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TEMAS DE PROGRAMA 3

La Espiritualidad en el Movimiento Scout


 

Derechos reservados por la Asociación de Scouts de México,  A.C.


Córdoba No. 57, Col. Roma, C.P. 06700, México, D.F.

Temas de Programa No.3; La Espiritualidad en el Movimiento Scout


Ficha técnica para Scouters y Dirigentes, es una publicación de la Comisión
Nacional de Métodos Educativos.

Autor: 
Fernando Soto Hay-García, S.J.

Primera edición:
Abril de 1993

Editado por la Dirección Nacional de Publicaciones de la Asociación de Scouts de


México,  A.C.

Propuesta de un documento de trabajo para la reunión de 1990 de la Comisión de Espiritualidad


Scout, del Consejo Interamericano de Escultismo.

 Femando Soto-Hay García S.J.


Presidente de la Comisión.

I.- El mundo hoy en día

 Para empezar, pongamos dos presupuestos:

— Si se va a hablar de espiritualidad, es necesario centrarse en el mundo concreto en


el que se va a vivir esta espiritualidad, no es lo mismo hablar de espiritualidad en el
siglo XIII, en Europa, cuando el aire que se respiraba era cristiano, mezclado con
toda clase de supersticiones, pero al fin y al cabo, cristiano; que hablar de
espiritualidad en el siglo XX, en el que se vive un mundo en el que los valores están
ausentes, y Dios... cuál Dios.
— El Escultismo ni es ajeno, ni está a un lado, ni está fuera del mundo. El Scout asiste
a una o varias juntas o actividades por semana, pero de las 168 horas que tiene una
semana, s6lo unas cuantas está en actividades Scouts, a menos que esté en un
campamento largo; y las demás horas está en su vida ordinaria.

Y así como asiste a la escuela un determinado número de horas, a su Iglesia otro


determinado número de horas, y está en su hogar o con sus amigos otro determinado
número de horas, también toma un tiempo para estar en los Scouts; está más tiempo en

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otras actividades que lo que gasta en estar en los Scouts, y los Scouts forman parte de ese
mundo.

Hablar de cómo es ese mundo de hoy en día no es fácil:


En primer lugar estamos metidos en ese mundo, y nos es difícil analizarlo desde
dentro. Tal vez si viniera un extraterrestre nos podría dar una visión más objetiva: le
sería más fácil verlo positivo y lo negativo. Sin embargo a la luz de la historia se
puede hacer un auténtico análisis con visos de una auténtica objetividad.

En segundo lugar, la cantidad de escritos que han aparecido queriendo describir este
mundo es inmensa, pero cada uno de ellos tiene un vicio, vicio del que no es fácil
prescindir: están hechas según la propia mentalidad. 

Aquí también vamos a hacer un intento de análisis, y desde luego con las limitantes
que hemos anotado más arriba, trataré de ser lo más objetivo posible, pero sé que
no puedo dejar mi propia mentalidad; y en forma objetiva mediante la observación,
pues el consultar bibliografía me haría tomar un punto de vista sobre otro.

Para hacer este análisis, hagámoslo pero centrado en lo que nos interesa, centrado en el
Muchacho, y preguntemos: cómo os el mundo de hoy en día.

En primer lugar podemos decir que es un mundo


lleno de contradicciones, en el que aparecen
valores y antivalores en el mismo sujeto.

Es el mundo del consumidor, y a esto están


dedicados los medios de comunicación masiva.

Es el mundo en el que lo que importa es el dinero,


no va a importar quién es, sino cuánto tiene: hay
que aparentar, que se crea, que aparezca... y
muchas veces no importa qué sea, sino cuánto
tenga.

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Es el mundo del que hay que huir: por esta razón se consumen drogas y alcohol,
que sacan de su realidad a quien las toma, aunque sea por algún tiempo; que
hacen olvidar la realidad, que vuelve a parecer en el momento en que los efectos
pasan.

Es el mundo del sexo, de la pornografía, dan gozo del placer buscado por sí mismo,
del me gusta, del me agrada, sin ninguna connotación mayor, sin referencia a
ninguna ley que pueda tener que ver en este placer.

Es el mundo de la injusticia, en el que cada día los ricos


son más ricos y los pobres son más pobres, en este
mundo el tener hace pasar sobre el prójimo sin ver silo
oprimo o lo piso.

Es el mundo del poder, en el que se vive una constante


lucha de los poderosos, que oprimen a quien sea para
sacar más para sobresalir, sin importarles la persona
humana que está junto a ellos.

Es el mundo en el que los valores tradicionales como el


de la familia, del orden, del honor, del.. se ven
cuestionados y muchas veces rechazados.

Es el mundo de la violación de los derechos humanos, con la bandera de ideales de


lo más cuestionable, pero que no da valor al hombre como tal.

Es el mundo de los sentidos, en el que “el me gusta” tiene un lugar muy especial
sobre cualquier cosa que signifique un esfuerzo, en el que el hedonismo ha
tomado carta de ciudadanía.

Es el mundo del rompimiento ecológico, que el orden de ¡a naturaleza que había


hecho posible la vida, la evolución y el desarrollo durante tantos millones de años,
se ve amenazado por ¡a destrucción continua y sistemática.

Es el mundo en el que ¡a ley de la selva a vuelto a aparecer. Y así el fuerte oprime,


mata y aniquile al más débil, y sin que se dé alguna clase de remordimiento de la
conciencia.

Y podríamos seguir adelante, pero habíamos hablado más arriba de contradicciones:

Si bien hoy en día se cuestionan las religiones tradicionales con su organización, con sus
dogmas, con sus prácticas y con su moral, la juventud busca expresar su religiosidad en
formas totalmente diferentes a las tradicionales. Esto ha hecho que se pongan de moda
formas religiosas en las que más que un creer, hay un sentir, que lleva no a buscar a Dios,
sino a sentirlo.

Por esto se buscan religiones, o más bien prácticas religiosas de tipo oriental, y los jóvenes
se entregan a ellas para buscar eso que las religiones tradicionales y sus prácticas no les
dan.

Si bien se ha dicho que la juventud de hoy en día no es capaz de un compromiso serio con

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el mundo en el que vive, ya que lo encuentra estereotipado en cosas que no le dicen nada a
su mentalidad, ya que lo encuentra anclado fuertemente en un pasado caduco y sin sentido,
sí es capaz de grandes ideales para transformar ese mundo en algo más simple, en el que
se pueda vivir una vida más humana.

Y la juventud de hoy en día busca ese mundo nuevo que es en sí un mundo que no se
puede definir con claridad, sí en medio de su inmadurez, pero con un gran afán de cambio
para crear un mundo en el que los valores de la paz, del amor, de la justicia, estén
presentes.

Es claro que este mundo que quiere la


juventud de hoy en día, choca con fuerza
contra ese mundo pétreo ya establecido por
los adultos, pero la juventud en su afán de
cambio, quiere hacer que el  mundo del
mañana sea un mundo diferente, y creo que
mejor que el mundo que están recibiendo.
En la vida ordinaria, la juventud está lejos de
un compromiso serio y diario con el estudio,
con la sociedad, aún con los amigos; pero se
siente comprometida con los que sufren; están
dispuestos a ayudarlos hasta quedar sin
fuerzas ante las necesidades de los que se ven
con su casa caída ya sea por un terremoto, por
la desbordada de un río, por la fuerza de un
huracán, o por el bombardeo de un enemigo. Y
si aquí se arriesga la vida, y si aquí se llega a
perder, se da por bien perdida en bien del que
tenía una grave necesidad.

Por esto podemos decir que la juventud tiende a no aceptar, y aún a romper con casi todos
los convencionalismos que vienen o sugeridos o impuestos por parte de las generaciones
que en una o en otra forma están sobre la suya.

Por esto no se visto como sus padres o como sus


hermanos mayores, no se poma ni se arregla como
ellos, no quiere que se le imponga nada, pero lo que es
curioso es que la juventud se impone a sí misma normas
o modelos y aún uniformes, que acepta con gusto: se
viste de mezclilla o de ropa de cuero, y crea símbolos
que son válidos en América o en Europa, o en los
mismos países Eslavos. Pero los toma y los acepta,
porque ellos mismos los han creado, no les han sido
impuestos por otros.
Se podrá decir que toda generalización es sólo una
caricatura de lo que se trata de representar. Es cierto.
Pero toda generalización tiene algo o mucho de verdad,
como también tiene algo de falsedad. Sin embargo esto
nos puede servir como un punto de partida para
plantearnos el problema de cómo dar una dimensión
espiritual al Muchacho en el Movimiento Scout.

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III.- La Espiritualidad propia del Escultismo

La experiencia ha dado que algunos Dirigentes han hecho del Escultismo o un medio de
proselitismo, o una especie de algo semejante a una Congregación Mariana, o han tomado
la actitud de prescindir de toda idea o práctica religiosa en su trabajo invocando el respeto a
los que tienen otra religión de la que tienen la mayoría de los Muchachos, invocando el
pluralismo religiosos que debe haber en el Movimiento. Decían los romanos que: en el
medio está la virtud, no en los extremos.

Más que llegar rápidamente a una definición, o mejor a una descripción de la espiritualidad
Scout, creo que es mejor ir siguiendo los pasos de la pedagogía para inculcarla a los
Muchachos a lo largo de su vida Scout.

Ya dijimos que el Escultismo son actividades, y por otra parte es claro que al Muchacho más
que oír charlas le gusta realizar actividades. Dejemos, pues, las charlas de formación
religiosa a su Iglesia y a su familia, y vayamos a las actividades. Desde luego esto no quiere
decir que se puedan excluir las instrucciones en el Escultismo, pero sobre éstas hablaremos
más adelante.

Muchos defectos tendrá di muchacho de hoy, ya lo vimos más arriba, pero hay que ver las
cualidades que tiene. Entre estas cualidades está la generosidad: al muchacho de hoy en día
le gusta dar y sobre todo darse aún con riesgo de su vida. No es necesario acudir a los
libros del Fundador para ver lo que han hecho, nos basta abrir los ojos y verlos así
actuando.

Tal vez no sean capaces de hacer algo con constancia cada día, la constancia no es una
cualidad del Muchacho, pero es capaz de afrontar los retos y llevar adelante lo que ve como
un reto, el Muchacho se crece ante las dificultades.

Consideremos en esta forma la Buena Acción. La Buena Acción que realiza el Muchacho en
virtud de su Promesa, y que es de todos los miembros del Movimiento Scout, desde el
Lobato hasta el Dirigente; lo lleva a una preparación no sólo en habilidades, sino en una
disposición interior a realizar un Servicio.

Plantear la Buena Acción no como un “deber", sino como un reto que va ser realizado cada
día de la vida, un reto para las condiciones ordinarias de la vida, y no sólo en ¡os momentos
difíciles, hará que el Muchacho lo tome con mayor gusto, y que lo realice.

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Así a base de realizar lo que es ordinario en la vida, se va
preparando a poder realizar los servicios que se le van a
presentar. La Buena Acción prepara para el Servicio, y no hay
que olvidar que el Escultismo es la mayor organización de
servicio voluntario que hay en el mundo, (ver El Escultismo y
el Desarrollo de la Comunidad, del mismo autor).
Pero la Buena Acción y el Servicio que prestan los Scouts
debemos verlos desde el punto de vista religiosos. Ellos no son
solamente unos actos de mera filantropía, sino que deben ser
un ir al prójimo y en el prójimo encontrar a Cristo (Mt. 25, 31-
46): lo que se hace en favor de los demás se hace en favor de
Cristo. Esto mismo se debe plantear en cada religión, la Buena
Acción bajo el punto de vista religioso.

Por esta razón lo que hacen los Scouts cada día, o sea la Buena Acción y aún más el
Servicio, tienen o deben tener un carácter fuertemente religioso.

De aquí surge lo siguiente: por una parte el Dirigente debe


enseñar al Muchacho a enfocar la Buena Acción y el Servicio
en este sentido, y por otra parte debe enseñar al Muchacho
a realizar auténticas Buenas Acciones que vayan más allá de
ayudar a una viejita a cruzar la calle. El Dirigente debe de
enseñar al Muchacho a hacer algo por su prójimo, y también
le debe enseñar a encontrar en ese prójimo a Cristo mismo.
La Promesa no será así algo para los fines de semana y con
el uniforme puesto, sino algo para cada día y para cada
momento del día.

No debemos olvidar que el Escultismo es una actividad que se realiza al aire libre, que allí es
donde se forma preferentemente a los Muchachos. El Método nos habla de y de observación
de la naturaleza”.

Esta observación no la debemos limitar en el observar las nubes para saber si va a llover, o
ver las huellas de un animal para saber si pasó corriendo o caminando.

La naturaleza es un libro abierto en el que se puede leer mucho si se sabe leer y si se quiere
leer. La misma Sagrada Escritura nos lo enseña: al Creador lo podemos conocer mediante el
observar su obra: la Creación (Sab. 13, 1-19 y Ro. 1, 2O-23).

La contemplación de las estrellas en una noche sin luna, nos debe llevar a pensar en el
orden maravillosos del universo; en la belleza del cielo estrellado y en la inmensa infinitud
de las distancias que ni siquiera podemos concebir, podemos encontrar al Autor de ellas; la
flor del campo, flor tan humilde que ni siquiera les damos importancia, llevaba a San
Francisco de Asís a perderse en la contemplación de Dios, que la había creado.

El mar embravecido, y el arroyo que corre, y el viento que murmura entre las ramas de los
árboles o los destruye por su fuerza, el desierto solo y seco, la pradera y la montaña nos
deben llevar a ver, en su belleza, un tenue reflejo de la belleza de Dios: conociendo las
obras, podemos llegar al autor de ellas, con tal que no nos quedemos viendo al trueno, y a
la lluvia, y al viento, y al mar... y no nos quedemos en ellas, sino que en ellas veamos al
que se oculta y se manifiesta en cada una de ellas, y en todas ellas.

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Las actividades al aire libre se convierten así en un
gozar la lluvia o el sol, el día o la noche, la caminata o
el descanso, ya que en ellos se encuentra un reflejo
del Señor que ha hecho su obra para que lo pueda
encontrar, quien quiera, en cada una de sus obras.

Claro que si lo puedo encontrar en la naturaleza muerta y en el árbol y en la flor, o sea en el


reino vegetal, con más razón lo puedo encontrar en el reino animal: contemplar la
perfección de una tela de araña, y en el rigor matemático de un panal de abejas, en la
extraordinaria organización de un hormiguero, en la belleza de las alas de una mariposa, en
la agilidad de un gamo, en la fiereza de un felino, en la elegancia del vuelo de un halcón, en
el maravilloso proceso de la reproducción de los animales, en la organización de un
organismo, en el cariño y cuidado que pone la hembra al cuidar a sus crías.

En todo ello se puede encontrar un destello de Dios, por eso al contemplar a cada animal,
debo de encontrar algo del que lo creó, del que lo diseñó y lo hizo. Conociendo a las
criaturas se llega al Creador de ellas.

Y si en el mundo de las plantas y el de los animales el Scout observa la obra de Dios, con
más razón el Scout lo debe de hacer en la contemplación del ser humano, que es la imagen
de Dios mismo.

Si decimos que Dios es la belleza misma, y la justicia misma, y el amor mismo... es porque
esas cualidades las hemos visto en el hombre y las hemos referirlo a Dios, ya que el hombre
fue creado según la imagen y a semejanza de Dios.

Por esta razón el Scout es digno de confianza, es leal, es útil, es limpio.., para así ser una
verdadera imagen de Dios y más semejante a Él.

Sobre todo veamos nuestro cuarto artículo de la


Ley Scout en el que se nos dice que debemos ser
“amigos de todos y hermanos de todo Scout”. Este
artículo hay que verlo en la perspectiva de
encontrar en el prójimo la imagen de Dios que hay
en cada uno, y así, y por esto, tratar de hacer de
cada uno un amigo al que se le conoce, al que se le
estima, al que se le imita en lo que es la imagen de
Dios.

Y quien ama al prójimo, ama a Dios en él; y quien sirve al prójimo, sirve a Dios en él (Mt.
26, 31- 36). Por esto hay que insistir, ser Scout no debe de ser ajeno a cumplir con la
religión, se es mejor Scout, si se sirve mejor al prójimo y se cumple mejor así con la
religión.

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Aquí encajan los deberes para con los demás, otro de los que llamamos Principios Scouts: la
lealtad al propio país, la participación en el desarrollo de la sociedad y el reconocimiento y
respeto a la dignidad de cada ser humano (Constitución Mundial Cap... 1, Art II, Núm... 1),
es la forma de reconocer en cada hombre el ser la imagen de Dios, y ayudar a que esa
imagen aparezca más nítida y más clara para dar en esta forma la gloria que Dios merece.

A más de lo dicho, hay que tomar en cuenta el Método Scout (ib. Cap.. 1, Art III). El juego
del Escultismo se desarrolla en grupos pequeños, en los que el Muchacho interactúa con
otros Muchachos de su edad y así va descubriendo y aceptando su propia responsabilidad,
así va también desarrollando su carácter y todo tipo de cualidades encaminadas a cooperar
y a conducir a los demás.

Esto quiere decir que el Muchacho en su vivir la Seisena, la Patrulla o el Equipo tiene la
oportunidad de interactuar con Muchachos como él, de ayudarlos a tener más clara la
imagen de Dios y a desarrollar el mismo la imagen que lleva en sí mismo.

Por esto, la actividad que va a desarrollar con su pequeño grupo es la escuela en la que va a
aprender a ser mejor y ayudar a los demás a ser mejores imágenes de Dios. Y de aquí
podemos pasar a la Sección, al Grupo... al mundo todo. La imagen de Dios que va
madurando en el Escultismo, no se debe quedar en el Escultismo, sino que debe saltar a la
humanidad toda.

Pero para lograr todo lo que se ha dicho, el Muchacho debe ser responsable de lograr en sí
mismo la imagen de Dios. Otra vez, la misma Constitución Mundial nos da pie para pensar
en esta forma:

“Responsabilidad en el desarrollo personal” (ib. Cap.. 1 Art 2).

Y ahora nos podemos preguntar: ¿En qué consiste la responsabilidad de la que habla la
Constitución?

Esta responsabilidad abarca múltiples aspectos: el cuidado de la salud, el cultivo de la


mente, el sano afán de la superación personal, el necesario y conveniente amor a sí mismo,
y otra multitud de aspectos que debe hacer el Muchacho para así ser una mejor imagen de
Dios, y un mejor instrumento para el servicio al prójimo.

Por lo tanto: el estudio y el trabajo, el


ejercicio físico y la lectura... deben ser
medios que debe fomentar el Dirigente en los
Muchachos para que sean la más perfecta
imagen de Dios que va a dar el mejor servicio
a los demás.
No somos ombliguistas que nos vamos a
cultivar a nosotros mismos, para cultivarnos
a nosotros mismos y vernos mejor a nosotros
mismos, vamos a buscar el desarrollo
personal para ser mejores imágenes de Dios
y servir, en esta forma, mejor a nuestro
prójimo.

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IV.- Cómo poder lograr lo anterior

Ya en otro librito había apuntado que un Jefe de Manada, Tropa o Clan llama en su ayuda a
peritos para así instruir a sus Muchachos en aquellos tópicos en los que no se siente fuerte.
Así llamará a un médico para darles instrucción en primeros auxilios, a un ingeniero para
instruirlos en topografía, a un alpinista para instruirlos en técnicas de escalada, y así en
otras materias.

Pero el Jefe de Manada, Tropa o Clan se reserva siempre el darles la instrucción en lo que
llamamos Espíritu Scout, y en esto se siente insubstituible (ver Deberes para con Dios, del
mismo autor).

Es claro, y lo repito, que lo único que llega al Muchacho es el Programa Scout que se basa
en los Principios Scouts para conseguir el Objetivo que pretende el Movimiento Scout,
mediante el uso del Método Scout.

Por lo tanto debemos usar el Programa para dar al Muchacho la Espiritualidad propia del
Movimiento. Él viene e nosotros a buscar el aire libre, el contacto con la naturaleza, el reto
de hacer lo que nunca ha hecho, el contacto y la amistad con Muchachos de su misma edad,
démosle lo que viene a buscar, no lo frustremos.

Pero revaloremos algunos elementos muy nuestros que hemos perdido o que los hemos
desenfocado.

La observación de la naturaleza: estamos en ella y no la conocemos, estamos en ella,


— somos parte de ella y no nos conocemos. Observarla y observarnos es algo que
puede ser muy interesante si sabemos diseñar las actividades adecuadas para lograr
esto. Así descubrirá el Muchacho una multitud de aspectos que creía conocer y que en
realidad nunca había conocido.

Hay que diseñar las actividades o las vivencias, pero sobre todo hay que tener las antenas
levantadas para captar el momento de hacer una reflexión en el momento preciso y cuando
ha sucedido algo: una lluvia, una puesta de sol, el encuentro con alguien a quien pudimos
dar la mano...

Por esto podemos decir que actividades como ver germinar


una semilla que el Lobato hace en la escuela y en la
Manada, deben tener un enfoque completamente diverso.
Hace lo mismo, pero aprende cosas diversas. Así también
deberá ser el observar el cielo estrellado, o de contemplar el
valle desde la punta de la montaña o de acudir en ayuda de
alguien que necesita de mí.

Todas las anteriores son actividades que realizan los


Muchachos, y realizándolas se forman, y formándose se
preparan para ser más útiles a los demás. Pero para que
sean formativas debemos dar una reflexión después de la
vivencia o de la actividad, o de la acción que desarrollamos.

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Esta reflexión no será el darles un sermón, sino el hablarles más a fondo, dejarles un
mensaje, inculcarles los elementos de la Promesa y de la Ley Scout, que tienen un sentido
religioso tan fuerte en Baden-Powell, del que no podemos prescindir.

Hay algunos otros elementos muy típicos del Escultismo que hemos olvidado o
— descuidado. Entre éstos están los llamados “cinco minutos del Jefe”: esa reflexión al
final de la reunión semanal, al final de la salida al campo, al final de un día en el que
se ha hecho cualquier tipo de actividades.

Esos “cinco minutos del Jefe” es el momento de hacer una reflexión,


de hablar con los Muchachos más a fondo, de dejar un mensaje que
ellos deben meditar en los ratos siguientes, de inculcar los elementos
de la Promesa y de la Ley Scout, pero como se trata de una reflexión
esos “cinco minutos” son en la línea de lo que se ha vivido, de lo que
ha sido un éxito o de lo que salió mal en la actividad que está a
punto de terminar.

Por esta razón, podemos decir que no se trata de un sermón, sino de


una recapitulación de las vivencias que se han tenido, que va a
ayudar a pensar y a planear lo que viene adelante en la vida, y que
sobre todo va a dejar en la mente una imagen positiva de lo que ha
sucedido.

Esta reflexión deberá ser en la línea de la Promesa y de la Ley de las


que no se puede, ni se debe quitar el profundo sentido religioso que
les dio el Fundador.

La fogata es un elemento que hemos perdido. Si bien en torno a la fogata se ha cantado, se


ha danzado, se ha reflexionado a lo largo de los siglos, muchas veces no sabemos lo que es
una fogata.

Para nosotros los Scouts, la fogata no es un montón de leña para poder tener luz y calor, y
que en su entorno podamos pasar un rato agradable. Para cualquier Scout, como para
cualquier scout (explorador), la fogata es el momento para poder reflexionar, pensar; sí,
desde luego con cantos, danzas y representaciones, en un ambiente de alegría, en
compañía de nuestros hermanos Scouts o no Scouts. La fogata así debe ser alegre, sentida,
y es el momento de estar con el Señor, en medio de la noche.

En la fogata, es el lugar para que el Dirigente dé la formación a los Muchachos, para dar
instrucción: hay que recordar que nuestro Fundador, Baden-Powell, dividió su libro
“Escultismo para Muchachos en fogatas, y en fogatas solía dar instrucciones, formación,
charlas a los Scouts.

Hoy en día, como ha sido siempre, la fogata es el momento de encontrar el calor humano
con los demás hermanos Scouts, y porque existe calor humano se va a cantar, a danzar a
pensar, a estar contento.

Y en este ambiente se va a tener el mensaje del Dirigente, que les va a sugerir una idea
para hacerles reflexionar en cómo ser mejores, para encontrar al Señor en el cielo, en el

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fuego, en el calor de la fogata y en el calor humano, y en las acciones que va a realizar
después de la fogata, ya sea esa misma noche, ya sea en la vida posterior.

Baden- Powell siempre usó la fogata como un medio para


poder transmitir su idea de lo que es el Escultismo, la usó en
Brownsea, y la usó a lo largo de los años cuando se
encontraba con los Scouts:

En la fogata inculcó lo que llamamos el “Espíritu Scout”.

Lo dicho hasta ahora nos podría hacer pensar que bien o mal
el Escultismo lo estamos tomando como una religión, o que
al menos vamos a fomentar un individualismo religioso que
en sí y por su propio carácter no es una religión, ya que la
religión tiene en su esencia el ser comunitaria. Se suele decir
que una cosa es creer en Dios, y otra muy diversa es tener
una religión.

La misma Constitución Mundial (Cap. 1, Art III) nos habla expresamente que el Scout debe
tener una religión: ‘Deberes para con Dios: Adhesión a principios espirituales, lealtad a la
religión que los expresa y aceptación de los deberes que derivan de ella”. Un Scout o tiene
una religión o no es un Scout pero, repito, ya que esta idea debe de quedar muy clara, el
Escultismo no es una religión, ni está casado con una religión en particular.

El cómo vivir y practicar una religión nos lo


da Baden- Powell en una forma muy sencilla
al escribir sobre este tema en su libro
“Aventuras hacia la Edad Viril”. Allí habla de
muchos hombres a los que se les considera
de ordinario como héroes, y agrega:

“En sus vidas ellos siguieron ante todo el ejemplo del Gran Héroe, Cristo, que dio su vida
para darnos el ejemplo de estar siempre listo, no importando que esto nos cueste la vida,
con tal de hacer el bien a los demás. Durante su vida en la Tierra vivió en forma semejante
a como muchos de nosotros vivimos hoy en día; como uno de la multitud. Así en las peores
dificultades sólo debes volverte a Él y pensar:

“¿Qué haría Cristo en mi lugar”? y al momento sabrás cómo abordar el pro blema”.

“Te aconsejo estudiar historia, leer la vida y aventuras de hombres honorables, y la historia
de Cristo: Recuerda estoy trata de obrar como lo hubieran hecho ellos en todo lo que hagas,
así no te equivocarás, y tal vez tú llegues a ser un héroe”.

Lo que Baden-Powell nos marca es un reto, vivir y obrar como los héroes, vivir y obrar como
el Gran Héroe, Cristo; y tratar de ser un héroe a quien las futuras generaciones puedan y
quieran imitar. Lo dicho por Baden-Powell, para los cristianos lo podemos plantear para los
judíos: obrar como lo hubiera hecho Abrahám o Moisés o Josué; lo podemos plantear para

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los budistas: qué hubiera hecho Buda en mi lugar; y así lo podemos decir de las demás
religiones.

La edad de los héroes no ha pasado, pueden seguir existiendo héroes hoy en día si se
quiero ser un héroe. Este es el reto que hay que lanzar a los Muchachos, esto es el reto que
debe tomar todo Dirigente Scout, ser él mismo un héroe si quiere que los Muchachos lo
sean, si quiere hacer que los Muchachos algo más de lo que son, el montón que deambula
por las calles de nuestras ciudades. Más aún, los Muchachos actúan más por rotos que por
deberes.

Conocer la vida do Cristo; o en su caso la de Buda, si se trata do budistas, o la de Confucio,


si se trata de confucionistas, o la de cualquiera de los fundadores de las diversas religiones,
para podernos preguntar: ¿qué haría Cristo o... en mi lugar? nos lleva a vivir la religión en
todas sus consecuencias, pues imitando a Cristo vamos a vivir la religión con todo lo que
significa, y con todas sus consecuencias.

Visto lo anterior, creo que se puede o ya se


podría establecer una graduación pedagógica
para llegar a que los miembros del
Movimiento Scout vivan la Espiritualidad
Scout: ir de la auténtica Buena Acción al
Servicio, y realizar éste por amor a los
demás; simultáneamente la observación de la
naturaleza y en ella contemplar la obra de
Dios, pero sobre todo contemplar al hombre
que es la criatura más perfecta que Dios ha
hecho; contemplarme a mí mismo y
prepararme para dar un mejor servicio a los
demás.
Pero todo lo anterior en la perspectiva de la
acción, y de la acción por amor a los
hermanos y en ellos a Dios, actuando en la
línea de la pregunta que nos sugiere el
Fundador: "¿Qué haría Cristo en mi lugar?".

V.- ¿Cómo hacer que los deberes para con Dios sean una realidad
operante en los Scouts?

En el Escultismo hay cosas que son propias de los Muchachos y no lo son de los Dirigentes:
aquí podemos colocar el Adelanto Progresivo de cualquiera de las secciones, el Esquema de
Especialidades, y algunas otras cosas. Si bien se puede decir que para el Dirigente hay un
adelanto progresivo, no va a ser en el sentido que lo decimos del Adelanto Progresivo de los
Muchachos; podemos decir que se trata de un concepto análogo.

Pero en el Escultismo también hay cosas que son propias del los Muchachos y de los
Dirigentes, que son propias de cualquiera que es miembro de nuestras asociaciones, y son
propias de los Scouts sin importar de que edad sea, el cargo que ocupe, o la condición que

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tenga. Entre estas cosas que son para todos podemos considerar la Promesa y la Ley Scout.

Éstas son para todos sin distinción alguna, o mejor, podemos decir que sí se da una
distinción: entre mayor sea la edad, entre mayor sea la antigüedad en el Movimiento,
también debo ser mayor el compromiso respecto al cumplimiento de la Promesa y la Ley
Scout.

Es común suponer que el Dirigente vive la Promesa y la Ley, es común suponer que los
Dirigentes tienen la Espiritualidad propia del Escultismo, es común suponer que los
Dirigentes son capaces de trasmitir la vivencia del Escultismo a los Muchachos, pero todo
esto es falso.

Todo Dirigente es hijo de su mundo y de la época que le tocó vivir y por lo tanto no es fácil
que pueda substraerse al influjo que lo rodea y que muchas veces lo absorbe.

Por esta razón hay que poner los ojos, en primer lugar en los Dirigentes que son los que
están más en contacto directo con los Muchachos. A ellos hay que darles formación y los
instrumentos para que puedan vivir la espiritualidad del Movimiento, y que así puedan
llevarla a los Muchachos; ésta es su responsabilidad si están en contacto directo con los
Muchachos.

Repitamos algo que fue dicho ya más arriba: por una parte, la
total responsabilidad de que la Espiritualidad Scout se viva en
las diversas unidades que conforman el Movimiento, es una
responsabilidad de los Dirigentes que están a cargo de. ellas, y
por otra parte, ya que no se puede suponer que esos Dirigentes
están imbuidos de esa espiritualidad, va a ser necesario buscar
un Adiestramiento adecuado para que puedan cumplir su
cometido.

Se ha insistido en la actualidad tanto desde el punto de vista de la pedagogía como desde el


punto de vista de la psicología, y esta idea ha sido tomada por la Comisión Mundial de
Adiestramiento; que para una educación, y en nuestro caso para un Adiestramiento; no sólo
se deben dar conocimientos, sino habilidades y sobre todo actitudes (que dicho sea do paso
es lo más difícil de transmitir).

Sólo mediante los conocimientos, las habilidades y las actitudes se puede llegar en forma
íntegra al hombre que se pretende educar o adiestrar, en nuestro caso.

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El poder trasmitir conocimientos, habilidades y
actitudes, no es posible hacerlo mediante la forma
clásica de enseñar: mediante clases que son
conferencias o charlas. Pretender enseñar así es muy
sencillo, pero la charla o la conferencia sólo va a dar un
aumento de conocimientos, un aumento de la
información que ya se tenía, pero esto no es lo que va
a necesitar el Dirigente Scout en su trabajo, ni es la
mejor forma de adiestrarlo para que pueda cumplir su
misión.

Vale la pena retomar el concepto de Adiestramiento que nos dejó Baden-Powell. Para el
Fundador el Adiestramiento es: hacer vivir al Dirigente en una semana lo que va a dar a los
Muchachos, a lo largo de la vida en su sección.

Desde luego la definición tomada de Baden-Powell que citamos más arriba, se refiere a los
Cursos del Esquema de la Insignia de Madera, pero el ampliarla a toda la metodología del
Adiestramiento, es totalmente válida y necesaria, para que el Adiestramiento pueda tener
una efectividad real, en todo lo que se pretende adiestrar en cualquier Asociación.

Tomando en cuenta lo anterior, el Adiestramiento se debe diseñar en tal forma, que los
Dirigentes reciban en su Adiestramiento, no solo en el de la Insignia de Madera, sino en
cualquier tipo de Adiestramiento, las vivencias de Programa que les van a ser tan
necesarias, sino también, y es muy importante, mediante las vivencias de Programa, las
vivencias de Espiritualidad Scout, encuadradas en el contexto del Programa Scout.

Pero como las vivencias no bastan, después de las vivencias en una reflexión hay que
analizar las vivencias para buscar la forma de hacerlas operantes en el trabajo con los
Muchachos.

Y otra vez, al hablar de Adiestramiento, no me estoy refiriendo solamente a los cursos que
conforman el Esquema de la Insignia de Madera; estos cursos son una parte del esquema
que conforma el Esquema total del Adiestramiento en una Asociación.

No es este breve escrito el lugar para diseñar las actividades de Adiestramiento que van
encaminadas a fomentar la Espiritualidad en una Asociación.

Solamente se pretende hacer pensar en la responsabilidad de un Dirigente ya esté a nivel


Sección, Grupo, Distrito o Provincia, y más si está a nivel Nacional, para que según las
personas, tiempos, lugares y circunstancias, se busque el modo de adiestrar a todos los
Dirigentes, y en especial a los de los Muchachos, no sólo en nudos o en el conocimiento y la
forma de hacer operante el Sistema de Patrullas o el campismo, sino en la necesidad de
promover la Espiritualidad Scout, que es lo mismo que promover el llamado Espíritu Scout
en el más auténtico sentido de la palabra.

Se suele decir en filosofía que “nadie da lo que no tiene”, y podemos decir nosotros, en esta
misma línea: nadie que no tenga la Espiritualidad, puede trasmitirla.

Cuando un Dirigente habla a los Muchachos o a otros Dirigentes, el público puede notar
fácilmente si el que está hablando tiene algo detrás de lo que está diciendo, o si detrás se
encuentra un vacío.

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Quien no tiene algo, no podrá trasmitirlo, podrá trasmitir información, pero en ninguna
forma va a poder formar. De todo lo dicho hasta aquí se puede sacar una primera
conclusión: la única forma de transmitir la Espiritualidad Scout, es vivirla, y ciertamente no
hay otra forma.

Por otra parte, decía Baden-Powell que en el Escultismo “la religión no se enseña, se
inspira”. Y este inspirarla es ciertamente a base de vivencias:

Un Dirigente inspira más a sus Muchachos


cumpliendo con su religión, por ejemplo, en el
asistir a la Iglesia, que instándolos a que lo hagan.
Más se inspira terminando a tiempo con una
actividad para poder llegar a tiempo para cumplir
juntos el precepto dominical (o en su caso el del
sábado o el del viernes), que exhortando a los
muchachos a que lo hagan por su cuenta.

Las oraciones al empezar o terminar las actividades o las comidas deben de ser hechas de
tal manera que por sí mismas sean una inspiración, y que no se vean como el fruto de una
rutina que “hay que cumplir”.

La reflexión oportuna y ponderada (no el sermón) en, o


sobre todo al final de las actividades, será el medio ideal
para poder inspirar una auténtica Espiritualidad Scout,
siempre y cuando, el Dirigente tenga algo que inspirar,
algo que comunicar, no importando las palabras con las
que se diga.

Estas reflexiones van a ser la oportunidad de poder


comunicar un sentido de trascendencia a lo que se ha
vivido en la actividad, no es necesario siempre hablar del
Señor, pero sí hacer ver que las actividades son un medio
para poder vivir la religión que hay que vivir también cada
día cuando se está sin el uniforme puesto.

Aquí entra el Adiestramiento formal de las diversas Asociaciones:

— el Adiestramiento es el encargado de dar al Dirigente las vivencias que van desde


la Buena Acción, hasta el “qué haría Cristo en mi lugar”;
— las vivencias de la fogata, hasta las vivencias de la oración dicha, o con una
fórmula o en forma inspiracional, pero que va a trasmitir algo ya que es oración;
— la observación de la obra de Dios en la puesta del sol, o en la noche estrellada,
hasta llegar a la contemplación de lo que tiene en sí el ser humano de bueno, de
virtuoso, de imagen de Dios;
— el Servicio que va desde el Servicio a la comunidad, hasta la proyección a la
comunidad de lo que es tan nuestro, de los Principios Scouts, pero hecho con un

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sentido de profunda religión que se vive y se proyecta.

Y todo lo anterior sin descuidar el Adiestramiento en nudos, en el seguir una pista, en los
Marcos Simbólicos de la Sección, en el uso correcto del uniforme, y en otros muchos temas,
y por qué no, mediante ellos ir dando ese mensaje de Espiritualidad Scout.

El Adiestramiento en sí tiene una tensión interna ya que podemos decir que:

— adiestrar es fácil, ya que todo lo que tenemos que hacer es dar las vivencias que
necesita el Dirigente para poder dar a los Muchachos aquello que creemos que
debe dar;
— y es una cosa que no es fácil ya que no se trata de pararse delante de un curso y
darles una serie de conocimientos; 
pero en cualquier forma hay que aceptar el reto de adiestrar y dar lo que es tan necesario
en el mundo de hoy. Finalmente, y en esta misma línea: alguien ha dicho que el siglo
veintiuno o es el siglo de los valores y de los principios, o no lo va a ser, esto es para
pensarse y para hacer algo ya que en esta línea nosotros podemos ayudar y hacer algo.

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