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Diego Pedra. PNF Música. V-25.841.848.

Metodología II

Analizar la realidad siempre será un buen punto de partida al momento de


cualquier investigación. Eso implica invertir sobre ella, para planificar una
estructura y así poder obtener los conocimientos adecuados, y estas estructuras se
llevaran a cabo según el tipo de paradigma que se desarrolle en la investigación.

Sabemos que el paradigma es un conjunto de desarrollos científicos que


coinciden en muchos aspectos de su dirección investigativa, entonces entendiendo
esto, Melero Águila (2011), dice que “De esta forma, el uso de los diferentes
paradigmas depende de que sus metodologías se justifiquen y validen con la
realidad social que va a ser objeto de estudio” (pag. 340).

Entendiendo que las ciencias sociales se encargan del estudio de la


colectividad humana, Melero comenta que el objetivo principal de dicha ciencia es
lograr un conocimiento de la realidad social a través de tres distintos paradigmas;
el paradigma fenomenológico, el paradigma positivista y el paradigma
interpretativo. Aunque los distintos paradigmas utilicen diferentes medios y
estrategias para su desarrollo, todas tienen el mismo objetivo. En este sentido
Melero Águila también nos dice “Nuestro propósito, en este sentido, es acercarnos
a cada uno de estos paradigmas, y analizar las pautas y procedimientos que llevan
a cabo, en su interés por acercarse a la realidad, estudiarla, comprenderla y
mejorarla” (2011, pag. 341).

Ante todo momento Melero le da mucha importancia a la diferencia entre


los métodos de investigación bajo los paradigmas cualitativos y los métodos de
investigación bajo los paradigmas cuantitativos. Sostiene que el paradigma
cuantitativo se base en procedimientos detallados y rigurosos que no dejan nada al
azar, donde la recolección de datos se hace de la forma más certera posible,
mientras que los paradigmas cualitativos son más empíricos y analíticos. Melero si
bien explica detalladamente estos paradigmas, realmente lo hace para darle paso a
un tercer enfoque, al del paradigma critico. “La concepción crítica, recoge como
una de sus características fundamentales, que la intervención o estudio sobre la
práctica local, se lleve a cabo, a través de procesos de autorreflexión, que generen
cambios y transformaciones de los actores protagonistas, a nivel social y
educativo” (Melero Águila, 2011, pg. 443)
El paradigma crítico debe estar comprometido con la transformación de la
realidad del sujeto a investigar así como también con la explicación de dicha
realidad, desde una visión liberadora y emancipadora de las personas que de
alguna forma estén involucradas en el proceso. Ahora bien, la investigación acción
participativa se concibe como una metodología utilizada bajo el paradigma critico
que sirve (en teoría) como herramienta para grandes cambios y transformaciones
sociales. La investigación acción participativa, trata del desarrollo de la comunidad
o contexto local, donde los protagonistas pasan a ser los individuos y grupos
sociales, que se harán responsables de los proyectos e intervenciones que se lleven
a cabo. Según Alberich (2002: 76) “busca obtener resultados fiables y útiles para
mejorar situaciones colectivas, basando la investigación en la participación de los
propios colectivos a investigar.”

Este proceso debe llevarse de una manera triangular tomando en cuenta


tres aspectos o pasos a ejecutar; acción-reflexión-acción. La idea de esto es generar
una especie de reflexión sobre la práctica, que Villasante y Montañez (2002)
denominaron como socio-praxis.

Finalizo con una cita de Melero Águila que dice:

“Finalmente, al igual que en los anteriores


paradigmas, es fundamental hacer referencia al
papel que ejerce el investigador en esta metodología,
desde la que se rechaza todo tipo de relaciones
jerárquicas, abogando por un investigador, que
establece vínculos horizontales, y que aporta su
experiencia, conformándose como facilitador de los
procesos que se generan. En este sentido, el
investigador desarrolla ciertas actitudes de
complicidad y sinergia con la población con la que
trabaja, aportando herramientas e instrumentos
metodológicos, e invitando a las personas a
involucrarse en estas dinámicas, desde el aporte de
sus experiencias, vivencias y conocimientos. De esta
forma, se manifiesta un compromiso efectivo y
declarado donde ambos forman parte del estudio
que se realiza y de la transformación de su propia
realidad.” (2011, pag. 346).

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