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Agustina González

En prensa por la Revista Provincial de Historia de Córdoba, Revista 25(en prensa)

A. C. Crombie y las definiciones de historia de la ciencia,


los estilos de pensamiento científico de la tradición Europea
y los compromisos morales e intelectuales.

Agustina González Nuñez


Georgetown University
Washington, DC

Resumen
El propósito de este articulo es estudiar aspectos claves del pensamiento de A. C.
Crombie en obra cumbre, Styles of Scientific Thinking in the European Tradition
Consecuentemente, su noción de historia; su definición y sus reflexiones de la historia
de la ciencia occidental; sus estilos de pensamiento científico, y la relación entre
aquéllos y los compromisos morales e intelectuales. En primer lugar dilucidaremos su
concepción de historia y su relación con las escuelas historiográficas. En segundo lugar,
presentaremos su interpretación de las distinciones que establece entre historia e historia
de la ciencia, y su inserción en la currícula universitaria. En tercer lugar, explicaremos sus
aportes originales al análisis del estudio de los estilos de pensamiento científico a través
del tiempo y la articulación entre aquéllos y los compromisos morales e intelectuales.
Finalmente, incentivaremos las investigaciones del pensamiento de A. C. Crombie
porque pocos son los estudios de su obra. Palabras claves: Crombie, historia de la ciencia,
Europa, ciencia e intelectual.

Abstract
The goal of this paper is to analize the core ideas that A. C. Crombie displays in his three
volumes work: Styles of Scientific Thinking in the European Tradition. The most important
ideas are his idea of history, his though about the western history of science: styles of
scientific thought, and its relationship with the moral and intellectual commitments.
On the first hand, it is to examine the notion of history and its relationship with its
historiography. On the second hand, it is to distinguish the concepts of history and
history of science, and that discipline within the university curricula. Finally, highlight
the original analysis of the stiles of scientific thought over time, and its relationship
among them and the moral and intellectual relationship. This article aims to encourage
research on A. C. Crombie´ s thought. Key words: Crombie, history of science, Europe,
science and intellectual

1
En este artículo estudiaremos los aspectos claves del pensamiento de A. C.
Crombie en obra cumbre, Styles of Scientific Thinking in the European Tradition.
Consecuentemente, su noción de historia; su definición y sus reflexiones de
la historia de la ciencia occidental; sus estilos de pensamiento científico, y su
relación entre aquellos estilos y los compromisos morales e intelectuales a través
del tiempo.
Crombie considera que la historia no sólo interpreta las fuentes históricas sino
que también verifica su validez. A esto se le agrega que la historia se comprende
sólo cuando se tienen todos sus componentes en cuenta o lo que él llama una
historia general. Específicamente, entiende a la historia de la ciencia como una
historia de las ideas. Sostiene que la historia de la ciencia es una antropología
intelectual comparativa desde la cual se estudia la visión y el pueblo enmarcados
dentro de una cultura particular. Su concepción de historia trae a la memoria la
historiografía positivista1 de finales del siglo XIX y post-positivista. Intentaremos
especificar cuáles de las características metodológicas del positivismo se hallan
en su pensamiento. En primer lugar, sus representantes introducen el método
crítico-filológico, al cual Crombie adhiere explícitamente; esto implica la
preocupación por la metodología y la necesidad de un método para la historia.
En segundo lugar, la creencia en la objetividad, a la que este autor defiende
cuando hace la distinción entre evidencia e interpretación. La evidencia no
cambia con el tiempo, de esta manera, su existencia puede ser comprobada con
criterios estables de consistencia lógica; sólo hace notar que no todas las partes
de la ciencia natural pueden ser comprobadas con igual certeza. De este modo,
establece una diferencia según la característica de aquello que se quiera probar.
Por un lado, las proposiciones que afirman regularidades causales son bastante
estables y pueden ser probadas directamente. Por ejemplo, la esfericidad de la
tierra, la circulación de la sangre, las leyes cuantitativas del movimiento terrestre
y celestial, las combinaciones químicas y de la descomposición, las leyes de la
herencia, etc. Por otro lado, hay proposiciones que no pueden ser probadas; no
obstante, éstas han jugado un rol fundamental en la historia del conocimiento
científico, como por ejemplo las creencias generales acerca de la naturaleza del
mundo, tales como el principio de uniformidad y la economía de la naturaleza,
el principio de que algo debe ocurrir si existe suficiente razón, la necesidad de la
finalidad, entre otros. En tercer lugar, los positivistas consideran que la historia

1
R. G. Collingwood sostiene que el positivismo puede definirse como la filosofía actuando
al servicio de la ciencia natural. No obstante, los historiadores positivistas tenían su propia
noción de lo que era ciencia natural, la cual consistía en dos cosas: comprobar hechos y fijar
leyes. Los hechos se descubrían a través de la percepción sensorial. Las leyes se establecían
generalizando por inducción a partir de tales hechos.

2
debe tipificar o generalizar a partir de las individualidades, ya que le es imposible
establecer leyes a partir de datos no numéricos. Esto es exactamente el trabajo
que realiza Crombie en la identificación de los estilos de pensamiento científico.
Por último, su seguridad en que la historia sólo puede ser comprendida a través
de historias generales, estilo historiográfico tan inconfundible del positivismo.
Sin embargo, en cierta medida supera al positivismo porque evita un trabajo
cronológico (empirista-inductivista) y establece conceptos o constantes que están
compuestas por seis estilos de pensamiento científico. Su convicción de que las
ideas son el motor de cambio de la historia es uno de los postulados principales
de la historiografía post-positivista representada por Whilhem Dilthey, R. G.
Collingwood, Benedetto Croce, Georg Simmel y Paul Rickert2.
Le preocupa diferenciar la historia de la historia de la ciencia y de otras
especialidades dentro de la historia. Su meta es establecer, por un lado, la
identidad de la historia del pensamiento, así como también, la idea de que
ésta es un estudio legítimo dentro del ámbito universitario. Señala cómo otras
especialidades en historia han encontrado su identidad y espacio dentro de la
currícula universitaria y también cómo los profesores y alumnos universitarios
las relacionan con ciertos objetos de estudio. Por ejemplo, algunas concepciones
de la historia de la religión son identificadas con la teología; así mismo, algunos
estudiosos relacionan la historia del derecho con la teoría legal y algunos
historiadores vinculan sus concepciones con la política. Y finalmente Crombie
destaca que la historia se ocupa de la totalidad de la experiencia humana en todas
sus variedades. Para esclarecer esta idea establece las siguientes distinciones:
historia, historia de la ciencia occidental e historia natural. La historia de la
ciencia es una forma de antropología intelectual comparativa que se hace del
pasado. Se dedica al estudio de un pueblo y su visión, es decir, sus compromisos
morales e intelectuales y disposiciones con respecto a la ciencia, la naturaleza y lo
que debe o debería hacerse. Los compromisos definidos por cada cultura son los
motores de cambio de la historia de las ideas. La historia de la ciencia occidental
es el conjunto de ideas acerca de la ciencia desarrolladas por la cultura occidental,
la cual las ha presentado en seis estilos de pensamiento científico, teniendo en
cuenta que cada estilo está constituido, fundamentalmente, por un argumento
y un conjunto de materias. Por último la historia natural es el análisis del objeto
de estudio de la ciencia misma. Este autor considera sus investigaciones como el
estudio de la historia de la ciencia occidental.
Menciona compromisos intelectuales y morales; disposiciones, por un lado,

2
Se sugieren los libros representativos de algunos de los historiadores mencionados: In-
troducción a las ciencias del espíritu (1883) de W. Dilthey, Idea de la historia de R. G.
Collingwood (1946) y La historia como hazaña de la libertad de Benedetto Croce.

3
y estilos de pensamiento científico o métodos, por otro. ¿Cómo se articulan
los compromisos y las disposiciones con los estilos de pensamiento científico?
Los compromisos y las disposiciones definen el contexto del cual surgirá un
movimiento científico con una interpretación propia de naturaleza, de ciencia y
de lo que debe o debería hacerse. Los compromisos y las disposiciones muestran
ese contexto en el cual se mueven las ideas de los científicos, es decir, el tipo de
preguntas, de respuestas, de explicaciones, de evidencias, de demostraciones y de
instrumentos utilizados. Cada uno de los seis estilos de pensamiento científico
histórico surge de un conjunto de compromisos que circunscriben las creencias de
un pueblo y su visión, dentro de la cual se desarrolla el movimiento científico y su
búsqueda específica. Una vez ubicados los compromisos morales e intelectuales y
las disposiciones, un estilo de pensamiento se forma con un conjunto de materias
científicas tratadas, todas, con un mismo tipo de argumento.
En el párrafo siguiente se intentará explicar qué entiende Crombie por
compromisos morales e intelectuales y estilos de pensamiento.
Propone tres compromisos intelectuales y morales en el pensamiento científico
con respecto a:

1) la naturaleza,
2) la ciencia, y
3) lo que debe hacerse o debería hacerse.

La concepción de naturaleza está condicionada por el lenguaje. El autor


estudiado sostiene:

El lenguaje de la causalidad, por ejemplo, está estrechamente relacionado


a las concepciones de causalidad. Es difícil decir cuál es el original, pero
hay una conformidad estructural obvia entre la gramática del sujeto y el
predicado encontrada en todas las lenguas europeas, y la ontología de la
sustancia y el atributo desarrollados sistemáticamente por Aristóteles. La
lógica aristotélica impuso, sobre la ciencia de occidente durante siglos, una
forma de demostración que relaciona la causa al efecto como la premisa a
la conclusión, que expresa esta gramática y ontología del sujeto-predicado,
sustancia-atributo. Esta concepción de causalidad era estructural y atemporal
y se concentraba en la definición que explicaba tanto el comportamiento y la
existencia de algo por sólo sus atributos que lo caracterizan3.

3
Crombie, A. C., Styles of Scientific Thinking in the European Tradition, London, Duch-
worth, Vol. 1, pp. 11.

4
La idea de continuidad causal tiene su origen en la cultura griega y se aplica
a nociones morales y filosóficas. Consecuentemente, se estructuró una filosofía
moral y natural gobernada por una concepción de continuidad causal con
respecto a la naturaleza. Esta concepción de causalidad fue combatida por los
filósofos naturales y matemáticos del siglo XIV, que desarrollaron una nueva
concepción de causalidad basada en grados de cambio, en lugar de una estructura
estática. Ya no expresaban la causalidad en el lenguaje del sujeto-predicado, sino
en funciones algebraicas y además desarrollaron una terminología latina nueva
para expresar cantidades esenciales como la velocidad, la aceleración, la velocidad
instantánea, entre otras. Resalta que todo lenguaje tiene una lógica por medio de
la cual identifica la experiencia con nombres, crea concepciones de agente que
percibe, agente percibido y la relación entre ambos, y desarrolla una relación
entre espacio y tiempo. Sugiere que la filología sirve de guía a las ideas teóricas
y de las acciones reales. Considera que sería conveniente el análisis filológico en
el estudio de la elección de las palabras para nombrar conceptos científicos. Por
ejemplo, por qué Michael Faraday eligió la palabra “corriente” y “electrodo” para
nombrar sus nuevas ideas. De esto se concluye en que el nuevo lenguaje tiene
una doble acción: limita y abre nuevos horizontes.
Destaca las diferentes concepciones de naturaleza que han ido surgiendo a
medida que los compromisos intelectuales y morales han ido variando en sus
respectivas culturas. El compromiso original griego era la creencia en un sistema
científico racional cuyos ejes son la demostración causal y la prueba formal. Este
compromiso con respecto a la idea de naturaleza apareció en contraposición a
la convicción griega de que la sociedad era gobernada por un orden sociológico
arbitrario regido por dioses y semidioses eternos. Los científicos y los filósofos
combatían el panteísmo griego con su defensa de la razón como elemento
ordenador y explicativo de los eventos morales y naturales. Otras concepciones
de naturaleza que emergieron de occidente sostienen que la naturaleza es el
producto de una economía divina o del arte con características apropiadas de
simplicidad y armonía; que es consecuencia de la causalidad atómica; que es un
continuum; que es un trabajo artesanal de poderes sustanciales activos; que es
un sistema pasivo de mecanismos; que es una generación evolutiva novedosa o
que es una manifestación de probabilidades. También han surgido concepciones
contemporáneas sobre la naturaleza que la interpretan como animística o
psíquica; como poderes astrológicos; como magia oculta o alquimia; como
correspondencia y armonías entre otras partes del universo; como analogías
arquetípicas y homologías entre las partes de todas las cosas vivientes; o como lo
irracional en la naturaleza y en el hombre.
Los compromisos con respecto a la ciencia y a la organización de la

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investigación científica afectan directamente el estilo científico. Los estilos
científicos se refieren al método científico, al cual Crombie divide en argumento
y tipo de explicación. También señala que los compromisos de un período hacia
las creencias sobre la naturaleza y la ciencia combinadas con las posibilidades
técnicas regulan los problemas, las preguntas, su aceptabilidad y los tipos de
explicaciones. Nombra diferentes estilos científicos, siempre remarcando que
los orígenes griegos han determinado el carácter de la concepción de ciencia
de occidente. En la antigüedad, los griegos establecieron las dos siguientes
tradiciones de organización de la investigación científica:

- la creación de modelos explicativos basados en la geometría euclidiana para el


estudio de todas las disciplinas, y
- uno más antiguo, el método médico que exploraba y recolectaba a través de la
observación, la medición y la prueba.

Los filósofos naturales experimentales medievales combinaron ambas


tradiciones científicas y transformaron el modelo geométrico por medio de la
creciente preocupación por el análisis experimental cuantitativo de las conexiones
causales y las relaciones funcionales. A través de los años surgieron otras maneras
de organización científica, tales como la construcción artística, los orígenes
genéticos y los cálculos probabilísticos.
Los compromisos intelectuales y morales con respecto a lo que debe o debería
hacerse se refieren a las diferentes maneras de evaluar la naturaleza, el propósito
de su existencia y la acción humana correcta. Este compromiso pone en juego la
valoración personal o social así como la búsqueda de juzgar el comportamiento
humano y la naturaleza. Las conductas de juzgar y valorar llevan a delinear un
umbral que separa lo que debe ser de lo que debería ser. Las dos conductas
mencionadas anteriormente se transforman en disposiciones que generan una
forma de conducta habitual; juzgar y valorar deviene en respuestas habituales
frente a los hechos. Es un comportamiento habitual que es producto de una
causa interna, como el pensamiento científico, o proveniente del exterior, como
podría ser de la sociedad. Hay una variedad de disposiciones, es decir, hábito de
ser dominado, de dominar, de contemplar, de resistir el cambio, de oponerse a
los cambios, de anticipar la innovación o el conservadurismo, de estar preparado
para refutar o defender teorías, leyes o doctrinas, y de repensar creencias aceptadas
y alterar estos hábitos.
Estas respuestas habituales caracterizan una sociedad en todo el espectro de
sus comportamientos morales e intelectuales, de la cual la historia natural es sólo

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una parte de ésta. Crombie destaca particularmente, que la disposición hacia la
innovación comenzó en occidente en las artes técnicas y la filosofía.
Una vez expuesto cómo es que comprende los compromisos intelectuales y
morales, pasaremos a explicar qué entiende por estilos de pensamiento científico.
Crombie sostiene que existe una racionalidad universal y estática. Los cambios en
la ciencia están dados por los estilos de pensamiento científico que surgen a partir
de cómo han variado los compromisos morales e intelectuales en una cultura.
Los estilos de pensamiento científico son la sustancia del movimiento científico
que se caracteriza por un discurso cuyos componentes son el experimento y la
observación, los instrumentos y los aparatos, el razonamiento matemático y el
cálculo; ya que cada uno de los elementos mencionados están relacionados con
un argumento. Cada estilo de pensamiento científico es producto de un conjunto
particular de compromisos morales e intelectuales de una cultura en particular.
De este modo, los estilos de pensamiento científico se diferencian por el objeto
de estudio, la concepción general de naturaleza, las presuposiciones sobre la
validez científica o coherencia, y la experiencia científica de la interacción de los
programas y sus realizaciones.
Los estilos de pensamiento científico son los siguientes: la postulación,
el método experimental, el modelo hipotético, el método taxonómico, el
análisis estadístico y el método de probabilidad de expectativas y elección, y la
derivación histórica. En cada estilo se distingue su objeto de estudio y su modo
de razonamiento. La postulación se preocupa por los principios racionales, el
razonamiento humano y el mundo perceptible. Crombie defiende el poder
demostrativo de la geometría y la aritmética para unir las ciencias bajo un mismo
tipo de prueba. El método experimental se concentra en estrategias que analizan
los principios en las relaciones observables de objetos de estudio más complejos.
Analiza las materias más complejas a través del control y la exploración de los
postulados por la observación y el cálculo. Los modelos hipotéticos estudian
un amplio espectro, que abarca desde el arte hasta la ingeniería y la ciencia. Su
modo de investigación se basa en la idea de que el análisis teórico precede a la
acción material; se aplican el análisis y la síntesis a través de la construcción de
analogías. La taxonomía se implementa en toda disciplina de estudio, teniendo
en cuenta que comenzó a ser utilizada en la medicina y la biología. El análisis
probabilístico y estadístico de la elección calcula el valor de una apuesta en un
juego de azar, en una teoría científica o en la razonabilidad para afirmar una
opinión. Se ocupa del estudio de la lógica de las situaciones de expectativas
contingentes y la elección incierta. Este método surge una vez que la sociedad
ha desarrollado una concepción estadística de la naturaleza. Por último, la
derivación histórica investiga los orígenes de la civilización humana, el lenguaje

7
y la geología entre otras ramas del saber. Su método es el estudio de los orígenes
más una forma de análisis causal, taxonómica y de síntesis.
Cada estilo introdujo un nuevo objeto de estudio y método, una renovación
en el tipo de evidencia, en los argumentos, en la manera de concebir la causalidad,
y en los criterios para la solución y la demostración.
La metodología de Crombie se basa en la creencia de que la explicación
histórica es fundamental para entender el movimiento científico, sus cambios
y continuidades. Su punto fuerte no reside particularmente en la explicación
externa de la historia de la ciencia sino en la relevancia que le otorga a las ideas
como motor de los cambios radicales en la historia. Por consiguiente, considera
que la historia de la ciencia debe comprenderse como la historia de las ideas
y que las ideas científicas son la causa de los cambios transcendentales para la
humanidad. Escribe una historia de las ideas a la manera de una historia interna
de la ciencia; no obstante, la enmarca en un contexto externo general de la
historia que está constituido por compromisos morales e intelectuales. En su
metodología, primero busca la identidad de la historia de la ciencia, tanto en su
ámbito disciplinar como en su espacio universitario. Este objetivo lo conduce
a diferenciar la historia de la ciencia de la historia de la ciencia occidental y
de la historia natural. No todos los historiadores son conscientes del problema
que acarrea el hecho de que la historia de la ciencia no tenga un espacio bien
definido dentro del claustro universitario. Es una disciplina que tiene siglos de
existencia ya que las primeras investigaciones se remontan a la Antigüedad; sin
embargo, es relativamente reciente en el ámbito universitario. Esto influye en
su método, la elección de temas, la cantidad de alumnos y profesores que la
practican, la formación original de los profesores – debido a que, generalmente,
provienen de las ciencias, la filosofía u otras materias como biología, medicina o
ingeniería – y el impacto de la historia de la ciencia en el resto de los estudios y la
sociedad. En segundo lugar, sostiene que la humanidad establece compromisos
morales e intelectuales con respecto a la naturaleza, la ciencia y lo que debe
o debería ser. Estos compromisos cambian según la sociedad en la cual hayan
nacido y además son el contexto del cual emergen los estilos de pensamiento
científico o métodos científicos. Explica que los compromisos no determinan los
estilos de pensamiento científico sino que sólo proveen un contexto que delimita
sus preguntas y respuestas. Cree que los estilos de pensamiento científico, en
su mayor medida, encuentran su origen en las leyes, teorías, leyes científicas y
principios generales sobre el mundo y el hombre.
De su pensamiento podemos analizar los cambios de la historia de la ciencia:
los compromisos morales e intelectuales, las disposiciones y los estilos de
pensamiento científico.

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Dado que Crombie sostiene que existe una racionalidad estable, ¿cómo se
producen los cambios? Los cambios ocurren porque hay una renovación en el
plano de las ideas. No sólo en las ideas científicas, sino fundamentalmente en
los compromisos morales e intelectuales con respecto a la naturaleza, la ciencia
y lo que debe o debería hacerse. Nace una nueva sociedad, con valores, visiones
y concepciones nuevas. Los cambios en la historia de la ciencia occidental se
reflejan a través de los diferentes estilos de pensamiento científico surgidos en
diferentes épocas históricas. Así es como ha cambiado la concepción de causalidad
y el método científico de estilo en estilo. Los diferentes estilos de pensamiento
científico permiten trazar una historia de la causalidad, los tipos de evidencia,
el método, y los criterios de solución y demostración. Estas microhistorias
muestran que hay un número reducido de ideas originales a las cuales la cultura
rescata o deja de lado.
¿Qué argumentos son esgrimidos para sostener la objetividad de la historia de
la ciencia? El enfoque de la historia de la ciencia de Crombie permite afirmar que
existe un gran número de hechos históricos factibles de ser comprobados en el
presente. De este modo, se pueden comprobar ideas, leyes, mediciones, teorías
u observaciones. Una diferencia sustancial entre la historia y la historia de la
ciencia es que en esta última los hechos del pasado pueden ser contemporáneos.
Esto implica una doble distinción: por un lado, con respecto al carácter del
objeto de estudio de la historia y de la historia de la ciencia; y por otro lado, los
problemas científicos del pasado pueden ser reconstruidos a través de los diversos
métodos científicos, la experimentación, la observación, la medición, el cálculo,
entre otros.
La relación que se establece entre la historiografía positivista y su concepción
de historia tiene un motivo que, en nuestra opinión, es el siguiente: la historia de
la ciencia está sometida a los problemas de toda disciplina que es relativamente
reciente y en ella se repite lo acontecido con la historia en su período de
fortalecimiento como ciencia a finales del siglo XIX. Es decir que enfatiza el uso
de un método y busca identificar su objeto de estudio. Aún más, la historiografía
positivista está relacionada a esa época. La historia de la ciencia ya se ha ganado
un espacio –mayor o menor dependiendo del país de que se trate dentro de
la Universidad. Así como existen historiadores con concepciones positivistas
con respecto a la historia de la ciencia, sólo que con otros rasgos debido a la
diferencia temporal, hay historiadores de la ciencia que han producido cambios
de metodología fundamentales. Citamos dos ejemplos: las concepciones
transformadoras de la historia de la ciencia, aparecidas después de la mitad
del siglo XX, de Thomas S. Kuhn, que escribió La estructura de las revoluciones
científicas, y de Paul K. Feyerabend, que publicó Contra el método. Es de destacar

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el hecho de que Crombie expresa la concepción de historia con que trabaja, si
se tiene en cuenta lo inusual de este tipo de aclaraciones entre los historiadores
de la ciencia.
A. C. Crombie tiene un estilo muy característico de los historiadores en
general. La idea de la multicausalidad que conduce a que se oscurezcan las
prioridades con respecto a las motivaciones. No se muestra con claridad cuál es
la importancia relativa del conjunto de causas que se presentan. Por otro lado,
el arraigo de la idea de causalidad como la manera debida de explicación en
historia, es muy evidente en su historiografía. Sin embargo, no establece una
relación entre la importancia que le atribuye a la causalidad en los orígenes de
la ciencia occidental y su impacto en la disciplina histórica, entendiéndola en
su sentido amplio; y en cierta manera, en cómo ha influido la causalidad en su
propio oficio de investigador.
Esta metodología de historia de la ciencia, fundamentada en la historia,
contrasta con las reconstrucciones racionales de, por ejemplo, Imre Lakatos y
Thomas S. Kuhn. La metodología del autor investigado es menos rígida que la
de Lakatos, quien propone un sistema para explicar la historia de la ciencia. La
diferencia de Crombie con Kuhn reside en que el primero cree en una racionalidad
universal, una verdad, y la existencia de constantes, mientras que Kuhn hace una
interpretación más sociológica de la historia de la ciencia. El Kuhn de los años
sesenta contrasta con Crombie debido a que Kuhn es relativista con respecto a
la ciencia, la verdad y el mundo; no obstante, el Kuhn de los noventa presenta
una historia de la ciencia quizá menos relativista. Pero estas comparaciones son
objeto de otro estudio en marcha.

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