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Presentado a:
LUISA FERNANDA MONTAÑO
Tutora
Entregado por:
YARITZA ALEJANDRA PARRA
Código: 1.057.596.694
SEGUNDO HERNANDO CEPEDA CEPEDA
Código: 74187964
JOHANN ADOLFO MESA
Código: 1057588625
LUIS RAMIREZ
Código: 74189073
Código: 358019
Grupo: 53
Existen unos puntos a favor respecto a la forma en que se está trabajando en la zona, para
preservar los recursos, es muy importante apoyar los grupos étnicos que se encuentran en la
zona son los que saben el cuidado de cada uno de los ecosistemas que allí se encuentran, el
manejo y control de estos eso es muy importante darle vida y prioridad estas personas, otra parte
son las ONGs.
Además, como si fuera un virus, el fenómeno muta y se manifiesta de muchas maneras. El mapa
de la deforestación incluye carreteras, ocupación de baldíos nacionales, incendios forestales,
ganadería, minería y coca, en manos de mafias con gran poder financiero que pagan por ‘limpiar’
terrenos, disidencias de la guerrilla, ganaderos ilegales, terratenientes y bandas criminales. Nada
es realmente nuevo, pero se ha potenciado.
Si bien el país presencia desde el año pasado los peores ataques contra sus bosques, voces
autorizadas del ambientalismo nacional señalan al Estado, por acción u omisión, como parte del
problema. Una de ellas, Ángela Andrade, presidente de la Comisión de Gestión de Ecosistemas
de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), añade los procesos de
extracción minera ilegal o de producción de cultivos de uso ilícito como la coca, que existen desde
finales de los años setenta, los dos peores problemas ambientales del país, la deforestación y la
minería, probablemente están en manos de las mismas mafias. Pero aclara que la deforestación
criminal que arrasa miles de hectáreas se debe diferenciar del pequeño finquero que tala y
siembra para su propia subsistencia.
Las empresas y gobiernos deben asumir sus responsabilidades como principales responsables
de la destrucción del Amazonas.El Gobierno de Brasil debe comprometerse a implantar una
política de cero deforestaciones y cumplir sus compromisos internacionales en materia de medio
ambiente y derechos de los pueblos indígenas.
Las empresas que operan en Brasil deben implementar políticas para promover la
responsabilidad empresarial en materia de medio ambiente, derechos humanos, lucha contra la
corrupción, etc. que prevenga que puedan participar en proyectos que puedan impactar
negativamente en los ecosistemas amazónicos y en su población.
Los países de la UE deben hacer cumplir el Reglamento EUTR, que impide la entrada en Europa
de productos forestales procedentes de la destrucción de los bosques. La Unión Europea debe
poner en marcha su plan contra la deforestación evitando el comercio de materias primas (soja,
carne, aceite de palma, madera o papel) que procedan de la deforestación.
Las administraciones, a través de la contratación pública, deben priorizar aquellos productos que
no estén asociados a la destrucción de los bosques o a la violación de derechos humanos contra
las comunidades que los habitan. La ciudadanía debemos adoptar estilos de vida y consumo
sostenibles, evitando el consumo innecesario, el derroche de recursos y realizando una compra
consciente y comprometida con el planeta y los derechos humanos.
Entre los estilos de vida necesarios es obligado mencionar la necesidad de adoptar una dieta
baja en proteína animal donde predominen los alimentos de origen vegetal, ecológicos y locales.
Tenemos que consumir menos carne y de mejor calidad, desechando los productos procedentes
de los sistemas intensivos y apoyando la ganadería local en régimen extensivo y ecológico.
Frenar la deforestación resulta crucial tanto para preservar la vida en la Amazonia y los derechos
de sus habitantes como para frenar el cambio climático. Se van a requerir un esfuerzo hercúleo
y grandes cambios estructurales, pero revertir la tendencia actual es posible.
La intervención de los organismos de control y la comunidad son una base fundamental para
denunciar los abusos y las omisiones en los controles ambientales regionales, el apoyo a las
iniciativas de conservación desde las organizaciones políticas es vital para así ejercer presión en
el gobierno impulsando leyes que apoyen un uso responsable de los recursos naturales por parte
de las industrias.