Analizar la realidad siempre será un buen punto de partida al momento de
cualquier investigación. Eso implica invertir sobre ella, para planificar una estructura y así poder obtener los conocimientos adecuados, y estas estructuras se llevaran a cabo según el tipo de paradigma que se desarrolle en la investigación.
Sabemos que el paradigma es un conjunto de desarrollos científicos que
coinciden en muchos aspectos de su dirección investigativa, entonces entendiendo esto, Melero Águila (2011), dice que “De esta forma, el uso de los diferentes paradigmas depende de que sus metodologías se justifiquen y validen con la realidad social que va a ser objeto de estudio” (pag. 340).
Entendiendo que las ciencias sociales se encargan del estudio de la
colectividad humana, Melero comenta que el objetivo principal de dicha ciencia es lograr un conocimiento de la realidad social a través de tres distintos paradigmas; el paradigma fenomenológico, el paradigma positivista y el paradigma interpretativo. Aunque los distintos paradigmas utilicen diferentes medios y estrategias para su desarrollo, todas tienen el mismo objetivo. En este sentido Melero Águila también nos dice “Nuestro propósito, en este sentido, es acercarnos a cada uno de estos paradigmas, y analizar las pautas y procedimientos que llevan a cabo, en su interés por acercarse a la realidad, estudiarla, comprenderla y mejorarla” (2011, pag. 341).
Ante todo momento Melero le da mucha importancia a la diferencia entre
los métodos de investigación bajo los paradigmas cualitativos y los métodos de investigación bajo los paradigmas cuantitativos. Sostiene que el paradigma cuantitativo se base en procedimientos detallados y rigurosos que no dejan nada al azar, donde la recolección de datos se hace de la forma más certera posible, mientras que los paradigmas cualitativos son más empíricos y analíticos. Melero si bien explica detalladamente estos paradigmas, realmente lo hace para darle paso a un tercer enfoque, al del paradigma critico. “La concepción crítica, recoge como una de sus características fundamentales, que la intervención o estudio sobre la práctica local, se lleve a cabo, a través de procesos de autorreflexión, que generen cambios y transformaciones de los actores protagonistas, a nivel social y educativo” (Melero Águila, 2011, pg. 443) El paradigma crítico debe estar comprometido con la transformación de la realidad del sujeto a investigar así como también con la explicación de dicha realidad, desde una visión liberadora y emancipadora de las personas que de alguna forma estén involucradas en el proceso. Ahora bien, la investigación acción participativa se concibe como una metodología utilizada bajo el paradigma critico que sirve (en teoría) como herramienta para grandes cambios y transformaciones sociales. La investigación acción participativa, trata del desarrollo de la comunidad o contexto local, donde los protagonistas pasan a ser los individuos y grupos sociales, que se harán responsables de los proyectos e intervenciones que se lleven a cabo. Según Alberich (2002: 76) “busca obtener resultados fiables y útiles para mejorar situaciones colectivas, basando la investigación en la participación de los propios colectivos a investigar.”
Este proceso debe llevarse de una manera triangular tomando en cuenta
tres aspectos o pasos a ejecutar; acción-reflexión-acción. La idea de esto es generar una especie de reflexión sobre la práctica, que Villasante y Montañez (2002) denominaron como socio-praxis.
Finalizo con una cita de Melero Águila que dice:
“Finalmente, al igual que en los anteriores
paradigmas, es fundamental hacer referencia al papel que ejerce el investigador en esta metodología, desde la que se rechaza todo tipo de relaciones jerárquicas, abogando por un investigador, que establece vínculos horizontales, y que aporta su experiencia, conformándose como facilitador de los procesos que se generan. En este sentido, el investigador desarrolla ciertas actitudes de complicidad y sinergia con la población con la que trabaja, aportando herramientas e instrumentos metodológicos, e invitando a las personas a involucrarse en estas dinámicas, desde el aporte de sus experiencias, vivencias y conocimientos. De esta forma, se manifiesta un compromiso efectivo y declarado donde ambos forman parte del estudio que se realiza y de la transformación de su propia realidad.” (2011, pag. 346).