiones del país denominada Mujeres, hombres y cambio Social, quien señala el papel de
la cultura en la formación del inconsciente y del niño, mostrando cómo este proceso varía de
manera sustancial de una cultura a otra.
3
Papalia, Diane E. y Wendkos Olds, Rally. Desarrollo Humano, Editorial McGraw-Hill Intera-
mericana S. A., sexta ed., p. 245, Bogotá, 1997.
Julia Páez Sanjuán 127
4
Guzmán Jorge E., y Tobón Mónica. Herramientas para construir equidad entre mujeres y
hombres. GTZ, proyecto Pro Equidad, 1995.
5
Pabón Castilla, Marta Lucía. Planes locales de salud con equidad de género. Proyecto Pro
Equidad - GTZ de la Consejería Presidencial para la Equidad. p. 12. Bogotá, 2000.
128 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Gilligan sostiene que mientras la sociedad espera que los hombres emitan juicios
firmes e independientes, confía que las mujeres se dediquen a colaborar en el
bienestar de los demás e incluso se sacrifiquen para lograrlo. El principal dilema
moral de una mujer es el conflicto entre ella misma y los demás, un conflicto que
6
Castellanos, Gabriela y Accorsi, Simona. Sujetos femeninos y masculinos. p. 16. Editorial La
manzana de la discordia. Universidad del Valle. Cali, 2002.
7
Papalia, Diane E. y Wendkos Olds Rally. Desarrollo Humano, Editorial McGraw-Hill
Interamericana S. A., sexta ed., p. 278, Bogotá, 1997.
Julia Páez Sanjuán 129
De esta forma, “La versión cultural que hace corresponder de manera mecánica
y estereotipada al sexo de nacimiento unas identidades y unos roles fijos, es una
versión que genera dinámicas de socialización de separación y fragmentación
entre lo femenino y lo masculino. Una cultura así genera personas fragmentadas,
que deben hipertrofiar el desarrollo de algunas de sus potencialidades al tiempo
que deben reprimir y atrofiar el desarrollo de otras de sus facetas.”8
8
Díaz González, Olga Sofía. Desarrollo Territorial con Equidad. p. 32. Tercer Mundo Editores.
1996, Bogotá.
9
Castilla Pabón, Marta Lucía. Planes locales de salud con equidad de género. Proyecto Pro
equidad, Consejería Presidencial para la equidad de las mujeres. p. 19, Bogotá, 2000.
Julia Páez Sanjuán 133
10
Arenas, Ana María. Guía de orientaciones para la formulación participativa de proyectos con
perspectiva de género. Proyecto Pro equidad - GTZ, 1999.
134 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Asimismo pone presente que las necesidades y los problemas de salud de las
mujeres y los hombres no son solo resultado de procesos biológicos, como
plantea el enfoque biomédico, sino también de formas de comportamientos,
patrones de conducta, ligados al género, el cual configura conductas protectoras
o de riesgo para unos y otras; un buen ejemplo es el caso de la política pública
en salud que existe actualmente en la Secretaría de Equidad para las Mujeres de
la Alcaldía de Medellín, con el fin de combatir un flagelo como el de la anorexia
que está reflejado con imaginarios e ideales acerca de los patrones de belleza
y del cuerpo de las mujeres en una cultura que sobrevalora las curvas en ellas;
otro buen ejemplo es la política en salud sexual y reproductiva que promueve
el uso del condón y otras formas de cuidado y control de natalidad pero que se
encuentra con una serie de imaginarios sociales y percepciones que involucra de
manera distinta a hombres y mujeres.
11
Ibídem.
Julia Páez Sanjuán 135
tienen diferentes necesidades, que deben ser identificadas para poder darles
una respuesta adecuada.
Bibliografía
BARÓN, Robert A., y Donn, Byrne. Psicología Social. Editorial Pearson Prentice
Hall. 10° edición. España, 2005.
PAPALIA, Diane E., y Wendkos Olds Rally. Desarrollo Humano. Editorial McGraw-
Hill Interamericana S.A., sexta edición. Bogotá, 1999.
138 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
Luz Marina Torres Roncallo 139
LENGUAJE, SUBJETIVIDAD
Y GÉNERO
Por otro lado, junto al sujeto lógico, también existen otros. Tal es el caso del
En este orden de ideas, penetrar los territorios del lenguaje con el propósito de
explorar el “sujeto”, implica a su vez apelar a los albores de la lingüística moderna;
y en consecuencia, recurrir al padre de la lingüística científica, Ferdinand De
Saussure.
4
Ídem.
5
Violi, Patricia. Sujeto lingüístico y sujeto femenino. En Colaizzi, Giulia, ed. (1990) Feminismo y
Teoría del Discurso. Cátedra, Barcelona.
Luz Marina Torres Roncallo 141
Desde otra perspectiva, y en franca alusión al lugar del sujeto en algunas vertientes
de las teorías del lenguaje, afirmamos que la lingüística chomskiana tiene para él
una responsabilidad especial: concebido en calidad de sujeto cartesiano, por lo
tanto pensante, tiene la capacidad de organizar el lenguaje mediante la facultad
innata. Tangible en términos de competencia lingüística y de soporte sintáctico
como capacidad de producción de frases.
No obstante este sujeto solo piensa pero no habla. Pues solo produce frases
pero no hace parte del proceso de enunciación debido a que este “sujeto soporte
de la síntesis sintáctica está claramente indicada por Chomsky como derivado
del cógito cartesiano, sujeto lógico que se da en el pensamiento y en el acto
de pensar. La determinación principal de la lingüística chomskiana es la de
una estructura lógica profunda y la creatividad lingüística se reduce a la de tipo
sintáctico, es decir, la posibilidad de generar siempre nuevas frases reguladas
por los mismos mecanismos de producción lógica”.6
En tal dirección se encuentra Emile Benveniste, uno de los más brillantes lingüistas
del siglo XX, quien somete a profundo análisis los aportes saussereanos, para
proveer una verdadera lingüística del habla.
6
Ídem.
7
Benveniste, Emil (1979). Problemas de Lingüística General II. Siglo XXI Editores.
8
Ídem.
142 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
sujeto cuando asevera que “es en y por el lenguaje como el hombre se constituye
como sujeto, porque el solo lenguaje funda en realidad, en su realidad que es
la del ser, el concepto de “ego””. “Es ego quien dice ego. Encontramos aquí
el fundamento de la subjetividad que se determina por el estatuto lingüístico
de la persona”. Planteada así la situación, solo con Benveniste se da una real
articulación lenguaje-habla en la que el sujeto queda enganchado mediante la
categoría de la persona, pudiendo emerger al mismo tiempo como sujeto del
discurso, por ende sujeto de la enunciación.
”En esta línea del desarrollo de las ciencias del lenguaje se inscriben autores
como Patrick Charaudeau, para quien “el lenguaje es un fenómeno humano
global que integra lo social a través de los sujetos que lo utilizan”.9
9
Charaudeau, Patrick. Presentación General. En: Análisis del Discurso y sus implicaciones
pedagógicas (1986). Trabajo Colectivo bajo la dirección de Patrick Charaudeau. Universidad
del Valle. Cali, Colombia.
10
Charaudeau, Patrick. Un análisis semiolinguístico del discurso (2005). En Revista Polifonía
No. 5-6, Universidad del Atlántico. Traducción de Julio Escamilla Morales.
Luz Marina Torres Roncallo 143
Ahora bien, si exploramos desde otras vertientes, Edgar Morin,11 por su parte,
nos propone la sugerente noción de individuo-sujeto que implica a la vez
autonomía e independencia en el marco de la constitución en la que el individuo
tiene cualidades propias, en particular el lenguaje y la cultura, pero a la vez
“Esas mismas cualidades retroactuan sobre los individuos desde que nacen
al mundo, dándole lenguaje, cultura, etc”.12 En este sentido el individuo es
algo incierto. Es todo y nada. Es autonomía, pero extremadamente relativa y
compleja. La noción de sujeto supone la autonomía/dependencia del individuo.
Pero igual la de ser computante, entendido como el ser que se ocupa de signos,
de índices, de datos, y a través de estos trata con su mundo interno así como
con el exterior, permitiendo al sujeto la constitución del sí mismo, de la identidad.
Simultáneamente al sujeto le es concomitante la propiedad inclusión/exclusión:
Así por ejemplo: “cualquiera puede decir YO, pero nadie puede decirlo por mí.
Sin embargo podemos integrar nuestra subjetividad personal en una subjetividad
más colectiva: “nosotros”.13 O en el caso de la intercomunicación con el o la
semejante que nos muestra una auténtica inclusión a la vez que una exclusión.
Estos aspectos se conjugan en el juego dialéctico del desarrollo superior del
sujeto por medio del aparato neurocerebral permitiendo que aflore la subjetividad.
“Es decir tenemos un sujeto cerebral que es un sujeto en el acto mismo de
la percepción, de la representación, de la decisión, del comportamiento (...) al
unísono ligado a la emoción, a los sentimientos (...).”14 En fin, a la subjetividad,
mediante otros ámbitos como el lenguaje y la cultura, aspectos exclusivos del
sujeto humano. Asunto este último que le permite tomar conciencia de sí mismo
a través de la autorreferencia y reflexividad. Esto es lo que constituye el aspecto
fundante de la subjetividad humana.
14
Ídem.
15
Ídem.
16
Violi, Patricia. Romper estereotipos. En Perspectivas No. 5. Enero-Marzo 1997. Isis
Internacional.
Luz Marina Torres Roncallo 145
Este asunto nos permite comprender con mayor claridad y asumir el lenguaje
como campo de análisis primordial, por constituir punto de articulación entre
representaciones subjetivas e ideología, debido a que el lenguaje es más que
palabras porque comunica nuestros pensamientos y da forma a nuestras ideas,
refleja las tradiciones y las estructuras socioculturales.
Lenguaje y género
17
Sexismo y educación. Guía para la producción de textos escolares no sexistas. Unicef -
Presidencia de la República.
18
Ídem.
19
Bonder, Gloria (1999). Género y Subjetividad: Avatares de una relación no evidente. En Género
y Epistemología. Lorn Ediciones. Santiago de Chile.
146 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
20
Serrano, Sebastià (1980). Signo, Lengua y Cultura. Anagrama. Barcelona.
21
Citada en el texto Sexismo y educación. Guía para la producción de textos escolares no
sexistas. Unicef - Presidencia de la República, página No. 41.
Luz Marina Torres Roncallo 147
22
Martín Barbero, Jesús y Germán, Rey. Los ejercicios del ver. Hegemonía audiovisual y ficción
televisiva. Barcelona. Gedisa, 1999.
148 Estudios de Género: Nuestros pasos por el Caribe colombiano
El espacio del que antes se ha hecho mención urge de su rescate para dinamizarlo
23
Violi, Patricia. Op. cit.
Luz Marina Torres Roncallo 149
Bibliografía
MARTÍN BARBERO, Jesús y Germán, Rey (1999). Los ejercicios del Ver.
Hegemonía audiovisual y ficción televisiva. Gedisa, Barcelona.
En Colombia, al igual que en otros países del mundo, el trato desigual a niños y
niñas sustentado en el estereotipo de la diferencia sexual, pone en desventaja
un género con relación al otro; cabe anotar que en investigaciones en educación,
Zenaida Porras afirma que “la escuela produce y reproduce todo lo que en
la sociedad ocurre”.1 Esta situación se confirma si revisamos las escuelas del
siglo XX, donde el modelo educativo estaba basado en el respeto, la autoridad,
y se enseñaba el bordado, el latín, cocina y buenas maneras; sin embargo, lo
que queremos destacar es que la escuela no solo es el resultado de un tipo de
sociedad, las distintas sociedades son y han sido del tipo de escuela que han
tenido.
1
Porras, Zenaida y otras. Mi mamá me mima, mi papa fuma pipa, Compilación. Presidencia de
la República, Dirección Nacional para la Equidad de la Mujer, Bogotá, 1995.
2
Acuña, F. S., Cremades, M. A., Álvarez, R. C., y otras. Coeducación y tiempo libre, Editorial
Popular S.A., Madrid, 1995.
Emma Tilano Vitali, Elizabeth Unamuno Sotomayor 153
Estudiantes de Barú
en talleres sobre género
Emma Tilano Vitali, Elizabeth Unamuno Sotomayor 155
Otro de los aspectos que vale la pena resaltar fue que esta investigación visibilizó
los diferentes quehaceres de mujeres y hombres que están enmarcados en
esquemas sexistas, donde se evidencian desventajas en las mujeres con
relación a los hombres en espacios laborales como la pesca y la agricultura.
La participación de las mujeres se reduce solo al 20%, mientras que el hombre
ocupa el 80%, pero en espacios como la comercialización y la industria turística
la mujer alcanza un 60% de la participación.
En los encuentros con la comunidad se pudo constatar que los hogares se articulan
alrededor de la mujer, debido a que ellas deben asumir la responsabilidad y
Emma Tilano Vitali, Elizabeth Unamuno Sotomayor 157
Las situaciones antes descritas no afirman que las personas nativas de Barú
vivan esta situación y la disfruten, solo que sus aspectos culturales les hacen
tolerar algunas situaciones y antes de la investigación y talleres, en especial las
mujeres, no percibían en un inicio la realidad descrita antes como problemática,
ignorando la discriminación que viven tanto mujeres, niños, niñas y hombres.
3
Pro Equidad Herramientas para construir equidad entre hombres y mujeres (Elaborado por M.
Tobón y J. Guzmán) Santa Fe de Bogotá, 1995.
4
Ídem.
Emma Tilano Vitali, Elizabeth Unamuno Sotomayor 159
El análisis de esta información nos permite reconocer y afirmar que los roles
masculino y femenino están determinados por los diferentes estereotipos
culturales en la vida escolar y comunitaria. La coexistencia de estos estereotipos
se manifiesta en relaciones de inequidad entre los géneros, lo que se constituye
en la raíz de una forma de inequidad social. Por tanto, reorientar hacia un
enfoque de equidad de género al PEI de la única institución educativa que
tiene la comunidad se convierte en una necesidad imperante, y se pretende
que esta investigación como acto consciente y como proceso de producción de
conocimiento y pensamiento faciliten análisis para la construcción de políticas
públicas a favor de la formación con equidad de género como asunto de justicia,
bienestar y desarrollo colectivo.
Conclusiones
Fue el inicio y no el fin. No es tarea fácil, pues hoy por hoy se sigue implementando
el proceso de la coeducación en la Institución Educativa Luis Felipe Cabrera de
Barú.
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Bibliografía